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Ciudad entre nubes Adaptado de Posada-Swaff ord, A. (2003). Muy interesante AÑO XXIV, núm. 05, pp. 34-40 [1] Respirar se está conv irtiendo en una activ idad de riesgo, sobre todo en las grandes urbes. La elev ada concentración de contam inantes v ertidos por los coches. La industrias y las calef acciones podría incluso atacar el material genético de los bebés en gestación. [2] Cada mañana es común observ ar, en las grandes ciudades del planeta, interminables hieleras de v ehículos paralizados sobre las v ías rápidas, y se lev anta la v ista, las chimeneas humeantes de las div ersas f ábricas que comienzan a producir con la entrada del turno matutino de trabajadores. Son precisamente el humo de los autos y el generado por la industria los que constituy en el tono grisáceo del aire sobre las urbes. [3] El smog (combinación de las palabras smoke-humo y f og-niebla) es el resultado de las reacciones químicas de los motores que emplean combustibles fósiles, a los que se suman los aparatos domésticos de calef acción y el sector fabril. Los residuos son liberados a la atmósf era como gases, v apores o partículas sólidas capaces de mantenerse suspendidas en niv eles que perjudican la salud humana y la v ida de animales y plantas. Charles Rodes, inv estigador de la Escuela de Salud Pública de Michigan, Estados unidos, explica que el aumento de anhídrido carbónico en la atmósf era se debe a la combustión del carbón y del petróleo. Esto llev a al recalentamiento del aire y de los mares, con lo que se produce un desequilibrio químico en la biósf era y una consecuente elev ada cantidad de monóxido de carbono, altamente tóxico para los seres v ivos. Otras sustancias v enenosas que contaminan la atmósfera son el plomo y el mercurio. [4] De esa manera, el aire que respiramos está compuesto por miles de partículas de hollín mezcladas con otros cientos de elementos que f orman el nanozoológic o de moléculas en la atmósf era urbana. Las partículas casi inv isibles flotan 10, 000 v eces más pequeñas que el diámetro de un cabello humano, son suf icientemente diminutas como para penetrar en lo más prof undo de los alv éolos pulmonares de un ser viv o. [5] Cuando estas partículas recorren el tubo de escape de los autos, su superf icie porosa se cubre de compuestos orgánicos que, al condesarse, les conf ieren una consistencia aceitosa e impermeable. Entonces la molécula sobrev iv irá incluso a las fuertes lluv ias. Por su parte, las de amoniaco que f lotan en la atmósf era neutralizan a otras de ácido sulf úrico y producen pequeños f ragmentos sólidos similares a la sal, que también se adhieren a las dif erentes superf icies donde se alojan. [6] Las minúsculas briznas de hollín atrapan moléculas de oxígeno, así el compuesto entero se conv ierte en una v erdadera criatura tóxica y a que este gas reacciona con el aceite que recubre a las esf eras y da lugar a compuestos nociv os para la salud. Cuando las partículas descienden al suelo y son respiradas por los transeúntes, ingresan a trav és de los bronquios y v iajan a los alv éolos de los pulmones, donde aterrizan en la orina y a lagunas más se quedan clav adas en los tejidos grasos. No son pocas las que toman otra ruta y acaban dentro del cromosoma del f eto de dos meses; allí empiezan a sembrar el caos entre los genes del organismo que se está f ormando, manipulan los trozos de material genét ico y los cambian de lugar hasta borrarlos del todo. [7] El resultado es una serie de anomalías en el ADN que además abren de par en par las puertas al riesgo de padecer cáncer en el futuro. La anterior es las hipótesis de la Dra. Federica Perera, prof esora de Ciencias de la Salud Ambiental de la Univ ersidad de Columbia y la directora del Columbia Center f or Children’s Env ironmental Health, ambas instituciones en Estados Unidos. La inv estigadora ha sido una de las pioneras en la epidemiología molecular, ciencia que estudia el ambiente urbano y los cambios a nivel molecular, apenas perceptibles, prov ocados en el organismo humano. [8] La Dra. Perera ha dedicado 25 años a sondear el impacto a largo plazo de la contaminación del aire en la salud de los citadinos. Por ello, se ha centrado en m edir la exposición de las personas a los dif erentes niv eles de contaminantes aéreos conocidos como hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH por sus siglas en inglés), parecidos al hollín y que se producen en los v ehículos, pero también en las calef acciones, en la generación de electricidad y el humo del tabaco. [9] Los científ icos han descubierto que la reducción continua de la capa de ozono amenaza la div ersidad biológica y los seres hum anos, y a que la primera resulta af ectada al recibir may or cantidad de radiación solar nociv a ray os ultrav ioleta-, lo que redunda en una alteración de la regulación del clima, y en los humanos, ya que la primera resulta af ectada al recibir may or cantidad de radiación solar nociv a ray os ultrav ioleta-, lo que redunda en la alteración de la regulación del clima, y en los humanos prov oca grandes problemas de salud; específ icamente, f av orece el desarrollo del cáncer en la piel, cataratas en los ojos, problemas cardiacos y def iciencias en el sistema inmunitario, por mencionar algunos ejemplos. [10] Expertos en salud ambiental y cardiólogos de la Univ ersidad del Sur de Calif ornia, Estados Unidos, conf irmaron por primera v ez lo que sólo era una sospec ha: la contaminación ambiental de las grandes ciudades af ecta la salud cardiov ascular. Se mostró que existe una relación directa entre el aumento de las partículas contaminantes del aire de la ciudad y el engrosamiento de la pared interna de las arterias, un indicador comprobado de arteriosclerosis. [11] El ef ecto persistente de la contaminación del aire respirado es un proceso silencioso que dura v arios años y conduce f inalmente al desarrollo de af ecciones cardiov asculares agudas como infarto. Al inspirar partículas ambientales con diámetro menor a 2.5 micrómetros, su ingreso en las vías respiratorias más pequeñas se traduce en una irritación de las paredes arteriales. Los investigadores hallaron que por cada aumento de 10 microgramos por metro cúbico de esas partículas, la alteración de la pared íntima media de las arterias aumenta en un 5.9%. El humo del tabaco, y el que en general prov iene del sistema de escape de los autos, produce la misma cantidad de estas partículas. Normas estrictas del aire limpio contribuirán a una mejor salud con ef ectos a gran escala. [12] Otros de los elementos que contribuy en al debilitamiento de la capa de ozono, que es la que protege a los seres v iv os de la radiación UV del sol, son el cloro y cromo procedentes de la contaminación. También, el calentamiento global prov ocado por el aumento en la concentración de CO 2 atmosf érico que acompaña a la combustión masiv a de materiales f ósiles. A pesar de estas ev idencias, tanto los empresarios como los gobernantes parecen no alarmarse con la situación ambiental y no toman ninguna conciencia sobre los grav es daños que se están haciendo al planeta; por el contrario, cada v ez hay más concesiones e incentiv os para aumentar la productiv idad en las f ábricas sin tomar en cuenta las medidas ecológicas pertinentes. [13] El aire que se respira en una ciudad contaminada daña a todos sus habitantes, pero no por igual, y a que ciertos sectores de la población, como los niños o os ancianos, son más susceptibles a su impacto . Se ha notado que las personas may ores aquejadas de alguna enf ermedad respiratoria o del corazón son las más expuestas al peligro que entraña el smog. Así mismo, cuando los niños inhalan el smog se produce una inf lamación de sus vías respiratorias que incluso puede prologarse durante 18 horas. Algunos de los síntomas que aparecen tras ésta son la tos o la f alta de aire. [14] Por tal razón, un aspecto de la inv estigación de la Dra. Perera f ue determinar cómo la contaminación atmosférica podría dañar a los más pequeños, incluso cuando todav ía no han nacido. Para conseguir datos, pidió a embarazadas se colocaran en el cuerpo un monitor de aire, un pequeño sistema de bombeo y f iltros con la f unción de archiv ar los hidrocarburos respirados durante 48 horas. [15] Tras el parto f ueron tomadas muestras de san gre de la madre y se midieron las posibles aberraciones genéticas en los bebés mediante el análisis de los linf ocitos un tipo de células del sistema inmunitario en el cordón umbilical. Con este material, Perera busca la huella de los hidrocarburos e el material genético de las células blancas, porque la interf erencia química con el ADN sería la responsable de un cáncer. Estas sustancias podrían apagar genes activ os o activ ar los que se mantiene latente, y sumirían en un caos a la maquinaria del crecimiento celular. [16] Hasta el momento, el estudio ha rev elado que los contaminantes aéreos están def initiv amente asociados con una may or f recuenc ia de aberraciones genéticas en el cordón umbilical. La doctora ha notado que la amenaza para las f uturas madres es baja, aunque no se puede descartar y a que es un proceso persistente, y por eso constituy e un riesgo de cáncer. Lo que se hallado es un 50% de un aumento en las anomalías genéticas de los bebés cuy as madres estuv ieron expuestas a may ores niv eles de emisiones de los automóv iles. Por ejemplo, los contaminantes del aire reducen el crecimiento fetal. Lo que af ecta el desarrollo cognitiv o durante la niñez. [17] Es importante mencionar que los f etos son sumamente sensibles a los agentes tóxicos, pero necesitamos saber con precisión la cantidad de un producto químico específ ico que se absorbido la madre y si esa sustancia ha ocasionado daños en el ADN o en el sistema inmunitario del bebé. Es un proceso tan c omplicado como buscar las huellas en escena del crimen. [18] Una de las sustancia químicas que la doctora ha empleado para comprobar su hipótesis es el benzopireno, el cual se forma durante los procesos de combustión a temperaturas may ores de 300 ºC, tales como los incendios f orestales, la quema del petróleo y de lagunas grasas. Si el benzopireno ha cruzado la placenta y se ha alojado en el ADN del embrión, Perera sabe que ahí encontrará una prueba irref utable de lesión genética. Y si el daño causa una mutación, un cambio en estas letras del código, la célula será más v ulnerable a desarrollar un cáncer en años posteriores. Es importante destacar que la placenta cumple la función de proteger al f eto, pero a trav és de años posteriores. Es importante destacar que la placenta cumple la f unción de proteger al f eto, pero a trav és de la f iltración de las toxinas de adentro hacia af uera, no en sentido inv erso. [19] La prof esora Perera destaca que los resultados obtenidos hasta el momento no quieren decir que necesariamente un niño v ay a a desarrollar cáncer sólo porque su madre hay a respirado aire contaminado. Sin embargo, lo que sí demuestran las dif erentes inv estigaciones es que existe una gran posibilidad de que los f etos sean particularmente susceptibles a las toxinas ambientales. Además de los componentes del smog, se ha comprobado que son af ectados por el cotinine, un subproducto de la nicotina, el cual también pudiera ocasionar alteraciones en el material genético. Ello debería ser suf iciente para que las autoridades sanitarias aceptaran la tarea de rev isar los estándares de contaminación urbana y determinar si las regulaciones v igentes protegen a los niños en gestación.

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Emisiones a la atmósfera

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  • Ciudad entre nubes Adaptado de Posada-Swaff ord, A. (2003). Muy interesante

    AO XXIV, nm. 05, pp. 34-40

    [1] Respirar se est conv irtiendo en una activ idad de riesgo, sobre todo en las grandes urbes. La elev ada concentracin de contam inantes v ertidos por los coches. La industrias y las calef acciones podra incluso atacar el material gentico de los bebs en gestacin.

    [2] Cada maana es comn observ ar, en las grandes ciudades del planeta, interminables hie leras de v ehculos paralizados sobre las v as rpidas, y se lev anta la v ista, las chimeneas

    humeantes de las div ersas f bricas que comienzan a producir con la entrada del turno matutino de trabajadores. Son precisamente el humo de los autos y el generado por la industria

    los que constituy en el tono grisceo del aire sobre las urbes. [3] El smog (combinacin de las palabras smoke-humo y f og-niebla) es el resultado de las reacciones qumicas de los motores que emplean combustibles fsiles, a los que se suman los

    aparatos domsticos de calef accin y el sector fabril. Los residuos son liberados a la atmsf era como gases, v apores o partculas slidas capaces de mantenerse suspendidas en

    niv eles que perjudican la salud humana y la v ida de animales y plantas.

    Charles Rodes, inv estigador de la Escuela de Salud Pblica de Michigan, Estados unidos, explica que el aumento de anhdrido carbnico en la atmsf era se debe a la combustin del carbn y del petrleo. Esto llev a al recalentamiento del aire y de los mares, con lo que se produce un desequilibrio qumico en la bisf era y una consecuente elev ada cantidad de

    monxido de carbono, altamente txico para los seres v ivos. Otras sustancias v enenosas que contaminan la atmsfera son el plomo y el mercurio.

    [4] De esa manera, el aire que respiramos est compuesto por miles de partculas de holln mezcladas con otros cientos de elementos que f orman el nanozoolgic o de molculas en la

    atmsf era urbana. Las partculas casi inv isibles flotan 10, 000 v eces ms pequeas que el dimetro de un cabello humano, son suf icientemente diminutas como para penetrar en lo ms prof undo de los alv olos pulmonares de un ser viv o.

    [5] Cuando estas partculas recorren el tubo de escape de los autos, su superf icie porosa se cubre de compuestos orgnicos que, a l condesarse, les conf ieren una consistencia aceitosa

    e impermeable. Entonces la molcula sobrev iv ir incluso a las fuertes lluv ias. Por su parte, las de amoniaco que f lotan en la atmsf era neutralizan a otras de cido sulf rico y producen pequeos f ragmentos slidos similares a la sal, que tambin se adhieren a las dif erentes superf icies donde se alojan.

    [6] Las minsculas briznas de holln atrapan molculas de oxgeno, as el compuesto entero se conv ierte en una v erdadera criatura txica y a que este gas reacciona con el aceite que

    recubre a las esf eras y da lugar a compuestos nociv os para la salud. Cuando las partculas descienden al suelo y son respiradas por los transentes, ingresan a trav s de los bronquios

    y v iajan a los alv olos de los pulmones, donde aterrizan en la orina y a lagunas ms se quedan clav adas en los tejidos grasos. No son pocas las que toman otra ruta y acaban dentro del cromosoma del f eto de dos meses; all empiezan a sembrar e l caos entre los genes del organismo que se est f ormando, manipulan los trozos de material gent ico y los cambian de

    lugar hasta borrarlos del todo.

    [7] El resultado es una serie de anomalas en el ADN que adems abren de par en par las puertas al riesgo de padecer cncer en el futuro. La anterior es las hiptesis de la Dra.

    Federica Perera, prof esora de Ciencias de la Salud Ambiental de la Univ ersidad de Columbia y la directora del Columbia Center f or Childrens Env ironmental Health, ambas instituciones en Estados Unidos. La inv estigadora ha sido una de las pioneras en la epidemiologa molecular, ciencia que estudia el ambiente urbano y los cambios a nivel molecular, apenas

    perceptibles, prov ocados en el organismo humano.

    [8] La Dra. Perera ha dedicado 25 aos a sondear el impacto a largo plazo de la contaminacin del aire en la salud de los citadinos. Por ello, se ha centrado en m edir la exposicin de

    las personas a los dif erentes niv eles de contaminantes areos conocidos como hidrocarburos aromticos policclicos (PAH por sus siglas en ingls), parecidos al holln y que se producen en los v ehculos, pero tambin en las calef acciones, en la generacin de electricidad y el humo del tabaco.

    [9] Los cientf icos han descubierto que la reduccin continua de la capa de ozono amenaza la div ersidad biolgica y los seres hum anos, y a que la pr imera resulta af ectada al recibi r

    may or cantidad de radiacin solar nociv a ray os ultrav ioleta-, lo que redunda en una alteracin de la regulacin del clima, y en los humanos, ya que la primera resulta af ectada al recibi r may or cantidad de radiacin solar nociv a ray os ultrav ioleta-, lo que redunda en la alteracin de la regulacin del clima, y en los humanos prov oca grandes problemas de salud; especf icamente, f av orece el desarrollo del cncer en la piel, cataratas en los ojos, problemas cardiacos y def iciencias en e l sistema inmunitario, por mencionar algunos ejemplos.

    [10] Expertos en salud ambiental y cardilogos de la Univ ersidad del Sur de Calif ornia, Estados Unidos, conf irmaron por primera v ez lo que slo era una sospec ha: la contaminacin

    ambiental de las grandes ciudades af ecta la salud cardiov ascular. Se mostr que existe una relacin directa entre el aumento de las partculas contaminantes del aire de la ciudad y el engrosamiento de la pared interna de las arterias, un indicador comprobado de arteriosclerosis.

    [11] El ef ecto persistente de la contaminacin del aire respirado es un proceso silencioso que dura v arios aos y conduce f inalmente al desarrollo de af ecciones cardiov asculares

    agudas como inf arto. Al inspirar partculas ambientales con d imetro menor a 2.5 micrmetros, su ingreso en las v as respiratorias ms pequeas se traduce en una irritacin de las

    paredes arteriales. Los inv estigadores hallaron que por cada aumento de 10 microgramos por metro cbico de esas partculas, l a alteracin de la pared ntima media de las arterias aumenta en un 5.9%. El humo del tabaco, y el que en general prov iene del sistema de escape de los autos, produce la misma can tidad de estas partculas. Normas estrictas del aire

    limpio contribuirn a una mejor salud con ef ectos a gran escala.

    [12] Otros de los elementos que contribuy en al debilitamiento de la capa de ozono, que es la que protege a los seres v iv os de la radiacin UV del sol, son el cloro y cromo procedentes

    de la contaminacin. Tambin, el calentamiento global prov ocado por el aumento en la concentracin de CO2 atmosf rico que acompaa a la combustin masiv a de materiales f siles. A

    pesar de estas ev idencias, tanto los empresarios como los gobernantes parecen no alarmarse con la situacin ambiental y no toman ninguna conciencia sobre los grav es daos que se

    estn haciendo al planeta; por el contrario, cada v ez hay ms concesiones e incentiv os para aumentar la productiv idad en las f bricas sin tomar en cuenta las medidas ecolgicas

    pertinentes.

    [13] El aire que se respira en una ciudad contaminada daa a todos sus habitantes, pero no por igual, y a que ciertos sectores de la poblacin, como los nios o os ancianos, son ms susceptibles a su impacto . Se ha notado que las personas may ores aquejadas de alguna enf ermedad respiratoria o del corazn son las ms expuestas al peligro que entraa el smog.

    As mismo, cuando los nios inhalan el smog se produce una inf lamacin de sus vas respiratorias que incluso puede prologarse durante 18 horas. Algunos de los sntomas que

    aparecen tras sta son la tos o la f alta de aire.

    [14] Por tal razn, un aspecto de la inv estigacin de la Dra. Perera f ue determinar cmo la contaminacin atmosfrica podra daar a los ms pequeos, incluso cuando todav a no han nacido. Para consegui r datos, pidi a embarazadas se colocaran en el cuerpo un monitor de a ire, un pequeo sistema de bombeo y f iltros con la f uncin de archiv ar los hidrocarburos

    respirados durante 48 horas.

    [15] Tras el parto f ueron tomadas muestras de san gre de la madre y se midieron las posibles aberraciones genticas en los bebs mediante el anlisis de los linf ocitos un tipo de clulas del sistema inmunitario en el cordn umbilical.

    Con este material, Perera busca la huella de los hidrocarburos e el material gentico de las clulas blancas, porque la interf erencia qumica con el ADN sera la responsable de un

    cncer. Estas sustancias podran apagar genes activ os o activ ar los que se mantiene latente, y sumiran en un caos a la maquinaria del crecimiento celular.

    [16] Hasta el momento, el estudio ha rev elado que los contaminantes areos estn def initiv amente asociados con una may or f recuenc ia de aberraciones genticas en el cordn umbilical. La doctora ha notado que la amenaza para las f uturas madres es baja, aunque no se puede descartar y a que es un proceso persistente, y por eso constituy e un riesgo de

    cncer. Lo que se hallado es un 50% de un aumento en las anomalas genticas de los bebs cuy as madres estuv ieron expuestas a may ores niv eles de emisiones de los automv iles.

    Por ejemplo, los contaminantes del aire reducen el crecimiento fetal. Lo que af ecta el desarrollo cognitiv o durante la niez.

    [17] Es importante mencionar que los f etos son sumamente sensibles a los agentes txicos, pero necesitamos saber con precisin la cantidad de un producto qumico especf ico que se absorbido la madre y si esa sustancia ha ocasionado daos en el ADN o en el sistema inmunitario del beb. Es un proceso tan c omplicado como buscar las huellas en escena del

    crimen.

    [18] Una de las sustancia qumicas que la doctora ha empleado para comprobar su hiptesis es el benzopireno, e l cual se f orma durante los procesos de combustin a temperaturas

    may ores de 300 C, tales como los incendios f orestales, la quema del petrleo y de lagunas grasas. Si el benzopireno ha cruzado la placenta y se ha alojado en el ADN del embrin, Perera sabe que ah encontrar una prueba irref utable de lesin gentica. Y si el dao causa una mutacin, un cambio en estas letras del cdigo, la clula ser ms v ulnerable a

    desarrollar un cncer en aos posteriores. Es importante destacar que la placenta cumple la funcin de proteger al f eto, pero a trav s de aos posteriores. Es importante destacar que la

    placenta cumple la f uncin de proteger al f eto, pero a trav s de la f iltracin de las toxinas de adentro hacia af uera, no en sentido inv erso. [19] La prof esora Perera destaca que los resultados obtenidos hasta el momento no quieren decir que necesariamente un nio v ay a a desarrollar cncer slo porque su madre hay a

    respirado aire contaminado. Sin embargo, lo que s demuestran las dif erentes inv estigaciones es que existe una gran posibilidad de que los f etos sean particularmente susceptibles a las

    toxinas ambientales. Adems de los componentes del smog, se ha comprobado que son af ectados por el cotinine, un subproducto de la nicotina, el cual tambin pudiera ocasionar

    alteraciones en el material gentico. Ello debera ser suf iciente para que las autoridades sanitarias aceptaran la tarea de rev isar los estndares de contaminacin urbana y determinar si las regulaciones v igentes protegen a los nios en gestacin.