Causas de la instabilidad de la& constituciones --en la América Latina.--

Presentada aBte la tl unta. Direetiva.

- de la-

~lacultaa ae Derecl10 Y Notariaao oc ij~ciaentc, t/

fPf

},tan d. c;laía Para optar á los titulos de

ABOGADO Y NOTARIO PUBLICO·

Quezaltenango, Maso de 18 91.

JUNTA DIRECTIVA -DE LA-

PROPIETARIOS.

Ih:cA.:w, Lic. uon l\Lrnnel Esti-uda C. VOCAL l.º

" " Manuel Julián Sa:rn1yoa.

" 2.º " " Clodoveo Bel'ges.

3 o Cm-los Lnnnve. ,, t •

" " 4.º FT 1'1 ' f' " _., " l~ 1x ~ ana ,opez.

S EClU:l'AlUO, " " .T esús F. 8áenz.

SUPLENTES.

ÜECANO, Lic. don Filadelfo J. Fuente~. VOCAL l."

" '' Feliciano li.gnilal'.

') o Nicolás López. " -· " ,,

0 o .Juan F. Cab!'el'a. " .. ,, ,,

,, 4.º ,, ,, Antonio l\fozariego~. SEctrnTA iuo, ,, ,, Julian Aguilera.

Tribunal que practicó él examen prívadc.

DECANO SUPLENT1•;, Lic. do11 Filad elfo J. Fuentes. VocAL l." ,,

" M. Jnlián Samayon.

" 2.º ,, "

,, Nicolás López.

" ~' Tomás Acaba!. S1wREl'ARIO, ,. ,, .Jesús F. Sáenz.

Solo los candidatos son responsables de las doctrina~ conslg ­nadr.s ~n la tesis. -(Art. 0 286 de la Ley rle Imtrucción Públi<'a .J

,, //

~e ~'t,. ()on ~a,'t,e,i.)o t.1'acf-i~co,

Defel'cncia y c~riño.

___ ..,A.. __ _

4Jodo't-e:::: don (qi,,j/lg a, n u eE (?,t!:,~a \1,eLC1,

<--~.1,cenci<tdo ., 0J:i n t Q, ni. ea, %t '\S.-e'Ln,

,, ,. (cMf~onuef' ~iB~uez.

;Jn~.-enteto ,, ~ /~anu-eC <R. <OttetJª·

l_\usp~fuosn amish10 ~ simpnfia.

~ircuustaucias en cuyo examen no debo entrar porque son de todos conocidas, dieron origen á ]~ disposición gubernativa que suprimió á fines del 83 la Facultad de Derecho y Notariado de Occidente.

Cuatro años después de haberse efectuado ta1 acontecimiento, la juventud ele esta sección, auxilia­da por las ofertas espontáneas de muchos de nues­tros distinguidos letrados y animada por noble idea, se agrupaba en torno del Jefe de Ja Nación solici­tando su concurso para el restablecimiento de las Facultades extinguidas. Al entusiasmo y patriotis­mo de los profesores en Derecho se unió pronto el de los miembros de otras profesiones, y la voz de la ju­ventud, siempre enérgiea cuando se trata, de alo-o hermoso y siempre simpática en d_onde el dogma de la democracia hu principiado a fijarse en ]a concien­cia, fué oida, y ,rimos aparecer este plantel dilatando más los horizontes de la esperanza y de] porvenir á la patria y ofreciendo a] desheredado de la fortuna 6 á los qne no quieren sufrir el duro sacrificio de se· pararse del hogar, medio fácil para la reali1.1wi6n <le sus ideales generosos. .

Mas de tres i:tños lleva d~ marcha reguliw t'.-ste ms· titnto y 1w ..son pocas las dificultadeil que para soste­nerse ha logrado vencer: de tiempo en tiempo st> oy~ hablar de su precaria existencia y mientras uuos b:m temido ver cerradas sus puertas muy pronto, otro:,i hemos previsto su larga duración: el establecimientv .

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instructivo levantado á la sombra de un gobierno que vela y se interesa por el bienestar presente y futuro del pueblo; 1o que crean la iniciativa indivi­dual, el entusiasmo y el .patriotismo; lo que ha sido obra no de intereses mezquinos y pasiones rastreras, sino del cariño profundo, del amor bendito que la niñez y la juventud inspiran á ]os hombres de elern­das ideas y nobles sentimientos, no puede tener vida pasajera, mucho menos si, dados los primeros pasos, se han salvado obstáculos poderosos.

Por lo que toca á la Faculta1l de Derecho y N otn­riado que entre nosotros, dicho sea en honor de la verdad, ha caminado á, la vangnardia de las otras Facultades, cuenta todavía, en '"la Junta, que b diri­ge, con muchas de las personas que trn.bajaron por su nueva creación, con profesores que no han omitido esfuerzos para que viva y alcance dia trns <lía alguu progreso.

Bj11 presencia de ejemplos de patriotismo tau elo­cuentes, mucho Jebe esperarse de este centro: el en­tusiasmo como la electricidad se trasmite y lo bueno, por dicha de la humana especie, no deja nunca de encontrar dignos irnitadoreH. ·

Mrn1rn1-ws DE LA HosoIL\BLE .J uxTA Dnu:cTIVA: Los beneficios que ha recibido y sigue recibiendo

bajo los auspicios de este plantel la juventud alten­se, que aspira á los hourosos títulos que ofrece la ciencia del Derecho, á vuestros afanes son Jebidos; la tranquilidad del hogar, la trnnquilidad <le la fo . milia, no perdida hoy por la separación dilatada Jel hijo que busca en lejano punto los conocimientos precisos para concluir una carrera, se dehe lÍ nrn~­tra iniciativa; y las ventajas que la sociedad nlca.nce contando con sacerdotes de In ley que ejerzan el su•

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blime ministerio de su aplicación 6 su defensa 11:la luz de 1a ilustración y de la justicia, se deberán' ' á vuestras enseñanzas, siempre inspiradas en los sanos principiot-1 de la filosofía .

.T ust os titnlos teneis, pues, para nuestra gratitud: yo no podré olvidarlos, y en este acto para mí me­morablf!, no b e querido dar principio al trabajo que como última prueba se me designara, sin hacer pú­hliro mi reconocimiento hácia vosotros.

Causas de la instabilidad de las Constituciones en la América 1atina.

Lns dos instituciones del Estado y de la lglPsin han dominado alternativamente todos los demfís dominios de la act! vi dad social, prolongando mlls nlli'i de toda nec,es1dad la tutela que han ejercido. P<>ro el gran :novimiento de independenc,ia v Ji. bertad que hn seguido todas las e~feras soci'¡¡leM y que tiende á constituir para cada uno un do­minio de acción propio, á dará cada uno lo qui> le es debido, impone también al Estado la obli­gación de fijar el dominio de su actividad seg(m el fin fundamental que Je ha tocado en la divi­~io11 del trabajo ~ocial de cnltura.-Este fln fun­damental no puede ser otro que el del derecho; principio que le ha dado nacimiento y que per­manece como la regla de su aeci{m.

~- ~f-t_1:e1-1.~ .

T.

Eutre la:,; cuestiones t¡ue hoy figuran eu el tapete de la discusión, correspondientes al orden sociológi­eo, ocnpa11 puesto prominente las qne se encaminau al ef.itudio ele la organización del poder político en sns rebcioues co11 la sociedad y, más aún, las 1¡11e tie­IH'll por objeto fijíll' la esfera que al Estarlo eurre-;­ponde, esto e:,;, los límites de su acción.

Desde este punto de vista, el problema relatirn á lat-: causas <le la instabilidad constit11cional de la América latina, ofrece una importancia capital. Su éstudio, poniendo <le relieve las maqninacione:, de los partidos r h8 aseclianzas de aquellos qne todo lo ::;au1·ifica11 á ;u propio interes, ha influido y debe in­fluir en la situación del pueblo cuya conciencia, para <pie llegue ti ser el santuario del sublime dogma de

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la lihertacl, 11P.cesita mucha luz; <1e1 pueblo e11y(ls su­frimientos n<) ptwden coneebir:-:e en el último tercio de] i::ig1o <1ne marcha guiado por la 0xpr1·in1ei:1 ch• eiPn y cien grneraciones.

Examinar los nwtin)s qne bau cletem1in:ulo rn nuestros puises las re\·olueio1H.'S, lo~ <To]pes de esta­do, las continuas lucha3, la sangre de~Tamn.<h eu los cnmpos en donde debiera sonreir <.~tema paz; eo1H.:l'e·

tar nl resultado de los hechm; lo que se hn (11wrir1o envolver en 1as vagas especulaciones de la ::\letnfísi­ea; r10eir n] pt1(!blo,·· eu nna palabra: e.,;fe es el ori­gen de 1.'W'Stra8 desgracia.r.;, cu¡1t1 tene/s d med/o rle evitarla8, es obra cuyo interes no puecle poncrr.e. eu tela de juicio y ella se sintetiza en la cuestión que me ocupa, 1a cual hajo nn aspecto más ó menos ge-11e1 al, ha sido <lt>senvuelta por ilustres publicista~.

A lgnnas eonsicforaciones históricas serviJ·úu de p1·emisnR á eRta téRis.

1 I.

• Oonocidm, son 1os ,·icio:-: de la políticrL dominante t'II Espai1a cun.n<1o se ernpl'endieron loR descuhri­mim1tos y cnnqnir,tas del 1'lH\\'O :;,\[nudo; l'onociclo es el espíritu que pl'ecedin. á los actos 'de los 11ui11<1ones que, en repre~entación lle la madre ¡iatrin, diri:;ían los tlestinüs de estm, pueblos: no se llt'<'.esitn, por con­siguiente, de la narración c:rnsada dr tristt>s aconte­cimientos r¡ue muy pocos ¡rnedt>n oh·idar 6 df'sco­nocer.

T1w; los epü,odio~ <le hs lwroiea::; jonial1a~ de la independencia cuyo recuerdo ha de serdr eterna­mente tle esperan;a y :.liento á estas trabajadas na­ciones ¿qué fue• lo qiie quedó?-pueblos incipiente~, sin M.bito~ políticos, compn<>stos en s~ mayor _p~rte· de rnm-t1s 1gnorantes eu donde el fauat1~mo rel1g10so

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y ~odas 1a_s preocupaciones sociales teiYían pro-fundm; mices; soc1c<lacles qne en medio de la ao-itación ¡>rodn-· 1 ~ cI< a por el fragor de lo:;; combates v clfil entusiasmo

qne inspiraran aquellas hazañas ci/lópeas, veían en sus ltéroes algo de proviclencia1, é inconsideradamen­te depo:,italnm en ellos sns destinos doblegándost' :í los caprichos <le muchos que, graneles en fris momen­tos Lle] peligro, se olvidab:rn de la ley á la somhra d1• fo. paz, dan<lo rienda suelta á mezquinas ambi­ciones. México bajo -el cetro de Itnrbide, el Pum­guay bajo la siniestra dominación del Doctor Fr:.:.nl'ia. Chile gobernada por O'Higgins y, en genernl, los primerüs acontecimientos de eada uno de los nuen>s países, nna vez consumada sn emancipación polítien, ~ientan esta triste verdad. Sm embal'go, la rernlu­ci611 había uacido de principios democráticos: 8Us re­snltados 110 podían ser contrarios á su misma natu­raleza. De ay uí b organización bajo la -forma n•pu­blicana <le las secciones que sacn<linon el yngo tlt• Espafia, organización que más tar¡fo ó mas temprano t.odas ndoptfü'Oll. ·

Pero f'Sta obra, dados los elementos de Rll furuw­cioll, tenía r1ue ser clefectuosa: en ella l:i Iglesia y el Estado, unas veces en intimo consorcio, otrn;,i e11

abierta luclrn }Jl'etendiendo cada institneión un pre­dou1inio exdnsh·o, pero siempre óld<lando la ::;ob,'ra-11fo inrhcidual, postergando los cJ.,reehos del hom­bre. han pretendido hacerlo to<lo.-lQu{\ m11elw. pues, ( l ne desde el L{io Bravo hasta. los confines <le la Ar­geutina, de consnno ó alkrnatinune1_1t_e l:aya11 pre­<1orninado durante lnro·os años d 1mlttans1110 Y el clericalismo, :falsifi.car~o las liLertn~les,. dau<lo mar­gen á la violación de las leyes constitutirnR y il guer­ras ele hermanos cuvo clamor Je muerte se escucha toda, ía en las d.ra~nes florestas de los Andes?-

º

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La historia de la Arnérica latina, ha dicho el Doc­tor 1\Ioutúfar en uno <le sus elocneutes discursos, es lu histol'ia de las revoluciones. Y en t.0 fecto, discol'dias continuas, golpes de e;';tado sembrando la desmora­lización política y acabando con las energíaR in(li­vicltrnles, gobiernos lle hecho sustituyt>ndo a los cons­tituirlos y la Iglesia, cnaudo ha Pnco1ürndo lugnr, sosteniendo clespotismos, fol'ma11 la materia de 11111-

1 1 1 · . l 1 l. . 'b . cuas l e as pngrnas < e a 11stom1, 1 ero-americana; t-:iÍ l >ien es ver(latl que cuad rus tan lastimosos van desapareciendo :í me(:ida tpie mayor número de afws 110s sepa!'a 11E• la fecha en que nacimos á In Yida in­<lepemliente.

;Por qué si las nacioualidatles lentntadas sobre las ruinali del coloniaje, liau marchado en pos de ic1ea grnn<le y luminosa, la itlea de 1n democracia, no han cornt>uzado :i V(-'l' sino tras largo camiuo Je eu:,myos y de lucha y e11 al?;mws so1Rme11te, estabili<laLl en sns instituciones, re:spe~o :í In. ley que rldermilla su organización'~ lniciaLlo t:>l pnnto, debo ex:uuinnr lo que ú este respecte) 110s dicen la Historia y la Fi]o­:,;oiía,_ la experieucia y ]a 1·azó11.

III.

La i1rntabiliJnrl <le las constituciones en la ..:\mé­'rica latina' y, por ende, sus revoluciones y extra dos, S(\ han exp1ica<lo <lt> maneras diforeutt>s, poi' c:111:-sns \·arias. c011fo1'111p el sistP:1rn filosófü•o ó doctrina his­tc'>rica. so:--tt.~11ida poi· ]m, ¡mblil'istas que kw tratado de PSP ¡m>lilt>ma trasceudP1Jtal. '

.\l 0 ·unos, eo11derní111lonos :-i eterno fatalismo, :ttri­huye~ ú la raza Pl nwl t>star que 110:-; aq t1ejn. ~ep;irn c•:,, t:t teoda no po1lPrnos St'I' 1ihn~s, lilllita(l:ts han 11t'

- - 17------------sel' nues tras con<p1istas en el derecho, efímerns los triunfos que alcancemos Pll la da del l-)l'O(~reso cons-

1 . . ü ' tante~ as ag1tac1ones de nu estrns pueblos. Xeees1ta-mos siempre de un C{isar y nuestros adelan tos uo pa­Rfi1•fL11 de ser pálido reflejo de la cfril izaeió11 mJO'lo-

. ü saJ01rn, ¡,orque pertenecemos íÍ la raza latina (t <p1ie11 est{L vedada la luz y la libertad.

llé aq11í un enor fnnesto, que si no mala f{, nnci ­da de espiri t ns débiles, re vela por lo menos u11:it·orn­pleta ignorancia de la Historia ó un pohl'e critel'io t•n la apreciación de los acoutecimientos.

Si es cie1·to que la libertad model'lla, como dice Lanrcnt, tnvo sus raÍl:es en los bosques de la Genna­nia, tamb ién lo es qne Francia, pueblo de la l'azn l:i ti-11a. popu]m-izó los derechos del homb re y llcYM la dor­mida couciencia de los países del Norte la fuerza <¡uc l1abía de levantarlos ele oproviosa servid umbre; si e:'l innegable <pu~ la América en el período <le s11 11iiit>z ha Yacilado y cometido algunos errores, ta111bi<'.'·11 lo es q11e la vieja Albión sopc)rtó la mano de hierrn de Ofü·erio Cromwel y Alema11ia sufría," aún, t>l d t>spo­tismo de muchos cuando parte consideralile de la ra ­zn htina le\-antaba sobre los escombros de la trnd i­ción el estandarte del porvenir.

Ot1·os quieren ver en la nat uralezn y 1~11 el cli111a bs causns que vengo estudiando. ArJientes dl1 fe11:-:o­res de Bodín, Monfosq11ieu y H erder, :1plic:111 :\ la América latina las doctrinas lanzmlas al muudo por aquellos disting uidos pensadores; pero de éstos rc>pito lo mismo que dejo expu0sto acerca de los q11c tldienLlen la influencia de la raza. Comarcas qt1<' 110

han variado de lugar, que tienfl11_ los mismos e~¡wc tácnlos, bnjn un clima siempre umform<" en ~us cam­bios, eran ayer poderosas; sobre su frent_e l)l'Jllal>a el nstro de la inspiración r del arte, la m111Pza y la

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abundancia cernian sobre ellas sus beneficios y hoy, viviendo la vi<la del recuerdo, en eterna postración, parece que reniegan de su existencia y aguardan ]a hora en que el tiempo y los acontecimientos borren su nombre del catálogo de las naciones: bajo la mis­ma latitud y condiciones se lrnl1an pueblos decrépi­tos y pueblos que irradian vida en toda su plenitrn1; al lado de sociedades que \"Í\·en en constante conmo­ci{m como las revueltas olas del océano, otras cuya existencia se desliza tl'anq uila, Hll regular y acompa­sado movimiento.

No se crea, por lo expuesto, que yo pretenda sos­tener que en lo absoluto se deje de sentir la in-fluen­cia en nuestros acontecimientos del carácter de 1n. ra­za y de las condiciones de la especiaJ natnn.leza del Nuevo Mundo; pero antes de estas circunstancias, que considero accidentales, se hallan los antecedentes his­tóricos y la inteligencia humana á todo superior, el poder del hombre que no ha encontrado jamár, en los límites <le su acción, dificultades que no venza, obs­táculos que no-'destrnya.

Hipócrates dice:"Hay pnehloR que no tienen natu­ralmente el valor y la aptitud para el trabajo; pero las instituciones pueden hacer nacer én su alma estas cualidades." Lo que afi.nfül uno de los iniciadores del fatalismo en la naturaleza, es la expresión de la Fi­losofia. positiva aplicada á l?, Historia que no puede nulificar la luz de la inteligencia, el libre albedrío, la acción del hombre, aute el examen de los hechos a través del tiempo y del espacio.

Un orden de ideas tiene su origen eu nrnltitml de causas que sería difícil analizar; pero sobre todas ellas, como dejo dicho, están los antecedentes histó­ricos más ó ménos inmediatos que deben irse desen­Yolviendo en cadena interminable, ohedeciencl,) sirm-

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pre la dil'ec;ión _<le la int.eligen~ia hum:rna qne puf'• de aternle1· u olvHlarse de 108 d1ctámenf's de la jus­ticia y el deber.

El estudio de la naturaleza psíquica del hombre hastn~fa para 1lestrui1· las peregrinas ºl'iniones que :í la ligera he presentado, s1 la experiencia nc111111da­<la tle la Historia 110 ofreciera tantos y tan claro¡;; ar­gumentos contrn el pernicioso fatalismo.

No debo extenderme más en este punto, y paso :í ocuparme ele ln cuestión bajo el nspecto positirn, ta l corno ha sido cousidemdo por los ohrerns del pen f-a-miento ~n nuestra América. ·

IY.

He inclicmlo la situación de t='stos paísl's e11:111do ohtuYieron RH autonomía. OrganizacLs haju la fo l'1 11a

1·epublicmia, los llamados ar pode1· veírrn en tomo suy/') nn pueblo ignorante y sufrido, tan Yalie11 te t•n los cnmpos de bat11,1la como s11111iso y 1110derndo t•l dia ele la victoria: dirio-irlo em fücil ~ - no lo em' me-º . nos explotarlo. Se promulgaron las pr1mems c:nt as fnndamentalPs, adoptando como modelo, de buena fé 6 con miras aviesas, lns de nacione.~ q11 e :-: i per:-:1• gnfan el misn.10 objetivo no contaban con ig 11al1!81.•lt•· mentos ni habían aparecido bajo las misnrns cirennf.­tancias de n.qnellos, lo cual dió 01·igen 11 institueionrs exóticas qne no podían satisfacer las necesid:ult•s qtw se hacían 8entir ni las aspiraciones de ciud ac1a11of. 11m• interesados en la suerte de la patria ,·eian lo~ ¡wli

• • ] > gros que amenazaban íle muerte su ex1st e!lc!ll. t'l'o

no solo en semejante anomalía se encontt-aha t-1 de­fecto de aquellas leyes: del modelo no Re tomn.?a lo mejo1·: so pretexto de que el pueblo ann 110 podrn en­trnr <le lleno al goce de sus libertail es, parn lo cual

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era preciso reformar fas costumbres y crear hábitos politicos, educar previamente las masas y destmi1· in­veteradas preocupaciones, se cercenaban los derechos individuales dejando al Estado amplia acción, sin qne límite alguno fijase, como era propio, la esfera en qne debia desempeñar sus funciones.

Estos errores han producido, como lógica conse­cuencia, los abusos del podet· político, los excesos ele la fuerza, dando margen á revoluciones desastrosas, no pocas veces precedidas por el escándalo de los golpes de estado.

Y el hecho general se ha repetido: en cada refor­ma 6 cambio de ley constitutiva, bajo el disfraz qne más ha convenido, se han dejndo subsistentes los errores, escribiendo así en frágiles camcteres lo que debfa hnberse gmbado en planchas de ncero, ]P.v:m­ta.ndo el edificio socinl sobre movediza arena, ex­puesto á desviarse ó á caer al impulso más ligero.

Estas y no otms son las causns de la instnbilidad constitucional en la América española.

En épocas tfhteriores, cuando el imperio de 1:-t fuer­za había, tomado carta de naturaleza en la marcha de las naciones, bien pudo negarse al individuo sus de­rechos y constituirse el :B~stndo haciendo caso omiRo de sus relaciones con la socie<lad y <le las condicio­nes de ésta para su vida y desarrollo; hoy ante el nuevo orden de cosas, ante las ideas derramacLts so­bre la faz de la tierra por escritores y filósofos tan célebres corno Channing, Stuart Mill, Laboulaye, Fichte, Humbolodt y otros muchos que han abrazado sin reserva las doctrinas salvador:-ts del progreso, no se comprende la 110ción de la libertad si no se fijan los limites del Estado respetando los derechos indi­viduales.

Las leyes fundamentales dietadas de acuerdo c-on

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el modo de ser <le la soeie<lnd, l'espetando sus antirrnas práctieas, como lo quiel'e y Jo pide el consernlti~1110 111111 tenido ali;una estabilidad fÍ pe¡.;nl' <le sus ten'. <lencia::i nl absolntismo tlel poder político; pero t~sto :solo pnw~,a la funesta intervención <1ue tiene e11 In. suerte de c11al1¡uiem ng!'llpacióu social la ignonrnl'ia y la falta de espíl'itn púh1ico, <le mora1iznción y d<' Pnergía que e1 vern:>no de los <lespofonnos <lf:'str11\·l• f:ícil111ente. ·

Pretew1er que las reformas en las eostumbl'PR ó !in.hitos sociales debe precederá l,1s refornrns políti­ticas; 1J11e las libertades deben conce<lerse con cit.>rtas limitaciones :i los países que no han recibi<lo P<llll'a• cióu política, son absurdos que en el <lia no l'esi:-h>II el examen de la rnzón, extl'arngancins defendi,las por los pal'tidarios ele la tradición y por los pnlíti, )s 1•111-

p~ITll!los en sostener influencias pernicio:--ns ¡•n prb d1• intereses personales. Lastania, ;1 ocuparst, d!:' la re­fol'ma social y polltica, en e1 tratndo que ad.,la11t1.· menciono, demuestra que los l1áóito8 políti<·os de 1111

p11ehlo pueden sa 1·~forinadosfácilme1de poi' 1tJ1a lt.'I política. que 110 sea contraria á fo orya11iz-a(·i,;11 11a­t11l'({l de la so<·iedad y dicP, con el neiel'to <1<· pt•11sn­<1or profundo: "Las reformas politi<'.aS son dr di:--ti11-to carácter que las sociales, pues el lll('jor mod11 d_e npl'ender la 1ibertacl consiste en comenzar i1 prnl'l•· l'aJ·ln mientras <1ne ¡mra aprenc1e1 una 111w,·a <'ost11111-

' . l . 1 ., hn:>, es necesario comenzar poi· Yal'J:ll' as H t-n:<.

La le~· <1tie reglamenta 1a institueióu ~oc inl d"I dt>­n•c!10 debe, entonces, respetar las l1emas ¡•:-Jt-> 1·:1~ 1•11

que se <leseun1eh·e la acti,·idad hnma ua cual f'" 1_11llt>J':I

i¡ue spau las costumbres 6 modo_de ser dt>_ la soe11•tl:1d. cuyo progreso e<lncacionn1 se 1r{t oht P~11 ern1~, t·o11 <·l <·nmhio tle ]n-. i1lens r :í i111p11lso de la m1smn h lwrt:111.

Laboulaye, ilustre tn-üadif-ta llne inspira a<lrnira­cion y respeto, establece: ".El :fin :-;upremo de la po­lítica es dará cada ciudadano el libre nso (le sns fuerzas, porque este libre nso es, tanto para el indi­,·iduo como para el Estado la condición del bienes­tar r de] pl'ogreso. El Estado no debe ser mas qne 1111a garantía de la libertad." Y cie1-tamente, si las leyes tlespremlidas <le la uatm·a1t=>za misma, tan sen• cillas en sns manifestaciones corno fáciles en la prác­tica, deben imperar, no pnedH en ellas ohidarse el interés social ' qne exige: que el gobierno limite sus atribuciones abdicamlo de sus tendencias á tener ln iniciativa en toclo acto qnf-' ti otl'ns esferas de la Yi<la humana ó al iudi,·iduo conespondf'n, que soporte las consecrnrncias de sus propios errores; que asegure la paz y eJ 01·<len garantizan<lo el respflto a la justicia y á los derechos invi11lables del hombre, y que en sns disposiciones consulte las necesiclades <le sus comi­tentes.

Así lo han comprendido las naciones que sin·en de modelo en la ci,·ilización moclerna. Sobre estos prin­cipios sostiene la 8niza sns ,·igorosos instituciones; sobre ellos reposa el Self goverement cuya práctica nos parece vago ideal solo realizable en ]a tierra que en dia feliz poblaran los puritano~ conducidos por "La Flor ele Mayo" al N nevo :Mundo; ellos sin·rm de base á ln constitución i1wlesa, di('/'no monumento le-º o \·antado á la personalidad humana, sublime protestu lanzada contra las torpes teorías clel macp1i:n·elismo, siempre t1-iunfantes en las épocas de transición :\ fa. vor de la a1rnrqnia de las ideas ó de la dehilidad y d_esali~nto que dejan tras sí lns agitaciones revol11-c10narrn.s.

En la América latina no han llegado á encamar:-;e estas doctrinas, sin embargo (le sn bontlml; ~· ,,_¡ In~

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progresos que ha hecho son una verdad inco11tc,: fa­hle, mrn no ha llegado á la meta de esa aspimeión legítima de nn pueblo que tiene ronciencia de sus destinos . . Las "Lecciones de Política PoilitiYa" por La:--tar­

na, _obra que bajo el aná1isis de imparcial criterio, exlnbe el cnadro <le mwstra organización social r po­lítica con las muchas sombras y pocas luces 11lit> lo definen, ha sintetizarlo con preeisión r clarid:vl los yel'ros que falsP:rn por su hase las leyes fundamen ­tales de estm; naciones, en las . signieutes palal,rns: "f t' t . l' . . 1 ,as cons 1 uc10nes po it1cas americanas, tanto as muchas que han <lejndo de existir, corno las vigt'll · tes, han concordado en +,res vicios radicales, qne lns han hecho en general inútiles y a \·eces nugatorias: l." la ,•itgue<lad con que han cousagrndo los dere<'l1 ns sociales é i11cli,·i<lnales, tratando de garantizarlos si11 t:ianción efectirn, sin limitar la soberanía nacional ni PI poder político, y dejándolos al arhitrio <le los man­<lat.1.rios, al de fas leyes que se dicten posterio1·111 e11 t t1 ~· an11 al de los bandos de policia: 2." la genemlidml. ambigua y peligrnsa con que han ,lrte1·minn<lo l:1s atriliucioues <lel poder político en to<lmi ~11s 1·m11 ns, y principalmente las del ejecutivo, al Cl!;~} ltnn d t>j :t· do una autoridad \·astísima que con fac1hdad It a dt•· O'enerado en ilimitada mediantP las 1míctic:1s dl' la :-i ' 1 l ai·l>it.rnriednd del poder colonial, <le que aca >a)l I t'

salir estoi:; países, y con motin> de ser la auto1:1d:1d Pjecuti,·a la que más actual ? constantem~nte PJt'l'ee el pode,· político y la <]lle 0011 más grnernh<l:H I_ ahm­za todos los servicios públicofl.; H.º la pref~ r·e11~1111· 11 11

que todos se han consagra<lo á la const1t11 e1ó11 1lt>I ¡wrsonal del poder político y :i )a. rnaiwm d'.• l'eJ~o­

v:.rlo, sin tmtar de fijar con p1:ec1s1611 sus at1·il111,•10; urs )' su resporn;ahilidad, y oln<larnlo e11 tera111t>nh• a

la sociedad y sus derechos, al hombre y sus lilJer­tades."

Ante los hechos q ne puutualmeute consigna el publicista chileno ¿será extraj'ío qne nn simple tle­creto deje sin garnntías al ciudadano de las nuerns repúblicas y al jefe del ejecutivo com·ertido en dic­tador? ¿Aparecerá paradógico que la constitución formulada para un pueblo libre, ampare la tiranía asegurando la im·iolabilidad de los gobernantes? ¿Y puede ser germen de p:-tz duradera y fecnnda la unión de cosas é ideas cnntrarias en su naturaleza, opuestas en sus fines?

No debe entónces buscarse el origen de la instn­bilidad constitucional de estos pueblos en regiones lejanas ó metafisicas: múltiples causas habr:111 podi­do interYenir en ello accidentalmente, pero las que de un modo inmediato. se mani:fiestnn, ballanse en los vicios ya señalados, vicios que á su vez han en­contrado apoyo firme en la punible tolerancia, nrnla fé, poco patriotismo ó faltn de ciencin. de los tp1e aceptando el cargo que únicamente tlebe encomen­darse á la ilustración v á la honradez, han fomrnla,1o y sancionado leyes bu~nas, muy buenas para los que se llaman sus depositarios, pero nefandas pam la so: ciedad cuya institución politica organizan.

Y.

Tortuoso ha sido el derrotero que hemos seguido en los pocos años de nuestra Yida irnlepeudieute. Consecuencias mús ó ménos directas, más ó méno:-­inmediatas de la anómala organización dada p01· nuestras cartas constitutivas, han sido la transaccióu del Gobierno de Colombia con la Iglesia, origen tle la pérdida de muchas de las libertades que tan a1to

¡,11et-1to hahía,n ~011quiRtado (t la patria d(• la pcw,:ía y del artf'; lo,-, ulbmoR traRtomos de- la H1!piib]i('a dt ¡ Plnta; los de: Celltrn-América qne no há mtH'lw hl·· mos J>l'PReucrndo con .el eRceptisismo en el r1l111a \' la t~·i~tPZa e11 el COJ'a~ÓII, _y la g_u ena que hoy 111isn.o s1emlirn. la de,mlnc1611 en las crnclades tl orel' ie11t1•,; dl' la simpátien Chile.

[ ) . • , • ' 1. , ero ,10,·ene:-,, rnny Jº' enes son e.'ls nac1 111ws CJII<' sp reparten lo m:ÍR bel!o dtd Nuevo ::\l1111do y 110 iuf1111-dc• pocn conifonza el VÍO'OJ' moral éi intel Pe0tnal de :-11s hijo,-, alirne11tndos por 1~ Rangre de dos rnza~ qne, <·on RUS martirios y hernicas h:t1.afias, abrillauta11 las pá­ginaR ele la Historia como los soles ]a,_ profnnrlidndt>s rlf'l eRpacio: sus )>l'OgreRO!'i reconoeido,;;, airn por los enemigo,;; sistemáticos que tienen 11llende t>I Atlánti­co, las ponen á cubierto de las amliil'101 ws d e la ril'ja Enrnpa qne va a<lqniriendo la. cn11YÍl'ci ó11 d t• -:u im­poten1:ia para imponerleR de ntwYo .., ¡ y 11_!.!·11 dt> --u dominio.

Desesperar de la eompleta rf'ge11ern<:ió11 dt • la tier• l'a <ple tantas veces se ha llamado tierra dtl j )(IJ'l'1;1/l/'

por los nobles fines qne persigue y por lo:- ril'o:-- do-11es <{ Uf' solire e11a ha <lerrnmado la 1111t1mdt•xa, e~ inferir ao-ravio al btw11 smitido v ó. la razú11 <Jllt> bu­llan en l~ ley del prooTeso lrnm;rno la inmutabilidad tle ]a,-, leyeR· que rige1~ al mu1Hlo fí :--i1·0.

Levantar el espi~itu público _al lí donde dt•:-fol!t c·c aaobiado llor la tiranía <larle ,·1.,or donde 111111 ,·1,·1•,

a ' .., . sostener ]m, energías i nd i viduales comi: p1:1111er l,a-luarte del progreso y lh~,·ar. á la <?1!c1e11e1a

1dt' )m;

gobernados con ]a luz 1le la mstruec1on b_ fe t·n t•l ¡)orvenir, es obra que ningún esfu f'J'Z (~ 11ecer-nt:1: _ba:-ta para ello que en la cima del po_de!' sienten :11 1_111pe­rio la idea del honor, los se11t1mH•ntoR dt" dignidad, la rectitud y el amor sincero>' profnuclo q11P la pa-

. tria insr)irn á torlo hombre no encenao-ado en el vi-.:,

cio, por·q ue estos principios encierran la vj rtml de dar confianza á los marnlatarios para ,.;a11cionar sin temor en el código de los humanos derechos, b le_,· que haga efectirn. y no ilusoria su responsabifüb<l, la descentralización llel poder, la libertarl igual para todos y si11 más límite que el derecho ageno y la ac­ción del Estado circunscrita á }o¡;_ medios que h: son indispemiah1es parn la cfofensa y p1 otección del iudi­dd 110 y ele la sociedad.

1

De esta suerte, manteniendo libre In conciencia ,-el pensamiento, Heguro el hogar, garantida la propil~­dacl, sin trabas la i11tlnstria, el incli,·idno re:-:-pet:ulo, la lt:'y igual para todos, independiente el s11f1·ngio, amovible el poder y afirmado el derecho (le acm,a1· á los funcionarios por· el abuso de sn auto!'idad ó falta de cumplimiento en Rus deberes; en 1111a paln­hra, dando al hombre lo qne le pertt>nece sin cimtm­riar d 01·rlen <le s11 natnr:ili0 za. es como el có<lio-o fun­damental de los pueblo::- lleua s11 fin; es con,~ en la ReJ)ública del Xorte {_, I1wlatel'l'a, contrihuve11do al

/'.') . armónico rlese1n·olvimie11to de la. :wtividad indivi-dual y social, ha realizaclo las consec11entes mara,·i­llas c~el pn,gl'eso; es como en la América espafíola se mantendrá firme, estttble eu medio de las recias te111-pestades ·que de ia ambición, la política y el elroq11e de intereses enco11t1 ados p11edan surgir, ponic11clo término á luchas intestina::- y clamlo pl'incipio á la paz perpétua; he1·1110:sa utopía que el filósofo de Koe nigsberg, en humilde y apartado asilo concihiPrn pa­J'a las nacione::- en donrle procla111ado el <lerncbo :-;e defendiera ~- pmcticara! Y e:-a utopía como t()(la <·011-

cepción de visiouario sublime, acahaní'por n°aliznrse antes dl, que el ::-iglo dif'z y nup,·e se hu11tb t:'11 la~

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• sombras ?el ¡:,asado, á despec~o de lo:, que :ulm ir:111 á De Mmstre y de los apologistas de la ~uerra como Promlhon! ·

VI.

Los estrechos límites de un tmba,io eo11w estt' 11 0 me han pE:rmitido considerar la materia que me ocu­pa con la extensión qne su imp01·tancia merece>.

Para co11el11il' recupitularé en pocas palalm1s ni o de lo que <lejo expuesto. 0

Yoltuire escl'ibió en sus '·lcleas repuhlicunas" )a,; ,.;Íg11ie11tes lí11eas: "El pnro despotismo es el cnstigP ele la mala conducta de los hombl'es. Si una comu11i­,lad de homb1·eses dominacla por 11110 Rolo ó }101· unos 1,ocos. esto consiste evidentemente en que 11 0 ha te-11i<lo nilol' ni habilidad para gobernarse á sí mi~nia."

Bien se comprende que el laureado filósofo se pro­ponl::-., aguijonear los sentimientos de dign idad. rn­liéndose del poderoso resoJ"te de la ironía , para que los oprimidos pueblos ,Jel Mundo Antiguo 110 t:ml:t­:-;en en sacudir la dominación del .absolutismo: pero hoy 111H-'st1·<)8 pesimistas toman aquel pensamiento en diforentP sentido v con la convicción ,ld q11e sientu 1111a \·erdad axiom0ática, exclaman: C'1tda 1rnehlo tit>llt-! el gobiel'llo q 11e merece. .

Q11é lejm~ de la verdad se encuentra tal idea. 11:t­hlando <le 1111 aconteci111ieflto politico, he dicho t>ll

otni. ocasión y repito ahora: la ,,d 11caci611 en la hmu:1-nidarl colectiva con10 en la il)(]fridual. forma u1111 !<t•·

umHla naturnleza v si esta sp recÍPJJtP <lt> lo,; clefe<'tos Jeru¡nelb, solo p~1Pde Jn()(lifif'a !'t-e con 111111 :;abi:1 y paternal <lir0cción. .

Las naves en borrnscoso mar 11eePs1tau ,le nu en­tendido piloto que las guíe ,-1ald,nclol:1s ele ocultos pelig1·os y <le la fuerza de los de;.enca<le11n<los t'le-

• rnentos; tal asilas nacioneR cuando aparecen con vida independiente ó algún fenómeno social carnhia sumo­do de ser, solo la buena fé y la prndencia de los que toman á su cargo la admiuistrnción de sus intereses pueden llevarlas á puerto Aegnro y afianzar sn por­venir en la da de la felicidad.

Si se quiere qne los pueblos se acostumbren al uso natural de sus libertades ciYiles y polí6cas, es pre­ciso concedérselas; no hay otrn escuela para cunegir la falta de educaeión política, ni mejor lJ'.}edio parn comunicar vida al espíritu público, ni procedimiento más legítimo para dar cima á la obra <le la estabili­dad constitucional en nuestra América euya augmi- · tiosa situación debe hallar pronto termino al influjo de las ideas redentoras del siglo.

PRO POSI (:ION ES.

Filmwfía del Dereclw.-Del dneh sn oríaen v 11 11 •

tura1eza; sus relaciones con la civiliz~ció1~. Derec!IO Oonstitucio11al-'Determinació11 de las utri­

hucio11es y responsabilidad de los depositariolli del poder.

Derecho Oivil.,..,..-Tutela. Dereclw ,Ú'a<'cmt'd.-¿Qué difere11cfr. existe e11tre 1)1

crsión• de créditos meueantiles y connmesf De1-erlw .Penal.--Prevaricato. flel'(x-lw Internacional.-Jmisdicción criminal de :&•

ho!'do. Oratoriafo }'(311se y Litemtura e.•1pañola y amf:ricmw

¿Tiene la América una literatura que le sea pro•. pin?-,Hay originalidad en las obms.,,b ✓~, ., /, &~,✓-

F'i/o.wifía de la Ilú,toria.,.--Causas de la reforma l't'·

ligiosa.fuicio crítico de Lutero. Dereclw Arlministrot/vo.-Líniites de la ,J misdi('•

ción admiuistrnti va. Procerlinúentos ~Jmlicialf8.-Citaci6n y sus efecto!'. J{'r.onvmía Política.-Libertad ue tmhajo, l'Xcep•

ciones que de la naturaleza del f'.istt>mn ¡.:p det-· prenden.

P ráctica del .l{otariado. -Escritura de cnpitu l11<'i1)•

nes matrimoniales.

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