cartografía social

15
 CUADERNOS DE GEOGRAFÍA | REVISTA COLOMBIANA DE GEOGRAFÍA |  n.º 18, 2009 |  ISSN: 0121-215X |  BOGOTÁ, COLOMBIA | PP. 9-23 Reexiones sobre Sistemas de Información Geográca Participativos (SIGP) y cartografía social Reexões sobre Sistemas de Informação Geográca Participativos (SIGP) e cartograa social Reections on Participative Geographical Information Systems (PGIS) and social cartography Susana Barrera Lobatón * Universidad Nacional de Colombia, Bogotá : . : .  Artículo de revisión teórica de lo s participativos, la cartografía social y su re lación c on los concepto s de espacio cartesiano y social, la representación y el acceso libre a la información. Resumen Los participativos requier en revisión en cuanto a sus implicacion es para el concepto de espacio, para las nuevas representaciones y el acceso a la información geográca espacial. En Colombia se conformó el grupo de investigació n Espacio, Tecnología y Participación (Estepa), para analizar dichas problemátic as.  A partir del tr abajo del grupo, es te artículo se propone socializar las reexio nes sobre la pertinencia, operatividad y conceptualización de los participativos y la cartografía social en Colombia. Aquí se somete a reconsideración la concepción de los como una herramienta para el manejo del espacio euclidiano, bajo una perspectiv a que incluye otro tipo de conocimiento, que, para el caso, se convierte en cartografía no euclidiana. Finalmente se evidencia la necesidad de reconocer otros elementos fundamentales de su uso, acceso e interpretació n, relacionados con la toma de decisiones más democrática a través de una mayor participación de las comunidades locales. Palabras clave:  par ticipativ o, cartografía social, cartografía convenci onal, democratización de la información. Resumo Os participativos requerem revisão e discussão quanto a suas implicações para o conceito de espaço, para as novas representações e para o acesso à informação geográca espacial. No contexto colombiano formou-se o grupo de investigação Espaço, Tecnologia e Participa ção (Estepa), para analisar e discutir ditas problemátic as. A partir do trabalho do grupo, este artigo propõe-se socializar as reexões sobre a pertinência, operatividade e conceituaç ão dos participativo s e a cartograa social na Colômbia. Aqui, submete-se à reconsideração a concepção dos como uma ferramenta para o manejo do espaço euclidiano, por outro tipo de conhecimento, que, para o caso, converte-se em cartograa não euclidiana. Finalmente evidencia-se a necessidade de reconhecer outros elementos fundamentais de seu uso, acesso e interpretação , relacionados com tomar decisões mais democráticas atravé s de uma maior participação da comunidade locais. Palavras chave:  participativo, cartograa social, cartograa convencional, democratização da informação. Abstract Participative Geographical Information Systems- need to be reviewed in regards to their repercussions for the concept of space, new representations and the access to geographic spatial information. In Colombia, the research group Space, Technology and Participati on (Estepa, for its Spanish initials) was created in order to analyze these topics. is paper intends to socialize, from the group’s work, some reections on the pertinence, functionality and conceptualization of participative and social cartography in Colombia. Here, the conception of as a tool to manage the Euclidean space is reconsidered, under a perspective that includes other type of knowledge, that is non-Euclidean cartography . Finally , this paper shows the need of creating a culture of participative democrati c information, one that leads to the recognition of other essential elements for its use, access and interpretati on, related to the empowerment of local communities. Keywords:  participative , social cartography, conventional cartography, democratizati on of information. * Dirección postal: Uni versidad Nacional de Colombia, sede Bogot á, Departamento de Geografía, ed icio , of. . Correo electrónic o: sbarreral@unal .edu.co

Upload: abraham-paulsen

Post on 04-Nov-2015

7 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

cartografia socialgeografía humanainvestigación cualitativa

TRANSCRIPT

  • CUADERNOS DE GEOGRAFA | REVISTA COLOMBIANA DE GEOGRAFA | n. 18, 2009 | ISSN: 0121-215X | BOGOT, COLOMBIA | PP. 9-23

    Reflexiones sobre Sistemas de Informacin Geogrfica Participativos (sigp) y cartografa social

    Reflexes sobre Sistemas de Informao Geogrfica Participativos (sigp) e cartografia social

    Reflections on Participative Geographical Information Systems (pgis) and social cartography

    Susana Barrera Lobatn*

    Universidad Nacional de Colombia, Bogot

    RECIBIDO: 31 DE MAYO DEL 2009. ACEPTADO: 25 DE OCTUBRE DEL 2009.Artculo de revisin terica de los SIG participativos, la cartografa social y su relacin con los conceptos de espacio cartesiano y social, la representacin y el acceso libre a la informacin.

    Resumen

    Los SIG participativos requieren revisin en cuanto a sus implicaciones para el concepto de espacio, para las nuevas representaciones y el acceso a la informacin geogrfica espacial. En Colombia se conform el grupo de investigacin Espacio, Tecnologa y Participacin (Estepa), para analizar dichas problemticas. A partir del trabajo del grupo, este artculo se propone socializar las reflexiones sobre la pertinencia, operatividad y conceptualizacin de los SIG participativos y la cartografa social en Colombia. Aqu se somete a reconsideracin la concepcin de los SIG como una herramienta para el manejo del espacio euclidiano, bajo una perspectiva que incluye otro tipo de conocimiento, que, para el caso, se convierte en cartografa no euclidiana. Finalmente se evidencia la necesidad de reconocer otros elementos fundamentales de su uso, acceso e interpretacin, relacionados con la toma de decisiones ms democrtica a travs de una mayor participacin de las comunidades locales.

    Palabras clave: SIG participativo, cartografa social, cartografa convencional, democratizacin de la informacin.

    Resumo

    Os SIG participativos requerem reviso e discusso quanto a suas implicaes para o conceito de espao, para as novas representaes e para o acesso informao geogrfica espacial. No contexto colombiano formou-se o grupo de investigao Espao, Tecnologia e Participao (Estepa), para analisar e discutir ditas problemticas. A partir do trabalho do grupo, este artigo prope-se socializar as reflexes sobre a pertinncia, operatividade e conceituao dos SIG participativos e a cartografia social na Colmbia. Aqui, submete-se reconsiderao a concepo dos SIG como uma ferramenta para o manejo do espao euclidiano, por outro tipo de conhecimento, que, para o caso, converte-se em cartografia no euclidiana. Finalmente evidencia-se a necessidade de reconhecer outros elementos fundamentais de seu uso, acesso e interpretao, relacionados com tomar decises mais democrticas atravs de uma maior participao da comunidade locais.

    Palavras chave: SIG participativo, cartografia social, cartografia convencional, democratizao da informao.

    Abstract

    Participative Geographical Information Systems-pGIS need to be reviewed in regards to their repercussions for the concept of space, new representations and the access to geographic spatial information. In Colombia, the research group Space, Technology and Participation (Estepa, for its Spanish initials) was created in order to analyze these topics. This paper intends to socialize, from the groups work, some reflections on the pertinence, functionality and conceptualization of participative GIS and social cartography in Colombia. Here, the conception of GIS as a tool to manage the Euclidean space is reconsidered, under a perspective that includes other type of knowledge, that is non-Euclidean cartography. Finally, this paper shows the need of creating a culture of participative democratic information, one that leads to the recognition of other essential elements for its use, access and interpretation, related to the empowerment of local communities.

    Keywords: participative GIS, social cartography, conventional cartography, democratization of information.

    * Direccin postal: Universidad Nacional de Colombia, sede Bogot, Departamento de Geografa, edificio 212, of. 320. Correo electrnico: [email protected]

  • UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA | FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS | DEPARTAMENTO DE GEOGRAFA

    10 Susana Barrera Lobatn

    Introduccin: antecedentes y metodologa1

    Los SIG participativos, tema central del presente artculo, fue-ron concebidos inicialmente con la idea de poner al alcance de las co-munidades herramientas para la toma de decisiones (Sieber 2006), es decir, con la idea de brindarles a aquellas la posibilidad de medir, representar y analizar su informa-cin espacial desde su propia per-cepcin. La idea naci en el Centro Nacional para el Anlisis e Informa-cin Geogrfica (NCGIA) en 1996, ante la pregunta de un grupo de personas interesadas en el de-sarrollo de los SIG sobre las re-percusiones de esta tecnologa en la sociedad, ms especficamente en trminos de marginalizacin y empoderamiento (Harris y Weiner 1998; NCGIA 2003). Desde enton-ces, se realizaron numerosas con-ferencias en torno a esta idea, que conllevaron a varias iniciativas de investigacin, entre las que se men-ciona el Proyecto Varenius (NCGIA 2003), con el cual se fijaron muchas de las metas de los SIG participati-vos, tales como el acceso a la infor-macin, el papel de la tecnologa en

    1 Las discusiones presentadas en este artculo fueron realizadas por estu-diantes de pregrado y posgrado de diferentes reas del conocimiento, entre ellas, geografa, antropologa e ingeniera catastral. Participaron en las discusiones Paola Corredor, Rubn Daro Albarracn, Alejandra Dulcey, Mery Fernndez, Carlos Franco, Ma-yra Gonzlez, Edward Marn, Tania Mendoza, Joshua Pimiento y Leo-nardo Taylor, integrantes del grupo Espacio, Tecnologa y Participacin (Estepa). Este grupo es liderado por Susana Barrera Lobatn, profesora del Departamento de Geografa de la Universidad Nacional de Colombia.

    trminos de almacenamiento y co-municacin de la informacin geo-grfica, el uso de esta herramienta como un mecanismo de desarrollo y distribucin de poder (Sui y Go-odchild 2003; Ghose 2001; Elwood 2002; Sui y Goodchild 2003; Elwood 2006) y la necesidad de tener una mente abierta a conocimientos del espacio con perspectivas ms loca-les (Aitken y Michel 1995).

    La discusin acadmica en tor-no a los SIG participativos y su apli-cacin en el contexto colombiano llev a la integracin de un grupo de investigacin en el Departamen-to de Geografa de la Universidad Nacional de Colombia en junio de 2006. Este grupo ha reunido sus reflexiones principalmente en tor-no a tres temticas: 1) las transfor-maciones del concepto de espacio y su lgica e interpretacin a travs del tiempo, 2) el concepto de SIG y su posibilidad de representar en el espacio variables y relaciones con diferentes lgicas (cualitativas y cuantitativas) por medio de la re-presentacin cartesiana y no carte-siana del espacio y 3) la generacin de una cultura de informacin es-pacial con la idea de una democrati-zacin participativa de esta.

    Con respecto a la primera tem-tica, el grupo ha reflexionado sobre materias tales como: a) el espacio euclidiano, en el cual se basan las representaciones ms instituciona-les2, y la construccin no euclidiana

    2 Como institucional, en el contexto de este ensayo, entendemos aquellos mapas que se consideran oficiales, es decir, los que son producidos por ins-tituciones del Estado creadas con este fin o por consultoras especializadas. Estos mapas tienen la caracterstica de que cumplen con ciertos parme-tros definidos para su realizacin, dentro de los cuales est el uso del sistema cartesiano para la represen-

    del espacio3; b) los aportes episte-molgicos de la geografa al concep-to de espacio, y c) las representacio-nes de poder y su significado en la modernidad y en la posmoderni-dad. Con relacin al segundo tema, se han establecido vnculos con la Alcalda Mayor de Bogot, espe-cficamente con la Secretara de Integracin Social, a travs de pa-santas de estudiantes de Geogra-fa en el fortalecimiento de redes sociales articuladas con comedores comunitarios en siete localidades de Bogot. Estas pasantas ya han dado resultados interesantes, los cuales pueden consultarse en Al-barracn (2007), Dulcey (2007) y Taylor (2007), y sern socializados y actualizados en una nueva publi-cacin. Tambin se encuentra en desarrollo una tesis de Maestra en Salud Pblica (Fuentes 2009), en la cual se estn implementando algunos de los conceptos y meto-dologas trabajadas por el grupo, especficamente, en la bsqueda de este puente entre representaciones cartesianas y no cartesianas del es-pacio por medio de los SIGP.

    Para el tercer tema se ha con-cluido recientemente un proyecto de investigacin financiado por la Direccin de Investigacin de la Sede Bogot (DIB) de la Universi-dad Nacional de Colombia, cuyos

    tacin de cualquier tipo de variable geogrfica.

    3 Como no euclidianas, entendemos bsicamente aquellas representacio-nes que no siguen los parmetros ins-titucionales y que, por tanto, en mu-chas ocasiones, no son consideradas como vlidas en el proceso de toma de decisiones. Este tipo de cartografa se denominar cartografa social por facilidad del lenguaje. Sin embargo, reconocemos que para varios autores, y principalmente a partir de B. J. Har-ley, toda cartografa se considera una representacin social del espacio.

  • 11

    CUADERNOS DE GEOGRAFA | REVISTA COLOMBIANA DE GEOGRAFA | n. 18, 2009 | ISSN: 0121-215X | BOGOT, COLOMBIA

    Reflexiones sobre Sistemas de Informacin Geogrfica Participativos (SIGP) y cartografa social

    resultados son la elaboracin de un portal de geobiblioteca que se en-cuentra en proceso de implemen-tacin4 y una publicacin sobre la metodologa (Barrera, Villamil y Damelines 2009).

    Con base en lo anterior, el ob-jetivo del presente artculo es so-cializar las reflexiones realizadas por el grupo en torno a las tres lneas que este trabaja, pensando en la pertinencia, operatividad y conceptualizacin de los SIGP y la cartografa social en Colombia como herramientas para una toma de decisiones ms democrtica, a travs de una mayor participacin de la comunidad.

    Con respecto a la metodologa utilizada, las discusiones sosteni-das en el grupo se enmarcan dentro del pensamiento posmoderno ex-presado por Lyotard (1984, citado por Peet 1998), mediante el cual se redefine una sensibilidad hacia las diferencias y se revala la habilidad de retomar lo no medible, lo cual, en el contexto de este ensayo, se tradu-ce en la validez dada a las represen-taciones no cartesianas del espacio. En otras palabras, a travs del pro-yecto, se reconoce que la ciencia, como se defini en la modernidad en este caso, la concepcin de los SIG como una herramienta para el manejo del espacio euclidiano y la necesidad de generar estndares y metadatos, no se constituye en la nica forma de representacin de variables espaciales, sino que existe otro tipo de conocimiento, a lo que Lyotard se refiere como narrativa (Peet 1998), que en este caso se con-vierte en cartografa no euclidiana (no necesariamente realizada por

    4 Puede consultarse en www.humanas.unal.edu.co/geobiblioteca.

    instituciones oficiales y cuya vali-dez es poco reconocida).

    El proyecto tambin toma ele-mentos de la propuesta de Harvey (1989), para quien la posmoderni-dad se constituye en la configura-cin de nuevos pensamientos y sen-timientos que definen la trayectoria del desarrollo social y poltico (Peet 1998). Esto se manifiesta, en esta propuesta, en la necesidad de crear una cultura de informacin demo-crtica participativa que, en medio de las ideas neoliberales que ponen la informacin en manos de quienes pueden pagar por ella, nos lleve a reconocer otros elementos funda-mentales de su uso, acceso e inter-pretacin, relacionados con el empo-deramiento de comunidades locales y el desarrollo de las naciones.

    Otros conceptos referentes al conocimiento, como verdad y po-der, tambin sirven de fundamento terico para el desarrollo de las dis-cusiones del grupo Estepa. As, el grupo se apoya en el discurso de Mi-chael Foucault, que invita a respetar las diferencias y especificidades y a repensar el poder en la medida que se origina en sitios mltiples, flu-yendo a travs de muchos canales para promover una micropoltica en oposicin a las macropolticas exis-tentes (Best y Kellner 1991, citado por Peet 1998). No es la intencin de este artculo profundizar en los muchos discursos de Foucault, pero s aplicar, en el tema que nos intere-sa, la idea de que estas macropolti-cas se manifiestan en las decisiones que actualmente se toman a partir de representaciones espaciales car-tesianas, oficiales e institucionales, por ejemplo, a travs de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) o Planes de Manejo de Cuencas Hidrogrficas (POMCA). En efecto, estos programas a pesar de la

    legislacin, que reafirma la necesi-dad de trabajos participativos no permiten la manifestacin de mi-cropolticas, que se refieren, en el contexto de este ensayo, a otras for-mas de concebir, vivir y entender el espacio, formas no necesariamente cartografiables de modo cartesiano.

    La anterior reflexin nos con-duce necesariamente a J. B. Harley, para quien cada elemento de un mapa sea este cartografiado o no5 se constituye en una mani-festacin intencional de poder, de manera que toda cartografa (ins-titucional o no) hace parte de una produccin social con dudosa obje-tividad y, por tanto, debe ser anali-zada desde sus significados en un contexto particular. Esta posicin extrema de J. B. Harley es intere-santemente analizada y criticada por Andrews (2005)6 en la introduc-cin a la coleccin de un grupo de sus ensayos recopilados despus de su muerte. All, Andrews identifica algunas contradicciones en la ar-gumentacin de J. B. Harley refe-ridas sobre todo a la acomodacin de argumentos para apoyar ciertas hiptesis. Por citar un ejemplo: la suposicin de la necesidad (objeti-va?) del uso de proyecciones carto-grficas en la representacin espa-cial de variables en contraposicin con la necesidad de seleccin (sub-jetiva?) de dichas proyecciones, en donde Europa ocupa casi siempre el lugar central en el mapamundi. Es-tas discusiones resultan tiles en el contexto de este ensayo, puesto que

    5 Aun los silencios y las omisiones en los mapas son referidos por Harley como manifestaciones de poder. Una crtica interesante a este respecto se encuentra en Andrews (2005).

    6 Paradjicamente, uno de sus mayores crticos es quien escribe la introduc-cin de este texto.

  • UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA | FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS | DEPARTAMENTO DE GEOGRAFA

    12 Susana Barrera Lobatn

    reafirman la necesidad de estudiar la validez de algunos supuestos to-mados como irrebatibles en cuanto al uso y produccin de cartografa.

    As, pues, resulta evidente que existe una fuerte relacin entre los tres temas a partir de los cuales se estructura este artculo, todos ellos desarrollados en torno a los prop-sitos de los SIGP y la necesidad de su abordaje con miras a obtener decisiones ms incluyentes. Dado que el concepto de espacio y su re-presentacin cartesiana o no car-tesiana hacen parte fundamental de este anlisis, se tomar la carto-grafa institucional como ejemplo de espacio cartesiano y la cartogra-fa social como ejemplo de espacio no cartesiano. En primer lugar, se desarrollar una breve discusin sobre el concepto de espacio y sus diversas acepciones a travs de la historia de la geografa. A continua-cin, se abordar la idea de cons-truir un puente de comunicacin entre el espacio cartesiano y el no cartesiano, esto ltimo con base en la trialctica de espacialidad de Le-febvre (Soja 1996, 74): espacio conce-bido, percibido y vivido7. Finalmente,

    7 Aunque en este ensayo trabajamos la triloga de Lefebvre espacio percibido, concebido y vivido, el grupo recono-ce la necesidad de contextualizar el tema que nos interesa en otras de las trilogas planteadas por este autor para poder entender el denominado tercer espacio. Dentro de estas tri-logas, vale la pena mencionar, por ejemplo, la trialctica ontolgica his-toricidad, espacialidad y sociabilidad o, como lo define Soja, espacio, tiempo y ser, mediante la cual Lefebvre defi-ne la forma como debe ser el mundo para poder entenderlo (Soja 2001, 71). Otra de sus trilogas, espacio represen-tacional, prctica espacial y representa-cin del espacio en otras palabras, impresiones visuales, ideologa del espa-cio y contexto histrico, es utilizada por el autor para evitar el privilegio

    se trabajar sobre la democratiza-cin de la informacin.

    La geografa y el concepto de espacio

    Una de las principales preocu-paciones para los gegrafos es el estudio del espacio, lo cual ha lle-vado a mltiples acepciones de este trmino a travs de la historia de la geografa. De estas, y tal vez las que ms nos competen en la represen-tacin cartogrfica de variables geo-grficas, est el espacio contenedor, o aquel en el que no juegan ningn papel protagnico las relaciones de los seres humanos que lo habitan, y el espacio socialmente construi-do, dialctico, en el cual existe una constante interrelacin entre los habitantes de dicho espacio y el es-pacio habitado. En trminos gene-rales, y con base en el anlisis que nos interesa como se ver pos-teriormente, el espacio contene-dor representa la cartografa ins-titucional, mientras que el espacio socialmente construido representa la cartografa social. El primero es entendido bajo una concepcin cuantitativa y oficial del espacio, cuya interpretacin se basa en es-tndares definidos a travs del co-nocimiento cientfico, mientras que el segundo es entendido bajo una concepcin cualitativa, dialctica y subjetiva del espacio concebida por parte de quienes lo habitan, razn por la que, en muchos mbitos, es considerado como poco relevante en el proceso de toma de decisio-

    de una lgica temporal en la con-ceptualizacin del espacio (Lefebvre 1991). Si bien las mencionamos para brindarle la oportunidad al lector de asociarlas con la primera, estas lti-mas dos no hacen parte del cuerpo del presente anlisis.

    nes. La necesidad de complemen-tar el conocimiento del espacio a travs de estas distintas realidades es lo que dirige el inters del grupo Estepa hacia la construccin de un puente entre estos dos saberes.

    La bsqueda de un concepto de espacio que nos dirija al origen de estas acepciones nos lleva al ao 1859, cuando ocurren dos sucesos, al parecer, decisivos en este sentido: por una parte, muere Humboldt, y, por otra, se publica La teora de la evolucin, dndose as inicio a una de las corrientes ms importantes de la geografa contempornea co-nocida como determinismo ambien-tal o determinismo geogrfico. Esta corriente, adems de preocuparse ms por las relaciones espaciales (Delgado 2003), considera que el es-pacio (es decir, la naturaleza) con-diciona al ser humano y que aquel es sinnimo a la superficie de la Tierra. Esto quiere decir que hay un encuentro con un espacio condicio-nante que determina las relaciones de la sociedad unvocamente, dife-renciado a su vez de un espacio vivo el cual haca referencia a regiones con alto desarrollo econmico y de un espacio muerto asociado con aquellas regiones que presen-tan dficit de desarrollo social, eco-nmico y humano.

    El determinismo ambiental se-para el espacio de su contenido, tornndose importantes las rela-ciones de los individuos con dicho espacio (Delgado 2003), lo cual lleva necesariamente a abordar el tema de territorialidad, importante en el contexto de los SIGP, en cuanto a las relaciones de poder que se es-tablecen sobre el espacio, bien sea desde las instituciones del Estado, o desde sus habitantes. Sack (1986, 19) define territorialidad como el intento de un individuo o grupo de

  • 13

    CUADERNOS DE GEOGRAFA | REVISTA COLOMBIANA DE GEOGRAFA | n. 18, 2009 | ISSN: 0121-215X | BOGOT, COLOMBIA

    Reflexiones sobre Sistemas de Informacin Geogrfica Participativos (SIGP) y cartografa social

    afectar, influenciar o controlar per-sonas, fenmenos y relaciones, deli-mitando y ejerciendo control sobre un rea geogrfica. Esta definicin, a la luz de este anlisis, da funda-mento a las necesarias diferencias y realidades que caracterizan un mis-mo espacio y que son moldeadas a partir de las relaciones con este. De esta manera, el determinismo ambiental da especial importancia al papel del Estado8 y a su impacto sobre el espacio cartesiano o lim-trofe, relacin que puede asociarse, en el anlisis, con el actual papel de la cartografa oficial y su dbil rela-cin con la cartografa social.

    Desde mediados de siglo XIX y principios del XX, el concepto de territorialidad y la diferencia que este implica entre quienes habitan y gobiernan el espacio continu vi-gente, aunque adicionalmente, ha-cia mediados del siglo XX, termin en una clara consolidacin entre la ciencia y la geografa9. Esto, en el contexto del anlisis, significa la consolidacin de la territorialidad o del poder sobre el espacio y de la cartografa cartesiana a travs de su asociacin con el mtodo cientfico. La hegemona del espacio cartesia-no durante esta poca se debi adi-cionalmente al desarrollo de los SIG y a los grandes avances en trminos de lo que se denomin geografa cuantitativa o geografa espacial. Durante este tiempo, se trabajaron numerosos modelos a partir de teo-ras fsicas y econmicas, los cuales fueron aplicados al estudio de ciu-dades. En este sentido, vale la pena

    8 Vase, por ejemplo, la geopoltica de Ratzel derivada del determinismo ambiental.

    9 Vase, por ejemplo, la crtica de Schaefer sobre excepcionalismo en geografa.

    resaltar los trabajos de Losch, We-ber y Christaller (Delgado 2003).

    Pero a pesar de estos avances, el estudio del espacio tal como es per-cibido por sus habitantes continu teniendo inters para un grupo de gegrafos, que, viendo la necesidad de involucrar ms los procesos so-ciales en la construccin de los es-pacios, pronunciaron grandes crti-cas a los gegrafos positivistas por su dedicacin al manejo de un es-pacio netamente cartesiano. Estas crticas conllevaron al desarrollo de otras corrientes epistemolgicas en geografa hacia los aos setenta, por una parte, ms humansticas, y, por otra, ms estructuralistas, en donde la construccin social (local) o estructural (poltica y econmica) del espacio fue la protagonista. Es entonces cuando se le empieza a dar sentido, entre otros, a las redes sociales, al concepto de territoria-lidad desde los habitantes, a la voz de las minoras, a los espacios habi-tados, a la identificacin de hitos, a las grandes diferencias econmicas, a las jerarquas (sociales, culturales, polticas y econmicas), a los sm-bolos y a las estructuras de poder.

    La conveniencia de este anlisis no fue ignorada por los SIG, cuyos practicantes y crticos dieron lugar al proyecto Varenius, y a una publi-cacin que rene los pensamientos de esta poca en torno a las implica-ciones de los SIG en la sociedad (Pic-kles 1995). Adicionalmente, se abre el debate hacia lo que se denomina-r SIG participativos a mediados de los aos noventa (Schmidt y Gil Mendieta 2002), en donde se reflexiona sobre muchos de los as-pectos referentes al significado del espacio para quienes lo ocupan, haciendo nfasis, por tanto, en las condiciones de poder implcitas en el concepto de territorialidad.

    As las cosas, muchas de las reflexiones hechas en torno a los SIGP se basan en las propuestas de gegrafos humanistas como Yi Fu Tuan, Kevin Lynch y Edward Soja, quienes sostienen que el espacio habitado tiene diversos significa-dos para sus habitantes, recono-ciendo la importancia de conceptos tales como los de espacio concebido, percibido y vivido de Lefebvre (Soja 1996) o los conceptos de topofilas, topofobias y topoidolatras de Yi Fu Tuan (1974) o las nociones de ma-pas mentales desarrolladas por Ke-vin Lynch (1960). De otra parte, los gegrafos preocupados por la es-tructuracin del espacio a travs de condiciones polticas y econmicas, como David Harvey, Milton Santos y Edward Soja, plantean que los cambios antrpicos producidos so-bre el espacio (el espacio socialmente construido) son condicionados por las necesidades del ser humano, de forma tal que la naturaleza, ya humanizada, refleja las relaciones desiguales entre las clases sociales. Estas clases sociales ejercen diver-sos tipos de poder o territorialidad, estableciendo gran variedad de lu-gares que distan unos de otros por causas de orden econmico (Har-vey 1996; Santos 2000), temtica tambin importante para el anlisis del territorio y el espacio a partir de las reflexiones de los SIGP.

    La acepcin de un espacio abs-tracto como objeto de estudio de la geografa y como plataforma de los SIGP es adicionalmente compartida por el estructuralismo y el huma-nismo, en el sentido de que el espa-cio habitado se constituye no sola-mente en aquel espacio construido por la sociedad, sino tambin en un espacio que, al ser constructo de ella, est cargado de smbolos generadores de un discurso que la

  • UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA | FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS | DEPARTAMENTO DE GEOGRAFA

    14 Susana Barrera Lobatn

    sociedad est en capacidad de cap-tar, es decir que el espacio es facili-tado por la simbologa que el lugar representa pero que, a su vez, la sociedad plasma all como aparato discursivo. Los mapas mentales, la cartografa social y las contribucio-nes de la geografa de la percepcin se han encargado de estudiar los significados y las representaciones discursivas del lugar.

    Para concluir con esta primera recapitulacin sobre el concepto de espacio, vale la pena tomar algunas de las reflexiones de Cmara, Vieira y Simeao (2002), quienes definen cuatro periodos, a partir de los aos ochenta, desde los cuales se puede visualizar con mayor claridad la evolucin del concepto de espacio en geografa y las implicaciones de esta evolucin en la representacin cartogrfica por medio de los SIG y SIGP. Para estos autores, durante el primer periodo denominado por ellos como el de geografa idiogrfi-ca, se sientan las bases para los SIG de los aos ochenta. Este pe-riodo se caracteriza por el concepto de unidad como rea, expresado a travs de abstracciones tales como unidad rea (Hartshorne), uni-dad de paisaje (Tricart) y tierra-unidad (Zonneveld), en donde cada rea es representada en un sistema computacional, a partir de sus atributos y de una base de datos relacional en un espacio cartesiano.

    En el segundo periodo, el con-cepto de espacio se corresponde, para los autores, con el de la mayor parte de los usuarios actuales, para quienes el concepto principal es la distribucin espacial del fenmeno de estudio. Este ltimo se expresa a travs de un grupo de eventos, muestras puntuales o datos en donde la representacin espacial se hace a partir de rejillas unifor-

    mes y, para caracterizar a travs de la teora de la probabilidad las distribuciones espaciales de un fenmeno, se utilizan tcnicas de estadstica espacial y de lgica di-fusa o fuzzy. Es decir que se trata de estudio del espacio cartesiano a travs de modelos como aquellos definidos en la llamada revolucin cuantitativa o espacial de los aos cincuenta o sesenta.

    En el tercer periodo, o el de la siguiente generacin cuantitativa de la geografa, el concepto funda-mental es la prediccin de modelos espacio-tiempo, en donde las tc-nicas de anlisis deben incluir mo-delos multiescala, que establezcan conexiones entre fenmenos de macroescala (tpicamente relacio-nados con factores econmicos) y fenmenos de microescala (tpica-mente asociados a las transiciones en el uso de la tierra). De nuevo, el espacio cartesiano, pero a tra-vs de un anlisis multiescalar. No obstante, un anlisis de este tipo, junto con otros aspectos ligados a la geografa humanstica y a la geo-grafa estructuralista, permitira la inclusin del espacio socialmente construido, lo que adicionalmen-te conllevara la inclusin de otros mtodos de anlisis.

    El ltimo periodo definido por Cmara, Vieira y Simeao (2002) es identificado por los autores como el de geografa crtica o, para ellos, el de los usuarios del futuro. Aqu, el es-pacio se entiende como un sistema de objetos y sistema de acciones, en donde los espacios de flujos y espacios de lugares se convierten en elementos fundamentales para entender las dinmicas que se dan en el espacio. Es justo en esta con-cepcin que tienen cabida las discu-siones e intentos del grupo en torno a la construccin de un puente que

    ligue las preocupaciones que pueden ser respondidas desde una concep-cin cartesiana e institucional del espacio con aquellas que solo pue-den entenderse a travs de sus habi-tantes, es decir, a travs de las viven-cias sobre el espacio. Sin embargo, el logro de esta complementacin por medio de los SIG, en trminos sist-micos, requerira de la creacin de representaciones computacionales diseadas para este contexto, las cuales posiblemente incluirn tc-nicas de representacin y de cono-cimiento no euclidianas del espacio, con un nfasis en el establecimiento de relaciones entre los diferentes ac-tores sociales que se desenvuelven sobre y en l.

    Despus de este recorrido por el concepto de espacio y sus di-versas acepciones, la siguiente reflexin gira en torno a la posibi-lidad de construir un puente entre la denominada cartografa oficial, ligada al espacio cartesiano, y la otra cartografa, la que representa el espacio segn quienes lo habi-tan, hoy en da conocida como car-tografa social. Para esto se toma como referencia una de las trilo-gas de Lefebvre: el espacio conce-bido, vivido y percibido.

    El puente entre la representacin euclidiana del espacio (cartografa institucional) y la representacin no euclidiana del mismo (cartografa social)

    En la seccin anterior se trat de mostrar que, en la actualidad, una de las dificultades que en-frentan los SIGP es el encuentro entre las representaciones eucli-diana y no euclidiana del espacio y su implcita relacin con aspec-

  • 15

    CUADERNOS DE GEOGRAFA | REVISTA COLOMBIANA DE GEOGRAFA | n. 18, 2009 | ISSN: 0121-215X | BOGOT, COLOMBIA

    Reflexiones sobre Sistemas de Informacin Geogrfica Participativos (SIGP) y cartografa social

    tos de territorialidad y, por tanto, del ejercicio de poder. As, la pre-gunta principal de esta seccin se podra plantear en los siguientes trminos: existe alguna forma de combinar las representaciones e interpretaciones del espacio car-tesiano (SIG) con las representa-ciones e interpretaciones de este desde el saber local? La resolucin de este interrogante est orienta-da a la construccin de un puente de comunicacin entre dos formas de interpretacin y representa-cin del mundo real, para com-plementar el proceso de toma de decisiones. Una reflexin inicial nos lleva a apoyarnos en los tres espacios definidos por Lefebvre (Soja 1996). Por esta razn, se de-finirn estos espacios, para poste-riormente ligarlos a los conceptos del espacio cartesiano oficial y a los del espacio construido por la comunidad que lo habita. Por otra parte, conceptos tales como participacin, distribucin de po-der y comunicacin-visualizacin tambin se tornan importantes, ya que se refieren al ejercicio del poder de quienes realizan los ma-pas sobre el territorio.

    Lefebvre (Soja 1996), en una de sus trilogas, define tres tipos de es-pacio: el espacio percibido o primer espacio, que, segn la interpreta-cin del grupo Estepa, correspon-de al espacio material; el espacio concebido o segundo espacio, que se refiere al espacio mental, y el es-pacio vivido o tercer espacio, que se refiere a las experiencias . En otras palabras, en un espacio material o percibido, los objetos son fcilmente cartografiables por medio de repre-sentaciones cartesianas, mientras que los otros dos espacios no ne-cesariamente lo son. Esto se debe a que los dos otros espacios co-

    rresponden a lo que en este artcu-lo se ha denominado el espacio so-cialmente construido, a travs de: a) el espacio concebido, que incluye todos aquellos imaginarios que se tienen, relacionados con la cultura y la sociedad por medio de smbo-los, hitos y otros elementos que no son percibidos materialmente, pero que s cobran ciertos significados, y b) el espacio vivido, que representa la forma en que se ven las cosas, es decir, la manera como se vive el es-pacio que se habita y que, por tanto, es nico para cada uno de nosotros. Ahora bien, mientras la cartografa cartesiana o institucional se encar-g bsicamente de la representa-cin del espacio percibido, la carto-grafa social o participativa trabaja con los otros dos. A partir de lo an-terior, y por el tema que concierne a este trabajo, el concepto de espacio socialmente construido, a travs de la definicin de cartografa social.

    Se puede decir que los prime-ros usos de la cartografa social se dieron a partir de la planeacin participativa, en la cual los mapas ya no se elaboraban a base de tc-nicas y mtodos cuantitativos, sino que se hacan de formas diversas, por quienes habitaban el espacio. Esta idea naci del concepto de quien habita el territorio es quien lo conoce (Andrade y Santamara 1) que permiti establecer nuevos procesos de planeacin y una nue-va forma de usar y hacer mapas. Para Andrade y Santamara (1997), un mapa es un instrumento para aprender a leer y descifrar el te-rritorio, ya que el territorio no es simplemente lo que vemos; mucho ms que montaas, ros, valles, asentamientos humanos, puentes, caminos, cultivos, paisajes, es el es-pacio habitado por la memoria y la experiencia de los pueblos (Restre-

    po 35) (he aqu el tercer concepto de espacio definido por Lefebvre, el del espacio vivido). De otra parte, para Garca (2005), la cartografa social es tambin un camino para el re-conocimiento del mundo cultural, ecolgico, productivo y poltico que se expresa en el territorio, que nos debe servir como ubicacin dentro de un contexto social que nos per-mita construir un presente y el fu-turo (o espacio concebido, definido por Lefebvre).

    De otra parte, para Gutirrez (2003) y siguiendo, tambin, a Soja, la cartografa social, como tendencia ms cercana a las geogra-fas posmodernas y a las geografas crticas (concatenando as esta dis-cusin con el cuarto periodo pro-puesto por Cmara [vase la seccin anterior], se aproxima ms a la idea de espacio vivido10 (tercer espacio). Bajo esta concepcin, la experiencia refleja diferentes formas de convi-vencia, complementando al espacio material o percibido y al mental o concebido, y expresndose en tr-minos de vida y no solo de produc-cin (Gutirrez 2003). El privilegio por lo local y por lo interpersonal se pone de manifiesto en el uso frecuente de concepciones de te-rritorio, lugar y paisaje, que tratan de ser representados a travs de los ejercicios colectivos de construc-cin de mapas que intentan servir como plataformas de empodera-miento para la comunidad.

    Pero para adelantar una cons-truccin conjunta del conocimiento sobre el territorio y sobre las rela-ciones que con este establece deter-minado grupo social, no basta con el uso de representaciones visuales

    10 En opinin del grupo, se acerca tanto al espacio vivido como al concebido, segn se manifest anteriormente.

  • UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA | FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS | DEPARTAMENTO DE GEOGRAFA

    16 Susana Barrera Lobatn

    cartogrficas. Estas han de contex-tualizarse por medio de la memo-ria, de la estacionalidad, de dimen-siones mltiples de territorios, de historias de vida, de entrevistas y de la observacin. Debido al carc-ter participativo que ha de acompa-ar todo el proceso, los momentos de preparacin de las actividades y los actos cotidianos compartidos (comidas, recorridos, actividades de aprovisionamiento, etc.) se con-vierten en escenarios privilegiados para la afinacin de los registros vi-suales obtenidos en los talleres de cartografa social.

    De esta forma, recorrer el terri-torio y construir vnculos con las personas que lo habitan incidirn directamente en las apreciaciones del investigador, enriquecindolas al hacerlas ms consecuentes con la nocin de espacio vivido, al que se hizo referencia anteriormente. Esta consideracin marca una importan-te diferencia frente a las tendencias de la cartografa institucional, que se cie nicamente a las tecnolo-gas de percepcin remota o de los SIG, ya que estas ltimas aslan a los habitantes del terreno y facilitan la preservacin de concepciones po-sitivistas sobre el espacio como las nicas vlidas en la construccin del conocimiento.

    Aqu es importante decir que la cartografa social tambin se sirve de las conceptualizaciones plan-teadas por distintos estudiosos sociales que abordan el problema del espacio. Uno de ellos es el soci-logo Anthony Giddens, citado por Sahay (1998), para quien las socie-dades tradicionales presentan una interaccin basada primariamente en copresencia y no en la ausencia, mientras que la vida social se ocupa del control del tiempo a travs del control del espacio (las costumbres

    especficas en un lugar no cambian fcilmente en relacin con el tiem-po, sino que priorizan el espacio so-bre este ltimo en la cotidianidad). Estos planteamientos pueden ser usados como guas (puestas siem-pre a vigilante prueba) que orien-ten el trabajo en campo y las pro-pias observaciones vividas en los territorios coinvestigados.

    Las anteriores reflexiones llevan a la necesidad de abordar el tema de la participacin, ya que es gracias a ella que se logra la realizacin de ejercicios de cartografa social. El significado de participacin, como bien lo mencionan Serje, Suaza y Pineda (2002), no es nico, ya que este no se entiende de la misma for-ma por parte de quienes lo utilizan, lo cual conlleva a que los niveles de participacin difieran en cada pro-yecto. Esta situacin se observa en muchos proyectos de SIGP en los que la participacin se convierte en una consulta de informacin o veri-ficacin por parte de quienes estn interesados (generalmente las ins-tituciones) en el desarrollo de pro-yectos. A este respecto vale la pena mencionar el trabajo de Arstein (1969), quien sugiere que los proce-sos de participacin deben exami-narse a partir del carcter poltico de los proyectos y su importancia en la toma de decisiones.

    As, pues, la participacin se puede entender como la capacidad que tiene la comunidad o un grupo social de inferir en la toma de deci-siones sobre aspectos de su entor-no fsico, econmico y social, e im-plica una redistribucin del poder, pues esta gira en torno al equilibrio de poderes, entre el Estado enti-dad que toma las decisiones y los ciudadanos la persona del comn que, como sujeto pasivo, observa, mas no participa (Arstein 1969).

    De aqu que la facultad de inter-venir en la toma de decisiones se convierte en una forma de empode-ramiento y, por ende, en una verda-dera participacin.

    Otro factor importante en este campo de la cartografa social y la participacin es el proceso de co-municacin de los mapas que se da a travs de la visualizacin, muchas veces, apoyado en tcnicas de car-tografa digital. Al respecto, Apple-ton (Appleton y Lovett 2005) men-ciona que la comunicacin visual es una manera de intentar superar la barrera colocada por los limitantes de la planeacin y la comunicacin entre actores. Por esto, la visuali-zacin por medio de herramientas informticas est teniendo una im-portancia bastante alta en los SIGP. En otras palabras, los mapas, como textos institucionales o participati-vos, deben poder comunicar lo que se proponen, para lo cual, una vez ms, existen diferencias notables entre el pblico a quien se dirigen y quienes elaboran los mapas. En este sentido, vale la pena mencio-nar que mientras muchas veces pa-rece clara y evidente la necesidad de mostrar un mapa geolgico georre-ferenciado en un sistema cartesia-no a un grupo de tcnicos esto es, de forma diferente que a una comunidad, no lo es tanto en el otro sentido, es decir, mostrarles un mapa construido participativa-mente referenciado en el espacio a travs de hitos y smbolos a un gru-po de tcnicos.

    Adicionalmente, en trminos de comunicacin y para dar cuenta de las nociones de espacio de un gru-po humano por medio del trabajo directo y participativo con este, conviene hacer uso de aproxima-ciones, como la de la antropologa del espacio, ms concretamente, de

  • 17

    CUADERNOS DE GEOGRAFA | REVISTA COLOMBIANA DE GEOGRAFA | n. 18, 2009 | ISSN: 0121-215X | BOGOT, COLOMBIA

    Reflexiones sobre Sistemas de Informacin Geogrfica Participativos (SIGP) y cartografa social

    los estudios del lenguaje espacial en la cotidianidad. De acuerdo con Le-vinson (1996), los lenguajes varan de forma importante en las nocio-nes espaciales que usan, observa-cin que se ver tambin reflejada en trminos de los razonamientos espaciales de carcter no lingstico que los hablantes de determinada lengua realizan.

    Estos aportes son importantes porque facilitan la tarea de identi-ficacin de las concepciones espa-ciales propias y de los grupos hu-manos con los que se coinvestiga, evitando universalizar las primeras por no advertir las posibles diver-gencias que se pueden presentar. Un ejemplo del potencial de estos planteamientos es sealado por el mismo Levinson, quien afirma que son muchos los lenguajes en don-de la referencia corporal no se usa como centro para derivar coorde-nadas espaciales (derecha, izquier-da, al frente, atrs); de suerte que las afirmaciones sobre la presunta universalidad de las concepciones espaciales antropomorfas y egocn-tricas, como punto de partida para el estudio de la concepcin espacial de los distintos grupos humanos, sencillamente no aplica.

    A partir de lo anterior, se puede concluir que el anlisis y la repre-sentacin de los espacios vividos y concebidos, debe hacerse con base en mtodos cualitativos, en los cua-les se analizan otros aspectos del espacio, que, siguiendo a Lefebvre, junto con el espacio material o car-tesiano, constituyen la triloga del espacio mediante la cual debe ser posible tener un mayor acercamien-to y entendimiento del mundo real. Para el tema estudiado, es factible pensar que, aunque difcil, s es po-sible construir el puente propuesto, pero que su construccin requiere

    de la combinacin de muchos cono-cimientos que hay que aprender a entretejer, no solo desde sus bases conceptuales o disciplinares, sino tambin desde sus fundamentos computacionales o sistmicos. Solo as, se puede obtener un mejor pro-ceso de toma de decisiones.

    La siguiente y ltima seccin desarrolla aspectos relacionados con la democratizacin de la infor-macin geogrfica espacial, tercera inquietud del grupo Estepa.

    La democratizacin de la informacin geogrfica espacial

    La democratizacin de la in-formacin debe entenderse y es-tudiarse tanto en trminos de la informacin construida participa-tivamente como en trminos de la informacin institucional. Para comenzar, vale la pena mencio-nar que la experiencia del grupo Estepa con los SIG ha evidenciado grandes dificultades en cuanto al acceso y la disponibilidad de la in-formacin geogrfica institucional. La relacin de esta con el concep-to de territorialidad demuestra un desequilibrio en el manejo del po-der, e, implcitamente, en la toma de decisiones sobre un territorio. Esto es an ms manifiesto cuando las polticas del Estado se basan en la necesidad de hacer sostenibles econmicamente las instituciones, y no tanto en hacer sostenible el desarrollo del pas gracias a un ma-yor acceso (no disponibilidad) a la informacin. Tal situacin es par-ticularmente preocupante en las instituciones acadmicas del pas, dado que la gran mayora de los es-tudiantes carece de los medios eco-nmicos necesarios para acceder a informacin geogrfica espacial de

    alta calidad (qu se puede pensar de muchas de los habitantes del es-pacio estudiado?), lo cual repercute en los resultados de sus proyectos, sus propuestas y el conocimiento oficial del espacio que estudian o que habitan.

    En cuanto a los SIGP, la situacin es otra. La experiencia ha mostrado al grupo que es posible encontrarse con mucha informacin recogida y trabajada de forma participativa que, por una parte, al no ser docu-mentada, es muy difcil o algunas veces imposible de interpretar, y, por otra, muchas veces es utilizada por entidades oficiales en pro de polticas no siempre compartidas por los habitantes de los espacios. Esta informacin, recogida par-ticipativamente, termina por lo general archivndose en grandes cuartos, en donde se arruma la car-tografa social, quedando enton-ces el concepto de territorialidad igualmente archivado. Vale la pena mencionar que el hecho de que la cartografa social se realice a partir de mtodos cualitativos no significa que no requiera de algn tipo de do-cumentacin. Surge, as, la pregun-ta: qu hace pensar que se tiene derecho a acceder a la informacin participativa y no a la institucional? Esto lleva de nuevo a considerar las escaleras de participacin-poder definidas por Arstein o las micro-polticas o macropolticas definidas por Foucault. En cualquiera de los casos, el propsito del grupo Estepa es llevar un mensaje especfica-mente por medio del proyecto de geobiblioteca acerca de la nece-sidad y las bondades de aprender a utilizar una informacin de buena calidad accesible a todos.

    Adems de esta experiencia, existen numerosos estudios en los que se hace referencia al pro-

  • UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA | FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS | DEPARTAMENTO DE GEOGRAFA

    18 Susana Barrera Lobatn

    blema de los datos y la produccin de informacin en los SIG (Harris y Weiner 1998; Sheppard 1995, 1999; NCGIA 2003 y McCall 2003). Estos estudios finalmente dejan claro que una mala administra-cin, almacenamiento y acceso a la informacin lleva tambin a la toma errada de decisiones, situa-cin que muchas veces conduce a la repeticin de esfuerzos y al des-gaste tanto econmico como in-vestigativo de las instituciones en-cargadas de la toma de decisiones, incluyendo aqu a la academia.

    No se debe ignorar, sin embar-go, que dentro de las iniciativas para solucionar el problema de la informacin se encuentra el desa-rrollo de la Infraestructura Colom-biana de Datos Espaciales (ICDE) y la Infraestructura Integrada de Da-tos Espaciales para el Distrito Capi-tal (IDECA). Mientras la ICDE se en-tiende como la suma de polticas, estndares, organizaciones y re-cursos tecnolgicos que facilitan la produccin, acceso y uso de la infor-macin geogrfica de cubrimiento nacional, para apoyar el desarrollo econmico y social del pas (IGAC 1999), la IDECA se define como la suma de polticas, estndares, orga-nizaciones y recursos tecnolgicos para facilitar el acceso y uso de la in-formacin espacial de cubrimiento distrital, apoyar el desarrollo social, econmico y ambiental del Distrito Capital , con la optimizacin en la produccin y uso de la informacin geogrfica de manera oportuna y con una alto grado de precisin y calidad (Departamento Adminis-trativo de Catastro Distrital 2006).

    Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos y de los pequeos avan-ces en la socializacin de la infor-macin, esta contina teniendo ba-jos niveles de accesibilidad, por lo

    que muchos trabajos se continan realizando a partir de datos con bajos estndares de calidad. Para el grupo Estepa, despus de analizar los objetivos y metas de iniciativas como la ICDE y la IDECA, el mayor problema sigue siendo la falta de orientacin de estas hacia una cul-tura de la democratizacin de la informacin (no hacia la sostenibi-lidad econmica) y sus implicacio-nes en el desarrollo de los espacios. Esto ltimo parte de la premisa de que una sociedad bien y democr-ticamente informada puede plan-tearse mayores metas de desarrollo a partir de una ms conveniente y participativa toma de decisiones, decisiones que, segn se ha defini-do en este artculo, deben incluir diversas concepciones y formas de representar el espacio, sobre todo, dada su relacin con el concepto de territorialidad.

    La anterior reflexin condujo al grupo a la propuesta de Geobiblio-teca, que consiste en una coleccin de datos espaciales (euclidianos y no euclidianos) cuyo fin es permi-tir el acceso, uso y preservacin de dichos datos, no solamente en tr-minos tecnolgicos, sino conside-rando tambin los aspectos episte-molgicos y democrticos definidos por las diversas disciplinas que ha-cen uso de ellos (Boxal 2002, 2003). Este banco de datos permitir, por una parte, el ingreso de cualquier persona como participante activo en las actuales iniciativas de la ICDE y la IDECA y, por otra, replantear, con una visin democrtica y aca-dmica, el papel de la informacin y su importancia en el desarrollo del pas, lo que redundar en el empo-deramiento de comunidades margi-nadas por estos sistemas, incluyen-do la comunidad acadmica.

    El proyecto de la Geobiblioteca, entonces, pretende democratizar la informacin geogrfica espacial por medio de un sistema que, adi-cionalmente, permita la consulta, almacenamiento y anlisis de in-formacin, ya sea cartesiana o no, pero con altos estndares de cali-dad e interoperabilidad. Por esta razn, el desarrollo del proyecto ha requerido de trabajo participativo con la comunidad geogrfica y del establecimiento de redes de cono-cimiento con quienes actualmente manejan la informacin geogrfica temtica y sistmicamente. Gra-cias al proyecto, se ha establecido contacto y se han generado redes con la Biblioteca Central de la uni-versidad, con el grupo encargado de sistemas de la Facultad de Cien-cias Humanas y con el Instituto Geogrfico Agustn Codazzi. Estos contactos especficos constituyen los primeros pasos hacia la imple-mentacin de otra cultura de la informacin, de tal manera que al-gn da sea posible tener mayor ac-ceso a ella y mayor responsabilidad frente a su uso y manejo.

    Conclusiones

    Una vez definido las caractersti-cas ms destacadas de la cartografa institucional (euclidiana) y la car-tografa social (no necesariamente euclidiana), es posible asegurar que existe la posibilidad de un puente que permita la complementariedad de los saberes implcitos en estas diversas formas de representacin espacial de los lugares. Sin embar-go, tambin es claro que no es una tarea sencilla, sino que requiere de mentes abiertas que, de alguna manera, reconozcan los aportes de varias disciplinas interesadas en el espacio y las distintas formas de

  • 19

    CUADERNOS DE GEOGRAFA | REVISTA COLOMBIANA DE GEOGRAFA | n. 18, 2009 | ISSN: 0121-215X | BOGOT, COLOMBIA

    Reflexiones sobre Sistemas de Informacin Geogrfica Participativos (SIGP) y cartografa social

    aproximarse a este. Probablemente, este primer esfuerzo deje abiertas mayores posibilidades para prxi-mas generaciones, no solamente en trminos tericos, sino tambin en trminos aplicados y sistmicos, ya que el inters general del grupo se relaciona con los Sistemas de Infor-macin Geogrfica Participativos.

    En el mbito de la gestin social, los SIG y, en general, la cartografa institucional se han caracterizado

    por privilegiar el conocimiento ex-perto producido dentro de marcos institucionales u organizacionales de carcter jerrquico, cuestin pre-ocupante, si, como se demostr en este artculo, cualquier concepcin sobre el espacio y su manejo est di-rectamente relacionada con el con-cepto de territorio y sus implicacio-nes en el ejercicio del poder en la toma de decisiones. En la aplicacin tradicional de la herramienta SIG se

    reflejan los objetivos e intereses de quien la administra, en este caso, de quienes trabajan bajo la insti-tucionalidad, quienes convierten el uso de esta herramienta en una actividad centralizada, que obedece a una concepcin del desarrollo de arriba hacia abajo definida durante la modernidad.

    El SIGP, adems, nace con la idea de descentralizar y democrati-zar la construccin y desarrollo del

    Tabla 1. Anlisis comparativo de la cartografa social y la cartografa convencional.

    Elemento de comparacin

    Cartografa social (cartesiana o no)

    Cartografa institucional (cartesiana)

    TerritorioRepresenta las variables importantes para cada territorio desde un autorreconocimiento de la comunidad que participa.

    Se representa lo que desde la modernidad se define como prioritario para la definicin del Estado-nacin.

    Mtodo

    Procedimientos cualitativos en donde la comunidad es el actor principal. Entre ellos estn las bondades del lenguaje oral y la representacin simblica.

    Utilizacin de instrumentos rgidos para recoger determinada informacin y metodologas estadsticas.

    Posicin poltica Existe una clara intencionalidad y postura poltica. Se asume una aparente objetividad e imparcialidad de los datos obtenidos.

    Inters-poder

    Se legitima un proceso en el que se reconocen los intereses de la comunidad como motor de los procesos sociales. As, se cobra conciencia del poder de autodeterminacin y transformacin del territorio.

    Es tenido en cuenta solo el inters institucional o empresarial.

    Representacin del espacio

    Combinacin del espacio percibido, concebido y vivido. Representaciones de las relaciones (redes de fortalecimiento, flujos) que conforman un territorio.

    Representacin del espacio percibido (euclidiano) en donde prevalece la georreferenciacin

    Metodologa

    Mtodos cualitativos y participativos en donde aportan la comunidad y los expertos: en la elaboracin conjunta del mapa se plasma el conocimiento colectivo; el entorno cultural, que esta mediado por las necesidades de la comunidad, y las potencialidades del territorio que se quiere representar.

    Mtodos cuantitativos. Grupo de expertos. Se representan los intereses de la institucin y el estado.

    Tiempo de ejecucin

    El uso de metodologas cualitativas lleva a un trabajo ms dispendioso, pero con resultados menos excluyentes.

    Existen unos procedimientos estndar que son fcilmente sistematizables.

    Sistematizacin

    La sistematizacin es incipiente. Es necesario implementar algn sistema de documentacin de la informacin recolectada. Actualmente, el grupo Estepa est trabajando sobre este campo y sobre la bsqueda del puente entre estas dos cartografas.

    Se contina trabajando en la sofisticacin de software y las polticas de sistematizacin (ICDE, IDECA).

    EscalaDefinida por el nivel de participacin. Generalmente escalas detalladas.

    Nivel de agregacin. Varias escalas y niveles de generalizacin.

  • UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA | FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS | DEPARTAMENTO DE GEOGRAFA

    20 Susana Barrera Lobatn

    sistema, buscando equidad entre las personas que son afectadas por la informacin que se genera, me-diante la incorporacin de estas en la toma de decisiones. En esta me-dida se reconoce que hay diferentes lenguajes y tipos de conocimiento que es necesario articular. La com-plementacin entre la cartografa social (la cual, en este contexto, hace referencia a aquella realizada por quienes habitan el espacio) y la cartografa institucional permitir

    una ms acertada toma de decisio-nes, puesto que la cartografa social representa la visin de la comuni-dad sobre su territorio y la carto-grafa convencional ha desarrollado numerosas metodologas para la medicin, anlisis y representacin de este ltimo.

    La definicin de puentes de co-municacin entre la cartografa social y la cartografa institucional requiere del conocimiento de sus diferencias y de sus implicaciones

    en el ejercicio del poder sobre el te-rritorio. La tabla 1 resume las prin-cipales diferencias identificadas por el grupo.

    En todo caso, es claro que la co-munidad conoce y reconoce su te-rritorio de forma diferente a como lo hace la institucin y que la com-binacin entre estos tipos de sabe-res permitir un mayor acercamien-to a la realidad y una mejor toma de decisiones sobre el territorio.

    Susana Barrera LobatnIngeniera gegrafa de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, M. Sc. en Hidro-loga del ITC de Holanda. Ph.D. (c) en Geografa, Wilfrid Laurier University, Ontario, Canad. Actualmente es profesora asociada del Departamento de Geografa de la Universidad Nacional de Colombia.

  • 21

    CUADERNOS DE GEOGRAFA | REVISTA COLOMBIANA DE GEOGRAFA | n. 18, 2009 | ISSN: 0121-215X | BOGOT, COLOMBIA

    Reflexiones sobre Sistemas de Informacin Geogrfica Participativos (SIGP) y cartografa social

    Referencias

    ACAPA. 2005. Proyecto Proteccin de Tierras y patrimonio de la poblacin desplazada. Zonificacin para la proteccin del territorio colectivo. Bogot: ACAPA.

    Aitken, Stuart y Suzanne Michel. 1995. Who Contributes the Real in GIS?: Geographic Information, Planning and Critical Theory. Cartography and Geographic Information Systems 22 (1): 17-29.

    Albarracn, Rubn. 2007. Descentralizacin de la seguridad alimentaria en las UPZ San Cristbal Norte y Verbenal (Lo-calidad de Usaqun) a travs del reconocimiento de las redes sociales. Trabajo de grado. Universidad Nacional de Co-lombia / Alcalda Mayor de Bogot.

    Alcalda Mayor de Bogot y Departamento Administrativo de Bienestar Social. 2006. Enfoque de derechos y fortaleci-miento de redes sociales de seguridad alimentaria articuladas a comedores. Metodologa de sistematizacin de cartografa participativa. Proyecto 215. Fortalecimiento del tejido local para la inclusin social. Sin publicar.

    Andrade, Helena y G. Santamara. 1997. Cartografa social para la planeacin participativa. Memorias del curso: Par-ticipacin Comunitaria y Medio Ambiente. Proyecto de ca-pacitacin para profesiones del sector ambiental. Bogot: Ministerio del Medio Ambiente / ICFES.

    Andrews, J. H. 2005. Introduccin. Significado, conocimien-to y poder en la filosofa de los mapas de J. B. Harley. En La nueva naturaleza de los mapas. Ensayos sobre la historia de la cartografa, por J. B. Harley. Ed. Paul Laxton, 21-57. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.

    Appleton, Katy y Andrew Lovett. 2005. GIS-Based Visua-lization of Development Proposals: Reactions from Planning and Related Professionals. Journal Computers, Environment and Urban Systems 29: 321-339.

    Arstein, Sherry. 1969. Ladder of Citizen Participation. Jour-nal of the American Institute of Planners 35: 216-224.

    Ball, Jonathan. 2002. Towards a methodology for mapping regions for sustainability using PPGIS. Journal Progress in Planning 58: 81-140.

    Barrera, Susana, Jessica Villamil y Juliana Damelines. 2009. Geobiblioteca: una estrategia para la democratizacin de la informacin geogrfica. En proceso de publicacin.

    Bisso, Victoria, Gastn Godoy y Roberto Cittadini. 2003. Agricultura urbana y organizacin comunitaria. Uso de bases de datos SIG como herramienta de articulacin de saber para una gestin urbanstica participativa en la ciudad de Mar del Plata. III Jornada Interdisciplinaria de Estudios Agrarios y Agroindustriales. Facultad de Ciencias Econmicas, Universidad de Buenos Aires.

    Boxall, James. 2002. Geolibraries, the Global Spatial Data Infraestructure and Digital Earth: A Time for Map Li-brarians to Reflect upon the Moonshot. Inspel 36 (1): 1-21.

    Boxall, James. 2003. Geolibraries: Geographers, Librarians and Spatial Collaboration. The Canadian Geographer 47 (1): 18-27.

    Cmara, G., Antonio Vieira y Jos Simeao. 2002. Represen-taes computacionais do espao: um dilogo entre a geo-grafia e a cincia da geoinformao. Sao Jos dos Campos: DPI-INPE.

    Chamber, Robert. 2006 Participatory Mapping and Geographic Information Systems: Whose Map? Who is Empowered and who Disempowered? Who Gains, who Loses? Brighton: Ins-titute of Development Studies. University of Sussex.

    Concejo de Bogot. Acuerdo 130 de 2004. Por medio del cual se establece la infraestructura integrada de datos espacia-les para el Distrito Capital y se dictan otras disposiciones. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Nor-ma1.jsp?i=15385.

    Convis, Charles. 1996. The Nature of Geographical Information Systems. New York: ESRI. http://www.conservationgis.org/gishistory/gishistry2.html.

    Craig, William y Sarah Elwood. 1998. How and Why Com-munity Groups Use Maps and Geographic Information. Cartography and Geographic Information Systems 25 (2): 95-104.

    Crone, G. R. 1966. Historia de los mapas. Traduccin de Luis Alaminos y Jorge Herrandei Campos. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.

    Delgado, Ovidio. 2003. Debates sobre el espacio en la geografa contempornea. Bogot: Universidad Nacional de Colom-bia.

    Departamento Administrativo de Catastro Distrital. 2006. Infraestructura integrada de datos espaciales de Distrito Ca-pital. Por una Bogot moderna, humana y sin indiferencia. Bogot:Alcalda Mayor de Bogot.

    Dulcey, Alejandra. 2007. Cartografa participativa de redes sociales de seguridad alimentaria articuladas a comedores comunitarios y sistematizacin de informacin espacial. Tra-bajo de grado. Universidad Nacional de Colombia / Alcal-da Mayor de Bogot.

    Elwood, Sarah. 2002. GIS Use in Community Planning. Envi-ronment and Planning A 34: 905-922.

    Elwood, Sarah. 2006. Negotiating Knowledge Production: The Everyday Inclusions, Exclusions, and Contradictions of Participatory GIS Research. The Professional Geogra-pher 58 (2): 197-208.

    Elwood, Sarah y H. Leither. 1998. GIS and Community-Based Planning: Exploring the Diversity of Neighbourhood

  • UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA | FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS | DEPARTAMENTO DE GEOGRAFA

    22 Susana Barrera Lobatn

    Perspectives and Needs. Cartography and Geographic Sys-tems 25 (2): 77-88.

    Frank, Andrew, Jonathan Rafer y Jean-Paul Cheylan. 2001. Life and Motion of Socio-Economical Units. London: Taylor & Francis / European Science Foundation.

    Fuentes, Mauricio. 2009. Discapacidad y accesibilidad en la localidad de Fontibn: una mirada desde el territorio y los sistemas de informacin geogrfica participativos (en desa-rrollo). Tesis de Maestra en Salud Pblica, Universidad Nacional de Colombia.

    Garca, Catalina. 2005. La cartografa social en la prc-tica. Proyecto Barrios del Mundo: Historias urbanas. Bogot: ENDA. http://www.quartiersdumonde.org/imgs/c_28_09_1138633916nn.pdf.

    Ghose, Rina. 2001. Use of Information Technology for Com-munity Empowerment. Transactions in GIS 5 (2): 141-163.

    Gil Mendieta, Jorge y Samuel Schmidt. 2002. Los grupos de poder en Mxico: recomposiciones y alianzas. REDES: Revista Hispana para el Anlisis de Redes Sociales 1. http://revista-redes.rediris.es/ (consultado en diciembre de 2008).

    Greene, R. W. 2000. SIG in Public Policy. Using Geographic In-formation for more Effective Government. New York: ESRI.

    Gutirrez, Andrea. 2003. Para la prctica nada mejor que la teora. Reflexiones iniciales para un transporte pblico en transformacin. Litorales 2 (3). http://litorales.filo.uba.ar/web-litorales4/articulo-3.htm (consultado en di-ciembre de 2009).

    Harris, T. M. y D. Weiner. 1998. Empowerment, Marginaliza-tion, and Community-Integrated GIS. Cartography and Geographic Information Systems 25: 67-76.

    Hartshorne, Richard. 1936. Propsitos e natureza da geografia. So Paulo: Hucitec.

    Harvey, David. 1989. The Condition of Postmodernity. Oxford: Blackwell Publishers.

    Harvey, David. 1996. Justice, Nature and the Geography of Di-fference. Oxford: Blackwell Publishers.

    Hassan, M. 2005. Arsenic Poisoning in Blangadesh: Spatial Mitigation Planning with GIS and Public Participation. Journal Health Policy 74: 247 -260.

    IGAC. 1999. Infraestructura Colombiana de Datos Espaciales ICDE, conceptos y lineamientos versin 2.3. http://www.icde.org.co/documentos/icde3.pdf.

    Jankowski, P. y T. Nyerges. 2001. Geographic Information Sys-tems for Group Decision Making. Towards a Participatory, Geo-graphic Information Science. New York: Taylor & Francis.

    Lefebvre, Henri. 1991. The Production of Space. Oxford: Blac-kwell Publishers.

    Levinson, Stephen. 1996. Language and Space. Annual Re-view of Anthropology 25: 353-382.

    Lynch, Kevin. 1960. The Image of the City. Cambridge: MIT Press.

    McCall, Mike. 2003 Seeking Good Governance in Participa-tory-GIS: A Review of Processes and Governance Dimen-sions in Applying GIS to Participatory Spatial Planning. Habitat International 27: 549-573. www.elsevier.com/lo-cate/habitatint.

    Meredith, T. C. 1997. Making Knowledge Powerful: Mexican Village Project Uses Environmental Information Tech-nology to Strengthen Community Voices in Biodiversity Conversation. Alternatives 23 (4): 28-35.

    Mordechai, Haklay y Carolina Tobn. 2003. Usability Evalu-ation and PPGIS: towards a User Centred Design Ap-proach. International Journal of Geographical Information Science 6: 577-592.

    NCGIA. 2003. GIS Public Participation Group. National Center for Geographic Information and Analysis. http://www.nc-gia.ucsb.edu/ (consultado en diciembre del 2009).

    Peet, Richard. 1998. Modern Geographical Thought. Oxford: Blackwell Publishers Ltd.

    Pickles, Jonh, ed. 1995. Ground Truth. The Social Implications of Geografphic Information Systems. A Guilford Series. New York: The Guilford Press.

    Prigogine, Ilya. 1982. Tan slo una ilusin? Una exploracin del caos al orden. Barcelona: Tusquets Editores.

    Restrepo, Daro. 1998. Eslabones y precipicios entre partici-pacin y democracia. En Curso de extensin Desarrollo Lo-cal y Gestin Ambiental. Bogot: Universidad Nacional de Colombia. Instituto de Estudios Ambientales IDEA.

    Reyes, David y Javier Bautista. 2006. Dinmica social y acciones basadas en comunidad. Hospital Centro Oriente. P. A. B. Sede Samper Mendoza. Bogot: Secretara Distrital de Salud.

    Sack, Robert. 1986. Human Territoriality. Its Theory and His-tory. Cambridge Studies in Historical Geography. Cambrid-ge: Cambridge University Press.

    Sahay, Sundeep. 1998. Implementing GIS Technology in In-dia: some Issues of Time and Space. Accounting Manage-ment and Information Technology 8: 147-188.

    Santos, Milton. 2000. La naturaleza del espacio. Tiempo, razn y emocin. Barcelona: Editorial Ariel.

    Serje, Margarita, Mara Suaza y Roberto Pineda. 2002. Pala-bras para desarmar: una aproximacin crtica al vocabulario del reconocimiento cultural en Colombia. Bogot: ICANH / Ministerio de Cultura.

    Sheppard, E. 1995. GIS and Society: Towards a Research Agenda. Cartography and Geographic Information Systems 22 (1): 5-16.

  • 23

    CUADERNOS DE GEOGRAFA | REVISTA COLOMBIANA DE GEOGRAFA | n. 18, 2009 | ISSN: 0121-215X | BOGOT, COLOMBIA

    Reflexiones sobre Sistemas de Informacin Geogrfica Participativos (SIGP) y cartografa social

    Sheppard, E. 1999. Geographies of the Information Society. International Journal of Geographical Information Science 13: 797-823.

    Sieber, R. E. 2000. Conforming (to) the Opposition: the So-cial Construction of Geographical Information Systems in Social Movements. International Journal of Geographi-cal Information Science 8: 775-793.

    Sieber, R. E. 2006. Public Participation Geographic Informa-tion Systems: A Literature Review and Framework. Annals of the Association of American Geographers 96 (3): 491-507.

    Soja, Edward. 1996. Thirdspace. Expanding the Geographical Imagination. Oxford: Blackwell Publishers.

    Soja, Edward. 2000. Postmetropolis: Critical Studies of Cities and Regions.Oxford: Blackwell Publishers.

    Sui, Daniel y Michael Goodchild. 2003. A Tetradic Analysis of GIS and Society Using McLuhans Law of the Media. The Canadian Geographer 47 (1): 5-17.

    Taylor, Leonardo. 2007. Metodologa para el fortalecimiento de redes sociales de seguridad alimentaria articuladas a come-dores comunitarios en la UPZ El Rincn de Suba. Trabajo de

    grado. Universidad Nacional de Colombia / Alcalda Ma-yor de Bogot.

    Thrower, Norman. 1996. Maps and Civilization Cartography in Culture and Society. Second Edition. Chicago, London: University of Chicago Press.

    Tricart, Jean. 1977. Ecodinmica. Rio de Janeiro: IBGE-SU-PREN.

    Tuan, Yi Fu. 1974. Topophilia. New Jersey: Prentice Hall.University Consortium for Geographic Information Science

    (UCGIS). 1996. Research Priorities for Geographic Infor-mation Science. Cartography and Geographic Information Systems 23: 115-127.

    Wood, Justin. 2005. How Green is my Valley? Desktop Geographic Information Systems as a Community-Based Participatory Mapping Tool. Royal Geographical Society 37 (2): 159-170.

    Zonneveld, I. S. 1989. The Land Unit: A Fundamental Con-cept in Landscape Ecology, and its Applications. Landsca-pe Ecology 3: 67-86.