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Esta cartilla contiene los elementos propuestos de la Identidad política del MODEP al igual que los planteamientos sobre el programa, para ser debatidos y conocidos.

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Page 1: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP
Page 2: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

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Hemos recogido en este documento, los

criterios y posiciones que hoy hacen parte

de lo que identifica a nuestro Modep co-

mo proyecto político y que hace parte de

nuestra manera de pensar, actuar y sentir

durante estos doce años de existencia. Al

dejar sentados estos once puntos de

nuestra identidad, serán el soporte para

avanzar de manera colectiva en nuevos

acuerdos y fortalecer y aplicar cotidiana-

mente los construidos.

1. Somos parte del

movimiento democrático y

revolucionario colombiano,

asumimos las banderas y las

experiencias de nuestros

antecesores, como parte de

ellas. Nos consideramos parte integrante del

movimiento democrático y revolucionario

colombiano, retomamos las banderas y

experiencias históricas de la lucha, y con-

sideramos como aliadas en nuestros pro-

pósitos a las organizaciones populares,

sociales y políticas que resisten la domina-

ción del régimen y proponen su transfor-

mación.

Hacemos parte de la nueva generación de

las organizaciones políticas y sociales de

principios del siglo XXI, tenemos nuestras

sus raíces en la década de 1990, surgimos

como tendencia política de varios sectores

de la población y somos hoy orgullosa-

mente descendientes de los que luchan

contra el imperialismo, el fascismo, por un

gobierno democrático, patriótico y antiim-

perialista, y por el socialismo.

En nuestro seno mantenemos las luchas:

Programática y la necesidad del poder

para el pueblo de las décadas de 1960 y

1970; por la consecución de reformas y

alternativas para la solución de los proble-

mas inmediatos de las masas y la cons-

trucción de alianzas políticas del pueblo

para la lucha regional y nacional de los 80;

la emancipación de la mujer, contra la

violencia de género, así como el reconoci-

miento de los pueblos por la diversidad

pluriénica y pluricultural de los 90; por ser

opción y alternativa de poder para el pue-

blo dentro de la corriente latinoamericana

y mundial de inicios del siglo XXI.

2. Nos consideramos

parte de los pueblos del mundo

que luchan contra el capitalis-

mo, imperialismo, el neolibera-

lismo y la opresión nacional,

patriarcal, de género y de cla-

se.

Nuestra lucha aporta al torrente de la

resistencia y la revolución, que se expresa

en tantos idiomas y múltiples formas de

resistencia como culturas y sociedades

hay en el mundo. La coordinación y

NUESTRA IDENTIDAD

Page 3: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

3

cooperación práctica potencia este torren-

te. Somos internacionalistas y afirmamos

que: los países quieren la independencia,

las naciones, la soberanía y los pueblos, la

revolución.

El imperialismo profundiza la explotación

de unas naciones sobre otras y la opresión

de los pueblos, fortalece las clases domi-

nantes que los apoyan, intensifica la discri-

minación social, de género, raza e ideolo-

gía, rompe la relación hombre-naturaleza,

concentra la riqueza y los medios de vida

en grandes monopolios.

Los países imperialistas se unen para pre-

servar su sistema, condenan y persiguen a

los grupos, pueblos y países que se rebe-

lan de manera revolucionaria e incluso de

aquellos que pretenden solo reformar el

rol asignado por el sistema, tildan a sus

opositores como “terroristas”, promueven

o utilizan a su favor las contradicciones

internas de los regímenes que se vuelven

incómodos para la acumulación capitalis-

ta, cuando no logran controlar los levanta-

mientos populares intervienen militar-

mente para sofocar al pueblo e implantar

nuevos regímenes a su favor.

Por tal razón, promovemos y divulgamos

la lucha, la solidaridad y la unión de los

pueblos, las naciones y países, para que el

sistema imperialista con su puñado de

dirigentes y monopolios sea barrido y

sepultado, y la vida en todas sus formas

pueda continuar

3. Para nosotros la lu-

cha por la Tierra, el Territorio

y la Soberanía son la expresión

práctica de la aplicación de

que: “O la revolución destruye el imperialismo O el imperialis-mo destruye las fuentes de vi-da”. Un aspecto que refleja lo caduco del siste-

ma capitalista imperialista es la alta vulne-

rabilidad de las sociedades a las amenazas

naturales como los sismos, tornados, ci-

clones, huracanes y a la generación de

nuevas amenazas de origen humano, co-

mo los derrames de crudos, la contamina-

ción del suelo, el agua y el aire.

Los desastres son el resultado del anárqui-

co crecimiento de la producción capitalis-

ta imperialista, de su voracidad y avaricia,

que lleva a la ocupación de áreas no ap-

tas, a la destrucción de agua y suelo en la

extracción de recursos minero energético,

y demás prácticas que solo consultan el

bolsillo de los grandes monopolios.

El imperialismo requiere del control de

recursos naturales y de mano de obra

barata para reproducirse, eso lo obliga a

agredir y subordinar a los pueblos donde

la riqueza del suelo, subsuelo, agua, aire y

fuerzas productivas puedan brindarle las

condiciones de competencia y mayor ga-

nancia.

Defender la tierra, el territorio y la Sobera-

nía para la conservación de la vida, la se-

guridad alimentaria, la adecuada y perti-

nente explotación de recursos naturales,

la ordenación del territorio para sus po-

bladores y no para un puñado de empre-

sas que usando su alianza con el Estado

genera destrucción y desequilibrios, es un

punto esencial de nuestra identidad.

Page 4: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

4

Promovemos la lucha por la autonomía y

autodeterminación para que los diferentes

sectores del pueblo construyan sus formas

de vida material. Nuestra lucha es por una

relación armónica entre los seres huma-

nos y el medio ambiente rescatando sabe-

res ancestrales y creando nuevos conoci-

mientos que propicien por mantener este

equilibrio, de forma que se plasmen los

principios de transformación y reutiliza-

ción de la materia, se respeten las fuentes

de agua y se utilice sólo lo necesario para

el desarrollo de la humanidad presente y

se garantice lo suficiente para las siguien-

tes generaciones.

4. Promovemos en el

seno del movimiento democráti-

co y revolucionario, que la

Otra Colombia Posible sea la

Colombia Socialista.

Compartimos el anhelo de muchas gene-

raciones colombianas, de que nuestra

nación se levante en pie de igualdad y se

reclame soberana, libre, digna y orgullosa

de sí misma. Y esto será realidad cuando

la imposición de otras naciones, que alia-

dos con unos pocos colombianos, sea

asunto del pasado y cese el saqueo de

nuestros recursos, la opresión política y el

sometimiento de nuestra soberanía.

Y ese país, la Otra Colombia, ha sido pen-

sando desde las más diversas corrientes

de ideas y pensamientos, siendo lo común

entre todos estos anhelos:

Un país, donde se ejerza una demo-

cracia que avance en la construc-

ción de una base económica centra-

da en el bienestar común; promue-

va una relación adecuada entre la

naturaleza y los seres humanos;

donde el individuo se pueda realizar

en consonancia con los intereses de

la comunidad; en la que el conoci-

miento, la diversidad cultural y cien-

tífica pueda ser apropiada por to-

dos; en donde el desarrollo social,

económico y político se fundamente

en diversas formas asociativas ba-

sadas en la solidaridad, la coopera-

ción y la sana competencia; en la

que se supere las diferencias entre

el campo y la ciudad, el trabajo

manual e intelectual y entre el hom-

bre y la mujer.

Nosotros apoyamos este anhelo, que para

nosotros se acerca a lo que entendemos

por socialismo, que no es solo un deseo

sino una necesidad para los pueblos. Por

que un mundo convulsionado y hastiado

de tanta injusticia, reclama y exige un

cambio radical en las relaciones sociales

entre los hombres en la producción, la

propiedad y la distribución, so pena de la

destrucción entre los seres humanos en la

producción, la propiedad y la distribución,

so pena de la destrucción de los seres

humanos y de todas las formas de vida.

5. Luchamos por la de-

mocracia para el pueblo, que

abarca desde la lucha por las

libertades políticas, los dere-

chos sociales, económicos, cul-

turales y ambientales y el de-

recho a decidir sobre su des-

tino

La lucha de pueblo por democracia ante el

actual régimen burgués capitalista neoli-

Page 5: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

5

beral se centra en la resistencia contra las

políticas opresoras, preparar una propues-

ta popular al capitalismo, para abrirle paso

a la lucha por el poder, el gobierno demo-

crático popular y el socialismo.

Fortalecer las organizaciones populares y

democráticas revolucionarias es una tarea

principal en este periodo de lucha, para

que la organización, la educación política y

la lucha de clases restablezcan la confian-

za y capacidad del pueblo colombiano en

construir su destino. Transitar del senti-

miento de frustración paralizante ante las

injusticias a la confianza de que la organi-

zación y las metas comunes son más fuer-

tes que la astucia, la represión y la mani-

pulación de los que detentan el poder.

6. Defendemos el de-

recho de nuestro pueblo a re-

belarse y decimos que este se

concreta en la lucha: Por

Poder, la Democracia Popular y

el Socialismo. Somos conscientes que luchar por la de-

mocracia para el pueblo y alcanzar la Re-

pública Democrática Popular y la Colom-

bia Socialista, es la expresión del gran

derecho de los pueblos a rebelarse contra

los detentores del poder actual.

Nos atrevemos a rebelarnos ante el tipo

de sociedad existente, luchando por avan-

zar hacia la construcción de la República

Democrático Popular y el Socialismo y, en

consecuencia, en el ejercicio de su dere-

cho a la rebelión, como defensa de la vida

y garantía de continuidad de su proyecto

emancipatorio, para enfrentar la domina-

ción y la represión implementada por las

clases dominantes.

Aún más planteamos que el poder para el

pueblo, debe ser conquistado para lograr

avanzar en su camino. Y decimos, que no

basta con que el pueblo luche y conquiste

el poder sino que debe mantenerlo para

transformar los males que aquejan la na-

ción, esa es la razón de su lucha. Por ello

decimos que nuestra consigna que traza

nuestro camino es el “Poder, la democra-

cia popular y el socialismo”.

En tal sentido, decimos que utilizaremos

los espacios del estado y el gobierno para

plantear propuestas a favor del pueblo y

denunciar aquellas que le perjudican.

También utilizamos la calle, los espacios

culturales y sociales creados por el pueblo

para educar y educarnos, organizar y orga-

nizarnos y defender lo que se nos arrebata

y arrebatar lo que fue quitado y usurpado.

No le pedimos permiso al régimen para

actuar, no nos disculpamos por querer

luchar… pero comprendemos la necesidad

de emplear todas las formas de expresión,

de organización y de lucha. El parlamen-

to, los estrados judiciales, las leyes, los

espacios institucionales a todo nivel se

cierran, no permiten nuestra participación

y hacen oídos sordos a nuestros dere-

chos, y si la lucha en la calle y la resisten-

cia de masas es enfrentada con la fuerza

de las balas y la cárcel, defenderemos

nuestros derechos a través de la organiza-

ción y movilización por la defensa de la

vida y la continuidad de nuestro proyecto

político, y la conquista del poder, ejercien-

do el derecho a rebelarnos.

7. Luchamos porque la

defensa y consecución de los

derechos y aspiraciones del

Page 6: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

6

pueblo colombiano se basen en

la independencia y autonomía

hacia los opresores, y aporten

al avance de la Otra Colombia:

La Colombia Socialista.

Consideramos que sin una división clara

entre el campo del pueblo y de sus enemi-

gos, no es posible alcanzar la democracia

para el pueblo y con mayor razón el go-

bierno democrático popular y el socialis-

mo. La aplicación concreta y flexible de

nuestras ideas y políticas en los diferentes

aspectos de debate, confrontación y

acuerdos, va hasta que estas no distorsio-

nen esta identidad en nuestras acciones

futuras.

El fascismo enquistado en las estructuras

de poder, en el modo de pensar del co-

lombiano y en la cultura es un obstáculo

para la lucha por la democracia para el

pueblo ya que dificulta la organización,

señala la lucha por una nueva sociedad

como “terrorismo”, promueve el enfrenta-

miento entre el pueblo, validando solo las

organizaciones tuteladas y controladas por

el régimen o a su servicio.

La lucha contra el fascismo no puede lle-

var al pueblo a su cooptación política por

los eficientistas y pragmáticos gran bur-

gueses – tercera vía- , es decir dejar y/o

restringir el alcance de sus pequeñas y

grandes luchas para apoyar al mal menor

entre las clases dominantes.

8. Consideramos que sin

la participación de amplios sec-

tores del pueblo en los proce-

sos de transformación no es

posible avanzar en la lucha por

una sociedad diferente. Nuestra fuerza como pueblo es el recono-

cernos para andar juntos, construir una

identidad como pueblo, entender nues-

tras formas de pensar, sentir y actuar,

para encontrar caminos conjuntos y que el

proceso de transformación exprese nues-

tra identidad como colombianos, promue-

va lo que nos impulsa al cambio y deseche

lo que nos impide ata al pasado.

Requerimos transformar los aspectos de

nuestra identidad construida en el proce-

so de la historia de opresión nacional e

imperialista que fortalecen la visión del

oprimido y colonizado. Tantos años de

opresión y resistencia ha mellado nuestra

voluntad para construirnos como país,

como nación, como pueblo soberano.

Por eso necesitamos que en el seno de

nuestras expresiones organizativas erradi-

car las herencias que no permiten avan-

zar en la construcción de una sociedad

diferente como: el arribismo, el caudillis-

mo, el oportunismo. Retomar las mejores

tradiciones populares, basados en la idea

de que “ser revolucionario es servir al

pueblo.

Trabajar por superar en el pueblo y sus

organizaciones, la mentalidad del coloni-

zado, el autoritarismo, el hegemonismo y

el patriarcalismo, para que el pueblo co-

lombiano se levante en pie de lucha no

solo para reclamar sino para tomar su

destino. Fortalecer la confianza de que el

pueblo unido es capaz de derrocar gobier-

nos, de construir alternativas en beneficio

del colectivo, de escucharse y hacerse

escuchar, de abrir caminos a una nueva

Colombia.

Page 7: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

7

9. Afirmamos que un

aspecto central en la lucha por

la transformación de la socie-

dad es bregar cotidianamente

contra el patriarcalismo, las

diferentes formas de opresión

de la mujer y de género. La opresión de la mujer, antecede a la

existencia de las clases, hace parte de una

estructura social y económica que ha ge-

nerado una sociedad patriarcal de larga

duración, opresión que contribuye a la

dominación de la nación, de las clases

opresoras y de los mismos hombres, pro-

duciendo relaciones laborales, políticas,

familiares, sexuales y afectivas opresoras

y alienadas, que son naturalizadas en los

espacios públicos, privados o domésticos.

Para la mujer es una doble explotación en

la producción y reproducción de la vida

inmediata, en donde vive y actúa.

La lucha contra la opresión de la mujer y

de género debe ser parte de la vida practi-

ca de las organizaciones sociales y políti-

cas, y del pueblo en general. Para ello es

importante comprender cómo se configu-

ra la masculinidad patriarcal y la estructu-

ra de privilegios de género que portan los

hombres en la sociedad de clases y que en

muchas ocasiones es llevada acríticamen-

te a la cotidianidad política de las relacio-

nes sociales, en general y entre compañe-

ros y compañeras del proyecto político.

Asumir una nueva construcción social de

las relaciones afectivas entre los seres

humanos para desnaturalizar la masculini-

dad y feminidad patriarcal en la sociedad

y en especial en las organizaciones políti-

cas democráticas y revolucionarias, hace

parte del proyecto político; es un asunto

crucial entre el pensar y actuar, y una

revolución profunda de nuestras ideas

sobre cómo nos concebimos todas y to-

dos, y que tanto estamos dispuestos a

transformar y a transformarnos.

Reconocer que la libertad de orientación

sexual hace parte de la construcción de

una sociedad democrática y revoluciona-

ria, y que cualquier tipo de discriminación

por sexo u orientación sexual o de género,

reivindicando el derecho a decidir sobre

nuestros cuerpos sin restringir o coartar el

derecho de los otros.

10. Reconocemos la diversi-dad étnica y cultural del pueblo co-lombiano y nos oponemos a la discri-minación racial, cultural y regional. La diversidad cultural, racial y regional es

parte del proceso de formación del pueblo

y la nación colombiana. Ha estado ligado a

los procesos de resistencia y sometimien-

to a las pueblos originarios, a un amplio

proceso de mestizaje, a la utilización de

mano de obra esclava en las grandes plan-

taciones y la minería; el coraje del pueblo

colombiano, su resistencia y creatividad

han sido ejemplo en la lucha por la subsis-

tencia y la intención de mantener viva su

tradición combativa.

La variedad de paisajes, climas y procesos

de construcción histórica han dado lugar a

una gran variedad de relaciones sociales,

económicas, culturales y política que han

construido identidades regionales.

Sin embargo, esta característica del pue-

blo colombiano, multiétnico y pluricultu-

ral, construida sobre relaciones de poder

discriminatorias ha permanecido en la

sociedad y debe ser transformada pues

constituye la opresión de raza y culturas,

Page 8: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

8

imponiéndose como criterio discriminato-

rio y de presión sobre ciertos sectores y

regiones en el país. El proceso de transfor-

mación en Colombia debe superar todas

las relaciones de opresión contra los pue-

blos originarios y afrodescendientes, las

formas de discriminación geográfica, cul-

tural, social y económica y las ideas que

menosprecian su papel y el aporte para la

construcción de la nación colombiana.

Reconociendo, defendiendo y promovien-

do su aporte a la cultura, al conocimiento

y su cosmovisión del mundo.

11. Asumimos que

nuestra práctica social debe

estar al servicio del pueblo y

no de intereses egoístas de

grupo o individuales.

Los colombianos que pertenecemos al

Modep, asumimos como criterio de nues-

tra práctica política y comportamiento

personal cotidiano, “servir al pueblo”, con

este punto de vista abordamos los diferen-

tes aspectos de nuestra vida política, so-

cial, académica, económica, investigativa y

personal.

Partimos de la visión de que es necesario

organizar la fuerza desorganizada del pue-

blo, para que él logre liberarse de sus ca-

denas y no continúe como excluido sobre

la tierra. Como parte del pueblo, no pre-

tendemos solucionar todos sus proble-

mas, sino que aportamos en la organiza-

ción, educación y movilización del pueblo

por nuestro derecho a vivir dignamente y

por el derecho de construir otra sociedad.

Combatir la indiferencia y la negligencia

frente a las ideas, normas, costumbres,

relaciones económicas y políticas que

mantiene atado al pueblo, y que justifican

su lugar en la sociedad, es una expresión

de Servir al Pueblo, no solo en la denuncia

con las clases dominantes sino en nues-

tros propios comportamientos y opinio-

nes.

12. Estamos convencidos

de que en todas nuestras ac-

ciones debemos “buscar la ver-

dad en los hechos” y la

“coherencia entre nuestro pen-

sar, sentir y actuar”.

No buscamos que la vida se acomode a

nuestros deseos, sino que nuestros plan-

teamientos reflejen la realidad y la trans-

formen. Consideramos que son los hechos

los que nos permiten evaluar el carácter y

el móvil de las personas, grupos y clases,

es allí donde se demuestra la coherencia

con lo que se dice de sí mismo.

Cuando hacemos análisis de los diferentes

aspectos de la sociedad, del pensamiento

y de la naturaleza, los miramos en prime-

ra instancia en los hechos observables y

tangibles, evaluamos su naturaleza, defini-

mos que es lo que lo hace diferente de los

demás hechos o fenómenos, como se

relaciona con otros, en que circunstancia

se producen, buscamos cuales son los

principales aspectos que le dan sus carac-

terísticas y como pueden evolucionar. Es

a lo que llamamos la verdad en los he-

chos, porque cada fenómeno social o de la

naturaleza representa una verdad que

requiere ser analizada desde su movi-

miento (dialéctica) y desde su expresión

(materialista). Esta posición no riñe con la

universalidad en las diferentes expresio-

nes científicas, artísticas y religiosas.

Page 9: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

9

Pero esta necesidad, de conocer o acer-

carnos a la realidad de la sociedad, el pen-

samiento y la naturaleza, la hacemos des-

de la perspectiva de conocer para trans-

formar, no basta quedarnos en la denun-

cia, consideramos que es necesario que

este conocimiento (independientemente

del nivel y grado) guíe nuestro actuar.

Sin este ejercicio cotidiano de entender

pequeños y grandes fenómenos individua-

les y colectivos, y el esforzarnos en real-

zar acciones que lleven a trasformar, no

sabríamos si nuestro pensamiento es ob-

jetivo, pero aún más no llevaría a un cam-

bio real.

Partimos de interpretar y analizar los fe-

nómenos para volver a estos de manera

activa incidir y nuevamente analizar los

resultados, ajustar – corregir, paso a paso

para encontrar la verdad en los hechos y a

la coherencia entre nuestro pensar, sentir

y actuar.

El programa que el MODEP le presenta al

pueblo y a las organizaciones democráti-

cas y revolucionarias colombianas para

este periodo, lo denominamos “Programa

de Lucha por la Democracia para el Pueblo

y la Vigencia del Socialismo”, hace parte y

sirve a la acumulación de fuerzas para una

lucha mayor: la conquista del poder y la

Democracia Popular hacia el socialismo.

Esto hace parte de la experiencia y prácti-

ca histórica de los demócratas, socialistas,

comunistas y revolucionarios, que durante

el siglo XX han bregado por la transforma-

ción profunda de la sociedad colombina.

No obstante, la reconstrucción de las fuer-

zas populares y el alcance de sus luchas,

se da en un contexto en que las fuerzas

populares debemos avanzar, superar el

repliegue y la iniciativa contrarrevolucio-

naria de las clases dominantes, que han

dejado una sociedad y estado fascistiza-

dos, un modelo neoliberal extractivista y

el proyecto de convertir a Colombia en

plataforma de inversión imperialista. Por

eso, el programa debe dotar a los obreros,

semiproletarios, campesinos pobres y

medios y pequeña burguesía urbana y

rural, para dar luchas por libertades y

derechos, por la democracia popular y por

mantener la vigencia del socialismo, bus-

cando unidad en estas tres tareas para el

actual periodo.

En este nuevo periodo, en el que las clases

dominantes tienen unidad y lucha en con-

vertir a Colombia en una plataforma de

inversión imperialista, están reorganizan-

do el territorio en función de los proyec-

tos extractivistas minero energéticos, lo

que ha conllevado despojo de los dere-

chos fundamentales del pueblo colom-

LUCHA POR LA DEMOCRACIA PARA EL

PUEBLO Y LA VIGENCIA DEL SOCIALISMO

Page 10: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

10

biano como son los recursos naturales, las

fuentes de vida, la movilidad y las condi-

ciones básicas como ciudadanos (salud,

educación, vivienda) que llama a la lucha

por la soberanía, la libertad y los derechos

democráticos. En un contexto político

donde el régimen requiere modernizar la

sociedad colombiana, integrarla y colocar

a su favor los conflictos generados por el

régimen fascista y sus antecesores, mos-

trándose de manera engañosa como la

vanguardia por la restitución de las tierras

y la defensa de los derechos fundamenta-

les.

En este periodo las clases dominantes

aspiran a que no se levante en el país un

movimiento popular que vuelva a cuestio-

nar sus privilegios, dejando algunos espa-

cios para ejercer un tipo de oposición, en

el marco de la institucionalidad burguesa,

mientras se condena a quienes enarbolen

el derecho a tomar el destino en sus pro-

pias manos, como enemigos de la demo-

cracia y la paz, terroristas y apátridas.

Para enfrentar estos retos, el MODEP

requiere impulsar en alianza con otros

sectores políticos, sociales y gremiales la

corriente democrático popular, con la que

potenciemos la acumulación y prepara-

ción de las fuerzas que logren cambiar las

condiciones políticas e ideológicas en las

que el pueblo colombiano pueda asumir

con mejores posibilidades la lucha por el

Poder y la democracia popular hacia el

Socialismo.

NUESTRO PROGRA-

MA DE LUCHA Para este periodo de lucha, el Movimiento

por la Defensa de los Derechos del Pueblo

propone el siguiente programa, cuyo obje-

tivo es fortalecer la perspectiva de las

fuerzas políticas y sociales de la transfor-

mación social, luchando por objetivos que

defiendan la vida del pueblo, sus derechos

democráticos y la soberanía de la nación,

de tal manera que en ese proceso este-

mos en condiciones de avanzar hacia me-

tas de más largo aliento.

I. VIDA DIGNA PARA

EL PUEBLO COLOMBIANO Cuando hablamos de vida digna para el

pueblo queremos que se entienda que

hablamos de garantizar la satisfacción de

las necesidades fundamentales para el

ejercicio de una vida individual y colectiva,

es decir: vivienda, alimentación, vestido,

salud, trabajo, educación, recreación,

cultura, servicios públicos domiciliarios,

ambiente sano y convivencia social, dig-

nos, disponibles, accesibles, que reduzcan

la segregación, desigualdad, precariedad,

que hacen que la vida de la gente no sea

digna.

Vivienda Digna

Según las cifras de población, en Colombia

hay 10 millones de familias con un prome-

dio de cuatro integrantes, lo que implica

la necesidad de un número similar de

unidades de vivienda. Pero desde que en

Colombia son los monopolios inmobilia-

rios los que determinan y se benefician de

la renta de la tierra urbana, los sectores

populares se enfrentan a la segregación

espacial, económica y ambiental, puesto

que están condenados a vivir en zonas

urbanas de difícil acceso, lejanas de sus

centros de educación y trabajo, y más

expuestas a las condiciones de vulnerabili-

dad, llevando a la ocupación de zonas

urbanas y rurales en condición de riesgo

Page 11: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

11

por remoción en masa, inundación o fallas

estructurales exponiendo sus vidas y bie-

nes; las mejores tierras urbanas, las más

costosas, quedan acaparadas para las

clases sociales con mejores ingresos. Así

que no solo se trata de acceder a una

unidad de vivienda económica, sino tener

garantías ambientales, espaciales y de

materiales de construcción.

Ante esta situación, el MODEP propone

que la vivienda digna urbana y rural sea

un derecho del pueblo y tenga prioridad

en los planes de ordenamiento territorial,

orientados a suprimir la segregación espa-

cial, la injusticia ambiental y el déficit ha-

bitacional. Para esto se debe restringir la

tenencia de la tierra urbana y rural para

garantizar la regulación de su valor, sien-

do un derecho del pueblo acceder a pre-

dios que garanticen el acceso a la ciudad

(servicios públicos, equipamientos, infra-

estructura vial, así como los servicios so-

ciales, entre otros). No debe ser el merca-

do inmobiliario el que controle la política

de vivienda, sino los planes estatales con

participación comunitaria, quienes a partir

de un Banco de Tierras para Vivienda,

diseñen los mecanismos de acceso a este

derecho. Este banco de tierras para vivien-

da, tendrá la potestad de expropiar las

tierras ociosas y las propiedades de co-

rruptos, mafiosos, empresarios y terrate-

nientes que hayan participado en contra

del pueblo.

Alimentación para el pueblo

Seguridad alimentaria garantizar el acceso

a la canasta básica con un mínimo de con-

sumo que garantice unas condiciones

nutricionales y de calidad en los alimen-

tos. Soberanía alimentaria como la posibi-

lidad de decidir qué se produce y cómo se

produce y diversidad alimentaria propen-

diendo por garantizar el acceso a los pro-

ductos autóctonos, garantizando romper

la homogenización de oferta de productos

de las grandes superficies.

Salud digna

En nuestro país el haber convertido la

salud en una mercancía ha estratificado el

acceso a la salud, acorde a la capacidad de

ingreso, debilitando el sector público esta-

tal y precarizando los servicios de salud

(hospitales, clínicas, sistemas de preven-

ción). Además el desmonte y debilita-

miento del sector público de la salud ha

generado el regreso de enfermedades y

pandemias que habían sido erradicadas.

Ante esta deplorable situación el Modep

propone construir un sistema nacional de

salud garante de este derecho del pueblo,

que tenga como eje el fortalecimiento del

sector público estatal, una elevación signi-

ficativa del presupuesto, una mejora sus-

tantiva en la profesionalización de enfer-

meras y enfermeros, médicos y especialis-

tas. Es necesario que el Estado, con parti-

cipación popular, intervenga en este sec-

tor y regule el funcionamiento de los in-

termediarios, de tal manera que la mayo-

ría de hombres y mujeres del pueblo

cuenten con una entidad de salud popular

de alta calidad y solo existan EPS y ARL

para quienes quieran pagar por estos

servicios. Simultáneamente es importante

apoyar la lucha nacional contra la inter-

mediación, el aseguramiento y la integra-

ción vertical, que debilitan el carácter

público y limitan el financiamiento estatal

del sistema.

Page 12: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

12

La salud para el pueblo debe garantizar

que se trabaje sobre los determinantes

sociales, ambientales y económicos vincu-

lados a la enfermedad, trabajar sobre la

salud preventiva y garantizar un trata-

miento de calidad sobre la enfermedad,

con acceso a los desarrollos tecnológicos y

científicos de punta (equipos, medicamen-

tos, actualización en procedimientos).

Salud integral que reconozca el desarrollo

holístico del cuerpo, la mente, la salud

física y la salud mental y emocional, dialo-

go de saberes con nuestros saberes ances-

trales, defensa de nuestras semillas y pro-

piedades curativas de nuestras plantas.

Educación para el pueblo

El Estado busca instrumentalizar la educa-

ción, centrándola en el cumplimiento a

estándares internacionales y competen-

cias ciudadanas para garantizar estudian-

tes funcionales al modelo económico,

restándole el carácter de formación crítica

y transformadora. La educación, a nivel

preescolar, básica y media, centra sus

principales problemas en las condiciones

de permanencia, caracterizadas por el

hacinamiento y los bajos niveles de logro y

poca satisfacción con el acceso a la cien-

cia, la cultura, el deporte, para formar

sujetos cultos, conscientes y sanos.

Mientras que en la educación superior, se

mantienen problemas de acceso, perma-

nencia y la concentración de la oferta en

las principales zonas urbanas, también el

problema de la calidad teniendo en cuen-

ta la restricción de la autonomía universi-

taria, buscando quitar el carácter a la uni-

versidad de centro de debate y lucha de

ideas que impiden que la ciencia, la tecno-

logía y las distintas corrientes y disciplinas

se desarrollen en función de crear, trans-

formar, cuestionar y construir nuevas

ideas en pos de la transformación de la

sociedad, las fuerzas productivas y los

medios de producción.

El MODEP, por consiguiente, plantea la

educación como un derecho fundamental

y como bien común con acceso al conoci-

miento universal, cuyo eje es el fortaleci-

miento del sector público estatal en lo

financiero, mientras es la comunidad edu-

cativa dirige lo académico y lo administra-

tivo, para retirar del sistema las lógicas

empresariales neoliberales y garantizar

que sea la función docente, pedagógica, la

investigación y la proyección social la que

determine los enfoques administrativos y

pedagógicos con que se orienten los dife-

rentes componentes del sistema, el que

además debe desconcentrarse en el nivel

de educación superior, y llegar a las regio-

nes en las que hoy no existen oportunida-

des y condiciones.

Trabajo digno

La imposición del neoliberalismo ha signi-

ficado para los trabajadores y trabajado-

ras la pérdida de derechos y libertades y el

empeoramiento de las condiciones labo-

rales. Restricción de las libertades sindica-

les de asociación, negociación colectiva y

huelga de una parte, y flexibilización labo-

ral, mayor control en los puestos de traba-

jo y endurecimiento de la supervisión

empresarial, por otra parte. Sumado a

esto, las diferencias de género en el ámbi-

to salarial y laboral, que pone en desven-

taja a la mujer. Todo esto convierte el

trabajo en una condición muy dura para

el trabajador y en una oportunidad de

maximizar las ganancias para los patrones.

Page 13: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

13

Esto a su vez con la complicidad del Esta-

do que tiene como objetivo atraer y pro-

teger las ganancias de los inversionistas.

La propuesta que el MODEP le hace al

pueblo en materia de derecho al trabajo,

gira en torno a cuatro aspectos: universa-

lización de los derechos sindicales

(asociación, negociación y huelga, inclui-

da la protección de la vida de las personas

sindicalizadas); alza general de salarios

que garanticen a cada persona empleada

la autonomía económica y las condiciones

para participar políticamente con inde-

pendencia, y la democratización de las

relaciones laborales para que el despotis-

mo burgués que las rige, sea reemplazado

por el aumento de la autorregulación y el

autocontrol de trabajadores y superviso-

res, y equidad de género que mejore las

condiciones salariales, laborales y de reco-

nocimiento y promoción laboral de las

mujeres

Recreación para la vida del pueblo

Las condiciones socio económicas del

pueblo y las políticas estatales que privile-

gian la ganancia de los capitalistas, restrin-

gen y reducen el disfrute de los espacios

de recreación y los mercantilizan. La re-

creación, el tiempo de ocio creativo, el

deporte, son parte esencial de la buena

vida para las personas en todas sus eta-

pas. El MODEP considera que debe ser

una preocupación del Estado y la sociedad

brindar condiciones, escenarios, recursos

financieros y personal idóneo para gene-

ralizar y universalizar el derecho a la re-

creación y cultura, con espacios adecua-

dos cerca a los lugares de vivienda, en los

lugares de trabajo y educación, de acceso

libre y con personal que oriente las posibi-

lidades y aprovechamiento.

Las prácticas deportivas y de la educación

física son un elemento de bienestar y

salud deben ser una preocupación del

Estado y la sociedad, por lo tanto, la pro-

moción masiva de la formación deportiva

y su práctica, para todos las personas, son

un derecho del pueblo, cuyo núcleo es la

escuela pública y relacionado con la pro-

moción de la salud. Los clubes privados de

promoción del deporte se deben transfor-

mar en asociaciones comunitarias con

financiamiento social y estatal que los

promueven.

Derechos ambientales para el pueblo

El modelo económico neoliberal y el ca-

rácter extractivista que tiene la economía

colombiana, están poniendo en riesgo las

condiciones ambientales del país, las

fuentes de la vida están en riesgo. En las

ciudades la privatización de los servicios

ambientales y el poco apoyo que reciben,

afectan los entornos de vida de las perso-

nas, los animales y las especies vegetales.

De ahí que sea prioritario la lucha por la

defensa de los ecosistemas, de los que

hace parte también el ser humano, y de

políticas e instituciones públicas con capa-

cidad, autoridad y recursos para imple-

mentar el cuidado de los entornos natura-

les y sociales, de tal manera que se reduz-

can los impactos negativos sobre las fuen-

tes de vida, se disminuya la producción de

desechos, se generalice la conciencia am-

biental y el cuidado de las especies vege-

tales y animales, como habitantes del

planeta junto a los humanos.

Servicios públicos dignos

Page 14: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

14

Los servicios públicos domiciliarios (agua,

energía eléctrica, gas, telecomunicacio-

nes, recolección y tratamiento de resi-

duos) son indispensables para tener una

vida digna, por esta razón no deben guiar-

se por el criterio de negocios con grandes

ganancias, controlados cada vez más por

un puñado de monopolios internaciona-

les, sino que deben estar principalmente a

cargo del Estado, con control ciudadano y

popular, garantes de su existencia. El pue-

blo debe participar en la definición de

políticas, tarifas, extensión de redes, entre

otras. Para que haya un funcionamiento

de servicios domiciliarios permanente,

público, de calidad y bajo costo para el

pueblo, se deben implementar los básicos

vitales, la reformulación de la estratifica-

ción y el no corte abrupto que afecte la

calidad de vida. Se debe democratizar el

acceso a la información, por tal motivo el

internet debe estar sin costo, al alcance

de toda la población.

II. CULTURA NACIONAL

Y POPULAR: PLURIÉTNICA,

PLURICULTURAL, DIVERSA

Y CIENTÍFICA La formación social colombiana en térmi-

nos culturales ha sido producto de las

relaciones de mestizaje, diversidad y pluri-

culturalidad, dialécticamente relaciona-

das, con otras culturas y pueblos forá-

neos, a lo largo de su historia, y no como

elementos culturales aislados, estáticos y

conservadores. Además la cultura popular

y nacional plasmada en el patrimonio

nacional que es tanto vivo y visible, mate-

rial e inmaterial, presente en la vida coti-

diana, pero también consignado en mu-

seos, parques, e incluso el patrimonio

nacional sumergido en mares, lagos y

lagunas, o inscrito en el espacio aéreo y el

espectro electromagnético, se enfrenta

hoy a criterios y prácticas sociales y esta-

tales que, por una parte niegan lo popular

y su diversidad y han buscado imponer

unos rasgos culturales dominantes marca-

dos por la sumisión al imperialismo, el

elitismo y el atraso, que ha llevado a sec-

tores del pueblo a la anomia y a la indife-

rencia e insolidaridad con los problemas

propios y ajenos; y por otra parte busca

mercantililzarla y enajenarla a los pueblos

indígenas, raizales, afros, mestizos, y en-

tregárselo a los monopolios de la “cultura

y el turismo”.

Están en peligro espacios urbanos y rura-

les de importancia para el pueblo, zonas

sagradas, territorios simbólicos, espacios

de encuentro popular, vistos como geo-

grafías “desperdiciadas”, que los monopo-

lios minero – energéticos codician.

El gobierno neoliberal está promoviendo

leyes para quitar la categoría de patrimo-

nio a bienes culturales materiales e inma-

teriales: saberes ancestrales, espacios

urbanos y rurales de importancia arqueo-

lógica o social, al patrimonio subacuático,

entre otros, dándoles un valor comercial y

autorizando la mercantilización de parte

de este patrimonio, dándole el mismo

tratamiento que se le da al petróleo y a la

minería e ignorando que el patrimonio no

tiene precio y no puede ser comercializa-

do.

La extracción de bienes materiales cultu-

rales para su comercialización afectan los

contextos en los que se encuentran res-

tringen el derecho del pueblo a su cultura

y su patrimonio.

Page 15: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

15

Los gobiernos neoliberales buscan que los

medios y fuentes de difusión cultural pa-

sen al control de los monopolios y se con-

vierten en mercancías para la exportación

y el turismo, sin que los sectores popula-

res, que son quienes crean la cultura ten-

gan el control y los derechos sobre sus

prácticas, saberes, artes, artesanías, técni-

cas, tecnologías, lugares, monumentos,

reservorios culturales, entre otros y los

mantenga como patrimonio cultural popu-

lar no mercantilizable.

El MODEP propone desarrollar un sistema

nacional de promoción del patrimonio

material e inmaterial cultural, como crea-

ción nacional y popular, pluriétnica, garan-

te de la diversidad, de la libertad de pen-

samiento y creencia, que propenda que el

pueblo, como creador de la cultura, acce-

da a las herramientas de la ciencia, la

tecnología y la información para investigar

su realidad y sus problemas y transformar-

los, reafirmando el carácter plural y diver-

so de su cultura y sobre todo contribuyen-

do a la dignificación cultural popular y

nacional, para continuar intercambiando

en pie de igualdad, con las tradiciones

culturales de otros pueblos del mundo.

III. SOBERANIA ESTA-

TAL Y POPULAR Las condiciones de dominación y subordi-

nación del Estado colombiano ante las

potencias imperialistas y los grandes mo-

nopolios internacionales han socavado la

soberanía, independencia y autodecisión

del Estado sobre el territorio, es decir, el

suelo y subsuelo continental, mar territo-

rial, la zona contigua, regiones ribereñas,

plataforma continental, la zona económi-

ca exclusiva, el espacio aéreo, el segmen-

to de la órbita geoestacionaria y el espec-

tro electromagnético.

La implementación del modelo neoliberal

busca poner fin a la soberanía nacional,

poniendo en riesgo sus expresiones con-

cretas: la soberanía territorial, alimenta-

ria, minero-energética, hídrica, ecosisté-

mica, ambiental y cultural. Los depredado-

res imperialistas y las clases dominantes

pretenden no solo apropiar la dimensión

física del suelo y el subsuelo, destruir eco-

sistemas, poner fin a los territorios cons-

truidos histórica y socialmente por el pue-

blo, transformando a las comunidades

indígenas, campesinas y afrodescendien-

tes, e incluso a los empresarios capitalis-

tas pequeños y medianos, en desposeídos

en proceso de proletarización, con otra

cultura, otras costumbres, articuladas al

mercado capitalista global.

La actual arremetida contra los territorios

urbanos y rurales, contra las fuentes de la

vida en el mundo y en Colombia, nos po-

nen un gigantesco reto a los sectores po-

pulares: liderar el tema de la lucha por la

tierra, la defensa de los territorios y la

soberanía nacional.

Reforma agraria y ordenamiento territo-rial democrático popular

El espacio de lo rural está siendo conside-

rado desde el punto de vista de las clases

dominantes como necesario para los agro-

negocios y monocultivos extensivos en

beneficio de materias primas para merca-

dos internacionales y las necesidades de

los tratados de libre comercio. La presen-

cia de los consorcios minero-energéticos,

de producción de alimentos, madereros,

el capital financiero, interesados en copar

todo el suelo y el subsuelo a costa de las

Page 16: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

16

poblaciones de esos territorios afros, indí-

genas, campesinos, palenqueros, es decir,

el proceso de buscar la acumulación por

desposesión.

El modelo de desarrollo rural guiado por

la lógica de la “acumulación por despose-

sión” exige del campesinado, las comuni-

dades indígenas y afrodescendientes,

junto con los obreros, trabajadores, inte-

lectuales, y habitantes de los barrios po-

pulares, buscar mecanismos de articula-

ción de las luchas para frenar las políticas

de los imperialistas y clases dominantes

colombianas para el sector rural, en don-

de se coloque al frente la defensa de la

soberanía nacional y agroalimentaria, los

derechos democráticos, el derecho a la

vida, el derecho a la tierra y al territorio, la

defensa de la economía campesina, la

protección del medio ambiente. Necesita-

mos que en lo inmediato se ponga fin a la

reforma que favorece la mayor extranjeri-

zación de la tierra, la venta de títulos mi-

neros y petroleros en nuestros territorios.

No necesitamos más “revolución verde”

que concentra e intoxica la tierra, por el

contrario hoy es posible poner la ciencia y

la tecnología al servicio de las necesidades

reales de la sociedad y no del capital, arti-

culando los saberes y las técnicas popula-

res en materia agropecuaria y sobre el

territorio.

El problema agrario, en una perspectiva

democrática hoy pasa por una amplia

discusión en la que el pueblo y sus organi-

zaciones decidamos que tipo de ordena-

miento territorial urbano-rural se requie-

re, como se deben integrar las regiones y

el carácter de las relaciones entre nues-

tros territorios y los demás países y Esta-

dos del mundo, y una verdadera restitu-

ción de tierras que devuelva los territorios

y el control social sobre lo que se produz-

ca y construya socialmente en ellos. Re-

conociendo la relación campo ciudad,

proponemos el reconocimiento de la justi-

cia espacial, ambiental, la defensa del

patrimonio, un ordenamiento territorial

que preserve las fuentes de vida, que

permita la unidad cultural de las poblacio-

nes, garantías sociales y de seguridad y no

un ordenamiento territorial en función del

mercado.

El desarrollo del agro requiere de condi-

ciones para la producción como la distri-

bución de la tierra, la regulación de insu-

mos, créditos, semillas, transporte y pre-

cios de comercialización, que permitan la

supervivencia del campesinado y superar

la quiebra actual del campo.

El proceso de despojo que se ha manteni-

do, también se ha expresado en que la

restitución de tierras ha llevado a que

algunos campesinos puedan retornar

enfrentándose a la lucha por la permanen-

cia, dado que aquellos que los despojaron

aún permanecen en el territorio, sumado

a esto, hay una presión de los megamono-

polios para que los campesinos arrienden

o vendan sus tierras, quedándose el gran

capital con ellas, es decir, la tierra se in-

corpora a la dinámica del mercado. Se

constituye en una reivindicación la repara-

ción integral, en donde se garantice la

entrega de las tierras, el retorno, y la per-

manencia para poder seguir con sus pro-

yectos de vida.

La solución de los problemas actuales del

campo debe llevar a que la propiedad

sobre la tierra pase a manos del pueblo y

Page 17: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

17

al servicio de la soberanía agroalimentaria

e impida que esté en función del mercado

imperialista. Ésta puede adquirir diversas

formas (pro-piedad individual, colectiva o

estatal) dependiendo del avance de las

luchas y del grado de desarrollo del capi-

talismo en el campo. Deben ser incluidos

en la solución del problema agrario, la

soberanía nacional y sus expresiones co-

mo la soberanía y la seguridad alimenta-

ria, la defensa de las semillas, la proble-

mática de los transgénicos, la defensa de

los recursos renovables y no renovables,

como las fuentes hídricas, eólicas, energé-

ticas diversas, la biodiversidad y la sobera-

nía sobre recursos como radiación solar.

Para las poblaciones afrodescendientes e

indígenas el ejercicio de la autonomía y

soberanía sobre su territorio es importan-

te, como parte de la construcción de la

identidad nacional. Se hace necesario

avanzar en el proceso de reconocimiento

de estos territorios, su georreferenciación

límites y definición. En estos debe garanti-

zarse la no injerencia de los monopolios

internacionales y nacionales en el uso de

sus recursos. .

Por último la defensa de la conservación

de la tierra y de sus recursos que garanti-

cen la alimentación y la vida del pueblo

que viene en camino.

Política exterior independiente

Para garantizar la independencia estatal,

se deben restringir la intromisión de go-

biernos y agencias imperialistas en los

asuntos económicos y políticos de la na-

ción, sometiendo a discusión popular

todos los tratados, pactos y acuerdos

internacionales que socaven la soberanía

nacional y el bienestar del pueblo colom-

biano. Además se debe prohibir la presen-

cia de tropas y asesores militares y de

policía en el territorio colombiano. En el

plano internacional se propenderá por

unas relaciones internacionales basadas

en la autodeterminación y la independen-

cia nacional.

Democratización de las Fuerzas Armadas para la defensa de la soberanía

Es fundamental que se impulse una refor-

ma al carácter de las fuerzas militares y de

policía, consagrando como su deber fun-

damental la defensa de la soberanía na-

cional y el respeto a los derechos del pue-

blo. Para esto es necesario devolver a la

policía su carácter cívico comunitario,

separándola del Ministerio de la Defensa.

Así mismo se debe abolir la doctrina anti-

comunista y fascista que orienta la forma-

ción ideológica de las tropas, promovien-

do la objeción de conciencia y la libertad

de opinión y expresión política a los inte-

grantes de las fuerzas militares y de poli-

cía. El pie de fuerza de las fuerzas armadas

se debe disminuir, al igual que se deben

restringir las abismales diferencias de

orden económico y de estatus que existe

entre oficiales, suboficiales y soldados.

Es necesario depurar las fuerzas armadas

de aquellos oficiales, suboficiales y solda-

dos que hayan participado de manera

deliberante en la guerra paramilitar y

fascista contra el pueblo.

IV. DEMOCRACIA PARA

EL PUEBLO Y DERECHO A

REBELARSE Sobre la base del proceso de fascitización

de la sociedad y el Estado, las clases domi-

nantes buscan imponer a partir de sus

Page 18: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

18

leyes la criminalización de la protesta

social y asimilar la lucha por los derechos

como terrorismo. A esto apuntan la Ley de

Seguridad Ciudadana (represión de la

protesta social, criminalización de expre-

siones básicas de inconformismo social

como terrorismo, restricción de la movili-

zación y su penalización, individualización

y despolitización de las penas por protesta

social), las reformas al Código Penal, el

Código de Infancia y Adolescencia, así

como la extensión de los mecanismos

represivos de vigilancia electrónica, el

aumento de penas por delitos menores y,

fundamentalmente, penalizando la pro-

testa social y criminalizando a los meno-

res.

El objetivo de este proceso de fascitiza-

ción es la supresión del derecho del pue-

blo a crear organizaciones y proyectos

revolucionarios, e imponer que solo se

aceptará la oposición “democrática” que

no busque cambios profundos en la eco-

nomía, la política y la sociedad.

La lucha por la democracia para el pueblo

y por la defensa de sus derechos se va

construyendo paso a paso, tiene en cada

periodo un límite en la lucha y un carácter

dependiendo de la correlación de fuerzas.

La lucha por la democracia para el pueblo

incluye:

Aprender a difundir la necesidad de orga-

nizarse y actuar en busca de otra Colom-

bia posible: una Colombia socialista,

uniéndonos con quienes compartamos

esta visión, y dando luchas concretas con

aquellos sectores democráticos que no

tienen como objetivo los procesos que

trasciendan la lucha inmediata, que son

reticentes a compartir las posiciones que

propongan la transformación revoluciona-

ria de la sociedad colombiana.

Las reformas son importantes, las luchas

por las libertades democráticas en sentido

pleno son urgentes y es necesario el tra-

bajo para conquistarlas, con la perspectiva

de atraer a los sectores vacilantes y teme-

rosos a la posibilidad de llevar adelante

este gran sueño, la posibilidad de pensar-

nos y actuar por avanzar en una alternati-

va al capitalismo.

No es suficiente contar con las personas

organizadas y politizadas, necesitamos al

pueblo colombiano en su conjunto.

Derecho de los revolucionarios a existir y

a participar en la transformación de la

sociedad:

- Establecer redes de apoyo y denuncia

contra la persecución de líderes popula-

res y fortalecer los comités y asociacio-

nes de familiares de desaparecidos y la

defensa de los derechos de los presos

políticos.

- Fortalecer, proteger y ampliar los co-

mités de derechos humanos y de Vícti-

mas.

- Impulsar las escuelas de formación de

dirigentes que eduquen y concienticen a

las nuevas generaciones.

- Apoyar, defender y masificar los me-

dios de comunicación alternativa que

velen y propugnen por la difusión de los

puntos de vista democráticos y revolu-

cionarios.

- Promover la solidaridad con los pue-

blos y gobiernos en su lucha contra el

Page 19: Cartilla Nuestra Identidad y Programa MODEP

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imperialismo y los gobiernos contrarios

a los intereses del pueblo, y por el po-

der.

- Defender los procesos de reagrupa-

miento del campo popular y proponer

una política de construcción de la uni-

dad, que supere las tradiciones de hege-

monismo y sectarismo.

V. ESTADO SIN CORRUP-

CION, CLIENTELISMO NI

BUROCRATISMO Uno de los problemas más sentidos del

pueblo colombiano es la existencia de un

sistema de gobierno basado en tres gran-

des males sociales: la corrupción, el clien-

telismo y el burocratismo, que hacen de la

gestión pública un recurso a favor de in-

tereses minoritarios, de favores y contra-

prestaciones, que para nada contribuyen

a la resolución de problemas de la socie-

dad y al saqueo permanente del erario

público y la subordinación de la adminis-

tración pública a los intereses particula-

res.

La corrupción estatal es resultante de un

Estado que ha sido fuente de acumulación

de capital para sectores de la burguesía,

que hacen uso de elementos como la

contratación, los trámites públicos, o la

designación de cargos para favorecer sus

propios intereses, los de sus allegados o

para pagar favores.

A su vez el clientelismo, que es una de las

derivaciones de la corrupción, es el con-

trol que los partidos que aceden a cargos

de poder ejercen de los cargos y favores

derivados de la función pública.

Sumado a esto, el burocratismo, que es la

ineficiencia con que numerosos servidores

públicos atienden a las demandas y exi-

gencias del pueblo, mientras son diligen-

tes y eficientes con las clases dominantes

o con quienes pagan favores. Estas tres

lacras afectan al pueblo, muestran el lado

más oscuro del ejercicio de poder en el

gobierno y por ende reclaman su supera-

ción.

Corrupción, clientelismo y burocratismo,

en sus modalidades de dilapidación de

recursos públicos, robo y apropiación

indebida del erario público llega a casi el

2% del PIB que pasa a manos privadas.

El MODEP propone la construcción de un

sistema de gobierno que fundamente la

autoridad y la legitimidad de su accionar

en la efectividad de su gestión orientada

por el principio de servir al pueblo y de

respetar y defender el interés y el bien

común. La lucha contra el burocratismo

implica la formación del servidor público,

como un administrador de bienes del

pueblo.

Ejecutivo Nacional 18 de agosto

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