carta mentorado

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Hoy en día necesitamos héroes. Hace unos años, un chico escribió una carta a tres hombres de la Fraternidad de Hombres. Dice así: “Durante mucho tiempo he sentido que andaba solo el camino de la vida. Y hay muchos jóvenes que podrían describirse bajo esta misma frase. He cometido muchos errores en mi vida porque no tenía a nadie que me escuchara. Me sentí muy solo en el colegio, en la escuela secundaria, en la facultad de medicina y en mi residencia. Nunca tuve a un hombre a mi l ado para observarlo, admirarlo y seguir su ejemplo. No tuve a nadie que me acompañara a diario, ni que me conociera bien. Afortunadament e, Dios me ha dado buenos amigos que me han mantenido en el buen camino, pero eso no es lo mi smo que tener a alguien que ya conoce el camino y sabe dónde están los baches, las estaciones de servicio, los monumentos históricos y los bellos paisajes en las carreteras. Necesitaba algo más que un amigo, necesitaba a un mentor.  Alguien que llenara los h uecos que había dejado mi padre. Y ustedes lo han hecho. Me han enseñado mucho sobre lo que Dios quiere de mí y para mí, y le han dado forma a mi vi da abriendo su corazón, sirviéndome de modelo. Han sido un gran apoyo para mí,  porque han ensa lzado lo bueno y lo corre cto, y me han animado a ser útil y productivo, y a vivir una vida noble. Me desafiaron a ser un líder espiritual para mi esposa e hijos, y me enseñaron cómo  podía lograrlo. Me alent aron y me animaron como lo hacen los comentaristas de prensa, que aunque no conozcan bien a todos los jugadores, reconocen una buena jugada en cuanto la ven. Le doy gracias a Dios por haberlos puesto en mi camino para hacer de mí el joven que quería que fuera. Todavía tengo que trabajar en mis heridas, mis defectos y mis frecuentes fracasos. Pero ustedes han estado siempre ahí. Que Dios los bendiga y los  ponga en el camino de muchos otros jóvene s como yo, que buscan un héroe que les enseñe a llevar la vida heroica para la que Dios los ha llamado” .

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7/16/2019 Carta Mentorado

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Hoy en día necesitamos héroes. Hace unos años, un chicoescribió una carta a tres hombres de la Fraternidad de Hombres.Dice así:

“Durante mucho tiempo he sentido que andaba solo el camino de

la vida. Y hay muchos jóvenes que podrían describirse bajo estamisma frase. He cometido muchos errores en mi vida porque no

tenía a nadie que me escuchara. Me sentí muy solo en el colegio,en la escuela secundaria, en la facultad de medicina y en mi 

residencia. Nunca tuve a un hombre a mi lado para observarlo,admirarlo y seguir su ejemplo. No tuve a nadie que me

acompañara a diario, ni que me conociera bien. Afortunadamente,Dios me ha dado buenos amigos que me han mantenido en el 

buen camino, pero eso no es lo mismo que tener a alguien que yaconoce el camino y sabe dónde están los baches, las estacionesde servicio, los monumentos históricos y los bellos paisajes en las

carreteras.Necesitaba algo más que un amigo, necesitaba a un mentor.

 Alguien que llenara los huecos que había dejado mi padre. Y ustedes lo han hecho. Me han enseñado mucho sobre lo que Diosquiere de mí y para mí, y le han dado forma a mi vida abriendo sucorazón, sirviéndome de modelo. Han sido un gran apoyo para mí, porque han ensalzado lo bueno y lo correcto, y me han animado a

ser útil y productivo, y a vivir una vida noble. Me desafiaron a ser un líder espiritual para mi esposa e hijos, y me enseñaron cómo podía lograrlo. Me alentaron y me animaron como lo hacen loscomentaristas de prensa, que aunque no conozcan bien a todoslos jugadores, reconocen una buena jugada en cuanto la ven.Le doy gracias a Dios por haberlos puesto en mi camino parahacer de mí el joven que quería que fuera. Todavía tengo que

trabajar en mis heridas, mis defectos y mis frecuentes fracasos.Pero ustedes han estado siempre ahí. Que Dios los bendiga y los

 ponga en el camino de muchos otros jóvenes como yo, quebuscan un héroe que les enseñe a llevar la vida heroica para la

que Dios los ha llamado” .