carnelutti cenerentola

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  • 5/11/2018 Carnelutti Cenerentola

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    SUHABIO: L Abaorci6n de 1 & denciaclal proceaopenal en la .clacla del derecho penal. - 2. 'Inferiorldad de la den-cia del proceao penal en C01Dparacl6ncon la clencla delderecho :P e n a L - 8. Y ~de 1 & clancla' del proceso civiL -4. Proce8o penal 'Y proceso civiL - & . Pcmdad de 1 & den-cia del proceso penal 'Y del procesO civil.

    LABSOBCION DE LA CIENCIA DELPROOESO PENALEN LA CIENOIA DEL DEUOB~PENALBabfa una vez tres herman~ que t e l :W m en cotnun, por]0 meno8, uno de 8U8progenitoris: s&llamaban la ~ delder6CM pB7UI I , 1a ~ del proceso penG l y Ja ~ del fWD-

    C680 ciflil. Y ocurri6 que Ja segunda, en compaioaci6n con ]asotraa dOl, que eran m a s belIas y.. prospera, habfa tenido unainfanefa y una adolescenefa d~dichadaa.' . ,Con la primera Ie toc6 dividir durante mucho tiempo]ainisma habltaci6n; y aqu6lla retuvo para sf 10 bueno y: 10mejor. Esta comunidad no dejl:'ba'de tener sus.buenas razo-Des: desde eI primer moment(L~ que meocuiTi6 tener queenearar 188 relaciones entre deteCho y proeeao civil y der~o'7.~ penal . (en la prolusi6~ paduana de 1915, que DUDca.8 8 imprlmi6), m e impresion6 al f profunda diversidad; en ]aconclqsi6n, manifestada m6s tarde, de que 'todo el derechopenal, as procesa1, y en Ia co~~6n 4e, su .sistema al m od ode una t r l logfa , de' Ia cual 108aetas ' segundo y tercero. son e l.juicio y Ia ~, ha encontrado uta idea su desenvolvi-mie n to . P e ro eIlo quiere decir que el estudio del 'derecho ~nalt fe n e . u n a ainpUtud que s a presta mal, a se r contenida en eIcuadro de una sola enseiiaDza, tanto m8s cuanto que Ia .dura-ci6n de' ella se Um,ita a un aii~; 10 cual, a 10 ,menos por 10 que'ocui r fa e n P ad ua ,' hace mediolfiglo, 8e resolvfaen unasupre-si6n, 0 poco men9S, del ~dio delproceso. I M a s ceDicieD~todavfal' .. .. '!.INPERIORIDAD DE LA OLENOIA DEL PROCESO PENAL ENCOIIPAllACION CON LA CIENCIA DEL DEllECHO PENAL

    Hoy, clertamente, 188 ~ han eambiado. La:,separaci6nde ambas ensefiaDzas, del derecbo penal material y procesal,

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    16 CUESTlONS SOllRE EL PROCESO PENA~ LA CENICIENTA 17

    ha sldo un evento feliz. Y no esta e n contradlccion, ya secomprende, con su fundamental unidad: no es, verdaderamente,en e1terreno de la autonomia, como suele hacerse, donde deberesolverse la cuesti6n. Esta de Ia autonomia es una f6rmulaambiciosilla, con la cual los especialistas de ciertos estudiossue!en. celebrar, si .no propiamente exagerar, su importancia,casi sremprs al objeto de conseguir que constituyan materiade snsefianza. particular; y esta en principia, no es una maJacos~ pero su. raz6n no debe buscarse en la autonomla, quecasi nunca tiene nada que vereon ella, sino mas modesta-mente, en lainsuprimfble exizencla del analisis, que nos cons-trine a mirar por separado, a costa desgraciadamente de defor-marl.a, los divers os aspectos de Ia realidad, Delito y pena son,precisamente, como tantas veces 10hemos dicho, la cara y lacruz de una misma moneda; y a nadie se le ocurre sostenerq~e sean aut6nomas entre si la cara y la cruz; pero es verdad,sin embargo, que la moneda no se .puede ver, aimultanea-mente, par la cara y por la cruz..Hay, pues, hoy, aun en los .planes oficiales, que son porotra parte, los planes universi tarios, una ciencia procesal penal;pero, l cual es respecto de sus hennanas la posicion de ella?En cuanto al derecho penal, ciertamente, hay una inferioridadcuyos signos 6 simbolos, podriamos decir, son variados y rna-nifiestos.Ante todo, desde el punta de vista de Ia cantidad, ;,Porque, en aquel cuadro, a la ensefianza del derecho se Ie asignandos afios y a la del proceso un afio solamente? A [uzgar consimplicidad diriase que en los dos' afios delito y pena equi-valen, como la cara y la cruz, en la moneda, ocupan la mismasuperficie. Mas he aqui que al derecho procesal penal no seacostumbra a atribuir el Institute entero de la pena, 10 cualno depende de otra cosa sino de -una injusta dlstrlbuclon, envirtud de Ia cual, en el acto de dividir la herencia, la her-mana mayor se ha hecho atribulr la parte del leon. La inci-dencia, bajo este aspecto, es semejante a la del dereeho procesalcivil: tambien los cultivadores de este ultimo han tenido que~eiv.indicary contimian reivindicando todavia, no sin oposlclon,institutes cuyo caracter procesal estaba oeulto bajo una patinaciviHstica inveterada. Una actio finium recuauiorusn , en cursoya desde hace tiempo entre e1 derecho y e1proceso civil , debepromoverse tambien en las relaciones entre proceso y derechopenal: en la reciente prolusion romans formule yo e1 Iibelo yespero de mis cornpafieros de trabajo una valiosa ayuda, enorden, sa entiende, tal como ocurre respecto del proceso civil.no s610 al derecho penal material. sino tambien al derecho admi-

    llistrativo, al cual tendremos que discutir denodadamente lallamada ejecuci6n penal.Asi, no .s610en la reconquista de su haber se'encuentra laciencia del proceso civil, respecto de su infeliz hermana en unaposici6n mas ventaiosa, sino tambien en el reconocimiento de8U S6r. Hoy, en comparacion con el derecho civil, la eiencia delproceso ha reivindicado afortunadamenta no ;010 muchos yp~e:iadoB bienes, sino ante todo su nombre: derecho procesalctV"l~ se llama, efectivamente, desde hace tiempo, en exactap~rldad con el derecho material, y afirma asi su caracter y sudignidad ; pero e~ mucho mas frecuente el caso de que, encambro, a la ciencia del proceso penal se Ie conserve la antiguadenominacion, ; ,Inepcia? l .Cuestion de moda alemana 0 fran-cesa? Indudablemente cada uno de los dos nombres viene de.alli, de Berlin 0 de Paris; pero no son la f6rmula de una diversaconcepcion, cientifica 0 empirica, del estudio del proceso. Entrenosotros, los Itallanoa, que podemos reconocer los meritos delpensamiento jurfdico aleman,' aunque s610 fuese porque losbeneficios que- de e l recibimos hace tiempo que estan en cursede restitneidn, no hay un solo estudioso que ignore 10 quepara el proceso civil hay bajo esta cuestion de aparente termi-nologia, Ciertamente, tambien en penal ha sido adoptada laformula mas moderna por los estudiosos mas autorizadosMASSARI 0 MANZINI, VANNINI 0 SABATINI, DE MARSICO ~GRISPIGNI ipero (;,0 me engafio?) mas por imitaci6n del de-recho procesal civil que por una energica afirmaci6n de paridad.3. INFERIORIDAD DE LA CIENOlA DEL PROCESO PENAL EN. COMPARACION CON LA CIENCIA DEL PROCESO CIVIL.

    A prop6sito de ID cual, sobre el tema de las relaciones, noya entre derecho penal, materiel 0 procesal, sino entre derechop.r~esal, civil 0 penal, es dificil nagar a la ciencia del procesoCIVIl,en comparacion con la ciencia del proceso penal, dirianlos Ingleses, una leading position. Nadie que lea desapasiona-damente a CHIOVENDA a MASSARI, que son los mas destacados:nombres en uno 0 en otro campo, puede sustraerse a la impre-si6n de que .el cultivador del proceso penal sea conducido deIa mana por. .. l otro. Ciertamente, tambien la ciencia del derechoprocesal penal tiene ti ltimamente recorrido. un buen trayectode camino; pero el progreso, en un noventa por ciento, consisteen la adaptacion a sus fen6menos de los conceptos construidospara el estudio del proceso civiL Aqui tendria ve.rdaderamente \\raz6n BETTIOL para hablar de pancivilismo, si au, atenei6n se Vdirigiese, con gran ventaja para nosotros, del delito bacia el

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    18 CUESTIONES SOBRE EL PlI.OCESO PENALproceso. En una palabra, la tooria del proceso penal se hallatodavia en una fase de neta dependencia respecto de la teorfa.del proceso civil: donde se trata de superar el empirismo, .sirvencasi exclusivamente los esquemas importados. De unaelabo-raci6n indrgena no digo que' no haya huellas, pero sf que .soncasi irrelevantes; r menos todavfa de una exportaci6n .del .campo del proceso penal al del proceso civil. . . .La cenicienta, justamente, se contentaba con los vestidos:desechados por sus m a s afortunadas l1ermanas.4. PROCESO PENAL Y PROCESO CIVIL.

    Contra' esta situaci6n infeliz . Degara, antes 0 despues, el'momento de' re&ccion~r. Pero, para. que Degue, la conclici6n astratar de explicarla.Cenicienta, esta bien; pero, LPor que?Podrfa encontrarse, en principio, u n a raz6n hist6rico-materia-listica de ello, que acaso nos aproximara aI centro del problema.LNo es verdad que" en el fondo, comparado con el :delproceso penal, as el ambiente mismo del proceso civilel que da .una impresi6n d~ superioridaci? Escrituras cuidadosas, discu-siones reposadas y, sobre tedo, por 10 menos aparentemente,personas exquisitas; el proceso penal, en cambio, inquieto,bull icioso, turbulento, hasta suelo, es un poco la, cor te de: lo smila-groB enelpalacio de justicia. En unapalabra"el remo delos andrajosos. Por la otra, si no el de 108 ricos, por 10menosel de los aeomodados. LQue ha de extrai iar, pues, si al gobiernode este, y no .al de aquel,. aspiran los mejores ~cos y a suestudio los m a s prometedorea cientffieos 7 : .Trateinos de penetrar un poco m a s en esta apariencia.Ciertamente, la riqueza, a simple vista, es JUs agradable que]a pobreza; pero, LYen el fondo? Sin dud&, el proceso civil, enel noventa por ciento de los easo~ es un proeeso de pOBeed fWes ;~cuandoun,ode los dos DO posee, aspira por 10 menos a poseer.Es el proceso de 10m(o s de 10 tuyo. La apuesta del juego asla propiedo,d . ' Y cuando se trata de 10 mfo yde 10 tuyo loshombres no se dan tiempo a reposo. En el proeeso pelial, en.cambio, Lde que Be trata? La: respuesta, que en lugar' de 1apropiedsd, pone. la libertad. Ie viene a cua1qui~ a ]a mente;pero, Lestamos segur08 de no ca er e n un equlvoco aI ussr deesta 80Iemne palabra? Nueve de cada diez de los que respondenas(, entienden que el riesgo es el de volvene a au easa 0 de'quedar rec1uido en prisi6nj y en esta Ultima hip6tesishaeenconslstir ]a p6rdida de ]a Hbertad. EI primero de los.eometidosde 1a ciencia delproceso penal as , en cambio, e1 de ense f1ar a

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    invert ir ese razonamiento; esto;es, el primero de los conceptosque ella tiene que aelarar, y aeasOqU8 CODBtruir,as el conceptode l ibet"t 'Gtt Nos daremoscu.~~ ~to~., e1 dfa en que secumpla este cometido, que has4Ie~wp~Jeomo en tantosotro~aeetores, la realidad ha sido vjs1;&: Po l ~oso~os. alreves: $ ! l reono as Wi libre a quJen 1a con~~:Je, quita la libertad, sino unsiervo a quien se 1 & restituyeo "po~)o.menos trata de resti-tufrsela. La1ibertad, pues, as 'V~~9~ente la apuesta delproeeso penal, pero en sentido .dijo~te inverso aI perezo;.samente considerado poi" la 'Opini6ri lCOm1in:al juez penal seIe pfde, como al juez civil,. algo: .que:,!lOSfalta y. de 10 eualnopodemoa prescindir; y esmuchq mas~0veeJ defectode libertadque el defeef.o de propiedad. E U jq~~, eomo e t .juez civil,reeonoee 0 deberfa reconoeer.a ~da.cuallo BUyo; pero e s t oBtl Bet" en lugar de BU.habe r. .

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    20 CVESTIONES S08R.E EL I'llOCESO PEN~~

    mett con eI orguUo"deI civilista, ingenuamente persuadido deque la suya era la verdadera cieneia del derecho.Pero lleg6el tie~po en que tnve que abrir los ojos. J Curiosoque el eomienzode aquelti~mpo co~ncidiera.aproximadamente.con 1~ primeras tentativas eientlficas en el teneno del derecho,penal! Me impresion6 entonees'la comparacf6n, no tanto entre10s dos proeesos,.euanto entre los-dos aetos, civil y penal. nego-/cio y deUto. De,eUoresult6 squella T e o ri tl I 1B f & 6f 't 1l e e Z r e m t o,en la eual debo reconocer,mas que una tentativa de, sfnt9sisque supere los dos eonceptos partieulares,una adaptacl6n deldeJitoen los esquemas elaborados para el negociopor la ciencb

    Idel derecho civil. De tal tentativa no tengo yo raz6n alguna, para renegar, pero tengo,',sinembargo, que ponerla en suositio:fue un punto de partida, no un punto de l1egada; seria absurdoque me arrepintiese de elIo, ya que sin apoyar el pie en .unI escal6n. yo no puedo subir; pero ciertamente habia que supe-, rarlo. 'La cual superaei6n, si no me equivoco,se produjo en laTeor ia. gen.erole de l dirit to, ymAs tarde en las Lezitmi d i dirittopemUe . y despu~, todavfa. en la nueva ediei6n de la Teor ia. ,donde-f inalmente se eomienza a delinear la 8fn~iR: quiencompare la segunda edici6n con la primera, y mAstodavfa. eneuanto a - la teoria del acto, con la T eo ria . g e ne ra le d e Z r e tlto ,advertiraque no hay ya una transfereneia de eoneeptoseivilfs-ticos al campo penal, ni siquiera un intercambio entre uno yotro campo, sino una aportaci6n del uno y del otro a un planoverdaderamente superior. .Este, si no me engafio, es el camino para haeer avanzara un tiempo la eiencia delprooeso en general y 1a eiencia del-proeesopenal en particular. La Cenicienta es UDabuena her-mana a la cual no Ie pasa por 1a imaginaci6nelevarse de surinC6n para que sus herma~as oeupen su puesto; no es, poreonsiguiente, una pretensi6ri de, superioridad que ella opongaa sus eieneias eontiguas, sino unieamente una afirmaei6n deparidad. Despu~ de todo, seglin e1modo comose han definidohasta abora las re1acfonesentre ambos procesos, e$e ambosderechos, civil y penal, surge claramente .Ia oPosici6n entreellos; y la i>posiei6nse resuelve.en la igualdad. ,Ninguna de.las. dos cieneias debevim.a expensas de la otra; m a s bien unay otra deben rendirse mutuos semcios.Siel estudio'del pro-ceso penalha contrafdoeiertas deudas con la ciencfa procesalcivil, pronto estara en 'condiciones'de pad,rselas eon usura.Y la teoria generiLtdel proceeo no puede preseindir de lascontribucioneBdel cultivo de aque1territorio del proceso penalque presenta,yaa primer.. vista, una incomparable fecundidad.A este fin una prep8l'aei6n eivilfstiea es preeiosa,pero m a s_ . .

    21que para comprender 10 que ea el proceso penal, Birve para Icomprender 10que no es.A. eata 156ra ij1USiiti Clediear 1 i > a Ult lm08 afios de mi vida.Pero imciano ya como soy, puede ocurrir que todo se reduzea,por ml parte, a una Damadade atenci6n a los voluntarios. Pe'rOaunque no fuesa m As que una lnvocaci6n al inagotable genioitaHano 'para que resurja como en tcKloslOBdemAssectores delpemUtmJento,tambi6n en Ute, ya sagrado a la memoria deCESADBEccABIA Y de BUBenerosos eompafieros,no s e r a arro-jada in1iti1menteal viento. Nuestras condiciones aeaso noBeanmuy disfmUesde las de entonces. Tambi6n hoy el cuerpode Italia, como entonees, estApostrado y doblado. Pero bast6entonees un pequefio libro para que el pensamiento italianosaltara, una vez mAs, en la mareba de la civilizaci6n,a laeabeza delmundo.