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CAPITULO SEGUNDO

El intervencionismo norteamericano en el Istmodesde el Tratado Mallarino-Bidlack, hasta el

''Incidente de la Tajada de Sandía "

1 . El Trotado Mallarino-Bidlack

Estados Unidos, que a finales de la primera mitad del siglo XIXse encontraba en pleno movimiento expansionista y empezaba o bosquejarsu poderoso desarrollo comercial, advirtió lo necesidad, ahora más queen cualquier época anterior, de una vía que le permitiera ir de su$costas en el Atlántico a las del Pacifico, con mayor facilidad.

Nueva Granada, que se sabía poseedora de esta vía, pensó quepodía obtener grandes beneficios con ella, y fue entonces cuando pro-puso al gobierno norteamericano la celebración de un tratado . No fueesta noción la que lo sugirió como han dicho algunos historiadores (')sino aquéllo, pues tenía como objetivo principal asegurar la posesión totaldel Istmo, y de celebrarse este tratado sería una de sus primeros con-sideraciones.

Nuestras anteriores afirmaciones son confirmadas por unimportantísimo documento cual es el Memorándum confidencial del MinistroMallarino dirigido a Mr . Bidlack, Encargado de Negocios de los EstadosUnidos, y que en sus aspectos más importantes dice lo siguiente:

"Lo conducta obsenvada por la Gran Bretaña en varias partes delcontinente suramericano . . ., en las riberas de Mosquito y en el . Istmo,

descubre una intención preconcebida y largo tiempo meditada deapoderarse de los puntos más mercantiles de lo América, haciendoimposible la competencia de los Estados Unidos e imponiendo su

voluntad como ley en todosIosasuntos relativos al consumo demercanciasextranjeras . . . Este dominio o preponderancia seria igualmente ruinosopara el comercio de los Estados Unidos y para lo nacionalidad de lasrepúblicas Hispanomericanos ; desastroso para la causa de la demo-cracia del Nuevo Mundo, y perturbadora constante de la paz públicode este nuevo Continente.

• El historiador Ernesto J . Castillero R., expreso en su Historia de Panamá (P . 9311,que fue Estados Unidos quien lo propuso.

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II Por estos hechos y consideraciones generales puede Inferirse la nece-sidad urgente en que se encuentra los Estados Unidos de interponer su

influencia moral y aún su fuerza material, entre la debilidad de lasnuevas Repúb l icas y los proyectos ambiciosos de las

nociones comerciales: de Europayespecialmente de la Gran Bretaña... En el tratadoGranadino esta garantía de propiedad territorial deberá solamentereferirse o las provincias del Istmo desde su extremidad sur hasta ellimite con Costa Rica . . Resulta que sin tener que temer la eventua-lidad de una guerra con ninguna otra potencia a fin de mantener la

soberanía de Nueva Granada sobre el Istmo; sin adquirir compromisospasados, los Estados Unidos pueden aceptar esta cláusula y producirpor consiguiente un cambio completo en las Intenciones de lo Gran

Bretaña . . fortaleciendo las ventajas mercantiles que los EstadosUnidos deben siempre gozar a causa de su proximidad a nuestrosmercados..

111 Existen razones de otra clase que deberían también inducir al Gobiernode los Estados Unidos a consagrar una atención favorable a estasmedidas . Algunas de dichos razones se refieren o la necesidad en quese encuentran los Estados Unidos, como potencia americano, de emplearla vigilancia más eficaz paro el mantenimiento del actual orden decosas como el más singularmente favorable para su tranquilidad yengrandecimiento .. . Las otras razones son relativas a la propia famay reputación de las Estados Unidos ; pues seguramente nada los vindi-caria tan brillantemente que. . . se mostraran como los más celosasprotectores de la integridad territorial de aquellos Repúblicas en cuyomantenimiento aparecerían tomando un interés directo y franco. .." (1)

Del análisis de este Memorándum se deducen algunasconsideraciones de interés : Primeramente, hace luna dura crítica o la políticainglesa en vista de los graves perjuicios que podía traer tanto a Hispano-américa como a los Estados Unidos . También sugiere a este país la grannecesidad que tienen los repúblicas hispanoamericanas de que

interpusiera su influencia moral y su fuerza material para protegerla deEuropa, y especialmente de Inglaterra; además, indico que, de realizarse

un trotado entre estas dos naciones, los Estados Unidos debíangarantizar la neutralidad delIstmo y la soberanía de Nueva Granada sobre

él ; y por última señala lo conveniente que sería este tratado para los

Estados Unidos, pues además de ser favorable para su tranquilidad, seríala mejor manera de reinvindicarse por los juicios que de opresora se hacíande ella.

La protección solicitado por Nueva Granada a Estados Unidos esta-

ba en contra de la política exterior de este pais, pero eran tantas lasventajas del proyectado tratado, que decidieron que era mejorconsiderarlo . Es así como nace el Tratado Mallarino-Bidlack firmado el 12

de diciembre de 1846.

Los primeros treinta y cuatro artículos de este Tratado tratan de

arreglos comerciales mutuos tanto en la paz como en la guerra ; pero en

su artículo treinta y cinco . es donde se encuentran los disposiciones másimportantes y graves por las consecuencias que conlleva, pues Nueva

Granada otorga a los ciudadanos norteamericanos las mismas prerroga-

(l) Citado por: Garcia Merou, Martin, Historia de la GiPlamacia AmeNrwee,t . II, PP . 7-10 .

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tivos comerciales de que gozaban sus nacionales y, Estados Unidos garan-tiza a lo Nuevo Granado sus derechos de soberanía sobre el Istmo ysutotal neutralidad para que su tránsito no sea interrumpido en ningúnmomento.

El artículo treinta y cinco del mencionado tratada nos explica lodicho, más claramente.

"Articulo . XXXVI La República de la Nueva Granada y los Estados Unidosde América deseando hacer tan duraderas cuanto sea posible las rela-ciones que han de establecer entre los dos partes en virtud del presentetratados han declarado solemnemente y convienen en las puntas siguientes:

19 Paro mejor inteligencia de los artículos precedentes han estipu-lado y estipulan los Altos Partes Contratantes : que los ciudadanos, buquesy mercancias de los Estados Unidos disfrutarán en los puertos de laNueva Granada, incluso los de 'a parte del territorio gronailno, general-mente den-minado Istmo de Panamá, desde su arranque en el extremode Sur hasto la frontera de Casto Rica, todas las trangiicias, privi ¢-Dias e inmunidades, en lo re :atvo a comercio y navegación, de que ahoragocen y en lo sucesivo- gozaren los ciudadanos granadinos, sus buques ymercancías; y aue esta igua :doí de favores se hará extensiva a lospasajeros, carresp"ndencia y mercancías de los Estados Unidos q . e tran-siten al través de d'ch . territorio, de un mor a otro . El Gobierno de laNueva Granada garantiza al Gobierno en los Estados Unidos que el dere-ch. de vía o trónsito al través del Istmo de Panamó, por cua 'esquieromedios de comunicación que ahora existen o en lo sucesivo puedanabrirse, estará franco y expedito paro los ciudadanos y el Gobierno delos Estados Unidos, y para el transporte de cualesqu' .ero artículos de Pro-ductos o manufacturas de lícito comercio, pertenecientes a ciudadanosde los Estados Unidos . . . ; los Estadas Unidos garantizan positiva y eficaz-mente a la Nueva Granada, por la presente estipulocón, la Perfectaneutralidad del ya mencionado Istmo, con la mira de que en n' .raúntie.npo, existiendo este Tratado, seo interrumpido ni embarazado, el libretránsto de uno a otro mar ; y por consiguiente, garantizan de la mismamanera los derechos de soberanía y propiedad que la Nueva Gronatlatiene v Posee sobre dicho territorio ." (2)

Algunos juristas que no aceptan le tesis absoluta de la no inter-vención presentan excepciones con respecto a ello, como son los trata-

dos . Pero si hoy un tratado que estipula que otra nación goza de per-fecto derecho para protegerlo, esta acción, aunque algunos quieranjustificarlo, sí constituye una intervención porque implica una ingeren -cia extraña en los asuntos internos de un pueblo, y ésta es lo comcterís=tica primordial de todo intervención.

Es en base a lo expuesto que consideramos el Trotado Molierino-Bidlack una intervención aunque hubiese sido solicitado por Colombia,pues mediante éste, Estados Unido; se comprometía a garantizar laneutralidad y la tranquilidad de la vio en todo tiempo mientras existieraese tratado, lo mismo que la protección a Nueva Granada y su soberaníasobre el Istmo . De modo que el Tratado Mallarino-Bidlack es el primerinstrumento jurídico por el cual los Estados Unidos tienen completo dere-cho para intervenir en el Istmo . Tanto es así, que cada vez que en él

(2) Arias,. Hormodio, El Canal de Panamá. (Traducción de Diágenes Arosemeno)pp . 197-198. También se puede ver en Arosemena G . Diágenes, HistoriaDocumental del Canal de Panamá, PP. 37-38.

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se daban muestras de elgunos movimientos en contra del gobierno grana-dino, éste, inmediatamente pedía la protección de las fuerzas armadasnorteamericanas para que contribuyeron a restablecer el orden . Ahorabien, es necesario señalar que cuando no había peligro de revolucionesy cambios de gobierno en Colombia, ésta fue muy celosa de la presencianorteamericano en Panamá.

La proclamación de este tratado no fue inmediato . En Nueva Grana-da tardó cinco meses, pues fue ratificado por el Congreso en mayo de1847 ; en los Estados Unidos, pese a los beneficios que le brindaba, noempezó a ser considerado sino el 3 de enero de 1848, primero porqueeste r.nis se encontraba en guerra con México y segundo por la apatíadel Senado . Mosquera que estaba sumamente ansioso por la verificacióndel tratado, envió a Washington a Pedro Alcántara Herrán como Emba .jador Extraordinario y Ministro Plenipotenciario para que trataro deconvencer al gobierno norteamericano de lo ratificación del tratado loentes posible ; finalmente, después de varias conferencias en la Admi-nistración con los líderes del Senado, el tratado fue ratificado el 3 denoviembre de 1848 y, exactamente 18 meses después se firmó y procla-mó (12 de junio de 1849) . (3)

2 . El ferrocarril de Panamá

Uno de los consecuencias que se derivó del Trotado Mallarino-Bidlack fue el privilegio que se otorgó a una compañía norteamericanapara la construcción de un ferrocarril a .través del Istmo, pues el tratadogarantizaba el gobierno norteamericano "el derecho de vía o tránsito através del Istmo por cualesquiera medios de comunicación que ahoraexisten o en lo sucesivo puedan abrirse . . . "

Es así que, partiendo de esta consecuencia, vamos a referirnos, aun-que sea brevemente, a la historia del ferrocarril de Panamá . Esta empiezodespués del descubrimiento del oro de California, (4) puesto que a Esta-dos Unidos se le hizo casi una necesidad vital la apertura de una vía quele permitiera comunicar más rápidamente sus costas del Atlántico con lariquísima región de California.

Desde 1848 el Congreso norteamericano autorizó un contrato paraestablecer dos líneas de correo marítimo: una de Nueva York y NuevoOrleans o Chagres y otra para conectarse con ésta por medio del Istmode Panamá, a California y Oregón . Esta empresa era sumamente peli-grosa, pero los hombres fueron lo suficientemente audaces para arries-garse en ello y Mr . William H . Aspinwall fijó la línea del Pacífico y

131 Mock, Gerstle, The Land Divided, p. 194 . (La traduccián m nuestra).(41 Edward, Allxrt, Panamá, p . 418 . (Lo traducción es nuestra).

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George Low la del Atlántico . Pronto fue evidente que Aspinwall no espe-raba gran ganancia de la línea marítima, sino que con aquellos ampliosy remotos propósitos, esa línea era sólo una porte del gran plan que élhabía concebido, la empresa del Ferrocarril de Panamá . Es así coma él,con Mr . Henry Chauncey y Mr . John L . Stephens solicitan una concesiónde Nueva Granada para la construcción de un ferrocarril y la celebra-ción de un contrato con su gobierno para la realización de ese proyecto . (5)

Así se celebra un contrato formal con el gobierno de Nuevo Grana-da en los condiciones más favorables, (dice Otis) para el exclusivo privi-legio de construir un ferrocarril a través del Istmo de Panamá . Entralas condiciones más importantes de este contrato había una garanti-zando que todos las tierras públicas situadas en la línea de la vía, seríanusadas gratuitamente por la compañía ; además uno donación de 250 .000acres de tierra pública del Istmo . Dos puertos, uno en el Atlántico y otroen el Pacifica (que serían los limites de la vio), serían puertos libres ; y elprivilegio fue garantía para establecer las peajes que la compañía con-siderara conveniente . El contrato continuarla en poder durante cuarentay nueve años, sujeto al derecho que tencir)o Nueva Granado de posesio-narse de lo vía ol cumplirse veinte años de haber sido terminada, porel pago de cinco millones de dólores ; el cumplirse treinta años, por elpago de cuatro millones; y al cumplirse cuarenta años, por el pago dedas millones . Tenía que pagarse el tres por ciento al Gobierno de NuevaGanada por todos los dividendos declarodos . El trabajo completo seríaterminado en ocho años y una sumo de ciento veinte mil dólares seriodepositado al comenzarse para asegurar así el cumplimiento del contra-to, pero sería reembolsado, con interés, el terminarse la vio dentro deltiempo estipulado . (6) Este contrato conocido como Stephens-Paredesfue firmado el 15 de abril de 1850.

Es cierto que una empresa de la magnitud del ferrocarril era nece-sario, pero no compartimos la opinión de Otis al decir que el contratoque permitió la construcción de esta obra se realizó en las condicionesmós favorables . Para Nueva Granado no lo fue, pues este contrato esti-pulaba que los tierras públicas situadas en lo línea del ferrocarril seríanusadas gratuitamente, aparte de la donación de los 250 .000 acres detierra . Claro que Nueva Granada podía posesionarse de la vía, pero porlos condiciones antes estipuladas, y sólo recibiría el tres por ciento portodos los dividendos declarodos . Todo esto en su conjunto, no podio con-siderarse condiciones ventajosas; al menos para Nueva Granada.

Se podría argüir que el costo de la obra fue inmenso ; en ciertomodo, pues fue alrededor de ocho millones de dólares, pero se deduce

(5) Otis, F . N . History of the Paaome Railmad, pp. 1617.(La troduccán es nuestro).

(6) ¡bid, pp. 17-18 . (La traduccián es nuestro).

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que rápidamente fueron recuperados y multiplicados ya que sus tarifasfueron durante ocho décadas, las más altas del mundo . (7) Y de estasganancias no se benefició Colombia y mucho menos el Istmo, pues elmencionado ferrocarril no pasó nunca a poder de Nueva Granado, nipasó a Panamá cuando se constituyó en República independiente ysoberana.

Lo construcción del ferrocarril produjo un incidente de cierta im-portancia y fue el relacionado con el nombre que recibiría la ciudad queconstituía e) terminal en el Atlántico . Desde el 2 de febr_ro de 1852fue nombrada como Aspinwol, designación propuesta por Stephens paraconmemora} los servicios de uno de sus iniciadores . (8) Sin embargo, elCongreso colombiano le había dado el nombre de Colón en honor deldescubridor. Este hecho originó el incidente o que hicimos referenciaanteriormente porque ante la solicitud de un Ministro americano en Bogo-tá del " Exequatur de estilo" para un Cónsul en Aspinwal, el gobiernogranadino contestó que no existía en su territorio ninguna ciudad deese nombre. El gobierno de Washington resintió esto actitud, pero des-pués de algunos explicaciones se dio por satisfecho, Pero el problemano se resolvió, pues el nombre de Aspinwal se había popularizado tantoque toda correspondencia o carga venía dirigida a este nombre . Entonces,Colombia adoptó una actitud de ley al decretar que cualquier carga ocorrespondencia que no viniera dirigida a Co j ón seria rechazada . Con estamedida, se le puso fin a este problema . (9)

Nos podríamos preguntar, ¿qué consecuencias trajo para el Istmo Idapertura del ferrocarril? Podríamos señalar las que se relacionan con elpaso a través de él ; pues al facilitarse el tránsito por sus tierras trajoun elemento humano heterogéneo, costumbres diferentes, otras razas,constituidas por sujetos de todas las condiciones sociales, ló que produjoalgunas situaciones conflictivas entre los extranjeros y los nacionales,llegando algunas de ellas a ser muy graves por sus futuros efectos.

Una visión aplicable a este momento nos los suministra en 1870Eugenio María de Hostos cuando a su paso por el Istmo rumbo al Perúcompruebo el estado de fricción entre naturoles y extranjeros, pues segúnél, "el europeo impone las impertinencias de su civilización jactanciosa;el yankee impone su preeminencia impertinente ; cada latinoamericanoofende el patriotismo del vecino con la intemperancia insoportable delsuyo . Todos están en su casa, excepto el panameño . . . Los extranjerostranseúntes son donde quiera los mismos ávidos disipadores de tiempo,

(7) Sáenz, Vicente, Nuestras rías interoceánicas, p . 34.(8) Otis, F. N., dp . Cit., p .33 . Historiadores como Castillero y Rebolledo indican

que dicho nombre fue propuesto por Victoriono de D. Paredes.(9) Rebolledo, Alvaro, Reseña histórico-política de la comunicacón interoceánica,

pp . 125-126 .

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de costumbres y dinero que todo lo corrompen o su paso. Co~ los con-quistadores, llegan, dañan, pasan, y río vuelven a acordarse . . ." (10)

3. Antecedentes del "Irrcidente de la Tajada de Sandía"

Los situaciones a los que anteriormente hemos hecho alusión fueronconstantes, pero más frecuentes desde esta época en adelante.

Testimonio de alguna de estas situaciones las de Pablo Arosemenaquien nos hace referencia del caso del 28 de febrero de 1850, al quecalifico como un hecho vergonzoso, en el que varios norteamericanosatacaron la cárcel de la ciudad paro poner en libertad a un compatriota.Pero lo más insólito del coso fue que uno de ellos irrespetó y amenazóal Jefe político, señor J . A. Bermúdez . (11)

Estos incidentes no se daban aislados ni eran escasos, pues el 18de mayo del mismo año se repitió otro incidente, pero aún más graveque éste . Se inició cuando un muchacho que vendía el periódico "ThePanamá Echo", fue sindicado del robo de quinientos o seiscientos pesospertenecientes el editor del mencionado periódico . El joven fue apresadopor el editor y llevado donde otros norteamericanos que pretendieron

castigarlo . Pero entonces los naturales lo socorrieron y se generalizó estehecho tomando grandes proporciones . Poco tiempo después, con lo inter-vención del Gobernador Diez, fue puesto todo en calma, pero dandocomo resultado dos o tres muertos y cuatro o cinco heridos . (12)

Estos pequeños o grandes conflictos fueron contribuyendo cado vezmás a fomentar una conciencia nacional, a le vez de un repudio mayorhacia los norteamericanos.

Continuando con estos incidentes tenemos otro ocurrido en la ciudadde Panamá el 3 de junio de 1851 . El origen de este asunto perece serla mala conducto de unos hombres embriagados que destruyeron losmuebles de una mujer del pueblo ; un vecino que se percató del asuntosalió en defensa de la mujer, pero fue atacado por los hombres embria-gados, los que echaron sus pertenencias o la calle . Mientras tanto, cundióla alarma de que los norteamericanos estaban atacando a los nativos,quienes inmediatamente se armaron . De modo que todo este asunto tomóun cariz de seriedad tal, que la situación, no pudo ser controlada sinohasta lo llegado del Gobernador Díaz con varios soldados . (13

(10) Eugenio Maria de Hostos, "Mi, viole al Sur, en el Istmo de Panamá", enrevista Univenided, árgano de la Universidad de Panamá, primer semestre1952, N? 31, Panamó, pp . 160-161.

(11) Arosemeno, FabIo, Escritos, t . I, p. 206.(12) Citaio por. Alfredo Costillero C ., "Un antecedente de lo Tajada de Sandia%

en Revista Lotería, Vol . VI . N9 69, agosto 1961, Panamá.(13) 'star and Herald, Vol . III, N9 34, Panamá, 3 de junio de 1851 . (La traducción

es nuestra) .

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Cada vez estos conflictos eran de mayor envergadura, tal como elocurrido en Chagres el 6 de diciembre de 1851 . El cronista del periódicaque da la noticia dice lo siguiente sobre lo que él intitula hazaña de losyankees en Chagres.

"He circulado en estos días la noticio de que ha habido en Chogres unconflicto entre los naturales y los norteamericanos, que tratan aquelpobre país como a tierra conquistada . Parece que no se tiraron con terro-nes y que la casa fue o'go más sera en lo que podía esperarse, puessegún dicen quedoron en el comp- algunos hambres, decid léndose lavictor -a por los chogreños, que arrollaron y pusieran en completa y vergon-zosa fuga a los intrépidos Yonkees" . (141

Todos estos acciones hasta ahora reseñados no son más que agre-siones cometidas por norteamericanos que creían tener un poder sobreel Istmo, y que además pensaban que esta facultad se los daba el hechode ser un país fuerte y poderoso, y que el nuestro fuera débil, pequeño,poblado en su mayoría por negros y mestizos, a los que racialmentecreían inferiores . Pero hay una respuesta a todo esto y es que en losponomenos se produce una enorme reocción antinorteamericana, tal comolo que hemos estado observando, y que no es más que el deseo dedemostrar el derecho que les daba la razón y la soberanía y su inmensoodio ante tanto vejamen.

Refiriéndose o estas acciones dijo Justo Arosemeno en una ocasión:"los yankees han perpetrado toda clase de atentados, mostrando en todossu actos de provocación el más insolente desprecio por las instituciones,las costumbres, la autoridad y la raza nacional del Istmo ." (15

Esta situación motivada por los norteamericanos en particular y losextranjeros en general, produjo un distanciamiento entre los naturales yaquéllos, pues como acertadamente señalo Hostos, las tentativas anglo-americanas para apoderarse del Istmo, el poder que en el mismo les diola construcción del ferrocarril, las procaces usurpaciones de poder de losnorteamericanos de la estación naval del golfo cada vez que se susci-taba algún motin, todas esas actitudes aprueban lo posición reservada yel alejamiento receloso que se nota en los panameños y colombianos delIstmo. (16)

No se daba solamente el caso que ciudadanos norteamericanosprovocaran estas situaciones, sino que incluso el mismo gobierno lasestimulaba oI permitir el paso de tropas americanas por el Istmo sin elprevio consentimiento del gobierno panameño o granadino . Este es el

caso que se da en jul i o de 1852 cuando atraviesan el Istmo unas seis-cientas tropas. Colombia protesta, pero según palabras de Marcy, Secretario

(14) El Pasedempe, año I, trim . II, No 16, Bcgotá, 6 de diciembre de 1851.(15) Citado por : Soler, Ricaurte, Pensamiento Panameño y concepción de lo

nacionalidad durante el siglo XIX, p . 95.(16) Eugenio María de Hostos, Op. Cit ., p . 163.

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de Estado, ese derecho se los daba el trotado de 1846. (17) Lo mismosucedió en 1855 cuando más tropas atravesaron el Istmo sin solicitarpermiso para ello . Tal era la altivez norteamericana, que no sólo pasabapor encima de aquella protesta colombiana de 1852, sino que osabarepetir el mismo acto pocos años después.

Es así, como en 1856, se desarrollo una importantísimo correspon-dencia entre la Secretario del Ministerio de Relaciones Exteriores deColombia con su Encargado de Negocios en Washington para tratarestos asuntos. Con ocosión el paso de tropas americanas por el Istmo,Lino de Pombo, le comunica a Pedro Alcántara Herrán lo siguiente:

`. . .Tan evidente es nuestra justicia, al exigir se cuente can nuestrasoutnridades y se respeten y cumplan los mandatos de los funcionarioslocales para el tránsito de tropas, no obstante el completo derecho a estetránsito, que puede tomarse con la oceptación en el poder de vuestrascuatro prcposicicnes como artículos de una forma de convenio ; y si ésteno se obtuv'ese sobre esa: bases y sobre otros cualesquiera que dejasensalvar las prerrogativas del señorío territorial sería indispensable pro-testar solemnemente en ¡es términos más decorosos y a la vez meiorapropodos a las circunstancias . . ." (18)

Para terminar con el aspecto relacionado a los antecedentes de la'Tajado de Sandía ", es de necesidad señalar que Castillero le da preemi-nencia al incidente del 18 de mayo al cual llamo un auténtico ante-cedente, yo que como resultado del mismo hubo das o tres muertos . Sinembargo somos de la opinión que todos los incidentes expuestos hastaahora constituyen antecedentes ya que en cada uno de ellos, de unamanera u otro, chocaron fuerzas nacionales y norteamericanas, ayu-dando estos a fomentar la conciencia nacionalista y el repudio a eseelemento humano.

4. "Incidente de la Tajada de 5andía°

De modo que los actos mencionados van a condicionar uno de mayormagnitud, el que por sus graves consecuencias vamos a analizar conmás detalle. Este es el que se conoce como el " incidente de la Tojadode Sandía" y que tuvo lugar el 15 de abril de 1856.

En noticia aparecido días después del incidente, leemos lo siguiente:

"El mortes en la tarde, los pasajeros del vapor III'.nols de New York llega-ron a Panamá , pero desafortunadamente no pudieron embarcar enseguidaen el vapor Taboga, teniendo que esperar bosta las ocho o nueve de lanoche.

(17) Pwks, E . T ., Panamá and the United States, p .245.(la traduce en es nuestro).

(18) Nota enviada por lino de Pombo a Pedro Alcóntara Herrán. Archivo delMinisterIo de Relaciones Exteriores de Colombio, Ccrrespondeneio de laSecretaria de Relaciones Exteticres con el Encargada de Negocios en Wos h-ington, t. 429, p . 141, N9 17, abril 12, 1856 . (Ver Apéndice N9 i).

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Todo estuvo en calma hasta las seis de lo tarde, cuando un paso-¡era, bajo los efectos del licor, tuvo una dificultad con un mercader,sacá su pistola y le dispará . Los circunstancias no han sido estab lecidos;tigunos dicen que el negro sacó su pistola primero, lo que provocá lariña . La multitud, bolo tales circunstancias, inmediatamente entró enb Peleo.

Todos los negras de la C iénaga, Plavo Prieto y el Arrabal, fueron enbusca de sus armas, y los pasoieros se retiraron a sus hoteles y a losdep5sit-n y caeos de la Compañía del Ferrocarril . ..

El señor Theodere Sab le . Secretario del Coronel Word, Cónsul de losEstadna llni,l auien estaba en el sitio atend iendo la entreno de locríe espondenca . inmediatamente fue a la ciudad a Informar al Cónsul,nuen sin pÁrdida de tiempn se dirigió al Ivggr . Al m:smn tiempo, elGobemo —l, ura6 c^n la poliria . v cocan trmar-n una pacieron prrminenteh icieron fuego snbre ellos. Mr . Sab ia fue herido en el muslo y su som-brero fue Perforado por uno bala, Don Pedro Obarrio tamb'én fue herido;un disec, perfrró el s-mb ,em del Gobernador y el caballo del CoronelWord fue d isparado siete veces.

Fsto carnirerío fue detenida Fasto los nueve de la noche . con unresultado de catorce americanos muertos . el doble o más de herd^s . mien-tras que sálo tres nativos murie-on y hubo una docena de herid," (19)

También otro diario nos hablo del suceso, pero como noto enviadapor Ramón Gamboa al señor Secretario de Estado, donde relata los hechos

tal como los vio, ya que formó parte de los mismos:

"Sin embarga de que usted y el mismo Ciudaiann Vicegobernador hansido test igos presenciales de los hechos q ..e hcieron lugar la noche del15 del corriente en lo estación del ferr-corrii a inmed'acinnes de estaciudad he creído de mi deber formar una re lación circunstanciado de ellos.

Serían las seis de io tarde P .C . más o menos cuando ha i lóndomeen mi m•a . nl a lgunos tiros por el lada de la referido estacón, y advertíen lo p-bioción un movimiento extraordinario. . . Por el tránsito supe queuna disputa entre un individuo del país y un norteamericano de los quehabían llegado a Colón oq, el mismo dio había prrd e dn una espantosam Ii,i6n entre un cons'de•ab'e númern de mmpoturtas de arbns c-n-tendientes: que los norteamericanos hacían t celo srbre los natura l es yque estos a su turno rfend ;an o amenazaban o aque'I rs, ono pierhos,machetes y puño i es_ . FI señor Sabia . . se prerentó a' Ciudadann Vice-gobernador. . . con el objeto de ver si p^día ponerse términ, o onuel i nsde•estres_ . : c e al oproximar se, y después de haber anunciad- el señorSabio que allí estaba el Gobernador, se hizo fuego snbre éste v sucomitiva hiriendo a 1-s señores Sabia y nborrio : que en ta l situación,el wdoaona V i cegobernador ordenó al jefe de lo gendarmería ma r chasea rel, I niar de aquella p-sición a los que la ocupaban ; y que atacados

-, por aquella fuerzo, tuvieron que rendirse ...

Por conelasián manifestaré a usted que el número de extranlerosr^vertos en l a contienda ascendió o trece y el de los heridos a quince,habiendo fallecido uno de estos posteriormente . De los naturales murie-ron dos v hub, algunos heridos ." (70)

Lo característica de ambas noticias es que indican como inicio deeste incidente una riña, pero sus propósitos son diferentes, pues la

noticia aporecido en la Estrella es tendencioso ya que trata el asuntocomo uno carnicerío efectuado por los naturales. En cambio, lo noticiaaparecido en lo Gaceta es más objetiva . Pero es de aquí en adelante

(19) Star and Xenald, Vol . I, N9 8, Panamá, N . G., abril 19 de 1856.(La traduccién es nuestra).

(20) Gaceta del Estado, trim. 4, N9 39, Panamá, abril 22, 1856.

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donde empiezan las controversias, pues surgen dos versiones : la pa~meña y la norteamericana . Presentaremos ambos y luego daremos lasconclusiones respectivas para valorarlas.

La explicación norteamericana del incidente se inicio con los decla-raciones de G . M . Totten, Superintendente del Ferrocarril, los cuales . nosólo denotan parcialidad, sino el aferrarse en culpar o los naturales delosunto y, en censecuencio a las autoridades del país por no lograr ponerel orden en este problema.

Así lo demuestra G. M. Totten en noto enviada a Francisco deFábrega, Gobernador del Estado de Panamá:

"Como V . E . muy bien sabe, en la tarde del 15 de los corrientes . unmotín armado, compuesto de residentes de la ciudad y suburbios dePanamá, atacó a uoa partido de pasajeros tronseuntes y a las propie-dades de lo Componía del Ferrocarril.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

Empero aparece de testimonios intachables, que V . E . ordená a lopolicía que hiciese fuego sobre el depósito : que esta orden fue obedeci-da, y que por esta tropelía muchos pasajeros fueron matodos y asesinados.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

VE. reconocía muy bien el carócter de las personas que companionel m^tín . . . : y permitiá uno carnicería sin dlstincón, y el pillaje de lospasajeros indefensos, y de mujeres y de niños desvalidos, que des-honraría o la nacián más bórbara de la tierra. .._

Y por lo presente estimo a V .E . que este gobierno será tenido como res-ponsab'e por los asesinatos y tropelias cometidas en la tarde del 15 enlas personas de Ics pasajeros, y por los robas y perju'cios cousados ensus efectos y en las propiedades de la Compañía del Ferrocarril ." (21)

Como dijimos anteriormente, esta declaración es parcial, y demues-tra el interés que tenían en hacer aparecer este incidente, no provocadopor una riña, sino como un ataque preparado contra los norteamerica-

nos para poder inculpar, de este modo, a las autoridades panameñas ygranadinas.

Otro testimonio de la versión norteamericano lo constituyó la notaenviada por James Bowlin, Ministro residente de los Estados Unidoscerco del gobierno de la Nueva Granada, a Lino cie Pombo, Ministro deEstado para la Relaciones Exteriores de Nueva Granada.

Declara Bowlin:

" . . .Descendiendo ahora a las generalidades, a las especialidades, cuales lo prueba de haberse visto armas, por alguno persona, en los monosde los pasajeros, la única mención específico sobre esto es . en primerlugar, el hombre ebrio que secá su pistola contra el negro que estabaInju•ióndole por un décimo ; habiendo uno de los pasajeros obtenido de élque la dejasen, cuando trataba de ponerla en el bolsillo fue arrebatadapor un natural y se disparé .. . Si estos quinientos o seiscientos hombres

(21) gaceta del Estado, trim. 4, Ni? 39, Panamá, 22 de abril de 1856.

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hubiesen estado armados, aal se les pinta, no habla potencio, o tuerzaen Ponomá, ni a sus órdenes, que después de semejante ataque, hubiesepodido salvar la plazo de destrucción y demolición completa . Es ocaso unofortuna qce no estuviesen armados: y pretender creamos que lo estabanes un insulto ol sano criterio.

Ahora bien les probable que todo esto sucediese sin previo con-cierto, par una querella repentina entre un pasajero ebrio y un negrodesvergonzado? No es pos b'e, pero es probable, que aún en Londres oParis con su vasta pob'oción, no alcanzaría a reunirse semejante número,armados y equipados para el c^mbate con tanto presteza : mucho menosen la Ciénaga, barrio de negros de una ciudad pequeña . Esta Grcuns-tancia indica la preparación y la preparación establece premeditacián ."(22)

En esta declaración, que no arroja ninguna luz sobre el asunto,resalta el inmenso odio que sentía Bowlin por la población del Istmo,hecho que queda demostrado cuando se refiere a los que tomaron porteen el incidente . Pero es más, la misma se basa en las declaraciones delprincipal testigo, Thomas Brodford Williems, empleado de la Componíadel Ferrocarril, con la que entra en grandes contradicciones.

La declaración de Bradford Williams es la siguiente:

"Cerca de las seis y media de la tarde oí alboroto en las inmediacionesde 'o Ciénaga, entre un natural y alguno de los pasajeros ; y averiguandose me respondió haberse originado en un fandango entre una de lospasajeros del Cortés que venía con destino a Nicaragua, y que sesuponía ser uno de los reclutas de Walker, pero después he sabido queesto era inexacto

Poco después fui al lugar mismo y vi a varios de los naturalesagarrando a un pasajero con intenciones de matarlo con sus machetes,y entonces intentando algunos p'ces pasajeros que estaban en la casaa.¡ señor Farland, dar auxilio al pasajero fueran encontrados por unacuadrilla mayor de naturales que los compeliá a retirarse : muchos de lospasajeros que estaban armadas con revó'veres las dispararon con elobjeto de quitar al pasajero que era asesinado por los naturales.

Los naturo les aumentaron en fuerza hasta el número de unos seis-cientos todos armados y bien pertrechadas tomo si hubieran hecho pre-paraciones onticipodos . ..

A la sazón bajaron las soldados de la Nuevo Granado al mando delCap tón Gan ido . .., y a1 toque de la corneta avanzaron en orden regularmilitar, disparando por pelotones . .., y así mantenían un fuego continuocontra les pasajeros y lo estacián del ferrocarril . . . El Cap'dán Garridoestaba a la cabeza del Departamento de Pol :cfa, con espada desnudo,gritando "muertos todas las omer,canos'' . A este tiempo vi una pers^noque juzgó ser el señor Fóbrega, Gobernador de la ciudad . N. diré Pcsi-tvamente aua eco él, pero estaba parado cerco de la casa del señorFarland, hab'ondo con un joven que tenía uno espada, él se ade'amáy estaba op :audiendo a los soldadas por su maniobra militar . . . " (23)

Lo expuesto hasta ahora son los argumentos sobre los que descansala versión norteamericana en torno al incidente del 15 de abril . Con sólo

analizarlo un tanto podemos darnos cuenta de la vaguedad de algunade sus afirmaciones y de las contradicciones que presenta.

(22) Citado por : Ramirez, José l ., Op. C16, pp . 42-44,(23) Citado por : Ibid ., pp . 45-47.

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Tanto los declaraciones de Totten y Bowlin son de oídos, pues mfueron testigos presenciales . La de Totten es una protesta, pero sin funda-mento, pues se dedica a inculpar el gobierno por la matanza de quefueron objeto sus compatriotas al ser atacados con premeditación por losnaturales . Pero si esto hubiera sido así, ¿qué se conseguía con esta acción;cuál era el objeto del pueblo y el gobierno de Panamá en matar un puñadode norteamericanos, esta matanza traería algún beneficio para el país?Estas preguntas ni siquiera se pueden considerar; y es más, Totten no daun solo argumento que se pueda tener como válido para la sustentaciónde sus afirmaciones.

El citado Bowlin tampoco aporta ninguno prueba, pues no se encon-traba en el lugar de los hechos . Según él, sus declaraciones se basan enel testimonio de Bradford Williams, pero aquí se inician los errores quele hacen caer en contradicciones y que llevan toda la versión a unavisión alterada y falsa del incidente. Bowlin nos afirma, refiriéndose a lospasajeros, que "es acaso una fortuna que no estuviesen armados y preten-der creamos que los estaban, es un insulto el sano criterio ' . Sin embargo,el señord Bradford, testigo principal de los norteamericanos y base de lasaseveraciones de Bowlin dice en su declaración que "muchos de los pasa-jeros que estaban armados con revólveres los dispararon con el objetode . . . " Entonces nos podemos preguntar, ¿qué clase de testimonios eranestos tan dispares; podría confiarse en una versión que mostraba tantoscontrodicciones y muchos de cuyas afirmaciones no poseion la seriedadrequerida al decir que no estaban seguros de sus aseveraciones comosucede con las declaraciones de Bradford Williems?

A pesar de todo, los Estados Unidos se mantenían en su posición,a la que estaban tan oferrados con el único propósito de desprestigiar algobierno y el pueblo de Panamá y Nueva Granada.

La versión panameña del incidente se apoya en las declaraciones deFrancisco de Fábrega, Gobernador del Estado de Panamá, testigo presen-cial del asunto, a quien el gobierno norteamericano sindica como respon-sable, al propiciar la continuación del problema surgido en la tarde del15 de abril.

Al respecto dice Fábrega en nota enviada al Secretario de Estadodel Despacho de Relaciones Exteriores:

"Comprenderá usted, por la nata o protesta del Superintendente delFerrocarril, Sr . G . M . Totten, que se trata de pintar el desastre del 15com- un hecho premeditado con el objeto de robar y matar: que se tratatambién de afrentar a esta pob 'ación suponiendo obra de las hijos deella todos los crímenes cometidos en aquella aciaga noche ; y que mtrota por ú :tmo de hacer recaer srbre las autoridades del Dais, y prin-cipalmente sobre mí, la responsabilidad de aquellos hechos, por no haberprocurado impedirlos (se dicel, y por haber mandado hacer fuego sobrelas oficinas de la Crmpañia.

Que el acontecimiento de que me ocupo fue un hecho impremedi-tado, subitáneo, lo están diciendo todos los pormenores relacionados en

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los declaraciones de que remito a usted copio . Y esas declaraciones . . .,no sólo demuestren lo impremeditado y subitáneo de aquel aconteci-miento, sino que dejan ver b'en c'a ro, que los causantes del desordenfueron los mismos pasajeros, que armados como lo están ordinario-mente de pistolas, hicieron uso de ellas en aquella ocasión con la fací-lidad y prontitud con que lo ejecutan casi siempre. Los naturales, irrta-dos al ver heridos y suponer muertos o alguno de sus compatriotas, seaba!onzarcn sobre los agresores ; y unos y otros, movldoe yo par lanecesidad de la propio defensa, se persiguieron, se atacaron y se da^a-ron recíprocl, ante, prolongando la lucha por algo más de tres horas.

Respecto de lo gendormería m me acusa (protesta del señor Totten)de hober hecho fuego sobre la cosa de lo Compañía y de haber ayudadoal soqueo . ..

Fui yo (se dice) quien dio la orden de hacer fuego s-bre la casa delo Compañía y en esto m hoy rigurosa exactitud . Cuando exitado porel Secretarin del Cánsul omercano me diría! a lo exare cedo casa . d^ndem hizo fuego sobre mí y los que me acompañaban, hiriendo a dos de estos,rel como era naturol : y enc^rt,anda a p-, pasos al iefe de lagendarmería con su fuerza le di orden de que marchase a ocupar aquellacara (estas fueron mis no obras) . El jefe de la Gendarmerio me 'rifil ó:y si me hacen juego : Hágalo usted también, fue mi contestación . . ." (24)

Pero hay otro testimonio —principal sujeto del incidente— quenos lleva a la conclusión de que este se inició por una riña entre unnatural, vendedor de frutas, y un norteamericano, a quien la embriaguezy la soberbia, le impidió cumplir con el deber de pagar la fruta que

había ingerido . Este testigo es José Manuel Luna, quien declara ante el

Regidor de Santa Ana el día 18 de abril de 1856.

A continuación las declaraciones de José Manuel Luna:

`Preguntado sobre si sabe o ha oído decir cómo y Par qué tuviera origenel suceso ocurrido eo el barrio de la Ciériel el 15 del que cursa, con-testó : que hallóndose el que declara en dicho barrio, llegaron unos ama-riconos, un poco ebrios, en número de tres o cuatro, y entre ellos unollegó o varios ventorrillitos para tomar negocio de lo que en ell-s había:que por último llegó donde el que declara y tomó uno tajado de sandiapreguntando cual era su valor, y se le contestó que un real : clue entoncesempezá a comérseln y aún sin haberla concluido, lo tiró sobre el sueloy v rá su espalda: que a esto siguió el exponente exigiéndole el real, a loque recibió fueron estas pdabras : Ch no me emporres. .. ; que a estaspdabras repuso e! que habla : Cuidado, que aquí no estamos en losEstados Unidos ; págame mi real y estamos al c-rriente ; que todo estofue dicho en inglés : que a estas razones le contestó el amer icano quele cogería con un tiro, metiendo así mismo mano a la pisto'a' que elexponente le dijo : si usted tiene su pistola yo tengo también mi Puñal,y metió mano también a él que o estas razones se encantraba MíquelHabraan prosente, y fue quien le echá mono a! cañón de la pistola delamer icano, cuando iba a hacerle fuego al del: que entonces otroamericano, que según el exponente cree era po`oiero y el cual era mediojnven, sacó el real y lo pagó ; que a esto tornó el exponente la espalda,convenc ido de que aquello estaba transo, y mando iba llegando el expo-nente a su lugar, sintiá un tiro, y volv iendo la cara, encontró a MiQuelHabraan hichando con el americano, quien hizo Cl tiro directamente adicho Habraan: Que de aquella lucha resultó que cayera Miguel Habraanal suela, en donde le cayeron los americanos menc :cnaios arriba . que delaren se paró Miguel liahroan con la pistola en la mano, y habiendosalido huyendo, lo s i guieron los americanos hasta el centro de la Ciénaga,en donde se uniform6 ya el bochinche ._" (25)

(24) Gaceta del Estado, Trim . 4, NV 40, Panamá, 26 de abril.(25) Gaaeto del Estado, trim . 4, N4 40 . Panamá, 26 de abril de 1856.

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Esta declaración tiene un gran valor, pues fue la de uno de lospersonajes principales del asunto . De ahí en adelante tomó cuerpo estariño particular para transformarse en una general . Pero además de sersu versión muy objetiva, coincide con la de otros, como la de otra figuraque él mismo menciona en su declaración y que es Miguel Habraen . Ensu declaración no hace más que insistir y ampliar la realizada porLuna. (26)

El Jefe de la Gendarmería, Manuel Moría Garrido, en su declara-ción hace referencia a hechos posteriores durante el mismo incidente, lascuales ponen en evidencia las afirmaciones del Gobernador Fábrega alafirmar que " los americanos mantenio fuego vivo contra un gran númerode hombres del pueblo, cuyo fuego se me hizo también por los america-nos, habiendo intentado dos veces hacerme fuego con un coñón con queantes habían hecho un tiro" . (27)

En resumen, lo versión panameña no se aceptó y fue arrasada porla versión rortsomericana ya que tuvo el gobierno colombiano que pagarpor sus implicaciones en el incidente . Es necesario defenderla y dejarestablecida la verdad de ella.

Fundamentamos lo antes dicho porque a través de las declaracionesque sirven de base a la explicación panameña se pueden establecerverdades- de los sucesos . En primer lugar, dichos declaraciones se basanen hechos concretas porque fueron dadas por los propios personajesdel incidente; además ellas no presentan las contradicciones de queadolecen las de lo versión norteamericano y también se demuestra queel origen de este asunto fue provocado por una riña entre un naturaly un norteamericano, librándola, por consiguiente . de todo matiz depremeditación.

En conclusión, que este incidente no fue más que el resultado explo-sivo de una situación que desde mucho tiempo atrás se venía produ-ciendo y que a todas luces era ya insostenible . Esto era así puesto quelos norteamericanos, sin ninguna consideración de las leyes vigentes, setomaban ciertas libertades que lindaban con el abuso y que de tantorepetirse fueron colmando los sentimientos del pueblo hasta proyectarseen un incidente de esta naturaleza, donde sin premeditación de ningunaespecie, el nativo luchó porque se respetaron sus derechos y que losnorteamericanos y extranjeros en general, cumplieron con su deber.

Como resultado de los sucesos ocurridos el 15 de bar¡¡ de 1856, losEstados Unidos realizaron intensas. campañas tendientes a dar a conocersus reclamaciones. Nueva Granada contestó o tales reclamaciones orgu-

(26) Ramírez, José 1 ., Op. Cit., p .22.(27) Citado por : Ibid ., p. 58 .

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yendo que esos sucesos fueron originados por lo provocación de algunosnorteamericanos, su antipatía a la raza africana y su irrespeto a lasautoridades del país." (28) Esa contestación no sirvió de cortapisa paraque el gobierno norteamericano dejara de insistir en su tesis y continuaracon una posición tendiente a exigir una recompensa por los daños y per-juicios sufridos por sus ciudadanos y las propiedades de su gobierno en elIstmo .

El gobierno de Nueva Granada encargó a Pedro Alcántara Herróndel asunto del 15 de abril . Debío ocuparse en primer lugar de evitarotro incidente como el anterior, procurando que sólo quedara en manosde ambos gobiernos; además debía hacer un análisis completo de loscargos y exigencias que se hacían o Nuevo Granada, pero manteniendouna posición firme en cuanto a lo que sostenía su gobierno.

En nota enviada por Lino de Pombo, del Ministerio de RelacionesExteriores de Colombia, a Pedro Alcántaro Herrón, Encargado de Nego-cios en Washington, le dice lo siguiente:

" . .La premeditacián del motivo y de los atentados, punto de trascen-dencia inmensa, pero insostenible contra la 16gica de los hechos si sela robe i, rr q y la responsabilidad de los autoridades y de la fuerzapública, constituyen lo principal de las i nculpacicnes . ..

El temor de los inca Ioaciones do a conocer por si solo, que en loverdad y la justicia he f :¡ada el Ejecutivo el terreno de le controversiaResuetos a acatar los derech-s de ótim, seremos firmes y perseverantesen sostener los nuestros" . (29)

Para contribuir e que prevaleciera la posición granadina, Lino depombo le comunica a Herrón que consiga que el Gobernador de Panamápida a los consulados extranjeros certificaciones sobre los sucesos, con elobjeto de hacer evidente los errores de los informes del consulado norte-americano sobre el incidente, y de esa manera ayudarse a defender laposición de la Nueva Granado . Es decir, Nueva Granada buscaba mediosdiplomáticos que reforzaran su tesis, ya que de ahora en adelante seiba a entablar la verdadera contiendo diplomática paro establecer, cadauno de los países afectados, la veracidad de su posición.

Según el gobierno granadino, poseían pruebas contundentes parorefutar la tesis norteamericana, pues acreditaban:

"1 . Haber sido norteamericanos los que principiaron las vías de hechocon armas, y los que con ellas hicieran renacer la contiendo yacalmada.

f28) Nota enviada Por lino de Pombo a Pedro Alcántara Herrán . Archivo delMinisterio de R . E. de Colombia, Correspondencia de la Secretaría de R . Ecrn el Encergado de Negocios en Washington, t . 430, p . 145, N9. 21, mayo22, 1856.

(29) Nota enviada por lino de Pombo, a P . Alcántara Herrón . Archivo delMinisterio de R . E . de Colombia . Correspondenc'a de la Secretaria deR . E . con el Encargado de Negocios en Washington, t . 433 p . 149, N9 25,julio 4, 1856 .

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23. Que es hizo fuego repetidos veces de la casa de lo estación del

ferrowrril,4. Que simultóneamente se retiraron de la escena del último choque

a 'en ce—unías de dicha ca r a . el G-bernodor y el Cónsul de losEstados Unidos persuadidos de que nada provechoso podían hacer ya.

5. Que los princ ''pales facinerosas habitantes de extramuros y queto — c~ parte general de l as muertes v rrbos, son negros de lasAntillas llevados a l lí pa-o te obra del ferr^carril y despedidos luego,rehusándoseles aux'I io de regreso y dejándoseles en completo aban-dono y grande irritación ." (30)

De modo que se inician las negociaciones en un ambiente de incerti-dumbre y de temor, ya que en vista de que el gobierno neogranadinoy el norteamericano no se ponían de acuerdo, circularon rumores de que

la guerra entre estos dos países era inevitable y que los yankees inva-

dirían el Istmo . . Esto, en realidad no sucedió, pero lo que sí se alterófue la política neogranadina que ahora se tornó antinorteamericana . Pero

su actitud no fue permanente en vista de que años después, Colombia

pide la intervención de los Estados Unidos para que la ayudase a controlarsituaciones en el Istmo que pudieron causarle algún perjuicio . Esto suce-

dió en 1862 cuando Pedro Alcántara Herrán solicitó la intervenciónarmada norteamericana para poner orden en la vía del Istmo, alterado

lo acusa de una revuelta ; también en 1885 cuando se produjeron serios

incidentes en Colón y por último en 1902 cuando se solicitó la interven-

ción norteamericana para que le pusiera fin a la "Guerra de los Mil

Días" . Estos no son todos los casos, sino los más notorias.

$in embargo, la política antinorteamericana se hizo más. potenteen 1857 cuando Nueva Granada busca apoyo de Europa, temerosa delas medidas hostiles adoptados por el gobierno de los Estados Unidos.Así consta en nota enviada por Lino de Pombo a Pedro Alcántora Herrón,cuando le comunica:

', . . . En primer lugar debéis buscar en favor de la República apoyo directoo Indirecto con las armas o con la diplomacia para sa'ver de los malesde la guerra, de la ocupación extranjera o de cno desmembmclón pormed'os violentos o artifici^sus al Istmo de Panamó . Pero sin solicitarexpresomen!e tal opoyo : explicando só'a Irs antecedentes . hechos y carac-teres legítimos de los cuest'rnes suscitados crn l rs Estados Unidas en1856 . . . Será indispensable demostrar al mismo tiempo, si hay quien lodude, que está en el interés de todos las naciones impedir 'o nc'maaóndel Istmo par uno mo lán fuerte, hrstil haca lo Europa, esenciamenteegoísta y pretencosa, con tendenc'as manifiestas de obs-rción y con-qu s'os territoria les, cual lo es la República de Ins Estadrs Unid-£ . ycuyo gPoierno es hasta r,ie,t. punto incapaz de sobreponerse a aquellostendencias : la posesi-n del Istmo por los Estados Unidos que s'gnificaráprivi'eg'n y monrpolio de las comunicaciones interoceánicas par ese gar-ganta importantísima . . . " (31)

(30) Nota de Lbw de Pombo a P . AlcóMaro Herrán . Archivo del Ministerio deR. E . de Colombio, Corresp-ndiente de lo Secretoria de R . E . con el Encar-gado de Negovos en Washington, t . 439, p . 172, N9 54, diciembre 18, 1856.(Ver apéndice II).

(31) Nota de Lino de Pombo a P . Alcántara Herrón, Archivo del Min'sterio deR . E . de CNCmbia . Correspondencia de la Secretaría de R . E . con el Encar-gado de Negocios en Washington, t . 442, p . 186, No 13 marzo 5, 1856.(Ver Apéndice, III).

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Introduciéndonos definitivamente en el período de las negociaciones,podremos analizar la posición norteamericana que estuvo representadopor Morse y Bowlin, Plenipotenciarios del gobierno de los Estados Unidos.Sus proposiciones no fueron más que una serie de exigencias que se lehacían a la Nueva Granada por su culpabilidad en los sucesos del 15 deabril de 1856.

Estas proposiciones presentados el 14 de febrero de 1857 son lossiguientes:

"2e Ceder o las Estados Unidas en plena soberanio los dos pequeñosgrupos de is'as de la bahía de Panamá, para uno estación naval,y todos los derechos y privilegios reservados en el contrato delf., rocorril de Panamó, con uno amplia compensación . ..

39 Pagar los dañas ocasionadas por el motín reciente de Panamá ." (32)

Aparte de las proposiciones anteriores, el gobierno de los EstadosUnidos presentó otro proyecto de convención entre ellos y la NuevaGranada para el arreglo de los reclamaciones de los ciudadanos estado-unidenses y que dice así en el acápite 64 de su artículo I:

"Que en caso de que la vía a través del Istmo de Panamá dentro deldistrito expresado, fuese interrumpido o seriamente amenazada la obs-truccián o interrupcián por una fuerza o potenca que aparezca demasiadoformidable para ser arrollada por la fuerza de pal'cio .. ., entonces puedeser empleada la fuerza naval de las Estados Unidos . . ., para proteger,mantener aberto y asegurar el tránsito libre y sin peligro de dicho cami-

na: y el gobierno de los Estados Unidos puede también .. ., enviar con elmismo fin o dicho distrito . .., u organizar allí una fuerza militar ; perotan luego como cese la exigencia que haya ocasionado el uso de la fuerzanaval o militar de los Estados Unidos, seró retirada ." (33)

El hecho de que Nueva Granada rechazase estas proposiciones eralo más correcto porque ellas iban encaminados, primeramente a absorbertotalmente la scberonía de Nueva Granada en el Istmo, y segundo, pro-ponían una intervención militar de hecho, aunque fuera transitoria, alpensar en enviar tropas al Istmo para la seguridad de la vía . Es por estoque el incidente de la "Tajada de Sandía " casi propició una interven-ción armado en el Istmo al considerar los Estados Unidos que era nece-saria para la tranquilidad de la vía.

El rechazo de esas proposiciones por Nueva Granada dio motivo ola siguiente contestación a los Estados Unidos el 12 de febrero de 1857:

"Ta'es proposiciones significan en el fondo una sesián íntegra y gratuita,inconsttuciono ; y deshonrosa del territorio del Estado de Panamó a losEstados Unidos: cestón que ni el uno de los gobiernos debe pretender oexigir, ni el otro puede acordar, en conform . dad con Idi, princ pics quesirven de base a las institucirnes polítcas de las dos Repúblicas . . . Adop-tando wnielonte plan . . ., la intervencion efect .va y constante de su gobiernohasta por medio de 'as auras, en iodo lo relcrivo a las vías de comuni-cacián por aquella garganta, constituirlo de hecho un privileg 'o en favorde la Unión, de sus ciudadanos y de sus intereses políticos y mercantiles ...

(32) Cmomola, Final controveria diplomática con relación a los sucesos dePanamá del dio 15 de abril de 1856, pp . 3-5.

(33) [bid., p. 11 .

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Por estas razones es imposible que los proposiciones presentados sirvande base de discus'6n para un arreglo ; y en consemenc'o, la Administra-ción actual se cree justificada al excusar toma-las en consideración.. . .Los Plenipotenciarios a& Gobierno de lo Nueva Granado que suscriben mhollon outorizodcs paro iniciar y llevar adelante negoc iac iones acercade estos puntas con los Honorables Plenipotenciarios del gobierno de losEstadas Unidos, sin perder de visto el principio de la igua!doci del Ibretránsito paro todas las nociones y el de la soberanía territor .al . " (34)

Pese a esta contestación ton tajante como digno, que respondía ensu totalidad a uno cuestión de principios, los Estados Unidos insistieronen su posición . Y argumentando que lo hacían en vista de que las dosnaciones no habían llegado a ningún acuerdo, exigían el pago de cuatro-cientos mil pesos como indemnización para sus compatriotas,

Nueva Granado también se mantuvo en su posición al reiterar queconsideraba irresponsable a la República por los sucesos del 15 de abril,motivo por el cual no podio prestarle atención a esas demandas deindemnización.

Para el 19 de marzo de 1857 los representantes del gobierno nor-teamericano no habían contestado una palabra a lo expresado últimamentepor los representantes neogranadinos . Esa actitud hizo creer ol gobiernode Nueva Granada que lo controversia había terminado . Constancia deesto da la nota enviado por este gobierno e su representante en Washing .ton cuando le comunica que:

' . ..se dio por suspendida o terminado la controvers i a con ellos, y sepub'icarcn todos los documentos en castellano e inglés en la Gaceta del13 de! corriente . . . Parece innecesari- recomendaros que hagóis todo loposible para que los documentos editadas adquieran boga e influenda enlos Es'. ados de la Unión. No teniendo par ahora otras armas que cp-nera las escondo :csas exigencias de su gobierno, o del numeroso y osadopartido onexicnista y fi'ibustero qve pretende absorber t-do 'a Américaseptentrional y apoderarse de todas los vías interoceánicos, sino lasp'.e .ba: de n.estro derecho y de s .s niusticas unidas a a manifesta-ción solemne de nuestra energía patriática, hay que explotar activa-mente este medio de defemo .' (35)

El hecho de que para este tiempo los Estados Unidos no hubiesencontestado fue sólo un alto en su política, pues las reclamaciones continuamn con posterioridad . Entonces el objeto primordial de NuevaGranado fue que, a través de su representante en Washington, se logroraconvencer a ese Gobierno de su injusticia, pues,

.,las rec!amaciones sobre perjuicios Par el acontecimiento del 15 de abrilde 1856 fue promovido y a'.¡mentado por súbditos de la Unión contra loscua -es la aotcridad otocado de muerte no hizo sino que defenderse deun modo incompleto, debiendo por consiguiente recaer las consecuenciassobre los que fueron origen y causa de ellos .. . " (36)

(34) ¡bid ., pp . 18-21.(35) Nota de Lino de Pombo a P . Aleémora Herrón . Archivo . del Ministerio

de R E . de Colombia . C-mespondencia de la Secretaría de R . E . con elEncoacolo de Negocios en Washington . T. 443, p . 191, N^ 17, marzo 19, 1857.

(36) Nota enviada por J . A . Pardo a P . Alcántara Herrán . Archivo del M'nisleriode R . E . de Colomb i a . Correspondencia de la Secretaría de R . E. con elEncargado de Negocios en Washington . T. 444, p. 195, N9 24, abril 8,1857 . (Ver Apéndice, IV) .

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Nueva Granada pretendía hacer desistir por todos los medios al

Gobierno de Washington, de sus exigencias . Para ello recomienda a su

Representante en aquella ciudad que empleara razonamientos contun-dentes que le ayudasen a sostener y demostrar la veracidad de sus afirma-ciones. Le dice que:

"no debía olvidarse de usar el argumenta de que la conducto del señorMorse exhibe en su plenitud, no el acreedor que cobra lo que lepertenece en justicia, sino al negociante que Para adquirir lo aun deseohace valer la preocupacián de la amenaza o de una futura agresión,como arbitrio que lleva a la apetecida compra, mal encubierta con losotros medios que apenas se emplean en calidad de auxiliares. " (37)

De manera que la política neagradina se dirigió, por un lado a tratarde detener las exigencias norteamericanas de indemnización, y por otro,a evitar un posible bloqueo a Panamá, por los incidentes antes mencio-nodos, Ahora bien, si aceptaba negociaciones sobre las indemnizaciones,sería siempre en base o lo justicia y no en base a unl capricho ruín comohasta el momento había sido formulado.

Las circunstancias llevaron a Nueva Granada o claudicar, puesaceptó el principal obstáculo, cual era el referente a los indemnizaciones..De modo que por el momento se encontraba en vías de llegar a unacuerdo, pero siempre con el propósito y la esperanza de obtener eltriunfo en esto batalla diplomática . Así, es enviado una nota o P . Alcán-tara Herrán en los términos siguientes:

En fin como los obstáculos nacidos de la negativa a admitir la inciem-nizacicn que era el punto previo al avenimiento están removidos porleyes amplias y eficaces cuya aplicacián os está encomendada ; como 0lo demos le da el gobierno americano el carácter de cuestiones suba :ternasy en ellas no es posible destontar nuestra justic o ; y como el deseo deno mantener fuerzas marítimas por musa de economía, así como el inte-rés comercial del mundo a tener camino seguro por Panamá es el mávilde sus actos, el nuestro que no habréis perdida de vista es conservar baderechos que nca asisten ganando ahora, en la espectotiva de ganar másmañana y mucho más andando los dios. (38)

Con estas largas negociaciones se llega hasta el 10 de septiembrede 1857, fecha que marca la celebración del tratado que pondría fin olincidente de la Tajada de Sandía y que se conoce como ConvenciónHerrán-Coss.

Mediante esta Convención, Colombia reconocía su culpo; en lomisma se estipulaba la creación de una comisión de reclamaciones quefijó $400 .000 como indemnización o las víctimas del motín de 1856.

(37) Noto enviada por J . A . Pardo a P . Alcántara Herrán . Archiva. del Minis=teso de R . E . de Colombia. Correspondencia de la Secretarla de R . E. mnel Encargado de Negocios en Washington . T. 445, p. 2001, N9 32, mayo 4,1857.

(38) Nota enviada o 1 . A . Pardo a P . Alcántora Herrán . Archivo del MinisterIode R. E. de Colombia . Correspondencia de la Secretarío de R. E . con elEncargado de Negocios m Washington, T . 451, p. 219, N9 51, Julio 21, 1857.

so

Los Estados Unidos aspiraban obtener muchos ventajas con estaConvención . Prueba de esto lo da el Memorándum de dicho Convención,presentado por el Ministro norteamericano en Bogotá, quien propusointroducir la cláusula por la cual los dos países gozarían del mismoderecho al tránsito por el posible canal ; también la separoción de unazona de 20 millas de ancho a Io largo de la vía férrea, en la cual losEstados Unidos tendrían dominio, pero siempre y cuando se respetara la

soberanía colombiana ; Panamá y Colón, no sólo se declomrían ciuda-des libres, sino que estarían protegidos por los Estados Unidos ; además,

Colombia debía ceder ciertas islas en el Pacifico . (39)

Esta convención fue rechazado por los negociadores colombianos,pues en realidad era una verdadera afrento el derecho soberano deColombia.

Después del rechazo de este Convenio por Nueva Granada, las nego-ciaciones continuaron. Nueva Gronado estaba anuente a aceptar losreclamos y a pagar por los daños, pero a la vez estaba decidida a "noadmitir en principio sino aquellos que dependan de propiedad tomadoo destruido en Panamá el 15 de abril de 1856, de vidas sacrificadas allí•de tiempo de curación de los heridos . . ." (40) Lo especificaban de estomanera porque lo Compoñía del Ferrocarril y la de Vapores exigían unagran suma de dinero arguyendo la disminución de pasajeros, o causa delos tumultos antes mencionados. Esta razón no tenía ningún sentido yfue rechazada en toda forma.

No obstante el propósito granadino las cosas no se desarrollaronde la mejor manera para sus intereses. Sin embargo, Nueva Granadoinsistía en su posición de dignidad y estaba decidida a no permitirprivilegios, como consecuencia de arreglos poco decorosos. Así lo mani-fiesta en nota enviada a su Representante en Washington:

"Privilegios Para los Estad^s Unidos serían inconcebib'es . Ellos m servl-rlon más que a colmarnos de oprobio apareciendo como el premio de superdón, que osl se Iloma , la el arreglo Lai demás naciones ms obando-norían y tan pronto coma estuviera frustrado el pacto de garantía delIstmo, los primeros caerían sobre su indefensa pre sa ." (41).

Nueva Granada mantenía esa actitud porque los Estados Unidosestaban abusando de su situación, pues uno de las estipulaciones del .Convenio antes mencionado, exponía el gravísimo principio por el cualNueva Granada se obligaba o indemnizar cuando se alterara la paz ensu territorio y ocurrieran sucesos semejantes el del 15 de abril . Este

(39) Rebolledo, Alvaro, Op• Cit., PP . 107-108.(40) Noto enviado por 1 . A . Pardo a P . A l cántara Herrán. Archivo dei MinisterIo

de R . E. de Calomb'a, Correspondencia de lo Secretaría de R . E. con elEncargado de Negocios en Washington . T. 454, p . 235, N9 70, septiembre

3, 1857.(41) Nota enviado par 1 . A. Pardo a P . Alcántara Herrán . Archivo del Minis-

terio de R . E . de Colombia . Correspondencia de la Secretarlo de R . E . conel Encargado de Negocios en Washington . T. 456, p. 242, N9 81, Oct.29, 1857 .

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prtncipjo era insostenible, pues comprometía o Nueva Granada a goran-tizar la Paz, y de no conseguirlo, a pagar por la alteración de la mismo.Es por esta razón que este país se propone luchar, hasta el fin, porla no aceptación de este Convenio, pero sin tener lo seguridad de mtriunfo.

El Convenio Herrán-Cass no sólo se refería a las indemnizaciones,sino que estipulaba una serie de acuerdo sobre la neutralidad del Istmo;

Nueva Granado proponía que ésta estuviera bajo su soberanía, peroEstados Unidos se negaba a aceptar esto . Y es que este país se creíacon un poder único para manejar y decidir las cosas según sus conve-niencios . Esta situación cada vez era más irritante para la Nueva Grana-da, pues si bien se sabía poseedora de la justicia, se encontraba impo-tente para enfrentarse o la Unión Americana, que gozaba de un pode-río económico y militar muy difícil de vencer . Pero con todo y esto,Nueva Granada no perdió un solo momento en dejar constancia de sussentimientos hacia ese país, y así se lo manifestó a sus representontesm Washington.

J . A. Pardo, en documentos muy importante le comunica a P.Alcántara Herrón:

" . . Por cuanto que los Estados Unidos gobiernan pueblos en los dosocéanos, deducen quedos poseedores de las mejores vial tienen que arre-grarle Paso . La consecuencia debe ser atrae que no tengo ogaello a dondeno puedan '11 : que otrav esen el continente : que b--_squen el Cabo deHornos : el Estrecho de Magallanes: o que se sujeten a las reglas, a lascircunstancias, a las neces cades y a los derechos del soberano del suelo.Esta es lo dretrinq internacional y equitativa: la otra recorta la inde-pendencia y le soberanía de los pueblos, y evidentemente se encaminaa hacérsela gravosa e insoportable para que no puedan mantenerla yla renuncia a los percances de la ambición poderosa . ... . La U. ón Americana . . . por a .anto ~ l a quiere exige; y lo hace amena-zando, sólo Porque se cree en capacidad de usar de la violencia.

Observad, pues, sen-r General, cuando sea conveniencia nue la NuevaGranada no admite semejantes doctrinas : que ella reconoce y sostiene lascbe .anía de los pueblos con el abuso ; y que la ina~giración de underecho de gentes fundado en cálculos egoistas como el de que se tratamataría la paz, la armonia y la justicio entre Ics hombres . . ." (42)

En conclusión, que al finalizar el año de 1857 no se había decididonada contrato, efectivo y definitiva con relación al "Incidente de laTajada de Sandio" . pues Estados Unidos se mantenía en uno posiciónintransigente, respaldada por su poder, y Nuevo Granada sustentaba suposición en base a la verdad de los hechos, a la dignidad y lo justicia.El tiempo se encargaría de solucionar el problema, pero la solución olmismo nunca beneficiaria a los dos partes, pues como veremos poste-

riormente, Nueva Granada no obtuvo las resultados positivos que espe-reba, sino que por el contrario, por una rozón u otra, tuvo que cedero las exigencias de su adversario.

(42) Nota enviada por J . A . Pardo a P . Aicántaro Herrán . Archivo del Ministeriode R . E . de Colombia . Correspondencia de la Secretaría de R . E . con elEncargado de Negocias en Washington . T. 458, p . 251, NQ 88, diciembre 3,1857. (Ver Apéndice VI) .

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CAPITULO TERCERO

El intervencionismo norteamericano en el Istmodesde el Tratado Herrán-Casa hasta la

conclusión de las negociaciones en torno el"Incidente de la Tajada de Sondía"

1 . Lucha diplomática derivada dal imidente del 15 de abril

Al iniciarse el año de 1858 las negociaciones relacionadas con elTratado Herrón-Casa se encontraban en los mismas condiciones que elaño anterior, pues el Decreto aprobatorio del Tratado, fue negado nueva-

mente por el Senado colombiano . Es importante señalar que, por el con-

trario, el Poder Ejecutivo consideraba la necesidad de aceptar la tota-lidad de lo poctodo. (1.)

Después de cinco meses de discusión en el Senado, se aprobó elanterior dzcreto, salvo algunas variaciones en su contexto . M lo noti-

ficó el gobierno colombiano a su representante en . Washington, en los

siguientes términos:

"Por el siguiente correo estofé en capacidad de enviaras en debidoforma el Acto de ratificacián poro que podáls canjearlo a fin de quetengo puntual cumplimiento, si el Gobierno de los Estados Unidos, comodebe esperarse, se presta a aceptarlo con las var'ac'ones decretadospor el Cergreso de lo Confederoci5n, como el término de los sacrificiosy e l móximo de los concesiones que puede hacer en favor de la paz v deimantenimiento de lo amistad entre los dos paises.

El Convenio ha sida recibido universalmente como tan inaceptable,que sóo el ánimo sincera de atender al mantenimiento de vincules cor-diales entre los dos nociones y los esfuerzos incesantes que en los debatesha hecho el Perdor Ejecutl ve, han podido dar 'a solución o 'canzado, que,no dudo establecerlo, es plenamente satisfactoria y aceptable al Gobier-no de los Estados Unidos . ." (2)

(1) Noto de J . A . Pardo a P . Alcántara Herrán . Archivo del Ministerio de R . E.de Colombia . Correspondencia de la Secretarlo de R . E . con el Encargado deNegoc'os en Washington, T . 459, p . 260, N9 12, febrero 17, 1858.

(2) Noto de J . A . Pardo a P . Alcántara Herrán . Archivo del MinIsterio de R . E.de Colombia . Correspondencia de la Secretaría de R . E . con el Encargado deNegocios en Washington . T. 465, p. 279, N9 45 junio 25, 1858.(Ver Apéndice V11) .

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Nueva Granada accedió una vez más a los deseos de los EstadosUnidos, pero no los satisfizo totalmente, ya que no aceptó el Decreto

sino con algunas modificaciones . De modo que después de esta respuestaneogranadino, los Estados Unidos se demoraran en considerar el asunto,pues no se decidían a admitir la solución propuesta por aquel país.

Nueva Granado tenía la esperanza de que el problema llegara ouna solución satisfactoria para ambos países y que las relaciones entre

ellos s_ normalizaran con lo aprobación dado por el Congreso . Pero esteretorno a la normalidad era difícil, sobre todo por los efectos que se deri-vaban de las relaciones con la Compañía del Ferrocarril y con el trán-sito por Panamá, ya que los ciudadanos y empleados de los EstadosUnidos en el Istmo tenían la tendencia a mezclarse en los asuntos inter-

nos del país . Así lo manifiesta J . A. Pardo caundo le comunica a Herránlo siguiente:

"Lo susceptibilidad, melor dicho, la extravagante pretens ;6n de los clu-dadanos y empleados de los Estados Unido s . a mezclarse en nuestra legis-lacón y ejercer veto sobre ello llamándola contraria al Tratado cadavez que les viene en voluntad, silo porque gAeren decirlo o porque noesté de acuerdo con sus miras, no e, simplemente un efecto de desoon-fienzo ; entrañe con probabilidad el obieto de creo, dificultades suce-sivas, o de asumir dirección en nuestros negocios con mengua de ladian rad nacinnal ; Y . nue todo esto no puede atr buirse o ignoranciacrasa en asuntos demasiado trivia l es hacedla observar os¡ el GeneralCass . . . y lo decisión del G^bierno al no permitir que nadie se ingiera enpuntos de soberanía interior . . " (3)

Como dijimos anteriormente, también había problemas con relaciónal paso de tropas por el Istmo . Los Estados Unidos continuaban haciendouso de un derecho que no les pertenecía, razón por la cual Nueva Granada

tuvo que llamarle la atención a ese gobierno . No obstante, se argumen-

taba que ese derecho se los permitía el Tratado de 1846, pese a que

Nueva Granada les había advertido que ésa era una interpretación erradadel mismo yo que en él no se estipulaba esa medida . Con relación a este

problema, Pardo le comunica a Herrán lo siguiente:

' . .Derivándose el derecha que pretende tener el G^bierno de los EstadosUnidos de la esfipulación contenida en el punto 19, Art . 35 del tratgdov' gente, en el cual no hay la mós leve a lusián o fuerza armada : puesque s ;mplemente garantizó al Gobierno de los Estados Unidas la fran-quicia del tránsito, es evidente que no puede prescindirse de la aclara-toria bilateral, con tanto may^r razón ttanto que el paso de tropasjamós ha sido considerado entre las naciones como de uso inocente . yque por el contrario ha estado sujeto a permiso y seguridades previasa regias de policía e indemn ;zaciones, siempre que no se ha tratado dehacer prevalecer la fuerza sobre el derecho.

El silencio que ese gob'erno ha opuesto o vuestros reclamos debéishacerlo valer como reconocimiento de los sálidos principios en que oshabéis apoyado ; y la Persistencia en obrar o avenirse, como una demos-

(3) Nola de J . A . Pardo a P . Alcántara Herrán. Archivo del Ministerio de R . E.de Colombia . Correspondencia de la Secretoria de R . E. con el Encargadode Negocios en Washington, T. 470, p. 296, N9 70, septiembre 11, 1858.

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troci6n de constante querer de que lo fuerzo prevalezca sobre el derecho;procedimientos todos que a nadie conviene erigir en regla, porque máso menos tarde no dejaró de presentarse otro de mayor prepotencia quemida con la misma vara ."' (4)

Estos problemas seguirán produciéndose, en visto de que NuevaGranada no tomo una actitud radical para ponerle fin o los mismos.

Para diciembre de 1858 w recibió aviso en la Nueva Granada deque la Convención relativa a los sucesos del 15 de abril en Panamá, talcomo fue modificada por el Congreso Gradino, había sido aceptada porlos Estados Unidos . Sin embargo, el Senado aún no la había considerado,de manera que la aprobación no era definitiva . Aún así, Nueva Granadoconfiaba en la solución del problema ya que el Presidente Buchanan de-seaba concluir las cuestiones relacionadas con el mencionado incidente.

A pesar de los problemas existentes entre Nuevo Granada y EstadosUnidos, había quienes en aquel pais .pensoban que era conveniente anexar-se a la Nación del Norte . Así lo consideraba el Procurador González,quien presentó un proyecto reformatorio a la constitución colombianocontemplando esa anexión . Su proyecto consideraba la incorporación de laNueva Granada a la Unión Americana gozando de las mismas condicionesde los otros Estados, ya que w país lo único que perdería sería una nacio-nalidad nominal para adquirir una real.

Por supuesto, que la actitud de Nuevo Granada fue la de un rechazoabsoluto al mencionado proyecto . El pensamiento público de los EstadosUnidos acerca del plan presentado por el señor González fue reprodu-cido por el Herald de New York, que dice lo siguiente:

"Los más ardientes abolicionistas consentirían difícilmente que nuestrassalas del Congreso estuvieron ordenadas con representantes y senadorestostas por el sol procedentes de Nueva Granada y que los mestizas yotros descendientes de africanos asistieran a hacer leyes para el gobiernode pueblo banco de los Estadas Unidas. Se dice que el presidente actualde la Nueva Granado es un hombre de calor tan negro, que le serioimposible viajar par nuestras estados del sur sin carta de libertad . Pode-mos señalar el señor González, que si el pueblo de su país aceptara supropuesta, sería ciertamente rechozada por el nuestro . " (5)

Paro el uño de 1859 se produjo un incidente en Colón cuando ofirciales y marinos del buque de guerra norteamericano "Roanoke" infi-rieron serias ofensas o la Nación . Por este hecho protestó el gobiernogranadino por medio de su Encargado de Negocios, pues la actitud deesos ciudadanos estadounidenses estaba fuera del respeto que se cabíanlos nociones . Es así, como en nota enviada por J . A. Pardo o P. Alcán-toro Herrón le comunica lo posición granadina al respecto:

(4) Noto de J . A . Pardo a P . Alcántara Herrán. Archivo del Ministerio deR . E . de Colombia. Correspondenca de la Secretaría de R . E . tcn el Encargadode Negocios en Washington, T. 477, p . 298 . NO 76, septiembre 29 . 1858.

(5) Arboleda, Gustavo, Historia Contemporánea de Colombia, t . V. pp . 270-271.

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"El Ciudadano Presidente estima deber suyo en esta grave circunstanciaInstru'ros . . . Paro que en el caso de acordarse cualquier medida nominalo directamente ofensiva a la dignidad y a los derechos soberan,,s de laCon£ederac'ón c laramente reconocidos y ea-ontizad^s en el Tratas conesa República, sin pérdida de tiempo, dirijóis al Gobierno la convenientey razonable protesta ccntra e la en 'o cuo' quede bien establecido a ,eel Gobierno do la Nueva Granada desconrce y rechaza toda extrañay no autorizada intervención en los asuntos que le son propios, y queestá dispuesta a acepto, los sacrificios consiguientes ante que renunciaro su independencia . " (6)

El documento le advierte a los Estados Unidos que la Nueva Grana-

da no permitirá ninguna intervención en sus asuntos, salvo previa auto-rización, y que estará dispuesto a defender sus derechos, aún a costa

de sacrificios, que ceder a sus ofensivas intromisiones . El Gobierno gra-

nadino no llegó a ponerle fin a esta situación porque se había necesitadode los servicios de los Estados Unidos para resolver sus propios problemas.

Si bien es cierto que la intervención norteamericana en sus asuntes serechazó algunas veces, esa misma intervención se solicitó en otras

ocasiones.

Haciendo referencia nuevamente el Tratado Herrán-Cess, veremosque los Estados Unidos no aceptaron el Decreto aprobatorio del mismotal como fue modificado por la Nueva Granada . De modo que para 1859,el Congreso colombiano volvió a convocar nuevas sesiones para su dis-cusión, con el propósito de conseguir que las relaciones entre ambos

países se fortalecieran . Es más, se comprometió a considerar el Convenio

y aceptarlo tal como lo deseaba Estados Unidos . Sin embargo, en esta

oportunidad, el Congreso tampoco lo aprobó, trayendo como consecuen-

cia que el gobierno norteamericon se negaro a discutir los reclamos gra-nadinos hasta tanto ese país no aceptara el Convenio.

Pardo le advierte a Herrán los propósitos de aquel gobierno el adop-tar esa actitud, pues Ie dice que:

"Lo repu l sa del General Con a aceptar discusión acerca de nuestrasquejas y solicitudes de reparacón, a más de medida d'Jatoria, envuelveel p lan patente de obtener para sí, por medio del Convenio del 10 deseptierl de 1857, cuanto Fa pretendi —to ese o-b :erno, quedando exas-&do poro oponer fuego cualquier negativa . . . " (7)

De modo que para 1859, es decir dos años después de firmado el

Convenio, las negociaciones en torno a él se encontraban estancadas, ya

que los dos países manteníon su posición.

En el trescurso del año y el siguiente, todo parece indicar que sepodría llegar a uno solución, pues como señala Pardo en nota enviada aRafael Pombo, Encargado de lo Legación Granadino en los Estados Unidos,

(6) Noto enviada por 1 . A . Pordo a P . Alcántara Herrán . Archivo del MinisterIode R. E . de Colombia, Correspondencia de la Secreta-ío de R E . con elEncargado de Negoc ios en Washington, t . 478, p . 319 . N9 20, abril 18 . 1859.

(7) Nota de J . A . Pardo a P . Alcántara Herrán . Archivo del Ministerio de R . E.de Colombia, C-rrespondencio de la Secretaria de R. E . con el Encargado deNegocios en Washington, t . 481, p . 324, N9 31, mayo 28, 1859.

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el Poder Ejecutivo aprobaba los pasos dados por él para hacer saber al

gobierno norteamericano que el Congreso hablo adoptado las modifi-caciones del Convenio Herrón-Cess tal como lo deseaba ese gobierno, (8)

Los arreglos hechos al Convenio no fueron en favor de lo NuevaGranada, ya que como le comunica Pardo o Pombo:

"Desde que perdió la oportunidad de obtener justicia m les variospuntos en que lo Confederación rec'amo indemnizaciones de los EstadosUn'dos, haciendo que el Convenio del 10 de septiembre de 1837, fuerarecíproco se ha dificultado conseguirlo ; y parece indudable lo queusted piensa, esto es, que el Sr. Suchonan no quiera prestarse a unarreglo en el particular, para dejar a su sucesor lo que pueda tener deodioso este asunto . La Nueva Granado debe insistir siempre en los prin-cipies que ha - proclamado, porque son de derecho perfecto, y no sacri-ficar éstos a halagüeñas frases, ni a un pequeño interés orimario . " (9)

A pesar de que Nueva Granada no consiguió que el Convenio fuerarecíproco, se envió el acto de ratificación y se instruyó al Sr . Rafael Pombo,

el 14 de junio de 1860, para que, con plenos poderes„ realizara el canje.

Así no los deja saber J . A. Pardo cuando dice:

"Se ha enterado con satisfacción el Poder Ejecutivo del contenido de lanota de Ud. del 10 de agosto, N9 29, y aprueba lo que Ud . ha hechorelativamente el canje del Convenio Herrán-Cass . ..

Nada omitirá el Poder, Ejecutivo a fin de que antes de terminar elmes de enero del año entrante, en que se cumplen los noventa dias parala instalacián del arbitramento en Washington, contados desde el conjede las ratificaciones del Convenio del 10 de septiembre de 1857 quehablan de verificar=e el lo de n^.vembre ,e ha g o en ese país el comi-sinnodo de lo Confederación . previsto de s^fir¡entes instruccienes y decuantos documentos han podido reunjrse . . ." (10)

En definitiva, en 1860 parecía que el problema se había solucionado;ambos gobiernos ratificaron el Convenio y realizaron los canjes de rigor,

Este Convenio proveía una comisión que se encargaría de establecer lasdaños para ponerle fin al incidente del 15 de abril de 1856.

2. La guerra civil de Nueva Granada

Aún sin haber sido resuelto definitivamente el problema alrededor

del Incidente de la Tajado de Sandía, la Nueva Granada se vio envueltaen una guerra civil, entre Santander y el Cauca, desde 1860 hasta 1861.

Entre las causas que motivaron esta guerra, tenemos el haberseexpedido leyes inconstitucionales tales como le ley electoral y la de

(8) Nota de J . A . Pardo a Rafael Pombo . Archivo del Ministerio de R . E . deColombia, Correspondencia de la Secretaría de R . E . con el Encargado deNegocios en Washington, t . 492 . p . 344, N9 13, junio 14, 1860.

(9) Nota de J . A. Pardo a Rafael Pombo . Arch i vo del Ministerio de R . E. deC-lomb'.a, Corresponcienclo de la Secretaría de R . E . con el Encargado deNegoc'cs en Washington, t. 492, p . 344, N9 13, junio 14, 1860.

(10) Nota de J . A . Pardo a Rafael Pombo. Archivo del Ministerio de R . E. deColrmb a, Correspondencia de la Secretario de R . E . con el Encargado deNegocios en Washington, t . 493, p. 347 . N9 18, octubre I . 1860.

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oaityr ~leo; el inducir a los pueblos a la rebelión por las precipitadose irreflexivas publicaciones de lo prensa liberal y lo ilimitada ambiciónpolítica del General Tomás Cipriano de Mosquera . (I1) Fue él quienencabezó esta contiendo bélica, donde se le puso fin a la autoridadlegítimo por medio de las armas.

Para este tiempo el Gobernador de Panamá era don José de Obaldía,.cuya política fue la de mantener alejado el Istmo de la guerra en quese encontraba Nueva Granada . Ella sólo traería desolación y ruina otodo el país. Es así como en su mensaje a lo Asamblea Legesilativo enseptiembre de 1860 declara:

"Si queréis conservar nuestros elementos de orden a favor de los cualespuede únicamente crecer y dar áptimos frutos al árbol de la libertad . . .;si queréis conservar también la unidad moral del pueblo que es y ha con-fiad. sus destinos y el buen nombre que se ha sabido granjear por sustradiciones, por el espír itu liberal de sus leyes y por sus riquezas natu-rales; si queréis todo esto, no os disolváis sin declarar franca y resuel-tamente, que si la suerte de los armas fuere adverso al régimen legal,quedando así despedazados los vínculos que nos unen a la ConfederociánGranadina, Panamá no quedará unicida al yugo de la arbitrariedadrevoluc onarla, sino que dispondrá de su porvenir en uso de su propia yentonces incuestionable soberanía, balo lo protección de tres grandespoderes : Los Estados Unidos de América , la Inglaterra y la Francio ." (12)

La declaración de Oboldía fue criticada en algunas ocasiones porquese pensó clue ese proteccionismo al que aludía implicaba lo renuncia alos derechos soberanos del Istmo. Sin embargo, su mensaje dice quePonamá haría uso de su soberanía, de donde se deduce que su pensa-miento no era convertirlo en un protectorado, sino que pedía la protecciónde esos tres países en base el derecho histórico del Istmo a su auto-determinación. (13

3 . Intervención norteamericana de 1860

Pocos días después, el 27 de septiembre, se produjo un incidenteen la ciudad de Panamá contra el gobierno, dando por resultado alre-dedor de quince muertos . (14) Es entonces cuando, en vista de estesituación, Hurtado, Intendente del Istmo, acepta la oferta de los coman-dantes de los buques de guerra St . Moi y Clio, norteamericano e in-glés respectivamente, de desembarcar sus tripulaciones en la ciudad parerestablecer e l orden.

La nota del Intendente Hurtado dice lo siguiente:

111) Arrocha Graell, Catalino, Historia de lo Inde pendencia de Panama; susantecedentes y sus causes 1821-1903, pp. 139-140.

(12) Star and Herold, Vol . XIII, NO 59, Ponamá, septiembre 15 . 1860.(13) A £redo Castillero C ., "El movimiento anseatista de 1826", en Resisto

Tareas NO 4, año I, Panomá, mayo-julio 1961.(14) Star and Herald, Vol . XIII, N9 65, Panamá, septiembre 29, 1860.

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"Usted comprenderá fácilmente mi anhelo por alejar tamañosmales, y he tomado por tanto la determinac,ón de valerme, con el fin,de las benévolas y amistosas ofertas de sus servicics, que usted señor Y elCapitón Miller del buque de S . M . B . Clio, han puesto a mi dsposicián,y supl .carles que desembarque, conjuntamente, de sus buques, un des-tacomento como de cien hombres para que se estacionen en la ciu-dad." (15)

Hoy dos rotas de interés alredero de este incidente, primero, elhecho de que militares de los Estados Unidos hubieran ofrecido susfuerzas paro restablecer el orden en el Istmo ;y segundo, que una de losautoridades del país aceptara esa oferta e insistiera en el rápido cum-plimiento de la misma . El temor de que estas revueltas contra el gobiernoterminaran con la autoridad, fue lo que siempre movió a los dirigentesdel gobierno, no sólo a aceptar la intervención de otros países, sino osolicitarla.

Este incidente fue de corto duración, razón por lo cual, a los p ocosdías, las fuerzas extranjeras que guarnecían la ciudad se retiraron,cuando ya no existían temores de que se alterara el orden recientementerestablecido .

4. Intervención norteamericana de 1861

Estos desórdenes populares en el Istrro se producían con regularfrecuencia ; para este tiempo eran más corrientes debido a la guerracivil granadina. Para mayo de 1861, existía el peligro de otro de esosrevueltas y, con el objeto de determinar la conducta a seguir, se convocóa una reunión por orden del Gobernador . En la misma se presentaronmuchas ideas, incluso se pensó en lo intervención de fuerzas extraños,más este acto fue considerado insensato y humillante por lo mayor partede la población. No obstante esta opinión, el Intendente general delEstado, José M. Vieco, solicitó y obtuvo la protección de fuerzas extran-jeras poro mantener la paz en el Istmo, en caso de que la presunta inva-sión de fuerzas rebeldes fuera uno realidad.

Así consta en nota enviada por dicho Intendente o los cónsules deInglaterra, Francia y Estados Unidos el 12 de mayo de 1861:

.Los rebeldes de Cartageno han armado en guerra cinco buques . . . Elebleto de estas fuerzas es. . . . hacer guerra al gobierno de lo Confederacián,empezando sus cperaclones por venir a ocupar los puertos de la costaatlóntica de este Istmo . ..

Así mismo declaro que la guerra que a la sazón asueto este paísno es civil . La legislación nacional no la reconoce como tal . ., sino comorebelde . . . Las /acciones no sostienen en realidad ningún principio políticoni social ; invococián la federación como la causa principal de lo con-tienda que sóstienen contra el gobierno . ..

Las reflexiones aducidos. ., me obligan o excitarle a que ordene alas fuerzas de . .,, surtas en las aguas granadinas de la costa atlántica del

(15) Star and Herald, Vol . XIII, N9 68, Panama, octubre 6, 1860.

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Istmo, que esputen soma buques piratas los ormodos pos los rebeldes dela Confederación o que pretendan ocupar o'guno de los puertos de dichacasto, bien para apoderarse únicamente de él, o Para invadir este Estadocon tuerzas terrestres. ..

Este auxilio por parte de una nación amigo no envuelve parcialidadtú ingerencia en los negocios domésticos del poi, ...

V en tal concepto el empleo de las fuerzas navales de la Nación qwUd. representa no tanto sería un auxilio al G-bierno granadino comouna protección al comercio de las nociones civilizadas de lo Tierra ." (16).

Aunque el Intendente Vieco dijera en su nota que esta petición oroimplica ingerencia en los asuntos internos del país, nosotros considera-mos que sí la constituye porque en ella hay la solicitud de ayuda armada

o nociones extranjeras paro resolver un problema estrictamente de car(le-ter interno.

Nuestra opinión es reafirmada por el historiador colombiano Rivas,quien lo clasifica como tal, pues, según él, el Intendendente de ese Estadosolicitó la intervención de las fuerzas norteamericanos, entre otras, con-tra los revolucionarios, produciendo un antecedente deplorable paraColombia . (17)

La noto enviado por Vieco recibió formal contestación del Consu-lado de los Estados Unidos de América el día 15, de mayo de 1861 . Estanota dice lo siguiente:

"Tengo el honor de acusor recibo de la nota de Ud . del 12 del corriente,informóndome de la invasián con que se ha amenazado este istmo ; poruna fuerza revolucionario o rebelde que se dice está organizóndose contal objeto en Cartagena, pidiéndome la intervención de las fuerzas nava-les de los Estados Unidos estacionadas aquí y en Colón, en virtud de lasestipulaciones del tratado existente, para ayudar a repeler la invasióna e se teme y proteger el tránsito de este Istmo contra una depredaciántle9al.

No tardaré un instante en trasmitir esta solicitud al capitán RnbertoR'sichie. .. Tengo la segur i dad de que en caso necesario él hará desem-barcar la fuerza suficiente : y no dudo tampoco que el comandante delbuco e do o —o de 'ras Estados Unidos en el puerto de Colón cansi-derará también su deber cooperar a lo protección de la neutralidad delIstmn, libertad y seburidad de su tránsito, s1 Ud . comunica tales deseosel Cónsul de los Estados Unidos residente en aquel puerto. ..

Ningún pueblo . quizá, tiene un interés más profundo en conservarel orden en este Istmo v su tránsito libre y no interrumpido, que losEstad-., Unidos de América del Norte : y de aquí proviene la obliaa-c'ón de ellos de proteger no sólo su neutralidad, s ino también los dere-chos de soberanía que te Nueva Granada tiene sobre él, segun In esti-pu l ado en el onículo 35 de lo Convención ratificado por ambas repúblicas.Los Estados Unidos dieron tal garantía en conside-ación al derecho de pasoa través del Istmo de Panamá otorgado a sus ciudadanos por la NuevaGranada . ..

Siempre ha sido la politico de los Estados Unidos . . . abstenerse detodo intervención . o sea participación en sus querellas domésticas. Laintervención, p^r tanto, de sus fuerzas nava l es, de la manera indicadapor Ud . . . seria meramente para dichos Estados, el cumplimiento de lasobligaciones de un tratado existente, sin separarse que la política de nointervención eo las asuntos domésticos de las otras naciones ." (18).

(16) Star and Herald, Vol . XIII, NO 1'69, Panamá, mayo 28, 1861.(17) Rivas, Raimundo, Historia Diplomática de Colombia (1810-1934) . P . 390.(18) Star and Herald, Vol . XII, N9 70, Panamá, mayo 30 . 1861.

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Lo respuesta de los Estados Unidos al Intendente Vieco es muysignificativa, pues en la mismo se acepta la intervención solicitado parel Gobierno de la Nueva Granada, arguyendo el interés que tenía el pueblonorteamericano en conservar el orden en ese lugar, lo cual era así, porlos grandes intereses que tenían en el Istmo . Ahora bien, se hoce lasalvedad de que esta intervención no implicaba una ingerencia en lasasuntos internos de la Nueva Granado .* Por último, se basa en el Trata-do Mallarino-Bidlack indicando que el mismo no sólo les permite realizaresta intervención para mantener la tranquilidad en la vía en todo tiempo,sino que los obligo a ello.

En definitiva, Estados Unidos se excusaba por el hecho de basarseen un tratado, que aunque firmado por los dos nociones, constituía unaintrvención, pues en él se permitía Io ingerencia de aquel país en losasuntos de la Nueva Granada el consentirle tener todo el derecho paromantener el orden en la vía . Valverde opina al respecto, "la interven-ción reconocido en un tratado viola el derecho de independencia con lomismo intensidad que los demás casos". (19)

Mientras se daba esa situación en el Istmo, la guerra civil continua-ba en la Nueva Granada con indicios de triunfo por parte de Mosquera.Al poco tiempo, 18 de julio de 1861, entraba victorioso a Bogotá ponién-dole fin al gobierno constitucional que regía la Confederación Granadinodesde 1858 .

S. El Convenio de Colón

Durante esta guerra, el Istmo intentó separarse de la ConfederaciónGranadina . Esta actitud fue mantenida con firmeza por el GobernadorSantiago de la Guardia, lo que determinó al General Mosquero o enviaral Istmo a Manuel Murillo Toro, a manera de comisionado especial de laNoción, con el propósito de negociar con el Gobernador un posible tra-tado con el fin de resolver los problemas que surgieron . Estros hechosoriginaron lo que se concce como el Convenio de Colón.

Este Convenio fue firmado por don Santiago de la Guardia y ManuelMurillo Toro el 6 de septiembre de 1861 . Por medio de él se confederobael Estado de Panamá con los otros para instituir los Estados Unidos deColombia, reconociendo al Istmo su soberanía y su índole de neutral conrelación a los puertos beligerantes . (20)

Este convenio le reconocía tantos derechos al Istmo que fue consi-derado casi cona una independencia . (21) Sus estipulaciones más int-

a Nosotros explicamos enteriormena qua al la constituye.(19) Valverde, Antonio, La Intervención, p . 75.(20) Arce, Enrique y Sosa, Juan B ., Compendio de Historia de Panamá, P . 249.(21) Castillero, Ernesto 1 . . Historia de Panamá, p . 106.

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portantes son las relacionados con la neutralidad y la ocupación militar,estipulando que su territorio no podría ser ocupado militarmente sinprevio consentimiento y que el mismo, sus habitantes y el gobierno seríanperfectamente neutrales en relación a las guerras civiles.

Como señalamos anteriormente, fueron muchos los prerrogativas quese concedieron oí Istmo, y el General Mosquera, sin consideración a queyo había sido suscrito el Convenio, envió fuerzas armadas a Panamápara su ocupación y someterlo o su autoridad . Como resultado de ello,estalló en el país una revolución contra el Gobernador de la Guardia,la cual terminó con la derrota de sus fuerzas en agosto de 1862.

6 . Intervención norteemericano de 1862

Con motivo de esta ocupación militar y de otros movimientos revo-lucionarios en la hoy Colombia, Herrán, Ministro Plenipotenciario enWashington, requirió lo ayuda de los Estados Unidos, lo que motivó quese le dieran instrucciones a un comandante naval americano para prote-ger y garantizar, en todo formo, la seguridad de la vía a través delIstmo . Nueva Granada pensó que esta ayudo con sólo las fuerzas novolesno aro suficiente, sino que eran necesarias también las fuerzas terrestres,a lo que Estados Unidos contestó que era conveniente llegar a un acuerdocon Inglaterra y Francia paro ver si era factible una ocupación combi-nada de esos tres potencias . Sin embarga, aquellos dos países no vieronninguna razón para esa intervención, por lo cual el asunto se dio porconcluido . (22) De tal modo. que al negarse la ocupación militar con-junto, Nueva Granada tuvo que enfrentarse sola o lo solución del pro-blema .

7. La Constitución de Rionegre

Para el ofio de 1863 hay otro intento por darle o la Nueva Granadouna Constitución que lograra ponerle fin a tantas guerras civiles y tratarque una vida política normal se estableciera en el País . Es así como elGeneral Mosquera, que hablo logrado dominar en todos los Estados,convoca o una convención nacional para darle uno nuevo Constitucióna lo Noción.

Uno de los representante del Estado de Panamá a esta Convenciónfue don Justo Aros?mena, quien desarrolló una labor muy grande en lamisma por su amplísima participación, pues su capacidad como legisladorexperto y su bien cimentodo filosofía política llevaron la directriz en lasdiscusiones de los numerosas proyectos presentados en ella . (23)

(22) C'todo por: Arias, Hormodio, El Canal de Panamá, (traducción de DiágenesArosemena), pp. 39-40.

(23) Arce, Enrique y Moscote, José Dolores, La Vide Ejemplar de Juste Arose~p . 304 .

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Producto de esta Convención fue la Constitución de Ríonegro* donde.prevalecieron los principios federales, pues como dice su artículo 14:

"Los estados soberanos de Antioquía, de Bolívar, Boyacá, Cundinamarca,Magdalena, Panamá, Santander y Tolimo . . . se unen y confederan Parasiempre en busca de seguridad exterior y de una iosistencio recíproca, yforman una nac'ón Ubre, soberano e independiente bajo el nombre deEstados Unidos de Colombia . . ." (24)

Don Justo Arosemena formó parte de la comisión encargado de laConstitución y la firmó después cómo presidente de lo Convención, peroa pesar de ello, no estuvo completamente de acuerdo con la mismo, puesél expresó que " . . .nunca di mi aprobación, sino de un modo general ala Constitución de Ríonegrci (25) Es más, algunos años después for-muló afirmaciones adversas a dicha Constitución, pues en esta ocasióndijo :

'. . .La Constitución de Rfonegra consignó principios. enteramente nuevas,contradictorios e Impracticables . En lo parte de derechos civiles procla-mados fue prolija y escrupulosa, Pero omiGÓ los medios de realizarlos, ypor tanto, si bien confirió muchos derechas, no dio en realidad ningunogarantía . Al definir los poderes seccionales se propasá a autorizar losedición Perpetua, y los medios de amenazar constantemente los Estadosunos a otros, y todos o alguno de ellos al Gob'. erno General . Orgonl zandolos Poderes nacionales como si fuesen un-s simples huéspedes toleradosen la mansián constitucional, quito!es su índole y su fuerza propia, alpaso que los hizo inútiles para la anión y casi inccmpatib :es entre sí.Por último, sembró sin plan, doctrinas tan brillantes por su novedadcomo peligrosas por su alcance . . ." (26)

Analizando lo actitud de don Justo Arosemena respecto a la Cons-titución de Ríonegro, tanto Moscote como Arce se preguntan, ¿qué habíapasado en su pensamiento, que ahora tenía un concepto contrario a laConstitución que él mismo ayudó o redactar?

Lo único que podemos decir es que a pesar de sus disposiciones,algunas de las cuales parecían solucionar en realidad los problemas que

pudieran surgir, no resolvió la situación en Colombia, pues durante suvigencia persistieron los problemas políticos de siempre, disputas, escón-dalos, golpes de cuartel e insurrecciones . Esta Constitución desaparecióa causa de una nuevo guerra civil originada en Colombia y que le pusofin en 1885.

Una de los tantas revoluciones surgidos en este tiempo, se dio en elIstmo el 9 de marzo de 1865 . Esto, era una condena al régimen políticoimperante y un desconocimiento al mismo . El acta de adhesión a esto•evolución consigna lo siguiente:

CONSIDERANDO:"19 Que dicho movimiento se hallo plenamente justificado por la pésima

conducta de la mayor parte de los actuales funcionarios públicosdel pols . ..

( *) Ver la obra de Víctor ~la, Las Constituciones de Panamá.(24) Citado por: Arrecho Graell, Catalino Op. Cit., p. 161.(25) Citado por: Méndez Pereira, Octavio, Justo Arosemena, p . 339.(26) Citado por : Goytio, Víctor, Las Constituciones de Panamá . pp. 198-199.

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39 Que el actual gobierno del Estado, a pesar de su descrédito esimposible derribarlo por los vías legales, porque lo artificiosa orgo-nizaci6n electoral que él ha estab!ec'do, hace nu'atcrios cuantosesfuerzos emp ' een para triunfar los ciudadanos que no tienenporticipoci6n alguna en el ejercicio del poder público.

RESOLVEMOS:19 Desconocer. . ., el actual gobierno del Estado, al cual desde luego

negamos toda cbedienciu.29 Conferir. . ., el ciudadano G'1 Colunje la suma del poder público . . . para

que con el titulo de Presidente provisorio, administre el Estado,sujetándose o la Constitucién y a las leyes de éste y a las delgobierno federal. . ." (27)

8. Intervención norteamericana de 1866

Esta revolución produjo otro intervención norteamericano en Panamá;así, el capitán Middleton del barco Santo María desembarcó un desta-camento para que se hiciera cargo de la situación . Bogotá apeló porquela intervención fuera por más tiempo, pero el gobierno norteamericano seopuso a ello . (28) Ahora, si bien es cierto que el gobierno colombianosolicitó que la intervención tuviera una mayor duración, la idea de reali-

zarla partió del gobierno estadounidense, pues sin haber mediado nin-guno petición, el Capitán Middleton autorizó a sus tropas para que sedirigieron al Istmo.

9 . Conclusión de las negociaciones en torno al "Incidente

de la Tajada de Sandía-

Al mismo tiempo que se daba esta situación, continuaban las nego,ciaciones relacionadas con el Incidente de la Tajada de Sandia . Paro1864, el señor Eustorgio Solgar, Ministro Plenipotenciario de Colombiaen Estados Unidos, recibió nuevas instrucciones al respecto, La incitaenviada por Antonio M . Predilla le comunica lo siguiente:

"Uno de los fines que Ud . se propondrá será el definitivo arreglo de lasrec'amaciori de los ciudadanos norteamerbanos con motivo de las suce-sos acarrid-•s el 15 de abril de 1856 en Panamá, teniendo en cuento eltratado del 10 de septiembre de 1857, Herrón y Cass, nombrados respec-tivamente por la Nueva Granada y los Estados Unidos de América . . ." (29)

Estas negociaciones habrían de terminar un año después, exacto-mente el 19 de agosto de 1865 cuando se proclamó el segundo y últimotratado entre Estados Unidos y Nueva Granado en torno al Incidente

(27) Star and Herald, Vol . XIV, NO 86, Panonri marzo 13, 1865.(28) Mack, Geste, The Land Divided, p. 166 . (La traducción es nuestra).(29) Nota enviad o por Antcnio M . Prad :l'a a Eustorgio 5o'9cr . Archivo del

MinIsterio de R . E . de Cclombla, Correspondencia de lo Secretaría de R . V-con el Encargado de Negocios en Washington, t. 499, p. 369, NO 13, julio15, 1864 . (Ver apéndice VIII) .

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de la Tajada de Sandía . Con la proclamación de este nuevo tratado senombró otro comisión que completó el trabajo y estipuló que la NuevaGranada tendría que pagar $412 .394 por la indemnización total delincidente.

En conclusión,, después de casi diez años de negociaciones en tornoal incidente del 15 de abril, se resolvió el problema, aunque de manerodesfavorable para la Nueva Granada, pues tuvo que pagar casi mediomillón de dólares en concepto de indemnización por el problema surgidoen el Istmo y provocado por los propios norteamericanos . Nueva Granadaluchó porque estas negociaciones no tuvieron un resultado tan negativopara ella, pero tuvo que ceder ante las exigencias de su antagonista,vencedor al fin por el respaldo que le daba su poderío.

EPILOGO

Característica, clasificación y resultadode las intervenciones norteamericanas

en el Istmo.

CARACTERISTICAS

Después de haber efectuado el estudio relativo a las intervencionesen el Istmo entre los años de 1846 a 1865, nos proponemos presentar lacaracterística de las mismas, una clasificación de ellas y sus resultadospara la vida istmeña.

Partiendo del hecho que la característica de toda intervención esel acto de ingerencia, vamos a analizar cada uno de los incidentes habidos,en el Istmo y ver si al corresponderles la mencionado característica, consitituyen intervenciones.

El Tratado Mallarino-Bicilock, que ya hemos caracterizado comoel primer instrumento jurídico por o medio del cual los Estados Unidosadquirían derecho para intervenir en el Istmo, constituyé una interven-ción . Esto es así, porque en él se estipulan medidas que facultan algobierno norteamericano para inmiscuirse en los asuntos del Istmo . Esta-dos Unidos se comprometía con la Nueva Granado a gorgntizar lo com-pleta neutralidad de Panamá, con el propósito de mantener la tranquili-dad en la vía en todo momento y mientras durara el tratado ; además, loaseguraba la soberanía que sobre el Istmo tenía el gobierna granadino.

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Al poder los Estados Unidos garantizar y realizar estas medidas, dehecho constituía esta actitud una ingerencia en los asuntos internos delpaís, por lo cual este tratado constituye una intervención . Lo misma es decarácter diplomático porque sus estipulaciones fueron suscritas por losgobiernos norteamericano y granadino.

En Panamá ocurrieron una serie de hechos entre los años 1850 y1851 producidos por conflictos entre norteamericanos y naturales . Aunqueen los mismos tomaron parte estadounidenses, esto no constituye unaintervención, pues en ellos no hubo ingerencia por parte del gobiernonorteamericano en los asuntos del país, sino que fueron conflictos en loscuales se vieron implicados ciudadanos de los Estados Unidos.

Estos incidentes fueron los producidos el 28 de febrero de 1850cuando ciudadanos norteamericanos asaltaron la cárcel de la ciudad conel propósito de poner en libertad a un compatriota ; (Ver p . 42) tambiénel del 18 de mayo de 1850 cuando resultaron muertos tres o cuatro perso-

nas, y que se originó cuando un ciudadano norteamericano trató de castigara un muchacho panameño al cual sindicaba como ladrón . (Ver p . 42) ade-más el ocurrido el 3 de junio de 1851 cuando corrió el rumor por la ciudadde Panamá que los norteamericanos estaban atacando a los panameños,produciendo un incidente entre ambos grupos ; (Ver p . 42) por último,el del 6 de diciembre del mismo año cuando se ocasionó un conflictoen Chogres entre naturales y norteamericanos, resultando algunas muertes.(Ver p . 43).

Todos estos conflictos tienen un denominador común, y es el obusode los norteamericanos, que sin respeto a las leyes del país, hacían usode un derecho que no les pertenecía, originando, en todas las ocasiones,los conflictos.

Como dijimos anteriormente, todos estos hechos condicionaron unode mayor gravedad por los consecuencias que tuvo . Este incidente es eldel 15 de abril de 1856 conocido como el " Incidente de la Tajada deSandía ", (Ver p. 46) en el que tomaron parte ciudadanos norteamerica-nos y naturales y originado, como ha quedado establecido, por los prime-ros. El incidente en si, no constituye una intervención puesto que nohubo ingerencia inmediata del gobierno norteamericano en el Istmo, perosus consecuencias sí la constituyen yo que los Estados Unidos acusaronel gobierno granadino del asunto y le exigieron una indemnización porros daños ocurridos a ciudadanos y propiedades del gobierna norteameri-cano en Panamá.

Con relación o si este hecho constituye o no una :ntervención, nues-tros historiadores no se han pronunciado al respecto . En otros estudios,como el realizado por el Licenciado Honorio Quezado, tampoco se con-sidera al incidente en sí como una intervención, pero el Licenciado Carlos

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lván Zúñiga lo juzga como una intervención de hecho realizada por losEstados Unidos.* Nuestra posición, como ya ha quedado expuesto, es noconsiderar al hecho mismo una intervención, pero sí sus consecuenciaslas cuales consideramos una intervención diplomática.

En 1857 se iniciaron negociaciones tendientes a encontrarle unasolución al problema. Durante el desenvolvimiento de las mismas losEstados Unidos presentaron algunos proyectos que constituían verdaderasintervenciones . Estos fueron presentados por Morse y Bowlin, pero fueronnegados por la Nueva Granado por lo oneroso de sus estipulaciones, puesconsideraban que en caso de interrumpirse el tránsito por la vía del Istmo,entonces podría emplearse la fuerza naval de los Estados Unidos u orga-nizarse allí una fuerza militar . (Ver pp . 53-54).

Estas estipulaciones establecían una ingerencia norteamericano enel Istmo muy peligroso, pues ellas le concedían mayores derechos a laNación Norteña para intervenir en Panamá cada vez que se -suscitaraalgún incidente en el que se pusiera en peligro la tranquilidad de la vía.

A pesar que estos proyectos fueron negados, se firmó el ConvenioHerrán-Cass cuyas disposiciones implicaban una ingerencia tal de losEstados Unidos en los asuntos de la Nueva Granada, que hacen de éluna . verdadera intervención diplomática . (Ver p. 55) . Lo considera-mos como tal, porque este Convenio exponía el serio principio por elcual la nación granadina se obligaba o indemnizar cuando se alterara lapaz en el territorio y ocurrieran sucesos similares a los del 15 de abril.Pero es más, este Convenio pretendía dictar pautas en lo que se referíaa lo neutralidad del Istmo, pues se negaba a aceptar que ella estuvierabajo la soberonío de la Nueva Granada, sino que pretendía que la estu-viera bajo la de los Estados Unidos. (Ver p . 56).

Entre los años de 1860 y 1865 se produjeron una serie de aconte-cimientos en el Istmo que se consideran intervenciones armadas norte-americanas . En estos hechos, los Estados Unidos se ingirieron en losasuntos de la Nueva Granada, ya fuera por iniciativa propia para defen-der sus intereses que peligraban con ellos, o por solicitud expresa delgobierna granadino que veía arriesgar su seguridad política con estosincidentes.

En septiembre 1860 (Ver, p . 63) se originó un incidente en elIstmo contra el gobierno, que dejó un saldo de quince muertos ; por estarazón los comandantes de los buques, norteamericanos e inglés, "ofrecie-ron su ayuda" para controlar la situación surgido en el Istmo . Su Inten-dente, Hurtado. aceptó este ofrecimiento, suplicando que se realizara un

t Ver el estudio de Cortos Iván Zúñiga, "Las intervenciones imperialistas, en laNocián Ponomeño", en Revista Tareas N9 17, Panamá, agosto . 1966, p. 36.

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rápido desembarca de sus tropos . Este hecho constituye una intervención

ya que fuerzas extranjeras, ajenas a los conflictos internos del país, inter-vinieron en él para solucionar un incidente local.

En mayo de 1861 (Ver p . 64) existía el peligro de que se produjeraotro_ revuelta en el Istmo, lo que motivó que su Intendente, José Me.Vieco, solicitara la intervención de fuerzas armados extranjeras con elpropósito de que ayudaran a controlar la situación . El Intendente Vieconiega que esta solicitud constituya una intervención, pero es el caso, quetan sólo el pedir a otros paises ingerirse en los asuntos internos del pro-pio, constituye una intervención,

Lo mismo hubiera podido decirse de la intervención solií :itada porPedro Alcántaro Herrán en 1862, (Ver p . 67) de haberse realizado . Esta-dos Unidos aceptó la solicitud de Nuevo Granado pera intervenir al darla orden de enviar fuerzas navales al Istmo, pero cuando el gobiernogranadino solicitó que también se enviaran fuerzas terrestres, los EstadosUnidos consultaron con los gobiernos de Inglaterra y Francio para versi era factible realizar una ocupación conjunta, más estos países senegaron, al no ver necesidad para ello, y no se produjo ninguna inter-vención.

En 1865 (Ver p. 69) se produjo otra intervención en el Istmo cuandoel originarse una revuelta política en él, el Capitán Middleton, del buquenoritamericeno Santa María, envió fuerzas armadas . a ocupar la ciudad,sin haber sido solicitada por el gobierno granadino . Este hecho consti-tuye una intervención, pues el mismo fue una ingerencia en los asuntosinternos de Ponom6 .

CLASIFICACION

Las intervenciones presentadas hasta ahora los podemos clasificaren dos grandes grupos : diplomáticas y armadas . Las diplomáticas, porquese envían representaciones orales o escritas por medio de un Embajador;también, cuando se reconoce en un tratado . Las armadas, cuando sehace uso de la fuerza militar, ya sea como simple amenaza o con laocupación militar.

Como intervenciones de carácter diplomático tenemos el TratadoMollarino-Bidlack (1846) y Herrán-Cass (1857) porque en ellos se esti-pularon disposiciones por medio de las cuales los Estados Unidos podíanintervenir on el Istmo en particular y en Nueva Gronada en general.Pero además, son intervenciones de derecho porque sus acuerdos fueronconsignados en tratadas suscritos por ambas naciones.

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Las intervenciones armadas las dividimos en Intervenciones armadosde hecho porque fueron realizadas sin mediar ninguna solicitud, y enintervenciones armadas de derecho porque fueron pedidas por el gobiernogranadino.

La intervención de 1860 cuando Estados Unidos brindó sus fuerzasarmadas para controlar un conflicto en el Istmo, y la de 1865 cuandoel Capitán Middleton dio orden a sus tropas de ocupar la ciudad, consti .tuyen intervenciones armados de hecho . En cambio, las de 1861 y 1862,que fueron solicitadas por las autoridades del Istmo o por el gobiernogranadino, constituyen intervenciones armadas de derecho.

Las intervenciones de derecho sentaron precedentes más deplora-bles para la Nueva Granada, pues este país no sólo había aceptado laayuda ofrecida por los Estados Unidos pqra intervenir en sus asuntos inter-nos, sino que había llegado al extremo de solicitarla sin consideracióna la lesión que sufría la soberonío de la Nación, el permitir que unpaís extraño viniera a resolver problemas que, por su índole, competíanestrictamente a la jurisdicción colombiana.

RESULTADOS

¿Qué resultados podían esperar para el Istmo como consecuencia deesta política intervencionista norteamericana? Desde la proclamación delTratado Mallarino-Bidlack en 1846, la suerte de Panamá quedó definida,pues por medio de este tratado los Estados Unidos adquirían prerrogativaspara intervenir en el Istmo cuando por movimientos populares, políticos,o de otra naturaleza, se pusiera en peligro la tranquilidad de lo vía.Ahora bien, esto no ocurrió siempre, pues cuando Nueva Granada se sen .tía con poder suficiente para sofocar alguna de estas revueltas, lo hacíasin el concurso del gobierno norteamericano, pero cuando veía que algunade ellos podía terminar con la estabilidad política granadino, recurríaa los Estados Unidos para que la auxiliara con su fuerza militar.

Es necesario señalar, que en el Istmo se produjeron muchos movi-mientos revolucionarios tendientes a buscar una separación de Colombia;algunos de ellos con el propósito de aislarse de los efectos nocivos de losconstantes guerras civiles granadinas, que lo único que traían era atrasoy ruina para el Istmo ; otros, porque coda vez eran mayores los deseosde los panameños de verse convertidos en una nación libre y soberana.

Esto situación de constante szozobra, ya fuera a causa de las con.tinuas guerras colombianos y su descuido en relación con la suerte delIstmo, o por las frecuentes intervenciones norteamericanas de que eraobjeto, fueron acentuando los sentimientos nacionalistas del panameño y

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crearon en él una situación de resentimiento y hostilidad, situación éstoque se fue matizando poco a poco y que habría de promover la reali-zación de hechos de importancia para el país.

Resultado de esta situación fueron los futuros movimientos indepen-dentistas que habrían de culminar con la independencia del Istmo, Ade-más, a pesar de que los Estados Unidos cada vez estaban más poseídosde la autoridad que tenían sobre Ponamó, pues sus intervenciones noterminaron con el siglo XIX, sino que alcanzaron el XX, sus principiosintervencionistas fueron errodicodos de los tratados consignados entrePanamá y el gobierno norteamericano como consecuencia de los prin-cipios establecidos , en la 8a . Convención de Montevideo, donde toda laAmérica Latina se pronunció contra las intervenciones . * Estos principioscondicionaron los conquistas obtenidas por hombres ilustres de nuestropaís como la de 1936 cuando se revisó el Tratado de 1903, que le pusofin a la cláusula la. mediante la cual los Estados Unidos podían inter-venir en el Istmo.

Aparte de estas conquistas, el pueblo de Ponomá, con una con-ciencia nacional más desarrollado contribuyó a que las mismas fueranmás fecundas al luchar por los derechos de su Patria y obtener, entreotros logros, que el Convenio de Bases del 12 de diciembre de 1947 fuerarechazado por la Asamblea Nacional.

Para resumir, que como resultado de toda una historia patria llenade intervenciones y vejaciones, ha habido un desarrollo y un afianzamientode la conciencia nacional, que si bien es cierto, no es suficiente paroenfrentarse a las armas norteamericanas y luchar por sus derechos, cons-tituye un paso más en el logro de mayores y mejores conquistas parala nación panameña.

i Ver el estudio de Carlos Iván Zúfiiaa citado anteriormente, p• 53.

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Conflictos e intervenciones norteamericanas

en el Istmo

28 de febrero de 1850

Conflictos

18 de mayo de 1850

Norteameri-

3 de junio de 1851canos

6 de diciembre de 1851

15 de abril de 1856

Tratado Mallarino-Bidlack(1846)

Diplomó- j

De

ticas

1 derechoTratado Herrón-Cass

(1857)

Intervenciones

Norreameri-

canas

Armados

Intervención de 1860

Intervención de 1865

Intervención de 1861

Intervención de 1862

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CONCLUSION

Después de haber realizado un estudio acerco de lo que podríamosllamar antecedentes e intervencionismo norteamericano en el Istmo, pode-mos llegar a los siguientes conclusiones:

El continente americano ha padecido continuas intervenciones, arma-

das, diplomáticas, económicas o de otro índole, realizadas por diversospaíses, pero principalmente por Inglaterra y Estados Unidos . Esa políticaintervencionista fue producto de la rivalidad existente entre ellos y mo-tivó innumerables casos de esta naturaleza, tales como el de las islasMalvinas, el caso Russell, la Mosquitio, la diplomacia de Jockson y susconsecuencias, el Destino Manifiesto y el caso de México . En todos ellosse destaca la ambición de estos países por conquistar y dominar Américacon el propósito de aumentar y mantener su poderío.

Con respecto a Panamá, los incidentes fueron frecuentes, pero sólonos referimos a ellos en el lapso de 1846-1865, estudiando los siguientes:el del 28 de febrero de 1850, el del 18 de mayo de 1850, el del 3 dejunio de 1851, el del 6 de diciembre de 1851, y el más significativode todos, el del 15 de abril de 1856 . El último de estos incidentes produjouna verdadera intervención diplomática . Estos conflictos fueron productode los abusos y desmanes de ciudadanos norteamericanos que trotaban alIstmo como a "tierra conquistada", sin consideración o las leyes vigentes

en él .

Con relación a las intervenciones norteamericanas propiamente dichas,las observamos de dos tipos : las intervenciones diplomáticos de derecho,constituidas por el Trotado Mallarino-Bidlack (1846) y el Tratado Herrán-Cass (1857) . Las intervenciones armados de hecho, como los de 1860 yla de 1865, y las de derecho, como las de 1861 y 1862.

En definitiva, ha habido una historia americana, en general, y pona-mefia, en particular, saturado de intervenciones, principalmente norte-americana, en las que se ha pretendido defender lo democracia y la paz,y en realidad lo que se ha defendido son sus intereses.

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