7/23/2019 Breve Reflexin en Torno a La Revuelta de Haymarket

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Breve reflexin en torno a la revuelta de Haymarket, el proceso ilegitimo sobre los mrtires de Chicago y la

clase trabajadora contempornea (por ani !olem"

Cuando se me invito a escribir sobre este tema, varias fueron las formas posibles de reflexionar los acontecimientos

ocurridos durante la revuelta de Haymarket, que surgieron en mis pensamientos. Sin embargo, pens que en general, es de

vital importancia el poder rememorar los acontecimientos ocurridos durante aquella revuelta, para relacionarlos con sus

resonancias en la actualidad, en torno al problema que enfrenta la clase trabajadora contempornea inmersa en lostentculos del sistema neoliberal cileno. !"u paso con aquella reivindicaci#n de la jornada de oco oras$ !Se siguen

promoviendo y alentando procesos jur%dicos ileg%timos y deliberadamente mal intencionados como los efectuados en

contra de los cinco trabajadores anarquistas condenados a muerte$ &stas preguntas me brotan irremediablemente, y qui's

deba acer caso a mi deseo profundo que empujo estas preguntas e intentar responderlas, bajo estos dos ejes ms o menos

definidos.

&n primer lugar cabe destacar que la reivindicaci#n de la jornada de oco oras (que equivale a la mxima de oco

oras para el trabajo, oco para el sue)o, y oco para la casa*, fue la expresi#n de un inter#s general de todas las

organi'aciones obreras, de los sindicatos que se reunieron en el +to Congreso de la ederaci#n &stadounidense del

-rabajo, el / de octubre de 00+, que se propusieron decididamente la conquista de la jornada laboral, en su reducci#n

1de 2, 3 y +4 a 0 oras, a ms tardar para el de mayo de 005 1un poco ms de un a)o y medio del d%a del congreso4

d%a en que comen'ar%a la uelga de no decretarse la reducci#n de la jornada laboral para ese entonces. 6 esta expresi#n del

sentimiento colectivo de la solidaridad inmerso entre los trabajadores de la poca emprend%a su contenido real y su sentido

ms prctico, en la comprensi#n de que esta jornada posibilitar%a adems una mayor cantidad de puestos de trabajo7 ecoque se traduc%a en una reducci#n considerable de la desocupaci#n estadounidense imperante.

&n cambio en 8ile, 3/ a)os despus, el movimiento sindical se encuentra en una situaci#n muy distinta de la de

aquellos a)os de la revuelta 1en relaci#n al inters propio de la clase trabajadora y su nulo sentimiento colectivo de

solidaridad4, que se encuentra mas bien encerrado en la precariedad, como cortado de bra'os, principalmente por la

violencia dictatorial emanada desde el programa impuesto en 9/9 por :os ;i)era &ce)ique, que pro%be la

negociaci#n colectiva de ms de una empresa, al mismo tiempo que posibilita la organi'aci#n empresarial, compuesta por

una base de subcontratos en lo ms bajo, y coronado por un pu)ado de oldings 1una forma organi'ativa o agrupaci#n de

empresas en las que una compa)%a se apropia de todas o de gran parte de las acciones de otra empresa, determinando el

control de un conjunto de empresas por los interesas de una sola, las a flexibilidad laboral a

contribuido en otro sentido, a la reterritoriali'aci#n empresarial de las formas de explotaci#n relativas. &sa mxima obrera

de las oco oras a sido ip#critamente aceptada, transformada y subsumida bajo las exigencias impl%citas del sistema que

obliga a los trabajadores, unas veces por la necesidad, otras por la avaricia personal, a trabajar infinidades de oras extras,

bajo la amena'a constante del despido por las

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ellos continuaron movili'ados. &l tercer d%a de movili'aci#n frente a la fbrica de maquinaria agr%cola de ?cCormick,

comen'# una gran batalla entre los obreros que se encontraban movili'ados y los esquiroles que manten%an la producci#n

contra sus compa)eros trabajadores. Ge la batalla, la polic%a abri# fuego contra los trabajadores, asesinando a seis e

iriendo a otros tantos. Dl d%a siguiente, el + de mayo, en el acto de Haymarket Square, :on onfield 1oficial de polic%a4

ordeno el avance de 02 polic%as uniformados sobre cerca de 32.222 obreros reunidos. Ge pronto, entre los polic%as estallo

un artefacto explosivo que mato a un oficial de polic%a y que dejo eridos a otros tantos. >a polic%a volvi# a abrir fuego

sobre los trabajadores 1tal como lo ab%a eco el d%a anterior4, matando a mas obreros y dejando a otros tantos maseridos. Se decreto estado de sitio y toque de queda, se detuvo a centenares de obreros, que fueron torturados y acusados

del asesinato del polic%a. >uego de iniciadas las causas 1A causas4, estas se redujeron a 0. D pesar de que nada pudo ser

comprobado en contra de estos obreros anar$uistas , tres de ellos fueron condenados a prisi#n 1Samuel ielden, Iscar

Jeebe y ?icael ScKab4, mientras que cinco de ellos fueron conducidos a la orca 1Leorge &ngel, Ddolf iscer, Dlbert

;arsons, Dugust Mincent -eodore Spies y >ouis >ingg47 principalmente gracias a la prensa amarilla que no dejo de

denostar ni un segundo a la clase trabajadora, especialmente a los obreros anarquistas.

&ste proceso marcado por la reali'aci#n de un decisionismo de carcter fascista, tambin posee sus uellas que llegan

asta el presente, qui's ya no bajo el signo de la matan'a descarada e indiscriminada del elemento rebelde, desde su

encarcelamiento asta su aniquilaci#n definitiva, sin embargo, lo que ya no se da en un plano masivamente represivo, se

reali'a en la actualidad por medio de unos medios masivamente simblicos. 6a no el asesinato de los sujetos inmersos en

la revuelta 1por la proibici#n de la pena de muerte4, pero si el asesinato simb#lico de las ra'ones que sostienen las

diversas lucas sociales y populares. >a crcel sigue siendo un destino seguro para todo lucador social, decididamente

entregado a la luca por la liberaci#n7 una suerte de asesinato y auto*aniquilamiento en la vida misma, que es la crcel. 6si existe un factor que se mantiene inamovible tras el paso de los a)os, y que viene a desnudar este mecanismo de poder

simb#lico, es el que consiste en los medios de comunicaci#n masiva% &'u# mejores sospechosos $ue la plana mayor de

los anar$uistas )* la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de

bombas, gentu+a $ue no son otra cosa $ue el re+ago de uropa $ue busc nuestras costas para abusar de nuestra

hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nacin, y $ue en todos estos a-os no han hecho otra cosa $ue proclamar

doctrinas sediciosas y peligrosas./, balbuceaban los medios de la poca implorando el asesinato de nuestros mrtires,

incluso antes de que se comprobara la veracidad de aquellas causas arrojadas en contra de los trabajadores7 no muy

distintas de las mNltiples descontextuali'aciones arrojadas por la televisi#n y la prensa actual, que criminali'an tanto a

sujetos inmersos en la luca social y Nltimamente, bajo el contexto actual, de los inmersos en la luca estudiantil,

individuos catalogados de

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