brenda tsikaÍ olivera palazuelos
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SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
UNIDAD AJUSCO
LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA
SENTIRSE CAPAZ Y AMADO. LA AUTOESTIMA EN EL APRENDIZAJE ESCOLAR EN NIÑOS DE LOS PRIMEROS AÑOS DE PRIMARIA
TESINA QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
LICENCIADA EN PEDAGOGÍA
PRESENTA:
BRENDA TSIKAÍ OLIVERA PALAZUELOS
ASESORA: DRA. RITA DROMUNDO AMORES
CIUDAD DE MÉXICO, OCTUBRE DEL 2017
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Dedicatorias
A mis hijas Marijo y Julieta por ser mi mayor motivación para seguir adelante día a
día e inspirarme a ser un mejor ser humano.
A mis papás Brenda y Rodolfo por ser el pilar más importante que siempre tendré,
por su ejemplo de vida y sus enseñanzas.
A mi esposo Luis por el apoyo incondicional a lo largo de toda mi carrera y su
comprensión a lo largo de este proyecto.
A mis hermanas Paola, Jimena y Fernanda por el impulso y fuerza que me han
dado en cada etapa.
A mis abuelitos por ser el mejor ejemplo de entereza y valores que pueda tener.
A mis tias y tios por su invaluable e incondicional apoyo.
A mi asesora, la Dra.Rita Dromundo quien me brindó la oportunidad de recurrir a
ella compartiéndome sus conocimientos y guiándome paso a paso para lograr
desarrollar mi proyecto.
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ÍNDICE
Págs.
INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………...….4
CAPÍTULO I
¿EN QUÉ CONSISTE LA AUTOESTIMA? ………………………………...9
1.1 ¿Qué es autoestima?................................................................9 1.2 La importancia de la autoestima………………………………..13 1.3 ¿Cómo se desarrolla la autoestima?......................................16 1.4 Autoestima alta y baja…………………………………………...22
CAPÍTULO 2
LA AUTOESTIMA Y SU IMPACTO EN LA EDUCACIÓN ………………26
2.1 UNICEF y la educación…………………………………………..26 2.2 La SEP y su inclusión en el respeto ……………………………28 2.2.1 Desarrollar la autoestima a través de valores ……………...34 2.3 La autoestima y su influencia en el rendimiento escolar …….42
CAPÍTULO 3 MEJORAR LA AUTOESTIMA, PAPEL DEL DOCENTE ……………….51
3.1 El papel del docente……………………………………………...51 3.2 ¿Cómo medir el nivel de autoestima?.....................................56 3.3 Propuesta para el docente ……………………………………...61
CONCLUSIONES ……………………………………………………………...72 BIBLOGRAFÍA ………………………………………………………………...76
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Introducción
En la sociedad actual prevalecen, en gran medida, la falta de valores y la violencia.
Ante esta situación los niños son quienes reciben un mayor impacto, pues están
indefensos ante los diversos sujetos que los agreden y producen en ellos efectos
tanto físicos como psicológicos y anímicos.
Uno de los factores que se ve afectado es la autoestima de los niños. Este es un
término que se emplea con frecuencia en la actualidad, generalmente planteado
como una necesidad para poder sobrevivir en una sociedad donde dominan
tendencias adversas. Ante la pérdida o disminución de la autoestima los
pedagogos no pueden mantenerse al margen, por la relevancia del tema.
Para poder precisar en el tema del papel de la autoestima en el aprendizaje, es
indispensable primero, señalar lo que es la autoestima, su importancia y la forma
cómo el pedagogo y el docente podrían desarrollarla realmente.
Este trabajo se contextualiza en niños de primaria, y al respecto es necesario
señalar que los alumnos de ese nivel educativo se encuentran expuestos a
circunstancias y factores que influyen tajantemente en su autoconcepto, derivando
en una autoestima alta o baja.
Durante su desarrollo el niño va formándose un juicio propio, de forma
inconsciente, es decir, se va dando cuenta del valor que tiene como ser humano,
estudiante, hijo, amigo, compañero…, esto influido por la interacción con los
personajes que le rodean y el entorno en general, situación que lo lleva a
compararse y a ir formando criterios para su autoevaluación, que continuará
durante toda su vida.
No debemos olvidar que, ante cualquier estímulo, el alumno tendrá reacciones
emocionales, de esta forma y de la mano de los prejuicios y experiencias previas,
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irá desarrollando la confianza, considerada como la capacidad de desarrollar la
escasa o abundante confianza en sí mismo.
La Secretaría de Educación Pública ha trabajado por años en una educación
basada en valores, como puede observarse en artículos publicados por dicha
institución y en los libros de texto gratuitos utilizados por los alumnos en nuestro
país. Ello se complementa con las políticas de la UNICEF, quien deja ver como
prioridad, proteger y persuadir una educación incluyente, de calidad y siempre
concentrada en avanzar y mejorar a través de proyectos de innovación
pedagógica, campañas difundidas regionalmente, artículos difundidos alrededor
del mundo, entre otros; sin embargo desde nuestro punto de vista no ha sido
suficiente lo que se ha hecho, porque la falta de autoestima sigue siendo un punto
que necesita atención prioritaria de todos los involucrados en el proceso educativo.
Son innumerables los autores que hablan del concepto de autoestima, pero puede
observarse que, prácticamente, todos coinciden en que desde el nacimiento, este
nunca deja de enriquecerse o empobrecerse. Entonces si las personas que
rodean al individuo son clave, ¿qué importancia tiene el docente en este tema? En
este trabajo tratamos de diferenciar, por medio de características evidentes, a un
alumno con autoestima alta y a uno con baja, lo cual constituye una información
indispensable y obligatoria de vital importancia.
Con el fin de lograr los objetivos que propuestos, este trabajo se organiza de la
siguiente manera:
En el capítulo uno se analiza, a partir de diversos autores, el concepto de
autoestima y el autoconcepto. Se destaca la importancia que tiene la autoestima y
se analiza lo que significa tener autoestima alta o baja y se hacen consideraciones
sobre las causas de una baja autoestima. Se reflexiona sobre el tema de los
valores, es decir educar a través y con base en ellos, a pesar del contexto,
costumbres, medios y todos los factores, con el fin de que el alumno adopte el
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nuevo conocimiento, mejorando su autoconcepto y colaborando para mejorar el de
los demás.
En el capítulo dos se analizan las acciones realizadas por la SEP y por instancias
como UNICEF, con relación a ese tema. Se aborda la autoestima, desde el punto
de vista del impacto que tiene en el aspecto educativo, tanto a nivel individual
como grupal y el rendimiento escolar. Se considera además este tema a partir de
la concepción de lo que son los valores, su importancia en el aula y su estrecho
vínculo con la autoestima.
En el capítulo tres se analiza el papel del docente en la conformación de la
autoestima, así como se aportan algunos recursos para medir el nivel de la
misma en los estudiantes y se proporcionan algunas sugerencias didácticas a los
docentes para fomentar la autoestima.
Se busca fomentar consciencia de que es responsabilidad del docente asumir que
puede y debe ser capaz de elevar o disminuir la autoestima de sus alumnos y que
se dé cuenta de la enorme y maravillosa responsabilidad que esto conlleva
conociendo el complejo pero satisfactorio proceso para lograr dicho objetivo.
Por ello, se plantea que el docente sea capaz de diagnosticar de manera
individualizada, para conocer el marco de referencia que cada alumno trae y
aportar para que este mejore a lo largo del ciclo escolar.
Sabemos que el aprendizaje requiere de innumerables factores, y manteniendo un
círculo de trabajo positivo, con refuerzos positivos, los procesos de interacción
dentro del aula, permitirán lograr dicho aprendizaje, de la mano de estímulos
positivos y medios pedagógicos de apoyo para moldear el autoconcepto de los
alumnos.
Al elegir esta profesión, se debe de tener en cuenta que, como pedagogos
enfocados en el área de docencia, que tenemos en nuestras manos a seres
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humanos en plena formación, hasta cierto punto vulnerables y que confían
ciegamente en sus profesores, y más si nos referimos a niños de los primeros
años de primaria, dicho esto, entonces se tiene una inmensa responsabilidad que
se comparte con los padres de familia.
El docente se enfrenta día a día a diversas y a veces complejas situaciones dentro
y fuera del aula, y no siempre cuenta con el apoyo necesario o ideal de sus
superiores o iguales; a pesar de esto, debe lograr los fines educativos y formativos
que se proponga y que el sistema exija no obstante las dificultades a las que se
enfrenta durante este proceso.
Existen diversas herramientas para que el docente mida el nivel de autoestima a
través de cuestionarios, encuestas, ejercicios, juegos, etc… y considero obligatorio
estar siempre a la vanguardia y actualizado en este tema, aprovechando para ello
las herramientas pedagógicas que nos brindan los recursos tecnológicos.
Se presentan algunas sugerencias para el docente, que le podrían ser de utilidad
en su labor. Este nunca debería olvidar que es una persona sumamente
significativa para sus alumnos, y sentirse motivado a cuidar y ver por el
fortalecimiento de la autoestima de ellos y así ser capaz de obtener resultados
más favorables en su formación.
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Objetivo del proyecto
El objetivo de este proyecto consiste en analizar en un inicio el tema y el papel de
la autoestima, incluyendo su desarrollo y la importancia que esta tiene en el plano
educativo y formativo del alumno desde los primeros años académicos.
Posteriormente se definen algunas maneras para determinar el nivel de
autoestima por medio de ciertos criterios evaluativos aplicables en el aula, con los
cuales el docente corroborará las áreas a trabajar en cada uno de sus alumnos
para estimular el aprendizaje a través del fortalecimiento de la autoestima por
medio de ciertas actividades propuestas en este proyecto.
De esta forma, el docente cuestionará y redescubrirá la importancia del desarrollo
de la autoestima positiva de los alumnos en la escuela ya corroborando que se
requiere de una atmósfera adecuada que facilite y estimule la expresión del
alumno, la aceptación de sí mismo y de los demás.
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Capítulo I
¿EN QUÉ CONSISTE LA AUTOESTIMA?
1.1 ¿Qué es la autoestima?
Hoy en día, es muy frecuente hablar sobre autoestima. En un mundo conflictivo,
nada mejor que una autoestima alta para sobrevivir en medio del caos, la cual ha
sido esencial para la supervivencia física y psicológica del ser humano a través de
los tiempos.
Empecemos por considerar cómo se desarrolla o no, la autoestima, a partir de la
infancia. El carácter de los niños se considera todavía moldeable entre los 6 y los
12 años de edad, por lo que están expuestos a las circunstancias contextuales,
educativas y sociales que condicionan, en gran medida su manera de ser y actuar.
En el ámbito familiar se tiende a orientar al infante hacia los valores que se
consideran más importantes para su formación, como generosidad, honestidad,
responsabilidad, entre otros. Por esta razón, el niño o la niña valora de
sobremanera el tiempo de calidad que pasa en familia o con la gente más cercana
donde se refuerzan los lazos entre los padres, hermanos y familiares más
cercanos: como realizar paseos, hacer la tarea, diseñar y dar seguimiento a
proyectos específicos, estudiar juntos, ir de compras en familia, organizar alguna
actividad lúdica o de entretenimiento, visitas culturales y sociales… Estas son
acciones que refuerzan la unión familiar, la cual se abordará en el capítulo
siguiente como factor determinante para reforzar y mantener la autoestima del
niño.
En el ambiente escolar los profesores constituyen una parte fundamental en la
vida de un niño, pues le inculcan valores como la solidaridad, la amistad y la
lealtad, lo que les permite conectarse con sus alumnos en aspectos emocionales.
En ocasiones no centran su atención tanto como deberían en los valores y las
emociones de los estudiantes, porque consideran que las principales
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problemáticas que se presentan en el aula son el bajo rendimiento escolar y la
mala conducta, ligándolos directamente con el fracaso escolar, sin considerar que:
“A veces el bajo rendimiento académico está relacionado con la percepción que
tiene el alumno de sí mismo” (Yelon, 1998 p. 124). Ello nos lleva a considerar,
apoyados en diversos especialistas, que la autoestima influye de manera directa
en dicho rendimiento escolar y en algunas actitudes. Partimos de Piaget quien
afirma que “las transformaciones de la acción surgida de los inicios de la
socialización no interesan sólo a la inteligencia y al pensamiento, sino que
repercuten con la misma profundidad en la vida afectiva” (Piaget, Jean 1964, p.
135).
Por su parte, el autor Hazlo Dennos cita a Isambert, A. (1987, p. 55) quien destaca
que “El desarrollo afectivo, determinará las particularidades de su carácter y
comportamiento, el cual se inicia con la vida del niño y los primeros años tienen
particular importancia, pues dejan grabado su influjo en el organismo”.
La autoestima no es un tema reciente, pues según informes de la Red de
Revistas científicas de América Latina, desde la década de 1990, con el desarrollo
de las corrientes pedagógicas cognitiva y humanista a finales del siglo XX, se ha
estudiado con énfasis en el aprendiz y su proceso de aprendizaje, a partir de ello
la autoestima ha pasado a tomar fuerza como uno de los conceptos esenciales de
la educación en el mundo de la pedagogía . Esto se debe a que en la época actual
han aumentado las tensiones que intervienen en el dominio de las relaciones
humanas.
El concepto de la autoestima plantea un problema para la psicología y para los
investigadores de este tema, que radica en su definición y limitación .La
autoestima puede ser una poderosa fuerza dentro de cada uno de nosotros, es la
certeza de ser aptos para la vida y para las necesidades que se presentan a lo
largo de ella y consiste en:
a) La confianza en nuestra capacidad de pensar y afrontar los desafíos de la
vida.
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b) La confianza en nuestro derecho a ser felices, el sentimiento de ser dignos
de merecer, de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y a gozar de los
frutos de nuestros esfuerzos (Branden, 1997, p. 68).
En los diferentes niveles educativos, la autoestima de los alumnos ha sido
asociada con diversos factores que rodean las condiciones en que ellos logran el
aprendizaje (Cotton ,1989, p. 132) incluidos factores, tanto del docente como del
mismo alumno. Podemos enumerar que pueden ser de distintos tipos, como el
personal, el ambiental, el emocional, el social y el familiar.
Autoestima es una configuración o codificación de un grupo de percepciones del
individuo, con respecto a sí mismo, en relación con otros y con el medio ambiente
que le rodea, es decir que el ser humano tiene la capacidad de la autocrítica, la
cual es la facultad del juicio de sí mismo.
Fierro (1986) indica que la autoestima es un conjunto de estructuras cognitivas
que se van estabilizando a medida que el individuo va creciendo, por lo que
paulatinamente va formando un concepto de su propia imagen. Una vez formado
este autoconcepto, mostrará resistencia al cambio.
Burns (1990, p. 77), indica, con respecto a la autoestima, que la conceptualización
de la propia persona hecha por el individuo, es considerada como adorno de
connotaciones emocionales y evaluativas poderosas, puesto que las creencias
subjetivas y el conocimiento fáctico que el individuo se atribuye son enormemente
personales, intensos y centrales, en grados variables de su identidad única.
Considero a este autor como alguien que ha aportado en gran manera a la
investigación sobre la autoestima en el ámbito pedagógico, ya que permite aplicar
métodos para clasificar la actitudes en la medición del autoconcepto, y considera
que éste no está compuesto por un solo elemento único, es decir que los
individuos poseen una amplia gama de autoconceptos, dependiendo de las
percepciones específicas. Por lo tanto, cuando él se refiere a las actitudes hacia
el individuo mismo, en lugar de limitarse o encasillarse a un autoconcepto, destaca
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la posibilidad de la existencia de distintas formas en que el alumno pueda
concebirse a sí mismo.
Desde mi punto de vista considero a la autoestima como un proceso interno y
sumamente personal, mediante el cual el alumno al observarse y examinar sus
actos, sus capacidades y sus aptitudes, inevitablemente realiza una comparación
con otros sujetos, posteriormente interioriza una idea de acuerdo con los criterios y
valores personales que le han inculcado a lo largo de la vida familiar, escolar y
social, y refleja una conducta coherente a la evaluación que realizó de sí mismo y
la actitud que presenta.
Por lo tanto, podemos decir que la autoestima está determinada por factores de
dos tipos, internos y externos. Los factores internos son los pensamientos e ideas
que el individuo se va creando gracias al proceso de autoevaluación y la forma de
interpretar sus experiencias. Los factores externos son las ideas y patrones de
terceras personas, como la familia, compañeros, docentes o cualquier persona
que lo rodee y que ejerza el poder de influencia sobre el individuo, considerando
que cada quien cuenta con puntos de vista distintos y maneras de interpretar las
diversas situaciones.
"La peor soledad es no estar cómodo contigo mismo"
Mark Twain
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1.2 La importancia de la autoestima
La pedagogía en base a un enfoque histórico-cultural presentado por Vigotsky, en
la etapa revolucionaria desde 1959, deja ver que la autoestima se convirtió en
objeto de estudio e investigación debido a su papel en la educación de las nuevas
generaciones, en la formación de una cultura general e integral de la población y
en la instrumentación de principios pedagógicos como son el desarrollo de
estrategias de aprendizaje, la unidad de lo cognitivo y lo afectivo y la formación de
un estudiante que sea un participante activo en la transformación de la sociedad.
Su importancia no se debe reducir únicamente a la escuela, sino que es esencial
en otros ámbitos como en la educación familiar y en la educación comunitaria. Por
otra parte no se limita a una etapa en la vida, sino que constituye un detonador e
impulsor de la actividad del individuo durante toda su vida: desde niño,
adolescente, joven y adulto. Distintos textos, señalan que la autoestima influye
directamente en la identidad del maestro y del alumno, como expresión de las
influencias históricas, sociológicas, psicológicas y culturales que le dan forma a la
identidad de ambos personajes.
Se puede decir que mientras mayor sea la aceptación que el individuo tiene de sí
mismo, en este caso el alumno, mayor será su progreso en cualquier contexto,no
exclusivamente en escolar. por lo contrario, si el alumno es sometido a situaciones
de desvalorización, menosprecio y desamor, dudará más de sus capacidades y el
pensamiento de sí mismo se tornará negativo, y en mayor medida en edades
escolares, donde el alumno es notablemente más vulnerable.
Cava y Musitu (2000, p. 99), señalan que el término autoconcepto remite a las
autodescripciones abstractas. Estas pueden además diferenciarse de la
autoestima, ya que no implican necesariamente juicios de valor. Sin embargo, el
término autoestima, como mencionamos anteriormente, sí incluye necesariamente
una valoración y expresa el concepto que uno tiene de sí mismo según
consideraciones valorativas.
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Por consiguiente, podemos decir que el sujeto se valora según unas cualidades,
ya sean consideradas como positivas o negativas, que provienen de su
experiencia. Así el concepto de autoestima se podría presentar como la conclusión
final del proceso de la autoevaluación y puede ser definida como la satisfacción
personal del individuo consigo mismo, la eficacia de su propio funcionamiento y
una actitud evaluativa de aprobación. Por consiguiente el autoconcepto se refiere
a como se define uno como persona y qué tanto se quiere o valora uno mismo.
Ante cualquier evento, el individuo ejerce una reacción o respuesta, las cuales van
a depender de quién es, cómo piensa, como reacciona y como se siente. La
autoestima es clave en cualquier decisión que el individuo toma a lo largo de toda
su vida y va de la mano con juicios y prejuicios, establecidos por la persona, o
aprendidos en su grupo familiar o social, que se van adjuntando a sus saberes
previos, gracias a la experiencia.
Entonces, si como mencionamos, la autoestima es la capacidad de desarrollar
confianza en el propio individuo y el respeto por sí mismo, se entiende que, por
consecuencia, una autoestima trabajada y reforzada positivamente, conlleva a la
sensación de felicidad y satisfacción en la vida en general. Durante el proceso de
crecimiento, vamos formulando un concepto positivo de nosotros mismos, pero
depende de muchos factores si lo logramos o no, es aquí cuando se aprecia la
importancia de trabajar la autoestima a través de la influencia del docente, ya que
éste es un sujeto clave para lograr que ese concepto positivo del individuo se vaya
formando y fortaleciendo a través de los años, porque que es muy difícil que el
individuo por sí solo sea capaz de desarrollar su propia autoestima positiva, sin el
aporte del medio que se compone por las personas que lo rodean.
Por lo tanto, la autoestima tiene gran importancia para la estabilidad emocional, la
felicidad y la interacción social. Dicha interacción tiene relación directa con todo lo
que sucede en el aula. Cuando un niño tiene un autoconcepto positivo, tiene
confianza en sus capacidades para alcanzar sus metas y también tiene confianza
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en las relaciones con los compañeros con los que convive e interactuar
favorablemente en trabajo de equipo.
La autoestima entonces, es un aspecto primordial para llevar una vida plena, ya
sea escolar o de cualquier otra índole. El modo como nos sentimos con respecto a
nosotros mismo afecta e influye en forma decisiva en todos los aspectos de
nuestra experiencia, impactando así en el ámbito escolar, laboral, personal, social
y emocional. Como pedagoga y docente, enfocada en el ámbito escolar, debo
recalcar la importancia de este concepto y de quienes influyen en la manera en
que se conforma, en especial los profesores, los padres del alumno, su familia y
compañeros.
“Sólo te estimarás cuando te conoces y aprecias lo que eres. Conocer tus valores, apreciarlos y
respetarlos es importantes para tener un alta autoestima”
Jacobson, 2002
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1.3 ¿Cómo se desarrolla la autoestima?
El niño atraviesa por distintas etapas dependiendo del rango de edad en la que se
ubica. Al nacer se encuentra en un entorno cargado de tradiciones familiares, de
creencias, valores, costumbres y estímulos que lo ponen en contacto con el
mundo exterior, es decir, crece en un contexto social ya determinado el cual
influye plenamente al formar su propia identidad.
Los primeros intercambios de afecto que recibe el recién nacido son de la madre,
a partir de ellos empezará a desarrollar el conocimiento y estima de sí mismo,
como plantea L ́Ecuyer , "Al tiempo que la imagen corporal se va estructurando,
otras imágenes más interiores" también se van conformando (James 1980, p. 28)
La caracterización propia sufre cambios dependiendo de la edad. El recién nacido
carece de conciencia de sí mismo, porque no cuenta con experiencias personales
previas que le permitan distinguirse del medio que le rodea, por lo tanto, podemos
decir que es un proceso complejo en donde intervienen factores como la
pertenencia a un grupo y la interpretación de experiencias personales y sociales.
Los padres juegan un papel realmente importante en esta etapa ya que orientan,
guían y ayudan al niño a que explore, aprenda, pruebe y experimente para que le
sea posible construir un sentimiento de confianza. Posteriormente, comienza a
darle significado a sus ideas por medio del lenguaje, que le permite establecer y
estrechar relación con los demás.
Este trabajo se enfoca a niños que cursan la primaria, es decir que se encuentran
en un rango de edad entre los 6 y los 12 años, etapa en donde comienza una fase
de afirmación, de diferenciación respecto a los otros y la formación de una
conciencia más clara de sí mismo, es decir que la autoconciencia empieza a
aparecer. El desarrollo de la autoconciencia inicia cuando el niño empieza a sentir
la emoción de la vergüenza, la culpa y el orgullo. Los niños por lo general tienen
una autoestima muy alta, ya que piensan en ellos como si todo lo que hicieran
estuviera bien hecho, como también tienen una concepción distorsionada de la
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realidad, propiciada muchas veces a causa de las adulaciones parentales y de
otros adultos pero básicamente es por su falta de autocrítica (o falta de
autoconsciencia). Esta percepción va disminuyendo a medida de que el niño se va
haciendo mayor y hay una mayor interacción social y por lo tanto, mayor
retroalimentación. (Goleman, 1992 )
Dentro de esta etapa el niño todavía tiene una fuerte dependencia hacia sus
padres, ellos deben de satisfacer sus necesidades físicas y emocionales, así como
crear un entorno en el que se sienta protegido y seguro. Los contactos corporales,
la aparición del lenguaje y las conductas imitativas que realiza el niño, le permiten
desarrollar su conocimiento de sí mismo y con ello su autoestima.
Durante esta etapa, su círculo de relaciones se amplía más cada ciclo escolar y
empieza a reconocer sus capacidades y habilidades para después valorarlas. Las
opiniones y la forma como lo perciben los familiares, maestros, e inclusive otros
compañeros se convierten en un marco de referencia importante en la vida del
niño y contribuyen a su autoestima.
El pequeño pasa entonces del contexto familiar al escolar donde aumenta sus
expectativas y experiencias al relacionarse con sus amigos, compañeros y
maestros quienes le proporcionan nuevos elementos de juicio, evaluaciones y
actitudes hacia su propia persona con los otros, ya que está expuesto a ser
aceptado o rechazado y puede que su autoestima salga afectada. Por ello el
rechazo se convierte en uno de los principales temores en esta etapa de la vida
del individuo.
Una vez que el niño comienza a ir a la escuela, vive experiencias nuevas en su
vida, las cuales se irán sumando al concepto del YO. En este contexto, el
monosílabo “yo” refiere al concepto de sujeto que toma conciencia de ser él, el
mismo que existe y que realiza la acción de conocerse. En esta etapa, se
perfeccionan sus capacidades mentales y perceptivas, y claramente comienza a
reaccionar ante comentarios ya sea negativos o positivos de otras personas.
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Poco a poco, el ser humano va almacenando sentimientos y experiencias, que dan
como resultado una valoración positiva o negativa de sí mismo.(Rosimini, A. p.
107)
Está comprobado que, a medida que el niño crece, se alimenta de la capacidad
de realización, cada que logra realizar una tarea escolar con éxito, alguna labor en
casa de manera adecuada, sacar buenas calificaciones, aprobar exámenes,
participar positivamente en clase, aportar en ella, integrarse a dinámicas con sus
compañeros, participando de manea oral en el aula sintiéndose cómodo y
seguro… lo manifiesta positivamente. Es posible como docentes observar la forma
de expresarse, de sonreír y de estar satisfecho consigo mismo.
El alimento de la autoestima va cambiando conforme a la edad del niño, por lo
tanto, dicho alimento lo ayuda a enfrentar retos en el futuro y de todos estos
momentos los docentes deben de estar conscientes para evitar que pasen
desapercibidos y darles la importancia necesaria para el refuerzo emocional del
niño. Para ello es indispensable que el maestro fomente el desarrollo de valores,
pues ellos tienen una estrecha relación con la autoestima.
Los valores son la esencia y creencias que nos hacen dirigirnos, relacionarnos,
elegir unas opciones en lugar de otras, o tener cierto comportamiento determinado.
Nos dirigen por la vida y son reflejo de nuestros propios pensamientos,
sentimientos y acciones. Los valores son los pilares de los ideales y objetivos, por
ello se debe aprovechar la gran sensibilidad emocional del niño de esta edad para
estructurar las actividades de forma que dejen siempre en él una vivencia afectiva
perdurable y quizá permanente, orientada a los valores
Son muchos los momentos y etapas que se presentan durante el día en un aula.
Nos podemos dar cuenta, por ejemplo, a la hora de pedir participaciones, o un
informe oral de cómo se sintieron al realizar su tarea en casa, al evaluarlos o
invitarlos a la autoevaluación, entre otros. Todos estos momentos están cargados
de emociones ya sean negativas o positivas, con lenguajes implícitos y explícitos
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de los propios niños, que no pueden disimular. Ellos mismos se expresan sobre el
nivel de dominio que tienen de un tema o interés del mismo y lo acompañan de
emociones, o al contrario, sobre el poco dominio que tienen y con pocas palabras
o gestos, expresan su incomodidad y miedo para no terminar siendo juzgados por
los demás.
La autoestima puede disminuir o aumentar, debido a múltiples sucesos o factores
que se vayan presentando a lo largo de la vida relacionados con la familia, la
escuela, la sociedad, y todos tendrán impacto dependiendo de la sensibilidad del
sujeto. Existen personas extremadamente sensibles cuya autoestima puede bajar
debido a un gesto desagradable, una descalificación, un menosprecio, una frase
que consideran hiriente, un desaire, un pequeño incidente familiar como es muy
común hoy en día o una crítica hacia su persona o sus acciones.
Los fracasos, las experiencias negativas y el miedo pueden bajar la autoestima,
mientras que los éxitos, las buenas relaciones y el amor pueden aumentarla.
Como actores principales, influyen los padres de familia, hermanos, sus
profesores y compañeros de escuela o de actividades recreativas y extraescolares.
Por ello es pertinente mencionar que: "…desde el ángulo pedagógico, la familia es
el primer y principal agente educativo en donde se ejercen las primeras influencias
educadoras informales y continuas. Los lazos afectivos entre las personas que
conforman el grupo familiar son característicos de esta institución y la
singularización de algún modo, a través de la historia." (García Hoz, Victor 1994 p.
129).
Rosa Serrate (2008) señala que el niño actúa para tener una mayor satisfacción y
creerse mejor, para confirmar la imagen que los demás y él mismo tienen de él y
para ser coherente con esa imagen, por mucho que cambien las circunstancias,
mismas que vemos día a día en el aula.
Es cierto que el ambiente escolar es diferente al de casa en muchos aspectos; sin
embargo, estas consideraciones son también válidas en la relación de los
docentes con sus alumnos. “El niño utiliza la expresión y la adapta para decir
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aquello que le pasa o siente, puede ser un grito, llanto, sus ideas, sus juegos, los
movimientos de su cuerpo, sus trazos en el papel, símbolos diversos que están en
el lugar de aquello que el niño no puede decir de otro modo” (Greenfield, 1999, p.
173).
Según su naturaleza, cada niño, al convivir con otras personas, va interiorizando
su propia imagen, estructurando su inconsciente, conociendo sus aptitudes y
limitaciones, gustos y deseos, reconociéndose como diferente de los otros y al
mismo tiempo, como parte de un grupo. La formación de la autoestima es un
proceso que comienza en los primeros años de vida, y durante el transcurso de
ésta, se va desarrollando e incluso cambiando.
Es muy importante para el desarrollo de los menores y para su autoestima que en
su familia predomine un estilo educativo respetuoso, en el que además de
proporcionar a los niños mucho cariño y atención a sus necesidades, se
establezcan límites y normas para controlar y regular su conducta.
Cuando la familia no establece la diferencia entre la identidad global del menor, es
decir, su forma de ser, y su comportamiento ante una situación concreta, la
autoestima se ve afectada. Cabe mencionar, que la identidad, según UNICEF, es
la prueba de la existencia de una persona como parte de una sociedad, como
individuo que forma parte de un todo; es lo que la caracteriza y la diferencia de las
demás. Es por eso, que cuando los niños escuchan frases como "eres igual a...",
estamos dejando una fuerte carga sobre ellos al compararlos e incluso igualarlos
con otros individuos. (https://www.unicef.org/mexico)
Tomemos en cuenta que esto puede ser negativo o positivo, dependiendo de la
persona con la que se esté igualando. Victor García Hoz (1994), nos hace ver que
la familia ha sufrido modificaciones, y algunas muy serias; pero la propia condición
de la institución familiar permanece en esencia, aun adoptando distintas formas de
realización.
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La autoestima de los niños se ve afectada dependiendo de la frecuencia y grado
de castigos ya que estos los relacionan automáticamente con ira o agresividad. Si
un menor es castigado continuamente, su autoestima se verá dañada. Es mucho
más apropiado reforzar las conductas adecuadas e ignorar, en la medida de lo
posible, las que no lo sean.
"Nada construye tanto la autoestima y el autoconcepto como los logros"
Thomas Carlyle.
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1.4 Autoestima alta y baja
Tener autoestima alta significa tener un buen auto concepto y la aceptación propia.
En este caso la persona siente que tiene valor, que el mundo es un lugar mejor
porque ella está ahí, tiene fe en su competencia, no le crea conflicto alguno el
solicitar la ayuda de los demás y sabe que ella misma es su mejor recurso, en este
caso se viven valores como la integridad, honestidad, responsabilidad,
comprensión y amor que fluyen fácilmente de la persona.
A partir de lo tomado de varias lecturas señalo continuación algunas de las
características que se pueden observar en un alumno con autoestima alta son:
• Tiene sentido del humor
• No oculta sus sentimientos
• Se siente apreciado por los demás
• Se acepta a sí mismo
• Está conforme con lo que es
• Entiende que hay límites y los respeta
• Acepta logros y fracasos
• Puede reconocer cuando se ha equivocado
• Acepta el ser corregido
• Se siente en paz con sus pensamientos y acciones
• No le teme a los cambios
• Acepta a los demás como son
• Recibe la ayuda de terceros
• Toma riesgos
• Asume responsabilidades y consecuencias
• Tolera la frustración
• Se siente capaz de influir en otras personas
• Acepta la retroalimentación
• Trabaja en equipo
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• Se integra a distintos círculos sociales
• Propone ideas
• Muestra interés particular por ciertos temas
• Se motiva con estímulos externos e internos del aula
El niño con autoestima alta o positiva es probable que lleve una vida íntegra,
honesta y responsable, ya que siente que es importante y cuenta con la confianza
en sus propias competencias y capacidades, elevando el grado de firmeza en sus
decisiones. Al ser un individuo que aprecia su propio valor, por ende respeta el
valor de los demás y se acepta tal cual como es, incluyendo sus fortalezas y
debilidades.
Podemos hablar de igual forma de la autoestima alta en el docente, pues ella le
posibilita mayor seguridad, confianza a la hora de conducir el proceso de
enseñanza aprendizaje, le permite tener una valoración propia de sus
posibilidades de actuar en un momento dado a partir de sus conocimientos, tener
motivación para su labor diaria con sus alumnos. Le otorga más valor a lo que
sabe y a lo que puede ofrecer en sus clases, se propone nuevas metas, es más
creativo e inspira confianza y seguridad a los alumnos, lo cual le permite
desarrollar con éxito su labor.
En lo personal, considero que la manera en cómo el maestro percibe sus
funciones y sus alumnos, es crítica para el éxito de la educación.
Por otra parte, tener baja autoestima significa tener una pobre opinión sobre sí
mismo, generalmente quienes la tienen son personas temerosas inseguras y
desconfiadas, que no se arriesgan a buscar nuevas soluciones para los problemas,
asumiendo en cambio un comportamiento autodestructivo y en ocasiones
destructivo.
A partir de lo consultado en distintos textos y a continuación lo que he podido
observar en mi propia experiencia, a continuación se muestran distintas
características de un niño con autoestima baja:
24
• -Es indeciso
• -Parece estar a la defensiva
• -Subestima sus cualidades y talentos
• -Prefiere pasar inadvertido en clase
• -Tiene dificultades para tomar decisiones
• -Muestra un notable miedo a equivocarse
• -Será fácilmente influenciable
• Piensa que no puede, que no sabe nada, que no va a conseguir sus
objetivos
• No valora sus talentos ni sus posibilidades
• Considera que sus talentos son pequeños, pero los de los otros grandes
• Tiene miedo a lo nuevo
• Evita tomar riesgos
• Puede caer en el nerviosismo y ansiedad
• Es muy pasivo
• Evita tomar la iniciativa.
• Es aislado, tímido y casi no tiene amigos o muy pocos
• No le gusta compartir sus sentimientos con otras personas
• Teme hablar en público
• No está satisfecho consigo mismo, ya que piensa que no hace nada bien.
• Maneja muchos sentimientos de culpa cuando algo sale mal
• Se alegra ante los errores de otros porque así se siente mejor
• Pueden tener deficiencia en su higiene personal
• Está predispuesto al fracaso
• Constantemente busca líderes para hacer las cosas
• Se considera una persona poco interesante
• Cree que causa mala impresión en los demás
• No se considera elemento necesario dentro de su grupo
• Es pesimista
• No se presta al debate
25
• Es fácil de satisfacer ya que no muestra interés
• En ocasiones reacciona negativamente ante situaciones que le causan
ansiedad
• Trabaja a un ritmo desacelerado
Algunas de las principales causas que bajan la autoestima pueden ser: el miedo,
la tensión, los fracasos, las enfermedades, la angustia, la ansiedad, las neurosis
de gente que rodea al individuo con autoestima baja, discapacidades físicas o
mentales, el incumplimiento de las metas, las críticas, el maltrato, físico o
psicológico, entre otras.
Es muy importante destacar que la autoestima puede modificarse o elevarse en
los alumnos y los docentes tenemos las herramientas para lograrlo. “El individuo al
apreciar debidamente su propio valor, está dispuesto a respetar el valor de los
demás, logrando mejores oportunidades para crecer y madurar como personas,
con un valor propio, esto se aprende fundamentalmente en el seno familiar,
dependiendo de los estímulos que se reciban para formar una autoestima alta o
baja.” (Rodríguez, 1988, p. 34)
“Espero que un día se invierta el gasto de un cohete a la investigación
de una comprensión más adecuada de las relaciones humanas”
Carl R. Rogers, 1968
26
Capítulo 2 LA AUTOESTIMA Y SU IMPACTO EN LA EDUCACIÓN
2.1 UNICEF y la educación Como se ha mencionado la autoestima impacta en diversos ámbitos, uno muy
importante es la educación considerando algunos aspectos sobre este tema, la
UNICEF indica en artículos publicados por dicha institución que: El derecho de los
niños, niñas y adolescentes a una educación de calidad es un aspecto
fundamental para el desarrollo de cada país. Se puede destacar que en México,
se han alcanzado importantes logros en las últimas décadas. La cobertura en
educación primaria en México ha llegado a ser casi universal, lo que representa un
indudable logro de la política pública nacional en los últimos años.
UNICEF apoya a las instituciones gubernamentales y de la sociedad civil para
crear condiciones que permitan asegurar una educación incluyente y de calidad
para todos los niños, niñas y adolescentes, especialmente para los más
vulnerables y/o excluidos. En este sentido, UNICEF centra sus esfuerzos en la
inclusión educativa; la participación de adolescentes y jóvenes en la educación; el
fortalecimiento de la educación intercultural y bilingüe para la niñez y da
seguimiento a las escuelas en convenio con esta organización a través de
campañas específicas, estas acciones han sido palpables para mi en mi
experiencia laboral corroborando el respaldo que la UNICEF otorga a las
instituciones educativas afiliadas a la misma.
Dicha institución ha creado distintos programas que sirven como herramientas
pedagógicas para el docente con el fin de transformar y mejorar la educación
infantil. El desarrollo de la infancia entre los 0 y los 11 años de edad es decisivo
para consolidar las capacidades físicas e intelectuales, para la socialización con
las demás personas y para formar la identidad y la autoestima de los individuos.
27
La familia, la comunidad y la escuela son esenciales en esta etapa de crecimiento
acelerado que requiere las condiciones adecuadas para lograr un mejor desarrollo
para el aprendizaje, el juego y el descubrimiento, así como para estimular la
motricidad y la creatividad. Esta etapa es fundamental también para aprender
normas sociales y adquirir valores como la solidaridad y el sentido de justicia.
Las organizaciones mundiales a favor de los derechos del niño señalan que lo que
ocurre con los niños y niñas en los primeros años de vida tiene una importancia
fundamental tanto para su bienestar inmediato como para su futuro. Si en los
primeros años de vida un niño recibe el mejor comienzo, probablemente crecerá
sano, desarrollará capacidades verbales y de aprendizaje, asistirá a la escuela y
llevará una vida productiva y gratificante. Sin embargo, a millones de niños y niñas
alrededor del mundo se les niega el derecho a desarrollar su potencial.
Es necesario que cada niño y niña reciba el mejor comienzo en la vida, pues su
futuro y, en realidad, el futuro de sus comunidades, de las naciones y del mundo
entero, dependen de ello.
El reto de lograr una educación inclusiva y de calidad según UNICEF, implica
aquellos factores que tienen que ver con la creación de un clima de tolerancia y
respeto en el ámbito escolar; señalando la importancia del combate a todo tipo de
discriminación, el establecimiento de canales de participación de profesores y
padres de familia, sobre todo para los adolescentes, así como de mecanismos
efectivos de participación de los niños, niñas y adolescentes en las cuestiones
escolares que les afectan. Este reto se relaciona directamente con la construcción
de una articulación más fluida entre todos los actores de la comunidad educativa,
particularmente acercando a los padres de familia a la escuela en un necesario
proceso de fortalecimiento democrático de la educación. (Manzoor, Ahmed, 1993
p. 58)
28
2.2 La SEP y su inclusión en el respeto y autoestima en el aula
La Secretaría de Educación Pública destacó en el 2005 que el aula es un espacio
para aprender a no discriminar, dio inicio a la distribución a escuelas primarias de
todo el país de la colección de cuentos “Kipatla para tratarnos igual” del Consejo
Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), cuyo objetivo es combatir la
desigualdad y violencia escolar en los salones de clase.
La violencia escolar puede ser definida como cualquier situación en donde se
afecta o viola la integridad emocional, física, social o psicológica de algún
individuo dentro del ámbito escolar, ya sea por parte de los compañeros de su
clase o de otros salones, por parte de docentes o de cualquier otro actor
involucrado en la institución educativa.
Es mediante la enseñanza de nuevas actitudes, la utilización del diálogo, el
desarrollo de valores como la tolerancia y la aceptación de las diversidades, que
se puede enseñar a los menores a no utilizar la agresión, sino el diálogo, como
método de convivencia y si es necesario de defensa.
En el Proyecto a Favor de la Convivencia Escolar publicado en el 2013 (P. 11) y
distribuido a alumnos y profesores de primaria, la SEP describe que la autoestima
es la valoración, generalmente positiva, que tenemos de nosotros mismos, y nos
da la capacidad que tenemos de conocer y valorar las características propias que
nos hacen personas únicas y valiosas. Señala que cuando nos aceptamos,
queremos y cuidamos, se fortalece la autoestima, la cual se construye a lo largo
de la vida mediante relaciones de convivencia con familia, compañeros, profesores,
amigos y demás personas que nos rodean.
Además de eso, la SEP ha lanzado distintos programas para apoyar la exclusión
del acoso en las instituciones educativas, como el Acuerdo 46 Presidencial de la
Política Nacional para una Escuela Libre de Acoso y el 29 Secretarial del Plan
Nacional para una Escuela Libre de Acoso, además la Secretaría de Educación
29
Pública, a través de la Subsecretaría de Educación Básica presentó el Proyecto a
Favor de la Convivencia Escolar (PACE).
El PACE señala que se sustenta en el marco normativo y en los principios
pedagógicos para favorecer la convivencia inclusiva, democrática y pacífica, a
partir de diversas acciones, una de las cuales es elaborar materiales que
contribuyan al trabajo académico de maestros y alumnos en el aula, todo esto con
apoyo de guías, libros, cuadernillos de autoevaluación y trabajo en clase y
distintos materiales distribuidos a lo largo del país.
Con esa finalidad se ha proporcionado a los maestros una Guía del facilitador para
que tengan conocimiento y manejo del material del alumno, además de compartir
estadísticas o situaciones cotidianas, de acuerdo con su contexto particular, que
posibiliten el logro de los objetivos.
Por su parte, los alumnos de escuelas dependientes de la SEP, reciben material
para lectura como el libro de Formación Cívica y Ética desde primero de primaria
hasta sexto el cual les permite, por medio de distintos textos, imágenes, frases,
leyendas, apartados y ejercicios recapacitar y valorar las condiciones necesarias
para mejorar la convivencia escolar, algunos enfocados en la autoestima, manejo
de las emociones, convivencia, reglas, manejo de conflictos y la participación
integral de la familia, con cuadernillos didácticos que van resolviendo
individualmente o en equipo y que deben de ser orientados y evaluados
permanente por el docente.
Todos los programas y recursos mencionados, al ir orientados hacia la
conformación de un mejor ambiente escolar pueden tener, si se aplican bien, un
impacto significativo en la autoestima de los estudiantes. En el aula, se debe evitar
emplear expresiones como “eres malo”, “lo haces mal”… pues el menor comienza
a creérselo. Por lo tanto, si un individuo se considera “malo” o “incapaz”, creerá
que ya no puede cambiar, o le será muy difícil hacerlo en un futuro, como se
30
había mencinado anteriormente, rechazará cualquier cambio de su autoconcepto.
Sin embargo, si decimos "hoy no te comportaste adecuadamente cuando…,
pordías mejorar en …,tu conducta podría ser distinta..." y damos detalles sobre la
situación específica, el menor sabrá qué es lo que debe de modificar y podrá
aplicar dicho cambio en otras ocasiones, sin que se dañe su autoestima.
En la realidad del día a día, lo que dicen a los niños durante el día, puede ser
insignificante para los docentes, ya sea por la carga de trabajo, o por lo rutinario
de su labor, sin embargo cuando un niño escucha repetidamente frases como :
• eres un irresponsable
• como siempre....
• eres un impuntual
• eres flojo
• nunca pones atención
• ¿para qué te explico?
• ¿para qué reviso tu trabajo?
• nunca traes tu material completo
• no acuses a tus compañeros
• vean como "x" no trabaja bien
• vean como "x" no entiende lo que explico
• ¿no te da pena.....?
• no tienes remedio
• ¿para que me esfuerzo?
• ¿para que pierdes tu tiempo?
• de continuar así nadie va a querer trabajar contigo
• otra vez no cumpliste con …
• ya ni lo intentes
• como siempre…
31
El desempeño escolar y social se ven afectados al utilizar palabras
generalizadoras como "nunca" y "siempre" y pueden ser sumamente negativos
para el alumno.
También afecta la frecuencia de castigos dentro del aula, ya que estos están
asociados con ira o agresividad. Si un menor es castigado continuamente por su
familia, o su maestro; y si quien lo hace se muestra enfadado, le grita, o atenta
contra él o el medio que le rodea, su autoestima se verá visiblemente dañada. Los
castigos deben ser algo excepcional, reservados para conductas que pongan en
riesgo al menor o a otros y cuando no haya otra alternativa y siempre de acuerdo
con su edad y respetando su integridad como seres humanos.
La autoestima es influida, además, por factores que dependen de cada persona,
como por ejemplo, el autoconcepto; si este es pobre, la autoestima será negativa.
Los pensamientos negativos, influyen en las emociones y en el comportamiento de
una persona en una situación concreta, afectando a la autoestima.
Algunos ejemplos de pensamientos negativos son:
• Si le pregunto una duda a la profesora, los demás se van a reír de mí
• Si le digo que no, se va a enfadar
• No sirvo para nada
• Aunque hable, nadie me entenderá
• Si lo intento y fracaso, se burlarán de mi
• Siempre me salen mal las cosas
• No sé si lo lograré
• Puse atención pero no entendí
• Nadie querrá realizar trabajo en equipo conmigo
• Me da vergüenza preguntar mis dudas
• Prefiero no participar ni pasar al frente del salón
32
• Prefiero quedarme con mis dudas o confusiones
• Traje el trabajo pero prefiero que no me lo revisen
• Nunca participo adecuadamente
• Siempre salgo mal en mis evaluaciones
• No soy un elemento esencial dentro del grupo ni para el grupo
• Se la respuesta pero prefiero no decirla en voz alta
• No me revisan mis trabajos en casa
Por eso, podemos decir que las experiencias vividas durante la infancia juegan un
papel predominante en el establecimiento de nuestra autoestima, y la calidad de
estas experiencias influye directamente sobre nuestro nivel de autoestima
Durante estos primeros años de vida, los éxitos y tropiezos y como fueron
tratados en cada ocasión como resultado de ellos por los miembros de nuestra
familia inmediata, los maestros, los amigos, compañeros de clase... contribuyeron
a la creación de esa imagen de nosotros mismos que llevamos dentro y, en
consecuencia, a establecer nuestro nivel de autoestima.
El niño con autoestima baja suele encontrar pocas satisfacciones. Los docentes
presenciamos la falta de motivación y el interés que muestra, podemos observar
cómo desarrolla ansiedad y temores, comienza a bajar calificaciones y cae en un
círculo vicioso difícil de superar y encontramos una dificultad para entablar
relaciones estrechas con estos alumnos.
Teniendo esto presente, las personas que tenemos a nuestro cargo el cuidado,
guía y orientación de los niños, podemos hacer la diferencia si estamos
conscientes de las consecuencias que tiene en los niños cada cosa que decimos,
hacemos o pensamos. De esta manera estaremos contribuyendo a crear una
generación de seres humanos con mayor bienestar general en sus vidas a corto y
largo plazo, haremos un impacto directo en ellos mismos e invariablemente en
quienes los rodean.
33
Para contar con mayores recursos es recomendable y pertinente para todos los
docentes, aprovechar el apoyo de los textos de investigaciones, propuestas y todo
el material que aportan la SEP e instituciones de investigación educativa
internacionales, ligadas con las ciencias sociales, las cuales brindan información y
la actualizan de manera constante.
"La tolerancia es la mejor religión."
Víctor Hugo (1802-1885)
34
2.2.1. Desarrollar la autoestima a través de los valores
La familia es la base de cualquier sociedad. En ella residen una gran cantidad de
valores como los más esenciales para el adecuado desarrollo y convivencia
humana. De todos ellos elegí algunos que considero más relevantes, por lo que se
deben inculcar de manera más enfática, porque influyen directamente en el
desarrollo de la autoestima del niño:
1) Pertenencia.
Es importante que cada miembro de la familia sienta que es amado, que
pertenece a un grupo y que es importante. Ser una familia unida, puede significar
que quienes la integran pasan todo su tiempo libre juntos, haciendo actividades
familiares, pero tomemos en cuenta que todas las familias son diferentes y únicas.
La creación de una unidad familiar fuerte es importante, independientemente del
número de miembros o sexo de que la conforman pero cada persona debe permitir
el espacio y la libertad para explorar las actividades que piensa que puede
disfrutar. La realidad de hoy en día no es exactamente lo que la teoría propone
como lo ideal, los distintos roles familiares se han ido modificando. Algunos
estudiantes crecen en un entorno con madres solteras, o padres solteros, padres
divorciados, padres separados, parejas de un mismo sexo, niños al cuidado de
familiares y esto es factor importante para el sentido de pertenencia del alumno es
por esto que Bernal expresa que: El entorno familiar es dinámico y de naturaleza
transaccional, cada miembro de este sistema posee roles que varían en el tiempo
y que dependen de la edad, el sexo y la interacción con otros miembros familiares.
La relación matrimonial es especialmente importante, ya que su estado influirá
directamente sobre el niño. (2005 p. 99).
Las reacciones de los hijos ante este problema pueden variar dependiendo de la
edad, el temperamento y la habilidad de los padres para manejar la situación
adecuadamente, ya que los especialistas indican que el divorcio lo perciben como
la pérdida de la estructura que les proporciona estabilidad y soporte en sus vidas.
35
Además de la pérdida del contacto diario con sus padres, el niño enfrentará otro
tipo de problemas fuera de casa; muchas de sus actividades se verán complicadas
por el horario de visitas, falta de dinero o reestructuración de actividades
escolares, sociales y familiares.
Son notables e innumerables los comentarios de los niños cuando amplían o
concluyen un tema en clase con una anécdota o experiencia que vivieron en
familia y lo relacionan con la clase, en ese momento, los docentes podemos
observar lo palpable del sentido de pertenencia que tiene el alumno en su núcleo
familiar y lo fácil que es para ellos expresar su sentir sobre ese tema.
2) Flexibilidad.
Demasiada estructura y la falta de voluntad para dar un poco, pueden dar lugar
a una gran cantidad de infelicidad y resentimiento. Esto ciertamente no conduce
a la felicidad dentro de la unidad familiar. Considero de gran importancia el
apoyo de la institución educativa en este aspecto y sobre todo de los docentes,
quienes son los que trabajan y tienen el contacto diario y cercano con los
alumnos que presentan o viven situaciones personales y familiares complejas.
Los docentes debemos tener en cuenta que, en ocasiones, el estado de ánimo
de dichos alumnos no es el ideal, como le puede suceder a cualquier ser
humano por factores como las horas de descanso que tienen, la revisión o no de
las tareas por parte de los padres en situaciones de separación o de divorcio, o
inclusive niños cuyos sus tutores son tíos, abuelos o distintas personas, quienes
pueden o no revisar tareas, trabajos, estudiar con ellos para los exámenes, etc.
Si bien el papel del docente no es el ser psicólogo del niño, por el simple hecho
de no tener la formación necesaria para esto, sí es su responsabilidad, manejar
de manera empática estas situaciones y tratar de apoyar al alumno de la mejor
manera posible, no dejando que evada sus responsabilidades, sino canalizando
sus problemas de distintas formas, dándole herramientas varias (diseños
36
pedagógicos) para que el alumno alcance la meta académica y adquiera de una
u otra forma los conocimientos que debe adquirir en ese momento.
Los docentes debemos mostrar la flexibilidad necesaria, en casos de alumnos
con problemas de salud, económicos o familiares, cuando el rendimiento escolar
se ve afectado. Se deben buscar maneras de que a pesar de los percances
personales del niño, se pueda cumplir con el objetivo académico del ciclo
escolar.
En este tema entran también los aspectos de salud del niño, es decir que
cuando pasan por un lapso de ausencias y se retrasan en apuntes, ejercicios,
tareas y evaluaciones, los docentes debemos diseñar un plan conjunto con los
padres de familia, a fin de que los alumnos se vean lo menos afectados posible.
3) Respeto.
Lo considero uno de los valores más importantes. Implica tener sentimientos,
pensamientos, necesidades y preferencias a la hora de tomar decisiones.
Desarrollar la empatía. También significa reconocer y valorar de la misma
manera los pensamientos de todos, sus sentimientos y contribuciones, como un
todo.
El respeto de los estudiantes debe ser ganado pero debemos tomar en cuenta
que hay una línea muy fina entre el mismo y el miedo. Sabemos que ser docente
implica mucho más que transmitir conceptos y conocimiento, también se tiene la
responsabilidad de inculcar a los estudiantes una conducta limitada por reglas,
dentro de un ambiente positivo en el aula, con esto los alumnos sabrán qué
esperar y exigir para que nadie los haga sentir incómodos en ninguna situación.
El docente debe contar con las herramientas para reemplazar las faltas de respeto,
cuando ciertos alumnos están encasillados en comportamientos negativos, que
por lo general son repetitivos y no aislados, tales como usar lenguaje no apropiado,
no tener modales o simplemente por no estar orientados a actuar de una forma
diferente. El docente debe enfocarse en estos puntos rojos y enseñar las
37
habilidades necesarias para desactivar estas conductas, reemplazar el
comportamiento negativo con frases positivas que permitan al alumno reflexionar
sobre sus acciones y consecuencias, o dinámicas que permitan que los alumnos
se acostumbren a los pensamientos y acciones respetuosas.
No se puede exigir respeto a los alumnos si ellos observan que los adultos de su
entorno no se hablan o tratan con respeto. Saber exigir respeto es un aspecto de
igual importancia para inculcar en los niños. Cuando un docente dice frases como
"te pido que me hables de una forma apropiada", "te pido que no invadas mi
espacio", "te pido que no tomes mis cosas sin permiso", el niño asumirá que él
puede exigir lo mismo de los demás, empezando por los docentes.
Inculcar, exigir y reforzar el respeto es una tarea interminable, es una labor de
todos los días a cualquier hora, pues si como docentes estamos acostumbrados a
un ambiente de respeto, fácilmente lo transmitiremos y lo promoveremos en
nuestras aulas.
4) Honestidad. No considero que ninguna relación de cualquier tipo pueda ser fructífera sin éste
valor, el cual se logra practicando la comprensión y el respeto. El alumno es un
individuo que observa constantemente su entorno y a los personajes que le
rodean. Dicho alumno observa la manera de evaluar del docente, y esta
situación sirve como ejemplo para transmitir el valor de la honestidad a los
alumnos, quienes deben saber que ante cualquier acto de deshonestidad por
parte de alguien, siempre se deben tener consecuencias.
Los estudiantes necesitan sentir que pueden tener éxito en el aula sin hacer
trampa, por ejemplo, cuando un docente se da cuenta de que un alumno está
copiando a otro en un examen, o ha sacado los apuntes para rectificar las
respuestas, el alumno debe de tener en claro que no hay tolerancia para esta
situación y no se permitirá que se repita en un futuro. Siempre se deben dejar en
claro las reglas para este tipo de situaciones. Considero que los estudiantes
38
pueden estar más propensos a ser honestos si ven que sus profesores son
honestos, justos y dignos de ganarse su confianza.
La honestidad en el aula la podemos observar mientras los alumnos contestan
exámenes, mientras participan, a la hora de evaluar tareas, al no tomar lo que
no es suyo, pues si sufren robos frecuentes de sus pertenencias, ello impacta en
la forma como se sienten. Es importante transmitirles que estamos alertas
siempre esperando honestidad por parte de ellos.
5) Generosidad.
Dar sin pensar es un valor importante para cualquiera que aspire a ser un
miembro responsable, que contribuya a la sociedad. A través de la generosidad
construimos empatía ya que tendemos a pensar más en lo que la gente quiere o
necesita. Ser generoso no significa simplemente entregar dinero a alguien que lo
necesite. También puede incluir la administración de su tiempo, el amor, la
atención o incluso algunas de sus pertenencias.
Al niño, en la primaria baja, hay que educarle la virtud de la generosidad, y la
mejor forma de hacerlo es con el ejemplo de padres y docentes, el docente puede
animar a ser dadivoso con los demás, compartiendo material escolar, e inclusive
conocimientos, ceder material didáctico etc.
El docente puede diseñar distintas actividades pedagógicas basadas en recursos
como conversaciones, cuentos, dramatizaciones, láminas, canciones... mediante
las cuales se refuercen los objetivos propuestos, también anécdotas, las cuales
personalmente considero de gran utilidad, ya que los niños sienten gran empatía
por su docente y se interesan aún más en escuchar y reflexionar sobre lo que
están escuchando.
Considero de gran utilidad aprovechar situaciones que se presenten durante el día
escolar para hacer notar acciones positivas en los demás, y de esta forma los
estudiantes conocerán de forma palpable y en vivo, lo que significa ser generoso;
39
es decir, si vemos que un alumno está compartiendo, reforzarlo con una frase
positiva que todos puedan escuchar, para dar énfasis a su acción generosa y
contribuir a elevar el autoconcepto. Podemos y debemos aprovechar la confianza
que depositan los alumnos en nosotros para sacarle provecho a este tipo de
dinámicas.
6) Socialización
Distintos estudios señalan que la comunicación es tanto un arte como una ciencia
y es un factor primordial para beneficiar la socialización. La falta de comunicación
probablemente conduciría a la infelicidad y malentendidos, haría que los pequeños
problemas se convierten en más grandes y que cuando finalmente salgan a la
superficie es poco probable que se resuelvan con tranquilidad.
Además de las palabras habladas, la comunicación se extiende también a los
lenguajes no verbales como el tono, volumen, expresión, escucha, el contacto
visual, el lenguaje corporal… En la vida escolar del alumno y el aprendizaje
escolar, la comunicación es la base de todo, con actos tan simples como decir
"por favor" y "gracias" sonreír, y una lista de frases y acciones tolerantes, que
sustituyan a los gritos, descalificaciones o regaños. Se relaciona con saber
comportarse respetuosamente y puede promoverse proponiendo a los
estudiantes utilizar al menos tres expresiones positivas cada día en la clase y en
su casa.
Dentro de la comunicación existe el concepto de la "asertividad", lo cual es
expresar pensamientos y sentimientos de forma honesta, directa y correcta.
Implica respetar los pensamientos y creencias de otras personas, a la vez que se
defienden los propios. Se dice fácil pero es realmente complejo aplicarlo inclusive
como adultos, con todas las personas que nos rodean.
Yo diría que este es uno de los valores más importantes en que tienen que
trabajar las familias. Cuando las personas sienten que pueden hablar
40
abiertamente sobre cualquier cosa esperanzas, sueños, miedos, aciertos y
fracasos, sin ser juzgadas por ello, es alentador y fortalece el vínculo familiar y la
autovaloración..
7) Responsabilidad
La responsabilidad definitivamente es algo que se aprende. El niño va
aprendiendo a través del ejemplo, aquí el papel de los padres y de los
profesores es vital. Este sentido de responsabilidad se extiende hasta bien
entrada de la edad adulta. Factores tan simples como la puntualidad, pues el
alumno observa lo que hace su profesor, si llega o no a la hora indicada, si es
faltista, si prepara con tiempo las clases, si revisa y evalúa puntualmente lo que
pide a los alumnos. Los alumnos tienden a repetir las conductas que observan.
El ambiente que el docente fomente en el aula, la forma en que habla con los
demás adultos y con los niños, es la forma que el alumno considerará correcta.
Como docente, se tiene una gran responsabilidad en distintos aspectos y es
importante tenerlos en cuenta ya que siempre se es observado por uno o varios
individuos.
Se puede observar también, en oposición a lo anterior, cómo el alumno va
adquiriendo conductas irresponsables gracias a la sobreprotección de sus
padres o tutores, al permitirles faltar al respeto a sus compañeros, faltar a clases
sin justificación, no entregar tareas o pedir prórrogas constantes para estas y al
hacerlo minimizar la autoridad del docente ante el alumno. Este tipo de
situaciones cada vez son más recurrentes y son una lucha constante entre
padres de familia y docentes, en donde los directivos terminan siendo los
mediadores en dichas situaciones, las cuales tienen como común denominador
faltas de respeto, ya sea hacia terceros, hacia la labor del docente o hacia la
clase misma.
Estas consideraciones son válidas también, en la relación de los maestros con sus
alumnos.
41
Según su naturaleza, cada niño al convivir con otras personas, va interiorizando su
propia imagen, estructurando su inconsciente, conociendo sus aptitudes y
limitaciones, gustos y deseos, reconociéndose como diferente de los otros y al
mismo tiempo, como parte de un grupo.
Los valores o antivalores que determinen cómo se dan las relaciones en su
contexto, entre su familia, en el aula, en la escuela y la interacción de estas son
importantes componentes en la formación del carácter del niño y la manera como
se ve a sí mismo.
"Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el
bello y maravilloso mundo del saber."
Albert Einstein (1879-1955)
42
2.3 La autoestima y su influencia en el rendimiento escolar
En nuestra sociedad, se considera al profesor como un catalizador y facilitador,
que tiene una gran influencia sobre el ambiente dentro de su aula. Carl Rogers,
una de las personas que más ha analizado el concepto de aprendizaje menciona
que el alumno desarrollará su aprendizaje, cuando llegue a ser significativo y que
éste será mejor si se promueve como participativo, donde el alumno decida,
mueva sus propios recursos y se responsabilice de lo que va a aprender,
orientado o guiado por el profesor.
También sugiere Rogers que es importante promover un ambiente de respeto,
comprensión y apoyo para los alumnos, y que el profesor no utilice instructivos
estereotipados o protocolos rutinarios sino que actúe de manera innovadora y
flexible y así sea él mismo, que sea auténtico, (vid. Rogers, 1989, p, 134) plantea
que de esta forma se producirá un cambio en el desarrollo personal del individuo,
quien reorganizará su personalidad tanto en el nivel consciente como en los
estratos más profundos; de esta manera se hallará en condiciones de encarar la
vida de un modo más inteligente, sociable y satisfactorio cuando el profesor lleva a
cabo las condiciones que menciona el autor y es quien dice:
En primer lugar se encuentra el ser real evidente del facilitador, su voluntad de ser
persona y sus sentimientos y pensamientos momentáneos de ser y vivir” pues
descubre que solo mostrándose tal cual es, puede lograr que la otra persona
busque exitosamente su propia autenticidad” (Rogers, 1992 p. 41)
Por ello, el profesor debe tener en cuenta los siguientes aspectos:
a) El alumno es capaz de responsabilizarse y de controlarse en su
aprendizaje.
b) El entorno educativo debe crear las condiciones favorables para facilitar
y estimular las capacidades de aprendizaje existentes en cada individuo,
aprovechando cualquier medio que se le presente.
43
c) El objetivo central de la educación debe ser crear alumnos con
iniciativa y autodeterminación.
Entonces, el profesor puede ayudar a los niños a elevar su autoestima, su
concepto de sí mismo, su auto aceptación ya que, en particular, el trabajo
educativo, tiene una relevancia especial en la promoción del desarrollo humano y
por consiguiente ayuda a profundizar en la personalidad de los alumnos para guiar
y apoyar su crecimiento y valoración de ellos mismos.
El pedagogo Bernard Charlot (2002) menciona que: El espacio del aprendizaje es
un espacio-tiempo compartido con otros. Lo que está en juego en ese espacio-
tiempo no es meramente epistémico y didáctico. Están en juego también
relaciones con los otros y consigo mismo: quién soy yo, para los otros y para mí
mismo, que soy capaz de aprender todo esto en relación con el sentido de
identidad.
Los alumnos con buen rendimiento escolar, generalmente no presentan problemas
con su autoestima, puesto que los logros o éxitos escolares que son obtenidos en
el transcurso escolar son importantes para que estos puedan sentirse capaces,
valiosos y satisfechos consigo mismos y están casi acostumbrados a este tipo de
sucesos, pero tampoco se puede afirmar que tener éxito escolar es sinónimo de
autoestima alta.
Sin embargo, aquellos niños que cuentan con bajo rendimiento escolar, se sienten
poco eficaces porque han tenido experiencias continuas de fracaso durante la
etapa escolar, por lo cual evitan desafíos tanto escolares como personales o
sociales. El tener una autoestima baja dificulta la superación académica en el
alumno, ya que este asume una actitud de desesperanza.
A través de las experiencias repetitivas de fracasos o éxitos escolares los alumnos
se autoevalúan y como resultado se producen sentimientos valorativos o
devaluados. Esta es una manera aparentemente fácil de evaluarse y sentirse
capaz en el plano académico.
44
Los autores Jesús Cava y Gonzalo Musito (2002) en su publicación “La
Convivencia de la escuela”, explican que existe una relación recíproca entre la
variable rendimiento escolar y la variable autoconcepto académico; es decir,
ambas variables se afectan mutuamente, puesto que los estudiantes que
experimentan continuos fracasos académicos, tendrán una pobre percepción de
sus capacidades escolares y con ello afectarán negativamente su autoconcepto
académico. Sin embargo, hay otras variables que afectan también al autoconcepto
del niño como por ejemplo la percepción que tiene de sus capacidades escolares.
Esta percepción tiene su origen no sólo en su ejecución escolar sino también en la
información que recibe de su profesor y padres acerca de su persona.
Precisamente es a través de las personas significativas para él, que el niño
construye un marco de referencia sobre su persona. En un inicio los padres son
los que manifiestan a sus hijos expectativas y conceptos positivos o negativos de
su persona. Los niños o jóvenes que aprenden a quererse y a valorarse es porque
los padres le han reflejado ese respeto, aceptación y fe en su persona, además
han reconocido realmente sus capacidades y habilidades en el trascurso de su
desarrollo. Por ende la autoestima es aprendida en el transcurso de la vida.
Podemos decir que hay muchas maneras de explicar el rendimiento escolar y una
de ellas es de que el alumno asume una imagen devaluada de sí mismo: piensa
que no es inteligente porque se ha formado un concepto negativo de sí mismo.
Desafortunadamente, gran parte de este concepto negativo se debe a lo que
signifiquemos para el otro, es decir, si los padres, maestros, amigos y compañeros,
le expresan al niño que es "el que no sabe", "el que no hace la tarea", "el que no
pone atención", "el que reprueba", “el tonto”, “el burro”, que no sabe, etc., se
identificará con estas ideas y opiniones negativas que los otros tienen de su
persona.
Desafortunadamente este tipo de frases se escucha en las aulas continuamente,
por parte de los compañeros y peor aún por parte de ciertos docentes, originando
un lenguaje con violencia verbal.
45
Es sabido que las expectativas, propias y ajenas respecto a su desempeño y sus
posibilidades influyen en el rendimiento escolar de los alumnos. La familia, los
maestros y los compañeros van configurando un horizonte de expectativas en el
cual cada alumno construye una autoimagen que facilitará o inhibirá su
rendimiento y su trayectoria educativa. Este tema es particularmente relevante en
contextos sociales desfavorecidos y con riesgo de fracaso.
El aprendizaje requiere participación directa y activa de los estudiantes. Está claro
que nadie puede aprender por otro ni se puede asistir como un simple espectador.
Además la enseñanza debe individualizarse, en el sentido de permitir a cada
alumno trabajar con independencia, y respetar los propios ritmos de aprendizaje,
pero difícilmente los docentes permiten este espacio a cada alumno, quizá por las
imposiciones del sistema educativo y lo numeroso de los grupos.
Una forma de mejorar las relaciones y el desempeño entre los alumnos es a partir
de la colaboración y el trabajo grupal, porque se establecen mejores relaciones
con los demás estudiantes, generándose un círculo positivo y podemos observar
distintos beneficios: aprenden más, se sienten más motivados, aumenta su
autoestima y aprenden habilidades sociales más efectivas al estudiar, aprender y
trabajar con otros.
En los procesos de interacción se generan además actividades extras,
explicaciones, desacuerdos, e instancias de regulación mutua que despiertan
mecanismos cognitivos adicionales de internalización y extracción de
conocimiento.
Para identificar la existencia del bajo aprovechamiento escolar, por medio de
diferentes aspectos que se encuentran en torno al mismo, es necesario tomar en
cuenta distintas definiciones de autores sobre el aprendizaje y sus variantes para
enfrentar el bajo aprovechamiento escolar.
Existen muchas teorías en torno a por qué y cómo los seres humanos acceden al
conocimiento nuevo o transformación del ya adquirido, como la de Pávlov, (vid.
46
1927, p. 176) quien afirma que el conocimiento se adquiere a partir de la reacción
frente a estímulos simultáneos, o la teoría de Albert Bandura (vid. 1996, p. 145) en
la cual se dice que cada individuo arma su propia forma de aprender de acuerdo
con las condiciones primitivas que haya tenido para imitar modelos.
Thorpe (vid. 1998, p. 45) dice que el aprendizaje es un proceso que se manifiesta
por medios adoptativos de la conducta individual como resultado de la experiencia
y Hall (vid. 1999, p. 175) da una definición más amplia sobre aprendizaje y nos
dice que es un proceso que tiene lugar dentro de un individuo y se manifiesta por
cambios específicos en el comportamiento.
El Aprendizaje es entonces una modificación, una alteración que puede
manifestarse en el ser humano en situaciones de aprendizaje verbal, se manifiesta
porque el sujeto es capaz de conocer las respuestas correctas en una prueba que
no identificaría antes de haber estudiado el tema o lección, según el caso.
Por otra parte señala que el aprendizaje debe de distinguirse de la fatiga, que es
un cambio de comportamiento del alumno como resultado de la práctica y los
efectos del saber, que altera el comportamiento e influye en la ejecución de las
tareas y todo esto lo podemos observar con cada uno de los alumnos en el
momento en que aplican el conocimiento recién adquirido a corto, mediano y largo
plazo.
Aprendizaje representa el establecimiento de relaciones nuevas (vínculos y
conexiones), entre personas que previamente no están asociadas; pueden ser
relacionadas entre estímulos y respuestas manifestadas. Designa también el
establecimiento de nuevos vínculos o el fortalecimiento de asociaciones que ya
existían pero cuyos estímulos y respuestas eran débiles.
Los estímulos pueden ser de diferentes maneras, por ejemplo, el individuo que
aprende a responder regularmente a la luz de un semáforo que indica que se
detenga, apretando con el pie el freno del automóvil esto ha establecido una
asociación entre estímulo-respuesta (estímulo visual, la luz y respuesta motora, el
47
freno ), o el alumno que se encuentra formado por estaturas y al momento de
percatarse que el que se encuentra delante de él avanza, automáticamente él, sin
pensarlo, también avanza al mismo ritmo que su compañero (estímulo visual,
respuesta motora y avance)., y así , podemos observar distintos ejemplos en el
aula.
Se producen más estímulos cuando existe la disposición de adquirir un
aprendizaje, porque existe el interés que surgió por medio de la motivación,
cuando se pretende obtener de él, los elementos necesarios para ser usados en
las actividades propias de la naturaleza, ámbito y contexto en que se ubica el niño.
Por lo tanto, podemos decir que el fortalecimiento del grupo y del autoconcepto, el
logro de buenos climas de trabajo, las expectativas que estimulan y propician las
ganas de continuar progresando, tanto para nosotros como guías, como para ellos
como receptores, la interacción social en la escuela como potenciadora del
enriquecimiento individual y colectivo, el respeto por la heterogeneidad,
constituyen dimensiones necesarias de una tarea pedagógica, orientada a la
retención y la calidad educativa. El gusto por ir al colegio es uno de los factores
más importantes y el docente es un actor fundamental para poner empeño en que
dicha interacción se dé de la mejor manera posible.
“Lograr generar y sostener el gusto por la escuela en un contexto de grupo
cohesionado donde imperan relaciones de cooperación contribuye a desarrollar en
los alumnos no solo actitudes positivas hacia los otros y hacia las propuestas
escolares, sino también estrategias concretas para apoyar y estimular a aquellos
compañeros que enfrentan mayores dificultades para aprender” (vid.Tomassi,2008,
p. 47)
Entonces, sobra decir que a escuela no es solo un edificio con salones, sillas,
bancas, pizarrones y patio, sino que es un lugar en el que se encuentran seres
humanos con identidad propia, alumnos, maestros, directivos, personal
administrativo, personal de limpieza y otros que cumplen distintas funciones en
dicho lugar. La función de impartir y recibir una educación de tipo formal le
48
corresponde al docente, que se caracteriza por ser intencional y planeada y yo
diría un tanto vulnerable a ciertas dificultades. Dentro de ella existe un currículo
educativo establecido, que abarca contenidos específicos, métodos de
aprendizaje y enseñanza, tareas y estrategias académicas y un tipo de evaluación,
lo cual ha sido corroborada por las instancias correspondientes.
Los contenidos de enseñanza y aprendizaje llevan una organización y unos
propósitos en cada etapa y materia escolar, que son adquirir ciertas habilidades y
conocimientos académicos, además de favorecer ciertas actitudes. Por lo tanto, la
escuela como institución educativa formal se rige bajo un currículo educativo
establecido por el Sistema Educativo Nacional y unas políticas educativas que
responden a las necesidades y exigencias del mundo laboral, social y a las de los
ciudadanos.
Cada escuela es diferente en cuanto a su entorno físico, estructura, medios,
necesidades, prioridades, condiciones materiales y recursos. Las escuelas
ubicadas en áreas marginadas son sumamente distintas a las escuelas urbanas.
Por lo regular los edificios escolares de zonas marginadas carecen de servicios
básicos como agua, luz, teléfono, e inclusive áreas como laboratorios, bibliotecas,
salones de computación o patios adecuados para la educación física o recreación
de los alumnos.
Entonces, se entiende que cuando el niño inicia la primaria basada en la SEP, el
niño se insertará en una cultura escolar donde tendrá que aprender a participar en
grupo y a colaborar con otros niños que tienen diferentes maneras de ser y
pensar. Esto le ayudará a establecer vínculos personales y a pertenecer a cierto
grupo de compañeros con el cual puede sentirse aceptado y valorado.
Considero que los niños pueden ver a la escuela como la oportunidad de
conseguir un mejor sentido de sí mismos y una comprensión de la vida, para ellos
no hay mejor lugar ni medio para lograr este propósito.
49
Por ende, se espera que los niños no sólo desarrollarán la parte intelectual sino
también la social, emocional y afectiva, siempre de la mano de sus profesores. La
formación de la autoestima de los niños no solo se desarrolla en el hogar sino
también como lo plantea Machargo (1991, p. 85). el ámbito escolar constituye un
contexto de especial relevancia en el desarrollo del autoconcepto y la autoestima
del niño. La imagen que de sí mismo ha comenzado a crear el niño en el seno
familiar continuará desarrollándose en la escuela a través de la interacción con el
profesor, el clima de las relaciones con los iguales y las experiencias de éxito y
fracaso"
Está claro que en la escuela el niño está expuesto a valoraciones positivas o
negativas de su persona por parte de sus compañeros de clase o maestros con
poco conocimiento del poder que tienen para hacer sentir bien o mal a sus
alumnos. Durante su estancia en la escuela, y por el modelo educativo de este
país, las capacidades del niño son evaluadas y comparadas continua y
permanentemente por el docente, por eso el docente es esencial en el
autoconcepto y el rendimiento de sus alumnos a través de sus expectativas,
actitudes y conducta.
Inevitablemente en el salón de clases se generan siempre relaciones entre
compañeros donde surgen comparaciones sobre las capacidades, aprobación y
estimación de cada alumno. Podemos observar que tanto los docentes como los
compañeros de aula son personas significativas para el niño, puesto que le
aportan información relevante sobre su identidad.
Los alumnos necesitan un ambiente escolar seguro y de relaciones afectuosas
para conservar el sentido de confianza y más cuando la escuela y la sociedad les
demandan resultados académicos como la adquisición de conocimientos y el
desarrollo de habilidades y actitudes.
50
EDUCAR
Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.
Gabriel Celaya
51
Capítulo 3 MEJORAR LA AUTOESTIMA, PAPEL DEL DOCENTE
3.1 El papel del docente
En el capítulo previo consideramos varios factores en los que la escuela puede
colaborar a favor o en contra del alumno. Ahora nos interesa destacar la tarea del
docente en esas acciones, el maestro como trabajador está sujeto a las normas
que rigen a la institución educativa para la que trabaja. Igualmente está
condicionado a un salario, a derechos, a obligaciones, a determinados periodos de
vacaciones, a reglas y derechos como en cualquiera otra profesión.
También se enfrenta con situaciones problemáticas en el aula como: lo
inadecuado del espacio y la falta de materiales educativos debido a limitaciones
presupuestales, ausentismo en alumnos, conflictos ajenos a él como personales,
familiares y sociales…
En su quehacer cotidiano, tiene que planear su clase, pero hay situaciones en las
que no puede avanzar al siguiente tema programado, porque los alumnos no han
podido asimilar el contenido, es entonces cuando requiere hacer uso de sus
recursos y estrategias para que la mayoría de los alumnos aprenda.
El resolver situaciones que no están programadas en el contenido curricular es
una de las muchas tareas de ser docente. Se sabe que esta actividad no es simple,
sino que es más bien difícil, ya que el profesor debe responder a las necesidades
de los alumnos, padres de familia y la escuela, además de que no siempre cuenta
con los recursos necesarios para hacer su labor como lo desearía, pues en
ocasiones tiene un escaso apoyo de las autoridades educativas y de los padres de
familia y no es de sorprenderse que esta profesión sea devaluada y criticada
fuertemente por la sociedad mexicana.
52
Como consecuencia de lo anterior, podemos hablar entonces también de la
autoestima del docente. Si la tiene alta, participa en mayor medida en la
conformación de la autoestima de sus alumnos de una forma más congruente, es
decir, establece un ambiente donde el estudiante tiene la oportunidad de expresar
sus pensamientos, sentimientos, dudas e inquietudes, tanto intelectuales como
emocionales sin temor de ser señalado, criticado o ridiculizado enfrente de sus
compañeros de clase. Le es más fácil generar un contexto de respeto que es la
base para que el niño pueda adquirir confianza en él mismo y se fortalece o no
según la manera en que el profesor lo mira, lo escucha y le habla. Ya se había
tocado el tema de la retroalimentación, entonces el docente también debe estar
abierto a este tipo de comunicación.
Cuando uno establece vínculos personales con sus alumnos (lo cual es inevitable),
intervienen elementos que permiten que se desarrolle una buena o mala relación
como: la actitud, las emociones, el trato, la comunicación, el afecto, las
expectativas y experiencias en común.
Las relaciones interpersonales favorecen la constitución de la identidad, la
formación de la autoestima y la interiorización de modelos de relación; es el caso
del niño que está en pleno proceso de construcción de su identidad y necesita
contar con figuras para tomar como modelos identitarios. Debemos entonces dejar
a un lado nuestros prejuicios o preferencias por ciertas situaciones o personas y
dirigirnos hacia todos los alumnos de la misma forma, es decir homogéneamente
respetando a cada uno de ellos.
La relación maestro y alumno es una relación asimétrica que constituye aunque no
queramos, una relación de poder, en donde nuestro rol se da en el marco
institucional educativo formal, sin embargo, considero que el poder emanado del
rol docente siempre será ejercido, en cada caso, según la particularidad del
maestro y su personalidad, preferencias, antecedentes y experiencias, aunado a la
actitud que asuma como docente.
53
Es de suma importancia mencionar que el vínculo maestro-alumno que se
presenta día a día en el aula, no es solo una relación de carácter académico, sino
que también intervienen la parte anímica y orgánica de ambas partes, que
favorece o altera el proceso de enseñanza y aprendizaje. La manera como una
persona se relacione está directamente conectada con su autoestima.
La conducta del docente hacia el alumno es determinante para la autoestima del
mismo, y es básico que el docente lo tenga en cuenta cada día que imparta clases
a lo largo de su vida profesional, puesto que los sentimientos que un niño o
alumno tiene sobre sí mismo, dependen en ocasiones del comportamiento que
percibe que el profesor mantiene hacia él.
Por ejemplo, cuando algunos alumnos llegan a la escuela con una autoestima baja
por lo que se muestran inexpresivos, tímidos, agresivos, pocos cooperativos y
poco responsables, algunos profesores asumen una actitud crítica y de rechazo
frente a ellos, sin analizar el fondo de la situación de los alumnos y lo que les lleva
a actuar de esa forma. Este tipo de interacción implica una tendencia a confirmar o
descalificar al otro y como consecuencia a reforzar la inseguridad personal en el
niño. Recordemos que este tipo de conductas, de nosotros los docentes, pueden
llegar a repetirlas o imitarlas los otros alumnos y crear así un círculo vicioso y
negativo en nuestras aulas.
Por esa misma razón, en los primeros años de la educación básica, la relación que
establezca el maestro con sus alumnos resulta fundamental y sorprendentemente
factorial, porque contribuye a formar el autoconcepto y autoestima en los
estudiantes. En toda relación que el alumno establezca se le están transmitiendo
aprobación o desaprobación y en esa misma medida, se le van devolviendo o
entregando características personales que pasan a integrar con el otro; el sujeto
se conoce y se acepta con el fin de pueda construir su identidad.
En cada inicio de ciclo escolar, los docentes, antes de presentarnos al salón de
clases con los nuevos alumnos, ya disponemos de cierta información previa del
grupo y de algunos en particular. Sin embargo, con el transcurso del tiempo,
54
vamos elaborando consciente o inconscientemente nuestras propias expectativas
hacia los alumnos, de acuerdo con las experiencias en clase. Podemos decir, que
las expectativas son creencias generalizadas acerca de las personas o grupos
sociales que nos llevan a esperar un comportamiento concreto de una persona en
una situación.
Dichas expectativas provocan que el comportamiento del docente y del alumno
cambien y con ello se ve afectada para bien o para mal la interacción entre ambos,
puesto que tanto el maestro como el alumno pueden esperar muchas cosas.
Jesús Cava y Gonzalo Musito (2000, p. 147) explican que, según los autores
Rosenthal y Jacobson, las expectativas se manifiestan a través del trato hacia el
alumno, es decir, el profesor se dirige al alumno de una manera agradable,
cuando tiene expectativas favorables. No obstante, no es la única manera para
comunicar sus expectativas, sino también se comunican con mayor frecuencia de
un modo indirecto y por una doble vía verbal y gestual; por ejemplo, por modo
verbal el profesor se dirige más a unos que a otros, preguntando y permitiendo
mayor número de intervenciones; y junto con la comunicación verbal de las
expectativas, la comunicación no verbal se manifiesta en el tono de voz, la
expresión del rostro, los gestos, la proximidad y ubicación espacial y el tiempo que
se dedica a cada alumno.
He pensado por mucho tiempo, que si los docentes dedicáramos un tiempo para
reflexionar sobre las actitudes y expectativas que manifestamos en clase; esto
ayudaría a los alumnos a reforzar un autoconcepto académico positivo Elsie lo
expresa de la siguiente manera:
"En la escuela, moderna, la planeación de la enseñanza formal está cada vez más
en manos de aquellos que se encuentran lejos de la realidad del aula. La imagen
común del maestro como quien planea y determina las lecciones que ha de
enseñar sólo es correcta en un sentido muy limitado. Más bien, los maestros son
técnicos educativos que deben implantar la presentación de un curriculum que
otros han definido." (Rockwell 1995, p. 87)
55
La escuela y el sistema educativo ejercen un control y una inevitable vigilancia
sobre los profesores, que se traducen en la aplicación de contenidos y programas
curriculares establecidos. Bajo esta óptica, se espera que el docente asuma una
imagen de técnico educativo, en la que cumpla la función de ejecutar en la
práctica los contenidos curriculares prescritos por especialistas.
En ello se refleja su escasa autonomía y la razón para la poca participación de
algunos, a pesar de desear lo contrario. Con esto el docente asume una posición
subordinada en la que se fomenta su pasividad y dependencia y en la cual debe
de asumir una rígida dependencia al sistema educativo al que pertenece.
En teoría, la función que realiza el sistema educativo es planificar y desarrollar la
educación de un pueblo. Su estructura interna está condicionada por el contexto
político, cultural, social y económico del país. Dentro de este sistema está la
escuela en donde el docente ejerce su labor educativa. El profesorado es uno de
los elementos indispensables para que funcione dicho sistema.
La sociedad espera de los docentes que enseñen y formen a los alumnos de
acuerdo con las exigencias del mundo laboral y las necesidades del mundo actual.
Pero cuando estos no pueden cumplir con las expectativas de la sociedad los
resultados no son favorables para ellos, porque es desvalorizado su status y se
pone en tela de juicio su imagen; como consecuencia los profesores se sienten
frustrados y desestimados respecto a su labor educativa.
Considerar la situación social en la que se desarrolla la vida en la escuela, la
escasa autonomía y poder que tiene el maestro dentro del sistema educativo, nos
lleva a comprender que no solo el maestro tiene la responsabilidad de modificar
sus comportamientos y actitudes, sino también el sistema educativo en el que
labora.
Cuando el pueblo es tan numeroso, ¿Qué puede hacerse en su bien? Hacerlo rico y feliz. Y
cuando sea rico ¿Qué más puede hacerse por él? Educarlo.
Confucio
56
3.2 ¿Cómo medir el nivel de autoestima?
Se han desarrollado distintas escalas para medir la autoestima, tales como la
escala de autoestima de Coopersmith de 1967, la escala de autoestima de
Rosemberg (1979), Piers y Harris (1964) , dichos estudios fueron diseñados por
especialistas de la enseñanza, sin embargo, citando a Diaz-Guerrero , en su
publicación de Psicología del mexicano del 2003, indica que los estudios deben
aplicarse según el contexto en el que el alumno se desenvuelva, dándole énfasis a
las diferencias culturales que tenemos los mexicanos en comparación con
naciones europeas y norteamericanas.
"El diagnóstico y la evaluación deben utilizar la metodología inferencial consistente
en este caso en describir por una persona, que no sea el propio sujeto, la
autoestima que de sí mismo tiene un individuo a partir de una serie de productos
del sujeto en cuestión: respuestas a test proyectivos, conductas específicas,
contenido de entrevista, y otros. A partir de estos productos el investigador o
maestro lleva a cabo una serie de inferencias sobre la autoestima del sujeto."
(Rogers, 1968, p. 122)
En este caso se utiliza la metodología autodescriptiva que consiste en primer lugar
en solicitar al sujeto una descripción o valoración de sí mismo ya sea verbal o
escrita, de forma libre o mediante un cuestionario, en que el sujeto valora
determinadas características referidas a él mismo. De esta manera se obtiene el
denominado autoconcepto del sujeto. Cabe mencionar, que en esta y otras
metodologías, existe un alto nivel de subjetivismo que no debe olvidarse, razón
por la cual los especialistas recomiendan combinar varios métodos de medición.
Después de una considerable búsqueda de métodos (ejercicios, dinámicas,
cuestionarios, tests, tesinas, cuadernillos etc) considero que el cuestionario EDINA
el cual fue diseñado en Sevilla, España tiene como objetivo el diseño, análisis y
validez de contenido, comprensión y constructo de un instrumento para medir la
autoestima infantil en niños y niñas primaria baja, es el más pertinente, ya que la
57
validación del cuestionario ha pasado por el cumplimiento de los requisitos
psicométricos estipulados por Martínez Árias (1996), Muñiz (1986) y Santiesteban
(1990), con un coeficiente de fiabilidad satisfactorio del modelo propuesto y
publicado en el capítulo 3: EDINA, Cuestionario para la Evaluación de la
Autoestima en la Infancia.
Las indicaciones que se dan a los alumnos ates de comenzar el cuestionario son:
-Vamos a hacer un juego
-Las respuestas no son buenas ni malas.
-Tienes todo el tiempo para contestar, pero no lo pienses mucho.
-Marca la carita según sea tu respuesta a la pregunta
Las afirmaciones finalmente seleccionadas fueron las siguientes:
-Me gusta mi cuerpo
-Soy un niño o niña importante
-Mi maestro o maestra dice que trabajo bien
-Lo paso bien con otros niños y niñas
-Mi familia me quiere mucho
-Me veo guapo o guapa
-En casa estoy muy contento o contenta
-Hago bien mis trabajos de clase
-Tengo muchos amigos y amigas
-Juego mucho en casa
-Siempre entiendo lo que el maestro o la maestra me piden que haga
-Siempre digo la verdad
-Me gusta ir al colegio
-Los otros niños y niñas quieren jugar conmigo en el recreo
58
-Hablo mucho con mi familia
-Soy un niño limpio o una niña limpia
-Me río mucho
-Me gustan las tareas del colegio
-Soy valiente
-Me porto bien en casa
El alumno debe responder cada respuesta con una carita feliz una indiferente o
una carita triste, facilitando y simplificando la interpretación de los resultados.
Tras la administración del cuestionario a la muestra de estudio y recogidos los
datos, es posible analizar la estructura factorial del cuestionario EDINA, con el fin
de corroborar su estructura y así poder utilizarlo como instrumento que nos
permita evaluar la autoestima en niños y niñas.
Además el cuestionario se puede emplear para conocer datos sobre una
población, en este caso un salón de clases en primaria baja, o sobre un niño o
niña en particular, y con distintas finalidades: descriptiva, evaluativa, terapéutica o
de investigación.
Del mismo modo puede evaluarse la autoestima tanto global como en sus
dimensiones: corporal, personal, académica, social y/o familiar.
EDINA muestra una validez atendiendo a los criterios del contenido y la finalidad
de uso del instrumento con vistas a su empleo profesional. La validación del
contenido se ha realizado a través de la opinión de expertos en psicología y la
validez de comprensión mediante su administración a los niños y niñas objeto de
estudio. La validez demuestra un ajuste adecuado del modelo propuesto de cinco
factores: corporal, personal, académico, social y familiar.
Entonces ¿cómo podemos comprobar que es un método fiable?
59
Econtramos que existe un Análisis Factorial Confirmatorio (AFC) el cual se centra
en implementar las hipótesis basadas en la teoría de distintos estudios sociales,
en este caso sobre la relación autoestima-aprendizaje, sobre el modo en el que un
dominio de variables puede ser estructurado y en contrastar la idoneidad de las
hipótesis empleando métodos estadísticos (Hair, Anderson, Tatham y Black, 1999).
El AFC se ha convertido en los últimos años en uno de los procedimientos de
análisis más utilizados en investigación en ciencias sociales, en nuestro caso la
pedagogía. El AFC es un procedimiento de análisis encuadrado en los modelos de
ecuaciones estructurales, cuyo propósito se centra en el estudio de los modelos
de medida, esto es, en analizar las relaciones entre un conjunto de indicadores o
variables observadas y una o más variables factores. Los indicadores pueden ser,
como es este caso del cuestionario, los ítems o instrumentos de un cuestionario
como el ya presentado.
También es indispensable, no perder comunicación continua con los alumnos, con
información básica sobre su entorno, proyecciones, ideas, reflexiones personales,
emociones que presentan, es decir, tan sencillo como implementar un análisis de
información que nos puedan proporcionar de manera que se sientan en confianza
para proporcionar información clara que el docente pueda interpretar.
Algunas opciones son preguntar:
-¿Cómo te sientes?
-¿Cómo has estado últimamente?
-¿Tienes algún conflicto en la escuela o en casa?
-¿Te preocupa algo?
- ¿Alguien te hace sentir mal?
-¿Qué mejorarías de ti?
Ciertamente, la gran mayoría de docentes no cuenta con una preparación
profesional como una licenciatura en psicología, pero obtener esta información de
sus alumnos de manera regular, les aportará elementos para actuar de manera
60
más eficiente con respecto al tema de la autoestima. De esta manera, el alumno
los verá interesados por él, y de manera más empática, podrán trabajar con él
para obtener mejores resultados, le darán el mensaje oculto a cada alumno de que
“les interesa él y lo que le suceda”.
61
3.3 Propuestas para el docente
Retomando entonces que la autoestima es esencial para la supervivencia
psicológica del individuo, ya que se han detectado focos rojos de alumnos con
baja autoestima, y sabiendo que esto implica un reto importante para el docente,
se debe tener la confianza y la creencia de que es posible enseñar a los niños
ciertas habilidades que les permitan enfrentarse a las dificultades que se les
presentan y tratar de alejarlos de pensamientos y actitudes negativas.
Distintos autores señalan que los niños y niñas suelen repetir palabras y
pensamientos erróneos constantemente. Dichos pensamientos llegan a ser
autodestructivos y perjudiciales para ellos mismos. El docente debe estar
consciente de que el alumno se crea juicios equivocados sobre experiencias
pasadas, ya sea con otros profesores o con sus compañeros de clases, estas
creencias falsas o erróneas sobre las propias capacidades, desalientan al alumno
con respecto a su futuro.
El docente puede comenzar elaborando o diseñando talleres para trabajar la
autoestima de sus alumnos. Primero debe identificar a los alumnos con
pensamientos negativos sobre ellos mismos, debe diseñar las dinámicas con base
en un objetivo, el cual es modificar dichos pensamientos automáticos para que se
conviertan en pensamientos más realistas.
En dichos talleres o dinámicas, el docente puede elogiar o resaltar de manera
objetiva las acciones positivas, demostrar afecto, empatía y aprobación de los
participantes, sin salirse nunca de la realidad, ni minimizando la labor de otros y
respetando el grado de competencia de todos.
Es de gran importancia que el docente resalte y reafirme las cualidades de los
alumnos, aceptar que el niño se exprese libremente para poder lograr que los
demás sean empáticos con él y darles oportunidad a que entre ellos, descubran
62
sus capacidades, sus logros, sus aspectos y conductas positivas y sus aportes en
clase y en la vida cotidiana.
Esta parte del proceso va acompañada de la lista de valores que señalamos en el
capítulo anterior, siempre manteniendo la buena comunicación, el respeto y la
honestidad.
En el capítulo 1, se mencionó que el niño con autoestima baja cae en un círculo
vicioso y es deber del docente observar, detectar y actuar con bases pedagógicas
para eliminar tal círculo, considerando que los alumnos llevan al aula sus
emociones y sentimientos, por ello la necesidad de los docentes de ser mucho
más conscientes de esta situación.
Norma Ivonne González-Arriata en su libro “La autoestima “da una idea general en
donde el docente que trabaja la autoestima de los alumnos, al estimular dicha
motivación en los niños, los ayuda a hacerse conscientes de su propio proceso de
toma de decisiones, evaluar su procedimiento para resolver las situaciones
problemáticas, reafirmar los éxitos que tengan, respetar el grado de competencia
del niño y estimularlos a fijarse objetivos personales a corto y largo plazo,
reafirmarlos cuando influyen en otros de manera positiva.
Dicha autora señala también que el docente debe trabajar dichos ejercicios de
manera frecuente y permanente, ya que los niños se encuentran en la necesidad
de sentirse únicos y especiales constantemente.
En lo personal, considero que tienen una gran necesidad de retroalimentación,
para que puedan llegar al punto de conocerse a ellos mismos, así que se puede
aprovechar la niñez para apoyarlos en el proceso de apreciarse o bien a la
reconstrucción de su autoestima. Creo que acciones simples, como escuchar
atentamente conversaciones entre ellos, nos pueden dar una idea general, del
contexto en el que tenemos que trabajar, hacer listados con ellos sobre aptitudes y
63
capacidades sobresalientes de ellos, orientarlos para evitar palabras
desagradables entre ellos y para ellos, ayudarlos a descubrir sus talentos,
escuchar sus intereses, preocupaciones , opiniones e ideas.
Tristemente, cuando los niños presentan baja autoestima, se muestran limitadas
sus habilidades para tener éxito en los aprendizajes, en las relaciones humanas y
en todas las áreas productivas de la vida, aunque uno de los objetivos de los
procesos educativos consiste en preparar a los estudiantes para ser adultos
exitosos, trabajadores productivos y ciudadanos con valores.
Para los sujetos con discapacidades este objetivo no debería ser diferente, sin
embargo, a través de la historia, ellos han sido apartados permanentemente de
sus comunidades, colocados en instituciones especializadas, hospitales, colegios
especiales o clases individuales, muchas veces sin recomendación de algún
especialista, lo que ha significado negarles la oportunidad de adquirir los mismos
conocimientos y destrezas que los demás niños de su edad.
Incluir o integrar a estudiantes con discapacidad en clases de educación regular,
lógicamente respetando su ritmo de aprendizaje, es brindarles esa oportunidad y
es un deber como docentes, incluyendo el valor de la flexibilidad y respeto que se
mencionaron en capítulos anteriores.
La integración es un derecho que brinda una sociedad que se supone justa, donde
a cada persona se le debe proporcionar igualdad de oportunidades
Podemos decir entonces que este proceso parte del principio de que todos los
individuos deben y pueden aprender juntos, brindándoles los servicios y apoyos
necesarios para que tengan éxito, lo que significa que participen y se beneficien
de actividades tanto académicas como extraacadémicas.
64
Jonson y Holubec en su Manual coperativo en el aula, (1986) definen la
integración como el proveer oportunidades educativas apropiadas para todos los
estudiantes con discapacidades, basadas en programas educativos
individualizados. Esta alternativa requiere de procedimientos y estrategias
educativas cuidadosamente diseñadas, así como del compromiso de los padres y
docentes así como de la posibilidad de los estudiantes de establecer interacciones
constructivas con sus pares, aspectos que favorecerán el éxito y participación
dentro del aula y además se convertirán en fundamento de integraciones futuras y
yo agregaría que el compromiso del docente es fundamental para el éxito con
estos alumnos, con éxito me refiero a la inclusión en el proceso enseñanza-
aprendizaje con base en el refuerzo de su autoestima.
Podemos enumerar ciertas características que debe tener un docente para
desarrollar un vínculo seguro con sus alumnos de acuerdo a lo que he observado
durante mi crecimiento profesional:
-Ser paciente, constante y coherente en su comportamiento
-Dar protección y seguridad cuando el niño lo necesita
-Crear un clima afectivo y positivo para mantener una relación cordial entre los
integrantes del aula
-Expresar emociones y mensajes positivos
-Realizar críticas constructivas y objetivas
-Saber escuchar
-Trabajar los valores señalados anteriormente
-Poner límites
-Saber recibir comentarios objetivamente
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-Darle la importancia necesaria a la vida personal del niño y no solo la académica
-Solicitar apoyo de otros profesionales de forma pertinente en caso de que sea
necesario
Que el niño reciba mensajes positivos y afecto en su infancia es realmente
importante, pero tal necesidad no termina pasados los primeros años, esto debe
ser continuo y permanente. Los profesores ayudan al niño a la hora de desarrollar
nuevas aptitudes, nos damos cuenta cuando enseñamos nuevos contenidos y
relucen ciertos talentos o facilidad para el aprendizaje de los mismos. Existen
diversos estudios sobre los efectos de la autoestima en la inteligencia y la
creatividad, así como sobre las posibilidades de fomentar el desarrollo mental.
La clave del éxito como educadores según Rosa Serrate en su manual Ayúdale a
estudiar (2008) reside en ayudar a los niños a desarrollar altos niveles de
autoestima y ésta se eleva cuando la reforzamos con frases como "Tu curiosidad
es importante", "Quiero ayudarte a....", podemos agregar otras como "Inténtalo así
y te resultará más sencillo", "No dudo de tu buena intención, pero ..", "Si
necesitas algo, pídemelo ", "Te felicito por lo que estás logrando", "Noto que vas
mejorando", "Es cierto que puedes mejorarlo, sigue practicando y lo lograrás", "Tu
esfuerzo está valiendo la pena", "Esa pregunta es muy interesante", "No comparto
tu opinión pero es muy válida".
Si el docente, después de una toma de conciencia, cambiara su forma de
comunicación habitual por este tipo de frases, su vida laboral daría un drástico giro
positivo, revalorizando la relación maestro-alumno y creando un círculo de
confianza estrecho entre ellos, sin dejar a un lado que el ambiente escolar tendría
repercusión positiva y por ende mucho más liviano y amable para todos los
actores involucrados.
Las relaciones con un niño que posee una adecuada autoestima suelen ser
agradables, con simpatía y compañerismo entre las partes, mientras que los niños
con baja autoestima tienden a ser agresivos, a culpar a otros; se aíslan, son
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retraídos, poco sociables y presentan dificultad para encontrar en ellos mismos lo
valioso de su existencia, por lo que lo buscan en los otros; demandan apoyo y
protección, ya que no pueden dárselos ellos mismos; además muestran
incapacidad para agradar o sentirse valorados por quienes los rodean.
Generalmente, los hijos aprenden los patrones de conducta de sus padres, copian
su lenguaje, actitudes, modismos y las cosas que ellos hacen e imitan, también
repiten las de nosotros los docentes. Es común que los niños reproduzcan los
modos de comunicación interpersonal que mantienen con sus padres o maestros.
Podemos decir entonces, que el estilo de crianza influye en la autoestima de los
niños por ejemplo cuando:
-Padres que tienden a vivir por medio de la vida de sus hijos: pretenden que los
hijos realicen lo que ellos no lograron y se desilusionan cuando sus hijos no lo
logran.
-El niño crece y trata de colmar las expectativas de los padres y deja de lado lo
que quiere hacer o ser.
-Padres que ven un problema en cualquier acontecimiento: estos padres viven los
problemas de tal modo que no ven la forma de resolverlos y generan angustia en
el niño al tratar de encontrar la razón o el porqué de lo sucedido y ejercen una
presión innecesaria en el niño y el docente.
-Padres que tienen dificultades para expresar alabanzas reales-precisas: tienden a
alabar poco, en el momento inadecuado o de forma exagerada, con elogios
generales e inespecíficos. Los niños aprecian los elogios dirigidos a alguna
actitud o habilidad real que logren alcanzar y el que se los elogie de forma general
los confunde.
-Padres emocionalmente ausentes, quienes a pesar de vivir bajo el mismo techo
que sus hijos, no se molestan en dar seguimiento a su estudio, requisitos o
materiales necesarios de los niños, no se presentan las juntas escolares, no
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firman los reportes e ignoran los intentos de comunicación de los docentes hacia
ellos.
Para poder generar una adecuada autoestima en los niños son importantes
actitudes como:
-Mostrar afecto por medio del contacto físico: tocar a los hijos es la mejor manera
de mostrarles que son queridos (un abrazo, un beso, palmada en la espalda).
-Mostrar expresiones faciales positivas: que el rostro y la postura corporal sean
acordes a los sentimientos que se desea comunicar. Es muy importante expresar
los sentimientos en forma corporal.
-Expresar, en forma verbal, cuando se siente bien con el niño, por ejemplo, luego
de un logro, es una forma de estimularlo, de ayudarlo a ver lo que realiza bien y
recompensarlo.
-Compartir sentimientos con los niños.
-Motivar a los niños para que traten de solucionar sus problemas, defender sus
opiniones, expresar sus sentimientos, y fomentar su creatividad.
-Mostrar interés en sus asuntos personales, sociales y de rendimiento académico,
así como proyectos para evaluación escolar.
En el transcurso de la vida cotidiana dentro del hogar es posible encontrar
distintas oportunidades de intercambio que pueden resultar muy enriquecedoras a
la hora de pensar en preparar el aprendizaje del niño en el centro escolar.
Posibles aplicaciones diarias:
1. Conversaciones diarias sobre hechos cotidianos con los niños
2. Leerles y escuchar cómo leen, contar historias y preguntar su opinión
3. Expresiones de afecto.
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4. Comentarios en equipos sobre libros, noticias o temas de interés,
anécdotas de la escuela con compañeros y maestros.
5. Cuestionarles sobre su sentir con respecto a ciertas personas o situaciones
de la vida común
6. Darles seguimiento a lo largo de todo el ciclo escolar
7. Solicitar apoyo psicológico externo en caso considerarlo necesario
Diversos estudios mostraron que los niños trabajan mejor en la escuela cuando
en las familias hay una comunicación fluida entre sus miembros y estos mantienen
conversaciones sobre hechos de la vida diaria. Esto varía según la calidad y
cantidad con que se produce la interacción y una vez más , como docentes nos
damos cuenta de que alumnos mantienen esta buena comunicación y dinámica en
casa y quienes carecen de este tipo de experiencias y tristemente las añoran.
El docente puede pedir o sugerir a los padres que inviertan un rato diario en
conversar, deliberadamente, con el niño, en escuchar con atención lo que este
tiene que decir sobre lo que le ha pasado en el día.
Los niños quieren sentir su propia libertad, pero al mismo tiempo, quieren sentirse
seguros de que sus padres y maestros siguen estando dispuestos ayudarlos
cuando lo necesiten, y que están disponibles para ellos ante cualquier situación.
Considero que mediante la participación de alumnos, padres de familia y maestros
se podría reforzar la autoestima por medio de la autonomía, la socialización e
integración en equipos, a través de actividades relacionadas con juegos dentro del
salón de clases
Para lograrlo es importante:
• Llevar conferencias o talleres a maestros y padres de familia
• Contar con el apoyo de directivos administrativos y académicos de las
instituciones
• Diseñar talleres específicos para la integración de los actores
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• Contar sucesos de su vida
• Hacer una actividad juntos padre de familia-hijo, para que existan
momentos de comunicación, convivencia y que el padre de familia dé
seguridad a su hijo.
• Con apoyo de especialistas, aprender a comunicarse asertivamente
Es muy importante manejar el juego ya que este permite que los niños usen
mucho la imaginación y la comunicación.
Vigotsky, en su teoría constructiva del juego (1896), concibe a la imaginación
como la capacidad de realizar una función combinatoria, llega a afirmar que la
capacidad creadora equivale a esta estabilidad de combinar, capaz de reelaborar
con elementos de la experiencia pasada, nuevos planteamientos y nuevas
normas, por insignificante que esta novedad nos pueda parecer; también trata de
definir las diversas vinculaciones con la realidad.
Este autor otorgó al juego, como instrumento y recurso socio-cultural, el papel
gozoso de ser un elemento impulsor del desarrollo mental del niño, facilitando el
desarrollo de las funciones superiores del entendimiento tales como la atención o
la memoria voluntaria.
Vigotsky relaciona la realidad y la fantasía, afirma que la imaginación del niño se
proyecta únicamente a través del dibujo y el juego, y se reserva a la lengua la casi
exclusiva función de la comunicación. Por tal razón se pueden utilizar en las
estrategias escenificaciones de cuentos, donde los protagonistas sean los niños
con baja autoestima, de modo que se pueden utilizar también canciones, todo
enfocándose más a los niños con esta problemática, como dice Vigotsky de
relacionar la realidad con la fantasía.
Para cerrar el capítulo, se puede enfatizar que el desarrollo de una autoestima alta
o baja en la niñez está relacionada con las siguientes causas:
-los tipos de mensajes que recibe por parte de personas significativas
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-la autoconfianza desarrollada desde los primeros años de vida
-el grado de aceptación que se le ha ido inculcando en el medio que lo rodea
-las experiencias de éxito o fracaso y las reacciones ante estas
-las expectativas que tiene el niño
Los padres de familia y docentes son personas significativas para el niño, que
educan en un determinado tiempo, la autoestima del niño.
Los padres, por su parte, se encargan en casa de promover valores y actitudes de
respeto, de confianza y de aceptación en la personalidad de cada uno de los
integrantes de la familia; con el fin de que los hijos puedan estimar y confiar en sus
capacidades y habilidades personales, académicas y sociales para lograr ser
adultos capaces de resolver cualquier problema que se les enfrente.
Decimos, también, que al profesor le corresponde en el salón de clase, desde su
práctica educativa y enseñanza, motivar y crear un ambiente de respeto y
confianza.
Sin embargo, en algunos casos los padres y maestros no fomentan estos valores
personales, porque ellos mismos tienen una autoestima baja y esto puede ser otro
tema interesante a tratar para otro trabajo de investigación ligado al presente; por
lo tanto, la autoestima de los padres y maestros es también un factor relevante en
desarrollo de la autoestima del niño y considero que existe poco material que
hable sobre estos temas, ya que en el lenguaje pedagógico, se menciona más el
concepto de "autoestima del alumno", que del padre de familia y del docente.
La reflexión en este trabajo es ayudar a los padres y docentes a que tengan claro
que ellos son elementos claves y realmente importantes para la autoestima del
niño, para que mantengan o modifiquen su autoestima, también es un espacio
para tomarlos en cuenta como actores e individuos con distintas necesidades, una
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de las más importantes como para cualquier otro ser humano, es la de fortalecer y
mantener la autoestima alta.
"Si quieres aprender, enseña".
Cicerón
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CONCLUSIONES
Entonces ¿aumentar la autoestima de los alumnos significa mejorar sus niveles de
aprendizaje y de igual forma aumentar sus posibilidades de éxito en su vida
privada y profesional? Mi respuesta es SÍ.
En el salón de clase el alumno compara su rendimiento escolar con los de sus
compañeros. Detrás de estas comparaciones hay algo más que una simple
diferencia de habilidades o de calificaciones, es decir, se presentan ciertos
obstáculos que no permiten al niño tener un buen rendimiento escolar. Por
ejemplo, un factor que influye en su rendimiento escolar es la calidad de la
interacción entre el maestro y el alumno, pues en muchos casos, el alumno se
siente incapaz de obtener buenos resultados porque tiene su autoestima baja.
El ser madre o padre de familia, docente o pedagogo, no son tareas fáciles, pues
cada una de ellas implica una enorme responsabilidad y una obligación con los
hijos y alumnos. Aunque gran parte de esta labor educativa se aprende en la
práctica, en ocasiones no se cuenta con los suficientes conocimientos, tiempo y
recursos para educar a los niños de la manera más adecuada. Sin embargo, si se
quiere que los niños y jóvenes lleguen a ser adultos responsables y satisfechos,
hay que esforzarse para educar su autoestima.
Para poder lograrlo no es suficiente basarse en la teoría, es necesario dar un paso
más allá y reflexionar y cuestionar la educación que se practica desde casa, así
como revisar las creencias, costumbres, normas, disciplinas de cada alumno que
tengamos en nuestras manos. Consideramos a la escuela como el contexto que
proporciona al niño la oportunidad de conocerse y sentirse capaz de hacer las
cosas de manera independiente y de valorar sus logros.
Cada una de las relaciones sociales y las actividades que se realiza en el salón de
clase será el producto de éxitos y fracasos escolares, y los docentes siempre
seremos los testigos de cada uno de ellos. Los alumnos se autoevalúan
académicamente de acuerdo con las calificaciones que el exige sistema. Han ido
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aprendiendo, desde que comenzaron su vida escolar, que las buenas notas son el
resultado de un buen rendimiento académico y que una buena calificación
implicará reconocimiento y felicitación y una baja calificación todo lo contrario.
Analizar la estructura de la autoestima nos permite comprender cómo se
autopercibe y se autovalora cada uno de nuestros alumnos en el salón de clase.
No olvidemos que la autovaloración que hace el estudiante sobre él mismo está
conectada con los pensamientos, sentimientos y conductas; y si deseamos
fortalecer la autoestima en el aula hay que identificar y contrarrestar los
pensamientos y sentimientos negativos que manifiesta el estudiante, a través de
actitudes y comportamientos positivos. Si el docente no está acostumbrado a esta
dinámica, le resultará un tanto difícil al principio, pero con el apoyo de todo el
material disponible sobre el tema, con los talleres, información y actualización
adecuada, se podrá lograr un cambio de actitud para fortalecer la autoestima del
aula.
Sabemos que en la actualidad los conocimientos y las aptitudes académicas que
se adquieren en una institución educativa, ya sea pública o privada, pero formal,
no son suficientes para sobrevivir en esta sociedad cambiante y cada vez más
exigente, pues, se requiere además que el sujeto haya desarrollado
responsabilidad y confianza en sí mismo, es decir, que tenga una autoestima alta.
Es por ello mi interés en resaltar la importancia que tiene el de educar la
autoestima del niño y adolescente en el hogar y la escuela, nunca dejando una a
un lado, ya que le ayuda afrontar a las dificultades que le depara la vida. Si el niño
cree y confía en su potencial, probablemente tendrá un buen funcionamiento en lo
académico y en sus relaciones sociales y personales.
Durante el tiempo en que impartamos clases, surgirán distintos sucesos con los
alumnos que requieran de nuestro apoyo, pero es necesario aceptar las
limitaciones propias. Deberíamos darnos el tiempo para conocer a la familia o
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contexto familiar del alumno y hacer cualquier crítica de forma personal y no
pública.
Hay que reafirmar a los niños y valorarlos, ya que están pasando por un proceso
de autoconocimiento y aprovechar el regalo de que contamos con toda su
confianza, mientras están en nuestras aulas.
Es importante acompañarlos en las frustraciones que se les presenten y
orientarlos para manejarlas de la mejor forma posible. Teniendo claro esto, es
fundamental fomentar la autonomía personal designando trabajos y tareas, que se
pueden diseñar por medio de proyectos pedagógicos. Es necesario cambiar las
dinámicas en las que los docentes tienden a señalar directamente quienes son sus
mejores y peores alumnos, hacerlo es un grave error si se intenta mejorar la
autoestima.
En cuanto a la comunicación verbal de las expectativas, esta puede claramente
apreciarse en la frecuencia y calidad de los contactos verbales entre el docente y
alumno. Por lo que he podido observar, el profesor se dirige más a unos alumnos
que a otros, preguntando y permitiendo mayor número de participaciones a
aquellos de los que tiene unas expectativas favorables. Los alumnos con un bajo
rendimiento reciben menos elogios y más críticas mientras que a aquellos con un
buen rendimiento se les perdonan más errores.
Los alumnos de los que se espera más, generalmente, emiten mayor número de
respuestas exactas y menor número de respuestas incorrectas y además se les
prodigan mayores elogios cuando responden bien y menores críticas cuando
responden mal. Los docentes preguntan con mayor frecuencia a los niños de los
que esperan un buen rendimiento, y cuando éstos se equivocan están más
dispuestos a concederles una segunda oportunidad reiterando o dando nueva
forma a la pregunta, e incluso procurando pistas.
Por el contrario, con aquellos de los que se espera poco, los docentes se inclinan
más a suministrar ellos mismos la respuesta exacta o preguntar a otro alumno. Es
75
tiempo de dejar a un lado este tipo de pensamientos y considerar que se puede
practicar esta profesión de forma distinta, con cambios pequeños pero con
enormes resultados, siempre recordando que nuestros rostros, los gestos, el
interés que mostremos, la proximidad y ubicación espacial y el tiempo que se
dedica a cada alumno, son de suma importancia para cada uno de ellos.
Tuve la fortuna de iniciar este proyecto de investigación en una modalidad y
terminarla en otra, es decir, la comencé basada solo en teoría y libros, en
investigaciones, revistas y artículos relacionados con el tema; sin embargo, tiempo
después, se presentó la oportunidad de laborar como docente en una escuela
primaria, en los grados de primero y sexto y comencé a abrir mi panorama sobre
este tema, a darle aún más valor e importancia de la que ya tenía. Pude analizar
de manera mucho más profunda y vivencial la experiencia de cada uno de los
alumnos con relación a este tema, comprobando día a día la importancia que tiene
el papel de la autoestima no solamente en el rendimiento escolar, que como
docente y pedagoga me debe de interesar, sino en la vida misma, si se ve a los
niños como seres humanos, con sentimientos que están antes que cualquier
aspecto académico, por lo tanto, concluyo con este pensamiento:
Creo que un gran maestro es un gran artista
y hay tan pocos como hay grandes artistas.
La enseñanza puede ser la más grande
de las artes ya que el medio es la mente
y espíritu humanos
John Steinbeck.
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