blanco 2012 forestal red natura

Trabajo Fin de Máster

ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS 2012

Guía de Gestión Forestal para la Red Natura 2000 en España

Autor: César A. Blanco Arias

Tutora: Concepción Olmeda Latorre

ASESORES TECNICOS DE MEDIO AMBIENTE

Fotografía de portada: hayedo en el LIC “Picos de Europa en Castilla y León (ES4130003)”

Autor: César A. Blanco Arias

Tutora: Concepción Olmeda Latorre

Documento: Guía de Gestión Forestal para la Red Natura 2000 en España (diciembre 2012)

Debo empezar agradeciendo a los coordinadores del

Máster, Santos y María, a través de los cuales he

tenido la posibilidad de realizar este trabajo con los

compañeros de ATECMA…

…a ellos, David, Concha, Mane, Ernesto y Carlos,

por sus ayudas y por su magnífico trato, van

dirigidos mis mayores agradecimientos, gracias por

darme la oportunidad de introducirme en vuestro

pequeño mundillo a las faldas de la Sierra del

Guadarrama.

Por supuesto, a quien me soporta y apoya, día tras

día, noche tras noche, gracias Ángela.

Prólogo

La Red Natura 2000 es la mayor red de áreas protegidas existente a nivel mundial. Se trata de una red

europea compuesta por más de 26.000 áreas naturales dedicadas a la conservación de las especies y los

hábitats más amenazados de la Unión Europea. Su creación ha requerido un largo proceso y un esfuerzo

conjunto de los diversos países para la designación de aquellos lugares que mejor pueden contribuir a este

objetivo.

En la actualidad, una vez constituida la red, los esfuerzos se dirigen a asegurar una correcta gestión de todas

las áreas que la conforman. No existe a priori prohibición alguna de llevar a cabo ninguna actividad humana

en los lugares de esta red, pero estas actividades deben ser compatibles o adaptarse a los objetivos de

conservación de dichos lugares.

La actividad forestal puede tener sin duda una gran influencia en la Red Natura 2000 ya que los bosques

cubren más del 50% de la superficie total de la red. En este sentido, esta guía representa una herramienta

muy valiosa para orientar las actividades forestales de manera que éstas puedan contribuir a la conservación

de los hábitats y las especies protegidos por las directivas europeas.

Basada en el mejor conocimiento disponible sobre los requerimientos de dichos hábitats y especies y sobre

las principales amenazas que los afectan, este documento ofrece información de gran relevancia e identifica

un conjunto de directrices y recomendaciones sobre gestión forestal que puede ser de gran utilidad para los

gestores de la Red Natura 2000.

Concepción Olmeda.

Resumen

La presente Guía de Gestión Forestal para la Red Natura 2000 en España se articula bajo la finalidad de

mejorar, o mantener (en caso de ser favorable), el estado de conservación de los hábitats boscosos, y

especies asociadas, catalogados en las directivas europeas DC 92/43/CEE, relativa a la conservación de los

hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres y DC 2009/147/CE, relativa a la conservación de las aves

silvestres.

España cuenta con 27 tipos de hábitat de interés comunitario de carácter boscoso. Mediante el análisis

bibliográfico de documentación técnica y científica, este documento trata de identificar las principales

amenazas relacionadas con la gestión forestal que sufren estos ecosistemas.

Se han definido 15 grupos de amenazas sobre los que se ha trabajado para generar las medidas de gestión

forestal oportunas para minimizar o incluso eliminar sus posibles daños. Las 24 medidas o buenas prácticas

propuestas finalmente se engloban en 5 grandes bloques: medidas encaminadas hacia el mantenimiento de la

naturalidad; prácticas ligadas al control de posibles amenazas; aquellas que limitan las actividades nocivas;

actuaciones de mejora y medidas de puesta en valor de actividades sostenibles.

Todas las actuaciones propuestas en la guía tienen la posibilidad de llevarse a cabo con la ayuda de

subvenciones, tanto nacionales como comunitarias, los principales fondos de financiación disponibles son

analizados en este documento buscando la compatibilidad entre medidas y fondos.

En los diferentes hábitats estudiados cuyas formaciones están dominadas por haya (Fagus sylvatica) se

detectan la mayor parte de las amenazas identificadas, entre ellas, la falta de regeneración es la que se ha

detectado en un mayor número de sistemas forestales; en el otro extremo se encuentran los bosques de tejo

(Taxus baccata) para los cuales se han identificado el menor número de amenazas. La implantación de un

Sistema de Certificación Forestal Sostenible se presenta como la medida más eficaz en cuanto al gran

número de amenazas contra las que actúa así como a la relativa facilidad para desarrollarla mediante fondos

de subvención.

Palabras clave: hábitats boscosos, gestión forestal, amenazas, medidas y fondos de financiación.

Guía de gestión forestal para la Red Natura 2000 en España 4

Índice

Página

1. Introducción 6

1.1. Objetivos 8

2. Marco legal y normativo 9

2.1. La gestión forestal en Red Natura 2000 a nivel comunitario 10

2.2. La gestión forestal en Red Natura 2000 a nivel nacional 11

2.3. La gestión forestal en Red Natura 2000 a nivel autonómico 12

2.3.1. Integración de la Red Natura 2000 en la normativa ambiental 12

2.3.2. Integración de la Red Natura 2000 en la normativa forestal 13

2.4. La gestión de la Red Natura 2000 según los Planes Forestales 14

3. Directrices para la gestión y la planificación 17

3.1. Directrices de conservación de la Red Natura 2000 en España 18

3.2. Directrices regionales 19

3.2.1. Guía metodológica para la elaboración de Planes de Gestión de los lugares Natura 2000 en Navarra 19

3.2.2. Directrices para la gestión de los espacios de la red Natura 2000 en Cataluña 19

3.2.3. Directrices de Ordenación Territorial derivadas de la aplicación de la Directiva 92/43/CEE: Canarias 23

3.2.4. Plan Director de la Red Natura 2000 de Galicia 24

3.3. Directrices para la redacción de Planes de Gestión de las ZEPA 25

3.4. Complementariedad entre PORF y Planes de Gestión en sitios Natura 2000 28

4. Hábitats forestales y especies asociadas 31

4.1. Relación de los principales grupos de especies con la Gestión Forestal 64

4.1.1. Quirópteros 64

4.1.2. Aves 65

4.1.3. Insectos saproxílicos 66

5. Amenazas y Medidas de Gestión Forestal 67

5.1. Amenazas ligadas a la gestión forestal 68

5.2. Medidas ligadas a la gestión forestal 86

6. Actuaciones y ejemplos de buenas prácticas en gestión forestal 101

6.1. La gestión forestal en el sitio Natura 2000 Aiako Harria (País Vasco) 102

6.2. Ejemplo de plan de gestión para sitio Natura 2000 de índole forestal: Ordunte (Bizkaia) 103

6.3. Experiencias de compensación económica del patrimonio forestal (Lleida) 104

6.4. Gestión forestal sostenible en un contexto de cambio climático (Menorca) 105


Página

6.5. El proyecto REMA en Asturias 106

6.6. La gestión forestal a través de los Bosques Modelo (Castilla y León) 107

6.7. Gestión privada de pinares con colonia de buitre negro. Alto Lozoya (Madrid) 107

6.8. El modelo de gestión forestal sostenible de Valsaín (Segovia) 108

7. Financiación 110

7.1. Programa de Desarrollo Rural Sostenible (2010-2014) 111

7.2. Programa de Desarrollo Rural (2007-2013) 116

7.3. Fondo Europeo de Desarrollo Regional (2007-2013) 123

7.4. Programa LIFE+ (2007-2013) 124

7.5. Programa INTERREG IV (2007-2013) 125

8. Resultados y conclusiones 127

8.1. Resultados 129

8.2. Conclusiones 134

9. Bibliografía 135

Anexo I. Marco Legal y normativo 145

Anexo II. Amenazas-Medidas-Financiación 149

INTRODUCCIÓN


1. Introducción

Los bosques juegan un papel vital en la búsqueda de soluciones para los complejos problemas mundiales

relacionados con el desarrollo económico y social, la erradicación de la pobreza, la sostenibilidad ambiental,

la seguridad alimentaria y la agricultura, la energía, el agua, la mitigación del cambio climático y la

adaptación a él, la lucha contra la desertificación y la degradación del suelo, la conservación de la diversidad

biológica, la protección de las cuencas hidrográficas y la reducción del riesgo de desastres (OSE, 2011B).

Los bosques, de igual modo, nos brindan una enorme variedad de servicios ecosistémicos (ver figura 1.1) que

no sólo cubren las necesidades materiales básicas requeridas para la supervivencia, sino que también

sustentan otros aspectos que hacen al bienestar, entre ellos, salud, seguridad, buenas relaciones sociales y

libertad de elección.

Servicios de abastecimiento Servicios culturales Servicios de regulación Servicios de sustento

� Alimentos, fibras y combustibles

� Recursos genéticos

� Sustancias bioquímicas

� Agua dulce

� Valores espirituales y religiosos

� Sistemas de conocimientos

� Educación e inspiración

� Recreación y valor estético

� Resistencia a invasiones

� Herbivoría

� Polinización

� Dispersión de semillas

� Regulación del clima

� Regulación de plagas

� Regulación de enfermedades

� Protección contra riesgos naturales

� Control de erosión

� Purificación del agua

� Producción primaria

� Provisión de hábitats

� Circulación de nutrientes

� Formación y retención de suelos

� Producción de oxígeno atmosférico

� Circulación del agua

Figura 1.1. Bienes y servicios de los ecosistemas forestales. Elaborado a partir de: EEM, 2005.

El buen estado de los bosques y la provisión de estos y otros servicios que brindan los ecosistemas forestales

dependen de la existencia tanto de una diversidad de especies como de la diversidad genética dentro de cada

especie y de la diversidad de tipos de bosques. La conservación de la biodiversidad forestal es un requisito

esencial para garantizar un flujo duradero y amplio de servicios ecosistémicos forestales.

La presente Guía de Gestión Forestal para la Red Natura 2000 en España se genera con la finalidad de

aportar unas directrices básicas de manejo forestal mediante las cuales se logren mantener en un estado de

conservación favorable los hábitats boscosos del Anexo I de la DC 92/43/CEE (Directiva Hábitat) y las

especies silvestres asociadas a éstos, catalogadas en los Anexos II, IV y V de la DC 92/43/CEE y en el

Anexo I de la DC 2009/147/CE (Directiva Aves), para los lugares que integren la Red Natura 2000 del

estado español (Zonas de Especial Conservación/Lugares de Interés Comunitario y Zonas de Especial

Protección para las Aves).


El conjunto de directrices o buenas prácticas de gestión, que finalmente se desarrollan, ha sido determinado

tras el análisis de las amenazas y presiones que los hábitats forestales sufren en nuestro país, así como de las

medidas contrastadas que se pueden adoptar para intentar minimizar los daños o evitar los deterioros y

alteraciones. La DC 92/43/CEE establece que se deben adoptar las medidas apropiadas para evitar, en los

lugares Natura 2000, el deterioro de los hábitats o especies que han motivado su designación.

Es importante tener en cuenta la gran variedad de hábitats forestales que están representados en España, y las

diferentes situaciones socioeconómicas de ámbito regional y local, lo que convierte en generales a las

recomendaciones que propone este documento. Estas directrices reflejan e intentan englobar las principales

medidas relacionadas con el manejo del bosque, recogidas en una amplia documentación, como son planes

técnicos de gestión de sitios Natura 2000, manuales de gestión forestal, directrices de conservación de sitios

Natura 2000, experiencias prácticas, etc.

Además, se ha llevado a cabo una recopilación de las fuentes de financiación más importantes, a través de las

cuales se pueden poner en práctica las actuaciones previstas para cada una de las directrices.

1.1. Objetivos

Bajo la finalidad de mejorar, o mantener (en caso de ser favorable), el estado de conservación de los hábitats

y especies forestales de la Red Natura 2000, este documento intenta satisfacer también los siguientes

objetivos específicos:

�� Generar un marco de recomendaciones para llevar a cabo una gestión forestal responsable y acorde con los

criterios de la Red Natura 2000.

�� Informar a los propietarios de bosques privados y públicos, gestores forestales, autoridades competentes en

materia de conservación de la naturaleza, organizaciones no gubernamentales (ONG) y otras partes

interesadas, acerca de experiencias interesantes en el ámbito de la gestión forestal en Red Natura 2000.

�� Informar a las partes interesadas sobre las oportunidades de financiación, existentes y futuras, para los

bosques y la gestión forestal en sitios Natura 2000.

MARCO LEGAL Y NORMATIVO


2. Marco legal y normativo

La planificación y gestión de los Espacios Naturales Protegidos en España se enmarca en el contexto de una

normativa en cascada que comienza con los tratados y convenios internacionales y termina con la legislación

autonómica de cada una de las 17 Comunidades Autónomas existentes en nuestro país.

2.1. La gestión forestal en Red Natura 2000 a nivel comunitario

La Comisión Europea promulgó, en el año 1992, la Directiva 92/43/CEE, relativa a la conservación de los

hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres, conocida como Directiva Hábitat, que asume como

objetivo fundamental propiciar el mantenimiento de la biodiversidad en el ámbito territorial de la Unión

Europea, teniendo en cuenta las exigencias económicas, sociales, culturales y regionales. Esta Directiva crea

una red ecológica europea coherente de zonas especiales de conservación denominada Natura 2000, formada

por (Gallego & Atienza, 2011) lugares que albergan los tipos de hábitats naturales recogidos en el Anexo I y

las especies de animales y vegetales del Anexo II (Directiva Hábitat), y zonas de protección especial para las

aves incluidas en el Anexo I de la Directiva Aves y las especies migratorias con presencia regular en España.

La Directiva 2009/147/CE, relativa a la conservación de las aves silvestres (Directiva Aves) es el otro texto

básico para establecer Natura 2000. Esta red debe garantizar el mantenimiento y restablecimiento, en un

estado de conservación favorable, de los hábitats y especies de interés comunitario antes citados.

A través de la Directiva Hábitat, los Estados miembros deberán designar como Zonas Especiales de

Conservación (ZEC) los Lugares de Interés Comunitario (LIC) identificados en una primera fase, y de

acuerdo con el artículo 6.1, deberán establecer los planes de gestión y las medidas que respondan a sus

exigencias ecológicas, así como evitar el deterioro y las alteraciones de los hábitats y las especies presentes

en dichas zonas (en virtud del artículo 6.2).

Art 6.2

Prevenir el deterioro

Art 6.3 y 6.4

Procedimiento de autorización para las operaciones potencialmente perjudiciales

LIC

Establecer los Objetivos de Conservación

Primera identificación y definición de las Medidas de

Conservación

ZEC

Art 6.1

Establecer las Medidas de Conservación

Aplicación de las Medidas de Conservación necesarias para

ZEC

Máxim

o de 6

años

Figura 2.1. Proceso de declaración de las ZEC según la DC 92/43/CEE. Fuente: elaboración propia.


Por otro lado, los territorios más adecuados en número y en superficie para la conservación de las especies

del Anexo I de la Directiva Aves, han sido designados por los Estados miembros como zonas de protección

especial (ZEPA), estos Estados deben tomar las medidas para evitar, dentro de dichas zonas de protección, la

contaminación o el deterioro de los hábitats, así como las perturbaciones a las aves.

A fin de garantizar una aplicación efectiva de las medidas de conservación identificadas en los instrumentos

de gestión de cada sitio, es necesaria su integración efectiva en otros planes y políticas pertinentes (European

Commission, 2012) como pueden ser los relativos a la gestión forestal.

Como detalla el artículo 6.3 de la DC Hábitats: “Cualquier plan o proyecto que, sin tener relación directa

con la gestión del lugar o sin ser necesario para la misma, pueda afectar de forma apreciable a los citados

lugares, ya sea individualmente o en combinación con otros planes y proyectos, se someterá a una adecuada

evaluación de sus repercusiones en el lugar, teniendo en cuenta los objetivos de conservación de dicho

lugar.”

Las Directivas sobre protección de la naturaleza solamente indican el resultado que debe lograrse a través de

la aplicación nacional. No recomiendan ninguna medida de conservación concreta y no es posible dar

indicaciones específicas en ámbitos como la restricción de los niveles de saca, las dimensiones de los

desmontes, el calendario de las intervenciones, etc., ya que dependen de medidas de gestión que deben

negociarse en un ámbito local entre las autoridades responsables y las empresas o propietarios forestales

(European Commission, 2003).

2.2. La gestión forestal en Red Natura 2000 a nivel nacional

Los espacios protegidos Red Natura 2000 están regulados a nivel estatal en el Capítulo III de la Ley 42/2007,

de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. Desde el punto de vista de la

conservación de estos espacios es relevante su artículo 45, en el que se detallan las medidas de conservación

y se expone que serán las Comunidades Autónomas las encargadas de fijar las medidas de conservación

necesarias en Red Natura 2000: respecto de las Zonas Especiales de Conservación y las Zonas de Especial

Protección para las Aves, las Comunidades autónomas fijarán las medidas de conservación necesarias, que

respondan a las exigencias ecológicas de los tipos de hábitats naturales y de las especies presentes en tales

áreas.

Otra de las obligaciones de la administración que detalla la Ley 42/2007, al igual que hacía la DC Hábitats,

es la de someter los planes, programas o proyectos que, sin tener relación directa con la gestión del lugar o

sin ser necesarios para la misma, puedan tener un impacto sobre estos espacios, a un procedimiento de

evaluación de impacto que garantice que no sean autorizados si pueden afectar negativamente al espacio.


Por su parte, la normativa forestal nacional viene determinada por la Ley 10/2006, de 28 de abril, de Montes,

que en su artículo 34 cita la necesidad de gestionar los hábitats forestales Red Natura 2000 de un modo

acorde con los criterios de conservación: los montes con otras figuras de especial protección, así como los

montes catalogados que reúnan las características enumeradas en el artículo 24 bis.1 “como es el caso de

sitios Natura 2000”, se gestionarán para garantizar su mantenimiento en un estado de conservación

favorable o, en su caso, para la restauración de los valores que motivaron dicha declaración.

2.3. La gestión forestal en Red Natura 2000 a nivel autonómico

Las Comunidades Autónomas podrían aplicar directamente la Ley de Patrimonio Natural y de la

Biodiversidad, al ser básica, sin embargo, la mayoría de ellas han promulgado sus propias leyes de

conservación de la naturaleza. Es importante, conocer en cada caso, la ley autonómica de protección de la

naturaleza aplicable, ya que puede aumentar los niveles de protección o establecer nuevas categorías de

espacios protegidos.

En cuanto a la gestión de los terrenos forestales catalogados como Natura 2000, ésta debe respetar la

normativa de cada una de las 17 Comunidades Autónomas de nuestro país. El marco legislativo autonómico

para el desarrollo de la actividad forestal en Red Natura 2000 puede venir determinado por leyes

ambientales, forestales o ambas, en función de cada una de las regiones.

2.3.1. Integración de la Red Natura 2000 en la normativa ambiental

En el caso de la normativa ambiental, existen seis CCAA que aún no han adaptado dicha normativa para los

terrenos Natura 2000, se trata de Aragón, Asturias, Castilla y León, Murcia, Navarra y Madrid.

El resto de comunidades han introducido los sitios Natura 2000 en su normativa ambiental, algunas de ellas

han creado una figura de protección específica nueva (dentro del Sistema de Áreas Protegidas) que engloba a

estos lugares, es el caso de Andalucía con las Zonas de Importancia Comunitaria, Cantabria con las Zonas

de la Red Ecológica Europea Natura 2000, Galicia con las Zonas de Especial Protección de los Valores

Naturales, La Rioja con las Zonas Especiales de Conservación de Importancia Comunitaria y el País Vasco

con las Zona o lugar incluido en la Red Europea Natura 2000.

Otras Comunidades Autónomas se han declinado por introducir a estos lugares en su legislación, pero fuera

del amparo de las Áreas Protegidas, es el caso de las Islas Baleares y su Red Ecológica Europea Natura

2000, Castilla-La Mancha con las Zonas Sensibles, Cataluña con las ZEC y ZEPA y la Comunidad

Valenciana con los Espacios Protegidos Red Natura 2000.


El caso de Extremadura consiste en un sistema mixto en el que se ha optado por catalogar los sitios Natura

2000 en función de su representatividad, singularidad, rareza, fragilidad o interés como Zonas de Interés

Regional (como Áreas Protegidas) o como Red Ecológica Europea Natura 2000 (diferente a las Áreas

Protegidas).

Por último, en Canarias han optado por declarar solamente las Zonas de Especial Conservación (ZEC) y sus

medidas de mantenimiento, mediante el Decreto 174/2009, de 29 de diciembre, por el que se declaran Zonas

Especiales de Conservación integrantes de la Red Natura 2000 en Canarias y medidas para el

mantenimiento en un estado de conservación favorable de estos espacios naturales. (Ver Anexo I, tabla 1).

En cuanto a las medidas de gestión que cada una de las comunidades deberá llevar a cabo en los sitios Natura

2000 según estas normativas, la mayoría de las regiones simplemente cita que se tratará de medidas de

conservación adecuadas, que pueden establecerse mediante planes de ordenación y gestión (es el caso de

Andalucía, Cantabria, Extremadura o Valencia).

En el caso de Galicia, la Ley 9/2001, de conservación de la naturaleza, establece que para estas figuras de

protección, se deben aprobar, por lo menos, planes de conservación en donde se regulen usos, actividades o

limitaciones.

La Rioja, por su parte, a través de la Ley 4/2003, de Conservación de Espacios Naturales de La Rioja,

establece como instrumentos de protección y gestión para estas zonas los Planes de Ordenación de los

Recursos Naturales (PORN).

El Gobierno de Baleares mediante la Ley 5/2005, para la conservación de los espacios de relevancia

ambiental (LECO), fija la obligatoriedad de realizar planes de gestión adecuados para los espacios de la red,

esto mismo ocurre en el caso de Castilla-La Mancha (Ley 8/2007, de modificación de la Ley 9/1999, de

conservación de la naturaleza).

2.3.2. Integración de la Red Natura 2000 en la normativa forestal

Por otro lado, la normativa forestal existente a nivel autonómico puede prevalecer frente a la ambiental,

complementarse o verse suplida, cuando se trata de la gestión de terrenos Natura 2000 (ver Anexo I, tabla 3).

Existen comunidades que aún no cuentan con legislación forestal propia, se trata de: Islas Baleares, Canarias,

Cantabria, Extremadura y Murcia.

En Aragón, Castilla y León, Asturias y Navarra la ley forestal prevalece a la ambiental en aquellos terrenos

forestales Natura 2000, ya que la Red Natura 2000 no ha sido desarrollada todavía por la normativa

autonómica ambiental.


En el caso de la Comunidad Foral de Navarra por ejemplo, el artículo 7 de la Ley Foral 3/2007, de 21 de

febrero, de Protección y Desarrollo del Patrimonio Forestal de Navarra dispone lo siguiente: los montes o

terrenos forestales (…) comprendidos dentro de la red natura 2000 estarán sometidos, en materia forestal, a

la presente Ley Foral, debiendo sus planes o proyectos de ordenación forestal incorporar lo establecido en

su normativa específica en cuanto a la conservación y protección de sus valores ambientales.

En otras comunidades, los montes catalogados en alguna de las figuras de la Red Natura 2000, se gestionarán

en base a la normativa forestal, siempre que no contradiga a la ambiental propia, es el caso de Castilla-La

Mancha, La Rioja, Madrid, País Vasco y Galicia. En el resto de las CCAA (Andalucía, Cataluña y Valencia),

con las leyes forestales más antiguas (1992, 1988 y 1993, respectivamente), no se citan los montes

catalogados Natura 2000.

Los instrumentos de gestión establecidos en las diferentes normativas que se han ido presentando en este

documento se resumen en la figura 2.2, desde el nivel comunitario hasta el nivel autonómico. La gestión

forestal en estos espacios, según la Ley 10/2006, de montes, debe tener presente las pautas de conservación

de la legislación ambiental, así mismo, a nivel autonómico, los planes y proyectos de ordenación forestal

deben ser acordes con los criterios de gestión de la normativa ambiental.

Niv

el C

OM

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ITA

RIO

ES

TA

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S M

IEM

BR

OS

CC

AA

ZE

CZ

EP

A

DC 92/43/CEE -Art. 6.1

Planes de gestión o medidas de conservación

DC 2009/147/CE -Art. 3

Medidas de conservación

Ley 42/2007 -Art. 45

Medidas de conservación

Ley 10/2006 -Art. 34

Gestión forestal

Normativa ambientalMedidas de gestiónPlanes de gestión

Planes de conservaciónPORNOtros

Normativa forestalPlanes de ordenación forestal

Figura 2.2. Instrumentos de gestión normativos para los espacios Natura 2000 en España. Fuente: elaboración propia.

2.4. La gestión de la Red Natura 2000 según los Planes Forestales

La disparidad en la articulación de los planes forestales autonómicos es casi tan variada como la diversidad

de las regiones biogeográficas de España. Si se analiza el contenido de los distintos planes no es difícil

encontrar distintas concepciones y perspectivas, así como diferentes ámbitos de aplicación, tanto desde el

punto de vista territorial o funcional como del institucional o administrativo.

Todos los planes forestales autonómicos asumen, de una u otra forma, los principios y criterios derivados de

los compromisos adquiridos en los convenios mundiales acordados en la Cumbre de la Tierra celebrada en

1992 en Río de Janeiro, especialmente los referidos a sostenibilidad y multifuncionalidad, muchas veces con

particularización para criterios de biodiversidad forestal.


Algunos planes adoptan directrices generales y modelos funcionales de gestión que tratan de marcar las

pautas de comportamiento en la gestión forestal. Los objetivos generales suelen coincidir con cuatro grandes

ejes (Protección de la naturaleza y de la biodiversidad forestal; Defensa forestal; Restauración y mejora del

medio natural; Ordenación y gestión sostenible) cuando no coinciden con los 6 criterios paneuropeos de

gestión forestal sostenible que a continuación se citan:

1 Mantenimiento y mejora adecuada de los recursos forestales y su contribución al ciclo del carbono. 2 Mantenimiento y mejora de la salud y vitalidad de los ecosistemas forestales. 3 Mantenimiento y potenciación de las funciones productivas del monte (leña y otros). 4 Mantenimiento, conservación y mejora apropiada de la diversidad biológica de los ecosistemas forestales. 5 Mantenimiento y mejora apropiada de las funciones de protección en la gestión del bosque (sol y agua). 6 Mantenimiento de otras funciones y condiciones socioeconómicas.

Como explica el Plan Forestal Español, aprobado por el Consejo de Ministros el 5 de julio de 2002, la

pertenencia de un terreno forestal a la Red Natura 2000 no significará la suspensión ni el cambio de usos en

su interior, siempre y cuando resulten compatibles con el objetivo fundamental de mantener en un estado de

conservación favorable los recursos naturales que motivaron su declaración.

Los ejes de intervención de cada uno del los Planes Forestales autonómicos se presentan como el marco

sobre el que se establecen las acciones específicas para la gestión y conservación del medio forestal.

Algunas de estas acciones se refieren a la integración de las políticas de protección de espacios naturales

protegidos en la gestión forestal y en los Proyectos de Ordenación de Montes de Utilidad Pública (Plan

forestal de La Rioja). A continuación se citan ejemplos de algunas de éstas, relativas a espacios de la Red

Natura 2000, que se citan en diferentes Planes autonómicos:

�� Incremento del control sobre la expansión o introducción de flora silvestre fuera de su área de

distribución natural, controlando los riesgos de contaminación genética, propagación de enfermedades o

desplazamiento de especies o variedades autóctonas (Plan Forestal de La Rioja, 2004).

�� Integración de los trabajos preventivos de control de agentes patógenos con el resto de las operaciones en

las masas forestales (Plan de Conservación del Medio Natural de Castilla-La Mancha, 2003).

�� Creación y conservación de corredores ecológicos (Plan Forestal Andaluz, 2007).

�� Repoblaciones con especies naturales para aumentar masas naturales (Plan Forestal de Asturias, 2001).


�� Realización de tratamientos selvícolas destinados a reducir el número de pies jóvenes y a equilibrar la

estructura por clases de edad, así como a regular la espesura o competencia, y favorecer la regeneración

natural (Plan Estratégico Forestal de la Región de Murcia, 2002).

El conjunto de todas estas medidas que se desarrollan en los diferentes planes propone un sistema que trata

de marcar las pautas de comportamiento adecuadas en la gestión forestal, pero cada uno de los Planes está

subordinado a unas condiciones ecológicas y socio-económicas diferentes para cada región, por lo que la

aplicación de estas actuaciones debe ceñirse al marco geográfico concreto.

DIRECTRICES PARA LA GESTIÓN

Y LA PLANIFICACIÓN


3. Directrices para la gestión y la planificación

La Directiva Comunitaria relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestre

(DC 92/43/CEE) establece en su artículo 6, como ya se ha visto anteriormente, que los Estados miembros

deberán adoptar las medidas apropiadas para evitar en los lugares Natura 2000 el deterioro de los hábitats y

especies que han motivado su designación.

Esta norma no obliga a elaborar planes de gestión en estos lugares, pero en el contexto nacional, la Ley del

Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (Ley 42/2007), obliga a las Comunidades Autónomas a realizar

adecuados planes o instrumentos de gestión, tanto en las Zonas Especiales de Conservación como en las

Zonas de Especial Protección para las Aves, que incluyan, al menos, los objetivos de conservación del lugar

y las medidas apropiadas para mantener los espacios en un estado de conservación favorable.

3.1. Directrices de conservación de la Red Natura 2000 en España Como marco orientativo para la planificación y la gestión de los espacios Red Natura 2000, la Ley 42/2007

estableció que el Ministerio de Medio Ambiente con la participación de las Comunidades Autónomas, debía

elaborar unas Directrices de conservación de la Red Natura 2000. Este documento (publicado en

http://www.magrama.gob.es) reúne una serie de recomendaciones de gestión con la finalidad de que los

instrumentos de gestión se elaboren con una lógica técnica que responda a los objetivos de conservación que

se pretenden alcanzar.

Estas Directrices se pueden aplicar tanto a instrumentos de gestión que abarcan varios lugares Natura 2000

(por región, tipología, etc.) como a aquellos instrumentos específicos para un solo espacio. Las Directrices

de conservación de la Red Natura 2000 establecen el contenido mínimo que deben abarcar los instrumentos

de gestión: ámbito territorial, inventario de los Tipos de Hábitat y Especies de Interés Comunitario, estado de

conservación, presiones y amenazas, objetivos, zonificación, medidas y acciones, seguimiento y evaluación

y, por último, valoración económica y prioridades de la gestión.

En lo relativo al estado de conservación, las Directrices recomiendan la utilización de un listado único de

presiones y amenazas que facilite la comparación de situaciones y resultados.

En cuanto a las medidas que se propondrán en los instrumentos de gestión, se detalla que pueden ser medidas

activas de conservación, medidas preventivas u otro tipo de medidas, podrán tener un carácter reglamentario,

contractual, de convenio o mixto. Estas medidas, activas o preventivas, podrán materializarse (además de a

través de proyectos o actuaciones concretas) mediante directrices, normas o fórmulas contractuales de

carácter voluntario.


3.2. Directrices regionales Algunas Comunidades Autónomas han publicado directrices básicas para elaborar los planes de gestión de

los diferentes espacios Natura 2000. En algunos casos, como el de Navarra, la elaboración de este documento

surge de la insatisfacción con los planes que habitualmente se venían haciendo en los espacios naturales

protegidos.

Figura 3.1. Portadas de los documentos regionales “Guía metodológica para la elaboración de Planes de

Gestión de los lugares Natura 2000 en Navarra” y “Plan Director de la Red Natura 2000 de Galicia”.

3.2.1. Guía metodológica para la elaboración de Planes de Gestión de los lugares Natura 2000 en Navarra Navarra ha publicado esta guía con el objetivo de paliar las deficiencias que presentaban los planes de

gestión aprobados hasta la fecha en sitios Natura 2000 de esta Comunidad. Los nuevos planes de gestión

deben, según esta guía, establecer medidas para abordar cuestiones relativas a la biodiversidad utilizando

instrumentos que no son específicos de la diversidad biológica y que implican a las diferentes prácticas del

uso del suelo. Uno de los capítulos que debe describir el Plan de Gestión es el Documento de Medidas, en él

se detallan las actuaciones, que son las piezas básicas del Plan y que es imprescindible que sean realizables.

3.2.2. Directrices para la gestión de los espacios de la red Natura 2000 en Cataluña En el caso de Cataluña se ha decidido agrupar los espacios de la red Natura 2000 en diversas tipologías en

función de sus ambientes naturales principales, de cara a definir sus directrices de gestión. Esta característica

permite, a grandes rasgos, una definición de la gestión a efectuar en cada uno de los espacios eficaz y

fácilmente identificable. En el documento de directrices de gestión se añaden algunas directrices específicas

para determinados elementos prioritarios de conservación de estos espacios de manera que sumando estas

dos aproximaciones quedan suficientemente bien definidos los requerimientos de gestión para cada uno de

los espacios de la red Natura 2000.


En primer lugar, el documento presenta los objetivos de conservación, hábitats, especies y sitios Natura 2000

que se recogen en cada una de las nueve tipologías anteriores (tabla 3.1), en segundo lugar se definen las

directrices generales para cada una de ellas y las específicas para los elementos prioritarios de conservación.

En lo relativo a la gestión forestal de hábitats del grupo 9, recogidos en las tipologías catalanas 3, 4, 5, 6 y 8

(ver tabla 3.1), las directrices prácticas más interesantes se citan a continuación:

Tabla 3.1. Hábitats principales de Interés Comunitario del tipo 9 (Bosques) agrupados en las 8 tipologías de las

Directrices para la gestión de los espacios de la red Natura 2000 en Cataluña.

�� 3. Espacios de montaña litoral y 4. Espacios de montaña interior: �� Se potenciarán, mediante líneas de ayuda específicas vinculadas a la financiación prevista en el FEADER,

las claras de mejora que tienden a aumentar las características tecnológicas y la madurez del bosque. �� Se potenciará la certificación forestal, de acuerdo con la fijación de carbono, la producción de biomasa y la

explotación forestal sostenible. �� Se promoverán métodos alternativos para la extracción de madera que reduzcan la construcción de pistas

forestales, con el fin de limitar la penetrabilidad y fragmentación de las áreas con presencia de hábitats y/o

especies de interés comunitario.

�� De forma voluntaria los propietarios podrán incorporar criterios silvoambientales en la planificación

forestal enfocados a realizar actuaciones para mejorar la calidad y la madurez de estos bosques. Son los

siguientes:

� Delimitación de rodales semilleros o selectos.

� Delimitación de rodales con poca intervención que tiendan a características de bosque maduro.

� Logro de criterios de certificación forestales del PEFC.

� Mantenimiento de un mínimo de 10 pies/ha de pino laricio (Pinus nigra) u otras especies arbóreas de

interés para la fauna (quirópteros forestales o aves), de clase diamétrica superior a 40 cm para favorecer

la fauna forestal.

� Conservación de elementos de interés natural y cultural de la finca como fuentes, bosques de ribera, pies

de especies nutricias para animales, etc.

6 Espacios del Pirineo 91 Bosques de la Europa templada

94 Bosques de coníferas de montañas templadas

7 Espacios de llanura agrícola 8 Espacios de aguas continentales

91 Bosques de la Europa templada (de ribera)

92 Bosques mediterráneos caducifolios (de ribera)

1 Espacios marinos 2 Espacios de humedales litorales 3 Espacios de montaña litoral

93 Bosques esclerófilos mediterráneos

4 Espacios de montaña interior 93 Bosques esclerófilos mediterráneos

95 Bosques de coníferas de montañas mediterráneas 5 Espacios del Prepirineo

92 Bosques mediterráneos caducifolios

9340 Bosques de Quercus ilex y Quercus rotundifolia

95 Bosques de coníferas de montañas mediterráneas


� Mantenimiento de un cierto número de árboles caducifolios en áreas con presencia de especies animales

forestales de interés comunitario.

� Mantenimiento de un mínimo de 5 pies muertos/ha de DBH superior a los 40 cm en áreas con presencia

de especies forestales de interés comunitario. �� En áreas con presencia de especies de interés comunitario se procurará adecuar la realización de los

aprovechamientos forestales en épocas que no interfieran con su ciclo biológico. �� Se favorecerán los tratamientos silvícolas que rechacen el uso de productos fitosanitarios que puedan

afectar, directa o indirectamente, a la fauna. �� Se consideran incompatibles las repoblaciones con especies forestales alóctonas en espacios de la Red

Natura 2000 cuando éstas supongan la desaparición de hábitats forestales de interés comunitario.

�� 5. Espacios del Prepirineo: �� Se potenciarán, mediante líneas de ayuda específicas vinculadas a la financiación prevista en el FEADER,

las claras de mejora que tienden a aumentar las características tecnológicas y la madurez del bosque. �� Se potenciará la certificación forestal, de acuerdo con la fijación de carbono, la producción de biomasa y la

explotación forestal sostenible. �� Se promoverá la creación de reservas forestales (integrales o dirigidas) en las áreas de mayor valor natural. �� En áreas con presencia de especies de interés comunitario se procurará alargar al máximo las rotaciones de

tala, sin que se resienta la productividad silvícola, y se procurará adecuar la realización de los

aprovechamientos forestales en épocas que no interfieran con su ciclo biológico. �� Se promoverán métodos alternativos para la extracción de madera que reduzcan la construcción de pistas


especies de interés comunitario. �� De forma voluntaria los propietarios podrán incorporar criterios silvoambientales en la planificación

forestal enfocados a realizar actuaciones para mejorar la calidad y la madurez de estos bosques. Se trata de

los mismos que para los espacios 3 y 4. �� Se favorecerán los tratamientos silvícolas que rechacen el uso de productos fitosanitarios que puedan

afectar, directa o indirectamente, a la fauna.

�� 6. Espacios del Pirineo: �� Se promoverá la creación de reservas forestales (integrales o dirigidas) en las áreas de mayor valor natural. �� En áreas con presencia de especies de interés comunitario se procurará alargar al máximo las rotaciones de


aprovechamientos forestales en épocas que no interfieran con su ciclo biológico.


�� Se potenciará la certificación forestal, de acuerdo con la fijación de carbono, la producción de biomasa y la

explotación forestal sostenible. �� Se favorecerá la conservación y el aumento de la superficie de coníferas autóctonas (pinares de pino negro,

abetos, etc.) y de bosques mixtos de caducifolios (hayas, etc.), reservando parcelas de bosque maduro en los

sectores mejor conservados. �� Se fomentarán las estructuras en mosaico, alternando zonas con diferentes densidades de arbolado con

claros donde predominen especies arbustivas productoras de frutos (arándanos, gredales, robles, castaños,

cerezos, avellanos, serbales, manzanos, etc.), prados y pastos, y potenciando los ecotonos. �� No se permitirán las plantaciones forestales extensivas con coníferas y frondosas, ni con especies

alóctonas, que afecten a los hábitats de interés comunitario o con áreas con presencia de especies de interés

comunitario. �� Se promoverán métodos alternativos para la extracción de madera que reduzcan la construcción de pistas


especies de interés comunitario. �� De forma voluntaria los propietarios podrán incorporar criterios silvoambientales en la planificación

forestal enfocados a realizar actuaciones para mejorar la calidad y la madurez de estos bosques. Se trata de

los mismos que para los espacios 3 y 4. �� Se favorecerán los tratamientos silvícolas que rechacen el uso de productos fitosanitarios que puedan


�� 8. Espacios de aguas continentales: �� Se potenciará la certificación forestal, de acuerdo con la fijación de carbono, la producción de biomasa y la

explotación forestal sostenible. �� Se promoverá la creación de reservas forestales (integrales o dirigidas) en las áreas de mayor valor natural.

�� Las actuaciones silvícolas en general y especialmente los trabajos forestales como el desembosque de

madera o la apertura de viales, no podrán afectar en ningún caso a la geomorfología y estabilidad de los

márgenes. �� Los aprovechamientos forestales que se desarrollen en áreas con bosque de ribera, márgenes arbolados de

cultivo o hileras arboladas de riegos y acequias deben garantizar la persistencia y conservación de las

comunidades forestales y hábitats de interés comunitario. �� En las actuaciones de mejora y restauración de las comunidades vegetales de ribera se favorecerán las

especies vegetales autóctonas y se tenderá a retirar las especies alóctonas, y se estimulará el uso de especies

y variedades que correspondan a la cuenca o área geográfica donde se realiza la actuación.


�� En áreas con presencia de especies de interés comunitario se procurará alargar al máximo las rotaciones de


aprovechamientos forestales en épocas que no interfieran con su ciclo biológico. �� Se fomentará la conservación y el aumento de las formaciones vegetales naturales de ribera (alisos y otros

bosques de ribera afines), reservando parcelas de bosque maduro para las especies de interés comunitario que

lo requieran. �� Se estimulará la conservación y la restauración de la vegetación herbácea asociada a las riberas (carrizales,

espadañales, herbazales hidrófilos, etc.), distribuida generalmente en las áreas de inundación más frecuente

del cauce y los márgenes fluviales (en muchos casos parcialmente sumergida), debido al su elevado valor

biológico. �� Las plantaciones forestales extensivas con chopos, plátanos u otras especies alóctonas no pueden suponer

la desaparición de hábitats de interés comunitario existentes. Habrá que evitar la plantación de especies no

típicas de ribera o de especies invasoras. �� Se promoverán métodos alternativos para la extracción de madera que no supongan o limiten la

construcción de pistas forestales y el uso de maquinaria, con el fin de evitar al máximo la perturbación del

suelo y de limitar la penetrabilidad de las áreas con presencia de hábitats o especies de interés comunitario. �� Se favorecerán los tratamientos silvícolas que rechacen el uso de productos fitosanitarios que puedan


3.2.3. Directrices de Ordenación Territorial derivadas de la aplicación de la Directiva 92/43/CEE: Canarias Al no ser necesario que los planes o instrumentos de gestión sean específicos de un sólo espacio Natura

2000, las Directrices Canarias establecen unos contenidos mínimos para que esos planes puedan ser

considerados como adecuados.

Las actuaciones o medidas de gestión son uno de los apartados considerados como básicos para estos planes,

las Directrices Canarias definen algunas medidas generales, como por ejemplo: �� En los hábitats zonales, y por tanto sometidos a problemas de fragmentación, deberán identificarse

posibles zonas de alta conectividad que contrarresten los procesos de aislamiento y extinción local. �� En cuanto a las especies de interés comunitario, atendiendo a las necesidades de la especie y a la

intensidad o direccionalidad de las amenazas que actúan sobre ella o su hábitat, se determinará la tipología

de medidas de conservación y las prioridades que resulten más adecuadas. �� Los procesos derivados del cambio climático deberán ser tenidos en cuenta dentro del conjunto de factores

de presión que determinan la supervivencia de los taxones y actuar en consecuencia cuando sea aconsejable,

fundamentalmente mediante la ejecución de proyectos específicos destinados a corregir los errores de

actuaciones humanas pretéritas orientados, en cuanto a la gestión forestal, hacia:


� La recuperación de la cubierta vegetal.

� La eliminación de especies alóctonas que impidan una normal progresión de las autóctonas.

� El mantenimiento de ciertos usos tradicionales agropecuarios ligados al mantenimiento de hábitats

necesarios para la supervivencia de determinadas especies.

3.2.4. Plan Director de la Red Natura 2000 de Galicia De acuerdo con los objetivos de conservación de la Red Natura 2000, y una vez identificados los principales

componentes y valores de cada uno de los espacios naturales de Galicia, así como las principales afecciones

y amenazas, El “Plan Director de la Red Natura 2000 de Galicia” procedió a definir los objetivos y

directrices que se adoptarán en la ordenación de los usos y de las actividades a desarrollar en los espacios

objeto del citado Plan.

Las Directrices que se presentan en este Plan se articulan en tres niveles diferentes, el primero

correspondiente a la normativa general de ordenación y gestión, que marca los objetivos generales de

conservación de los espacios Natura 2000. En el segundo se desarrolla la normativa general y se definen, en

consecuencia, objetivos, directrices y normas de aplicación de las principales actividades y proyectos

elaboradas a partir de la legislación sectorial vigente. El tercero viene determinado por la normativa zonal, en

función de la expresión territorial de los componentes de la biodiversidad, se propone un régimen de

ordenación y gestión específico, que responde, en consecuencia, a las diferentes necesidades de conservación

y gestión y a diferentes grados de aprovechamiento de los recursos naturales.

Además, este Plan clasifica los posibles usos y aprovechamientos de los recursos naturales con la

consideración de permitidos, autorizables y no permitidos en función de su incidencia sobre los valores que

motivaron la declaración de los espacios.

En cuanto al segundo nivel de medidas, se presentan por componentes (hábitats, grupos de especies o usos)

las directrices del componente de biodiversidad relativo a los bosques que se definen en el Plan, se trata de

las siguientes:

�� Establecimiento de medidas de conservación y recuperación de los hábitats boscosos encaminadas

especialmente a aumentar la conectividad y la permeabilidad entre masas arborizadas así como con los

hábitats colindantes, promoviendo el aumento de su superficie a costa de las áreas adyacentes de repoblación

con especies alóctonas. �� Establecimiento de medidas de control y erradicación de especies invasoras presentes en los hábitats

boscosos, minimizando la presencia de las mismas tanto en el interior de las masas arborizadas como en sus

bordes.


A continuación se citan algunas de las directrices del componente de usos forestales definidas en el Plan: �� Se evitará que las autorizaciones de cortas lleven consigo la desaparición de bosquetes o la supresión de

setos arbóreos o arbustivos en las áreas de uso agrícola o ganadero. �� Los aprovechamientos deberán realizarse con técnicas tradicionales y respetuosas en todo momento con la

integridad del medio ambiente, con el fin de garantizar el mantenimiento de la masa, los suelos y los

biotopos y ecotonos que ésta albergue, así como el restablecimiento de las condiciones preexistentes o, en su

caso, su reemplazo por formaciones de carácter natural. �� Los aprovechamientos forestales de las formaciones naturales se realizarán mediante cortas por aclareo

sucesivo uniforme o, en su caso, por entresacas por bosquetes o por huroneo. �� Los trabajos de control de plagas deberán tener en cuenta las siguientes consideraciones:

� No podrán ser empleados fitocidas e insecticidas (salvo casos de urgente necesidad).

� Se permitirá el control biológico o natural determinado por la Comunidad Internacional y conocido como

Entomology Management (siempre a través del procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental).

� Con carácter preferente, en labores de prevención y lucha se potenciará el empleo de plantas cebos, lucha

biológica con uso de trampas de feromonas y, principalmente, la estabilización de poblaciones de

insectívoros mediante el uso de cajas anidaderas, así como la protección de los dormideros de

quirópteros. �� En la extinción de incendios se emplearán, preferentemente, las acciones que generen menor impacto en el

medio y la restauración de áreas afectadas tendrá carácter prioritario.

3.3. Directrices para la redacción de Planes de Gestión de las ZEPA En diciembre de 2008 SEO/BirdLife redactó y publicó un manual titulado “Directrices para la redacción de

planes o instrumentos de gestión de las Zonas de Especial Protección para las Aves”. En ese manual se

propusieron unas directrices básicas para la redacción de planes de gestión para ZEPA y se incluyó un anexo

con las líneas de medidas que debían ser tenidas en cuenta para cada una de las especies de aves del Anexo I

de la Directiva de Aves.

Posteriormente, durante 2009 se llevaron a cabo reuniones con los técnicos involucrados en la redacción de

los planes de gestión de las comunidades autónomas de Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León y

Extremadura. En estas reuniones se revisaron las directrices propuestas por SEO/BirdLife en 2008 y se

propusieron modificaciones a las mismas con el objeto de mejorarlas y generalizarlas para toda la Red

Natura 2000. Fruto de estas reuniones se ha publicado el manual de “Directrices para la redacción de Planes

de Gestión de la Red Natura 2000 y medidas especiales a llevar a cabo en las ZEPA”.


Con el objetivo de poder establecer en los planes o instrumentos de gestión las medidas que aseguren que

cada una de las especies de aves de interés comunitario tenga el nivel poblacional establecido, el manual

presenta las principales líneas de medidas, en función de las amenazas sobre las especies, que deben ser

tenidas en cuenta en el plan de gestión. Estas líneas de medidas se establecen para todo un grupo de aves que

comparten características ecológicas y por tanto se encuentran principalmente en un tipo de hábitat.

Figura 3.2. Portada del manual “Directrices para la redacción de Planes de

Gestión de la Red Natura 2000 y medidas especiales a llevar a cabo en las

ZEPA”.

Las medidas se han clasificado en un total de 9 ambientes principales que intentan agrupar a las especies en

función de sus requerimientos ecológicos; de ellos interesan en cuanto a la gestión forestal los siguientes:

aves canarias, forestales y rupícolas.

A continuación, se detallan las medidas consideradas más relevantes de este manual, relativas a la gestión

forestal y a las aves que en el apartado 4. Hábitats forestales y especies asociadas se han identificado como

representativas de hábitats forestales.

�� Medidas especiales de conservación para las aves de Canarias:

� Considerar como un uso incompatible cualquier actividad que suponga una alteración en las zonas

actuales o potenciales de nidificación, alimentación, descanso y/o paso migratorio, de las especies

objetivo cuando afecten negativamente a los hábitats de las especies por la que ha sido declarada la

ZEPA.

� Priorizar la prevención de los incendios forestales en las zonas más sensibles para las especies indicadas.

� Gestionar los aprovechamientos forestales y los tratamientos silvícolas (pinocha, ramaje, etc.) de forma

compatible con la conservación de las especies objetivo; reducir las entresacas de varas y horquetas del

monteverde para su uso en los cultivos y promover el uso de materiales alternativos.


� Llevar a cabo campañas de repoblación y naturalización de los bosques de pinar canario, laurisilva y

bosque termófilo, favoreciendo la creación de corredores entre masas forestales, contiguas y prioritarias,

para la conservación de especies amenazadas.

�� Medidas especiales de conservación para las aves forestales:

� Favorecer la conectividad de las masas forestales con arbolado autóctono.

� Prohibir nuevas roturaciones del bosque que supongan una reducción de la masa forestal y un cambio de

uso del territorio.

� Adecuar los trabajos forestales a la biología de las especies presentes, evitando las molestias durante el

periodo más crítico para las especies presentes (reproducción y crianza de pollos).

� No autorizar trabajos forestales en las proximidades de los nidos ocupados (menos de 300m) entre

febrero y septiembre. Aconsejando que éstos sean llevados a cabo entre noviembre y enero ya que

octubre es también un mes sensible cuando los trabajos deben limitarse a los imprescindibles.

� Establecer cuarteles de conservación forestales, y en cualquier caso, mantener un número mínimo de 10

árboles autóctonos grandes y/o viejos de al menos 40 cm. de diámetro por hectárea.

� Sustituir progresivamente las masas forestales de especies alóctonas (eucaliptales y pinares) por especies

autóctonas.

� Fomentar que cualquier forma de explotación forestal, en áreas forestales importantes para especies

críticas, esté sometida a certificación FSC.

� Fomentar la creación de Reservas Integrales en las mejores masas forestales en las que se mantenga una

política de No Actuación. Establecer estas reservas especialmente en masas forestales climácicas (si

estuvieran éstas identificadas).

� Reducir el uso de insecticidas y fitosanitarios en masas arboladas. Prohibir de forma específica la

fumigación desde avioneta durante el periodo reproductor en las áreas de nidificación de especies. � En la Región Biogeográfica Eurosiberiana:

� Conservar y aumentar la superficie de bosque autóctono, buscando un grado máximo de diversidad

estructural y específica acorde con los requerimientos ecológicos de una mayoría de especies.

� Promover tratamientos silvícolas que favorezcan la heterogeneidad de las masas forestales. Las cortas a

hecho en bosques o plantaciones arbóreas deberían aplicarse en rodales de superficie limitada y a

proximidad de otros rodales sin cortar.

� Mantener un mínimo de 66 robles de al menos 37 cm. de diámetro por hectárea.

� Mantener en los bosques un mínimo de 30 árboles por hectárea adecuados para la nidificación (teniendo

en cuenta su estado de decaimiento, su diámetro, los agujeros previos y especie arbórea).

� Respetar la masa arbustiva de bosques en explotación para mantener la comunidad de aves de este medio

en su totalidad.

� Limitar la carga ganadera y cinegética a aquellas densidades que permitan el mantenimiento de la

estructura forestal y la regeneración de la masa arbolada y arbustiva.


� En la Región Biogeográfica Mediterránea:

� Resalvear los melojares jóvenes densos con el objeto de incrementar la madurez y el diámetro de los

árboles, así como favorecer la apertura del bosque.

�� Medidas especiales de conservación para las aves rupícolas:

� Limitar los trabajos forestales (resalveos, podas, fumigación) a los periodos fuera de la época de

reproducción de las aves.

Todas las actuaciones de gestión forestal que se han extraído de las “Directrices para la redacción de planes

o instrumentos de gestión de las Zonas de Especial Protección para las Aves” no confieren, según el

manual, perjuicios a especies de aves de interés comunitario.

3.4. Complementariedad entre PORF y Planes de Gestión en sitios Natura 2000 En lo referente a la planificación, entre los instrumentos disponibles en nuestro territorio se encuentran los

Planes de Ordenación de los Recursos Forestales (PORF), aprobados por la Ley 43/2003, de Montes. Entre

los elementos fundamentales de estos planes cabría destacar la ordenación del territorio, la definición de

modelos territoriales, el establecimiento de criterios comarcales de Gestión Forestal Sostenible y un

Programa de Actuaciones Forestales (Picardo et al., 2005).

La importancia de disponer de un PORF, entre otros motivos, se detalla en la Disposición Transitoria Tercera

de esta Ley 43/2003 que hace hincapié en la necesidad de dotar al monte de un instrumento de gestión o

incluirlo en un PORF, a partir de 2013, para poder acogerse a diferentes subvenciones e incentivos.

En Castilla y León se ha valorado la integración de la Red Natura 2000 en los PORF, y así en el artículo 39

de la Ley 3/2009, de Montes de Castilla y León: “Los instrumentos de ordenación forestal tendrán la

condición de planes de gestión específicos de las zonas incluidas en la Red Natura 2000 si su contenido

cumple con las prescripciones exigidas en la correspondiente legislación sectorial”.

En esta misma Comunidad, la legislación regional en zonas como la Montaña Cantábrica Central, incide en

que “los PORF de zonas Natura 2000 deberán integrar las directrices de gestión correspondientes a la

función de conservación que emanen del plan de gestión del correspondiente LIC o ZEPA” (Art. 42 de la Ley

4/2011 de 29 de marzo, de aprobación de las Directrices de Ordenación de Ámbito Subregional de la

Montaña Cantábrica Central en Castilla y León).


También otras Comunidades Autónomas como Aragón asumen que los PORF deben adecuarse a los

contenidos de los Planes de Gestión de los espacios Natura 2000 (Dictamen, aprobado el 17 de diciembre de

2009 del Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón sobre el proyecto de decreto del Gobierno de

Aragón, por el que se aprueba el reglamento del procedimiento de elaboración de los planes de ordenación

de los recursos forestales).

La nueva Ley de Montes de Galicia, Ley 7/2012, en su artículo 76 cita lo siguiente respecto al uso de los

PORF en espacios forestales Natura 2000: “2. A los efectos de los aprovechamientos forestales en espacios

de la Red Natura, cuando no existiesen planes de conservación aprobados, serán válidas las

especificaciones de los planes de ordenación de recursos forestales, siempre que dispusieran de informe

favorable de la administración competente en materia de conservación de la naturaleza.”

Las modificaciones efectuadas en la legislación forestal nacional (Ley 10/2006, de 28 de abril) propugnan

que los montes privados que se encuentren en espacios Red Natura 2000, y sean considerados de especial

protección, deben contar con el correspondiente proyecto de ordenación de montes o plan dasocrático, en

caso de no disponer de PORN o PORF en la zona.

Tal y como se establece en el Plan Forestal Español, los PORF pretenden llenar el vacío existente entre la

planificación regional del medio natural y el resto de instrumentos de ordenación y gestión de espacios

naturales a escala de unidad de gestión. Por tanto los PORF están concebidos como planes directores de

grupos de montes a escala comarcal, cubriendo el actual vacío existente en la planificación forestal, sirviendo

de conexión entre el Plan Forestal y los proyectos de ordenación a escala monte.

De acuerdo a la mencionada Ley de Montes, todos los montes públicos o privados deben contar con un

proyecto de ordenación, plan dasocrático u otro instrumento de gestión equivalente (Artículo 33.2), el

contenido mínimo de estos instrumentos se determinará, según el artículo 33.4 en las “Directrices básicas

comunes para la ordenación y el aprovechamiento de montes” aprobadas por el Gobierno, en relación con los

siguientes aspectos (EUROPARC-España, 2012): la adaptación a los montes españoles de los criterios e

indicadores de sostenibilidad, su evaluación y seguimiento, de conformidad con los criterios establecidos en

resoluciones internacionales y convenios en los que España sea parte y, en particular, los requeridos para los

montes incluidos en la Red Natura 2000; el contenido mínimo de las instrucciones de ordenación y

aprovechamiento de montes, para garantizar su gestión sostenible (artículo 32.2).


A nivel general, y en cuanto a la planificación y gestión de los espacios forestales en Red Natura 2000 se

refiere, se podría resumir la relación entre los diferentes planes como se muestra en la siguiente figura.

Ley 43/2003 de Montes

Estrategia Forestal Española

Plan Forestal Español

Plan Forestal CCAA

PORF

Instrumentos de gestión:Proyectos de ordenación

Planes dasocráticosOtros

REGIONAL

UNIDAD DE GESTIÓN

COMARCAL

ESTATAL

Plan Estratégico Estatal

Planes Sectoriales

PORN

Planes o Instrumentos de gestión

Ley 42/2007 de Pat. Nat. y Biodiversidad

Planes Directores

*

Figura 3.3. Esquema general de planificación y gestión forestal en Red Natura 2000. (* = si cuentan con

el informe favorable del órgano forestal, los PORN podrán ser considerados como PORF)

HÁBITATS FORESTALES Y

ESPECIES ASOCIADAS


4. Hábitats forestales y especies asociadas

Para la elaboración de este documento, se han tenido en cuenta los tipos de hábitat de interés comunitario

incluidos en el grupo 9 (Bosques) del Anexo I de la DC Hábitat, por considerarse a éstos como los hábitats

con marcado carácter forestal. La situación geográfica de España, con representación en cuatro regiones

biogeográficas diferentes (Mediterránea, Atlántica, Alpina y Macaronésica), y su compleja orografía le

confieren una gran diversidad de ecosistemas forestales.

Figura 4.1. Regiones Biogeográficas de la Unión Europea. Fuente: ETC/BD, 2006.

La mayor parte de la Península se encuentra en la región mediterránea, son típicos sus bosques esclerófilos

de encinas y alcornoques; el norte peninsular, por su parte, alberga excelentes representaciones de

formaciones atlánticas y alpinas, como hayedos y robledales; por último, el archipiélago canario posee

formaciones endémicas macaronésicas, entre las que se encuentran la laurisilva o los palmerales de palmera

canaria.

La Directiva 92/43/CEE reconoce actualmente en el territorio español 27 tipos de hábitat de interés

comunitario dentro del grupo 9 (Bosques (sub)naturales de especies autóctonas, en monte alto con

sotobosque típico, que responden a uno de los siguientes criterios: raros o residuales o que albergan especies

de interés comunitario).

La Directiva establece igualmente un conjunto de hábitats prioritarios, que son aquellos cuya conservación

supone una especial responsabilidad habida cuenta de la proporción de su área de distribución natural

incluida en el territorio de la Unión Europea.


A continuación se definen, de una forma muy básica, estos 27 tipos de hábitat (tabla 4.1.) y las especies

catalogadas en las Directivas Hábitat y Aves que son representativas de los mismos. Además, se tratan los

requerimientos relacionados con el manejo forestal para cada uno de ellos.

Tabla 4.1. Listado de Hábitats de Interés Comunitario del tipo 9 (Bosques) en España. (*) = Hábitat prioritario. Las

cuatro últimas columnas indican su presencia (�) o ausencia ( ) en cada región biogeográfica.

91 Bosques de la Europa templada Med. Atl. Alp. Mac.

9120 Hayedos acidófilos atlánticos con sotobosque de Ilex y a veces de Taxus (Quercion robori-petraeae o Ilici-Fagenion) � � �

9130 Hayedos del Asperulo-Fagetum � 9150 Hayedos calcícolas medioeuropeos del Cephalanthero-Fagion � � �

9160 Robledales pedunculados o albares subatlánticos y medioeuropeos del Carpinion betuli � �

9180 Bosques de laderas, desprendimientos o barrancos del Tilio-Acerion (*) � � 91B0 Fresnedas termófilas de Fraxinus angustifolia �

91E0 Bosques aluviales de Alnus glutinosa y Fraxinus excelsior (Alno-Padion, Alnion incanae, Salicion albae) (*) � � �

92 Bosques mediterráneos caducifolios Med. Atl. Alp. Mac. 9230 Robledales galaico-portugeses con Quercus robur y Quercus pyrenaica � � 9240 Robledales ibéricos de Quercus faginea y Quercus canariensis � � � 9260 Bosques de Castanea sativa � � 92A0 Bosques galería de Salix alba y Populus alba � � �

92B0 Bosques galería de ríos de caudal intermitente mediterráneos con Rhododendron ponticum, Salix y otras �

92D0 Galerías y matorrales ribereños termomediterráneos (Nerio-Tamaricetea y Securinegion tinctoriae) � �

93 Bosques esclerófilos mediterráneos Med. Atl. Alp. Mac. 9320 Bosques de Olea y Ceratonia � � 9330 Alcornocales de Quercus suber � � 9340 Bosques de Quercus ilex y Quercus rotundifolia � � � 9360 Laurisilvas macaronésicas (Laurus, Ocotea) (*) � 9370 Palmerales de Phoenix (*) � 9380 Bosques de Ilex aquifolium � �

94 Bosques de coníferas de montañas templadas Med. Atl. Alp. Mac. 9430 Bosques montanos y subalpinos de Pinus uncinata (* en sustratos yesosos o calcáreos) � �

95 Bosques de coníferas de montañas mediterráneas y macaronésicas Med. Atl. Alp. Mac. 9520 Abetales de Abies pinsapo � 9530 Pinares (sud-) mediterráneos de pinos negros endémicos (*) � � 9540 Pinares mediterráneos de pinos mesogeanos endémicos � 9550 Pinares endémicos canarios � 9560 Bosques endémicos de Juniperus spp. (*) � � � 9570 Bosques de Tetraclinis articulata (*) � 9580 Bosques mediterráneos de Taxus baccata (*) � �

La definición que se expone a continuación para cada tipo, así como su distribución geográfica ha sido

redactada tomando como base información procedente de la “Guía Básica de los tipos de hábitat de interés

comunitario en España” (Bartolomé et al., 2006).

Los porcentajes de superficie catalogada como Lugar de Interés Comunitario (LIC) para cada tipo de hábitat

se han recopilado del Atlas y manual de los Hábitat de España (Rivas-Martínez, 2003).


Las especies representativas de cada tipo de hábitat fueron identificadas por expertos de diferentes

asociaciones y entidades (CIBIO, Instituto Universitario de Investigación de la Universidad de Alicante,

AHE, SEO/Birdlife y SECEM) dentro del proyecto “Bases ecológicas preliminares para la conservación de

los tipos de hábitat de interés comunitario en España” (VV.AA., 2009).

9120 Hayedos acidófilos atlánticos con sotobosque de Ilex y a veces de Taxus (Quercion robori-

petraeae o Ilici-Fagenion)

Se trata de formaciones umbrosas con sotobosque reducido, el haya (Fagus sylvatica) es la especie

dominante, pudiendo estar acompañada por Ilex aquifolium, Taxus baccata o Vaccinium myrtillus entre otras

especies leñosas. Suelen aparecer sobre suelos ácidos y pobres entre los 500 y los 600 m de altitud.

Geográficamente ocupan áreas del Norte de la Península descendiendo hacia el Sistema Ibérico en La Rioja

y Burgos. Por regiones biogeográficas, un 71% de su superficie se encuentra en la región Atlántica, un 7% en

la Alpina y un 22% en la Mediterránea (Olano & Peralta de Andrés, 2009A). Casi el 73% de la superficie

ocupada por este hábitat está catalogada como LIC dentro de la Red Natura 2000.

La práctica totalidad de los hayedos acidófilos de nuestro país han sido sometidos a aprovechamientos

forestales y éstos han afectado a la evolución natural del bosque. El previsible escenario de cambio climático

va a situar al haya en un contexto difícil para la segunda mitad de este siglo (Gessler et al., 2007). Otro

fenómeno habitual ha sido la transformación de los hayedos en brezales por explotación (Jahn, 1991).

Tabla 4.2. Especies representativas del tipo de hábitat 9120 catalogadas según la DC 92/43/CEE y DC 2009/147/CE en

los anexos que se citan en la tercera columna. (* = especie prioritaria).

Mamíferos: Barbastella barbastellus II y IV Myotis emarginatus II y IV

Rhinolophus ferrumequinum II y IV

Myotis bechsteinii II y IV

Rhinolophus hipposideros II y IV

Quirópteros

Myotis myotis II y IV

Felis silvestris IV Genetta genetta V

Ursus arctos * II y IV

Canis lupus * (al sur del Duero) II, IV y V

Carnívoros

Martes martes V

Reptiles:

Saurios Podarcis muralis IV

Ofidios Coluber viridiflavus IV

Anfibios:

Rana temporaria V Anuros

Rana dalmatina IV

Artrópodos:

Cerambyx cerdo II y IV Lucanus cervus II

Rosalia alpina II y IV

Osmoderma eremita * II y IV

Limoniscus violaceus II

Insectos

Cucujus cinnaberinus II y IV

Moluscos:

Elona quimperiana II y IV Gasterópodos

Geomalacus maculosus II y IV

Plantas:

Amarilidáceas Narcissus asturiensis II

Primuláceas Soldanella villosa II

Liliáceas Ruscus aculeatus V

Aves:

Galliformes Tetrao urogallus I, IIB, IIIB

Falconiformes Pernis apivorus I

Dendrocopos leucotos I Piciformes

Dryocopus martius I


Varias de las actividades forestales que se suelen realizar en este tipo de hábitat están causando graves

problemas a estas especies, es el caso por ejemplo de los pícidos (Dendrocopos leucotos y Dryocopus

martius) que con la simplificación de la estructura del bosque o la eliminación de madera muerta o en

descomposición (Camprodon et al., 2007) ven complicada su supervivencia. Esto mismo les ocurre a la

mayor parte de los invertebrados citados en la tabla 4.2.

9130 Hayedos del Asperulo-Fagetum

Son bosques muy umbrosos, maduros y ricos en nutrientes en los que el haya alcanza un notable

crecimiento. En los claros aparecen serbales, acebos, saúcos (Sambucus racemosa), sauces (Salix caprea),

avellanos y rosales. Estos bosques se pueden encontrar tanto sobre rocas ácidas como básicas, en una

posición, en general, de media montaña.

Este tipo de hábitat se distribuye en amplias zonas del Pirineo Navarro, desde el bosque de Irati, Pirineo

Aragonés y Pirineo Catalán. La mayor parte de su superficie se encuentra en la región Alpina, en el Pirineo,

y territorios adyacentes de la Mediterránea que corresponden al Prepirineo (Olano & Peralta de Andrés,

2009B). Cerca de 2.000 ha de este tipo de hábitat están catalogadas como LIC en nuestro país (todas en la

región Alpina).

Al igual que en el caso anterior, el cambio climático va a situar al haya en un contexto difícil para la

segunda mitad de este siglo (Gessler et al., 2007) por lo que las técnicas silvícolas deben intentar mitigar este

fenómeno.

A lo largo del tiempo se han realizado actividades tradicionales como el sistema de pasto con arbolado y los

trasmochos que en la actualidad están desapareciendo. Estos aprovechamientos tienen un gran valor desde el

punto de vista de la conservación, ya que en ambos casos se generan árboles de gran tamaño con cavidades,

ramas muertas y una serie de atributos que les confieren gran valor de cara a fauna y flora (Olano & Peralta

de Andrés, 2009B). Otro de los problemas más importantes de los hayedos ibéricos que afecta a estos

atributos es la intensificación del uso forestal.

Una de las especies de flora típicas de este tipo de hábitat es Buxbaumia viridis, se trata de un pequeño

musgo que crece solamente en madera en descomposición, cuando la madera muerta se retira y no se deja

descomponer en el suelo del bosque, desaparece el hábitat de éste y otros musgos que no pueden vivir en

otro sitio (Infante & Heras, 2001).

Al igual que para los hayedos acidófilos (9120), la intensificación de las actividades forestales está

eliminando el hábitat típico de varias especies de invertebrados y pícidos citados en la tabla 4.3.




9150 Hayedos calcícolas medioeuropeos del Cephalanthero-Fagion

Con estructura más abierta y luminosa que los otros hayedos, las especies acompañantes del haya (Fagus

sylvatica) más frecuentes son Rhamnus catharticus, Berberis vulgaris, Crataegus monogyna, Lonicera

xylosteum, Amelanchier ovalis o Buxus sempervirens. El clima mediterráneo o las posiciones subrupícolas

sobre sustrato calcáreo que ocupa este bosque, hace que represente el límite de tolerancia ambiental del haya.

Se sitúan entre los 800 y 1.500 m de altitud.

Este tipo de hábitat se distribuye por las vertientes meridionales de la Cordillera Cantábrica y de los

Pirineos y por las sierras prepirenaicas y costero-catalanas, llegando por el sur hasta Beceite (Tarragona). Por

regiones biogeográficas, un 35% de su superficie se encuentra en la región Atlántica, un 14% en la Alpina y

un 51% en la Mediterránea (Olano & Peralta de Andrés, 2008). Alrededor de un 62% de la superficie total

ocupada por el hábitat 9150 en nuestro territorio está catalogada como Lugar de Interés Comunitario (LIC)

dentro de la Red Natura 2000.

Es importante favorecer el cierre de estos hayedos, para que en su interior se genere un ambiente nemoral

adecuado que aumente las condiciones hídricas para el reclutamiento, también para reducir el riesgo de

incendios, que en este tipo de hábitat, y dado lo precario de su situación en un contexto de cambio climático

puede ser especialmente dramático (Olano & Peralta de Andrés, 2008). Al igual que en el caso de los

hayedos del 9130, las actividades tradicionales, que originaban elementos muy importantes para la

conservación de las especies de interés, están desapareciendo a favor de la intensificación forestal.

Mamíferos:

Quirópteros Barbastella barbastellus II y IV

Felis silvestris IV Ursus arctos * II y IV

Canis lupus * (al sur del Duero) II, IV y V Carnívoros

Martes martes V

Reptiles:


Coluber viridiflavus IV Ofidios Elaphe longissima IV

Anfibios:

Anuros Rana temporaria V

Artrópodos:

Cerambyx cerdo II y IV Lucanus cervus II



Insectos


Moluscos:

Gasterópodos Elona quimperiana II y IV

Plantas:

Briófitas Buxbaumia viridis II


Aves:




Dryocopus martius I




La silvicultura comercial altera la estructura forestal que especies como el Urogallo (Tetrao urogallus)

requiere para su supervivencia, además, la fragmentación de la masa forestal incrementa la probabilidad de

desaparición de los cantaderos y de los nidos situados en los bordes, por lo que deben tomarse medidas para

evitar una mayor fragmentación de los bosques, e incluso reducirla si es posible a través de programas de

reforestación y adecuación del hábitat. (Íñigo et al., 2008).

9160 Robledales pedunculados o albares subatlánticos y medioeuropeos del Carpinion betuli

Se trata de formaciones mixtas muy diversas en las que pueden presentarse, además de Quercus robur o Q.

petraea, otros árboles como Tilia cordata, Acer campestre, Fraxinus excelsior, Carpinus betulus o Ulmus

glabra. El estrato arbustivo también, aparecen Corylus avellana, Crataegus laevigata o Cornus sanguinea.

Ocupan suelos profundos y húmedos y la altitud no parece ser un factor de control determinante para su

distribución (Rozas, 2009).

Se distribuyen sobre todo en la Cordillera Cantábrica, montes vascos y navarros, y en las áreas más

oceánicas de los Pirineos orientales. La mayor parte de la superficie de estos bosques se encuentra en la

región Atlántica, aunque también aparece en la región Alpina. Casi el 7.000 ha de este tipo de hábitat están

en nuestro territorio catalogadas como Lugar de Interés Comunitario (LIC).

Los manejos tradicionales que se han repetido en estos bosques a lo largo de la historia condicionan la

dinámica de la regeneración de las diferentes especies, y por tanto, la composición del dosel arbóreo (Rozas,

2003). La vegetación del sotobosque se encuentra también sometida a un intenso aprovechamiento ganadero.





Quirópteros





Carnívoros

Martes martes V

Reptiles:


Anfibios:


Rana dalmatina IV

Artrópodos:

Cerambyx cerdo II y IV Lucanus cervus II Insectos


Plantas:



Aves:




Dryocopus martius I


Por otro lado, algunos sistemas de gestión tradicionales como son los bosques adehesados desmochados,

presentan características propias del bosque maduro (árboles de gran tamaño y edad con abundantes huecos y

madera muerta) que son imprescindibles para la persistencia de algunas especies de la tabla 4.5, como el

Picamaderos negro (Dryocopus martius) que necesita de la existencia de madera muerta y árboles viejos

(Íñigo et al., 2008).



9180* Bosques de laderas, desprendimientos o barrancos del Tilio-Acerion (*)

Estos bosques están formados por una gran diversidad de especies arbóreas en la que dominan los tilos

(Tilia platyphyllos, T. cordata), arces (Acer pseudoplatanus, A. platanoides), olmos (Ulmus glabra), fresnos

(Fraxinus excelsior), serbales (Sorbus aria, S. aucuparia) o abedules (Betula pendula). En los enclaves más

mediterráneos llegan a aparecer pinos (Pinus nigra, P. sylvestris), encinas (Quercus ilex, Q. rotundifolia) o

quejigos (Quercus faginea). Generalmente habitan sobre sustratos calcáreos e inestables y en condiciones

umbrosas. Altitudinalmente, se presentan en los pisos de los robles, pinos y hayas, con los que alternan.

Este tipo de hábitat se encuentra principalmente en el Pirineo y aparece también en el Sistema Ibérico norte

(Sierras de la Demanda y Urbión) así como en la Sierra de Cantabria (Rioja alavesa). Por regiones

biogeográficas, un 2% de su superficie se encuentra en la región Atlántica, un 66% en la Alpina y un 32% en

la Mediterránea (Goñi, 2009). Alrededor de un 58% de la superficie total ocupada por el hábitat 9180 en

nuestro territorio está catalogada como Lugar de Interés Comunitario (LIC).


Rhinolophus ferrumequinum II y IV Quirópteros




Mustela putorius V

Carnívoros

Martes martes V

Reptiles:

Ofidios Elaphe longissima IV

Anfibios:


Rana iberica IV

Artrópodos:

Cerambyx cerdo II y IV Insectos Lucanus cervus II

Plantas:

Dicksonáceas Culcita macrocarpa II

Blechnáceas Woodwardia radicans II


Aves:

Columba palumbus II y III

Streptopelia decaocto II Columbiformes

Streptopelia turtur II

Charadriiformes Scolopax rusticola II y III

Turdus merula II

Turdus philomelos II

Turdus viscivorus II Paseriformes

Garrulus glandarius II


Dendrocopos medius I Piciformes

Dryocopus martius I


La característica fundamental de este tipo de hábitat es su naturalidad y la estabilidad ante cambios

ambientales en el entorno, por lo que se considera que para su conservación la recomendación principal es no

alterarlo (Goñi, 2009). Estos bosques han escapado a la explotación para la obtención de madera por lo que

la gestión forestal de estas masas es prácticamente inexistente, conservando la estructura de edades a la que

es capaz de llegar de forma natural (Gobierno de Aragón, 2010).

Tabla 4.6. Especies representativas del tipo de hábitat 9180* catalogadas según la DC 92/43/CEE y DC 2009/147/CE

en los anexos que se citan en la tercera columna. (* = especie prioritaria).

Pese a la inaccesibilidad que suelen presentar estos hábitats, algunas especies están sufriendo la

intensificación de las actividades forestales, es el caso de Barbastella barbastellus, un murciélago de talla

media que suele ocupar huecos en árboles y su supervivencia depende de la disponibilidad de éstos (Russo et

al., 2004).

91B0 Fresnedas termófilas de Fraxinus angustifolia

El fresno (Fraxinus angustifolia y F. ornus) suele estar acompañado por Alnus glutinosa o Quercus

pyrenaica, Q. faginea, Acer monspessulanum, etc., además de arbustos de medios húmedos como Frangula

alnus, Prunus spinosa, o Corylus avellana. Casi siempre se establece en riberas silíceas.

Las fresnedas de F. angustifolia son especialmente comunes en el occidente ibérico mediterráneo mientras

las de F. ornus se limitan a ciertos enclaves del Levante y Baleares. La gran mayoría de la superficie de estos

bosques se encuentra en la región Mediterránea (99,87 %), aunque también aparece en la región Atlántica

(0,13 %) sobretodo en la cuenca del río Miño. Alrededor de un 36% de la superficie total ocupada por este

tipo de hábitat en nuestro territorio está catalogada como LIC (Calleja, 2009A).

La práctica totalidad de las vegas de nuestros ríos han sido transformadas en huertos, monocultivos (de

secano o regadío) y en prados por lo que para conservar y recuperar las fresnedas riparias, especialmente las

de vega, es necesario regular las actividades agropecuarias. Además, han sufrido talas indiscriminadas,

sustitución por chopos (Populus sp.) y plátanos (Platanus sp.) e incluso incendios forestales.

Mamíferos: Barbastella barbastellus II y IV Rhinolophus hipposideros II y IV


Rhinolophus mehelyi II y IV



Ursus arctos * II, IV

Carnívoros

Martes martes V

Reptiles:

Saurio Podarcis muralis IV

Plantas:



Aves:

Gypaetus barbatus I Falconiformes

Neophron percnopterus I


Tabla 4.7. Especies representativas del tipo de hábitat 91B0 catalogadas según la DC 92/43/CEE y DC 2009/147/CE


Las cortas a hecho que sufren estos bosques hacen que especies como la Aguililla calzada (Hieraaetus

pennatus) esté perdiendo su hábitat de nidificación (Íñigo et al., 2008). Además, Las actividades forestales

cerca de los árboles que presentan nidos afecta de forma clara al tamaño de puesta y al número de pollos

nacidos (García & Viñuela, 2000).

91E0* Bosques aluviales de Alnus glutinosa y Fraxinus excelsior (Alno-Padion, Alnion incanae,

Salicion albae) (*)

Se trata de un bosque cerrado y umbroso, en los más abiertos se pueden observar Frangula alnus,

Crataegus monogyna, Sambucus nigra, etc. Helechos de climas templados o subtropicales encuentran en

estos bosques sus mejores refugios ibéricos: Osmunda regalis, Davallia canariensis, Woodwardia radicans o

Culcita macrocarpa. Se sitúa en primera línea respecto al cauce, en suelos muy húmedos o encharcados.

Este tipo de hábitat se distribuye a lo largo de las riberas ibéricas occidentales y septentrionales, siendo más

común en las zonas silíceas. La mayoría de la superficie de estos bosques se encuentra en la región Atlántica

(75 %), aunque también en la región Mediterránea (23 %) y en Alpina (1 %). Sobre un 26% de la superficie

total ocupada por este tipo de hábitat está catalogada como LIC (Calleja, 2009B).




Myotis blythii II y IV

Quirópteros


Roedores Microtus cabrerae II y IV


Mustela putorius V


Mustela lutreola II y IV

Lutra lutra II y IV

Carnívoros

Herpestes ichneumon V

Reptiles:

Tortugas Mauremys leprosa II y IV

Saurios Lacerta schreiberi II y IV

Anfibios:

Caudados Triturus marmoratus IV

Rana perezi V Anuros

Discoglossus pictus IV

Artrópodos:

Crustáceos Austropotamobius pallipes II y V

Cerambyx cerdo II y IV Rosalia alpina II y IV Insectos


Plantas:

Salicáceas Salix salvifolia II

Escrofulariáceas Scrophularia sublyrata V

Orquidáceas Spiranthes aestivalis V


Aves:

Coraciformes Alcedo atthis I

Caprimulgiformes Caprimulgus europaeus I

Ciconiformes Ciconia ciconia I

Hieraaetus pennatus I Milvus migrans I Falconiformes

Milvus milvus I

Paseriformes Lanius collurio I


Tabla 4.8. Especies representativas del tipo de hábitat 91E0* catalogadas según la DC 92/43/CEE y DC 2009/147/CE


Las limpiezas de riberas son una constante amenaza para estas formaciones boscosas (Gobierno de Aragón,

2010) y afectan negativamente a especies como el Martín pescador (Alcedo atthis) que precisa de la misma

para llevar a cabo su reproducción La proliferación de especies alóctonas en las orillas capaces de competir

con la vegetación natural es otra de las amenazas.

9230 Robledales galaico-portugueses con Quercus robur y Quercus pyrenaica

Casi siempre son bosques monoespecíficos, aunque a veces acompaña algún arce (Acer opalus, A.

monspessulanum), serbales (Sorbus aria, S. aucuparia, S. torminalis) o acebos (Ilex aquifolium). En el

estrato arbustivo destacan Crataegus monogyna o Lonicera peryclimenum. Se trata de un bosque ribereño

que se sitúa en primera línea respecto al cauce, en suelos muy húmedos o encharcados. Habitan sobre

sustratos ácidos en altitudes que oscilan entre los 400 y los 1.600 m.

Se distribuyen por los sistemas montañosos del cuadrante noroccidental de la Península Ibérica, con menor

representación en otras zonas silíceas del este y del sur. La mayoría de estos bosques se encuentran en la

región Mediterránea (78 %), también se distribuyen en la Atlántica (22 %). Sobre un 38% de la superficie

total ocupada por el hábitat 9230 en nuestro territorio está catalogada como LIC (García & Jiménez, 2009).

Mamíferos:

Insectívoros Galemys pyrenaicus II y IV

Barbastella barbastellus II y IV Myotis emarginatus II y IV


Rhinolophus euryale II y IV




Miniopterus schreibersii II y IV

Quirópteros


Roedores Microtus cabrerae II y IV


Mustela putorius V



Lutra lutra II y IV

Carnívoros


Reptiles:

Tortugas Mauremys leprosa II y IV


Anfibios:


Rana perezi V Rana iberica IV Anuros Discoglossus pictus IV

Artrópodos:


Cerambyx cerdo II y IV Rosalia alpina II y IV

Lucanus cervus II Insectos


Plantas:


Galanthus nivalis V Amarilidáceas Narcissus cyclamineus II y IV

Gencianáceas Gentiana lutea V




Aves:


Ciconiformes Nycticorax nycticorax I

Hieraaetus pennatus I Falconiformes

Milvus migrans I

Peces:

Clupeiformes Alosa sp. II y IV

Salmoniformes Salmo salar II y IV

Barbus comiza II y V Rutilus arcasii II

Barbus meridionalis II y V

Chondrostoma polylepis II

Cypriniformes

Rutilus lemmingii II


Q. pyrenaica produce una madera de baja calidad cuyo principal aprovechamiento ha sido como leña o para

carboneo, esto ha provocado la sustitución del melojo y el roble por pinares (Pinus sp.), eucaliptares

(Eucalyptus sp.) y castaños (Castanea sativa).



La eliminación de estos bosques y su sustitución por plantaciones de pinos o eucaliptos pone en peligro la

supervivencia de especies como Cerambyx cerdo o Lucanus Cervus que viven en madera muerta de viejos

árboles de roble (Gobierno de Aragón, 2007).

9240 Robledales ibéricos de Quercus faginea y Quercus canariensis

En general el bosque es monoespecífico pero a veces acompañan arces (Acer monspessulanum, A. opalus,

A. campestre) o serbales (Sorbus torminalis, S. aria). El estrato arbustivo lo forman Viburnum lantana,

Crataegus monogyna o Ligustrum vulgare. Sobre suelos básicos o neutros entre 500 y 1.500 m de altitud.

Los bosques de quejigo crecen sobre todo por la España caliza (cuadrante nororiental, Levante, Baleares y

Andalucía). Los de quejigo lusitano son silicícolas (Extremadura, Montes de Toledo, Sierra Morena, etc.).

Los robledales morunos son exclusivos del Macizo del Aljibe y de zonas atemperadas y lluviosas de

Cataluña.

Mamíferos:








Quirópteros



Mustela putorius V



Lutra lutra II y IV

Martes martes V

Carnívoros

Lynx pardinus * II y IV

Reptiles:

Lacerta monticola II y IV Saurios

Lacerta schreiberi II y IV

Anfibios:

Caudados Chioglossa lusitanica II y IV


Rana iberica IV

Artrópodos:

Cerambyx cerdo II y IV Cucujus cinnaberinus II y IV

Lucanus cervus II


Insectos

Eriogaster catax II y IV

Moluscos:

Geomalacus maculosus II y IV Gasterópodos Elona quimperiana II y IV

Plantas:

Narcissus triandrus II y IV Amarilidáceas

Narcissus asturiensis II y IV




Aves:

Galliformes Tetrao urogallus I, IIB,

Estrigiformes Bubo bubo I

Accipiter gentilis I Accipiter nisus I

Aquila chrysaetos I

Circus cyaneus I

Circus pygargus I

Falconiformes

Pernis apivorus I


La gran mayoría de la superficie de estos bosques se encuentra en la región Mediterránea (96 %), aunque

aparece también en la Atlántica y Alpina. Alrededor de un 37% de la superficie total ocupada por el hábitat

9230 en nuestro territorio está catalogada como LIC (Pérez-Ramos & Marañón, 2009).

Gran parte de sus masas son montes bajos regenerados por brotes de cepa tras la corta. Como ya no se

realizan esos tratamientos, orientados a la producción de leña y carbón, no hay regeneración vegetativa, pero

además la espesura de la masa se ha incrementado y ello dificulta o impide la producción de fruto y, por

consiguiente, la regeneración sexual.

Tabla 4.10. Especies representativas del tipo de hábitat 9240 catalogadas según la DC 92/43/CEE y DC 2009/147/CE


La pérdida de arbolado en la mayoría de estos bosques por envejecimiento y falta de regeneración reduce el

hábitat disponible para especies de aves como la Alondra totovía (Lullula arborea) (Íñigo et al., 2008).

Mamíferos: Rhinolophus mehelyi II y IV Barbastella barbastellus II y IV

Myotis emarginatus II y IV







Quirópteros



Mustela putorius V



Lutra lutra II y IV

Martes martes V


Carnívoros


Reptiles:

Emys orbicularis II y IV Tortugas

Mauremys leprosa II y IV

Saurios Chalcides bedriagai IV

Anfibios:

Discoglossus galganoi II y IV Anuros

Alytes cisternasii IV

Artrópodos:

Cerambyx cerdo II y IV Cucujus cinnaberinus II y IV

Lucanus cervus II

Buprestis splendens II y IV

Insectos


Artrópodos (cont.): Gomphus graslini II y IV Macromia splendens II y IV

Oxygastra curtisii II y IV Insectos


Plantas:

Amarilidáceas Narcissus viridiflorus II y IV

Compuestas Leontodon microcephalus II y IV


Hymenofiláceas Trichomanes speciosum II y IV

Aves:

Anthus campestris I Oenanthe leucura I

Sylvia undata I

Turdus merula II

Lullula arborea I

Paseriformes

Galerida theklae I

Ciconia ciconia I Ciconia nigra I Ciconiformes

Egretta garzetta I


Apodiformes Apus caffer I Hieraaetus fasciatus I Hieraaetus pennatus I Gyps fulvus I Falco peregrinus I Falco naumanni I Aquila heliaca I Aquila adalberti I Aquila chrysaetos I Neophron percnopterus I Pandion haliaetus I Milvus migrans I Circaetus gallicus I Circus pygargus I

Falconiformes

Pernis apivorus I



9260 Bosques de Castanea sativa

Los castañares maduros crean ambientes frondosos y sombríos, en su interior sorprende el gran acumulo de

hojarasca y la baja presencia de vegetación en el sotobosque. Se forman sobre sustratos bien lavados, pero

nunca encharcados (tanto silíceos como calcáreos), entre el nivel del mar y los 1.500 m de altitud.

Se distribuye por las regiones occidentales y atlánticas de la Península, así como en enclaves reducidos de

Cataluña y Andalucía. La mayor parte de la superficie de estos bosques se encuentra en la región

Mediterránea (64 %), aunque también en la región Atlántica (35 %) y algo en la Alpina (1 %). Alrededor de

un 46% de la superficie total ocupada por el hábitat 9260 está catalogada como LIC (Rubio, 2009).

La gran mayoría de las masas de castaño precisan una gestión antrópica bastante activa para su adecuada

conservación, el abandono actual de su aprovechamiento provoca un claro deterioro de su estructura, y

facilita su sustitución por especies como Q. pyrenaica. Las enfermedades de la “tinta” y el “chancro”

amenazan a la supervivencia de estos bosques.

Tabla 4.11. Especies de interés comunitario del tipo de hábitat 9260 catalogadas según la DC 92/43/CEE y DC

2009/147/CE en los anexos que se citan en la tercera columna. (* = especie prioritaria).

La tala de madera de castaño es una de las principales amenazas a las que se enfrentan las especies de

interés comunitario de la tabla 4.11, además, el empleo de compuestos fitosanitarios para luchar contra las

plagas antes citadas tiene efectos sobre las puestas de huevos de las babosas (Geomalacus maculosus)

haciendo inviables estas, ya que destruyen los embriones (Verdú & Galante, 2006).





Quirópteros



Mustela putorius V



Carnívoros

Martes martes V

Reptiles:


Anfibios:

Caudados Chioglossa lusitanica II y IV


Rana iberica IV

Artrópodos:

Cerambyx cerdo II y IV Osmoderma eremita * II y IV



Moluscos:

Gasterópodos Geomalacus maculosus II y IV

Plantas:

Amarilidáceas Narcissus triandrus II y IV

Gramíneas Festuca elegans II y IV

Peoniáceas Paeonia officinalis II y IV

Doronicum plantagineum V Compuestas Leuzea rhaponticoides V

Esfagnáceas Sphagnum sp. V


Aves:

Hieraaetus fasciatus I Ciconiformes Pernis apivorus I


92A0 Bosques galería de Salix alba y Populus alba

Formaciones situadas paralelamente a los cursos de agua, con saucedas (Salix atrocinerea, S. salviifolia,

etc.) arbustivas en el borde del agua y alamedas y choperas en la segunda franja de ribera con Populus alba,

P. mino, Salix alba, etc. En las vegas más anchas crece la olmeda (Ulmus minor) en la última franja. El

sotobosque de estas formaciones lleva arbustos generalmente espinosos, sobre todo en los claros (Rubus,

Rosa, Crataegus, Prunus, Sambucus, Cornus, etc.). Crecen en suelos temporalmente encharcados o

húmedos, siempre en altitudes basales o medias.

Se distribuyen por las riberas de toda la Península, Baleares y fragmentariamente en Ceuta. Estos bosques

están representados en todas las regiones biogeográficas de nuestro país, aunque la gran mayoría de su área

se encuentra en la región Mediterránea (95 %), el resto de regiones se reparten el 5 % restante, Atlántica (3

%), Alpina (1%) y Macaronésica. Alrededor de un 38% de la superficie total ocupada por el hábitat 9230 en

nuestro territorio está catalogada como LIC (Calleja, 2009C).

La localización de estos bosques en fondos de valle y en las orillas de los grades ríos han hecho a este

hábitat especialmente vulnerable a las afecciones de origen antrópico (Gobierno de Aragón, 2010). Las

principales amenazas que están sufriendo se deben a limpiezas de riberas, expansión de especies exóticas y

sustitución por especies de crecimiento rápido como Pinus radiata o Eucalyptus sp. (Calleja, 2009C).

Especies como la nutria (Lutra lutra) necesitan de este tipo de bosques, los ambientes más naturales y

mejor estructurados deben de acoger una mayor cantidad de alimento (culebras, anfibios, insectos, etc.) y con

su sombra, facilitan la persistencia del agua y de diversas especies de peces (López-Martín et al., 1998).

El declive de otras especies como la Paloma rabiche (Columba junoniae), representativa también de este

tipo de bosques en Canarias, se produjo a partir de la eliminación del bosque, cualquier alteración en los

reductos del mismo supone un perjuicio muy grave para la misma. Por tanto, se deberían incorporar medidas

que eviten la destrucción de este medio, las talas a “matarrasa” y la extracción excesiva de materia forestal



Tabla 4.12. Especies representativas del tipo de hábitat 92A0 catalogadas según la DC 92/43/CEE y DC 2009/147/CE


92B0 Bosques galería de ríos de caudal intermitente mediterráneos con Rhododendron ponticum, Salix

y otras

Se trata de formaciones ribereñas de suelos ácidos y de climas mediterráneos más o menos cálidos y

húmedos. Se incluye en este tipo de hábitat la vegetación riparia de los llamados "canutos" de la serranía

gaditana (alisedas con ojaranzo, Rhododendron ponticum subsp. baeticum) y las formaciones de Betula

pendula var. parvibracteata, abedul endémico de cabeceras y tramos medios de arroyos (Montes de Toledo).

Estos bosques están representados solamente en la región Mediterránea. La mayoría de su superficie (93 %)

se encuentra catalogada como LIC (Rivas-Martínez & Penas, 2003).

El presente tipo de hábitat es un ecosistema natural, por tanto no manejado. Como consecuencia, su

conservación precisa de una intervención humana mínima indispensable, tanto en el mismo ecosistema como

en aquellos de su entorno, basada en usos tradicionales (Mejías, 2009).

Mamíferos:








Myotis capaccinii II y IV


Quirópteros


Felis silvestris IV Martes martes V

Genetta genetta V

Mustela putorius V



Lutra lutra II y IV

Carnívoros


Reptiles:

Mauremys leprosa II y IV Tortugas Emys orbicularis II y IV


Anfibios:


Rana perezi V Rana iberica IV Anuros Discoglossus pictus IV

Artrópodos:


Cerambyx cerdo II y IV Rosalia alpina II y IV

Lucanus cervus II


Insectos

Cucujus cinnaberinus II y IV

Plantas:


Caprifoliáceas Sambucus palmensis * II y IV


Aves:


Nycticorax nycticorax I Ixobrychus minutus I Ciconiformes

Egretta garzetta I

Columba bollii I Columbiformes

Columba junoniae I

Paseriformes Fringilla teydea I

Hieraaetus pennatus I Falconiformes

Milvus migrans I


Tabla 4.13. Especies representativas del tipo de hábitat 92B0 catalogadas según la DC 92/43/CEE y DC 2009/147/CE


Macromia splendens y Oxygastra curtisii son dos especies de odonatos que necesitan tramos de ríos cuyas

orillas estén provistas de una profusa vegetación de ribera, por lo que la conservación de la vegetación

marginal y del bosque de ribera es indispensable para su supervivencia (López-Martín et al., 1998).

La fragmentación es otra de las principales amenazas que sufren los bosques de galería 92B0, especies

como el Sapo corredor (Bufo calamita) presentan una fuerte dependencia para el mantenimiento de las

poblaciones de la incorporación de migrantes procedentes de áreas reproductivas adyacentes; por tanto, la

conservación de una sola unidad de hábitat reproductiva se hace en este sentido ineficaz (Sinsch, 1992).

Mamíferos: Myotis blythii II y IV Myotis emarginatus II y IV






Quirópteros


Felis silvestris IV Lynx pardinus * II y IV

Genetta genetta V

Lutra lutra II y IV

Carnívoros


Reptiles:

Mauremys leprosa II y IV Tortugas Emys orbicularis II y IV

Anfibios:


Rana perezi V Alytes obstetricans IV Discoglossus galganoi II y IV Hyla meridionalis IV

Anuros

Bufo calamita IV

Ofidios Coluber hippocrepis IV

Artrópodos:

Macromia splendens II y IV Insectos

Oxygastra curtisii II y IV

Plantas:

Esfagnáceas Sphagnum sp. V



Aves:



Alectoris rufa II y III Alectoris barbara I , II y III Galliformes

Phasianus colchicus III

Hieraaetus pennatus I Milvus migrans I


Gyps fulvus I

Circus pygargus I

Accipiter gentilis I

Aquila clanga I

Aquila adalberti I

Aquila chrysaetos I

Falco sp. (varias) I

Accipiter nisus I

Hieraaetus fasciatus I

Circaetus gallicus I

Falconiformes

Milvus milvus I

Turdus viscivorus II

Turdus philomelos II

Sylvia undata I

Turdus merula II

Ficedula parva I

Garrulus glandarius II

Corvus monedula II

Pica pica II

Lullula arborea I

Paseriformes

Galerida theklae I

Charadriformes Scolopax rusticola II

Columbiformes Columba palumbus II y III


Apudiformes Apus caffer I

Piciformes Pyrrhocorax pyrrhocorax I


92D0 Galerías y matorrales ribereños termomediterráneos (Nerio-Tamaricetea y Securinegion

tinctoriae)

Son formaciones de corrientes irregulares y de climas cálidos con fuerte evaporación, aunque algunas

bordean cauces permanentes en climas más húmedos. En general están dominadas por adelfas (Nerium

oleander), combinadas con especies de taray (Tamarix africana, T. gallica, T. canariensis, T. boveana).

Este tipo de hábitat se localiza sobre todo en riberas y ramblas del sur y este de la Península, Baleares,

Ceuta y Canarias. La mayor parte de estos bosques están representados en la región Mediterránea (99,5 %)

mientras ocupando también en un pequeño porcentaje la región Macaronésica (0,5 %). Un 47 % de la

superficie ocupada en España por este tipo de hábitat está catalogada como LIC (Salinas & Cueto, 2009).

Las principales amenazas que sufre este tipo de hábitat relacionadas con la gestión forestal son las talas del

bosque para usos agrícolas, en algunos lugares, se procede a la quema de la vegetación con el objetivo de

aumentar el área de tierra para estos cultivos (Arizpe et al., 2008).

Tabla 4.14. Especies representativas del tipo de hábitat 92D0 catalogadas según la DC 92/43/CEE y DC 2009/147/CE


La transformación de amplias zonas en terrenos agrícolas sometidos al uso masivo de compuestos

químicos, están haciendo que especies como el Galápago europeo (Emys orbicularis) o el Galápago leproso

(Mauremys leprosa) estén desapareciendo (Pleguezuelos et al., 2002; Ayres, 2009).

Mamíferos:







Myotis capaccinii II y IV


Quirópteros


Mustela putorius V


Lutra lutra II y IV

Carnívoros


Reptiles:

Mauremys leprosa II y IV Tortugas

Emys orbicularis II y IV

Anfibios:

Rana perezi V Discoglossus jeanneae II y IV Anuros

Discoglossus galganoi II y IV

Plantas:



9320 Bosques de Olea y Ceratonia

Son formaciones termófilas presentes siempre a escasa altitud y en climas entre secos y semiáridos o sobre

sustratos hídricamente desfavorables (rocosos, arcillosos, etc.). En la Península, Baleares y Melilla, los

elementos termófilos acompañantes habituales son Myrtus communis, Pistacia lentiscos o Rhamnus oleoides.

Por su parte, en Canarias el acebuche suele estar acompañado por Maytenus canariensis, Lavatera acerifolia

o Withania aristata.

Crecen en las zonas costeras de Baleares y del este y sur de la Península Ibérica, estando ausentes en el

extremo sudoriental, más seco. Los acebuchales canarios habitan sobre todo en Tenerife y Gran Canaria.

También están presentes en Melilla. La gran mayoría de la superficie de estos bosques se encuentra en la

región Mediterránea (98,5 %), aunque también tienen presencia en la región Macaronésica (1,2 %) y en la

Atlántica (0,3 %). Alrededor de un 42% de la superficie total ocupada por el hábitat 9320 en nuestro

territorio está catalogada como LIC (Rey et al., 2009).

Los incendios son considerados la principal amenaza para este tipo de bosques. Los acebuchales más

extensos, situados en el sur peninsular deben manejarse de forma que se permitan corredores entre los

fragmentos y sería interesante que se produjera una reducción de la presión ganadera (Rey, 1992).



La población de Lagarto atlántico (Gallotia atlantica) la isla de Gran Canaria se halla en regresión debido a

la urbanización de su biotopo (Pleguezuelos et al., 2002).

Uno de los principales problemas para especies como la Tortuga mediterránea (Testudo hermanni) ha sido

la abundancia de grandes incendios forestales y, principalmente, su elevada reiteración en las mismas zonas

durante el siglo XX (Bertolero, 2010).

Reptiles:

Tortugas Testudo hermanni II y IV

Gallotia atlantica IV Chalcides sexlineatus IV

Gallotia stehlini IV Saurios

Gallotia galloti II y IV


Aves:

Charadriiformes Burhinus oedicnemus I

Oenanthe leucura I Pyrrhocorax pyrrhocorax I Paseriformes

Sylvia sarda I

Plantas:

Amarilidáceas Narcissus viridiflorus II y IV

Crucíferas Diplotaxis ibicensis II


Argyranthemum lidii * II y IV Argyranthemum winterii II y IV Compuestas

Tanacetum ptarmiciflorum * II y IV

Solanáceas Solanum lidii * II y IV

Agaváceas Dracaena Draco V

Dorycnium spectabile * II y IV Leguminosas Anagyris latifolia * II y IV

Plumbagináceas Limonium sventenii * II y IV

Sapotáceas Sideroxylon marmulano V

Rosáceas Dendriopoterium pulidoi II y IV

Timeleáceas Daphne rodriguezii * II y IV


9330 Alcornocales de Quercus suber

Llega a formar bosques densos, ricos y complejos, sobre todo en las áreas más cálidas y húmedas. El estrato

subordinado es variable según la altitud o la suavidad climática, con Pyrus bourgaeana, Arbutus unedo, Olea

europaea o Myrtus communis. Viven hasta los 1000 m en climas suaves con precipitaciones superiores a

600-800 mm y en suelos silíceos.

Aparecen en el cuadrante suroccidental, en Cataluña, en Levante y en el noroeste peninsular, con

manifestaciones menores en la cornisa cantábrica, en el Sistema Ibérico y en Ceuta. La gran mayoría de la

superficie de estos bosques se encuentra en la región Mediterránea (99,8%), el resto se distribuye por la

Atlántica (0,2 %). Alrededor de un 73% de la superficie total ocupada por el hábitat 9330 en nuestro

territorio está catalogada como LIC (Díaz et al., 2009A).

Los alcornocales son, por lo general, sistemas agrosilvopastorales diversos en los que el componente

arbóreo coexiste con el herbáceo y en muchos casos con una carga ganadera más o menos importante. Las

principales amenazas actuales para este tipo de hábitats son la falta de regeneración, el sobrepastoreo, los

incendios forestales, el abandono de las actividades tradicionales y el decaimiento general del arbolado que

desencadena “la seca” de los árboles (Pulido et al., 2007).











Quirópteros


Microtus cabrerae II y IV Roedores

Eliomys munbyanus IV


Mustela putorius V



Lutra lutra II y IV

Carnívoros


Reptiles:

Mauremys leprosa II y IV Tortugas

Emys orbicularis II y IV

Lacerta monticola II y IV Saurios

Chalcides bedriagai IV

Coluber hippocrepis IV Ofidios Coronella austriaca IV

Anfibios:


Rana temporaria V Rana iberica IV

Alytes obstetricans IV

Alytes cisternasii IV

Discoglossus pictus IV

Pelobates cultripes IV

Rana perezi V

Bufo calamita IV

Rana dalmatina V

Discoglossus jeanneae II y IV

Discoglossus galganoi II y IV

Anuros

Hyla arborea IV

Artrópodos:

Crustáceos Austropotamobius pallipes II y IV

Cerambyx cerdo II y IV Euphydryas aurinia II

Lucanus cervus II

Proserpinus proserpina IV


Gomphus graslini II y IV

Apteromantis aptera II y IV

Coenagrion mercuriale II

Insectos

Ophiogomphus cecilia II y IV

Arácnidos Macrothele calpeiana IV


La época de mayor riesgo de incendio de estos bosques coincide generalmente con la fase de desarrollo de

pollos del buitre negro, con el consiguiente riesgo de mortalidad de éstos si se produce un fuego en la

colonia. Además, la apertura de nuevas pistas que atraviesan laderas donde cría el buitre negro puede hacer

fracasar la reproducción si se realiza en los períodos sensibles y puede provocar afecciones severas a su

tranquilidad (Moreno-Opo & Guil, 2007).

La conservación de los grandes árboles senescentes, extracortables o “veteranos” de Quercus suber, resulta

beneficiosa para muchas especies al igual que en otros hábitats, una de éstas es el Lince ibérico (Lynx

pardinus) que utiliza a veces estos elementos para ubicar sus lugares de cría (Fernández & Palomares, 2000).

9340 Bosques de Quercus ilex y Quercus rotundifolia

Los encinares más complejos serían bosques densos con arbustos termófilos como Myrtus communis, Olea

europaea var. sylvestris o Rhamnus oleoides, y lianas. Viven sobre todo tipo de suelos hasta los 1800-2000

m. Con precipitaciones inferiores a 350-400 mm son reemplazados por formaciones arbustivas o de coníferas

xerófilas.

Anélidos:

Hirudinoideos Hirudo medicinalis V

Plantas:

Narcissus triandrus II y IV Narcissus asturiensis II y IV

Narcissus viridiflorus II y IV

Narcissus fernandesii II

Amarilidáceas

Narcissus humilis II

Plantagináceas Plantago algarbiensis II



Umbelíferas Apium repens II y IV

Liliáceas Scilla odorata II

Festuca elegans II Gaudinia hispanica II

Holcus setiglumis II y IV Gramíneas

Micropyropsis tuberosa II

Carduus myriacanthus * II y IV Compuestas Hymenostemma pseudanthemis II

Orobancháceas Orobanche densiflora II

Cariofiláceas Silene mariana II

Marsilea batardae II Marsileáceas Marsilea strigosa II

Plumbagináceas Armeria velutina II y IV

Orquidáceas Spiranthes aestivalis IV

Labiáceas Thymus carnosus II

Timeleáceas Thymelaea broterana IV

Linaria túrcica * II y IV Escrofulariáceas Veronica micrantha II

Peces:

Rutilus arcasii II Cipriniformes Chondrostoma toxostoma II

Aves:

Ciconia nigra I Ciconiformes

Platalea leucorodia I

Anseriformes Tadorna ferruginea I



Gyps fulvus I

Circus pygargus I

Circus aeruginosus I

Circus cyaneus I

Pandion haliaetus I

Pernis apivorus I

Elanus caeruleus I

Aquila adalberti I

Aquila chrysaetos I

Falco peregrinus I

Falco columbarius I

Aegypius monachus I



Falconiformes

Milvus milvus I

Sylvia undata I Lanius collurio I Paseriformes

Lullula arborea I

Porzana pusilla I Gruiformes Turnix sylvatica I

Bubo bubo I Estrigiformes

Asio flammeus I

Apudiformes Apus caffer I


Piciformes Pyrrhocorax pyrrhocorax I


Son los bosques dominantes de la Iberia mediterránea presentes en casi toda la Península y en Baleares. La

gran mayoría de la superficie de estos bosques se encuentra en la región Mediterránea (97%), el resto se

distribuye por la Atlántica (2 %) y la Alpina (1%). Alrededor de un 40% de la superficie total ocupada por el

hábitat 9340 en nuestro territorio está catalogada como LIC (Rodà et al., 2009).

Los encinares han sido aprovechados durante milenios para obtener madera, carbón vegetal o leña. La

mayor parte de estos bosques se explotaron en régimen de monte bajo, aprovechando la gran capacidad de

rebrote de la encina. Este régimen produce encinares con una alta densidad de pies pequeños, de altura

generalmente escasa (Rodà et al., 2009). La baja regeneración actual es uno de los principales problemas que

está sufriendo este tipo de hábitat.



Especies como la Alondra totovía (Lullula arborea) están sufriendo los efectos del sobrepastoreo en este

tipo de hábitats, las primas ganaderas están favoreciendo la presencia de cargas ganaderas superiores a las

recomendables, con la consiguiente falta de regeneración de árboles y arbustos (Íñigo et al., 2008).








Quirópteros



Mustela putorius V



Martes martes V


Carnívoros


Capra pyrenaica pyreinaica * II y IV Artiodáctilos

Capra pyrenaica V

Reptiles:



Anfibios:


Anuros Alytes cisternasii IV

Artrópodos:

Cerambyx cerdo II y IV Euphydryas aurinia II



Arácnidos Macrothele calpeiana IV

Plantas:

Narcissus viridiflorus II y IV Narcissus fernandesii II Amarilidáceas

Narcissus humilis II


Umbelíferas Apium repens II y IV

Gramíneas Holcus setiglumis II y IV

Marsileáceas Marsilea batardae II

Orquidáceas Spiranthes aestivalis IV

Aves:

Ciconia nigra I Ciconiformes

Ciconia ciconia I


Aquila adalberti I

Aquila chrysaetos I

Aegypius monachus I



Falconiformes

Milvus milvus I

Sylvia undata I Lanius collurio I

Galerida theklae I Paseriformes

Lullula arborea I




9360* Laurisilvas macaronésicas (Laurus, Ocotea) (*)

Es un bosque subtropical perennifolio, de hojas coriáceas y brillantes (lauroides), relicto de la flora

mediterránea de la Era Terciaria y con singular riqueza en endemismos vegetales y animales. En el estrato

arbóreo se cuentan unas veinte especies cuya dominancia alterna en función del gradiente de humedad. Así,

viñátigos (Persea indica), tiles (Ocotea foetens) y laureles (Laurus azorica) son las especies más exigentes,

mientras que el barbusano (Apollonias barbujana), el palo blanco (Picconia excelsa) o la hija (Prunus

lusitanica) requieren menor humedad. Son bosques que se sitúan a barlovento, en las vertientes

nororientales, y en posición de media montaña (600- 1200 m), precisamente donde los vientos alisios aportan

humedad constante en forma de lluvia o de nieblas.

Es una de las formaciones vegetales más características del archipiélago canario, faltando sólo en las islas

orientales (Lanzarote y Fuerteventura), más secas. El 100% de la superficie de estos bosques se encuentra en

la región Macaronésica y alrededor de un 96% está catalogada como LIC (Fernández-Palacios, 2009).

La principal causa de la significativa reducción de la laurisilva en las islas occidentales y de su práctica

desaparición en Gran Canaria, ha sido la tala y la sustitución del bosque por parcelas de cultivo en las que

proliferó el denominado policultivo de medianías (Fernández-Palacios, 2009).



Las especies de aves más claramente endémicas cuyas preferencias de hábitat se establecen en medios

autóctonos como las palomas endémicas Columba bollii y Columba junoniae propias de laurisilva, hoy día

aumentan sus efectivos paralelamente a la recuperación de sus hábitats (Martín et al., 2000; Martín &

Lorenzo, 2001; Carrascal & Palomino, 2005).

Mamíferos:


Plantas:



Caprifoliáceas Sambucus palmensis * II

Briófitos Echinodium spinosum * II

Labiáceas Sideritis discolor * II

Escrofulariáceas Isoplexis chalcantha * II

Miricáceas Myrica rivas-martinezii * II

Leguminosas Dorycnium spectabile * II y IV

Aves:

Columba bollii I Columbiformes

Columba junoniae I

Falconiformes Accipiter nisus granti I

Turdus merula I Paseriformes Fringilla coelebs ombriosa I

Charadriformes Scolopax rusticola I


9370* Palmerales de Phoenix (*)

Es difícil estimar la estructura y la composición florística originales de estas arboledas, al ser muy escasas y

fragmentarias, pero cabe esperar en todo caso una formación arbórea abierta y luminosa dominada por

Phoenix. Los palmerales canarios son formaciones que requieren abundante humedad edáfica, por lo que

ocupan ramblas y fondos de barrancos. Viven por debajo de los 500-600 m de altitud.

Phoenix canariensis es un endemismo de las islas, hoy en día se encuentra distribuída por todas ellas

debido a su cultivo como ornamental, si bien sus manifestaciones naturales resultan mucho más escasas, con

algún palmeral silvestre en La Gomera, Tenerife, Gran Canaria y La Palma. El 100% de la superficie de

estos bosques se encuentra en la región Macaronésica y alrededor de un 17% está catalogada como LIC

(Naranjo et al., 2009).

En la actualidad, en la Isla de La Gomera (en el pasado también ocurrió en Gran Canaria) pervive la

explotación de la savia de la palmera (guarapo) para la producción de miel de palma. Se trata de una

explotación sostenible, pues los ejemplares no mueren y pasados unos cinco años están de nuevo en

condiciones de ser aprovechados (Fernández-Palacios et al., 2008).

Las principales amenazas derivadas de la gestión forestal son la destrucción del tipo de hábitat, la dilución

génica producida por la importación de palmeras datileras (Phoenix dactylifera) y las plagas como el picudo

rojo (Rinchophorus ferrugineus).



En el palmeral es fácilmente observable la presencia de lacértidos género Gallotia y otros reptiles como los

perenquenes del género Tarentola. La destrucción de estos hábitats debido por ejemplo a la construcción de

urbanizaciones está afectando a especies como el Perinquén común (Tarentola delalandii) o el Lagarto

atlántico (Gallotia atlantica) (Pleguenzuelos et al., 2002; Salvador, 2009).

Reptiles:

Chalcides sexlineatus IV Chalcides viridianus IV

Chalcides simonyi II y IV

Tarentola angustimentalis IV

Tarentola boettgeri IV

Tarentola delalandii IV

Tarentola gomerensis IV

Gallotia atlantica IV

Gallotia galloti IV

Saurios

Gallotia stehlini IV


9380 Bosques de Ilex aquifolium

Las acebedas son formaciones de tamaño variable, aisladas o bien cobijadas bajo un dosel arbóreo superior.

Estructuralmente son variadas, presentándose frecuentemente muy alteradas por el hombre, que ha usado

estos medios como lugar de descanso para el ganado, entre otros usos. Acompañan especies con pocos

requerimientos de luz como Anemone nemorosa, Geranium sylvaticum o Saxifraga spathularis. Ocupan

umbrías o fondos de barranco con cierta humedad edáfica y preferencia por suelos ácidos o descarbonatados.

Forma poblaciones discontinuas en una amplia franja que va desde los Pirineos hasta el noroeste peninsular,

penetrando en el interior de la Península a favor de los sistemas montañosos. Casi un 76% de la superficie de

estos bosques se encuentra en la región Atlántica, un 27% en la Mediterránea y menos de un 1% en la

Alpina. Alrededor del 55% de la superficie total que ocupa en nuestro territorio el hábitat 9380 está

catalogada como LIC (Arrieta, 2009).

Se observa una tendencia a la reducción de algunas acebedas asociada al abandono de los sistemas de

aprovechamiento tradicionales que las mantenían. La disminución o desaparición de la ganadería extensiva y

la silvicultura tradicional de las acebedas supone un riesgo para el mantenimiento de estas acebedas.



Las bayas del acebo constituyen un alimento básico durante el invierno para numerosas aves y mamíferos

forestales, es el caso del Urogallo (Tetrao urogallus), que con el abandono de actividades tradicionales como

pueden ser la apertura de claros y la consiguiente densificación de las masas está sufriendo serias amenazas

(Fundación Biodiversidad, 2012). En la mayor parte de los cantaderos abandonados se aprecia una clara

densificación de la masa arbórea acontecida durante las últimas décadas, mayor que en los que permanecen

ocupados (Junta de Castilla y León, 2009). Durante las últimas décadas el aumento de los volúmenes de

madera en pie fue acompañado por la disminución del número de urogallos (WFSI, 2008).

Mamíferos: Barbastella barbastellus II y IV Rhinolophus euryale II y IV

Myotis bechsteinii II y IV Quirópteros




Martes martes V

Carnívoros


Anfibios:

Anuros Rana temporaria V

Artrópodos:

Insectos Graellsia isabellae II, IV y V

Plantas:

Narcissus triandrus II y IV Narcissus asturiensis II y IV Amarilidáceas

Narcissus pseudonarcissus II y IV




Aves:

Falconiformes Accipiter gentilis I

Paseriformes Lullula arborea I



9430* Bosques montanos y subalpinos de Pinus uncinata (* en sustratos yesosos o calcáreos)

Bajo el arbolado discontinuo se suele desarrollar un manto arbustivo de Rhododendron ferrugineum,

Vaccinium myrtillus o V. uliginosum (en las situaciones más ácidas y húmedas) o de Arctostaphylos uva-ursi

o Juniperus communis susp. Alpina (en zonas más secas, con mayor amplitud de pH). Los pinares negros

constituyen el último piso de vegetación arbolada, pudiendo crecer entre los 1500 y los 2400 m en cualquier

tipo de sustrato.

Viven sobre todo en el tramo central de la cordillera pirenaica, faltando en los extremos menos

continentales de la misma. La gran mayoría de la superficie ocupada por estos bosques se distribuye por la

región Alpina (93%), ocupando también suelos de la región Mediterránea (7%). Alrededor del 59% de la

superficie total que ocupa en nuestro territorio el hábitat 9430* está catalogada como LIC (Camarero, 2009).

La mayoría de los bosques de pino negro muestran rasgos determinados por su aprovechamiento forestal

como la escasez de árboles viejos y de claros de bosque de origen natural. La regeneración de estos bosques

es muy dependiente de la creación de claros en el bosque, es decir de la frecuencia e intensidad de

perturbaciones que generen claros de bosque (Bosch et al., 1992).



La gestión forestal es fundamental en este tipo de hábitat para la conservación de aves de la tabla 4.21,

como el Mochuelo boreal (Aegolius funereus) que son dependientes de la presencia de árboles muertos en

pie para la construcción de nidos, como el mochuelo, o de árboles viejos propios de bosques maduros, como

el Picamaderos negro (Dryocopus martius), uno de los grandes pájaros carpinteros de estos bosques

(Camprodon, 2003).

Mamíferos:


Myotis emarginatus II y IV Myotis myotis II y IV Quirópteros


Felis silvestris IV Canis lupus * (al sur del Duero) II, IV y V

Martes martes V Carnívoros


Aves:

Falconiformes Accipiter nisus I

Lagopus mutus pyrenaicus I, IIB y III Galliformes Tetrao urogallus I, IIB, IIIB

Estrigiformes Aegolius funereus I

Piciformes Dryocopus martius I


9520 Abetales de Abies pinsapo

Son bosques bastante cerrados y umbrosos, aunque más abiertos a mayor altitud. En ellos crecen

interesantes endemismos meridionales o iberoafricanismos, como Dahpne laureola subsp. latifolium,

Berberis vulgaris subsp. Australis o Paeonia broteroi. Las sierras en las que habita el pinsapo son los lugares

más lluviosos de España (2000-3000 mm) entre los 1000 y los 1800 m y sobre sustrato generalmente calizo.

Los pinsapares peninsulares crecen en las provincias de Málaga (Sierra de las Nieves, Sierra Bermeja,

Sierra Blanca) y Cádiz (Sierra de Grazalema). El 100% de la superficie ocupada por estos bosques se

distribuye por la región Mediterránea, Casi toda (99,5%) esta superficie está catalogada como LIC en España

(Valladares, 2009).

Las principales amenazas que sufren este tipo de bosques, ligadas a la gestión forestal, son la excesiva

densidad y competencia intraespecífica entre árboles que, junto con escasa diferenciación de habilidades

competitivas en los rodales (poca variabilidad genética y de clases de tamaños), derivó en el estancamiento

de las masas a partir de la década de los 70 y la expansión de agentes patógenos (Valladares, 2009).

Además, la herbivoría (ganado y ungulados silvestres) también sigue siendo un problema para la

regeneración de algunas de las poblaciones de Abies pinsapo (). Es una especie que no tolera el fuego y tras

el paso de un incendio sus semillas no germinan y sus troncos no rebrotan (Linares & Carreira, 2006).



La eliminación de árboles muertos y troncos secos en las operaciones de limpieza forestal supuso una

disminución importante en la disponibilidad de lugares adecuados de nidificación para especies como el Pico

picapinos (Dendrocopos major), convirtiéndose en un factor limitante para las poblaciones de la especie


Mamíferos:

Quirópteros Myotis myotis II y IV

Felis silvestris IV Genetta genetta V Carnívoros


Reptiles:


Anfibios:


Anuros Rana perezi V

Artrópodos:

Insectos Euphydryas aurinia II

Plantas:

Cladonia cronocraea V Líquenes

Cladonia fimbriata V

Solanáceas Atropa baetica * II

Rubiáceas Galium viridiflorum * II

Cariofiláceas Silene mariana II

Aves:

Estrigiformes Asio flammeus I

Falconiformes Circaetus gallicus I

Anthus campestris I Oenanthe leucura I

Galerida theklae I

Fringilla coelebs ombriosa I

Paseriformes

Parus ater cypriotes I


Piciformes Dendrocopos major I


9530* Pinares (sud-) mediterráneos de pinos negros endémicos (*)

Se trata de formaciones abiertas con un manto arbustivo de Juniperus, Hacer, etc. Las mayores extensiones

corresponden a territorios de montaña media, entre 900 y 1500 m pedregosos o abruptos.

Se distribuyen sobre todo en la mitad oriental de la Península con algunos rodales relictos en el Sistema

Central. Un 99% de la superficie ocupada por estos bosques se distribuye por la región Mediterránea

quedando un 1% en la Alpina, el 51% del total de esta superficie está catalogada como LIC en España

(Regato & Del Río, 2009).

El tipo de talas más comunes contribuye a simplificar la estructura del bosque, otro factor característico de

es la ausencia de madera muerta, tanto en pie como sobre el suelo. Asimismo, las talas a hecho y los aclareos

sucesivos en pocas fases que se aplican en algunos montes, junto con la movilización del suelo producida en

las sacas de madera, puede suponer importantes problemas de degradación de un suelo forestal además de

conllevar problemas de regeneración por ausencia de cobertura (Regato & Del Río, 2009).



La retirada de casi toda la madera muerta de los pinares y la sustitución de bosques maduros con varias

clases de edad y árboles viejos por formaciones más homogéneas y jóvenes, es la principal causa de la

desaparición de especies saprofíticas como Buprestida splendens características de bosques maduros con una

buena dinámica forestal (Blas, 2011; Regato & Del Río, 2009).

Mamíferos: Barbastella barbastellus II y IV Myotis bechsteinii II y IV

Miniopterus schreibersii II y IV Quirópteros



Mustela putorius V

Canis lupus * (sur del Duero) II, IV y V

Carnívoros

Martes martes V

Artiodáctilos Capra pyrenaica V

Reptiles:

Saurios Algyroides marchi IV

Ofidios Coronella austriaca IV

Anfibios:

Triturus marmoratus IV Caudados

Euproctus asper IV

Hyla arborea IV Discoglossus jeanneae II y IV

Alytes obstetricans IV Anuros

Bufo calamita IV

Artrópodos:

Graellsia isabellae II, IV y V Insectos Buprestis splendens II y IV

Plantas:

Amarilidáceas Narcissus longispathus IV

Ranunculáceas Aquilegia pyrenaica II

Compuestas Crepis granatensis II y IV

Solanáceas Atropa baetica II

Escrofulariáceas Odontites granatensis II y IV

Aves:

Ciconiformes Pernis apivorus I

Hieraaetus pennatus I Gyps fulvus I


Aquila chrysaetos I

Aegypius monachus I



Falconiformes

Accipiter nisus I

Paseriformes Sylvia undata I


Piciformeses Dryocopus martius I


9540 Pinares mediterráneos de pinos mesogeanos endémicos

El pino carrasco (Pinus halepensis) es propio de climas cálidos y secos de la mitad oriental peninsular y de

Baleares, casi siempre en sustratos básicos y por debajo de 800 m. Por su parte, el pino resinero o rodeno

(Pinus pinaster) prospera en arenales y roquedos más o menos ácidos de casi toda la Península, siendo más

raros en el nordeste y suroeste, en el interior crece de 700 a 1700 m.

Dispersos por casi todo el territorio nacional. Se incluyen las antiguas repoblaciones realizadas dentro del

área natural de cada especie si el cortejo florístico es similar al de los bosques naturales. El 100% de la

superficie ocupada por estos bosques se distribuye por la región Mediterránea (Ruiz Benito et al., 2009), un

66% del total de esta superficie está catalogada como LIC en España (Rivas-Martínez, 2003).

Se observa una falta de idoneidad de la especie o genotipo seleccionado lo que impide la sucesión natural

de las masas forestales y su regeneración. Este problema se agrava por la ausencia de tratamientos inter-

medios lo que conduce a la existencia de masas regulares estáticas en las que no se observa una evolución

hacia una estructura demográfica sostenible. Además la excesiva cobertura impide el desarrollo de los

brinzales de frondosas en el sotobosque y la iniciación de sustitución entre Pinus y otras especies (Ruiz

Benito et al., 2009).



Las fumigaciones que se llevan a cabo en estos pinares, mediante productos fitosanitarios persistentes, para

luchar contra plagas como la procesionaria del pino (Taumetopoea pytiocampa) son una fuente de mortalidad

para especies de lepidópteros de interés comunitario como Graellsia isabelae (Soria et al., 1986;

MAGRAMA, 2006; Ruiz Benito et al., 2009).

Mamíferos: Myotis blythii II y IV Myotis bechsteinii II y IV




Quirópteros



Mustela putorius V

Canis lupus * (sur del Duero) II, IV y V

Carnívoros



Reptiles:


Anfibios:

Triturus marmoratus IV Caudados

Euproctus asper IV

Hyla arborea IV Alytes obstetricans IV Anuros

Bufo calamita IV

Artrópodos:

Insectos Graellsia isabellae II, IV y V

Plantas:

Amarilidáceas Narcissus triandrus IV

Leguminosas Genista dorycnifolia II

Aves:


Milvus milvus I Falconiformes Milvus migrans I


9550 Pinares endémicos canarios

Los pinares canarios son formaciones espesas o abiertas dependiendo de la consistencia del sustrato,

siempre volcánico, de la madurez del suelo o de la altitud. El tipo de pinar más extendido lleva un manto de

jara canaria (Cistus symphytifolius), con leguminosas como Chamaecytisus proliferus, Adenocarpus

mfoliolosus, especies endémicas de Lotus, etc. Se instalan en el piso montano seco de las islas, desde los

500-800 hasta los 2000 m.

Estas formaciones son endémicas de las islas Canarias occidentales y crecen en La Palma, Gran Canaria,

Tenerife, Gomera y Hierro. El 100% de la superficie ocupada por estos bosques se distribuye por la región

Macaronésica, casi un 99% del total de esta superficie está catalogada como LIC en España (Rivas-Martínez,

2003).

Los principales problemas que soporta este hábitat forestal son la alta densidad, con individuos coetáneos y

distribución espacial regular, un estrato inferior de vegetación más pobre de lo que cabría esperar en un pinar

natural y, sobre todo, que su tasa de incendios es inferior a la tasa natural esperada en el pinar canario

(Arévalo & Fernández-Palacios, 2009).



En la actualidad, la escasa extensión del hábitat y la profusa fragmentación que aún presenta el pinar

canario, es una amenaza para el mantenimiento futuro de poblaciones de paseriformes endémicos como el

Pinzón azul (Fringilla teydea) a largo plazo, además, la calidad del hábitat, en cuanto a características

estructurales se refiere, no es la adecuada en muchos de estos parches (Gobierno de Canarias, 2005).

Mamíferos:


Reptiles:

Gallotia galloti IV Saurios


Plantas:

Leguminosas Teline rosmarinifolia * II y IV

Escrofulariáceas Isoplexis isabelliana II

Cistáceas Cistus chinamadensis II y IV

Aves:

Fringilla teydea I Paseriformes Fringilla coelebs ombriosa I

Piciformes Dendrocopos major I


9560* Bosques endémicos de Juniperus spp. (*)

El sabinar albar es un bosque abierto que lleva un manto arbustivo adaptado a la luz directa. El sabinar

negral canario comparte el espacio con el acebuchal, si bien relegado a los extremos más secos. Por último,

el cedro canario es un enebro arborescente relicto, que vive en crestones en el límite superior del pinar

canario.

La sabina albar (Juniperus thurifera) vive en el Sistema Ibérico meridional, oriente de la Meseta norte, La

Mancha y centro del Valle del Ebro, con poblaciones relictas subrupícolas en la Cordillera Cantábrica,

Sistema Central y montañas béticas. Los sabinares negrales (J. phoenicea) canarios están presentes en casi

todas las islas, mientras que los cedrales (J. cedrus) son más locales y escasos. Un 95% de la superficie

ocupada por estos bosques se distribuye por la región Mediterránea, mientras que se expande también por la

Atlántica (3%) y la Macaronésica (2%). Alrededor de un 58% del total de esta superficie está catalogada

como LIC en España (Rivas-Martínez, 2003).

La explotación del sabinar para satisfacer las demandas de los útiles para las actividades agropecuarias y de

construcción, ha cesado afortunadamente. El pastoreo ya no tiene importancia pero durante siglos ha favo-

recido la expansión de especies exóticas como las tuneras (Opuntia sp.) que pueden competir directamente

con las plántulas de la sabina (Montesinos & Fernández-Palacios, 2009).



La principal amenaza para algunas especies de flora típicas de estos bosques como Anagyris latifolia o

Teline rosmarinifolia es el pastoreo, también incide negativamente la competencia vegetal natural y con

exóticas (Gobierno de Canarias, 2009; Bañares et al., 2011).

Mamíferos: Barbastella barbastellus II y IV Rhinolophus ferrumequinum II y IV Quirópteros



Martes martes V


Carnívoros



Reptiles:

Gallotia galloti IV Saurios



Anfibios:

Alytes obstetricans IV Anuros

Bufo calamita IV

Plantas:

Sapotáceas Sideroxylon marmulano IV

Dorycnium spectabile * II y IV Anagyris latifolia * II y IV Leguminosas

Teline rosmarinifolia * II y IV

Argyranthemum winteri II y IV Cheirolophus duranii II y IV Compuestas

Cheirolophus ghomerytus II y IV

Convolculáceas Convolvulus lopez-socasii * II y IV

Rosáceas Dendriopoterium pulidoi II y IV

Agaváceas Dracaena draco IV

Limonium arborescens * II y IV Plumbagináceas

Limonium dendroides II y IV

Sideritis cystosiphon * II y IV Labiáceas

Sideritis marmorea II y IV

Aves:


Lullula arborea I Paseriformes

Fringilla coelebs ombriosa I


9570* Bosques de Tetraclinis articulata (*)

En la actualidad, las manifestaciones españolas presentan un aspecto abierto, y los ejemplares no suelen

alcanzar los portes arbóreos que se observan en las mejores localidades africanas. Habita en las localidades

más secas de la Península, con precipitaciones entre 150 y 400 mm, hasta los 370 m de altitud.

En España, estos bosques presentan unas pocas poblaciones en el sureste ibérico (Sierra de Cartagena) y

también en Melilla. El 100% de la superficie ocupada por estos bosques se distribuye por la región

Mediterránea, alrededor de un 12% del total de esta superficie está catalogada como LIC en España (Rivas-

Martínez, 2003).

En las últimas décadas, las talas y la minería han perdido protagonismo, aunque no están totalmente

anuladas, y han sido sustituidas por la presión urbanística y de infraestructuras, el sobrepastoreo y los

incendios forestales (Esteve et al., 2012).

La perturbación actual que modifica más severamente la estructura de este tipo de hábitat es el fuego

(Esteve, 2009). Aunque el fuego no genera mortalidades significativas (López-Hernández et al., 1995), esta

perturbación lleva consigo la pérdida de la biomasa aérea, siendo necesario más de una década para

recuperarla, lo que retarda a su vez la generación de semilla.



La degradación y fragmentación de estos hábitats debido a los incendios, es una de las principales amenazas

a las que se enfrenta la población Tortuga mora (Testudo graeca) del territorio ibérico (Díaz-Paniagua &

Andreu, 2009).

Mamíferos:

Carnívoros Genetta genetta V

Reptiles:

Tortugas Testudo graeca II y IV

Saurios Chamaeleo chamaeleon IV


Anfibios:

Anuros Bufo calamita IV

Plantas:


Cistáceas Helianthemum caput-felis II y IV

Aves:



9580* Bosques mediterráneos de Taxus baccata (*)

El tejo suele aparecer como elemento arbóreo subordinado a otras especies de mayor porte, siendo habitual

en hayedos, robledales y abetales, así como en las variantes más húmedas de encinares, quejigares o pinares

de media montaña.

El tejo (Taxus baccata) se distribuye en la Península por todas las cadenas montañosas, especialmente en la

mitad norte, faltando sobre todo en el cuadrante sudoccidental. Aparece en las regiones biogeográficas

Atlántica y Mediterránea y más de 15.000 ha de estos bosques están catalogadas como LIC en España (Serrá,

2009).

Las principales amenazas que puede presentar este tipo de hábitat son comunes a las que pueden sufrir otros

bosques: los incendios, la tala directa o la falta de una regeneración adecuada (Bensettiti et al., 2001; EEA,

2008). El herbivorismo por ungulados es el factor limitante más importante en la regeneración natural del

Taxus baccata (Serrá, 2007).



La falta de regeneración de esta especie puede afectar negativamente a la conservación de las especies de

aves del género Turdus (mirlos y zorzales) que destacan por la especialización en el consumo de los frutos

del tejo (Gobierno del Principado de Asturias, 2009).





Martes martes V Carnívoros



Plantas:

Narcissus triandrus II y IV Narcissus asturiensis II y IV Amarilidáceas

Narcissus pseudonarcissus II y IV




Hymenofiláceas Trichomanes speciosum II y IV

Aves:


Dryocopus martius I

Turdus viscivorus I y II Turdus philomelos I y II

Turdus iliacus I y II

Turdus merula I y II

Paseriformes

Turdus pilaris I y II

Galliformes Tetrao urogallus I, II, IIIB


4.1. Relación de los principales grupos de especies con la Gestión Forestal Como se ha podido comprobar a lo largo de las tablas, existen varios grupos que se repiten en la mayoría de

los ecosistemas forestales y que presentan numerosas especies de interés comunitario. Quirópteros, aves,

insectos saproxílicos, etc., son grupos representativos de los bosques antes definidos y con vínculos muy

importantes entre sus modos de vida y el manejo forestal.

A continuación se presenta la relación de los grupos de especies (de mayor interacción con el manejo

forestal) con la gestión de los bosques de interés comunitario.

4.1.1. Quirópteros Los quirópteros (Chiroptera), conocidos comúnmente como murciélagos, son un orden de mamíferos

placentarios cuyas extremidades superiores se desarrollaron como alas. Estas especies juegan un papel

importante en el equilibrio biológico de los ecosistemas, especialmente los forestales, y constituyen uno de

los mejores indicadores biológicos de la calidad del hábitat (Jiménez et al., 2006).

Siendo un grupo muy representativo en la mayoría de los hábitats forestales que se han ido presentando en

este documento, dependen por completo de sus refugios, que juegan un papel crítico en la biología de los

quirópteros (Kunz, 1982), hasta tal punto que la disponibilidad de éstos afecta tanto a la distribución

geográfica de las especies como a la diversidad de las comunidades (Findley, 1993), por tanto la

conservación y la protección de estas especies conlleva necesariamente la protección y la conservación de

sus refugios invernales y de cría.

Los quirópteros buscan fundamentalmente dos tipos de árboles para su refugio: los que presentan huecos

creados por pícidos, y los que tienen grietas longitudinales como consecuencia de rayos o de heladas, que

con el paso del tiempo forman un tejido de cicatrización que deja una oquedad en la parte superior interna de

las grietas donde se refugian y ocultan de los depredadores. Generalmente prefieren hayas, robles, castaños,

fresnos y álamos, presentando menor querencia por las coníferas debido principalmente a su elevada

producción de sustancias aromáticas y resinas (Jiménez et al., 2006). Estos requisitos hacen de una gestión

forestal sostenible, encaminada hacia la conservación de bosques maduros de frondosas, algo imprescindible

para la conservación de estos murciélagos.

La densidad de cavidades que sirvan como refugios para quirópteros es mayor en bosques maduros, donde la

diversidad de estructuras aumenta la posibilidad de procurarse refugios, en cambio, las explotaciones

forestales de bosques monoespecíficos de árboles jóvenes, con rotaciones cortas donde los árboles viejos y/o

muertos son retirados, reducen la disponibilidad de refugios para quirópteros (Barclay & Brigham, 1996) y

provocan reducciones de sus poblaciones (Pierson, 1998).


La gestión forestal debe centrarse en mantener una elevada densidad de árboles con cavidades dando mayor

interés de conservación a aquellos que presenten una buena insolación por ser muy altos o por estar en un

ecotono (Waldien et al., 2000), en este sentido los claros en el bosque y los bosques de ribera son de gran

interés (Camprodon & Plana, 2007).

4.1.2. Aves Las aves que ocupan un bosque son el resultado directo de su gestión, por lo que es posible manejar éste de

forma que se favorezca o perjudique a determinadas especies (Tellería, 1992). Las características

estructurales del bosque son muy determinantes para la riqueza de aves forestales, más allá del origen o

características iniciales del ecosistema forestal, una adecuada gestión forestal puede y debe conducir las

masas a estructuras más favorables y con una mayor capacidad de acogida para la biodiversidad (Gil et al.,

2009).

Las masas boscosas con exceso de densidad y competencia, tan frecuentes en los montes españoles tras los

procesos de abandono rural, se beneficiarían de tratamientos selvícolas de una intensidad adecuada que

facilitaran su transición a estados más maduros y favorecieran la implantación de una mayor variedad de

especies, beneficiando así al conjunto de la biodiversidad del monte (Torras & Saura, 2008).

Uno de los patrones más constantemente observados en la estructura de las comunidades de aves forestales

es la estrecha relación entre diversidad fisionómica y riqueza de especies (Wiens, 1989), es decir, que una

mayor complejidad estructural del bosque (diversidad de edades de los pies arbóreos, pequeños claros, etc.)

favorecerá el aumento de la diversidad avifaunística.

La diversidad florística también suele asociarse con la diversidad de la avifauna, por lo que determinadas

labores de aclarado, entresaca selectiva, etc., pueden afectar a la riqueza de aves de un bosque (Carrascal &

Tellería, 1990).

Otro de los problemas derivados de la gestión forestal es la fragmentación de los bosques y la consiguiente

subdivisión de las poblaciones de especies que albergan. Se ha observado una pérdida generalizada de

especies a medida que disminuyen los fragmentos forestales. Asociado al problema de la fragmentación de

estos hábitats se genera también el efecto borde con las consiguientes amenazas de depredación de pollos,

por ejemplo, en el caso de los paseriformes, se ha observado un aumento de la depredación de sus nidos al

disminuir el tamaño de los bosques (Tellería, 1992).


4.1.3. Insectos saproxílicos Los insectos saproxílicos son aquellos que dependen, durante parte de su ciclo vital, de la madera muerta o

senescente de árboles moribundos o muertos (en pie o caídos), o de hongos de la madera o de la presencia de

otros saproxílicos (Speight, 1989), por tanto, la desaparición de los bosques maduros y de la madera muerta

es la causa de que la comunidad de coleópteros de la madera, o saproxílicos, sea una de las más amenazadas

en el entorno forestal (Speight, 1989; Dajoz, 2001).

La riqueza de especies de insectos saproxílicos depende de varios factores relacionados con la gestión

forestal, en la siguiente figura se puede apreciar la relación entre ellos y la riqueza de insectos.

Diversidad de Insectos Saproxílicos

Aumenta

� Abundancia de materia muerta

� Mayor tamaño del bosque

� Continuidad del bosque

Depende

� Tipo de materia muerta (hueco, en pie, caída, etc.)

� Calidad (especie, diámetro, grado de descomposición, etc.)

� Bosque aclarado o bosque cerrado

Disminuye

� Alteración del régimen de perturbaciones (fuegos)

Figura 4.2. Relación entre los componentes del bosque y la diversidad

de insectos saproxílicos. (A partir de la información de Méndez (2009)).

La gestión forestal ha actuado negativamente sobre muchos de estos factores que condicionan la diversidad y

abundancia de especies saproxílicas. Esto ha conducido al estado de amenaza de un número considerable de

estas especies (Méndez, 2009).

El mantenimiento de todos los hábitats y especies que se han ido citando a lo largo de este capítulo requiere

de una serie de medidas de gestión forestal que logren paliar las amenazas a las que hoy en día están

expuestos. Estas medidas y amenazas se desarrollan en el siguiente capítulo del documento.

AMENAZAS Y MEDIDAS

DE GESTIÓN FORESTAL


5. Amenazas y medidas de gestión forestal

En este apartado se clasifican y definen las principales interacciones entre la gestión forestal y la

conservación de los hábitats y las especies mencionados en el anterior capítulo.

5.1. Amenazas ligadas a la gestión forestal Mediante la búsqueda y recopilación de información en varias publicaciones que se irán citando a lo largo

del texto, se han definido los principales factores de amenaza ligados a la gestión forestal que afectan a los

ecosistemas forestales y sus especies representativas de interés comunitario.

En la siguiente tabla se citan estas amenazas clasificadas según un código que representa su condición de

amenaza, letra A, seguida del número que se le ha asignado a la misma, y a las sub-amenazas en caso de que

existan.

Tabla 5.1. Listado de amenazas ligadas a la gestión forestal. Fuente: elaboración propia.

La incidencia de todas estas presiones depende del tipo de hábitat forestal que se tenga en cuenta, en la tabla

1 del Anexo II se relacionan las diferentes amenazas con los tipos de hábitat de referencia.

La mayoría de estas amenazas están relacionadas entre sí, por lo que el diseño de la clasificación es complejo

y podría ser diferente en función de los criterios empleados, es tal la conexión entre todas ellas, que si nos

centramos en las tres primeras amenazas se puede observar como todas las demás pueden estar influenciadas

por ellas según la figura siguiente.

A1 Intensificación del uso forestal A1-1 Simplificación de las masas

A1-2 Uso de biomasa forestal

A2 Cambio de uso del suelo A2-1 Transformación a brezales o pastizales

A2-2 Desaparición del monte (cultivos y urbanizaciones)

A3 Cambio Climático A3-1 Aumento de las temperaturas

A3-2 Disminución de las precipitaciones

A4 Elevada carga de herbívoros

A5 Fragmentación del bosque

A6 Abandono de actividades tradicionales A6-1 Pérdida de trasmochos

A6-2 Desaparición de la ganadería extensiva

A7 Labores forestales inadecuadas A7-1 En época de nidificación

A7-2 Con maquinaria pesada no selectiva

A8 Plantaciones de especies de crecim. rápido

A9 Cortas a hecho

A10 Falta de regeneración

A11 Incendios forestales

A12 Flora exótica invasora

A13 Limpieza de riberas

A14 Plagas o enfermedades

A15 Dilución genética


CAMBIO DE USO DEL SUELO

INTENSIFICACIÓN DEL USO FORESTAL

FRAGMENTACIÓN DEL BOSQUE

ELEVADA CARGA DE HERBÍVOROS

CAMBIO CLIMÁTICO

ABANDONO DE ACTIVIDADES

TRADICIONALES

PLANTACIÓN DE ESPECIES DE CRECIMIENTO RÁPIDO

LABORES FORESTALES INADECUADAS

FALTA DE REGENERACIÓN

INCENDIOS FORESTALES

FLORA EXÓTICA INVASORA

LIMPIEZA DE RIBERAS

PLAGAS O ENFERMEDADES

CORTAS A HECHO

DILUCIÓN GENÉTICA

Figura 5.1. Principales relaciones de las tres grandes amenazas con el resto de las mismas. Elaboración propia.

A partir de este punto se desarrollan todas estas amenazas, explicando las actividades forestales que inciden

en que estas amenazas se concreten, las consecuencias de las mismas, los hábitats forestales de interés

comunitario afectados, etc.

A1. Intensificación del uso forestal

Los aprovechamientos forestales intensivos se asocian a ciertas prácticas que pueden incidir negativamente

sobre las condiciones de hábitat de taxones asociados a bosques maduros o con una estructura seminatural

(Camprodon, 2001), como el desbroce del sotobosque, la eliminación de toda la materia muerta y en

descomposición o la reducción del turno y acortamiento de la fase de madurez del arbolado.

Bio

div

ersi

dad

Grado de intensificación

Figura 5.1. Relación entre la intensificación de las actividades forestales y el nivel de biodiversidad

A partir de: Iragui et al., 2010.


A1-1. Simplificación de las masas

La intensificación de algunas masas forestales para mejorar la producción de madera provoca la formación

de montes altos regulares, homogéneos, con un aumento de la frecuencia de actuaciones, y la eliminación de

la vegetación del sotobosque, dando masas forestales simplificadas. La transformación de la estructura del

bosque supone un rejuvenecimiento continuo de la masa, donde los rodales más maduros se cortan para la

extracción comercial de madera, iniciando de nuevo su ciclo de producción, y provocando una ausencia casi

total de árboles viejos en los bosques gestionados, que de forma natural tendrían niveles mucho más elevados

de árboles senescentes y madera muerta (Iragui et al., 2010)

Los efectos de la intensificación de los aprovechamientos forestales pueden manifestarse en cambios en la

estructura de las poblaciones, eliminación de vegetación acompañante, cambios en la dominancia de las

masas o cambios en el sistema de regeneración de las especies.

Tabla 5.2. Hábitats Forestales de Interés Comunitario en España afectados por la amenaza A1-1.

9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

x x x x x x x

9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x x x x x x x

Entre las actividades forestales que generan estas presiones se encuentran las rozas sistemáticas bajo

alcornoques que se practican en el tipo de hábitat 9330, alcornocales de Quercus suber (Pérez-Ramos &

Marañón, 2009), afectando negativamente tanto a la biodiversidad de la comunidad de herbáceas como al

proceso de reclutamiento de muchas especies leñosas.

A1-2. Uso de biomasa forestal

La principal consecuencia de la expansión del uso de la biomasa forestal es la eliminación de la madera

muerta del monte.

El aprovechamiento de este recurso es una actividad susceptible de generar, a su vez, impactos ambientales

negativos sobre los suelos, el medio ambiente forestal y la atmósfera, entre otros. Particularmente en

territorios con pendientes muy elevadas, lluvias frecuentes y una gran riqueza de especies asociadas al medio

forestal (Colina, 2011), es especialmente necesario garantizar que la producción de este recurso se realiza en

condiciones compatibles con una adecuada conservación del medio ambiente forestal.


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

x

9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x


De una manera más pormenorizada, se pueden clasificar los impactos derivados del aprovechamiento de la

biomasa forestal (GEODEM, 2007) en: impactos producidos sobre el suelo (extracción de nutrientes,

compactación y erosión); impactos producidos sobre el agua (deterioro de la calidad físico-química de las

aguas del ecosistema forestal, sedimentación de los cauces y alteraciones en el balance hídrico); pérdida del

hábitat para la fauna silvestre.

Un dato relevante en cuanto a la eliminación de la madera muerta debido a la intensificación del manejo

forestal es que en Europa los bosques tienen menos del 5% (WSFI, 2007) de la madera muerta natural.

A2. Cambio de uso del suelo

Los ecosistemas forestales han visto reducir su extensión en 250.783 ha en el último decenio del siglo XX,

esta pérdida de superficie ha afectado principalmente a zonas de vegetación esclerófila (157.208 ha) y a

bosques de coníferas (59.933 ha), representando conjuntamente el 85% de pérdidas (OSE, 2006). Entre 2000

y 2006 se produce una regresión del 4% (desde 9.297.224 ha hasta 9.139.164 ha) en el total de los bosques

(OSE, 2011A).

En el caso de la vegetación esclerófila, algunas de las pérdidas se deben a la conversión a suelo agrícola

(23%), artificialización (6%) y zonas quemadas (5%) y un 2% por construcción de infraestructuras

hidráulicas (OSE, 2006).

Figura 5.2. Mapa de superficies forestales perdidas según su destino, por Comunidades Autónomas

Fuente: OSE, 2006.


La pérdida de biodiversidad y de los hábitats forestales es la principal consecuencia provocada por estas

presiones, además, la conversión de la biomasa boscosa provoca emisiones de carbono y otros gases efecto

invernadero.

A2-1. Transformación a brezales o pastizales

En los últimos años, se ha producido una notable matorralización de muchos ecosistemas, motivada por el

abandono de zonas rurales, que determina una cierta inestabilidad de ecosistemas forestales (OSE, 2006), las

perturbaciones antrópicas recurrentes han favorecido a las especies arbustivas colonizadoras, que hoy forman

grandes extensiones de matorrales en zonas antaño ocupadas por formaciones arbóreas (Grove & Rackham

2001).

Figura 5.3. Mapa de regresión de zonas boscosas a zonas forestales no boscosas. Fuente: OSE, 2006.

Desbroces y quemas son los principales causantes de esta transformación, convirtiendo masas arboladas en

zonas de matorral boscoso o zonas arbustivas o de pastizal. Los pastizales naturales habían disminuido un

3,1% entre 1987 y 2000, pero entre 2000 y 2006 se produce un cambio de tendencia con un aumento del

1,0% (OSE, 2011A).


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

x x x

9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

Uno de los hábitats afectados por estas presiones es el 9120 (Hayedos acidófilos atlánticos con sotobosque

de Ilex y a veces de Taxus (Quercion robori-petraeae o Ilici-Fagenion)) para el que su transformación en

brezales por explotación es un fenómeno habitual a escala europea (Jahn, 1991).


A2-2. Desaparición del monte (cultivos y urbanizaciones)

La causa principal de pérdida de superficie forestal es la conversión de la misma a suelo agrícola, un proceso

en el que se han visto implicadas 276.143 ha en los últimos 10 años del siglo XX. Estas hectáreas se han

destinado principalmente (OSE, 2006) a sistemas agroforestales (33%), particularmente dehesas en

Extremadura y Andalucía occidental, seguidos de cultivos de secano (26%), cultivos con porcentaje elevado

de vegetación natural (13%), terrenos regados permanentemente (9%), frutales (6%) y mosaicos de cultivos

(5%).

Por otro lado, una proporción significativa de las nuevas zonas artificiales se han creado a partir de bosques,

matorral boscoso, matorrales y pastizales naturales, que suman el 27,4% de las zonas artificiales formadas

entre 1987 y 2000 (51.978 ha) y el 19,5% entre 2000 y 2006 (34.184 ha) (OSE, 2011A).

Al igual que en el caso anterior, el impacto principal es la pérdida de biodiversidad, pero existen otros

impactos derivados de este cambio de ocupación del suelo como los relativos al ciclo hidrológico, por

ejemplo la creación de superficies artificiales por urbanización e infraestructuras modifican el ciclo

hidrológico aumentando las escorrentías (Weng, 2001) por el efecto de sellado del suelo.


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

x x x

9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x x x x x

Los procesos de artificialización pueden deberse a la explotación de minas a cielo abierto o a la construcción

de pistas de esquí, esta última es una de las principales amenazas para los bosques montanos y subalpinos de

Pinus uncinata (9430*), (Camarero, 2009).

La construcción de pistas y estaciones de esquí también supone la destrucción del hábitat y diferentes

molestias (como el aumento de basuras que propician la explosión de poblaciones de depredadores

generalistas que afectan a especies sensibles (Iñigo et al., 2008) como el lagópodo alpino (Lagopus mutus) o

el urogallo (Tetrao urogallus), ambos representativos, entre otros, del hábitat de interés comunitario 9430

(Bosques montanos y subalpinos de Pinus uncinata (prioritario en sustratos yesosos o calcáreos)).


A3. Cambio climático

Los efectos del cambio climático sobre diferentes aspectos relacionados con la estructura y el

funcionamiento de los ecosistemas terrestres ya son patentes a escala global (OSE, 2011B).

El cambio climático, pese a no constituir, en este contexto, una amenaza derivada de la gestión forestal

propiamente dicha, se ha incluido en este documento ya que el manejo forestal debe ser una herramienta

básica para intentar adaptarse y minimizar los impactos y consecuencias producidas por este fenómeno.

Destacan los cambios fenológicos (Peñuelas & Filella, 2001; Walther et al., 2002; Parmesan & Yohe, 2003),

el decaimiento forestal (Allen & Breshears, 1998; Breshears et al., 2005), la pérdida de especies (Thomas et

al., 2004; Thuiller et al., 2008), los cambios en la estructura y diversidad de las comunidades (Tilman, 1998;

Chapin et al., 2001), los cambios en la disponibilidad de nutrientes en el suelo (Matias et al., 2011) o la

instalación de especies invasoras perjudiciales para el ecosistema (Kirilenko et al., 2000).

Tabla 5.6. Hábitats Forestales de Interés Comunitario en España afectados por la amenaza A3.

9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

x x x x x x

9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x x x

Además, cabe destacar que el incremento de temperaturas unido a la reducción de precipitaciones provocará

una mayor evapotranspiración de la vegetación (IPCC, 2007; Gao & Giorgi, 2008).

A3-1. Aumento de las temperaturas

La temperatura del aire en la España peninsular ha mostrado indudables signos de calentamiento a lo largo

del periodo instrumental (1850-2005), según el Informe de Generación de Escenarios Regionalizados de

Cambio Climático para España (AEMET, 2009).

Figura 5.4. Desviación de la temperatura media anual en

la Península y Baleares (1931-2009), respecto al periodo

1961- 1990. Fuente: OSE, 2011A.


Algunos de los principales efectos que provoca el aumento de temperaturas son (Serrada, 2011): reducción

de la disponibilidad hídrica como consecuencia del incremento de la evaporación, aumento de la virulencia

de los incendios forestales, o expansión del área de actuación de plagas y enfermedades limitadas por frío o

de sus períodos de actividad.

A3-2. Disminución de las precipitaciones

La tendencia de la precipitación no muestra un comportamiento tan definido como la temperatura, dada la

complejidad de la distribución espacial de la precipitación, no solo en su cuantía, sino también en su reparto

estacional y en su concentración temporal (OSE, 2011A). De todos modos las proyecciones de precipitación

parecen indicar una tendencia a la reducción en el sur de la Península con un gradiente en el cambio que en

general suele ser sur-norte.

Figura 5.5. Cambio de la precipitación total anual en la

España peninsular de aquí a 2100 bajo los escenarios de

emisiones medias-altas SRES-A2 (rojo) y de emisiones

medias-bajas SRES-B2 (azul).

Fuente: OSE, 2011A.

Carter et al. (2000), en sus análisis del IPCC, prevén una reducción de entre el 15 y el 25% de la

precipitación en la Península Ibérica durante los próximos 50 años y un aumento de la variabilidad de las

precipitaciones.

Algunos estudios (García et al., 2002) reflejan la relación entre la disminución de la precipitación y la

reducción de la reserva hídrica del suelo de los bosques (una reducción del 10% de la precipitación se

traduce en una reducción del 25% de la reserva hídrica del suelo como consecuencia del incremento de la

tasa de transpiración de los árboles debido al aumento del periodo vegetativo y a la mayor demanda

evaporativa de la atmósfera), prediciendo también que aquellas áreas en las que el bosque crece bajo severas

restricciones hídricas, los árboles desaparecen bajo las nuevas condiciones climáticas.


A4. Elevada carga de herbívoros

Los ecosistemas forestales en España han sufrido históricamente una alta presión por herbivoría como

consecuencia de la actividad ganadera, unida al incremento de las poblaciones de ungulados silvestres

fomentados para caza y favorecidos por la eliminación de depredadores.

La elevada presión de herbivoría representa una limitación para la regeneración natural de muchas especies

leñosas arbóreas y arbustivas, especialmente las más palatables y que no tienen capacidad de rebrotar

(Charco, 2002). Este problema afecta especialmente a muchas plantas endémicas en el área mediterránea

(A.M.A, 1994; Blanca et al., 1998; Zamora et al., 1996 y 2001).


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

x x x x x x

9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x x x x x x x

Las consecuencias provocadas por esta presión se observan, por tanto, en la pobreza de flora nemoral, en los

cambios en la abundancia y estructura de las especies de flora y fauna (VV.AA., 2009), y en los problemas

de las especies para llevar a cabo la regeneración.

A5. Fragmentación del bosque

La fragmentación consiste en un proceso dinámico por el cual un determinado hábitat va quedando reducido

a parches o islas de menor tamaño, más o menos conectadas entre sí en una matriz de hábitat diferentes al

original (Forman, 1995). Está considerada (Rochelle et al., 1999; Santos & Tellería, 1999) como una de las

mayores amenazas para la conservación de la biodiversidad y de las funciones ecológicas de los bosques.

Hábitat original Hábitat fragmentado

Pérdida de hábitat

Subdivisión y aislamiento

Perímetro/Superficie

Cambios en el paisaje

Pérdida de individuos

Limitación a la dispersión

Efectos de borde

Efectos biológicos

---- ++++

Figura 5.6. Representación del cambio temporal en la composición y configuración del bosque

debido a la fragmentación. A partir de García, 2011.


Las consecuencias de la fragmentación del hábitat boscoso se pueden resumir en una pérdida de la cantidad

del hábitat, una disminución del tamaño medio y un aumento del número de fragmentos de hábitats

resultantes, un aumento entre la distancia de los fragmentos, y una disminución de la calidad del hábitat

debido al efecto borde (Santos & Tellería, 2006).


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

x x x x x x x x

9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x x x

La fragmentación provocaría un incremento del riesgo de extinción local en especies animales y vegetales a

través de tres mecanismos: 1) las reducciones directas en los tamaños de las poblaciones, provocadas por la

pérdida neta del hábitat (Andrén, 1994; Farigh, 2003); 2) las reducciones indirectas en dichos tamaños,

debidas a la dificultad de dispersión entre subpoblaciones impuesta por el incremento del aislamiento entre

fragmentos (Farigh & Merriam, 1994; Hanski, 1998); y 3) la disminución en la eficacia biológica de las

especies de los fragmentos, al verse cada vez más sometidas, debido al incremento de la relación

perímetro/superficie, a las condiciones ambientales nocivas que impone la matriz circundante (Murcia,

1995).

Figura 5.7. Efectos biológicos primarios producidos por las carreteras. Fuente: Díaz Pineda, 2011.

A6. Abandono de actividades tradicionales

Las principales actividades tradicionales que tienden a desaparecer en los hábitats forestales son el sistema

de pasto con arbolado y los trasmochos, estas actividades están desapareciendo en hayedos o robledales, y

sus consecuencias son la disminución de la cantidad de árboles con cavidades, ramas muertas, etc. También

el abandono de la apertura de claros está afectando negativamente a estos hábitats (WSFI, 2007).


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

x x x x x x

9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x x x x


A6-1. Pérdida de trasmochos

Antiguamente, diferentes prácticas ganaderas, forestales y de construcción naval hicieron que muchas

superficies forestales estuvieran encaminadas a producir árboles capaces de rebrotar a pocos metros del suelo

y así poder compatibilizar la producción de madera o leña y el pastoreo bajo cubierta. Especies como el

haya, el castaño, el fresno y otras del género Quercus fueron las más empleadas pero todas esas prácticas

dejaron de repetirse desde mediados del siglo XX.

Las consecuencias ecológicas de este abandono son principalmente dos (Murgaza, 2012): por un lado, los

arbolados dispersos (montes huecos) fueron cerrando su espesura al dejar de pastorearse, y por otro lado, los

troncos empezaron a acumular ramas cada vez más gruesas y altas.

Las cortas regulares elevan también el número y variedad de nichos ecológicos, como agujeros, pequeñas

cavidades donde se acumula el agua, partes de la madera del árbol en diferente estado de pudrición,

exudaciones de savia y desprendimientos de corteza, etc., lo que significa que estos árboles albergan un

excepcional valor para la conservación de la biodiversidad.

Los bosques de viejos árboles trasmochos son vitales para la conservación de especies de insectos de interés

comunitario tales como Osmoderma eremita, Rosalia alpina, Lucanus cervus, Cerambyx cerdo (Martínez de

Murguía et al., 2003; Martínez de Murguía et al., 2004; Pagola-Carte et al., 2005), además de para pícidos,

murciélagos, líquenes, etc.

A6-2. Desaparición de la ganadería extensiva

Otra de las actividades tradicionales que se está perdiendo es la ganadería extensiva, afectando

negativamente a algunos hábitats forestales de importancia comunitaria como (Arrieta, 2009) los bosques de

Ilex aquifolium (9380) y a especies dependientes total o parcialmente de carroña (Iñigo et al., 2008).

Figura 5.8. Ejemplo de silvicultura sostenible extensiva.

Fuente: González et al., 2011.


En áreas sujetas a climas áridos o semiáridos, la ganadería extensiva de ovino mediante prácticas

tradicionales (pastoreo, redileo, majadeo) contribuye de manera eficaz a incrementar la materia orgánica y a

conservar la cubierta vegetal de los suelos más pobres.

La ganadería extensiva contribuye además a evitar incendios forestales o a favorecer la dispersión de

semillas. Los sistemas silvopastorales fomentan la conservación de la biodiversidad a diferentes niveles,

generan gradientes de humedad, luz (sombra) y fertilidad (heces, caída de hojarasca) en el suelo por lo que

fomentan el desarrollo de diferentes especies microbianas y vegetales en comparación con los ecosistemas

exclusivamente forestales, ralentizando o potenciando el crecimiento y desarrollo de especies adaptadas a

esos microclimas (Mosquera-Losada et al., 2006).

Es importante citar que tanto el aprovechamiento excesivo como la ausencia de aprovechamiento provocan

una merma notable sobre la biodiversidad (Raizada et al., 1998; Papanastasis, 2004).

A7. Labores forestales inadecuadas

Operaciones forestales como cortas, entresacas, extracción de piñas, limpieza de montes, podas, descorches,

desbroce de matorral, etc. (Iñigo et al., 2008), pueden generar impactos y efectos negativos en la

conservación de la biodiversidad de los bosques si se realizan de forma inadecuada.

A7-1. En épocas de nidificación

Las molestias a las especies de aves más sensibles (catalogadas en la Directiva 2009/147/CE relativa a la

conservación de las aves silvestres) son la principal consecuencia de realizar labores forestales en épocas de

nidificación.


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

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x

Especies de interés comunitario como la Cigüeña negra (Ciconia nigra), el Abejero europeo (Pernis

apivorus), el Picamaderos negro (Dryocopus martius), el Pico mediano (Dendrocopos medius) o el Pico

dorsiblanco (Dendrocopos leucotos) se ven amenazadas por actividades silvícolas en épocas de nidificación.

A7-2. Con maquinaria pesada no selectiva

Las principales consecuencias que producen los trabajos forestales con maquinaria pesada no selectiva son

los impactos en la regeneración tanto de especies arbóreas, como de matorral, sotobosque, etc.


Otro de los problemas que causan estas labores es la degradación del suelo debido a la saca forestal, esta es

una de las principales amenazas (Regato & Del Río, 2009) para hábitats prioritarios como los pinares (sud-)

mediterráneos de pinos negros endémicos (9530*).


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

x

9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x x

En algún hábitat forestal de interés comunitario como los alcornocales de Quercus suber (9330) se utiliza

maquinaria motorizada para realizar el desbroce (antes de llevar a cabo la operación de descorche), que se

hace extensivo a toda la superficie del alcornocal que va a ser descorchado, siendo muy homogéneo e intenso

el patrón de perturbación que sufre el matorral (Pérez-Ramos & Marañón, 2009).

A8. Plantaciones de especies de crecimiento rápido

La pérdida de hábitat es la principal consecuencia de la conversión del bosque autóctono en plantaciones con

especies de crecimiento rápido fundamentalmente de los géneros Pinus, Eucalyptus, Populus o Platanus.


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

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Las plantaciones de árboles de rápido crecimiento para producción de madera conllevan una serie de

importantes problemas ambientales que afectan a la biodiversidad: cambios en las cuencas hidrológicas por

sus altos requerimientos de agua; cambios provocados en el suelo, que pueden llegar a dar lugar a procesos

de desertificación; modificaciones en la fauna autóctona; o aumentos en la probabilidad de sufrir plagas y

enfermedades.

Además, se ha apuntado también que, en ausencia de protección efectiva a este tipo de bosques, el aumento

de la producción de la madera de plantación reduciría el valor de las masas naturales y ello podría acelerar su

conversión a otros usos, agrícolas (Tomberlin & Buongiorno, 2001).


A9. Cortas a hecho

Las cortas a hecho son cortas continuas, que dan lugar a masas regulares, consistentes en la extracción total

de los pies de la masa principal en un corto período de tiempo. Estas cortas, basadas en grandes superficies,

presentan graves efectos sobre el estrato herbáceo (VV.AA., 2009), además de la pérdida de hábitat obvia

con la eliminación del dosel arbóreo.


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

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x x x x

Este tipo de aprovechamiento forestal se ha realizado en bosques como la laurisilva canaria (Laurisilvas

macaronésicas (Laurus, Ocotea), 9360*) para la fabricación de carbón vegetal (Iñigo et al., 2008).

Algunos de los impactos ecológicos que genera esta actividad son: reducción de la protección del suelo

frente a la erosión; cambios bruscos en el microclima del área; alteraciones en las propiedades físicas del

suelo y destrucción del hábitat de fauna y flora.

A10. Falta de regeneración

El ciclo natural de regeneración de una especie incluye una serie concatenada de procesos (Figura 5.9), cada

uno de los cuales puede influir decisivamente en el resultado final (Harper, 1977; Schemske et al., 1994).

Éste depende no sólo de las condiciones iniciales, sino también de los efectos de cada etapa en las siguientes

(Jordano et al., 2002).

Semillas Plántulas Juveniles Subadultos Adultos

reproducción sexual

reproducción asexual

supervivencia supervivencia supervivencia supervivencia supervivencia

Figura 5.9. Fases secuenciales en el proceso de regeneración natural de la vegetación. Fuente: Jordano et al., 2002.

Por tanto, la falta de regeneración natural en los ecosistemas forestales españoles puede producirse en

cualquiera de estas etapas estar condicionada a la utilización de maquinaria pesada, a las altas densidades

arbóreas, o a la falta de idoneidad de la especie o genotipo como ocurre (Ruiz et al., 2009) en algunos

pinares mediterráneos de pinos mesogeanos endémicos (9540). El uso de la maquinaria motorizada (Pérez-

Ramos, 2007) en los últimos años y el consumo de plántulas por herbívoros (Crawley, 1989) también supone

un riesgo para las plántulas y brinzales de ser cortados e impedir su crecimiento y desarrollo.



9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

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9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x x x x x x x x x

Las consecuencias de este problema se pueden observar en diferentes hábitats de interés comunitario como

constatan el escaso regenerado de abetos en los hayedos del Asperulo-Fagetum (9130) o el también escaso

vegetativo de los robledales ibéricos de Quercus faginea y Quercus canariensis (9240), (Pérez-Ramos &

Marañón, 2009).

A11. Incendios forestales

Con la principal consecuencia de la pérdida de hábitat, los incendios forestales son una de las principales

amenazas para los ecosistemas forestales de Interés Comunitario, en general, el aumento en la intensidad y

tamaño de los fuegos es perjudicial para estos hábitats, pero en el caso de los pinares canarios1 (9550) el

problema radica en que tanto la frecuencia como la intensidad de estos incendios son inferiores a las

esperadas naturalmente (Arévalo & Fernández-Palacios, 2009).


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

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9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x x x x x x1 x

Los incendios provocan (OSE, 2011B) pérdida de biodiversidad, fragmentación del paisaje, alteración del

ciclo hidrológico, potenciación del cambio climático (tanto por la emisión de GEI como por la pérdida de

sumideros), potenciación de la erosión de los suelos y por tanto la desertificación, pérdidas económicas por

la destrucción de recursos, tanto en forma de materias primas como de uso por parte de la sociedad, riesgo de

vidas humanas, etc.

Intencionado59%

Desconocida12%

Reproducción1%

Rayo6%

Negligencia y Otras causas

22%

Figura 5.10. Causas de los incendios en áreas forestales

en España durante el decenio 1996-2005.

Fuente: MAGRAMA, 2005.


Los incendios forestales están provocados, en su mayoría, por causas intencionadas (figura 5.10). Si nos

centramos en estos incendios intencionados, las principales causas son las quemas agrícolas sin control y la

conversión de matorral en pasto (MAGRAMA, 2004).

A12. Flora exótica invasora

La introducción de especies exóticas (alóctonas) puede perturbar los ecosistemas y afectar negativamente a

las especies autóctonas por depredación, infecciones, competencia, etc.

Las principales especies de flora que están invadiendo los ecosistemas forestales (HIC) son (VV.AA., 2009):

Robinia pseudoacacia (9160, 91E0* y 92A0), Ailanthus altissima (9160 y 9550), Buddleja davidii (91E0*),

Acacia sp. (91E0* y 92A0), Arundo donax (92A0 y 9370*), Pennisetum sp. (9370* y 9550), Eucalyptus

globulus (9370*), Opuntia sp. (9370* y 9560*) y Escholtzia californica (9550).


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

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9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x x x x

Sin duda, las plantas invasoras son potentes agentes de alteración ambiental a escala local, regional y global

(Turner et al. 1998), las principales consecuencias que provocan se resumen en la siguiente figura.

Figura 5.11. Consecuencias de la introducción de flora exótica invasora. Fuente: Blanco, 2011.


A13. Limpieza de riberas

La sustitución de las riberas por superficies agrícolas y el excesivo control de los caudales de la mayor parte

de los ríos, han provocado la disminución de su capacidad natural para retener nutrientes, ajustar los ciclos

biogeoquímicos, reducir las tasas de erosión o amortiguar los efectos de las avenidas de agua y las sequías,

más aun cuando los efectos del cambio climático se perciben claramente sobre el ciclo del agua (Sánchez &

Míguez-Macho, 2010).


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

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9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

En el caso de Andalucía, por ejemplo, la ocupación de las llanuras aluviales andaluzas es hoy día

prácticamente del 100%, lo cual ha provocado que más del 50% de la longitud de las riberas de los ríos

andaluces estén modificadas para uso urbano o agrícola (Costa, 2003).

DESTRUCCIÓN DE LA VEGETACIÓN DE RIBERA

PÉRDIDA DE CONECTIVIDAD Y CONTINUIDAD

DESTRUCCIÓN DE REFUGIOS PARA LA FAUNA

PÉRDIDA DE CALIDAD DEL AGUA

(Tª, TURBIDEZ, O2, CONTAMINACIÓN)

MORTANDAD DE PECES

EUTROFIZACIÓN

Figura 5.12. Consecuencias ecológicas de la eliminación de la vegetación de ribera.

La desaparición de la vegetación de ribera afecta negativamente a las poblaciones de algunas especies

sensibles (Iñigo et al., 2008) de interés comunitario como son el lagunero occidental (Circus aeruginosus) o

el martín pescador común (Alcedo atthis).

A14. Plagas o enfermedades

Las plagas y enfermedades que afectan a los hábitats forestales en nuestro país suelen llegar asociadas al

transporte de madera y a la introducción de especies exóticas, es el caso por ejemplo (Naranjo & Márquez,

2009) de la palmera datilera que con sus importaciones ha introducido el picudo rojo (Rinchophorus

ferrugineus) y la diocalandra (Diocalandra frumenti) afectando al hábitat prioritario 9370*, Palmerales de

Phoenix.


Las consecuencias de esta amenaza son el debilitamiento de la masa arbórea, llegando incluso a morir en

fases avanzadas de afección. Las principales plagas y enfermedades están producidas por la tinta y el chancro

en castañares (9260), y por los hongos patógenos de raíz y perforadores en abetales de Abies pinsapo (9520)

(Valladares, 2009).


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

x

9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x x

Otra de las consecuencias de la entrada en los ecosistemas forestales de plagas y enfermedades es la

mortalidad de algunos invertebrados, muchos de interés comunitario, debido a la fumigación para luchar

contra estas plagas (VV.AA., 2009). Es el caso de las orugas de Graellsia isabellae que se ven afectadas por

las fumigaciones con Diflubenzuro disuelto en gasoil sobre pinares para atacar la plaga que constituye el

lepidóptero Taumetopoea pytiocampa.

A15. Dilución genética

En principio sólo está considerada como amenaza importante en el caso de los palmerales de Phoenix

(9370*), en donde la palmera canaria está sufriendo una dilución genética provocada la importación masiva

de palmeras datileras (Phoenix dactylifera) desde Egipto, Irak o incluso, la Península Ibérica (Elche),

(Naranjo & Márquez, 2009).


9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 9260 92A0 92B0 92D0 9320

9330 9340 9360* 9370* 9380 9430* 9520 9530* 9540 9550 9560* 9570* 9580*

x

Mediante una gestión forestal responsable se pueden minimizar o, incluso, evitar por completo todas estas

amenazas que se han presentado anteriormente, para ello, se pueden llevar a cabo una serie de medidas que

se presentan a continuación.


5.2. Medidas ligadas a la gestión forestal Mediante la búsqueda y recopilación de información en varias publicaciones que se irán citando a lo largo

del texto, se han definido una serie de medidas de manejo forestal entendidas como buenas prácticas y como

método de paliar las amenazas anteriormente indicadas.

En la siguiente tabla se exponen estas medidas agrupadas según su objetivo general en cinco categorías:

mantenimiento de la naturalidad; control de posibles amenazas; limitar las actividades nocivas; actuaciones

de mejora; y puesta en valor de actividades sostenibles. Se identifican mediante un código que representa su

condición de medida (letra M), seguida del número que se le ha asignado a la misma.

Tabla 5.20. Listado de medidas ligadas a la gestión forestal y sus categorías.

�� Mantenimiento de la naturalidad M1 Mantener madera muerta

M2 Mantener la evolución natural

M3 Mantener árboles extramaduros

M4 Mantener los rodales que presenten condiciones hídricas más estresantes

�� Control de posibles amenazas M5 Control de la presión ganadera

M6 Control y erradicación de especies introducidas

M7 Control de ungulados silvestres

M8 Control del Material Forestal de Reproducción

�� Limitar las actividades nocivas M9 Cortas a pequeña escala

M10 Evitar labores forestales en época de nidificación de especies sensibles

M11 Concentrar las operaciones forestales en tiempo y espacio

M12 Respetar frecuencia entre rozas

M13 Respetar turnos de corta y extraer la madera de forma no agresiva M14 Protección de plantones

�� Actuaciones de mejora M15 Abrir pequeños claros y realizar resalveos

M16 Medidas fitosanitarias

M17 Reducción de densidades

M18 Restaurar la conectividad ecológica

M19 Quemas prescritas M20 Restauración de riberas

�� Puesta en valor de actividades sostenibles M21 Promover trasmochos y sistemas silvopastorales

M22 Repoblación con especies autóctonas

M23 Multifuncionalidad de los bosques

M24 Implantar Certificación Forestal

A continuación se detalla la información básica de cada una de estas medidas y su incidencia sobre las

diferentes amenazas antes definidas. En la tabla 2 del Anexo II se resume la afección de cada medida para

las diferentes categorías de presiones.


M1. Mantener madera muerta

Mantener madera muerta en el monte en todas las condiciones (pie, rama y suelo), bien distribuída,

adaptando la disponibilidad del recurso a la calidad de estación y a los objetivos de gestión.

La importancia de la madera muerta se hace visible tanto a nivel especie, ya que constituye una fuente de

alimento y refugio para fauna muy variada (Harmon et al., 1986), como a nivel ecosistema contribuyendo a

elevar la heterogeneidad espacial (Hunter, 1990; Dajoz, 2000).

Tabla 5.21. Amenazas que se pueden contrarrestar mediante la aplicación de la medida M1.

A1 A2 A3 A4 A5 A6 A7 A8 A9 A10 A11 A12 A13 A14 A15

x x

La madera muerta en monte se descompone gradualmente en el tiempo, dando lugar a sucesiones de especies

como invertebrados saproxílicos que se aprovechan de ella como alimento. Otros beneficios contrastados

(Gobierno de La Rioja, 2012) son: aporte de nutrientes al suelo, fijación de CO2, fuente de substrato,

mitigación de la erosión, etc.

Como valores cuantitativos algunos autores recomiendan dejar en monte desde 15 m3/ha (Vallauri et al.,

2002) hasta 20-30 (WSFI, 2007) de madera muerta o en descomposición, o/y 1-2 pies/ha muertos con

diámetro superior a 35 cm (Jiménez et al., 2006). Si nos referimos a hayedos es interesante fijar de 20 a 40

m3/ha como volumen apropiado (VV.AA, 2009; Campión & Camprodon, 2011).

En cuanto al favorecimiento de especies forestales, Iñigo et al. (2008) recomienda mantener 5 pies

muertos/ha de diámetro superior a 40 cm en el caso de las aves forestales, este es el caso del urogallo por

ejemplo (Campión & Camprodon 2011; Mollet & Marti 2001). Si el interés radica en favorecer las

poblaciones de insectos saproxílicos, ONF (1993, 1998) recomienda conservar 1-10 pies muertos o en

descomposición cada 5 ha, de diámetro mayor a 35 cm y con cavidades mayores a 3 cm.

En cuanto a la elección de los pies muertos que se deben dejar en pie, es interesante elegir aquellos de

extracción dificultosa o de menor valor maderable y de forma preferente entre los que presenten oquedades

que serán lugar de refugio de un gran número de especies (Jiménez et al., 2006).

M2. Mantener la evolución natural

Mantener cierta superficie del bosque sin manejo forestal, permitiendo la evolución natural del mismo.

Además de la conservación del tipo de hábitat correspondiente en un estado natural, esta medida servirá

también para comprender la dinámica de estas formaciones.




x x x x x x x x

Resulta vital el mantenimiento de la evolución natural del bosque para algunas especies de insectos

saproxílicos como Cerambyx cerdo (WSFI, 2007).

Como valores cuantitativos algunos autores coinciden en que para el caso de bosques de laderas,

desprendimientos o barrancos del Tilio-Acerion (9180*) y de bosques endémicos canarios de Juniperus spp.

(9560*) es interesante conservar el 100% de su superficie (Goñi, 2009; Montesinos et al., 2009).

En el caso de hayedos (9120 y 9130), el Gobierno de Navarra (1990) ha fijado mediante la Ley Foral

13/1990, de 31 de diciembre, de protección y desarrollo del Patrimonio Forestal de Navarra, mantener el

5% de la superficie total. Garrote & Ballesteros (2005) recomiendan para todos los tratamientos silvícolas

excluir de la actuación entre un 5 y un 10% de la superficie forestal.

Iñigo et al. (2008) recomienda para la conservación de especies de pícidos como el pico mediano

(Dendrocopos medius), y el pico dorsiblanco (Dendrocopos leucotos) el mantenimiento de la evolución

natural del bosque en más de 1 ha del mismo.

M3. Mantener árboles extramaduros

Mantener una serie de árboles extramaduros, ramudos, con cavidades, etc. tras la corta final.



x x x x x x x

Mantener una elevada densidad de árboles con cavidades, dando mayor interés de conservación a aquellos

que presenten una buena insolación por ser muy altos o por estar en un ecotono, resulta muy beneficioso para

las poblaciones de quirópteros (Waldien et al., 2000). A mayor número de árboles viejos y por tanto de

bosques maduros mayor salud de estas poblaciones (Flaquer et al., 2007).

Como valores cuantitativos se recomienda mantener 8-10 árboles/ha (VV.AA., 2009) con el objetivo de

conservar la biodiversidad de los ecosistemas forestales; en el caso de las aves forestales, Iñigo et al. (2008)

considera necesario mantener 10 árboles/ha (Iñigo et al., 2008). Datos más concretos apuntan a 25-30

árboles con cavidades/ha en explotación forestal de 120 años (Flaquer et al., 2007).


M4. Mantener los rodales que presenten condiciones hídricas más estresantes

Mantener los rodales del bosque que se encuentren en situación de stress hídrico sin manejo forestal,

permitiendo la evolución natural del mismo.

Con esta medida se logra generar el ambiente nemoral más adecuado que aumente las condiciones hídricas y

de este modo se logre, por ejemplo, aumentar el reclutamiento, reducir el riesgo de incendios, etc.



x x x x

Olano & Peralta de Andrés (2008) recomiendan conservar el 100% de la superficie en el caso de los hayedos

calcícolas medioeuropeos del Cephalanthero-Fagion (9150).

M5. Control de la presión ganadera

Controlar la carga ganadera dentro de los límites apropiados para el mantenimiento de la biodiversidad

forestal.

Es importante llevar a cabo un control de la ganadería, ya que un exceso de ésta puede producir serios

problemas en el regenerado del bosque. También es importante no perder en algunos hábitats cierto manejo

ganadero extensivo ya que es beneficioso para ecosistemas de interés comunitario como los bosques de

acebo (9380), (Arrieta, 2009).



x x x x x

La ausencia de carga ganadera puede provocar un estímulo en el crecimiento de vegetación invasora que

puede llegar a impedir la regeneración del arbolado autóctono además de problemas asociados a la

densificación de las masas e incendios forestales. Por otro lado, la carga ganadera excesiva tiene un efecto

también perjudicial sobre la regeneración del bosque debido al pisoteo y ramoneo de los animales.

Determinar la carga ganadera de un monte es un problema complejo, cada año es diferente en función de su

variabilidad climática y productiva. Para determinar la carga se deben tener en cuenta cuál es la oferta de

alimento en cantidad, calidad y a lo largo del año, la sanidad y el bienestar animal, regeneración y

conservación de la flora y la fauna y el estado del ecosistema en general (Sánchez & Gavira, 2011).


M6. Control y erradicación de especies introducidas

Eliminar las poblaciones de especies exóticas invasoras y controlar su expansión.

La erradicación y el control de especies introducidas ha de hacerse mediante métodos no impactantes sobre

el medio, como pueden ser las técnicas manuales, y algunas mecanizadas, químicas o biológicas previamente

analizadas.



x x x x

El objetivo es mantener a estas especies por debajo del 20 % del área total basal (VV.AA., 2009). Para llevar

a cabo su erradicación y control existen diferentes manuales con actuaciones interesantes a realizar en

función de la especie exótica invasora de la que se trate (Sanz-Elorza et al., 2004; Principado de Asturias,

2007; Xunta de Galicia, 2007).

M7. Control de ungulados silvestres

Mantener la población de ungulados silvestres dentro de los límites de acogida del ecosistema forestal.

Se procederá al control de aquellos ungulados silvestres que presenten poblaciones superiores a las que el

hábitat pueda soportar mediante la colocación de cercados en zonas de regeneración o incluso mediante la

caza sostenible. Ambos métodos se llevarán a cabo sin afección a las especies de interés comunitario.



x x

M8. Control del Material Forestal de Reproducción

Emplear material vegetal de origen conocido y calidad genética adecuada en todas las reforestaciones o

repoblaciones.

En las siembras y plantaciones a realizar en las masas naturales se tenderá a utilizar semillas o plantas de

origen autóctono, salvo en casos justificados (Jimenez et al., 2006) por la consecución de un determinado

objetivo (como por ejemplo obtener una mayor producción de madera en lugares adecuados). Se emplearán

además materiales forestales de reproducción de garantía contrastada en la estación a utilizar.


Además, en la recogida de fruto y de material forestal de reproducción se deberá excluir al menos un 10% de

la superficie que se pretenda aprovechar, al constituir una parte importante de la alimentación de un gran

número de especies animales. Asimismo, en estas labores se deberán emplear métodos y utensilios de

recogida que no causen daño sobre la vegetación (Jimenez et al., 2006).



x

Se evitará el descontrol que ha existido en la reproducción y plantaciones posteriores con ejemplares de

dudosa procedencia, como es el caso de las palmeras híbridas en los palmerales de Phoenix, 9370* (Naranjo

& Márquez, 2009).

M9. Cortas a pequeña escala

Realizar las cortas mediante bosquetes o pequeños rodales.

Realizar las cortas por bosquetes o pequeños rodales para facilitar la regeneración natural y evitar los

problemas de erosión del suelo, fragmentación, entrada de especies exóticas invasoras, etc. Resulta

interesante dejar algunos pies sin cortar con el fin de aportar diversidad estructural e incrementar el nivel de

biodiversidad existente en el entorno de las zonas de actuación.

Los métodos de cortas de regeneración serán preferiblemente graduales, tales como los distintos tipos de

aplicación del aclareo sucesivo (Jimenez et al., 2006).



x x x x x x x

Como valores cuantitativos se recomienda, en aquellos casos en los que se considere necesario llevar a cabo

cortas a hecho, que la superficie total de corta anual continua sea inferior a 10 ha, , intentando como norma

general que no se supere las 5 ha (Jiménez et al., 2006). En casos especiales como bosques con presencia de

urogallo (Tetrao urogallus) se recomienda no cortar áreas mayores de 1 ha (WSFI, 2007).

Como se ha explicado antes, resulta interesante mantener una reserva de árboles en pie, de al menos 4

árboles/ha (Jiménez et al., 2006) que serán entre 5-10 en el caso de hayedos (Muñoz & Schwendtner, 2005),

preferentemente con nidos, diámetros superiores a 40 cm, ramosos, etc.


M10. Evitar labores forestales en época de nidificación de especies sensibles

Los trabajos forestales tendrán que planificarse de acuerdo con los requerimientos biológicos de las

especies de aves forestales.

Se respetará la época de nidificación y cría de los pollos (Muñoz & Schwendtner, 2005; Iñigo et al., 2008), la

ejecución de actuaciones de gestión del medio natural se deberá ajustar al periodo que se establezca más

apropiado en función del ciclo biológico de las especies de aves catalogadas que existan en la zona (Jiménez

et al., 2006).



x

Como valores cuantitativos se recomienda, en general (Bea, 2007; Iñigo et al., 2008; VV.AA., 2009), evitar

estos trabajos entre marzo-junio. En casos más concretos para favorecer el éxito reproductor de especies de

interés comunitario como la aguililla calzada (Hieraaetus pennatus) o el buitre negro (Aegypius monachus)

se recomienda marcar un perímetro de al menos 100 metros alrededor del nido en donde no se realicen cortas

u otros trabajos silvícolas (García & Viñuela, 2000; Moreno-Opo & Guil, 2007).

M11. Concentrar las operaciones forestales en tiempo y espacio

Las operaciones forestales se concentrarán en torno a los árboles productores y se sincronizarán en el

tiempo para evitar daños mayores.

Para evitar la erosión del terreno, los daños a la vegetación, a la regeneración, etc., se concentrarán las

operaciones forestales en torno a los árboles productores, por ejemplo en el caso de los alcornocales (hábitat

de interés comunitario identificado como 9240) en los que se realice la saca de corcho (Pérez-Ramos &

Marañón, 2009).

Además, las operaciones de apeo, procesado y desembosque de madera se sincronizarán en el tiempo, con el

fin de disminuir el riesgo de incendios forestales, plagas y enfermedades. (Castilla-La Mancha, 2009). Por

otra parte, es recomendable que la entrada de maquinaria en las zonas de corta no cause daños de

consideración sobre el arbolado que se deje en pie ni sobre el regenerado (Jiménez et al., 2006).



x x x x


M12. Respetar frecuencia entre rozas

Las rozas o desbroces deben realizarse respetando los periodos que se ajuste a las condiciones de la zona.

No se deben realizar rozas todos los años con el fin de evitar la pérdida de biodiversidad y, en casos como

los robledales ibéricos de Quercus faginea y Quercus canariensis (9240) para contrarrestar los años más

secos (Pérez-Ramos & Marañón, 2009) que puedan llegar. Además estas rozas deben ser selectivas

respetando las especies vegetales de mayor interés que pueda haber en el sotobosque.



x x x

A modo orientativo, Pérez-Ramos & Marañón (2009) recomiendan un ciclo de 10 años entre rozas para el

caso de alcornocales (9240).

M13. Respetar turnos de corta y extraer la madera de forma no agresiva

Los turnos de corta deben respetarse e incluso aumentarse en los casos que se crea oportuno.

Se evaluará la posibilidad de alargar la edad de madurez de la masa, para ello, será preciso mantener cierto

número de pies a capitalizar en el segundo turno, con el fin de aportar diversidad estructural a la masa y de

potenciar la presencia de árboles de singular valor maderable. Dichos pies se seleccionarán y contabilizarán

al margen de la reserva de árboles descrita anteriormente y, puesto que han de permanecer en pie durante

todo el turno siguiente, deberán elegirse candidatos adecuados, sin heridas o fallos de ningún tipo, con la

mayor vitalidad, y cuya distribución disminuya el riesgo de muerte por puesta en luz o derribos por viento.

(Jiménez et al., 2006).

Por otro lado se emplearán métodos de extracción de madera no agresivos y respetuosos con el sotobosque

(Arrieta, 2009). Deben evitarse al máximo aquellas operaciones forestales de tala y saca de madera que

produzcan alteraciones importantes del suelo, como pérdida del horizonte húmico, lavado por escorrentía y

xerificación del sotobosque con pérdida de especies nemorales (Regato & Del Río, 2009).



x x x

Se recomienda alargar los turnos de corta a los 150-200 años en el caso de pinares (sud-) mediterráneos de

pinos negros endémicos (9530*), (Regato & Del Río, 2009).


M14. Protección de plantones

Se colocarán protectores o mallados para controlar la herbivoría donde sea necesario.

En los casos en que la regeneración se vea en riesgo debido a la alta herbivoría o a otros factores, se

colocarán protectores o mallados para controlarla.

Se propone el uso de matorrales como plantas nodriza como técnica de reforestación alternativa que, además

de incrementar el éxito de la repoblación, presenta ventajas económicas y ecológicas respecto a otras

técnicas convencionales (Valladares, 2004). Mediante esta técnica se reducen los daños a la flora y fauna de

la zona repoblada, así como otros riesgos comunes cuando se emplea maquinaria pesada tales como la

erosión del suelo (Castro et al. 2004).



x x

Estas actuaciones son importantes en los bosques de Olea y Ceratonia (9320) y en los bosques montanos y

subalpinos de Pinus uncinata (9430*), (Camarero, 2009; Rey et al., 2009).

En el caso de los bosques mediterráneos de Taxus baccata (9580*) algunos arbustos que comparten los

dispersantes con el tejo, como el acebo, son capaces de ofrecer protección mecánica a los reclutas de tejo

frente a los herbívoros, a través de un proceso de facilitación mediado por dispersantes y herbívoros. Los

acebos con follaje desarrollado en la parte basal actúan como plantas nodriza y contribuyen a generar el

nicho de regeneración del tejo (García, 2006).

M15. Abrir pequeños claros y realizar resalveos

Permitir la entrada de luz para que estimule el crecimiento del estrato arbustivo y de las especies menos

tolerantes y transformar el monte bajo a monte alto con el fin de evitar el empobrecimiento de las masas que

se da en algunos bosques.

Mediante la apertura de pequeños claros se persigue permitir la entrada de luz para que estimule el

crecimiento del estrato arbustivo y de las especies menos tolerantes (como son las del género Tilia y Acer),

además, mediante resalveos se puede transformar el monte bajo a monte alto con el fin de evitar el

empobrecimiento de las masas que se da en algunos bosques (como robledales catalogados como 9340 por la

Directiva Hábitats).

Con esta medida también se tiende a favorecer (Arrieta, 2009; Reque, 2010) la diversidad de especies (en

bosques de acebo, catalogados como 9380, por ejemplo).


Los resalveos consisten en tratamientos silvícolas que, por medio de cortas de distintas características,

reducen la densidad de la masa para liberar y proporcionar mayor vigor a un número más o menos reducido

de pies de cierto tamaño (resalvos) con distintas finalidades.

Con la conversión de monte bajo a alto en bosques como hayedos se logra aumentar el interés para la

biodiversidad (favorece a especies que crían en árboles y en cavidades, trepadoras, etc.) y mayor capacidad

económico-productiva (Bea, 2007).

Por su parte, la apertura de pequeños claros también se puede utilizar como técnica de gestión para emular el

régimen de perturbaciones naturales necesarias para la regeneración y el establecimiento de plántulas (en el

caso de bosques de Pinus uncinata por ejemplo, 9430*), (Camarero, 2009).



x x x x

Algunas orientaciones interesantes son las que se marcan para bosques con Tetrao urogallus, con

recomendaciones de apertura de claros de entre 0,1-0,5 ha para el desarrollo de arbustos del género

Vaccinium (WSFI, 2007), también se sugieren pequeñas cortas de hasta 1 ha de tamaño, siempre y cuando se

eviten las grandes talas (Suchant & Braunisch, 2004).

En general, los clareos y claras aumentan la producción de frutos (hasta 6500 kg/ha en zonas tratadas contra

300 kg/ha en áreas no tratadas), ramón, arbustos y árboles acompañantes (Camprodon, 2007).

Por último, es importante sugerir que los clareos no generen estructuras demasiado abiertas que incrementen

la tasa de pérdida de esos pies por acción del viento (Iñigo et al., 2008).

M16. Medidas fitosanitarias

Se deben emplear métodos selectivos poco nocivos para controlar las posibles plagas y enfermedades

forestales.

Los métodos a emplear en la lucha frente a plagas y enfermedades serán selectivos y se evitarán los

tratamientos químicos y otros nocivos para el ecosistema. Además, se llevará a cabo una prevención

mediante diferentes tratamientos silvícolas y cuidados en el apeado de la madera tras las cortas.

Las podas sanitarias son necesarias para mantener el arbolado en buenas condiciones y limitar la difusión de

algunas plagas y enfermedades. (Sanchez & Gavira, 2011).


En cuanto al procedimiento a seguir tras la corta, la madera apeada y apilada no deberá permanecer en el

monte, en general, durante más de dos semanas en el periodo comprendido entre el 30 de mayo y el 30 de

octubre, ni durante más de 4 semanas el resto del año (Jiménez et al., 2006).



x

A modo de ejemplo, es interesante llevar a cabo podas de saneamiento y tratamientos poco nocivos referidos

a enfermedades como el chancro en castañares (9260) o a plagas como la producida por Taumetopoea

pitiocampa en pinares (9530*).

Se deben erradicar métodos de lucha no selectivos como la fumigación con Diflubenzurón disuelto en gasoil

sobre pinares y alcornocales, sustituyéndolo por otros métodos como la fumigación en otoño con Bacillus

thuringiensis o el empleo de feromonas femeninas para diezmar la población de machos (Regato & Del Río,

2009).

M17. Reducción de densidades

Reducir la densidad de vegetación en el interior del bosque.

Se busca prevenir la densificación de algunos bosques y con ello favorecer a las especies más heliófilas que

estén amenazadas, además, con esta medida se pretende aumentar la disponibilidad hídrica en los bosques

donde sea necesario y mejorar la resistencia a la sequía. Por ejemplo, es interesante (Rodà et al., 2009) su

aplicación en bosques de Quercus ilex y Quercus rotundifolia (9340).



x x x

En el caso de los pinares endémicos canarios (9550), Arévalo & Fernández-Palacios (2009) consideran

aceptables unas densidades arbóreas de entre 300 y 600 individuos/ha.

M18. Restaurar la conectividad ecológica

Conectar los hábitats forestales que presenten una fragmentación importante.

Se pretende llevar a cabo la conexión, mediante plantaciones de las especies típicas de cada hábitat forestal

de interés comunitario, de las manchas boscosas, con el objetivo de evitar la fragmentación y unir los

bosques islas que puedan quedar de éstos.


Deben ponerse en contacto los rodales alejados pero pertenecientes a una misma unidad ecológica así como

incrementar el número de individuos en las poblaciones individuales o sin posibilidad de regeneración

(Serrá, 2009).

Además, para mejorar la conectividad de las especies de fauna, se pueden llevar a cabo aperturas de pasos de

fauna en cercados de gestión cinegética (Junta de Andalucía, 2009). Es interesante constituir corredores

ecológicos entre distintos ecosistemas o áreas del mismo, que permitan la dispersión de fauna diversa,

recuperando las funciones propias de los cursos de agua como elementos conectores del paisaje. (Guil &

Moreno-Opo, 2007).



x x x x

Como dato orientativo, WSFI (2007) sugiere que los parches de vegetación sean mayores a 100 ha y estén

conectados entre sí.

M19. Quemas prescritas

Realizar quemas prescritas en condiciones muy exclusivas.

En España esta medida se recomienda aplicar exclusivamente en casos muy concretos y para el hábitat de

interés comunitario de pinar endémico canario (9550), Arévalo & Fernández-Palacios (2009) sugieren incluir

las quemas prescritas como una herramienta fundamental en la conservación y naturalización de estos

ecosistemas.



x x

M20. Restauración de riberas

Actuaciones de mejora de la calidad en la vegetación de ribera.

Las actuaciones sobre la vegetación tendrán como principales finalidades paliar la deficiencia de

regeneración natural o favorecer el desarrollo del regenerado, al objeto de mantener la continuidad horizontal

y vertical de las formaciones vegetales típicas de ribera (Jiménez et al., 2006).


Algunas de las actuaciones que sería interesante llevar a cabo (Generalitat Valenciana, 2008) son: control de

vegetación ripícola invasora, creación de zonas de sombra, estabilización de taludes y revegetación de las

orillas, etc.



x x x x x x x x x

Como dato orientativo, Jiménez et al. (2006) recomiendan no cortar más de un tercio de los árboles ribereños

de diámetro superior a 30 cm, excepto en el caso de las alisedas en las que se puede incrementar esta fracción

a dos tercios.

M21. Promover trasmochos y sistemas silvopastorales

Mantener y generar nuevos trasmochos de la forma tradicional y conservar los sistemas silvopastorales.

Con la activación de estas actividades tradicionales se busca aumentar la diversidad estructural del bosque, la

cantidad de árboles con cavidades, ramas muertas, etc.

Se recomienda cortar las ramas de la forma tradicional para que sigan dando brotes nuevos, pudiéndose

generar, también, nuevos trasmochos (Bea, 2007). Además, en el caso de hayedos por ejemplo, el

mantenimiento de los trasmochos permitirá cierta regeneración natural al crearse claros en las zonas de

actuación.

Por otra parte, los sistemas silvopastorales tradicionales, han modelado algunos de los hábitats de interés

comunitario que nos atañen y son fundamentales para la conservación de especies de aves y de otros grupos

faunísticos. El mantenimiento de unos censos mínimos de ganado extensivo, con diferentes especies y cargas

adecuadas, es imprescindible para garantizar la conservación de la biodiversidad de flora y fauna en los

espacios incluidos en la Red Natura 2000.



x x x x


M22. Repoblación con especies autóctonas

Se fomentarán las repoblaciones forestales en aquellos hábitats donde falle la regeneración natural, siempre

con especies autóctonas.

Se utilizarán especies autóctonas para las repoblaciones que se lleven a cabo, además, se deben emplear los

arbustos presentes espontáneamente como plantas nodriza, interesante sobretodo en bosques de Olea y

Ceratonia (9320), (Rey et al., 2009).



x x x x x x

Se propone mantener más del 25% del área sin reforestar para mantener la heterogeneidad del dosel

(VV.AA., 2009).

En los bosques de Tetraclinis articulata (9570*) en donde no haya opción de regeneración natural se llevará

a cabo la repoblación con esta especie (Naranjo & Márquez, 2009). En otros casos como los pinares

endémicos canarios (9550), Arévalo & Fernández-Palacios (2009) recomiendan enriquecer las masas en

zonas de menos de 150 individuos/ha.

M23. Multifuncionalidad de los bosques

Explotar otras fuentes de producción sostenibles de los hábitats forestales.

Se debe aumentar el abanico productivo de los hábitats forestales, llevando a cabo diferentes actividades

respetuosas con el medio como pueden ser la recolección de plantas aromáticas, producción de frutos de

cáscara (piñón, castaña, almendra, algarroba, nuez…), setas, trufas, etc.

Por ejemplo en los palmerales de Phoenix (9370*) se sigue explotando la savia de la palmera (guarapo) para

la producción de miel de palma (Naranjo & Márquez, 2009) y en zonas de abetales de Abies pinsapo (9520)

se recolectan plantas aromáticas (poleo, romero, lavanda, etc.) y se practica la apicultura (Valladares, 2009).

Comunidades como Cataluña o Aragón están potenciando la recolección sostenible de trufa en sus bosques.

Es muy importante la producción sostenible de ramilla occidental en bosques de Ilex aquifolium (9380),

(Arrieta, 2009).



x x x x x x x


M24. Implantar la Certificación Forestal

Impulsar el establecimiento de sellos de certificación forestal sostenible.

Impulsar el establecimiento de sellos de certificación forestal, como FSC o PEFC, a través de los cuales se

revalorice la producción y se lleguen a cumplir varias de las medidas anteriormente propuestas, ya que son

algunos de los requisitos que se fijan para la obtención de estos sellos de sostenibilidad.

El procedimiento de obtención de estos sellos se articula sobre varios criterios generales que se deben

cumplir, con ellos se pretende aumentar el beneficio social y ambiental que aportan los sistemas forestales.

Mediante la implantación de la certificación forestal se garantiza el origen sostenible de los diversos

productos forestales, que mejoran en imagen con este distintivo. Esta herramienta puede colaborar con el

desarrollo rural de zonas con dificultades económicas, ecológicas, etc.



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La Estrategia de la UE sobre la biodiversidad hasta 2020 tiene presente esta herramienta en su objetivo 3,

definiendo la “Aplicación en 2020 de Planes de Gestión Forestal o instrumentos equivalentes, de manera

acorde con la Gestión Forestal Sostenible en todas las zonas de monte de titularidad pública o explotaciones

forestales que superen una determinada superficie (definida por los Estados Miembros) receptoras de

financiación en virtud del Programa de Desarrollo Rural de la UE, de modo que mejore mensurablemente el

estado de conservación de las especies o hábitats que dependan de la silvicultura o estén afectados por esta

en la prestación de servicios ecosistémicos, en comparación con la base de referencia EU 2010,

contribuyendo así a mejorar la gestión sostenible”.

El efecto de estas medidas de gestión forestal ha sido constatado en diferentes actuaciones en los últimos

años, a continuación se presentan algunos de estos casos llevados a la práctica y que se entienden como

ejemplos de buenas prácticas en el manejo de los hábitats forestales.

ACTUACIONES Y EJEMPLOS DE BUENAS PRÁCTICAS


6. Actuaciones y ejemplos de buenas prácticas en gestión forestal

A continuación, se presentan casos concretos en los que se han aplicado algunas de las medidas de gestión

forestal propuestas en este documento. El desarrollo de las mismas se ha llevado a cabo mediante proyectos

LIFE, planes de gestión de sitios Natura 2000, etc.

6.1. La gestión forestal en el sitio Natura 2000 Aiako Harria (Gipuzkoa)

En octubre de 2005, tras comprobar la necesidad de redirigir la gestión forestal hacia una gestión más activa

en pro de la conservación de la biodiversidad y en el marco de la Red Natura 2000, diferentes actores del

ámbito del Lugar de Interés Comunitario “Aiako Harria” presentaron una candidatura de proyecto LIFE-

Naturaleza (ver apartado 7. Fuentes de financiación) que fue aprobado con el nombre “Conservación y

restauración del LIC Aiako Harria”.

Se identificaron 15 tipos de hábitat de interés comunitario entre los que se encontraban los hayedos

acidófilos (9120) y los bosques aluviales de Alnus glutinosa y Fraxinus excelsior (91E0*) como hábitats

forestales de mayor importancia.

Alguna de las directrices de interés relativas al manejo forestal que se han puesto en funcionamiento son:

�� Emplear planta de semilla autóctona para repoblar.

�� Respetar la madera muerta en pie y sobre el suelo existente, y en ningún caso extraerla del lugar.

�� Sustitución de plantaciones de coníferas.

�� Cerco al ganado en áreas de regeneración.

Figura 6.1. Actuaciones forestales relativas al proyecto LIFE “Conservación y restauración del

LIC Aiako Harria”. Izq: cierre para proteger la regeneración de haya (Fagus sylvatica) y cerezo

(Prunus avium). Dcha: plantación de haya. Fuente: Diputación Foral de Gipuzkoa (2008).

Como caso particular se realizó la sustitución de una plantación de Quercus rubra de unos 40 años que

presentaba una excesiva densidad y en la que existía un incipiente sotobosque de haya, esta extracción se

realizó mediante cable aéreo y los resultados han sido satisfactorios según los propietarios.


Otra línea de trabajo en el hayedo y en el robledal se centró en la realización de una intervención silvícola

generalizada, una clara por lo alto o un clareo selectivo, que favoreció a los pies con mejores características

morfológicas y los de mayor potencial productivo y vigor vegetativo, aportando heterogeneidad a la masa y

dejando en pie los árboles dominados que acabarán muriendo, con el consecuente aumento de madera muerta

disponible.

Los resultados obtenidos en los hábitats forestales fueron satisfactorios, destacando:

�� Hayedos acidófilos atlánticos con sotobosque de Ilex y a veces de Taxus (9120): aumento de superficie en

236 ha (38% sobre sup. inicial del hábitat en 2005), partiendo de plantaciones maduras de coníferas exóticas

llegadas a final de turno. Protección de sotobosque autóctono en 22,5 ha de plantaciones maduras de

frondosas exóticas. Mejora de su estado de conservación mediante aumento de complejidad estructural en 32

ha. Consecución de la regeneración natural en 20 ha del hayedo trasmocho de Oianleku. Eliminación de

competencia de otras especies de hayedo acidófilo, en unas 15 ha.

�� Robledales galaico-portugeses con Quercus robur y Quercus pyrenaica (9230): aumento de superficie en

unas 12 ha (más de un 50% de la superficie cartografiada en 2006). Mejora del estado de conservación de 3,3

ha mediante creación de un anillo de protección ante incendios.

�� Bosques aluviales de Alnus glutinosa y Fraxinus excelsior (91E0*): Aumento de complejidad estructural

del hábitat en 700 m lineales. Aumento de la biomasa reproductora de peces, densidad de invertebrados y

retentividad de hojarasca y sedimentos.

� Más información: http://www.lifeaiakoharria.net/

6.2. Ejemplo de plan de gestión para sitio Natura 2000 de índole forestal: Ordunte (Bizkaia)

Este plan surge como un documento marco con el objetivo de servir como base para la aplicación de medidas

de gestión activa en el espacio. Se trata de un Lugar de Interés Comunitario, ubicado en la sierra más

occidental de la Comunidad Autónoma del País Vasco, declarado como tal en 2004 y que presenta como

hábitats típicamente forestales de interés comunitarios bosques de hayedos (9120), alisedas de Alnus

glutinosa y Fraxinus excelsior (91E0*) y robledales galaico-portugueses (9230).

La principal meta del plan a la hora de gestionar estos ecosistemas arbóreos consiste en mejorar la

composición estructural de estas formaciones y ampliar las superficies ocupadas hasta los óptimos

estacionales por robledales galaico-portugueses y alisedas. Para cumplir este objetivo se identificaron los

principales factores limitantes o de riesgo:


�� Falta de regeneración natural debido a una carga ganadera excesiva y a los continuados fuegos.

�� Procesos erosivos de entidad debido a la presión ganadera.

�� Desaparición de la práctica del trasmocheo tradicional con la consecuente pérdida de calidad del hayedo.

�� Extinción de taxones vegetales debido a la presión herbívora del ganado.

�� Fragmentación de los bosques de haya.

�� Sustitución de robledales y alisedas por plantaciones de coníferas.

�� Degradación del bosque de ribera debido a la utilización de maquinaria pesada en trabajos silvícolas.

Una vez detectadas estas amenazas, se propusieron las siguientes estrategias de gestión:

�� Favorecer la regeneración natural, apoyando la sucesión de especies apropiadas a cada microhábitat.

�� Preservar los caracteres genéticos locales, utilizando subespecies y variedades propias de la zona.

�� Realizar actuaciones de gestión de ligera intensidad y apoyadas en procesos naturales.

�� Favorecer la regeneración de Quercus petraea en mezcla con el hayedo.

�� Recuperar zonas de borde para evitar el problema de la fragmentación en los hayedos.

�� Sustitución de coníferas por frondosas autóctonas.

�� Utilización de vallados rotativos de exclusión al pastoreo.

�� Incrementar la presencia de acebos y tejos en el sotobosque para incrementar la heterogeneidad.

�� Mantener ejemplares de hayas trasmochas.

�� Restauración de alisedas en márgenes de ribera.

�� Restauración del marojal mediante vallados para evitar que entre el ganado y prohibiendo el uso del fuego.

Este Plan continúa todavía vigente (2008-2014) y las directrices de gestión que se proponen podrían

adaptarse a la perfección con el conjunto de medidas que se han desarrollado en el presente documento.

� Más información: www.ingurumena.ejgv.euskadi.net/

6.3. Experiencias de compensación económica del patrimonio forestal (Lleida)

A continuación se presenta el caso concreto de la zona del Mig Pallars, una subcomarca al noroeste del

Pirineo leridano donde a principios de los años noventa se desarrolló un proyecto de gestión forestal

sostenible y promoción del turismo financiado por la Unión Europea (Programa LIFE “Pirineu viu”).

La principal fuente de ingresos para las entidades locales del Pirineo consistía en el aprovechamiento

maderero, pero la profunda crisis que sufre actualmente el sector forestal convirtió a esta actividad tan sólo

en un recurso simbólico o complementario para los núcleos de población. El hecho se agravó cuando se

constató que los mejores sectores del bosque con existencias madereras coincidían con los pocos remanentes

de bosque maduro, último refugio de la fauna amenazada.


El objetivo principal de este proyecto fue promover el uso multifuncional del bosque y hacer posible la

conservación de todo un conjunto de valores naturales y sociales de los montes del Mig Pallars, a través de

su rentabilidad económica. Para ello se utilizaron técnicas innovadoras como la aplicación de nuevos

instrumentos de conservación basados en el patrocinio de reservas forestales y el apadrinamiento de árboles

singulares.

El Proyecto LIFE “Pirineu viu” permitió la conservación directa de un conjunto de bosques maduros del Mig

Pallars (14 sectores que totalizan 112,75 ha), que se contaban entre los mejores remanentes de este tipo de

hábitats en el Pirineo catalán, mediante la creación de reservas forestales municipales. Obviamente, era

necesario compensar la pérdida de renta que el propietario sufría por la no tala de la reserva (especialmente

en zonas rurales donde la madera aún supone una importante fuente de ingresos), y en este contexto es donde

el patrocinio se reveló como una buena herramienta, se elaboró un catálogo de patrocinio con más de 80

fichas descriptivas de actuaciones concretas susceptibles de ser patrocinadas que se enviaron a diferentes

empresas que correrían con los gastos de estas actuaciones a modo de patrocinio. En cuanto al

apadrinamiento de árboles singulares, este consistía en ofrecer a los visitantes la opción (incluso on-line) de

colaborar económicamente para mantener estos elementos naturales que previamente habían visitado.

El modelo de gestión forestal sostenible promovido por este proyecto ha comportado también importantes

beneficios de tipo difuso, por la aplicación de criterios de sostenibilidad en numerosas intervenciones de

mejora forestal de las masas productoras. En estas actuaciones, con una incidencia superior a las 300 ha para

el periodo 1999-2001, se han introducido criterios de conservación de suelos, del paisaje y de la

biodiversidad, que raramente se aplicaban en las actuaciones tradicionales en la comarca.

� Más información: www.gencat.cat/parcs/alt_pirineu/ (sólo información del área estudiada)

6.4. Gestión forestal sostenible en un contexto de cambio climático (Menorca)

El Consell Insular de Menorca está desarrollando actualmente el proyecto LIFE + Política y Gobernanza

Medioambiental "Gestión Forestal sostenible en Menorca en un contexto de cambio climático" (LIFE+

BOSCOS). Este proyecto se inició en enero de 2009 y tiene una duración estimada de 5 años.

El objetivo principal del proyecto es contribuir a la adaptación de los ecosistemas forestales mediterráneos a

los impactos negativos del cambio climático a través de la gestión forestal sostenible. Ante el escenario del

cambio climático, falta de planificación y necesidad de adaptación de las masas forestales a una nueva

realidad, el proyecto LIFE+ BOSCOS surge como una oportunidad de aplicar criterios de gobernanza y de

sostenibilidad para diseñar una planificación forestal tanto a escala isleña como de finca, que esté adaptada a

las particularidades socioeconómicas y paisajísticas de Menorca.


Para lograr el objetivo principal del proyecto, una de las metas ha sido la de diseñar unas directrices de

planificación forestal que permitan la gestión sostenible del bosque y del territorio a la vez que su adaptación

a los efectos negativos del cambio climático.

Algunas de las medidas de gestión que se han definido a partir de estas directrices han sido:

�� Realizar programas de control y erradicación del medio natural de especies invasoras que supongan un

peligro para la conservación de la vegetación autóctona.

�� Restaurar las franjas de vegetación de ribera de los torrentes en las zonas consideradas prioritarias para la

conectividad de las masas forestales con las zonas potencialmente refugio.

� Más información: http://lifeboscos.cime.es/portal.aspx

6.5. El proyecto REMA en Asturias

El Proyecto REMA, "Restauración de Ecosistemas de Montaña mediante manejo Apícola", está siendo

ejecutado por el FAPAS en la comarca cántabra de la Liébana, en colaboración con la Fundación Banco

Santander, dentro del apartado de sostenibilidad y restauración de espacios naturales. Esta propuesta de

trabajo consiste en aumentar la productividad de los ecosistemas de montaña, tanto en bosques, como en

pastizales y zonas de vegetación media, en los municipios lebaniegos de Camaleño, Vega de Liébana,

Cillórigo de Liébana, Cabezón de Liébana y Pesaguero.

La acción persigue dos objetivos, el primero consiste en situar en 10 áreas, seleccionadas a lo largo y ancho

de Liébana por su valor ambiental y estratégico para especies como el oso pardo (Ursus arctos) y el urogallo

(Tetrao urogallus), 10 unidades móviles de polinización con 20 colmenas de abeja melífera y que están

protegidas con un cierre eléctrico para disuadir de la forma más eficaz posible a posibles ataques de oso.

El valor ambiental y estratégico ha sido fundamentalmente definido por la presencia de arándano, clave para

la recuperación de ecosistemas estratégicos que aumenten las posibilidades de viabilidad para especies como

el oso pardo y el urogallo.

El segundo objetivo es proporcionar una herramienta de trabajo útil para la apicultura aprovechando las

oleadas de floración que se suceden en la montaña y que permite aumentar la producción de miel - polen o

mejorar con rapidez las condiciones de sus nuevas colonias, manteniendo así durante el mayor tiempo

deseado y posible la máxima intensidad de sus colonias, que con unos u otros objetivos se constituye en

garantía de sanidad en unos difíciles momentos para la apicultura por las patologías que las afectan.

� Más información: http://www.abejasenaccion.com/


6.6. La gestión forestal a través de los Bosques Modelo (Castilla y León)

Un Bosque Modelo está definido como una amplia área geográfica que representa la gama completa de sus

valores forestales ambientales, sociales y económicos. Está organizado por asociaciones que eligen por

consenso y de manera transparente el proceso para determinar las prioridades y metas locales de

sostenibilidad y la forma de trabajar en colaboración para lograr sus objetivos.

Su meta es lograr la gestión forestal sostenible (GFS) de manera tangible, desde el terreno hasta el nivel de

las políticas, con participación continua de las partes interesadas en el desarrollo y prueba de enfoques

innovadores a la GFS, y compartiendo los resultados entre ellas.

Existe una Red Internacional de Bosques Modelo (RIBM), asociación voluntaria que agrupa interesados de

todas partes del mundo con el fin de trabajar en forma conjunta hacia la meta común de manejo y uso

forestal sostenible.

En España existe un ejemplo muy conocido en la Comarca de Pinares de Burgos y Soria, se trata del Monte

Modelo de Urbión (cuya asociación fue creada en marzo de 2007), que incluye dos sitios Natura 2000 como

son las ZEPA Sierra de la Demanda y Sierra de Urbión y los LIC Sierra de la Demanda, Sierra de Urbión y

Cebolleras y Riberas del Río Duero y afluentes.

La gestión derivada del conjunto de actuaciones de toda índole que se realizan en estos montes para

garantizar un adecuado equilibrio entre la producción de bienes y la prestación de servicios ha sido

certificada con el sello PEFC a la gestión forestal sostenible.

Las principales medidas de gestión forestal llevadas a cabo a través de este proyecto han sido la promoción

de la certificación forestal sostenible y el aumento de los aprovechamientos sostenibles (multifuncionalidad),

como pueden ser los micológicos o los cinegéticos, el turismo y las externalidades ambientales derivadas de

la existencia de estos bosques.

� Más información: http://www.urbion.es/index.php

6.7. Gestión privada de pinares con colonia de buitre negro. Alto Lozoya (Madrid)

Conocido comúnmente como el “Pinar de los Belgas”, ya que en 1840 lo adquirió la Sociedad Civil Belga de

los Pinares del Paular (Bravo, 2009), el monte Cabeza de Hierro se encuentra en el Término Municipal de

Rascafría (Madrid), ocupando parte del Alto Valle del río Lozoya. Se trata de un pinar de Pinus sylvertris

con una colonia de buitre negro (Aegypius monachus) formada por aproximadamente 77 parejas (Moreno-

Opo & Guil, 2007).


Se trata de un monte incluido en la ZEPA del Alto Lozoya que dispone de una Ordenación para la

producción de madera y que genera constantes trabajos forestales si los comparamos con los montes públicos

circundantes. En estos últimos apenas se realizan otros aprovechamientos que no sean los del consumo de

pastos o trabajos forestales en forma de tratamientos selvícolas para consolidar la masa o para dotarla de

mayor biodiversidad (Moreno-Opo & Guil, 2007).

El aprovechamiento maderero que realiza la empresa privada ha tomado en consideración la importante

población de buitre negro y se están llevando a cabo una serie de medidas de gestión forestal sostenible. Una

de ellas consiste en aplicar un radio de exclusión de trabajos forestales alrededor de aquellos árboles que

puedan estar ocupados por nidos, esta área crítica depende de la orografía y abarca entre 100 m y 300 m.

Además, en las cortas de regeneración finales se suele dejar un mínimo número de pies como reserva para,

entre otras cosas, permitir la instalación potencial de nuevos nidos en esas áreas, etc. (Moreno-Opo & Guil,

2007).

Los resultados de la relación entre la gestión forestal llevada a cabo y la población de buitre negro son los

siguientes: el número de nidos de buitre negro dentro del Pinar de los Belgas en 1984 era de 18 unidades. En

1999, 15 años después, había ascendido a 57, con un incremento de casi tres nidos por año (Bravo, 2009).

6.8. El modelo de gestión forestal sostenible de Valsaín (Segovia)

Los Montes de Valsaín se encuentran situados en la vertiente norte de la Sierra de Guadarrama, en el término

municipal de San Ildefonso-La Granja (Segovia), estando catalogados como sitio Natura 2000 mediante las

figuras ZEPA y LIC.

La especie arbórea principal en estos montes es el Pinus sylvestris, muchas veces acompañado por

sotobosque de Quercus pyrenaica que se convierte en especie principal en las cotas más bajas de dicho

espacio. Además, aquí se encuentran encinares de Quercus ilex y otras formaciones de porte más arbustivo.

Figura 6.2. Pinar de Pinus sylvestris perteneciente a los

Montes de Valsaín. Fuente: MAGRAMA, 2010.


Los objetivos de la gestión se establecen mediante la compatibilización de la producción de madera de

calidad de pino silvestre, leñas de rebollo y uso ganadero, un uso social generador de empleo y recreativo, así

como una protección del espacio tanto de riesgos erosivos como de su biocenosis.

La gestión de estos montes pertenece al Organismo Autónomo de Parques Nacionales, que ha diseñado el

Sistema de Gestión Forestal Sostenible de los Montes de Valsaín (SGFS). Las actuaciones más interesantes

en cuanto al manejo forestal se citan a continuación:

�� Cortas sobre el robledal < 15% del área basimétrica inicial.

�� Aclareo sucesivo por bosquetes sobre el pinar.

�� Restricciones en las épocas de realización de las cortas.

�� Áreas sin aprovechamiento (Ej: radio de 100 metros alrededor de los nidos de buitre negro y águila

imperial).

�� Certificación forestal mediante los sellos FSC y PEFC.

� Más información: http://www.magrama.gob.es/es/organismo-autonomo-parques-nacionales-oapn/centros-

fincas/centros/valsain_index.aspx

A lo largo de este capítulo se ha intentado poner de manifiesto la aplicabilidad de las medidas que se

proponen en el documento mediante casos concretos y reales de gestión forestal en España. Existe la

posibilidad de financiar estas actuaciones mediante diferentes instrumentos y fuentes de subvención que se

detallan en el siguiente apartado.

FINANCIACIÓN


7. Financiación

En este capítulo se analizan los fondos económicos en materia de medio ambiente y la posibilidad de que las

diferentes medidas y disposiciones propuestas en esta guía puedan ser susceptibles de financiación con

algunos de estos fondos. Además, se identifican los posibles destinatarios, las actuaciones más interesantes y

el tipo y la cuantía de la subvenciones.

A nivel nacional, la Ley 45/2007, de 13 de diciembre, para el desarrollo sostenible del medio rural plantea el

establecimiento de una política rural propia, plenamente adaptada a las condiciones económicas, sociales y

medioambientales particulares del medio rural español, que complemente y enmarque la aplicación futura de

los instrumentos aplicables de la política comunitaria al desarrollo sostenible del medio rural. Esta ley regula

el Programa de Desarrollo Rural Sostenible (PDRS).

En cuanto a la financiación comunitaria, se analizan los fondos relativos a la Política de Cohesión (el Fondo

Europeo de Desarrollo Regional, FEDER, y los programas INTERREG), a la Política Agraria Común (el

Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, FEADER) y al instrumento LIFE+.

Espacios de la Red Natura 2000

POLÍTICA REGIONAL

POLÍTICA AGRARIA POLÍTICA AMBIENTAL

FEDER - INTERREG

FEADER LIFE

Figura 7.1. Fondos europeos analizados.

7.1. Programa de Desarrollo Rural Sostenible (2010-2014)

El Programa de Desarrollo Rural Sostenible (PDRS), regulado en los artículos 5 a 8 de la Ley 45/2007, se

configura como el principal instrumento operativo de esta Ley, identificando por periodos plurianuales (en

este caso para el periodo 2010-2014) una estrategia de desarrollo rural sostenible, unas zonas rurales de

intervención priorizadas, el conjunto de medidas aplicables, etc.

Uno de los objetivos generales del Primer Programa de Desarrollo Rural Sostenible 2010-2014 consiste en

conservar y recuperar el patrimonio y los recursos naturales y culturales del medio rural a través de

actuaciones públicas y privadas que permitan su utilización compatible con un desarrollo sostenible.

El programa concreta su ámbito territorial de aplicación, que son las zonas rurales propuestas al efecto por

las Comunidades Autónomas, calificadas de acuerdo con los criterios comunes adoptados por el Consejo

para el Medio Rural.


La siguiente figura (figura 7.2) representa las zonas rurales incluidas en el Programa, clasificadas según:

zonas a revitalizar (en rojo), zonas intermedias (en amarillo) y zonas periurbanas (en verde).

Figura 7.2. Zonas rurales incluidas en el PDRS 2010-2014. A revitalizar

(en rojo), zonas intermedias (en amarillo) y zonas periurbanas (en verde).


La aplicación del régimen de prioridades territoriales del programa a las anteriores zonas se refleja en la

figura 7.3, que detalla la localización de las zonas rurales con primer, segundo y tercer nivel de prioridad, así

como el resto de zonas rurales intermedias y periurbanas.

Figura 7.3. Nivel de prioridad de las zonas rurales.


Las medidas que se proponen a continuación pueden ser financiadas por el Gobierno de España en un 100%,

o serán cofinanciadas entre esta misma Administración y las Comunidades Autónomas en un 50% cada una.


F1. Programas de Desarrollo Rural Sostenible 2010-2014 Código 4.21. MARM.1. Conservación de la diversidad biológica �� Destinatarios: Aplicable para todos los tipos de zonas rurales.

�� Actuaciones interesantes:

Las actuaciones estarán destinadas al mantenimiento o restablecimiento, en un estado de conservación favorable, de hábitats o especies silvestres considerados amenazados o protegidos. Entre las acciones podrán incluirse inversiones que favorezcan la conservación o la adecuación de determinados usos, que supongan una mejora del estado de conservación del hábitat o especie.

�� Tipos de ayuda: Ejecución y financiación íntegramente por la Administración General del Estado (AGE). �� Medidas que pueden ser financiadas:

TODAS F2. Programas de Desarrollo Rural Sostenible 2010-2014 Medida 4.21. MARM.3. Restauración de los ecosistemas afectados por catástrofes/riesgos �� Destinatarios: Todos los tipos.


Inversiones para la restauración de ecosistemas naturales sobre áreas afectadas por catástrofes o sujetas a importantes riesgos, entre las que se incluyen: Ecosistemas afectados por grandes incendios forestales. Ecosistemas afectados por episodios de contaminación de gran escala y de cualquier tipo. Ecosistemas en grave riesgo de desaparición por efecto del cambio climático. Ecosistemas sujetos a fenómenos erosivos de origen antrópico de gran escala. Ecosistemas gravemente afectados por usos insostenibles realizados en el pasado.

�� Tipos de ayuda: Ejecución y financiación íntegramente por la AGE. �� Medidas que pueden ser financiadas:

M22


F3. Programas de Desarrollo Rural Sostenible 2010-2014 Medida 4.21. CA.1. Conservación de ENP, de hábitat y de diversidad biológica y geológica �� Destinatarios: Todos los tipos.


Protección, restauración o mejora del estado de conservación de hábitats o especies objeto de protección en espacios de la Red Natura 2000.

Actuaciones para la conservación y recuperación de especies protegidas, o de otras especies amenazadas o raras que sean endémicas del territorio, tengan en él una presencia relicta o aislada, posean valor emblemático o patrimonial, o sean buenas indicadores del carácter de las interacciones entre el hombre y la naturaleza.

Conservación o restauración de hábitats naturales, así como de hábitats seminaturales asociados al patrón de usos tradicionales del territorio con valor ambiental reconocido.

Actuaciones para mejora de la conectividad funcional de los ecosistemas.

Proyectos integrales de restauración y recuperación de ecosistemas naturales afectados por grandes incendios, o degradados por actividades humanas en el pasado, incluida la recuperación de los bosques naturales y los humedales.

�� Medidas que pueden ser financiadas:

TODAS F4. Programas de Desarrollo Rural Sostenible 2010-2014 Medida 4.21. CA.2. Gestión sostenible de los recursos forestales, cinegéticos o piscícolas �� Destinatarios: Todos los tipos.


Realización de inversiones de carácter estratégico en ejecución de los referidos Planes de gestión, o necesarias para obtener una certificación de sostenibilidad ambiental.

�� Tipos de ayuda: Subvenciones en concurrencia competitiva a titulares de terrenos forestales �� Medidas que pueden ser financiadas:

M24 F5. Programas de Desarrollo Rural Sostenible 2010-2014 Medida 4.21. CA.3. Ejecución de proyectos de protección, gestión y ordenación del paisaje �� Destinatarios: Todos los tipos.



Obras y actuaciones complementarias específicamente dirigidas a la protección, gestión y ordenación de los paisajes de la zona rural, según proyectos específicos.


M1 M2 M3 M4 M5 M6 M7 M20 M21 M22 F6. Programas de Desarrollo Rural Sostenible 2010-2014 Medida 4.21. CA.6. Apoyo a iniciativas de protección del medio ambiente �� Destinatarios: Todos los tipos.


Suscripción de convenios de colaboración con propietarios de terrenos o de derechos, ya sean Corporaciones Locales, empresas o particulares, para la adecuación ambiental de los usos dirigida a conseguir una mejora estructural de espacios o recursos naturales protegidos, o del paisaje rural.

�� Tipos de ayuda: Convenios de colaboración con propietarios. �� Medidas que pueden ser financiadas:

M1 M2 M3 M4 M5 M9 M12 M13 M15 M21 M22 F7. Programas de Desarrollo Rural Sostenible 2010-2014 Medida 4.25. CA.1. Restauración hidrológico-forestal �� Destinatarios: Todos los tipos.


Favorecer la progresión serial de la vegetación preexistente, mediante cuidados culturales y reduciendo o eliminando temporalmente los usos que actúen como limitantes de dicha evolución.

Cuando lo anterior no resulte viable, forestar para restablecer la cubierta vegetal autóctona más evolucionada compatible con las características de la estación.

Corregir fenómenos erosivos con potenciales efectos graves.

�� Tipos de ayuda: Inversiones con corporaciones locales o particulares. �� Medidas que pueden ser financiadas:

M20


7.2. Programa de Desarrollo Rural (2007-2013)

La principal herramienta de la política de Desarrollo Rural para el actual período de programación

comunitaria 2007-2013 es el Reglamento (CE) 1698/2005 del Consejo de 20 de septiembre de 2005 relativo

a la ayuda de desarrollo rural a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER),

Este Reglamento propone tres ejes de actuación temáticos u objetivos fundamentales.

1. Mejorar la competitividad del sector agrícola y silvícola.

2. Mejorar el medioambiente y las zonas rurales.

3. La calidad de vida en zonas rurales y la diversificación de la economía rural.

Este fondo financia medidas que van encaminadas hacia la mejora del medio ambiente y del entorno rural,

además, a la hora de seleccionar las subvencionadas, en algunos casos los sitios Natura 2000 resultan

prioritarios respecto a aquellos que no lo son.

La información que se presenta a continuación, se ha extraído de los documentos de los diferentes Programas

de Desarrollo Rural que han publicado las Comunidades Autónomas, de ahí que existan medidas que sólo

algunas Comunidades contemplen financiar y que los porcentajes de pago varíen para cada una de las

regiones.

F8. Programas de Desarrollo Rural 2007-2013 (FEADER) Código 122. Aumento del valor económico de los bosques �� Destinatarios: Particulares o sus asociaciones y municipios o sus asociaciones. �� Actuaciones interesantes:

Actuaciones destinadas a aumentar y diversificar productos del monte y su comercialización: plantas aromáticas, hongos, trufas, castañas, producción silvopastoral, etc. (Andalucía, Navarra, Extremadura y Galicia). Actuaciones relacionadas con la obtención de la ecocertificación forestal (Andalucía). Labores silvícolas: clareos, podas, establecimiento y mejora de cierres para regeneración natural del monte, retirada de cierres, laboreos y desbroces para favorecer la regeneración natural (Navarra, Extremadura, Galicia, País Vasco y La Rioja). Repoblación forestal necesaria para aumentar la calidad de las masas, así como para la densificación, diversificación y mejora en la composición de las masas boscosas (Extremadura, Galicia y La Rioja).


�� Tipos de ayuda:

� 60% costes de inversión (RN2000), (Andalucía, Navarra, Extremadura, Galicia y País Vasco). � 50% costes de inversión (La Rioja). � No se contempla para Aragón, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Madrid, Murcia y Principado de Asturias.


M5 M7 M9 M14 M15 M16 M17 M18 M22 M23 M24 F9. Programas de Desarrollo Rural 2007-2013 (FEADER) Código 214. Ayudas agroambientales �� Destinatarios:

� Apicultura: titulares con > 150 colmenas (Andalucía, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura); titulares con > 100 (Aragón); titulares con > 50 (Cantabria, Galicia); titulares (Castilla-La Mancha); titulares con 10-40 o > 40 en caso de ser productores (País Vasco); titulares con > 20 (Principado de Asturias); titulares con > 80 (La Rioja).

� Castaño: titulares con > 0,5 ha y 30-210 árboles/ha (Andalucía) � Cauces fluviales: titulares (Castilla-La Mancha). � Pastoreo de sotobosque: titulares de explotaciones ganaderas que pastoreen en zonas forestales en las

áreas de protección prioritaria por elevado riesgo de incendio (Cataluña). � Biodiversidad y paisaje: titular o autorización del mismo (Navarra).


Apicultura para la mejora de la biodiversidad. (Andalucía, Aragón, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, País Vasco, Asturias y La Rioja). Mantenimiento del castaño mediante control ganadero, laboreo controlado, etc. (Andalucía). Mantenimiento de la biodiversidad y el paisaje en el entorno de cauces fluviales (Abandono del cultivo en una franja colindante con el DPH y exterior a éste en torno a cauces fluviales, de 5 m de ancho (Castilla-La Mancha). Fomento del pastoreo de sotobosque en perímetros de protección prioritaria (prácticas de pastoreo controlado del sotobosque con elevado riesgo de incendio), (Castilla y León). Mantenimiento de la biodiversidad y el paisaje: se dejará sin trabajar una banda de tres metros de anchura mínima a lo largo de toda su longitud o perímetro y en ambas orillas; mantener árboles viejos y trasmochos (Navarra).


�� Tipos de ayuda (anuales):

� Apicultura: - 21,40 €/colmena + 7 €/ha si es ecológica (Andalucía).

- 11 €/ha (Aragón). - 28,5 €/ha (sólo apicultura ecológica), (Cantabria). - 11,75 €/ha (Castilla-La Mancha). - 10,52 €/ha (Castilla y León). - 8,6 €/ha (Cataluña). - 10,36 €/ha (Comunidad Valenciana). - 10,50 €/ha (Extremadura y Galicia) + 8,50 €/ha si es ecológica. (Extremadura). - 7,50 €/ha (País Vasco). - 21,04 €/colmena y 29,60 €/colmena si ecológico (Principado de Asturias). - 9 €/ha (La Rioja). � Castaño: 266 €/ha y 308 €/ha si es ecológico (Andalucía). � Cauces fluviales: 145,53 €/ha para secano y 353,43 €/ha para regadío (Castilla-La Mancha). � Pastoreo de sotobosque: 66 €/ha bovino, 74 €/ha ovino y 61 €/ha caprino (Cataluña). � Biodiversidad y paisaje: 130 €/ha (Navarra). � No existen para Canarias, Islas Baleares, Madrid y Murcia.


M3 M5 M18 M20 M21 M23 F10. Programas de Desarrollo Rural 2007-2013 (FEADER) Código 221. Primera forestación de tierras agrícolas �� Destinatarios: Particulares o sus asociaciones y municipios o sus asociaciones.


Reforestación de tierras agrícolas con especies forestales descritas para cada CCAA. �� Tipos de ayuda:

� 80-100% de los costes para implantación (RN2000), (Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Navarra, Extremadura, Madrid, País Vasco y Asturias). � 70% de los costes para implantación (RN2000) en La Rioja. � Prima de mantenimiento anual por hectáreas (< 5 años, sólo privados):

- Sin fijar para Andalucía y Madrid. - 288 €/ha (Aragón). - 232 €/ha con frondosas de crecimiento lento y 145 €/ha si arbustivas (Castilla-La Mancha). - 180 €/ha (Castilla y León). - 180-400 €/ha (Navarra). - 300 €/ha (Extremadura). - 564 €/ha (Murcia). - 150 €/ha (País Vasco). - 133-212 €/ha (La Rioja).


� Prima anual compensatoria por pérdidas de ingresos (< 15 años, sólo privados): - 150-700 €/ha (Andalucía, Castilla y León (< 10 años) y Madrid). - 240 €/ha (Aragón). - 150-331 €/ha (Castilla-La Mancha). - 65-625 €/ha (Navarra). - 150-400 €/ha (Extremadura). - 76-270 €/ha (Murcia).

� No para agricultores que se beneficien de jubilación anticipada, ni para árboles de Navidad. � No existe para Canarias y Comunidad Valenciana. � Sólo los compromisos del período 2000-2006 en Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia e Islas Baleares.


M14 M18 M22 F11. Programas de Desarrollo Rural 2007-2013 (FEADER) Código 222. Primera implantación de sistemas agroforestales en tierras agrícolas �� Destinatarios: Particulares o sus asociaciones y municipios o sus asociaciones.


Combinar agricultura extensiva con sistemas forestales, sistemas agroforestales del tipo bosques islas, castañares u olivares adehesados, etc.


� 80% de los costes para implantación y tratamientos silvícolas (RN2000), (Andalucía, Navarra, Extremadura, Islas Baleares y Galicia). � 80% de los costes para implantación (RN2000), (Aragón y Asturias). � 85% de los costes para implantación (Canarias). � No existe para Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid, Murcia, País Vasco y La Rioja.


M5 M14 M18 M22 M23 F12. Programas de Desarrollo Rural 2007-2013 (FEADER) Código 223. Primera forestación de tierras no agrícolas �� Destinatarios: Particulares o sus asociaciones y municipios o sus asociaciones.


Repoblaciones mediante técnicas de conservación del suelo y plantaciones de especies autóctonas.



� Costes de implantación: - 80% (RN2000), (Andalucía, Aragón, Extremadura y Asturias). - 80-100% (privado-público), (Galicia). - 85-100% (privado-público), (Canarias). - 100% (Madrid). - 70% (La Rioja).

� Costes para mantenimiento de la forestación (< 5 años, tierras agrícolas abandonadas):

- 80% (Andalucía, Aragón y Extremadura). - 85% (Canarias). - Sin fijar en Galicia. - 100% (Madrid). - 133-212 €/ha (sólo privadas), (La Rioja).

� No existe para Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Navarra, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Murcia y País Vasco.


M18 M22 F13. Programas de Desarrollo Rural 2007-2013 (FEADER) Código 225. Ayudas a favor del medio forestal �� Destinatarios: Silvicultores o sus asociaciones y municipios o sus asociaciones (ambos gestionados por la CCAA en el caso de Andalucía).


Conectividad y pasos de fauna entre fincas; Conservación o restauración de corredores verdes; Mejora de bosques en galería, bosques islas, etc.; Conservación y uso sostenible de árboles o arboledas singulares; Naturalización de las masas forestales y resalveo del monte bajo, etc. (Andalucía). Repoblación forestal protectora; Tratamientos silvícolas protectores, etc. (Andalucía). Restauración de riberas; Reforestaciones en laderas de márgenes de ríos y arroyos, etc. (Andalucía). Desarrollo de nuevas actividades que favorezcan la diversificación de los aprovechamientos forestales, etc. (Andalucía). Trabajos de ayuda a la regeneración de la vegetación que permitan la mejora de la composición florística, las estructura y grado de evolución de la misma que hagan posible la recuperación de las especies autóctonas, etc. (Andalucía). Mejoras de los terrenos forestales con vocación pastoral (Castilla y León). Diversificación del medio natural mediante la creación de ecosistemas multi-estratificados; Tratamiento de plagas mediante la aplicación de técnicas de control biológico; Acogerse a algún mecanismo de ecocertificación (FSC, PEFC, etc.), (Extremadura). Conservación y regeneración de bosquetes de arbolado autóctono; Limitaciones a la forestación con determinadas especies; Utilización de técnicas poco impactantes en la gestión y aprovechamiento de los montes; Conservación y recuperación de la vegetación de ribera (País Vasco).



� 40-200 €/ha anuales en función de la actividad. � No existe para Aragón, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Navarra, Comunidad Valenciana, Galicia, Islas Baleares, Madrid, Murcia, Asturias y La Rioja.


M1 M2 M3 M5 M14 M15 M16 M18 M20 M23 M24 �� Ejemplo de financiación: No extraer madera muerta durante un periodo de 7 años: (> 5.000 m2 de bosque, > 90% árboles nativos, > 60% cobertura arbórea, > 50% árboles próximos a edad de corta) � 90-200 €/ha. F14. Programas de Desarrollo Rural 2007-2013 (FEADER) Código 226. Recuperación del potencial forestal e implantación de medidas preventivas �� Destinatarios:

� Propietarios forestales o sus asociaciones (excepto Navarra, Madrid y La Rioja). � Administración de la CCAA (Navarra y Madrid). � Agricultores y ganaderos que realizan sus actividades en terreno forestal y una franja de seguridad de 500 metros alrededor de los mismos (sólo en Comunidad Valenciana). � Entidades Locales o asociaciones de las mismas propietarias de montes de Utilidad Pública.


Ejecución de medidas de silvicultura preventiva; Conservación y mantenimiento de líneas y áreas cortafuego mediante el pastoreo; Tratamientos preventivos contra plagas y enfermedades asociados a catástrofes naturales, etc. Acciones que diversifiquen la estructura de la vegetación, introduciendo discontinuidades en aquellos sistemas de alta homogeneidad específica y estructural, evitando superficies muy extensas monoespecíficas, conservando y favoreciendo las especies autóctonas o mezcla de especies o la presencia de rodales o bosquetes de especies diferentes y siempre en el marco de la preservación de los valores naturales. También el resalveo de montes bajos para su transformación en monte alto compatibilizándolo con la conservación de la biodiversidad asociada, y cuando proceda con el aprovechamiento regulado por especies ganaderas adaptadas al medio, clareos y claras en repoblaciones y regenerados con espesura excesiva, así como transformación de masas de especies pirófitas en masas más hidrófilas, etc.


� Hasta el 100% de los costes de las acciones (Andalucía, Aragón, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Navarra, Extremadura, Galicia, Madrid, País Vasco, Asturias y La Rioja).

� Hasta 100% en proyectos de inversión (terrenos públicos) y 70% en subvenciones (Castilla y León). � 51 €/tn para la recogida y retirada biomasa residual forestal y 2.220 €/ha para mejora de la estructura forestal y retirada de la biomasa forestal residual. (Comunidad Valenciana). � No está fijada en las Islas Baleares. � 85% de los costes de las acciones (Murcia).



M5 M9 M15 M16 M17 F15. Programas de Desarrollo Rural 2007-2013 (FEADER) Código 227. Ayudas a inversiones no productivas �� Destinatarios:

� Propietarios forestales (excepto Cantabria, Castilla y León, Navarra, Valencia y La Rioja). � Propiedades públicas de la CCAA (Cantabria., Castilla y León, Navarra y Valencia). � Entidades Locales o asociaciones propietarias en RN2000 y Entidades públicas competentes en materia de ordenación, planificación, investigación y gestión en materia de montes, espacios naturales, de la RN 2000 (La Rioja).


Implantación de micorrizas, mejora de bosques isla, forestaciones protectoras en cabeceras de cuencas, mejora y fomento de setos, sotos, bosque en galería, herrizas y bosques isla como refugio de biodiversidad, implantación de truferas, etc. En RN2000: Aplicación de medidas de conservación de rasgos del paisaje importante para la flora y fauna silvestre que mejoren la coherencia ecológica de la Red Natura 2000; Acciones hidrológico-forestales, repoblaciones protectoras con especies naturales, medidas de conservación y manejo de las masas naturales y restauración de áreas degradadas. Erradicación de plantas invasoras, acotamiento al pastoreo, desarrollo de la gestión forestal sostenible, repoblaciones forestales de turno medio-largo, etc.


� Hasta el 100% de los costes de inversión de la actuación (excepto privados Murcia). � Hasta el 85% de los costes de inversión en el caso de propietarios privados (Murcia).


M2 M4 M5 M8 M9 M14 M15 M16 M17 M18 M20 M22 M23 M24


7.3. Fondo Europeo de Desarrollo Regional (2007-2013)

Este fondo europeo (FEDER) presenta varios ámbitos de financiación, entre los que se encuentran el de

convergencia y el de competitividad regional y empleo, que son los dos susceptibles de captación de fondos.

En el caso del objetivo de convergencia, este programa financia intervenciones relativas al fomento de la

biodiversidad y protección de la naturaleza, incluidas las inversiones en espacios Natura 2000.

Por su parte, el objetivo de competitividad regional y empleo puede enfocarse, para llevar a cabo algunas de

las medidas descritas en este documento, a través de inversiones en espacios Natura 2000, en donde dichas

inversiones contribuyan al desarrollo económico sostenible y/o a la diversificación de las zonas rurales.

El FEDER presenta una serie de prioridades entre las que se encuentra la de medio ambiente, desarrollo

sostenible y prevención de riesgos, para esta prioridad (que cumple los dos objetivos antes citados) se fijaron

una serie de tipologías de gasto entre las que destacan, por su relación con las medidas propuestas en este

documento, las siguientes categorías:

� 49: actuaciones para mitigación y adaptación al cambio climático. � 50: protección y regeneración del entorno natural. � 51: promoción y protección de la biodiversidad (incluyendo NATURA 2000 Y Directiva HABITAT). � 53: Prevención de riesgos, incluido la elaboración y aplicación de planes y medidas para prevenir y

gestionar los riesgos de origen natural y tecnológico. � 54: Otras medidas para preservar el medio ambiente y prevenir riesgos.

Dentro de la categoría 51, correspondiente con los gastos exclusivos para sitios Natura 2000, las

Comunidades Autónomas ya han empleado este fondo en diferentes actuaciones, a continuación se exponen

algunos ejemplos relacionados con la gestión forestal:

� Restitución y protección de las márgenes fluviales, riberas y cauces, procediendo a su

encauzamiento, limpieza y acondicionamiento (Castilla y León).

� Actuaciones de recuperación y gestión de especies y otros recursos de la naturaleza (Galicia).

� Intervenciones de prevención y defensa en los espacios protegidos (Galicia).

� Corrección infraestructuras peligrosas para la avifauna, en Sierra Escalona (Comunidad Valenciana).

� Restauración de hábitats degradados (Comunidad Valenciana).


7.4. Programa LIFE+ (2007-2013)

El Programa LIFE+ es el único instrumento financiero de la Unión Europea dedicado, de forma exclusiva, al

medio ambiente para el periodo 2007-2013. Se presenta orientado hacia el cumplimiento de “contribuir a la

aplicación, actualización y desarrollo de la política y la legislación comunitarias en materia de medio

ambiente, incluida la integración del medio ambiente en otras políticas” (Parlamento Europeo, 2007).

Los proyectos deberán cumplir, al menos, uno de los criterios que marca este reglamento. En el caso de

proyectos que integren las medidas y actuaciones que se han ido presentando en esta guía, cumplen

directamente el siguiente: “ser proyectos de mejores prácticas o proyectos de demostración para la ejecución

de la Directiva 79/409/CEE o de la Directiva 92/43/CEE.”.

En el periodo 2007-2013, se abarcan los siguientes temas: Naturaleza y biodiversidad, Política y gobernanza

medioambientales e Información y Comunicación de los cuales los dos primeros pueden ser empleados para

la aplicación de las medidas de gestión forestal propuestas en este documento, además, el tercero puede

emplearse para divulgar algunas de las medidas llevadas a cabo (es ampliamente utilizado en temas relativos

a los incendios forestales). Los objetivos de los dos primeros temas son:

Naturaleza y biodiversidad LIFE+: proteger, conservar, restaurar, supervisar y facilitar el funcionamiento de

los sistemas naturales, los hábitats naturales y la flora y la fauna silvestres, con el fin de detener la pérdida de

biodiversidad, y, en particular, la diversidad de recursos genéticos, en la Unión Europea.

Política y gobernanza medioambientales LIFE+, destacando por su interés en la gestión forestal:

� Cambio climático: estabilizar la concentración de gases de efecto invernadero a un nivel que impida

que el calentamiento global supere 2 °C. � Agua: contribuir a la mejora de la calidad del agua desarrollando medidas rentables para conseguir

un buen estado ecológico con vistas a elaborar el primer plan hidrográfico de cuenca con arreglo a la

Directiva 2000/60/CE (Directiva marco del agua). � Aire: alcanzar niveles de calidad del aire que no den lugar a riesgos o efectos negativos

significativos en la salud humana y el medio ambiente. � Suelo: proteger y garantizar el uso sostenible del suelo preservando sus funciones e impidiendo las

amenazas, así como reduciendo los efectos de dichas amenazas y restaurando los suelos degradados. � Productos químicos: mejorar la protección del medio ambiente y la salud frente a los riesgos que

presentan los productos químicos de aquí al 2020 aplicando la legislación sobre productos químicos, en

particular el Reglamento (CE) n.º 1907/2006 REACH y la estrategia temática sobre el uso sostenible de

los plaguicidas.


� Bosques: proporcionar, especialmente a través de una red de coordinación de la UE, una base

completa y concisa de información pertinente a efectos de la elaboración de políticas sobre los bosques

en relación con el cambio climático (impacto en los ecosistemas forestales, atenuación, efectos de

sustitución), la biodiversidad (información de partida y zonas forestales protegidas), los incendios

forestales, la situación de los bosques y su función protectora (agua, suelo e infraestructuras), así como

contribuir a la protección de los bosques contra los incendios.

La financiación de las medidas o actuaciones, para actividades concretas, podría alcanzar el 50% de los

costes elegibles. Sin embargo, podría alcanzar un máximo del 75% para aquellas actuaciones, como será el

caso, enmarcadas dentro de LIFE+ Naturaleza y Biodiversidad en los casos concernientes a proyectos que

apliquen la Directiva 92/43/CEE o que protejan a las especies de aves que sean susceptibles de financiación

y vengan establecidas en la normativa europea (Parlamento Europeo, 2007).

El Articulo 9 del Reglamento 614/2007, relativo al Instrumento Financiero LIFE+, establece: “el

presente Reglamento no financiará medidas que respondan a los criterios de elegibilidad y al ámbito

principal de aplicación o que reciban ayudas para los mismos objetivos de otros instrumentos financieros

comunitarios, como el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, el Fondo Social Europeo, el Fondo de

Cohesión, el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, el Programa marco para la innovación y la

competitividad, el Fondo Europeo de la Pesca y el Septimo Programa Marco de Investigación, Desarrollo

Tecnológico y Demostración”, es decir, este fondo no es compatible con los anteriores programas europeos

FEADER y FEDER.

7.5. Programa INTERREG IV (2007-2013)

Uno de los programas que presenta la política de cohesión de la Unión Europea para el periodo 2007-2013

tiene como uno de sus objetivos prioritarios la cooperación territorial europea; que parte de la experiencia de

la anterior iniciativa comunitaria INTERREG y se destina a favorecer la integración armónica y equilibrada

del territorio de la Unión, respaldando la cooperación entre los diferentes componentes del mismo en temas

de importancia comunitaria, a escala transfronteriza, transnacional e interregional:

�� Transfronteriza: regiones situadas a lo largo de las fronteras terrestres interiores y de ciertas fronteras

terrestres exteriores así como de todas las regiones situadas a lo largo de las fronteras marítimas y separadas

por una distancia máxima de 150 km. �� Trasnacional: regiones de la UE de conformidad con la lista de zonas trasnacionales elaborada por la

Comisión que estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2013. �� Interregional: de las redes de cooperación y del intercambio de experiencias. Todo el territorio de la

Comunidad podrá acogerse a la financiación (Programa Interreg IV C).


Estos tres capítulos contienen ayudas destinadas a la conservación de la naturaleza y en las que se podrían

incluir algunas de las medidas adoptadas en esta guía:

A. Cooperación transfronteriza: ayudas a la protección del medio ambiente.

B. Cooperación transnacional: acciones para la prevención de desastres naturales (incendios, sequías, etc.);

gestión de recursos hídricos a nivel de cuenca.

C. Cooperación interregional: ayudas encaminadas a paliar riesgos naturales; gestión de recursos hídricos;

biodiversidad y preservación del patrimonio natural.

En España, para el periodo 2007-2013 existen diferentes programas INTERREG IV, son los siguientes:

IV-A España-Francia

IV-A España-Portugal

IV-A España-Marruecos

IV-A Atlántico

IV-A Cuenca mediterránea

IV-B Espacio Atlántico

IV-B MACARONESIA

IV-B SUDOE

IV-B MED

IVC

Figura 7.4. Áreas incluidas (en verde) en los programas INTERREG IV-B Espacio Atlántico (izq.) e INTERREG IV-B

SUDOE (der.). Fuente: Chazaud Pascal Consultant, 2006.

RESULTADOS Y CONCLUSIONES


8. Resultados y conclusiones

Con el desarrollo de este documento-guía se han identificado 15 amenazas relacionadas con la gestión

forestal, que afectan a los hábitats forestales de interés comunitario. Algunas de estas amenazas se han

dividido a su vez en sub-amenazas (ver capítulo 5, tabla 5.1).

Mediante el análisis de diferentes documentos técnicos y científicos se han definido 24 medidas (ver

capítulo 5, tabla 5.20) de manejo forestal, agrupadas en cinco tipologías diferentes en función de la finalidad

de las mismas, que se pueden entender como recomendaciones o buenas prácticas a llevar a cabo en sitios

Natura 2000 que presenten hábitats del grupo 9 (bosques) de la DC 92/43/CEE.

Tras una recopilación de los principales instrumentos financieros (a nivel comunitario y nacional) aplicables

en estos espacios, se ha llevado a cabo un análisis de los mismos y su posible utilización para financiar cada

una de las medidas antes definidas (ver capítulo 7), el listado final consta de 19 fondos aplicables diferentes

(ver anexo II, tabla 3).

Tipo de hábitat Amenazas Medidas de gestión Financiación

Casos de estudio

Figura 8.1. Principales componentes de la guía y su relación.

Mediante este documento, un gestor forestal puede, en función del hábitat forestal de interés comunitario

sobre el que le interese actuar, conocer las principales amenazas de este ecosistema, las posibles medidas de

gestión a aplicar, los fondos de financiación aptos y más recomendables y algunos ejemplos contrastados de

la aplicación de estos fondos y medidas (figura 8.1). A modo de esquema, el anexo II contiene las matrices

que relacionan todos estos elementos, y las tablas resumen en donde se puede comprobar, para cada tipo de

hábitat, toda esta información.


8.1. Resultados

A continuación se presentan algunos resultados, derivados del análisis de toda la información contenida en

este documento, y la discusión de los mismos. En la primera gráfica se analiza el número de amenazas que,

según la revisión bibliográfica que se ha realizado, afectan a cada tipo de hábitat forestal estudiado.

0

2

4

6

8

10

9120

9130

9150

9160

9180

*

91B

0

91E

0*92

30

9240

9260

92A

0

92B

0

92D

0

9320

9330

9340

9360

*

9370

*

9380

9430

*95

20

9530

*

9540

9550

9560

*95

70*

9580

*

Tipo de hábitat

Nº

Am

enaz

as

Figura 8.2. Número de amenazas que pueden afectar a cada tipo de hábitat.

�� El tipo de hábitat 9120, “Hayedos acidófilos atlánticos con sotobosque de Ilex y a veces de Taxus

(Quercion robori-petraeae o Ilici-Fagenion)”, es el que sufre un mayor número de amenazas (9) de entre las

que se han definido en este documento.

�� Los otros hayedos de interés comunitario (9130 y 9150) también sufren gran número de amenazas (8), el

mismo número que las “Fresnedas termófilas de Fraxinus angustifolia” (91B0).

�� En el otro extremo se encuentran los “Bosques mediterráneos de Taxus baccata” (9580*) a los que podrían

afectarles 2 únicas amenazas del listado definido.

�� También se identificaron un número bajo de amenazas (3) en los “Bosques de laderas, desprendimientos o

barrancos del Tilio-Acerion” (9180*), en los “Bosques de Castanea sativa” (9260), en las “Laurisilvas

macaronésicas (Laurus, Ocotea)” (9360*) y en los “Bosques de Tetraclinis articulata” (9570*).

Es importante interpretar estos datos de forma que no se entiendan los más amenazados como aquellos que

sufren mayor número de categorías de amenaza o viceversa, ya que una sola amenaza puede causar mayor

impacto que muchas otras; además, el número de diferentes amenazas que afectan a cada tipo de hábitat

puede deberse a falta de información (hábitats más desconocidos y menos estudiados), a una mayor

representatividad de ese ecosistema o a la tipología de las citadas amenazas.


En la siguiente figura se invierte la información del gráfico anterior, obteniendo de este modo el número de

hábitats afectados por cada una de las amenazas identificadas.

0 5 10 15 20

A1. Intensif icación del uso forestalA2. Cambio de uso del suelo

A3. Cambio climáticoA4. Elevada carga de herbívoros

A5. Fragmentación del bosqueA6. Abandono de actividades

A7. Labores forestales inadecuadasA8. Plantaciones de especies de

A9. Cortas a hechoA10. Falta de regeneración

A11. Incendios forestalesA12. Flora exótica invasora

A13. Limpieza de riberasA14. Plagas o enfermedades

A15. Dilución genética

Cat

egor

ías

de a

men

aza

Nº HIC's afectados

Figura 8.3. Número de hábitats que pueden verse afectados por cada una de las amenazas identificadas.

�� La falta de regeneración (A10) es la amenaza que más veces ha sido identificada en el análisis de los

hábitats de interés comunitario del grupo 9 (Bosques), apareciendo en 16 ecosistemas diferentes (casi un

60% del total).

�� La intensificación del uso forestal (A1) es la segunda amenaza más observada (14 hábitats forestales, 52%

del total). También se identifican a menudo hábitats que sufren las consecuencias de una elevada carga de

herbívoros (A4), incendios forestales (A11) y aparición de flora exótica invasora (A12).

�� En el otro lado se encuentran posibles amenazas como la dilución genética (A15) que sólo se ha

identificado como importante en los “Palmerales de Phoenix” (9370*).

�� Plagas o enfermedades (A14) y labores relacionadas con limpieza de riberas (A13) tampoco se han

considerado importantes en la mayoría de los sistemas forestales estudiados (sólo en 3 y 4 de ellos

respectivamente).

La figura que se muestra a continuación contiene información muy interesante ya que, mediante un gráfico

de dispersión, se puede observar la posición de cada medida en relación al número de fondos financieros a

través de los cuales podría ser subvencionada, y al número de amenazas sobre las que puede incidir de llegar

a aplicarse en el ejercicio de la gestión forestal.


M1 M2M3 y M9M4, M17 y M21

M5

M6

M7M8

M10 M11

M12 y M13

M14 y M16 M15

M18

M19

M20

M22

M23M24

0

9

18

0 5 10 15Nº Amenazas afectadas

Nº

Fon

dos

aplic

able

sGrupo 1

Grupo 2

Grupo 3

Grupo 4

Grupo 5

Grupo 6

Figura 8.4. Situación de cada medida de gestión en relación a los fondos financieros aplicables y al número

de amenazas afectadas.

Se han diferenciado 6 grupos de medidas diferentes en función del cuadrante en el que hayan quedado

posicionadas, en la siguiente tabla se explican las consecuencias de que una medida quede encuadrada en

uno u otro grupo.

Tabla 8.1. Explicación de la inclusión de una medida en uno u otro grupo.

Grupo de medidas Valores Tipología

> [10) amenazas afectadas Grupo 1

> [9) fondos aplicables Abarcan un gran número de problemas y son fácilmente financiables.

> [10) amenazas afectadas Grupo 2

< (9) fondos aplicables

Abarcan un gran número de problemas pero se adaptan a menos fuentes de financiación.

[5 – 10) amenazas afectadas Grupo 3

> [9) fondos aplicables Inciden sobre bastantes amenazas y son fácilmente financiables.

[5 – 10) amenazas afectadas Grupo 4

< (9) fondos aplicables Inciden sobre bastantes amenazas pero se adatan a pocas fuentes de financiación.

< (5) amenazas afectadas Grupo 5

> [9) fondos aplicables

Son pocas las amenazas contra las que se pueden aplicar pero son fácilmente financiables.

< (5) amenazas afectadas Grupo 6

< (9) fondos aplicables Son pocas las amenazas contra las que se pueden aplicar y además son difícilmente financiables.

�� Grupo 1: en este cuadrante se localizan aquellas medidas que si se llevan a cabo pueden llegar a paliar un

gran número de amenazas (> o = 10) y que además son financiables por un abanico importante de fondos (>

o = 9), en este caso sólo se localiza la medida implantar la Certificación Forestal (M24) por la cual, dado su

carácter de medida general que agrupa una serie de condicionantes de gestión forestal sostenible, podrían

mitigarse 13 amenazas (casi un 90% de las totales planteadas). Además, se ha llegado a la conclusión de que

esta medida sería compatible con 10 fondos de financiación (más de un 50% de los analizados).


�� Grupo 2: no se han identificado medidas pertenecientes a este grupo.

�� Grupo 3: se identifican en este grupo las medidas que pueden mitigar bastantes amenazas (5-10) y que son

financiables por la mayoría de los fondos analizados (> o = 9), como son mantener la evolución natural

(M2), mantener árboles extramaduros (M3), cortas a pequeña escala (M9), multifuncionalidad de los

bosques (M23), destacando restauración de riberas (M20) por su capacidad para paliar 9 amenazas

diferentes (debido a su carácter general) y control de la presión ganadera (M5) repoblación con especies

autóctonas (M22) por ser las dos medidas propuestas que más fácilmente pueden llegar a ser subvencionadas

mediante los fondos analizados (14 fondos diferentes cada una, casi un 80% del total).

�� Grupo 4: no se han identificado medidas pertenecientes a este grupo.

�� Grupo 5: engloba a aquellas medidas que tienen la capacidad de paliar menos amenazas (< 5) pero que

son fácilmente financiables (> o = 9), aquí se agrupan las medidas correspondientes a protección de

plantones (M14), medidas fitosanitarias (M16), mantener la madera muerta (M1), mantener los rodales que

presenten condiciones hídricas más estresantes (M4), Abrir pequeños claros y realizar resolveos (M15),

reducción de densidades (M17), promover trasmochos y sistemas silvopastorales (M21) y restaurar la

conectividad ecológica (M18) que destaca por ser financiable con un gran número de fondos diferentes (13,

72% del total de fondos).

�� Grupo 6: en este cuadrante se representan aquellas medidas con las que se puede llegar a mitigar menos

amenazas (< 5) y que además tienen una mayor dificultad a la hora de buscar fuentes de financiación (< 9).

Aquí quedan enmarcadas el resto de medidas destacando evitar labores forestales en época de nidificación

de especies sensibles (M10) por ser la que llega a menos amenazas y también la que se podría financiar con

menos número de fondos, su carácter específico explicaría su situación en la gráfica.

En el siguiente gráfico (figura 8.5) de burbujas se intentan representar tres parámetros diferentes, por un lado

cada pareja de burbujas va asociada a un grupo de medidas (mantenimiento de la naturalidad, control de

posibles amenazas, limitar las actividades nocivas, actuaciones de mejora y puesta en valor de actividades

sostenibles) y su tamaño depende del número de medidas que englobe cada uno de estos grupos (4, 4, 6, 6 y

4 respectivamente).


Por otro lado, la posición en el eje de ordenadas de las burbujas naranjas indica el número de amenazas

contra las que cada grupo de medidas pueden luchar, y la posición en ese mismo eje vertical de las burbujas

azules indica el número de fondos de financiación que son aplicables a cada unos de estos grupos.

5

10

15

20

25

Grupos de medidas

Nº

Amenazas Financiación

Mantenimiento de la

naturalidad

Control de posibles

amenazas

Limitar las actividades

nocivas

Actuaciones de mejora

Puesta en valor de actividades

sostenibles

M1-M4 M5-M8 M9-M14 M15-M20 M21-M24

Figura 8.5. Número de amenazas afectadas y número de fondos de financiación aplicables

para cada grupo de medidas propuestas (el tamaño de la burbuja simula el número de

medidas que constituye cada grupo).

�� Se puede comprobar como la tipología de medidas limitar las actividades nocivas es la más fácilmente

financiable ya que se podrían emplear todos los fondos financieros analizados para aplicar las seis medidas

que aquí se agrupan.

�� Por otro lado, si nos centramos en buscar la máxima cobertura a las amenazas detectadas, la tipología más

completa sería la de puesta en valor de actividades sostenibles, cubriendo 22 amenazas (un 92% del total), y

que además también se podría financiar con gran parte de los fondos analizados (17, casi un 95% del total).

Además, cabe destacar que este grupo está constituido por 4 únicas medidas, por lo que la eficacia de estas es

todavía mayor respecto a grupos de medidas más numerosos.

�� En el otro extremo, en cuanto a la facilidad de financiación, se encuentran las medidas encaminadas al

mantenimiento de la naturalidad, para las que se han detectado 11 fuentes de financiación compatibles (60 %

del total), por lo que se podría concluir que muchos de los fondos están encaminados hacia una gestión más

activa, y no tanto hacia el mantenimiento de las condiciones actuales.


8.2. Conclusiones

Tras el análisis de los resultados obtenidos durante el desarrollo de este documento se pueden definir una

serie de recomendaciones y conclusiones:

1 Se han analizado los 27 tipos de hábitat de carácter forestal españoles, en los que se han identificado 15

amenazas, algunas de ellas divididas en sub-amenazas. Se han definido 24 medidas de gestión forestal

encaminadas a minimizar los efectos de las amenazas identificadas y se han estudiado 19 fondos de

financiación aplicables a estas medidas.

2 Los hábitats forestales de interés comunitario en los que se han constatado un mayor número de amenazas

han sido los bosques dominados por haya (Fagus sylvatica). Por otro lado, los bosques de tejo (Taxus

baccata) han resultado los menos amenazados en cuanto a número de presiones identificadas en ellos.

3 La amenaza más identificada en los diferentes ecosistemas estudiados ha sido la falta de regeneración

natural de especies típicas, se ha constatado en más del 60% de los bosques estudiados.

4 Se ha comprobado que la implantación de un Sistema de Certificación Forestal Sostenible es la medida

más completa que se puede llevar a cabo, tanto por su carácter global (incidiendo sobre la mayoría de las

amenazas detectadas) como por su facilidad de financiación.

5 El control de la presión ganadera y la repoblación con especies autóctonas constituyen las dos medidas

propuestas subvencionables con un mayor número de fondos (casi un 80% de todos los analizados).

6 La función principal de esta guía es facilitar al gestor forestal o a la persona interesada un documento

sencillo a través del cual poder conocer, para el tipo de hábitat que le sea de interés, las posibles amenazas

que puede sufrir, las medidas de gestión que puede desarrollar para paliar estas amenazas, y los fondos de

financiación principales con los que dispone para llevar a cabo la medida deseada.

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ANEXO I

MARCO LEGAL Y NORMATIVO


ANEXO I.

Marco legal y normativo

Tabla 1. Aplicación de la Red Natura 2000 en la normativa ambiental autonómica básica

Figura específica nueva Diferente a las

Áreas Protegidas Sistema Mixto

Declaración individual

Sin adaptar

Andalucía Zonas de Importancia Comunitaria

Aragón Red Natural de Aragón1

Asturias ----

Baleares Red Ecológica Europea Natura 2000

Canarias ZEC2

Cantabria Zonas de la Red Ecológica Europea Natura 2000

C. la Mancha

Zonas Sensibles

C. y León (La Red Natura 2000 en Castilla y León)3

----

Cataluña

ZEC y ZEPA

Extremadura Zonas de Interés Regional Red Ecológica Europea Natura 2000

RN20004

Galicia Zonas de Especial Protección de los Valores Naturales

La Rioja Zonas Especiales de Conservación de Imp. Com.

Madrid

----

Murcia

----

Navarra

----

Euskadi Zona o lugar incluido en la Red Europea Natura 2000

Valencia Espacios Protegidos Red Natura 2000

1 Los espacios Red Natura 2000 se integran en la Red Natural de Aragón. 2 Decreto en el que se declaran solamente las ZEC y sus medidas de mantenimiento.

3 En el borrador de la Ley de Conservación del Patrimonio Natural de Castilla y León. 4 En función de su representatividad, singularidad, rareza, fragilidad o interés serán o no catalogados ZIR.


Tabla 2. Normativa ambiental autonómica básica

Andalucía Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el inventario de espacios naturales protegidos de Andalucía, y se establecen medidas adicionales para su protección; modificada por la ley 18/2003, de 29 de diciembre, por la que se aprueban medidas fiscales y administrativas.

Aragón Ley 6/1998, de 19 de mayo, de Espacios Naturales Protegidos de Aragón.

Asturias Ley 5/1991, de 5 de abril, de Protección de los Espacios Naturales.

Baleares Ley 5/2005, de 26 de mayo, para la conservación de los espacios de relevancia ambiental.

Canarias

Decreto Legislativo 1/2000, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Texto Refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio de Canarias y de Espacios Naturales de Canarias; Decreto 174/2009, de 29 de diciembre, por el que se declaran Zonas Especiales de Conservación integrantes de la Red Natura 2000 en Canarias y medidas para el mantenimiento en un estado de conservación favorable de estos espacios naturales.

Cantabria Ley 4/2006, de 19 de mayo, de Conservación de la Naturaleza de Cantabria.

Castilla-La Mancha

Ley 9/1999, de 26 de mayo, de Conservación de la Naturaleza.

C. y León Ley 8/1991, de 10 de mayo, de Espacios Naturales de la Comunidad de Castilla y León.

Cataluña Ley 12/1985, de 13 de junio, de espacios naturales modificada por la ley 12/2006, de medidas en materia de medio ambiente.

Extremadura Ley 8/1998, de 26 de junio, de conservación de la naturaleza y áreas protegidas de Extremadura, modificada por la ley 9/2006, de 23 de diciembre.

Galicia Ley 9/2001, de 21 de agosto, de conservación de la naturaleza.

La Rioja Ley 4/2003, de 26 de marzo, de Conservación de Espacios Naturales de La Rioja.

Madrid No existe normativa autonómica relativa a los Espacios Naturales Protegidos.

Murcia Ley 1/1995, de protección del medio ambiente de la región de Murcia.

Navarra Ley Foral 9/1996, de 11 de junio, de Espacios Naturales de Navarra.

Euskadi Ley 16/1994, de 30 de junio, de conservación de la naturaleza del País Vasco; modificada por la ley 2/1997 de 14 de marzo y por la ley 1/2010 de 11 de marzo.

Valencia Ley 11/1994, de 27 de diciembre, de espacios naturales protegidos de la Comunidad Valenciana; modificada por la ley 16/2010, de 27 de diciembre, de Medidas Fiscales, de Gestión Administrativa y Financiera, y de Organización de la Generalitat.


Tabla 3. Aplicación de la Red Natura 2000 en la normativa forestal autonómica básica

Se aplica la Ley Forestal Se aplica cuando no

contradice a ley propia No se cita

Sin Ley Forestal

Andalucía Ley 2/1992

Aragón Ley 15/2006

Asturias Ley 3/20041

Baleares ----

Canarias ----

Cantabria Borrador Ley Montes2 ----

C. la Mancha Ley 3/2008

C. y León Ley 3/2009

Cataluña Ley 6/1988

Extremadura ----

Galicia Ley 7/2012

La Rioja Ley 2/1995

Madrid Ley 16/1995

Murcia ----

Navarra Ley 3/2007

NF Gipuzkoa 7/2006

NF Bizkaia 3/2007 Euskadi

NF Álava 11/2007

Valencia

Ley 3/1993

1 Los montes que sean ENP se rigen por la legislación propia así como por las disposiciones de esta ley no contradictorias, pero RN2000 no está incluida como ENP. 2 En el borrador de la futura ley de Montes se aplica de este modo.

ANEXO II

AMENAZAS-MEDIDAS-FINANCIACIÓN


ANEXO II.

Amenazas – Medidas - Financiación

Tabla 1. Matriz resultante de la afección de las diferentes amenazas en los HIC


Tabla 2. Matriz resultante de la incidencia de las diferentes medidas sobre las amenazas


Tabla 3. Matriz resultante de la relación entre las posibles fuentes de financiación y las medidas


Tablas resumen por tipo de amenaza Los tipos de hábitat afectados, las medidas propuestas y las fuentes de financiación aplicables para cada una. A1 Intensificación del uso forestal

HIC afectados

9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 9240 9330 9340 9380 9430* 9520 9530* 9550

Medidas Fondos financieros Medidas Fondos financieros

F1. PDRs 4.21. MARM1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F6. PDRs 4.21. CA6 F6. PDRs 4.21. CA6 F8. PDR 122 F13. PDR 225 F14. PDR 226 F16. FEDER F15. PDR 227 F17. LIFE+ Nat y Bio F16. FEDER F18. LIFE+ Pol y Gob F17. LIFE+ Nat y Bio

M1 Mantener madera muerta

F19. INTERREG IV F18. LIFE+ Pol y Gob F1. PDRs 4.21. MARM1

M9 Cortas a pequeña escala

F19. INTERREG IV F3. PDRs 4.21. CA1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F5. PDRs 4.21. CA3 F3. PDRs 4.21. CA1 F6. PDRs 4.21. CA6 F16. FEDER F13. PDR 225 F17. LIFE+ Nat y Bio F15. PDR 227

M11 Concentrar las operaciones

forestales en tiempo y espacio

F19. INTERREG IV F16. FEDER F1. PDRs 4.21. MARM1 F17. LIFE+ Nat y Bio F3. PDRs 4.21. CA1 F18. LIFE+ Pol y Gob F6. PDRs 4.21. CA6

M2 Mantener la evolución

natural


M12 Respetar frecuencia entre

rozas

F19. INTERREG IV F6. PDRs 4.21. CA6 F1. PDRs 4.21. MARM1 F9. PDR 214 F3. PDRs 4.21. CA1 F13. PDR 225 F6. PDRs 4.21. CA6 F16. FEDER F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob F18. LIFE+ Pol y Gob

M3 Mantener árboles

extramaduros

F19. INTERREG IV

M13 Respetar turnos de corta y extraer la madera de forma

no agresiva

F19. INTERREG IV F1. PDRs 4.21. MARM1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F6. PDRs 4.21. CA6 F6. PDRs 4.21. CA6 F8. PDR 122 F15. PDR 227 F13. PDR 225 F16. FEDER F14. PDR 226 F17. LIFE+ Nat y Bio F15. PDR 227 F18. LIFE+ Pol y Gob F16. FEDER

M4 Mantener los rodales que

presenten condiciones hídricas más estresantes

F19. INTERREG IV F17. LIFE+ Nat y Bio F1. PDRs 4.21. MARM1

M15 Abrir pequeños claros y

realizar resalveos

F19. INTERREG IV F3. PDRs 4.21. CA1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F5. PDRs 4.21. CA3 F3. PDRs 4.21. CA1 F6. PDRs 4.21. CA6 F8. PDR 122 F8. PDR 122 F14. PDR 226 F9. PDR 214 F15. PDR 227 F11. PDR 222 F16. FEDER F13. PDR 225 F17. LIFE+ Nat y Bio F14. PDR 226 F18. LIFE+ Pol y Gob F15. PDR 227


F19. INTERREG IV F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob

M5 Control de la presión

ganadera

F19. INTERREG IV


Medidas Fondos financieros Medidas Fondos financieros F1. PDRs 4.21. MARM1 F1. PDRs 4.21. MARM1

F3. PDRs 4.21. CA1 F3. PDRs 4.21. CA1 F8. PDR 122 F8. PDR 122 F9. PDR 122 F9. PDR 122 F10. PDR 221 F11. PDR 222 F11. PDR 222 F13. PDR 225 F12. PDR 223 F15. PDR 227 F13. PDR 225 F16. FEDER F15. PDR 227 F17. LIFE+ Nat y Bio F16. FEDER F18. LIFE+ Pol y Gob F17. LIFE+ Nat y Bio

M23 Multifuncionalidad de los

bosques

F19. INTERREG IV F18. LIFE+ Pol y Gob F1. PDRs 4.21. MARM1

M18 Restaurar la conectividad

ecológica

F19. INTERREG IV F3. PDRs 4.21. CA1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F4. PDRs 4.21. CA2

F3. PDRs 4.21. CA1 F8. PDR 122 F5. PDRs 4.21. CA3 F13. PDR 225 F7. PDRs 4.25. CA1 F15. PDR 227 F9. PDR 122 F16. FEDER F13. PDR 225 F17. LIFE+ Nat y Bio F15. PDR 227 F18. LIFE+ Pol y Gob F16. FEDER

M24 Implantar Certificación

Forestal

F19. INTERREG IV F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob

M20 Restauración de riberas

F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F6. PDRs 4.21. CA6 F9. PDR 122 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob

M21 Promover trasmochos y sistemas silvopastorales

F19. INTERREG IV


A2 Cambio de uso del suelo

HIC afectados

9120 9130 9150 9160 9180* 91B0 9240 9330 9340 9380 9430* 9520 9530* 9550


F1. PDRs 4.21. MARM1 F1. PDRs 4.21. MARM1

F3. PDRs 4.21. CA1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F5. PDRs 4.21. CA3 F6. PDRs 4.21. CA6 F7. PDRs 4.25. CA1

F13. PDR 225 F9. PDR 122 F15. PDR 227 F13. PDR 225 F16. FEDER F15. PDR 227 F17. LIFE+ Nat y Bio F16. FEDER F18. LIFE+ Pol y Gob F17. LIFE+ Nat y Bio


natural

F19. INTERREG IV F18. LIFE+ Pol y Gob

F1. PDRs 4.21. MARM1


F19. INTERREG IV F3. PDRs 4.21. CA1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F5. PDRs 4.21. CA3 F3. PDRs 4.21. CA1 F6. PDRs 4.21. CA6 F5. PDRs 4.21. CA3

F9. PDR 214 F6. PDRs 4.21. CA6 F13. PDR 225 F9. PDR 122 F16. FEDER F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob F18. LIFE+ Pol y Gob


extramaduros

F19. INTERREG IV


F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F2. PDRs 4.21. MARM3

F5. PDRs 4.21. CA3 F3. PDRs 4.21. CA1 F6. PDRs 4.21. CA6 F5. PDRs 4.21. CA3

F8. PDR 122 F6. PDRs 4.21. CA6 F9. PDR 214 F8. PDR 122 F11. PDR 222 F10. PDR 221 F13. PDR 225 F11. PDR 222 F14. PDR 226 F12. PDR 223

F15. PDR 227 F15. PDR 227 F16. FEDER F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob F18. LIFE+ Pol y Gob


ganadera

F19. INTERREG IV

M22 Repoblación con especies

autóctonas

F19. INTERREG IV


F3. PDRs 4.21. CA1 F3. PDRs 4.21. CA1

F6. PDRs 4.21. CA6 F8. PDR 122

F8. PDR 122 F9. PDR 122

F14. PDR 226 F11. PDR 222

F15. PDR 227 F13. PDR 225

F16. FEDER F15. PDR 227

F17. LIFE+ Nat y Bio F16. FEDER F18. LIFE+ Pol y Gob F17. LIFE+ Nat y Bio





bosques

F19. INTERREG IV F3. PDRs 4.21. CA1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F8. PDR 122 F3. PDRs 4.21. CA1 F9. PDR 122 F4. PDRs 4.21. CA2

F10. PDR 221 F8. PDR 122 F11. PDR 222 F13. PDR 225 F12. PDR 223 F15. PDR 227 F13. PDR 225 F16. FEDER F15. PDR 227 F17. LIFE+ Nat y Bio F16. FEDER F18. LIFE+ Pol y Gob F17. LIFE+ Nat y Bio


Forestal

F19. INTERREG IV

F18. LIFE+ Pol y Gob


ecológica

F19. INTERREG IV


A3 Cambio climático

HIC afectados

9120 9130 9150 9240 92B0 92D0 9340 9430* 9520

Medidas Fondos financieros


F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F6. PDRs 4.21. CA6 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob



F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F6. PDRs 4.21. CA6 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


rozas

F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F8. PDR 122 F14. PDR 226 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F4. PDRs 4.21. CA2 F8. PDR 122 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


Forestal

F19. INTERREG IV


A4 Elevada carga de herbívoros

HIC afectados

9120 9130 9150 9160 91B0 9320 9330 9340 9380 9520 9560* 9570* 9580*



F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F6. PDRs 4.21. CA6 F8. PDR 122 F9. PDR 214 F11. PDR 222 F13. PDR 225 F14. PDR 226 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


ganadera

F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3

F8. PDR 122 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio

M7 Control de ungulados

silvestres

F19. INTERREG IV F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1

F8. PDR 122 F10. PDR 221 F11. PDR 222 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio

M14 Protección de plantones

F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F4. PDRs 4.21. CA2 F8. PDR 122 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


Forestal

F19. INTERREG IV


A5 Fragmentación del bosque

HIC afectados

9120 9130 9150 9180* 9230 92B0 92D0 9320 9340 9550 9560*


F1. PDRs 4.21. MARM1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F2. PDRs 4.21. MARM3 F5. PDRs 4.21. CA3 F3. PDRs 4.21. CA1 F6. PDRs 4.21. CA6 F5. PDRs 4.21. CA3

F13. PDR 225 F6. PDRs 4.21. CA6 F15. PDR 227 F8. PDR 122 F16. FEDER F10. PDR 221 F17. LIFE+ Nat y Bio F11. PDR 222 F18. LIFE+ Pol y Gob F12. PDR 223


natural

F19. INTERREG IV F15. PDR 227

F1. PDRs 4.21. MARM1 F16. FEDER F3. PDRs 4.21. CA1 F17. LIFE+ Nat y Bio F5. PDRs 4.21. CA3 F18. LIFE+ Pol y Gob F6. PDRs 4.21. CA6


autóctonas

F19. INTERREG IV

F9. PDR 214 F1. PDRs 4.21. MARM1 F13. PDR 225 F3. PDRs 4.21. CA1 F16. FEDER F8. PDR 122 F17. LIFE+ Nat y Bio F9. PDR 122 F18. LIFE+ Pol y Gob F11. PDR 222


extramaduros


F1. PDRs 4.21. MARM1 F15. PDR 227

F3. PDRs 4.21. CA1 F16. FEDER

F6. PDRs 4.21. CA6 F17. LIFE+ Nat y Bio

F8. PDR 122 F18. LIFE+ Pol y Gob

F14. PDR 226


bosques

F19. INTERREG IV

F15. PDR 227 F1. PDRs 4.21. MARM1

F16. FEDER F3. PDRs 4.21. CA1

F17. LIFE+ Nat y Bio F4. PDRs 4.21. CA2 F18. LIFE+ Pol y Gob F8. PDR 122



F1. PDRs 4.21. MARM1 F15. PDR 227 F3. PDRs 4.21. CA1 F16. FEDER F8. PDR 122 F17. LIFE+ Nat y Bio F9. PDR 122 F18. LIFE+ Pol y Gob F10. PDR 221


Forestal

F19. INTERREG IV

F11. PDR 222 F12. PDR 223 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


ecológica

F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F7. PDRs 4.25. CA1 F9. PDR 122

F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


F19. INTERREG IV


A6 Abandono de actividades tradicionales

HIC afectados

9120 9130 9150 9160 9240 9260 9370* 9380 9520 9540


F1. PDRs 4.21. MARM1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F4. PDRs 4.21. CA2 F6. PDRs 4.21. CA6 F8. PDR 122

F8. PDR 122 F13. PDR 225 F9. PDR 214 F15. PDR 227 F11. PDR 222 F16. FEDER F13. PDR 225 F17. LIFE+ Nat y Bio F14. PDR 226 F18. LIFE+ Pol y Gob F15. PDR 227


Forestal

F19. INTERREG IV F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


ganadera

F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F6. PDRs 4.21. CA6 F8. PDR 122 F13. PDR 225 F14. PDR 226 F15. PDR 227 F16. FEDER

F17. LIFE+ Nat y Bio


realizar resalveos

F19. INTERREG IV


F3. PDRs 4.21. CA1 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio

M19 Quemas prescritas

F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F6. PDRs 4.21. CA6 F9. PDR 122 F16. FEDER

F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F8. PDR 122 F9. PDR 122 F11. PDR 222 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


bosques

F19. INTERREG IV


A7 Labores forestales inadecuadas

HIC afectados

9120 9130 9150 9230 9240 9330 9530*



F3. PDRs 4.21. CA1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F16. FEDER F6. PDRs 4.21. CA6 F17. LIFE+ Nat y Bio

F13. PDR 225


forestales en tiempo y espacio

F19. INTERREG IV

F15. PDR 227 F1. PDRs 4.21. MARM1 F16. FEDER F3. PDRs 4.21. CA1 F17. LIFE+ Nat y Bio F6. PDRs 4.21. CA6 F18. LIFE+ Pol y Gob F16. FEDER


natural

F19. INTERREG IV F17. LIFE+ Nat y Bio

F1. PDRs 4.21. MARM1 F18. LIFE+ Pol y Gob F3. PDRs 4.21. CA1


no agresiva

F19. INTERREG IV

F5. PDRs 4.21. CA3 F1. PDRs 4.21. MARM1 F6. PDRs 4.21. CA6 F3. PDRs 4.21. CA1

F9. PDR 214 F4. PDRs 4.21. CA2 F13. PDR 225 F8. PDR 122

F16. FEDER F13. PDR 225 F17. LIFE+ Nat y Bio F15. PDR 227 F18. LIFE+ Pol y Gob F16. FEDER


extramaduros




Forestal

F19. INTERREG IV

F5. PDRs 4.21. CA3 F6. PDRs 4.21. CA6

F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob



F19. INTERREG IV


F3. PDRs 4.21. CA1

F6. PDRs 4.21. CA6

F8. PDR 122

F14. PDR 226

F15. PDR 227

F16. FEDER



F19. INTERREG IV


F3. PDRs 4.21. CA1

F16. FEDER


M10 Evitar labores forestales en

época de nidificación de especies sensibles

F19. INTERREG IV


A8 Plantaciones de especies de crecimiento rápido

HIC afectados

9120 9160 91B0 91E0* 9230 92A0



F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3

F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio

M6 Control y erradicación de

especies introducidas

F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F7. PDRs 4.25. CA1 F9. PDR 122 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F2. PDRs 4.21. MARM3 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3

F6. PDRs 4.21. CA6 F8. PDR 122 F10. PDR 221 F11. PDR 222 F12. PDR 223 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


autóctonas

F19. INTERREG IV


A9 Cortas a hecho

HIC afectados

9120 9130 9150 91B0 91E0* 9240 92A0 9360* 9520 9530* 9540


F1. PDRs 4.21. MARM1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F8. PDR 122 F6. PDRs 4.21. CA6 F9. PDR 122

F13. PDR 225 F11. PDR 222 F15. PDR 227 F13. PDR 225 F16. FEDER F15. PDR 227 F17. LIFE+ Nat y Bio F16. FEDER F18. LIFE+ Pol y Gob F17. LIFE+ Nat y Bio


natural




bosques

F19. INTERREG IV F3. PDRs 4.21. CA1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F5. PDRs 4.21. CA3 F3. PDRs 4.21. CA1 F6. PDRs 4.21. CA6 F4. PDRs 4.21. CA2

F9. PDR 214 F8. PDR 122

F13. PDR 225 F13. PDR 225 F16. FEDER F15. PDR 227 F17. LIFE+ Nat y Bio F16. FEDER F18. LIFE+ Pol y Gob F17. LIFE+ Nat y Bio


extramaduros




Forestal

F19. INTERREG IV

F3. PDRs 4.21. CA1

F6. PDRs 4.21. CA6 F8. PDR 122

F14. PDR 226

F15. PDR 227

F16. FEDER



F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F8. PDR 122 F9. PDR 122 F10. PDR 221



ecológica

F19. INTERREG IV




F19. INTERREG IV


A10 Falta de regeneración

HIC afectados

9130 9160 9230 9240 92B0 92D0 9320 9330 9340 9380 9430* 9530* 9540 9560* 9570* 9580*


F1. PDRs 4.21. MARM1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F6. PDRs 4.21. CA6 F6. PDRs 4.21. CA6 F16. FEDER F13. PDR 225 F17. LIFE+ Nat y Bio F15. PDR 227 F18. LIFE+ Pol y Gob F16. FEDER


rozas

F19. INTERREG IV

F17. LIFE+ Nat y Bio F1. PDRs 4.21. MARM1 F18. LIFE+ Pol y Gob F3. PDRs 4.21. CA1


natural

F19. INTERREG IV F6. PDRs 4.21. CA6 F1. PDRs 4.21. MARM1 F16. FEDER F3. PDRs 4.21. CA1 F17. LIFE+ Nat y Bio F5. PDRs 4.21. CA3 F18. LIFE+ Pol y Gob F6. PDRs 4.21. CA6


no agresiva

F19. INTERREG IV

F9. PDR 214 F1. PDRs 4.21. MARM1 F13. PDR 225 F3. PDRs 4.21. CA1 F16. FEDER F8. PDR 122 F17. LIFE+ Nat y Bio F10. PDR 221 F18. LIFE+ Pol y Gob F11. PDR 222


extramaduros


F1. PDRs 4.21. MARM1 F15. PDR 227 F3. PDRs 4.21. CA1 F16. FEDER F5. PDRs 4.21. CA3 F17. LIFE+ Nat y Bio F6. PDRs 4.21. CA6

M14 Protección de plantones

F19. INTERREG IV

F8. PDR 122 F1. PDRs 4.21. MARM1 F9. PDR 214 F3. PDRs 4.21. CA1 F11. PDR 222 F6. PDRs 4.21. CA6 F13. PDR 225 F8. PDR 122 F14. PDR 226 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F14. PDR 226 F16. FEDER F15. PDR 227 F17. LIFE+ Nat y Bio F16. FEDER F18. LIFE+ Pol y Gob F17. LIFE+ Nat y Bio


ganadera

F19. INTERREG IV


realizar resalveos

F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F8. PDR 122 F16. FEDER F14. PDR 226 F17. LIFE+ Nat y Bio F15. PDR 227





F19. INTERREG IV

F8. PDR 122 F1. PDRs 4.21. MARM1 F16. FEDER F3. PDRs 4.21. CA1 F17. LIFE+ Nat y Bio F16. FEDER

M7 Control de ungulados

silvestres




F19. INTERREG IV F3. PDRs 4.21. CA1 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio


forestales en tiempo y espacio F19. INTERREG IV


Medidas Fondos financieros F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F7. PDRs 4.25. CA1

F9. PDR 122 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


F19. INTERREG IV


F6. PDRs 4.21. CA6 F9. PDR 122 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F2. PDRs 4.21. MARM3 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3

F6. PDRs 4.21. CA6 F8. PDR 122 F10. PDR 221 F11. PDR 222 F12. PDR 223 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


autóctonas

F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F8. PDR 122 F9. PDR 122 F11. PDR 222 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


bosques

F19. INTERREG IV


F8. PDR 122 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


Forestal

F19. INTERREG IV


A11 Incendios forestales

HIC afectados

9150 91B0 9230 9260 92D0 9320 9330 9380 9520 9530* 9540 9550 9570*


F1. PDRs 4.21. MARM1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F8. PDR 122 F6. PDRs 4.21. CA6 F9. PDR 122 F15. PDR 227 F11. PDR 222 F16. FEDER F13. PDR 225 F17. LIFE+ Nat y Bio F15. PDR 227 F18. LIFE+ Pol y Gob F16. FEDER






bosques

F19. INTERREG IV

F5. PDRs 4.21. CA3 F1. PDRs 4.21. MARM1 F16. FEDER F3. PDRs 4.21. CA1 F17. LIFE+ Nat y Bio F4. PDRs 4.21. CA2




F1. PDRs 4.21. MARM1 F13. PDR 225 F3. PDRs 4.21. CA1 F15. PDR 227 F6. PDRs 4.21. CA6 F16. FEDER F8. PDR 122 F17. LIFE+ Nat y Bio F13. PDR 225 F18. LIFE+ Pol y Gob F14. PDR 226


Forestal

F19. INTERREG IV F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio


realizar resalveos

F19. INTERREG IV


F3. PDRs 4.21. CA1

F8. PDR 122

F14. PDR 226

F15. PDR 227

F16. FEDER



F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio


F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F2. PDRs 4.21. MARM3 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F6. PDRs 4.21. CA6 F8. PDR 122



autóctonas

F19. INTERREG IV


A12 Flora exótica invasora

HIC afectados

9160 9180* 91B0 91E0* 9230 9240 92A0 92B0 9360* 9370* 9550 9560*


F1. PDRs 4.21. MARM1 F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F2. PDRs 4.21. MARM3 F5. PDRs 4.21. CA3 F3. PDRs 4.21. CA1 F6. PDRs 4.21. CA6 F5. PDRs 4.21. CA3

F13. PDR 225 F6. PDRs 4.21. CA6 F15. PDR 227 F8. PDR 122 F16. FEDER F10. PDR 221 F17. LIFE+ Nat y Bio F11. PDR 222 F18. LIFE+ Pol y Gob F12. PDR 223


natural


F1. PDRs 4.21. MARM1 F16. FEDER F3. PDRs 4.21. CA1 F17. LIFE+ Nat y Bio F5. PDRs 4.21. CA3 F18. LIFE+ Pol y Gob F6. PDRs 4.21. CA6


autóctonas

F19. INTERREG IV

F9. PDR 214 F1. PDRs 4.21. MARM1 F13. PDR 225 F3. PDRs 4.21. CA1 F16. FEDER F4. PDRs 4.21. CA2 F17. LIFE+ Nat y Bio F8. PDR 122 F18. LIFE+ Pol y Gob F13. PDR 225


extramaduros


F1. PDRs 4.21. MARM1 F16. FEDER F3. PDRs 4.21. CA1 F17. LIFE+ Nat y Bio

F5. PDRs 4.21. CA3 F18. LIFE+ Pol y Gob F16. FEDER


Forestal

F19. INTERREG IV




F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1

F6. PDRs 4.21. CA6

F8. PDR 122

F14. PDR 226

F15. PDR 227

F16. FEDER



F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio


forestales en tiempo y espacio F19. INTERREG IV




F19. INTERREG IV


A13 Limpieza de riberas

HIC afectados

91B0 91E0* 92A0 92B0



F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F6. PDRs 4.21. CA6 F13. PDR 225 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob

M1 Mantener madera muerta

F19. INTERREG IV F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F6. PDRs 4.21. CA6 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


natural

F19. INTERREG IV F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F7. PDRs 4.25. CA1 F9. PDR 122 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


F19. INTERREG IV


A14 Plagas o enfermedades

HIC afectados

9260 9370* 9520


F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F8. PDR 122 F13. PDR 225 F14. PDR 226 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob

M16 Medidas fitosanitarias

F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F5. PDRs 4.21. CA3 F7. PDRs 4.25. CA1 F9. PDR 122 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio F18. LIFE+ Pol y Gob


F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F4. PDRs 4.21. CA2 F8. PDR 122 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio



Forestal

F19. INTERREG IV


A15 Dilución genética

HIC afectados

9370*


F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio

M8 Control del Material Forestal

de Reproducción

F19. INTERREG IV

F1. PDRs 4.21. MARM1 F3. PDRs 4.21. CA1 F4. PDRs 4.21. CA2 F8. PDR 122 F13. PDR 225 F15. PDR 227 F16. FEDER F17. LIFE+ Nat y Bio



Forestal

F19. INTERREG IV

blanco 2012 forestal red natura

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