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antonio berni artista argentino

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    Juanito, Ramona y la consagracin del grabado

    Silvia Dolinko

    En el fondo de su taller, pincel y lata de pintura en mano e inclinado sobre una construccin de paja, cha-

    pas y perillas de madera, Antonio Berni trabaja sobre su obra actual y rememora episodios de su extensa

    c a rrera. El cruce de re f e rencias temporales atraviesa la nota que Primera Plana dedicaba en su nmero del

    13 de abril de 1965 a un artista maduro pero destacado en el campo de la joven vanguardia contempor-

    nea. Berni protagonizaba esa edicin del semanario ya desde el connotado espacio de la portada, donde la

    imagen que registraba su realizacin de uno de los monstruos de las pesadillas de Ramona Montiel adelan-

    taba la que, dos meses despus, sera parte central de su exposicin en el Instituto To rcuato Di Te l l a .1

    Dando cuenta del relevante lugar que la produccin contempornea de Berni conllevaba para el

    arte nacional, el ttulo que cruzaba esa portada con la fotografa del artista consignaba: La pintura argen-

    tina abre caminos. Sin embargo, su principal obra de ese momento no se enmarcaba, en sentido estricto,

    dentro de lo que se poda considerar pintura, sino que eran imgenes realizadas a partir de materiales

    de desecho combinados con pigmentos, construcciones polimatricas y, principalmente, grabados; en ver-

    dad, xilo-collage-relieves, de acuerdo a su definicin.

    En las pginas internas de la revista, otros retratos fotogrficos de Berni acompaaban el art-

    culo en el que el artista repasaba distintas circunstancias de su vida y de su produccin, en un recorrido

    entre la revisin del pasado y la proyeccin a futuro. Junto a la reproduccin de cuatro pinturas histri-

    cas, se incluye all una estampa en la que se observa a una mujer parada en el interior de una habita-

    cin, junto a una foto de Carlos Gardel y bajo una lmpara de evocacin picassiana, en un entrelazamien-

    to entre alta cultura y cultura popular. El grabado en cuestin, Ramona vive su vida, haba sido rea-

    lizado poco tiempo despus de que con su conjunto de xilografas sobre su otro clebre personaje, Juanito

    Laguna, obtuviera en la Bienal de Venecia el mximo galardn de su carrera. Heterodoxo tanto por sus

    dimensiones como por el trabajo de la xilografa conjugada con collage, presentaba una impactante ima-

    gen de Ramona por medio de una resolucin tcnica novedosa.

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    Precisamente, en Primera Plana se mencionaba que las fronteras de la pintura, la escultura y

    el grabado ya no son tan ntidas como lo imagin la preceptiva clsica; y Berni es, en gran medida, res-

    ponsable de esa compenetracin, de esa rfaga de libertad que ahora agita a los creadores en todas par-

    tes. Su Gran Premio Internacional de Grabado y Dibujo en la Bienal de Venecia de 1962 conmovi a los

    observadores de arte en todo el mundo.2 No era casual, en este sentido, la eleccin de Ramona vive su

    vida para acompaar la nota, ya que esa obra condensa las bsquedas, logros y particularidades tcnicas

    e iconogrficas que el artista activ en su redefinicin de la grfica en esos aos. Tambin el impacto de

    su grabado se potenciaba por el poderoso aval que conllevaba la mencin del premio veneciano. Esta dis-

    tincin, que resulta hasta el presente una referencia recurrente para dar cuenta de la trascendencia de la

    obra de Berni, fue en ese momento una plataforma para su reconocimiento en el plano internacional y su

    reposicionamiento en el campo cultural local. En este sentido, al indagar sobre su particular reformula-

    cin del grabado, en el cruce entre la tradicin y la experimentacin, este trabajo apunta a plantear cmo

    esta produccin se convirti en un factor de consagracin para el artista.

    En efecto, luego de cuatro dcadas de carrera artstica, Berni haba iniciado entre fines de los

    aos cincuenta y principios de los sesenta un replanteo de su obra; sin dejar de lado la representacin de

    temas sociales que la haban caracterizado hasta ese momento, dio lugar a una notoria transformacin de

    su produccin al incorporar en ella la realidad a partir de materiales heterogneos, en un reajuste de su

    imagen y sus procedimientos frente al cambio en los discursos sobre la materia y la representacin con-

    temporneas. En ese marco, el artista desarroll un extenso conjunto grfico en el que su redefinicin de

    la prctica del grabado le permiti sustentar una reconocible y novedosa imagen.

    Sin embargo, tambin en la nota de Primera Plana se sostena que Berni no era un recin lle-

    gado a las artes de la estampa. Desde sus aos de estudiante haba ejercido las tcnicas del grabado; por

    su parte, el artista recordaba que fue Max Jacob, en Pars, quien un da me invit a acompaarlo a un

    taller donde iba a ejecutar unas litografas; y entonces me enamor de ese mtier y lo practiqu yo tam-

    bin.3 Berni relataba as su encuentro con una disciplina que en tiempos de ese artculo ya le resultaba

    una frmula probada, reconocida y exitosa: las imgenes impresas de Juanito Laguna, Ramona Montiel y

    sus amigos le haban resultado vehculos eficaces para su afirmacin profesional. Pero en verdad su ena-

    moramiento de ese mtier no haba sido sostenido hasta ese momento de su carrera por una relacin pro-

    longada sino que lo haba abordado en incursiones espordicas y ms bien convencionales. Sus anterio-

    res aguafuertes o litografas, realizados dentro de los parmetros de la ortodoxia grfica, no permitan adi-

    vinar el deslumbrante cambio que pondra en acto en sus numerosas estampas de los aos sesenta. Qu

    tipo de grabado venan a trastornar los xilocollages de Juanito? Qu discursos y prcticas conmova la

    serie grfica de Ramona?

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    Parte de la tradicin

    La atencin de Berni hacia el grabado ya se manifestaba en 1935 cuando, al responder a la propuesta

    muralista que David Alfaro Siqueiros desplegara dos aos atrs durante su estada rioplatense, sealaba

    que las formas de expresin del arte proletario en rgimen capitalista sern mltiples, abarcando todos

    aquellos medios que nos puedan ofrecer la clase trabajadora o las contradicciones mismas de la burgue-

    sa, desde el periodismo, pasando por el affiche, el grabado y el cuadro de caballete hasta la formacin de

    Blocks de pintores muralistas.4

    En esos momentos, su inters en este tipo de produccin se basaba en gran medida en el fun-

    damento de su multiejemplaridad, ya que la particularidad de este medio radicaba en su posibilidad de

    difundir discursos visuales en forma plural. El potencial efecto movilizador de la circulacin amplia de

    imgenes de cuestionamiento y denuncia social sostuvo la nocin del grabado como un arte comprome-

    tido ligado a las luchas populares, a la crtica social o la stira, conformando uno de los tpicos dentro

    de la tradicin de esta disciplina. Si Goya o Daumier constituyeron dos de sus ms reconocidos referen-

    tes histricos, no era casual que desde esta perspectiva o, mejor, desde una perspectiva francesa el cr-

    tico Georges Peillex definiera a Berni en 1962 como un Daumier sudamericano.5

    Construido desde las primeras dcadas del siglo XX, el canon del grabado en la Argentina se

    bas en estrictos parmetros iconogrficos y tcnicos a travs de los cuales los artistas difundieron un ima-

    ginario figurativo, de fcil decodificacin visual, multiplicado en estampas en blanco y negro, de peque-

    o formato y realizadas a partir de reducidas modalidades de impresin xilografa, aguafuerte, litografa

    de las cuales se valoraba especialmente el virtuosismo tcnico en la realizacin. Extendida como recurso

    artstico, esta prctica era a mediados de los aos treinta muy frecuentada especialmente por artistas del

    campo local vinculados a las polticas culturales de las izquierdas.

    En 1935 Berni comparti el espacio de exhibicin del Primer Saln de Arte de la antifascista

    Agrupacin de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (AIAPE) con la produccin de algunos de

    los principales referentes del grabado social: all expuso su pintura Desocupacin junto a obras de

    Pompeyo Audivert y del recientemente fallecido Guillermo Facio Hebequer, entre otros.6 Tres aos ms

    tarde volvi a presentar una pintura en el saln de la AIAPE, participando entonces junto a artistas gr-

    ficos como Clement Moreau, Vctor Rebuffo, Luis Seoane, Demetrio Urrucha y Abraham Vigo, de reco-

    nocida militancia antifascista.

    Si bien consideraba relevante a este tipo de prctica, Berni no haba desarrollado un corpus den-

    tro de la grfica. Sin embargo, en ese mismo ao de 1938 se present en dos importantes eventos del cir-

    cuito de difusin del grabado. Por una parte, incluido en el XXV Saln Anual de Acuarelistas y

    Grabadores en el Saln Witcomb, fue considerado dentro del grupo de expositores de primera fila []

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    un bloque de contados nombres que se halla en

    plena produccin y que ha alcanzado ya un nivel

    considerable dentro de nuestro panorama artsti-

    co.7 Por otra parte, particip en el Segundo Saln

    de Grabados del Instituto Argentino de Artes

    Grficas, institucin relevante dentro del sistema

    de establecimientos de enseanza de Buenos

    Aires que tambin inclua a la Academia organi-

    zada por Po Collivadino y a la Escuela Superior

    de Bellas Artes Ernesto de la Crcova desde el

    que se consolid el quehacer grfico.

    En el evento organizado por el Instituto

    Argentino de Artes Grficas tambin participaron

    n o m b res destacados como Rebuffo, Audivert ,

    U rrucha, Adolfo Bellocq, Lino Spilimberg o ,

    Carlos Giambiagi y Jos Planas Casas. Frente a

    este conjunto de grabadores profesionales, la

    institucin brind a Berni un claro reconocimien-

    to por su presencia en el Saln al reproducir una de sus estampas en un lugar privilegiado: la portada de

    su publicacin oficial, la revista Anales Grficos.8 Bajo la genrica denominacin Litografa, se presenta-

    ba all una imagen de su esposa Paule con un lpiz herramienta bsica para el litgrafo en mano. Se

    trataba de una versin grfica del gnero del retrato pictrico que Berni desplegaba en sus leos de la

    poca, en los que en diversas ocasiones se poda ver a la misma mujer de boca firme, ojos grandes, cabe-

    za levemente inclinada en posicin de tres cuartos de perfil y mirada lnguida.

    Esta misma litografa, ya con el ttulo de Figura, fue la nica obra de Berni en la vasta muestra

    El grabado en la Argentina 1876-1942 que, organizada por los coleccionistas Alfredo y Alejo Gonzlez

    Garao, tuvo lugar en el Museo Municipal de Artes Plsticas Juan B. Castagnino de Rosario en 1942. Al

    presentar un notable trabajo de sistematizacin de un corpus hasta ese momento poco accesible en trmi-

    nos de visibilidad institucional, esta exposicin y su correspondiente catlogo fueron referentes para con-

    sagrar un conjunto de nombres y cristalizar un canon de la grfica argentina.

    La presencia de Berni en estos eventos no redund en una labor continua dentro del grabado sino

    que ms all de alguna produccin aislada, como una serie de aguafuertes de 1951 sobre temticas del

    N o roeste argentino su trabajo de los aos cuarenta y cincuenta se acot a la pintura. A comienzos de los

    sesenta retom el gnero del retrato realizado en litografa en la serie de diez ro s t ros de nios care n c i a d o s

    Cabeza de mujer [Paule], 1938-42, litografa

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    que, agrupados bajo el ttulo Nios de Villa Cart n en un lbum impreso por Editorial Joraci, fue lanzada

    en Buenos Aires en mayo de 1961, meses antes de la presentacin pblica del personaje Juanito Laguna

    en la galera Wi t c o m b .9 Esta era la lnea de la tradicin grfica que Berni haba desarrollado hasta ese

    momento. Su siguiente serie de grabados seguira centrada en la temtica del nio de villa miseria pero

    en ese caso ya desde una imagen renovada a partir de su apertura a la experimentacin con el pro c e d i m i e n-

    to xilogrfico.

    Un nuevo grabado

    La exploracin iniciada por Berni a principios de los sesenta en torno a las nuevas posibilidades de la gr-

    fica se inscribi en un momento de intensa renovacin de esta prctica: si las artes visuales de esos aos

    fueron transformadas a partir de la incorporacin de nuevas poticas, soportes y procedimientos, el gra-

    bado fue parte medular de estas mutaciones.

    Las redefiniciones de la praxis y la circulacin del grabado eran por esos aos una cuestin que

    iba ms all de la acotacin a unos cuantos nombres propios o a lmites nacionales. A partir del impulso dado

    por la instalacin de a t e l i e r s especializados en edicin, la accin de galeras que sostenan una fuerte apues-

    ta por la obra impresa o el establecimiento de un circuito de certmenes que otorgaban un lugar destacado

    al grabado, entre otros factores, esta produccin cobraba mayor visibilidad en la agenda del arte; parafrase-

    ando a Baudelaire, se sostena que la estampa estaba de moda.10 P a rt i c u l a rmente, esta prctica tuvo enton-

    ces en la Argentina una actividad y legitimacin inditas. A partir de un complejo proceso vinculado a cam-

    bios socioculturales y a replanteos en el campo artstico local, desde fines de los aos cincuenta haba

    comenzado a dar lugar a una renovacin de la grfica desde una relectura de su propio canon.11

    Esta prctica que transit en esos tiempos por un indito nivel de experimentacin en re l a c i n

    con sus convenciones, ampliando sus procedimientos e iconografa, sus discursos y sus vas de circ u l a c i n ,

    dialogaba a la vez con la propia tradicin. Esta relacin se condensa de forma ejemplar en las pro p u e s t a s

    en torno a la xilografa la tcnica de impresin ms antigua en Occidente, redefinida desde las bsque-

    das de diversos artistas en torno a las posibilidades expresivas de la materia y la resolucin de la imagen

    c e rcana a los postulados modernistas. Dentro de esta produccin, se destacaban las xilografas con collage

    d e s a rrolladas por Luis Seoane desde fines de los aos cincuenta, en las que incorporaba bandas de cinta

    adhesiva sobre la textura irregular de la madera, resaltando la cualidad bidimensional de la estampa.

    Es entonces en un marco de apertura y sostenida legitimidad de la disciplina que se inscribe el

    trabajo grfico de Berni, continuando en sus grabados su histrica opcin por la figuracin social imbri-

    cada con el collage como recurso actualizado. En efecto, el uso plstico de materiales procedentes del

    mundo de lo cotidiano estaba en boga por aquellos aos, tanto en el plano internacional en los combine

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    paintings de Robert Rauschenberg o los assembla -

    ges dempreintes de Jean Dubuffet, por ejemplo

    como en el campo local, con las chapas, maderas

    y telas desgastadas, speras y vulgares empleadas

    por los jvenes informalistas.12

    B e rni inclua en su nueva obra objetos

    de desecho a los que les otorgaba un sentido narr a-

    tivo al vincularlos a la historia del personaje re p re-

    sentado. Su apelacin al recurso del collage se

    remontaba a mediados de los aos cincuenta,

    cuando comenz a incorporar elementos en la

    s u p e rficie de sus pinturas en virtud de su cualidad

    figurativa; pero mientras que en ese momento

    integraba telas y papeles discretamente en la

    s u p e rficie pictrica, el protagonismo de los mate-

    riales en las pinturas-collage que realiz desde los

    sesenta domin su planteo esttico, aunando la

    composicin formal al contenido simblico.

    En el caso de la serie de Juanito Laguna,

    B e rni sostena su relato sobre el chico de villa

    miseria a partir del uso de chatarra y madera, ele-

    mentos bsicos en este tipo de construcciones pre-

    carias. En este sentido, destacaba la identifica-

    cin ajustada entre el mundo de la miseria que

    re p resentaba el personaje, y los mseros materiales

    de desperdicio extrados de ese mundo y emplea-

    dos con todo el rigor y con todas las reglas del art e .1 3 El personaje era un vehculo para la puesta en ima-

    gen por Berni de las contradicciones del proyecto desarrollista, en el que la poltica de expansin indus-

    trial a travs de la inversin extranjera auguraba tambin al propio Juanito la incorporacin a un optimis-

    ta mundo pro m e t i d o: un mundo donde el sombro primer plano de una pared constituida por materiales pre-

    carios y corrodos contrasta con el fondo en el que una aglomeracin de pequeos papeles luminosos con-

    f o rma un atractivo y a la vez amenazante hongo atmico, smbolo de la latente guerra fra.14

    Fue dentro de ese proceso de redefinicin y actualizacin de su obra que el artista inici a

    fines de 1961 sus Juanitos xilogrficos. Mientras que a nivel iconogrfico continuaba con la versin de

    Juanito cazando pajaritos (serie Juanito Laguna), 1961, xilocollage, 174 x 128 cm. Coleccin Museo Castagnino+macro, Rosario

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    denuncia social que desarrollara en su pintura, su

    renovacin de materiales y soportes grficos

    resultaba inaugural. El mayor impacto de esta

    serie estaba dado por la eleccin de unos materia-

    les y un formato inslitos no solo para el canon de

    la grfica sino tambin frente a las experiencias

    que se estaban desarrollando contemporneamen-

    te.15 En momentos en que se reactualizaban las

    lecturas sobre el linaje vanguardista del collage,

    Berni incorporaba este recurso a la histrica xilo-

    grafa: entre la tradicin y la experimentacin, su

    imbricacin entre grabado en madera y materiales

    bastos resultaba un novedoso cruce entre el arte

    alto y los materiales bajos.

    B e rni trabajaba con tacos de madera ter-

    ciada, soporte poco convencional para la xilogra-

    fa: se trata de un material industrial y econmico

    que posibilita la utilizacin de una gran superf i c i e

    de impresin, algo difcil de obtener con otro tipo

    de madera. Si en los primeros Juanitos xilogrficos

    Juanito con pescado, Juanito cazando pajaritos

    la matriz estaba realizada ntegramente por des-

    bastado convencional, en las siguientes obras de

    esa serie la imagen tambin surga por sumatoria o

    ensamblado de elementos heterogneos sujetos a

    la base con clavos o con grampas metlicas.1 6 A s ,

    en Juanito bandose, Juanito pesca con re d o, especialmente, en Juanito pescando, el agregado en el taco

    de madera de distintos elementos de desecho industrial como chatarra y re c o rtes de enchapado para re f e-

    rir al escenario del personaje resultaba muy provocativo: si el collage todava encontraba resistencias en

    Buenos Aire s ,17 su inclusin en un grabado apareca como un gesto an ms revulsivo. Sin embargo, al no

    p resentar las variables cromticas de las pinturas-collage, la diversidad material del collage era, una vez

    i m p resa, transmutada en una alusin sutil en la estampa. El blanco y negro con notas de color en los pla-

    nos de fondo oblitera el efecto sensorial de la herru m b re o de la corrosin, y as la atmsfera pro p o rc i o n a-

    da por el historial de desgaste de los materiales es suavizada.

    Juanito baandose (serie Juanito Laguna), 1961, xilocollage,162 x 117 cm. Coleccin Museo Castagnino+macro, Rosario

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    Si esta obra implicaba una fuerte apuesta de Berni por lo experimental desde el punto de vista

    del procedimiento, a nivel discursivo se situaba como una relectura de la tradicin del grabado social

    local, no solo por su anclaje en la narratividad y la figuracin sino tambin por su eleccin iconogrfica,

    apuntando ms a un dilogo innovador que a una tajante ruptura. En efecto, a diferencia de las pinturas-

    collage de esta serie, situadas en un marco urbano y fabril, las xilografas de Juanito Laguna se desplie-

    gan con el teln de fondo del puerto de Buenos Aires: no es sino en el Riachuelo donde transcurren los

    baos y la pesca del nio.18 Con esta eleccin del tpico portuario, Berni se inscriba en una genealoga

    que inclua imgenes de los Artistas del Pueblo Jos Arato, Guillermo Facio Hebequer y Adolfo Bellocq,

    y la de otros artistas grficos como Mario Cecconi o Vctor Rebuffo. Berni tambin relea en clave con-

    tempornea el tpico del nio que transita los basurales en busca de su sustento, tal como lo haba repre-

    sentado Abraham Vigo en los aos veinte en Pibes de la Quema o el rosarino Juan Grela en los cuarenta

    con sus Juntadores en las Colinas de la basurita.19

    Berni retomaba en los aos sesenta estas lneas de la grfica argentina, reactualizndolas en

    Juanito a partir de otro repertorio de materiales y una resolucin tcnica que conmocionaba la convencin

    xilogrfica. A travs de esta operacin, el artista expanda las posibilidades del grabado a partir de la con-

    juncin de dos variables: el aval de la narrativa social histrica y la exploracin sobre un recurso de la

    vanguardia. As, partiendo de una tradicin iconogrfica del grabado en la Argentina, su desarrollo de la

    imagen del nio pobre le valdra su consagracin internacional.

    El triunfo en la Bienal de Venecia

    El Gran Premio Internacional en Grabado y Dibujo en la XXXI Bienal de Venecia constituy el ms re s o-

    nante reconocimiento pblico recibido por Berni. Se trat de una instancia que redimension y dinamiz

    su carrera, otorgndole otra proyeccin internacional, tal como enfatizaba el crtico francs Grald Gassiot-

    Talabot cuando sostena que si ese premio no se hubiese enfocado sbitamente sobre la obra y la perso-

    nalidad de Berni, acaso la fama de su trabajo hubiera quedado limitada a algunos pases de Latinoamrica,

    y en especial [a la] Arg e n t i n a .20 En efecto, mientras que en esa edicin las principales recompensas en

    pintura para Alfred Manessier y en escultura para Alberto Giacometti continuaban una lnea de celebra-

    cin de la tradicin moderna europea sostenida en la B i e n n a l e desde la posguerr a ,21 result una sorpre s a

    que el 16 de junio de 1962, al momento de la inauguracin oficial, la principal distincin en grabado fuera

    o t o rgada a Berni, quien hasta ese momento era un artista poco conocido en el circuito intern a c i o n a l .22

    F rente a las muy conocidas (y poco novedosas) imgenes de esos re p resentantes de dos generaciones de la

    Escuela de Pars, se ponan en relieve los rasgos innovadores del conjunto del arg e n t i n o .

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    En un momento de gran impulso a los proyectos de promocin e internacionalizacin de la pls-

    tica argentina,23 y en el que los premios implicaban una fundamental validacin simblica, este logro

    result a la vez una destacada va para la jerarquizacin del arte nacional: se trataba de la mayor recom-

    pensa lograda por un artista argentino hasta ese momento, obtenida en el ms relevante certamen inter-

    nacional que operaba como connotada vidriera para la mirada de los expertos de todo el mundo.

    Presentado en una sala especial, el conjunto de Berni incluy diez pinturas-collage sobre

    Juanito Laguna, cinco tintas de la serie Pampa y cielo y las cinco xilografas de grandes dimensiones, des-

    conocidas en la Argentina con excepcin de Juanito cazando pajaritos, ya presentada en el 27 Saln de

    Otoo de la SAAP en mayo de ese ao.24 Se trat de una instancia con una fuerte carga inaugural: era la

    primera vez que se exponan obras de Berni en la Bienal de Venecia, y tambin era la presentacin pbli-

    ca de las xilografas sobre Juanito Laguna. Asimismo, era la primera vez que se enviaban grabados argen-

    tinos al evento veneciano.

    Vista de sala de la serie Juanito Laguna en la XXXI Bienal de Venecia

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    Junto a la presentacin del maestro Berni, el envo argentino inclua pinturas de Rmulo

    Macci, Mario Pucciarelli, Kazuya Sakai y Clorindo Testa, y esculturas de Federico Brook, Noem

    Gerstein y Claudio Girola. La eleccin de la produccin de los jvenes pintores, ubicada dentro de los

    lineamientos del informalismo y la abstraccin gestual en boga en esos momentos, pareca una opcin

    segura para demostrar el grado de avance y modernidad del arte argentino en el mayor foro del circui-

    to artstico internacional. En ese sentido, la distincin a la obra de Berni signific un triunfo inesperado

    y paradjico respecto de las expectativas y los discursos sobre la produccin de vanguardia y la imagen

    actualizada del pas que se pretenda sostener entonces desde la trama institucional local.

    En efecto, el rosarino era en ese momento el candidato menos pensado para representar al nuevo

    arte argentino promovido desde las estrategias modernizadoras establecidas desde fines de los aos cin-

    cuenta. Particularmente, el proyecto esttico sostenido por Jorge Romero Brest jurado seleccionador del

    envo argentino, presentador oficial del conjunto25 y luego miembro del jurado internacional en la Bienal

    no brindaba especial consideracin a la figuracin social. Desde la perspectiva del entonces director del

    Museo Nacional de Bellas Artes, la produccin del maduro Berni corra el riesgo de ser decodificada

    por la mirada europea bajo el signo del pintoresquismo regional.26 Sin embargo, contradiciendo ese pre-

    juicio, el conjunto s llam la atencin de los otros miembros del jurado internacional. Como luego recor-

    dara el artista, su obra se vio como algo revulsivo, no ya por el contenido solamente, sino por la inten-

    cin expresiva [] lo que el jurado vio y distingui fue el planteo innovador y original vio las justas

    equivalencias estticas entre el tema y su realizacin.27

    Frente al aparentemente montono panorama general del certamen, Berni sostuvo que mi obra

    llam la atencin fui el primer sorprendido! Se diferenciaba del resto, que era no figurativo; [] la

    nueva figuracin es un movimiento que est interesando a Europa y dio la casualidad que el conjunto

    que yo mand es una expresin de esa tendencia.28 Precisamente, este fue uno de los principales aspec-

    tos de la obra de Berni destacados por las revistas internacionales especializadas en arte sobre todo las

    de origen francs que en ese momento se refirieron a lo exhibido en la Biennale. La saga de Juanito

    Laguna apareca como una de las pocas excepciones a la regla abstracta de la competicin; como seala-

    ba Michel Ragon, el nuevo realismo no encuentra puesto en [la Bienal] y la nueva figuracin no est ms

    que abordada. Son movimientos demasiado nuevos. Se puede prever, sin embargo, que la Bienal de 1964

    estar provista de ellos.29

    Si bien lo presentado por Berni inclua las llamativas pinturas-collage sobre el personaje de

    Juanito Laguna, el conjunto premiado fue el de las cinco xilografas sobre el mismo tema. Un corpus re d u-

    cido pero significativo. Cul fue la justificacin de esta premiacin? Romero Brest, testigo y a la vez pro-

    tagonista de las deliberaciones, comentaba que: [al jurado] Berni los conquist con esos grabados de enor-

    me tamao, como jams se han visto, aun desde el punto de vista del oficio. Fueron doblemente valorados

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    cuando se supo que la incisin era realizada sobre grandes tacos de madera, y no sobre linleum como lo

    c o n s i d e r a ron errneamente al principio.30 De este comentario se desprende que fue el virtuosismo en la

    realizacin atributo de resabios tradicionalistas asociado en este caso a una produccin que estaba pro p o-

    niendo una fuerte innovacin el factor que jug una carta fuerte en la valoracin de esta obra.

    Sin embargo, es evidente que esas estampas no solo haban resultado impactantes por la tcni-

    ca puesta en juego sino tambin por su potente imagen, sustentada, eso s, por un procedimiento original

    y llamativo. Con su intervencin creativa sobre la antigua xilografa, Berni se afirmaba en un terreno que

    hasta entonces no haba resultado central en su carrera pero que, gracias a su validacin en la mayor com-

    petencia artstica internacional, lo posicionaba en un lugar privilegiado en esos tiempos de gran visibili-

    dad de la disciplina. As, se puede pensar que fue a instancias del xito en Venecia que Berni intensifi-

    c su indagacin sobre el grabado, profundizando en los siguientes aos su experimentacin en torno a

    sus posibilidades. De hecho, su prximo personaje fue desplegado especialmente a travs del xilocollage.

    Ramona vive su vida

    Ramona Montiel, quien de inocente nia y joven costurera pasa a vivir su vida como prostituta, surgi en

    forma concatenada con el impacto que Juanito Laguna suscitaba en los foros europeos, y en particular en

    Pars.31 En septiembre de 1962, Berni conversaba con Ragon sobre su nouvelle figuration, comentndole

    tambin que estaba trabajando en un nuevo personaje.32 Su bataclana comenzaba a esbozarse en esas

    declaraciones que con el paso del tiempo y los sucesivos escritos sobre el artista cobraran visos de rela-

    to legendario o mito de origen francs. Si, de acuerdo con las referencias de Berni, Ramona haba usado

    vestidos del march aux puces en sus primeros momentos, luego se conformara a partir de diversos obje-

    tos y materiales incluidos en las distintas situaciones protagonizadas por el personaje, y que sirvieron de

    vehculo para que el artista, cada vez ms alejado del enfoque tradicional de la pintura, expandiera en esa

    dcada sus recursos expresivos a las instalaciones, construcciones policromadas y, especialmente, xilo-

    collage-relieves a partir del gofrado.33

    Berni despleg la serie grfica de Ramona a partir de la impresin de materiales heterogneos

    conjugados en el todo compositivo de la matriz. Desde el uso de elementos de consumo masivo reseman-

    tizados en la imagen Ramona est atrapada por la telaraa de la sociedad de consumo, sostena34 la

    saga apunta a dar cuerpo a ese cuerpo a ser consumido por los representantes del establishment local.

    Destacados por efecto del leve volumen agregado al xilocollage, el coronel, el marino, el burgus y el

    embajador es decir, algunos de los poderosos amigos o protectores de la mujer tenan en las estam-

    pas de Berni espesor de papel, mientras que su impronta real tomaba un lugar cada vez mayor en la pol-

    tica argentina de los aos sesenta.

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    Si el artista haba re c u rrido a chatarra y maderas para

    plasmar el entorno portuario de Juanito, ahora ampliaba este arse-

    nal de recursos. Manteles de plstico que imitaban encaje un

    popular objeto contemporneo que simulaba o traduca a un sopor-

    te barato y de nula calidad una cierta idea de refinamiento com-

    ponan las ropas de la prostituta, junto con botones re c a rg a d o s ,

    re c o rtes de metal perforado con mquinas industriales o piezas de

    mecano. Mientras que esos elementos respondan al re p e rtorio de

    materiales de la sociedad de consumo internacional, la vincula-

    cin localista estaba dada por el uso re f e rencial de las imgenes:

    la alusin a la costurerita que dio el mal paso de Evaristo

    C a rriego o la presencia de conos locales como Carlos Gard e l

    incluido en Ramona vive su vida.

    Adems del estricto uso del blanco y negro, algunos ras-

    gos de la grfica ortodoxa volvan a aparecer en esta obra experi-

    mental. Junto al recurso de la narratividad secuencial,3 5 B e rni re v i-

    sitaba un polo de gravedad iconogrfica, ya que la imagen de la prostituta haba sido desarro l l a d a

    desde los aos veinte por distintos grabadores argentinos: el personaje de Rosalinda Corrales de H i s t o r i a

    de arr a b a l de Manuel Glvez xilografiada por Bellocq en 1922, las mujeres de la calle re p re s e n t a d a s

    por Facio Hebequer a principios de los aos treinta, la serie de monocopias de la B reve historia de Emma

    realizadas por Spilimbergo en 1935-1936 o aquella figura femenina del saln de puerto en la serie L a

    q u i m e r a de Rebuffo a inicios de los aos cincuenta.3 6 Sin embargo, mientras que en esas obras anterio-

    res se apuntaba a presentar oscuros relatos sobre la prostitucin como un mal social, el tema deviene en

    los grabados de Berni en irona sobre los pilares de la sociedad nacional que aparecen caricaturiza-

    dos, torciendo la impronta de sufrimiento presente en la tradicin de la grfica de crtica social hacia

    una mirada burlona, irre v e rente.

    Con la presentacin de doce xilografas-collage, el lanzamiento de Ramona Montiel tuvo lugar en

    Pars en mayo de 1963;37 luego, en el mes de agosto, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. La

    exhibicin portea fue un gran acontecimiento: junto a la serie de estampas de Ramona y sus amigos, tam-

    bin se exponan los grabados sobre Juanito. Al fin el pblico porteo tena acceso directo a este conjunto

    exhibido hasta ese momento solo en Europa, y que conoca a travs de fotos publicadas en diarios y re v i s-

    tas: haba llegado el momento de tener en Buenos Aires la muestra de un Berni redimensionado por el pre-

    mio veneciano. Desde la prensa se sostena que la nueva presentacin de este artista, despus de haber

    obtenido en la ltima Bienal de Venecia uno de los tres grandes premios que en ella se otorgan, alcanza

    El coronel amigo de Ramona, 1964,xilocollage sobre papel, 99,9 x 64,4 cm.

    Coleccin privada

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    una jerarqua inusitada en las exposiciones de grabados. Inicialmente sorprende al espectador el tamao

    i n f recuente de las obras impresas; en la amplia sala del museo, los grabados de Berni ocupan los muros y

    paneles como suelen hacerlo los grandes cuadros que funcionan como murales.38

    Las obras de Juanito aparecan como eje simblico de un conjunto de treinta estampas y tres

    matrices xilogrficas. La exhibicin del soporte para la impresin resultaba anmala respecto de las reglas

    implcitas que operaban en una muestra de este tipo, ya que lo que se considera un grabado es la estam-

    pa en s y no la matriz que la genera. Expuestas en forma autnoma, estas superficies de impresin mos-

    tradas a modo de assemblages monocromticos operaban como un paso ms en el corrimiento de Berni de

    la tradicin grfica, apuntando no solo su independencia respecto de las convenciones de la disciplina

    sino tambin otorgndole, paradjicamente, una cierta valorizacin aurtica: frente a la serie de estampas,

    la matriz marcaba el anclaje en una dimensin original.

    Era entonces en varios sentidos que este

    conjunto de Berni conmocionaba la escena local.

    Aunque se inscriba dentro del contemporneo

    p roceso de resignificacin de la grfica, sus obras

    se situaban en un plano diferencial: la deslum-

    brante conjuncin entre el gran tamao de las

    estampas, la novedosa composicin de elementos y

    la potencia de su discurso narrativo lo alejaba de

    las bsquedas ms discretas o menos ambicio-

    sas de sus colegas. Esa obra era entendida como

    un descubrimiento o, mejor, un hallazgo: quizs

    todo esto, cuando algn da las cosas se vean con

    otra perspectiva y no prive el gusto por este

    hallazgo, reneguemos de toda esta contingencia.

    P e ro, en tanto no ocurra, es necesario dejar el tes-

    timonio de nuestra complacencia por estas form a s .

    Cuando Berni present su personaje de Juanito

    Laguna, algo se trastorn en el grabado.3 9

    Un mes despus de la exposicin en el

    Museo de Arte Moderno de Buenos Aire s ,

    Ramona vive su vida, El coronel protector de

    Ramona y El amigo espiritual de Ramona eran

    exhibidos en la V Exposicin Internacional de Ramona en el show, 1964,xilocollage sobre papel, 83 x 48 cm

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    SalvaLlamaday gofrado

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    Grabado en Ljubljana, uno de los ms antiguos y consolidados eventos dedicados a la disciplina; se tra-

    taba de la edicin en la que Robert Rauschenberg obtena un premio por su revolucionaria litografa

    Accident. Dos aos ms tarde un ao despus de que el norteamericano triunfara tambin en Venecia

    sera turno del rosarino para ser distinguido en la sexta edicin del encuentro de arte grfico en la lejana

    Yugoslavia. En esa ocasin era premiado su xilocollage-relieve El matador, en los mismos momentos en

    que, debido a las posibilidades de circulacin mltiple del grabado, otra estampa de esta tirada se encon-

    traba exhibida en la vidriera artstica ms resonante de Buenos Aires.

    Berni en el centro de la vanguardia

    En junio de 1965, a continuacin de La menesunda instalacin emblemtica del arte de los sesenta se

    desplegaba en el Centro de Artes Visuales del Instituto Torcuato Di Tella la obra figurativa y social de un

    artista sexagenario que presentaba el suficiente sentido de actualidad como para ser destacado en ese

    mbito vanguardista. Hasta ese momento no se haban realizado en dicha institucin exposiciones indivi-

    duales de artistas argentinos: por ejemplo, un ao atrs Romero Brest, director del Centro de Artes

    Visuales del Instituto Torcuato Di Tella (ITDT), le haba negado esa posibilidad a Alberto Greco.40 Resulta

    notable entonces que el primero en tener ese lugar fuera Berni, quien pocos aos antes no hubiera sido

    siquiera considerado para formar parte del programa que sostena ese espacio orientado a la cultura joven

    y de avanzada experimental. Evidentemente, su validacin en la Bienal de Venecia haba funcionado como

    una de las motivaciones principales para que Romero Brest incorporara una extensa muestra retrospecti-

    va de Berni en el centro de la vanguardia de Buenos Aires.41

    Ya anticipada tiempo atrs desde Primera Plana, la exhibicin que incluy leos, collages-

    altorrelieves, xilografas, matrices y construcciones policromadas result un xito de pblico: de las

    muestras realizadas por el Instituto en ese ao, fue la que tuvo ms asistentes y, dentro de su historia, fue

    la tercera ms visitada, luego de la exposicin de Julio Le Parc y de la muestra de grabados de Pablo

    Picasso, ambas de 1966.42

    El conjunto de Los monstruos conform uno de los puntos ms sobresalientes de la muestra de

    Berni: adems de su impacto visual, se trataba de una obra indita, lo ms reciente de su nueva produc-

    cin. Junto a estas construcciones se presentaba otro grupo de obras novedosas, su serie de xilocollage-

    relieves donde junto al mayor volumen del gofrado de las impresiones se destacaba el sentido ornamental

    de la composicin, con objetos moldeados con yeso piedra y adheridos a la matriz, como en El obispo o en

    Ramona en el show.

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    Berni is at his best in the engravings,

    sealaba la crtica del Buenos Aires Herald43 para

    dar cuenta de las vistosas estampas de los religio-

    sos y los toreros, presentadas junto a otras de

    Juanito y de Ramona ya convertidas en los expo-

    nentes ms reconocidos y de mayor repercusin

    del grabado argentino de los aos sesenta. La efi-

    cacia de esas imgenes grficas, potenciada por su

    notable grado de innovacin de las tcnicas, resul-

    taba de una contundencia indiscutida.

    Como un contrapunto visual entre el

    pasado y el presente de la obra de Berni, xiloco-

    llages como El matador y El picador, entre otros,

    se desplegaban en un recodo de la sala principal

    del ITDT, por detrs del emblemtico lienzo

    Manifestacin de 1934. As, en esa exposicin

    retrospectiva se daba cuenta, tres aos despus de

    la consagracin en Venecia, de que el innovador

    grabado del viejo pintor ya era un nuevo clsico

    del arte argentino contemporneo.

    Ramona vive su vida, 1965,xilocollage sobre papel, 148 x 62,9 cm

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    Berni correccionberni correccionBerni amigo corregidoberni correccion