Hecho por Belén Bustillo Fernández de

6ºA

Había una vez una pareja de delfines

manchados, vivían en un océano muy

tranquilo, limpio, sus aguas cristalinas… Seria una

pena que todo esto se destruyera, ¿verdad?

Pues si, la verdad. Este lindo matrimonio iba a tener

un hijo, un pequeño delfín manchado. Al nacer, un

barco de petróleo echó su cargamento a las aguas

donde residían los delfines manchados .

Viéndose obligados a huir con su pequeño,

nuestros protagonistas tuvieron que abandonar su

hogar para salvar la vida de John, su hijo.

Cuando John creció, sus padres intentaron

ocultarle el incidente del barco de petróleo que

había destruido su hogar. Por desgracia, John se

enteró, por medio de otros defines de lo que

pasó antaño con su casa.

No fue fácil para John asimilarlo, pero contaba con su

amiga Mónica. Ella era una delfina dulce, amigable y

amaba la naturaleza. John guardaba un secreto,

¡Mónica le hacía tilín! Y, en verdad, a ella le estaba

comenzando a interesar John.

Un día, John se dirigió a Mónica en la puerta del

instituto Aguas Claras, donde estudiaban, y le

propuso ir a su antiguo hogar. Tan buena idea le

pareció a Mónica que, sin querer, le plantó un beso

a John en el moflete.

Prepararon todo y, al cabo de poco tiempo, estaban

en aquel océano. Todo era horrible, John se puso a

llorar, su hogar… ¡Su amado hogar! Por suerte, por

allí buceaban dos amigos, Mario y Lidya, que venían

para intentar mejorar aquel lugar. Mónica se asustó

con esos humanos y salió corriendo.

Pero John no. Pronto entablaron amistad y esos niños le

ayudaron a limpiar cada día un poco del océano aquel.

Hasta que un día, todo quedó limpio, pero los tres estaban

ya en la universidad. John era novio de Mónica y se

casarían dentro de poco. Pero, lo mejor de aquel futuro día

sería…¡El placer de volver a vivir en el antiguo hogar de

John!

Vivieron felices, sabiendo que habían devuelto la vida a un

lugar que estaba sin ella. Por que la naturaleza necesita

ayuda, los delfines son los héroes submarinos más

audaces.

Igual a

Gracias a la seño

Carolinay al colegio

Enrique Soler