bases para la educación de un husky

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BASES PARA LA EDUCACION DE UN HUSKY Para poder comenzar con la educación de nuestro siberiano lo primero que debemos hacer es intentar comprender perfectamente las pautas de carácter de la raza. De esta manera podremos dirigir su educación e interpretar a su vez las variadas respuestas que recibiremos por parte del perro. Una vez conozcamos perfectamente cómo funciona el cerebro de nuestro perro comenzaremos por la primera fase de la educación, la JERARQUIZACIÓN: -Arrancaremos cuando nuestro cachorro tenga una edad de aproximadamente dos meses. En esta fase nos limitaremos a demostrarle al perro que está totalmente por debajo de toda la familia en el status jerárquico de la misma. Digamos que es el último en la jerarquía de la manada formada por los miembros de la familia. La forma de enseñar al cachorro su posición social es muy sencilla: de cuando en cuando (no demasiado a menudo) y mientras juguemos con él, en el momento en que el perro comience a mostrar cierta agresividad (momento en el que intenta afianzar su posición social), nos limitaremos a sujetarle firmemente contra el suelo con el vientre hacia arriba hasta que ceda y deje de luchar. Al hablar de agresividad, me refiero al momento en que el cachorro comienza a morder más fuerte y se excita. En el caso de animales muy dominantes es conveniente mordisquear no demasiado fuerte la punta de su oreja como gesto de superioridad, a la par que le mantenemos sujeto contra el suelo. Soltaremos al perro en el momento en que lama la mano que dejaremos al efecto frente a su hocico. Dependiendo del carácter del animal, esta situación puede alargarse desde segundos hasta incluso varios minutos. Es fundamental que una vez hayamos comenzado con esto, no cedamos hasta conseguir el efecto deseado, puesto que en ese caso seria el animal el que ganaría un puesto en por encima nuestro en el escalafón social de nuestro grupo, en cuyo caso el trabajo se tornará cada vez más arduo. A su vez le regañaremos cada vez que cometa un acto no deseado (destrozos, mordiscos demasiado fuertes, etc...). La manera de hacerlo es fundamental que sea la misma por parte de todos y cada uno de los miembros de la familia (COHERENCIA), pues esto influye importantemente en el éxito de la educación. En cuanto al modo, éste debe consistir en una respuesta (cachete o azote) rápida, seca y con la fuerza justa para que el cachorro no se lo tome como un juego, pero que no sea excesivo. No es necesario más que un azote (sobra un segundo o un tercero) si se utiliza la energía y firmeza necesarias para que el cachorro lo entienda. Si el cachorro es reincidente repetidamente en algún acto no deseado, en ese caso en particular está intentando reafirmar su posición, por lo que es conveniente aunar el castigo (azote) con una demostración de

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Page 1: Bases Para La Educación de Un Husky

BASES PARA LA EDUCACION DE UN HUSKY

Para poder comenzar con la educación de nuestro siberiano lo primero que debemos hacer es intentar comprender perfectamente las pautas de carácter de la raza. De esta manera podremos dirigir su educación e interpretar a su vez las variadas respuestas que recibiremos por parte del perro.

Una vez conozcamos perfectamente cómo funciona el cerebro de nuestro perro comenzaremos por la primera fase de la educación, la JERARQUIZACIÓN:

-Arrancaremos cuando nuestro cachorro tenga una edad de aproximadamente dos meses. En esta fase nos limitaremos a demostrarle al perro que está totalmente por debajo de toda la familia en el status jerárquico de la misma. Digamos que es el último en la jerarquía de la manada formada por los miembros de la familia. La forma de enseñar al cachorro su posición social es muy sencilla: de cuando en cuando (no demasiado a menudo) y mientras juguemos con él, en el momento en que el perro comience a mostrar cierta agresividad (momento en el que intenta afianzar su posición social), nos limitaremos a sujetarle firmemente contra el suelo con el vientre hacia arriba hasta que ceda y deje de luchar.

Al hablar de agresividad, me refiero al momento en que el cachorro comienza a morder más fuerte y se excita.

En el caso de animales muy dominantes es conveniente mordisquear no demasiado fuerte la punta de su oreja como gesto de superioridad, a la par que le mantenemos sujeto contra el suelo. Soltaremos al perro en el momento en que lama la mano que dejaremos al efecto frente a su hocico. Dependiendo del carácter del animal, esta situación puede alargarse desde segundos hasta incluso varios minutos. Es fundamental que una vez hayamos comenzado con esto, no cedamos hasta conseguir el efecto deseado, puesto que en ese caso seria el animal el que ganaría un puesto en por encima nuestro en el escalafón social de nuestro grupo, en cuyo caso el trabajo se tornará cada vez más arduo. A su vez le regañaremos cada vez que cometa un acto no deseado (destrozos, mordiscos demasiado fuertes, etc...). La manera de hacerlo es fundamental que sea la misma por parte de todos y cada uno de los miembros de la familia (COHERENCIA), pues esto influye importantemente en el éxito de la educación. En cuanto al modo, éste debe consistir en una respuesta (cachete o azote) rápida, seca y con la fuerza justa para que el cachorro no se lo tome como un juego, pero que no sea excesivo. No es necesario más que un azote (sobra un segundo o un tercero) si se utiliza la energía y firmeza necesarias para que el cachorro lo entienda.

Si el cachorro es reincidente repetidamente en algún acto no deseado, en ese caso en particular está intentando reafirmar su posición, por lo que es conveniente aunar el castigo (azote) con una demostración de dominancia (como antes se explicó) para dejarle claro que no hay forma posible de escalar en la jerarquía de la familia.

En el caso de animales extremadamente dominantes la etapa de sometimiento a nosotros puede que se alargue hasta los 18 o 20 meses. Durante ese tiempo, y aunque parezca que el perro tiene clara cual es su posición en el grupo, aparecen rebrotes de intentos de dominancia por su parte. Nunca debemos cambiar nuestra actitud, puesto que la valoración que él haga de nosotros dependerá de nuestra coherencia. En estos casos de gran dominancia tendremos que comenzar con la educación posterior antes de estar seguros de tener totalmente dominado al animal.

Bien, en esta fase conseguiremos que el animal respete a toda la familia, pero el Siberian Husky solo tendrá un líder, que será la persona que deberá encargarse de su educación posterior.

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Yo aquí voy a dirigirme a una educación dirigida al disfrute personal del animal por parte de la familia, y a evitar en la medida de lo posible situaciones conflictivas en la calle. Para un adiestramiento especializado debemos dirigirnos siempre a un especialista.

LA LLAMADA: En el caso del siberiano o cualquiera de las otras razas nórdicas de tiro, la llamada es fundamental debido a que aquí no disponemos del arma de la dependencia del cachorro con respecto a nosotros (desaparece muy pronto). Los cachorros de estas razas son tremendamente "independientes"; y subrayo esta palabra porque quiero aclarar algo: si hemos llevado la primera fase de la educación de manera adecuada (dominancia), el cachorro nos necesitará como el lobo necesita al jefe de su manada; pero sin embargo, la propia seguridad en si mismo y el afán de "conocer" (tan necesario en el arrastre de trineos), pueden hacer que el cachorro emprenda excursiones por sí mismo, que nosotros traducimos como huidas, y que son tremendamente peligrosas para su integridad. Por lo tanto es importantísimo que el perro asimile a fondo la llamada.

De los muchos sistemas que yo he probado, el mas eficaz consiste en, usando una correa extensible que encontraremos en cualquier comercio especializado, pasear al perro con la libertad que esa correa le otorga. De cuando en cuando (sin abusar para no cansarlo), llamaremos al perro usando siempre la misma orden, que será corta y fuerte. Por descontado que el cachorro ni nos mirará, pues estará entretenido oliendo y jugando. Llamaremos al animal por segunda vez, pero en este caso acompañaremos la orden de un ligero tirón seco de la correa. Este pequeño tirón llamará la atención del perro, algo fundamental para que el ejercicio tenga éxito. Una vez hemos conseguido captar su atención emitimos la orden por tercera vez acompañada del pequeño tirón, y posteriormente (y sólo si el perro no viene) arrastraremos lenta pero firmemente y sin tirones al animal hasta nosotros mientras repetimos la orden una y otra vez con firmeza y cariño. Cuando el perro llegue hasta nuestro lado (bien pegado) procederemos a prodigarle todo tipo de muestras de cariño y felicitaciones. Este ejercicio lo repetiremos tres o cuatro veces en el transcurso del paseo, mas luego es importantísimo que una vez al día, busquemos un lugar solitario donde durante el transcurso de unos diez minutos, repetiremos este ejercicio sin parar.

A medida que el perro vaya aprendiendo la orden, iremos acortando la cuerda, que inicialmente será de unos ocho metros. Acortaremos un metro cada vez, hasta que el perro obedezca la orden perfectamente desde un metro de nosotros.

Cada vez que en el futuro el animal desobedezca la llamada, la forma correcta de reaccionar es: coger al perro como podamos (lo mejor es esperar que venga a nosotros), si él vuelve, le regañaremos levemente (sólo con la voz) y repetiremos el ejercicio varias veces seguidas; de esta manera él verá que ha hecho mal, y le recordaremos cual es la manera correcta. Es conveniente que durante unos días no le soltemos y que repitamos el ejercicio de vez en cuando para fijarlo lo más posible. Básico y fundamental es el no soltar bajo ningún concepto al animal de la traílla mientras no tenga totalmente asimilada la llamada. Sólo lo soltaremos en lugares cerrados donde no sea necesario llamarle para cogerle. La explicación es que cada vez que el perro oiga la llamada y no se vea obligado a ir, es un enorme paso atrás en la asimilación de la misma. Siempre que el cachorro escuche la llamada deberá acudir, bien por si mismo, bien porque lo arrastremos con su traílla.

Es importante que durante esta fase del aprendizaje las salidas del perro con nosotros se dediquen más a pasear que a jugar con otros perros. Esto es algo muy importante a tener en cuenta en el futuro, pues nos encontramos con animales que adoran caminar, y este pequeño ejercicio diario les une mucho a nosotros; mientras que la cómoda reunión de perros en el parque que nosotros aprovechamos para charlar y relajarnos suele volver al nórdico más independiente cada día que pasa.

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Cuando nuestro perro asimile totalmente la llamada prescindiremos de la correa extensible para pasar a una traílla de longitud media (un metro a un metro y medio). El collar recomiendo que en todo momento sea un collar de ahogo redondo, bien en cuero o nylon. Esto conseguirá que con un menor esfuerzo consigamos dominar al perro con el estrangulador; y aparte, al ser redondo no le cortará el pelo del cuello.

Si nuestro ejemplar va a competir en exposiciones de belleza, es muy importante que desde el primer día le habituemos a caminar a nuestra izquierda, pues así le resultará mucho más fácil cuando deba hacerlo en el ring de la exposición. La tendencia inicial del cachorro será la de ir tirando de nosotros, bien por el mero hecho de tirar, bien porque su curiosidad le llevará a arrastrarnos para oler todo lo que llame su atención. Pues bien, es muy importante hacerle entender desde el primer momento que vamos de paseo y no de competición.

Si sólo vamos a usar al perro como animal de compañía, entonces nos limitaremos a frenar sus impulsos de tiro (en la medida de lo posible).

Si en cambio, queremos entrenarlo también para tirar, debemos delimitar claramente cada situación de cara al perro. Aunque parezca difícil no lo es, debido a que existe una clara diferencia entre los dos sistemas de arreo usados en cada caso:

Cuando el perro sale a pasear llevará puesto un collar de ahogo, mientras que para entrenarle en el tiro usaremos un arnés al efecto. Cuando el perro tire llevándolo por el collar, nosotros responderemos con un fuerte y seco tirón (le hará incluso atragantarse), y usaremos una orden (junto, fuss, etc..).

El proceso es lento, y el resultado no pasa de ser un perro que pasea delante de nosotros tirando moderadamente; salvo cuando usemos la orden de "junto", momento en que el perro se mantendrá junto a nosotros (siempre con cierta rebeldía). Cuando nos encontremos preparándolo para el tiro, el animal irá enganchado por un arnés de tiro (llega hasta encima de la base de la cola), y además le animaremos a tirar jaleándole y con las órdenes pertinentes (yo uso "go").

Si el trabajo se realiza correctamente, nuestro perro será un buen animal de paseo que a una orden nos arrastrará sin problemas.

Cómo enseñarle a hacer sus necesidades en la calle?:

Hay dos fórmulas diferentes para dos situaciones diferentes:

-Para un perro que viva en un chalet pero se críe dentro de la vivienda, pondremos papeles de periódico y le llevaremos allí como ½ hora después de cada comida. Normalmente el animal se acostumbrará al lugar y acudirá allí a hacer sus necesidades.Cuando el perro se encuentre en edad de salir a la parcela, iremos moviendo los papeles hacia la puerta de la calle día a día para al final sacarlos al exterior. Al cabo de unos días el animal nos pedirá que le abramos para salir sin necesidad de periódicos.

-Para perros que vivan en pisos el sistema anterior no funciona, y solo puede ser usado para que el animal haga siempre sus necesidades en el mismo sitio dentro de casa. Para el momento de sacarlo fuera, lo primero será regañarle siempre que las haga en casa, incluso en los periódicos que pronto le retiraremos. La reprimenda será fuerte, mientras que siempre que las haga en la calle obtendrá un sinfín de

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caricias y elogios. Ayuda mucho el racionarle la cantidad de agua, dándole por ejemplo de beber solo después de cada comida y una gotita entre horas.

Dependiendo del animal el aprendizaje puede ir desde una semana hasta un par de meses, por lo que la paciencia es fundamental.

Por último queda un punto básico que tratar para que la convivencia con nuestro siberiano sea lo más placentera posible, las peleas con otros perros:

Si es otro perro el que ataca al nuestro la pelea es inevitable, pues nosotros debemos darle la libertad suficiente para defenderse. Pero si comenzamos un trabajo serio desde cachorrito, podemos evitar que sea nuestro perro el que comience.

Debemos empezar por conseguir un fuerte dominio psicológico sobre el animal (fase de dominancia), puesto que lo que inhibirá su agresividad si se trata de un perro fuerte de carácter, será el hecho de que nosotros le frenemos con nuestra voluntad. Desde cachorro, siempre que él intente comenzar una pelea le reprenderemos fuertemente; todas y cada una de las veces que lo intente. Por otro lado debemos potenciar su sociabilidad con continuos contactos con otros perros, procurando evitar perros que puedan reaccionar mal. Es importante que él relacione a los demás perros con el juego y no con una amenaza. Aquí entra en juego nuestra capacidad de discernir entre perros sociables y perros conflictivos. Es importante que aprendamos a reconocerlos, pues esto redundará en beneficio de la educación de nuestro siberiano.

Pues bien, creo que con esto quedan cubiertas las bases para educar a nuestro siberiano en su convivencia diaria con su entorno.

Espero que mis experiencias y conocimientos os sirvan de ayuda, y que a partir de ahora nadie pueda decir que los huskies son "esos perros imposibles de educar".