barthes:retorica imagen

Upload: lucia-godoy

Post on 05-Feb-2018

215 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/21/2019 Barthes:Retorica Imagen

    1/11

    Dirigida por Elseo Vern

    Coleccin Comunicaciones

    Ciencias Sociales

    a

    Semiologa

    Roland arthes

    Claude remond

    Tzvetan Todorov

    Christian Metz

    \

    V Editorial Tiempo Contemporneo

  • 7/21/2019 Barthes:Retorica Imagen

    2/11

    Ttulo del original:

    Recherches smiologiques, Communications, NP

    Traducci6n directa del francs:

    SILVIA DELPY

    Tapa:

    CARLos

    BocCAROO

    Asesoramiento grfico:

    SHLOM WALDMAN

    , Primera

    edicin:

    1970

    Segunda edicin: 1972

    Tercera edicin: 1974

    f

    IMPRESO EN LA REPUBLICA ARGENTINA

    Queda

    hecho

    el depa1to

    que previene

    l ley N9 11.723

    e o p ~ b t de

    l edicin francesa:

    tdlUollB du Seuil, Paria, 1961 ( El mensaje fo\otrrft c:o ) y 1964.

    e

    Copyright

    de

    todas

    las ediciones

    en

    castellano:

    ETC -

    EDI'IURlAL TIEMPo

    CONTEMPORANEO, S.A.. 1970

    Viamonte

    14 i3

    Buenos ires

    ndice

    Prefacio a la edicin castellana

    E. V.

    Presentacin 11

    ROLAND

    BARTHES

    Elementos de Semiologa

    ROLAND BARTHES

    l mensaje narrativo 7

    CLAUDE BREMOND

    15

    La descripcin de la significacin en literatura O )

    TZVETAN TODOROV

    l mensaje fotogrfico 115

    ROLAND BARTHES

    Rrtrica

    de la imag en 127

    ROLAND BARTUES

    l cine: , lengua o lenguaje? 4

    CHRISTIAN M ETZ

    Bibliografa crtica 187

  • 7/21/2019 Barthes:Retorica Imagen

    3/11

    ,

    '

    1

    j

    notaci6n; o bien: el efecto cmitolgico de una fotografa es

    inversamente proporcion al a su efecto traumtico. . .

    Por qu?

    o

    que sin duda s u ~ e d e es q u ~ . como toda S l ~ ~ l f l c a ~ 1 6 n

    bien estructurada la connotacl6n fotogrfica es una actividad ms

    titucional. A n i v ~ l de la sociedad total, su funci6n es integ.rar

    hombre, es decir, tranquilizarlo.

    Todo

    cdigo es a la vez

    arbltrano

    y racional y recurrir a un c6digo es para el hombre un

    ~ o d o

    de

    comprobarse,

    de

    probarse a travs de . ~ n a raz6n

    } ~ n a h b e r ~ d .

    En

    este sentido, es posible que el anhsls de los c 6 ~ l g o s p e r m ~ ~

    definir hist6ricamente Una sociedad con mayor

    segundad

    y facIli

    dad

    que el anlisis de sus significados, pues stos pueden aparecer

    a menudo como trans-hist6ricos, pertenecientes a un

    f o ~ ~ o

    a n t ~ o -

    pol6gico ms que a

    una

    historia verdadera Hegel

    d e ~ m l ?

    .meJor

    a los antiguos griegos cuando e s b o ~ 6

    la

    m ~ m e r a como

    s l g m f ~ c a ~ a n

    la naturaleza,

    que

    cuando describio el conjunto sus s e n b m l ~ n -

    tos y creencias referidas a este tema. Del mIsmo modo qwzs

    haya algo ms til

    que

    hacer directamente el rec.uento de los

    contenidos ideol6gicos de nuestro tiempo, pues al tratar ?e re

    constituir

    en

    su estructura especfica el c6digo de

    c o n ~ o t a c l ~ n

    ?e

    una comunicaci6n tan amplia como lo es la fotografIa penodls

    ticat podemos esperar

    e ~ ~ o n t r a r

    en su f i ~ ~ z a misma, las f o ~ a s

    que nuestra sociedad utilIZa para tranquilIZarse, y captar aSI la

    medida los rodeos y la funci6n profunda de este esfuerzo. La pers

    pectivles tanto ms atractiva, ~ o m o dijimos al

    c o ~ i e n z o cuanto

    que

    en

    lo relativo a la fotograha,

    se

    d ~ s a r ~ l l a baJO

    la

    f o r m ~

    de

    una

    paradoja la

    que

    hace

    de

    un o b J e ~ o

    .merte

    un

    lenguaje.

    y

    transforma la incultura de un arte mecaOlCO, en la ms

    SOCial

    de las instituciones.

    126

    I

    Retrica de la imagen

    Roland Barthes

    Segn

    una

    etimologa antigua, la

    palabra im gen

    debera relacionarse con la raz de

    imitari.

    Henos aqu de inmediato frente al

    problema ms grave que pueda plantearse a la semiologa de las

    imgenes: puede acaso la representacin analgica (la copia:.)

    producir verdaderos sistemas de signos y no slo simples agluti

    naciones de smbolos? Puede concebirse un cdigo analgico,

    y no meramente digital? Sabemos que los lingsticos consideran

    ajena al lenguaje toda comunicacin por analoga, desde

    el

    len

    guaje:. de las abejas hasta el lenguaje por gestos, puesto que

    esas comunicaciones no poseen una doble articulaci6n, es decir,

    que

    no se basan como los fonenLQ, en una combinaci6n de uni

    dades digitales. Los lingistas no

    SOI1

    los nicos en poner en duda

    la naturaleza lingstica de la imagen. En cierta medida, tambin

    la opini6n corriente considera a la imagen como un lugar de re

    sistencia al sentido, en nombre de una cierta idea mtica de la

    Vida: la imagen

    es

    re-presentacin,

    es

    decir, en definitiva, resu

    rreccin, y dentro de esta concepcin, lo inteligible resulta anti

    ptico a lo vivido. De este modo, por ambos lados

    se

    siente a la

    analoga como un sentido pobre:

    para

    unos, la imagen es un

    sistema muy rudimentario con respecto a la lengua, y para otros,

    la significacin no puede agotar la riqueza inefable de la imagen.

    Ahora bien,

    aun cuando

    la imagen sea hasta cierto punto

    lmite

    de sentido (y sobre todo por ello), ella nos permite volver a . l ~ l a

    verdadera ontologa de la significacin.

    De qu modo la imagen

    adquiere sentido? Dnde tern1ina el sentido? y si ternlna, qu

    hay ms all? Tal lo que quisiramos plantear aqu, sometiendo

    la imagen a un anlisis espectral de los mensajes que pueda con

    tener. Nos daremos al principio una facilidad considerable:

    ilO

    estudiaremos ms que la imagen publicitaria. Por qu? Porque

    en publicidad la significacin de la imagen

    es

    sin

    duda

    intencio

    nal: lo que configura

    a priori

    los significados del mensaje publi

    citario son ciertos atributos del producto, y estos significados

    ben .ser transmitidos con la mayor claridad posible;

    si

    la imagen

    contiene signos, estamos pues seguros

    que

    en publicidad esos sig

    nos estn llenos, fornlados con v i s t a ~ a la mejor lectura posible: la

    imagen publicitaria

    es franca o,

    al menos, enftica.

    127

  • 7/21/2019 Barthes:Retorica Imagen

    4/11

    I

    I

    1

    1

    d

    Los tres mensajes.

    He aqu una propaganda

    Panzani:

    saliendo de una red entre

    abierta, paquetes de fideos, una caja de conservas, un sachet,

    ro-

    mates, cebollas, ajes, un hongo, en tonalidades amarillas y verdes

    sobre fondo rojo.1 Trate mos de esperar los diferentes mensajes

    que puede contener.

    La imagen entrega de inmediato

    un

    primer mensaje cuya sustan

    cia es lingstica; sus soportes son

    la

    leyenda, marginal, y las

    etiquetas insertadas en

    la

    naturalidad de

    la

    escena, como en cabis

    mo; el c6digo del ~ u l est tomado este mensaje no

    es

    otro

    que el de

    la

    lengua francesa;

    para

    ser descifrado

    no

    exige

    ms

    conocimientos que el de la escritura y del francs. Pero en reali

    dad, este mismo mensaje puede a su vez descomponerse, pues el

    signo Panzani no transmite solamente el nombre

    de

    la firma, sino

    tambin, por su asonancia, un significado suplementario, que es,

    si se quiere, la italianidad; el mensaje lingstico es por

    lo

    tanto

    doble (al menos en esta imagen): de denotacin y de connota

    c,i6n; sin embargo, como no hay aqu

    ms

    que

    un solo signQ

    tpico,2 a saber, el del lenguaje articulado (escrito), no contare

    mos ms que un solo mensaje.

    Si hacemos a

    un

    lado el mensaje lingstico, que da

    la

    imagen

    pura aun

    cuando las etiquetas formen parte de ella, a ttulo

    anec9tico). Esta imagen revela de inmediato una serie de signos

    discontinuos.

    He

    aqu, en primer trmino (el orden es indiferente

    pues estos signos

    no

    son lineales)

    la

    idea de que

    se

    trata,

    en la

    escena:

    representada, del regreso del mercado. Este significado

    implica a su vez dos valores euf6ricos: el de la frescura de los

    productos y el

    de la

    preparacin puramente casera a que estn

    destinados. Su significante es la red entreabierta que deja escapar,

    como al descuido, las provisiones sobre la mesa. Para leer este

    primer signo es suficiente

    un

    saber

    que

    de algn modo est im

    plantado

    en

    los Usos de una civilizacin muy vasta, en

    la

    cu:a.l

    hacer

    uno

    mismo las compras se opone al aprovisionamiento

    expeditivo (conservas, heladeras elctricas) de

    una

    civilizaci6n

    ms mecnica. Hay

    un

    segundo signo casi

    tan

    evidente como

    el anterior; su significante es la reunin del tomate, del aj y de

    la tonalidad tricolor (amarillo, verde, rojo) del afiche. Su signifi

    cado es Italia, o ms bien la italianidadj este signo est en

    una

    relacin de redundancia con el signo connotado del mensaje lin

    gstico (la asonancia italiana del nombre

    Panzani .

    El saber

    movilizado por ese signo

    es ya

    ms particular: es un saber espe

    cficamente francs (los italianos no podra n percibir la conno

    tacin del nombre propio, ni probablemente tampoco la italiani-

    1

    La descripci6n de

    la fotografa est hecha aqui con

    toda

    prudencia,

    pues ya constituye un metalenguaje. Remitimol

    al

    lector a la fotografia

    que se reproduce junto a este artculo.

    2.

    Uamaremos signo tfpico

    al signo

    de un

    sistema, en la

    medida

    en que

    elt

    suficientemente definido por su sustancia: el ligno verbal, el ligno

    icnico,

    el

    ligno geltual son

    otro. tantol .ignol

    tipicoa.

    1. 28

  • 7/21/2019 Barthes:Retorica Imagen

    5/11

    /

    1

    1

    \

    i

    dad del tomate y del aj), fundado en un conocimiento de ciertos

    estereotipos tursticos. Si se sigue explorando la imagen (lo

    que

    no

    quiere decir que no sea completamente clara de

    entrada).

    se des

    cubren sin dificultad por lo menos otros dos signos.

    En

    uno, el

    conglomerado de diferentes objetos transmite la i dea de un servicio

    ~ u l i n r i o total, como si por una parte Panzani proveyese de todo

    lo necesario

    para

    la preparacin de un plato compuesto, y como

    si por otra, la salsa de tomate de la lata igualase los productos

    naturales que la rodean, ya que en cierto modo la escena hace de

    puente entre el origen de los productos y su estado ltimo. En el

    otro signo, la composicin, que evoca el recuerdo de tantas repre

    sentaciones pictricas de alimentos, remite a

    un

    significado est

    tico: es la cnaturaleza muerta-, o, como mejor lo expresan otras

    lenguas, el

    cstill living_.

    s

    El saber necesario es en este caso fuer

    temente cultural. Podra sugerirse que a estos cuatro signos se

    agrega una lti ma infor macin: la que nos dice, precisamente,

    que

    se trata de una imagen publicitaria, y que proviene, al mismo

    tiempo, del lugar de la imagen en la revista y de la insistencia

    de las etiquetas

    Panza,ni

    (sin hablar de la leyenda). Pero esta

    ltima informacin es extensiva a la escena; en la medida en que

    la naturaleza publicitaria de la imagen

    es

    puramente funcional,

    escapa de algn modo a la significacin: proferir algo no quiere

    decir necesariamente

    yo hablo,

    salvo en los sistemas deliberada

    mente reflexivos como la literatura.

    He aqu, pues, para esta imagen, cuatro signos que consideraremos

    como formando un conjunto coherente, pues todos ~ o n discon

    tinuos, exigen

    un

    saber generalmente cultural y remiten a signi

    ficados globales (por ejemplo la

    italianidad ,

    penetrados de va

    lores eufricos. Advertiremos pues, despus del mensaje lingstico,

    un segundo mensaje de naturaleza icnica

    Es esto todo? Si abs

    ,raemos de la imagen todos estos signos, queda an

    una

    cierta

    materia informacional. Privado de todo saber, sigo cleyendo- la

    imagen, ccomprendiendo- que rene en un mismo espacio un

    cierto nmero de objetos identificables (nombrables),

    y

    no tan

    slo formas y colores. Los significados de este tercer mensaje estn

    formados por los objetos fotografiados, pues es evidente que como

    en la representacin analgica, la relacin de la cosa significada

    y de la imagen significante ya no

    es arbitraria-

    (como lo es en

    la lengua), no es necesario establecer un tercer trmino bajo la

    forma de la imagen psquica del objeto, que cumple funcin de

    relevo (re ais). Lo que especifica este tercer mensaje es en efecto,

    el hecho de que la relacin dei significado y del significante es

    casi tautolgico. Lo cierto que la fotografa implica una cierta

    preparacin de la escena (encuadre, reduccin, achatamiento)

    pero este pasaje no es una

    transformaci6n

    (como puede serlo una

    codificacin); hay aqu prdida de la equivalencia (propia de

    los verdaderos sistemas de signos) y posicin de ulla cuasi-identi-

    3.

    En

    francs, la expresin naturaleza

    muerta_

    se rdiere a la presencia

    original de objetos fnebres, tales como un crneo, en ciertos cuadros.

    129

  • 7/21/2019 Barthes:Retorica Imagen

    6/11

    .-.

    ,

    .....

    ' '

    I

    l

    :

    q

    \

    1

    dad. En otras palabras, el signo

    de

    este mensaje no proviene

    de

    un depsito institucional, no est codificado, y nos encontramos

    as frente a la

    paradoja

    (que examinaremos ms adelante) de un

    mensaje sin cdigo. Esta particularidad aparece tambin al nivel

    del saber requerido

    para

    la lectura del mensaje:

    para

    cleer este

    ltimo

    (o

    este primer) nivel de la imagen no necesitamos otro

    saber que el relacionado con nuestra percepcin: ste no es nulo,

    pues es preciso saber

    qu

    es una imagen (los nios no lo saben

    antes de

    los

    cuatro aos) y qu son un tomate, una red, un paque

    te de fideos: se trata, sin embargo, de un saber casi antropolgico.

    Este mensaje corresponde de algn modo a la letra de la imagen,

    y lo llamaremos mensaje literal

    por

    oposicin al mensaje prece

    dente, que es

    un

    mensaje simblico .

    Si nuestra lectura es correcta, la fotografa analizada nos propone

    entonces tres mensajes: un mensaje lingstico, un mensaje icnico

    codificado y un mensaje icnico no codificado. El mensaje lings

    tico puede separarse fcilmente de los otros dos; pero hasta qu

    punto

    tenemos derecho de distinguir uno de otro los dos mensajes

    que poseen la misma sustancia (icnica)? Es cierto que la distin

    cin de los

    dos mensajes no

    se

    opera espontneamente a nivel de

    la

    lectura corriente: el espectador de la imagen recibe

    al mismo

    tiempo

    el

    mensaje perceptivo y el mensaje cultural,

    y

    veremos ms

    adelante que esta confusin de lectura corresponde a la funcin

    de la imagen de masa (de la cual nos ocupamos aqu). La distin

    cin tiene, sin embargo,

    una

    validez operatoria, anloga a la que

    penn1te distinguir en

    el

    signo lingstico un significante y un

    significado, aunque de hecho nunca nadie pueda separar la pala

    braa de su sentido, salvo que se recurra al metalenguaje de una

    definicin: si la distincin permite describir la estructura de la

    imagen de modo coherente y simple y si la descripcin as orien

    tada prepara una explicacin del papel de la imagen en la socie

    dad, en.tonces la c ~ > n s i d e r a m o s j ~ s t i f i c a d a . Es preciso pues, volver

    a exammar

    cada

    tipo de mensaje para explorarlo en su generali

    dad, sin perder de vista que tratamos de comprender la estructura

    de la imagen en

    su

    conjunto, es decir, la relacin final de los tres

    mensajes entre s. Sin embargo, ya que no

    se trata

    de

    un

    anlisis

    ingenuo. sino de una descripcin estructural, modificaremos

    ligeramente el orden de los mensajes, invirtiendo el mensaje cultu

    ral y

    el

    mensaje literal. De

    los

    dos mensajes icnicos,

    el

    primero

    est de algn modo impreso sobre

    el

    segundo:

    el

    mensaje literal

    aparece como

    el soporte

    del mensaje simblico.. Ahora bien

    sabemos que un sistema que se hace cargo de

    los

    signos de

    o t r o ~

    sistemas para convertirlos en sus significantes,

    es

    un sistema de

    connotacin.

    6

    Diremos pues de inmediato que la imagen literal

    es

    4.

    Cf. . L ~ .mes.sage photographique , incluido en eate volumen, p. 115.

    5. El anliSIS. mgenuo el una .('numeracin de elementos ; la descripcin

    e ~ t ~ u c t u r a l ~ u l e ~ e

    captar la

    r e l a ~ l n

    de eltos elementol en virtud del prin

    CipiO

    de solidaridad de los

    t ~ r m m o l

    de

    una

    estructura: li

    un

    trmino cam

    bia, cambian tambin los otros.

    6.

    Emllntos

    pg. 62 de este volumen.

    13

    d,notada, y la imagen simblica connotada. De este modo' estu

    d i a ~ o s

    sucesivamente el mensaje lingstico, la imagen d e ~ o t a d a

    y la unagen connotada.

    l

    mensaje lingstico.

    Es ~ o n s t a n t e el m ~ n s a j e lingstico? Hay siempre

    un

    texto

    en

    una

    I.magen o debajO o

    alre?edr

    de ella?

    Para

    encontrar imge

    nes palabras,

    es

    necesano

    SIn

    duda, remontarse a sociedades

    par':lalmente .analfabetas, es decir a una suerte de estado picto

    grfiCO la Imagen.

    De

    hecho, a partir de la aparicin del libro,

    la relaclon entre el texto. y la imagen es frecuente' esta relacin

    parece haber sido poco estudiada desde el punto de 'vista estructu

    ral.

    C?ul es la. e s t r u ~ t u r a significante de la ilustracin?

    Dupli

    ca la u n a g ~ n c l e r ~ a s mformaciones del texto, por

    un

    fenmeno de

    ~ e d u ? d a n c l a , o bIen es

    el

    texto

    el

    que agrega una informacin

    l ~ d l t a ? El probleml - podra plantearse histricamente con rela

    ~ I n a .la poca clsica, 9ue tuvo una verdadera pasin por los

    lIbros Ilustrados (en SIglo X V ~ I I no. poda concebirse que las

    Fbulas de La Fontame no tuviesen Ilustraciones), y durante la

    cual algunos a u t o r ~ s como el

    P.

    ~ n e s t r i e r se plantearon el pro

    blema de l ~ s relaCiones entre la fIgura y lo discursivo.

    7

    Actual

    mente, a m v e ~

    l ~ ~ ,

    c?munisaciones de masas, parece evidente

    que

    el,

    mensaje lmguIstIco este presente en todas las imgenes:

    como titulo, como leyenda, como artculo de prensa, como dilo

    go de. pelcula, como

    fumetto.

    Vemos entonces que no es muy

    apropiado hablar de una civilizacin de la imagen: somos toda

    VIa,. y ms que nunca, una civilizacin

    de

    la escritura 8 porque la

    e s c r l t ~ r a

    y la palabra son siempre trminos completos de la estruc

    ~ u r l ; m ~ r ~ a c I o n a l . hecho, slo cuenta la presencia del mensa

    Je hnguIStlcO, pues m su ubicacin ni su longitud parecen perti

    nentes (un ~ e x t o largo puede no contener ms que un significado

    g ~ o b a l , g r a c l a ~ a la ~ o n n o t a c i n , y. es este significado el que pre

    c ~ s a m e n t e esta

    r e ~ a c I ~ m a . ? , o

    .con la Imagen). Cules son las fun

    ciones del mensaje hngUlstIco respecto del mensaje icnico (do

    ble)? Aparentement e. dos: ?e anclaje y

    de

    relevo (relais).

    Como.l? ~ e r e ~ o s mmedlato con mayor claridad, toda imagen

    es

    polIsemIca; ImplIca, subyacente a

    sus

    significantes

    una

    cade

    na f l o t a n t ~ de significados, entre l?s cl:lales el lector' puede elegir

    a l g ~ ~ l O s e Ignorar los otros. La pohselma

    da

    lugar a una interro

    gaclOn

    sobre

    el

    sentido, que aparece siempre como una disfuncin

    ~ u n c u a ~ d . o la s ~ c i e d a d recupere es.ta disfuncin bajo forma

    Jueg? traglco DIOS ~ ~ o no pef ll1 e elegir en tre los signos) o

    potlco. (el estremeCImiento del sentido -pnico-- de los anti

    guos g n ~ g o s ) . Aun en el cine, las imgenes traumticas estn liga-

    7 El ~ t l l d los .mblemas, 1684.

    8.

    La

    Image':l li l palabra le. encuentra

    .in

    duda, pero a ttulo paradjico,

    en

    a gunol. dlbuJ?1 hu.m orhtlc os;

    la

    ausencia de palabra recubre siempre

    una lntencl6n emgmtlca.

  • 7/21/2019 Barthes:Retorica Imagen

    7/11

    .

    1

    ,

    1

    1

    \

    das a

    una

    incertidumbre

    a

    una

    inquietud) acerca del sentido de

    los objetos o de las actitudes. Por tal motivo,

    en

    toda sociedad

    se

    desarrollan tcnicas diversas destinadas a

    fijar la cadena

    flotante

    de

    los

    significados, de modo de combatir

    el terror

    de

    los

    signos

    inciertos: el mensaje lingstico es

    una

    de esas tcnicas. A nivel

    del mensaje literal, la

    palabra

    responde

    de manera

    ms o menos

    directa, ms o menos parcial, a

    la pregunta: qu es?

    Ayuda a

    identificar

    pura

    y simplemente los elementos de la escena y la esce

    na

    misma:

    se

    trata

    de

    una

    descripci6n

    denotada

    de

    la

    imagen

    (descripci6n a menudo

    parcial), o,

    segn la terminologa de

    Hjelmslev, de

    una operacin

    (opuesta a

    la

    connotaci6n).1I

    La

    fun

    ci6n denominativa corresponde pues, a

    un anclaje

    de todos los

    sentidos posibles (denotados) del objeto, mediante

    el

    empleo de

    una nomenclatura. Ante un plato (publicidad

    Amieux)

    puedo

    vacilar en identificar las formas y los volmenes; la leyenda

    ( arroz

    y

    atn con hongos) me ayuda a elegir el niuel de percep-

    cin adecuado; me permite acomodar no

    s61

    mi

    mirada

    sino tam

    bin mi intelecci6n. A nivel del mensaje simblico, el mensaje

    lingstico gua no ya

    la

    identificacin, sino la interpretacin, cons-

    . tituye

    una

    suerte de tenaza que impide que

    los

    sentidos connotados

    proliferen haci a regiones demasiado individuales (es decir que

    limite

    el

    poder proyectivo

    de la

    imagen) o bien hacia valores

    disf6ricos.

    Una propaganda

    (conservas

    d Are) )

    presenta algunas

    frutas diseminadas alrededor de

    una

    escalera; la leyenda

    ccomo

    si usted hubiese recorrido el huerto.) aleja un significado posible

    (parsimonia, pobreza de la cosecha), porque sera desagradable,

    y orienta en cambio

    la

    lectura hacia

    un

    significado halageo

    (carcter natural y personal de las frutas del

    huerto privado). La

    leyenda

    acta aqu

    como

    un

    contra-tab, combate el mito poco

    grato de lo artificial, relacionado por lo comn con las conservas.

    Es evidente, adems, que en publicidad el anclaje

    puede

    ser ideo

    lgico, y esta es incluso, sin duda, su funcin principal: el texto

    gua al lector entre los significados de la imagen, le hace evitar

    algunos y recibir otros, y a travs de un dispatching a menudo

    sutil,

    lo

    telegua hacia

    un

    sentido elegido con antelacin.

    En

    todos

    los casos de anclaje, el lenguaje tiene evidentemente una funcin

    de elucidacin, pero esta elucidaci6n

    es

    selectiva. Se

    trata

    de un

    metalenguaje aplicado no a

    la

    totalidad del mensaje icnico, sino

    tan

    slo a algunos de sus signos. El signo

    es

    verdaderamente

    el

    derecho de control del creador (y por lo tanto de

    la

    sociedad)

    sobre la imagen: el anclaje

    es un

    control; frente al poder proyec

    tivo de las figuras, tiene una responsabilidad sobre el empleo del

    mensaje. Con respecto a la libertad de

    los

    significados de la ima

    gen, el texto tiene un valor regresiuo,1 y se comprende que sea

    9. Cf. Elementos.

    IV,

    pgs. 64-65 de este volumen.

    10. Esto se ve bien

    en el

    caso parad6jico en que

    la

    imagen est construi

    da, segn el texto,

    y

    en el cual, por consiguiente, el control pareceria

    intil. Una propaganda que quiere dar a entender que en tal caf c:l aroma

    es

    prisionero.

    del

    producto

    en polvo,

    y que por

    consiguiente

    le

    lo encon

    trar intacto en el momento_ de come nzar a utilizar el producto, hace figu-

    a ese nivel que se ubiquen principalmente

    la

    moral y

    la

    ideologa

    de

    una

    sociedad.

    El anclaje

    es

    la funcin ms frecuente del mensaje lingstico;

    aparece por

    lo

    general en la fotografa de prensa y en public:dad.

    La

    funcin de relevo

    es

    menos frecuente por lo menos en

    lo

    refe

    rente a la imagen

    fija);

    se la encuentra principalmente en

    los

    dibujos humorsticos y en las

    h i s t o r i e t a ~ .

    AqU la palabra (casi

    siempre un trozo de dilogo)

    y

    la imagen estn en una relacin

    complementaria . Las palabras, al igual que las imgenes, son

    entonces fragmentos de

    un

    sintagma ms general, y la unidad del

    mensaje se cumple en un nivel superior: el de la historia, de la

    ancdota, de la digesis (lo que confirma en efecto que la digesis

    debe ser tratada como un sistema aut6nomo).11 Poco frecuente en

    la imagen fija, esta palabra r l vo

    se

    vuelve muy importante

    en el cine, donde el dilogo no tiene

    una

    simple funcin de eluci

    dacin, sino que, al disponer en la secuencia de mensajes, sentidos

    que no

    se

    encuentran

    en

    la imagen, hace avanzar la accin

    en

    forma efectiva. Las dos funciones del mensaje lingstico pueden

    evidentemente coexistir en un mismo conjunto icnico, pero el pre

    dominio de una u otra no

    es

    por cierto indiferente a la economa

    general de la obra. Cuando la palabra tiene un valor diegtico de

    relevo, la informacin es ms costosa, puesto que requiere el apren

    dizaje de un cdigo digital (la lengua); cuando tiene un valor

    sustitutivo de anclaje, de control), la imagen

    es

    quien posee la

    carga informativa, y, como la imagen

    es

    analgica, la informacin

    es

    en cierta medida ms perezosa. En algunas historietas, desti

    nadas a

    una

    lectura capresurada,

    la

    digesis est confiada prin

    cipalmente a la palabra ya que la imagen recoge las informaciones

    atributivas, de orden paradigmtico(

    el

    carcter estereotipado de

    los personajes). Se hacen coincidir entonces el mensaje costoso

    y

    el

    mensaje discursivo, de modo de evitar al lector impaciente el

    aburrimiento de las descripciones verbales, confiadas en este

    caso a la imagen,

    es

    decir a un sistema menos laborioso-.

    a

    imagen denotada.

    Hemos visto que en la imagen propiamente dicha,

    la

    distincin

    entre el mensaje literal

    y

    el mensaje simblico era operatoria.

    No

    se

    encuentra nunca (al menos en publicidad)

    una

    imagen literal

    en

    estado puro. Aun cuando fuera posible configurar

    una

    imagen

    enteramente ingenua, esta se unira de inmediato al signo de la

    ingenuidad

    y

    se completara con un tercer mensaje, simblico.

    rar por encima del Uxto un p.aquete de caf rodeado de una cadena y un

    candado. En este caso la metfora lingstica (

  • 7/21/2019 Barthes:Retorica Imagen

    8/11

    1

    1

    b

    '

    1

    "

    : :,

    Las caractersticas del mensaje literal no pueden ser

    e n t ~ n c e s lI;lI '

    tanciales, sino

    tan

    slo relacionales. En

    pnmer

    lugar es, SI se qUle-

    re un mensaje privativo constituido por lo que queda en la tma

    g;n cuando se borran (mentalmente) los signos de ~ n n o t a c i 6 n

    no sera posible suprimirlos realmente, pues pueden llDpregnar

    toda la imagen, como en

    el

    caso de la -naturaleza m u ~ r t a . ; ~ t e

    estado privativo corresponde naturalmente a

    una

    plemtud de vIr

    tualidades: se

    trata

    de

    una

    ausencia

    de

    sentido llena de todos l?s

    sentidos; es tambin (y esto no c o n t r a d i c ~ aquell?) un me?SaJe

    suficiente, pues tiene

    por

    lo menos

    un

    sentido a

    r u ~ e l

    de la lden

    tificaci6n de la escena representada; la letra de -la lmagen corres

    ponde en suma al primer nivel de lo inteligible (ms ac de este

    grado el lector no percibira ms

    que

    lneas, formas y colores),

    pero ~ t a inteligibilidad sigue siendo virtual. en razn de su p?br e

    za misma, pues cualquier persona p r o ~ e m e n t e de una socled,ad

    real cuenta siempre con un saber supenor al saber antropolgiCO

    y percibe ms que

    la

    letra; privativo y suficiente a

    la

    vez, se com

    prende que en una perspectiva esttica el mensaje denotado pueda

    aparecer como una suerte de estado ~ d n i c o d ~ la imagen. Desp?

    jada:- ut6picamente de sus connotaclones, ,la llDagen se. volvena

    radicalmente objetiva,

    es

    decir,

    en.

    resumidas cuen.tas, mocente.

    Este carcter ut6pico de la denotacl6n resulta considerablemente

    reforzdo por la paradoja ya enunciada, que hace que la fotogra

    fa (en su estado literal), en raz6n de su n a t u r a ~ e z a . a b s o l u ~ a m e n ~ e

    anal6gic:a, constituya

    a p a r . e ~ t e m e n t e ,

    un

    m ~ ~ s ~ J e

    510

    c6dlgo. Sm

    embargo

    es

    preciso espeCificar aqUl el ana

    isIs

    e 5 t r u c ~ u r a de la

    imagen, 'pues de todas\ las

    i m ~ e n e s .slo

    la .fotografla nene el

    poder de transmitir la informacl6n (hteral) sm for:narIa con la

    ayuda de signos discontinuos y reglas de transformacl6n. Es . n e ~ e

    sario pues, oponer la fOlografa, mensaje sin c6digo,. al d l ~ ~ J O ,

    que,

    aun

    cuando sea

    un

    mensaje

    ~ e ~ o t a d o , es un m e n s a J ~

    c o d l ~ l c a

    do. El carcter codificado del dlbu.lo a p a ~ e c e en ~ r e s mveles. en

    primer lugar, reproducir

    m e d i a n t ~ dibUJO un

    objeto o

    u.na ~ s c e

    na

    exige un conjunto de transposIciones reguladas; la copia ~ l c . t 6 -

    r i c ~ no posee

    una

    naturaleza propia, y los c6digos de t r a n ~ p o s l c l n

    son hist6ricos (sobre todo en lo . r e f ~ r e n t e a l ~ . p e ~ p e c t l v l l : ) ; en

    segundo lugar, la operaci6n del dibUJO

    ( ~ a

    ~ ~ d l f l c a c I 6 n ) ~ X 1 . g e . ~ e

    in'mediato una cier ta divisi6n en tre lo. slgmflcante y lo mSlgmfl

    cante: el dibujo no reproduce

    todo,

    smo. a menudo, muy posas

    cosas sin dej ar

    por

    ello de ser

    un

    mensaje fuerte. La fotografla,

    por ;1 contrario, puede elegir su .tema, su ~ a r c o y su ngulo, pero

    no uede intervenir en el int nor del obJeto ( s a l ~ o en c a ~ o

    trutos fotogrficos). En otras palabras,

    la.

    denotacl6n del dibUJO

    es

    menos pura que la denotaci6n fotogrftca, pues lo hay n . u n ~ a

    dibujo sin estilo. Finalmente, como en todos

    los

    c6d gos, el d l ~ u J o

    exi e

    un

    aprendizaje (Saussure atribua

    una

    gran ImportanCia a

    est: hecho semioI6gico).

    La codificacin del mensaje. denotado

    tiene consecuencias sobre el mensaje c o n n o t a ~ o ? Es eVidente, que

    al establecer una cierta discontinuidad en la I ~ a g e n , la codlfica

    ci6n de la letra prepara y facilita la connotaCl6n: la _factura.

    1. -14

    1

    de un dibujo ya es una connotaci6n; pero al mismo tiemjo, en

    la medida en que el dibujo exhibe su codificaci6n, la relaci6n entre

    los dos mensajes resulta profundamente modificada; ya no se trata

    de la relaci6n entre una naturaleza y una cultura (como en el

    caso de la fotografa), sino de la relaci6n entre dos culturas: la

    -moral.

    del dibujo no es la de la fotografa.

    En efecto, en la fotografa a l menos a nivel c lel mensaje Iiteral-,

    la relacin entre

    los

    significados y

    los

    significantes no

    es

    de trans

    formacin. sino de registro., y la falta de cdigo refuerza eviden

    temente el mito de la natur alidad . fotogrfica: la escena est ah ,

    captada mecnicamente, pero no humanamente (lo mecnico es

    en este caso garanta de objetividad) ; las intervenciones del hom

    bre en la fotografa (encuadre, distancia, luz, flou, textura) perte

    necen por entero al plano de la connotacin.

    Es

    como

    si

    el punto

    de partida (incluso ut6pico) fuese una fotografa bruta (d e frente

    y

    ntida),

    sobre la cual el hombre dispondra, gracias a ciertas

    tcnicas, 105 signos provenientes del cdigo cultural. Aparentemen

    te,

    s610

    la oposici6n del cdigo cultural y

    de)

    no-c6digo natural

    pueden

    dar

    cuenta del carcter especfico de la fotografa y per

    mitir evaluar la revoluci6n antropol6gica que ella representa en

    la historia del hombre, pues el tipo de conciencia que implicO . no

    tiene precedentes.

    La

    fotografa instala, en efecto, no ya una con

    ciencia del estar-all de la cosa (que cualquier copia podra pro

    vocar), sino una conciencia del haber-estado-al i. Se trata de una

    nueva categora del espacio-tiempo: local inmediata y temporal

    anterior; en la fotografa

    se

    produce una conjunci6n ilgica entre

    el

    aqui y el antes. Es pues, a nivel de este mensaje denotado, o

    mensaje sin cdigo, que

    se

    puede comprender plenamente la

    irrealidad real

    de la fotografa;

    su

    irrealidad es la del

    aqu,

    ru':s

    la fotografa no

    se

    vive nunca como i1usi6n, no es en absoluto una

    presencia; ser entonces necesario hablar con menos entusiasmo

    del carcter mgico de la imagen fotogrfica. Su realidad es la

    del

    haber-estado-alli,

    pues en toda fotografa existe la evidencia

    siempre sorprendente del:

    aquello sucedi asi:

    poseemos pues,

    milagro precioso, una realidad de la cual estamos a cubierto. Esta

    suerte de ponderacin temporal (haber-estado-alli) disminuye

    probablemente el poder proyectivo de la imagen (muy pocos tests

    psicolgicos recurren a la fotografa, muchos al dibujo) :

    el aquello

    fue denota al soy yo. Si estas observaciones poseen algn grado de

    exactitud, habra que relacionar la fotografa con

    una pura

    con

    ciencia espectatorial, y no con la conciencia ficcional, ms proyec

    tiva, ms

    -mgica.,

    de la cual, en trminos generales, dependera

    el cine. De este modo, sera lcito ver entre el cine y la fotografa,

    no ya una simple diferencia de grado sino una oposicin radical:

    el cine no sera fotografa animad a en l, el haber-estado-all des

    aparecera en favor de un estar-all de la cosa. Esto explicara el

    hecho de que pueda existir una historia del cine, sin verdadero

    ruptura con las artes anteriores de la ficci6n, en tanto que, en

    cierta medida, la fotografa escapara a la historia (pese a la evo

    luci6n de las tcnicas y a las ambiciones del arte fotogrfico) y

    135

  • 7/21/2019 Barthes:Retorica Imagen

    9/11

    ~ p r e s e n t a r a un

    hecho antropolgico.

    emate-, t o t a l m e n ~ e n ~ e v o

    y definitivamente insuperable;

    por pnmera

    vez en su historia la

    humanidad estara frente a mensajes sin cdigo; la fotorrafa no

    sera pues, el ltimo trmino (mejorado) de la g r a ~ familia. de las

    imO'enes, sino

    Que

    correqnondera a

    una

    mutaci6n capital de

    I::OQ

    econolTl(::tq li in

    f

    ormac

    i

    6n.

    En

    la rnerlilit en QllP no imnlira

    n;norque

    parece p r o n o r ~ i o n a r un

    f u n d a m e n ~ o

    nl\tilral a los

    s\J:mos

    de la cultura. Esta

    es sm

    duda

    una

    Pl\r::td

    o

    la

    'hist6rica importante: cuanto ms

    la

    tcnica desarrolla la difusi6n

    de las informaciones (v prinripalmente de las imgenes),

    tanto

    mayo; es

    el n(lmero de medio'

    Qlle

    brinda

    nara

    enmascarar el

    sentido construido bajo la apariencia del sentido dado.

    Retrica

    de l

    imagen.

    Hemos visto que los' signos del t e r ~ e r ~ e n s a

    je

    (mensa

    e

    e s i m ~

    lico- cultural o connotado) eran dlscontmuos;

    aun wando el

    slg

    n i f i c ~ n t e

    parece extenderse a toda

    la

    imagen, no deja de

    ~ e r un

    signo separado de los otros: la e c o m p o s i c i ~ n - posee un significado

    esttico; se asemeja en esto a la entonacl6n

    q u ~ ,

    aunque supra

    segmental,

    es

    un significante

    a i s l a d ~

    del lengl;'ale. Estamos

    m ~ e s ,

    frente a un sistema normal

    cUyos

    signos provIenen de

    un

    c6dlgo

    cultural (aun cuando la r e l ~ c i 6 n de los e l e m e ~ t o s del s i ~ n ?

    p ~ r e z -

    ca

    ser ms o menos analgica).

    Lo

    que constituye

    o T I I ' l n ~ h ~ a d

    del sistema,

    es

    que

    el

    n "ero

    l e c t l ; r a ~ una

    mIsma lexl.a. (de

    una

    misma imagen)

    vana

    serrun

    los

    mdlVldu.?s: en la pubhC;ldad

    Panzani, anteriormente analizada,

    ~ e m o s

    senalado cuatro s l g ~ o s

    de connotaci6n; es probable que eXIstan otros (la re? puede S l ~ -

    nificar,

    por

    ejemplo, la pesca milagrosa, la

    a b u n d ~ n C l a , etc.).

    Sm

    embarO'o

    la

    variaci6n de las lecturas no

    es

    anrqUIca, depende. de

    los dife:entes saberes contenidos en la i m a ~ e n (saber

    p . r ~ c t J c o ,

    nacional, cultural, esttico), y estos. sabc:res pueden c1as}flcarse,

    constituir

    una

    tipologa. Es como

    SI

    la

    I m a r ~ n

    fuese.

    1 ~ l d a

    por

    varios hombres, y esos h o m b r e ~ p u e d ~ ~ muy .blen ~ o e x l s t l r en un

    solo individuo: una

    misma lexta movlllza

    lX1COS

    diferentes. qu

    es

    un

    lxico? Es

    una

    porcin del plano simblico (del lengua.le)

    136

    que corresponde un conjunto de

    p r c t i c a ~

    y de tcnica lo;12 este

    es,

    en efecto, el caso de las diferentes lecturas de la imag-en: cada

    signo corresponde a

    un

    coniunto de eactitudes-: turismo, activi

    dades domsticas, conocimiento del arte, alg-unas de las cuales

    pueelen evidentemente faltar a nivel individual.

    En

    un mismo

    hOn'lbre hay 1Ina

    nI

    I

    rl\

    lielad y l na c o e x i ~ t e n c i a de

    ]P'\(;cos

    el n

    mpro y la identidad

    dp

    e ~ t o s lxicos forman de algn modo el

    idiolecto

    de cada uno.

    La

    imagen, en su connotaci6n, estara

    entonces constituida por

    una arquitectura

    de signos provenientes

    de

    l x i c o ~

    (de idiolectos), ubicados en distintos niveles de profun

    didad. Si, como

    se

    piensa actualmente, la psique misma est

    articulada como

    un

    lenguaje, cada lxico,

    por

    eprofundo- que

    sea, est codificado. O mejor an, cuanto ms

    se

    edesciende- en

    la

    profundidad psquica de

    un

    individuo,

    tanto

    mavor

    es

    la

    rarificaci6n de

    los

    signos y mayor tambin la posibilidad de clasi

    ficarlos: ; hay acaso

    alO'o

    ms sistemtico que las lecturas del

    Rorschach?

    La

    variabilidad de las l e c t u r a ~ no puede entonces

    amenazar la e l e n ~ u a ife la imaO'en,

    si

    se admite que esta lengua

    est compuesta ele dialectos. lxicos o sub-c6digos: as como el

    hombre se articula h a s t ~ . el fondo de

    s

    mismo en lenllUaies dis

    tintos, del sentido atraviesa por entero la imagen.

    La

    lengua de

    h

    imarrpn no ps slo el con iunto de pa labras emitidas (nor eiem

    plo a nivel

    ifel

    (me comhina los signos o crea

    1 1

    mensaie), sino

    que

    es

    tambin el con unto de nalabras recibidas: u la lengua debe

    incluir las .sorpresas- del sentido.

    Otra

    dificultad relacionada con

    el

    anlisis de

    la

    connotaci6n,

    consiste en que a la particularidad de sus siO'nificados no corres

    ponrle

    un

    lengua

    ie

    analtico particular.

    Cmo denominar

    los

    sig-nificados de connotacin?

    Para

    uno de ellos, hemos adelanta

    do

    el

    trmino de

    italianidad,

    pero los otros

    no

    nueden ser

    nesig-

    nados ms que

    por

    vocablos provenientes del lenguaje corriente

    (preparaci6n-cu inaria, naturaleza-muerta, abundancia : el

    meta

    lenguaje

    q1le

    debe hacerse cargo de ellos

    pn el

    momento del an

    lisis no es especial. Esto constituye una dificultad, pues estos sig

    nificados tienen una naturaleza semntica particular; como serna

    de connotaci6n, .Ia abundancia- no recubre exactamente .la

    abumlancia- en el sentino denotado; el s i ~ n i f i c a n t e de connota

    cin (en este caso la profusin y la condensacin de los productos)

    es algo as como la cifra esencial de todas las abundancias posi

    bles, o meior dicho, de la idea ms

    pura

    de la abundancia.

    Por

    el contrario, la palabra denotada no remite nunca a una esencia,

    pues est siempre encerrada en

    un

    habla contingente,

    un

    sintag-

    12. er A 1. Greimas, eLes problhn.:s de la de8cription mcanographi

    que, en (:nhiers de Lexicologie, BensanGon.

    l.

    1959, p. 63.

    13. cr

    Elementos

    pg. 22 de este volumen.

    14. Desde

    el

    punto de vista saussuriano el habla el sobre todo 10 que le

    emite, tomndolo de la lengua (y que a su vez la constituye). Hoy en dla

    es necesario ampliar la nocin d.: lengua. sobre todo desde el

    punto

    vista semntico: la lengua es la abstraccin totalizan e

    de

    101 mensajea

    emitidos

    recibidos.

    137

  • 7/21/2019 Barthes:Retorica Imagen

    10/11

    -

    '

    ,

    , i

    ,

    ,

    ma

    continuo (el del discurso verbal), orientado hacia una cierta

    transitividad prctica del lenguaje. El

    sern

    abundancia, por el

    contrario,

    es un

    concepto en estado puro, separado de todo sin

    tagma, privado de todo contexto corresponde a

    una

    suerte de

    estado teatral del sentido, o, mejor dicho (puesto que se

    trata

    de

    \',' l signo sin sintagma), a un sentido expuesto. Para expresar estos

    sm s

    de connotacin, sera preciso utilizar un metalenguaje par

    ticular. Hemos adelantado italianidad; son precisamente barba

    rismos de este tipo lo que con mayor exactitud podran dar cuenta

    de los significados de connotacin, pues el sufijb -tas (indoeu

    ropeo

    -ta

    serva

    para

    formar, a

    partir

    del adjetivo,

    un

    sustanti

    vo abstracto: la

    italianidad

    no es 1 alia, es la esencia condensada

    de todo lo que puede ser italiano, de los

    spaghetti a la pintura. Si

    se

    aceptase regular artificialmente y e n caso necesario de modo

    brbaro- la

    d e n o m i n c ~ n

    de los semas de connotacin,

    se

    faci

    litara el anlisis de su forma.

    Estos semas se organizan eviden

    temente en campos asociativos, en articulaciones paradigmticas,

    quizs incluso en oposiciones, segn ciertos recorridos, o como

    dice A. J. Greimas, segn ciertos ejes smicos:

    16

    italianidad per

    tenece a

    un

    cierto eje de las nacionalidades, junto a la francesi

    dad, la germanidad o la hispanidad. La reconstruccin de esos

    ,ejes --que por

    otra

    parte pueden ms adelante oponerse entre

    s no ser sin duda posible antes de

    haber

    realizado

    un

    inven

    tario fnasivo de los sistemas de connotacin, no slo del de la

    imagen sino tambin de los de otras sustancias, pues si bien es

    cierto

    ~ u e

    la

    connotacin posee significantes tpicos segn las

    sustancias utilizadas (imagen, palabra, objetos, comportamientos),

    pone todos sus significados en comn: encontraremos siempre los

    mismos significados

    en

    el periodismo,

    la

    imagen o el gesto del

    actor (motivo por

    el cual la semiologa no

    es

    concebible ms que

    en un marco por as decirlo

    total).

    Este campo comn de los sig

    nificados de connotacin, es el de la ideologa, que no podra ser

    sino nica

    para una

    sociedad y una historia dadas, cualesquiera

    sean los significantes de connotacin a los cuales recurra.

    A la ideologa general corresponden,

    en

    efecto, significantes de

    connotacin que

    se

    especifican segn la sustancia elegida. Llama

    remos connotadores a estos significantes, y retrica al conjunto de

    los connotadores: la retrica aparece as como la parte significan

    te de la ideologa. Las retricas varan fatalmente por su sustancia

    (en

    un

    caso el sonido articulado, en otro la imagen, el gesto,

    etc.),

    pero no necesariamente por su forma. Es incluso probable que

    exista una sola forma retrica, comn por ejemplo al sueo, a la

    literatura

    y

    a la imagen,17 De este modo la retrica de la imagen

    (es decir la clasificacin de sus connot ado res ) es especfica en la

    15, Form.a, en

    el

    sentido preciso que le da Hje1mslev

    eL Etem.ntos

    .

    p. 62), como organizaci6n funcional de los elementos entre sI.

    16. A. J Greimas,

    Cours

    d. Smantique 1964, fascculos mimeogra

    fiados

    por

    la

    tcole Normale

    suprieure

    de

    Saint-Cloud,

    17. Cf. E. Benveniste: Remarques sur la fonction du langage dans la

    dcouverte freudiennea, en La Ps)'chanalysI. 1, 1956, pgs. 3-16.

    138

    1

    1

    J

    :

    medida en que est sometida a las exigencias fsicas de la visin

    (diferentes de las exigencias fonatorias,

    pOr

    ejemplo), pero gene

    ral en la medida en que las figuras no son nunca ms que rela

    ciones formales de elementos. Si bien esta retrica QO puede cons

    tituirse ms

    que

    a partir de

    un

    inventario bastante'vasto, puede,

    sin embargo, preverse desde

    ahora que

    encontraremos en ella

    algunas de las figuras ya sealadas por los antiguos y los clsicos.1

    8

    De este modo el tomate significa la italianidad por metonimia;

    por otra

    parte, de la secuencia de tres escenas (caf -en grano,

    caf

    en

    polvo, caf saboreado) se desprende por simple yuxtapo

    sicin una cierta relaci6n lgica comparable al asndeton. En

    efecto es probable que entre las metbolas (o figuras de sustitu

    cin de un significante

    por otro ,111 la que

    proporcione a

    la

    ima

    gen el mayor nmero de sus connotadores sea

    la

    metonimia; y

    entre

    las parataxis o figuras del sintagma), la que domine sea

    el asndeton.

    Sin embargo, lo ms importante

    a l

    menos

    por ahora-

    no

    es

    hacer el inventario de los connotadores, sino comprender que

    en

    la

    imagen total ellos constituyen rasgos discontinuof' o mejor

    dicho errticos. Los connotadores no llenan toda

    la

    leX1a, su lectu

    ra la agota. En otras palabras (y esto sera una proposicin

    vlida para la semiologa en general), todos los elemen.tos la

    lexia

    no

    pueden ser transformados

    en

    connot ado res, subSiste siem

    pre en el discurso una cierta denotaci6n, sin la c ~ a l el ~ i s c u r s o

    no sera posible. Esto nos lleva nuevamente al mensaje 2, o Imagen

    denotada.

    En

    la

    propaganda

    Panzani,

    las legumbres mediterr

    neas, el color, la composicin,

    y

    hasta la profusin, surgen como

    bloques errticos, al mismo tiempo aislados e insertados en ,una

    escena general que tiene su espacio propio y, como lo hf'mos Visto,

    su sentido: estn atrapados

    en un

    sintagma

    que no

    s el suyo

    que s el de la denotacin. Es esta

    una

    'proposici6n i m ~ o ~ t a I ~ ~ e ,

    pues nos permite fundaT?entar r e t r o a c t l v a m e n t ~ )

    la

    ~ 1 5 t m c . l O n

    estructural entre el mensaje

    2

    o literal y del mensaje

    3

    o slmb6lico,

    y precisar la funcin

    n a t u r a l i z a n ~ e

    de d e n o t a . c i ~ n

    r e s p e ~ t o

    de

    la

    connotacin; sabemos

    ahora

    que lo que naturalIZa el sistema

    del mensaje connotado s el sintagma del mensaje denotado.

    En

    otros trminos: la connotacin no

    es

    ms que sistema, no puede

    definirse ms

    que

    en trminos de paradigma; la .den?tdci6n

    icnica no es ms qun

    ~ i n t a g m a ,

    asocia elementos Sin sistema;

    los

    connotadores discontinuos estn relacionados, actualizados,

    hablados a travs del sintagma de la denotacin: el

    mundo

    18.

    La ret6rida

    clsica deber ser

    repensada en

    trminos estructurales

    tal

    el objetivo

    de

    un trabajo en preparacin); entonces se,r, vez

    posible

    eltablecer

    una

    ret6rica g e ~ r l

    lingsticlI;

    de

    los slgnllcantes

    de connotaci6n, vlida para

    el

    SOnido articulado, la

    Imagen, el gesto, etc,

    19. Preferiremoa eludir :aqu la oposici6n de Jakobson entre la metfora

    y

    la metonimia,

    puea

    ai por

    su origen la metoni-:nia es una figura Id

    contigidad,

    no por elo

    deja finalmente

    de funCIOnar como un susUtuto

    del Ignicantc,

    e.

    decir.

    como una

    metfora.

    139

  • 7/21/2019 Barthes:Retorica Imagen

    11/11

    .,

    7 . '1 ''

    : \

    discontinuo de los smbolos s sumerge en l historia de la escena

    denotada como en un bao lustral de inocencia.

    Vemos entonces que en el sistema total de la imagen las funciones

    estructurales estn polarizadas; hay, por

    un

    parte, una suerte

    de condensaci6n paradigmtica a nivel de los connotadores (es

    decir, en trminos generales, de los smbolos), que son signos

    fuertes, errticos, y podramos decir cosificados-; y por otra,

    un

    -fluir sintagmtico a nivel de la denotaci6n; no olvidemos que

    el sintagma est siempre muy pr6ximo al habla, y s sin dud el

    -discurso ic6nico el que naturaliza sus smbolos. Sin pretender

    inferir demasiado apresuradamente de la imagen a la semiologa

    general, podemos, sin embargo, atrevernos a decir que el mundo

    sentido total est desgarrado internamente (estructuralmente)

    ~ t r

    el sistema como cultura y el sintagma como naturaleza:

    todas las obras de las comunicaciones de masas conjugan, a travs

    de dialcticas diversas, y diversamente logradas, la fascinaci6n de

    una naturaleza, que s la del relato, de la digesis, del sintagma, y

    la inteligibilidad de

    un

    cultura, refugiada en unos cuantos smbo

    los discontinuos, que los hombres declinan en l seno de su

    habla viva.

    Escuela Pr4ctica dl Altos Estudios

    ParEs

    140