barei. configuraciones migrantes

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    ESTUDIOSIBEROAMERICANOSSOBRELASEMIOSFERA N 6 Granada, Noviembre 2005

    CONFIGURACIONESMIGRANTES.

    EL'E N S E M B L E ' ENLAFRONTERADEARTEYCULTURA(*)

    SILVIAN. BAREI

    1. Configuraciones migrantes

    El ttulo propuesto para este trabajo me provoca resonancias que van abriendo en

    abanico una gama de propuestas para abordar el estudio semitico del texto artstico

    y su relacin con la cultura.

    Lo primero que asocio con la idea de configuraciones migrantes, si quiero

    hablar en clave latinoamericana, es la pelcula colombiana La estrategia del caracol

    en la que un grupo de familias de pocos recursos, ante la imposibilidad de evitar el

    desalojo, decide, en un trabajo de hormiga o ms bien de caracol, trasladar la casa

    a la vereda de enfrente, dejando intacta solo la fachada.

    De este modo, la frontera visible que los separa del afuera permanece igual y

    sin embargo ellos han salido con la casa a cuestas y la han reconstruido

    materialmente del otro lado de la calle, en una dinmica del exilio y la reintegracin

    que sucede en unas pocas noches y unos pocos metros. La frontera es la calle, las

    traducciones y traslaciones se hacen secretamente y la migracin muestra que el azar

    y lo imprevisto pueden constituirse en tcticas de la imaginacin y en estrategias de

    resistencia de los dbiles (1).

    Lo segundo que habra que pensar es que el ejemplo bien vale como muestra

    acerca de las maneras en que los textos se hallan situados en un espacio cultural y

    responden a condiciones propias de produccin y de recepcin. Fundamentalmente

    muestran un modo de representacin del mundo de modelizacin, en trminos

    lotmanianos que est anclado en situaciones histricas particulares.

    La tercera cuestin es que un pensamiento como el de Lotman y en general,

    de toda la Escuela de Tartu, localizado en una parte del mundo que es tambin

    perifrica no por casualidad traducido por primera vez al espaol en Cuba por

    Desiderio Navarro, y considerado en su espesor y en su potencialidad, invita a

    pensar las condiciones de produccin esttica, terica y crtica en Amrica Latina. A

    mi entender, brinda categoras heursticas que nos permiten abordar los textos de

    nuestra cultura, las experiencias locales, sus tensiones y contradicciones y la

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    particularidad de sus textos marcados por los avatares de la historias propias

    (2).

    Me ha interesado, de todo el vasto edificio terico construido por Lotman y su

    grupo, pensar la posibilidad de sostener algo as como una crtica en las fronteras

    que permita dar cuenta de la complejidad de articulaciones que rigen los textos que

    se producen en Amrica Latina y su modo de desestabilizar como los migrantes con

    su casa a cuestas las construcciones ideolgicas hegemnicas, o, como dira

    Lotman, de hacer explcitas las confrontaciones con la realidad (1999:204).

    2. El ensemblecomo lugar de las tensiones culturales

    Si miramos los textos de nuestras culturas, difcilmente los encontramos en

    estados puros: la mezcla, la contaminacin, no constituyen en Amrica Latina

    ensayos postmodernos del arte, sino componentes bsicos que responden a la

    conformacin histrica de un continente nacido de lo que algunos tericos llaman la

    diferencia colonial (3), es decir, una sociedad constitutivamente atravesada porformas de dominacin que han generado desigualdades y violencia.

    En una traduccin posible a un pensamiento crtico latinoamericano, el marco

    terico-epistemolgico elaborado por la Escuela de Tartu y su anlisis de la economa

    simblica cultural a partir de las nociones macro de semiosfera y de

    fronteras (Lotman, 1994, 1996, 1998, 2000), propone el desarrollo de formas

    alternativas de conocer, permiten repensar el rgimen de visibilidades sociales, los

    modos de modelizar el mundo y de semantizarlo desde una perspectiva propia que

    toma conciencia de las diferencias, la lucha entre los signos y los distintos

    tratos (2000:129) con los textos no siempre autorizados por la representacin

    hegemnica.

    Si, como dice Lotman, entre texto y contexto hay algo en comn (2000:122),

    es justamente en las fronteras de los complejos sistemas que disean los textos

    culturales, esa zona en la que se define lo que ac llamo configuraciones migrantes,

    en donde pueden reconocerse las posiciones de los sujetos y las operaciones de

    transversalidad entre diferentes lenguajes, el espesor que ellos adquieren en estos

    itinerarios y las tensiones que instauran las diversas batallas en la semiosfera

    latinoamericana (4).

    Como he de ejemplificar ac con un texto de la cultura argentina, me pareceproductivo partir de algunas reflexiones sobre su composicin siguiendo la categora

    lotmaniana de ensemble (2000:113), categora que entiendo como puntualizadora

    de aquella ms general de poliglotismo en tanto carcter estereoscpico de la

    cultura (2000:124).

    Yo dira que el ensemble (5) es una especie de configuracin migrante

    particular que determina la constitucin de un texto artstico hacia adentro, pero que

    remite innegablemente al contexto: otros textos, otras historias, otras organizaciones

    culturales, un complejo sistema de yuxtaposiciones y estructuras polifnicas (6).

    Esta configuracin no siempre es armnica y puede leerse atravesada por la propia

    inestabilidad de las condiciones culturales de produccin de los textos.

    Lotman inaugura la discusin acerca de la conjuncin de artes en distintos

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    textos culturales con una pregunta central: Por qu ninguna colectividad

    puede satisfacerse con un solo arte sino que construye invariablemente series tpicas

    inherentes a ella?.

    Y responde asimismo: [...] porque un hombre [...] casi nunca emplea textos

    artsticos aislados sino que tiende a los ensembles que dan combinaciones de

    impresiones artsticas esencialmente heterogneas (2000:115).

    La articulacin en el propio tejido textual de obras sincrnicas con las de otra

    poca permite leer la voluminosidad de la informacin (2000:127) textual como

    modelo a escala reducida de una formacin cultural, ya que la tendencia de toda

    poca es la de ampliar la esfera espacial del arte y tambin la de hacer del arte el

    lugar en que el pasado se hace presente y el lugar de las emociones.

    Con respecto a la primera cuestin, ampliar la esfera espacial del arte, slo

    basta pensar que, en nuestra poca particularmente, estas esferas se han expandido

    merced a las nuevas tecnologas, los lenguajes audiovisuales y las formas dedigitalizacin. Estos lenguajes, modelizantes en grados diferentes, se corresponden

    con la representacin fracturada del mundo que el hombre del siglo XX y ms an de

    este nuevo siglo, parece haber conformado. Y esto lo muestra particularmente el

    video-arte con el que he de ejemplificar.

    Con respecto a la idea de que el arte es el lugar de la memoria y de las

    emociones, enfatizo de manera especial esta ltima expresin, ya que desmiente

    tajantemente a quienes han querido ver en la teora lotmanina a un pensamiento sin

    sujeto. La unidad de obras de arte heterogneas dentro de cierto espacio cultural no

    puede ser considerada separadamente de la conducta del hombre que se incorpora a

    ese ensemble, reafirma Lotman (2000:119).

    Si la tendencia cultural contempornea es la del aumento de la diversidad, de

    la fragmentacin y de la heteroglosia, los textos forman parte de esa complejidad y yo

    dira que pueden leerse como mecanismos descriptores o en trminos retricos,

    como metforas del funcionamiento del poliglotismo cultural.

    De manera particular, la literatura, el lenguaje de la plstica y la msica

    incorporados como ensemble, como conjunto amplio articulado por el lenguaje de la

    produccin videogrfica, permiten leer en el texto que he de considerar, la posibilidad

    que ofrece el lenguaje audiovisual de trabajar con memorias textuales diferentes y dehacer, a partir de ellas, una lectura situada. Al contexto cultural, que es en s mismo

    otro ensemble, se incorpora un nuevo texto fracturado por la convivencia conflictiva

    de los lenguajes artsticos, y lo hace mediante la representacin de un sujeto

    dislocado que exhibe en su cuerpo la distancia entre lo que una cultura pretende

    inmvil, y en realidad est en vertiginoso cambio, y la diferencia entre el deseo y la

    moral social.

    As todo texto artstico

    [...] es, en una u otra medida, semiticamente heterogneo (y en algunos de

    ellos, sobre todo el teatro y el cine) el concepto de ensemblese convierte en unode los principios constitutivos fundamentales. Este consiste en la orientacin

    radical hacia la heterogeneidad de los recursos de la expresividad artstica

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    [basados en] la imitacin de la desorganizacin compositiva de la escena real de

    la vida cotidiana. (2000:82-84)

    3. La dislocacin de la tragedia

    Tragediaes un video-arte realizado por el creador argentino Vctor Arancibia.

    Construido sobre la base de un relato de Vicente Huidobro que da ttulo al video (cfr.

    Anexo), con fragmentos del Requiem de Mozart y las imgenes de la pintora

    Alejandra Yarad, el texto ha surgido de la interaccin mediada por un sujeto

    creador de varios lenguajes entre s que tienen una interpretacin conflictiva de la

    realidad y que les permite actuar y comunicarse con referencia a esta conflictividad.

    Si bien el sistema textual es relativamente autnomo o puede leerse en su

    autonoma, en Tragedia, las musas andan en corro, como dira Lotman citando

    un antiguo proverbio, es decir, texto literario, texto pictrico y texto musical

    constituyen los lenguajes migrantes del texto videogrfico siendo el ensemblemismo

    el que fija las condiciones de legibilidad.

    En su autonoma ninguno de estos textos dice lo que dice en conjunto. La

    mediacin de un sujeto creador, las condiciones pragmticas de realizacin y el

    trabajo con el lenguaje audiovisual, excluye una organizacin basada en la jerarqua:

    elabora ms bien procesos de interaccin heterrquicos (7) en tanto casos de

    jerarqua poco comunes que producen nuevas diferenciaciones y polivalencias

    semnticas. Sobre todo desarticula el lenguaje discreto del texto literario y pone en

    movimiento el estatismo de la imagen pictrica mediante el movimiento de la cmara

    y el montaje.

    Como todos sus lenguajes estn interconectados en el plano espacial, pero

    responden a historicidades diferentes, incluyendo el lenguaje de una cmara

    fotogrfica disparada continuamente y que remite al lugar social del archivo policial y

    del registro periodstico, este texto puede considerarse un sistema vivo o, en

    trminos de Lotman, un organismo pensante: funciona al modo del cerebro humano

    como un programa mnemnico compacto e incorpora de manera heterognea un

    conjunto de modelos de realidad que llevan en s mismos las marcas del poder y de

    los intereses sociales (Schmidt, 1998:177).

    De all que aporta construcciones de realidad novedosas que oscilan entre dos

    modalidades narrativas la trgica y la irnica e instaura un sistema de relacionesmltiple o, mejor an, una configuracin migrante particular: apela a la tradicin de

    la vanguardia sin desechar el melodrama de cualquier telenovela latinoamericana;

    muestra sentimientos sociales encontrados (el amor, la venganza, los celos, el odio);

    refracta prcticas culturales fuertemente arraigadas en Amrica Latina (el

    patriarcado, la violencia contra la mujer, la impunidad de la muerte), a la vez que

    utiliza un subterfugio feminista y psicoanalista (Yo soy otra) para hablar del sujeto

    femenino que ofrece resistencia; apela a la libertad trgica como condicin del

    hombre en cualquier situacin social en que trata de imponer su libre albedro; utiliza

    el lenguaje fragmentario y entrecortado de los medios; subvierte un gnero de fuerte

    prestigio en la tradicin occidental la tragedia para componer un texto que sepercibe como desafo o como interpretacin irnica por lo tanto, ideolgica de la

    construccin de algunos modelos de mundo ms destacados de una semiosfera

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    cultural.

    En este caso no podramos hablar de una crtica social si no sealramos o

    explicramos por qu la ideologa resulta severamente perturbada por un texto

    elaborado como ensembleficcional. Frente al modelo social articulado en un sistema

    de convenciones matrimonio, fidelidad, rol de la mujer, el texto emerge como una

    configuracin material divergente o disimtrica:

    Cuando la sociedad patriarcal o cualquier otra forma de la idealizacin

    de la inmutabilidad se vuelve objeto del arte seala Lotman, entonces, al

    contrario de la opinin corriente, el estmulo a la creacin de un arte tal no es

    una sociedad estable e inmvil, sino una sociedad que est atravesando

    procesos catastrficos. (1998:204)

    De algn modo, la trayectoria del personaje dislocado en Mara y Olga muestra

    la autoconciencia del texto artstico acerca de sus propias estructuras y su masa de

    sentidos que apuntan a lo social (Lotman, 1999:35). Contra todas las previsiones, elpersonaje como interlocutor inteligente no coincide con el deber ser es decir, con

    las prcticas impuestas por los mandatos culturales. Es por ello que el texto

    introduce una serie vertiginosa de modelos de mundo verosmiles Mara cumple

    con su deber, al mismo tiempo que se agrieta en la inadecuacin constitutiva del

    personaje que muestra el contrapunto, la interaccin de lo mvil y lo inmvil, dira

    Lotman (2000:84), la postulacin de tensiones y fracturas no resueltas ya que las

    configuraciones migrantes tejidas en los lenguajes artsticos no suturan los conflictos

    sociales que exhiben en su trama.

    Lotman ha sealado perspicazmente la relacin entre el final de un texto y el

    final de la vida del hombre, indicando que el problema puramente literario del final

    tiene en realidad un anlogo en el problema de la muerte (1999:213). En una

    conversacin con Peeter Torop puntualiza:

    Para sobrevivir es preciso morir. Tan slo porque la muerte es

    precisamente la regeneracin en esa nueva forma que sobrevivir [...]. El

    proceso del arte [...] puede ser descrito como fuente de vida y fuente de

    muerte. (2003:4)

    Es as que Mara muere para que la historia termine. Pero tambin es cierto

    que muere para que Olga adquiera una libertad inesperada, as como el texto cuyoremate trunco es feliz con su amante. Muy, es la resultante de un creador-

    experimentador que ha trabajado en un experimento cuyos resultados son para l

    mismo inesperados e imprevisibles (1999:213). El ttulo Tragedia apela a la

    tradicin del gnero y al acento que pone ste en el destino, lo inevitable, la falta de

    autonoma del sujeto con respecto a la posibilidad de gobernar su propia vida. Pero el

    texto se juega en el rechazo a esa falta de autonoma y somete la historia a la ley del

    futuro.

    La perturbacin que instaura internamente el ensemble no se resuelve ni se

    disuelve. En ese desajuste el texto modeliza esta cultura al presentarse a s mismo

    fracturado: fragmentos del texto literario, detalles de los cuadros, partes del texto

    musical, modos de la vida cotidiana, interiores de una vivienda, cmaras fotogrficas

    registrando la escena, etc. Afecta as en su propio cuerpo la experiencia del

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    desequilibrio y la trasmite al receptor que elabora el sentido solamente por el

    contexto [...] resultado del instalarse en un espacio ms amplio, que se extiende hacia

    fuera. (Lotman; 1999:56)

    La esttica del texto videogrfico suministra una formulacin de la razn y de

    la poltica que propone nuevas significaciones entre las grietas del mundo sensorial:

    en los cuerpos y los referentes sociales, late el enfrentamiento entre el pasado

    personal y la visin crtica de los acontecimientos culturales en un conflicto

    claramente marcado por la sexualidad, el gnero y los espacios de poder.

    Este tipo de textos, producidos en la actualidad en nuestras culturas, trata de

    expandir un debate creativo acerca de las nuevas formas del arte incluyndolas en las

    condiciones de resistencia que pueden venir de la mano de nuevos lenguajes

    culturales. Fundamentalmente muestran en s un ininterrumpido proceso dinmico

    de nacimiento y renacimiento del sentido cuyo mecanismo es propio del

    arte (Lotman, 1994:71) y al que yo he llamado configuraciones migrantes:

    dispersin y reunin de textos culturales en un mismo espacio visual, quiebre defronteras internas, desdoblamiento de sujetos y un alto grado de densidad semitica

    con su consecuente explosin de sentidos. Un modelo de la cultura latinoamericana

    que comporta a la vez teora, representacin e instrucciones de lectura.

    NOTAS

    1. Expresin acuada por Michel De Certeau para referirse a los modos en que los

    sujetos resisten la dominacin en sus tcticas y estrategias de supervivencias

    cotidianas. Cfr.La invencin de lo cotidiano. Mxico, Univ. Iberoamericana, 1987.

    2. Cuando decimos textos, sabemos que no solo estamos hablando del texto artstico,

    sino tambin de prcticas, discursos y formas de saber que el canon esttico de la

    modernidad que pasa por ser un sistema crtico pero en realidad es ideolgico,

    excluy de sus filas: el folklore, la religiosidad y el arte populares, las artesanas, la

    fiesta, las formas de la vida cotidiana, los dibujos animados, el vestuario, el juego y

    ciertos modos culturales de comportamiento, etc. Con respecto a los mecanismos

    culturales de construccin del canon, Lotman nos indica que en determinados cortes

    sincrnicos lo que se ve no es la diversidad sino el metamecanismo que crea no solo

    un determinado canon del estado sincrnico de la cultura, sino tambin su propiaversin del proceso diacrnico (2000:129).

    3. Walter Mignolo, Postoccidentalismo, el argumento desde Amrica Latina, en

    Castro Gmez y otros, Teoras sin disciplinas. Mxico, Porra, 1998.

    4. Para dar cuenta de nuestra conflictividad constitutiva diferentes tericos han

    elaborado categoras con las que puede acordarse o no, que pueden considerarse ms

    o menos pertinentes, pero que innegablemente surgen de una preocupacin comn

    del pensamiento latinoamericano: desde Mart que ya hablaba de nuestra Amrica

    mestiza, a las actuales categoras de culturas hbridas (Garca Canclini), de formas

    culturales contradictorias (Cornejo Polar) o de textos diaspricos (Stuart Hall), porcitar algunas a las que habra que agregar indudablemente la de antropofagia de

    Oswald de Andrade y luego de Haroldo de Campos.

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    5. Sabemos que la palabra es francesa y que en espaol, en su uso sustantivo, quiere

    decir conjunto, grupo. Como adverbio remite a juntos, al mismo tiempo,

    simultneamente.

    6. Lotman toma de Bajtn la nocin de polifona aplicndola a la organizacin de los

    diferentes textos que pueden leerse en un ensemble(2000:136).

    7. Categora utilizada por Siegfried Schmidt (1998:178) para designar procesos de

    interaccin artsticos simultneos que rompen con la dominacin de un texto sobre

    otro.

    REFERENCIASBIBLIOGRFICAS

    Arn, Pampa y Barei, Silvia (2001). Texto/Memoria/Cultura. El pensamiento de Iuri

    Lotman. Crdoba, Editorial Universidad Nacional de Crdoba, Argentina [Reedicin

    (2005) Ed. El Espejo, Crdoba].

    Lotman, Iuri (1994). Cercare la strada. Venecia, Marsilio.

    Lotman, Iuri (1996).La Semiosfera I. Semitica de la cultura y del texto(Seleccin y

    traduccin del ruso de Desiderio Navarro). Madrid, Ctedra (Coleccin Frnesis).

    Lotman, Iuri (1998). La Semiosfera II. Semitica de la cultura, del texto, de la

    conducta y del espacio (Seleccin y traduccin del ruso de Desiderio Navarro).

    Madrid, Ctedra (Coleccin Frnesis).

    Lotman, Iuri (1999) Cultura y explosin. Barcelona, Gedisa.

    Lotman, Iuri (2000). La Semiosfera III. Semitica de las artes y de la cultura

    (Seleccin y traduccin del ruso de Desiderio Navarro). Madrid, Ctedra (Coleccin

    Frnesis).

    Torop, Peeter (2003). Peeter Torop conversa con Iuri M. Lotman, enEntretextos 1.

    Schmidt, Siegfried y otros (1998). La ciencia emprica de la literatura. Madrid,

    Verbum.

    ANEXO

    TRAGEDIA

    Mara Olga es una mujer encantadora. Especialmente la parte que se llama

    Olga.

    Se cas con un mocetn grande y fornido, un poco torpe, lleno de ideas

    honorficas, reglamentadas como rboles de paseo.

    Pero la parte que ella cas era su parte que se llamaba Mara. Su parteOlga permaneca soltera y luego tom un amante que viva en adoracin

    ante sus ojos.

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    Ella no poda entender que su marido se enfureciera y le reprochara

    infidelidad. Mara era fiel, perfectamente fiel. Qu tena l que meterse

    con Olga? Ella no comprenda que l no comprendiera. Mara cumpla con

    su deber, la parte Olga adoraba a su amante.

    Era ella culpable de tener un nombre doble y de las consecuencias que

    esto puede traer consigo?

    As, cuando el marido cogi el revlver, ella abri los ojos enormes, no

    asustados, sino llenos de asombro, por no poder entender un gesto tan

    absurdo.

    Pero sucedi que el marido se equivoc y mat a Mara, a la parte suya, en

    vez de matar a la otra. Olga continu viviendo en brazos de su amante y

    creo que an sigue feliz. Muy.

    Vicente Huidobro

    Principio del documento

    * Una versin de este texto se present en el I Encontro Internacional para o estudo da Semiosfera.Interferncias das diversidades nos sistemas culturais, celebrado en So Paulo (Brasil), 22-26 de agostode 2005. Se publica por primera vez en ENTRETEXTOS.

    El URL de este documento es http://www.ugr.es/~mcaceres/Entretextos/entre6/configuraciones.htm

    Manuel Cceres Snchez 2003-2005 para estas pginas. El copyright de los artculos publicados en Entretextos pertenece a sus autores, del mismo modo que, en el caso de lastraducciones, los derechos de las mismas pertenecen a los traductores. Los artculos pueden ser enlazados o reproducidos electrnicamente para fines docentes e investigadores, sin alteraciones eindicando su procedencia. Se debe citar esta d ireccin electrnica, as como el nombre del autor --y del traductor, dado el caso--, cuando se reproduzca, distribuya o comunique pblicamente elcontenido de estas pginas, en todo o en parte. En el caso de una reproduccin total en Internet o en revista impresa, debe comunicarlo a Entretextos, as como al autor --y al traductor, dado el

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