autonomÍa 111: gueros (con diéresis)

4
#111 Quincenario peludo Editor: Francisco Trejo Corona autonomia.lja.mx HABLEMOS DE GEROS Por J.S. Cainiz Durante la segunda quincena de febrero se presentó la 57 Mues- tra Internacional de Cine en la UAA. Ya era una tradición disfru- tar del mejor cine que se hace en otras latitudes, seleccionado por la Cineteca Nacional, en el auditorio Pedro de Alba; no obs- tante esta muestra ya se había presentado en nuestra ciudad, el pasado diciembre, en el museo Descubre. Así que en esta ocasión el plus fue la entrada gratuita. Por lo que un servidor se dio a la tarea de ver un mayor número de cintas. Películas como: Leviathan (Rusia), Tan negro como el car- bón (China), Dos días, una noche (Francia), Mapa a las estrellas (Estados Unidos), o la recientemente premiada con el Oscar a mejor película extranjera, Ida (Polonia); cada una con la sufi- ciente fuerza narrativa para merecer una reseña en este espacio, no obstante, como ya mencioné, en esta ocasión me permito ha- blar de la cinta Güeros, opera prima del director y dramaturgo Alonso Ruizpalacios, estrenada en 2014. Toda obra nos enfrenta con un discurso que puede o no afectar nuestra forma de afrontar la realidad. La literatura y el cine comparten esta cualidad. Cada nueva obra a la que nos enfrentamos nos ofrece una nueva perspectiva, nos abre nuevas posibilidades de explorar y expandirnos en nuestra propia rea- lidad. De cuando en cuando me llego a encontrar con un libro o película que genera no sólo la reflexión, sino el deseo de tras- tocar la estructura misma de mi realidad. Mucho dependerá del background del espectador, pues no es lo mismo enfrentarse a algo como Pedro Páramo, si previamente se ha leído a escritores como Samuel Beckett o Franz Kafka, que si se posee como único referente la barra de telenovelas del “canal de las que enseñan”. Güeros es una película de contrastes. Si bien para algunos no pasará de ser la clásica cinta en la que se muestra lo típico del mexicano sin aspiraciones y que vive al día; entre el ya merito y la espera de una oportunidad que permita a los protagonistas al- canzar la independencia y estabilidad económica. Lo importante no es la anécdota de los personajes, sino cómo nos involucramos con la experiencia de vida que sufre cada uno. HASTA QUE TE CONOCÍ | /AUTONOMÍA CINE: Tomás llega de Veracruz (pues su madre ya no sabe qué ha- cer con él), a pasar una temporada al cuidado de su hermano mayor Federico, a quien apodan Sombra, y que comparte de- partamento con Santos, amigo de la UNAM. Ambos jóvenes viven a la deriva pues la universidad se encuentra en paro por la huelga de estudiantes del 99. El principal contraste entre los hermanos, además de la diferencia de edad es que uno es güero y el otro moreno. Tomás intenta integrarse al mundo de su hermano, pero él llega con su propio mundo interior, repre- sentado por un cassette, heredado de su padre, y que contiene la música de Epigmenio Cruz, un anónimo rockero que habría alcanzado trascendencia de haber tocado en el festival de Avándaro, tal era su impacto que la leyenda cuenta, y Tomás lo cita cada que puede: “Epigmenio alguna vez hizo llorar a Bob Dylan”. Un día lee en el periódico que su ídolo se encuentra agonizando en el hospital. Ahí empieza la búsqueda, a la que se suma Ana, una chica que dirige el movimiento estudiantil, y de la que está enamorado Sombra. Además de la historia, esta película resulta atractiva por los recursos de que se sirve para enganchar al espectador. Está filmada en formato 4:3, blanco y negro. Influyen mucho en el desarrollo de la historia: cortes, perspectivas y ángulos de cámara. La música es otro elemento atractivo, desde Agus- tín Lara hasta Juan Gabriel, pasando por sonidos característi- cos de los 40’s a 60’s en la escena nacional. (Sigue en la 2 ->->->->->->->->->->->->->->->->->->)

Upload: la-jornada-aguascalientes

Post on 22-Jul-2016

239 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Cultura pop para LJA

TRANSCRIPT

#111Quincenario peludoEditor: Francisco Trejo Corona

autonomia.lja.mx

HABLEMOSDE GUEROSPor J.S. Cainiz

Durante la segunda quincena de febrero se presentó la 57 Mues-tra Internacional de Cine en la UAA. Ya era una tradición disfru-tar del mejor cine que se hace en otras latitudes, seleccionado por la Cineteca Nacional, en el auditorio Pedro de Alba; no obs-tante esta muestra ya se había presentado en nuestra ciudad, el pasado diciembre, en el museo Descubre. Así que en esta ocasión el plus fue la entrada gratuita. Por lo que un servidor se dio a la tarea de ver un mayor número de cintas. Películas como: Leviathan (Rusia), Tan negro como el car-bón (China), Dos días, una noche (Francia), Mapa a las estrellas (Estados Unidos), o la recientemente premiada con el Oscar a mejor película extranjera, Ida (Polonia); cada una con la sufi-ciente fuerza narrativa para merecer una reseña en este espacio, no obstante, como ya mencioné, en esta ocasión me permito ha-blar de la cinta Güeros, opera prima del director y dramaturgo Alonso Ruizpalacios, estrenada en 2014. Toda obra nos enfrenta con un discurso que puede o no afectar nuestra forma de afrontar la realidad. La literatura y el cine comparten esta cualidad. Cada nueva obra a la que nos enfrentamos nos ofrece una nueva perspectiva, nos abre nuevas posibilidades de explorar y expandirnos en nuestra propia rea-lidad. De cuando en cuando me llego a encontrar con un libro o película que genera no sólo la reflexión, sino el deseo de tras-tocar la estructura misma de mi realidad. Mucho dependerá del background del espectador, pues no es lo mismo enfrentarse a algo como Pedro Páramo, si previamente se ha leído a escritores como Samuel Beckett o Franz Kafka, que si se posee como único referente la barra de telenovelas del “canal de las que enseñan”. Güeros es una película de contrastes. Si bien para algunos no pasará de ser la clásica cinta en la que se muestra lo típico del mexicano sin aspiraciones y que vive al día; entre el ya merito y la espera de una oportunidad que permita a los protagonistas al-canzar la independencia y estabilidad económica. Lo importante no es la anécdota de los personajes, sino cómo nos involucramos con la experiencia de vida que sufre cada uno.

HASTA QUE TE CONOCÍ | /AUTONOMÍA CINE:

Tomás llega de Veracruz (pues su madre ya no sabe qué ha-cer con él), a pasar una temporada al cuidado de su hermano mayor Federico, a quien apodan Sombra, y que comparte de-partamento con Santos, amigo de la UNAM. Ambos jóvenes viven a la deriva pues la universidad se encuentra en paro por la huelga de estudiantes del 99. El principal contraste entre los hermanos, además de la diferencia de edad es que uno es güero y el otro moreno. Tomás intenta integrarse al mundo de su hermano, pero él llega con su propio mundo interior, repre-sentado por un cassette, heredado de su padre, y que contiene la música de Epigmenio Cruz, un anónimo rockero que habría alcanzado trascendencia de haber tocado en el festival de Avándaro, tal era su impacto que la leyenda cuenta, y Tomás lo cita cada que puede: “Epigmenio alguna vez hizo llorar a Bob Dylan”. Un día lee en el periódico que su ídolo se encuentra agonizando en el hospital. Ahí empieza la búsqueda, a la que se suma Ana, una chica que dirige el movimiento estudiantil, y de la que está enamorado Sombra. Además de la historia, esta película resulta atractiva por los recursos de que se sirve para enganchar al espectador. Está filmada en formato 4:3, blanco y negro. Influyen mucho en el desarrollo de la historia: cortes, perspectivas y ángulos de cámara. La música es otro elemento atractivo, desde Agus-tín Lara hasta Juan Gabriel, pasando por sonidos característi-cos de los 40’s a 60’s en la escena nacional. (Sigue en la 2 ->->->->->->->->->->->->->->->->->->)

GUEROS (cont.)

Por ejemplo, el personaje de Ana aparece físicamente hasta la mitad de la historia, pero es un elemento constante desde el principio de la trama ya que Santos y Sombra se la pasan sin-tonizando una estación de radio pirata en la que escuchamos la voz de Ana leyendo poemas y presentando canciones. Momentos entrañables y que funcionan dentro del dis-curso de la historia. Sombra se la pasa contándole cuentos a la vecina de abajo, una niña con la que se comunica a través de un teléfono de hilo y vasos, esto con la finalidad de que los conecte a la electricidad, pues a ellos se las cortaron por “exceso de pago”. Una noche, luego de fumar marihuana, Sombra tiene el alucine de escuchar la voz de su vecina a través del vaso. Tam-bién llega a tener ataques de ansiedad, él habla del Tigre. En una escena muy bien lograda los protagonistas emprenden su odisea, y mientras van en el auto, Sombra en el asiento de atrás siente que se está yendo, y para esto se simula el efecto de nieve cayendo, o algodón o una tenue pelusa blanca. Cuando llegan al hospital, Sombra le dice al doctor que se siente como si estu-viera frente a un tigre que le arranca el rostro de un zarpazo. Igualmente intensas son las escenas en Ciudad Universi-taria, donde vemos un poco de lo que fue el movimiento estu-diantil en aquellos años. A este respecto Sombra en una de sus frases que quedan para la posteridad dice: “estamos en huelga de la huelga”. Es cuando Ana se une a la búsqueda de Epigme-nio, sobre el cual nunca escuchamos su música. Tomás les pone los audífonos y da play a la cinta, un lapso de completo silencio en el que nos imaginamos el éxtasis por la expresión de cada uno de los que escuchan. Pero lo que si alcanzamos a escuchar, en una escena clave de la película, cuando los personajes llegan a una pulquería en Texcoco, es la “escalera al cielo” del Divo de Juárez, el tema “Hasta que te conocí”, que suena en el momento en que se encuentran con Epigmenio; el contraste de la escena con la música, pero al mismo tiempo lo simbólico de la letra. Tal vez si esta película tuviera la misma difusión comercial que “Y tu mama también”, la canción de Juan Gabriel cobraría el mismo impacto que la del Buki. Y la reinterpretación que podemos hacer del tema mu-sical es: lo decepcionante que puede llegar a ser el conocer a nuestros héroes; pues muchas veces las expectativas son tan altas que olvidamos que esos ídolos también son de carne y hueso, e invariablemente están llenos de defectos. Un aspecto más que sobresale de esta propuesta fílmica, es el hecho de que por lo menos en un par de ocasiones los protagonistas rompen la cuarta pared para referirse a la película como un proyecto pretencioso que intenta emular el cine de arte europeo. En este caso, la autocrítica crítica válida la película.

3 SERIES PARA VER SI YA ACABASTE HOUSE OF CARDS 31. Unbreakable Kimmy Schmidt

Más allá del pedigrí de Tina Fey y Robert Carlock (porque 30 Rock lo crearon dos personas, eh), es una serie con puro weirdo caricaturesco que ya está disponible en su totalidad vía Netflix. El primer capítulo es algo meh, pero solamente se va poniendo mejor. Ciertamente no es adictiva, pero sirve para disfrutar algo nuevo a diario. Y son personajes más reales que Frank y Claire

2. Pretty Little Liars

Las pequeñas mentirosas de ABC Family ofrecen un show que es la mezcla no tan perfecta de Buffy, Gossip Girl, Criminal Minds y Glee. Son chavas de 25 años interpretando a chicas de 17 en busca del asesino de su mejor amiga que más bien no estaba muerta pero de todos modos hay un culto extraño que busca matarlas. Ni Doug Stamper. .3. Empire

Es como House of Cards hace tres años: un drama over-the-top con una pareja poderosa como protagonistas. Nomás que ahora tú lo puedes ver en estreno y decirle a todos en un año: sí, yo ya la ví toda ¿tú apenas?

La palabra pitero es una expresión que he escuchado desde la secundaria, principal-mente de gente del Distrito Federal. Pri-mero fue en la radio, cuando René Franco la usaba para definir ciertos contenidos de televisión abierto o al momento en que Sergio Zurita calificaba la calidad de ciertas notas que se daban al aire. Luego fue en mi revista favorita de toda la vida, Electronic Gaming Monthly en Español (el nombre, lo sé) para hablar acerca de ciertos juegos mediocres. Desde entonces ha sido parte de mi léxico. ¿Cómo estuvo el mitín de campaña? Pitero. ¿Qué tal el bar nuevo del que todos hablan? Piterillo. ¿Ya viste Vikings? La premisa me suena pitera. ¿Checaste el nuevo vídeo de Yuya? Piterísimo. De aquí partimos retroactivamente a la cultura del piterismo. Si eres un #pin-chefresa de esos que desde segundo semes-tre de uni no se quitan la camisa sudada brillosa y el zapato con tacón cubano que usas sin calcetín cuando vas por tu chava en el coche que te regaló tu papá para luego ir a cenar con dinero que no ganaste y “descargar el estrés de la semana” en el antro, entonces no sabes que es lo pitero. No viviste pitero. Las chavas que andan en su McMansion y te reciben nomás en la salita de la entrada mientras te dan caca-huates a elegir (¿con cascara o sin?) y ya que les pasaste la tarea te despachan para arreglarse y verse 10 años mayores ir con su novio golpeador y jugador de americano (cuz, ser gringos). Ellas no vivieron pitero. Si tu eres el tipo que sacaron de la mansión clase mediera alta, sí viviste el piterismo. Le comentaba hace unos días a un ya no tan nuevo amigo (el mismoque es-cribe Política for Dummies en La Jornada Aguascalientes) que muchos políticos sim-plemente no funcionan para mí porque

quieren hablar de piterismo pero nunca vivieron lo pitero. Nadita. Se paran, hablan de aumento a camiones urbanos y como para decirles “Papacito, te llevaba tu papá a diario, cuando agarraste un camión” sino es que se merece “Traes coche desde los 15 y no precisamente un Neón ‘96”. El caso no es sacar mis traumas personales o tratar de resolver porque el político estándar no nos entiende (que hay unos diferentes, por cierto). Es ejemplifi-car que el piterismo es exclusivo de la clase media mexicana y hay vertientes muy par-ticulares: el de provincia (sí) y el del DF. Mucho tiene que ver con los papás y cómo fueron educados. Creo también es parte de una generación, de aquellos nacidos entre el 75 y el 95. Una gran generación, porque no faltará quien me quiera dar un chinga-dazo por englobar a 20 años de personas en un mismo grupo. Piterismo es irte durmiendo en el camión y recargarte en una señora que ni la debe ni la teme. Es llevar 15 pesos a la uni y que te pidan 10 para copias. Ya estuvo que comiste café gratis del decanato (es-pantoso y rancio) junto a unas galletas de tres pesos de la cooperativa de las copias. Si eres dama es que sentada en el bus ur-bano horrendo y piterismo y que te hayan arrimado el pene en el hombro. Piterismo es pedorrearte porque no te queda de otra y que todo el camión se fume tu gracia. Es comer un sandwich remojadísimo en la primaria en el ‘97 cuando ves que los demás niños traen sus dos pesos para com-prar unos Doritos de-a-rico. A diario. Es que tu vecino del condominio cache que te estás robando el cable para ver Buffy, que le diga a tus papás. Es envidiar al vecino riquillo que tiene todos los videojuegos (¡Marvel vs. Capcom!) pero que está idiota, no los pasa, no los valora y encima de todo

le chilla a su papá por una porquería como Tarzán para Nintendo 64. Es irte con tu palomilla a gorrear los viernes en una fiesta ajena (siempre es cumpleaños de alguien, siempre), agarrar botellas a la discreta de alguna mesa y andar limosneando agua mineral. Lo más pitero es salir de la fiesta de despedida de dos amigas que se van de intercambio a Europa, que te den ride junto a tus compas hasta segundo anillo y tengas que caminar alrededor de 16 cuadras para llegar a otra fiesta donde te ves forzado a irte a los 19 minutos ya que no hubo más cerveza gratis. También lo podemos englobar en haber ido a una dinámica del programa del canal local para ganarte un super pack de leche y jugo (mucha leche). ¿Qué me dicen de usar el centro de computo de la prepa para usar LimeWire y Ares a todo lo que da, quemar un disco compacto y ponerlo en el discman para la hora y media que haces hasta tu casa en el camión? Entre lo más pitero que más suce-dido se encuentra ir a los famosos ciber cafés a inicios de los dosmiles y estar na-vegando alrededor de tres horas hasta que tuviera hambre y me doliera la cabeza. Llevaba una caja llena de disquetes para guardar información (a veces partida, con un programa llamado hacha.exe) y consu-mirla luego en casa, donde hasta 2007 tuve una Pentium III con 2 GB de disco duro. La música la consumía desde CD’s quemados, que generalmente copiaba a un amigo de la secundaria. Eso hasta que fregué la unidad de CD por el uso extensivo de un emulador de PlayStation. Sí, no tenía uno y me dolió no pasar Chrono Cross ya que había un bug con el GameStation. Suena nostálgico pero el piterismo también sucede en 2014, cuando vas a consulta en una clínica pública y encuen-tras que la enfermera te trata mal porque traes un iPhone ¿WTF? ¡Lo estoy pagando a plazos! O lo pitero que estar, no a dieta, sino cambiando hábitos y que unas flacas sin chiste te juzguen por pedir ensalada. Es que te llueva afuera de la Universidad Iberoamericana (donde fuiste de visita a la radio, con viaje de hora y media para entrevista de diez minutos) y que se te em-pañen los lentes, lo que resulta en que no veas que metrobus va a pasar. Todos en el rango mencionado he-mos vivido el piterismo. Hay que abra-zarlo, es nuestra fortaleza.

@masterq * Destila piterez en Twitter, aunque no sea lo mejor para su futuro. Y le faltó platicar de sus pleitos con taxistas por 50 centavos y un peso. Ah que morro, resentídisimo.

Foto: Archivo LJA

IR AL CINE Y METER COSAS DE CHEDRAUI

VIVIENDO EL PITERISMOPor Francisco Trejo Corona

¿La siguiente gran figura del folk?

Bajo la génesis de un pausado –y se podría decir, extinto—Fleet Foxes, Ed Riman tomó lo mejor de la agrupación de Seattle, (a excepción de las largas barbas y cabelleras) para formar su propia orquestación en solista bajo el nombre de Hilang Child, quien con un segundo EP tan poderoso como su propia voz, alimenta con am-bientes etéreos a un folk dominado por una acústica tradicional.

A diferencia de otro de los grandes representantes del folk como Justin Vernon, mejor conocido por su proyecto cortavenas, Bon Iver, Riman no recurre a falsettos o movimientos delicados y agu-dos de voz, por el contrario, utiliza su potencia para armonizar por completo los tracks de su más reciente EP, ‘The Garth Water-man’, mismo material que con sólo cuatro cortes demuestra por qué podría ser la siguiente gran figura del folk, especialmente con “Rushlight”, la posible mejor canción del lanzamiento.

‘First Writings’, tal y como lo indica el título, se trata del primer bosquejo musical en la carrera de Riman; composiciones y atmos-feras minimalistas que luego evolucionarían y serían plasmadas en una caratula pintada en acuarela, la cual sorprendería con un pescador u “hombre de mar” al frente, un fondo impalpable pero motivado por las diferentes tonalidades vocales del londinense, y los nuevos pero delicados tracks del mismo.

¿Un próximo “crooner” del folk? Probablemente. Pero encasillar a un Ed Riman que puede cantar una octava sin problemas en una categoría que limita su alcance orquestal sería minimizarlo. Eso, o ignorar por completo que Hilang Child es un elemento que podría renovar al folk en un próximo trabajo de larga duración.

COMBO CUATES: HILANG CHILD Y HAWAIIAN GREMLINSPor Uziel Palomino / Ultramarinos.co

ALGO QUE DECIR_UN SHOW DESDE, EN, PARA, POR LJAVIERNES 20.30 HORAS / 94.5 FM RADIO UAA

Los Hawaiian se volvieron más darks para su nueva y deliciosa canción

Alguna vez, hace poco menos de un año, platiqué con los Hawaiian Gremlins en relación a su genialísimo ‘Girls’ (en realidad sólo fue con Elías), la forma en la que componen, el estilo visual al que se apegan, y claro, las morras-mujeres-chicas-jevas que inspiraron grandísimo EP. La banda parecía cosechar absolutamente toda la pizza que habían sembrado, pues todo el país hablaba de ellos y sus apariciones en festivales eran más notorias.

Sí, la tercia conformada por Santiago, Paquito y Elías es ahora una de las propuestas independientes más fuertes en el circuito nacio-nal, y la espera por un material de larga duración es obvia luego de haber escuchado su participación en uno de los compilados “Club de Discos” de Doritos; el sonido de “Flowers” pudiera ser bastante similar a cualquiera de los cortes de su actual EP a primera escucha, sin embargo, el trio demostró en pequeños deslices el siguiente paso a seguir, mismo que ahora se percibe en “Kevin”, el primer esbozo del deseado LP debut.

La agrupación capitalina muestra en una nueva pieza de casi 3 mi-nutos y medio una mayor potencia, una profundidad mejor traba-jada en su género y un acercamiento notorio a la cultura oriental, todo esto con una atmósfera oscura y sombrías capas de reverb. ¿Se acabó el factor veraniego? El estreno del disco debut de los Hawaiian Gremlins nos lo dirá con el tiempo, por ahora, “Kevin” es uno de los temas más sólidos que un conjunto nacional ha lanzado mientras presume unas distinguidas camisas playeras -ya saben, de la playa-.

TU FEEDDE MÚSICA DIARIAultramarinos.co