arzobispo barroeta-conde de torremúzquiz

Adolfo Soto Sáez Restaurantes y Apartamentos Turísticos Rincones del Vino Ezcaray - Logroño (La Rioja) España

225

Casa del Arzobispo Barroeta (hoy conde de Torremúzquiz). Varias casas dan forma a la plaza del conde de Torremúzquiz, con el kiosco de música como centro. El actual kiosco es el segundo, ya que el primero fue pagado en buena parte, o la totalidad, por uno de los condes de Torremúzquiz, que pudo ser Don Severo, quien igualmente trae uniformes e instrumentos para la primera Banda Municipal de Música de Ezcaray y paga un sueldo extra al organista de la iglesia Parroquial para que forme a los músicos en la nueva Escuela de Educandos y dirija ensayos y actuaciones.

1. Casa-palacio del Arzobispo Barroeta, hoy de los nietos de D. Lorenzo Roca, conde de Torremúzquiz. 2. Jardines al oeste del Palacio, en la casa una galería permite disfrutar más de los mismos. 3. Un detalle de Ezcaray desde la época del arzobispo Barroeta hasta hace muy pocos años. Entre edificaciones, fincas de huertos y frutales, ríos que recorrían sus calles aportando la energía de sus aguas, a través de ruedas de agua, a la industria textil y molinos. Palacio del arzobispo Don pedro Antonio de Barroeta y Ángel Sin duda, es el edificio más representativo de la plaza y Ezcaray. El Ilmo. Sr. Don Pedro Antonio de Barroeta y Ángel, de familia hidalga, nació en Ezcaray el 20 de octubre de 1701, hijo de Benito Joaquín de Barroeta y Zaldívar y María Ángel Zaldierna de Barrenechea (el apellido era Varnechea, ignoro cuando pasa a Barrenechea) y Frías. Eran naturales de San Millán de la Cogolla el primero y de Ezcaray la segunda. La misma procedencia tuvieron sus abuelos paternos, D. Simón de Barroeta y Doña Mª Zaldívar y Segura, que contrajeron también matrimonio en esta villa.

1. El Arzobispo, nacido en Ezcaray, Ilmo. Sr. Don Pedro Antonio de Barroeta y Ángel (I. Parroquial, capilla de San Miguel). 2. Detalle del escudo de armas de Barroeta en el palacio (del reloj) que mandó construir en Ezcaray, esquina plaza Mayor. 3. Jardines principales del palacio, con detalle de lucero de escalera sobre el tejado. Una de las Capitulaciones Matrimoniales contraídas de antemano, obligó a D. Benito a trasladar su residencia a Ezcaray aun antes de su casamiento, y aquí nacieron sus hijos, Pedro Antonio, Mª José y Juan Crisóstomo, que recibieron la confirmación de manos del Ilmo. Sr. Arzobispo de Burgos, D. Manuel Francisco de Navarrete y Guevara el 18 de julio de 1716. Para entonces pedro Antonio había cursado las primeras letras en la preceptoría local de Gramática y Retórica que venían regentando los congregantes de San Felipe Neri. Luego se preparó para el sacerdocio bajo la dirección de sus tíos D. Melchor Ángel de Zaldierna y D. Gabriel Ángel Frías de Barrenechea y probablemente recibió la formación sacerdotal en el seminario de Burgos, aunque algunos datos indican que fue colegial del Mayor de Cuenca. En 1728 ingresó en el cabildo local en calidad de medio racionero, ascendiendo a ‘racionero entero’ en 1730.

1. Jardín sur del palacio (1). El palacio, al fondo derecha, en la actualidad (2). (3) “Buena sombra”


226

Uno de los documentos avalado con la firma autógrafa que se conserva en el Archivo de la parroquia, ostenta el siguiente encabezamiento: D. Pedro Antonio de Barroeta, abogado de los RR. Consejos, opositor a las cátedras de ambos derechos en la ‘Real Universidad’ de esta ciudad de Valladolid, cura beneficiado de la parroquia y unidas de la villa de Ezcaray de la diócesis de Burgos, y Visitador General de dicho Arzobispado.

San Lorenzo desde el palacio (1). El palacio y jardines del oeste desde la nueva fuente de Soleta (2). Detalle del martillo del reloj junto a la bola con la veleta y doble cruz, sobre el tejado del lucero del palacio (3). En 1736 ganó la canonjía de penitenciario de Coria; poco después la de doctoral de Málaga y el 25 de abril de 1748. A los 46 años de edad, Fernando VI lo presentó al Papa Benedicto XIV para el Arzobispado de Lima (Perú), del que tomó posesión el 26 de junio de 1751, permaneciendo en este cargo hasta el 18 de septiembre de 1758. Publicó los Edictos de los pontífices, entre ellos el de Benedicto XIV por el que se disminuía el número de días festivos. En lo material dio un gran impulso a la reconstrucción de la catedral, devolviendo el culto a una parte de ella en una solemne función religiosa el 30 de mayo de 1755.

Escudos de armas del arzobispo Barroeta, piedra en su casa-palacio, hoy del conde de Torremúzquiz, dorado en Allende, sobre los retablos de las dos capillas laterales, donadas por tan ilustre persona.

Escudo de 8 cuarteles, el primero, arriba izquierda, de león rampante, el segundo de losanjes, el tercero de castillo, el cuarto de espada entre cuatro alas, el quinto de caballero armado con árbol enraizado y caldera, el sexto de dos alas, el séptimo de ocho armiños y el octabo de tres lises. Dicen que Barroeta no se enriqueció con su cargo, incluso padeció dificultades económicas en algunos momentos de su vida arzobispal. Se mostró intolerante contra la codicia de algunos curas, y otras personas, que explotaban a los indios y su tendencia fue la de favorecer a estos en los litigios que se producían. Obligó también a los sacerdotes a que aprendieran la lengua quechua y no confería las órdenes sagradas a quienes no la supieran. Parecía que pretendía tener sentido de la autoridad y llenó la ciudad de edictos y órdenes. El propio virrey Superunda la juzga severamente en su relación de gobierno, terminando enfrentándose como enemigos. En 1758 fue promovido al arzobispado de Granada (España) y se embarcó para la metrópoli el 18 de septiembre de ese año, tras 7 años de permanencia en la archidiócesis de Lima. Su mandato en el arzobispado de Granada fue prolongado ya que lo presidió durante 16 años hasta su muerte en 1775. Cuéntese que Barroeta se convirtió en protector de su antiguo enemigo en Lima, Manso de Velasco, conde de Superunda, cuando este salió de prisión tras caer en desgracia, albergándole en su palacio arzobispal hasta su muerte. En su pueblo natal, Ezcaray, construyó el hermoso ‘Palacio del Arzobispo Barroeta’. Las obras pudieron dar comienzo en 1761 y el palacio se terminó en 1766, momentos de esplendor en Ezcaray. También parece cierto que ayudó al riojano marqués de la ‘Ensenada’, quien tanto había hecho por Ezcaray y España, cuando tras burdas acusaciones, preparadas por sus enemigos ingleses y portugueses, cayendo en desgracia ante el rey fue por un tiempo desterrado a Granada.


227

Como el primer día podemos ver el complicado escudo de armas que adorna su fachada. A principios del siglo XX, su familia lo vendió a D. Severo, conde de Torremúzquiz. El título lo hereda una hija, Luisa, y después Don Lorenzo Roca, como él se llamará el hijo mayor del matrimonio, tienen dos guapas hijas, Luisa y Teresa, y otros dos hijos, el pequeño es Jacobo.

El 6 de agosto de 1748, D. Pedro Antonio de Barroeta y Ángel, Canónigo Doctoral de la catedral de Málaga, comunica al Cabildo Eclesiástico de Ezcaray, que ha sido nominado Arzobispo de la sede Metropolitana de Lima en el Reino de Perú, tenía 46 años de edad. El Cabildo, nobles y destacadas personas de la villa, organizan un homenaje para celebrar la noticia. Compran un ‘Victor’, enseña de triunfo, quince docenas de cohetes de diversas invenciones y cuatro ruedas o tracas, más una docena de hachas de cera blanca.

A la derecha, la casa palacio del reloj era la del arzobispo Barroeta, XVIII. El reloj lo mando retirar de la esquina que da a la plaza uno de los condes de Torremúzquiz, cansado de que cada vez que llegaba a Ezcaray los vecinos cuando le saludaban siempre le decían. “Por cierto señor conde que hemos venido observando que su reloj, se atrasa o adelanta, tantos minutos respecto al de la iglesia”. En vano logró el conde, a pesar de que en más de una ocasión envió expertos relojeros, en arreglar esto. Lo solucionó retirando de la vista del público la esfera del mismo y que las campanas no sonaran. (2) La bola y la doble cruz que había sobre el reloj se colocaron sobre el tejadillo del lucero de la escalera, construcción hexagonal que destaca sobre el tejado.

El homenaje comienza la noche del día 23 de septiembre, paseando el ‘Victor’. Para llevarlo invitan a uno de los dos hermanos del Ilmo. Sr. D. Pedro Antonio de Barroeta y Ángel, José y Juan Crisóstomo.

Personas eclesiásticas “de toda distinción” (al parecer las había no tan distinguidas), portarán las hachas de cera iluminando las calles y dando categoría a la manifestación de júbilo. El día 24 de septiembre (aún no se celebra en este día la festividad de la virgen de Allende, ya que la fecha de ésta data de 1.860), habrá Misa solemne con TEDEUM y sermón.

1. El altar del Oratorio cuando estaba en Ezcaray. 2. El mismo altar hoy en la catedral de los Ángeles. El cuadro del ático ha desaparecido y en su lugar han puesto el Cristo crucificado que en Ezcaray estaba abajo, sustituido por un sagrario.


228

D. Pedro Antonio de Barroeta y Ángel siempre quiso entrañablemente a su pueblo, y Ezcaray también le profesó un cordial afecto, y siguió de cerca la trayectoria de su vida, tal es así, que sacrificando el buen nombre de Calle Mayor, a uno de sus tramos le puso su nombre, y así sigue hasta nuestros día, ‘Calle del Arzobispo Barroeta’. No se olvida del Oratorio de San Felipe de Neri, en el que de joven estudió, obsequiándole con dos nuevas capellanías de 8.000 reales con que consolidó la fundación de la preceptoría de Latinidad y Letras que dejó su antepasado don Bartolomé Ángel en el Oratorio.

Altares en la ermita de Allende donación del arzobispo, posiblemente también, se cree, la colección de ángeles.

El dinero se impuso a rédito en los Cinco Gremios Mayores de Madrid, en los que recayó años más tarde, reinando Carlos III, la responsabilidad de administrar y gestionar la ampliada ‘Fábrica Real’ de Ezcaray. Protegió con diversos donativos a la ermita de Ntra. Sra. De Allende, y teniendo en cuenta los escudos de armas que coronan los dos altares de las capillas laterales, fueron regalos suyos. Muchos pensamos que igualmente lo fue la colección de pinturas de los ángeles arcabuceros.

A la iglesia parroquial envió valiosísimos objetos, igualmente envió regalos para la Virgen y ermita de Allende y sus capillas, ya que en ambas se puede ver su escudo de armas.

Casa-palacio de los Barroeta. Posteriormente del conde de Torremúzquiz fachadas este, escudos, y norte (1). Detalle de la “fresquera” en la fachada norte del palacio, para guardar alimentos a prueba de ladrones, (2).

Palacio de tres plantas, de sillería en la fachada principal y mampostería en el resto, marcadas por cornisas de placa con vanos adintelados enmarcados por moldura mixtilínea, tres por cada planta alta y dos de portada en la baja; buenos balcones de herraje, alero de canes de madera tallada y dos escudos de armas. Todo construido a mediados del XVIII.


229

El Ayuntamiento de Ezcaray honró su memoria dedicándole un tramo de la antigua ‘Calle Mayor’ de la villa. Ahora Arzobispo Barroeta.

En las siguientes fotografías vemos a Don Ezequiel Roca, marido de doña Luisa Aguirre Miramón, hermana del conde. A la muerte de su hermano, doña Luisa hereda el título que tras su fallecimiento hereda su esposo don Ezequiel Roca. De este pasará a su hijo, militar, Don Lorenzo Roca, casado con Rosario, de quien, en teoría lo heredará su hijo mayor, Lorenzo.

Don Ezequiel Roca (1). Primera izquierda, la condesa, Doña Luisa Aguirre Miramón, don Ezequiel y una nieta (2).

Lorenzo Roca, primero derecha. Primero izquierda su abuelo Ezequiel (1). Luisa y Teresa Roca, nietas de Don Ezequiel, 2.

Tres de los hermanos roca, Teresa, Lorenzo y Luisa, delante de un coche (1). (2) Los años pasan.


230

A través de dos fotografías tomadas en sendas bodas, vemos a una de las hijas del conde Don Lorenzo Roca como se va haciendo mayor (1 y 2, blanco y negro).

Luisa Teresa

El heredero, Lorenzo Roca, con un tambor con escudo (1). Con su padre, Don Lorenzo, y una de sus hermanas (2).

Don Ezequiel Roca con su nieto Lorenzo, derecha, frente al bar de Josefa & Nazario (hoy de sus hijos Veguita y Carmelo), acompañado de su amigo Valentín “Satorre” con sus nietos, Fernando y Ramón (1). Don Lorenzo Roca, en el centro, con miembros de la banda de música de Ezcaray en los jardines del palacio. Su hijo Santiago, al fondo, primero izquierda (2).


231

En otra fotografía, que recientemente me hace llegar una estimada familia de Ezcaray se puede ver a la hija del conde de Torremúzquiz, Luisa, junto a la cabeza de los caballos. Esta carroza era tirada por un par de caballos, ya de manejo más delicado necesitaba cochero, que sujeta las riendas.

En los bajos del palacio se conserva una de las carrozas, en este caso tílburi para un caballo, restaurada y pintada en amarillo. A las riendas Luisa, unas amigas y su hermano Manuel Aguirre-Miramón, futuro conde de Torremúzquiz.

Las amigas de la condesita están cerca de ella, la primera era Constanza Castro, hija de Don Rufino Castro, organista de la iglesia parroquial Santa María la Mayor de Ezcaray y compositor, Himno a la virgen de Allende, supongo que a San Lorenzo y otras piezas, amigo de Don Severo, el conde le encarga hacerse cargo de la escuela de educandos y formar la primera banda de música municipal de Ezcaray de la que sería su primer director. Paga a Don Rufino 10 reales por concierto, y otra parte le daba el Ayuntamiento. Cuando se ofrecía un concierto en los jardines del palacio, el conde entregaba a los asistentes un real y un puro.

El título de conde pasa de Don Severo Aguirre-Miramón a su hijo Manuel. Muere soltero y el título pasara a su hermana Luisa, casada con Don Ezequiel Roca. Un hijo, militar, Don Lorenzo Roca, hereda el título. Casado con una guapa y elegante mujer, Rosario, tienen varios hijos, el mayor Lorenzo, como su padre, dos guapas hijas, Luisa y Teresa y el pequeño Jacobo (Santiago).

1. Luisa y Teresa. 2-3. Luisa, acompañada por su padre, Don Lorenzo bajando las escaleras del pañacio. En la pequeña carroza amarilla, para un caballo, llegan a la puerta de la iglesia. Bajar tiene sus complicaciones y hay que tomárselo con calma, don Lorenzo pendiente de todo. El feliz novio, Alfonso Gómez-Pineda Goizueta, ayuda a Luisa.

Las bodas de las bellas hijas del conde de Torremúzquiz, Luisa y Teresa, son un acontecimiento para un pueblo tan pequeño como Ezcaray que nadie quiere perder.

De adolescentes, casi toda la cuadrilla estábamos enamorados de las dos hermanas y hasta algunas misas nos tragamos tan solo por verlas. Nos parecían algo diferentes a las compañeras del pueblo de juegos y escuela, pero eran normales, guapas por supuesto, buenas personas, muy educadas y simpáticas.

La vida pasa y un buen día Luisa se casó, lo hizo en Ezcaray acompañada de su padre Don Lorenzo Roca, un amigo me hace llegar alguna foto del inolvidable día.


232

Mi memoria no es buena, pero si hay alguna diferencia creo es esta, a mi no me pusieron mantilla, porque en cuanto a las novias eran igual de guapas. La novia parece muy feliz, al menos la sonrisa es especial, él se ha quitado el sombrero de copa con el que no parecía encontrarse demasiado a gusto.

Don Lorenzo Roca en primer plano, los novios Luisa y Alfonso y, supongo, la madre del novio Teresa Goizueta.

1. Teresa y José Cruz – Conde. 2. Luisa y Alfonso. Al freno Santiago (Jacobo).

Parece que la ceremonia ha terminado, (2) el del traje de marinerito es el hermano pequeño, Jacobo, al control del freno de la carroza. En su momento les seguiré contando más cosas sobre la familia del conde de Torremúzquiz que nos dejaron como herencia, además de buenos recuerdos, un kiosco y la incombustible Banda Municipal de Música de Ezcaray.

Ayer y Hoy. Junto al bar Satorre vemos una casa en cuyos bajos hay un comercio, es el de Contreras, habitualmente atendido por su mujer, Teodora, ya que él, como taxista, está mucho tiempo fuera de Ezcaray. No tenían familia y eran tíos de Pepito Alonso y su hermana Mari Ángeles (casada con Félix, el ‘Nenito’), quienes recibida la herencia derriban la casa y sobre el solar levantan el nuevo edificio rojo pálido que vemos al fondo de la foto (2). Se respetan los soportales y en los bajos se abre un nuevo bar (apenas teníamos), con terracita cuando no llueve. Su nombre la “Cuña”, por lo de irse introduciendo entre los que ya hay, vinos y tapas. En primer plano, José Antonio Riaño habla con Mari Dioni y José Manuel sobre asuntos de la nueva Asociación Cultural y Artística de Ezcaray, el concierto o la ‘Cabalgata de Reyes’. Es día de concierto pero ha estado lloviendo hasta ahora. El público lo sigue protegido bajo “los soportales del vidrio”, siete establecimientos seguidos de vino, tapa y cubata. Si añadimos los cinco de esta plaza, suman en total doce, siendo conocidos por “la ruta de los apóstoles”. Con las ‘Tres Hayas’, tenemos 13, “la ruta de la última cena”. De la plaza a la Cruz encontramos a los 7 magníficos, es la “ruta de San Lázaro”. Al lado de la plaza, en la calle Martín Gamero y Carnicerías, 6 más, si incluimos el de Veguita y Carmelo (de las patatas fritas), que como tiene entrada por tres calles, una es esta. En conjunto, en y alrededor de esta plaza podemos hacer la “ruta del 25 aniversario”, una sana diversión. Se puede hacer sin prisas, si tiene que conducir, mejor en varios días. 2. La iglesia adornada para la boda de Luisa y Alfonso.

arzobispo barroeta-conde de torremúzquiz

Documents