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  • ALBERTO DALLAL (Instituto de Investigaciones Estticas, UNAM)

    La danza moderna en Mxico

    UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

    COORDINACIN DE DIFUSIN CULTURAL

    DIRECCIN DE LITERATURA

    MXICO, 2013

  • 2

    En 1919 Ana Pavlova visita Mxico y ofrece una

    serie de conciertos que embelesan y sorprenden al

    pblico mexicano. La empresa contratante (Luna

    Echegaray) fracasa econmicamente porque debe

    alternar su compaa de ballet ruso con los espectcu-

    los de Tita Ruffo (cantante), Ricardo Bell (clown) y

    otros nmeros que ya gozaban del favor del pblico

    local. Los crticos de la poca (Carlos Gonzlez Pea,

    Xavier Sorondo, Xavier de Bradomn, etctera) cap-

    tan y reconocen el genio de la Pavlova, pero no dejan

    de plantear algunas dudas sobre el gnero que la gran

    bailarina frecuentaba. Gonzlez Pea considera Gise-

    lle indigno del genio de la Pavlova el 17 de febrero de 1919 en su columna de El Universal.

    1 Aun as, el

    propio Gonzlez Pea elogi las grandes dotes de la

    enorme bailarina y registr algunos acontecimientos

    importantes en el mundo del arte, como por ejemplo

    el encuentro artstico entre Casals y la Pavlova. Se-

    gn Kerensky2 la aparicin del msico cataln en el

    escenario fue preparada sin el conocimiento de la

    bailarina, de manera que tuvo que acercarse a l bai-

    lando, sorprendida. Al final lo abraz produciendo

    una total ovacin de los espectadores. El maestro acompa con su violoncelo a la bailarina.3 Los re-seistas de la poca, anotan, adems, que el pblico

    recibi framente a la Pavlova al iniciarse la tempo-

    rada, pero que despus se le entregaba totalmente, al

    grado de organizarse dos presentaciones en una plaza

    de toros.4

    Entre las crnicas del acontecimiento artstico que

    signific la visita de la Pavlova, resulta curiosa una

    resea en torno a La fantasa mexicana, obra que la

    Pavlova ofreci a Mxico y sus mexicanos. Segn

    1 No sabemos en qu artes se aparecen el Duque y su hija. El

    casado despechado revela un enjuague. El conde se queda de una

    pieza. Giselle se vuelve loca, baila, baila y al fin se atraviesa el

    cuerpo con un tremendo espadn que encuentra a mano. Desma-

    yos. Confusin. Carreras (Pronto, telonero, pronto! Abajo el

    teln! Abajo!). Citado en Luis Bruno Ruiz, p. 76. 2 Oleg Kerensky, p. 49.

    3 Luis Bruno Ruiz, p. 76.

    4 Oleg Kerensky, p. 49.

  • 3

    parece, la obra tena como tema principal El jarabe

    tapato, contena ancdota pueblerina y sus persona-

    jes no prescindan de los prototipos: la mujer criolli-ta y humilde, el malo, la patria; incluso haba evocaciones de las gestas histricas del pas. Los

    elementos esenciales del bailado de puntas que de El jarabe tapato hizo la Pavlova le fueron enseados

    por Eva Prez, la mejor bailarina folclrica de la po-

    ca; los diseos estuvieron a cargo de Adolfo Best

    Maugard.5 Poetas como Ramn Lpez Velarde, Ra-

    fael Lpez, Jos Juan Tablada y Enrique Fernndez

    Ledesma dedicaron versos especiales a la Pavlova,

    pero una nota sencilla aparecida en El Universal Ilus-

    trado el 28 de marzo de 1919, cuyo autor es Luis A.

    Rodrguez, revela en uno de sus fragmentos el hilo

    secreto que corra ya a lo largo de la idea de la danza

    en Mxico:

    Consuela ver que nuestros bailes nacionales, que hasta

    ahora se cultivaban en teatros de barriada, maana, en

    la peregrinacin artstica de Ana Pavlova, sern expor-

    tados, y que pblicos extranjeros al aplaudirlos conoce-

    rn que Mxico, el pas de maravillosa vitalidad, tiene

    su arte propio que est a una inmensa distancia del mal

    intencionado calambur de un popular actor y de las in-

    sulsas obrillas en que como tema reglamentario apare-

    cen los ms abominables pelafustanes de nuestros bajos

    fondos sociales.6

    5 Miguel Covarrubias, p. 104. Adolfo Best Maugard (1891-

    1964), cuya obra pictrica retratos en su mayora no tuvo ni tiene mayor importancia, era por entonces un terico de peso que

    coadyuv a la afirmacin del popularismo y el mexicanismo.

    Aplicando una lgica esteticista, haba catalogado la ornamenta-

    cin popular reducindola a siete elementos bsicos. Por un mo-

    mento se crey que gracias a su Mtodo de Dibujo se producira

    en las escuelas pblicas del pas el gran renacimiento del arte

    indgena; ilusin pueril que la ms elemental sensatez no tard en

    invalidar. Pero aquella revaloracin no fue estril; gracias a ella

    se comenz a proteger y fomentar la produccin de arte popular,

    evitando o postergando su desaparicin. Sus formas, maneras y

    materiales constituyeron, a partir de entonces, una vereda transi-

    tada por los artistas cultos. Raquel Tibol, p. 260. 6 Miguel Covarrubias, pp. 77-78.

  • 4

    Este afn de incorporar a la danza el tema mexicano

    por antonomasia, fuera folclrico o histrico; esta

    necesidad de que Mxico a los ojos del mundo resul-

    tara atractivo gracias a una Revolucin sangrienta;

    este elemento popular que se redescubra va el es-

    pectculo participante, todos estos factores apuntaban

    ya en una direccin: la Revolucin Mexicana deba

    dar y ya produca un arte nuevo, un arte apoyado en lo

    nacional, en lo bsico social, en la tradicin ancestral.

    Pocos aos despus esta orientacin se haca ms

    evidente. Al principiar la dcada de los veintes apare-

    cen, con Rubn M. Campos, algunas manifestaciones

    de ballet mexicano: Sacnit, que reconstrua la vida

    cotidiana de los antiguos mayas; Xchitl, La fiesta de

    Tlloc, Tlahuicole, una pantomima que se refiere al

    hroe tlaxcalteca que vence al enemigo a pesar de

    hallarse atado de un pie al pequeo palenque de San

    Juan Teotihuacan.7 Todas estas obras alternaban la

    verdad histrica y hasta sociolgica con la imaginacin

    y la mistificacin de la vida de los prehispnicos. Se

    mezclaba tambin la msica nativa, primitiva, con la

    msica mondica y hasta polifnica. En estas obras

    se intentaba organizar a los danzantes del pueblo y

    ofrecer un espectculo evocador, poseedor de ciertos

    visos de contemporaneidad, al menos de simbologa

    revolucionaria: bsqueda de races en las entraas del

    pueblo.

    7 El sacrificio de Tlahuicole no tuvo lugar en Teotihuacan y el

    altarcillo donde se ata el pie del prisionero no se llama palenque.

    Ignoramos si los datos fueron alterados por el autor de la coreo-

    grafa o por Luis Bruno Ruiz. Tlahuicole fue un capitn tlaxcalte-

    ca famoso por su valor. Fue aprehendido por los guerreros de

    Motecuhuma y ste le perdona la vida comisionndolo para que combata a los tarascos. Tlahuicole regresa de Michoacn con un

    excelente botn y pide a Motecuhuma que lo mate. El rey accede a que muera en la piedra gladiatoria. Ese sacrificio consista en

    que el condenado peleara, amarrado de un pie a la piedra, con

    otros guerreros. Tlahuicole mat a ocho hombres e hiri a ms de

    veinte, antes de morir. Fue sacrificado ante Huitzilopochtli, le

    sacan el corazn y su cadver es arrojado gradas abajo. (Vanse:

    Fray Juan de Torquemada. Monarqua Indiana 1: 219-220, Ma-

    drid, 1725. 3 v. Diego Muoz Camargo. Historia de Tlaxcala, p.

    126-128, Mxico. Secretara de Fomento, 1892.)

  • 5

    Tambin en 1923 se estrena en el patio del edificio

    de la Secretara de Educacin Pblica (asimismo re-

    cinto de las variadsimas obras de los muralistas de la

    poca) un ballet con el ttulo de Quetzalcatl, con

    decorados de Carlos Gonzlez, msica derivada de la

    antigua indgena, compuesta por Flachebba y libreto

    de Rubn M. Campos. Luis Bruno Ruiz asegura que

    fue la obra dancstica de este estilo mayormente lo-

    grada, en esta poca, a pesar de los defectos que pa-

    deca.8

    Pero estos fueron solamente los prolegmenos de

    una danza mexicana que, con la mira de alcanzar un

    nivel artstico considerable, retomara los temas, las

    historias, los ritmos y hasta los espacios nacionales

    de nueva cuenta, tal como ya lo hacan fundamental-

    mente la literatura, la msica y la pintura. Este volver

    los ojos hacia las manifestaciones artsticas indgenas

    no lo lograban ni el ballet clsico, no obstante los

    esfuerzos corteses de la Pavlova, ni la danza teatral,

    an inmersa en las expresiones del show, el music

    hall, la zarzuela y la opereta. Los incipientes comien-

    zos de una nueva forma dancstica autnticamente

    mexicana se entreveran con acciones y actos curio-

    sos, como la noche mexicana que Best Maugard organiz en el Bosque de Chapultepec: los espacios

    del bosque se llenaron de minsculos escenarios deco-

    rados segn los cnones del arte popular mexicano, en

    donde se bailaron las danzas regionales; en el centro

    del lago, la primera bailarina Cristina Pereda inter-

    pret un ballet con tema nacional. Aos ms tarde se

    funda el Teatro Mexicano del Murcilago, segn la

    moda impuesta por el Chauve-Souris o el Teatro Fol-

    clrico ruso de Nikita Valiov. Los entusiastas organi-

    zadores de este semillero de manifestaciones dancsticas

    mexicanas fueron el escritor Luis Quintanilla, el pintor

    Carlos Gonzlez y el msico Francisco Domnguez.9

    Sin embargo, las races de la danza moderna mexi-

    cana tambin se hallan en acciones ms autnticas,

    alejadas del prurito artstico. La educacin naciona-

    8 Luis Bruno Ruiz, pp. 55-61.

    9 Miguel Covarrubias, p. 104.

  • 6

    lista requera de la salida de misiones culturales hacia

    el interior de la Repblica, misiones que a la vez de

    investigar, involucraran al pueblo en los avances de la

    visin y la cultura revolucionarias y ensearan a los

    campesinos a leer y escribir. Los maestros de danza

    Marcelo Torreblanca, Luis Felipe Obregn, Humber-

    to Herrera y el Chato Acosta recabaron materiales

    dancsticos regionales de enorme importancia que

    ms tarde traduciran y presentaran al inmenso hbi-

    tat metropolitano. Un grandioso festival de danza

    folclrica tuvo lugar durante la inauguracin del Es-

    tadio Nacional en 1924.

    Miguel Covarrubias10

    concede la misma importan-

    cia en la manipulacin de elementos mexicanos o

    mexicanistas a estas manifestaciones culturales y al

    teatro de revista, sumamente arraigado en la tradicin

    mexicana. Si bien es cierto que las coreografas misti-

    ficadas, los elementos ornamentales, los telones pinta-

    dos y los implementos escenogrficos van utilizando

    motivos, figuras y msica del Mxico indgena, es

    ste un hbito que no se pierde en ninguna de las ma-

    nifestaciones artsticas (debiramos decir pseudoar-

    tsticas) de las clases medias mexicanas. Al fenmeno

    lo podemos detectar en la actualidad. Para estos sec-

    tores de la poblacin, migrantes campesinos ms o

    menos recientes, indigenismo implica provincialismo

    y la mayor parte de los habitantes de las regiones

    urbanas, sobre todo en las dcadas de los veinte y de

    los treinta, consideraban estos motivos del terruo,

    locales, como elementos a los cuales podan arraigar

    su nostalgia y recuperar en mnima parte su perdida

    provincia.

    La orientacin nacionalista, sin embargo, no orga-

    niz sistemticamente una labor de reconsideracin,

    reconstruccin y recuperacin de las danzas indgenas.

    Slo ncleos contadsimos de artistas e investigadores

    intentaron fundamentar sus acciones en conceptos

    cientficos, entendiendo que las expresiones propias

    de otras pocas slo resultan valederas en su origina-

    10

    Miguel Covarrubias, p. 104.

  • 7

    lidad y en su pureza, y que la extraccin del pasado

    slo es vlida cuando las piezas y obras se muestran

    tal como eran en un principio, sin variaciones o esti-

    lizaciones. Posteriormente, la vuelta al indigenismo

    habra de dejar de ser una bsqueda para convertirse

    en afn de salvacin y de sentimientos de culpa, an-

    helo con no pocos elementos de angustia. Desde el

    punto de vista dancstico, se planteaba una separacin

    tajante, que an subsiste, entre la danza folclrica y el

    ballet clsico. Por su propia naturaleza, el ballet cl-

    sico slo poda incluir el tema mexicano si violentaba

    sus normas tcnicas y la tradicin temtica de sus

    producciones. Por su parte, la danza folclrica, como

    sucede en todo el mundo, exiga una paciente labor

    de investigacin y, para sobrevivir autntica, plantea-

    ba una limitacin en sus aspectos creativos y tcni-

    cos. Aun en la actualidad, las danzas indgenas y

    folclricas exigen, ms que imitaciones (que jams

    pueden alcanzar el nivel de los originales), registro.

    Sin embargo, para los futuros artistas de la danza

    moderna (bailarines y coregrafos), el ballet clsico

    era, en la dcada de los veintes, la nica va de

    aprendizaje, la nica satisfaccin para su necesidad

    de preparacin tcnica, el nico acceso hacia la ob-

    tencin de un cuerpo dispuesto para la creatividad y/o

    la habilidad interpretativa, aunque sta fuese dirigida

    exclusivamente hacia el tema mexicano.

    La primera escuela oficial de danza que se organiza

    en Mxico queda establecida como dependencia del

    departamento de Bellas Artes de la Secretara de

    Educacin Pblica en 1932. An en la actualidad

    lleva el nombre de Escuela Nacional de Danza. A la

    cabeza de ella estaban Carlos Orozco Romero y Car-

    los Mrida.11

    Los conceptos que sustentan a esta nue-

    11

    Carlos Mrida (1893), guatemalteco radicado en Mxico desde 1919, aporta al primer tramo del muralismo mexicano una caperu-

    cita roja, en la Biblioteca Infantil de la Secretara de Educacin, y

    al posterior desarrollo de la pintura mexicana, las inquietudes for-

    malistas e invencionistas. Todos los hallazgos del vanguardismo

    europeo se tamizan en sus pinturas, esmaltes, acuarelas o piedras

    policromadas, adquiriendo, en su exquisita elaboracin, un sello de

    antigedad americana. Raquel Tibol, pp. 272-273.

  • 8

    va organizacin resultan, aunque sui-generis, dueos

    de una saludable disposicin a lo antiacadmico.12

    Lo

    difcil era hacer hincapi en la tendencia mexicanista

    o nacionalista mediante un sistema tcnico que per-

    mitiera la vinculacin productiva de la danza con la

    cultura nacional. Tal vez el contacto realizado por

    Carlos Mrida en Europa, durante las dcadas ante-

    riores, con las nuevas tendencias de la danza moder-

    na, permiti que apuntaran en esta escuela de danza

    algunos procedimientos renovadores, pues no anqui-

    los la enseanza exclusivamente en el ballet clsico,

    y s permiti una interesante diversificacin: Nellie

    Campobello enseaba ballet clsico, Gloria Campo-

    bello bailes mexicanos, Hipolite Zybine (que se sepa-

    r de una compaa de ballet ruso) mostraba los

    procedimientos del arte coreogrfico, Rafael Diez

    enseaba bailes populares extranjeros y Evelyn Heas-

    ting baile teatral. Se concedi especial importancia al

    desarrollo de las aptitudes plsticas y musicales de

    los alumnos: Agustn Lazo y Carlos Orozco Romero

    se ocupaban del taller escenogrfico y Francisco Ra-

    mrez enseaba msica popular. Los distintos grupos,

    adems, contaban con excelentes pianistas, acompa-

    antes y ejecutantes: ngelo Tercero, Consuelo Cue-

    vas y Jess Durn.13

    La influencia de la Duncan

    exigi, por otra parte, que los alumnos fuesen inicia-

    dos en las danzas griegas, el baile acrobtico y la

    pantomima. Aparte de algunos cenculos y acade-

    mias particulares que, por as decirlo, presentan la

    incorporacin de la danza al nuevo arte de Mxico,

    es esta escuela de danza oficial, de la cual se hace

    director Carlos Mrida en 1934, la que atrae funda-

    mentalmente a las nuevas generaciones.14

    De ella

    habran de surgir algunas cualidades fundamentales y

    ciertos defectos esenciales de la danza moderna me-

    xicana.

    Con el tiempo, la Escuela Nacional de Danza ha-

    bra de convertirse en feudo exclusivo de las herma-

    12

    Antonio Luna Arroyo, p. 18. 13

    Antonio Luna Arroyo, p. 18. 14

    Antonio Luna Arroyo, p. 19.

  • 9

    nas (Nellie y Gloria) Campobello. Algunas jvenes

    ansiosas de iniciarse en la danza, pasarn por all co-

    mo una rfaga.15

    Otras recibirn la preparacin que

    deseaban o que podan recibir.16

    Con las Campobello

    habran de trabajar personalidades como Jos Cle-

    mente Orozco y Martn Luis Guzmn en las esceno-

    grafas y los guiones. Se intentaba en esta Escuela el

    surgimiento de un ballet mexicano que se fundamen-

    tara en la danza clsica.17

    Este tipo de danza produjo

    obras singulares como el ballet de masas 30-30,18 presentado en el Estadio Nacional el da del soldado

    ante la presencia de un nutrido pblico y del presi-

    dente Lzaro Crdenas. Posteriormente, en sucesivas

    temporadas el recin creado Ballet de la Ciudad de

    Mxico de las Campobello ofreci obras de la misma

    orientacin: Alameda 1900, Fuensanta, Umbral y otras

    de factura neorromntica como La siesta de un fauno.

    En 1945 y 1947 an sobreviva esta mezcla de ten-

    dencias pues en un mismo programa el Ballet de la

    Ciudad de Mxico ofreci Presencia, Clase de ballet,

    El sombrero de tres picos, Obertura republicana, Ixte-

    pec, Circo Orrn, Giselle, etctera.19

    Esta corriente

    hbrida y un tanto utpica sobrevive hasta nuestros

    das en algunas academias particulares.

    Evidentemente, la inquietud suscitada por los te-

    mas mexicanos en la danza era consecuencia directa

    de un movimiento general que en otras artes llevaba

    ya aos de maduracin.20

    Los pintores, a la sombra de

    Jos Vasconcelos, haban cubierto de nuevas obras,

    15

    Alberto Dallal, Entrevista a Guillermina Bravo, 1974. 16

    Covarrubias registra a los siguientes artistas como produci-dos por la Escuela Nacional de Danza: Fernando Schaffenburg, Lupe Serrano, Armida y Csar Bordes, Guillermo Keys, Raquel

    Gutirrez, Rosa Reyna, Martha Bracho, Nellie Happee, los her-

    manos Silva y Gloria Mestre. Miguel Covarrubias, p. 105. 17

    Luis Bruno Ruiz, pp. 86-87. 18

    Segn Luis Bruno Ruiz (p. 85) apareci el 30 de noviembre de 1931. 19

    Luis Bruno Ruiz, pp. 86-87. 20

    El entusiasmo para crear y recrear con base en el elemento

    mexicano queda descrito sintticamente en un prrafo ilustrativo

    de un testigo de la poca. Vase Daniel Coso Villegas, pp. 91-92.

  • 10

    desde la dcada de los veinte, los enormes y vetustos

    muros de los edificios de la Escuela Nacional Prepa-

    ratoria y de la Secretara de Educacin Pblica. En

    msica, la influencia nacionalista se haba aunado a

    la consistencia tcnica y al talento de compositores

    de primer orden como Carlos Chvez y Silvestre Re-

    vueltas. No es necesario mencionar, en lo que a lite-

    ratura se refiere, las novelas y cuentos que se

    inspiran, registran, recrean o aluden a la Revolucin.

    Sin embargo, en el plano de la danza habr que aa-

    dir un factor importantsimo en la dialctica del fe-

    nmeno adaptacin nacionalista: el respeto por la ancestral tradicin, sostenido durante siglos enteros

    por una danza indgena, primero, y una mestiza y

    criolla, posterior. En este sentido, resulta notable la

    persistencia de los hbitos dancsticos en el campesi-

    nado mexicano. Si bien a travs del tiempo las danzas

    nativas, rituales y religiosas haban asimilado ele-

    mentos fervorosamente catlicos y espaoles, los

    grupos dancsticos haban preservado los rasgos fun-

    damentales de los ritos indgenas. La repeticin de las

    fiestas y la secularizacin de las festividades dieron

    por resultado manifestaciones dancsticas ms o me-

    nos puras, por lo menos un tipo de danza mestiza que

    mantena su originalidad con base en sostener intoca-

    dos los elementos de su realizacin. As, para un sec-

    tor de la pequea burguesa intelectual que se

    propona el reencuentro con este tipo de danza, la

    tcnica clsica resultaba un vehculo de apropiacin;

    pero exista otro sector campesino y semiurbano que,

    en contacto real con las festividades indgenas propo-

    na, si bien involuntariamente, una expresin trasla-dada de la danza autctona, o sea, una nueva expresin dancstica que indagara en la propia danza

    indgena sus posibilidades de re-creacin. Este ltimo

    sector no slo estaba compuesto por los maestros

    rurales, empeados en propugnar por el surgimiento

    de los valores indgenas, sino tambin por aquellos

    artistas, fueran o no bailarines, que provenan de la

    provincia o que desde la capital haban realizado via-

    jes de investigacin y estudio. Es preciso sealar, por

  • 11

    ltimo, que la inquietud a que nos referimos coincide

    con una inquietud general hacia el estudio serio y

    cientfico de la realidad nacional, inquietud que ha-

    bra de perdurar a travs de organismos como el Insti-

    tuto Nacional Indigenista y el Instituto Nacional de

    Antropologa e Historia.

    Al iniciarse la segunda mitad de la dcada de los

    treintas, Mxico continuaba siendo punto de atrac-

    cin para el pensador y el creador extranjero gracias a

    una revolucin democrtico-burguesa con peculiari-

    dades muy especiales. Recurdese que Eisenstein,

    Reed, Artaud, Bretn, Joseph Albers, Lawrence y

    otras figuras del arte y la literatura mundiales vuelven

    sus ojos hacia Mxico para incursionar en lo que con-

    sideraban sus misterios. Por otra parte, las amena-zas y agresiones nazifascistas en Europa suscitaban el

    temor de los artistas progresistas, quienes prevean la

    coercin e incluso la amputacin de los elementos de

    libertad necesarios para la libre creatividad. La situa-

    cin ya exiga una respuesta poltica contundente

    mediante la incorporacin universal organizada al

    contingente antifascista, ya que en frica y Espaa el

    enfrentamiento violento era una realidad contundente.

    En el plano de la danza, el fervor nacionalista me-

    xicano atrajo, entre otros, a una bailarina llamada

    Waldeen21

    quien en 1934 ofreci en el Teatro Hidal-

    21

    La historia artstica de Waldeen ofreca serias garantas. Tras haber estudiado ocho aos en la Escuela de Ballet Ruso de

    Theodor Koslov, actu como solista cuando solamente tena

    trece aos de edad. Apenas pudo pensar por cuenta propia, advir-

    ti que su temperamento y sus concepciones del arte que haba

    abrazado eran incompatibles con el inevitable convencionalismo

    del ballet tradicional, y se dio a buscar una frmula ms realista.

    Atrada por el arte contemporneo, se fund en l para crear for-

    mas personales de interpretacin coreogrfica y durante diez aos pudo ofrecer conciertos de sus propias composiciones en el Japn, el Canad, los Estados Unidos y Mxico. Arturo Peru-cho, p. 50. Por su parte, Waldeen proporciona los siguientes datos

    en su Curriculum vitae: Lugar y fecha de nacimiento: Dallas, Texas, Estados Unidos, 1

    o de febrero de 1913. Estudi diez aos

    con Theodor Kosloff del Ballet de Mosc y Vera Fredowa (maes-

    tra de Sadlers Wells de Inglaterra). Bail como solista en el Ballet de Kosloff y la pera de los ngeles, California. Ms tarde

  • 12

    go de la ciudad de Mxico una temporada de danzas

    que llamaron la atencin por sus ingredientes plsti-

    cos, rtmicos y universalistas.22

    Waldeen actu acom-

    paando al solista-concertista japons Michio Ito23

    y

    el director de teatro Seki Sano, tambin japons. En

    1936 estalla la guerra civil espaola y la efervescen-

    cia republicano-nacionalista se hace sentir en Mxico

    mediante actos solidarios, viajes que realizan artistas

    e intelectuales a Espaa, mtines, panfletos, material

    impreso, poesa 1939 resulta ser un ao clave para la danza mexi-

    cana, no slo porque estalla abiertamente la Segunda

    Guerra Mundial y mucha de la actividad artstica

    concentra sus objetivos en el continente americano,

    sino tambin porque afloran condiciones que se ha-

    llaban maduras para el surgimiento de una danza mo-

    derna autnticamente mexicana, una danza que

    incorporara el tema mexicano a los elementos tcni-

    cos que en los Estados Unidos y en Alemania haban

    desarrollado y divulgado Ruth St. Denis, Martha

    Graham, Doris Humphrey y Mary Wigmah. Estas

    circunstancias clave se hacen definitivas cuando este

    mismo ao de 1939 visita Mxico un grupo de baila-

    rines norteamericanos en el que se halla Anna Soko-

    low.24

    El grupo actu en el Palacio de las Bellas

    estudi danza moderna con Benjamn Zomach, exponente de la

    Escuela Centroeuropea (von Laban, Mary Wigman) y director del

    Teatro Habinah ruso. Particip en cursos intensivos impartidos

    por Harold Kreutzberg. Posteriormente ingres en el Ballet de

    Michio Ito con quien viaj por varios pases, entre ellos Mxico. Estos datos, completos, pueden localizarse en Patricia Cardona,

    Waldeen. 22

    Antonio Luna Arroyo, p. 25. 23

    La modalidad dancstica de Michio Ito no est clara. Actuaba

    solo o acompaado, tal parece que exponiendo danzas folclricas

    de origen japons. (Alberto Dallal: Entrevista a Guillermina Bravo. 1974.) A principios de los veinte estudiaron y actuaron con l Angna Enters y Paulina Voner. (Vase: Don McDonagh,

    pp. 50 y 193.) 24

    Sokolow, Anna. Bailarina y coregrafa norteamericana. Naci en Hartford, Conn., 1912. Una de las principales exponentes de la

    danza moderna, tanto en sus aspectos abstractos como dramti-

    cos, Anna Sokolow ha hecho coreografas para su propia compa-

  • 13

    Artes bajo los auspicios del entonces Departamento

    de Bellas Artes, ofreciendo veinticuatro conciertos

    que fueron bien acogidos por la crtica, el pblico y el

    ncleo de artistas que por aquella poca incursionaba

    con sus propios medios en la danza moderna.

    Waldeen tambin regresa a Mxico ese mismo ao,

    ahora en compaa del bailarn Winifred Widener25

    y

    tambin acta en el Palacio de las Bellas Artes. Aun-

    que los programas incluan algunas obras de corte

    clsico, tanto el pblico y los crticos, como los fun-

    cionarios de Bellas Artes invitaron

    a la bailarina a organizar su ballet moderno aprove-

    chando las experiencias ya obtenidas en el estudio de

    las danzas nacionales, que se vena logrando en los l-

    timos aos a travs de pacientes recorridos por toda la

    Repblica.26

    Por su parte, Anna Sokolow, unida a artistas e intelec-

    tuales espaoles, que para esas fechas se refugiaban en

    Mxico debido al encumbramiento del franquismo,

    a en Nueva York y tambin ha auxiliado el desarrollo de la

    danza en otros pases.

    Despus de bailar en la Compaa de Martha Graham fue a Mxico en 1939 por invitacin del Ministerio de Bellas Artes.

    Ofreci conciertos con su propio grupo y tambin form la pri-

    mera compaa de danza moderna en Mxico. Regres dos veces

    a trabajar con la Compaa. En 1953, 1954 y 1958 trabaj con

    Inbal, la compaa de danza yemenita en Israel.

    Como coregrafa, est especialmente habilitada en expresin de carcter y estado de nimo. Suite lrica (1953) contena sec-

    ciones intensamente lricas y un dueto impresionantemente potico.

    Rooms (1955) se refera al aislamiento del hombre, a su persisten-

    te soledad enfrentada a sus sueos de felicidad, su sumisin a las

    circunstancias explicadas como reflejos de sus temores. Tambin

    ha hecho coreografas para el Juilliard Dance Theatre y para

    obras de Broadway como Street Scene (1947) y Camino Real

    (1953). Selma Jeanne Cohen (ed. norteamericana), pp. 319-320. Por su parte Ferdinand Reyna, p. 212, registra el nacimiento de

    Anna Sokolow en 1915 e incluye sus estudios en la Metropolitan

    Opera Ballet School. Tambin informa sobre las actuaciones de

    Anna Sokolow con el Het Nederlands Dans Theater y el Ballet

    Rambert. 25

    Antonio Luna Arroyo, p. 25. 26

    Antonio Luna Arroyo, p. 25.

  • 14

    organiza su propio grupo llamado Grupo Mexicano

    de Danzas Clsicas y Modernas, que hace su presen-

    tacin en una temporada de Teatro de Zarzuela (Tea-

    tro Fbregas, 9 de enero de 1940)27

    y ms tarde en el

    Palacio de Bellas Artes con el nombre de La Paloma

    Azul. A finales de 1940, ambos grupos, el Ballet de

    Bellas Artes, bajo la direccin de Waldeen y La Pa-

    loma Azul, comandado por Anna Sokolow, se presen-

    taban organizadamente ante el pblico mexicano.

    Para estas fechas se trataba de dos unidades dancsticas

    configuradas, con un repertorio reducido pero sustan-

    cioso y con pintores, escritores y msicos auxiliares,

    tan entusiasmados como los jvenes bailarines y bai-

    larinas que debutaban en una danza moderna de corte

    mexicano.28

    Podemos afirmar que la presentacin organizada de

    ambos grupos marca el fin de la primera etapa del

    desarrollo de la danza moderna en Mxico. A partir

    de 1941 aparece el movimiento de danza moderna

    mexicana con una inusitada plenitud que, al mismo

    tiempo, hace surgir coreografas de gran imaginacin

    y nuevos cuadros dancsticos que mantendrn vigente

    el movimiento en trminos de profesionalismo y ori-

    ginalidad. Esta segunda etapa de la danza moderna

    mexicana se caracteriza por un amplio repertorio que

    va desde la ms elemental narrativa popular,29

    pasa

    por la pica nacionalista

    30 y por la expresin pura,

    31

    27

    Arturo Perucho, p. 45. 28

    Las nminas de bailarines en los programas fueron las siguien-

    tes: La Paloma Azul: Anna Sokolov, Raquel Gutirrez Lejarza,

    Carmen Gutirrez Lejarza, Anna Mara Mrida, Isabel Gutirrez,

    Lejarza, Alicia Ceballos, Delia Ruiz, Josefina Luna, Alicia Rey-

    na, Rosa Reyna, Alba Estela Garfias, Martha Bracho, Emma

    Ruiz, Aurora Aristi, Delia Gonzlez, Antonio Crdova, Alejandro

    Martnez, Mario Camberos, Ramn Rivero, Augusto Fernndez y

    Gustavo Salas (Programa, viernes 20 de septiembre, a las 21.15

    horas, 1940). Ballet de Bellas Artes: Waldeen, Dina Torregosa,

    Guillermina Bravo, Lourdes Campos, Rosa Mara Ortiz, Josefina

    Martnez, Siska Ayala, Laura Vega, Sergio Franco (Programa,

    sbado 23, martes 26, sbado 30 de noviembre, 1940). 29

    Procesional (1940), En la boda (1945), coreografas de Wal-

    deen; La manda (1951), coreografa de Rosa Reyna. 30

    La Coronela (1940, coreografa de Waldeen), La maestra rural

  • 15

    incluye el ballet clsico con orientacin mexicana32

    y

    desemboca en una danza neoexpresionista de corte

    mexicanista que propugna por la universalizacin de

    temas y formas. Esta segunda etapa tambin se carac-

    teriza por constituir un verdadero movimiento, abier-

    to a todo tipo de tendencias, alimentado por el talento

    de muchos artistas (pintores, escritores, dramaturgos,

    actores, directores de escena), y, sobre todo, autogestor

    de sus propios creadores y miembros. En efecto, el

    grupo dirigido por Waldeen trabaj ininterrumpida-

    mente durante estos aos, mientras Sokolow viajaba

    peridicamente a Mxico para montar coreografas.

    Una nueva generacin de bailarines y bailarinas surga

    gracias a las incipientes enseanzas tcnicas de Wal-

    deen. Durante todo este lapso, la danza recibe el apoyo

    oficial, lo cual garantiza la persistencia del movimien-

    to, con estas caractersticas, hasta 1955.

    En 1946 Waldeen se ausenta del pas y Guillermina

    Bravo, junto con Ana Mrida, funda el Ballet Wal-

    deen.

    Los obstculos con que tropezaba el Ballet Waldeen

    abarcaban todos los campos, desde el econmico hasta

    el social. Muchas familias consideraban que la danza

    era una ocupacin indigna de sus hijas y ms an de sus

    hijos. Un pesado ambiente de abandono y aun de hosti-

    lidad caa sobre la escuela dirigida por Guillermina y

    Ana []. Pero entre ambas se haba solidificado una provechosa unidad de propsitos y de esperanzas, as

    como de la plena conciencia de que el estilo, el espritu

    y la docencia que ya se haban logrado dentro de la

    danza mexicana, tenan su propio impulso y no deban

    languidecer33

    (1953, coreografa de Josefina Lavalle). 31

    Valses (1945, coreografa de Waldeen), Preludios (1953, co-

    reografa de Guillermina Pealoza). 32

    Umbral (1943, coreografa de Gloria Campobello); Fuensanta

    (1943), Obertura republicana (1943), coreografas de Nellie

    Campobello. 33

    Antonio Luna Arroyo, p. 27; Alberto Dallal, Entrevista a Guillermina Bravo, 1974, pp. 8-10.

  • 16

    Despus de una exitosa presentacin del Ballet Wal-

    deen, que ocurre a mediados de 1946,34

    surge la idea

    de crear un centro de enseanza moderna. A princi-

    pios de 1947 el gobierno mexicano crea la Academia

    de la Danza Mexicana bajo la direccin conjunta de

    Guillermina Bravo y Aa Mrida, dejndose la Es-

    cuela Nacional de Danza para la aplicacin de los

    mtodos impuestos por las hermanas Campobello. La

    Academia de la Danza Mexicana fijaba el estableci-

    miento de cursos de tcnica clsica, danza moderna y

    danza regional. Los considerandos del acuerdo que la

    creaba tomaban en cuenta la rica tradicin de expre-siones artsticas de danza popular [y] ritual, su carcter nacional, la posibilidad de que alcancen un nivel artstico ms alto, la necesidad de estimularlas,

    la necesidad de coordinar las actividades creativas y

    de investigacin, la necesidad de difundirlas y orga-

    nizarlas.35

    En 1948 Guillermina Bravo funda el Ballet Nacio-

    nal de Mxico incrementando notablemente la prepa-

    racin y la creatividad de los bailarines y coregrafos

    mexicanos. Con este acontecimiento se cimenta an

    ms el desarrollo de la danza moderna mexicana; su

    auge habr de prolongarse hasta 1955, en que asume

    nuevos derroteros y estilos. Es preciso hacer notar

    que a travs de los tres cauces principales de la danza

    (Academia de la Danza Mexicana, Escuela Nacional

    de Danza y Ballet Nacional de Mxico) surgen obras

    que devienen expresin originalsima de arte mexi-cano, a travs de la colaboracin de compositores, escritores, pintores, coregrafos y bailarines. Es de-

    cir, el origen de este arte se localiza en un autntico

    movimiento en el que participan, incorporados ple-

    namente, todo tipo de artistas, as como en la produc-

    cin de obras cuyas caractersticas no es posible

    34

    La presentacin tuvo lugar en una sala del Hotel del Prado. El

    programa incluy, entre otras, las siguientes obras: Sinfona cl-

    sica, de Waldeen; Sonata nm. 7, de Guillermina Bravo; En la

    boda, de Waldeen; Danza de amor, de Guillermina Bravo; El

    paraso de los negros, de Ana Mrida. 35

    Antonio Luna Arroyo, pp. 113-115. Adolfo Salazar, p. 220.

  • 17

    localizar en otro lugar u otra poca de la danza mun-

    dial.

    El gran auge de la danza moderna mexicana, aun

    careciendo de un corpus tcnico que permitiera la

    expansin expresiva e ilimitada del bailarn, ofrece

    durante esta segunda etapa una extraordinaria gama

    de motivos y soluciones. Algunos de estos elementos

    as como el apoyo econmico oficial, atraen a figuras

    como Jos Limn36

    quien, en 1950 y 1951, se incor-

    pora al movimiento de la danza moderna mexicana

    componiendo algunas obras del mismo corte. Tam-

    bin Doris Humphrey visita Mxico en 1951 y monta

    su obra Pascalle. De Limn podemos mencionar su

    ballet Tonanzintla (1951), con msica del maestro

    Antonio Soler en versin orquestal de Rodolfo Halff-

    ter y la escenografa y vestuario de Miguel Covarru-

    bias. Esta danza est inspirada en los hermosos

    adornos de la Iglesia de Tonanzintla, una de las ms

    puras expresiones del barroco mexicano. Asimismo,

    Jos Limn presenta en Mxico obras de su reperto-

    rio, como La pavana del moro, con msica de Pur-

    cell, pieza que interpretaban el mismo Jos Limn,

    Lucas Hovy, Pauline Koner y Betty Jones. Tambin

    en 1951, compone y presenta Los cuatro soles, obra

    que no alcanza el xito de las anteriores.37

    En 1961

    volver Jos Limn a Mxico para ofrecer su Missa

    Brevis.

    La produccin mexicana de danza moderna inclua

    una mezcla de imaginacin, intensidad y efervescen-

    cia. Intentaba, por ejemplo, lograr la combinacin

    perfecta de las expresiones dancsticas y la poesa.38

    Asimismo, penetra en las leyendas indgenas y las

    recoge con una nueva concepcin estilizada de la

    cultura mexicana.39

    Tambin se remite al cuento in-

    fantil indgena (de gran arraigo en la literatura nacio-

    36

    Jos Limn (1908-1972), aunque mexicano, est considerado

    uno de los exponentes ms caractersticos de la danza moderna

    norteamericana. Vase: Don McDonagh, pp. 203-2010. 37

    Alberto Dallal: Entrevista a Guillermina Bravo, 1974. 38

    La poseda (1953, coreografa de Guillermo Keys). 39

    La luna y el venado (1949, coreografa de Ana Mrida).

  • 18

    nal a lo largo de toda su historia) para recrear los am-

    bientes, las moralejas y los procedimientos didcticos

    mexicanos.40

    Sin embargo, es tal el entusiasmo del

    movimiento, que no se aleja de una combinacin ex-

    traa: el animismo y el folclore,41

    mezcla que coinci-

    de con una misma inquietud del cine y el teatro

    mexicanos de la poca. Por otra parte, se toca con

    tiento la pica pueblerina, subrayando algunas de las

    caractersticas de las comunidades y pueblos,42

    o bien

    se repite, de nueva cuenta en el arte mexicano, la mi-

    tologa popular.43

    La gesta revolucionaria queda

    plasmada, histrica, poltica y socialmente, en obras

    singulares que, refinadas y hasta sofisticadas, dejan la

    impresin efmera de un movimiento original.44

    Pero el gran xito mexicano, la obra en la que cul-

    mina el movimiento de la danza moderna mexicana

    es Zapata, estrenada en 1953. Esta obra contempla

    ante todo la leyenda que se crea alrededor de la figu-ra del revolucionario, pero humanizndola, situndola

    en la tierra, punto de partida no slo de la revolucin,

    sino de la vida. El coregrafo, Guillermo Arriaga,

    inspirado fundamentalmente en la obra pictrica de

    Jos Clemente Orozco, expone imgenes expresionis-

    tas que inmersas en claroscuros impresionantes, no

    slo dan idea del impulso creador de la Revolucin

    Mexicana, sino de las enormes posibilidades de la

    danza moderna en una situacin intensa, acelerada.

    En 1955, Ral Flores Guerrero deca lo siguiente del

    Zapata de Guillermo Arriaga:

    Parece que las fuerzas que controlan el desarrollo de

    todo movimiento artstico, necesitaran conciliarse en el

    de la danza mexicana en una obra y que Guillermo

    Arriaga fuese el instrumento acertadamente elegido por

    ellas. El ballet Zapata es un smbolo de lo que la danza

    mexicana es potencial y realmente; en l coexisten los

    40

    Pastillita (1951, coreografa de Rosa Reyna). 41

    El sueo y la presencia (1951, coreografa de Guillermo Arriaga). 42

    La hija del Yori (1953, coreografa de Rosa Reyna). 43

    El renacuajo paseador (1951, coreografa de Martha Bracho). 44

    Tierra (1951, coreografa de Elena Noriega) y Soldaderas

    (1954, coreografa de Magda Montoya).

  • 19

    elementos esenciales que debieran regir a los coautores

    mexicanos en sus creaciones: hondura y humanidad en

    el tema; simplicidad en su realizacin; perfeccin y cla-

    ridad en la estructura dinmico-musical y en la secuencia

    coreogrfica, y todo ello tratado con medios artsticos y

    tcnicos cercanos a la tierra y al hombre de Mxico.45

    La coreografa se vinculaba a la perfeccin con el

    vestuario de Luis Covarrubias y con la msica de

    Jos Pablo Moncayo. En el reconocimiento alcanzado

    por el Zapata de Guillermo Arriaga se descubre la

    realizacin de los conceptos que embrionariamente se

    hallaban en las primeras reflexiones en torno a la po-

    sibilidad de una danza autnticamente mexicana. Esta

    obra llega a ser representativa de todo el movimiento

    y demuestra, como lo implorara Luis A. Rodrguez en

    1919, que Mxico, el pas de maravillosa vitalidad, posea ya un arte propio, vigoroso, alejado del mal

    gusto y de los elementos negativos del arte de los

    bajos fondos. En sntesis: una manifestacin artstica

    nacional que poda ya pasar la prueba ante la mirada

    del mundo entero.

    Naturalmente, el movimiento que marca definiti-

    vamente esta segunda etapa de la danza moderna me-

    xicana apunta una serie de planteamientos estticos

    que se hacen exclusivos y que se generalizan, cerrn-

    dose, para medir, catalogar e incluso criticar a las

    expresiones dancsticas de aquel periodo. Estos prin-

    cipios pueden extraerse con claridad de un prrafo de

    Ral Flores Guerrero:

    No sin razn he postulado siempre el nacionalismo en

    la danza moderna mexicana como el camino nico y el

    ms seguro, por razones de orden emotivo, tradicional,

    temtico, dinmico y aun tcnico para que Mxico se

    signifique artsticamente en el campo coreogrfico. Los

    mejores ballets, desde que se practica la nueva danza,

    han sido aquellos que estn inspirados, vitalizados, por

    un aliento autntico de mexicanidad.46

    45

    Ral Flores Guerrero, p. 69. 46

    Ral Flores Guerrero, p. 66.

  • 20

    Insista ms adelante el crtico en que la mexicanidad

    permita al coregrafo reflejar su visin del mundo,

    de una manera espontnea y natural y acercarse a

    valores estticos que pueden hacer de la danza el segundo estallido artstico de Mxico en el siglo

    XX. Y culminaba su reflexin con la idea de que lo nacional es un valor de la obra de arte, producto de la

    autenticidad creativa, con la insistencia en que por ser ms sincera, ms intensa y original, la obra puede ser ms comprensible, sentida y asimilada en

    cualquier parte del mundo. O sea: es ms universal.47

    Como puede apreciarse, esta concepcin del arte me-

    xicano, de sus aspiraciones y posibilidades, coincide

    con algunos aspectos de la esttica del muralismo, tal

    y como la planteaban sus creadores,48

    algunos de

    ellos cercanos o participantes del movimiento dancs-

    tico. Si al iniciarse el movimiento la consigna era:

    hacer una danza de esencia mexicana y alcance uni-versal, el objetivo estaba ya a la vista.49

    El paso hacia una tercera etapa de la danza mexi-

    cana lo marcan dialctica y sucesivamente dos acon-

    tecimientos: la llegada a Mxico de Xavier Francis

    (1950), que inicia a los bailarines mexicanos en una

    tcnica ms completa de danza moderna, y un viaje

    que realizan las compaas existentes por varios pa-

    ses de Europa Occidental, los pases eurosocialistas y

    la Repblica Popular China. Xavier Francis, adems

    de excelente bailarn50

    incursion en la coreografa

    47

    Idem. 48

    No slo el trabajo noble, sino hasta la mnima expresin de la vida espiritual y fsica de nuestra raza brota de lo nativo (y parti-

    cularmente de lo indio). Su admirable y extraordinariamente

    peculiar talento Para crear belleza: el arte del pueblo mexi-cano es el ms grande y de ms sana expresin espiritual que hay

    en el mundo y su tradicin nuestra posesin ms grande. Es gran-

    de porque siendo del pueblo es colectiva, y esto es el porqu

    nuestra meta esttica es socializar la expresin artstica que tiende

    a borrar totalmente el individualismo, que es burgus. Declara-cin del Sindicato de Trabajadores Tcnicos, Pintores y Esculto-

    res. Citado por Raquel Tibol, pp. 269-270. 49

    Alberto Dallal, Entrevista a Guillermina Bravo, 1974. 50

    El invisible, 1952, coreografa de Elena Noriega, msica de

    Ignacio Longares y argumento, escenografa y vestuario de Mi-

  • 21

    con Tzcatl, 1952, msica de Carlos Chvez, esceno-

    grafa y vestuario de Miguel Covarrubias y otras

    obras. Despus de impartir clases en la Academia de

    la Danza y en el Ballet Nacional de Mxico, fund en

    1954, junto con otros artistas mexicanos y extranje-

    ros, el Nuevo Teatro de la Danza.51

    En la preparacin

    de nuevos bailarines, Francis coadyuva a las ense-

    anzas espordicas de algunos profesores visitantes

    como David Wood y otros. Asimismo, complementa,

    y en algunos casos descubre, la tcnica que algunos

    bailarines mexicanos van a desarrollar simultnea-

    mente asistiendo a la escuela de Martha Graham en

    Nueva York.

    El viaje a Europa y Asia se lleva a cabo en 1957.

    Signific un reconocimiento y una confrontacin.

    Reconocimiento de una temtica y una expresin

    representativas. Confrontacin con otras tradiciones,

    con la preparacin y la capacidad organizativa de

    otros grupos y otras culturas.52

    Por otra parte, los bai-

    larines y coregrafos mexicanos se ven incentivados

    y probados en cuanto a eficacia y profesionalidad. Al

    regreso de este viaje de todos los grupos y compa-

    as, las cosas no podan seguir siendo las mismas

    para la danza mexicana.

    Durante la tercera etapa de la danza mexicana, de-

    cae la inventiva, en trminos generales, en conjunto,

    pero se inicia el desarrollo tcnico, centrndose el

    esfuerzo de los grupos en este aspecto fundamental

    de la preparacin artstica y alejndose del acento que

    hasta ese momento se haba puesto en la expresin, la

    ancdota y el tema. Esta nueva actitud permite que

    proliferen las compaas, pero parece hacerse ms

    patente en un solo grupo: el Ballet Nacional de Mxi-

    co y en su creadora y directora: Guillermina Bravo.

    En efecto, el Ballet Nacional de Mxico, grupo inde-

    pendiente que, como dijimos, se origina en 1948,

    entra en contacto con la tcnica de Martha Graham en

    guel Covarrubias 51

    El Nuevo Teatro de Danza trabaj ininterrumpidamente hasta

    1962, ao en que se disuelve. 52

    Alberto Dallal, Entrevista a Guillermina Bravo, 1974.

  • 22

    sucesivos viajes de sus integrantes y en visitas peri-

    dicas de maestros extranjeros a Mxico. Guillermina

    Bravo adquiere entonces, para s y para el grupo, una

    tcnica que la obliga a transitar de lo local y regional,

    a lo mtico indgena y ms tarde a una concepcin

    universal de la creacin coreogrfica. El trabajo mis-

    mo la obliga a invertir los trminos de la consigna

    inicial de la danza moderna mexicana para crear aho-

    ra un movimiento de danza de esencia universal y de

    alcances nacionales siempre y cuando se descubran

    las caractersticas universales de esta actividad. Para

    lograrlo, se hace indispensable el desarrollo de una

    tcnica bsica, general, y el conocimiento, la con-

    ciencia de lo que significa hacer danza contempor-

    nea.53

    O sea, para alcanzar la expresin y la forma se

    requiere la tcnica. Este medio sita a Guillermina

    Bravo en la primera lnea de la danza moderna en

    Mxico y en el mundo pues obliga al grupo a asentarse

    y a desarrollarse dentro de una lnea tcnica propia.54

    Aunque en 1946 Guillermina Bravo ya frecuentaba

    la danza pura,55

    en aos posteriores se inclin por la

    danza nacionalista,56

    por la danza de contenido so-

    cial57

    y por la potica y la mitologa indgenas.58

    Las

    obras ms recientes de Guillermina Bravo plantean la

    universalizacin de temas y formas59

    o bien un neo-

    expresionismo depurado, insistentemente figurativo,

    impecable en precisin y presentacin. Asimismo, la

    53

    Alberto Dallal, Entrevista a Guillermina Bravo, 1974. Las caractersticas esenciales de la danza contempornea estn en

    Alberto Dallal, La danza moderna, pp. 22-23. 54

    Resulta interesante observar que la mayora, si no la totalidad,

    de los bailarines de danza moderna y de danza contempornea en

    Mxico se prepararon, surgieron y se dieron a conocer como

    miembros del Ballet Nacional de Mxico 55

    Cuarteto op. 59 Nm. 3, msica de Beethoven. Sonata Nm. 7,

    msica de Prokofief 56

    El zanate, 1947; Recuerdo a Zapata, 1951. 57

    Fuerza motriz, 1949; Guernica, 1952; La nube estril, 1953;

    Danza sin turismo, 1955; El demagogo, 1956; Braceros, 1957 58

    Los danzantes, 1959; El paraso de los ahogados, 1960; El

    bautizo, 1962 59

    Interaccin y recomienzo, 1972; Melodrama para dos hombres

    y una mujer, 1972.

  • 23

    preparacin de cada espectculo constituye, para la

    Bravo, la necesidad de resolver lneas de procedi-

    miento, tanto coreogrficas como teatrales.60

    La Bravo clasifica su produccin coreogrfica en

    las siguientes

    corrientes artsticas: nacionalista, con obras realistas de

    temas sociales, de 1951 a 1957; no-realista, con temas

    mgico-rituales provenientes de las comunidades ind-

    genas, de 1958 a 1963; de exploracin de los diversos

    usos [sic] del coro, con temas didcticos, de 1964 a

    1967. A partir de entonces sigue dos lneas de desarro-

    llo [sic]: una que enfoca al hombre en su vida interior,

    manifestada a travs de relaciones crticas y onricas, y

    otra en la que explora el espacio escnico a travs de

    formas geomtricas (1967 a 1971). Ambas corrientes se

    integran en Homenaje a Cervantes (1972). Inicia en

    1973 una etapa de composicin de danzas para solistas,

    determinada por la personalidad de cada bailarn [del

    Ballet Nacional].61

    A la diversidad de la creacin coreogrfica ha unido

    Guillermina Bravo su inquietud por la preparacin

    tcnica. Consciente de la necesidad que tiene el baila-

    rn contemporneo de un cimiento tcnico claro, pre-

    ciso, la Bravo siempre ha puesto especial atencin en

    incorporar al mtodo Graham un sinnmero de disci-

    plinas que van desde fundamentos clsicos, pasan por

    la disidencia o la bsqueda dentro del sistema Graham (Wood, Yriko, Kasuko Hirabayashi) y

    desembocan en la experimentacin y la tcnica de la

    improvisacin. Guillermina Bravo est convencida de

    que la tcnica universal de la danza contempornea

    est an por conformarse y no ceja en su empeo de

    estudiar las variadas formas de la danza mundial (an-

    tigua, clsica, primitiva, actual) para establecerla.

    60

    Lamento por un suceso trgico, 1975. 61

    Datos publicados en el folleto Homenaje a Guillermina Bravo,

    fundadora del Ballet Nacional de Mxico, Ballet Folclrico de

    Mxico, septiembre de 1976.

  • 24

    Otro de los coregrafos del grupo (permaneci en

    el Ballet Nacional hasta 1975), Luis Fandio,62

    pro-

    pugna por la erradicacin de la ancdota y por la uni-

    versalizacin del tema, aunque obtiene resultados

    ms abstractos y puros.63

    En sus incursiones coreo-

    grficas (verdaderas bsquedas innovadoras64

    ) Fan-

    dio refleja la misma originalidad e independencia

    que en su preparacin tcnica. Sus Operacionales (1

    y 2), siendo danzas diferentes entre s, expresan un

    afn por realizar estructuras acabadas, redondas,

    completas, en las que no falten ni sobren elementos.

    En ambas danzas la msica y el diseo coreogrfico

    forman una unidad imposible de separar no obstante

    que incursionan en algunas vas que en su momento

    podan considerarse experimentales: tcnica de la

    improvisacin, secuencias, alternadas,65

    relacin es-

    pacial triangular, etctera. Fandio concibe la danza

    como un intento de movimiento puro; en ningn

    momento el cuerpo humano debe forzarse para hacer lo imposible sino lograr lo imposible por medio

    de la naturalidad o la espontaneidad virtuosas.66

    Te-

    naz autodidacta, Fandio slo reconoce la influencia

    de Xavier Francis en su preparacin. Posteriormente

    habra de desarrollar sus aptitudes y sus msculos

    mediante ejercicios individuales de su invencin, si

    bien por temporadas tomaba las clases con sus com-

    paeros en el Ballet Nacional de Mxico.67

    Fandio

    62

    Coreografas de Luis Fandio: Dulcinea (1966), Tena que

    ocurrir (1967), Caleidoscopio (1967), Acertijo (1968). Metrpoli

    (1969), Serpentina (1970), Operacional 1 (1972). Operacional 2

    (1974) y Dilogo (1976). 63

    Serpentina, Operacional 1, Operacional 2. 64

    Se entiende cabalmente la actitud esttica y el proceso creativo

    de Luis Fandio en Alberto Dallal: Suscitacin sobre el diseo coreogrfico. 65

    Procedimiento que de otra manera tambin aplicar Fandio en

    Serpentina. 66

    Como bailarn logr Fandio la plena realizacin de su ideario.

    En su momento lleg a ser el bailarn mexicano mejor preparado.

    Vase Alberto Dallal, La danza moderna, pp. 54-59. 67

    Sali del grupo en 1975 para trasladarse a Xalapa, Veracruz, en

    donde se hace cargo del Departamento de Danza del Instituto de

    Investigaciones Estticas de la Universidad Veracruzana hasta 1977.

  • 25

    es, antes que nada, un artista que cree en las cualida-

    des propias de cada cuerpo, de cada msculo. Exige

    del bailarn, del coregrafo una entrega total a la ac-

    tividad, al trabajo, a la obra. Rara avis de la danza

    mexicana, Fandio resulta intransigente en lo que a la

    autenticidad de la preparacin y la habilidad creativa

    se refiere. El coregrafo debe concebir sus recursos

    de tal forma que todos converjan de una sola vez en

    la obra. En Serpentina los actos ms nimios o impor-

    tantes de la vida del hombre se renen en imgenes y

    secuencias sucesivas en las que la msica (ideada y

    realizada por el coregrafo mediante ruidos y utensi-

    lios cotidianos) transita paralelamente al movimiento

    de los cuerpos humanos hacia diseos abstractos que

    para el espectador devienen juegos de movimientos

    precisos. Fandio subraya el hecho dancstico como

    un conjunto de secuencias y movimientos; cree en un

    refinado virtuosismo y no en el alarde espacial; al-

    canza de esta manera un tipo de danza pura o abs-tracta que en otras etapas de la danza moderna

    mexicana intentaron coregrafos como Keys, Her-

    nndez, Bravo, Jordn, etctera. La influencia de

    Fandio puede apreciarse en algunas obras de otros

    coregrafos del Ballet Nacional (Federico Castro),

    sobre todo de los ms jvenes (Jaime Blanc).

    El Ballet Nacional se hace exponente de una disci-

    plinada pluralidad de bsquedas y actitudes, logradas

    con preparacin tcnica. Sus obras plantean las carac-

    tersticas generales del grupo en lo que podemos de-

    nominar con precisin: danza contempornea. En sus

    presentaciones ms recientes, el grupo ha adquirido

    ya una destreza profesional en la que Guillermina

    Bravo sobresale como gran creadora, aquella que en

    el dominio de la forma y la estructura, realiza y desa-

    rrolla proezas que van ms all del tema. Ballet Na-

    cional de Mxico hace giras de presentacin

    peridicamente y ofrece su arte en la provincia mexi-

    cana. En 1974 realiz una gira por Europa.68

    A su

    68

    Vase la crnica que de este viaje escribi Mara Pa Lara.

  • 26

    regreso, contina el grupo su trayectoria de experi-

    mentacin y bsqueda.69

    Durante esta ltima dcada, la danza moderna en

    Mxico se ha abierto hacia nuevas influencias y ca-

    minos. Podemos afirmar que la gran inquietud que

    existe actualmente con respecto a la danza es nica,

    excepcional en Mxico, sobre todo si se compara con

    las actividades dancsticas en el resto de los pases

    latinoamericanos con excepcin de Cuba. En efecto,

    el movimiento de la danza moderna mexicana que

    floreci de 1940 a 1955 dej huellas imborrables, no

    obstante los errores posteriores y la prdida parcial

    del grupo de artistas y espectadores que coadyuvaron

    a su florecimiento. El pblico que en esos aos fre-

    cuent los espectculos de danza moderna tambin ha

    desplazado su atencin hacia otras artes, actividades

    y diversiones. Hoy por hoy, las mismas personas

    (bailarines, coregrafos) que participaron o fueron

    producto de ese movimiento, realizan sus propios

    esfuerzos para recuperar este pblico y, espero, para

    asentar un nuevo movimiento que requerir, natural-

    mente, de conocimientos tcnicos, de creadores, de la

    capacidad aglutinante con respecto a los dems artis-

    tas, de apoyo oficial y particular, de crticos e inves-

    tigadores preparados e informados y, por supuesto,

    necesitar del talento, de mucho talento y de la entre-

    ga profesional de los cuadros nuevos.

    En septiembre de 1966 surge un nuevo grupo de

    danza moderna. Es el Ballet Independiente de Mxi-

    co, que busca realizar la expresin contempornea de

    la danza reflejando la problemtica de nuestro tiem-po y de nuestro pas. Interesantsimas han sido las aportaciones de este grupo, bajo la direccin de Ral

    Flores Canelo y Gladiola Orozco, ambos surgidos

    principalmente del Ballet Nacional de Mxico. Con el

    grupo han participado artistas invitados de enorme

    prestigio como la propia Anna Sokolow, Juan Jos

    Gurrola, Aurora Bosch, Judith Hogan, Michel Des-

    combey. Sobresalen sus experimentos en torno a una

    69

    La trayectoria del grupo puede apreciarse en sus aspectos orga-

    nizativos y creativos en Alberto Dallal, La danza moderna.

  • 27

    danza que ante todo se convierta en espectculo crti-

    co, ya sea en contra de la enajenacin del hombre en

    la sociedad capitalista, ya sea en contra de la explota-

    cin econmica y social. El fallecido John Fealy,

    quien tambin trabaj muchsimo por el desarrollo de

    la danza moderna en Mxico, mont varias coreogra-

    fas para el grupo y actu como bailarn en innume-

    rables ocasiones. Con el grupo tambin ha trabajado

    como coregrafa y bailarina la artista venezolana

    Graciela Henrquez. El Ballet Independiente de M-

    xico se presenta con regularidad en el Distrito Fede-

    ral, en provincia y ha realizado giras a Centroamrica, Cuba, los Estados Unidos (en dos

    ocasiones) y a Europa. Aparte de otros grupos que buscan y en ocasiones

    alcanzan sus propias metas, como Expansin Siete y

    el grupo recientemente formado en Xalapa, en Mxi-

    co trabaja actualmente el Taller Coreogrfico de la

    Universidad, dirigido por Gloria Contreras. En la

    formacin de este grupo concurre la combinacin de

    las tcnicas del ballet clsico y la danza moderna.70

    Es un gnero frecuentado por muchas compaas eu-

    ropeas. Resultan interesantes la precisin y la profe-

    sionalidad con las que ha perdurado el Taller

    Coreogrfico. El grupo se form en 1970 y en la ac-

    tualidad posee un amplio repertorio que incluye el

    gran montaje, el juego coreogrfico, la experimenta-

    cin y la tcnica de la improvisacin. Gloria Contre-

    ras se form en Mxico, despus viaj a Nueva York

    en donde estudi y trabaj con George Balanchine.

    Su prestigio de bailarina es muy slido dentro y fuera

    del pas y no le va a la zaga su calidad de coregrafa.

    Desde que compuso su Huapango en 1959, hasta la

    fecha, ha producido ms de 45 ballets, muchos de los

    cuales fueron montados y pasaron a formar parte del

    repertorio de las principales compaas del continente

    americano. La enorme inquietud de Contreras la ha

    hecho transitar por todo tipo de caminos coreogrfi-

    cos, desde la danza en mensaje social hasta la recrea-

    70

    Para la ubicacin esttico-dancstica de este grupo vase Patricia

    Cardona, La escuela del Taller Coreogrfico de la Universidad.

  • 28

    cin de la danza y la msica popular urbana (rock).

    Asimismo, ha incursionado en la danza-poesa habla-

    da y en la danza electroacstica. Hace apenas unos cuantos meses se cre el Conse-

    jo Nacional de la Danza, organismo que coordinar

    todos los trabajos de organizacin, de creacin, de

    enseanza, de investigacin y promocin de la danza

    mexicana. En l se hallan representados los grupos

    profesionales ms importantes, una asociacin de

    bailarines mexicanos, otra de coregrafos, los princi-

    pales centros de enseanza y las autoridades guber-

    namentales vinculadas a la actividad dancstica. Las

    distintas tendencias que en la actualidad surgen hacia

    la danza mexicana tendrn, mediante esta nueva or-

    ganizacin, la oportunidad de desarrollarse y buscar y

    asentar nuevos caminos. Pero resulta indispensable

    subrayar la necesidad de crear un nuevo movimiento.

    Con caractersticas nuevas, s; pero, como el que he-

    mos descrito en la segunda etapa de la danza moder-

    na mexicana, que mantenga sus extrapolaciones, sus

    originalidades, sus variaciones, inquietudes y, por

    qu no?, sus divagaciones y extravagancias, dentro de

    una personalidad definida, una personalidad que

    atraiga de nueva cuenta a pblico, a creadores, a j-

    venes artistas y a crticos conscientes.

  • 29

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