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Año 11. Panamá, ®de Agosto de 1905 . Núm . 40 ' { 1 I ' ~ , oro\\ ~~\ ~ ~ ~ \ g 011\ r `r r ~~ ~~~~~ \ \\\\~\ \\ .\ ( ~i \\ ' r ,I 1 11 ~/ ~\ \~ \ \ C\~ ó \ r~\\\ I 1 \\\ \~~ \ \ 1\ les \~M~\ \~\~ I lam Z Z O - \ .~ : a°- ~{~r~ .nes'• % d t` i {~! ~ I ~I 1, I~ ~ , / / ~\ :~ ~~~ ~ ~ .~ . i+l ~~ Í ~, : ,•-k o~~z~ "5 ` 1` , 1 , 1 ,.~~ ~~ . ~ ; 1 ~ `~+ 'l ' , JY~~~ // ¡ 0 /' // ~~1u1--/ *~~~~ \\~\\\~ ~~~lIJ . Ir{ J i1 l i fy` IfÍ ('1 ~ i `•~~ ~I ~i 1'Í'I~~~~I'II~~I ~r rÍ / Ir \i , r ! il l f Y/ v / 2 2~ i 01 115 i Editor es•Propietarios : CHEVALIER, ANDREVE & Cía .

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Año 11.

Panamá, ®de Agosto de 1905 .

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AÑO Il.Panamá, República de Panamá, 30 de Agosto de 1905.

EL HERALDO DEL

NUM.. 40

ISTMO~-RE VIS TA

Director : GUILLERMO ANDREVE .

/LUSTRADA--~"Bien faire et laisser dire ."

~>1

> ~~RafaelPombo@on motivo d e su coronación`-~

_- ~-- ~~ Porta:Aqui . en peñón oscuro que el mar ya desmorona,

- > ?-. - Sobre el abismo inmenso que me habla v me fascina,Pienso en tu gloria y fama, pues sé que la corona.

-

-

~. Que Colombia te ofrece- -

~_Es el triunfo de ideal que, prevalece

= z_,am= Del mundo en la gran ruina.

- z Pobres somos los hombres de esperanzas:Que los ideales caenA golfo` destructor de planta férreaQu:` el bien destruye c la nobleza acaba.

SSS~- Ta la civilización trocada en nuto\o (s la luz qne al espíritu ilnmina;

S 1 Es el Be: erro de 0n> que adoramos> - P. a' hl" es- U1]II11h1tellLe.-

~~j'la dfu'hIIZI

-r -~ S El t tr,l-rcy á su mansión ignota°-?-_

~-- Entr, nubs qne evocan el recnerdoDe lo qne fue tu nlágica paleta

De artista soberano . ..

~'

~ ~' a L 1 011 s:~le-

-

~ - _~ Cantando su canción. qne ea lniserere.T el sol ca dr:aceudo .

. . y yt se muera]~z-- ~

-_' Mas la luz que cae lanza su nliralLr

- -

>~Tiene un sarcasino cruel

Pienso en la mula . . . .~~-- >SS-S

En la Cada, que es ráfagailusorlaIk un bira que- Dio, ros otorgó con crece;

Pero pienso en tu gloria,111 g'lor( :1 es un dón que tú nrrre pea.

La +lola es, ;. ., rn d,

cruelesaa1 Que ya cantó can e-tra victorioso

Tu lira dr: titán enczuleuzuh> .

?= ?_

~-- Di- la s-Aya

_

-

S~ :degie,

ÍrIIaire

(lile es canci ,n de amores~_> -'-~- (,Cl la dlllC'

ti'iSTe~a del re :U0Pil0J J

Fs ml

7,-r,, I,,, r,,, oh poeta :

Es un l, .e,,,L,, .,„De C'olo .nbix, la tierra infortunada.Qne de la gloria fue la única amada.

>-~">= Tú la voz de la Patria, cual ninguno-' =

~_

- _ Snp st :+ r ,sum:r en breve estrofa_

_ -

- ,. .~ Qvx` <s so :nbta y luz del alma que no 111 ilere,

Dubna nacional . . . . _Allá p ;lsea

>~_-~_> --

- Fll tr_steza de monsirno maldr,-ido

-

-

- `~o~ Solorano Caimán que de su nidosalió á acechar lo que á su pAso vÚa . --

- Y c~ monstruo. ;oh, poeta : en ni¡ uleinoriaDe IIli niñ-z despierta lo olvidado

-

JJU'~1uu'JU~A1 V'JV A1'~1`J'~1V~1VV

De tí aprendí yo á leer . y he recordadoLa fábula preciosa

Que nos contaste en tu poesía hermosa:La del Caimán, que cabe el MagdalenaA un Gañán persiguió con dura pena.

Aquí una GarzaQue el níveo cuello con temor extiende

Del lago entre la zarza:Huye de zorra cruel que la sorprende . ..1 ese cuadro. de líneas ya borrosas.

Hace pensar en tí . oh poetaDe. mágica paleta:

Cuando á los niños distePara nutrir su espíritu pequeño.

Fábulas de candor tan elocuenteQue se clava y persiste aquí en la mente.

Ya se derrumba en piélago infinitoTras, de nubes de luz casi divinaEl padre soL

La sombra se acecina.Y sigo aquí, clavado cual precitoEn la roca que al ruar burla impotente.El mar interminable..._ el sol . . . . la roca . . ..La salmodia de una ola que se estrella La luz allá . el monte que s, empinaDe sus flores brindando el suave aliento . . ..

Todo es grande . ; oh poeta'Más ese sol que su soberbia lumbreYa á apagar en el mar, de Dios emblema.Y esa luz, y esta roca . Y ese monteSon menos que tu gloria .

Astro radianteDe Colombia en el cielo fuiste siempreInteligencia, y luz, y alma supremaQue su espíritu dio á los que vivenDesterrados del mundo en que las almas

Comulgan cada día.Desde esta patria mía

Que tú cantaste. y que te debe gloria,Hoy evoca tu nombre mi memoriaYa murió el sol' . . . . ;Qué hermosa despedida' . . ..

Sea para tí mi estrofa,Hoja al azar del lauro desprendida

Que á tu gloriosa frenteLleva ni¡ alma en tributo reverente.

Salomón Ponce -Aguilera.

Panamá 6 de Agosto . 1 90

El Heraldo dEl lstmo 122

El Palacio de GObierno u el Teatro NacionalA título de información para. nuestros

lectores damos hoy publicidad á, los pla-nos de las fachadas del Palacio de Gobiernoy del Teatro, racional según el proyecto delingeniero señor Ruggieri, aprobado por elsupremo gobierno ; y con el fin de ilustrarel entendimiento de ellos, reproducimos enestas páginas el Informe que sobre eseproyecto presentó el ingeniero nombrado.

.Séñor Secretario rle Fomento .E. S. D

Tengo el honor de dirigir á usted la siguien-te relación explicativa que acompaíIa á losplanos del proyecto del Palacio de Gobierno yTeatro Nacional, levantarlos por mf de acuerdocon el Gobierno de la República, con fecha 9 deMarzo de este año.

No me extenderé mucho acerca de los par-ticulares descriptivos, porque lo creo inútil ypor ser los planos generales bastante comnletospara que el que desee examinarlos pnedá for-marse un concepto exacto de la obra que ca áconstruirse ; y, además, porque en ellos estánmarcadas todas lasindieacionss necesarias pa-ra facilitar su lectura.

El concepto al cual me he ceñirlo y que meha guiarlo al fijar la distribución general deledificio, ha sido el de tener en cuenta las distin-

y salas anexas para la Asamblea Nacional ; ten-drán vestíbulos y entradas separadas ; el brazoque cla á la Carrera de Ricaurte será ocupadopor la entrada principal, el escalón de honor, elCuerpo de Guardia, etc ., etc., teniendo en elprimer piso alto la sala, Salones y Despachosl.ara el señor Presidente y el señor Secretariode Gobierno y Relaciones Exteriores ; y en elsegundo piso alto la cuarta Secretaría . En fin,el cri<arto brazo, que es el más largo, estaráocuparlo por el Teatro.

Los cuatro cuerpos de Fábrica que ocupanlos cuatro brazos mencionados, están reunidos.tanto eu el piso bajo como en el superior porun pórtico cuadrangular de pilares y arcos, elcual pórtico contorna un patio de metros 14,50de lado . Por dicho pórtico se efectuará la co-municación de las Secretarías entre ellas y conlos departamentos destinados al señor Presiden-te de la Asamblea Nacional.

El solar sobre el cual se levantará el edifi-cio, mide, según el plano que me fue entregadopor la Oficina Técnica de la Secretaría de Fo-mento, metros 83,39 de largo, desde la CarreraNacional hasta la Carrera de Páez: v metros58 de ancho, es decir, una superficie dé metroscuadrados, 4836 . El edificio que he proyecta-do ocupará melos cuadrados 2860 de esta su-parficie, siendo la restante destinada á ensan-char tres de la calles al rededor del edificio yformar• cuatro plazuelas en las cuatro esquinasdel solar . Daduciendo de la superficie limitadapor el perímetro del edifico la del patio, quedan

pleados de la Sección de Instrucción Pública,una pieza para Archivo y una pieza para Por-tería.

La Secretaría de Fomento ocupa el piso bajosimétrico, respecto al eje del edificio, ya men-cionado, y da por consiguiente sobre la Carrerade Vallarino. Comprende once departamentos.es decir: una pieza para Despacho del Secreta-rio, unapi&za para Despacho del Subsecretario.una pieza para Salón de Recibe, una pieza parael Jefe y demás empleados de la Sección Pri-mera, una pieza para el Jefe y demás empleados de la Sección Segunda, una pieza para elJefe y demás empleados de la Sección Tercera.una piezá para el Despacho del Ingeniero enJefe, un Salón de dibujo para el Personal Téc-nico, una pieza para Archivo-de la Secretaría.una pieza para depósito de materiales y aparatos de la Sección Técnica y una pieza pararPortería.

La Oficina Técnica, formada del Despachodel Ingeniero en Jefe, de un salón de metro .;9,60 por metros 5.30 para dibujo, y riel cuartopara depósito de útiles de Ingeniería, forma ungrupo aparte, y aunque esté en directa confinnicación con el Despacho del seílor Secretan-¡,).tiene entrada separada por el gran vestíbulo deentrada del Palacio de Gobierno.

La .Secretaría tle Gobierno li Relaciones h:rlr-riores, ocupa el piso arriba de la Seeretaría de.Fomento. Coloqué dicha Secretaría al mismonivel del Despacho y Salón de Recepciones delseñor Presidente, parque conceptúo que ella se

encuentra en más frecuente con-tacto con la Presidencia

Dos son las entradas para losdepartamentos que la forinan, unapara el Secretario y las Salas ele re-cibo, reservada y de recepciones <li-plomáticas por el escalón principalque se desarrolla en el cuerpo defábrica central ; la otra entrada pa-ra todos los empleados de la Secr,•-taría por el mismo vestíbulo de LiSecretaría de Fomento y por la esca-lera que se inicia á su izquierda.

La Secretaría comprende losmismos rte partamentos que fueronindicados en la lista mencionada . esdecir: sala para Despacho del Se-cretario, sala para Despacho delSubsecretario, sala de recibo parael Secretario, sala de recepcionesdiplomáticas, sala para conferen-cias reservadas, sala para Despachode la Sección Primera, sala paraDespacho de la Sección Seginrda,sala para Despacho de. la SecciónTercera, sala para. Despaclo dela Sección Cuarta, una . pieza parael Archivo y una pieza para el Por-tero.

tos Partes quclo componen, es decir, departa-mentos para el señor Presidente de la Repúbli-ca. el salón de- recepciones diploinátieas, Se-cretarías y Teatro ; todas separadas entre sí ycon entad_:s N-ístintns. aunque ellas, con ex-cep_ióu del Teatro . tengan fácil, cómoda yadecuada <oomm~icarión.

De cxrformidad, pura . con este concepto,Le dado á todo c1 conjarrto del edificio la formade CRII%. cuy ;s brazos opuestos é igriales,—uno con free ;e hacia e l ora r y el otro con fren-te Tracia la Carrera de Vallarinoserrín ocnpa-dos por tres de Lis cUatro Secretarías y el aula

meros cuadrados 2660 de superficie cubierta óedificable.

La Ser:retaría de 1,et,wccióu P,íLliea il .Irrsti-cia ocupaU.á el Iriso bajo del cuerpo de fábricaqUe cha al mar. Comprende, aparte del vestí-bulo de entrada de metros 11,70 de largo pormeteos 2.90 de ancho, los siguientes departa-mentos, de acuerdo con la lista que me fue co-municada : una piezapar•a, Despacho del Secre-taU°o . una pieza para Salón ele Recabo, una pie-za para Despacho del Subsecretario, una piezapara el Jefe y demás empleados de la Secciónete Justicia, una pieza. para el Jefe y demás em-

La sala para conferencias rescr-vadas la he colocado, á fin de que

-_ vl

quede más aislada, en la esquina`x'" ""-

del edificio. Ella y el Despacho delá. „~, Secretar=o, se abren sobre el Salón

de recepciones diplomáticas, quemide metros 9,30 de anclio, porU,60 de largo y que las sellara delDespacho y sala de recibo del señorPresidente.

Tl dq,arlanlento oc,r}im7P, por el s.-tiuu• /'r.ai-Jrnlc se compone, además del Despacho y de lasala ele recibo mencionados, ele una pieza parael Secretario particular, de una pieza de entra-da ó Portería y de un pequeño gabinete.

La cuarta .Srrrrta ría, es decir, la de //oefin-da, está colocarla en el segundo piso alto delcuerpo central del Palacio de Gobierno, y tie-ne entrada por el vestíbulo y por la escaleraprincipal. Se compone de los departamentossiguientes : Despacho del Secretario, Salón deRecibo ; Despacho del Subsecretario, sala paraEscribientes, sala para empleados del Ranio

PALACIO DE GOBIERNO .—FACHADA LATERAS. (Hacia EL MAR)

El HEraldo dEl Istmo - 123

del Tesoro, C<nnábilidad y Teneduría de Li-bros, Archivo, Portería y un cuarto más quepodrá ser convenientemente aprovechado.

El <etd¢ y (as salas sueros pnrrr la. ~l .rantúlenA<«eioual están colocadas también en el piso al-to y sobre la Secretaría de Instrucción Públicay Justicia, y tienen acceso por la escalera prin-cipal y por dos escaleras que se inician 'desde elvestíbulo de entrada de] a misma Secretaría.Estas dos escaleras colocadas simétricamenterespecto al eje del salón para la Asamblea Na-cional, y que llevan á ésta, al departamento delos Secretarios de la. Asamblea y sala para Co-inisiones, se continúan después más atrás, y

llevan á dos galerías laterales y al aula misma,destinada á la barra. He colocado el aula parala Asamblea en el piso superior porque ella tie-ne una altura superior á la general de cada unode los dos pisos y esto no tan sólo porque la sa-la ha de tener buenas proporciones, sino tam-bién porque las dos galerías mencionadas conbalcones se abren en el aula á tres metros so-bre el piso de ella . He trazado en la planta delprimer piso la disposición en anfiteatro de 40asientos para Diputados, la tribuna para elPresidente del Congreso, las mesas para los Se-cretarios, estenógrafos ; ete ., pero entiendo queésta sea una aproximada distribución, y de se-

guro la más apropiada será, adoptada por quiensea llamado á arreglar la instalación de laAsmmblea.

Dicha aula mide metros 11,80 por 13,20.Tiene tres balcones que caen sobre la bahía, dospuertas secundarias de entrada y dos principa-les que se abren sobre el pórtico.

Completan el departamento destinado á laAsamblea una sala de metros 6 por 12 para Co-misiones, y otra de metros 6 por 6,70 para elSecretario de la misma Asamblea . A dichasdos salas se puede ascender sea directamentepor las dos escaleras de que antes he hablado,sea directamente desde el aula.

PALACIO DE GOBIERNO . —FACHADA PRINCIPAL.

El Teatro se ha proyectado y está dispues-to, de acuerdo con la práctica moderna, en filasde anfiteatros y palcos.

Ocupa él sólo una superficie cíe más de milmetros cuadrados . y tiene tres lados libres, l

esdecir, el del frente y loa dos laterales,gos . Esta disposición la he creído necesaria áfin de que el edifi-io reúna mayor número delos medios de-seguridad para el público . que

larga experiencia de muchos ai1Os y muy la-mentables desgracias han aconsejado como másá propósito.

He dado á la sala la forma que se acostum-bra llamar circular, obtenida por un completosemicírculo y dos curvas cóucayas (le largo ra-

dio. Para adoptarla he considerado que en laciudad de Panamá, á diferencia de las otrasgrandes y muy pobladas clpitales en donde hayteatros especiales . el teatro que se va li cons-truir y que probablemente será el único duran-

te algunos mIOs. no puede ni debe ser un teatrosólo para ópera ó sólo para presentacionesl sexadecuado

dra-

máticas, sino antes bien tiene quey dispuesto para ambas manifestaciones ar-

tísticas.Este trazo ; que no es contrario á la acústi-

ca porque no ofrece obstáculos al desarrollo delas ondas sonoras, tiene muchas ventajas parala vista y las disposicionos arquitectónicas de

sus partes.La sala tiene el diámetro de 1 .1 metros de

columnas las que sirven <le sostén á todo el ar-mazón interior del teatro y de la bóveda y laapertura de la boca del escenario es en propor-

ción.La platea de plano ¡11-lilcie lo . para nO obs-

tacularizar á loa espectadores el completo goee

visual de la representación teatral, está dividi-da en dos series de asientos que serán todos nu-merados; los anteriores 6 más cerca al prosce-nio, especiales, y los segundos comunes, y se-ría de aconsejar que los primeros fueran de bu-tacas y los otros de sillas comunes.

Las dos series de asientos tienen entradasy por consiguientes salidas cómodas y separa-das, la primera sobre los dos lados del edificio,y la segunda directamente sobre el vestíbulo deentrada al teatro . Un corredor de un metro deancho todo al rededor de la sala, divídelosasientos de la platea del primer anfiteatro 6anfiteatro bajo, que tiene tres órdenes de asien-tos y fácil acceso por el ancho corredor exte-rior. Este primer anfiteatro y las dos seriesde asientos de la platea, darán cabida como ácuatrocientos setenta espectadores, cómoda-mente sentados.

Dos filas de palcos van sobre el primer an-fiteatro ; cala fila formada por ocho palcos pe-queílos, los que se encuentran en más favora-ble posición visual, y nueve dobles, es decir,que tienen un frente doble de los otros. Lospalcos están dispuestos en balcones que sobre-salen medio metro de las columnas sobre lassalas. Un palco doble, colocado frente al es-escenario, será el palco destinado para el Pre-sidente de la República ; entiendo que será, eldecorado con más esmero . La altura de cadauna de estas filas de palcos, es de metros 2,80como se ve de la sección longitudinal de la mis-ma sala.

Sobre ellas habrá un gran anfiteatro quetiene seis ordenes de asientos en la parte cen-tral frente al proscenio, 3' tres en las parteslaterales de la sala.

Este anfiteatró de tercera fila cómodamen-te puede contener cuatrocientos cuarenta es-pectadores . Así es que calculando limitada-mente que cada fila, de palcos pueda contenercincuenta espectadores, el NúMERO TOTAL DeLos QUE cómodamente sentados pueda tenerel teatro proyectado sará cle mil . Evidente-mente en caso de necesidad el número de es-pectadores sentados y de pie=será bastante ma-yor.

r zLas dos filas de palcos y el anfiteatro alto

tienen escaleras de acceso separadas, dos paralas primeras -y dos para el último: las unas ylas otras colocadas simétricamente respecto aleje del edificio . Las primeras se inician desdeel vestíbulo de entrada al teatro, las segundasdesde puertas que se abren sóbre los lados deledificio.

Teniendo también los espectadores del pri-mer anfiteatro y de los asientos de platea sali-das especiales, no podrá haber entre todos losde las distintas partes, altas y bajas, tropiezoalguno, y creo que la disposición adoptada seencontrará recomendable.

No me detengo en descripciones de la for-ma y dimensiones del escenario, de la posi-ción, forma y entrada del foyer (cuyo piso que-da á, nivel de la segunda fila de palcos) de loscuartos destinados para cantina, bomberos deguardia, excusados etc ., etc., porque claramen-te se podrá deducir de las tres plantas y de lasección longitudinal del proyecto.

AIIado sólo que la aeración del teatro seefectuará por medio de ocho ventanas semicir-culares que se abren, cuatro de cada lado, • enlas paredes laterales de prospecto, arriba delgrande anfiteatro, y por mecho de la abertura

El HEraldo dEl Istmo 124

Hierra trágica_F

A DARIO HERRERa-

}E,I~ L silencio de la tarde cor-1 rJ_ níase sobre la pampa in-121==9_ finita. En el rancho de

los peones el movimiento habíacesado.

El viejo, como decían á D.Cirilo, de pies en la puerta, pasea-ba sus ojos--dos ascuas—por lasensombrecidas praderas cubiertasde vacadas, cuyas formas esfu-mábanse. La barba y guedejmblancas del anciano, resaltandosobre su tez cetrina, dábanle cier-to aire espectral ; elala del som-brero encapotaba su gesto. En-vuelto en oscuras melancolía,meneaba la cabeza, volviéndosede tiempo en tiempo hacia losmontones de postes y rollos 1 .-

N\

7 alambres apilados junto al gallx',nNacido en aquel sitio, en ,-I—Secreció, vinculándose á la familia

circular practicada en el centro de la bóvedade la sala ; que la estructura interior del teatroestá proyectada de hierro y cimento armado, yque el techo que uniformemente cubre tanto ála sala como al escenario será también me-tálico.

Siendo relativamente modesta la sumaque se invertirá en la construcción del -teatro,la decoración de la sala, sin ser del todo pobre,seiZá ella también modesta, evitando muchosadornos en relieve . Creo que en la decoracióndebe haber en la pintura un predominio deblanco y verde claro que dará un efecto simpá-tico y alegre á la sala, como he visto en algu-gunos teatros de Italia.

Considero que las numerosas-salidas pro-yectadas . para el público, las salidas separadaspara los artistas, la disposición y posición delas escaleras son eficaces condiciones para evitardesgracias en caso de pánico 6 ele incendio,porque creo que en poquísimos minutos podrádesocuparse el teatro. No obstante creo tam-bién que, una vez realizada -la construcción,habrá que cuidar de tomar todas aquellas otrasgarantías que la práctica y los dolorosos desas-tres de los últimos años nos han aconsejado yque, consisten en colocar bocas de asma, en in-dicar con letreros luminosos las salidas mencio-nadas, en hacer á prueba de fuego todas lasdistintas partes del escenario, en instalar conprecaución el alumbrado ; y en fin, en proveerde un telón metálico la boca del escenario.

La obra es modesta, pero ella está en rela-ción con la suma que habrá de gastarse para surealización, y cuando se tome en cuenta que enotras pequeñas capitales de Centro América hangastado por sólo un edificio de teatro muchomás de lo que se piensa dedicar en Panamá

para la completa construcción del Teatro y delPalacio de Gobierno juntos, espero quesejuzga-rá favorablemente mi proyecto.

He evitado, siempre de acuerdo con lascondiciones económicas de la obra ; el lujo inú-til de mármol ú otra piedra tallada; y de coro=plicadas y costosas decoraciones policromas,-sea en la fachadá del edificio, sea en su interior,sin embargo agrego la convicción de que elconjunto de la construcción cuando esté reali-zada, mostrará un aspecto decoroso, y, desdecierto punto de vista, también monutnental.

Para terminar, doy al seílor Secretario lasmás-e-cpresivasgracias_porla confianza que tu-vo á bien depositar en mi . al conferirme el hon-roso y halagüeIIO-encargo de levantar el pro-yecto y dirigir después la construcción de laobra del edificio, acaso más importante de lacapital de esta República, cuya importancia éincremento material marchan de acuerdo consu progreso social, y que sin duda alguna en nolejano porvenir estará al nivel de las más ade-lantadas del nuevo Continente.

Por esta causa es ardiente mi deseo de queeste trabajo que someto á su consideración,responda á la confianza que- usted me ha dis-pensado, para á mi vez tener yo también el or-gullo de haber contribuido, aunque en modestaescala, á realizar el patriótico programa que hainiciado la actual Administración Pública .

de Planes tan estrechamente romo su condición lo permitía. Allí

pisó la vida sirviendo con toda fidelidad á donIgnacio—abuelo de los a, tualesduefios—á quien

Soy del seIIor Secretario, con toda conside- siguiera en la serie de campaúas en que esasracíón, muy atento y seguro servidor,

generaciones guerrearon . Allí envejeció-

'

Muerto don Ignacio continuó al lado de donCarlos, su hijo, al cual quería paternalmente,

G. N . RUGGIERI .

ayudáñdole siempre en sus trabajos de campo.Había visto cómo la ola civilizadora, al

avanzar, apresaba al gaucho en estrecho c•ín•a-

Panamá. Junio £ de 1905 .

lo ; había visto en todos los establecimientos ve_

cinos como tras una novedad .e3 r ~

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implantaba otra dejándoles á ellos

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mo si viera batojar un árbol}x

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perder todas sus hojas . .-~

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Al frente de aquel establrt 5,1 cimiento, El Progreso estaba Die-goel hijo mayor de don Carlos.Espíritu moderno, en todo Qapre-

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ciaba la enorme importancia deciertas reformas en la economía

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rural, y tomando las faenas ganadoras y agrícolas con el criteriorae

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fin de sus elías . Haciendo irrisoriosu nombre, El Progreso vivía

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treintaafíos atrás, sin introduciraún los perfeccionamientos connu-

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nes en la vecindad.Entre el personal subalterno

TEATRO NACIONAL.—FACHADA PRINCIPAL

de la estanciay el patrón. in-terponíase la autoridad del ma-cólico. Amanere y el silencio del desierto upo- y ordomo, un inglés, SIr . Colington, Cielito - -La muerte del proscrito sento despierta la curiosidad del vecindario, el nombre con que era conocido en toda la vo-

cual abre las puertas y encuentra el cadáver marca—diestro modernizador y ejecutor de susPARA Víc•roR MANUEL ALVARADo. del infortunado joven, juntas las manos, en órdenes. Diego llevaba á cabo las reformas,_

actitud de orar, é inclinadas hacia la boca como no obstante la contraria opinión de su hernia-Las doce acaba de dar el reloj de San Ni- para estampar un beso en tres reliquias queri- no Horacio, cuya resistencia á toda uovedadcolás; las calles de la población están desiertas das : una medalla del Carmen, el retrato de su era día por día renovada . Horacio había ido

y sólo la pitada de atención de los guardianes madre y el de la mujer amada .

muy joven al campo, y sus inclinaciones nati-del orden interrumpe el silencio de la noche .

Una piadosa señora recogió aquellas pre- vas se desenvolvieron ampliamente, infiltrándo-En una calle lóbrega hay una choza eiadas prendas y enjugó una lagrima que, co- le la peculiar manera acriolla» de apreciar lasapelas iluminada por los últimos destellos de Ino último vestigio de vida, quedaba medio cosas, título el más enalteLedor ante los ojosla luna que se oculta . En humilde lecho y sin oculta entre las pobladas pestañas del pros- de ]os gentes cuya confiauza y simpatía le ro-más rompañeroque el dolor exhaiaelúltimo sus ce .to.

'piro un hombre j,ven y de sembl :mt j inelau-

deaba yá

quienes acompaIIaba en juegos y

ROSENDO JURADO V.

distracciones brutales.

El Heraldo dEl Istmo.125

Aquel día, aunque era domingo, un do-mingo de diciembre, mientras unos cortaron unenorme seto espinoso, que daba á la casa aspec-to huraIIo, otros descargaron y_apilaron lospostes y alambres destinados á la construcciónde bretes . La próxima hierra se verificaría enellos, y los gauchos no tendrían ya donde lucirsus habilidades con el lazo, esa arma por ellossolamente apreciada, á la que debían su domi-nio en la pampa. El Progreso era el único si-tio donde se le practicaba en muchas leguas ála redonda.

Al día siguiente se «contraherrarían,» á laantigua usanza, algunos novillos recientemen-te comprados . Y ese era el tema, inagotable,de los paisanos reunidos en la cocina. Se co-mentaban célebres tiros, citándose famososenlazadores. la anécdota corría, y con fruicióny tristeza brotaban así recuerdos, que se per-dían como gárrulas voces de pájaros en el mon-te.

Pero ninguno tan triste como don Cirlo.que viera metamorfosearse esas regiones. Siquedó allí fué tan sólo por afección y fidelidadhacia esa familia que para él era la suya.

—Pero vos, Cirilo. dijo Horacio, has sidoel más famoso enlazador.

—¡Eso era en otros tiempos!—contestó elviejo desde la puerta.

Y como en ese instante entrara Horacito,chicuelo de diez aros, su nieto, agregó, po -niendo en ello toda su alma, el alma de unaraza :

—¡Y pensar que estos muchachos no veránesas cosas'. Verán un lazo y no sabrán paquésirve! ¡Quién hubiera dicho!

Y el gaucho en quien los anos pasaran co-mo una brisa, rozándole apenas, parecía ago-biado en aquel momento.

—Si vos no le enseilás—dijo dirigiéndose áHoracio—que sos buen gaucho, y por eso supadrino, no sé quien le ha de ense$ar.

Las lúgubres notas de un bordón de guita-rra, que alguien templaba, salieron de entrelas sombras. De pronto don Cirilo, que se ha-bía sentado en uu pequeüo escabel, las piernasestiradas y abiertas, gacha la cabeza, mirandoal suelo, irguióse, y dijo:

Ché, préstame la guitarra.—¡Qué es esto, viejo!—dijeron varios acer-

cándos.—¡Viejo lindo!—exclamó Horacio—¡Así me

gusta!Don Cirilo recogió las piernas y fijas sus

pupilas en cosas sólo para él visibles en el es-pacio, preludió unantiguo triste.

—Vení pacá muchacho,—dijo dirigiéndo-se á su nieto.

Y como si tuviera en su corazón desbor-dante algo irresistible ya para él. en un silen-cio pampeano, impuesto por su hermosa figura,alta y magra, comenzó á lanzar una endechacan la voz llena de lágrimas.

Su acento narraba melancolías misteriosasde una alma prisionera, Modulaba tres, cua-tro estrofas, y dominado por la emoción se de-tenía. Evocaba costumbres de anta$o, que-riendo grabar en la memoria de su nieto aque-llas viej .is épo as desvanecidas: «así, á su vez,decía, transmitirás cantando el alma de tusabuelos.»

Imanados por aquellos trenes de atractivaentonación, que quizá expresaran las vagueda-des de sus ensucilOs. algunos paisanos fuérmn-se acerando, poco á poco, y estrecharon larueda.

El cantor serenábase en una pausa, pare-ciendo no querer, de golpe, dar salida á su al-ma. Luego proseguía, acentuando sus temo-res, de ver desaparecer por siempre «el almade tus abuelos= inquietud y frase, que como es-tribillo volvía, siendo la obsesión de su alma yla sombra de su pensamiento.

La tarde había caído, obscureciéndose lapieza donde se hallaban congregados. El rítmi-co bordoneo languideció un instante, otrapausa, y la voz del cantor ahora invisible, sur-gió de entres las tinieblas, gue se dirían tinie-blas parlantes.

De pronto la mano del anciano, nervuda,huesosa, que rasgeaba la guitarra, empezó co-

me á paralizarse . Y en la última nota quedóahogada su voz, y gruesas lágrimas rodaronpor su barbas. Don Cirilo dejó el instrumen-to, no pudiendo continuar, y todos en silencio,fueron saliendo uno tras otro, sin duda á ha-blar de ese viejo, que no era-par9, ellos de estemundo.

—Que vaya maííana Horacito al rodeo,—dijo Horacio visiblemente conmovido.

Y la noche, negra, impenetrable, ahonda-ba en sus espíritus, vaga, indecisamente tris-te, triste.

- -Horacio, como un acto de compailerismo

comió con los peones aquella noche, yendo des-pués á librar la última batalla con su hermano,antes de dar comienzo á los corrales.

Muy temprano, obscuro aun, el peonajesalió al campo con una jauría, á «recoger, a paraempezar luego la hierra.

Las sombras, cendal caliginoso, azulino,disminuían su espesura, disipándose entre cho-rros de luz no perAbidos á la distancia, quecaían hacia el suelo . Las fragancias de lashierbas silvestres, despiertas con el vivifico re-lente, extendíause suaves. Mugían las vacasal verse azuzadas ; más allá, llegando como eleco de un lejano cailonazo, el toro inquieto mu-gía á su vez; los teruteros lanzaban sus gritosvigilantes y apurados, dando la nota de clari-dad. Azulábanse en la loma los animales, gi-gantescos; en el puesto vecino rielaba un fo -gón, algún gallo anunciaba la venida del día;multitudes de voces humanas se oían ya cerca,ya lejos, ladraban los perros, y de todas partessurgían como de un antro miles de vacas, quecon instinto de brújula se concentraban haciaun mismo punto Y desvanecíanse los úl-timos restos de la penumbra que aun flotaba . ..Después la aurora proyectábase en una densap.ube ondeante en el cielo, la cual rosada comocon el rubor de un bello rostro virginal, sola-róse poco á poco hasta triunfar cerulescente. . ..Luego el día luminoso . . . .

Horacio, cuyo «apero» recamado de plataera el más acriollo» de todos, luciendo «chiripá .»en aquella ocasión, capitaneaba á los peones,ávidos como nunca de celebrar, tácitamente,sin que nadie lo indicara, un certamen gau-ches .o. Todos montaron su mejor caballo,ausiosis por ver llegar el momento de lanzar-se contra el enfurecido gnimal, que esperabacon las astas prontas para hincarlas.

Diego iría después. Mr. Celington ve-nía atrás, y con ojos escudrilladores cerciorá-base de que todo fuera bien hecho . Su livia-no cochecito, sulky, le permitía servirse comodel caballo, con menos peso para éste.

Llegó al »rodeo,» dió una vuelta en su tor-no distribuyendo los peones y scúalando á ca-da uno su puesto. Descendió del vehículo;alguien le enjaezó la Oveja—como en voz bajadecían—con la montura inglesa traída bajo elasiento . Y se introdujo'eu medio de las vacas,sin fatiga para el trabajo, y se le vió entre lanublosa é incesante polvareda, con traje dedril café, «culottes» amplias, polainas de cuero,yGelm~t, inconfundible entre las otras gentes.

Los peones en esa faena, una fiesta paraellos, letabundos momentáneamente, hacíansus «suertes» con todo género de primores al-ternándose en sus sitios, comprendiendo eligual derecho de todos en ocasión tan solemne,á las mejores funciones. El «pral,>~ nunca,errado, daba en tierra con la bestia, cuya enor-me masa desplomábase, con el sufrimiento deun gladiador exhausto, y el estrépito de unaarcada fatídica . Estaba rendida! La algaza-ra, los gritos, eran como una diana ante lanuevas hazailas ; entretanto, mugía roncamenteel novillo al sentir el hierro candente, la len-gua se le enlodaba, saltábansele los ojos, sacu-día la cola como fusta, contorsionábase connuevos mugidos de desesperación, mientras loscompañeros giraban sin cesar, Y convergiendosus miradas hacia el animal maniatado en elsuelo, entonaban un asordante coro de lamen-tos casi humanos

De cuando en cuando los cuidadores, conastucia• dejaban escapar algunos animales, ydos, tres peones corrían en el acto, revoleaban

sus :lazos,» y en tendida carrera el aro cala delaire sobre las astas del bovino, que era inmedia-tamente vuelto. Horacio hostigaba á los paisa-nos, y siempre listo, á cada bestia fugitiva yaestaba con la «armada» pronta.

Diego sonreía, y diciéndose «que aquellosería la última vez,» les dejaba divertirse un po-co. Convencidos de la inadvertencia del pa-trón; el abuso se hizo sentir, y tras un novillohuyeron varios y mientras un peón enlazabaallí cerca, otro lo hacía en la loma lejana, lle-gando después con lares ssidapor los cuernos,que disparaba en busca de apoyo hacia el «ro-deos amontonado.

Diego, que - continuaba dirigiendo el traba-jo por intermedio de Mr. Celinton, se agita-ba, moviéndose nerviosamente con fastidio«porque aquello empezaba á degenerar en ju-gnete,» y se contenía para no decir algo á su'hermano, el más empelsoso en retardar lafaena.

A las doce suspendieron para almorzar.Horacio llegó el primero al fogón, donde espe-raban los-cchurrascos.a Los hombres lo re-dearon, y el comentario; melancólico en su ale-gría, surgió enganchándosele en su vuelo unchiste celebrado por todos con sonoras risota-das, mientras alguno volvía la cabeza haciaDiego y Mr. Celinton, que á la sombra de unparaíso hacían los «honores» álos comestiblestraídos en el cochecito.

El sol derramaba quietud en aquel espaciocubierto por la bóveda celeste, que extendíaseinmensa y límpida como una pampa . Fuegodespedía la tierra, y allá, á lo lejos, las refrae-ciones del aire ondeaban como incoloras gasas,acuosas . El pelotón móviente de vacas, dondealgunas faltas de espaéio, encaramábanse so-bre otras, abrióse un tanto . Después, muchas,con aspecto sediento, daban vueltas y, revuel-tas buscando salida hacia el arroynelo murmu-rante en el bajo.

Don Cirilo no quiso almorzar. Como al-ma errática rondaba, perseguido por fantas-mas, 'viendo por instantes levantarse todo supasado, como la polvareda levantada por el «ro-deo,» y su vieja existencia naciente en unaaurora, se le aparecía para el resto de sus díassin hojas como árbol en crudo invierno.

1 Al trabajo! gritó Mr. Celington, mien-tras Diego montaba á caballo.

Rápidamente acudieron, y cada uno ocupóen el acto su puesto . Y la hierra, la últimahierra, continuó con bríos de parte de todos,que veían con tristeza llegar la tarde. La ta-rea avanzaba, estaba por terminar, y al acer-carse el fui, todos, pandos, saboreaban aqueldejo, contribuyendo con desembarazo á pro-longarla . Diego hervía de impaciencia á cadaanimal escapado, - conteníase para no salirtras él.

De pronto, á su frente, dejaron escaparseis novillos que huyeron por la inmensa saba-.na; cinco de ellos fueron después traídos pordiversos peones, no pudiendo distraerse en elsexto los cuidadores del «rodeo.» El trabajoiba á concluirse, y ninguno deseaba perderaquella hermosa ocasión ; y todo manejador delazo dirigióse hacia el animal que «había gana-do el campo,» pero paralizándose los unos álos otros en el revoleo por las cercanías enredá-banse, y los minutos pasaban y pasaban sinlograr ninguno su intento.

—¡Hay que ensertarles á estos muchachos!—exclamó don CirIlo.—Voy á echar•el últimotiro de mi vida.—¡Que no se diga que dondehay un gaucho .viejo se escapa un novillo!

Sacudiendo y aereando con altivez los se-dosos y níveos rizos, disipó la nube que le aba-tía, rejuveneciose, fulgurantes sus ojos, comoposeído, creyéndose el pasado vivo, el hombrede otros tiempos, elevándose á la categoría derepresentante de una raza viril, acerada comohoja de «facón» y lanzó su corcel á la carrera,mientras una curva negra, como rueda hori-zontal, describía giros vertiginosos por encimade su cabeza.

A su vez Diego, no puliendo ya vencerse,cansarlo por la falta de seriedad, dkigióse haciaMr. Cehugtou, que impávido, automáticamen-te rígido, presidía el trabajo, sufriendo ahora

E.i HEraldo dEl Istmo 126

que algún astuto paisano mal agestado, al pa-sar fugaz tras una res. le hiciese blanco desus burlas.

Mr. Celingtou, con orden de impedirlesenlazar, galopaba, mezclándose con los jinetesque, arrastrando sus lazos, perseguían el novi-llo. Sólo don Cirilo estaba listo para asirle.Diego, temiendo que sus órdenes no fuerancumplidas, fué entonce i, á su vez, á confun-dirse en el grupo.

Una, dos vueltas, y Diego interponiéndo-se, les impidió revolver el lazo . Las gentesdiéronse cuenta de que el patrón haría sn vo-luntad, y que aquel animal, de volver, volve-ría no enlazado.

Todos corrían; unos se adelantaban, otrosquedaban atrás para salirle á la cortada, v donCirilo siempre el último, erguido como titán,esperaba el momento de asestar el golpe . Depronto, como la bestia perseguida hiciera una

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REESE que no había nada

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A once ó el collar deh Arsonoe 6 de Alfesibeadado por ésta á su marido Alemeón,ó en el que recibió Cadmo el día desus bodas,—de manos de Vulcau o, se-

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gún unos ; de manos de Europa, se-~l9

gún otros? 11\ro se cree en la desgra-cia que llevaba consigo el oro de losN1 elungen y también el oro de To-losa, ctiusante este último del terri-ble desastre del cónsul romano Ce-pión?—En camino para la Galia Nar-bonense, Cepión robó de Tolosa eloro y la plata consagrados por losDruidas Clglbrios á sus dioses. Pe-

ro .í poco, él y Manlio sufrieron derrotatal, que dejaron en el campo ciento doce milhombres .—¿Se duda de todo ello? Está bien.Mas . - . esto que sigue ¿qué es?

curva, el viejo vino á•quedar cerca, distancia-do de los otros enlazadores, é hincando las es-puelas apresuróse á hacer su tiro. Mas Diegoy M. Celington estiraron sus briosos corce-les y pusié;ronsele al instante en medio . Elviejo entonces, viendo ya muerta esa vida, en-yas raíces llenaban su alma, sintió que un velole obscurecía los ojos y la razón, y, al revolearel lazo, epialóA de intento el caballo del inglés,que en la rauda carrera cayó de golpe, brutal-mente, rodando sobre su jinete.

Luego los peones llevaron el cadáver,mientras inundaban las campi1as las tinie-blas que descendían en enormes copos . . . .Losanimales sumiéronse en la ya entenebrecidapampa, y el eco mortecino de sus mugidos re-percutía lúgubremente

J . LAVALLE LOBO.Buenos Aires, 1904.

El ano 1869 fué el último de la gloria deNapoleón III. El siguiente fué el de su caída.Observemos aflora que si el aflo de su naci-miento, 6 el afio del nacimiento de la Empe-ratriz, ó la fecha de la capitulación de Parisse atiade al de la coronación de Napoleón III,el resultado será siempre 1869 . Así, pues,le coronaron en 1852 ; nació en 1808 ; la Empe-ratriz Eugenia nació en 1826 ; la capitulaciónde París ocurrió en 1871.-1852

1852

1852 Coronción.1 1 Nacimien- 1 Nacimien- 1 capitulación8 te de Na- 8 te de Eu- 8 de París.0 poleón.

2 gena.

7 fs

6J

1J

1869

1869

1869

2. 1870, el aúo de la caída. Anadieudolos valores numéricos del nacimiento de Napo-león ó del de Eugenia á la fecha del matrinR9-nio, obtendremos el fatal alío 1870 . Nació Na-poleón en 1808 ; Eugenia en 1826 ; casaron en1853 .1853

1853 Ano del matrimonio1 , Nacimien-

118 1 te de Na-

8 ; Nacimiento de Euge-0 ~poleón .

21nia.8J

6

1870

18703. Emperrar. Los votos para hacer Em-

perador al Presidente fueron 7.119,791 ; los ensu contra llegaron á 1.119,000 . Si los núme-ros 7119791 1 1119 se escriben en un pedazo depapel y el respaldo de ese papel se-coloca altrasluz, se verá que resulta la palabra rni p, -renr . No hay que dejar, por supuesto, de tra-zar la raya que aparece anteriormente, puesella viene á formar la p.

4. La Rccolaciáa Francesa, 1794.1794 La Revolución.

1r94

1815 Batalla de Waterloo.1s15

1830 Revolución de Julio.Is30

1842 Muerte del Duque d` Or-leans.

5. Luis Felipe de Francia. Anadido el afiode su nacimiento, ó - el del nacimiento de laReina, ó el de su fuga de él, al a410 de la coro-nación, da 1818, que fué el de la abdicación. Na-ció en 1773, la Reina nació en 1732 y la fugao_-urrió en 1809.nw

1830

noJ Año' de la coroi.aeiGv1

1

1

1

l7 Nacimiento l 7Id. de la

8 1

Fob,i7 del Rey

8 Reina I 9 i..

1898

IS43

1348Falta algo aún:6. El día del matrimonio del Res Alfonso

%SI de Espata, regaló éste uu auillo de ópalo ásu esposa (Mercedes, hija del Duque de Mont-pensier), y poco después murió ella . Traslos funerales, el Rey le dió el anillo á su l9er-mana María del Pilar, la que murió á los po -cos días . Entonces el Rey entregó el anillo á suenfada (la Princesa Cristina, hija menor delDuque de Montpensier), y murió ésta á lostres meses . Asombrado el Rey de tántas fata-lidades, resolvió usar él mismo el anillo y . . . . uofue, por cierto. por mucho tiempo, porquetambión murió.

La Reina Regenta hizo, por último, colo-car á eseanillo en cadena de oro y colgar la ca-dena en el cuello de la Virgen de la Almudenaele Madrid

LINO M . DF. LEON.

To see, to love . ..To see, to love!-through vision's magic prism

Conveyed, the rays of Light and Love kill pierceThe frozen darkness of the imprisoned heart,And offer to the solitary SoulBoth the magnificence o£ fruitful Earth,And the more lofty promises of Heaven.

To see thee and not love, would blindness be;But, seeing, love, blind rashness or conceit,North a long life of everlasting a any,In one so tamed by years o£ sober Thought.That, schooled y sad experience, must foregoBoth youthful dreams : the Earthly and the Dev i nc:

ABRAHAM 'L . LOPB,7_PFN11A.Barranquilla, Colombia, Jnly 211th . No.)

GENERAL RAFAEL URIBE URIBEMinistro de Colombia en Chile, la Argentina y el Brasil, cuyo discurso último, pronunciado en

Lima, ha levantado gran polvareda en la prensa del Sur.

Omina sent aliquid

El Heraldo dEl Iratmo,127

Ante la tumba de mi padrebien, aquí estoy; a-

C

quí dó caiste algolpe fatal que te

asestó la Muerte; aquí rió ha-ce un año mordiste el polvoderrumbado por el hacha afi-lada del labriego indomableé invicto que se llama elTiempo. Aquí, á donde tra-jiste contigo ráfagas de nues-tras vidas, girones de nues-tras entrafías, arroyos deuuestlas lágrimas . . ..

Ohl qué calma tan apa-cible y dulce se siente aquí alrededor de la dura piedra oletu sepulcro! cómo cicr-s de fe-liz! Y yo yo en cambio,cansado (le la brega, con lasplantas ya desangradas detanto audaz' este largo cami-no de la vida, bajo un cieloque duermeeternamente, ven-go aquí á regar tus flores conni¡ llanto, á descansar en lospeldaños de tu tumba fría, átomar aliento para seguir la

marcha; á sacudir el polvo tomarlo en el ca-mino, á respirar á la sombra ríe tus lacrimosossauces, ese aroma de tranquilidad imperturba-ble. ese perfume regenerador pala mi alma fa-tigada, y enjugar el copioso sudor que correpor mi frente pálida

;Feliz tú, padre querido, que duermes sinque nacía pertur be la paz de tu morarla au-gusta, sin que los nardos de la vida hinquen tualma excelsa. sin que tu frente se nuble antelas miserias de la humanidad!

;Oh! cuánto silencio reina aqui entre 6ians,cuánta soledad entre todo un parllo . . . . Sólo elmurmullo de los melancólicos cipreses hiereeste silencio sombrío que sacude los nervios de

Allá en el mar, bajo la azul techumbre,Como un bosque de mástiles flotante,Y luego los rugidos del giganteQue lamenta su eterna pesadumbre

pita el vapor . . . . Un barco que se pierdePor la llanura triste é infinitaDonde tiene su imperio la onda verde

Y entre el bullicio que doquier imperaNadie ha visto un pañuelo que se agitaY una madre que llora en la ribera.

m.*.IETRro FABREGA.

VIDA LITERARIA .—Mf MISA ROSA . —PROSA Y

VERSOS.

José D. Corpejío, nn joven literato centro-americano, ha publicado un librito, fiar„ l itr-roricr, en que narra sucesos- relacionados consu corta labor intelectual . Este joven escr itor(apenas cuenta veintiseis años) ha publicado yacinco libros, la mayor parte ole los cuales he-mos leído, pnclienrlo así darnos cabal cuentaole la evolución ole las ideas en su cerebro.

Leyendo ahorca Pido Lit,.rrnria nos entern-mes de que Corpeño ha surgido sin mayor es-fuerzo. Sin preparación especial—comoelmis -

los malvados, este murmullo que simula "ayes"hondos y lastimeros que se escapan de las ca-lladas tumbas Ah! es que aquí sólo viveel pensamiento, aquí, entre tántaluz el espírituse ofusca: aquí tiembla el vicio, aquí la virtudsonríe!

i Aquí quiero rivír 1 ¡Sí, aquí al lado tuyopadre querido; aquí, lejos del bullicio de los queviven; al abrigo de la perfidia ; aquí entre laobscuridad radiante de un sepulcro, y juntocontigo compadecer entonces á los seres que-ridos que dejemos en el mundo.

¿Por qué no compartes conmigo tu bien dehoy? Nunca fuiste egoísta, siempre generoso:era tu norma el bien. Tu corazón siempre latióante la desgracia de los demás, y si alguna dichapuede alcanzarse en la Tierra, tú me indicaste elcamino con tus sabias enseñanzas, y tu ejemplode virtud es un guía seguro que conduce al puer-to ole la felicidad humana.

Padre: levántate, escucha mis hondísimosdolores y recoja entre tus oscuras cuencas es-ta lágrima de amarguísima amargura . . . .1

.

. . . . . . . . . . . . . . . . .

. . . .

. . . . . . . . . . . . .

.

limeta laryn, padre mío: aguárdame aquique presto volveré para no separarnos ja-más presto, muy presto,

. ` Antes que destruyaEl tiempo alevela gentil eorona"-

Y mi padre me escuchó ; sí, por que yo víun ligero estremecimiento de sus huesos, y oíuna voz que conmovida, casi como ahogada porllanto, me decía:

i

lia4a h,rgo, hijo del alma; ven pron-to, no tardes mucho que te aguardo!"

SEBASTIÁN VILLALAZ

Agosto, 5 de 1905.

Sobre altiva roca enhiesta,Que desafió sus furores,Rendidas á sus amores,Gozan dos aves la fiesta.

Sacuden la pluma oscura,Miran titilar la luna,Y celebran la fortuna,Olvidando su amargura.

Del amor en los excesos,Sobre arena ti sobre espumas.Se escucha rumor de plumas,Entre suspiros y besos!

JER6NI M0 OSSA,

mo nos cuenta—quiso un día ser publicista yescribió varios artículos que le fueron admitidosen una revista literaria de San Salvador yque el público acogió con agracio, á pesar de laingenuidad que tenían por fuerza que reves-tir lasproducciones ole un jóven de diecinue-ve años que nunca se había dedicado á esastareas. Y así continué, con perjuicio suyo se-garamente, pues á todo literato hacen faltapara el mejor desarrollo de sus facultades in-telectuales, el medio y la lucha.

El estilo de Corpeño es sencillo y aun al-go desaliñado, como de quien está obligado portareas periodísticas á escribir siempre ole prisa,

sin pulir, ni casi leer lo escrito que reclamael diario con su afan devorador. Y por esto,aunque adorador del Arte, no es ni con muchoun artista. Es simplemente un escritor quemás narra que imagina y que sin embargo cau-tiva algo nuestra atención.

No estamos de acuerdo en un todo con loque Corpeño manifiesta en su obra. En primerlugar, creemos que solo hay Fuerza .y Verdaden el Arte puro. Para el artista las miserias hu-manas deben de ser solo accidentes comunes éinevitables de la Humanidad que ha de contem-plar desde muy alto, sin confundirse con ellosEsos ideales sociales, utópicos en su mayor par-te; esa reforma del mundo, de las sociedadeshumanas y aún de las leyes naturales, muyde aplaudir, no está bien que cautiven el áni-mo del artista sino en porción muy pequeña.Esa es tarea humana de luchadores altivos pe-ro burdos, no de quienes aspiran á vivir en unnivel más elevado que el de las multitudesanónimas, que nunca recompensan el sacrificiode los que por su bienestar luchan y caen.Ugarte desde que se entregó en brazos del so-cialismo; ese socialismo que nos hace pensar enla barba inculta de Recllrs. y en el caftán y-loszuecos de Tolstoy : ha decaído indudablementey su libro Lisiares ríe Es1)(4a no es ya la obradel artista sino la de un revolucionario que secodea con mozos de café. obreros y menes-trales apestosos á cebolla y á vino peleón.

La adoración de Corpeño por Vargas Vila,como toda idolatría, es exagerada . Vargas Vila,el pomposo, apenas labra surco ni hondo ni du-radero en las imaginaciones juveniles con susdesbordes de cólera y sus espasmos histéricos.Dicen que le falta el calor de la hembra y algo deeso se transluce en la destemplanza de al-gunas de sus obras . Es, aparte de esto, un es-critor fecundo, á veces rad.oso, pero que desti-la siempre hiel y veneno . Como luchador no hallegado á la altura de Montalvo. ni de Martí, nide Montúfar, ni aún siquiera de Santiago Pérez.Y como literato, dicho se está que no es, nopuede ser tenido como un maestro ; con un es-tilo propio y una estética propia también, pro-duce obras raras y enigmáticas, que no pocasveces resultan incomprensibles . Sus períodosentonces, como obedeciendo á un diabólicoconjuro, saltan, se atropellan, se confunden, yparecen arlequines borrachos en el desenfrenode un carnaval intelectual. Por otro lado, esVargas Vila el primer I óísta entre los escrito-res hispano-americanos, aunque á veces alar-des funambulescos quiten á sn obra toda se-riedad.

lfi llisa Rosa. es un tomito de versos deAristides Moll, tal vez el primero que publica..Ya nuestros lectores conocen á este joven poe-tay escritor, puesen épocapasada publicamosen esta Revista una serie de artículos suyos yunos versos. Castizo en el decir, fácil en laconcepción, francamente confesamos que nosagrada más como prosador que como poeta.No es esto asegurar que sus versos no nosgusten. Nada mas distante. Hay en ellos bue-nas ideas, buena versificación, gran colorido yen muchos casos toques ale verdadera y al-ta inspiración. Pero somos tan exigentes enmateria de versos, que no quisiéramos admitirmás que los de grandes poetas—de esos queen América son pocos, pues no suman arribade quince.—Otra cosa más notamos en algunosversos de Moll y es la influencia de dos 6 tres deesos poetas, especialmente la de Rubén Da-río, influencia que no nos agrada ver tan ma-nifiesta desde luego que enemigos de escue-las y de todo lo que determine imitación, que-remos que cada escritor marque sus obras consello personalísimo difícil de confundir . Per-dónenos el: buen amigo si estas ideas nuestrasno son de su agrado; crea que ellas son el re-sultado de una convicción profunda, y en to-do caso, déjelas á un lado seguro de que suobra no habrá perdido nada con la expresiónfranca de nuestro concepto. Y sepa ademásque si hemos hablado acerca de ella en los tér-minos usados, es porque consideramos al autor

Panamá, Agosto 28 de 15105.

Desde el puerto

'Amor

AL AMIGO RICARDO MIRÓ .

PARA AURELIo MÁXIMO.

En el muelle la inmensa muchedumbre

Vienen de léjos las olasCon su sordo rugir . El rechinante

A morir sobre la playa.

Carro de carga que en tragín constante

Cual tierno amante que ensaya

Pasa arrastrando su cansada herrnmbre .

Cantar sus penas á solas.

LMR®S RECIENTES

Ei H r=raldo dEl Istmo 128

capaz de ejecutar obra duradera y digna detodo aplauso . -

Prosa y Persos se llama un libro del señorAníbal Pareja R. tan ingenuo que creemosobvio analizar su contenido . El señor Pareja,que á juzgar por has letras M . e, D. colocadascon persistencia obsesionante bajo su nombre,

CORONEL JOSÉ AGUSTIN ARANGO J.

i el 6 de Agosto de 1905

Concurso lIterarIoDesde la fecha hasta el día 16 de Octubre

abriremos un Concurso Literario con el fin depremiar las mejores composiciones que se nosremitan de acuerdo con las condiciones siguien-tes :

Un primer premio, consistente en una plu-made oro, será concedido á la mejor composi-ción en prosa en que se desarrolle este tema:

-

In971tencia de la. educación.. literaria erg, lalidad efe los pueblos.

Uu primer premio, consistente en un obje-to artístico, para la mejor poesía en cualquiermetro y forma, con este tema:

Los Fuertes y los Sabios.Un primer premio, consistente en una

obra clásica, para la mejor selección de Canta-tares populares.

Habrá tres occésits correspondientes á lostrabajos que después de los premiados resultenmejores en concepto del Jurado.

Los trabajos deben ser enviados bajo cu-bierta dirigida al DireCtOr de EL HERALDO DELISTMO, escritos á máquina por una sola caradel papel.

Los trabajos en prosa no deben constar demás de siete páginas v los Cantares populares'no deben ser menos de diez ni más de veinte.

Los trabajos no deben tener la firma delautor sino una cifra . inicial ó seudónimo que'sirva de distintivo. la firma se enviará porseparado en otra, cubierta en cuyo sobrescri-to se indicará el título del trabajo enviado yla cifra, inicial ó seudónimo correspondiente.

Dentro de una cubierta no debe venir másde un trabajo en ningún caso.

La Dirección se reserva el derecho de pu-blicar los trabajos no premiados que sean de suagrado.

Cerrado el . Concurso á las seis de la tardedel díá 16 de Octubre, los trabajos recibidosque se ajusten á las condiciones anotadas sepondrán en manos de un Jurado Calificadorque emitirá su fallo en diez días.- Los trabajos premiados se publicarán en la

edición de esta Revista correspondiente al 3de Noviembre.

Compond ánel Jurado los señores doctoresPablo Arosemena, Eusebio A. ilforales . Salo-món Ponce Aguilera; Abel Bravo y Ramón bi.Valdés,

Se invita á-todos los escritores y poe-tas, nacionales y extranjeros, residentes en laRepública, á tomar parte en este Concurso .

debe ser discípulo de Galeno . baria bina endedicar sus ocios al estudio de las uneVIe

üír-mulas curativas y de los áran'los probhama;que agitan á los hombres de ciencia riel viejomundo, y dejar en paz bu letras . uo sea quelos que áellas delicamos tolo ; nu~;trosafa-nes le apli0uemo=, en im momento de displicen-cia, la célebre frase de Voltaire.

llotas305C Z•lljustill Zdraligj

Presentamos cuesta página el retrato denuestro buen amigo el Cormrel José AgustínArango J., muerto en esta capital c] día li delmes que termina.

La publicación obedece á un hmnenaje decariño de nuestra parte para el extinta quiensupo gra igearse todas las simpatías durante suexistencia.

]Doctor nuis be 1Ro111

Este notable compatriota está de nuevo en-tre nosotros, de regreso de Europa, cumplida vala misión que el Supremo Gobierno tuvo á bienconfiarle.

El Doctor de Roux, cuyas buenas disposicio-nes para los estudios cimltíficos son de todosbien conocidas, ha estudiado al par que las afec-ciones del cerebro, las enfermedades todas comu-nes á los países tropicales.

Reciba el doctor de Roux nuestro afectuososaludo de bienvenida .

Vienveniba

De regreso de Bocas del Toro y San Joséde Costa Rica, están de nuevo en la capital losdistinguidos amigos nuestros señores don Hico-lás 4'ictoria J., Secretario de INstrucción Públi-ca y Justicia, y don Juan J. Mendez . Jefe del Ra-mo del Tesoro en la Secretarla ele Hacienda,á quiénes hemos tenido placer en saludar cor-dialmente.

Según sabemos, en Costa Rica las autorida-des, la prensay los particulares han colmado (leatenciones álos viajeros, que se deshacen enelogios acerca de la cultura y carácter hospita-lario de nuestros vecinos .

Oraba(?os

Los grabados todos que en este número pu-blicamos han sido trabajados por el artista se-ñor don Carlos Endara, de la firma de C. Enria-ra 5 Co.—Artes Gráficas---de esta ciudad . Comopodrán ver nuestros lectores, son de lo mejor,é implican un progreso para el país . La Direc-ción del HERALDO DEL ISTmO espera formalizarun arreglo con la casa mencionada, y de conse-guirlo, podrá ofrecer constantemente á los nu-merosos lectores de esta Revista grabados deactualidad .

Sociebab ipebacgógica.

Nos participa en atenta esquela el Secreta-rio de la Sociedad Pedaflógica. ( tE la República, queen sesión celebrada en la noche del 19 del mesactual, fue elegida lasiguiente Directiva para elnuevo período que comenzó el día 21:

Presidente, señor W. Guial (reelecto) : VicePresidente, señor Antonio Carrillo V . : Secretario,señor Dámaso Botello (reelecto) : Secretario auxi-liar, Santos de la Rosa : Tesorero-Administrador-Bibliotecario, señor Julio A . Jaramillo.

Deseamos áesta Directiva buen acierto ensus labores, para que ponga más en alto si cabeel buen nombre de que goza la institución que hasido llamada á presidir.

Grata ceremoniaEl día primero de Septiembre á las S.3o a.

M . tendrá lugar la colocación de la primerapiedra del edificio que para escuela pública vaá levantar el Honorable Concejo Municipal delDistrito, en el sitio llamado Loma del Lirio. se-rán padrinos el Exmo. Señor Presidente de laRepública y su señora esposa doña _larla deAmador Guerrero.

Para presenciar la colocación se ha invita-do á los padres de familia } personas amantesde la instrucción, y, dado losimpático del acto,es de esperarse que la concurrencia sea nume-rosa en extremo .

ólarillaba

(,'en frecuencia recibimos, indudablementepara su publicación en esta Revista, prosa y ve,sos del todo ingennos, que van al cesto sin re-medio alguno. ()jajá que los aficionados á esosenvío:; lo-+ suspendieran, pues sólo publicaremosde hoy en adelante material de colaboraciónso-licitada, ó el yue nos envíen nuestros amigos li.terarios del exterior.

Zro see, gro lope . ..sí se titula Ima poesía de nuestro com-

pañeAro y amigo Abraham Z . López. Penha,

quién da con ella una nueva muestra de su po-tencia intelectual, escribiendo bellos versos enel idimna de Shakespeare, que hasta hace pocodescnnucía . Kuestras sinceras felicitaciones alamigo que lra demostrado una ver, mas que que-rer es poder.

1Recreac10nesIntelectuales

621 CUADRO DE PI'NTOS:

Sustituír con letras los puntos de modoque leyendo horizontal y verticalmente, diga:

I" Género rico.2" Adjetivo plural.3"° Tiempo de verbo con sufijo.4" Mone(la antigua .

A. M.(i3" CUADRO DE PUNTOS:

Sustituír los puntos con letras de manera,que leyendo de arriba á abajo . de abajo á arri-ba. de derecha á izquierda y de izquierda á de-recha. resulte:

1. Adjetivo.2. Pasión3. Nombre de ciudad.1. Verbo .

ANTONIO SOSA C.

Las soluciones se recibirán hasta las seisde la tarde del día 25 DEL MES EN CURsO y en-tre las que resulten buenas se rifarán los si-guientespreinios:

63 1 1 -i«j,- r(/ pais de la d,cade»cia, de Ar-güello.

6:3 1— La r•gjrrm« . (le Zamacois.

_SOLO ADMITIREMOS LAS SOLUCIONES QUE

NOS FÑVíEN . FIRMADAS. NUFSTROS SUSCRITORES.L«.. «Arri«ur.~ q,tr .ar«» rr/mdrrs por debajo

rlr &r11 1,14«, 11711 ed« rcrrrrdn l« Tiltograría, no

a'r tuurnrriu r1, rnn .eirlro'nriríu.Soluciones del fiírmero 38.5T' I ebogatoff.60`-'.

9

20 21 40 41 59 62 79 82 9215

18 23 35 43 57 64 77 845

16 2,5 20, 4 .5 55 66 75 8693196

4

14 27 34 47 53 68 73 SS 972

12 29 32 49 50 70 71 90 100]11,1

89 72 (i9 52 si 31 30 11 1 }50598 87 74 67 54 48 33 28 13 3 19a 8

1) 76 65 56 46 35 26 15 6 1194 83 78 63 58 44 37 24 li 791 Si SU s1 60 42 39 22 19 los

505El precario correspondiente á la 59 1 se rifó

entre los suscritores Pederico Boyd Jr. y J. ill.Tribaldo- Le tocó al último.El precario (le la 60,1 le tocó al suscritor J.Tribald0 . úuic•.o que envió solución.

FOLLETIN DE 'BL HERALDO DEL ISTMO.'W6

Blanca de VarellesNOVELA DE PASIÓN

----wm DE JEAN DE LA HIJ?E vm -

CAPITULO SEGUNDO

IV

Omnia vincit Amor.

VIRGILIO.

(Continuación)

. Y la nina alimentaba, hacía crecer ensí el orgullo de ser bella, sin ver en eseorgullo una debilidad más y el primer pasodado hacia el nacimiento del terrible y em-briagador Misterio. Si lo hubiera visto ócomprendido así, talvez se habría regocijadointeriormente, esforzándose por la adquisi-ción de su conciencia, de dominarse, de per-suadirse que era fea, que no tenía poder so-bré nadie y que no debia considerar comoun goce la conquista irremediably y defini-va de lo desconocido.--Satisfacerse en la con-templación de su belleza no la hacía culpa-ble.--Sentimiento era este muy natural, quepor otra parte no trataba de ocultar las má-ximas de una educación hipócrita.–El pen-samiento de ser bella no había traído ni á laniña ni á la joven la compresión de su propiahermosura pero en la mujer que, poco ápoco, se desarrollaba en Blanca, se implan-taba la preocupación de su yo con el descu-brimiento y el sentido de su seducción : conjusticia la mujer se glorificaba.-- ¿No tieneuna. flor el derecho, inclinada. sobre límpidacorriente, de complacerse en contemplarsu imagen?

Cuando Blanca, con el pelo ligeramentearreglado, se apelotonó en la cama y sintióque elsueHo laenvolvíapoco ápoco en unaatmósfera de tibieza y tranquilidad, entresus párpados medio cerrados pasó el bosquejo vago de un largo sueno en que una mujerdivinamente bella marchaba con gestotriunfal, en medio de una turba de adorado-res proternados, hacia una puerta inmen-sa, magnifica, nimbada de gloria, sobre lacual, en rayos de sol, resplandecía, enor-me y fantástico, un punto de interroga-ción.

II

Algunos dias después Blanca fué des-pertada por Luisa que entró precipitada-

mente en el cuarto. La hija del pertiguero,con la voz temblorosa., no esperó ser interro-gada.--Jacobo, dijo ella, había de improvisoinvadido la cocina, completamente desnudoy corría como un loco por el apartamento.Se había armado de un tizón y la había ame-nazado con él .-- Aterrorizada, pues, venía ádespertar á su duena..-- Blanca, demasiadoinquieta. se levantó, púsose un peinadorá. la carrera y entró al comedor .---Acurru-cado sobre la mesa, Jacobo cantaba con aireextraflo, lento y monótono, palabras sinsentido.---La nina se dirijió con precauciónhacia el, le arrancó de las manos el tizónque blandía cadenciosamente y se abrazó áél :

---Jacobo!

Pareció que no hubiera oido y prosiguiósu cantilena

---Jacobo, mírame!

Esta vez volvió la cabeza, lanzó unaestridente carcajada y cayó'ca.si ensegui-da en un profundo estupor.---Semejante áun autómata, se dejo conducir á su cuartoen donde Luisa vuelta de su espanto, loacostó en la cama.

Comenzó entonces para Blanca un pe-ríodo de sufrimiento y de fatigas . —Duran -te quince dias fué terrible el estado deljoven.---Horrorizaba á veces vietima de undelirio epiléptico y se doblaba enseguidapresa de unanegra. y pesada postración ._La naturaleza á la que amaba tanto, le pa-recía triste y lúgubre y el movimiento delas ramas de los arboles que veía por la.ventana de su cuarto le causaba un miedoatroz.---El delirio se acentuó bien pronto,áun mismo tiempo que se acrecentaba demanera. extrana la. irritación desus senti-dos.---Cuando Blanca entraba á su cuar-to, se ocultaba el rostro con las sábanasgritando:

--Vete! tu traes llamas!

La veía iluminada como una aparicióngloriosa y resplandeciente de un fuego se-mejante á los reflejos del sol sobre la su-perficie de un mar tranquilo, y se retorciaá impulsos de convulsiones como una vie-ja cepa de villa, escapándosele palabras

Traducción de EVERARDO VELARDE

monstruosas de la boca toda llena de es-pumas.---Un dia en un momento defuror,con una fuerza inaudita levantó la mesade noche y la. arrojó contra el espejo quevoló convertido en fragmentos.---Con granadmiración de todos, la voz de Blanca localmó inmediatament?.---Al dia siguiente,asió á Luisa que le llevaba un vaso deagua y la acostó brutalmente á su ladodando alaridos.---Blanca acudió y libertóá. Luisa medio desmayada de terror . Losojos del enfermo brillaban cual carbonesincandescentes y- sus párpados agranda-dos recordaban esos arcos que se trazanen la noche con un hierro enrojecido alfuego.---Varias veces mas intentó abrazará Luisa y tumbarla con la idea fija decontemplar sus carnes .---Fue necesario queBlanca impidiereal fin á la pobre mucha-cha entrar mas al cuarto y que se encargarasola de los cuidados que reclamaba su esta-do.---No obstante la fatiga de este excesi-vo trabajo, Blanca lo cumplía no solamen-te sin quejas, sino aún con gozo, porqueun nuevo sentimiento acababa de germinaren su alma: los celos .---Por qué Jacobo ha-bía acostado á. Luisa cerca de él.?

Desde entonces, su amor por el jovenfué una, cosa cierta, ineluctable, y cuyaintensidad no cesó un momento de crecer.Sin comprender hasta. donde eso podíaarrastrarla, Blanca dejaba cocer lentamen.te sus celos, los entretenía, los excitaba,los acariciaba.--Y de ver que Jacobo noparecía apercibirse de su presencia, per-manecía desesperada por horas enteras,ocultándose en un rincón para llorar.---Nopensó ni aún en mandar á buscar de nue-va á su abuelo: había adivinado que la en-fermedad de su amigo no era de aquellasque se curan con medicamentos.

(Conthmard)