antonio machado: filósofo de goteras o filosofo...?

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Estudio de la obra machadiana "Juan de Mairena"

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---------------------------------------------------------------------ANTONIO MACHADO: FILSOFO DE GOTERA O FILSOFO DE LA SECULARIZACIN?

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ANTONIO BARRIOS RUIZ. 1993

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NDICE

INTRODUCCIN 1.- FILOSOFA PARA MACHADO 2.- POLISEMIA FILOSFICA EN MACHADO 3.- UNA LGICA MACHADIANA? 4.- MACHADO EN EL PENSAMIENTO ESPAOL 5.- RESUMEN CONCLUYENTE 6.- BIBLIOGRAFA CITADA

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INTRODUCCIN

En otra exposicin formul que slo ser de da para los filsofos espaoles cuando alguien aborde a la problematicidad de la Filosofa espaola tras una autoclarificacin de la polmica sobre la ciencia espaola. Ahora bien: este objeto surge rancio, aejo; sin embargo, la novedad radica en la condicin que se impona: la necesidad de someter la filosofa espaola a una mirada fenomenolgica. Porque la filosofa espaola porta intrnsecamente un sentido profundo aisladamente, e. d., cada pensador espaol confiere a su filosofa un sentido individual, personal, y esto, velis nolis, impone (ms que en ninguna otra historia de la filosofa de otro pas) la condicin (esa mirada fenomenolgica) de su necesidad. Este sentido profundo aislado ha ido variando, sin duda, con el tiempo. No ha cambiado, sin embargo, al menos para menos, desde el siglo XVI, la condicin de necesidad, sino que ha ido intensificndose. A mi parecer, un filsofo (del siglo XX) que ha acentuado varias de las condiciones dobles que han constituido el carcter histrico de la filosofa ha sido Antonio Machado. Machado autodisolvi (o, al menos, aproxim) la pregunta filosfica de la reflexin histrica y la reflexin filosfica, pues indag en busca de una definicin concreta del trmino filsofo. Puede que ya entendiera la filosofa espaola no como una serie infinita, cual en Europa, y en especial, en Alemania, vena siendo, sino una serie finita. De hecho, Machado entiende por filosofa tanto una actividad como una actitud; esta indecisin permanente le convierte en un filsofo secular, latiguillo de su generacin, cuya creencia mayor y primaria consista en creer en una poca secular instituida por la cultura y una serie de reformas en la sociedad, y por tanto en sus instituciones fundamentales, de modo despacio y progresivo. Ahora bien: si, como dice Heller , una teora de la historia no puede vrselas directamente con la conciencia histrica () porque la tarea de analizar la conciencia histrica antes que a la historia no sera una teora de la historia, sino una teora de la cultura, Machado no ve Espaa desde una perspectiva de filosofa de la Historia, sino desde una teora de la cultura o del hombre hispano. Pero, entonces qu y cmo es este hombre hispano? Larra describi en su siglo como era. Despus, para Machado, el hombre hispano es muy distinto, pues se acerca a lo que hoy llmase un ser dbil, tachado

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Machado -como Unamuno y Ortega- siente la necesidad de autoconstituirse una metafsica que fundamente o irradie las otras disciplinas. El pensamiento dbil nace de una concepcin ontolgica de la realidad, con visin esttica. Hoy, difcil resultara desconsiderar el carcter esteticista de las filosofas de Machado y Unamuno, as como la actitud abierta al presente de Machado y Ortega que supera el concepto de tiempo de la modernidad. No obstante, como se puede detectar, es Machado quien incluye ambas caractersticas en su pensamiento. As, ante esto, he indagado en su obra determinado por los principios que Vattimo-Rovatti (1990) exponen.

1.- FILOSOFA PARA MACHADO

El primer filsofo que trata con seriedad es al presocrtico Demcrito. Machado ha llegado a un problema crucial que la filosofa haba planteado desde sus comienzos histricos, y que al igual que en otras pocas, haba de tomarse uno resolucin no por ello eterna. Dicho problema consista en reconocer lo subjetivo y lo objetivo. Sin embargo, reconocer tal reconocimiento es como decir o imponer que es necesario distinguir lo perteneciente a la ontologa particular de una general, as como lo atribuible a la ontologa y a la teodicea. Para Machado, ningn otro filsofo (salvo Demcrito) haba sido capaz de expresar ambos mundos:

Para Demcrito, opinin era un conocimiento oscuro, sin la menor garanta de realidad. XII, 1, 113

Ahora bien: no est antes el mundo subjetivo que el mundo objetivo? Mejor dicho: todo aquello que damos por real, constante, material u objetivo siempre ha de ser -en un primer momento, ya sea presente, pasado o futuro- subjetivo, antes que objetivo, en tanto siempre proceder de un ser humano para la humanidad, ideal, individual, y ah reside por tanto la eternidad de Demcrito, pues ofrece un mundo unido abierto:

Claro est que todo esto, seores, es una opinin de Demcrito, que nadie nos obliga a aceptar XII, 1, 113

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Demcrito, pues, no tendra absolutamente ni un pice de escptico; viva convencido de la fuerza del principio de contradiccin. Por tanto, era un filsofo. Pero qu sentido o viabilidad tendra hoy su mundo unido abierto? La importancia de la pregunta es doble, pues por un lado el pensamiento -mejor, la filosofa de Machado- empieza a requerir una lgica trivalente como solucin a la encrucijada filosfica, y por otro lado, desde una perspectiva del ser en tanto ser, un rechazo a la unidimensionalidad y a la bidimensionalidad de la filosofa, encarnadas en Platn y Demcrito, para defender una nueva filosofa de la historia que genere un ser humano lleno, lleno de un contenido rico, actual, positivo y universal:

... si aceptamos la opinin de Demcrito, con todas sus consecuencias, qu somos nosotros, meros aprendices de poeta () , enamorados de lo dulce y lo amargo, de lo caliente y lo fro, lo verde y lo azul, y de todo lo dems -sin excluir lo bueno y lo malo- ni al vaco en que stos se mueven? XII, 1, 114 Por tanto, el sentido de mundo unido abierto no puede ser otro que un sentido histrico, de gnesis histrica, de mero punto de partida, el cual nos revela las cadas y recadas de cada elemento del dualismo filosfico, que, para Machado, tendra su punto y final en Nietzsche, porque ste ya propone ir ms all del bien y del mal: ... seramos el vaco del vaco mismo, un vaco en que ni siquiera se mueven los tomos. Meditad en lo trgico de nuestra situacin. XII, 1, 114

En tal caso, para Machado, slo cabe una postura neutral: el escepticismo. Este escepticismo es admisible en tanto es aceptado como epistemologa, o mtodo dialctico para reconocer la verdad del ser en el tiempo. Porque el ser humano necesita discernir, buscar su verdad de lo uno a lo otro. Porque no existe ninguna otra manera de acceder a la verdad: ... Aunque (...) nosotros no podemos ser sin los tomos, puesto que al fin estamos de ellos compuestos, no es menos cierto que ellos tampoco pueden ser sin nosotros. XII, 1, 114

No obstante, para Machado, tal doctrina epistemolgica no es suficiente y absoluta. Por lo cual haba de ser consciente que nada poda ser eterno, perdurable; ni valores humanos ni metodologas porque nada ha y demostrable. No en balde recomienda:

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Yo os aconsejo una posicin escptica frente al escepticismo XVII,1,139

Ahora bien: la posicin escptica va a darnos el verdadero sentido (e.d. nietzscheanamente, la funcin) de la metafsica, del ser y del devenir, porque: ...es muy difcil dudar del cambio, de un cambio ajeno al movimiento, que nos parece una realidad inmediata, y no menos difcil dudar de la realidad del movimiento. XXI, 1,156.

Mejor dicho: es posible que haya movimiento sin cambio, mas no viceversa, pues es imposible dudar de la existencia del movimiento. Precisamente por esto los poetas y los filsofos coinciden, e incluso se complementan, aunque la batuta del conocimiento, o mejor, del arte de descubrir o revelar nuevo conocimiento, mana -para Machado- del grupo de los poetas (= metafsico) , porque: El escepticismo de los poetas suele ser el ms hondo y el ms difcil de refutar. Ellos nos engaan casi siempre con su aficin a los superlativos. XII, 7, 163 Ms an:

El escepticismo de los poetas puede servir de estmulo a los filsofos. Los poetas, en cambio, pueden aprender de los filsofos el arte de las grandes metforas... XXII, 9, 163

Pero por qu coinciden, o se complementan estos dos sujetos? Sin duda porque ambos, el poeta y el filsofo, tienen su mirada fija en lo que es, en que aparezca como verdad y como ficcin. Pero no hay ms caras, que al final confluye en una: la cara de la verdad, o dicho, parmendeamente, la va del ser. Pero por qu prescindir del noser? Para Machado:

Despus de la verdad (...) nada hay tan bello como la ficcin. XXII, 8, 163

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Ante esta coincidencia de objeto, poco importa que el ser, en tanto ser, inicie su andadura en la potica ( ) cual en la filosofa: el camino es el mismo, e.d. comparten la misma salida y la misma llegada. Ahora bien: podra uno cualquiera evitar el cambio?

Hay hombres, deca mi maestro, que van de la potica a la filosofa; otros que van de la filosofa a la potica. Lo inevitable es ir de lo uno a lo otro, en esto, como en todo. XXIII, 2, 166. As, para Machado, entre las nociones de cambio y movimiento poca diferencia existe: para que haya cambio se quiere movimiento, y viceversa. Precisamente por esto es inevitable. Pero por qu se sospecha entonces de su evitabilidad? Machado ofrece la respuesta en el siguiente aforismo: porque tenemos fundado nuestro mundo en el monismo; ms an, en un monismo reduccionista, pues impera en especial un solo principio, el principio de la identidad.

A Epicuro lo menciona cuando la filosofa ontolgica mentalista de Machado lo requiere, y, por supuesto, en relacin con el temor al no-ser:

De la muerte deca Epicuro que es algo que no debemos temer... XXIII, 8, 168.

2.- POLISEMIA FILOSFICA EN MACHADO Para Machado, la filosofa es teora y praxis ya desde su germinacin, desde su inicio, y en verdad, poco ha debido cambiar. As, Machado, respecto a la teora en tanto lgica, se extiende ampliamente postulando la reivindicacin del principio lgico ECQ, formulado (P ^ no-P) , y rechazando tcitamente el principio lgico PTE , formulado ( P o no- P) . Asimismo el desbancamiento del principio de identidad es porque ya resulta inoperante:

...puesto que no hay manera de pensar una cosa como igual a s misma sin pensarla dos veces, y por ende, como dos cosas distintas XXV, 1, 176

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Esta reivindicacin y este rechazo inciden en varias nociones filosficas. Machado selecciona algunas de stas cuya polisemia constituye motivo de disputa. Pero hay, por supuesto, establecida una jerarqua. As, para Machado, la primera nocin filosfica de la cual hay que partir es la nocin de verdad. Ah est el inicio de Juan de Mairena. Si hasta ahora el inicio de Juan de Mairena no ha ofrecido polmica alguna, a partir de ahora ha de considerarse. Porque Machado estaba entre la espada y la pared cuando se meta en Historia de la filosofa contempornea. Por eso el inicio del Juan de Mairena resulta ser filosfico, crucial o transcendental: La verdad es la verdad, dgala Agamenn o su porquero I, 1, 65

En efecto, por una parte, Machado reaccion contra la tesis oncena de Marx, pues haba de entender que el radicalismo de esta tesis pareca querer borrar los dos mil aos de historia de la filosofa e imponer, bajo fundamentos absolutos, una concepcin filosfica sine qua non. Y, por otra parte, era una poca donde se barajaba una filosofa analtica de raz antimetafsica. La preocupacin temtica, pues, no poda estar ms justificada, as como ser ms oportuna, y sin embargo, qu poda expresarse nuevo sobre tal nocin filosfica?

Ante tal negatividad, Machado ofrece una actitud sinttica y difusora, no menos que metafsica y sin duda tautolgica, e. d. vaca de significado. Por qu? Porque la nocin de verdad que Machado gustaba formaba parte de una concepcin metafsica de carcter aristotlico que inclua los tres momentos de la temporalidad. Y as, Agamenn -smbolo de la cultura- representa con su conformismo el absolutismo del pasado, y su porquero con el inconformismo representa el relativismo del presente.

Ahora bien: hemos dicho que Machado incrust su nocin de verdad en una concepcin metafsica de carcter aristotlico. Pues bien, cmo concibe Machado la metafsica? Para Machado, la metafsica es una disciplina filosfica que mezcla temas ontolgicos y teodiceacos, aunque la teodicea (incluida la secularizada) no tiene cabida, porque sus nociones requieren una alta dosis de subjetividad individualmente, que Machado se resiste inconscientemente a aceptar, pues - a mi parecer- cree que su filosofa prctica al estar basada en la conciencia histrica es incompatible con la teodicea. Por esto Machado reivindica que el hombre puede enmendar su camino. Por lo cual, no extraa que asuste que en una clase de Retrica se hable de todo menos del arte de bien decir, e.d. de gramtica.

En el pargrafo X Machado presenta una divisin de la metafsica y, adems una justificacin de la ontologa, de una ontologa particular y no general, bajo

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una gran cantidad de cinismo irnico. Porque ha entendido bien que cabe entenderse por Metafsica, llegando incluso a sintetizar su historia y sus tpicos:

De lo uno a lo otro es el gran tema de la metafsica II, 9, 73

Pero cul es su metodologa? Machado no ha desconsiderado esta cuestin de la metafsica. En pargrafo VII (cfr. pg. 95) ha dejado la cuestin resuelta: no tiene mtodo propio porque no es una ciencia. Al comenzarlo, Machado se molesta ya advirtiendo o poniendo el ttulo del nivel de discurso: sobre poesa, y adems, que son Fragmentos de lecciones. No puedo comprender por qu esos crticos que concuerdan en que la filosofa machadiana es de carcter contradictorio prescinden de esta advertencia o titulacin cuando, a mi parecer, el valor de Juan de Mairena reside ah. As, pues, qu entiende por poesa, aqu y ahora, Machado? Y cul poda ser su intencionalidad al informar que son Fragmentos de lecciones?

El trmino poesa para Machado, aqu y ahora, es identificado con la nocin de ontologa, y por eso miente explcitamente a Kant e implcitamente a Platn, el cual trata con cara destemplada. Porque qu si no ontologa poda ser? De hecho, qu sentido tiene venir a decir ms abajo que, ya en otro momento, ha definido qu entiende por poesa?

Ya en otra ocasin definamos la poesa como dilogo del hombre con el tiempo... VII, 3, 96

Kant y Platn son, pues, para Machado dos metafsicos sui generis, que slo han utilizado su racionalidad para expresar sus metafsicas. Si tal tesis se muestra verdadera, Machado anticipa casi la totalidad del mensaje de Heidegger de su obra Ser y Tiempo. Y as, respecto a la cuestin de la intencionalidad implcita en Fragmentos de lecciones, Machado refirese a la posibilidad de relacin - dirase que casi de obligacin - de interrelacionar las ontologas de los tres filsofos aludidos. Por consiguiente, Machado quiere modificar la conducta del lector, o mejor dicho: Mairena quiere ensear metafsica a sus alumnos. Porque tiene que hacerles ver que el pasado, pasado est, e.d. que la metafsica en tanto metafsica carece de sentido si sus nociones fundamentales se nutren de lo superior, fuerte: Hay una poesa que se nutre de superlativos VII, 1, 95

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Machado no fue un compositor de versos ni mensajes con superlativos. La expresin es, pues, por completo ambigua. Tanto el nombre como el predicado gozan de un sentido figurado. En efecto, a mi parecer, alude a los dilogos platnicos, y por ende, a su filosofa en general; una filosofa sin duda empecinada en buscar lo absoluto. Pero qu aporta? Para Machado, slo aporta una cosa valiosa: la teora de las ideas; por lo dems, Platn es el rey de lo abstracto: El poeta pretende elevar su corazn hasta ponerlo fuera de tiempo... VII, 1, 95

Y sin embargo, ni siquiera puede aceptarse hoy tal teora de las ideas platnicamente. Adems este carcter abstracto de la metafsica clsica resulta ser un elemento antiontolgico. Porque considera al ser desde una perspectiva parcial: se olvida del ser en tanto ser. Pese a todo, los Dilogos platnicos, al no concluir en algo concreto, parecen carecer de un fin determinado. Son, pues, dilogos abiertos. Para Machado, constituyen una ontologa realmente ontolgica, csmica al expandirse con tantos y ningunos fines: Esta poesa ( ...) puede ser realmente potica, mientras el poeta no logra su propsito VII, 1, 95

Ahora bien: dnde radicara el punto de partida de la filosofa? Para Machado, Kant desarrolla una metafsica ms global, ms real, ms sinttica y amplia, aunque no por esto menos poesa o, mejor potica que la de los grandes filsofos. Ah est p. e. la de la paloma:

Las imgenes de los grandes filsofos, aunque ejercen una funcin didctica, tienen un valor potico indudable... VII, 1, 95

Por consiguiente, el punto de partida del nuevo filosofar para Machado no residira en los clsicos griegos, aunque tienen una funcin de base humanstica e histrica, sino en Kant. Esta hipottica conclusin de la filosofa machadiana encierra un aspecto muy importante: en Alemania, desde Dilthey, ha tomado base la filosofa de la historia. En el pargrafo VIII Machado vuelve a tratar de poesa, aunque ahora prescinde del ttulo Sobre poesa, pero no del subttulo Fragmentos de lecciones. En efecto, Machado ahora no trata de poesa, sino que habla de poesa. Por esto comienza ponindole a la poesa un lmite:

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No hay mejor definicin de la poesa que sta: poesa es algo de lo que hacen los poetas. VII, 1, 99

Esta nueva definicin puede dar pie a pensar que Machado se contradice al relacionarla con la anterior definicin: como dilogo del hombre con el tiempo; sin embargo, para Machado, el contexto es otro. Por esto la sustancia es la misma, pero la esencia es distinta. ( ) No obstante Machado olvida lo abstracto del trmino en espera de restablecer lo concreto: Qu sea ste algo no debis preguntarlo al poeta. Porque no ser nunca el poeta quien os conteste. VII, 1, 99

En efecto, ni el literato ni el filsofo sabrn nunca qu es la potica y la ontologa. Cuanto ms slo podrn decir lo que entienden ellos que puedan ser. Por lo cual, ante tal cuestin, Machado propone en primer lugar la va concreta: una va que mana del pensamiento, del pensar, en tanto logos e historia. Machado, no obstante, ha tomado partido por la va concreta. Pero cabe rehusar la otra va? Si se rehsa se desconsidera la oratoria: ... la oratoria sera intil, porque las razones no se transmiten, se engendran, por cooperacin, en el dilogo. VII, 2, 100

Ahora bien: si por esta y otras asunciones, Machado deposita toda su filosofa sobre el trmino verdad, ste ha de afectar tanto al hombre como a su mundo en un doble aspecto. Machado, sin embargo, no desiste de atribuir el trmino al Ser en tanto ser, es decir, al hombre. De no hacerlo pecara al verse presionado hacia un objetivismo histrico, filosfico o bien religioso. Algo absurdo, sin duda, porque el Ser en tanto ente ni siquiera comienza. Por eso Seores: la verdad del hombre (...) empieza donde acaba su propia tontera. I, 6, 67

Mejor dicho: el objetivismo no puede existir sin el subjetivismo, aunque viceversa puede existir en parte. Por eso Machado dice donde y se abstiene de decir cuando, porque si hubiera dicho cuando referirase a la vida del ser humano, e. d. a un perodo determinado de la vida humana; pero al decir donde Machado referase al futuro y estaba aludiendo al momento que la humanidad sea racional, lgica, juiciosa.

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Como para Machado esta forma de humanidad racional resulta imposible agrega que es inagotable:

Pero la tontera del hombre es inagotable I, 6, 67

Ahora bien: por qu es inagotable? Machado concluye el fragmento silencindolo; pero, como considera destructivo el decir o criticar sin ofrecer razones, en el siguiente fragmento Machado expone porque es sentido comn identificar verdadero-utilidad: Lo corriente en el hombre es la tendencia a creer verdadero cuanto le respeta alguna utilidad I, 7, 68

De nuevo, Machado usa otro trmino polismico filosfico: el vocablo hombre. Ahora bien: guarda esta expresin un rechazo a la tica utilitarista y, por tanto, a la poltica liberal? Machado conjuga con maestra el juego lingstico de tesisantitesis, entendiendo as no slo el lenguaje, sino adems a la vida. De lo contrario, la vida parecera absurda. Precisamente, por esto, la religin cristiana catlica -cuyos principios parten de una interpretacin de la filosofa griega- no prescinde de tal dialctica ni en su teora ni en su prctica: En una repblica cristiana (...) democrtica y liberal conviene otorgarle al Demonio (es decir, a lo negativo) carta de naturaleza y de ciudadana... I, 9, 68. Parntesis explicativos mos.

Por consiguiente, es mucho ms lgico, racional concebir y asimilar el principio de contradiccin que aceptar el principio de bivalencia, pues ste somete a lo real a un estatismo, en tanto aqul somete lo real a un dinamismo, y en verdad siempre cabe la posibilidad de ir ms all. Ante lo cual, qu actitud filosfica adoptar? Machado, el escptico obra contradictoriamente, y sin embargo, no vive convencido de la fuerza del principio. No, mejor, de todos los principios. Por tanto, el escptico es un gran filsofo porque asume todas las verdades:

Seores: nunca un gran filsofo renegara de la verdad, si, por azar, la oyese de labios de su barbero. XVI, 5, 137

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3.- UNA LGICA MACHADIANA?

Para Machado, la problemtica de la nocin de verdad ha llevado a los no-escpticos ( ) a considerar lo posible, lo que es, lo positivo, discriminando el trmino opuesto, en tanto los neo-escpticos han reivindicado una nueva concepcin lgica, pues, sin duda, ven la verdad cual una unidad de dos miembros. Y por esto el problema de la verdad se presenta con un doble aspecto: metodolgico y epistemolgico. Por tanto, lo real se muestra contradictorio.

Ahora bien: esta nueva concepcin lgica reivindicada prescinde del principio de identidad, as como del principio de bivalencia: En nuestra lgica (...) no se trata de poner el pensamiento de acuerdo consigo mismo, lo que, para nosotros, carece de sentido; pero s de ponerlo en contacto o en relacin con todo lo dems. XXV, 1, 176

No obstante, cmo ha sido posible esta nueva lgica? Machado no ve una realidad abstracta, sino concreta. Por eso la respuesta a esta pregunta pasa por otra: cul objetivo tendra Machado, al ser humano o la sociedad? A mi parecer, Machado refirese a la sociedad, de manera que inserta en el discurso (vase XXV) hilos de fino y amplio sarcasmo, haciendo difcil su pensamiento al ir coronado de tanta ambigedad. Asimismo inserta otra figura: la redundancia.

La redundancia es una tcnica retrica, de persuasin, y por tanto, un activo modificador de conducta humana. As que la repeticin hasta la saciedad conscientemente de la expresin en nuestra lgica parece presentar la imposibilidad de fundamentar algn miembro. En efecto, Machado ha de entender por nuestra lgica algo equivalente a en nuestro modo de organizar o en nuestro modo de sentir. Por lo cual su intencionalidad va ms a la ontologa que a la epistemologa. Por esto, precisamente, el fragmento XXV --para m -- parece muy representativo para comprender la filosofa machadiana, no olvidndose que el fin ltimo de tales

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instrumentos lingsticos, e. d. el sarcasmo, la ambigedad y la redundancia, bien pueden guardar una relacin directa y eficaz de deconstruccin de la sociedad. De hecho, Machado ha de ver en la expresin: en nuestra lgica, e.d. en el modo de organizar o sentir de los no-escpticos en general, un sin sentido al afirmar que el todo es ms importante que la parte:

Porque nuestro pensar pretende ser pensar de lo infinito, y lo infinito o no tiene partes, o si las tiene son tambin infinitas... XXV, 1, 176

La conclusin de esta razn, pues sera: el todo es la totalidad o absoluto y no tiene parte. Sin embargo, cmo se constituye el todo? Machado ha debido llegar a tal sin sentido por medio de la praxis, y no por medio de la teora. Por otra parte, arremete contra aquellos lgicos pragmticos que desconsideran al principio de contradiccin: Porque no hay cosa que sea lo contrario de lo que es. El ser carece de contrarios. XXV, 1, 177

Ante esta razn aludida, Machado no pregunta si esta razn tiene verdaderamente sentido comn, porque est cobijado bajo la proteccin o la seguridad del sarcasmo. Machado ha de saber que tras desdoblarse la filosofa prctica en tica y poltica, la tica a su vez se desdobla. Cmo, pese a todo, esos lgicos pragmatistas insisten an en que el ser carece de contrario?

El discurso de Machado cambia, pues, de tono en sus ltimos diez renglones, donde desaparece el sarcasmo y expresa explcitamente nuestra lgica, nuestro propsito, e. d. nuestra manera de pensar-sentir-organizar: Ms si ste lograrse algn da, nuestra lgica, pasara a ser la lgica del sentido comn. XXV, 1, 178

Machado prescinde ahora de la proposicin EN, que bien puede haber identificado con lo inconveniente, lo negativo, y sucintamente intenta definir lo conveniente, e. d. lo positivo, lo lgico, lo real, y que bien mirado apunta a una nueva concepcin de la filosofa:

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Nuestra lgica pretende ser la de un pensar potica, heterogeneizante, inventor o descubridor de lo real.

Ahora bien: Machado no parece estar muy convencido de esta nueva concepcin filosfica, no desde luego creacin suya; pero es consciente al menos de que pasito a pasito se van imponiendo las buenas razones. Y as, desde ya, porque hay una gran cantidad de buenas razones, en nuestra sociedad ocurrir un evento: tendr sentido la lgica bivalente: Y entonces se desenterrara la vieja lgica aristotlica... XXV, 1, 178

Porque sern considerados ambos miembros, llegndose a la posibilidad de ir ms all de ambos si la realidad as lo exige. Llegamos, pues, a comprender cul era la manera de pensar-sentir-organizar de la cual se burlaba anteriormente: de la lgica parmendea o primitiva, o de la lgica marxiana, del liberalismo, etc., en la cual -- como dice Machadono hay silogismo posible ( cfr. XXV, 1, 177) ,esto: hipottico. Machado concluye el fragmento primero dando fundamento a su expresin de ttulo: Ya mi maestro, Abel Martn, se haba adelantado a colocarse en este miradero XXV, 1, 178

As es: el que ha expresado lo dicho, ha sido Juan de Mairena, aunque la raz de lo dicho, el germen del discurso, ya puede rastrearse en Abel Martn. Pero es as en realidad? No importa! No obstante, el discurso --aunque Juan de Mairena lo ha ampliado completndolo-- , el discurso no es absolutizador; no es completo, pues, como se advierte al principio entre parntesis, constituye una reconstruccin, es decir, unos Apuntes tomados por los alumnos de Juan de Mairena. Pero, qu sentido podemos conferirle a todo este desdoblamiento ficticio? A mi parecer, en este recurso a lo apcrifo por Machado late un fondo de realidad, de ontologa de la vida cotidiana, y tiene mucha relacin con su conviccin --antes expuesta-- del pasito a pasito en la historia, ya sea sta humana, de la sociedad, del mundo u otra categora.

Me parece que Platn fue uno de los primeros literatos que se vali del estilo indirecto. En BANQUETE nos presenta un dilogo bajo la treta del apcrifo: Diotima educa a Scrates, ste al resto de los comensales, uno de ellos (Aristodemo) a Apolodoro, ste a Glaucon y amigos, y Platn a los lectores modernos. (cfr. Martnez Hernndez, 1986,150)

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Pero qu significa esto? Con palabras del profesor Martnez: Cada uno de ellos es, en cierto modo, un demn, un intermediario, que acta desde el dominio de las ideas al dominio de las personas. (1986, 150)

Pero quizs este argumento histrico no convenza del fondo de realidad del apcrifo, por lo que resultara ejemplar acudir a la nocin de verdad que Machado defenda: una nocin relativa. Porque si germina y prospera una nocin relativa de la verdad, el conocimiento y todas las objetivaciones no pueden ampliarse ms que pasito a pasito. Por consiguiente, si, como dice Fernndez Ferrer ( 1986, 25) Lo apcrifo subraya la conciencia de fragmentariedad., esta fragmentariedad o conjunto de fragmentos no puede ser ms que los cuadros o acontecimientos de la vida real. Y de qu si no de la vida real trata Mairena? Y Abel Martn, su maestro? Por tanto, como el fragmento sugiere, Machado ha debido identificar a Abel Martn y Juan de Mairena como un filsofo real de la poca. Cules? , como dice Del Barco respecto a la aadidura No todos de su frase reveladora: Los grandes poetas son metafsicos fracasados: Sera importante saber en quin, o quines. Estaba pensando el poeta al escribir este parntesis Del Barco, 1981, 21

Porque, casi seguro que, en se o sos que pensaban, son los reales Abel y Juan, sus apcrifos. Pero por qu no podran ser Husserl y su discpulo Heidegger? Podra afirmar esto si se comprobara que la filosofa de Mairena conduce a un pensamiento dbil, y que por esta causa Machado hubo de asesinar a sus apcrifos antes de que cumplieran cuarenta aos?

Cuando Machado ve que un discurso no necesita toda la fraternalia del carcter intermediario, bien por su coherencia, bien por su aceptacin, etc., en la cadena del pensamiento se cortan eslabones. Se cortan intermediarios. Tal accin podra ser llamada la humildad cientfica. Machado es, sin duda, todo un maestro de la humildad cientfica. Para Fernndez Ferrer (1986, 27) entre las razones alegadas para defender la treta del apcrifo por Machado dice que este camino oblicuo responde a su obsesin de no sentar ctedra como filsofo profesional, y aporta como prueba un fragmento de la advertencia al lector, de Los Complementarios. Para m, sin embargo, tal fragmento no es ms que una demostracin de esa humildad cientfica que tambin supo expresar, as como la demostracin ms real y sincera de que su pensamiento se debata entre la fuerza del pensamiento fuerte por sobrevivir y el derecho del pensamiento dbil por nacer, entre lo viejo y lo nuevo --que no novsimo--, entre la modernidad y la contemporaneidad que no postmodernidad. De hecho, qu es lo pasado para Machado? Puede decirse con toda

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seguridad que lo pasado es, para Machado, una unidad organizada de informacin del mundo: ...lo pasado es lo que vive en la memoria de alguien, y en cuanto acta en una conciencia, pro ende incorporado a un presente, y en constante funcin de porvenir XXVIII, 7, 189

En Juan de Mairena, Machado reincide en esa humildad cientfica. Despus de discurrir sobre lgica o lgicas, Machado atiende a la Retrica. As, por boca de Mairena, no se define como filsofo o profesor de filosofa, sino que se reduce a

... una especie de astracn filosfico... XXV, 3, 178

Por qu? Porque hay que prevenir las posibles y fciles burlas de los enemigos. Esto es posible aunque es broma. Pero no con ello suficiente, aade ms reduccin a la reduccin: Nosotros somos, antes que nada, estudiantes de Retrica. XXV, 3, 178

Pero, y la ambigedad perdura, adems de constituir este pensamiento una reduccin de la reduccin, Machado introduce ms humildad cientfica al rebajarse an ms en una disciplina que domina hbil e inteligentemente, cual es la retrica. Esta humildad cientfica presntase totalizadora. Porque, para Machado, es total la accin del carcter intermediario: puede existir en todo ser humano, en todo conocimiento, en toda sociedad. Por esto precisamente el filsofo --que no tal filosofo-- carece de papel definido, aunque de tener alguna funcin es una funcin histrica para s mismo:

... yo me limito a disuadiros de un snobismo de papanatas que aguarda la novedad cada del cielo, cual sera de una abrumadora vejez csmica, sino que os aconsejo una incursin en nuestro pasado vivo, que por s mismo se modifica, y que vosotros debis, con plena conciencia, corregir, aumentar, depurar, someter a nueva estructura, hasta convertirlo en una verdadera creacin vuestra XXVIII, 1, 190

Machado, pues, ofrece as ahora el motivo real, y no el motivo ideal, ficticio dado antes de las posibles y fciles burlas de los enemigos ( cfr. XXV,

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3,178), de que el filsofo no es nada: porque, sin duda, lo es todo. Adems, Machado distingue la accin del carcter intermediario, es decir, lo apcrifo, en el ser humana y en la sociedad o historia:

A este pasado llamo yo apcrifo, para distinguirlo del otro, del pasado irreparable que investiga la historia y que sera el autntico: el pasado que pas o pasado propiamente dicho XXVIII, 1, 190

Por tanto, apcrifo es conciencia: conciencia individual, y, a veces, tambin resulta ser conciencia histrica. Machado ha superado ambos tipos: es consciente de que el mundo no necesita retricos o lgicos, o sofistas; mejor dicho: el mundo no necesita especialistas. XXIX, 2,194. Ortega ya haba debatido la cuestin: La rebelin de las masas. No obstante, el mundo estaba falto de racionalizacin y compresin, por lo cual Machado apunta la posibilidad de darse una interrelacin retrica-lgica:

La Retrica es una disciplina importantsima. (...) La retrica ha de ensearnos a hablar bien. Pero yo os pregunto: Creis vosotros que es posible hablar bien pensando mal? XXV, 3, 179

Por todo esto, y por otros motivos, cual la confusin existente entre los altos crculos que confunden la sofistica con la retrica, e. d. ante el imperio del hombre masa, qu sentido tiene presentarse como filsofo o profesor de filosofa, as como defender unas ciertas funciones:

... cmo es slo aparente nuestra extralimitacin de funciones, cuando en una clase de Retrica hablamos de todo menos de aquello que suele entenderse por Retrica XXV, 3, 179

Mas, qu hacan si no esto los sofistas griegos? El pensamiento machadiano surge empapado en la sofistica griega, aunque asimismo en la sofistica de la ilustracin del siglo XVIII d. C. Por eso Machado observa la necesidad de exponer qu entiende por sofista, ya que, si se aclara tal trmino, cabe revelarse o clarificarse qu puede entenderse por lgica y retrica, y por consiguiente qu tipo de pensamiento defiende:

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Nosotros pretendemos fortalecer y agilizar nuestro pensar para aprender de l mismo cules son sus posibilidades, cules sus limitaciones, hasta qu punto se produce de un modo libre, original, con propia iniciativa... XXV, 4, 180

En efecto, Machado se desva tanto de la sofistica griega como de cualquier otra corriente filosfica; de lo contrario, su pensar (o actuar) pasito a pasito no tendra sentido prctico, sino slo terico. Mejor dicho: el pensamiento machadiano es un pensamiento eclctico, o para decirlo con palabras de Levis-Strauss, 1964,35, es una forma de actividad que comnmente se designa con el trmino de bricolaje.

De hecho, Machado acua, medio en serio y medio en broma, la nueva acepcin de librepensador para el vocablo sofista, advirtiendo acto seguido: No os estrepiteis XXV, 4, 179. Porque, para Machado, el librepensador ni es un tico utilitarista ni un lgico pragmtico, y por supuesto, en la prctica, no es el poltico corrupto, sino un ser humano que obra sin plan previo y con medios y procedimientos apartados de los usos normales. No obstante, Machado no diferencia entre librepensador terico y librepensador prctico, y por tanto, no expresa explcitamente que entiende por librepensador, aunque sugiere que el terico viene a consistir en un epistemlogo o, mejor, un comuniclogo: ... Nosotros nos preguntamos si el pensamiento, nuestro pensamiento, el de cada uno de nosotros, puede producirse con entera libertad, independientemente de que, luego, se nos permita o no emitirlo. XXV, 4, 179

4.- MACHADO EN EL PENSAMIENTO ESPAOL

Segn Abelln, los estudiosos machadianos han coincidido en el carcter contradictorio de sus escritos. A mi parecer, esta observacin puede ser muestra de un origen de pensamiento dbil, propio de una concepcin metafsica ontoteodiceaca; pero tambin puede ser muestra o motivo para una desconsideracin para con el pensamiento machadiano en el pensamiento espaol. Este ltimo caso parece darse ya en Abelln, a pesar de realizar los estudios sobre Machado en 1964, en su obra de 1977 al no incluir a Machado.

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Esta desconsideracin para con Machado por parte de Abelln bien puede ser porque la filosofa de Machado no era considerada filosofa por una gran parte de esos estudiosos machadianos. Sin embargo, para Abelln ya, en 1964, si bien no es una filosofa sistematiza, la filosofa de Machado es una filosofa. En efecto, tal como revela Abelln (cfr.1973,107) se deduce que la concepcin filosfica machadiana no es sistemtica, aunque es

"... ms coherente y orgnica de lo que muchos piensan y ms tambin (...) de lo que l nos dej entrever". (1973,107)

Precisamente por esto no parece lgico aceptar "su tarda formacin filosfica" entre los motivos del carcter contradictorio de sus escritos filosficos. De hecho, segn Abelln, " Machado haba sido alumno de la Institucin Libre de Enseanza..." (1973,105)".

Pero, de qu ndole puede ser esa filosofa, e.d. la filosofa machadiana? Aunque habra que realizar un trabajo sobre Machado y la Institucin Libre, puede decirse que Machado no careca de una formacin en humanidades. Adems Machado -como Unamuno y Ortega- siente la necesidad de autoconstituirse una metafsica que fundamente o irradie las otras disciplinas. Son sin duda, pensadores del siglo XX, y si difieren es nicamente debido a la perspectiva que aplican, y tambin a las influencias recibidas. Generalmente estas influencias suelen ser parecidas, aunque condicionadas por la extranjera simpatizadora, e.d. por aquel pas amigo al que ms se vinculan. En Machado (y en parte Unamuno) p.e. es Francia, y en especial Bergson.

El pensamiento dbil nace de una concepcin ontolgica de la realidad, con visin esttica. No puede decirse que las filosofas de Machado y Unamuno no poseen un carcter esteticista. Por lo cual resulta absurdo que alguien pretenda ver surgir malentendidos al haber elegido Machado para transmitir sus ideas dos apcrifos: dos poetas del siglo XIX.

Para Machado no haba ms mundo posible que el de aqu y ahora. Precisamente por tal actitud abierta al presente supere el concepto de tiempo de la modernidad (y a Bergson con l) y se ancla en un concepto post-moderno, e.d. de races husserliano-heideggeriano:

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" No le quedaba a Machado otra opcin que situar a sus poetas en un pasado inmediato, lo que no les impeda una actitud abierta al presente e incluso al futuro..." (ABELLAN,1973,90) Tambin hoy, como ayer Abelln, para llegar a la concepcin filosfica machadiana desde esta perspectiva:

" debemos tener la audacia que l (e.d. Machado) no tuvo y llevar sus afirmaciones hasta las ltimas consecuencias, procurando eludir las oscuridades o contradicciones que provengan de su desconfianza, de su timidez o de su irona escptica" (1973,108)

El objetivo no poda ser ms ambicioso, y si se cumple, revelador. Puede mostrar la lucha de la filosofa machadiana por ese dualismo histrico que an hoy colea: modernidad o post-modernidad. O mejor dicho: la filosofa machadiana, al estar dirigida por la esttica y la tica-poltica, entronca con la ontologa transcendental alemana transmitida por los krausistas, de corte sociolgico, y no la ontologa transcendental fenomenolgica, que, segn Javier San Martn, empezara con Husserl, y seguira con Scheler, Plesser, Heidegger. Ahora bien: la fuente de ambas ontologas transcendentales manan de un mismo tronco: la filosofa griega. Machado no parece desconocer este vnculo, y por eso su discurso todo (e.d. su obra Juan de Mairena) posee tantos rasgos de la filosofa griega. Un primer rasgo es la actividad pedaggica de Juan de Mairena; una pedagoga desdoblada por circunstancias vitales:

"Juan de Mairena era, oficialmente, profesor de Gimnasia, y sus clases de Retrica,gratuitas y voluntarias, se daban al margen del programa oficial del Instituto en que presentaba sus servicios" (ABELLAN,1973,90)

Machado no puede ser ms partidista. Como lector de Nietzsche simpatiza ms con las teoras de la sofistica que con las teoras socrticas-platnicas-aristotlicas, aunque stas son imposibles de desarraigar de la organizacin de la sociedad. Sus programas son restos de los programas ticos-polticos del siglo XX, y sin embargo, el fracaso de Platn en poltica -no retrica-no fue empecinarse en aplicar la teora poltica de su obra LA REPUBLICA? (cfr. J.M. III,p.76). Por tanto, no es curioso que Mairena (e.d. MACHADO) desprecie la educacin fsica y el deporte si y slo en tanto

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elemento pedaggico de un programa oficial educativo, no por consideraciones de utilidad (cfr. ABELLAN,1973,95), sino por nuestra conciencia histrica y vital, ya que la tica de Mairena no es utilitarista.

Esta conciencia histrica y vital tiene su punto de arranque en el subjetivismo; pero no en un subjetivismo rancio, aejo y obsoleto, sino en un subjetivismo del siglo XX, diseado de un modo original (cfr. ABELLAN,109), pues:

"Las enseanzas de Mairena se mueven en el campo de la Retrica y la Sofstica... Los ejercicios de sofstica (...) tienen este sentido de analizar las frases hechas, prejuicios, tpicos, lugares comunes, de nuestra lengua, hasta sus ltimas consecuencias..." (ABELLAN, 1973,95-96) Por tanto,

" el anhelo profundo de Mairena es llevarnos a ese terreno de la lgica potica, despus de haber mostrado la inanidad de la lgica racional" (Abelln, 1975,96)

En efecto, Machado, al situarse en una actitud crtica negativa al historicismo del siglo XIX, no perpeta ya la doctrina dieciochesca de que la historia consiste en una secuencia ordenada de causa y efecto; mejor, Machado no ve ya la historia a priori, sino a posteriori. Quizs su lectura de Kant le indujo. Sin embargo, no por ello huye de preguntar por qu, sino todo lo contrario: le interesa ms que a ningn otro historiador aunque tal pregunta por las causas de la historia ya no es hecha parcialmente, sino totalmente, e.d. no concibe que dichas causas sean solo econmicas o biolgicas, etc., sino totales: econmicas, biolgicas, geogrficas, religiosas. Precisamente por esto su discurso renuncia a exponer causas, limitndose a hablar de la lgica de la situacin o lgica interior de los acontecimientos.

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RESUMEN CONCLUYENTE

Machado ha llegado a un problema crucial de la filosofa, ya histrico desde sus comienzos: discernir lo subjetivo y lo objetivo. Demcrito hubo de enfrentarse a este problema, y, a partir de entonces, su creencia al respecto ha venido perpetundose. Machado no admite tal creencia de raz demcritea, de igual modo que rechaza el dualismo platnico, ya que entiende que si la filosofa es algo, es una actividad y una actitud. Por tanto, -- el sentido del "mundo unido abierto" (e.d. de la filosofa en tanto actividad y actitud) no puede ser otro que un sentido histrico de gnesis histrica, revelador de las cadas y recadas de cada elemento del dualismo filosfico hasta Nietzsche. Segn Machado, no puede consentirse una postura partidista, sino neutral. Por tanto, -- slo cabe admitirse el escepticismo en tanto tolera el principio de contradiccin, o mtodo dialctico para reconocer la verdad del ser en el tiempo.

Para Machado, la filosofa es teora y praxis. Respecto a la teora en tanto lgica, reivindica el principio lgico ECQ y rechaza el principio lgico PTE, as como al principio de identidad por inoperante. Esta reivindicacin y rechazo inciden en varias nociones filosficas. El trmino poesa, p.e. es identificado con la nocin de ontologa, y Machado recuerda a Kant, que, respecto a Platn, est lejos. Precisamente ahora est Heidegger, que, respecto a Kant, est lejos. Con "Fragmentos de lecciones", pues, Machado refirese a la posibilidad de relacin de interrelacionar las tres ontologas. Por tanto, -- Mediante la polisemia filosfica quiere modificar la conducta del lector, o mejor dicho: Mairena quiere ensear "metafsica" a sus alumnos.

Para Machado, la filosofa platnica aporta poco, pues est empecinada en buscar lo absoluto. Si aporta algo valioso es su teora de las ideas, pero no pueden

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stas aceptarse platnicamente hoy. La filosofa de Kant desarrolla una "metafsica" ms global, ms real, ms sinttica y profunda. Por tanto, -- el punto de partida del nuevo filosofar no residira en los clsicos griegos, sino en Kant.

La problemtica de la nocin de verdad ha llevado a los no-escpticos (e.d. los positivistas lgicos y los marxistas) a considerar lo posible, lo positivo, discriminando el trmino opuesto, en tanto los neo-escpticos han reivindicado una nueva concepcin lgica donde la verdad constituye una unidad de dos miembros. Bien mirado es ms de una nueva lgica; es una nueva concepcin de la filosofa. Machado, no obstante, no parece estar muy convencido de su propuesta filosfica, de su conclusin filosfica, por lo que considera ms acertado la utilizacin del apcrifo. Por tanto, -- apcrifo es conciencia: conciencia individual, y a veces, tambin resulta ser conciencia histrica.

El carcter contradictorio de sus escritos filosficos muestra una veta de pensamiento dbil, aunque adems ha sido motivo para una desconsideracin en el pensamiento espaol. Su filosofa, pues, no era considerada filosofa por una gran parte de esos estudios machadianos, pues no estaba sistematizada. Abelln, en 1964, desprecint esta caracterstica para con la filosofa machadiana, aunque su obra de 1977 no incluye a Machado an. Pero de qu ndole puede ser esa filosofa, si, como dice Abelln en 1964, es una filosofa? Machado, al situarse en una actitud crtica negativa al historicismo del siglo XIX, no perpeta ya la doctrina de que la historia consiste en una secuencia ordenada de causa y efecto. Por lo que su discurso renuncia a exponer causas y efectos. Por tanto, --- su filosofa es filosofa de la historia.

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NOTAS:

(1) La ambigedad de trmino poeta es evidente: concretamente se refiere aqu y ahora a filsofo, en alusin a Platn y Demcrito, y por tanto, equivale a metafsico. Machado, pues, huye de autonombrarse "filsofo".Profesin sta de muy alta cuna por entonces. (2) Machado dice potica, que no poesa. (3) Machado rechaza una vez ms as: "poesa" no es igual a poesa; tal sera su grfico, el principio de identidad. (4) Estos no-escpticos han de ser tantos los positivistas analticos o lgicos como los marxistas.

BIBLIOGRAFIA CITADA

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