A N T 0 L O G I A

U t L

N O T E

G R A N D E

1

HOMBRE DE CUATRO RUMBOS

OTRAS OBRAS DEL AWTOR

“NORTE GRANDE”, Editorial ‘‘Orbem, (Tercaa Edici6n, 1966).

‘CHILE, FERTIL PROVIN- CIA”, Ehpresa Mitora Zig-Zag, S. A., ( S e w Edici6n, 1966). ”SEMBIANZA D3E NORTE CHILENO”, Colecci6n S h , Editorhi Universitaria, S. A., (1955).

“WCIONFS PARA QUE EL KAR JUEGUE CON NOSO- TROS’, Rditorial Univeraitaria, S. A., (1964).

ANDRES 3ABELLA

SANTIAGO DE CHILE /1%0 ORBE

C O L E C C I O H E S E N C I A

Portad. J diagramadh JORGE RAVASSA

ES PROPIEDAD Lncrip N . O 32162 Todoa loa dcaeahae

Porque de lu tierra no s a h 5610 minerales ni b- s 6 b plantas; d m i d s a s y brdaus sentimien-

tos. M G E L M . A GAlVIVET

EN el Morte Grande es Andrds Sabella el que iuz insistido con mrir vigor y talent0 en esta vena lirica. Mwhas de 5w po& muestran su a m , su czgrde&&tto, su adntiracidn y om terrrura hacia la h a . Cada rinccin y cada reducto crecen en sus palabrrrr kasta adquirir, +to a lo pottico, su verb- dera exalbaa’iW,

MARIO BAHAMONDE “16 POETAS NORTINOS”, Gmpo ‘‘Letmf”’ Antofagasta, 1960, Impmnta del h de HWBbITS.

EN el lirismo de w t r o generoso A d d s Sabella, #+ita ese intima experimentar todo el peso ~ ~ ~ M Q S O del suelo nortino, desde 10s m L tenues lati- dos del c m d n , desde 5w mds impnderables y de- Eicados sentinziatos. E3 un algo es#edal que nutra su experiencia lirica y que-bruSendo to& su ma&- trd poedcr, inunda todo su espiritu”,

MAURIC10 H. OSTRIA G. ‘‘ANDRE% SABELLaQ: BODAS DEL POETA

TlVW de h Univcnidsd del Norte, Antofa-

bse de 1962.

Y EL DESERTO“. “BOLETIN INFORMA-

Nh. 10, &tubre-- Dieksn-

SUSTANCIA Y EMOCION DEL NORTE CHILENO

A anatomla de Chile es fina y arBitru- ' r i a La cabeza fulge lejos de sw pies,

cahdos con propiedad de rey: en hielo, blancu- ra y distanck. De m cabexa, o sea, de su esenciali- &ma zona, la,nor6ina, hablaremas, &ora. En ima- gen y re&ad> el Norte es la cabem de Chile. Ca- kza de frante rotunda, #or ella se desplaur el sol m;r$E brim0 que hayamos dmirado jamcis; un lrol dwiio de SE y de 10s h&ntes de la Pam@: pattia de las jiedras que parecen lttgriprzas de Satan& y pa- t&, tambih, del espejkmo: la h o s a rnbcara de la muepte.

AI pte de aste sol: s d e & de piedras, eolores qw eIwmeluuI, muerte. j H e aqd h fotografia de la PatPLplr ~&a! Y, $in embargo, alli ha sido -y e-, h vida, el acento doneinador. Vida que fue me- ne&er traer con el agua y al coraje, venciendo a la puna y a la sed, alucaso y al desengaiio. No se lo definiria mejor q w : Universidad para

Endwecerse en Hombre. En sw pardos ahandorm, &e fue sintiendo que ;(21 piel se volvia resaktente y

bdlamte, cm* #iedra; y que el c m d n , a s11 t ~ ~ n a , se metamorfoseaba: cond&~ p pedwco; en pedwco gobernado por neiStertosar lees de ser y de Zn-ctoria. El cmardn encarna, en el pdramo, acna grada re-

d d a Y colorada. Merceql a m c o d & de arreba- to, fuua jmible &e dag4-o: domar el de&rto y sub dewerrttlrus, dlmar Ie ianh y scrm”fici0s. La conquis- k y el &.carrolto de &ra @mpQ represenkur el f r a ~ , mds pmfundo de la dpica industrial.

: mando, en S866, Alfred0 Ossa, luo. Zuleda y Mertdn Bo* d e s d r e n h capus f m u e ~ del .&re del Sdar del Carmen, no grabifica el &zar p o r w s4 a don fd S&OS Ossa, BafG de la afortu- nada ccfrptLKLofa: le gratifica por la segyra espera que don .lo& Santos him, de lwrnlw& en honrbrada, desdeiiando olnicsa, mi.smks y destierros, m u c h &a amarga que sdlo 5e a w n h a por ckae de co- r&. Cvcupdo obperos chilenos tienden la primera tima f h e a en territorh bolbiano, es el cmaxh, m b qye sus manos, el qwe &pea en e4 himo. Cuando, al prornediaz J&W, andean las ppimeras banderas que redamn ]asticia Soad, en Tarapacd, es car- min del cor& #ampino el que $e w e k a en JUO flliegues. C&a, en 1902, la “Crn&n&h Man- c m u d de Ubrerd, de T o c o r n , aguza Irr @a rehue, el c01axdn respa& los debwe. Y a el co- rcrrdn el oriente Ie&#imo por el que despmta el ObFero de loJ Obrer~s de Chile: La& E d b Reca- bawen Serrmo, mumto el 19 de diCienb.re de 1924, desw‘s de fundm [a prerua obrera ~ ‘ o d y gkim Ira “Gran Federadijn Obrera de Chile”.

En pari& dgwur fw reguerido el corazh con

a4 -

i Be& y poderosa cabeza, la de nu$st?a #&&! SU erario derbendid, magnificamente, del sudm de 103 “ripkdores” y “paleroP de Tar@acB, Antofqasta v Taltal. Chile s&d en w raios. Y en 10s raps se rehim el chileno, brotando una fa aguerrida, de in- confundible masczllinidad: la del pampino;

La pampa cinceld al chdeno del Sur, al “engan- dado”’, acornoddtidolo al tamafio del Aerafsmo; lo depur4 de escorias sentimentales; pero, ni le de$- mrd ni le debilitd en lo cordial y fecundo: en su co- razdn. El pampino ignora lo mujeril, la treta, porque la sabiduria del vivir opulmto le entregd las b e s del rkno trmendo de la sangre en llamas.

El roto del Sur, seducido en cualquier “engancAda, presumia que, en la pampa, el or0 era manti de le- uantar con Lrr N n t a de 10s zapatos. El despertar fue ana bofetada: en el desierto, las perspectivas negrea- ban 10s ojos. Lentamente, la pampa principiaba su obra. la remeaci-dtl de 10s varones que le confMban para su mo&m*ento de rnillonea de pesos y de espec- tros. El campesino se desprendia de su a k e fru#al, lme y transparwe, para aigirse en juex de su pro- Pi0 destino:

“Vende el ‘jpasito” sus vacas, sus cakllos ensillados, porque dim que en eI rime ganm la phta a piiados”.

“P’al norte me voy, me voy, p’d @en norte Calichcro, donde sen5 un caballero de b a s h y de “tongoy”.

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jAlgo roMe se ganaba, d#s#a& de do&: tmami- narse, ktqravnente, para recomar d Hombre! Por &, e p a p d a n a desteib‘rse el tmmr y .el resprato “id rico”. La mdr;rui?la contribuia en lo dm&. La lucha so&, de esta modo,, r egadhe y era el corathi la soh enerpia que degbarataba el enjambre de la ba- Eat; si no, ;que lo a e s t i g b 10s msrerttx de Eas rn- tames de 1%90p de 1906, de 1907, de 1921 y de 19251 El node s d de la reprsbIica lo fijd esta ca- Sem amadla, impregn&da p o ~ sevia solar.

Pur0 temblor de COT& es Ea m o r i a del Norte de Chile: en 1919, Ias mujeres Cfe Antofagasta in04 pidierm @e un tren de rompe-hudgas “subiaua” -td interio?, acosthdose en la linea f h e a : si pa- & d tren, continuarian rojas SPLS rueda, prockr- d o sa igwmink, en ceda weka. “A patu pel&’, miles y d e s de trabajadores cmmron la #urn@, &- Guiando el mapa perfecto de la Neceddad; m~ reser- va de fwma era USL t a rdo con agua Los cdcheros, a e s W a desnuda, Mobaron que d cor& del roto es una colmena, mrw&sglrrante &a.

Don Ctodom’ro C&TQ, exigido por el corazh, de&, en 1896, m conduda de poeta, escribiendo “LAS PAMPAS SAUTBERAS”, trdoso e ingenuo docu- m w o , Primer bmena fe a b industria en h letras EM-:

Lap bgndidos de nuestro desierto amaron y k a - ron cm la cuchiUa en los 1 6 ~ s ankelosos; Oruis que malHad, fue car& sutiil de aventgra el h f d s o de

sw manos. iOlvidariamos a syluerio h, “E€ Chi- chero”,.q+n para salvar su pellejo, avaluado en dos mil bolivianos, se oeultb en una pipa de cervem y burlb, fragante y sobmne, la fierezez de la pd&da?

Dentro del redondel caldeado de nuestra pampa, anda la VidaJ con sus veta desplegadas, €a Vida fuerte; y en sus arenus, que no repiten dm veces La 4nimw. huella, duenne el duke nitrato de sodio, sa- via de etemidad que ayuda a la Tierra en su tarea sagrada

Lache coagulada, prodigiosamenle, el salitre ex- pone en sus blancores, sdjicadura de sangre. h’s la sangre de lus cateadores y de 10s soldados “del 79”; la sangre de 10s hbroes de su industria, de 10s ilUsi0- nados y de loo siervos de sus bastiones d e n t e s , demo- lidos por el par0 ereador del hombre.

Hijo de esta predilecta de la muerte es el “em- pampado”, que se agarra a sus m e n o s “de un pai- saje lunar, de un mundo sin agua y sin atm&fera”, (1 ), renunuando a da tentaudn de las ciudades. Ei “empampado” patentixa el influjo cuantioso de esta tierra, que se extiende en olas de dencio y de polvo y en my0 sen0 el Virtuoso nitrato dispensa, esfilbndi- damente, su aliento restaurador, su brio de padre (2) -

- 17

LA SANGRE Y SUS ESTATUAS Imprentl ‘Sur”, Santiago de Chile, 1940.

88-

““DE pronto hucemos alto en el poema “Los tejedores de redes”, que es uno de los mcis be- 110s de “La Sangre y ms Estatuas”. Claridad, armo- nh y ensue50 hacm de kl un conjultto que pudiera seducir a wa pintor. Nuestra honrada condencia ar- tistica nos obbga a copiarlo en k Suave 1u.z del elo-

ANGEL CRUCHAGA SANTA MARIA %N LA AWOSFERA DE B T E LIBRO“, Pr6bgo de “LA SANGRE Y SUS ESTA- Tu&”.

gio”.

~ T E J E D O R ~ D E R E D E E 3 C&ta de bs Pescdwes, en Antojagrrzta

C m . PERTIL PROVINCXA LECTURAS PARA LOS NINE3 CHILENOS, Em- prap Editclra “Eg-zag.‘, s. A, (primepa f&&),

“DESTACAN, entre otros troms de ca- hdad p d t k a : “El cerro del Ancba”, ban l h o de arocaciunes; ccCobijaa’ y “Mejijiliones‘”, alto p o r n de valm ilutpreciable”,

HERNAN CARAS

“‘SABELLA saca motivos de la natura- h a mineral, Uendndola de fmrtdas y transfiguran- do pdkricamente el medio a ‘ r c u h t e * . . . . .En el poema “La cregetacih negra” h a y un buan e jmplo de esa manera singular p e ha

ab& de mont iar beUm en +us tierras

. . . En el p e m a ‘%os mos. del Narte”

MILTON ROSSEL de Chile, 18 de octubn

... no3 da una G d n pr~rticulafisima de la pampa.’,

“ZIGZAG”, de 1947.

- 31

LA- P A M P A

OM0 si, alli, hubiese sufrido el mundo 'una horrible qumadura de maldicio-

nes, se rnuestra la pampa. Es el 6nfasis de la dedad e t a tierra, dmde las piedras parecen un Uanto sem y detenido. %lo un perscrnaje puede medirla, entera- mente, sin que w ojos se vuelvan d a cuencas de a-

Un 6rbol o un phjaro en la pampa, quiz& si atraje- sen el cielo a sus huellas devorantes, como un traje ddicado a una piel demasiado violenta y lastimada. Yo he \.isto temblar el horimnte de la pampa, cam0 el r i t e m h o de la: vida.

panto: el sol.

P O R el desierto se extravian las huellas, venas inconclusas de una a n a t h sin-

gular: son lineas que van hacia alguna parte remota y codkiada, l ieas para una caligrafia obsesionante. PQbres surcos que traza la ambici6n humana, en que la muerte se extiende igual que un aceite oscuro y sin desoanso, . .

-. -. b.l

LA VEGETACION NECRA

LOS CERROS DEL NORTE

A M d ojo habitmdo al cerro maduro 'de verde del Sur, el roftlndo y desnudo

cam gris de la p a m p a casino lo es.,. Cerro vi14 hasta la exageracih, ate m m e amo lleg6 tarde d reparto de flora de Ia Cre;tciSn. La 1% cayado eneima de a; k da una variacih de calor ianpre diversa y maravillasa Ahi se cancen- tr32 5u especiafisimo encanto. La lw Io hace videta profundo, d pm rojo de

escondida sugd6n y su hica bclleza. Porque el ce- rro adusto, merced a estos cambia, se hace grato, atractivo. Hacia 10s crephloss, se torna t i e n a ~ c ~ l l csa sucCsI6n de colores que mnvimm a la dubma y a la infamia. El cerm huraiio, con este juego pa- r m sonreir. Y ya mtmces Ia piedra hosca es, a lo l e k una larga seda arrugada por el Gent0 marlti- g10 y cornbativo.

fuqp &do. Y en eta transfiguraci611 e& su

tes que el primer barco trajera ci6n que colinda con 10s horizon que enraizara en Antofagasta mundo . . Era el simbolo d i d o y necesario.

su rumor de otras mareas. . .

Por ello es que e& en pie oon 9 ~ s pbres famlea podridos de -bra, sus cam ya para el silencio, WIS calles que el sol anda con desgano. Visitar a Co- bija es excursionar el m4s horrible museo: museo de maderas que gimen; de puertas en que la luz tiem- bla, como una muchacha avergonzada. Se pima que, de repente, de alguna parte, van a surgir horn- bres que, durmiendo largos afios, despiertan y, celo- samente, cobran al intruso su tributo por la profana- ci6n de tantos metros queridos. h mum parecen muiiones gigantescos donde la sangre se hubiera endurecido con un gesto terrible; muestran @etas como las veridicas llagas del tiem- po... Yo estuve ufla largukima maiiana en Cobija, y mi coTsu611 se llen6 de teleraiias.

MEJILLONES A ticrs Delia y M&a: grutitful ds mi injamk

MEJILLONES es un puerto que cabria

lo cubre con su cap de mtmarca y las gavlMas

iUma est4 habitado por simples pescadores que juzgan la mtura por el sonid0 de las alas,.. Son vivones cup &ran fortuna se reduce a dm puiios wnejantes al euam, y a una red que la mar besa y dmdve plateada de pejerreyes. Mejillona carece de monumentos y de hiss~rias. Pe- ro ms pejerrm verdaderos ppliiales marinos, lo col- tnan de un prestigio admirable. En ellas parece que el &no m m t r a s e sus & utquisitas substaIlcias. Yo digo: MEJILLOMBS, y surgen fims pejerreyes, pe- jerrgres que &ciden can l s hojas del Arbd de la infancia.

en la pigina de IM lib.

-39

GUIA DEL NORTE

. H U A M A C O B

x r r

L A distaplcia va enredada a 9us patas. A veces, el viento andino no pede aven-

tajarla; desesperado, se esconde --entances a Uo- rar su vejez, junto al silmcio de l a indiw solitarim.

C O B R E

XI11

L A sdad del mundo me perfuma las ma- nos: a& de recoger cobre de Chu-

quicamata.

P A S T E L D E C H O C L O

X I V

N la fuente de greda, aroma el delicadc

tierra dmde el viato conversa con h maizales ca- lam&os y lm d x d m se Mamean, pdamente, co- mo sntiguos dimes de barbs pobre.

V O L C A N L A S C A R

xv

N tu silla de nkve, fuma tu Cigarro in- Eterminable. Abuelo de cimag y de c h -

dores, arrojas tus humos, envdviendo k altura, co- rn en chal de ma& LaJ c m b m hablan entre d. Tii 9610 charlas con el &el0 rasguiiado por 10s re- ampagos *

PUEBLO DEL SALAR GRANDE E d U n de k I. Municipalidad de htofagasta, 1954, Enrlque Agullo, ImpreSOr.

EN “NORTE GRANDE”, novela que corpo- &a e ilumina el drama de una geografia implacable y vorax, Fro tentadora y padonal, SabeUa a b d la vfsceras de un mundo hmta entonces mal defendido por bas fueruls tenebroras del hombre. Su prosa se enriquece en el relato 9 en la descripcibn con i d g e - nac de arista k#ica; de todo eUo irradia una vm&d humana ‘y ish aaisaie twrennes y admanitorios. Mu- chos de los ambiates y de los hombres y mujertv gue carnal& 9 &rat% el Ebro mencionado, apare- cen con nuevo e inkdito engaste en las poemas de “PUEBLO DE SALAI( GRANDE”, libro que muy bien po- d& constituir h m d n !irica, el &allid0 de las emcias a f m * c a que eludimron el infierno de la no- vela. Las imdgenes anqadas m sangre, blasfemku y @ego, de ‘‘NORTE G ~ A N D E ~ ’ estdn q u i ciiiendo el impulro y la nabardeza del hombre, ilum’aando su traza y el lugar que lo retiene o lo expdsa”,

U U T A R O YAMKAS KATeNEA”, Wsto tdmstml de ckit&x¶ Lttrps ~ A r t e s pbiicadp paah W P M de

Aiib XL / Tolnd CL / N* 400 / M- jp&jo de 1963.

“POEMAS cup texto esen&lira su fer- vor por el hombre de la

CESAR DIAZ-MUIQOZ C. “ m m FAEMAS“, “%rai s&mdblm de AarErir &&ella’’, (&. M), Ediches Mar

- 47

CARAVANA DE C O B I J A 1866

Hemenegildo, sin g&t% seguro en su diestra toma m r a tierra y la sopla sobre el rostro del misterio:

-&ora &lo aperemas lo que nos traiga la aurora. Mordiwrdo luna entre lomas las mulas caen al sueiio.

El sac0 frio del cielo de vetas pura se corta, isi pudiera Santos Ossa volcarlo en su campamento!

VISPERAB DEL DIiB3CXJBRIMIENTO DEL

MINERAL DE CARACOLES 1870

OBRE Ias hnelias en fuga

*de “El Cangalla”(”) es pdanca con sol de mando en las p r i t i ~

La arnbicih h u d e en las nucas la espina de m a palabra: - iPlatq plat% plata, pbh! Y el axar casi relwnbra

Amque la ruedas r d a n y las mulas se desnaw, ciegas de horror y distancia, nadie se queja ni asusta.

Contra el vMgo y la pun% contra la sed disfrazada, caminan 10s del “Cangalla”: i hasta el aire aceza y suda !

El cateador les adula, palmoteando su espranza: - iYa tendram la desnudita a la fortuna!

M3s que leyes y escrituras d e Jd Diaz Gam. iPOr 61 la hombres trabajan, bacjendo a1 timp una burla!

c ANDELABRO del viento,

tus agujas de estaiio

Entre el jay! de las cerra~ eg tu verde un engafio; lo mantiene en su d a h el furor de 10s muertos.

k b a s tiesas de tedio, las del liquen huraiio, te revisten de paiio de sandaIias de especho.

si€encioso ennitaiio,

enceguocen al timp.

i-0 heroico y r e s e ~ ~ , increible peldaiio de h eScala del aiio sostenida en un hueso!

HIMNO EN LA CORDILLERA DE LA COSTA

*LA piedra! YO q u i a cantar la piedra: 1 C d o mi amor la toma y acaricia, en la mano me queda, pura y tibia, la forma tmblososa de Ia Tierra.

ioh, madre -ray mia, repartida!

La piedra es flor dormida en su tristeza, espuma de la Muerte, grave harina. Tal v q la piedra sea una so&: Ia del slymio puesto de rodillas, ievadura de r a b i y osmenta.

La piedra en cuajos, como fruta xca, o en multitud de inmcivil fantasia, recuerda a1 hombre su raiz mraschita: iella -la piedra- medicante o cima, siempre es un d s dl6 de stmenteras !

DIBUJOS ELEMENTALEB

A LCATRAZ: tosco abanico para la mar en letargo.

Tres gotas de sol amargo en el trfigulo del pico.

MUELLE EN DESARME

%lo cabe un cargamento en tal llagada madera: lingotes de sol y viento y ale @jam de cera.

TOCOPILLA, (MEDIANOCHE)

En las mejillas del mar: la peca de a$p.mos botes. Entra la luna en un bar, pidienda hems y amtea.

“EL C H I G H E 2 0 ”

Rojo varh pendeaciero a la sangre da vmtaja: iningum mano trabaja, rnataudo con tanto esnero!

Dice el mejor ccmcem, m indio de vista baja: -Para Lazr, M) hay mortaja . . . iEldhbloeS~connpaiier~!

DECIMAS COMPUESTAS POR EL POETA POPULAR JUAN

CERRO ('1 DURANTE LA OCUPACION DE ANTOFAGASTA

I

L Catorce de Febrero E del bravo Setenta y Nuere, aqui, dmde nun- llueve, hub0 truenos y aguacero. (E7a el deb una guerrera). La cueca pus0 un halago de lunas oliendo a mosto. Ningh gunate h e angosto, ihasta el piditi su trap! (El sd cavd una tnnchera.)

E sus uiios de breiial D Irene 1) sac6 la guma. Cantaba, ardiendo, la tiema. Fue la esperarm un -1. (Rugia cerca d n i t d o . ) La Moraies a la tropa dijo, b d o un f d l : -La patria no es un cubil de soldadiElas de estop. . . (;POT Chile tom0 y combdo!)

EMILIO Sotomayor con doscientm rotos @os

hizo un arc0 de .cuchillchs para el ndAe tr idor.

U n ni6o fino y moreno, robdose yodo y venda al Casonel le encomienda: -iPor si h i e m a un chileno.. ,! (Uoran, de honur, las espadas.)

(rn vide sembrd t o d a r . )

H, mistmiosa Ilaga del azar, donde Ia Iuz didoga con el vimto;

a m de soledad cuyo lamento empalidece la r a h del mar !

Ojo del Tiempo, duro colmmnar, flor de enigmas labrda en d h 6 a t o , las mareas te nopnbran mmumento: el so1 en tu vado va a Ilorar.

De turbio acantiIada te contemplo, ave so11siTnhulil., boca de templa, qrra volcada sobre ks gaviotas.

Si he de &rip en tu heredad, yo qUier0 tu sombra de fantitsic0 vd-0 para mortaja de mis caks rotas!

MADRIGAL PARA CANTAR AGOMPMANDOBE DE

BAR-ES

E Nela tu, Fame rosa& - 6- fulge, j&, lfmpida dbamra?, luz de salar y alboda.

F'ragante dama dutada, un joyen sol condecora la planicie de tu eslora, con g u . 5 ~ ~ de joya ahda.

Ciega manejas tu espada, donde la muerte labora;

de la Zuna de esta d. y eres tranquila pastom

DOMING0 EN LA BAHIA DE NUESTRA E3EfiOEt.A

A Nibaldo Mardonw LZacuSh y itlam Lais Sima Aguilor.

EL opaco gemir de sus gaviotas ’ cae a Taltal la tarde forastera. Taltal es una historia de madera donde el tiemp olvid6 sus viejas botas.

UM luz de venguras ya remotas le eatristece la sangre cafichera: se acuna el or0 en una ca Iam. . . i En que a s f i i de horror, Taltal, te agotas!

Por el ped& b m de Moreno, (‘I el de tus rotos floreci6 bravio: labrada fuiste en m a d m hUmano.

Be l a albajas de tu mar sereno hasta las cerros de menth sombrio, “El Manco” &&ra el ray0 de su mano!

O B R E R O DEL SALITRR

IF'UNDACION DE ANTOFAGASTA

1866

E ~ T ~ C E S , devoraba su racih de soledad. En la casta habtaban las a r m , con su l a p de ticmpo. Se mcwhaba d jadeo del sof fatiedo por 10s dias. h l c m a t q la tierra le creak un nido en m d o de sus llagaa Todavia d hmbre no invataba las huellas donde l I m la sed, todavia la piedra a& d d e ei tiianpo. La sombra de Ias n u b addgazaha a1 cielo. Rcianlasaguas. *

Juan Mpea -El Chanp-'") moj6 su coraxk en as alas que el viento deshoja. k l a d o s , l a terrales corrian por su frente.

Las gaviotas comenzaron a h r l e . Arm6 una carpa en c u p puma se demo d sol. Llegaba a disputar al cobre sus enigma#, a sembrar calla y a d r la tarde a sus ventamis.

Juan Li5pez t d la tima victoriw de sal Le llamaron las vetas. Juan Up levant6 m brazos: i- pala y ~n m o !

- I

I

POEMAS DE LA CIUDAD DONDE EL SOL CAWFA DESNUDO coleccioaes ' W a U , Antofitgasta, (Primera edi- &), 1962. (segunda di), 1963. Impren- tas uaidq s. A.

“LEYENDQ “PQEMAS DE LA GZuDkD WN- CANTA DESNUDO”, UAU lo simte tan iden-

tificado em su t i m a , que da la sensackh de qqe las salm y 10s metaim dst dehr to forman su estnrctura f;n’ca. Sabella parece e s d i r con el fin de expresar algo telhico . . . . . .nos dice alga s u b s t a d en una famza caracte- rlsSica sup . . . . . . es un kbro oital”,

SALVADOR REYES “EL MERCURIO”, Santiago de chil%, 9 dc mal20 de 1963.

“LA p o e h de Andrks Scrbella se ha he- cho mlfs senera, de ntcijn’mcar conddones, dejando tun d o la insinuacidn ilPteligente de un hBT de &- P.ism0s decwatiG0s. . . . . . sw p o e m leva$Csa torbeUinos EZricoP,

VICENTE MENGOD

char. Habla en verso, lenguaje que la es natural, aca- so porqpre el &&go que‘tiene con Antofagmta es en verso”,

HERNAN DEL SOLAR 20 de ah i I “LA NACION”, Saatiagr, de

de 1963.

“RAIGAL mz americana, en la carga ex- presiua de hs teztus propueskos por SabeUa recono- c m s lo$ r a s p de nuestras gentes y de nuestros $&sa&. La voz de Sabelkz, &en mtridra por las sa- uiar intramfm’bles, nada tiene que ver con 10s USU- fructuarios del pintorequimao prulr o menos folkldri- co. Muy par el corttrario, Sabellca sabe p e un poeta no Nede &gas. a tarser mpirado’n m y o r que la de constitrsilfa e 7 ~ la UQZ de an pueblo en una hora dada de su hkstotia, y el pueblo habla m u c h veces p” FUS labios, c o w ea el m e t o que titulara “Habla A H ~ Q R o j q mbfiguo pampe’no”. . . . . .no so’b 130s ennfrega un poemntrio de segura recor- dacidn dno el c&do testimonio de un hombre de&- dido a colaborar J& titubeos en la fundacitin de una extensa f r a t e d d d . Pads necesaria, &a de Sabe- h; acsitud urgente, &a de Sabebka. De la arrnoniosa cmjun&n entre el hombre y el poeta surgen JW vmsos, fuertes como la t i m a que 10s nvtre y sustedd’,

JOSE ISAACSON ‘W LIBRO POR SMANA”, en L S. 1 h-

deRuenosAireg19desep&~n-

“CUANDO 10s an’os pasen y las agum se decanten, Sabella tpedard como el in thpe te fie1 de un hombre pampino, de una nahtraleza bravia, que no puede se7 interpwtada sin0 a travks del ritmo multidudinario que bl ha sabido dar a este cdmulo de uisrendas tan humano y bello”,

FRANCISCO DUSSUEL DIAZ

ANDRES Sakh, el autor de a t e Iiiro, es oriundo de Chile. Ademis de potSia time publi- cadas varias obras y ejerce la cll‘tica jiteraria. Tam- bib, dirige la Cldeccih “‘Hacia”, amsagrada a di- vulgar 10s vdores po6ticorr higpanoameriam Antofagasta es la ciudad de dmde provienne AndrCs sabella y a shl m a r - le ofrece ate canjunto de versos de dramitica fum. Lo primeso, justamente, que apame en la obra, a un soneto titulado “Antofagart$’ en dmde ~ ~ l i z a un dibujo ffrico de didad. Lo dmxiptiw, sum Ias cstrofas cccn indudable eficacia. Despub vibran diversas aspiracimes que pasan dd tamiz de lo personal a lo h i c o . En ‘%anfuta e$- condidu en un cackrro” lo popular aflora Con hilw de melanmlii: “Bsbo el agua de Toconce / y en el agua bebo Timpo”’. Ms addante: “Bebo el agua de Toconce / para Bebe7 10s secretos / de lo p6Xi7n0

y lo lejos / del Ande-raiz de eobre”. Como puede no- tarse, hay un ferment0 eorp6reo de conmmida ex- presividad. Son a manera de agenes sumergidas en las nostal- gia~ hs palabras que surgen en el context0 de “WE- MAS DE LA CEUDAD’’. Lo auttktono atremece la sensi- bilidad de An&& SaMla y d g u e un itinerario de derta, de fuaza artistica. He aquf una muestra mcrcta en su “Alto en el Desierto de Atacama”: ‘%a soledad se desgawa / bajo n‘elos de pimienta. / Thidammte, un chajiar / su Iur vmde-seca”. Lo ambientd time preezninencia en 10s rumbos de e t a obra. Y, asi, prkgue el curso del libro en el que Sabella ha padido c m p d i a r , hiibilmente, el mundo real, (geogfiico, bothico, Aist6riw), al de su espiritu. Lo direct0 queda exaltado, a veces, en un breve men- saje, de una manm hermdima, fundihdose en nexw de diafanidad interior. A una chola sentada le dedica estas lineas: “ ~ E s el uiento sin rodiUar, / el viento amargo del An&; / o la sod.wa de estos v a l k / donde gime la neblina?”. No est& de rnb hist ir en la energia con que el poeta

l a h&enes en una suerte de transmutacir5n idrnf i c f? . Hay otro psema-cuadro, (es io que parecen), de gran j u s t a expositiva. Se tituIa “PAMPA UNI~N”. El autor advierte a mos “nifios, jugando entre las turnbas”. El grafismo es evidente: “Carcmido el si- Zenbo, carcomido / hasta el &re de rostro solitarb. / Veo conm la sombra de O ~ ~ Q S &os / con la muerde glm’osa en harapos”.

And& Sabella es un poeta que integra las expresio- nes d d paisaje en una emotiva limpidez creadora. En ocasiones, el acento se vuelve-alucinante, tal en “MOMUS DE CBIU-GHIU” que abarca 10s 6mbitos de la dmlaci6n en una febril atm6sfex-a: ‘‘Sentudar en- n‘ma de mestra muerte, I, tan oscuras, / flacas, / fla- qukimas, / sonliezltes f o r la cosqudlla de 10s uientos, / clavaado el dta en el fila de westras rodillas, 1 for- d ’ s la tertulia desolada”, empieza. El tex-to avarua: Torno un #lato caliate de sopas de oro, / el sol va quemando vuestra boca”. El asunto, patitico, sixve p un enmadre d d e el tiempo queda abolido p r la mume. Y el poeta experimenta el frio inven- to de ia soledad mando subraya: “Dientes rddos por un r a p de Jitenn‘o, / ojos dmde anida la tem- pestad andina, / [ah, feroces jugadoras J en la adi- vinanaa de Ea &a”. Un p t a authtico jamb ham frases para anclar en la frivolidad. A quienes est& aptos para captar 10s testhonios de la belleza lirica esta n o m les es fun- damental. En Andrb Sabella, por cierto, 10s temas se detienen, (y se definen) dentro de una profun- didad idml6gica que no es menester insisGr para compmderla debidamente. Sus llamaradas afioran desde d fond0 de lo humano trascendido en justicia y donaire. Le a n t a a lols recuerdos, a sus minerales de origen, a u~lils botas que trabajaron, afanmmen- te, a las habitantes del mar, a las btias terrestres, a fas figuras humanas de su pais. En otra tonalidad que wnsagra a un cementerio abandonado, An&& Sabella puntualiza de esta manera su vibracih crea- dora : “Camino n t r e las tumbas con el Viento, / i a

16 de f

74 -

ANDRES SABELLA

ANDRES S A B E U A , dia tras dfa, conespondmck de PoeSia.

ES muy difieil que est6 m e n t e

Contar 10s dados por el racento

de3 verso y @rosa de tru%tQ gente.

d e acordarse de td al momento.

En lar esquinm o a media calle, con tu fiema se extiende an v&e.

C ~ Q S un h b d en el dedmto. Si todo$ d u m a , brS artcis despierto.

ALDO TORRES 1955

A m F A G M T A (ES UNA ENCRUUJADA EN LA CUAL %"EN A ENCONTRARSE EL PAChWO, LA PAMPA, U S ALTAS CORDILLERAS, LAS ALTiPUHRlP.S, ES DE- LO3 CABdENOS DE W W- QUIETOS, DE LOS DESESPE- RADOS Y DE LOS HOMBBES DE MXXhN. Es A Q W ~ UNO DE LOS PUN- TOS DEL GLOB0 WNDE SE PUEDEN Escucm Ms M h BELUS HISTOBMS. Y DONDE T A M d N Ms QUE SON CAPACES, PUEDEN VI-

->. SALVADOR REYES

WTOFAGASTA principia en una huella, A donde el sol fue la vivi& simiate: Antofagasta guarda entre su h t e levadura de h c s y strella.

L ~ F de sangre y sudores ea querella, de la ambici6n del hombre es d i d e n t e : todo aqui time pulso de torrente, j su histaria, corn un ehtico, destella!

iOh, Ciudad del Reloj de 10s Ingleses, del An& augusta y La Porta& reda, rotunda de metales y de peces!

Era un nido Ilmo de futnmJ: te ama d vim&, la vastedad te apecia, porque en ti L esewial est4 maduo!

CANTATA ZX3CONDmA EN UN CACHARRO

BEBO el agua del Taconce

la &tancia, tambih, bebo, llena de -bras y brotes.

Bebo d agua de Toconce para b e k 10s secretag de lo pr6xinro y lo lejos del And- raiz de cobre.

y en el agua bebo Timpo;

Bebo el agua de Tocow y bebihdola rmuevo esa luna que en mis hue- va muriendo a borbotona.

ALTO EN EL DESIEHTO DE ATACAMA

Para Akio Torres

ON mi capacho de sol ‘en fro al romance de piedra.

La soledad se desgarra bajo cielos de pimienta. Thnidamente, un chahr abre su luz verde- seca.

G a l h de la camanchaca, de d d a , vieja leva, le vend0 a1 Diablo cangalla sobre CIUGCZS de mil leguas.

Por las feroces quebradas -i ay, Salar de F’unta Negra!- cone la sed en las ancas de tres guanacos de esperma.

Nub0 un mine0 de a g 4 b que hpta cat4 cahveras. . . I Otro dej6 sus entraiias, como un CM entre las hue lh

iBim lo dice la guitarra de Don No s4 Cubto Almeyda! El Desimo de Atacama es m a de gente f im.

Yo me c d o con el sol. b o s Wmetros bosteutn.

t

PUEBLQB DIEL NORTE

T O G O P I L L A

OCOPILLA m u d e d &re, '

Tla del viejo pan de cobre. Tooopilla, dama lacre, akatraz con un d l v e r .

B A Q U E D A N O

UNA cane no

Piijaro solitario, el sol se quiebra contra el hombro plomizo del silenua

y una veleta: caballito de palo de 10s vientos.

G A T I C O

USCA, tal vez, el mar un cementerio, un arca duke para sus despjos?

La morhja del mar es el misterio. El map cabria dentro de m i s oja.

O F I G I N A “ M A R T A E L E N A ”

STA pampa de sales desgarradas E solloza junto a un hgulo del cielo y alza en olas de ripio su desvelo .hacia un sol de tmzas coloradas.

T A L T A L dkededmes

D ESDE una &ba a otra de la pi&: el Mote domido de 10s qukos, ~

donde el viento desgarra su cabeza, manclo come busdud- a si mismo,

MOMIAS DE CHID-CHIU

SENTADAS e n d a de vuestra rnuerre, tan Qscuas,

fhcas, flisquisimas, sonrientes por la casquilIa de loe vientos, damndo el &a en el filo de vuestras rodilh, formhis la tertulia desolada. Como un plato ealimte de s o p de oro, el d va quemando vuestra baca. En medio de vosotras el espejismo Iloraria. Entend& el arrullo de las palomas de arena, sois aquellas a quienes la soldad rob6 el c a h h para cubrir su cuerpo de vieja nuez herida. C u d 0 la noche se arrima a vuestras espaldaa y arregia su cargamento de sombra, e&is en ella el crud0 vapor de vuestros tedios. Dientes raidos por un ray0 de silmci0, ojos donde anida la tempestad andin% jah, feroces jugado.m en la adivinanza de la nada!

N O C T U R N O Cobija, 19%

M mufiones el tiempo ya sin boca Ey la luz - d e rodilk- sobre el viento. La sustancia del miedo aqui se toca.

Entre un muro y la mar, mi pmamiento es, tmbih, otro pro de la roca.

CEMENTER10 ABANDONADO

Mepllows, l.7Il-r

CAS1 e n h a del mar, un cementerio de mi& memoria y desmemoria;

es un per to de mistiles siniestros d d e la cal inventa nuevas olas.

Camino entre ¶as tumbas con el viento, j a dos trancos de mi rie la costa ! Si raspara la angustia de psrtos, hums, encontraria a1 mar, de sombra a sombra.

HECJUB.RD0 DE NEFTALI AGRELLA

Mefillones, 1954

N este pueblo- de extensi6n y brea, E dode came la luz a toda vela, Neftali tuvo infancia de novela, h e el callado pastor de la marea.

La luna dewend% por su plea, i no es pequeiia la ciencia de la abuela ! El muelle malherido era su eseuela, su palate inicial, la chimenea.

Creyendo a la gaviota una eerchea y al ocas0 un motin a la acuarela, hizo can veinte nubes y una estela el CarrCLaje sec~eta de su idea.

ELEG-IA POR UNAS BUTAS MJCNERAB

m-

para llenarlas rn sll fdo; YY luego, la came y las hambres de amino.

de rkos y arenales? 2Caorrienrn alicantm con qui abuelo?

$h.lAl era su historia

A h tianbh, recordando J L ~ color de mieles muertas, su star de dntaras para guardar la m b m .

Un dia, lentamente, exapron solas, carno si la nostalgia las cahra.

TEMA DE GAVIOTAS

E S T E canto de gaviotas

Recuerdo mIi infancj, daciosa, mando cruzaban el cklo del hogar. Satado en el patio de la cam, t& el mar por las espaldas. Pesadas por la niebla de las tardes, v o I h a la pampa: regresaban del mar. Obreras del viento, recog5an el dia y lo guardaban, alia, dmde laa n u b rodean el ojo de cuam de la luna.

es un rehpago ciego en mi corazbn.

'J 'OCO una piedra cuya pid es tiempo, y a1 tocarla mi soledad encuentro;

en esta piedra yo d m b r o entero, el silencioSo coraz6n del viento.

LENGUA DE E m 0

A U R E O $tal0 de mar, penacho de sal y yodo,

me nutro de inmasidad, cuando, cantando, te m o .

PUERTO ARTIEICCIU

L OS mhstiles despiertan, i tantas manos abiertas!

(No tantas para estmngdar al yieinto de la awta.)

BALADA QUE N ENCONTRO LA PUERTA

A QUI donde el mar su&a de espaldas y a p r d e la m a a pmunciar tu nmbre,

td dgua hechizando flora con tus ojos de rOG0

tus ojos mAs bdos que la soledad del aire y .la melancbliGa son& del otoiio m 10s pmtones.

41.15 donde el mar engrucsa el h a d o de las ham

y el sol mvejece, a gotas,

y vas conmigo a lar tabemas pan v a CBanO el hum0 se tranafanna en Wlarina.

B h

mi dxza te a n d e l o s *OB

Cmnim a Coloso

UE sol de lascivias en tu mum! iQ iQuC sol desnelenado! Sonrefa el mar. Y en la opulencia del v e r m era otro p u l p loco tu alegria.

P u l p el roquerio, el agua, el viento. Pulp el aire de h u m transparent=. pulp0 tu CQ& sin u11 lamento. Pulp yo, de la voz basta 10s dimtes.

OLOK DE MAX

de f u e p ocdnico. sa); mtmces, un potra rajado por la sangre: saltaria hasta las islas a revolcarme am las nubq a molder 10s m d o s de la arena, annando trampas de viento a las olas mduras. iOh, transtorno! Vibra la ride. Y vibra mi esgueleto, m o un &il, pi did^ la piel de nwenta. mujerw para velamen!

BALLHTO AZUL MARINO

EL organillo del mar, alegremente, rmena.

Ebria de sol, la ballma empieza, rauda, a girar.

Y en este juego derrama un tan ardiente vaivh, que el faro hila, tambiin, y el ancla, como una dama.

S610, entonces, tira ufana su bengda de agua pura: prodigio de arquitectura, columna de €a makma.

F O X D O A Salvador Rep98

AME p tu catdejo: el de tres cl~upos de mar.

Tal vez desmbra a1 azar dmudo sobre un refleja

Dame ya tu catalejo: despierta la pleamar, Con tinta de damar dibujari su entrecejtb I ,

iDame ya tu catalejo! La nube del avatar va esta noche a madurn en la ehtraiia del cspeja.

DIBUJO DE ENERO A Elba Emilia,

junto ul Mar de Arttofagat4

L A gaviota peregrina

llorando queda la rada, c m o vieja manddina.

va del cielo hasta la nada;

La gaviota peregrma no es blanca, sin0 rosada: juguetc de la mirada, aprendiz de serpentha.

La gwiota peregrina en la luna est& parada.

P O E M A C O N GALLARDETBS@*)

0 es agw el kid0 rio

ap-i es d mar, my0 brh vaga en para de coral.

-j Oh, noble hermano9 -le dig+ muwe tw pitmas? Y el m, bailando Consnigo, rnucstra sus galas eternas,

El mar de labia de plata, d i i profundo; el mar que el viento dmta, como la firma del mundo.

BUTTE MARCELA A Mmcsh Fbres Bcrusrcr

ESCRIBO este cuento, pues quim jugar

con Maex Viento -padre de la Mar.

mtmces, invent0 h o resbalar en hombm del viento sobre un riel de mar.

Voy a barhvento de goce y cantar: me desnuda el viento, me viste la mar.

Toca mi amteuto pa;seS de azar: i el p a @a a1 viento; la nube, a la mar!

Tib& me siento pant mendigar: -;Ay, M a w Vienta,

I b€!aih1Mar!

A FRANK DEE, TATUADOR

AJO el arc0 del canto pasa el mar, Bcomo trhmla estatua de conjum tras cuya faz de liquenes madurcw la lua de las misterios t i a e lar.

En las islas de p6rfido y azar, perdidas en celestes extramm, un sallcwa, de M h OSCUTOS a la tomenta amarra m piafar.

Por el agua de pliegues de salitre -dli d Timp es un ojo de pirata- mi cor& combate ~ o l l un buitre.

Y de las nobles isias donde a d o a mendigar un esternh de plata, me asiste el b m de un trith demudo.

H O M R R E A L A G U A

I

N O quim ni toga

No quiero carrozas de viento.

No quiero la *opa del cedro.

I 1

Yo quim ser proa

EL CHAMGUITO P O R F I A D O

Tame, la ballina a m a al tarmoyo. La noche es un h o p replet0 de pena.

Yaremcwgrdes I

estslnensucama, la agalla y la escama,

Duhnete, mi fiem chungungo pegue% : a1 fond0 del sue60 te espera un vdm.

jsirpo th no C&S!

A UN' GENTILHOMBRE DEL M A R

AnsalrrPo Hammer

E N catorce d m t a s va oonfusa

el agua ya bed tu calavera, las estrellas retaan M tu blusa.

esta batella a1 mar que tc &ibiera:

De cintura fasf6rica es tu musa, t ime dientes de flor y de pantera; por su honor tti quamste una bandera tras el ojo mcturno de Ragpa.

E1 escualo d e cuando lanzas tus f u r i m mensajes para Ulises contra el viento de viejas cicatrices.

Y si, cantando en hego, te ahlamas sobre 10s dulces vdes de Utopia, contigo salta el c o r d del dia!

ASTO de sal y de cobre, 'dulce y bravo caballero, don Eh, yo te cuento entre lar hombres mhs hombres.

Quia te m o U 6 de vera no olvida que en tus entraiias rughn soles de =via contra la g a t e &bia.

h a vcr m b limpio el mundo te acercah a 10s n3- i-go del ~martillo, confidente de 10s sur=!

at mil nwecientos doce fuhe buscando esa aurora donde el pan sen5 una alondra viva ea la mesa del hombre.

No fue sola tu palabra, h e utn el agua y la harka. iLa de l i ~ migas dice, ah-, tu esqjerailllg!

DISCURSO DESDE LA PAMPA

Recabmen dueme entre las reda y 10s pecm Wian en torno a su ternura. Recabarra toca el a m '

y en el fondo del a m o se ala una cane cruzada por un mitin.

Redarrm cria a 10s c a & m de la rmelta, Reeatwren: el tip&grafo, d tranviario, el marinem,

el rnetdirrgim, d maestro, el padre. Recab.arren: el yo, el t6, el ncwotras, el vosotrap, d

d ft3Twiari0, el panadcro, el alw, el poet%

t d a

CANCION. DE TALLER A Nkol&s Gonzrflcz; vivo.

PINTOR de d e n c i w b r a c i a ,

un pidago de luz es tu mida.

Mar y piedra te Uaman: i Camarada ! El aguarrAs besa tu sien de h p a r a incendiada.

De sol y savia, de candor y nada, joh, NicolL!, tii simpre das pintma de migambre desvelada. .

ioh, Nimbis!,

I

cuando el aire es un labio melandlico, mando !as hojas timen la agonia de un $jar0

atando el vicnto s3leiia en la i en de 10s poetas, no19otTaB cantamas a1 Brimero de Map: mtmces lrega la Primaverst de las He~ramientas.

y el amdo ea mducido por gaviotas. Se dice c ( ~ 1 la boca ltena de alegrhs: - j Bien~enido el m . d o de frente pura, bienvenido el sum, que es la Luxa mL clara de la

intima la rue& con el molino; es posible que una gota de sudor sea el acute de l a

o que nazca una piel de flor &re el amento.

P@W*>

cam- el pden por tos talleres

Tiara 1 Las poleas hablan ccn el trigo,

que florezca la chimaca,

NOSOTROS cantarnos al Primer0 de Map. Pero, tambih, recordamog: a h no desarmaron las horcas de Chicago, path hay sogas tiradas encima de la Historia! La luz baja la vista. 'Ya no cantarnos. Todavia sobran patl%ulos para el Hombre. Cantaremas maiiana, despu&, mAs tarde, otro dk cuando se abracen el acero y la madera, cuando no haya h o r q cuando la paz sea el d o de todos 10s jardines, cuando el sol baje de la mano de la j~~ticia, euando sopa y libertad existan en propord6n de

infiiito !

*SI yo pudiera hcer 1 con este Uelo blanco, camisas para 10s nios pI3bresI

COSAS DE LA SANGKE

LAS cosas de la sangre resuenan cow un mar: hay files a euya pies mueren las tardes y lorr niibs. aderas que abrwian las distancias a la muerte Y d d o s am penriias de espanto.

Yo hablb &m hijo de las banderas, corn0 la fruta de fuego que desdm la noche.

Mirad mi cabeza, posible de confundirse con la

Mi cabeza que no vacilah en atravesar la nieVe, el tiempo y rn Aces terribles; mi cabeza que c x d a roer las llagas y el dvido para donnir bajo el hermaw &tic0 de la Libertad

Las m s de la sangre llevan un resplandor de

en los relojes, la sangre se hospeda junto al adit%

tiemblan ensangrentados lancem endma de mis

balas y pAjaros ye disptan el cielo.

tomenta.

cimera;

del dfa;

libm;

YO hablo para levantar el Sur con su flecha de

y el Norte de los rojos p e s como nubes! IlUViaS

O A N C I O N ABIERTA Pam A d r h Dku Pobl&.

IGO: Psz.

M e la fragua de labio plural; se abrazan el agua, lasedylasal.

a g o : Pax. Dilo conmigo.

Danzan el arah y el martillo pro. Un aire sagrado repite el cmjuro.

DiIo conmigo.

Dmo conmigo.

n g o : P a

EtAl3IA ABILIO ROJAS, ANTIGUO PAMPINO

EN esta pampa fatip4 las manas,

Era mia la boca de la grieta, d o el viento de labia cad humam.

En lm montes reCOPEOCta ’ herlnaq nitrato y sol cargaba mi camta. i Hasta la sed oscura fue una veta ! Mi mdm quem6 el vientre de la limos.

Sobre las huellas machaquC el fracaso. De la robusta luz hice cuchilla para vaciar 10s tuCtmcw al Cia.

Caballero de nada y cido ram, mi mraz6n fue perm de cuadrilla, im coraz611 que muerde tadavia!

me tutearon el combo y Ia barreta.

- 111

NOTAEi

INDICE

Conrerplmbs a la Obra del autor . . . Smmcia y Em&& del Noite OhIlenO . . . LA SANGRE Y SUS EBTATUAS

Comentmio . . . . . . . . . LorTejedoresdeRedes . . . . . . CHI& FERTIL PROVINCIA

commtmrios . . . . . . .

. . 1 %

. . . 13

. 3 1

La Pampa . . . . . . . . . . . . . 33 Las Huetlas . . . . . . . . . . . 33 LaVegetyci6nNegm . . . . . . . . . 34 Lau Cerros del Nate . . . . . . . . . . . . 35 ElOerroddAncla . . . . . . . . . . . . . 36 cobifa . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 MejiRoms . . . . . . . . . . . . . . . . 39 GuiadelNorte . . . . . . . . . . . . . 40 Huanacos . . . . . . . . . . . . . 41 cobre . . . . . . . . . . . . . . 41 kte lde@hoclo . . . . . . . . . . . . . 41 Vok&nhscw . . . . . . . . . . . . . . 42

WEBLO DEL MLAB GRANDE

CorncntariDs . . . . . . . . . . . . . . . 47 (havana de Cobija . . . . . . . . . . . . . 49 E l ! & i i . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Vkpw del kuhimitmto del Mineral de Chrades . 51

H i m n o e n l a C h & k a d e l a h . . . . . . . D & u j o s W d e s . . . . . . . . . . . . ‘‘Ed Qlichei-0’’ . . . . . . . . . . . . . . IXkas . a0nupue~t;us cpor el Poeta Popular Juan Cem

La Portasla . . . . . . . . . . . . . . . Madt-igaI para Oaotar AcompaiiAndose de Sarteoes . . Doaningo en la Bahia de Nuestna Mora . . . . . Obrem del Mibe . . . . . . . . . . . . . Fu&6n de Antofagasta . . . . . . . . . . . POEMAS DE LA CIUDAD DOMDiE EL S3L

durantelaacuprxic5ndcAntodagasta . . . . . .

.czANTA DFSWDQ

54 55 56

57 59 60 61 r6Q

Cmentnrios . . . . AndnCsS&ba . . . b t o h g a & t a . . . . . . . . Csnta~%cdidaenunCaunarm . . 191toenelI)eS’KrtodeAtacama . . . . F’u&b de1 Nwte . . . . . . M& de (Ihiu4XG~ . . . . . . . . . . . . Noctnmo . . . . . . . . . . . . . . . . C e m d o A#xdona& . . . . . . . . . R d o & Ne&& Agreila . . . . . . . . . . E W a por Uaas BaQs piiinekas . . . . . . . . Tern de Gavioas . . . . . . . . . . . . . Paanpra . . . . . . . . . . . . . . . . . Lengua de E& . . . . . . . . . . . . . . . Puelto ATtifiiiaJ . . . . . . . . . . . BaEtadaqueNoEncontrSlahrerta . . . . . . E3mp . . . . . . . . . . . . . . Oh de Mar . . . . . . . . . . . Fwet.oMMalrii0 . . . . . . gat^& con M k Fond0 . . . .

8 75 77 78 79 81 83 84

85 86 88 89 89

90 91 92 93 ’94

84

a9

Dibujo?laEnem . . . . . . . . . . . . 95 poanaconGaJhktes . . . . . . . . . . . . % Suitehhrcda . . . . . . . . . . . . . . . 97 AFrankDee,Tatuador . . . . . . . . . . . 98 HoaabrealAgua . . . . . . . . . . . . . 99 EiahilnpuisoHado . . . . . . . . . . . 100 A Un Gentibxnbre del Maa . . . . . . . . . 101 A Un Gentilhnbre de la Tierra . . . . . . . 102 DhmDesdehPampa . . . . . . . . . . . 103 Canci6ndeTa4l-m . . . . . . . . . . . . . 105 FIaskkdelMdo . . . . . . . . . . . . . 105 otoiio . . . . . . . . . . . . . . . . . 108 Cmasdela!Saqp . . . . . . . . . . . . . 1138 C d A B i U t a . . . . . . . . . . . . . . 110 Habb h i l i 0 Rojas, Antiguo Paanpbo . . . . . . ill rVo* . . . . . . . . . . . . . . . . . 115

Avenlda Angamos 0610 - Antof