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Anexo Por una Globalización justa: crear oportunidades para todos Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización [ 147 ] Aportes, Revista de la Facultad de Economía, BUAP, Año IX, Número 27, Septiembre-Diciembre de 2004 Capítulo I. Globalización para la gente: una visión del cambio La trayectoria actual de la globalización debe cambiar. Son demasiado pocos los que comparten los beneficios que de ella se derivan, y son demasiado numerosos los que carecen de voz para contribuir a la planificación de la misma e influir sobre su curso. La globalización será lo que nosotros hagamos de ella. Sus resultados dependerán de las políticas, normas e instituciones que rijan su curso, de los valores que inspiren a sus actores, y de la capacidad de los mismos para influir sobre el proceso. Nosotros, miembros de la Comisión Mundial, representamos una gran diversi- dad de opiniones e intereses, que se encuen- tran a menudo enfrentados en los debates públicos sobre la globalización. Pero nos hemos puesto de acuerdo sobre un objetivo común: una globalización justa que cree oportunidades para todos. Queremos que la globalización sea un medio para extender la libertad y el bienestar humanos, y para llevar la democracia y el desarrollo a las comunidades en las que vive la gente. Nues- tro objetivo es crear un consenso para una acción común a fin de llevar esta visión a la práctica, y propiciar que los propios acto- res, incluidos los Estados, las organizacio- nes internacionales, las empresas, los sindi- catos y la sociedad civil, se sientan perma- nentemente comprometidos con dicho obje- tivo. Nuestro mensaje es crítico y práctico a la vez. Creemos que se puede sacar un mayor partido a la globalización, repartir mejor sus beneficios, y resolver muchos de sus problemas. Se dispone de los recursos y de los medios para ello. Nuestras propuestas son ambiciosas pero viables. Estamos segu- ros de que es posible lograr un mundo mejor. Buscamos un proceso que sea justo y que brinde a todos los hombres y mujeres los derechos, las oportunidades y la capacidad que necesitan para tomar sus propias deci- siones y vivir una vida digna. Reafirmamos la vigencia de ciertos va- lores y la importancia de los derechos huma- nos a la hora de orientar la gobernanza de la globalización y de definir las responsabili- dades de sus actores. Reivindicamos una gobernanza de la globalización que sea más integradora, con políticas destinadas a conciliar mejor el crecimiento económico, por una parte, y el

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AnexoPor una Globalización

justa: crear oportunidades para todos

Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización

[ 147 ]

Aportes, Revista de la Facultad de Economía, BUAP, Año IX, Número 27, Septiembre-Diciembre de 2004

Capítulo I. Globalizaciónpara la gente: una visión del cambioLa trayectoria actual de la globalizacióndebe cambiar. Son demasiado pocos los quecomparten los beneficios que de ella sederivan, y son demasiado numerosos losque carecen de voz para contribuir a laplanificación de la misma e influir sobre sucurso.

La globalización será lo que nosotroshagamos de ella. Sus resultados dependeránde las políticas, normas e instituciones querijan su curso, de los valores que inspiren asus actores, y de la capacidad de los mismospara influir sobre el proceso.

Nosotros, miembros de la ComisiónMundial, representamos una gran diversi-dad de opiniones e intereses, que se encuen-tran a menudo enfrentados en los debatespúblicos sobre la globalización. Pero noshemos puesto de acuerdo sobre un objetivocomún: una globalización justa que creeoportunidades para todos. Queremos que laglobalización sea un medio para extender lalibertad y el bienestar humanos, y parallevar la democracia y el desarrollo a lascomunidades en las que vive la gente. Nues-tro objetivo es crear un consenso para unaacción común a fin de llevar esta visión a la

práctica, y propiciar que los propios acto-res, incluidos los Estados, las organizacio-nes internacionales, las empresas, los sindi-catos y la sociedad civil, se sientan perma-nentemente comprometidos con dicho obje-tivo.

Nuestro mensaje es crítico y práctico a lavez. Creemos que se puede sacar un mayorpartido a la globalización, repartir mejorsus beneficios, y resolver muchos de susproblemas. Se dispone de los recursos y delos medios para ello. Nuestras propuestasson ambiciosas pero viables. Estamos segu-ros de que es posible lograr un mundomejor.

Buscamos un proceso que sea justo yque brinde a todos los hombres y mujeres losderechos, las oportunidades y la capacidadque necesitan para tomar sus propias deci-siones y vivir una vida digna.

Reafirmamos la vigencia de ciertos va-lores y la importancia de los derechos huma-nos a la hora de orientar la gobernanza de laglobalización y de definir las responsabili-dades de sus actores.

Reivindicamos una gobernanza de laglobalización que sea más integradora, conpolíticas destinadas a conciliar mejor elcrecimiento económico, por una parte, y el

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rado en muchas regiones del mundo. EnAsia Oriental, el crecimiento ha permitidosacar de la pobreza a más de 200 millones depersonas en tan sólo diez años. La mejora delas comunicaciones ha propiciado la sensi-bilización respecto de los derechos y de lasidentidades, y ha permitido a las corrientessociales movilizar a la opinión y reforzar larendición de cuentas democrática. Comoresultado de ello, comienza a configurarseuna verdadera conciencia global, atenta alas desigualdades ligadas a la pobreza, ladiscriminación por razón de sexo, el trabajoinfantil y la degradación medioambiental,donde quiera que se produzcan.

Sin embargo, existe una inquietud cre-ciente acerca del rumbo que está tomando laglobalización en estos momentos. Sus ven-tajas quedan fuera del alcance de muchos,mientras que los riesgos que implica nopueden ser más reales. Su volatilidad ame-naza tanto a ricos como a pobres. Se estángenerando enormes riquezas, pero persistenlos problemas fundamentales, que son lapobreza, la exclusión y la desigualdad. Lacorrupción se ha extendido. El terrorismomundial amenaza a las sociedades abiertas,y el futuro de los mercados abiertos resultacada vez más incierto. En definitiva, lagobernanza global está en crisis. Nos en-contramos en un momento crucial, y tene-mos que replantearnos con urgencia lasactuales políticas e instituciones.

¿Cuál es la situación al día de hoy?En el funcionamiento actual de la economíaglobal se observan desequilibrios persisten-tes y profundamente arraigados, que resul-tan inaceptables desde un punto de vistaético e indefendible desde el punto de vistapolítico. Surgen a raíz de un desequilibrio

progreso social y la sostenibilidad medio-ambiental, por otra.

Tenemos que ser realistas. Aunque laglobalización presenta distintos aspectos,nuestro mandato nos obliga a centrarnos ensu dimensión social. Asimismo, somos cons-cientes de los distintos diálogos e iniciativasen curso, y queremos fomentarlos y sacarpartido de ellos.

Se juzga a la globalización por sus resul-tados. Aunque muchos de los males que hoyafligen al mundo —pobreza, falta de traba-jo decente, negación de los derechos huma-nos— existían mucho antes de la actual fasede globalización, en determinadas regionesdel mundo se ha observado un aumento de laexclusión y de las privaciones. En opiniónde muchos, la globalización ha acabado conlos modos de vida tradicionales y con lascomunidades locales, y representa una ame-naza para la sostenibilidad medioambientaly la diversidad cultural. A medida que seacelera el actual proceso de interacción einterconexión transfronterizas, crece la po-lémica acerca de las desigualdades, no sóloentre los países, sino también dentro de lospaíses, así como sobre sus repercusionespara la población, las familias y las comu-nidades. Estas inquietudes afectan a losfundamentos mismos de la política. El deba-te sobre la globalización se está convirtien-do rápidamente en un debate sobre la demo-cracia y la justicia social en el seno de unaeconomía globalizada.

Somos conscientes de que la globaliza-ción ha abierto las puertas a numerososbeneficios. Ha propiciado sociedades y eco-nomías abiertas, así como una mayor liber-tad para el intercambio de bienes, ideas yconocimientos. La innovación, la creativi-dad y la iniciativa empresarial han prolife-

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fundamental entre la economía, la sociedady la política. La economía se hace cada vezmás global, mientras que las institucionessociales y políticas siguen siendo funda-mentalmente de alcance local, nacional oregional. Ninguna de las instituciones glo-bales existentes proporciona un control de-mocrático adecuado de los mercados globa-les, ni corrige las desigualdades básicasentre los países. Estos desequilibrios ponende relieve la necesidad de mejorar los mar-cos institucionales y políticos si queremosque la globalización cumpla sus promesas.

El desequilibrio entre la economía y lasociedad está trastornando la justicia so-cial.

· En la mayoría de las sociedades, existeuna división cada vez mayor entre laeconomía global formal y la economíalocal informal, que no deja de crecer.La mayor parte de la población mun-dial, que vive y trabaja en la economíainformal, sigue sin poder participardirectamente en los mercados y en laglobalización sobre una base justa igua-litaria. Estas personas no disfrutan delderecho a la propiedad ni de otrosderechos, y tampoco disponen de losmedios y recursos necesarios para efec-tuar transacciones económicas pro-ductivas.

· Los beneficios de la globalización sehan distribuido de forma desigual, tan-to dentro de los países como entreellos. Existe una polarización crecien-te entre ganadores y perdedores. Labrecha entre países ricos y pobres seha ensanchado. En el África Subsaha-riana y en América Latina, a finales de1990 el número de personas que vivíanen la pobreza era mayor que al co-

mienzo de ese mismo decenio. · Las normas globales reflejan una falta

de equilibrio. Las normas e institucio-nes económicas prevalecen sobre lasnormas e instituciones sociales; y lasrealidades globales del momento estánponiendo a prueba la eficacia de laspropias normas e instituciones actua-les. Se ha liberalizado el comercio delos productos manufacturados, mien-tras que sigue el proteccionismo en elsector agrícola. Las mercancías y loscapitales atraviesan las fronteras conmucha mayor libertad que la gente. Entiempos de crisis, los países desarro-llados disponen de más opciones enmateria de política macroeconómicaque los países en desarrollo que debenatenerse a las exigencias en materia deajuste. Con demasiada frecuencia laspolíticas internacionales se aplican sintener en cuenta las especificidadesnacionales. El desequilibrio de las nor-mas globales puede agudizar las des-igualdades iniciales. En la actualidad,las normas que rigen el comercio mun-dial favorecen con frecuencia a losricos y poderosos, y pueden perjudicara los pobres y débiles, ya se trate depaíses, empresas o comunidades.

· El cambio estructural, sin disposicio-nes sociales y económicas adecuadaspara proceder al ajuste, ha sumido enla incertidumbre y la inseguridad atrabajadores y empresas de todo elmundo tanto en el Norte como en elSur. Entre los más vulnerables figuranlas mujeres, los pueblos indígenas ylos trabajadores pobres sin califica-ciones ni recursos. El desempleo y elsubempleo continúan siendo una reali-

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dad pertinaz para la mayoría de lapoblación mundial.

El desequilibrio entre la economía y elsistema de gobierno esta socavando la ren-dición de cuentas democrática

En la actualidad, las instituciones degobernanza —sean nacionales o internacio-nales— no responden de manera adecuadaa las nuevas demandas de la población y delos países en materia de representación y deposibilidad de expresión.

· La globalización ha convertido a laopinión pública en una vigorosa fuer-za política que, en estos momentos,ejerce presiones insistentes sobre to-das las instituciones políticas estable-cidas — desde los Estados y los parti-dos políticos nacionales hasta las or-ganizaciones internacionales —, lo queorigina nuevas tensiones entre la de-mocracia representativa y la democra-cia participativa. Las organizacionesinternacionales, en particular las Na-ciones Unidas, las instituciones deBretton Woods y la OrganizaciónMundial del Comercio (OMC) se vensometidas a una enorme presión paradesarrollar procesos de toma de deci-siones más justos y reforzar la rendi-ción de cuentas pública. Se aprecia enla opinión pública una verdadera des-confianza respecto del proceso de tomade decisiones global.

· Los mercados globales carecen deinstituciones que ejerzan un controlpúblico y, en muchos países, ello esparte de legitimidad y estabilidad paralos mercados nacionales. El actualproceso de globalización carece demedios para mantener el equilibrioentre los mercados y la democracia.

· En muchos países, la coacción queejercen los mercados internacionalesparece ir en detrimento de las opcionesque presentan en términos de políticaeconómica nacional. Muchos son losque opinan que con ello se menoscabala soberanía nacional y el poder sedesplaza de los gobiernos electos a lasempresas transnacionales y a las insti-tuciones financieras internacionales.

En todas partes, han sido más las expec-tativas que las oportunidades, y el resenti-miento ha empaña do la esperanza. Al mis-mo tiempo, la gente reconoce la realidad dela globalización, y son muy pocos los quedesean quedarse al margen o invertir elproceso. Todos están a favor de un inter-cambio más libre de ideas, conocimientos,bienes y servicios por encima de las fronte-ras. Lo que persiguen los hombres y lasmujeres es el respeto de su dignidad y de suidentidad cultural. Reivindican oportunida-des para poder llevar una vida digna yalbergan la esperanza de que la globaliza-ción les brinde ventajas concretas en su vidadiaria y garantice un futuro mejor para sushijos. Del mismo modo, desean desempeñarun papel en la gobernanza del proceso,incluidos el alcance y la naturaleza de laintegración de sus economías y comunida-des en el mercado global, y participar de unmodo más justo de sus resultados.

Creemos que resulta esencial respondera estas aspiraciones. El potencial de laglobalización debe aprovecharse para crearun mundo mejor.

¿Adónde queremos llegar?Nuestra visión es la de un proceso de globa-lización cuya prioridad sean las personas,que respete la dignidad humana y que con-

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sidere a todos los seres humanos iguales.Perseguimos un proceso más integra-

dor, que sea justo y benéfico y que brindeoportunidades reales a un mayor número depersonas y de países; y un proceso que serija de manera más democrática.

Buscamos una globalización con unadimensión social, que preserve los valoreshumanos y mejore el bienestar de la gente entérminos de libertad, prosperidad y seguri-dad. Los hombres y mujeres juzgan la glo-balización en función de las oportunidadesque les ofrece para encontrar un trabajodecente, para satisfacer sus necesidadesesenciales, como son la comida, el agua, lasanidad, la educación y la vivienda, y paracrear un entorno adecuado para vivir. Sinesta dimensión social, muchos continuaránpercibiendo la globalización como una nue-va variante de las formas de dominio yexplotación anteriores.

Los aspectos fundamentales de esta di-mensión social incluyen:

· Un proceso de globalización basado envalores universalmente compartidos,lo cual requiere que todos sus actores—incluidos los Estados, las organiza-ciones internacionales, la mano de obra,la sociedad civil y los medios de comu-nicación— asuman sus responsabili-dades individuales. Exige, además, elcumplimiento de los deberes y obliga-ciones contraídos en virtud del dere-cho internacional, así como un desa-rrollo económico basado en el respetode los derechos humanos.

· Un compromiso internacional que ase-gure para todo el mundo los recursosbásicos y las demás condiciones quegarantizan la dignidad humana y quese engloban en la Declaración Univer-

sal de Derechos Humanos. La erradi-cación de la pobreza y el cumplimientode los Objetivos de Desarrollo para elMilenio deberían considerarse comolos primeros pasos hacia el estableci-miento de unas condiciones socioeco-nómicas mínimas para la economíaglobal.

· Una vía de desarrollo sostenible queofrezca oportunidades para todos, pro-porcione empleo y medios de vidasostenibles, promueva la igualdad degénero y reduzca las diferencias entrelos países y entre la gente. Asimismo,es preciso que exista una mayor cohe-rencia entre las políticas económicas,sociales y medioambientales.

· Una gobernanza más democrática dela globalización, que propicie unamayor escucha y participación, y quegarantice la rendición de cuentas sindejar de respetar la autoridad de lasinstituciones de la democracia repre-sentativa y el Estado de derecho.

Se trata de una visión que puede llevarsea la práctica. Se dispone de los recursospara superar los problemas más urgentes,que son la pobreza, las enfermedades y laeducación. Mahatma Gandhi lo explicó demanera muy simple: «En la tierra, hay re-cursos suficientes para satisfacer las nece-sidades de todos, pero no puede haber recur-sos suficientes para satisfacer la avaricia detodos».

¿Cómo lograrlo?Nuestro principal activo es el sistema mul-tilateral de las Naciones Unidas, que resultaesencial para la acción global. Una serie deacontecimientos recientes ha subrayado deforma espectacular su importancia dentro

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del mundo cambiante en el que vivimos. Lossucesos del 11 de septiembre y el terrorismoglobal han hecho patente nuestra vulnerabi-lidad común y la necesidad de una acciónconcertada. La degradación de la sociedadorganizada, causada por las enfermedades,la lucha civil y el colapso de la gobernanzaen muchas partes del mundo, ha reafirmadola necesidad de la cooperación multilateraly de la acción colectiva. Existe un reconoci-miento creciente de que las soluciones aestos problemas han de buscarse en el con-texto de un mundo interdependiente e inmer-so en un proceso de globalización.

La globalización está haciendo que elmultilateralismo resulte a la vez indispensa-ble e inevitable. El sistema multilateral delas Naciones Unidas y organizaciones co-nexas proporciona la base para las políticasglobales que se precisan en áreas como eldesarrollo, el comercio, las finanzas y la pazy la seguridad internacionales, así como enmultitud de campos técnicos y sociales. Susdeclaraciones y pactos reflejan valores uni-versales, y la participación universal otorgaal sistema multilateral una legitimidad glo-bal que ningún Estado, por poderoso quesea, puede igualar. Proporciona un marco,que ha superado la prueba del tiempo, paraguiar el proceso de globalización con arre-glo a los principios del imperio de la ley enel plano internacional.

No existe ninguna alternativa duraderaque pueda responder a las necesidades yaspiraciones de la gente en un mundo inter-dependiente. El multilateralismo garantizala transparencia y ofrece cierta protección—aunque parezca inadecuada— contra lasasimetrías de poder e influencia en la comu-nidad internacional. Sin embargo, la globa-lización también está haciendo del multila-

teralismo un valor en alza para los ricos ylos poderosos, ya que ha demostrado seresencial para su prosperidad y seguridad.En un mundo con centros de poder económi-co emergentes y vastas fuentes de demandade consumo sin explotar, un sistema multi-lateral basado en normas es el único mediopara garantizar una expansión justa y dura-dera de los mercados globales. En un mundoinestable, dicho sistema también permiteevitar que los conflictos económicos bilate-rales se traduzcan automáticamente en con-flictos políticos bilaterales. Y la prolifera-ción de exigencias en materia de seguridadglobal hace que la cooperación multilateralresulte indispensable para todos, inclusopara los países más poderosos.

Pese a todo, se pone en tela de juicio elmultilateralismo justo cuando más se nece-sita. El conflicto en Oriente Medio y lapersistencia de la pobreza y la desigualdadglobales han demostrado la necesidad ur-gente de fundir las realidades contemporá-neas que son el poder estatal y la opiniónpública en una alianza duradera para la pazy el desarrollo.

Tanto el sistema de las Naciones Unidascomo sus Estados miembros tienen queadaptarse al proceso de globalización delmundo. Las estructuras y los procedimien-tos actuales del sistema multilateral se ba-san en el equilibrio de poder entre los Esta-dos miembros que se definió en la posgue-rra. Sin embargo, la globalización estámodificando la configuración subyacentede los poderes político y económico, y lastensiones resultantes se dejan sentir en elsistema de las Naciones Unidas. El sistemamultilateral también tiene que atender a lasinsistentes demandas de los países en desa-rrollo, que reivindican una mayor participa-

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ción en la toma de decisiones, y a las de lasociedad civil, que exige mayor protagonis-mo y transparencia. Muchas de estas tensio-nes han ido creciendo a lo largo de los años.A medida que la globalización ha ido co-brando impulso, estas tensiones se han he-cho patentes, dificultando las negociacionesinternacionales, provocando la cólera y lafrustración de todas las partes, y reduciendola efectividad de las organizaciones interna-cionales.

Es preciso enfrentarse a esta situación.Como dijo Kofi Annan, necesitamos lograr«reforzar la solidaridad y la responsabili-dad internacionales, junto con un aumentodel respeto de las decisiones adoptadas co-lectivamente y una mayor determinaciónpor darles efecto. La interrogante que inevi-tablemente se plantea es la relativa a sabersi basta con exhortar a los Estados y a laspersonas a adoptar aptitudes más esclareci-das y hacer esfuerzos mayores, o si senecesita, también, una reforma radical denuestras instituciones internacionales. Mipropia opinión es que los Estados miembrostienen, por lo menos, que examinar a fondola ‘arquitectura’ actual de las institucionesinternacionales y preguntarse si está enconsonancia con las tareas que tenemosante nosotros»1. Nos sumamos plenamentea la opinión del Secretario General.

Tenemos que crear mejores instrumen-tos para la gobernanza de la globalización yel funcionamiento del sistema multilateral.En las Partes III y IV del informe se formu-lan propuestas concretas para introducir

mayor coherencia en las políticas interna-cionales y en la reforma institucional.

Debe construirse una globalización másjusta, sobre la base de un sistema económi-co global que sea productivo y justo.

En la actualidad, suele reconocerse queuna economía abierta de mercado constitu-ye la base indispensable para el desarrollo,el crecimiento y la productividad. Ningúnpaís puede situarse hoy al margen de laeconomía global. El desafío consiste engestionar la interacción con los mercadosglobales, a fin de garantizar el crecimiento,el desarrollo y la igualdad. Para ello han deexistir empresas rentables y responsables,que puedan crear empleos, riqueza e inno-vación y hacer una contribución a los recur-sos públicos, así como organizaciones deempleadores y de trabajadores que seanfuertes y representativas, para garantizarasí un crecimiento sostenible y una justadistribución de sus resultados.

Para que los mercados sean eficaces, espreciso que haya Estados eficaces. Si lospaíses quieren beneficiarse de la globaliza-ción, necesitan un Estado que pueda desa-rrollar las capacidades institucionales—tanto sociales como económicas— nece-sarias para lograr un crecimiento económi-co sólido y justo. La acción local es tanimportante como la acción nacional y glo-bal. Unas autoridades y comunidades loca-les sólidas y democráticas constituyen el ejecentral de los Estados eficaces.

Una mejor gobernanza de la globaliza-ción tiene que multiplicar las oportunidadespara que la política nacional pueda fomen-tar el desarrollo empresarial, la creación deempleo, la reducción de la pobreza y laigualdad de género. Tiene que reforzar laprotección social y mejorar las calificacio-

1 Naciones Unidas: Aplicación de la Declara-ción del Milenio de las Naciones Unidas: Informedel Secretario General (Asamblea General, 2003),documento A/58/323

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nes y las capacidades. Asimismo, debe apo-yar las acciones destinadas a remediar lainformalidad, la desigualdad y la exclusión,y ayudar a cada país y a cada comunidad atrazar su propia senda de crecimiento y aalcanzar sus propios objetivos sociales yeconómicos. Una mejor gobernanza de laglobalización que garantice el desarrolloduradero requiere una mayor coherenciaentre las políticas económicas y sociales.

La buena gobernanza a todos los nivelesde la sociedad —en términos de Estado dederecho, democracia, derechos humanos yjusticia social— resulta esencial para lo-grar un proceso de globalización justo yproductivo. Con ello se garantiza la respon-sabilidad pública de los actores privados yestatales, así como la eficacia de los merca-dos. Ningún país —ya sea rico o pobre, delNorte o del Sur— posee el monopolio de labuena gobernanza, y no existe un modeloinstitucional único para alcanzarla.

No buscamos el refugio utópico de ungobierno mundial. Reconocemos las reali-dades del poder y la desigualdad. Nuestrainspiración nace de la determinación de loshombres y mujeres que quieren ejercer unmayor control sobre su propio destino, asícomo de una globalización posible, másjusta e integradora, que satisfaga sus nece-sidades.

¿Por dónde empezamos?Un marco ético más sólidoLa gobernanza de la globalización debebasarse en valores universalmente compar-tidos y en el respeto de los derechos huma-nos. La globalización se ha desarrollado enun vacío ético, donde la cuestión del éxito oel fracaso de los mercados tienden a conver-tirse en la norma última de comportamiento,

y donde la actitud basada en el lema «elganador se lo lleva todo» debilita la estruc-tura de las comunidades y las sociedades.

En la actualidad existe un deseo profun-damente arraigado en la sociedad de reafir-mar los valores éticos fundamentales de lavida pública, como lo demuestra, por ejem-plo, la reivindicación de una «globalizaciónmás ética».Los valores son también el hiloconductor de las numerosas campañas pú-blicas en favor de causas universales, queabarcan desde la abolición del trabajo in-fantil hasta la prohibición de las minasterrestres.

Los cimientos de toda sociedad que fo-menta la cohesión son unos valores compar-tidos, que constituyen un marco ético ymoral para la actividad pública y privada.La globalización aún no ha creado unasociedad global, pero la interacción crecien-te de las personas y de los países subraya laurgente necesidad de un marco ético quesirva de referencia común.

En gran medida, dicho marco ya puedeencontrarse en las declaraciones y en lostratados del sistema multilateral de las Na-ciones Unidas. Sirvan como ejemplo la Cartade las Naciones Unidas, la DeclaraciónUniversal de Derechos Humanos, la Decla-ración de la OIT relativa a los principios yderechos fundamentales en el trabajo y, másrecientemente, la Declaración del Mileniode las Naciones Unidas. Estos valores yprincipios universales representan la basecomún de creencias espirituales y secularesdel mundo entero: sobre ellos debe cimen-tarse el proceso de globalización, debenquedar reflejados en las normas de la econo-mía global, y deben servir de referencia a lasorganizaciones internacionales para la apli-cación de sus mandatos.

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Ciertos aspectos relativos a estos valo-res y principios universales se mencionanuna y otra vez en el contexto del debatepúblico sobre la globalización. Expresanlas inquietudes de la gente en un momento degrandes cambios e incertidumbres:

· El respeto de los derechos humanos y dela dignidad de la persona, incluida laigualdad entre géneros. Este es uno delos compromisos fundamentales quela comunidad internacional ya ha asu-mido.

· El respeto de la diversidad de culturas,religiones y opiniones políticas y so-ciales, junto con el pleno respeto de losprincipios universales.

· La equidad. La equidad es una nociónprofundamente arraigada y reconoci-da por la gente de todos los países. Setrata de un baremo de justicia quemuchos utilizan para juzgar la globa-lización y la distribución equitativa desus beneficios.

· La solidaridad es el reconocimiento dela pertenencia a una misma humani-dad y a una ciudadanía global, asícomo la aceptación voluntaria de lasresponsabilidades que ello conlleva.Representa un compromiso conscien-te para resolver las desigualdades en-tre los países y dentro de los mismos.Se basa en el reconocimiento de que,en un mundo interdependiente, la exis-tencia de pobreza u opresión en cual-quier lugar constituye una amenazapara la prosperidad y la estabilidad detodos.

· El respeto de la naturaleza exige que laglobalización sea sostenible desde elpunto de vista ecológico, respete ladiversidad natural de la vida sobre la

tierra y la viabilidad del ecosistema delplaneta, y garantice la ig ualdad entrelas generaciones presentes y futuras.

Los valores y principios universalmentecompartidos tienen que ser la base de lagobernanza democrática de la globaliza-ción. Abarcan todos aquellos valores queresultan esenciales para una economía demercado abierta y eficaz, a saber, responsa-bilidad, iniciativa, respeto de la ley, honra-dez y transparencia.

Un mundo más justo y próspero resultaesencial para lograr un mundo más seguro.Con frecuencia, el terror se aprovecha de lapobreza, la injusticia y la desesperaciónpara obtener legitimidad pública. La exis-tencia de estas condiciones constituye unobstáculo para la lucha contra el terroris-mo.

Se plantean problemas en cuanto a lamanera de salvar la distancia entre la teoríay la práctica. La comunidad internacionalcontrae más obligaciones de las que estádispuesta a cumplir. El ejemplo más notoriodel trecho que media entre la teoría y lapráctica es la historia de la asistencia oficialpara el desarrollo (AOD) destinada a lospaíses más pobres del mundo.

La acción destinada a hacer realidad losvalores de una economía global debe venirtanto de los actores individuales como de lasinstituciones.

Los actores de la globalización —Esta-dos, sociedad civil, empresas, sindicatos,organizaciones internacionales y particula-res— deben inspirarse en estos valores paraaceptar sus propias responsabilidades, yrendir cuentas públicamente en lo que atañeal respeto de las mismas en todas sus tran-sacciones. A los ricos y poderosos —seanEstados o empresas— les incumben respon-

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sabilidades especiales, dado que sus accio-nes tienen mayor repercusión sobre el bien-estar global.

Existen varias iniciativas voluntarias quees precio reforzar. Entre éstas cabe citar laresponsabilidad social de la empresa; losmovimientos que se encargan de sensibili-zar éticamente a los consumidores e inver-sores; las campañas sindicales de promo-ción de las normas del trabajo, y las campa-ñas de la sociedad civil para informar ymovilizar a la opinión respecto de distintosasuntos públicos.

A las instituciones multilaterales del sis-tema de las Naciones Unidas les correspon-de un papel especial, puesto que formulan ypromueven normas y políticas internacio-nales. Los valores universales y la suprema-cía de la ley deben servir de guía al estable-cer los términos en que se produce la inter-vención internacional, y para los sistemasde gobernanza nacional y global.

Consideramos que la globalización hahecho imprescindible un mejor diálogo in-ternacional acerca de los valores universal-mente compartidos. Los valores se han con-vertido en una cuestión esencial en muchasnegociaciones políticas, como consecuen-cia de la propia dinámica de la globaliza-ción. El ajuste estructural provoca a menu-do tensiones internas y sospechas en cuantoa si todos los países actúan aplicando lasmismas normas éticas. Esto se aprecia, porejemplo, en los debates internacionales enmateria de comercio, finanzas, derechoshumanos y ayuda al desarrollo. Dichas ten-siones van en detrimento de la solidaridadentre las personas, tanto en los países ricoscomo en los pobres.

La cultura es un poderoso símbolo deidentidad y de pertenencia. La globaliza-

ción debería desembocar en la diversidadmulticultural, y no en una homogeneiza-ción, una integración forzada o una conser-vación estática. Debe ser un proceso deredefinición creativa, en el que se encuen-tren las tradiciones y los modos de vidaglobales y locales, para que dé lugar anuevas formas en todos los planos. Debenreconocerse la integridad y autonomía delas distintas culturas nacionales y localescomo fuente de confianza y de energía paraque la gente adopte comportamientos crea-tivos que trasciendan las fronteras naciona-les.

En último término, un compromiso co-mún respecto de una globalización justa eintegradora debe basarse en una visión dehumanidad compartida y de un planeta co-mún. Esta visión constituye la base sobre laque se asientan la estabilidad de los Estadosy de las comunidades nacionales. Tenemosuna economía cada vez más global, perodistamos mucho de ser una comunidad glo-bal. No obstante, comienzan a surgir algu-nos elementos que es preciso promover yfomentar.

Hacia una comunidad global reforzar el diálogo y la gobernanzaEl orden que se estableció en la posguerrapartía de una comunidad internacional denaciones. Los Estados eran los actores prin-cipales, si bien ciertos actores no estatales,como las empresas y los sindicatos, hanestado representados en la OIT desde 1919.

En la actualidad, una multitud de acto-res, estatales y no estatales, desempeña unpapel crucial a la hora de configurar laevolución de la globalización. Entre estosactores se incluyen, además de las organiza-ciones del sistema de las Naciones Unidas,

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los parlamentarios y las autoridades loca-les, las empresas multinacionales, los sindi-catos, los grupos empresariales, las coope-rativas, los grupos religiosos, las universi-dades, los consejos económicos y sociales,las fundaciones y asociaciones benéficas,las organizaciones comunitarias y las orga-nizaciones no gubernamentales (ONG), asícomo los medios de comunicación. En lasredes globales se reúnen grupos tan diversoscomo las asociaciones de jóvenes y de con-sumidores, los agricultores, los científicos,los profesores, los abogados y los médicos,las mujeres y los pueblos indígenas.

Estas redes emergentes se relacionancada vez más entre sí a través de lazos deintereses o convicciones comunes. Ya sehan puesto en marcha muchas iniciativaspara abordar problemas comunes. Estasabarcan desde la gestión de Internet hastalas cuestiones relativas a la igualdad degénero, la migración, la salud y la seguridadde las personas.

Ya pueden distinguirse algunas caracte-rísticas propias de estos procesos. Suelendefinirse en función de problemas específi-cos. Implican una gran variedad de actores,estatales y no estatales, que interactúandesde el ámbito local hasta el global. Y, entodo caso, se caracterizan por la ampliaciónde la participación y el diálogo públicos.Las nuevas tecnologías y las redes que sebasan en ellas están creando las condicionesadecuadas para que surjan nuevas modali-dades de interacción creciente.

Sin embargo, aún es demasiado prontopara decir que este conjunto de actoresconstituye una comunidad global, pues dis-ta mucho de ser una unidad. Siguen exis-tiendo grandes desigualdades en términosde poder e influencia. Se dan diferencias de

opiniones e intereses que resultan a menudoexplosivas. Se trata de un conjunto frag-mentado e incompleto, que apenas afecta alos millones de personas que viven en elumbral de la subsistencia.

No obstante, las interacciones humanasse están multiplicando, y las redes se vuel-ven cada vez más densas. Se trata de unaevolución encabezada por la propia globa-lización, por la creciente integración delcomercio y de la producción, y por la expan-sión de las comunicaciones, los viajes y elintercambio de ideas.

En la actualidad, la posibilidad de lograrun sistema de gobernanza global que seamás participativo y democrático depende deestas redes crecientes de personas e institu-ciones más que de los proyectos de gobiernomundial o de la reorganización institucionalglobal. Estas redes completan —y rebasan—el actual sistema de organizaciones inter-nacionales. Pueden ser el semillero de unafutura comunidad global dotada de intere-ses compartidos y objetivos comunes.

La manera de avanzar consiste en fo-mentar más diálogos sistemáticos en terre-nos específicos en el seno de estas redesemergentes de actores estatales y no estata-les y entre ellas. Dicho diálogo amplía laparticipación, propicia el consenso y definelas necesidades desde la perspectiva de quie-nes se ven afectados de forma más directa.Además, sirve para mediar en las inevita-bles tensiones que surgen de la transicióneconómica y el ajuste global, y proporcionaun mecanismo para que los valores se tra-duzcan en acción a través de la definición deobjetivos comunes y responsabilidades in-dividuales. Estos diálogos han de producir-se en todos los niveles, pues constituyen labase de una acción más coherente para

158 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

vincular el crecimiento económico al pro-greso social.

Este informe constituye una incitación ala acción basada en el diálogo como funda-mento de una verdadera comunidad globaldel futuro. Aunque los intereses son confrecuencia divergentes, creemos que existeuna coincidencia cada vez mayor en todo elmundo respecto de la necesidad de lograruna globalización más justa e integradora.Esta convergencia se basa en una concien-cia creciente de nuestra interdependencia ydel peligro que entraña el no hacer nada. Lapropia globalización se encarga de difundiry reforzar esta conciencia. Nuestra confian-za respecto del futuro se basa en el poder deesta realidad.

Confiamos en que, si se adoptan en unplazo razonable las recomendaciones queproponemos, es posible que la globaliza-ción, tal y como la conocemos hoy, cambiepara mejor, trayendo consigo prosperidad yestabilidad a un mayor número de personasy de países.

Capítulo II. La Globalización y sus efectosOpiniones y percepcionesUna prioridad clave para la Comisión con-sistió en examinar la globalización desdemuy diversas perspectivas en regiones detodo el mundo: cómo había afectado a lavida de la gente; qué esperanzas, temores ypreocupaciones había provocado; y quépensaba la gente que debería hacerse paraaumentar las oportunidades y reducir lasinseguridades que presenta.

Con este objetivo, pusimos en marcha unamplio programa de diálogos y consultas deámbito nacional, regional y global. Entrelos participantes figuraron más de dos milactores sociales y responsables de la toma

de decisiones implicados en las cuestionesde la globalización, entre ellos, ministros degobierno y administradores, políticos loca-les y parlamentarios, dirigentes nacionalesde asociaciones de empleadores y de traba-jadores, representantes de la sociedad civily líderes religiosos, asociaciones de mujeresy pueblos indígenas, personalidades delmundo académico y periodistas2. Los diálo-gos estuvieron diseñados para ser interacti-vos y los participantes intercambiaron ideasy las compartieron con los miembros de laComisión.

Aunque no se pretendía que los partici-pantes representaran a toda la opinión pú-blica, estos diálogos nos han permitido con-templar la globalización a través de los ojosde la gente3. Aunque se reconocieron am-pliamente los beneficios de la globaliza-ción, los diálogos estuvieron marcados poruna corriente de opinión claramente crítica.Presentamos este resumen no porque este-

2 En total, se mantuvieron unos 26 diálogosnacionales y regionales. Además de las consultasregionales en África, los Estados árabes, Asia,Europa, América Latina y el Caribe, se mantuvierondiálogos y consultas de ámbito nacional en lossiguientes países: Alemania, Argentina, Brasil,Chile, China, Costa Rica, Egipto, Estados Unidos,Filipinas, Finlandia, India, México, Polonia, Fede-ración de Rusia, Senegal, Sudáfrica, Tailandia,República Unida de Tanzanía, Uganda y Uruguay.Se organizaron nueve consultas especiales pararecabar las opiniones de grupos internacionales deempresarios, de trabajadores y de la sociedad civil.Se proporciona información más detallada en unanexo al informe. Para completar esta información,también tuvimos en cuenta los resultados de algunasencuestas de opinión llevadas a cabo por otrasorganizaciones.

3 Los informes completos de los diálogos puedenconsultarse en: www.ilo.org/wcsdg/consulta/index.htm.

159POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

mos de acuerdo con todo lo que se dijo —dehecho, entre los distintos participantes huboopiniones divergentes o contradictorias—,sino porque esta diversidad de opinionesnos ayuda a comprender las preguntas y laspreocupaciones que se están planteando, losintereses que están en juego y los valores yobjetivos que suscriben las personas. Antetodo, se puso de manifiesto la importanciade mejorar el proceso de diálogo entre losdiferentes actores sociales para lograr quela globalización sea más justa.

Terreno de entendimientoLas opiniones y percepciones de la gentevarían en función de quiénes son, dóndeviven y qué poseen. Sin embargo, pese a lavariedad de opiniones manifestadas en losdiálogos, también hubo muchos puntos deconvergencia.

En todas partes se dejaba sentir el poderde la globalización, ya estuviera impulsadopor la tecnología, por la economía o por lapolítica. «Dormíamos en la orilla, cuandonos alcanzó una ola gigante», dijo un par-ticipante en el diálogo celebrado en Egipto.La globalización podía ser amedrentadora,estimulante, arrolladora, destructiva o crea-tiva, según el punto de vista de cada uno.

Se apreció un sentimiento generalizadode inestabilidad e inseguridad. Un partici-pante en el diálogo de Costa Rica declaró:«Existe el sentimiento creciente de quevivimos en un mundo extremadamente vul-nerable a cambios que no podemos contro-lar; un sentimiento creciente de fragilidadcompartido por gente común, países y re-giones enteras». Los inestables sistemasfinancieros tenían efectos devastadores. Entodas partes del mundo se alzaban voces quereivindican sistemas más sólidos de protec-

ción social y de seguridad de los ingresos.Otra preocupación común fue el impac-

to de la globalización en la cultura y laidentidad. Algunos opinaron que dicho im-pacto constituía una «amenaza para insti-tuciones tradicionales como la familia o laescuela» o para el modo de vida de comuni-dades enteras. Otros consideraron benefi-cioso darle un giro a las tendencias tradicio-nales y desarrollar actitudes más modernas.También hubo constantes referencias a lasrepercusiones de la igualdad de géneros,tanto positivas como negativas.

La cuestión que se destacó en repetidasocasiones fue la del empleo y los medios devida. Aun estando mayormente a favor desociedades más abiertas e interconectadas,las personas no se mostraban tan positivascuando se les pregunta sobre la repercusiónde la globalización en sus empleos eingresos4.Un participante en el diálogo de

4 Las encuestas de opinión realizadas en variospaíses reflejan conclusiones similares. Por ejemplo,una media del 48 por ciento de los encuestados porEnvironics International en siete países opinaba quela globalización mejoraba la calidad de vida y eldesarrollo económico. Sin embargo, sólo el 38 porciento opinaba lo mismo sobre el empleo y losderechos de los trabajadores (el informe completode las encuestas puede consultarse en «Global is-sues Monitor 2002», Toronto, Environics Interna-tional, mayo de 2002). Otra encuesta realizada endiversos países reveló que «por lo general, la genteconsidera que el crecimiento del comercio exterior, dela comunicación mundial y de la cultura popularinternacional es positivo para ellos y sus familias»,mientras que, al mismo tiempo, opinan que «muchosaspectos de su vida —incluidos los afectados por laglobalización— están empeorando», como «la dispo-nibilidad de empleos bien remunerados». (Véase laencuesta «Views of a changing world», WashingtonDC, realizada por The Pew Research Center for thePeople and the Press, junio de 2003, pág. 10.)

160 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

Filipinas manifestó: «Una globalizaciónque reduce el precio del calzado infantilpero que provoca el desempleo de los pa-dres carece de sentido». Se hizo referenciaa menudo a las dificultades a las que seenfrentaban las pequeñas empresas paraobtener beneficios de la globalización, apesar de que, paradójicamente, eran ellaslas que creaban más puestos de trabajo. Laseconomías rural e informal permanecían almargen, y el resultado era la persistencia dela pobreza. Otros participantes mostraronsu inquietud por la pérdida de empleos comoresultado de la reestructuración industrialemprendida ante la competitividad de losmercados globales, y del deterioro de lascondiciones laborales y de los derechos delos trabajadores, en Europa y América delNorte, así como en los países con ingresosmedios y en los países en transición.

Puesto que la globalización es tan sólouno de los muchos factores que afectan a lavida de la gente, los diálogos suscitaron undebate más amplio sobre el papel del merca-do en la sociedad y sobre el modo en quepueden expresarse y satisfacerse las necesi-dades y aspiraciones de la gente en suspropias comunidades. Se adujo de formageneralizada que las reglas injustas de laeconomía global impedían el progreso, fa-vorecían a los ricos y poderosos y pasabanpor alto la repercusión social de las políticaseconómicas. En ocasiones, los efectos ad-versos eran sorprendentemente similares endiferentes partes del mundo. Por ejemplo, eldaño ocasionado por los subsidios agrícolasfue objeto de quejas idénticas en los diálo-gos mantenidos en el Brasil y en la Repúbli-ca Unida de Tanzanía, ya que en ambos sepuso de manifiesto que la importación deleche en polvo de Europa estaba desplazan-

do la demanda de leche nacional, al mismotiempo que suponía la introducción en elmercado de un producto inferior.

No obstante, las reglas justas no se tra-ducían automáticamente en un resultadojusto. Era preciso esforzarse por ayudar aquienes se encontraban en una posición másdébil a «subirse al tren del desarrollo». Seconsideró que el programa en vigor estabademasiado centrado en el comercio y lainversión y no lo suficiente en los derechoshumanos y el medio ambiente, en partedebido al «déficit democrático» en el ámbitointernacional.

Hubo también un acuerdo generalizadoen torno a la necesidad de renovar el papeldel Estado, de forma que se base en elimperio del derecho y las instituciones de-mocráticas y colabore con otros actoressociales. Aun si el concepto de un Estadoque lo abarcaba todo había caído en descré-dito, la globalización había debilitado de-masiado dicha figura. Con el fin de respon-der de manera eficaz a la globalización, elEstado tenía que poder desarrollar capaci-dades nacionales, regular la actividad eco-nómica, fomentar la equidad y la justicia,proveer los servicios públicos esenciales yparticipar efectivamente en las negociacio-nes internacionales.

Una opinión recurrente fue que, paraaprovechar las oportunidades de la globali-zación, la gente y los países tenían queinvertir en educación, calificaciones y capa-cidades tecnológicas de forma global. Lossistemas educativos tenían que reformarse yse había de abordar el problema del analfa-betismo.

La migración fue otra de las grandespreocupaciones expresada tanto por lospaíses de inmigración como por los países

161POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

de emigración. Muchos países con ingresosbajos criticaron las barreras a la migracióna gran escala hacia los países industrializa-dos y manifestaron su preocupación por el«éxodo intelectual», que menoscababa losesfuerzos por construir capacidades nacio-nales. Con frecuencia, los migrantes detodas las regiones — sobre todo las mujeres— se veían obligados a dedicarse a activida-des económicas ilegales en los países dedestino, lo que los hacía más vulnerables ala explotación. Era esencial crear un marcomás justo para la circulación de personas, yen el diálogo regional europeo se afirmó que«toda política de restricción debería estarligada a una política de liberalización delcomercio y cooperación para el desarro-llo».

En todo el mundo, la integración regio-nal se veía como el camino hacia una globa-lización más justa e integradora. Los paísespueden enfrentarse mejor a los retos socia-les y económicos de la globalización me-diante un trabajo conjunto. Ello requiereuna mejor integración de las políticas eco-nómicas y sociales en el proceso de integra-ción regional, lo que había sido el objetivode la Unión Europea (UE), la Comunidaddel África Meridional para el Desarrollo(SADC) y el Mercado Común del Sur (MER-COSUR), entre otros.

En repetidas ocasiones se manifestó elapoyo a las Naciones Unidas y al sistemamultilateral por ser los mejores medios deresponder a los retos de la globalización.

Un último ámbito de entendimiento: lamayoría de los participantes en los diálogosopinaron que era posible encontrar solucio-nes, y muchos ya las estaban buscando opromoviendo de manera activa. A pesar delos aspectos negativos del presente modelo

de globalización, se reconoció que la globa-lización era una realidad, que era necesarioajustar las prioridades de las políticas paraenfrentarse a ella («el mundo exterior pue-de prescindir de nosotros; pero nosotrosno podemos prescindir de él») y, sobretodo, que se podían y se tenían que encontrarrespuestas. Un participante en el diálogomantenido en Polonia comparó la globali-zación con una fuerza que podía aprove-charse en los siguientes términos: «Si laglobalización es un río, debemos construirpresas para generar energía».

Aparte de las creencias y preocupacio-nes comunes, también hubo mucha diversi-dad. Sin pretender reproducir la riqueza delos debates, a continuación ofrecemos unaselección de perspectivas procedentes dedistintas regiones del mundo.

ÁfricaNadie puso en duda que durante los últimosveinte años de globalización, África habíasalido mucho peor parada que otras regio-nes. Sin embargo, la cuestión de hasta quépunto se podía culpar a la globalización delos problemas de África seguía siendo obje-to de debate. En el mejor de los casos, Áfricase sentía marginada y en el peor, maltrataday humillada.

En un extremo, un participante en eldiálogo de Senegal comparó la globaliza-ción con «la recolonización de nuestrospaíses».La globalización era un fenómenono deseado, extraño e impuesto a África.

Otro participante en el diálogo de Sene-gal manifestó que el impacto de la globali-zación en las empresas africanas era un«combate desigual que acabaría en unamuerte segura». Según un dirigente de lasociedad civil, África necesitaba «desarro-

162 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

llar una cultura de resistencia» a la globa-lización para no quedar reducida a la condi-ción de «economía mendicante».

Los participantes en el diálogo de Ugan-da reconocieron que la globalización podíaconducir a una expansión de la democracia,la educación y el empleo. Fuera cual fueseel efecto de la globalización en el continente,en el diálogo regional quedó claro que lagente no creía que África pudiera avanzaraislándose del proceso.

El fuerte sentimiento crítico que prevale-ció en los diálogos se debió a la larga lista deaspectos negativos que los participantesatribuyeron al modelo actual de globaliza-ción. En los primeros puestos de la lista seencontraban las políticas agrarias y arance-larias de los países ricos. Malí no tenía porqué respetar las reglas del comercio cuandoel precio de una de sus pocas exportacionescompetitivas —el algodón— se había aba-ratado debido a los subsidios. Los arancelesoccidentales continuaban discriminando laelaboración local de mercancías, convir-tiendo a los productores en rehenes deldescenso del precio de las materias primas.El precio del café crudo era el más bajo dela historia, según comentó un participanteen el diálogo de la República Unida deTanzanía, pero el precio de una taza de caféen Nueva York, Tokio o Ginebra no habíadisminuido.

Un tema común fue la frustración entorno a las políticas de las principales orga-nizaciones internacionales. Los negociado-res africanos carecían de la información ylos recursos necesarios para promover susintereses en la OMC. Se acusó al FondoMonetario Internacional (FMI) y al BancoMundial de arrogantes, de hacer caso omisode las condiciones locales y de aplicar polí-

ticas «únicas a todos los casos». Dichasinstituciones imponían políticas fiscales res-trictivas que recortaban los fondos para laeducación y el gasto social. Tan sólo sehabía materializado una mínima parte de lainversión extranjera prometida para des-pués de la liberalización. Por encima detodo, la deuda externa excesiva estaba cau-sando estragos, a pesar de los esfuerzosrealizados incluso por los gobiernos mejordirigidos.

El VIH/SIDA, la pobreza y la emigra-ción se encontraban entre las cuestionesprioritarias del programa de África. Se ex-presó especial preocupación por el elevadocosto de los medicamentos patentados parael tratamiento del VIH/SIDA y otras enfer-medades. Al mismo tiempo, la emigración yel VIH/SIDA estaban agotando la ya escasaprovisión de trabajadores calificados enÁfrica.

No obstante, los africanos no sólo culpa-ron a los demás de sus problemas. Tambiénse sintieron responsables por no haber for-talecido el comercio, no haberse integradoen otras economías y no haberse beneficia-do de los aspectos positivos de la globaliza-ción. Reconocieron que, a menudo, la regre-sión económica se debía tanto a un malgobierno como a las influencias exteriores.Mientras tanto, los escasos recursos fisca-les se malgastaban en armamento y conflic-tos devastadores. Aunque sobre el papelexistían muchos acuerdos comerciales yotros acuerdos de cooperación regional,había una falta bien de voluntad política,bien de infraestructura física, que impedíaque estos acuerdos funcionaran. En cual-quier caso, la integración regional podríaser un vehículo eficaz para la integración deÁfrica en la economía global. Quedaba

163POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

mucho por hacer con miras a crear lascondiciones necesarias para reducir la po-breza. Las iniciativas locales y «las solu-ciones de África a los problemas de África»eran la mejor opción. Sin embargo, la co-operación exterior era esencial para garan-tizar la inclusión de África en el progresoglobal.

Mundo árabeEn el mundo árabe, las percepciones de laglobalización estaban ensombrecidas por laguerra y el continuo conflicto árabe-israelí.Estas percepciones estaban condicionadaspor dos factores: la tendencia actual deintegración con el resto del mundo, domina-da por las exportaciones de petróleo y laemigración, y el miedo al impacto de laglobalización en la identidad cultural y lastradiciones locales.

Se consideraba que el petróleo tenía susventajas e inconvenientes. Gracias a él sefinanciaban proyectos de infraestructura yse había incrementado enormemente el con-sumo público y privado; sin embargo, tam-bién había socavado el crecimiento de laindustria y la agricultura locales y habíaaumentado la desigualdad tanto dentro delos países de la región como entre unos yotros. Los Estados ricos habían llegado adepender de trabajadores procedentes dedentro y fuera del mundo árabe. La impor-tancia global del petróleo había fomentadola interferencia política de fuerzas externas.

Mucha gente de la región asociaba laglobalización a la injerencia de las poten-cias extranjeras en sus asuntos económicosy políticos, lo que socavaba su soberanía yfomentaba un gasto militar excesivo. Asi-mismo, había quien opinaba que los intere-ses occidentales no apoyaban suficiente-

mente la democratización de la región pormiedo a la popularidad del Islam político opara mantener el régimen existente en elsector petrolífero. Estos sentimientos seexacerbaban a causa de la situación críticade los palestinos y de las muchas preocupa-ciones sobre la repercusión de los medios decomunicación y los valores occidentales.También fue generalizada la inquietud entorno a la pérdida de empleos que podríaresultar de la liberalización del comercio yla inversión, así como de la competencia deotros países en desarrollo con costos labora-les más reducidos.

Otros argumentaban que la moderniza-ción económica a través de la globalizaciónpodía ser el camino para lograr una fuerzamayor y la independencia de las potenciasextranjeras. Las encuestas de opinión mues-tran un creciente apoyo a la integraciónregional, tanto entre los países árabes comocon Europa. Este podría ser un medio pararecoger algunos de los beneficios de laglobalización y hacer frente a la competen-cia de los productores de bajo costo de Asia.

AsiaEn los diálogos mantenidos en Asia se pusode relieve la diversidad del continente. Lamayoría de los participantes percibía unfuncionamiento selectivo de la globaliza-ción: beneficioso para algunos pero no paraotros. El avance más destacado había sidola reducción de la pobreza asociada a laapertura de China y la India. Sin embargo,alrededor de mil millones de personas en laregión apenas habían obtenido alguna re-compensa. El proceso debía dirigirse de talforma que fuera más integrador.

En el diálogo mantenido en China sedestacó que las oportunidades y los benefi-

164 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

cios de la globalización compensaban losriesgos. La globalización había estimuladoel crecimiento económico y la productivi-dad industrial y había ayudado a China ahacer frente al principal problema del país:el empleo. Sin embargo, también había so-cavado los medios de vida agrícolas tradi-cionales, modificando los sistemas tradicio-nales de protección social y aumentando lasdesigualdades entre las zonas rurales y ur-banas y entre las regiones. Ciertas inversio-nes multinacionales estaban agravando ladegradación medioambiental y generabanpresiones para lograr una mano de obra másbarata y flexible con el fin de mantener lacompetitividad. Como consumidores, loschinos apreciaban los precios bajos y losbienes y servicios de calidad; como trabaja-dores, sin embargo, deseaban oportunida-des de empleo mejores y más seguras.

En la India, el mensaje era más comple-jo. Había habido ganadores y perdedores.La globalización había enriquecido la vidade las personas ricas y formadas. El sectorde las tecnologías de la información (TI) sehabía visto especialmente favorecido. Sinembargo, los beneficios todavía no habíanllegado a la mayoría, y habían surgidonuevos riesgos para los perdedores, es de-cir, los socialmente desfavorecidos y lospobres del medio rural. Un gran número depobres «temporales», que habían trabajadoduro para escapar de la pobreza, estabanperdiendo lo que habían ganado. Los parti-cipantes en el diálogo temían que la globa-lización pudiera erosionar valores como lademocracia y la justicia social. El poderestaba trasladándose de las institucioneslocales electas a organismos transnaciona-les no responsables. Las ideas occidentales,que dominaban los medios de comunica-

ción, no se correspondían con las perspecti-vas locales; fomentaban el consumismo enmedio de la pobreza extrema y amenazabanla diversidad cultural y lingüística.

Tal y como se recalcó en el diálogo deFilipinas, la experiencia de la globalizaciónconsistía a menudo en «hablar mucho delos mercados, cuando en realidad el acce-so a los mismos era muy limitado; hablarmucho de los empleos, cuando éstos seencontraban en otros lugares; y hablarmucho de una vida mejor, pero paraotros».Una razón fundamental era la faltade reglas de juego uniformes, ya que elproteccionismo de los países industrializa-dos negaba a otros el camino que ellosmismos habían seguido para crecer. El éxitode China en atraer la inversión extranjeradirecta también se percibía como una ame-naza, a pesar de que los participantes en eldiálogo de China rechazaron la idea de quesu país estuviera encabezando una «carrerahacia niveles mínimos». En el diálogo man-tenido en Filipinas, los pueblos indígenasdestacaron el aumento de los conflictosentre sus comunidades y las empresas mine-ras, debido a la liberalización de las inver-siones mineras.

La volatilidad económica de los paísesen proceso de globalización fue una cues-tión clave en el diálogo regional. Un partici-pante tailandés describió el cambio bruscode los flujos de capital durante la crisisasiática como un «castigo desproporciona-do por los pecados cometidos». La reformade los mercados de capital era necesaria,pero había de realizarse en el marco de unasecuenciación prudente de la liberalizacióny de una protección social adecuada. Losparticipantes japoneses resaltaron que lacooperación regional en el comercio y las

165POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

finanzas podían aumentar la estabilidad.También era necesario un régimen más

liberal para hacer frente al creciente despla-zamiento de personas a través de las fronte-ras nacionales. El tráfico de mujeres y niñosconstituía una de las violaciones más gravesde los derechos humanos y requería unaacción concertada.

América Latina y el CaribeLos diálogos mantenidos en América Latinatuvieron lugar en una época de crisis en laregión debido a la incidencia de los proble-mas económicos de Argentina en los paísesvecinos. En consecuencia, muchos se mos-traron bastante escépticos sobre los benefi-cios del aumento del comercio y la interac-ción globales.

Sin embargo, los participantes en losdiálogos mostraron por lo general una acti-tud más matizada. La globalización reque-ría una reforma para responder a las nece-sidades de la gente, pero la región tambiénnecesitaba una reforma para beneficiarse dela globalización. La población y las socie-dades de la región deberían ocupar un lugarcentral en los esfuerzos destinados a crearuna globalización más «humana». En eldiálogo mantenido en el Brasil se destacó lainclusión de la erradicación del hambre, laeducación universal y el trabajo decentecomo cuestiones clave en el nuevo progra-ma, para contrarrestar los aspectos comer-ciales, financieros y tecnológicos que ha-bían prevalecido hasta el momento.

Había que aceptar el reto de la globaliza-ción. Un aspecto positivo es que dicho fenó-meno se asociaba a la expansión de lademocracia en la región y a una crecienteconcienciación pública sobre cuestionescomo la igualdad de género, los derechos

humanos y el desarrollo sostenible. En laactualidad, la existencia de un mundo glo-bal «más pequeño» facilitaba el intercam-bio fecundo y la circulación de ideas. Comoseñalaron los participantes en el diálogo deChile, la globalización estaba contribuyen-do a dar forma a una nueva ética globalbasada en valores y principios universalescompartidos por todo el mundo. El desafíoque se planteaba en ese momento era laforma de poner en práctica el nuevo progra-ma de derechos.

Para muchos, la globalización no estabacumpliendo sus promesas, especialmente enrelación con el trabajo decente5. Según de-claró un dirigente sindical, «los trabajado-res difícilmente pueden confiar en el actualmodelo de globalización cuando cada díason testigos del crecimiento de la econo-mía informal, del descenso de la protec-ción social y de la imposición de unacultura autoritaria en el lugar de trabajo».No obstante, incluso en un país tan prósperocomo Costa Rica, los participantes en eldiálogo opinaron que la mayoría de losciudadanos, con independencia de su nivelde ingresos y situación social, percibíanmás amenazas que oportunidades en la glo-balización. En particular, la inestabilidad

5 De acuerdo con una encuesta realizada porLatino Barómetro (Santiago, Chile) en 2002, másdel 40 por ciento de la población de América Latinaconsideraba que el desempleo, la inestabilidad delmercado laboral y los bajos salarios eran sus proble-mas principales. En esta misma encuesta se señala-ba que la mayoría de los encuestados responsabili-zaban de estos problemas a la política económica delgobierno, frente al 22 por ciento que culpaba a laglobalización y el 23 por ciento que culpaba al FMI.(Para consultar las tabulaciones especiales de laencuesta regular de Latino Barómetro, visitewww.latinobarometro.org.)

166 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

de los mercados financieros globales habíatenido consecuencias sociales desastrosas enmuchos países, debido a las políticas guber-namentales inadecuadas y al escaso entendi-miento de las condiciones locales por parte delFMI y de los bancos extranjeros. Las clasesmedias de la Argentina y el Uruguay se habíanvisto especialmente perjudicadas.

Desde numerosos sectores se reivindicóla renovación del papel del Estado. Comodijo el Primer Ministro de Barbados en eldiálogo de los Estados del Caribe, «nopodemos dejar el desarrollo centrado enlas personas a la suerte de las fuerzas delmercado. En lugar de retirarse, el Estadodebe establecer nuevas alianzas estratégi-cas con el sector privado y las institucionesde la sociedad civil». El diálogo regionalcelebrado en Lima se hizo eco de esta reivin-dicación, que abogaba no sólo por serviciospúblicos más eficientes, sino también poruna relación armoniosa entre el sector pri-vado, como generador de riqueza y empleo,por un lado, y el sector público como pro-motor de un entorno competitivo, por otro.La competitividad tenía que impulsarse pormedio de la inversión y el desarrollo delcapital humano, y no mediante la reducciónsalarial o el incremento de los arancelesproteccionistas. En toda la región era parti-cularmente necesario elaborar políticas quefavorecieran a las pequeñas y medianasempresas y que se opusieran a la expansiónde la economía informal.

La cuestión de la emigración había adqui-rido gran importancia en toda la región, desdeMéxico —donde uno de cada cinco trabaja-dores residía fuera del país— hasta Argenti-na, donde muchos jóvenes calificados se tras-ladaban a los países de los que habían emigra-do sus abuelos en busca de prosperidad.

Se albergaba una gran esperanza entorno a la integración regional como mediopara alcanzar los objetivos políticos y so-ciales. En particular, cabría ampliar elMercosur. En el Caribe ya se habían puestoen marcha instituciones regionales de am-plio alcance que era necesario reforzar. Lasolidaridad regional también podía ser unmedio para que la región en su conjuntoparticipara activamente en la construcciónde la globalización.

Países en transiciónde Europa y Asia CentralEn general, no se culpó a la globalización ensí de las dolorosas convulsiones socialesacontecidas durante la transición del comu-nismo en la antigua Unión Soviética y enEuropa Oriental. Los participantes en losdiálogos desconfiaban de los peligros de laglobalización, pero se mostraban reacios areinstaurar los viejos sistemas cerrados.Manifestaron ser totalmente conscientes delos costos del cambio, en particular cuandono existían nuevas redes de seguridad socialque reemplazasen las que se habían recha-zado.

Pocos países habían aprovechado mejorque Polonia las nuevas posibilidades deintegrarse en el mundo globalizado. Su acer-camiento paulatino a la Unión Europea(UE) era un buen ejemplo de cómo la coope-ración regional podía conducir a una inte-gración positiva en la economía global. Sinembargo, el Ministro de Finanzas polacodeclaró que, «a pesar de estar estrecha-mente implicados en la corriente de globa-lización, siempre existe la oportunidad y laobligación de aplicar una política nacio-nal de desarrollo socioeconómico».El pa-sado comunista de Polonia legó al país el

167POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

sentimiento arraigado de que el Estado tieneobligaciones ante la sociedad. Y pese a losmuchos beneficios del cambio, la genteestaba frustrada por la persistencia de altosniveles de desempleo y los problemas queentrañaba la reestructuración de las anti-guas industrias y del amplio sector agrícola.En Lodz —el mayor centro de produccióntextil del país—, casi 100.000 trabajadores—principalmente mujeres— habían perdi-do sus puestos de trabajo debido a la com-petencia de Asia.

En el diálogo mantenido en la Federa-ción de Rusia se hizo hincapié en las opor-tunidades y los retos de la globalización: elincremento de las corrientes de inversión, laexpansión de los mercados de exportación ylas nuevas posibilidades de alcanzar unmayor crecimiento y un mayor nivel de vida.No obstante, todavía se tenían que realizarmuchos ajustes, y era esencial proceder auna distribución justa de los costos y losbeneficios de la reforma. Debían minimi-zarse los costos sociales derivados del in-greso del país en la OMC, y era necesariomejorar y aplicar la legislación laboral,generar más empleo y reformar el sistemaeducativo.

La cultura y la diversidad nacionalesdebían protegerse de la globalización. Semanifestó especial preocupación por el in-cumplimiento de la ley y las normas labora-les por parte de las empresas multinaciona-les. Otro problema grave era la emigración,tanto el éxodo de trabajadores calificadosdebido a las malas condiciones locales comolos desplazamientos ilegales. A pesar deestas preocupaciones, los participantes con-sideraron que la integración en el proceso dela globalización era inevitable, al mismotiempo que resaltaron la necesidad de dirigir

dicho proceso de un modo más responsabledesde el punto de vista social.

Europa Occidental y América del NorteSe culpó a la creciente competencia interna-cional —impulsada por la liberalización delcomercio y el capital— del aumento de lasdisparidades de ingresos en los países in-dustrializados, que afectaba especialmenteal trabajo poco cualificado en las antiguasindustrias, al ser éstas las primeras en tras-ladarse a los países de bajo costo. Sinembargo, la exportación de empleos comoconsecuencia de la globalización era tansólo una de las numerosas causas del des-empleo. Los participantes en el diálogo deAlemania mostraron especial preocupaciónpor el efecto de la movilidad de capitales enla política fiscal. Asimismo se sostuvo quela competencia fiscal internacional estabaimponiendo límites estrictos a la financia-ción del Estado de bienestar6.

En toda Europa la migración era unacuestión crítica. La gente reaccionaba enér-gicamente, y, a menudo, las consecuenciaspolíticas eran impredecibles. Sin embargo,esta cuestión debía abordarse en el contextodel envejecimiento de la población en Euro-pa y de la cohesión social en que se basabael sistema social europeo.

Europa estaba construyendo un modelosocial que, según algunas opiniones, podríareproducirse en cierto modo en otros luga-res. El diálogo celebrado en Finlandia ofre-ció un ejemplo de cómo la adopción depolíticas económicas y sociales integradas y

6 Preocupaciones similares quedaron reflejadasen el informe de la Comisión Flamenca sobre laDimensión Social de la Globalización; véasewww.ilo.org/wcsdg/consulta/flemish/index.htm

168 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

de un enfoque de asociación habían contri-buido a crear una sociedad de la informa-ción moderna y competitiva. La construc-ción de la propia UE era una expresión deese mismo modelo y, a la vez, una respuestaa las presiones de la globalización. Pese atratarse de un proceso histórico único, con-tenía elementos que podían inspirar unagestión mejor y más integradora de la eco-nomía global.

En los diálogos se puso de manifiestoque, en principio, los europeos se mostra-ban comprensivos con respecto a muchas delas quejas de los países en desarrollo sobreel modelo de globalización. Se reconocióque era el mundo industrializado el queestablecía las reglas de la globalización,y que si ésta había de ser más integradora,los países en desarrollo deberían tenermayor voz. Asimismo se reconoció deforma generalizada la importancia de pres-tar más asistencia para el desarrollo a lospaíses más pobres. Algunos reconocierontambién la repercusión negativa de laPolítica Agrícola Común en los países endesarrollo, pero añadieron que existían cla-ros obstáculos políticos que impedían sureforma.

Se disponía de una enorme cantidad deinformación acerca de la percepción delimpacto de la globalización en los EstadosUnidos, de la que se obtenían conclusionesen ocasiones contradictorias. Algunos im-portantes estudios recientes reflejaban engeneral actitudes altamente positivas res-pecto de la globalización, aunque existía almismo tiempo una preocupación por lospuestos de trabajo. Según un reciente traba-jo de investigación académica, un impor-tante grupo de votantes americanos se mos-traba reticente a una mayor participación en

la globalización7. Según esta investigación,las percepciones de la globalización erantanto más positivas cuanto mayor era elnivel de educación y calificación.

En los Estados Unidos también se man-tuvieron algunas consultas con grupos es-pecíficos en el transcurso del trabajo de laComisión. Las personas consultadas nodudaban de que la economía global habíaexperimentado un cambio radical durantelos últimos veinte años. La globalizaciónestaba ejerciendo nuevas presiones sobrelas empresas para que fuesen más competi-tivas, recortando los salarios y provocandofusiones empresariales. Algunos empleosnacionales se habían trasladado a otrospaíses, pero en general el proceso estabagenerando mayor riqueza y bienestar. Seveía a los Estados Unidos como el principalimpulsor de la globalización, y esto se con-sideraba positivo. Sin embargo, se recono-ció que también se habían producido efectosadversos, como el impacto en el medioambiente y la marginación de los países deÁfrica y Oriente Medio que no podían o noquerían participar.

Las opiniones estaban divididas entrelos que pensaban que la globalización con-tinuaría y los que opinaban que ésta se veríaobstaculizada por el creciente nacionalis-mo. Era necesario que las organizacionesinternacionales —oficiales y de otro tipo—contribuyeran a guiar el proceso, como elFMI, las Naciones Unidas, el Banco Mun-dial, la OMC, la OIT, y otros organismosespecializados, así como empresas, sindica-

7 Kenneth F. Scheve y Mattheu J. Slaughter:Globalization and the Perceptions of AmericanWorkers (Washington DC, Institute for Internatio-nal Economics, marzo de 2001).

169POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

tos, iglesias y ONG. También se precisabauna mejor gobernanza a todos los niveles.

Empresas, trabajo y sociedad civilEn los diálogos que la Comisión mantuvocon las empresas, los directores ejecutivosno se consideraban a sí mismos como losprincipales impulsores de la globalización.En su opinión, las empresas no crearon laglobalización, sino que reaccionaron anteella. Para algunas empresas la tarea resultóespecialmente difícil. A las empresas de lospaíses pobres y a las pequeñas empresas detodo el mundo les costó hacer frente a lacompetencia global sin ayuda pública. Paralas compañías más grandes, en el medioglobal «la clave de la eficacia reside en lagestión de la diversidad», esto es, la diver-sidad de mercados, proveedores y mano deobra.

Los líderes empresariales también re-chazaron la idea de que estaban imponiendomodelos únicos en sus operaciones por todoel mundo: «Cuanto más globales seamos,más trabajaremos en el ámbito local», dijoun participante. Las empresas podrían in-cluso actuar como una vía bidireccional,transfiriendo nuevas tecnologías al Sur, porun lado, y dando a conocer en sus países deorigen los problemas y preocupaciones delos países en desarrollo, por otro.

Una cuestión fundamental para la di-mensión social de la globalización era al-canzar una mejor diseminación de la IED.Esto suponía crear entornos estables y li-bres de corrupción que favoreciesen el com-promiso a largo plazo de las empresas.

El establecimiento de una normativapredecible y de un marco de valores acorda-do era esencial para el buen funcionamientode los mercados. Los gobiernos tenían la

responsabilidad absoluta de garantizar elrespeto de las normas acordadas. Sin em-bargo, un afán regulador excesivo no eradeseable cuando los mercados podían co-rregir automáticamente muchas alteracio-nes. «Necesitamos más diálogo y un cam-bio de conducta; no más normas y regla-mentos.» Se hizo hincapié en la importanciadel respeto de los valores. Las empresasprogresistas estaban firmemente compro-metidas con la responsabilidad social vo-luntaria. La buena ciudadanía empresarialera cada vez más importante para el desa-rrollo de las empresas.

Sin embargo, el debate que la Comisiónmantuvo con el Foro Económico Mundialen Davos reveló que los escándalos empre-sariales habían minado la confianza de lasempresas. Existía preocupación por unaposible reacción contra la globalización ylos efectos perjudiciales que podría entra-ñar. También se consideró que un debatecon el Foro Social Mundial podría benefi-ciar a ambas partes.

Los participantes en el diálogo que laComisión mantuvo con los sindicatos consi-deraron que las políticas de los países indus-trializados, las instituciones financieras in-ternacionales y la OMC estaban debilitandoprogresivamente la base económica de lospaíses en desarrollo. Expresaron su preocu-pación por la importancia que se seguíaotorgando a la privatización de servicioscomo el agua, la electricidad y la atenciónsanitaria que estaba agravando la pobreza.También se mostraron preocupados porquela explotación de las trabajadoras en laszonas francas industriales (ZFI) se habíaexpandido de manera espectacular. Dichaexplotación consistía en el pago de salariosbajos, la intimidación de las trabajadoras

170 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

que intentaban sindicarse, la violencia y elhostigamiento sexual.

Era especialmente importante garanti-zar el respeto de los derechos de los traba-jadores y las normas laborales en la econo-mía global. Los dirigentes sindicales pensa-ban que la OIT podría desempeñar un papeldestacado, trabajando en estrecha colabo-ración con otras organizaciones internacio-nales —como las instituciones financierasinternacionales y la OMC—, los gobiernosnacionales y las organizaciones de emplea-dores y de trabajadores.

Los dirigentes sindicales de los paísesindustrializados mantuvieron que el des-contento con la gobernanza empresarialhabía alcanzado un punto álgido. Habíallegado «el momento de salvar a las empre-sas de sí mismas». La desreglamentación yla importancia que se daba al valor delaccionista habían ido demasiado lejos. Lacreciente competencia global animaba a losempleadores a «tomarse a la ligera lasprácticas laborales», incluso mediante lasustitución del empleo decente por el traba-jo inseguro, informal, eventual y en régimende subcontratación. Para muchas empre-sas, la responsabilidad social voluntaria delas empresas era «un mero intento de mejo-rar la imagen», sin ningún efecto real en lasactividades empresariales ordinarias.

Lo que se requería era un sistema globalde relaciones laborales que incluyera comi-tés de empresa globales, auditorías socialesde empresas y mecanismos para controlar yverificar la aplicación de los códigos deconducta adoptados por las empresas mul-tinacionales.

Los grupos de la sociedad civil tambiénestaban preocupados porque los intereseseconómicos y empresariales dominaban el

modelo de globalización, y porque no habíasuficiente responsabilidad. El efecto negati-vo de las industrias de extracción tanto enlos pueblos indígenas como en las comuni-dades y los medios locales fue un temacomún. Otro tema fue el impacto adverso delas normas internacionales sobre los dere-chos de propiedad intelectual, que daba víalibre a la privatización del conocimientoindígena. Muchos denunciaron el aumentode la influencia política de las empresas,incluso mediante una fuerte concentraciónde la propiedad de los medios de comunica-ción en manos del sector privado.

Esto formaba parte de una crítica másamplia de un modelo económico que seimpuso a los países, especialmente a travésde la condicionalidad de las institucionesfinancieras internacionales. Ello era evi-dente en la OMC, que promovía un paradig-ma de competencia en el que el débil teníaque competir con el fuerte. «Una conversa-ción entre un gato y un ratón no es unaconversación.» Así, se producía el abando-no de metas sociales y medioambientales y,por tanto, a un modelo insostenible de cre-cimiento que imponía altos costos a laspersonas y a las comunidades. «Es un siste-ma profundamente antidemocrático y queresta poder», dijo un participante.

Las organizaciones de la sociedad civildifieren en cuanto a sus intereses y activida-des y en cuanto al grado y objeto de suenfado, pero pocas rechazan la idea de unmundo más interconectado. Para muchas deellas, la meta consiste más bien en cambiarlos principios en los que se basa la economíaglobal. El eslogan del Foro Social Mundiales «otro mundo es posible».

Muchas organizaciones de la sociedadcivil hicieron hincapié en los derechos hu-

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manos y en el respeto de valores como lajusticia, la solidaridad y la igualdad degénero. En su opinión, seguía habiendo unadualidad de criterios entre la retórica y laconducta de muchos actores globales. Entrelas propuestas de políticas figuraba la desometer todas las acciones de las organiza-ciones internacionales a un examen previoque evaluase su conformidad con los dere-chos humanos universales. Otra reivindica-ción generalizada fue la búsqueda de unasolución global a la crisis de la deuda,preferiblemente mediante la simple condo-nación de la misma.

Había un sentimiento de frustración porno haber cumplido los compromisos asumi-dos por los Estados miembros en los forosde las Naciones Unidas durante los últimosdecenios. Algunos creían que sistemática-mente se había tratado de dejar fuera a lasNaciones Unidas en cuestiones de justiciaeconómica, paz y desarrollo, y solicitaronque se les otorgase una mayor autoridad enrelación con las políticas internacionales,tanto económicas como de otro tipo. Sepuso de relieve la preocupación por el apa-rente debilitamiento de las soluciones a losproblemas de la globalización, así como delos enfoques multilaterales de las mismas,preocupación que se puso de manifiesto enmuchos otros debates.

Fueron muchos los que sostuvieron queuna parte fundamental de la solución residíaen dar voz a los que no la tenían. Se necesi-taba un marco más amplio, participativo ydemocrático en todos los niveles, local,nacional y global. Las mujeres seguían es-tando insuficientemente representadas en lamayoría de los órganos encargados de laadopción de decisiones. Muchas organiza-ciones de la sociedad civil sostenían que las

políticas públicas y los sistemas económi-cos debían reflejar las necesidades y deci-siones locales. Al mismo tiempo, el funcio-namiento del sistema multilateral —parti-cularmente el de las organizaciones deBretton Woods y el de la OMC— deberíaser más democrático.

* * *En términos generales, este programa de

diálogos y consultas nos ha infundido mu-cho ánimo para seguir desarrollando nues-tro trabajo. Hay muchas diferencias de opi-nión, pero también existe la creencia com-partida de que la globalización puede y debesatisfacer las necesidades y aspiraciones delas personas y las comunidades de todo elmundo. Para alcanzar esto, es preciso tomarmedidas correctivas urgentes en los ámbitoslocal, nacional e internacional. Como dijoun participante, «Nos encontramos en unpunto crítico en el que las decisiones queadoptemos nos pueden llevar a lo mejor oa lo peor en las próximas décadas».Losdebates subrayaron cómo nosotros, comocomunidad global, compartimos un destinocomún, y nos recordaron que este destinoestá en nuestras manos.

II.2. Globalización: naturaleza e impactoIntroducciónLa globalización es un fenómeno complejoque ha tenido efectos de gran alcance. Por lotanto, como es lógico, el término «globali-zación» ha adquirido muchas connotacio-nes emotivas y se ha convertido en unacuestión muy controvertida en el discursopolítico actual. Por un lado, la globaliza-ción se ve como una fuerza benigna e irre-sistible que puede ofrecer prosperidad eco-nómica a las personas en todo el mundo. Por

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el otro, se le culpa de ser la fuente de todoslos males contemporáneos8.

No obstante, se suele reconocer que lascaracterísticas fundamentales de la globali-zación han sido la liberalización del comer-cio internacional, la expansión de la IED yla aparición de flujos financieros masivostransfronterizos. Se produjo un aumento dela competencia en los mercados globales.Asimismo, son muchos los que opinan queesto ocurrió por el efecto combinado de dosfactores subyacentes: las decisiones políti-cas de reducir las barreras nacionales a lastransacciones económicas internacionales yel impacto de las nuevas tecnologías, espe-cialmente en los ámbitos de la informacióny las comunicaciones. Estos acontecimien-tos crearon las condiciones propicias para elinicio de la globalización.

La incidencia de las nuevas tecnologíasha imprimido además un carácter distintivoal proceso de globalización actual respectode episodios similares del pasado. Las ba-rreras naturales del tiempo y del espacio sehan reducido enormemente. El costo de lacirculación de información, personas, bie-nes y capital a través del globo ha caído enpicado, y la comunicación global es cadavez más barata e instantánea. Con ello haaumentado enormemente la viabilidad delas transacciones económicas en todo el

mundo. Ahora los mercados pueden tenerun alcance global y abarcar una variedadcada vez mayor de bienes y servicios.

Otra característica distintiva del procesode globalización actual está relacionada conlo que brilla por su ausencia. A diferencia deanteriores episodios de la globalización, ca-racterizados por movimientos transfronteri-zos masivos de personas, el proceso actualexcluye este movimiento en gran medida. Adiferencia de lo que ocurre con las personas,los bienes, las empresas y el capital puedencircular libremente entre los países.

En esta sección, destacamos las caracte-rísticas relevantes de la evolución de laglobalización, exponemos sucintamente elnuevo marco institucional que la gobiernay, por último, evaluamos el impacto que esteproceso ha tenido sobre los países y laspersonas.

ComercioEl comercio mundial se ha expandido rápi-damente en los dos últimos decenios. Desde1986 ha crecido de forma sistemática a unritmo considerablemente más rápido que elproducto interior bruto (PIB) mundial. En eldecenio de 1970, la liberalización del co-mercio dentro del marco del Acuerdo Gene-ral sobre Aranceles Aduaneros y Comercio(GATT) fue modesta y gradual, y afectó alos países industrializados mucho más quea los países en desarrollo. Sin embargo,desde principios de los años ochenta enadelante, el alcance de la liberalización delcomercio, especialmente en los países endesarrollo, empezó a acelerarse.

Esta expansión del comercio no tuvolugar de manera uniforme en todos los paí-ses, sino que se produjo en su mayor parteen los países industrializados y en un grupo

8 El término globalización no se hizo popularhasta el decenio de 1990. El informe final de laComisión de Estudio del Bundestag alemán, titula-do «Globalization of the World Economy: Challen-ges and Answers» (Globalización de la EconomíaMundial: Retos y Respuestas) (14.º período legisla-tivo, junio de 2002), señala que el número de vecesque se usó la palabra globalización en un importanteperiódico alemán —Frankfurter Allgemeine Zei-tung— aumentó de 34 en 1993 a 1.136 en 2001

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de 12 países en desarrollo. En contraste, lamayoría de los países en desarrollo no ex-perimentaron una expansión importante delcomercio. Es más, la mayor parte de lospaíses menos adelantados (PMA) —un gru-po que incluye la mayoría de los países en elÁfrica Subsahariana— experimentó un des-censo proporcional en su participación enlos mercados mundiales, a pesar del hechode que muchos de estos países habían puestoen práctica medidas de liberalización delcomercio.

Inversión extranjera directa (IED)Durante los primeros años del decenio de1980, la inversión extranjera directa se ace-leró, tanto en términos absolutos como enporcentaje del PIB. Desde 1980, el marconormativo en todo el mundo ha facilitado elcrecimiento de la IED. En el año 2000, másde 100 países habían adoptado importantesmedidas de liberalización para atraer la IEDEn efecto, son pocos los países que no tratanactivamente de atraer la IED. Sin embargo,muchas de estas expectativas no se hanhecho realidad. A pesar del rápido creci-miento de los flujos de la inversión extran-jera directa en los países en desarrollo, lainversión sigue estando muy concentradaaproximadamente en 10 de estos países.

Además de haber aumentado el volumende estas inversiones, también ha cambiadosu naturaleza. La revolución de la tecnolo-gía de la información y la comunicación(TIC), unida a la disminución de los costosdel transporte, hizo técnica y económica-mente posible el crecimiento de una extensaproducción de bienes y servicios con sede enmuchos países. Los procesos de producciónpodían disociarse y ubicarse en todo elmundo para explotar las ventajas económi-

cas derivadas de las diferencias en los cos-tos, la disponibilidad de factores y la idonei-dad del clima de inversión. Los componen-tes y las piezas se pueden transportar fácil-mente por todo el mundo y ensamblar cuan-do se quiera. La revolución de las comuni-caciones ha hecho posible la coordinación yel control de estos sistemas de produccióndispersos.

Flujos financierosEl elemento más espectacular de la globali-zación en los dos últimos decenios ha sido larápida integración de los mercados finan-cieros. El sistema de Bretton Woods, creadotras la Segunda Guerra Mundial, se basó encuentas de capital cerradas y tipos de cam-bio fijos. Por lo tanto, en contraste con elcomercio y la IED, donde la liberalizacióngradual se había puesto en marcha, la glo-balización financiera ni siquiera se incluíaen el programa político en aquel momento.El mundo vivía con un sistema de mercadosfinancieros nacionales independientes.

Esta situación empezó a cambiar en1973 con el colapso del sistema de BretónWoods. Sin embargo, no se procedió aliberar las cuentas de capital de forma inme-diata ya que el cambio no se inició en lospaíses industrializados hasta principios deldecenio de 1980, con el correspondienteaumento de sus flujos de capital.

Como ya se ha señalado, «el sistemamonetario mundial sufrió tres revolucionesal mismo tiempo: liberalización, internacio-nalización e innovación»9. La liberalización

9 Philip Turner: «Capital Flows in the 1980s: ASurvey of Major Trends», Documentos Económicosdel BPI, núm.30 (Basilea, Banco de Pagos Interna-cionales, abril de 1991).

174 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

financiera creó el marco normativo idóneopara la expansión de la movilidad del capi-tal. Pero el aumento de los flujos de capi-tal estuvo impulsado en gran medida porla revolución de las TIC. Esto permitióconocer mejor y más rápido los mercadosextranjeros, el desarrollo de transaccio-nes financieras «en todo el mundo las 24horas del día», y la aparición de nuevosinstrumentos financieros, especialmentederivados.

Desde finales del decenio de 1980 hahabido una tendencia global hacia la libera-lización financiera. Esta comprendía desdemedidas relativamente sencillas, como launificación de los tipos de cambio y lasupresión de controles de la asignación decrédito en el mercado interior, hasta laliberalización total del sector financiero,que incluía la apertura de cuentas de capital.En el mundo en desarrollo, este último tipode reforma estuvo limitado inicialmente aun grupo de países de ingresos medios conuna variedad relativamente mayor de insti-tuciones de intermediación financiera queincluía mercados de obligaciones y de valo-res. La acción en lo que respecta al creci-miento explosivo de los flujos financierosprivados de Norte a Sur se centró en estos«mercados emergentes».

Entre estos flujos figuraban por ejemploinversiones en los mercados de valores deestos países a través de fondos de inversión(en su mayor parte se hicieron en nombre defondos de pensiones), créditos bancarios alsector empresarial y flujos especulativos acorto plazo, especialmente en mercados dedivisas. Los préstamos a través del mercadointernacional de obligaciones también au-mentaron en el decenio de 1990, tras laglobalización financiera.

TecnologíaLos países industrializados fueron la fuentede la revolución tecnológica que facilitó laglobalización, pero dicha revolución tam-bién tuvo una onda expansiva en el resto dela economía global. A cierto nivel, las nue-vas tecnologías cambiaron las ventajas com-parativas internacionales al convertir elconocimiento en un factor importante de laproducción. Las industrias de alta tecnolo-gía y de alto nivel de conocimientos son lossectores de crecimiento más rápido en laeconomía global, y un desarrollo económi-co próspero requerirá en definitiva que lospaíses sean capaces de entrar y competir enestos sectores. Esto implica que tendrán quehacer hincapié en las inversiones en educa-ción, capacitación y difusión de conoci-mientos.

La difusión de estas nuevas tecnologíasha tenido efectos más directos en los paísesen desarrollo. Esto ha ocurrido sobre todo,aunque no únicamente, gracias a las activi-dades de las empresas multinacionales(EMN). Sin embargo, como en el caso delcomercio y de la IED, existen importantesdesequilibrios entre el Norte y el Sur encuanto al acceso al conocimiento y a latecnología. Casi todas las nuevas tecnolo-gías tienen su origen en el Norte, donde tienelugar la mayor parte de la investigación y eldesarrollo. Se trata de una importante fuen-te de poder de las empresas multinacionalesen los mercados globales, que refuerza tam-bién su capacidad de negociación frente agobiernos de países en desarrollo.

Los efectos de estas nuevas tecnologíasse han extendido bastante más allá del cam-po de la economía, muy extenso de por sí. Lamisma tecnología que hizo posible la rápidaglobalización económica también ha sido

175POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

explotada para uso general de los gobier-nos, la sociedad civil y los individuos. Conla difusión de Internet, el correo electrónico,los servicios telefónicos internacionales abajo costo, los teléfonos móviles y las con-ferencias electrónicas el mundo está hoymás interconectado Ahora se puede accederdesde cualquier lugar del mundo medianteInternet a un vasto y creciente volumen deinformación, desde las ciencias a trivialida-des. Esto puede transmitirse y analizarsecon la misma facilidad. Al mismo tiempo, latelevisión por satélite y la prensa electrónicahan creado un auténtico cuarto estado glo-bal.

InterrelacionesEstos cambios en el comercio, la IED, losflujos financieros y la difusión tecnológicaforman cada vez más parte de un nuevo todosistémico. Un factor común básico consisteen que todos estos elementos evolucionaronnecesariamente en el contexto de una cre-ciente apertura económica y con la influen-cia cada vez mayor de las fuerzas del mer-cado globales. Este es un cambio profundo,que afecta tanto al papel del Estado como alcomportamiento de los agentes económi-cos.

El comercio y la inversión extranjeradirecta se han ligado más estrechamente amedida que el sistema de producción globaldesarrolla cada vez más modalidades decomercio, especialmente a través del rápidocrecimiento del comercio intraempresarialde piezas o componentes. Actualmente, seestima que las empresas multinacionalesrepresentan dos tercios del comercio mun-dial, mientras que el comercio intraempre-sarial, entre multinacionales y empresasafiliadas, representa aproximadamente un

tercio de las exportaciones mundiales. Almismo tiempo, ha aumentado el comerciode componentes y bienes intermedios. Loscambios cualitativos de la estructura delcomercio mundial —en particular, un au-mento del comercio de componentes e insu-mos intermedios— son quizás tan impor-tantes como el aumento cuantitativo delcomercio. Al mismo tiempo, las inversionesde cartera y otros flujos financieros sonfactores cada vez más determinantes delentorno macroeconómico que configura lasmodalidades de comercio e inversión en laeconomía real. De forma similar, la difusiónde las nuevas tecnologías también ha tenidoun profundo efecto en la ventaja comparati-va, la competitividad de las empresas, lademanda de mano de obra, la organizacióndel trabajo y la naturaleza del contrato detrabajo.

El marco normativoUno de los factores subyacentes a la cre-ciente globalización fue el cambio de plan-teamiento económico, que se acentuó en eldecenio de 1980. Mientras los países indus-trializados estaban experimentando estan-flación, un número considerable de paísesen desarrollo había caído en una crisis de ladeuda y experimentaba un retroceso econó-mico. Esto provocó un replanteamiento delos modelos económicos existentes tanto enlos países industrializados como en los paí-ses en desarrollo. Un elemento de este re-planteamiento en los países en desarrolloestaba relacionado con las políticas de im-portación/sustitución, que por aquel enton-ces habían empezado a perder ímpetu. Estocontrastaba con el éxito evidente de laspolíticas de industrialización orientadas a laexportación de las economías de reciente

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industrialización (ERI) de Asia Oriental.El recurso generalizado de los países en

desarrollo endeudados a los préstamos delas instituciones de Bretton Woods destina-dos al ajuste estructural en el período quesiguió a la crisis de la deuda de principios delos años ochenta desempeñó un papel fun-damental en la redefinición de las estrate-gias del comercio y de la industrialización.Cabe destacar, entre las condiciones a lasque estaban sujetos estos préstamos, la libe-ralización de políticas en favor del comercioy la IED. Esto coincidía con la influencia cadavez mayor de las doctrinas económicas promercado durante este período. En el marco deestos programas de ajuste estructural, huboun aumento importante del número de casosde liberalización del comercio y de las inver-siones en muchos países en desarrollo.

Tal como se dijo en la sección anterioracerca de las opiniones sobre la globaliza-ción, muchos sindicatos y organizacionesde la sociedad civil, así como algunos ana-listas políticos y gobiernos de países endesarrollo, mantienen que las institucionesfinancieras internacionales han impuestouna condicionalidad excesiva a los países endesarrollo. En su opinión, esta política haresultado perjudicial tanto por recluirles enlas limitaciones de una política neoliberalinadecuada como por imponerles grandescostos sociales.

El aumento de doctrinas económicas promercado en los últimos veinte años desem-peñó un papel clave a la hora de preparar elterreno para la aparición de la globaliza-ción. La caída del comunismo en Europa en1989-1990 fue un momento crucial. De ungolpe, 30 países ex comunistas con unapoblación conjunta de 400 millones de per-sonas se sumaron a la economía de libre

mercado global.Para algunos analistas, el fin del mundo

bipolar también significó la desaparición decualquier alternativa sistémica a la econo-mía de mercado. Como resultado, segúnesta opinión, la globalización del libre mer-cado arrancó en 1990. Casualmente, éstatambién fue la época en que se produjo elcrecimiento espectacular de Internet, queresultó en una propulsión tecnológica ines-perada del proceso.

El contexto institucionalEl sistema de comercio multilateralEntretanto, el contexto institucional paralas relaciones económicas internacionalestambién empezó a cambiar. Una nueva ron-da de negociaciones comerciales multilate-rales iniciada en 1986 estableció el marcopara la transformación del GATT en laOMC en 1995. Un cambio fundamental fuela ampliación del programa de las negocia-ciones comerciales bastante más allá delcometido del GATT, limitado a reducir losaranceles aduaneros y otras barreras direc-tas al comercio. Cuestiones que hasta en-tonces no se habían tomado en considera-ción desde una perspectiva comercial, comolos servicios, los derechos de propiedadintelectual, las medidas de inversión y laspolíticas en materia de competencia (cues-tiones que van más allá de las fronteras),ahora se incluían dentro del ámbito de lasnegociaciones comerciales.

Esto se explica porque estas medidastambién constituían impedimentos para lalibre circulación de bienes y servicios através de las fronteras. La armonización delas políticas nacionales en estas esferas seconsideró esencial para una liberalizaciónmás profunda del comercio mundial. Esta

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misma lógica también se podía aplicar aotros aspectos de la política y la normativanacionales, especialmente cuando el objeti-vo del libre comercio se amplía para englo-bar asuntos concernientes al comercio equi-tativo y sostenible. Por lo tanto, ha habidotensiones continuas sobre la convenienciade ampliar esta lista de cuestiones «que vanmás allá de las fronteras».

En retrospectiva, muchos gobiernos depaíses en desarrollo percibieron que losresultados de la Ronda Uruguay no habíansido equilibrados. Para la mayoría de lospaíses en desarrollo (algunos sí obtuvieronbeneficios), el quid del acuerdo desfavora-ble residía en las limitadas concesiones deacceso al mercado que obtuvieron de lospaíses desarrollados a cambio de los altoscostos que ahora son conscientes de habercontraído al comprometerse a adoptar lasnuevas normas del comercio multilateral.

Sistemas de producción globalLa aparición de sistemas globales de pro-ducción que trajeron los crecientes flujos deinversión extranjera directa ha creado nue-vas oportunidades para el crecimiento y laindustrialización en los países en desarro-llo. Unas 65.000 empresas multinacionales,con aproximadamente 850.000 empresasafiliadas extranjeras, son los actores clavedetrás de estos sistemas globales de produc-ción. Estas empresas coordinan las cadenasde suministro global que conectan a lasempresas en todos los países, incluso a lossubcontratistas locales que trabajan fueradel sistema industrial formal y que subcon-tratan a trabajadores a domicilio10.

El crecimiento de estos sistemas de pro-ducción global ha sido más pronunciado enlas industrias de alta tecnología (componen-tes electrónicos, semiconductores, etc.) y enbienes de consumo que requieren mano deobra intensiva (textiles, vestido y calzado).También está adquiriendo importancia en elsector de los servicios, en donde los avancestecnológicos han permitido la prestación deservicios tales como el desarrollo de progra-mas informáticos, financieros y centros dellamadas —entre otros— desde diferentespaíses de todo el mundo. Las industrias dealta tecnología han experimentado el creci-miento más rápido y ahora constituyen elmayor componente individual de las expor-taciones manufacturadas de los países endesarrollo11 En estas industrias, la produc-ción de piezas y componentes se lleva a cabopor filiales de las empresas multinacionalessituadas en países en desarrollo. La mayorparte de la investigación y el desarrollo(I+D) y otras funciones tecnológicamenteavanzadas se realizan en los países indus-trializados.

En las industrias de consumo con altadensidad de mano de obra, el panorama estotalmente distinto. Las empresas multina-cionales diseñan el producto, especifican lacalidad de éste, etcétera, y luego subcontra-tan su producción a empresas locales enpaíses en desarrollo. También ejercen elcontrol sobre la calidad y el tiempo deproducción, que a menudo está sujeto acambios de diseño y volumen. La fuerza

mal employment and gender», documento de refe-rencia preparado para la Comisión Mundial, Gine-bra, 2003.

11 S. Lall: The employment impact of globaliza-tion in developing countries, mimeografiado de laOIT (Ginebra, octubre de 2002).

10 M. Carr y M. Chen: «Globalization, socialexclusion and work: with special reference to infor-

178 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

motriz es la flexibilidad y prontitud paraajustarse a los cambios de la demanda delconsumidor con los mínimos costos de exis-tencias. Es un sistema de producción global«justo a tiempo». Las empresas multinacio-nales también controlan la comercializa-ción del producto; las marcas y los logotiposson una fuente importante de poder de mer-cado y, por cierto, de grandes fortunas.

Una característica destacada del creci-miento de estos sistemas de producciónglobal es que se ha producido sin el desarro-llo paralelo de normas multilaterales pararegular su elemento clave, la IED. Esto hadado lugar a una serie de asuntos que serántratados en la parte III.

El sistema financiero globalLa estructura de gobernanza del sistemafinanciero global también se ha visto trans-formada. A medida que los flujos financie-ros privados fueron eclipsando los flujosoficiales, el papel y la influencia de losactores privados, tales como bancos, fon-dos de inversión especulativos, fondos entítulos y organismos de clasificación, au-mentaron considerablemente. Como resul-tado, estos organismos financieros privadosejercen ahora un enorme poder sobre laspolíticas económicas de los países en desa-rrollo, especialmente en las economías demercado emergentes. Los organismos declasificación determinan si los países pue-den tener acceso a un préstamo supremo y,si es así, el costo de éste. Las valoracionesde los analistas de valores tienen una graninfluencia en el flujo de fondos en los mer-cados bursátiles, mientras que las decisio-nes de los gestores de fondos especulativosafectan a menudo a las divisas nacionales.

Dentro de la lógica de los mercados

perfectos, no habría nada de malo en estosavances. La creciente influencia de los acto-res privados en el sistema financiero globaldebería dar lugar a una mayor eficacia en ladistribución mundial de los recursos finan-cieros, así como al beneficio asociado deejercer una mayor, y muy necesitada, disci-plina de mercado sobre los gobiernos de lospaíses en desarrollo. Sin embargo, los mer-cados financieros, incluso de ámbito nacio-nal, son típicamente uno de los mercadosmás imperfectos. Existen graves problemasde deficiencias de información, especial-mente asimetrías en la información.

Estos problemas se multiplican en elámbito de los mercados financieros globa-les, donde las entidades crediticias interna-cionales pueden tener información poco fia-ble y limitada sobre los prestatarios locales.Por ejemplo, se han planteado preocupacio-nes por las operaciones de los fondos espe-culativos y los organismos de clasificación,y la probidad de algunos grandes inversoresinternacionales a la luz de los recientesescándalos empresariales. Esto conduce auna concesión excesiva de créditos, inclusoa bancos y empresas locales poco seguros.La idea de que hay garantías implícitas en lainvariabilidad de los tipos de cambio y enlas ayudas financieras a entidades en difi-cultad agrava este proceso.

Una causa de fallos aún más importantede este mercado financiero global es laausencia, a ese nivel, de instituciones efica-ces que lo supervisen, tales como las queexisten dentro del ámbito nacional.

Por lo tanto, el sistema financiero globalha estado siempre asolado por diversascrisis financieras con una frecuencia y gra-vedad cada vez mayores. Estas crisis hantenido efectos devastadores, al destruir los

179POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

beneficios acumulados durante años de pro-greso económico e imponer elevados costessociales que se traducen en un aumento deldesempleo y de la pobreza.

Sin embargo, sólo una pequeña minoríade países en desarrollo forman parte de estenuevo sistema financiero global. Como en elcaso de la inversión extranjera directa, estosflujos financieros privados se han concen-trado en gran medida en los mercados emer-gentes. Por consiguiente, la gran mayoría delos países en desarrollo, incluidos casi todoslos PMA, apenas recibe flujos financierosprivados.

Para los países de ingresos bajos quedependen de ayuda, localizados en su mayo-ría en el África Subsahariana, la margina-ción de los mercados financieros significaque están privados de cualquier medio paramitigar los efectos del importante descensode la asistencia oficial para el desarrollo(AOD). En consecuencia, unos dos dece-nios después, muchos de estos países conti-núan atrapados por la deuda que contraje-ron a principios de los años ochenta.

Los efectos de la globalizaciónEl efecto combinado e interactivo de estaevolución del comercio, de la inversión ex-tranjera directa, de las finanzas y de latecnología se ha dejado sentir mucho y demuy diversas formas en los diferentes secto-res económicos, tipos de empresas, catego-rías de trabajadores y grupos sociales. Enesta sección se señalan algunos de los cam-bios más trascendentales que han tenidolugar.

Inquietudes fundamentalesComenzaremos por definir la perspectivadesde la cual evaluaremos los efectos de la

globalización. Nuestras inquietudes funda-mentales son que la globalización deberíabeneficiar a todos los países y que deberíaaumentar el bienestar de las personas detodo el mundo. Esto implica que la globali-zación debería aumentar la tasa de creci-miento económico en los países pobres yreducir la pobreza mundial, y que no debe-ría incrementar las desigualdades o minar laseguridad socioeconómica dentro de lospaíses.

Por lo tanto, se suele reconocer que paraque el actual proceso de globalización pasela prueba de fuego tiene que impulsar demanera significativa la aceleración del de-sarrollo y la reducción de la pobreza abso-luta en el mundo, y garantizar la sostenibi-lidad económica, social y ambiental.

Los efectos sociales de la globalizaciónno se limitan a los países que han sidomarginados del proceso o que han tenidomenos éxito en sus esfuerzos por integrarseen la economía global. Incluso en los paísesen los que la globalización ha tenido unéxito relativo, los costos sociales son consi-derables y adoptan la forma de costos deajustes de transición, en algunos casos bas-tante importantes. China, por ejemplo, apesar de su alto crecimiento sostenido, se haenfrentado a problemas de desempleo detransición que probablemente se intensifi-quen a medida que avance el proceso dereforma de las empresas estatales. Del mis-mo modo, como mostró la crisis financieraasiática, incluso los países con un historialejemplar de actuaciones económicas pue-den sufrir importantes costos sociales.

Repercusiones en el crecimiento económicoUna medida básica a la hora de evaluar losefectos de la globalización consiste en ob-

180 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

servar el comportamiento de las tasas decrecimiento económico tanto en el ámbitoglobal como en el nacional. Resulta sor-prendente que el crecimiento del PIB globalhaya sido más lento desde 1990, período enque la globalización ha sido más pronuncia-da. Cuando menos, este resultado discrepade las predicciones más optimistas de unaumento del crecimiento gracias a la globa-lización.

El crecimiento también se ha distribuidode modo irregular entre los países, tantoentre los países industrializados como entrelos países en desarrollo. En términos decrecimiento de la renta per cápita, sólo 16países en desarrollo crecieron más de un 3 porciento por año entre 1985 y 2000. En contras-te, 55 países en desarrollo crecieron menos deun 2 por ciento por año y, de estos países, 23presentaron un crecimiento negativo.

Al mismo tiempo, la diferencia de ingre-sos entre los países más ricos y los máspobres aumentó considerablemente.

Este modelo desigual de crecimiento estádando forma a una nueva geografía econó-mica global. El cambio más sorprendente esel rápido crecimiento económico de Chinaen los últimos dos decenios, junto con unamejora más gradual pero importante de losresultados del crecimiento económico de laIndia, dos países que juntos representanmás de un tercio de la población mundial.

Efectos desiguales en los diferentes paísesSi bien constituye un dato significativo, elcrecimiento de China e India es sólo parte deun cuadro más amplio que revela una distri-bución muy desigual de los beneficios de laglobalización entre los distintos países. Lospaíses industrializados, dotados de una só-lida base económica inicial, de abundante

capital y mano de obra cualificada y lide-razgo tecnológico, estaban en muy buenasituación para obtener beneficios sustan-ciales de la creciente globalización de laeconomía mundial.

Los mercados globales en expansión debienes y servicios les proporcionaron nue-vas salidas para sus exportaciones, mien-tras que la aparición de sistemas de produc-ción globales y normas de inversión libera-lizadas generaron nuevas oportunidades parasus empresas multinacionales e incrementa-ron su alcance global y su poder de merca-do. Del mismo modo, el crecimiento de losmercados financieros globales ofreció nue-vas oportunidades para las inversiones demayor rendimiento en los mercados emer-gentes. Además, su liderazgo tecnológico,junto con el fortalecimiento de las normasinternacionales relativas a los derechos depropiedad intelectual a través de la OMC,incrementó sus ganancias por regalías y dere-chos de licencia. No obstante, estos beneficiosse contrarrestaron en parte debido a los pro-blemas internos de ajuste que generaron pér-didas para algunos trabajadores.

El otro grupo diferenciado de países queobtuvieron importantes beneficios fue el deuna minoría de países en desarrollo que hanlogrado satisfactoriamente incrementar susexportaciones y atraer grandes entradas deIED. En este grupo destacan las economíasde reciente industrialización de Asia Orien-tal, que se han acercado a los niveles deingresos y las estructuras económicas de lospaíses industrializados. Otros países de Asiade ingresos medianos, los países candidatosa la adhesión a la UE y países latinoameri-canos como México y Chile también pareceque están en vías de lograrlo.

La mayoría de estos países disponían de

181POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

unas condiciones iniciales relativamentefavorables en términos de industrializaciónprevia, nivel de desarrollo de recursos hu-manos, infraestructura de transportes y co-municaciones y calidad de las institucioneseconómicas y sociales. Sin embargo, notodos han seguido las mismas estrategias dedesarrollo. En particular, China, India yViet Nam, países con grandes mercadosnacionales, no han recurrido a estrategiasortodoxas de liberalización, mientras que laRepública de Corea, por ejemplo, se habasado en una fuerte intervención del go-bierno para dar el primer impulso a sudesarrollo industrial.

En el otro extremo, la exclusión de losPMA, incluida la mayor parte de ÁfricaSubsahariana, de los beneficios de la globa-lización continúa siendo una realidad inque-brantable. Los PMA están atrapados en uncírculo vicioso de obstáculos encadenados,entre los que se incluyen la pobreza y elanalfabetismo, la lucha civil, los inconve-nientes geográficos, una mala gobernanza yeconomías inflexibles que dependen, en granmedida, de un único producto. Además,muchos tienen que cargar también con unadeuda externa elevada, aparte de verse gra-vemente perjudicados por el continuo des-censo del precio de las materias primas.Estos problemas se han agravado comoconsecuencia del continuo proteccionismoagrícola en los países industrializados. Estorestringe el acceso al mercado, mientras quela subvención de las importaciones actúa endetrimento de los productores agrícolas lo-cales.

Consecuencias de la liberalizacióndel comercio, la inversión y las finanzasEs posible recabar más información sobre

el modo en que los elementos clave de laglobalización han afectado a los países,gracias al creciente volumen de estudiosrealizados por los propios países sobre estascuestiones. Una gran generalización que sedesprende de estos estudios es que las con-secuencias han sido dispares.

Por ejemplo, un conjunto de estudiosrealizados recientemente por la OIT sobrela repercusión del comercio en el empleo ylos salarios del sector manufacturero mos-tró los efectos radicalmente opuestos entrelos países12. En las tres economías emergen-tes asiáticas analizadas, el crecimiento delcomercio tenía un efecto generalmente fa-vorable sobre el empleo y los salarios dedicho sector. En cambio, en países de Amé-rica Latina, como Brasil y México, el em-pleo en el sector manufacturero no ha expe-rimentado ningún cambio significativo obien ha disminuido. Los salarios reales delos trabajadores no calificados han tendidoa disminuir y la diferencia salarial entretrabajadores calificados y no calificados haaumentado de forma relativamente brusca.

Estos y otros estudios similares sugierenque entre la liberalización y el crecimientodel comercio y el empleo existe «una rela-ción supeditada, que depende de una multi-tud de países y de las características exter-nas»13. Es probable que las diferentes cir-cunstancias de los países (por ejemplo, elnivel de ingresos, o si un país tiene unaventaja comparativa en materias primas o

12 Ajit Ghose: Jobs and Incomes in a GlobalizingWorld (Ginebra, OIT, 2003).

13 F. Rodríguez y D. Rodrik: «Trade Policy andEconomic Growth: A Sceptic’s Guide to the Cross-National Evidence», en B. Bernanke y K. Rogoff:NBER Macroeconomics Annual 2000 (Cambridge,MA, MIT Press, 2000)

182 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

en manufacturas) justifiquen distintas es-trategias de liberalización del comercio. Porlo tanto, no existe una receta simple que seauniversalmente válida sobre el mejor enfo-que de la liberalización del comercio.

Con respecto a la IED, los hechos indi-can que, en general, la inversión extranjeraaumenta el crecimiento. Aunque en princi-pio esto debería tener una incidencia positi-va en el empleo, pudiere no ser así por losefectos de desplazamientos de las empresaslocales, incapaces de competir, y por laintroducción de tecnología con gran intensi-dad de capital por parte de las empresasextranjeras. No obstante, los datos de que sedispone sobre la repercusión de la IED en elempleo son escasos y no permiten generali-zar.

Las inversiones transfronterizas tam-bién pueden provocar un incremento de latasa de crecimiento, si se obtienen benefi-cios indirectos de la transferencia de tecno-logía y calificaciones a la economía local.En este caso, la inversión aumenta la pro-ductividad y los ingresos y, por consiguien-te, ejerce un efecto positivo en el crecimien-to y en el empleo. Una vez más, los datos deque se dispone revelan diversos resultados.Si bien en países como Singapur e Irlandaha habido importantes efectos indirectos,éste no ha sido el caso en todos los países. Lalección principal que hemos extraído de loscasos de éxito es que la presencia de empre-sas locales capaces de adoptar las nuevastecnologías y responder a las nuevas de-mandas es una condición esencial. Asimis-mo, son de vital importancia las políticasdestinadas al desarrollo de sistemas localesde educación, formación y tecnología, asícomo a la construcción de redes de abaste-cimiento e instituciones de apoyo.

Sin embargo, los datos de que se disponesobre la repercusión de la IED en el creci-miento y el empleo proporcionan únicamen-te una respuesta parcial a la compleja cues-tión de qué beneficios netos han obtenido dela IED los países receptores. Para realizaruna evaluación completa, deberán sopesar-se los siguientes factores: la repercusión dela IED en las pequeñas y medianas empre-sas y en los productores pobres; los posiblesconflictos de intereses entre las empresasextranjeras y los países de acogida; y larepercusión de la IED en la estructura delcomercio y la balanza de pagos. Cómo seequilibran los costos y los beneficios depen-de, en gran medida, de las características ylas políticas nacionales, aunque tambiéninfluyen las tendencias internacionales. Entreéstas se encuentran la creciente flexibilidadde localización de la IED y el aumento de lainfluencia de las empresas multinacionalesen ámbitos como el de la propiedad intelec-tual y el de las corrientes comerciales yfinancieras de la economía global.

Con respecto a la liberalización de lascuentas de capital, existe la creciente con-vicción de que los beneficios de crecimientoque se derivan de ella son escasos. Inclusodejando a un lado los estragos económicosy sociales causados por las crisis, los bene-ficios que los países en desarrollo han obte-nido de su participación en el actual sistemafinanciero global han sido cada vez máscuestionados. A menudo, los beneficiospotenciales derivados del mayor acceso alos mercados financieros internacionales sehan visto reducidos o negados por la inesta-bilidad. Este problema es especialmentegrave en los países en los que los sistemasfinancieros están poco regulados.

Un defecto estructural básico ha sido la

183POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

prominencia de flujos especulativos a cortoplazo dentro del sistema. Esto ha dado lugara que se produzca un fuerte aumento de lasentradas de capital cuando las cuentas decapital están abiertas, produciéndose rápi-damente el proceso contrario. Esto respon-de, en gran medida, a la búsqueda de bene-ficios especulativos a corto plazo que, nosólo no ha contribuido al incremento de lainversión productiva, sino que también hacreado nuevas limitaciones para la políticade desarrollo.

En ocasiones, la apertura financiera tam-bién ha dado lugar a una mala asignación derecursos y al incremento del coste real delcapital. La asignación inadecuada se produ-ce cuando la falta de información lleva a losprestamistas extranjeros a financiar inver-siones poco seguras. El costo real del capi-tal también aumenta cuando los gobiernossuben los tipos de interés, con el fin demantener un tipo de cambio estable. Otrosefectos secundarios de la apertura financie-ra son la necesidad de mantener un nivel dereservas de divisas mucho más elevado y lamayor vulnerabilidad a la evasión de capi-tales nacionales.

Lo que es más importante, la aperturafinanciera ha limitado la posibilidad de apli-car una política macroeconómica contracíclica. El motivo es que, con la aperturafinanciera, los países deben renunciar a suautonomía sobre el tipo de cambio, o biensobre la política monetaria. Con las cuentasde capital abiertas, el mantenimiento de untipo de cambio fijo implica renunciar a lalibertad de fijar los tipos de interés naciona-les, mientras que el control sobre éstos sólopuede recuperarse permitiendo un tipo decambio flotante. Además, el campo de apli-cación de las políticas fiscales expansionis-

tas suele estar extremadamente restringidopor las demandas de los financieros extran-jeros.

La globalización también afecta a lasfinanzas públicas. Se han reducido espe-cialmente los tipos impositivos sobre losfactores de producción relativamente másmóviles. En los 30 países más ricos delmundo, el nivel medio del impuesto sobrelas sociedades cayó del 37,6 por ciento en1996 al 30,8 por ciento en 2003 Los incen-tivos fiscales destinados a atraer la IEDcontribuyeron al descenso del promedio delos tipos impositivos. Un fenómeno similarpuede observarse en la imposición de laspersonas con altos ingresos, quienes gozantambién de una movilidad relativamentemayor. Entre 1986 y 1998, el tipo impositi-vo marginal más alto sobre la renta de laspersonas físicas descendió —en muchoscasos de forma considerable— en la granmayoría de los países, ya fueran de ingresosaltos o de ingresos bajos14. Estos cambios enlos tipos impositivos no reducen necesaria-mente los ingresos fiscales en su totalidad,ya que la reducción de los tipos impositivostambién puede disminuir la evasión fiscal yaumentar los incentivos a la producción. Noobstante, los efectos de la distribución dedichas reducciones en los tipos impositivosde los factores de producción móviles es unmotivo de preocupación. Un mayor recursoa los impuestos indirectos y a los impuestossobre factores relativamente inmóviles comola mano de obra confiere a los sistemasfiscales una menor progresión en un período

14 Raymond Torres: Hacia una economía mun-dial socialmente sostenible: un análisis de los pila-res sociales de la globalización, Madrid, Ministeriode Trabajo y Asuntos Sociales, 2002

184 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

en que la desigualdad de los ingresos ha idoen aumento en varios países de ingresosaltos y medianos.

Empleo, desigualdad y pobrezaPara valorar las repercusiones sociales de laglobalización, es esencial ir más allá de losresultados económicos y examinar lo que hasucedido con el empleo, la desigualdad deingresos y la pobreza durante los últimosdos decenios de globalización.

Según las estimaciones más recientes dela OIT, en el último decenio ha habido unaumento del desempleo declarado en todo elmundo. En 2003, ascendía a cerca de 188millones. Sin embargo, a lo largo de los dosúltimos decenios, el comportamiento delempleo ha variado de unas regiones a otras.Cabe destacar también que, dentro del mun-do en desarrollo, las tasas de desempleo hanaumentado desde 1990 en América Latina yel Caribe y en Asia Sudoriental, y desde1995, en Asia Oriental. Un factor que influ-yó en el aumento del desempleo en estasregiones fue la crisis financiera de finales delos años noventa. Por ejemplo, en algunospaíses afectados por la crisis, los índices dedesempleo descendieron tras ésta, aunque,en muchos casos, no alcanzaron el nivelanterior a la crisis.

El porcentaje de empleo por cuenta pro-pia, que para la mayoría de las regiones endesarrollo constituye un indicador signifi-cativo del tamaño de la economía informal,incrementó en todas las regiones en desarro-llo, salvo en Asia Oriental y Sudoriental. Nose dispone de datos directos sobre el empleoen la economía informal. Un incrementosemejante generalmente está vinculado alestancamiento o crecimiento lento del em-pleo en el sector moderno y al consiguiente

aumento de la absorción de trabajo en laeconomía informal.

En los países industrializados, los resul-tados referentes al empleo también han sidodiversos. Durante el último decenio, el Ja-pón ha experimentado un aumento constan-te del desempleo, mientras que en algunaspequeñas economías abiertas europeas, asícomo en el Reino Unido, se ha registrado unacusado descenso del desempleo.

En los Estados Unidos también se expe-rimentó un descenso del desempleo hasta lareciente recesión económica, y ello a pesarde la pérdida considerable de puestos detrabajo en algunas industrias manufacture-ras.

La desigualdad de ingresos ha aumenta-do en algunos países industrializados, loque se ha reflejado en el incremento de laparticipación de capital en los ingresos na-cionales, así como en el incremento de ladesigualdad salarial entre mediados de losaños ochenta y mediados de los noventa. Sinembargo, fue incluso más llamativo el acu-sado aumento de la proporción de los ingre-sos que representa el 1 por ciento más ricode la población de los principales percepto-res de ingresos en los Estados Unidos, ReinoUnido y Canadá. En los Estados Unidos,este grupo representa el 17 por ciento de losingresos brutos en el año 2000, un nivel quese registró por última vez en el decenio de1920. El incremento de la concentración dela riqueza ha sido el factor principal delaumento de la desigualdad de ingresos enlos Estados Unidos; el descenso de la partecorrespondiente al decil más bajo de losasalariados ha sufrido el proceso contrariodesde 1995.

La creación de riqueza es importantepara el análisis de la globalización, puesto

185POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

que las ganancias excepcionalmente eleva-das suelen ir ligadas al pago de compensa-ciones por parte de las multinacionales, aldesarrollo de nuevas empresas de alcanceglobal y al «estrellato» internacional. Unamayor concentración de la riqueza sueleimplicar un incremento del poder político yde mercado, tanto nacional como global-mente, para aquellos que se han beneficiadode ello. Asimismo, ejerce una gran influen-cia en las percepciones de la gente sobre laglobalización.

Fuera de los países industrializados, tam-bién ha podido observarse la diversidad delos cambios relativos a la desigualdad deingresos. Mientras la gran mayoría de lospaíses ha sufrido un aumento de la desigual-dad de los ingresos, todavía está por verhasta qué punto podemos culpar de ello a laglobalización.

La incidencia de la globalización en lapobreza también es difícil de valorar. Elnúmero de personas que viven en la pobrezaabsoluta en todo el mundo ha disminuidosignificativamente de 1.237 millones en 1990a 1.100 millones en 2000. Sin embargo, estamejora se debe en gran medida a los cam-bios acontecidos en sólo dos grandes países:China e India, donde vive el 38 por ciento dela población mundial. Solamente en China,el número de personas que viven en lapobreza descendió de 361 millones a 204millones. En otros lugares, como el ÁfricaSubsahariana, Europa y Asia Central, yAmérica Latina y el Caribe, la pobreza hacrecido 82,14, y 8 millones, respectivamen-te. Sin embargo, los factores regionales ynacionales específicos, no relacionados conla globalización, fueron también factoresclave en las diferencias relativas a la reduc-ción de la pobreza.

Todo esto refleja una ambigüedad bási-ca en la interpretación de los datos relativosa las tendencias de la pobreza global. Esobvio que el hecho de que la pobreza mun-dial haya disminuido, en conjunto, constitu-ye un motivo de celebración; sin embargo,este dato no reconforta a aquellos que nopertenecen a los pocos países en los que sehan concentrado estas mejoras.

Un problema adicional que plantea lainterpretación de los datos es que puedenexistir costes sociales reales incluso cuandolos indicadores agregados, como la tasa dedesempleo o el nivel de pobreza, no mues-tran empeoramiento alguno. El motivo esque la estabilidad de estas tasas podríaocultar una «agitación» considerable en losmercados de trabajo y movimientos haciadentro y fuera de la pobreza. Existen algu-nas pruebas de que estos fenómenos se hanvuelto más marcados con la creciente globa-lización. Sin embargo, para aquellos quehan perdido su empleo o han caído en lapobreza no es un consuelo que los que hanexperimentado la suerte contraria hayanpodido evitar engrosar las listas del desem-pleo o de la pobreza.

Este tipo de movilidad es una de lasprincipales razones por las que la gentemanifiesta opiniones diversas de las reper-cusiones sociales de la globalización. Laexperiencia personal (o la observación di-recta) de la pérdida de empleo o de ingresospor parte de localidades o grupos socialesconcretos influye en las percepciones, conindependencia de cuál sea la imagen global.Como resultado, al menos una parte delacalorado debate sobre las repercusionessociales se centra en dichas diferencias depercepción y en el modo de interpretar losindicadores sociales globales.

186 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

La imagen variopinta que emerge delanálisis de los resultados económicos y loscambios en el empleo, la desigualdad y lapobreza, hace extremadamente difícil gene-ralizar sobre cuál ha sido el impacto de laglobalización. En parte, esto se debe a quela globalización es un fenómeno complejo.Los resultados observados, como los cam-bios en el nivel de desempleo y de pobreza,responden a la combinación de un conjuntode factores del que la globalización, aunentendida en un sentido amplio, no es másque uno de ellos. Los factores estructuralesinternos, como el grado de desigualdad en ladistribución de los ingresos y la riqueza y lacalidad de la gobernanza, suelen influir deforma decisiva en estos resultados. Es im-portante no caer en el error común de atri-buir totalmente a la globalización todos losresultados observados, ya sean positivos onegativos.

El impacto sobre la poblaciónEsta sección mira más allá de las variableseconómicas para centrarse en cómo la glo-balización ha afectado a la vida de laspersonas. La globalización implica cam-bios en la estructura económica, los preciosrelativos y las posibilidades y tendencias deconsumo que, a su vez, afectan al trabajo, elmedio de vida y los ingresos de la gente.Invariablemente, hay quienes han resultadoperjudicados y quienes se han beneficiado deeste proceso de cambio, a menudo intenso.

Los beneficios económicos y los costessociales de la globalización no están distri-buidos equitativamente entre los distintosgrupos sociales. En muchos países indus-trializados y en desarrollo, algunos gruposde trabajadores se han visto perjudicadospor la liberalización del comercio y el tras-

lado de la producción a economías consalarios bajos. Aunque esto ha afectado enprimer lugar a los trabajadores no califica-dos, algunos trabajadores profesionales ycalificados también se han visto perjudica-dos por medidas como la subcontratacióndel desarrollo de programas informáticos,el incremento del comercio de serviciosprofesionales y la creciente inmigración deprofesionales calificados procedentes depaíses en desarrollo. Al mismo tiempo, lossindicatos de los países industrializados hanaducido que la globalización ha beneficiadode forma desproporcionada a los interesesfinancieros y a las multinacionales.

Como en el caso de los países, entre laspersonas que más se han beneficiado de laglobalización se incluyen aquellas asocia-das a multinacionales de éxito (accionistas,directivos, empleados o subcontratistas) y aempresas nacionales competitivas interna-cionalmente. En general, se han beneficiadotodos aquellos dotados de capital y otrosactivos, con capacidad empresarial, forma-ción y calificaciones con una demanda enaumento.

Por el contrario, entre quienes han resul-tado perjudicados se incluyen aquellos aso-ciados a empresas no competitivas que hansido incapaces de sobrevivir a la liberaliza-ción del comercio o a la entrada de compa-ñías extranjeras. Entre estas empresas figu-ran aquellas que estaban altamente protegi-das por las barreras comerciales, las empre-sas subvencionadas por el Estado, y laspequeñas y medianas empresas que tuvie-ron una capacidad limitada para ajustarse ala rápida liberalización de la economía. Losproductores para la importación empobre-cidos, tanto en la economía informal urbanacomo en la agricultura, han sido particular-

187POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

mente vulnerables a la entrada de importa-ciones baratas y a los cambios acusados enlos precios relativos y la disponibilidad deinsumos. Estos productores tampoco pue-den aprovechar las nuevas oportunidadeseconómicas generadas debido a su falta decapital y de acceso al crédito, a la informa-ción y a los servicios de divulgación.

Otras personas que han salido perdien-do, salvo en los países que han experimen-tado un rápido crecimiento, han sido lospobres, los que carecen de recursos, losanalfabetos, los trabajadores no calificadosy los pueblos indígenas. Esto ha sido elresultado no sólo del impacto económicoprimario de la globalización, sino tambiénde sus efectos indirectos. Por ejemplo, lacreciente movilidad del capital y los eleva-dos índices de desempleo han debilitado laposición de negociación de los trabajadoresen relación con los empresarios. Al mismotiempo, el aumento de la competencia inter-nacional para los mercados y la IED hagenerado presiones tendentes a incrementarla flexibilidad del mercado de trabajo ydeteriorar la protección laboral. En conse-cuencia, a pesar de los efectos positivos dela IED descritos más arriba y del hecho deque los trabajadores suelen ganar más enempresas extranjeras que en empresas loca-les, existe una preocupación creciente por lacalidad deficiente del empleo en algunaspartes del sistema de producción global.Esta situación del empleo se da especial-mente en las empresas que actúan comosubcontratistas para empresas multinacio-nales en sectores que requieren mucha manode obra, como las industrias de la confec-ción y del calzado. Esto ha puesto de relievela importancia de la acción internacional enlo que respecta a la protección de los dere-

chos fundamentales de los trabajadores entodos los países.

Un grupo especialmente vulnerable es elde los pueblos indígenas. Cuando su inte-gración en la economía global se ha produ-cido sin su consentimiento libre, previo einformado y sin la protección adecuada desus derechos, medios de vida, y cultura sehan visto gravemente afectados. En talescasos, las inversiones en industrias extrac-tivas, grandes centrales hidroeléctricas yplantaciones han dado lugar a desplaza-mientos masivos, a una desorganización delos medios de vida, a una degradación eco-lógica y a la violación de sus derechoshumanos fundamentales

De forma similar, se cree que la crecientecompetencia fiscal, junto con la nueva doc-trina a favor de una reducción del papel delEstado, ha disminuido la capacidad fiscalde los gobiernos. En muchos casos, esto haoriginado una reducción del gasto público,vital para los pobres, por ejemplo, en sani-dad, educación, redes de seguridad social,servicios de divulgación agrícola y reduc-ción de la pobreza.

Si se realizan de forma eficaz, dichosgastos son cruciales para reducir la pobrezay mejorar la capacidad de la gente parabeneficiarse de la globalización. La educa-ción, por ejemplo, es un elemento esencialdentro de una economía global en la que laformación, la calificación y el conocimientotienen cada vez más importancia, ya no parael éxito, sino para la supervivencia econó-mica. Sin embargo, el nivel de inversión eneducación es totalmente insuficiente. De los680 millones de niños en edad de recibireducación primaria en los países en desarro-llo, 115 millones no están escolarizados, delos cuales 65 millones son niñas. Y de los

188 COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN

niños que comienzan la escuela primaria,sólo uno de cada dos la terminan.

En algunos países, la globalización haprovocado graves desequilibrios entre gé-neros. El alcance de este desequilibrio de-pende, en gran medida, del nivel de igualdadde género que prevalece en las normas,instituciones y políticas de un país en elmomento de su integración en la economíaglobal. Además, dentro de un mismo país,las mujeres de los diferentes grupos socialesse ven afectadas de distinta manera. Noobstante, en muchos países en desarrollo, ladesigualdad entre géneros histórica y profun-damente arraigada ha supuesto que el costesocial de la globalización recaiga de maneradesproporcionada sobre las mujeres.

Existen ejemplos que ilustran las distin-tas formas en que un número considerablede mujeres se han visto afectadas por laglobalización, tanto en términos absolutoscomo con relación a los hombres. Por ejem-plo, la liberalización del comercio ha permi-tido a menudo la importación de productosagrícolas y bienes de consumo subvencio-nados que han acabado con el medio de vidade las mujeres productoras. La crecienteinstalación de compañías extranjeras hacausado un efecto parecido, por ejemplo,apartando de sus tierras a las mujeres agri-cultoras o dejándolas fuera de la competen-cia de las materias primas esenciales parasus actividades productivas. Asimismo, lasmujeres productoras se enfrentan a enormesbarreras para participar en las nuevas acti-vidades económicas generadas por la globa-lización. Generalmente, esto se debe a lapredisposición que existe en el entorno po-lítico y reglamentario en contra de las muje-res directamente, o bien en contra del sectorde la microempresa y de las pequeñas em-

presas en el que predominan las mujeres. Lamedida en que dichos obstáculos afectan alas mujeres productoras se refleja en elhecho de que éstas poseen menos del 2 porciento de la tierra en todo el mundo y recibenmenos del 10 por ciento del crédito15.

Las mujeres se han visto más afectadasque los hombres durante las numerosascrisis financieras causadas por la globaliza-ción, y más desfavorecidas por los recortesen la protección social.

Al mismo tiempo, para muchas otrasmujeres, la globalización se ha traducido enuna mejora de su posición social y económi-ca. Entre ellas se incluyen los millones demujeres trabajadoras absorbidas por el sis-tema de producción global. El empleo asa-lariado les ha proporcionado mayores in-gresos que los que percibían en su situaciónanterior, ya fuera la realización de tareasdomésticas familiares o una situación peno-sa y precaria en la economía informal. Eltrabajo asalariado también les ha ofrecidola posibilidad de lograr una mayor indepen-dencia económica y ha mejorado su posi-ción social, incluso dentro de las sociedadespatriarcales más opresivas.

Efectos más ampliosExisten otras formas fundamentales en quela globalización ha afectado a la vida de lagente. Nos centraremos en dos aspectosesenciales: la creciente interconexión globaly el aumento de las actividades transfronte-rizas ilegales.

El incremento masivo de la interconexiónglobal está afectando a la vida de la gente de

15 FAO: Women and sustainable food security(SD Dimensions, SDWW, 2003); (http://www.fao.org/sd/fsdirect/fbdirect/FSP001.htm).

189POR UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA: CREAR OPORTUNIDADES PARA TODOS

diferentes maneras, algunas predecibles yotras inesperadas. Un cambio importante esel desarrollo de una conciencia global. En laactualidad, la gente de todas partes estámucho más informada de los acontecimien-tos y los problemas que se producen en elmundo. Esto ha hecho que se difunda am-pliamente la conciencia de las desigualda-des globales en cuanto al nivel de vida y lasoportunidades, y a las libertades y los dere-chos políticos y sociales.

Para las personas que habitan en zonasrelativamente deprimidas del mundo, estohace que aumenten sus expectativas y dis-minuya su tolerancia con respecto a susituación. Probablemente, éste haya sido unfactor significativo en la expansión de lademocracia y en el aumento de las deman-das de libertades políticas en lugares dondeéstas aún continúan negándose. La mayordisponibilidad de la información también hacreado electorados y grupos de presión mejorinformados y más críticos, lo que suponeuna gran ayuda para la calidad de la demo-cracia.

Para la gente de los países más ricos, larevolución de la información está ayudandoa forjar un sentido más fuerte de comunidadglobal y solidaridad transnacional, como seha podido comprobar en el crecimiento es-pectacular de coaliciones globales de acto-res no estatales en torno a cuestiones decarácter universal, como la propia globali-zación, el medio ambiente, los derechoshumanos, la ayuda humanitaria y la explo-tación laboral.

Sin duda, la revolución global de lainformación ha afectado también a las cul-turas y los valores sociales. Sin embargo,los cambios de esta naturaleza son difícilesde concretar y documentar. Una cuestión

conflictiva es el impacto de la revolución dela información en las culturas y los valoreslocales en todo el mundo. Existe una inquie-tud generalizada en torno al dominio aplas-tante de la cultura y los valores de losEstados Unidos y de otros países occidenta-les en la industria del ocio y los medios decomunicación mundiales. Esto provoca elmiedo a que la constante exposición a lasimágenes de los modelos y los estilos de vidaoccidentales podría originar tensiones quedesembocarían en división, tanto social comoculturalmente. Otro efecto secundario de laglobalización ha sido el gran aumento de lasactividades transfronterizas ilegales, talescomo la evasión de impuestos o la propaga-ción de las bandas internacionales implica-das en el blanqueo de dinero, la trata depersonas y el comercio del sexo y droga. Losmismos factores que facilitaron el creci-miento de transacciones económicas trans-fronterizas legales también han proporcio-nado los medios para realizar transaccionestransfronterizas ilegales. La revolución delas TIC ha hecho más fácil la coordinacióntransfronteriza de las actividades ilegales,mientras que la liberalización financieraglobal ha facilitado la evasión de impuestosy el blanqueo de dinero. Del mismo modo, lafuerte caída del precio del transporte y elcrecimiento del turismo masivo han ayuda-do a que el tráfico de drogas y de personassea menos costoso y más difícil de detectar.

Esta facilidad involuntaria para la delin-cuencia transfronteriza se ha visto reforza-da por otros dos factores. El primero es elaumento de los beneficios económicos de ladelincuencia transfronteriza a través de laexpansión de las oportunidades lucrativasde arbitraje entre mercados (por ejemplo, laaparición de centros financieros off-shore y

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paraísos fiscales, y la creciente desigualdadde ingresos entre países ricos y pobres juntocon los estrictos controles de inmigración).El segundo es la lentitud con que se desarro-llan los acuerdos multilaterales destinados adetectar y erradicar estas actividades trans-fronterizas ilegales, lo que reduce los ries-gos que entrañan. Todas las condicionesfavorables mencionadas han fomentado di-chas actividades.