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OLIVAR ANDALUCIA Y CATALUÑA INTRODUCCIÓN Aunque el olivo se ha cultivado tradicio- nalmente en secano en la mayoría de las regiones de la cuenca mediterránea, obte- niéndose en estas condiciones produccio- nes aceptables, responde muy favorable- mente a las aportaciones de agua de riego, (`) Departamento de Olivicultura. Córdoba. Dirección General de Investigación y Forma- ción Agraria Consejería de Agricultura y Pesca. Junta de Andalucía. • Adaptación del cultivo a las disponibilidades de agua • Cálculo de las necesidades de agua en especial cuando estas se hacen en momentos críticos o en años de muy baja pluviometría. En Andalucía existía tradicionalmente una cierta superficie de olivar regado, pero es en los años noventa y en pleno período de sequía cuando muchos olivareros, tra- tando de salvar la rentabilidad de sus explo- taciones, deciden la transformación en regadío de una importante superficie de oli- var, especialmente en algunas comarcas de la provincia de Jaén, muy afectadas por la falta de Iluvias. La iniciativa privada invirtió en esta mejora muchos de sus ahorros y de los ingresos generados por la ayudas a la producción de aceite de oliva, tras la adhe- sión a la UE. Sin embargo, estas transformaciones en regadío agravaron aún más el problema legal del reparto del agua en la Cuenca del Guadalquivir, planteándose la necesidad urgente de generar nuevos recursos hídri- cos, dándose la circunstancia de que a lo largo del año y especialmente en épocas Iluviosas, muchos hectómetros cúbicos de agua van a parar al Atlántico, sin que sean aprovechados, siendo probablemente el océano uno de los grandes consumidores de agua en la cuenca. La productividad del agua de riego en el cultivo del olivo es superior en términos socioeconómicos a la de la mayoría de los cultivos tradicionales de regadío, permitien- do este cultivo obtener un máximo beneficio económico y un máximo empleo de mano de obra por unidad de volumen de agua aplicado. Ante la situación de déficit estructural en la cuenca, se hacen imprescindibles las medidas destinadas a incrementar la pro- ductividad del agua aplicada en los regadí- os, y en nuestro caso la del olivar. La mayo- ría de los estudios coinciden en afirmar que la máxima productividad del agua se alcan- za cuando las dotaciones de riego se apro- ximan a las necesidades máximas de los cultivos. Una vez aceptada la realidad de las 120.000 hectáreas de olivar cultivado bajo riego en Andalucía, debemos plantearnos cual debe ser la mejor forma de manejar los escasos recursos disponibles, en armonía con todos los usuarios del agua y de acuer- do con el Organismo Regulador de la Cuen- ca. Aunque en los últimos 5 años se está realizando por parte de los Organismos Públicos de Investigación (Departamento de Olivicultura de la Consejería de Agricultu- ra y Pesca, C.S.LC. y Universidad de Cór- 206-AGRICULTURA

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OLIVAR • ANDALUCIA Y CATALUÑA

INTRODUCCIÓN

Aunque el olivo se ha cultivado tradicio-nalmente en secano en la mayoría de lasregiones de la cuenca mediterránea, obte-niéndose en estas condiciones produccio-nes aceptables, responde muy favorable-mente a las aportaciones de agua de riego,

(`) Departamento de Olivicultura. Córdoba.Dirección General de Investigación y Forma-ción AgrariaConsejería de Agricultura y Pesca. Junta deAndalucía.

• Adaptación delcultivo a lasdisponibilidadesde agua

• Cálculo de lasnecesidadesde agua

en especial cuando estas se hacen enmomentos críticos o en años de muy bajapluviometría.

En Andalucía existía tradicionalmenteuna cierta superficie de olivar regado, peroes en los años noventa y en pleno períodode sequía cuando muchos olivareros, tra-tando de salvar la rentabilidad de sus explo-taciones, deciden la transformación enregadío de una importante superficie de oli-var, especialmente en algunas comarcas dela provincia de Jaén, muy afectadas por lafalta de Iluvias. La iniciativa privada invirtióen esta mejora muchos de sus ahorros y delos ingresos generados por la ayudas a laproducción de aceite de oliva, tras la adhe-sión a la UE.

Sin embargo, estas transformaciones

en regadío agravaron aún más el problemalegal del reparto del agua en la Cuenca delGuadalquivir, planteándose la necesidadurgente de generar nuevos recursos hídri-cos, dándose la circunstancia de que a lolargo del año y especialmente en épocasIluviosas, muchos hectómetros cúbicos deagua van a parar al Atlántico, sin que seanaprovechados, siendo probablemente elocéano uno de los grandes consumidoresde agua en la cuenca.

La productividad del agua de riego en elcultivo del olivo es superior en términossocioeconómicos a la de la mayoría de loscultivos tradicionales de regadío, permitien-do este cultivo obtener un máximo beneficioeconómico y un máximo empleo de manode obra por unidad de volumen de aguaaplicado.

Ante la situación de déficit estructural enla cuenca, se hacen imprescindibles lasmedidas destinadas a incrementar la pro-ductividad del agua aplicada en los regadí-os, y en nuestro caso la del olivar. La mayo-ría de los estudios coinciden en afirmar quela máxima productividad del agua se alcan-za cuando las dotaciones de riego se apro-ximan a las necesidades máximas de loscultivos.

Una vez aceptada la realidad de las120.000 hectáreas de olivar cultivado bajoriego en Andalucía, debemos plantearnoscual debe ser la mejor forma de manejar losescasos recursos disponibles, en armoníacon todos los usuarios del agua y de acuer-do con el Organismo Regulador de la Cuen-ca.

Aunque en los últimos 5 años se estárealizando por parte de los OrganismosPúblicos de Investigación (Departamentode Olivicultura de la Consejería de Agricultu-ra y Pesca, C.S.LC. y Universidad de Cór-

206-AGRICULTURA

• Uso eficaz del r^egoen condiciones debaja disponibilidadde agua

Es importante la eficacia del riego cuando se dispone de poca agua.

doba) un esfuerzo coordinado muy impor-tante para optimizar y racionalizar el manejodel agua en el olivar, la peculiaridad del cul-tivo hace que no estén definidos aún todoslos aspectos. Sin embargo, existe ya unaserie de conocimientos que deben sertransferidos al Sector Olivarero, lo quepodría mejorar la eficiencia del agua y elmanejo de las explotaciones olivareras deregadío.

Esta corriente de información no debeconducir únicamente hasta los olivareros,sino que la aplicación de los conocimientosdebe hacerse a lo largo de la cadena agri-cultores-técnicos diseñadores del riego -organismos gestores del agua, lo que a cor-to plazo acabará posibilitando un adecuadouso y gestión de los escasos recursos dis-ponibles.

A la hora de proyectar la transformaciónen regadío y las pautas de aplicación de losriegos en los olivares ya transformados, senos pueden plantear diversos interrogantes:

1.- Cuales son las necesidades de aguapara máxima producción y como debeaportarse el agua a lo largo de la campaña.

2.- Qué hacer en situaciones de bajadisponibilidad de agua, tanto a nivel deCuenca como a nivel de explotación.

3.- Sistemas de riego a utilizar en cadasituación de disponibilidad de agua y sudiseño.

4.- Necesidad de modificación de lasprácticas tradicionales de cultivo en secanocuando se hace la transformación en rega-dío, y qué prácticas pueden ayudar a maxi-mizar la eficiencia en el uso del agua.

En cualquier caso diremos una vez másque siempre hay que tener en cuenta laspeculiares características del olivo, especie

que ha evolucionado durante siglos paraadaptarse a las condiciones de clima medi-terráneo, zona de la que es originario. A lascaracterísticas de la planta debemos adap-tar las aportaciones de agua, en especialcuando estas no cubran las necesidadesóptimas del cultivo, lo que ocurre en lamayoría de las situaciones. Igualmente esfundamental tener en cuenta las caracterís-ticas de los suelos y de la climatología decada zona, ya que de ellas dependeránigualmente las dotaciones y estrategias autilizar en nuestros regadíos. En ningúncaso deberían dictarse normas genéricasglobales para la totalidad del olivar de lacuenca.

NECESIDADES DE RIEGO PARAMAXIMA PRODUCCION

EI olivo, como todas las plantas superio-res funciona como una fábrica de asimila-dos, en cuyos laboratorios (las hojas) se uti-liza la energía solar, el C02 atmosférico y elagua del suelo para producir biomasa(madera, ramas, raíces, tallos, nuevas hojasy frutos) mediante fotosíntesis. Para permitirla entrada del C02 en su interior, la plantaabre los estomas; mientras, el vapor deagua que está saturando los espacios inter-celulares de las hojas se pierde a la atmós-fera. Esta pérdida de agua es conocidacomo transpiración, y es el coste oimpuesto que el cultivo debe pagar paraproducir la biomasa. Este agua debe serrepuesta a los tejidos mediante extraccióndel suelo por las raíces. Como consecuen-cia inmediata, si el contenido de agua en elsuelo no es suficiente para reponer todaslas pérdidas por transpiración, el cultivosufre un déficit hídrico que altera una serie

• Consideracionesprácticas de lasinstalaciones deriego por goteo

de procesos, con cierre de los estomas ydescenso en la síntesis de asimilados, conuna repercusión final negativa sobre la pro-ducción.

Desde la superficie del suelo se produceigualmente una importante pérdida de aguapor evaporación, proceso que tiene unagran importancia cuantitativa en climas ári-dos como el nuestro. La suma del aguaconsumida por la planta en transpiraciónmás el agua evaporada se Ilama evapo-transpiración del cultivo (ETc), y debe sersatisfecha estacionalmente en su totalidadmediante la Iluvia y/o el riego, para que nose vea afectada la producción potencial delcultivo.

En el estado actual de conocimientos, elmétodo más recomendado para el cálculode la ETc es el propuesto por FAO (Doo-renbos y Pruitt, 1977), mediante la expre-sión:

ETc - ETo. Kc

en donde ETo, es la denominada evapo-transpiración de referencia, que es la eva-potranspiración de una pradera de gramíne-as con una altura entre 8 y 10 cm que crecesin limitaciones de agua y fertilizantes en elsuelo, y sin la incidencia de plagas o enfer-medades. La ETo puede estimarse en basea datos climáticos, utilizando fórmulasempíricas, o bien localmente empleando untanque evaporimétrico (Tanque Clase A),cuya instalación tiene un coste asequible.

En el Valle del Guadalquivir la expresiónde Penman-FAO es la que permite estimarETo con mayor precisión, pero necesitadatos meteorológicos diarios fiables detemperaturas, humedad relativa del aire,velocidad del viento y radiación solar, infor-

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OLIVAR ^ ANDALUCIA Y CATALUÑA

mación pocas veces disponible. Sin embar-go, la expresión de Hargreaves, que utilizasolamente datos termométricos, empleadapromediando valores semanales o mejoraún quincenales, permite estimar ETo conuna suficiente precisión como para realizarprogramas de riego de olivar implantado ensuelos con adecuada capacidad de reten-ción y en comarcas en las que no existeinfluencia marina o vientos dominantes. Enestas condiciones, la estimación de ETocon la expresión de Hargreaves puede sermejor que la obtenida empleando el TanqueClase A. De cualquier manera la variaciónestacional ETo tiene una escasa variacióninteranual, por lo que incluso sería admisiblela utilización de valores medios de la zona,ya que otros parámetros, como la Iluvia, nosva a dificultar en mayor medida la progra-mación del riego.

EI coeficiente Kc de la ecuación anteriorcuantifica el efecto del propio cultivo, yexpresa la relación existente entre la evapo-transpiración del cultivo cuando este cubretotalmente el suelo y la ETo. Este coeficien-te debe ser determinado experimentalmen-te en condiciones locales. Para el caso par-ticular del olivo cultivado en el Valle del Gua-dalquivir Kc no es constante a lo largo delaño, variando entre valores máximos en pri-mavera y otoño (Kc = 0,60 - 0,65) y valoresmínimos en invierno y verano (Kc = 0,55).Esta sensibilidad del olivo a las condicionesambientales puede estar relacionada con lasensibilidad de sus estomas a variacionesen la humedad relativa del aire (déficit depresión de vapor), cerrando parcialmentecuando el DPV supera un determinadovalor, a pesar de disponer la planta de sufi-ciente cantidad de agua en el suelo.

Las estimaciones de ETc mediante laexpresión anterior pueden ser válidas paraolivares de gran desarrollo y con coberturadel suelo por la copa del árbol superiores al50%, situación que no se presenta en lamayoría de las plantaciones, en especial enlos casos de olivares jóvenes en crecimien-to o con densidades tradicionales. Paracoberturas inferiores, la estimación de ETchabría que hacerla en base a la expresión:

Sc =(II.D2.N

ETc = ETo. Kc. Kr (1)

EI coeficiente Kr cuantifica el desarrollodel cultivo. AI no disponerse aún de infor-mación para el caso del olivar, este coefi-ciente reductor Kr podría estimarse de for-ma aproximada utilizando la relación queFereres y col. (1981) encontraron para elalmendro:

Kr = 2 x Sc/ 100 (2)

EI porcentaje de suelo cubierto (Sc) secalcula en función del diámetro medio de lacopa de los olivos de la plantación a regar,D metros, y de la densidad de plantación N(olivos/ha), aplicando la expresión:

4.100

Para olivares con Sc mayor del 50% se uti-lizará un Kr igual a 1.

La dosis calculada mediante la expre-sión (1) habría que incrementarla en unafracción proporcional a la falta de uniformi-dad de la aplicación y de la eficiencia delsistema. En el caso en que se empleenaguas salinas, habría que aumentar igual-mente las necesidades para lograr el lavadode las sales.

Para las condiciones del Valle del Gua-dalquivir se obtienen valores muy variablesde ETc en función de las condiciones loca-les de clima (demanda evaporativa de laatmósfera) y del tipo de plantación (tradicio-nal; intensiva; sistema de poda; volumen decopa, etc.).

Así, en olivares con marcos tradiciona-les de las zonas frías de Jaén y Granada, enlas que la ETo anual alcanza valores entre

• Dosis de 2.000 a3.000 m3/ha,según densidadesde plantación,parecenrecomendables

1.100-1.200 mm, la ETc puede estimarseen 400-450 mm/año, mientras que en oliva-res intensivos de las zonas más cálidas, conETo anual de 1.400 -1.500 mm, la ETc pue-de superar los 800 mm. Igualmente existeuna marcada variación estacional, pudien-do oscilar la ETc en una determinada locali-dad entre valores aproximados de 0,5mm/día en enero y 2,8 mm/día en julio.

Una vez que hemos calculado las nece-sidades, el suministro del agua al cultivo serealizará mediante la Iluvia y las aportacio-nes de riego. Empleando una instalaciónmuy bien diseñada, las necesidades de rie-go vendrían dadas por la expresión:

R=ETc-Pe

siendo R la cantidad de riego a aportar (mm)y Pe la Iluvia efectiva (mm), que es la canti-dad de agua de Iluvia que se infiltra en elsuelo y que queda a disposición de la plan-ta, siendo necesario regar en los periodos

secos o en los que a pesar de producirseIluvias ETc es mayor que Pe.

Para la estimación de la fracción de laprecipitación que realmente ha sido efectivadespués de producirse una Iluvia, lo correc-to sería medir la variación del contenido deagua en el suelo antes y después de dichaIluvia, lo que solo es posible en parcelasexperimentales, y no siempre. Existen multi-tud de métodos para la estimación de Pe,todos ellos son poco exactos, por lo quepodría estimarse, a efectos de planificación,con casi igual precisión, como el 70% de laIluvia total producida, despreciando las Ilu-vias de escasa intensidad o incluso las ocu-rridas en verano.

En la mayoría de los cultivos no se tieneen cuenta a efectos de la programación delos riegos, la cantidad de agua almacenadaen el suelo (reserva) durante el periodo Ilu-vioso, agua que se considera como un col-chón de seguridad. Sin embargo, en nues-tras condiciones es muy recomendableemplear la reserva en la programación delos riegos de olivar, ya que la reserva puedecubrir una fracción muy importante de lasnecesidades del cultivo (50 - 65%).

Para ello, para la programación del riegoa lo largo de la campaña es de suma impor-tancia la cuantificación de la reserva a finaldel invierno, para la capa de suelo explora-da por las raíces del olivo. En este momen-to ya se habrá producido aproximadamenteel 70% de la pluviometría total anual. A par-tir de este dato, podemos establecer concierta precisión un programa anual de riegoen el que a partir de los datos de ETo, y plu-viometría eficaz (Pe), nos planteemos ago-tar la reserva hasta un nivel denominado deagotamiento permisible (NAP), que podríadefinirse como el contenido de agua delsuelo por debajo del cual es previsible queel cultivo empiece a reducir su tasa detranspiración, y por tanto su crecimiento yproducción. EI NAP no tiene un valor único,sino que en función de la sensibilidad delcultivo al déficit hídrico puede tomar distin-tos valores, dependiendo del método de rie-go, de la demanda evaporativa de la atmós-fera y del tipo de suelo. Para el caso del oli-vo el NAP podría estimarse como el 70-75% del agua útil, aplicando la expresión:

NAP = 0,75 (Capacidad campo-Punto de marchitamiento permanente)

Este agua podrá consumirse comocomplemento al riego a lo largo de la esta-ción, siendo más recomendable programarsu consumo en la época de máximademanda (verano), de modo que los volú-menes de agua manejados por hectáreasean mínimos, lo que permitirá que con undeterminado caudal podamos regar unamáxima superficie, así como abaratar lasinstalaciones de riego.

Como se ha dicho, el suelo tiene unainfluencia muy importante en la programa-

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;/.

EI triple herb- icida de con act^ o y efecto remanen- te. Con una sólaaplicación controla las MALAS HIERBAS anuales ya nacidas (inclu-so las más difíciles), y además se impiden nascencias posteriores.Se puede tratar en bandas, a todo el terreno, o solamente los ruedos:

GRAN EFICACIA

EFECTO REMANENTEFACILIDAD DE TRATAMIENTO

EI triple fungicida contra REPILO. Su fon^ulación, con unaGRAN FINURA DE PARTÍCULAS, contiene un aditivo de intensocolor azul que contribuye a potenciar la acción de sus materiasactivas, confiriéndole:

GRAN EFICACIAGRAN PERSISTENCIA

COLOR AZUL INTENSO

EI bioestimulante con "ELICITORES", activador y regulador delcrecimiento vegetal para el olivo:

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MAYOR BROTACIÓNMÁS PRODUCCIÓN DE ACEITUNAS

MAYOR CANTIDAD DE ACEITE

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OLIVAR • ANDALUCIA Y CATALUÑA

ción del riego cuando pensamos utilizar lareserva, dependiendo ésta de su profundi-dad y de su textura, fundamentalmente.Así, en los suelos arcillosos la reserva utili-zable es muy superior a la de los suelos lige-ros, por lo que previsiblemente las necesi-dades de agua de riego en estos suelosdeben ser sensiblemente mayores.

EJEMPLO DE CALCULO DE LASNECESIDADES DE AGUA PARAMAXIMA PRODUCCIÓN

Teniendo en cuenta lo expuesto ante-riormente, vamos a calcular las necesida-des de agua de riego de un olivar en la zonade La Loma (Jaén). Suponemos un suelotipo medio de la comarca, con una capaci-dad de almacenamiento de agua ( agua útil)igual a 210 mm, por lo que la máxima canti-dad de agua que podríamos extraer del per-fil hasta el NAP sería de unos 157 mm.Suponemos que el cálculo (Tabla 1) lohacemos para un año medio de 505 mm depluviometría, con unos valores mediosmensuales de ETo y Pe que presentamosen dicha Tabla.

EI olivar que vamos a regar está planta-do a marco 10x10 m(100 olivos/ha) y eltamaño de los árboles expresado comovolumen de copa es 12.000 m3/ha. Unossimples cálculos geométricos considerandoel árbol como un casquete esférico conrelación diámetro/altura igual a 1,33 nospermiten determinar la superficie de suelocubierto por la copa del olivo, que en nues-tro caso sería de 35,57 m2/árbol, por lo quela cobertura sería 3.557 mz/ha (=35,57%).Como vimos anteriormente a este valorsegún la expresión (2) corresponde un Kr =0,71. En la Tabla 1 mostramos igualmentelos valores de Kc recomendados men-sualmente para el Valle del Guadalquivir. Enuna programación para un año concreto,habría que utilizar los valores reales dereserva, determinación a realizar a final demarzo en base a las Iluvias realmente acon-tecidas y a su eficacia. En dicha Tabla cal-culamos mensualmente las necesidadesdel cultivo (ETc) utilizando la expresión (1).Una vez deducidos de ETc los valores dePe conoceremos igualmente las necesida-des mensuales de riego, así como el aguateóricamente acumulada en el terreno queconstituirá la reserva (cuando Pe>ETc). Talcomo se dijo anteriormente, esta reservapuede ser consumida por el olivo solo hastael NAP en los meses de máximas necesida-des. En nuestro caso la reserva útil en elaño medio sería de 142 mm, que es algoinferior al NAP (157 mm).

En la Tabla 2 se hace una programaciónmensual del riego, contemplándose en ellala posibilidad o no de utilizar la reserva deagua del suelo. Como vemos en dichaTabla, si no utilizáramos la reserva pararegar el olivar del ejemplo sería necesarioaportar anualmente 2.954 m3/ha, con riegos

diarios en el mes de máximas necesidades se dispone de estos caudales, por lo que side 246 Uolivo.día, lo cual obligaría a dispo- aplicamos esta metodología de programa-ner de un caudal de 0,44 Vs.ha en una ins- ción se podría regar una pequeña superfi-talación en la que se dispusiera de 4 emiso- cie, y no aprovecharíamos eficientemente elres de 4 Uhora por olivo. Normalmente no agua de Iluvia.

TABLA 1. Calculo de las necesidades de agua para un olivar plantado a marco 10x 10 m. (100 olivos/ha) con un volumen de copa de 12.000 m3/ha en lalocalidad de vllacarrillo.

ETo

Pefecr

mm /día

Kr (!) i."c ETc (2J

mm / día

ETe - Pefect

mm / día

Keservu uguusuelo

mm / mes (3)

ENERO 0.86 1.45 0.71 0.50 0.30 -1.14 3S

FEBRF.RO 1.40 L68 0.71 OSO O.SU -1.18 13

MARZO 2.30 1.49 0.71 0.65 1.06 -D.43 I1

ABRII. 3.50 1.17 0.71 0.60 L49 0 33

M.4Y0 4.90 0.84 0.71 O.SS 1.92 IA8

Jl1t`'10 5.73 0.71 O.SS 2.24 2.24

li1LI0 6.29 0.71 O.SS 2.46 2.46

AGOSTO 5.23 0.71 O.SS 2.OS 2.OS

SEPTIF,MBRE 3.83 0.71 O.SS LSO I.SU

OCTLBRE 2.28 L02 0.71 0.60 0.97 -0.04 1

NOV[EMBRE 1.18 1.21 0.71 0.65 O.SS -0.67 20

DICIEMBRE 0.79 1.56 0.71 0.50 0.28 - 1.28 40

ANl1AL 468 295 142

(1) Volumen de copa = 12.000 m3/ha. Diámetro medio = 6,73 m.Superficie cubierta = 35,57 m2/olivo = 3.557 m2/ha 35,5%Kr = 2 x Sc/100 = 2 x 35,5/100 = 0,71

(2) Etc = Kr x Kc x Eto(3) Reserva =(Etc-Perfect) x n° de días

TABLA 2. Programación del riego en un olivar con i 00 olivos/ha y un volumende copa de 12.000 m3/ha en la localidad de ^Ilacarrillo en función dela utilización o no de la reserva de agua acumulada en el suelo duran-te la estación Iluviosa.

SIN I/TILIZAR RF.SERVA C/TLII.IZANDO RESERVA DELDEL SUELO SC/ELO

RIEGO (1) RESERVA RIEGO (2) RESERV.DISP

l/oliv.día mm. !/olrv.dia mm.

ENERO 96 96

FEBRERO 129 I 29

MARZO 143 105 I 43ABRIL 33 143 105 129

MAYO 108 143 105 128J[.TNIO 224 143 105 92

JULIO 246 143 105 49

AGOSTO 205 143 105 18SEPTIEMBRE 150 l43 105 0OCTUBRE 1 1

NO VIEMBRE 21 21DICIEMBRE 61 6 I

I/ olivo. / año 29538 22470

m3 / ha . año 2954 2247

1) Riego sin agotar reserva =( Etc - Pefect ) x S(m2 / olivo )(2) La reserva se agota solamente hasta el NAP

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Otra posibilidad sería utilizar la reserva,pero programar el riego de modo queempecemos a regar a partir del momentoen que hayamos agotado los 142 mm dereserva, hecho que en el año medio se pro-duciría aproximadamente a partir de la últi-ma semana del mes junio. Esta forma deregar no permitiría reducir los caudales pun-ta demandados en julio. Pensamos quesería mucho más racional programar unaestrategia de riego diario con una moderadadotación durante un largo período de rie-gos, de modo que el olivo podría satisfacersus necesidades de agua consumiendosimultáneamente parte del agua de la reser-va del suelo y las aportaciones de riego. Enla Tabla 2 mostramos también esta posibi-lidad, planteando la aportación de 105Volivo.día en el período marzo-octubre,de modo que a 30 de septiembre hayamosagotado el suelo hasta el NAP. Esta estrate-gia nos permitiría plantear una dotaciónanual de agua de 2.247 m3/ha, con un cau-dal continuo de 0,15 Vs.ha, Io que igual-mente permite abaratar la instalación al sernecesaria una red de tuberías de diámetrosensiblemente menor.

Hemos planteado este ejemplo para unolivar con volumen de copa de 12.000m3/ha. De acuerdo con la expresión (2),podríamos reducir las necesidades de aguadel olivar realizando una poda severa quereduzca el volumen de copa de los árboles,o incluso altere su frondosidad, es decir elíndice de área foliar. Así, para dicho olivar ypara el supuesto de emplear la reserva dis-ponible a final de inviemo, las necesidadesanuales de riego en función del volumen decopa serían las siguientes:

Volumen (m3/ha) Riego (m3/ha)

8.000 1.15510.000 1.72512.000 2.24715.000 3.015

Por otro lado, la densidad de planta-ción del olivar puede influir igualmentesobre las necesidades de agua. Para unmismo volumen de copa por hectárea den-sidades mayores pueden proporcionar unamayor cobertura del terreno, por lo que en laexpresión (1) habría que aplicar un valor deKr sensiblemente mayor, tal como se calcu-la a partir de (2), resultando de este modounas mayores necesidades de agua de rie-go. Así, para las citadas condiciones, y enfunción del volumen de copa y de densi-dades de plantación (100 y 200 olivos/ha),las necesidades de riego para un olivaradulto podrían ser las que a continuación sedetallan en la tabla 3.

RIEGO EN CONDICIONES DE BAJADISPONIBILIDAD DE AGUA

Hasta ahora hemos aprendido a calcu-

lar las necesidades de agua con la finali-dad de obtener la máxima producción, sinembargo, la situación de disponibilidad ili-mitada de agua raramente se da en laszonas olivareras, por lo que normalmentese plantean serias dudas a varios niveles.Por un lado para los Gestores del Agua enla Cuenca, por otro para el Olivarero. Paralos primeros, en el aprovechamiento de undeterminado volumen de recurso unasolución puede ser limitar la superficieregada, otorgando concesiones con dota-ciones que cubran las máximas necesida-des; otra, reducir la dotación por hectárea,permitiendo el riego a una mayor superfi-cie.

También podría plantearse el riego

superficie S con una dosis D de agua oregar una superficie 2S con una dotaciónD/2.

CICLO DEL OLIVO CON RELACIONAL CONTENIDO DE AGUA EN ELSUELO

Para establecer estrategias de riegodeficitario es imprescindible conocer antesel ciclo vegetativo del olivo con relación alas disponibilidades de agua en el suelo. LaFigura 1 muestra esta evolución en un sue-lo profundo arcilloso, en un año de pluvio-metría normal, gráfico en el que se mues-tran además los valores de agua del suelocorrespondientes al PMP, CC y NAP.

TABLA 3

Riego (m3/ha)

Volumen de copa (m3/ha) 100 ol/ha 200 ol/ha

8.000 1.155 1.575

10.000 1.725 2.215

12.000 2.247 2.795

15.000 3.015 3.575

cuando el agua no se utiliza para otros usos,aprovechando las aguas de escorrentía noreguladas. Como se dijo al principio, lodeseable sería aumentar las disponibilida-des, pero ello no es fácil de resolver a cortoplazo ya que se requerirían tiempo e impor-tantes inversiones estatales. Para el olivare-ro la situación sería parecida, ya que si dis-pone anualmente de una cantidad de aguapara su explotación, su duda es regar una

Vemos que excepto en inviernos muysecos, normalmente no sería necesarioaportar agua hasta bien entrada la primave-ra, produciéndose la brotación y floraciónsin déficit hídrico para el olivo. Sin embargo,a principio de verano, el contenido de aguaen el suelo puede descender por debajo delNAP si no se produjesen nuevas Iluvias, loque ocasionaría un déficit hídrico quepodría limitar el crecimiento de los brotes y

FIGURA 1: Evolución anual del contenido de agua en el suelo, del crecimiento de los brotesy del peso del fruto, en un olivar intensivo del término de La Rambla (Córdoba).que vegeta sobre un suelo arcilloso típico. Se indican asímismo los valores decapacidad de campo (CC), punto de marchitamiento permanente (PMP) y nivel deagotamiento permanente correspondiente a este suelo.

aoo

CC360

300

260

200

760 PMP

700 ENDURECIMIENTO^

DEL HUESO

60FLORACION

MADURACION

0,^:` 6^ ,^:^ yti ,^;6 ^9 ,^9 ^ b^ f^ R+ 1 ^ p!+ ^Ay,^u ,^cy^^. s^.y^Y^^Y

s ro s s ^ s^^3^ sy ^° ^.5 ^A ^.y^ ls ^.h P ^.`^ s ,^o' „ }^ ., ^

+Agua en el suelo -^Longitud brotes ^Peso del fruto

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del fruto, por lo que a partir de este momen-to habría que recurrir al riego, o mejor aún,comenzar a regar antes de que se produje-ra esta deficiencia. Otro momento en el queel olivo es tremendamente sensible al défi-cit hídrico es final verano-otoño, época enla que el crecimiento de la aceituna es máxi-mo y en la que la formación de aceite esmayor, afectando la sequía muy negativa-mente al rendimiento graso de los frutos.

RIEGO EN OTOÑO-INVIERNO

Afrontaremos en primer lugar la posibili-dad de regar en épocas en las que el aguano se emplea para otros usos o cultivos, esdecir en el período otoño/invierno. Induda-blemente es una posibilidad con un interésmucho más político que agronómico en lasituación actual, pero esta posibilidad hayque matizarla.

Para que esta práctica sea eficaz senecesita en primer lugar contar con un sue-lo con gran capacidad de retención deagua y con profundidad suficiente comopara almacenar una adecuada cantidad deagua, que más tarde pueda ser empleadapor el olivo durante la estación seca; y ensegundo lugar, un sistema de aplicación delagua que garantice una distribución homo-génea en toda la superficie. Realmente enestas condiciones se han obtenido unosresultados muy interesantes (Figura 2) enun ensayo planteado a largo plazo (10años) por la Estación de Olivicultura de Jaénutilizando un sistema de riego con cobertu-ra total (aspersión), habiéndose logradocon riegos de invierno con una dotación de100 mm aumentos medios de producciónalgo superiores al 50%. En un segundo tra-tamiento en el que además del riego deinvierno se dió un segundo riego de 100 mma principio de otoño, las produccionesaumentaron en un 72% con respecto alsecano. Sin embargo, no deberíamos serdemasiado optimistas con estos resulta-dos, ya que el ensayo se realizó en una zonamuy seca (pluviometría media 350 mm),obteniéndose respuestas positivas funda-mentalmente en los años más secos. Enestos años las disponibilidades de agua deIluvia son también escasas, existiendo pro-blemas de suministro incluso en invierno. Acontinuación discutimos la problemática deeste tipo de riegos, así como sus limitacio-nes.

La capacidad de un suelo para almace-nar agua no es ilimitada, y una vez superadasu capacidad de campo comienzan las pér-didas por drenaje hacia capas no explora-das por las raíces, o escorrentías superficia-les que agravarían el problema de la ero-sión. Por tanto, en años Iluviosos la canti-dad de agua que es posible aportar al olivaren invierno es realmente limitada. Además,el mantenimiento del suelo a saturacióndurante largos periodos de tiempo puede

acabar causando daños irreversibles al oti-var, como ha ocurrido en muchos olivaresregados en exceso en los inviernos de1.996 y 1.997, ante la incertidumbre depoder regar durante el verano.

La capacidad del suelo para almacenaragua es algunos años relativamente grande,pero siempre que utilicemos para ello latotalidad del suelo, para lo cual son necesa-rias las instalaciones de cobertura total (rie-go aspersión o superficie), pero sería utópi-co con las instalaciones existentes de riegopor goteo, en las que en la mayoría de loscasos se cuenta nada más que con dosemisores por olivo.

Finalmente con aplicación del agua deriego por goteo en otoño/invierno y con un

largo período de secano (mayo-septiem-bre), como se propone en la actualidad enlas concesiones de agua, podrían provocar-se en la mayoría de los suelos graves pro-blemas de estrés hídrico a final del verano,momento extremadamente crítico, una vezagotado el perfil, que podría incidir negati-vamente sobre el crecimiento de los frutos,si no se produjeran unas tempranas Iluviasotoñales. La aplicación de algún riego desocorro en julio/agosto que permita a losárboles mantener suficiente actividad sincaer en un marcado estrés hídrico es unarecomendación obligada. Además, la posi-bilidad de adelantar la fecha de comienzode los riegos de otoño sería fundamental.Por otro lado, el aumento del número de

Figura 2: Producciones medias e índices de producción obtenidas durante 10 años en unensayo realizado por la Estación de Olivicultura en Mengibar (Jaén). EI agua fue apli-cada mediante un sistema de aspersión con cobertura total, con las dotaciones deriego y en las épocas que se señalan.

__ __ __ _ 173153 ^

--._._._._......_.._.. _.__....._....._.._ _ _^f _ _...

10^

Secano 100 mm(Invlerno)

200 mmOtoño + Invlerno)

Hay que aceptar el riego deficitario anfe las limitadas disponibilidades de agua en la Cuenca delGuadalquivir.

40 -^

30 -I

20

10

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MAX/MA FUERZA DE TRACCION CONEL MAX/MO CU/DADO DEL SUELO

Desde el comienzo de lamecanización en la agri-cultura la tarea de con-vertir la fuerza del motorde un tractor en fuerza detracción asume un pa-pel importante. Muchos

ejemplos, tales como las ruedas de reji-Ila, los neumáticos gemelos, los neumá-ticos anchos, la tracción en las cuatroruedas, etc. demuestran estos esfuer-zos.También en otros campos se han bus-cado soluciones para este problema. En la industria de laconstrucción, por ejemplo, se utilizan orugas de acero parapotentes máquinas para el movimiento de tierras.

EI sistema Mobil-Trac ^on orugas de goma resis-tentes al desgaste- combina de manera ideal lasventajas de la rueda con neumático con las de laoruga. EI CHALLENGER de CLAAS es la soluciónóptma para la agricultura cuando se trata de con-seguir la máxima fuerza de tracción con una pre-sión sobre el suelo y un deslizamiento mínimos.Si a ello le unimos una cabina única por espacio yconfort, una técnica puntera que consigue lamáxima fuerza de tracción en el campo, las másavanzadas medidas de seguridad y un equipa-miento excelente, descubriremos por qué elCHALLENGER es la máquina que sienta nuevasnormas para los trabajos de tracción agrícolaspesados.

CLAAS IBERICACtra. Nacional ll, Km. 24 • 28850 Torre%ón de A►doz (MadricQ • TeH.: 655 91 52

Tracior con ^lracclon en lascuatro ruedas

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puntos de aplicación de agua, que en lasactuales instalaciones podría hacerse conbajo coste, mejoraría la eficacia de estetipo de riego impuesto por las circunstan-cias.

RIEGO CONTINUADO CON BAJASDOTACIONES DE AGUA

Otra posibilidad, más aconsejable des-de el punto de vista técnico para optimizarla aplicación de las escasas disponibilida-des de agua de la Cuenca y especialmentecuando se utilizan recursos subterráneos,podría ser la aportación, durante un largoperiodo de tiempo y con gran frecuencia, depequeñas cantidades de agua, tratando decubrir las necesidades del cultivo a partir dela reserva y de estas limitadas aportacionesde agua de riego. Cabría preguntarnos, a lahora de planificar los riegos, hasta qué nivelpodríamos limitar la ETc, y qué pérdidas deproducción ello nos ocasionaría. No dispo-nemos todavía de esa información, y confinanciación de la Consejería de Agriculturay del MAPA se trabaja en la actualidad paratratar de determinar la respuesta del olivo adistintos niveles de ETc con relación a olivarregado para cubrir la ETc máxima. Mien-tras tanto tendremos que seguir haciendoespeculaciones, en las que deberíamos sermuy prudentes.

Tratando de hacer una primera aproxi-mación, durante cinco años (periodo 1992-1996) y en base a los datos climatológicosmedios de la zona ( ETo = 1.200 mm),hemos realizado en Santisteban del Puerto(Jaén) un experimento ( Figura 3) en un oli-var tradicional con 80 olivos/ha en el quefrente a un olivar de secano no regado yfrente a un olivar regado empleando lasdosis óptimas calculadas aplicando elmétodo FAO sin utilizar la reserva (3000m3/ha), hemos aplicado anualmente duran-te 8 meses (marzo-octubre) dotaciones de

agua de 80 Udía (1.500 m3/ha) y durante 7meses (abril-octubre) 120 litros/día (2.000m3/ha), dotación que en éste último caso yen el año medio debe cubrir las necesida-des de agua del cultivo sin agotar el suelopor debajo del NAP y, por lo tanto sin que seprevea afectar negativamente a la produc-ción (Figura 4).

En una comunicación de nuestro equipose presenta información exhaustiva de losresultados obtenidos en este ensayo, sinembargo, junto con las produccionesmedias de aceite obtenidas (Figura 5), cre-emos de interés reflejar en este artículo lasconclusiones más importantes.

Se confirma una vez más que el riegoes una práctica de cultivo que permiteaumentar la producción del olivar, inclusoa dosis relativamente modestas con res-pecto a las empleadas en otros cultivos. EIriego ha aumentado en todos los trata-mientos el volumen de copa de los árbo-les, así como el índice de área foliar, lo queha permitido, con respecto a la situaciónde secano, aumentar el número de frutosproducidos así como el tamaño de lasaceitunas, lo que se ha traducido en unespectacular aumento de producción deaceite (98% en el tratamiento con menorcantidad de riego con respecto al control) ydel rendimiento graso de las aceitunas. Siconsideramos la Iluvia, el tratamiento de120 Udía (2.000 m3/ha) es el que ha pro-porcionado una mayor eficiencia en el usodel agua, resultando rentable regar conesta cantidad con respecto al olivar al quese ha aportado 1.500 m3/ha.año. Como yaanticipamos, la máxima productividad delagua se alcanza cuando las dotaciones deriego se aproximan a las necesidadesmáximas de estos, por lo que en situacio-nes de baja disponibilidad de agua, y enlas condiciones en las que se ha realizadoel ensayo, parece recomendable regar con

Figura 3: Programas de riego (mm/día) aplicados a un olivar tradicional en el ensayo de San-tisteban del Puerto para cada uno de los diferentes tratamientos comparados.

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la dosis propuesta (2.000 m3/ha) utilizandola reserva de agua en el suelo, cubriendode esta forma las necesidades máximasdel cultivo, sin necesidad de aplicar unvolumen de agua superior, tal como se harealizado en el programa denominadoFAO. La aplicación de 1.500 m3/ha, muyinferior a la dosis óptima, permitiría abaste-cer una superficie sensiblemente mayor,proporcionando una producción aceptableen olivar tradicional.

Esta recomendación queda confirmadaplenamente por un ensayo realizado en lalocalidad de Colomera (Prov. de Granada)por Martínez Raya y col. (1997) también enolivar tradicional, en el que en el período1.993-95 obtuvieron una significativa res-puesta al riego, siendo el olivar que recibió2.000 m3/ha en el que se obtuvo la mayorproducción y eficacia por el uso del agua,multiplicándose por 6 la cosecha con res-pecto al secano.

Programas de riego deficitario aplican-do cantidades constantes de agua duranteun largo periodo de tiempo, además de serfáciles de aplicar por el agricultor, permitenabaratar las instalaciones de riego, asícomo aumentar la superficie regada cuandose dispone de pequeños caudales. Ennuestro caso (olivar adulto con 80 Oli-vos/ha), con un litro por segundo y sectori-zando podrían regarse 11 hectáreas con elprograma de 80 Udía, y 8 hectáreas con elde 120 Udía utilizando una instalación quepermita aplicar 16 litros/hora por olivo. En lasituación del ensayo (suelo profundo yaceptable pluviometría media en el períodootoño-invierno), la utilización de la reservade agua del suelo en la programación delriego parece muy recomendable.

En años con pluviometría media deunos 500 mm, en el olivar tradicional deJaén y Granada (ETo = 1.200 mm), unadosis de 2.000 m3/ha parece ser la reco-mendable en una primera aproximación. Endensidades de plantación superiores, ladosis de agua debe ser incrementada sen-siblemente, unos 3.000 m3/ha para 200 oli-vos/ha. En inviernos de pluviometría anor-malmente baja sería recomendable adelan-tar a febrero el inicio de los riegos, mante-niendo, en principio, las dosis utilizadas enel ensayo. Podas severas que reduzcandrásticamente el volumen de copa o el índi-ce de área foliar reducen el consumo por losárboles, pero afectan también negativa-mente a la producción del olivo. En zonasmás cálidas con valores de ETo superioreshabría que corregir al alza las dosis reco-mendadas.

En ambientes en los que la capacidadde almacenamiento de agua del suelo, o lapluviometría media anual sean sensible-mente inferiores a la de las zonas estudia-das, no es aplicable la estrategia de riegopropuesta. Es necesario adaptar los progra-mas de riego a las condiciones particularesde cada tipo de suelo y año.

Figura 4: Evolución mensual de la reserva teórica de agua en el suelo, para un año medio ypara cada uno de los tratamientos de riego aplicados en el ensayo de Santistebandel Puerto.

250tF.A.O. -•-1201/d ^8011d -^-Secano

225 CC

É 200

0 175dñ, 150c^ 125

^ 100

Z 75

NAP; sooC

25

PMPoMAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC ENE FEB MAR

Figura 5: Producciones de aceite por olivo obtenidas anualmente en cada tratamiento de rie-go (Uer Figura 3) en el ensayo de Santisteban del Puerto. Las aportaciones anualesde riego fueron FAO (3.000 m3/ha), 80 (1.500 m3/ha) y 120 (2.000 m3/ha).

SISTEMAS DE RIEGO A UTILIZAR YDISEÑO DE LAS INSTALACIONES

En condiciones de disponibilidades deagua limitadas, no cabe duda que debería-mos inclinarnos por utilizar sistemas de rie-go que permitan obtener la máxima eficien-cia, lección que tienen muy bien aprendidanuestros olivareros que, en la gran mayoríade las instalaciones, se han inclinado por elsistema de riego localizado (goteo o micro-aspersión de alta frecuencia), cuya granventaja es el ahorro de agua. Ilustrativo esun trabajo realizado por Le Bourdelles ycol. (1983) en la isla de Córcega durante 8años en el que se compararon las produc-ciones de olivares regados por goteo yaspersión, en los que las dotaciones de rie-

go fueron 2.360 m3/ha y 3.670 m3/ha y añorespectivamente. Además del ahorro deagua, las cosechas medias en goteoaumentaron en un 7%. Los citados autoresrecomiendan asimismo que en la progra-mación de riegos se empleen valores delcoeficiente de cultivo (Kc) iguales a 0,6 - 0,8- 1,0 cuando el sistema de riego empleadosea goteo, aspersión o de superficie res-pectivamente, lo cual ilustra por si mismo laimportancia del sistema de aplicación delagua.

Decididos por las instalaciones de riegopor goteo, un aspecto muy importante es eldel número de goteros a instalar en cada oli-vo. En las zonas olivareras lo normal ha sidoinstalar dos emisores o puntos de suminis-

tro de agua por árbol. Este hecho contrastacon la tendencia existente en fruticultura,donde se trata de mojar al menos un 20-30% de la superficie del suelo. En olivar,Porras y col., citados por López García yLópez Perales (1995), demostraron que laproporción de superficie de suelo mojadaera decisiva sobre el crecimiento del olivo.Por esta razón, y durante 3 años, hemosplanteado un experimento en Santistebandel Puerto (Jaén), en el que para una idénti-ca cantidad de agua aportada por hectáreay año, y con una instalación que permiteaplicar 16 Vhora por olivo, se compara elefecto sobre la producción de la aportacióndel agua en 2, 3, 4, 6 y 8 puntos. Los resul-tados (Figura 6) son concluyentes. En losaños secos (1994 y 1995) la producciónaumentó sensiblemente en la medida enque aumentó el número de puntos de apli-cación. Sin embargo, en un año muy húme-do como lo fue 1996, las producciones fue-ron similares en todas las tesis ensayadas.Estos datos muestran el interés por mojaruna mayor superficie del terreno, lo cual esde vital importancia en el caso en que hayaque aplicar riegos en épocas en las que pre-tendamos aumentar la reserva de agua en elsuelo, como es el caso de los riegos deinvierno.

Aunque ya hemos dicho que cuandolas disponibilidades de agua son limitadassomos muy partidarios del reparto en rie-gos con reducida dotación diaria de agua alo largo de un gran número de meses alaño, lo que permite mantener un buenestado hídrico de los árboles además deoptimizar y abaratar las instalaciones, estasolución no es extrapolable a todas lassituaciones, y en condiciones en las quelas disponibilidades de agua sean intermi-tentes, hay que pensar en instalaciones demayor cobertura que permitan aportar ladotación de agua en el escaso número dedías disponible. La colaboración de unbuen técnico que diseñe las instalacionesen función de cada situación particular sehace imprescindible.

MANEJO DE LAS INSTALACIONESDE RIEGO

Nos referimos en este apartado a las deriego por goteo fundamentalmente. Se nosha dicho repetidamente que la principalventaja de este sistema de riego es la eco-nomía de agua (reducción de las pérdidaspor evaporación) al mojarse una reducidasuperficie. Trabajos recientes, aún no publi-cados, muestran que las pérdidas diariaspor evaporación desde un bulbo húmedopueden ser muy importantes y no despre-ciables, ya que en verano la baja humedadrelativa de la gran masa de aire que rodealas manchas húmedas aumenta en granmedida la evaporación (advección). En estasituación, en suelos arcillosos, como los de

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Figura 6: Influencia del numero de goteros instalados por olivo sobre la producción. La insta-lación permite aplicar en todos los casos 16 I/hora. Olivar tradicional (80 olivos/ha)en Santisteban del Puerto (Jaén)

a

1994 y 1995

2 4 8 8

Numero de goteros por olivo

1996

muchos de los olivares regados del Valle delGuadalquivir, es recomendable aplicar rie-gos de larga duración, sobre todo cuandolas dotaciones son escasas, distanciando elnúmero de días transcurridos entre riegos,pero cuidando que la aplicación no generepérdidas por drenaje o escorrentía superfi-cial al superarse la capacidad de retencióndel suelo. En este caso la instalación de ins-trumentos de control podría ser recomen-dable.

En suelos arenosos, los bulbos hume-decidos suelen tener un reducido diámetro,y si no se elige adecuadamente el númerode puntos húmedos y el caudal del emisor,pueden provocarse importantes pérdidasde agua por drenaje, con lo que se reduciríala eficacia del sistema. En esta situación

0 2 4 6 8

Numero de goteros por olivo

10

10

sería preferible aumentar la superficie moja-da y dar riegos de acuerdo con la profundi-dad de suelo explorada por la raíces.

MANEJO DEL CULTIVO ENCONDICIONES DE REGADIO

En la optimización del uso de agua deriego es fundamental emplear técnicas decultivo que no limiten las producciones.

Estas producciones dependen de lacantidad de radiación interceptada por lacopa, lo cual depende de la densidad deplantación, del volumen de copa de los oli-vos y de su frondosidad. Por esta razónpodas tradicionales severas que reduzcanel volumen de copa o de un modo aprecia-ble la cantidad de hojas, reducen enor-

memente la eficiencia del agua aplicada. Enel mismo sentido, las tradicionales densi-dades de plantación impiden el óptimoaprovechamiento del medio y el del recursoagua, al no permitir obtener la máxima pro-ductividad potencial.

En situaciones de riego deficitario laelección del sistema de manejo del suelo esigualmente fundamental, ya que el agua deIluvia permite cubrir una parte importante delas necesidades del cultivo, por lo que unamejora en la eficiencia de la Iluvia resultafundamental. En olivares regados por goteola utilización de sistemas de no-laboreo enmuchas de su versiones o laboreo reducidopuede ser recomendable.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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