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RIBLIOTECA DEL NINO MEXICANO

LTEO A If9 DE LA Sim- t- •• - -

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tiSØø*:!

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MAUCCI H O. S. MEXICO

BIBLIOTECA DEL NIflO MEXICANO

EL TEOCALLI BE LA SAN&BEo

El Triunfo del Amor Filialper

HERIBFJRTO FRIAS

en

MEXICO1aunot Uermanos.—Primera del Reloz, I

1900

El Teocalli de la Sangre-'

Hay una inmensa algazara en la ciu-dad de %xTenochtitlawp , la gente del pue-blo corre dando saltos de alegria por lospuentes y caizadas; en los canales haymiles de canoas, y entre la multitud depobres, hombres y mujeres semi-desnu-dos ó apenas cubiertos con toscas man-tas, se yen lueir los hermosos colores delos trajes de los nobles y las pieles yplumas de los guerreros. Estos marchan

4abriéndose paso con mucho garbo y or-gutlo, seguidos por esclav'os y servido-res.

A dOnde va toda esa gente?Por qué tanta alegria?

&Qué pasa en la ciudad de Mexico?Voy a satistheer vuestra curiosidad.Porque el rey •Moctezurna3o acababa

de liegar victorioso de Ia campana con-tra los czapote( #asv del valle de cOaxa-cap, trayendo veinte mil prisioneros deaquellas lejanas regiones.

Después de muchos meses logrô ven-eer, y se trajo prisioneros a los habitan-tes de ]as ciudades. Est.os prisioneros losiba a mandar sacrificar en el cTeo1Ij'de dlluitzilopochtli., que era el templomayor de Mexico, que era inmenso y seestaba acabando de construir.

Los ejércitos habian Ilegado el dia an-terior a Mexico, ante Ia adrniraeiOn y el

I

entusiasmo del pueblo, de los ancianos yde las mujeres.

***

Por eso aquel di a cTenoehtitlán' eratodo algazara, gritos de entusiasmo, can-tosy danzas.

E1 gran c Moctezuma lihuicamina',

6trala la felicidad al reino; los almacenesdel palacio se estaban ilenando con lostesoros que habla traido del Sur: hermo-SOS y raros animales, pieles, frutas exqui-sitas then conservadas, conchas y nácares, perlas, granos y polvo de oro y pla-ta, ópalos, esmeraldas, armas de todasespecies, y lindas y jOvenes doncellasque serian dedicadas al servielo del pa-lacio.

El,para dar gracias a cHuitziiopocht-lip, porque le habla dado tantos triunfosy por la ambiciOn de emprender máscampafias, iba a mandar sacrificar milprisioneros, estrenando el ctemplo ma-rn a r or. .0 0 a D w 0 0 0.

*

**

Mientras la ciudad de cTenochtjtlán*se entregaba a las danzas, los placeres y

regocijos; y mientras el rey cMoctezu-ma I1huicamina, gozaba en an banqueteacompanado de sus principes y noblesguerreros, alLá muy lejos, cerca de tinbosque, al pie de un frondoso ahuehue-tea, iloraban tristemente dos lindas jO-venes vestidas apeuas con desgarradosy miserables chuipillis.; cafan sobre susespaldas sus sueltas cabelleras; sus cuer-pos estaban enflaquecidos por el hambrey ci cansanclo; sus pies desnudos mana-ban saugre... airededor en los campostodo era silencio y soledad.

&Que hacemos, qué hacemos, her-mana mia? murmurO la mM joven ymás hermosa.

La mM grande dejO de ilorar, y res-pondiO:

Tü te aflijes por la vida de nuestropadre, y yo por la vida del adorable Jo-yen que iba a ser ml esposo; td no tienes

S

razón, porque nuestro padre ya es ancia-no y ya debe mont, mientras que yo,teómo voy a soportar el dolor de quomaten al que me iba a hacer feliz?

No seas ingrata, hermana mia, cO-mo comparas la inuerte del que nos diOel sen con la de ese joven'?... jperezca

9éste mil veces, antes de que los cruelesmexicanos abran el pecho a nuestro an-ciano padre!

Touta, tã no sabes comprender LaVida; yo acabo de tener una revelaciônque haM que se salven los dos: en esechano de agua que está a mis pies aca-bo de vertne... he visto pie todavia micant es hermosa,... no. las prmeesas me-xicanas, 110 han de tener Ojos tan belloscomo los mios, y sO que el rey al%loctezu-mazo ama a las mujeres que tienen bellosojos.., espérame, voy a bajar hasta la Ia-guna, pasaré ci puente que da a La ciii-dad y me presentaré a! rey.

Desobedeces a nuestro padre si ha-ces eso, dijo la hermana más pequefia.

No importa, contestO la grande, ysin decir más se precipitó corriendo rum-bo a la laguna, donde se aizaba la ciudadde cTenochtit1án.

10La pobre pequenuela se quedô Horan-

do solitaria.. . . . . .Las dos eran hijas de un señor que te-

nia sus dominios en lo alto de una de lasmontiñas de las sierras cmixteeasD, enlo que ahora es el Estado de Oaxaca.

El anciano y sus vasallos, entre ellosel que iba a ser esposo de la hija mayor,salieron a pelear contra los aztecas, tra-bándose una batalla espantosa en losmontes, en la que murieron centenaresde hombres. Después de tres dias decombates fueron hechos prisioneros elanciano v el joven.

Antes habian dejado ocultas dentro dounit cu'wa a las hermosas doncellas, alas pie aquéi habia dicho: ;hijas mias,morid primero que pedir favor ó que so-lici tar perdön del cruel cMoctezuma!

***

11Lioraba inconsolable La pobre nina es

cuchando apenas el canto melancôheotamhién de un zentzontIe ... de repentesiente que una mano le thea en el horn-bro y una voz dulelsituia le dire en suidioma:

No liores, noble y valierite nina,vengo a salvarte.

AlzO ella la freute sorprendida y viOdelante de si wia gallarda y hermosamujer, tan majestuosa y vestida con unhuipiI1h tan rico, con collares, pulseras

y pendientes de oro y piedras preciosas,que parecia una reina.

Esta le dUo sonriendo con infinita dul-zura y compasiva bondad:

No temas, soy la princesa cXiulant-1rn, hija de los genios de estos lagos; yohe pro tegido a Moctezuma., pero cornosu ambiciOn lo ha hecho cruel y va amanchar estos bellos lagos de mis pa-

12dres, quiero que vayas a advertirle, queél y Ia ciudad azteca serán castigados siderraman sangre mañana en el cTeoea.-liio de cHuitzilopoehtli., pero antes quetodo, quiera O no, te entregará it tu pa-dre y al noble guerrero que iba it ser es-peso de tu hermana; ésta por ingrata pe-recent... yen conruigo...

Anduvieron por los campos hasta lie-gar a itt orilla de un canal donde estabauna gran carioa, mandada por un viejogigaute, y que teni a por remeros dosenanos vestidos de garzas.

Rernaron toda la noche los enanos, lie-vando en la canoa it Ia nina ya transfor-mada, hasta que ilegaron al dia siguien-te it cTenoctitlitxm, donde Los guerrerosy el pueblo miraron eon asombro aquaprodigio.

,De qué reino vendrit esta bellisimaprincesa? se decian todos. Al momento

13la hicieron entrar al palacio, llevándolahasta el salOn donde estaba el trono docMoetezu ma.

Sin humillarse, al contrario, con alti-vez, la doncella le dijo:

Victorioso lihuicamino, de orden dotu protectora cXiulantlin ' , entrégame aml padre y al guerrero cmixteca., que

14van a sacrificar, y te aviso que seráscastigado si se tine en sangre humana elgran templo que se acaba de construir.

Lo ünico que puedo hacer Cs entre-garte a tu padre y at ,joven cmixteca,y se alejO seguido de sus guerreros ysacerdotes para ir a ver los horribles sa-crificios humanos...

Momentos después volvian en aquellamisma canoa, hacia la cehinampa* de laprincesa cXuilantlin., la valiente donee-ha, su anciano padre que lioraba de alegria y el guerrero inixteca que inirahacon profunda ternura A ha joven.

Senor, voy a haceros una confesión,dijo el tie! vasallo, A quien amo es A

vuestra hija menor, pie está presente.-Sera' tu esposa, contestó el ancia-

no; porque es digna de ti; que perezeami hija mayor por desobediente y porhaber faltado it la virtud y at honor que

le dije que tuvieramayor desgracia.

siempre at'in en la

S S S •

Mientras llepaban a la lejana chinam-pa. de cXuilantlin * ,donde habian de serfelices los tres que iban en la misteriosacanoa, en el templo mayor de Mexico sesac,rificaban miles de infelices victimasarrancándoles los rorazones, haciendocorrer rios de sangre...

;Pero qué tremendo castigo eayo sobreMoctezuma y la ciudad azteca! Una inun-daciOri terrible anegO casas y palacios;plazas y templos; la desolaciOn y el ham-bre agobiaron millares de séres.

c1%Ioctezuma vió morir a las personasque rnás amaba, entre ellas, aquella in-grata hija del anciano ' mixtecas. aquien el rey protegia sin ver su mal co-razOn: is6lo el arrepentimiento y e! pa-

16triotismo que 'volviô a. nacer en el pechodel monarca, hicieron volver a él y ala ciudad a su antiguo esplendor, en loque le ayudO su amigo y aliado cNet.za-hualcoyoth, €1 gran poeta y rey de Tex-Coco!

Véase ci hermoso é interesante, moralé histOrico episodio siguiente:

LA MUERTE

DE LOS TIRANOS DE CANAHUAC

c)

Barcelona— hip. de Ia Caaa Editorial Maucci

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