revista entre líneas febrero 2012
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Entre Líneas Revista literaria―febrero―2012
Miami- Florida- Estados Unidos.
Dos Imagen de cubierta: Pintura de Alexandre-Jacques Chantron. Francia 1842-1918
Sumario:
Un sombrero negro de alas anchas por Roberto Bianchi/ 2
Dos poemas de Claudia Alemán Concepción / 6
Dos poemas de Luis Ullán/ 8
Entrevistas… por Mercedes Eleine González / 10
Resultado del Concurso Internacional de Literatura Infantil Los zapaticos de rosa (Editorial
Voces de Hoy 2012) / 14
A propósito de un texto del poeta holguinero Manuel García Verdecia por Maricela Messeguer
Mercadé/17
Yo alucino por Sara Suejen / 21
Dos poemas de Pedro Pablo Pérez Santiesteban / 25
Casa embrujada por Ronel González Sánchez/Gran Premio del Concurso Internacional de
Literatura Infantil Los zapaticos de rosa (Editorial Voces de Hoy 2012)/ 27
Dos poemas de Josefina Ezpeleta del libro Fusión de almas/ 34
Próximamente/ 36
Entre líneas es una revista literaria, que lleva como única finalidad promover a todos
los autores de habla hispana, que deseen colaborar con sus trabajos, los cuales
tendrán una evaluación previa. Su colaboración puede ser enviada a:
revistaentrelineas@live.com
Publicada en Miami, Estados Unidos de América/2012
Revista subscrita a Editorial Voces de Hoy
Diagramación y diseño de cubierta: Pedro Pablo Pérez Santiesteban.
[2]
UN SOMBRERO NEGRO DE ALAS ANCHAS
PREMIO CUENTO DEL CONCURSO LITERARIO ―20 ANIVERSARIO DE AUDA‖, 2004
Por Roberto Bianchi
A la memoria del poeta uruguayo
Ángel Falco y de Ana Stotz
Ángel golpeó con fuerza sobre la mesa y un estruendo de aplausos coronó sus palabras.
Acababa de declamar esos versos que había construido con la certeza que serían un estandarte,
un credo. Las tertulias de los viernes en el Polo-Bamba eran una especie de escenario natural.
Un espacio ineludible para los poetas que desafiaban la sociedad establecida y exhibían los
frutos de sus ensoñaciones libertarias.
Tal vez no recordara después quiénes estaban esa noche en torno suyo, si Vicente,
Roberto, el mismo Armando, pero fijó los ojos en Ovidio y recordó fugazmente cuando lo
conociera en el Teatro Stella D‘Italia. Fue la velada en que dijo el poema Al crujir de las horcas
en homenaje a los Mártires de Chicago. Al terminar, Ovidio se le había acercado y tomándole
de un brazo, le había dicho, fue un apóstrofe tremendo, mientras Ud. recitaba, invadió mi
espíritu un escalofrío de tragedia...
¿Trayectoria triunfal o soledad de madrigal galante?
Ángel no titubeaba en acercarse al oído de una dama con
amoroso acento y florecido elogio, ni en pronunciar un
brillante discurso en el Solís, en homenaje al poeta Julio
Herrera y Reissig, recientemente fallecido, ni en exigirle
justicia, parado sobre un banco de la Plaza Independencia al
presidente Batlle, que estando en el balcón, le contestara:
Unidos venceréis.
Deambulaba por la calle Sarandí, envuelto en una amplia capa negra que daba sugestiva
imponencia a su andar. Una silueta original de mostachos mosqueteriles, abundante melena
negra, cuello alto y sombrero de alas anchas. Participaba de largas discusiones doctrinarias,
mientras sonaba de fondo el ruido de los dados, el chocar de los vasos y envolvían el aire las
palabras y el humo de cigarros. A veces un rosa, un lirio o una orquídea en el ojal, un guindado
en lo de Pedemonte, alguna cita en esquinas de faroles de gas, mientras pasaban las volantas y
las damas con sus largos vestidos y sombreros de tules, escondían entre abanicos las miradas
fugaces.
Esos tiempos de romanticismo, protestas y rebeldías triunfales le daban a Ángel el paso
desafiante. Su vida era una sucesión de episodios agitados.
La mesa todavía temblaba con el golpe de su puño, cuando extinguidos los aplausos, se
produjo un silencio profundo. Aquellos hombres lo miraban con admiración y respeto. Entre
aedas, caballeros andantes, siendo la palabra en imprenta tan escasa, había dejado claro con su
voz, que no hay doctrinas para la libertad sobre la tierra, pero se puede dejar la sangre en la
huella de un poema.
[3]
Esa tarde Ángel había vuelto a pasar cerca de la muchacha. La había visto ya varias veces
con el estuche de su violín bajo del brazo. Con aquellos tristes ojos grises, como extraídos de un
día de lluvia, que le parecieron parte de una melodía. La misma tal vez que hizo parar a ambos
un tiempo atrás en la calle Juan Carlos Gómez, frente al Cabildo, mientras ―durante los
carnavales― desfilaba una estudiantina de violines. Las notas entonces habían quedado
trepidando frente a sus ojos que se cruzaron y que ella se apresuró a bajar, mientras redoblaba el
paso. Él la siguió con la mirada, mientras la veía alejarse con sus padres hacia la calle Cerrito.
Pensó que seguramente estudiaría en el Conservatorio La Lira. Que tal vez una tarde la
iría a esperar. Que era un ensueño verla. Que los adoquines de las calles y las baldosas de las
veredas de la ciudad, eran simplemente un marco de artificio, para aquellos pasos que merecían
sedas y jardines. Para aquella joven que había despertado su amor.
Juró que el soneto que escribiera en la tarde del primer encuentro, ella lo escucharía, y
que cuando lo oyera, los ojos tristes se iluminarían de ternura.
No se animó a preguntarle tampoco ahora, pero supo que se llamaba Ana y que siempre
sería Ana, aunque nunca supiera su nombre verdadero.
Ángel salió del Polo Bamba, envuelto en su capa negra y rodeado de los poetas
compañeros. Héroes del «sarandismo» caminaron firme por la estrecha vereda. Iban contándose
de retos a duelo y aventuras. Roberto exhibía sin pudor los orificios de bala en su chaleco,
recuerdo de un marido celoso. Iban sin ver que las ventanas se habían cerrado y apagado sus
luces. La hora tardía no hacía mella en aquellos jóvenes trasnochadores cuya insolencia era
tantas veces criticada y denunciada por los vecinos y comerciantes. Ángel reía sonoramente y
trataba de adivinar tras los visillos las caras de las dulces esposas, ardiendo de deseos
presuntamente insatisfechos y languideciendo de amor por las estrofas de sus versos. Aquellos
señores que encendían velas y rezaban plegarias, que las acompañaban a misa de 11 los
domingos, no podrían nunca imaginar el fuego que despedían los ojos de sus mujeres, cuando lo
veían pasar con sus compañeros por la puerta de sus casas.
Pero esa tarde Ángel había visto a Ana y ahora tenía su soneto dobladito en el bolsillo del
chaleco. Cuando llegaron a la esquina del Cabildo cruzaron a la plaza y se sentaron en los
bancos. La luz de luna llena pegaba entre los árboles e iluminaba las manos que desdoblaron la
hoja de papel. El viento del sur, casi sin que lo notase, se la arrebató en el momento en que se la
alcanzaba a Ovidio diciéndole, es un secreto propio de un amigo.
Ángel quiso retenerla en el aire, pero los remolinos en el espacio abierto, hicieron tomar
vuelo al papel, testigo de sus delirios amorosos. Entonces la empezó a correr entre maldiciones
y gritos, mientras su sombrero rodaba por el suelo.
♦ El sábado por la mañana Ana salió rápidamente de su casa y caminó esas poquitas
cuadras hasta la calle Sarandí. Pensaba que los brotes de las plantas eran dedos pequeños, muy
sensibles, que empezaban a alzarse para alcanzar su cara. Que los trinos de los pájaros
[4]
sobrevivientes a la civilización, internados en los edificios, creaban una melodía que ella jamás
podría tocar en su violín.
La ciudad vieja de Montevideo se vestía con toda la energía de la creación artística los
sábados. Contrastaba con la grisura de los otros días de semana de trajín bancario y comercial,
tránsito de automóviles, ómnibus y todo tipo de ciclomotores, tejedores de una red intensa de
otros intereses.
Llegó al Paseo Cultural cuando estaba en su esplendor. Metida en su vaquero, remangada
su campera, buscó una vez más estar cerca de los poetas que leían en la calle. Le gustaba
intercalar con ellos melodías, sin concertación determinada, envuelta en sus palabras.
De la mano del viento del sur, Ángel vivía uno de sus sueños utópicos ese sábado, en el
centro de aquello que parecía ser un mundo imaginario. Una extraña gente exhibía sobre mesas,
o directamente en el suelo, los objetos salidos de sus casas. Sin embargo no podía reconocer a
esos mercaderes de ropas imposibles. Vendedores callejeros, que en vez de vocear frutas o
pescados, velas o pasteles como siempre, ofrecían su mercadería en la Plaza Matriz y sus
alrededores. Lo que era su loza, sus vasos, libros, vestidos y sombreros, estaban allí y no en los
clásicos comercios donde se venden esas cosas. Esto amenazaba de muerte su cordura.
Escuchaba voces muy fuertes, demasiado, como saliendo de gargantas profundas. Y veía
gente, gente en todas partes, distinta, indescriptible, inmersa en aparatos nunca vistos.
Caminó entre ellos y nadie lo miraba. Podía tocarlos que permanecerían indiferentes. El
viento lo empujaba todavía, apuraba su paso, levantaba su capa por los aires.
Entonces la vio. Sabía que era Ana, pero tan distinta...Primero escuchó la melodía. Era sin
duda aquella melodía. La misma que los hizo parar juntos una noche, mientras desfilaba una
estudiantina de violines. Sabía que era Ana que la ejecutaba dulcemente. Eran sus manos que
elevaban el arco, que pulsaban las cuerdas en medio de la calle. Ana arrancaba aquellas notas
más allá de sus conocimientos. Una melodía perturbadora y fugaz.
Cerca escuchó voces poéticas. Hombres y mujeres alternaban indistintamente sus lecturas
de textos desconocidos, que sin embargo sonaban entre extraños y habituales, con un ritmo roto
de rimas raramente construidas y a veces inexistentes, frente a una librería con enormes vidrios
y pinturas, con un cartel que rezaba: Museo Torres García.
Ana acompañaba las lecturas que realizaban los poetas, pasándose un micrófono de mano
en mano mientras mostraban sus libros, en una especie de ágora semicircular.
Entre las voces que encendían la sangre, Ana creyó escuchar un texto de otros tiempos, un
soneto desnudo como un ángel. Velos de ternura que acariciaba su memoria, con un dejo de
intimidad, que se desnudaba por los parlantes. Los mismos poetas que se buscaban las miradas,
se asombraron escuchando aquel texto que sonaba en una voz inesperada, altisonante, heroica.
Una voz inexplicable. Se miraron y gesticularon interrogándose sobre la procedencia y autoría
de los versos que nadie reconocía como propios.
Ni los magos, bailarines, malabaristas, músicos y artesanos, por una parte, ni la corriente
de público que vestía la calle Sarandí, podían adivinar que entre ellos anduviera esa figura
impresionante, envuelta en una capa desplegada.
[5]
Ana aún tocaba la melodía sin saber cómo se enhebraba con sus manos, cuando sintió la
ráfaga imponente, el remolino que envolvió su cuerpo, amenazando su equilibrio.
Cuando abrió los ojos que mantenía entrecerrados escuchando poema y melodía,
descubrió a sus pies, casi sin asombro, un antiguo sombrero negro de alas anchas.
ROBERTO BIANCHI. URUGUAYO. Poeta, narrador. Ha realizado recitales de poesía en
numerosos países.
Entre sus distinciones, resultó Premio Cuento del Concurso Literario ―20 aniversario de AUDA‖,
2004, con el auspicio y jurados de la Casa de los Escritores del Uruguay, por su trabajo:
Un sombrero negro de alas anchas.. Entre sus títulos editados individuales más importantes, se
encuentran: Opinando (poemas 1981), Sumario (poemas 1987), Bordes (poemas 1992), Lugar en
Marcha (Editorial Nubla, poemas 1993), abro montevideo
(antología poética, Ediciones Poramor, Colección Sur, La
Habana, 1993), Esto es Cuba (poesía-ensayo, 1995),
montevide-o-dios (poemas, editorial Graffiti,1997); Sus
últimas publicaciones: Los amores son arcos formidables
(poemas, 1998), ...y sin embargo abren los jazmines,
(poemas, 2003), En las líneas de la mano, (poesía, Bianchi-
Reis-Zavala, Tres poetas de América Latina, Marzo 2004,
Quito, Ecuador.) Trilogía Poética,-Celada sobre encaje de
guipur- (Nina Reis, Roberto Bianchi y José María Pinilla),
Ediciones Atenas, Barcelona, 2005. Poesía
HUELLAS/MARCAS, Reis, Bianchi, Zavala, poesía
bilingüe español portugués, Centro de Artes y Letras de
Ecuador “Esmeralda Guzmán Carrera”, Gestual de
Dominio, poemario ilustrado por Fernando Barreto, Brasil,
aBrace Editora,2009. Editado en Antologías de poesía y de narrativa, Entre Eros y Tánatos, de la
Asoc. de Escritores de Mérida, Venezuela. Es Director de del Movimiento Cultural aBrace donde se
desempeña como promotor cultural, conjuntamente con la poeta Nina Reis, habiendo realizado a la
fecha nueve encuentros internacionales, el noveno en La Habana, Cuba. Embajador por Uruguay de
Poetas del Mundo. Embajador de la Paz y Embajador Universal de Peace Circle - Ginebra:
CAPITAL Mundial de la PAZ.
[6]
DOS POEMAS DE CLAUDIA ALEMÁN CONCEPCIÓN
DETRÁS VIENE EL ESPEJO
La lentitud con que me muevo a oscuras
tiene un timbre que apenas reconozco
detrás viene el espejo
agujereando todo lo que palpo
lo que repta debajo de mis pies
como un cuerpo ya roto que se fuga,
no sé cómo lo haré
tal vez sea tarde
y renunciar al vértigo es urgente
quizás aún el aire me denuncie
y necesite hallar los otros signos
huellas que se quedaron más allá
más lejanas aún
más que el espejo.
HOJAS
Hojas que ya no dejan de sangrar
hojas para roer
saltar el fango,
hojas para limpiar mi voluntad
para no destruir de donde nazco
para ir directamente hacia el adiós
para marchar y no volver y decir basta.
Hojas para rodar en soledad.
Allí, en vano, las hojas,
enlentecen la dicha de mirarlas
se desgranan con el más ínfimo roce
sólo la multitud que pasa lejos
sólo el temblor que retengo en los párpados
sólo una voz queriendo apaciguarlas
sólo una, mi voz, cayendo en ellas.
[7]
CIUDAD DE LA HABANA, Cuba. 15 de diciembre,
1982. Médico, graduada en el 2007, compositora,
miembro de la Agencia Cubana de Derecho de Autor
Musical (ACDAM) desde el 2008, integrante del taller de
creación literaria dirigido por el escritor cubano Alberto
Guerra Naranjo. Premios: Ecoloquia, 2010, Argentina,
Mención: El Mundo Lleva Alas, 2011, EE.UU.
[8]
DOS POEMAS DE LUIS ULLÁN
NOCHE DE BODAS
Sin predecir
un porvenir de bellos deseos
deseo imaginarme en ti,
y guardarme siempre dentro.
Pero prometo, -sí, prometo-
respetar el abismo y el ajuar.
Ya todo fue suficiente
para observar el horror,
para olvidar la visión
de un sueño en pedazos de cristal.
Tampoco negaré
que ya rebusqué para doler,
entre todos tus rincones
a tu conciencia intranquila,
y sin quererlo encontré el ayer,
teñido de plata y errores.
Ya no es necesario
que escondas el candado,
ahora todo serán regalos
de un infinito cumpleaños.
Ya no es necesario que abras los ojos.
Ya no es necesario que se enteren todos.
TURNOS
Es él, el roto y cruel arriero,
compañero de fatigas
poderoso, incansable,
podrido de avaricia.
Magnífico Don Dinero,
me ha hipotecado los sueños,
[9]
―precio bajo‖, susurraba
prometiendo coste cero.
¡Rían! Rían mientras puedan,
por las rimas inconsistentes
del pseudoescritor infiltrado,
del tarado que publica,
incongruente,
otro comentario sin aval.
Sin aval, sin razón,
sin crédito y sin verdad.
Puede prometer y promete,
y más que prometerá el mentiroso
mientras pida confianza
al crédulo, bonachón,
al votante sin espada
al futuro receloso.
¿Y después?
¡Oh, después!
Clamores, insultos,
rimas y maldiciones
contra el gobernante elegido,
con el trabajo de los pobres.
LUIS ULLÁN (04/10/1985), es un escritor nacido en Salamanca (España) cuya vida ha estado
dedicada a las artes. Desde los cinco años comenzó a escribir sus primeros relatos y cuentos
infantiles, así como a dibujar todo tipo de escenas de diversa índole, muy influenciado por sus
padres.
Con el paso de los años, Luis aprendió música de forma autodidacta, y con mucho empeño y trabajo
consiguió sacar dos CDs al mercado: "Quejas de Interior" (2008) y "Down to us..." (2010)
[http://www.mycd.com/luisullan/discografia/down-to-us/]. Ha girado por diversas ciudades
incluyendo Madrid, Salamanca, Cantabria o Valencia, y su música ha llegado por todo el mundo
gracias a las descargas gratuitas.
Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Pontificia de Salamanca, actualmente
es el director del medio digital MÁSSalamanca www.massalamanca.es, donde combina las labores
de dirección, edición y redacción, además de ser corrector de textos y entrevistador.
Dentro de su faceta como escritor, Luis Ullán ha participado en diversos concursos y ha sido
publicado en numerosos blogs y publicaciones latinoamericanas. Y es que sus historias, contadas en
forma de poemas o relatos, consiguen cautivar a todo aquel que se toma unos minutos para leer sus
textos.
La obra de Luis Ullán procede de una mente que no tiene sino que contar todo lo que ocurre allí
dentro.
[10]
ENTREVISTAS…
La Editorial Voces de Hoy ha puesto a la venta el
Almanaque 2012 cuyo diseño y contenido conforma
realmente una verdadera joya literaria, preciosa labor
concebida por dos especialistas de la casa editorial, la
Subdirectora de la prestigiosa institución y la periodista
y relacionista pública, Margarita Polo. La asignación
de la entrevista promocional correspondió a la otra
relacionista pública de la entidad promotora: Mercedes
Eleine González, quien ―sudó la gota gorda‖ para
llevar a buen término la labor. Ya verán por qué.
Mercedes Eleine González (ME): Ustedes son las que
pudiéramos llamar ―progenitoras‖ de una excelente
idea que se ha hecho realidad en la publicación de uno
de los almanaques más bellos y que ahora pone a
disposición del público la Editorial Voces de Hoy, ¿cómo la concibieron?
Margarita Polo (MP): Empiezo yo, espérate, déjame hablar a mí primero… te diré que Josefina
me llamó para conversar sobre las posibilidades reales que teníamos de divulgación y, como
para llegar a los medios informativos impresos hay que pagar espacios, entre las ideas que
surgieron, estuvo la del almanaque, para promocionar la editorial.
Josefina Ezpeleta (JE): Que no se te olvide decir, querida Márgara, que inicialmente
pensábamos hacer un calendario del año 2013 y que estuviera listo para la Feria Internacional
del Libro de Miami de noviembre del 2012. Pero a medida que pasaron los días y elaborábamos
la idea llegamos a la conclusión: ¿por qué no hacerlo ahora, cuando tenemos a los nominados al
Premio Voces de Hoy? Y entre ambas la idea fue creciendo y enriqueciéndose.
MP: Espérate, Josefina, para contarle a Mercedes Eleine que nos pusimos a pensar en los
almanaques de cuando nosotras nacimos, que tenían el Santoral al Dorso y sobre esa base
hicimos el diseño, que me parece muy válido. Ya sabíamos que pondríamos a los nominados a
dicho premio, pero, comenzamos a pensar en la posibilidad también de incluir algunas
efemérides literarias importantes, y ¿por qué no? algún que otro dato de interés para todos los
amantes de las letras. De esa forma iniciamos la búsqueda, Josefina por un lado y yo por otro;
debíamos encontrar escritores que cumplieran en el año 2012, un aniversario cerrado y
descubrimos que había no sólo centenarios, sino cumpliendo doscientos, trescientos y más años
de haber nacido, incluyendo los de lengua hispana y de todos los idiomas del mundo, además de
representar, con su obra, hitos de la literatura universal.
[11]
Mercedes Eleine (ME): Eso es lo que me llama la atención del Almanaque, no sólo el precioso
diseño e impresión sino la funcionalidad y lo didáctico que resulta. Es una joyita literaria y
aplica muy bien lo que José Martí dice en La Edad de Oro, ―hay que enseñar recreando…‖
JE.- Con esta idea central, ampliamos el horizonte e intercalamos además los premios de
literatura más relevantes: Premio Nobel de Literatura, Premio de Literatura en Lengua
Castellana Miguel de Cervantes y otros. Tuvimos en cuenta lo más importante a destacar, que
un libro publicado por nuestra editorial obtuvo un premio y decidimos hacer honor a quien
honor merece: a su autor. De esta manera la editorial está creando sus propias efemérides.
ME: Lo cual es una manera muy inteligente de promocionar los títulos que conforman la lista
de los mejores libros nominados al Premio de Literatura en español Voces de Hoy 2011,
entonces me gustaría saber a quiénes correspondió respectivamente la magnífica concepción de
la selección de textos, diseño e impresión.
MP: En realidad, lo de respectivamente no va muy bien con la forma en que trabajamos. Sí, ya
sé lo que vas a decir pero por favor, déjame decirlo a mí; en estos momentos, no podemos
deslindar de quién fue cuál idea, quién la enriqueció ni quién al final la redactó. Ha sido un
verdadero trabajo en equipo…
JE: Sí, claro, como Margarita vive tan lejos de mí, lo pudimos hacer gracias al desarrollo
tecnológico, porque tuvimos que recurrir al teléfono y al correo electrónico. Entonces, la
selección, concepción y redacción de textos corresponde tanto a Margarita como a mí.
ME: Puede decirse que es un perfecto trabajo en equipo, la mejor manera de hacer las cosas,
cuando hay buena química.
MP: ¡Un momento, Josefina!, honor a quien honor merece, hay que decir que el diseño es tuyo,
aunque claro, tuviste la magnífica oportunidad de que yo cada cinco minutos metía la cuchareta.
Por ejemplo, a mí sigue sin gustarme la cubierta, pero lo que yo quería hacer ella no lo pudo
hacer, y así se quedó. La impresión bueno… eso le toca a la imprenta.
ME: Desde mi punto de vista conforman un excelente binomio autoral, reflejado en el
contenido y terminado de la obra, ¿Cómo se sienten ambas después de tal logro?
JE: Permíteme decir algo antes de que Margarita se me adelante… Nuestro primer trabajo en
conjunto fue la preparación del libro del cual Margarita es autora, Mi amigo Nicolás y a partir
de ese momento se estableció un nexo que va más allá de la amistad y que, a la hora de crear
algo, crece inconmensurablemente. No habíamos hecho ningún otro trabajo en conjunto y ahora
éste nos dio la posibilidad de volcarnos con todo nuestro amor a lo que hacemos y ahí tienen
todos los lectores el fruto. ¿Quieres decir algo, Márgara?
[12]
MP: Sí, mi mamá decía que el que a buen árbol se arrima… buena sombra lo cobija… y a mí
me gusta estar al lado de una persona que me permita crecer como intelectual, y si la vida me ha
dado esa oportunidad, trato de sacarle el mayor provecho posible. Porque cuando estoy al lado
de Pedro Pablo y de Josefina, aprendo de cada uno un poco del arte que es hacer libros. Josefina
ha resultado ser esa alma gemela que una siempre necesita. A veces yo no tengo que decir algo,
porque ella lo adivina —y viceversa—… tengo un pensamiento y ella me lo quita y lo dice
primero. Y aunque juren y perjuren, nadie puede creer que yo lo había pensado antes. Porque
Josefina es genio y figura hasta la sepultura. Y yo sólo soy el patito chiquitico de la canción de
la amapola. No digo más porque Josefina me mandó a callar.
ME: ¿Me dejarán terminar la entrevista?......
JE: …Sólo para aclarar que lo del patito no es cierto, bueno, tampoco ella es la amapola…
porque es Margarita… Bueno, con respecto exactamente a tu pregunta, después de este logro,
me siento como si hubiera cumplido otro sueño más, en este caso no de un autor que toca a
nuestras puertas, sino de la editorial en sí, que ya es parte inseparable de mí. Además, es
maravilloso trabajar con alguien como la amapola, digo, como la Margarita…
ME: Deja ver si me dejan decir la última pregunta… la Editorial Voces de Hoy se caracteriza
por la exquisitez de sus ediciones lo cual se corrobora en la edición de este Almanaque
promocional que pronto tendremos la oportunidad de adquirir, ¿para cuándo será tal evento y
cuál es el precio acordado?
JE: Con esta entrevista ya se está anunciando la salida a la luz del almanaque. ¿El precio?
$13.00. Y hay una pregunta que no nos hiciste, y es si tenemos ya algo en mente… y aquí entre
nosotras: ¡Sííííííí!!!!!!! Pero no te lo vamos a decir…
MP: … porque es un secreto y si te lo decimos, deja de serlo….
ME: ¡Oh, por favor, al menos déjenme darle el toque final a la entrevista!, tratándose de
ustedes, mis queridas Margarita y Josefina, podríamos escribir la segunda parte de ―Historias
interminables‖ pero eso lo dejaremos para otro día…… ¡gracias!, uff!
Entrevista realizada ¡al fin! por Mercedes Eleine González
YA ESTÁ A LA VENTA EN WWW.VOCESDEHOY.NET
[13]
MERCEDES ELEINE GONZÁLEZ TERRERO (Santiago de
Cuba, Cuba).- Licenciada en Letras Hispánicas por la Facultad de
Artes y Letras de la Universidad de La Habana, Cuba, 1981;
Diplomada en Comunicación Social y Periodismo por la Facultad
de Comunicación Social y Periodismo en la misma Universidad,
Cuba, 2000. Relacionista pública Editorial Voces de Hoy.
Se ha desempeñado como Profesora de Literatura y Español,
Profesora de Literatura Infantil, Asesora Cultural, Especialista
Literaria, Relacionista Pública, periodista y editora en prensa plana
(Prensa Latina) y radial (Radio Reloj) en su país de origen, Cuba.
Desarrolla toda su vida profesional en La Habana hasta emigrar
por reunificación familiar a los Estados Unidos en marzo del 2006.
A los doce años ganó el Primer Premio en un Concurso Literario Infantil con un cuento de
ciencia-ficción: ―La Visita de un Ser Extraño‖; a los veintiuno un Segundo Premio con otro
cuento: ―Dolores‖. A los dieciocho –sin haber iniciado aún la carrera de Letras- escribe críticas
de cine en una revista especializada, Arte 7.Tiene publicado el libro para niños: El Mundo de
Laura, editorial Palibrio, 2011 y Mamá me voy, Editorial Voces de Hoy 2011
[14]
SE DAN A CONOCER LOS GANADORES DEL CONCURSO INTERNACIONAL DE
LITERATURA INFANTIL LOS ZAPATICOS DE ROSA
La casa editorial Voces de Hoy se complace en anunciar los resultados del Concurso
Internacional de Literatura Infantil Los zapaticos de rosa, que el pasado año 2011 convocara
dicha entidad cultural. En esta oportunidad el jurado estuvo integrado por las poetas y escritoras
Gabriela Abeal (Argentina) y Josefina Ezpeleta (Cuba), quien también es la Subdirectora de la
Editorial Voces de Hoy, además del escritor, periodista, editor e investigador literario, José
Antonio Gutiérrez Caballero, más conocido en el ámbito literario como Josan Caballero (Cuba),
quien tuvo a su cargo la presidencia del jurado.
Las plicas fueron abiertas en el pasado día, 28 de enero de 2012, como homenaje a los 159 años
del nacimiento de José Martí, autor del famoso poema que dio nombre a este concurso. Las
obras concursantes participaron en los géneros de poesía, cuento y teatro, y el resultado ha sido
el siguiente:
Gran Premio del Jurado otorgado a Ronel González Sánchez, de Cuba:
Obra número 5: ―¿Por qué tiembla la gelatina?‖ (poesía)
Obra número 4: ―Casa embrujada‖ (cuento)
Por la riqueza temática y expresiva, en donde se aprecia un lirismo propio, rico en musicalidad
y una universal ars poética, digna de la gran poesía, sin que tenga que hablarse de una serie
literaria infantil o adulta, sino solo de buena literatura, con letras mayúsculas. Su autor@
parece dominar un amplio registro argumental y métrico, además de una peculiar gama de
asuntos, amplificados con tonos y tratamientos especiales, que denotan una voz peculiar,
dotada de gran fuerza y originalidad.
Igualmente, est@ autor@ presenta un cuento novelado, que aparece inmerso en lo mejor de la
narrativa infantil contemporánea, y aunque explora en temáticas ya transitadas, lo hace con un
lenguaje personal y sugerente, aprovechando los hallazgos del realismo mágico y el boom
latinoamericano, de modo que aporta una nueva visión para el entorno infantil, en contraste
con el adulto, y es capaz de generar una postura critica en torno a temáticas esenciales de la
realidad más cotidiana.
JOSAN CABALLERO
PRESIDENTE DEL JURADO
[15]
Premiados por géneros literarios:
Poesía
1er. lugar.- Obra número 3: ―La niña Delfín‖, de Carmen Yanguas Viera, España
2do. lugar.- Obra número 8: ―El espantapájaros sabio‖, de Anna Lazo Tessier, Uruguay
3er. lugar.- Obra número 21: ―Hay un gato en el espejo‖, de Diana Carolina Daza Asturillo,
Colombia
- Mención.- Obra número 27: ―Hada mariposa‖, de Débora Aleida García Martínez, Cuba
- Mención.- Obra número 16: ―Chuihui‖, de María de los Ángeles Morejón, Cuba
Cuento
1er. lugar.- Obra número 22: ―Un baile mágico‖, de July Ferreras, República Dominicana
2do. lugar.- Obra número 10: ―La cotorra ante el espejo‖, de Rodolfo Torres Rodríguez, Cuba
3er. lugar.- Obra número 7: ―Cerro verde‖, de Gioconda Carralero Dominicis, Cuba
- Mención especial del jurado.- Obra número 8: ―El país de todas las letras (Jugando con la X)‖,
de Anna Lazo Tessier, Uruguay
- Mención especial del jurado.- Obra número 12: ―Palabras mágicas‖, de Beatriz Teresa Bustos,
Argentina
- Mención.- Obra número 35: ―Un regalo para Laura‖, de Pilar Vélez, Colombia
- Mención.- Obra número 14: ―Comenzando la vida‖, de Jhonny Celestino Oliver Montaña,
Venezuela
Teatro
1er. lugar.- Obra número 8: ―El duende ‗ayudador‘‖, de Anna Lazo Tessier, Uruguay
2do. lugar.- Obra número 11: ―Visita inesperada‖, de Beatriz Teresa Bustos, Argentina
Tanto el gran premio del jurado, como los primeros lugares en cada género, recibirán un trofeo
acreditativo, un certificado de reconocimiento que lleva impresa una obra de la reconocida
artista Tina De Carlo y un ejemplar de la antología que se publicará con las obras premiadas,
dentro de la Colección El Zunzuncito, bajo el sello de la Editorial Voces de Hoy. Pero además,
al gran premio del jurado la Editorial Voces de Hoy le editará un libro de su autoría para
publicar bajo demanda.
Los lectores tendrán la posibilidad, en unos meses, de disfrutar de las obras que recibieron
premios y menciones en la antología Los zapaticos de rosa, y así constatar la calidad de las
obras a las cuales el jurado otorgó dichas categorías.
La Editorial Voces de Hoy agradece a todos los participantes y felicita especialmente a los
ganadores, así como a los miembros del jurado por su loable labor.
PEDRO PABLO PÉREZ SANTIESTEBAN
Director
Editorial Voces de Hoy
[16]
LOS ZAPATICOS DE ROSA
Pintura de la reconocida artista Tina De Carlo
NUEVO LIBRO PUBLICADO POR REVISTA ENTRE LÍNEAS
[17]
A PROPÓSITO DE UN TEXTO DEL POETA HOLGUINERO MANUEL GARCÍA
VERDECIA
Por Maricela Messeguer Mercadé*
La poesía holguinera, como su literatura toda, goza de buena salud. Reconocido desde la
presencia romántica de Adelaida del Mármol, en la segunda mitad del siglo XIX, este género
alcanza su plenitud en la ciudad de Holguín a partir de la década de los años 80 del pasado siglo
XX, cuando concursos como el Premio de la Ciudad, Premio de la Provincia, Premio ―Adelaida
del Mármol‖, con sus correspondientes publicaciones de obras ganadoras, junto a la aparición
de revistas de corte literario, tales como ―Jigüe‖, ―Diéresis‖ y ―Ámbito‖ dan a conocer las obras
de autores, ya consolidados como Francisco García Benítez y Lalita Curbelo, junto a las de
otros que se inician por estos años, como por ejemplo: Alejandro Querejeta Barceló, Gilberto
González Seik, Lourdes González Herrero, Luis Caissés Sánchez y Manuel García Verdecia.
Manuel García Verdecia (1953), miembro de la UNEAC, profesor, traductor, editor y escritor,
Licenciado en Lengua y Literatura Inglesas, Máster en Historia y
Cultura en Cuba, incursiona en diferentes géneros literarios que van
desde el ensayo, la narrativa, el artículo periodístico y la poesía, los
que ha dado a conocer tanto en Cuba como en otros países.
Entre las obras publicadas por este autor holguinero caben destacarse
La consagración de los contextos, ensayos, 1986; La mágica
palabra, artículos periodísticos, 1991; Incertidumbre de la lluvia,
poesía, 1993; Hebras, poesía, 2000; Meditación de Odiseo a su
regreso, poesía, 2001; Travesías, cuentos, 2004; Música de viento,
cuentos, 2005; Saga de Odiseo, poesía, 2006; El día de La Cruz,
novela, 2007; Camino a Mandalay, poesía, 2008. Cuenta entre sus traducciones, las realizadas a
dos de las novelas de Alice Walker: Meridiana, 2003 y El templo de mi espíritu, 2010,
publicadas bajo el sello editorial Arte y Literatura.
Algunos de los principales reconocimientos recibidos por García Verdecia abarcan los Premios
de la Ciudad, en periodismo, ensayo, narrativa y poesía; los premios nacionales de poesía
Adelaida del Mármol, Julián del Casal y XIII Premio de Poesía de La Gaceta de Cuba; el
premio de ensayo que otorga la revista ―Temas‖ y el premio a la mejor edición, 2002, y el
primer premio compartido del concurso El Mundo Lleva Alas, 2009, de la Editorial Voces de
Hoy.
Precisamente el libro de versos de este escritor titulado Hombre de la honda y de la piedra,
resultó ganador del premio Julián del Casal, que otorga la Unión Nacional de Escritores y
Artistas de Cuba (UNEAC) en el año 2007; el jurado estuvo integrado en esa ocasión por los
[18]
poetas César López, Roberto Manzano y Pedro Llanes. Este texto se estructura en tres
secciones: ―agrio cereal‖, ―el viejo drama‖ y ―tiempo de piedra‖, que conforman un total de 36
poemas.
Todas las composiciones que integran el poemario, a decir de Luis Lorente, se distinguen ―por
su autenticidad al hacerse visible como un bosque frondoso donde no queda espacio para que
pueda imponerse la desolación‖ (1). Uno de los poemas de Hombre de la honda y de la piedra,
el titulado ―Scheherezada cuenta‖, de la sección ―el viejo drama‖, llama la atención por ese
informar lírico, ese tocar la vida con la mano, pero siempre desde la poesía, tan característicos
de este poeta.
Una tarde, en amigable conversación con Manuel García Verdecia, este me confesó que había
sido testigo de una experiencia cuyo rico mensaje le había aportado una vivencia poética, y
comenzó a contarme cómo, sentado frente a su computadora, decidió tomarse un descanso y
asomarse por un momento a la ventana de su estudio y sorprendió, en ese preciso momento, la
presencia en la esquina de una muchacha, que concluida la jornada laboral y con las secuelas
que dejan en cuerpo y espíritu la rutina diaria, esperaba con impaciencia la posibilidad del paso
de un transporte que la acercara a su casa.
Decidido a retornar a su escritura, ya en el momento de abandonar la ventana, el escritor se
percató de cómo a la llegada de otra joven a la propia esquina y el encuentro entre ambas
mujeres, se trocó la mustia realidad cotidiana en fiesta de narraciones a través de animada
charla. El poeta, sensible ante lo que para otros no pasaría de ser un encuentro fortuito común y
corriente, no pudo sustraerse de la maravilla que sucedía ante sus ojos y la dejó plasmada en
versos. El poema en cuestión se titula ―Scheherezada cuenta‖ y es el siguiente:
―una muchacha en la resolana de la tarde
espera en la esquina la oportunidad
pasa una amiga en bicicleta
se detiene se besan conversan
como si descubrieran que el mundo recién nace
la muchacha de aspecto cansado perdido el maquillaje
trae la hermosura bruta de la verdad
descansa su pose desgarbada
alternando sobre sus sólidas piernas
mientras habla y habla y habla
¿qué tanto tendrá que contar?
esta muchacha deja atrás un repetido día de trabajo
buró destartalado clientes impacientes almuerzo soso
horas de polvo y bostezo
[19]
espera por una alfombra o un genio que la lleve a casa
su cofre de ladrillos donde solo le aguarda el ocaso
y la penumbra que arropa su cansancio
veía encimarse el atardecer hueco y silencioso
cuando encuentra a la amiga y de nuevo hay sol
entonces habla y habla y habla
el día transcurre por su boca y es cuento
cada minucia maravilla cada acto una odisea
toda vida se hace de intenciones
olvida el tráfico olvida el cofre de ladrillos olvida el
fastidio de la cocina
Scheherezada ahora solo cuenta
para la amiga pero más para ella
cuenta y cuenta
y posterga el silencio del ocaso‖. (2)
Hombre de la honda y de la piedra, p. 52
¿Cuántas Scheherezadas no se ven reflejadas en la muchacha del poema? El escritor ha sabido
captar la más ruda realidad: el agotamiento, el desaliento que provoca la cotidianidad; el
abatimiento generado por la espera de un transporte que no llega después de pasadas ocho horas
de trabajo; las obligaciones domésticas que siguen a la faena laboral y preceden los preparativos
para la nueva jornada donde todo habrá de repetirse…
Pero ¿a quién no se le aligera la espera, tras una situación así, cuando se encuentra con una
amiga? Toda angustia se olvida, el tiempo se detiene y lo que interesa es el encuentro en sí
mismo, el placer de saberse reconocida, recordada y contar qué ha pasado desde la última vez
en que se vieron, no importa si de ello han pasado años, meses, días u horas.
Ese tiempo no compartido lo llena entonces la narración, que se inicia más que con realidades,
con sueños y con planes. Atrás queda la fatiga, la angustia por el no poder llegar temprano a
casa, las tareas domésticas inaplazables; todo aquello que pertenece al mundo real pasa a un
segundo plano y solamente permanece la memoria, fantasiosa, voluble, esa memoria femenil
que quita años al cuerpo y reverdece el espíritu.
Gracias, a usted, mi buen poeta, integrante de ese grupo que se asomó con pasión y osadía a las
letras holguineras a partir de la década del ochenta y al que Gilberto González Seik ha dado en
llamar Generación de los 80, por develar al lector simple y común con tan hermosa intención
estética, lo que vale ese encuentro salvador de voluntades de vivir en el que se pone de
manifiesto una vez más, que Scheherezada no ha dejado de existir, que por el contrario, se
[20]
escapa de las páginas de las páginas de Las mil y una noches, transita por cualquiera de nuestras
calles e ilumina una esquina con sus narraciones.
* LA AUTORA ES DOCTORA EN ESTUDIOS LITERARIOS Y CATEDRÁTICA DE LA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA JOSÉ DE LA LUZ Y CABALLERO, DE HOLGUÍN, CUBA.
Referencias bibliográficas
(1) Luis Lorente. En contraportada del poemario Hombre de la honda y de la piedra.
(2) Manuel García Verdecia. ―Scheherezada cuenta‖, en Hombre de la honda y de la piedra,
p 52.
Bibliografía
García Verdecia, Manuel. Hombre de la honda y de la piedra. Ediciones Unión. La Habana.
2008.
Infante Miranda, María E. y Messeguer Mercadé, Maricela. Los senderos de la luz.
Aproximaciones al estudio de la poesía holguinera (1927-1989). Ediciones Holguín, Holguín.
2000.
Fuentes
♦García Verdecia, Manuel. La consagración de los contextos. Editado por la Dirección
Municipal de Cultura. Holguín, 1986.
♦La mágica palabra. Editado por Colección Ámbito. Holguín, 1991.
♦Incertidumbre de la lluvia. Ediciones Holguín. Holguín, 1993.
♦Hebras. Editorial LunArena, México, 2000.
♦Meditación de Odisea a su regreso. Ediciones Holguín. Holguín, 2002.
♦Música de viento. Editorial Oriente. Santiago de Cuba, 2004.
♦Travesías. Ediciones Holguín. Holguín, 2004.
♦Saga de Odiseo. Ediciones Unión. La Habana, 2006.
♦El día de La Cruz. Editorial Oriente. Santiago de Cuba, 2008.
♦Camino a Mandalay. Ediciones Holguín. Holguín, 2008.
♦González Herrero, Lourdes. Catálogo Holguinero. Ediciones Holguín. Holguín, 2000.
UN LIBRO DE GIOCONDA CARRALERO DE VENTA EN:
www.revistaliterariaentrelineas.blogspot.com
[21]
YO ALUCINO
Por Sara Suejen
SEXO
Sobre el sexo se ha dicho y escrito muchísimo, unos hablan tonterías, otros aberraciones y así,
pero los eruditos en la materia lo hacen con bases y a estos es a los que hay que oír y leer, no
obstante este es un tema como la política y religión, ni se tiene la última palabra y demasiado
variado para abarcarlo todo.
Desde que según Dios creó a Eva y Adán,
empezó el tira y jala, ¿Qué solo fue por lo de la
procreación? bien, pero debió prever para
nosotros lo mismo que le puso a los demás
animales; no fue así, nos dio demasiados
sentidos y nosotros aprovechados al fin, lo
utilizamos bien utilizados, en mi opinión el sexo
es mas natural que la naturaleza o Dios nos dio ¿
por que se ruboriza?, sostengo que todo aquello
que suceda dentro de una habitación y de mutuo
acuerdo entre todos los concursantes está bien,
lo contrario (eso ni lo menciono aquí) y que
cada persona haga con su cuerpo lo que mejor le
plazca sin agravar a otras, esto también a tratar a
parte.
El sexo como procreación no es agradable, ni
entretenido y ni para contarlo, es solo traer al
mundo a uno mas, pero si se une a unos buenos deseos, pasión y amor ahí cambia todo, es un
encanto maravilloso y no importa uno mas a este mundo tan poblado, total, aún se siembra
yuca.
El sexo por placer tiene mérito propio (para eso lo inventaron) no diré cosa alguna sobre esto
¡imagíneselo usted! y punto. Pero existe otro sexo, un sexo donde participa una sola persona,
eso tiene un nombre ¿lo saben? ese mismo. En esta actividad tan privada (se supone) se
entretiene la adolescencia
es solamente el hecho de descubrir sus cuerpos, sensaciones, es el empezar de la vida sexual,
fuera de esta edad si se practica es (de esto tampoco diré).
[22]
UN POEMA DE SARA
AZOGUE
Te busco
detrás de mi
espejo,
donde el azogue
acelera mis impulsos.
te veo en las cimas
de mis árboles,
en el fuego de mis
diablos
y debajo de mis
manteles,
te busco en las
calles del
mundo,
en el rincón
de la esquina,
al final
del muro,
en un oscuro
parque,
te busco
en todas partes
y en las formas
ideadas,
allí fuimos,
allí nos recreamos,
las recuerdo,
mirándome
delante de mí
espejo,
donde el
azogue
acelera mis
impulsos.
[23]
SARA MÉNDEZ ROJAS, nacida en Cuba bajo el signo de Capricornio, escogió un seudónimo
literario: Sara Suejen. No para esconderse, sino todo lo contrario. Con él ha deseado honrar su
ascendencia libanesa.
Amante de la literatura, lectora insaciable y admiradora de Fedor Dostoievski, Carlos Loveira y
Gibrán Jalil Gibrán, entre otros, siempre se ha sentido atraída por la escritura en prosa. No hace
mucho descubrió en ella una necesidad incontenible de escribir versos y en Alcyon nos hace su
primera entrega.
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PUBLICA TU LIBRO
[25]
DOS POEMAS DE PEDRO PABLO PÉREZ SANTIESTEBAN
Del poemario inédito Andares.
UN HOMBRE DE ESTOS TIEMPOS
El hombre se perdió en la orilla
dejó el tabaco a un lado
el ron mojó su garganta
se fue solo y sin camisa
con la carne expuesta al amarillo caliente
de un mediodía cualquiera.
El hombre se ahogó en su pena
del desconsuelo de celdas
que aprisionaban su voz…
lanzó en la noche un poema sin letras
que colgó en el silencio
y abandonó el corazón.
1/24/2012
EN EL MISMO LUGAR
En el río se cruzan las aguas que serenan la sed. Allá después de la montaña desde donde se
divisa el privado del amanecer, dejé mi cuerpo desnudo, expuesto y transparente, para que
llegues tú…
No hay apuros…
Corre el tiempo sobre lentos despertares, quizás porque el sol siente pereza de fecundar la noche
para que nazca el día, para que llegues tú…
No hay apuros…
En el mar que se confunde con ese mismo río, se echó a volar la barca, y entre olas que nacen y
mueren en suspiros, se agita la marea para que llegues tú…
No hay apuros…
Estaré en el mismo lugar de siempre.
2/10/2012
[26]
PEDRO PABLO PÉREZ SANTIESTEBAN. Holguín, Cuba, 1957. [Escritor
y Periodista]. Estudió Licenciatura en Contabilidad y Técnica Periodística, en
las Universidades de Holguín y de La Habana. Ha publicado varios libros de
poesía, cuentos y noveletas, entre los que se encuentran: Detrás de la ventana,
Marea alta, El néctar de las abejas, Plagio de lo humano, Delirios y
Lenguaje interno, (Poesía). En primera persona, Carlota de los espíritus /
Luna verde y Cuentos para un domingo, (Cuento). Frente al espejo, El juego
de la memoria y otras historias, Amparo la hija de Jacinta y Recaredo y La
ventana de cristal (Noveleta). Es Promotor Cultural y colabora con varias
revistas digitales e impresas de diferentes países como: Argentina, Venezuela,
Brasil, México, España, y Estados Unidos. Su obra poética se encuentra
incluida en diferentes antologías. Es Merecedor de algunos reconocimientos;
entre ellos el Premio de Poesía AG 2007 y 2011. Actualmente dirige la Editorial Voces de Hoy y la
revista literaria digital, Entre Líneas.
[27]
CASA EMBRUJADA
Gran Premio Concurso Internacional de Literatura Infantil Los zapaticos de rosa.
Editorial Voces de Hoy 2012.
Ronel González Sánchez
Aunque ninguno de los pocos que visitó el hogar de Fraudelina Ocampo Consuegra durante más de
treinta años, pudo comprobar porqué decían que su casa estaba poseída por extraños seres, la leyenda
de su caserón embrujado se conservaba como una de las más populares en Ninguna Parte.
Fraudelina, conocida por Lele, era la menor de diez hermanas cuyos nombres comenzaban con la
letra F: Fredesbinda (Yule), Febenita (Fela), Florfelina (Flor), Francelina (Risa), Fidelia (Fofa),
Fidelina (Delia), Feliciana (Nena), Fermina (Nine) y Felicidad (Fefita), hijas de Fortunata Felipa y
Fidencio Félix, guajiros célebres por su batallón de familiares féminas famosas y su capacidad para
inventar fábulas en verso que narraban historias de fantasmas, cualidad heredada por Fraudelina.
Para llegar a casa de Lele, según le indicó Bienvenida, el Almacenador tuvo que ir solo porque
nadie se atrevió a acompañarlo, cruzar el río por un improvisado puente fabricado con los troncos de
tres árboles medio podridos, tomar por un camino rodeado de prietuzcas palmas reales, y pasar junto
a la temblequeante guarapera de Ariel Carrasco del Valle y Damaris Almansa Sarría, un tétrico lugar
donde a nadie se le hubiera ocurrido levantar una casa y mucho menos ir a tomar guarapo.
Cruzó el jardín lleno de plantas medicinales, entre las que florecían un rosal y varias matas del
espinoso cardosanto, y sin pensarlo mucho subió al portal y se dirigió a la puerta de tablas a través de
las que se veía el interior de la ruinosa vivienda. Dio tres golpes suaves y, como nadie respondió,
insistió con suficiente fuerza para que se escuchara en cualquier sitio de la casa, y ya estaba a punto
de ir al patio trasero por un lateral de la vivienda, cuando unos dedos alargados y huesudos se
posaron tímidamente sobre su hombro izquierdo.
—Ujú, ujú, ujú —murmuró bajito la anciana, el Almacenador sintió su respiración pegada a la
espalda, dio un salto y estuvo a punto de salir corriendo de no ser porque la misteriosa señora lo
agarró por un brazo — ¡Oiga, ni que hubiera visto un toro con tres cabezas y seis tarros!
—¿Qui, quién es usted? —preguntó el hombre con un buchito de voz.
—¡Ah, cará! ¡Quién iba a ser! El que a mi casa camina, y no encuentra a Fraudelina, puede
desaparecer.
—Buenos días, se, señora.
—Menos mal que tu saludo ya se empieza a transformar en verso. Puedes entrar, pero ¿salir? Yo lo
dudo.
—No se preocupe. Podemos conversar en el portal —soltó de un tirón el Almacenador a quien ya
comenzaba a molestarle el diálogo.
— ¡Pase le digo, animal!
— ¡De acuerdo, señora, entremos!
—No se fije en el reguero. Vivir sola es un problema, pero ese no es el tema de su interés,
compañero.
[28]
—Realmente no, yo vine porque…
—Sí, sí, sí, no me diga nada, siéntese ahí y vamos a charlar sin tanta versadera —dijo y le indicó una
vieja mecedora que crujió de inmediat — ¡Lo mismitico de siempre! — al terminar la frase dejó
escapar un suspiro—. Quiere comprobar con sus propios ojos si es cierto que yo vivo en una casa
embrujada.
— ¿Cómo se enteró? Ah, ya sé, ¡se lo dijo Bienvenida! —dijo y entonces se dio cuenta de que el
rostro de la anciana en realidad parecía el de dos personas distintas, una joven y otra bien entrada en
años.
—No hombre, no. La gente que llega hasta aquí no
lo hace porque me aprecia, le agrada conversar
conmigo o quiere compartir un platico de arroz
con leche, a propósito, ¿qué le parece si le traigo
un poco de arroz con leche? No mucho, y me
disculpa, porque desde que yo era niña, y mire que
ha llovido hasta la fecha, a mí encanta.
— ¡Quéricomeparecetremendaidea! —dijo de
carretilla el Almacenador, a quien le fascinaba ese
dulce casero pero, como en Ninguna Parte nadie se
lo había ofrecido, a él le daba vergüenza pedirlo
para no ser tachado de glotón.
La anciana se levantó y fue a la cocina. El
Almacenador vio que la mecedora quedó
moviéndose y crujiendo, y la detuvo para no despertar a las ―potestades del Más Allá‖, como le había
oído decir una noche al yerbero Nicomedes Sarmiento. En ese momento aprovechó para observar
cada detalle de la casa donde el tiempo había sido extremadamente cruel: el piso de madera
agujereado, dos solitarios y descascarados pescados de yeso colgados en una pared de tablas, el techo
cubierto de telarañas ennegrecidas por el polvo y el humo del candil, dos o tres taburetes rotos, un
caldero tiznado sobre una mesa con las patas visiblemente comidas por el comején, una cortina de
nylon que alguna vez fue azul, para separar la sala de la cocina, y otra en la puerta de lo que debía ser
el dormitorio. Sobre una mesita en un rincón de la sala, había un sucio portarretrato con una foto en
blanco y negro de una muchacha con una paloma en la mano. Supuso que debía ser Fraudelina e
intentó distinguir mejor la imagen para intentar reproducirla más tarde, cuando la anciana regresó
con dos platillos rebosados de dulce.
[29]
—Esa era mi mamá. ¿Linda, verdad? — dijo y le alcanzó un platillo— .El arroz lo hice tempranito,
con la esperanza de que alguien viniera a visitarme y mira tú qué suerte. Tome esta cuchara y no me
vaya a dejar ni una raspita, que le eché canela, un jarro grande con leche de vaca y una ralladura de
cáscara de naranja agria porque no tenía de la otra.
—Gracias, muchas gracias —dijo el hombrecito y se llevó rápidamente la cuchara a la boca como si
alguien le fuera a arrebatar el platillo— ¡Se parece al que hacía mi abuela. ¡Está riquísimo!
—Lo sabía. Yo soy experta haciendo arroz con leche, coquitos quemados, turrones de coco,
merenguitos y dulce de leche cortada. Caray, pero qué mala educación la mía ¿cómo me dijo que se
llamaba?
—Almacenador de Historias me dicen pero, aquí en confianza, mi verdadero nombre es Isidoro
Francisco Luna, no me gusta decírselo a nadie porque es muy feo.
— ¿Feo? ¡Qué va! Más feo es llamarse Fraudelina, sí por eso prefiero que me llamen Lele.
— ¿Y desde cuándo vive usted por esta zona, si es que se puede saber? —dijo y se volvió a llevar a
la boca otra enorme cucharada mientras la señora arrastró un taburete y lo recostó contra una pared.
[30]
—Claro que se puede saber, mis padres me trajeron para Ninguna Parte cuando tenía cinco años,
después crecí, tuve un novio que vivía allá arriiiiiiiiba, por la loma de los milagros y, al final, por
cosas de la vida, me quedé a vivir en este rancho con tres gatos negros y una jicotea más vieja que yo
en una palangana —Lele suspiró y en ese instante una tabla se zafó de una pared y cayó sobre la
mesa.
—¿Escuchó eso?
—¿Qué cosa?
—El ruido. ¿No lo oyó?
—Ah, eso pasa cada vez que viene gente, pero no se asuste, son los gatos. Esos animales acaban con
todo cazando ratones y husmeando entre las vasijas. ¡Sipe gato tolonguero!
—Si usted lo dice —el hombre, receloso, hizo una pausa y le devolvió el platillo.
—Póngalo ahí en la mesita.
El Almacenador hizo lo indicado y casi convulsiona cuando sintió el ruido de un cencerro y vio
entrar de repente, por la puerta del fondo, una vaca carmelita con lunares blancos.
— ¿Y eso?
—No se asuste, esa es Carmelina, tiene un ternero grandísimo y todavía me regala medio balde de
leche.
La vaca miró al hombre con curiosidad durante unos segundos, le dio una vuelta a la mesa y
comenzó a tomar agua en el caldero.
—¡Ojó Carmelina, vaya para el patio! —dijo Lele— ¡Y pórtese bien que tenemos visita!
El animal obedeció y el hombre lo observó alejarse meneando la cola y sonando el cencerro.
— ¡Impresionante! — murmuró y medio atontado aún preguntó— Lele ¿Y aparte de la vaca, los
gatos y la jicotea ¿no le da miedo vivir sola con todos los chismes que se dicen de este lugar?
— ¡Ay, mijito, si tú supieras! Una se acostumbra a todo —la mujer suspiró nuevamente y entonces
se escuchó en la cocina algo parecido al ruido que hace una cazuela al caer al piso.
—¡No me vaya a decir que no escuchó eso ahora? Míreme, si estoy erizado de pies a cabeza.
—¿Qué? Vamos hombre, ya le dije que aquí los gatos son alborotadores cantidad, incluso maúllan
por la noche y parecen niños llorando. Cacha, la vecina que vivía allá atrás, cerca de la mata de
nísperos, antes de irse para Caguairanal se pasaba los días en temblores.
Lele dejó escapar un nuevo suspiro, que de inmediato fue interrumpido por una lagartija azul que
cayó justamente sobre la cabeza del Almacenador.
— ¡Madre mía, qué es esto! — chilló el hombre y se sacudió el pelo con una mano. La lagartija fue
a parar debajo de la mesita y se encaramó velozmente en una pared. Al principio Fraudelina
aguantó la risa pero luego soltó una carcajada.
—¡No se ría! — requirió el Almacenador.
—Perdóneme, perdóneme —dijo Fraudelina conteniendo la risa— es que si usted ve en un espejo
la cara que puso de chivo con tontera, también se hubiera reído.
El Almacenador la miró serio.
[31]
— ¡Vaya, no me mire así que yo no tengo la culpa de que usted tenga azúcar para las alimañas,
además, tuvo suerte de que fuera un caguayito y no una araña pelúa, porque si ese bicho le camina
por el pescuezo le hubiera armado un corretaje que estate quieto!
—Lele ¿entonces usted cree que sea culpa de los animales?
— ¿Qué cosa?
—Esas historias que la gente cuenta acerca de lo que pasa aquí.
—Bueno, sí, en parte. Aunque, déjeme decirle que a veces he llegado a pensar que tienen razón o
que aquí hay duendes porque ¿cómo se explica que yo deje las tijeras, el hilo y la aguja en un sitio
y después me los encuentre en otro o sencillamente no aparezcan?
— ¿No será que usted no tiene buena memoria?
— ¡De eso nada! Si yo puedo mostrarle ahora mismo dónde está el bibijagüero, el nido que hizo la
gallina ceniza debajo de la mata de limón y hasta explicarle en qué mayal encontraron al majá que se
estaba comiendo los pollos del barrio —dijo la mujer, bajó la cabeza y alzó los brazos— ¡Yo no sé si
otra cosa, pero duendes, lo que se dice duendes, para mí que aquí sí hay!.
En ese instante se escuchó un trueno a lo lejos.
— ¡Ooooohhhhhh! Parece que va a llover temprano y eso que amaneció sin una nube —dijo el
Almacenador y se acomodó en el asiento.
No, y que cuando el tiempo está de lluvia aquí las cosas se ponen medio raras.
— ¿Cómo raras?
—¡Ahí lo tiene! —dijo Lele y señaló un marrano rosado y rollizo, un chivo prieto, una gallina jabá,
tres pollos pescuesipelados y dos gorriones que entraron alborotados en la sala.
— ¿Pero y eso? —casi gritó el Almacenador que levantó los pies sobre un brazo de la mecedora y los
ojos se le pusieron como un par de bombillos
—Espere y verá —dijo Lele sin inmutarse.
En unos minutos los animales se fueron organizando en un rincón y armaron una torre: los pollos
subieron al lomo de la gallina que a su vez trepó en el chivo, el marrano se echó en el suelo y todos
se encaramaron en su barriga. Finalmente, los gorriones se posaron tranquilamente en los tarros del
chivo.
— ¿Qué locura es esta? Tal parece que se han puesto de acuerdo para que a mí se me salga el
corazón. ¿Y no les va a decir que salgan para el patio?
—No, déjelos ahí. Solamente no les haga caso y siga hablando conmigo como si nada, que a ellos
lo que les gusta es llamar la atención.
El hombre asintió, sin embargo no pudo evitar que a veces los ojos se le fueran para la pirámide
animal.
— ¡Y se puede decir que eso no tiene importancia! —exclamó la mujer y puso énfasis en cada
palabra—. Me acuerdo que una tarde yo estaba en la cocina dando unos escobazos para sacar el
polvo y, óigame, quién le dice a usted que de pronto se mete una pelota de candela por la ventana
y, sin más ni más, me va arriba.
—¿Cómo que le fue arriba? ¿A quemarla?
[32]
— ¡Qué sé yo! Cuando vi aquello grité Santabárbarabenditadiosmecojaconfesada como cinco veces
y salí corriendo, la bola me cayó atrás por toda la casa durante un buen rato, hasta que explotó
como un siquitraque encima del armario.
— ¡Ahhhhh, eso fue un rayo esférico!
— ¿Rayo de qué cosa? ¡Rayos y truenos! La cosa hizo ¡Puuuuummmm! y me tuve que sentar como
una hora a esperar que se me pasara el susto.
—El rayo esférico es un fenómeno natural que ocurre porque…
—Mire, señor, perdóneme que lo interrumpa. No me venga con charlitas científicas que si usted ve
aquella barbaridad corriendo como si fuera un fantasma, atravesando paredes y todo lo que
estuviera en su camino, se hubiera orinado en los pantalones. ¡Si desde que llegó está muerto de
miedo y lo único que ha oído es el ruido de los gatos!
El Almacenador se puso de pie.
—Bueno Lele, la conversación es muy interesante, pero ya me tengo que ir.
— ¡Ay, pero usted no me puede hacer eso! — dijo y se fue poniendo en pie con lentitud— Si hasta
había pensado invitarlo a almorzar. ¡No me diga que se ofendió por lo del rayo!
—No se preocupe. Es que el tiempo se está poniendo feo y son unos cuantos kilómetros los que debo
recorrer para llegar a casa de Bienvenida.
—Entonces dese prisa, aunque espero verlo de nuevo porque ya conoce el camino de esta casa donde
siempre se recibe a los amigos. Ah, y si es cierto lo que me dijeron que usted va escribir un libro, si
quiere mencione los ruidos que escuchó y la dichosa bola de candela, pero quite de mi rancho todos
los misterios que dice la gente y, por favor, no se le olvide hablar del arroz con leche de Fraudelina
Ocampo, a ver si la gente se deja de guanajerías y viene más por aquí.
Ilustraciones de Isabel Cosano
RONEL GONZÁLEZ SÁNCHEZ (Cacocum, Holguín, 4 de abril de 1971). Poeta, ensayista,
investigador y escritor para niños. Licenciado en Historia del Arte. Ha publicado 35 libros y su
obra aparece en 50 antologías dentro y fuera de su país. Es autor, entre otros, de los volúmenes
Desterrado de asombros (Letras Cubanas, 1997), Consumación de la utopía (Estados Unidos,
1999 y La Habana, 2005), La noche octosilábica; historia de décima escrita en Holguín (1862-
2003) (Eds. Holguín, 2004), Alegoría y transfiguración. La décima en Orígenes (Eds. Holguín,
2007), Árbol de la esperanza. Antología de décimas
hispanoamericanas (Ed. Arte y Literatura, 2008) y
de los libros para niños Un país increíble (Eds.
Holguín, 1992), El Arca de No Sé (Ed. Oriente,
2001), Zoológico (Unión, 2009), En compañía de
adultos (Eds. Holguín, 2010) y La enigmática
historia de Doceleguas (Eds. Caserón, 2010).
Posee, entre muchas otras, la Distinción Por la
Cultura Nacional.
[33]
Varios han sido los premios y reconocimientos recibidos. Entre los que se encuentran: Premio
Nacional Delia Carrera en poesía (Matanzas, 1996).
Premio Nacional de ensayo José Antonio Portuondo (Las Tunas, 1997).
Premio Nacional de décima Cucalambé (1995).
Premio Nacional Cucalambé en décima mural (1995).
Premio Nacional de décima 17 de Mayo (1995 y 1997).
Premio Concurso de la FEU 4 de Abril convocado por el ISPJAM de Santiago de Cuba en poesía y en
poesía para niños (1994)
Tercer Premio Nacional en décima de la Asociación Canaria de La Habana (1998).
Primera Mención en poesía para niños Concurso Nacional La Edad de Oro (1995). Entre otros.
[34]
DOS POEMAS DE JOSEFINA EZPELETA
Del libro Fusión de almas
A la venta en www.vocesdehoy.net
SOLIDARIOS VERSUS SOLITARIOS ¿Eres tú de los que se alegran cuando alguien triunfa, cuando lo reconocen y lo premian? Eres de los míos...
¿Eres acaso de los que envidian el triunfo ajeno, de los que se esfuerzan por empañar lo que otros crean con amor? Eres de los otros...
Te pregunto si disfrutas la felicidad de los demás como la tuya propia. ¿Sí?, eres de los míos...
Te pregunto si te disgusta que los demás sean felices porque labran su propia felicidad. ¿Sí?, eres de los otros...
Te diré primero quiénes son esos otros. Los que menosprecian, envidian, odian, mienten, imprecan..., carcomen lentamente sus almas. Son y serán por siempre los Solitarios.
¿Quiénes son los míos? Los míos aman, ríen y crean. Son los que luchan por los demás con una sonrisa en los labios, los que sufren con el dolor ajeno y lo hacen propio, los que riegan su amor y su sonrisa. Son y serán por siempre los Solidarios.
Y tú, ¿eres de los míos o de los otros?
[35]
DUELE
Duele tu sonrisa,
tus ojos escondiendo las palabras,
tus noches y mi desvelo.
Duele tu silueta ausente,
los kilómetros de mar,
mis sueños y tu nostalgia.
El silencio duele
porque sabe a olvido.
Y yo me pregunto: ¿Dónde ahora está esa mano
que deseo acaricie mis cabellos?
¿Dónde está el beso
que mis labios esperan? ¿Dónde está la canción
que acunará los deseos?
¿Dónde está el susurro
que alimenta mi libido?
La mano,
el beso,
la canción,
y el susurro Se fueron con el silencio
y no dejaron huellas.
No sé qué duele más,
si la duda, el recuerdo o el olvido.
Holguín, Cuba, 1950. Estudió piano, ingeniería, y trabajó como
museóloga en el Museo Nacional de Historia Natural en La Habana.
Tiene en su haber un Diplomado en Marketing Cultural. Ha editado 24
libros en inglés, 7 en español y 5 bilingües. También es Traductora. Ha
publicado los libros Bosque de bojs, (Poesía), Me lo contaron las vicarias
(Cuentos) y Aleteos de un zunzún (Literatura Infantil). Es la Editora
Principal y Sub Directora de la Editorial Voces de Hoy.
[36]
PRÓXIMAMENTE
La revista literaria Entre Líneas y la casa editorial Voces de Hoy, en conjunto con Punto y
Seguido Radio y los estudios de grabación NJV Records, pondrán a su disposición el nuevo
servicio de grabación de CD.
Todos los autores que deseen grabar su audio libro, o sus poemas, pueden escribir a:
equipo@puntoyseguido.us. O llamar al 786-307-4839.
Para el próximo mes de marzo estará saliendo el primer CD de poemas, titulado «Cabalgando»,
con poemas originales de Pedro Pablo Pérez Santiesteban, grabados por el autor, pero cuenta
además con los poetas Carmenluisa Pinto, Nelson Jiménez y Josefina Ezpeleta como invitados.
Este CD tiene también la participación especial del escritor Eddy Díaz Souza y la cantante
Marina Ortiz, en la lectura y musicalización de poemas.
La edición general, musicalización, grabación y efectos corresponden a Nelson Jiménez Vivero
y a los estudios NJV Records.
¡YA SABES TAMBIÉN TÚ PUEDES TENER EL TUYO!
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