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VI Foro Colima y su Región
Arqueología, antropología e historia
Juan Carlos Reyes G. (ed.)
Colima, México; Gobierno del Estado de Colima, Secretaría de Cultura, 2011
Proyecto arqueológico Ixtlahuacán. Resultados y propuestas
temporada 2009-2010.
Fernando González Zozaya
Fernando Godos González
Centro INAH Colima
I.- Introducción. Contexto de la investigación y antecedentes.
Celebramos que desde sus inicios, el Foro de Arqueología, Antropología e
Historia de Colima ha generado espacios para que los proyectos de continuidad
presenten, año con año, sus resultados, avances y problemáticas específicas. Así, de
manera afortunada, gracias a esta preocupación, los resultados de los trabajos
arqueológicos del Proyecto de Investigación Ixtlahuacán, el hombre antiguo,
adaptación y subsistencia al medio ambiente natural, se han podido difundir a la
comunidad por medio de esta vía de comunicación a una escala regional.
Sin embargo, por diversos motivos, y después de haber participado en este foro
en dos ocasiones (resultados de la temporada 2007 y 2008), fue imposible difundir los
resultados de la temporada 2009, por lo que optamos por incluir en este trabajo los
resultados de dos años de investigación (2009 y 2010), a fin de que los lectores cuenten
con un seguimiento adecuado y en perspectiva de los avances, problemáticas y
resultados de dichas actividades.
En cada una de nuestras exposiciones intentamos introducir al lector a través de
la perspectiva general el proyecto, describiendo los antecedentes y los objetivos del
proyecto, desde sus inicios, pues a pesar de ser reiterativos, consideramos significativo
no perder de vista los objetivos generales de éste. Esta simple mención es relevante,
puesto que el mismo trabajo arqueológico, en su práctica y obviamente por causa del
estudio diverso de evidencia cultural detectada, aparentemente ajena al periodo que nos
ocupa (precerámico), ha cambiado, llevándonos por caminos complementarios como
son la arquitectura mesoamericana tardía, el trabajo de registro de sitios y colecciones
arqueológicas, e inclusive, la investigación de tabernas mezcaleras en el área de
Zapotitlán Jalisco.
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A final de cuentas, el objetivo último de investigación del proyecto versa en
cómo el hombre antiguo de Colima se adaptó a un medio ambiente natural específico,
así como en tratar de conocer cómo este medio modificó al hombre y su cultura.
Así, recordamos que los objetivos de este trabajo multidisciplinario se centraron
de manera específica a partir del Proyecto General1, en tres ámbitos concretos:
1. Resignificar la importancia de los recursos hidrográficos en el área de
estudio, factor trascendental en la coevolución hombre-plantas-animales
animales.
2. La búsqueda concreta de indicios de evidencia precerámica.
3. La jerarquización de prioridades y temas específicos de investigación en
los sitios arqueológicos sujetos a conservar e investigar. (González Z.
2009)
A partir de estos postulados, la hipótesis inicial de trabajo del proyecto hace
referencia a la inminente potencialidad arqueológica presente en el área de Ixtlahuacán,
Colima, pues existen componentes fundamentales (relación medio ambiente natural y
cultural) que indican el posible desarrollo de culturas precerámicas, las cuales
seguramente establecieron eficientemente un sistema inicial preagrícola. (González Z.
2006)
El área de estudio seleccionada tiene alto potencial para ser un punto clave para
un mejor entendimiento del origen del desarrollo de los primeros sistemas agrícolas en
Occidente, así como uno de los focos donde se estableció el proceso de domesticación
de plantas en Mesoamérica, al estar situada en un corredor biológico y cultural entre la
región del Balsas (Tepalcatepec), el Nudo Occidental y La Reserva de la Biosfera Cerro
Grande-Manatlán y el Río Salado-Coahuayana, así como la costa del Pacifico. En todo
este espacio geográfico se ha planteado, desde la óptica de varios investigadores, la
existencia de remanentes bioculturales que evidencian dicha evolución. (Zizumbo y
Colunga 2008; Pollard 1997)2
Planteadas la temática y los objetivos generales del Proyecto General, se
propusieron tres etapas de trabajo con sus respectivas temporadas y objetivos
particulares. En una primera etapa, (la que actualmente se lleva a cabo), se diseñaron
dos niveles de trabajo: el de identificación y análisis previo, así como el nivel de
prospección mediante recorridos de superficie, proponiendo que éstas serían las
herramientas más adecuadas para conocer inicialmente la evidencia arqueológica
precerámica. Desde la temporada 2007-2008, se logró enfocar y conocer de manera
general el aspecto geográfico, tras actualizar la información de una gran cantidad de
sitios arqueológicos registrados por Atlas Arqueológico Nacional, así como el registro
de nuevos sitios y colecciones arqueológicas; además, se sentaron las bases técnicas y
legales con el Municipio de Ixtlahuacán. Por último, se dieron a conocer a la sociedad
en general los resultados de las investigaciones.
1 González Zozaya Fernando. Proyecto Arqueológico Ixtlahuacán. El hombre antiguo adaptación y subsistencia al medio ambiente natural. Archivo del Centro INAH Colima y Consejo de Arqueología 2006. 2 Zizumbo, Villarreal Daniel, y Patricia Colunga (2008). “Origen de la Agricultura, domesticación de plantas y establecimiento de corredores biológico-culturales en Mesoamérica”. En. Geografía Agrícola núm. 41 (diciembre) México. Y Pollard, P.H. “Recient research in West Mexican Arqueology.” J. Arch. Res. 5-345-348
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Con base en estos planteamientos se propuso no proseguir a la segunda etapa
(excavación arqueológica) hasta que no se agotaran satisfactoriamente los temas
referentes a la etapa inicial.
El proyecto 2009 se centró en el trabajo de tres aspectos principales: 1) nivel de
investigación 2) nivel de registro de sitios; y 3) la protección técnica y legal del
patrimonio arqueológico e paleontológico el cual incluye la difusión del patrimonio
cultural.
En el primer aspecto se avanzó substancialmente en el conocimiento del uso de
la planta del mezcal desde época prehispánica en el occidente de México, al mismo
tiempo se logró comprobar la hipótesis de la posibilidad del conocimiento de la técnica
de destilación de fermentos en el México precolombino, al realizarse diversos estudios
interdisciplinarios que amalgaman diferentes áreas del conocimiento antropológico y
biotecnológico.
El segundo rubro, el cual es de nuestro interés mostrar en esta exposición, gira
sobre la continuación del registro de sitios arqueológicos en el área de Ixtlahuacán. Para
ello nos basamos en los antecedentes de los resultados obtenidos en la temporada 2007
y 2008, pero desgraciadamente la evidencia arqueológica registrada en dichas
temporadas no fue del todo satisfactoria con relación al periodo precerámico, por lo que
fue necesario una mayor concentración de recursos en áreas específicas (con base en el
área potencial delimitada en la 1ª temporada) y al mismo se pudo continuar, como
objetivo secundario, en la actualización del Atlas Arqueológico Nacional.3
Por lo tanto, los recorridos de esa temporada se diseñaron tomando en cuenta
tres temas puntuales y delimitados, que involucran directamente esta premisa. El
primero contempla el desarrollo de los estadíos culturales, esto es, el estudio diacrónico
de las diferentes fases y periodos dentro de las sociedades precerámicas4. El segundo
está íntimamente ligado con los aspectos hidrológicos (ríos, cuencas, cuerpos de agua y
paleorecursos hídricos). Este aspecto es fundamental, pues marca el patrón de
subsistencia y movilidad espacial en cada época, así como las predilecciones de los
grupos sociales para la elección de un espacio geográfico específico. Por último, nos
enfocamos en el conocimiento de los recursos naturales locales y cómo se utilizaron.
(González 2009).
De esta manera iniciamos los recorridos puntuales en el perímetro de la Laguna
de Alcozahue en 2008 (también conocida como de Alcuzahue), y en la temporada 2009
en la Laguna de Amela, para así completar los recorridos en los dos grandes cuerpos de
agua localizados en el área de Ixtahuacán.
Como uno de los resultados en materia de registro se actualizó el sitio
arqueológico Mina Verde (E13B54-06-013), el sitio arqueológico Cabeza de Toro
(E13B54-06-019), el sitio arqueológico Chanchopa III (E13B54-06-052), el sitio
3 González Zozaya Fernando y Daniel Zizumbo Villareal. Proyecto Arqueológico Ixtlahuacán, estado de Colima. El hombre antiguo, adaptación y subsistencia al medio ambiente natural. Adendas al informe técnico parcial de la 1ª etapa 1ª temporada. 2007. Replanteamiento del Proyecto Arqueológico. Propuesta para la 1ª etapa 2ª temporada. 2008. Colima. Junio 2008. Archivo Centro INAH Colima. Consejo de Arqueología. 4 Dichos estadíos culturales se desarrollaron y explicitaron el Proyecto Arqueológico Ixtlahuacán, estado de Colima. El hombre antiguo, adaptación y subsistencia al medio ambiente natural. Adendas al informe técnico parcial de la 1ª etapa 1ª temporada. 2007. Replanteamiento del Proyecto Arqueológico. Propuesta para la 1ª etapa 2ª temporada. Págs. 3-9
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arqueológico Chanchopa I (E13B54-06-010), y el registro de un nuevo sitio: la
Cueva del Guano (abrigos rocosos y cuevas).
En lo referente a la temporada 2010, a pesar de que el área trabajada nos mostró
una gran potencialidad para el desarrollo humano en época prehispánica, ésta no
correspondió con actividades tempranas (precerámico), por lo que fue necesario
replantear las áreas a investigar. Fue en este sentido que el Municipio de Ixtlahuacán,
preocupado por la destrucción de uno de sus principales sitios arqueológicos del
formativo (Tumbas de Chamila) nos hizo la invitación para participar en la protección,
investigación y difusión de este importante centro funerario.
De esta manera el proyecto implementó las bases para investigar, registrar y
proteger este sitio, al mismo tiempo que enfocó sus esfuerzos a la realización de
recorridos en las inmediaciones de este espacio para continuar con la búsqueda de
material arqueológico correspondiente al periodo precerámico.
II.- Resultados de la temporada 2009 primera etapa tercera temporada.
Identificación y registro de sitios arqueológicos.
Para facilitar al lector la comprensión de este apartado, agrupamos los sitios en dos
bloques, los primeros sitios (Mina Verde, Cabeza de Toro y Chanchopa III), registrados
con anterioridad por Atlas Arqueológico y tras observar que se encontraban arrasados,
perdiendo toda posibilidad de conocer sus especificaciones, no será necesario ampliar
las características de estos. Sin embargo, los sitios Cueva del Guano y Chanchopa I,
llaman profundamente la atención por ser espacios culturales en excelente estado de
conservación y por su importancia para su investigación.
1.- Ubicación general de los sitios con respecto a la laguna de Amela.
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II.1.- Sitio arqueológico: Cueva del Guano.
Hace 70 años los ejidatarios conocen el paraje como la Cueva del Guano, ya que
desde hace mucho tiempo se colecta material del mismo nombre.
El espacio natural donde se localiza el sitio arqueológico es de agostadero, y la
cueva es utilizada como banco de guano para la fertilización de las huertas familiares, y
como espacio de recreación para los ejidatarios. Pertenece al ejido de Laguna de
Alcuzahue, antes ejido de Chanchopa hasta que éste se vendió.
La historia del lugar se remonta a los años 20´s del siglo pasado donde fue
refugio para bandoleros, y en los años 80´s lo fue para secuestradores
El sitio arqueológico se visitó el sitio en compañía del Sr. Ricardo Zamora
García (Comisariado municipal) y el Sr. Gerardo Flores Zamora, habitante de la
comunidad de Chanchopa. Se trata de un gran sótano con un solo acceso escalonado y
presenta una bóveda principal de la cual se derivan varios brazos.
Las dimensiones del sótano son: eje mayor 7m, eje menor 4m, con una altura
promedio de 7m con respecto al límite superficial. La bóveda mide en su eje mayor
12m, en su eje menor 4m y 6m de altura. Al centro de ésta se localiza una columna
natural de 1.7m de diámetro y 4m de altura. Se requiere equipo especial de espeleología
para explorarla completamente, puesto que en el suelo del la cueva se observan 2
bocacuevas.
No se localizó arquitectura ni modificaciones para ser usada como habitacional.
Existe un espacio plano muy reducido, mientras que el resto de la gruta tiene una
superficie irregular. La cueva está sumamente alterada por la presencia humana, ya que
los que extraen el guano alteraron el suelo, de hecho, los lugareños mencionan que el
guano llegaba a tener hasta un metro de altura.
En la superficie de la bocacueva se detectó material arqueológico (cerámico); los
tiestos corresponden a la fase Armería.
En lo referente al estado de conservación del sitio arqueológico, el sitio ha sido
alterado de manera importante por la actividad de extracción del guano. De igual
manera, existen varios grafitis modernos en las paredes de la cueva. Sin embargo por lo
alejado de las comunidades y del paso constante de sus habitantes, el sitio se encuentra
relativamente protegido del vandalismo.
Proponemos como cronología del sitio arqueológico, por los tiestos cerámicos
encontrados en superficie su ubicación cronológica dentro de la fase Armería, es decir,
entre los años 600-1100 dC. No se descarta ocupación anterior.
La importancia del sitio radica en que es sintomática la presencia de este tipo de
espacios naturales ocupado por el hombre, en función de su eminente relación tanto con
sitios arqueológicos mayores con grandes estructuras, como su asociación con grandes
cuerpos de agua (Laguna de Amela).
Proponemos una funcionalidad mixta para este sitio: por un lado funcionó como
resguardo y, al mismo tiempo, como un sitio quizá ritual o religioso con una alta carga
simbólica. De hecho, en la región es común encontrar vestigios de este tipo como es el
caso de la Gruta de San Gabriel.
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2.- Corte al interior de la Cueva del Guano.
II.2.- Sitio arqueológico: Chanchopa I.
Para el estudio de este sitio contamos con los siguientes antecedentes: Por la
localización y descripción de los diarios de Isabel Kelly, referidos en la tesis de
licenciatura de Carlos Salgado5, no queda claro si se refiere específicamente a este sitio
arqueológico. El punto geográfico más cercano a Chanchopa I son dos marcas descritas
por Salgado como 183 (Parcela de Asunción Martín o La Becerra), y 182 (Potrero de
Chanchopa o ejido del Saucito).
Sin embargo, sobre los contextos generales de este importante antecedente
podemos abundar lo siguiente:
En el municipio de Tecomán se visitarán en el mismo día el cerro de
Rafael Arreguín (s.77) y el Cerro de La Laguna Colorada (s83); lomas
calcáreas en las inmediaciones de la Laguna de Amela y Chanchopa
que presentaban cimas con edificaciones, asi como laderas terraceadas
con tiestos Colima y Armería en superficie (Kelly 1939-1971: 15ª
(1966), 165 (1966)” (Salgado 2007:30).
Así mismo en los años de 1939 y 1940, Kelly inicia sus primeros trabajos de recorrió
mencionando:
Este inicial recorrido del terreno colimense la llevó principalmente por
las llanuras y valles costeros (incluyendo los cerros circundantes), pero
también su primer contacto con la no tan apartada zona de Los Ortices,
5 Salgado, Carlos. (2007). Las fases cerámicas Colima y Armería. Una reconsideración. Tesis profesional de licenciatura. Departamento de Antropología. UDLA Puebla
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cerca al curso medio del Río Salado y que probaría ser en extremo rico
arqueológicamente”.
En el municipio de Tecomán, destacó el sitio de Chanchopa, en
la ladera baja del cerro de San Miguel. En él fue posible ubicar, al
interior de una tumba previamente saqueada, cerámica local junto a
fragmentos de una vasija Anaranjada delgado. (Kelly 1939:1971c.a.
1939), abundante en el Atliplano central mexicano. Este
descubrimiento permitió la primera referencia cruzada entre la ya
entonces elaborada cronología del centro de México y los materiales
del Occidente (Kelly 1989:73; Olay 2004a: 57, 2004b:278; Ortoll
1994:4-6)” (Salgado 2007. 24).
Por su parte, en marzo de 1987 el sitio es visitado como motivo de los trabajos
realizados para conformar el Atlas Arqueológico del país. En él se identificaron doce
estructuras de entre dos y cinco metros de altura, construidas con piedras calizas y
tierra, y se determinó el área de asentamiento en unas 12.75 has, las cuales se
encontraban alteradas por efectos de la nivelación del terreno para trabajos agrícolas.
El sitio arqueológico: La característica principal de este sitio es su
emplazamiento sobre el pie de monte sur del Cerro San Gabriel, lugar que presenta gran
cantidad de vegetación arbórea y arbustiva sobre una topografía irregular, así como gran
cantidad de roca caliza sobre la superficie, misma que sirvió como parte del sistema
constructivo de los restos arqueológicos identificados.
Todo el sitio mapeado se localiza en la parte poniente de una escurrentía natural
que desciende del Cerro San Gabriel con una dirección noreste-suroeste, por lo que su
emplazamiento corresponde con esa misma orientación. Sobre la escurrentía, muy cerca
del poblado de Chanchopa, se encuentra un manantial natural, que no es otra cosa más
que un ojo de agua que suministra agua potable a todo el poblado.
El área mapeada es de aproximadamente 26,000 m2, es decir, 2.6 ha, área en la
cual el sitio se adapta perfectamente a la topografía del terreno a través de la
construcción y nivelación de grandes terrazas con talud, elaboradas con piedra caliza
irregular que, a excepción de sólo una de ellas, cuentan con una orientación Oeste-Este,
orientación que corresponde con la pendiente que sigue el Cerro San Gabriel en esta
sección. Algo muy similar ocurre, curiosamente, en el pueblo de Chanchopa, donde se
pueden identificar algunas terrazas con talud, construidas igualmente con piedra caliza
burda, localizadas en la parte externa de algunas viviendas; estas terrazas actualmente
tienen la función de captar agua y generar suelo a partir de la siembra de algunas plantas
frutales y de ornato. Si esto es posible en la actualidad, no sería aventurado pensar que
en la antigüedad, los habitantes del sitio arqueológico pudieran haber aprovechado la
topografía en la que se asentaron para crear, a través de terrazas, áreas potenciales de
cultivo.
Entre las terrazas se conformaron espacios abiertos, algunos de los cuales
corresponden muy bien a la clasificación de patios hundidos, todos ellos de forma
rectangular o cuadrangular. Igualmente se pueden apreciar los restos de algunas
construcciones ubicadas cerca de los patios y sobre las terrazas.
Ahora bien, para que la descripción del sitio resulte más sencilla, es posible
dividirla en dos partes, de la misma manera en que el sitio arqueológico puede separarse
en dos grupos: el Grupo Sur y el Grupo Norte.
El Grupo Sur está compuesto por dos patios hundidos en su parte sur, y por una
serie de terrazas en su parte norte. El patio hundido de mayores dimensiones (Patio 1) se
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localiza en el extremo sur; su forma es cuadrangular y sus esquinas se dirigen
precisamente hacia los puntos cardinales. La longitud de sus lados, conformados sólo
por una línea de piedras calcáreas burdas acomodadas en línea recta, una al lado de otra,
oscila entre los 23 y 25 m. Sobre la parte central y exterior del lado noroeste del patio se
encuentra un pequeño montículo de forma rectangular con unas dimensiones de 10m de
largo por 5m de ancho, y una altura aproximada de 3m. Este montículo corresponde con
la estructura de mayores dimensiones que enmarca este patio hundido. Otro montículo
se localiza en la parte externa del lado noreste del patio; sus dimensiones son menores a
las del montículo anterior, ya que cuenta con 16m de largo por 5m de ancho y una altura
aproximada de un metro. Además, esta posible estructura no desplanta sobre el centro
del eje noreste del patio, sino que se ubica hacia la esquina este del mismo.
Hacia el noreste del montículo anterior se localiza otro patio hundido (Patio 2),
el cual cuenta con unas dimensiones de 23m de largo por 9.5m de ancho y una
profundidad mayor de 50cm. Este patio no cuenta con estructuras dispuestas a su
alrededor, a excepción del último montículo antes descrito.
Hacia el norte del Patio 1 se localiza un conjunto de tres terrazas
interconectadas. La más cercana al Patio 1 corresponde con la única terraza que cuenta
con una orientación norte-sur. Sus dimensiones son de 20m de largo por 5m de ancho y
2m de altura. Presenta una fisonomía muy parecida a un montículo, además, sobre su
extremo noroeste se logran observar algunas piedras calcáreas irregulares, de entre 15 y
30cm, dispuestas en talud que confirman su manufactura. Esta terraza se encuentra
unida, sobre su extremo norte, a otra terraza que cuenta con un eje Oeste-Este y unas
dimensiones de 35m de largo en su lado mayor, por seis metros de ancho y 4 m de
altura. Sobre su costado sur también se logran observar algunas piedras irregulares que
conforman un talud, mismo que se proyecta sobre todo ese costado.
Una vez llegando a la parte superior de esta última terraza, se abre un espacio
muy claro que corresponde con una nivelación que se realizó sobre la topografía natural.
Muy probablemente esta nivelación corresponde con un patio (Patio 4), el cual, debido a
la presencia de pendiente por el lado poniente, está cerrado por ese mismo lado, donde
es posible observar nuevamente un talud inclinado de piedras calizas que funciona para
contener material proveniente del mismo rumbo. Por su parte, hacia el este se encuentra
abierto. Las dimensiones del patio son de 36m de largo por 10m de ancho.
Hacia el norte del Patio 3 se localizan una serie de pendientes que no cuentan
con evidencia de haber sido modificadas culturalmente, aunque sí conducen hacia un
área de aproximadamente de 2,400 m2 (80 m de noroeste a sureste, por 30 m de noreste
a suroeste), en donde se observa una gran concentración de piedra caliza de grandes y
pequeñas dimensiones. Tal cantidad de piedras hizo pensar, en un primer momento, que
formaban parte del derrumbe proveniente de las partes altas del cerro, sin embargo, tras
observar que tal concentración presentaba límites laterales bien definidos que
contrastaban drásticamente con áreas inmediatas libres de piedras, se pensó en la
posibilidad de que sus causas, en lugar de ser naturales, fueran culturales, sin embargo,
aún se desconocen. Quizá tal concentración pudo haber funcionado como una especie
de barrera para detener o desviar las fuertes bajadas de agua del cerro, o simplemente
como un límite divisor entre el Grupo Sur y el Grupo Norte.
El Grupo Norte está compuesto por una gran plataforma irregular acondicionada
sobre el terreno del pie de monte, cuyo frente mira hacia la escurrentía natural. Cuenta
con unas dimensiones aproximadas de 75m de largo en un eje Suroeste-Noreste, por 35
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m de ancho y entre 4 y 5m de alto. Todo su perímetro exterior corresponde con un talud
inclinado conformado por piedra caliza.
Sobre la parte superior de la plataforma antes mencionada se acondicionaron
paralelamente, de norte a sur, tres plataformas (norte, central y sur) que se proyectan
hacia el este, las cuales logran una conformación parecida a la letra “E”. Todas ellas
sobresalen de la pendiente que proviene del poniente y cuentan con talud inclinado
construido igualmente con piedras calcáreas. Tanto la plataforma central como la
plataforma norte, cuentan con dos niveles logrados a partir de la adaptación topográfica
por medio de terrazas. Ambas tienen unas dimensiones de 25m de largo por 8m de
ancho, y su altura mayor es de 2m. Por su parte, la plataforma sur mide 15m de largo
por 6m de ancho, y cuenta con una altura de 2m.
Ahora bien, entre los espacios libres que se forman entre las tres plataformas
menores y la plataforma mayor sobre la cual desplantan, se conforman tres patios, dos
de ellos hundidos. El Patio 1 está delimitado por la plataforma norte, la plataforma
central, el talud este de la gran plataforma y la ladera poniente del cerro; tiene 20m de
largo, 14m de ancho y 30cm de profundidad. Por su parte, el Patio 2, se ubica entre la
plataforma central y la plataforma sur; mide 25m de largo por 14m de ancho y una
profundidad de 30cm. Finalmente el Patio 3 se encuentra entre la plataforma sur y el
talud sur de la gran plataforma; tiene unas dimensiones aproximadas de 30m de largo
por 10 m de ancho, y no se trata de un patio hundido.
Quedaría sólo por mencionar que frente a la plataforma norte y sobre la esquina
noreste de la gran plataforma, se proyecta hacia, el este, una pequeña plataforma sobre
la que desplanta un pequeño montículo de 5 por 2m, el cual muestra aún su cubierta de
piedras.
Estado de conservación del sitio arqueológico: Afortunadamente el sitio
arqueológico se mantiene casi intacto de daños y alteraciones, únicamente se lograron
observar dos huellas de saqueo al poniente del Patio 1 del Grupo Norte. Por lo demás,
las condiciones del sitio son excelentes. Por supuesto, a lo largo del tiempo, los
diferentes factores de erosión natural han repercutido en el estado de conservación del
sitio, pero, por lo demás, los daños no son representativos.
Ahora bien, el Atlas Arqueológico Nacional hizo mención que el sitio contaba,
entre otras cosas, con huellas de saqueo de tipo antiguo y ocasional reciente, así como
con algunas nivelaciones del terreno por motivos agrícolas, y con huellas de
vandalismo, aspectos que no fueron evidentes tras la realización del recorrido.
Por desgracia no se logró recuperar ningún tipo de material arqueológico
diferente al material constructivo (piedra caliza y tierra), por lo que resulta muy difícil
ubicar al sitio cronológicamente, aunque por el tipo de emplazamiento, así como por la
utilización y disposición de los materiales de construcción identificados, se puede decir
que el sitio se encuentra ubicado entre los periodos Clásico Tardío y Posclásico
(600/900-1500 dC). Por su parte, los trabajos del Atlas Arqueológico Nacional no hacen
mención de alguna propuesta cronológica.
Importancia del sitio: Resulta fácil suponer que el sitio, por su emplazamiento
estratégico, jugó un papel importante al contar, en primer lugar, con la gran cantidad de
recursos que le pudo haber proporcionado tanto la laguna de Amela como el bosque
tropical caducifolio, así como las facilidades de cultivo debido a su excelente ubicación
en terrenos bien drenados de pie de monte. Además, muy seguramente tuvo acceso y
quizá control sobre los recursos marinos que, en línea recta, se encuentran a tan sólo 15
km de distancia.
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Desde su ubicación pudo haber dominado claramente el área de tierras
cultivables que se encuentran sobre la llanura noreste de la laguna, así como también
pudo haber tenido relación o dominio con los sitios que alguna vez se ubicaron sobre el
pie de monte del cerro Cabeza de Toro.
Debido a sus grandes dimensiones en comparación con otros sitios registrados
en el área, el sitio pudo haber representado un enclave importante, por lo que su
ubicación estratégica pudo haber funcionado, al mismo tiempo, como un aspecto de
enlace frente a posibles sitios lacustres, costeros o serranos.
En virtud de su buen estado de conservación, el sitio cuenta con un potencial
significativo para realizar en él investigaciones futuras que logren determinar su
importancia como emplazamiento individual, así como la influencia y preponderancia
que representó en relación a otros sitios cercanos.
4.- Vista aérea de la localización del sitio Chanchopa I. Google 2010.
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3.- Planta general de los grupos arquitectónicos registrados en el sitio Canchopa I.
Conclusiones del recorrido de superficie temporada 2009.
Como se explicó en párrafos anteriores sobre el registro de sitios arqueológicos, a
partir de los recorridos puntuales en el perímetro de la Laguna de Amela, fue posible
completar la prospección en los dos grandes cuerpos de agua localizados en el área de
Ixtahuacán: Amela y Alcozahue.
Con base en ello se pudo determinar, como constante general en el área recorrida,
que es clara la gran modificación y destrucción al entorno natural de este espacio
lacustre, ya que la agricultura intensiva y las labores “de despiedre” provocaron que, de
los cinco sitios identificados cercanos a la laguna, tres se encontraban arrasados, y sólo
dos se encontraron en buen estado de conservación. Sin embargo, llama poderosamente
la atención por su complejidad y volúmenes arquitectónicos el sitio Chanchopa I, el cual
fue protegido por la comunidad de su destrucción y saqueo.
Por otro lado, constatamos, al igual que los sitios reconocidos en el año 2008
(Grutas de San Gabriel y Laguna de Alcuzahue), el estrecho vínculo temporal y espacial
que existe entre estos dos tipos de asentamientos, al igual que sucede con los sitios
Cueva del Guano y Chanchopa I.
Ahora bien, desde los recorridos realizados en el 2007, destaca la presencia de
emplazamientos arquitectónicos, concentraciones de material cerámico y lítico, así
como sitios localizados en abrigos y cuevas a partir del Clásico medio y tardío (fases
Comala, Colima y Armería). Por su parte, la presencia del formativo temprano en las
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áreas recorridas es sumamente escasa tal y como Isabel Kelly lo describiera en sus
múltiples investigaciones.
III.- Resultados de la temporada 2010 primera etapa cuarta temporada.
Identificación y registro de sitios arqueológicos.
III.1 Sitio arqueológico Chamila.
Esta área de vestigios culturales está ubicado dentro de la cuenca del río Salado,
se localiza en al sureste del poblado de Ixtlahuacán y pertenece al municipio del mismo
nombre. Corresponde a una pequeña comunidad rural dedicada a la agricultura y
ganadería, la cual se ubica en las orillas del camino que comunica dicho poblado con la
cabecera municipal.
El lugar es conocido en la región por haber sido descubierto en sus
inmediaciones un conjunto de tumbas de tiro agrupadas sobre la parte superior de una
loma. Por desgracia, los datos del descubrimiento y registro de los materiales son
inexistentes, aunque se cuenta con algunos datos aislados que pueden complementar las
recientes investigaciones.
Debido a que ya se tenía conocimiento del lugar, el objetivo del PAI consistió en
recorrer nuevamente el área para determinar su ubicación real y su delimitación como
sitio arqueológico patrimonial. Estos fines se obtuvieron a través de un recorrido
sistemático no sólo del área de tumbas sino de otras áreas alrededor de las mismas.
Además se llevó a cabo, a partir de una estación total, la topografía de las áreas
recorridas con la finalidad de obtener un plano topográfico del lugar y así poder
identificar planimétricamente los vestigios identificados.
A través del estudio de superficie (recorrido y topografía) se pudieron
identificar, además del área de tumbas de tiro ya mencionada, dos conjuntos más con
presencia de vestigios prehispánicos e históricos. Por tal motivo la exposición de todos
estos conjuntos estará dividida de la siguiente manera: Conjunto 1, correspondiente al
área de tumbas de tiro y al petrograbado que se localiza en las inmediaciones de las
mismas; Conjunto 2, correspondiente a las evidencias de un asentamiento de carácter
estacional ubicado justo al suroeste del área de tumbas, y Conjunto 3, relacionado con
un emplazamiento de carácter histórico localizado al este de los dos últimos conjuntos,
justo al otro lado del camino que atraviesa el pueblo.
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4.- Levantamiento topográfico del Conjunto 1 y 2.
Conjunto 1
Este conjunto está conformado por un grupo de tumbas de tiro saqueadas y por
un petrograbado localizado al suroeste de las mimas. Ambos contextos se localizan en
un terreno en el que prevalece la piedra caliza, por lo que el material en el que están
trabajados es justamente de carácter calcáreo.
Tumbas de tiro
La loma de baja altura sobre la que se encuentran las tumbas, se ubica a 120
msnm y sus coordenadas geográficas son las siguientes: 18o
56´ 49´´ N y 103o
41´15´´
W. De forma alargada en dirección norte-sur, esta loma está constituida por piedra
caliza, la cual, en superficie es dura y compacta, y por debajo de ésta se encuentra
alterada por la acción del agua.
Las tumbas de localizan en la parte superior de la loma y ocupan un espacio
específico, el cual fue destinado particularmente a la actividad funeral, por lo que no
existen evidencias de ningún tipo de arquitectura habitacional asociadas directamente
con el contexto funeral.
Como resultado de los trabajos de limpieza realizados tanto al exterior como al
interior de las tumbas, fue posible identificar un área bastante clara en la cual se
registraron 20 tumbas, todas saqueadas, bastante evidentes, así como algunas pequeñas
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hondonadas que indicaron la posible existencia de tumbas azolvadas o saqueos
modernos. Por fortuna, algunas tumbas ubicadas en la parte más elevada y céntrica de la
loma se encontraron bastante limpias, por lo que sólo fue necesario retirar un poco de
hojas secas, guano y basura localizados en su interior, para dejarlas totalmente libres, y
así poder registrar sus dimensiones y sacar algunas fotografías representativas. Por su
parte, una importante cantidad de tumbas se encontraron bastante azolvadas, por lo que
los trabajos de limpieza sólo se centraron en liberar la entrada de las mismas, con la
intención de que fuera claro y evidente el tiro y el inicio de la bóveda.
Desafortunadamente, por cuestiones de tiempo y falta de personal, fue imposible
liberar por completo el interior de todas las tumbas azolvadas, por lo que los detalles del
interior de las mismas se obtuvieron a partir de la topografía y medidas al interior de las
tumbas 8, 9, 10, 11, 14, 15 y 20, las cuales resultaron ser los ejemplos más
representativos, claros, limpios y evidentes. A partir de esos ejemplos y de los rasgos
evidentes del resto de las tumbas, fue posible determinar las características, distribución
y dimensiones de todo el conjunto, encontrando en él aspectos que vale la pena hacer
mención.
En primer lugar, a partir del material recuperado al interior y exterior de cada
una de las tumbas, fue posible ubicarlas relativamente dentro de una cronología. No
obstante, la tumba de la que se pudo obtener mayor cantidad y calidad de restos de
material cerámico fue la Tumba 1, todos ellos bastante bien conservados pertenecientes
a la fase Comala (0-400 d.C. ).
Una vez ubicadas cronológicamente se pudieron observar con más detenimiento
las características de las tumbas 9 y 10, las cuales manifestaron los rasgos más
representativos de todas las 20 tumbas registradas. Estas dos tumbas se localizan sobre
la parte superior y central de la lona y mostraron una entrada perfectamente circular
localizada sobre la superficie, además de un tiro perfectamente recto, el cual llega hasta
la base de la tumba en donde inicia la bóveda de la misma. Ambas tumbas actualmente
se encuentran interconectadas por medio de una pequeña excavación reciente que se
hizo sobre la sección de una delgada pared de piedra caliza que las separa, lo cual
significa que ambas no estuvieron interconectadas originalmente.
Con base en lo anterior fue posible observar que la separación que existe entre la
entrada de cada una de las tumbas es entre 3 y 4 metros con respecto a la más cercana,
lo cual indica que el promedio de longitud de las cámaras es de entre 2.5 y 3 metros,
mientras que la altura de su bóveda no excede los 1.4 metros.
Ahora bien, con base en la forma y orientación de las cámaras de las tumbas que
presentaron menor grado de azolvamiento (tumbas 8, 9, 10, 11, 14, 15 y 20), se pudo
observar que la orientación de las mismas tiende a dirigirse hacia el sur, aunque algunos
casos, principalmente los que se encuentran en los límites este y oeste de la loma se
dirigen precisamente hacia esas direcciones. Con base en lo anterior, se pudo deducir
que la orientación de las cámaras probablemente obedece a la topografía del terreno y a
su geomorfología, ya que las tendencias observadas muy seguramente no son
casualidad, aunque también no hay que soslayar el hecho de que su orientación se deba
a cuestiones tanto rituales, cosmológicas o religiosas, lo cual habría que corroborar.
En relación con lo antes mencionado, y según información proporcionada por el
geomorfólogo Dr. Antonio Flores Díaz, investigador de los laboratorios del INAH,
acerca del terreno en el que se encuentran las tumbas, se puede decir que el área de
estudio se localiza en una planicie aluvial que pudo haber sido parte de un área lacustre.
El lugar muestra una importante cantidad de pedacería de piedra caliza localizada ahí
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por efectos de acarreo llevados a cabo por ríos intermitentes que debieron haber
transportado bastante material arcillo-limoso. Ahora bien, si la base del terreno es de
roca caliza, ésta, hacia la parte cercana a la superficie es dura y compacta, mientras que
debajo de esta última la roca caliza se encuentra alterada por efectos de la acción del
agua, es decir, durante el periodo de secas la roca se convierte en un material poroso y
duro, mientras que en tiempos de humedad la caliza se convierte en un material
arcilloso.
Tomando en cuenta la información anterior es fácil deducir que el terreno en el
que fueron excavadas las tumbas, forma parte de una loma de baja altura y corresponde
justamente con lo antes descrito. Y para poder ejemplificar de una forma simple estas
características, vale la pena para tener una idea más clara, imaginar que la loma se pude
comparar con una pieza de pan horneada de forma ovalada, en la que la corteza dura de
la parte media y superior es más delgada que aquella que se encuentra hacia y en los
extremos. De esta manera, en la parte central de dicha pieza de pan, después de retirar la
delgada capa de corteza crujiente, el migajón que se encuentra por debajo de ella es más
profundo y más suave que el que se encuentra en las orillas. Por tal razón, en la parte
central de la loma la capa dura de piedra caliza que se encuentra cerca de la superficie
es más delgada que aquella que se encuentra en las orillas de la misma. De igual
manera, la capa suave, suelta y porosa es más gruesa y suave que aquella que se
encuentra en las orillas.
Otro aspecto importante que merece la pena ser señalado es el hecho de que,
vistas en planta, las tumbas muestran claramente un orden de colocación, ya que se
puede apreciar una serie de alineamientos en filas (ejes simétricos) que van de este a
oeste y de norte a sur, lo cual sugiere la existencia de una pauta o patrón en la
realización y ubicación de las tumbas, lo que nos hace pensar si dichas tumbas fueron
excavadas en un solo momento, o si su colocación espacial sobre la loma formó parte de
un proceso a lo largo de los años. En resumidas cuentas, es importante considerar que
las dimensiones, la orientación, el arreglo espacial y la separación constante entre una
tumba y otra, sugieren una planificación y una intención evidentes, no obstante dichos
aspectos tendrán que ser considerados y valorados en futuras investigaciones.
Finalmente, un punto importante que no se debe pasar por alto en relación con
estas tumbas de tiro, es que a pesar de que han sido completamente saqueadas y que su
estado actual no es el más óptimo, representan un ejemplo importantísimo de
arquitectura excavada de carácter funeral que merece ser analizado desde el punto de
vista espacial. Por desgracia la información que se podría obtener de los cuerpos
depositados en ellas, así como de las ofrendas que los acompañaban, es imposible
recuperar, sin embargo, la información que yace justamente en las formas, dimensiones,
arreglos y distribución de las tumbas representa un cúmulo importante de datos que,
aunque nos hablan más del continente y menos del contenido, representan un cúmulo de
datos que merece ser pasado por el tamiz de la investigación.
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5.- Loma correspondiente al área de tumbas de tiro.
6.- Foto aérea del área de tumbas de tiro.
Petrograbado
El petrograbado se localiza aproximadamente a unos 33 metros al suroeste del
área de tumbas de tiro, justo sobre una planicie inclinada que se dirige justamente hacia
el río Salado. Sus coordenadas geográficas son las siguientes: 18o
56´ 47´´ N y 103o
41´15´´ W. De hecho, la ubicación de este contexto físicamente queda fuera de los
límites de la loma, por lo que el material presente en el lugar corresponde únicamente
con la corteza firme y dura de piedra caliza antes descrita.
Este elemento se encuentra sobre la parte superior de una falla natural ocurrida
en una gran plataforma maciza de piedra caliza. Esta falla dejó sobre la superficie un
afloramiento horizontal de piedra sobre el cual se grabó este elemento, el cual está
constituido principalmente por dos fragmentos de laja separados por una fractura.
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Juntos, dichos fragmentos cuentan con unas dimensiones de 5.5 m de largo por 3.2 m de
ancho.
El fragmento de mayores dimensiones tiene una forma irregular y presenta
únicamente siete horadaciones, cuatro pequeñas horadaciones circulares agrupadas
formando cada una los vértices de una especie de cuadrado; una más de la misma forma
y dimensiones acompañada de otra de forma oval, y otra más, la de mayores
dimensiones y forma irregular, localizada en la parte inferior de las anteriores. Además
de estos elementos, también se puede apreciar claramente la forma de un pequeño pie
izquierdo.
Por su parte, el fragmento más pequeño de forma irregular aunque parecido a un
rectángulo, presenta la mayor cantidad de elementos grabados, los cuales se encuentran
tanto fuera como dentro del espacio conformado por un delgado canal grabado con
forma de “U”. Dicho canal, a lo largo de su trazo, cuenta con una serie de círculos
grabados. De hecho, los círculos que se localizan a lo largo de su trazo en la parte sur
son pequeños, mientras que los que se ubican en su parte norte son más grandes. Todos
juntos forman diez círculos.
Dentro del espacio interno de esa “U” también se observa una serie de círculos
gravados de pequeñas, medianas y grandes dimensiones. Dos grandes horadaciones se
encuentran unidas y una más se localiza en la parte media de ese espacio. Entre ambas y
hacia el este de las mismas se localizan una serie de 20 círculos pequeños, los cuales se
encuentran alineados entre sí tanto en dirección norte-sur como este-oeste; siete de ellos
se encuentran unidos por un pequeño canal que las conecta. Por último, tres círculos
medianos conforman una línea vertical este-este.
En la parte externa de esa “U”, hacia el extremo sur, se observa un conjunto de
siete círculos que conforman claramente dos filas, una de cuatro círculos y otra de tres.
Finalmente, hacia el extremo este se aprecian cinco círculos, tres de que conforman un
ángulo recto, y dos pequeños que conforman un conjunto.
Como puede apreciarse, la forma, distribución y características de los círculos y
canales horadados en la roca muy probablemente puedan estar estrechamente
relacionadas con las tumbas de tiro y su contexto. De hecho, a este tipo de
petrograbados se les conoce en el lenguaje coloquial como piedras mapa, las cuales,
según algunos saqueadores, indican la existencia cercana de tumbas de tiro.
Aunque resulta necesario comprobar tales aseveraciones, también resulta lógico
pensar que muy probablemente se trate de una representación gráfica del contexto
natural y funerario inmediato. De hecho, si es que los grabados coinciden con la
realidad, es probable que el canal con forma de “U” grabado en el elemento, represente
el pequeño riachuelo que nace a partir de un ojo de agua cercano y que corre sobre la
ladera este de la loma. Por otro lado, aunque el número y la distribución de los círculos
no concuerda exactamente con el número y distribución de las tumbas registradas, vale
la pena considerar que quizá el número no coincide porque aún no se han descubierto
más tumbas o porque éstas no se pudieron construir por determinado motivo. En pocas
palabras, falta determinar a partir de futuras investigaciones los siguientes puntos: 1) si
el petrograbado está estrechamente relacionado con las tumbas de tiro, 2) si el
petrograbado es una representación gráfica y directa del contexto natural y funerario
inmediato, 3) y si es así, entonces valdría la pena saber si el petrograbado se elaboró
como punto de partida para colocar las tumbas de tiro en el espacio, o si una vez
construidas éstas se representaron gráficamente en el petrograbado.
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7.- Dibujo en planta del petrograbado.
Conjunto 2
Se trata de un sitio bastante alterado y en mal estado de conservación. Separado
del Conjunto 1 por el riachuelo antes mencionado, se localiza al sureste del mismo
sobre la ladera y la parte superior de una loma de baja altura, la cual presenta las
mismas características geomorfológicas de la loma en la que se encuentran las tumbas
de tiro. Sus coordenadas geográficas son 18o 56´ 47´´N y 103
o 41´13´´W.
La ladera de esta loma está constituida por piedra caliza bastante erosionada, a
tal grado de parecer polvo compactado en lugar de piedra sólida. Algunas secciones de
la ladera poniente presentan evidencias de haber sido alteradas por el hombre, ya que es
claro apreciar la presencia de cuerpos o terrazas nivelados burdamente sobre los cuales
no se localizaron restos de ningún tipo de arquitectura, lo cual sugiere que la nivelación
y la construcción de cuerpos o terrazas probablemente sirvió para la realización de
actividades de carácter no habitacional. No obstante, a partir de la evidencia de “cales”
(cortes u horadaciones) causados por los efectos del saqueo reciente, se han podido
recuperar fragmentos cerámicos bien conservados de cerámica correspondientes a la
fase arqueológica Ortices (600 aC-100 dC), así como fragmentos de metates y manos de
metate.
La parte superior de esta loma se caracteriza por presentar un área que, aunque
no muestra evidencias constructivas, probablemente sirvió como un área de
asentamiento estacional. En la parte central se observa una depresión de forma
cuadrangular, la cual, al igual que las terrazas de la ladera, también fue nivelada
intencionalmente con la finalidad de servir como un área de asentamiento. En los
alrededores de esta depresión se observan ligeras elevaciones naturales de material
calcáreo, las cuales, desde el punto de vista del espacio arquitectónico mesoamericano,
simulan plataformas que encierran por sus cuatro lados la depresión antes mencionada,
logrando conformar una especie de plaza rodeada por estas elevaciones. Sobre estas
últimas se observan afloramientos irregulares de piedra caliza en los cuales se
recuperaron fragmentos de metates destinados a la molienda de alimentos. Por
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desgracia, no se han podido identificar alineamientos de piedra, huellas de poste,
cimentaciones o cualquier tipo de elemento arquitectónico que indique la presencia de
de algún indicio de arquitectura. No obstante, a pesar de que no se hayan localizado este
tipo de evidencias, no significa que no haya habido construcciones, de hecho es muy
factible que hayan existido ejemplos arquitectónicos elaborados a partir de materiales
perecederos que se han desintegrado a lo largo de los años.
Por otro lado, en la parte superior de una elevación cercana esta loma, donde
tampoco se observaron evidencias de algún asentamiento permanente, se recuperaron
herramientas burdas elaboradas a partir de una piedra verde de carácter metamórfico de
no muy buena calidad, de la cual se obtuvieron lascas y raspadores. También se
recolectaron pequeñas lascas de obsidiana con huellas de uso, así como fragmentos de
implementos de molienda. Todos estos elementos indican la probable existencia de un
sitio de producción lítica que aprovecha y utiliza extensivamente los materiales locales
y foráneos, evitando el desperdicio y el derroche, lo cual indica la demanda de
implementos, así como la poca calidad y cantidad de recursos.
Debido al estado inicial en la investigación de este sitio, falta mucho por hacer.
Futuros trabajos arqueológicos e interdisciplinarios aportarán mayores datos para
dilucidar las interrogantes que se tienen al respecto.
8.- Parte superior del Conjunto 2 localizada en la parte superior de una loma de baja altura. Se logra
apreciar la depresión y las elevaciones que la rodean.
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Conjunto 3
Este conjunto corresponde a un asentamiento histórico localizado del otro lado
del camino en que se encuentran los conjuntos 1 y 2, es decir hacia el este de los
mismos. Sus coordenadas geográficas son 18o
56´ 45´´N y 103o
41´34´´W. Se ubica
sobre una planicie que cuenta con una ligera inclinación que se dirige hacia el río
Salado.
Desafortunadamente el sitio no presenta muy buenas condiciones de
conservación, ya que, según el dueño actual del terreno, en época reciente, fue alterado
y se retiraron algunas piedras. No obstante él mismo se ha dado a la tarea de cuidarlo y
protegerlo de saqueadores y de la práctica agrícola y ganadera.
El sitio está constituido por tres construcciones alargadas de forma rectangular,
elaboradas a partir de un sistema constructivo de carácter histórico (posiblemente
colonial), aunque es evidente la presencia de la mano de obra indígena. Por lo general,
el sistema constructivo está compuesto por piedra volcánica de la región, misma que se
encuentra en lugares adyacentes así como en el lecho de los ríos. Por su parte, la
argamasa de cal utilizada de cal proviene precisamente del material calcáreo erosionado
que se encuentra en el área.
La construcción más grande y más clara cuenta con una orientación este-oeste y
corresponde a una nave alargada de 49 m de largo por 7.5 m de ancho. Presenta en su
extremo poniente un acceso con una escalinata frontal de dos escalones. Algunas
secciones de los muros son bastante evidentes, ya que se observan dos alineamientos
paralelos que conforman el interior y exterior de los mismos, entre dichos alineamientos
se colocaron junto con la argamasa de cal piedras irregulares y de río a manera de
núcleo. El ancho de los muros no excede los 50 cm, lo cual indica que los muros
debieron haber contado con unos cimientos de mayor anchura, así como una altura
considerable. Tanto la cara interna y externa de los muros, así como el peralte de la
escalinata cuentan con sillares careados que otorgan una vista uniforme y homogénea.
El acceso a esta construcción se caracteriza por presentar, a cada lado, dos
acumulaciones de material derrumbado que parecen corresponder al derrumbe de las
torres de una iglesia. No obstante, para comprobar la presencia de estos dos elementos
arquitectónicos que otorgarían a la estructura un carácter netamente religiosos, será
necesaria la aplicación de diversos estudios más específicos.
Desafortunadamente no sólo para el caso de esta estructura sino también para el
caso de las otras dos restantes, se cuenta por lo general con los desplantes de muros y,
para este caso, con los indicios de la escalinata, lo que significa que el techo y el resto
de los muros se desplomaron, lo cual implica la realización de una reconstrucción
hipotética de la forma y función de los espacios.
Por detrás de la estructura alargada antes descrita, formando una escuadra, se
ubica otra estructura similar orientada de manera perpendicular a la anterior. Mide 35 m
de largo por 6.4 m de ancho. A diferencia de la anterior ésta no presenta evidencias de
un acceso escalonado, el cual muy seguramente se localizó en el extremo sur. Por su
parte, en el extremo norte sólo son evidentes los desplantes de los muros pertenecientes
a las esquinas, mismos que presentan las mismas características observadas en la
estructura anterior.
Hacia el lado sur del vértice que forman las dos estructuras alargadas se localiza
la evidencia de un cambio sustantivo en la compactación del suelo, de forma circular,
midiendo en promedio 24 m de diámetro. Esta evidencia es obvia a simple vista, ya que
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en esta sección del terreno existe un crecimiento diferencial de la vegetación. Por esta
evidencia de compactación y la forma de ésta, nos recuerda los vestigios dejados en eras
abandonadas, las cuales sirvieron para el molido y limpieza de granos mediante el uso
de una gran piedra movida fuerza animal.
Finalmente, una tercera estructura forma parte del núcleo principal del
asentamiento, la cual se localiza al norte del acceso principal de la primera estructura
descrita. Cuenta con unas dimensiones de 7.7 m de largo por 4.4 m de ancho. Su forma
rectangular se pudo determinar únicamente por la disposición del derrumbe acumulado
y por la evidencia del desplante de algunos segmentos de muros.
Un aspecto importante que merece ser mencionado, es el hecho de que, tras la
recolección de material en superficie alrededor de este conjunto de estructuras, se
pudieron recuperar varios fragmentos cerámicos de mayólica correspondientes a la
época colonial, mismos que probablemente formaron parte de la vajilla utilizada al
interior de los edificios antes descritos, los cuales posiblemente correspondan a alguna
hacienda o algún asentamiento de indios.
Ahora bien, para corroborar la forma, función y los elementos arquitectónicos
identificados en las estructuras antes descritas, será necesaria y pertinente la aplicación
de diversos estudios específicos de carácter multidisciplinario, tales como la realización
de excavaciones arqueológicas, la revisión de archivos históricos y la ejecución de
levantamientos arquitectónicos más precisos.
9,. Levantamiento topográfico Conjunto 3.
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