poesía skater

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Poesía Skater (skater poetry) hace parte del proyecto La Escuelita del Mal. Ediciones de Mentiras, 2012.

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Poesía Skater(Skater Poetry)

Poesía Skater(Skater Poetry)

POESÍA SKATER(SKATER POETRY)

Por: Andrés Felipe

I

As sharp as blademy board waitsfor me to land

on it,fairly enough

to keep running on.

Alwaysa possibly harmful

instrumentof fun.

II

Afilada en sus extremospor el asfalto,

vuela como delfínsobre la escoria humana.

Me amenaza con su filosin control

cuando la pateo.

Compañera estoica de fin de siglo XX.

III

My knees likehouses of cards

too fast to stopbrakeless.

The music keeps me safe

from car honkings

until I’m swallowed byone of the countless holes

into the depths of thisanger for the surface.

IV

Luego de 30min de ollies fal-lidosy pop shuvits flip inexactosdecido descansar sentado en el andén del separador.Recién había comprado un paquete de Fly mentoladosy HALLS XS negros de potencia 5,pues me preocupa este aliento de locomotoraimpulsada por combustión de tabaco y caféen la que me he convertido.

Skateboarding even under the rain.The dirty taxi driver wished to be cleaned awayremains here.

Cuz this is no Niuyork.Here the dirt is heavier, uglier, deeper. Unwashable.

V

Riding inside a buslike a metal horseheavier than a ton.

Aprender a montar busskatestylestanding upsin manos

en balance salvaje por la violencia del viaje,y de la calle bogotana.

A reckless ridepor almost half a dollar.

VI

En la calle en la noche en la patineta,tan desierta como acogedora.Cualquier parche de neonazisme espera para partirmela cara en alguna esquina popular,es preferible a la camioneta negrade vidrios blindados oscurosque ha pasado yados veces lentamentepor la calle de enfrente.

O a que venga la policíaa pedirme los papelesy que se me llevenel dinero y este bolígrafoalegando que es un arma blanca,porque les pareció bonito.

Desolado mamífero callejero.

VIII

Nada más maricaque escribir poesía.

- ¡Oye, escucha, escribí una cosa sobre una paloma muerta que encontré en la calle en la que monto tabla!

¡Vaya sensibilidad!

-¡Déjame leer! Me apasionan todas las chorradas que se les ocurren a mis amigos.

-¿De verdad te apasiona la estética de la abyección?

-¿La qué? ¡Por qué coño no escribes algo divertido!

IX

Patear la tabla conodio y autocontrol

sintiendo los sablazosdel maderopartiendo el aire

mientras gira sobresus ejes atacandotodo aquello que sele atraviese,

y después de un segundointentar caerle con ambos piesen vano,

pues puede más la furia cerebralque mi técnica física.

X

Desde la salida hasta la primera etapa de descansose va todo el Suffer de Bad Religion.Uno sale corajudo a enfrentar la calle, impulsado por el ritmo constante del malestar social adolescentey lo primero que encuentroen la avenidaes un bus enormeque me apunta con sus luces amarillascomo un gato mecanizado,

embistiéndome en la noche

sin dudarlo,pues voy en contravíarefugiándome en la orilla del carril.

Sobrevivo y me subo por la rampa al andénen donde esquivo un grupo de señoritas que muy amables me hacen pasoy bajo por la otra rampapara cruzar la calle principal.Giro en u dejándome caer

por la pendiente.

Es otro de esos momentos efímerosde libertad y velocidad eufórica.

Maniobro entre los autos que esperan en el semáforo y en un pestañeoya estoy en la intersección.

Doy una vuelta a la manzana para calentar.Luego me bajo de la tablay hago un minuto de estiramientos,mi rutina más saludable.

Me apetece tomarme algopero temo que el mercado no logresatisfacer este profundodeseo de bienestar.

Hoy es casi luna llena y se pu-ede ver el disco semicircular, desenfocado por la bruma nebulosa de un invierno que pareciera ser el último.

XI

Ahora mi tabla dispara astillas afiladaspor su nariz y por su cola,tan largas como una cerilla,o en secciones más o menos cuadradas, de 2 o 3 centímetros.El maple se revienta con el asfaltosiempre con cada patada,o intenta morderme las manoscuando la piso para que salte hacia míal detenerme.

En semanas el madero seguirá su desintegración progresiva al ritmo de mi rabia y/o mi euforia.

XII

De nocheen contravía

versusun montón de borrachos

drogados.

Mi tabla y yo.

XIII

Decido salir a montar ypara evitar el fríome pongo mis nuevos guantes negros de piel.Como ya me ha sucedido antescaigo a toda velocidad en la mitad del trayectode la avenida.

Los carros desaceleran.Me incorporo rápidamente,busco mi tablaque no está muy lejos.

Veo una mancha negra y ólea en mis jeans bajo la rodilla derecha.Los guantes se rasgaron contra el asfalto, sus dedos presentan mordidas hechas como por ratas desesperadas, mi rodilla igual.

No escribo sobre los trucos que hago en patineta. Escribo sobre los que hago en la vida,mucho menos espectaculares:los trucos que me mantienen vivo.

XIV

-A las patadas-(kickstart my fake impossible grind)

Con golpesse soluciona todo.Todo se evade.

Presión y fuerzajunto a un equilibrio esencial.

Pese al odio al hastío a la negación y al fracaso.

Con golpes,a patadastodo es posible.

XV

Cariño, no me ignores.Móntame. Pisotéame.Cae encima de mí con violen-cia.Yo te llevo donde quieras.Mientras no te canses de mí,no dejes de patearmecon obstinación.

XVI

( M )

Los croydon imitación chuck taylorse abrieron en el costado izqui-erdo del zapato izquierdo muy rápido.La suela del zapato derecho se agujereó en Otambién bastante rápido.

En ese tiempo montaba tablas de juguete,de las TMNT, luego de Drag-onBall

y luego una que parecía más finade los Power Rangers, pero esa no duró muchoporque me le partieron un trucky creo que la perdí borracho.

Luego una amiga me regaló la tabla de su hermanitaporque fui a visitarla y por algunarazón, por aburrimiento, por todo al tiempo,resulte llorando en frente suyo.

Cuando llegué a mi actual Blacklabel regordeta,con lija de verdad,tuve que comprar tenis.NikeSB, suela roja, chulo azul y lengua gris.Siguen siendo mis tenis para montar,aun pareciendo haber sido mor-didos por perros matones,aun con las costuras reventadas y con fragmentos de cuerocomo apéndices a la deriva,aun sucios, tengo miedo de lavarlos porque temo se disolv-erán en el jabón.Grises hacia una sombra ocre

pálida de mugre,

la suela tan lisa como cáscara de patilla,y los cordones hechos una cantidad de hilosen un enredo sin forma ni solución.

Manuela, una chica de octavo me vendió muy barata esa tabla.Dijo que ya le aburría montar, que era mejor que yo la tuviera.Era la chica más talentosa y cool, para mí, de todo el colegio,muy a pesar de su angustia, su

adolescencia pura, de caminar sola

escuchando únicamente a su iPod o de intentar alegrarse con su ukulele, de ser una ex-skater resignada a crecer;guitarrista de screamo que me abrazó llorando un día diciendoque ya no quería pensar más. Que no podía con su mente.

Todavía me siento culpable por darle un besito en la cabeza.

Le regalé, al terminar el año, un cuaderno rosadoescribiéndole una tarea:

registra el paso del tiempo.

Aquel fue mi último año como profesor de arte.

Mis tenis siguen registrando el paso del tiempo,mi tabla igualmente resiste.

POSITIVE PAIN

Montar patineta ha sido, en lo personal, una gran terapia metafísica.Rodando he aprendido a aprender, a caer y a levantarme otra vezdejando atrás la vergüenza del juicio ajeno.

He aprendido a confiar en el ensayo y en el errorde forma ciega y terca,todo para lograr subirme a un andén.

He reforzado mi conciencia de la mugre repulsiva y perpetua del mundoque cae permanentemente al suelo,al que luego caigo yo de frenteabriéndome la piel contra el asfalto,reventándome por diversión.

Toda una experiencia de dolores infligidos con gusto y sonrisa.Un sinnúmero de pequeños golpes en serie,que nunca dan aviso,pero que son previsibles

desde la primera patada.

Y que al otro día, y en los que siguenme recuerdan la fragilidad de mi esqueleto.

O mi mortalidad.La mortalidad presente cuando uno atraviesa una callecorriendo tras la tabla que rueda lejos y sin dirección,y oye los pitos y los frenazos de varios carros furiosos.

La mortalidad cuando uno resbala sin control

en plena avenida.

En un instante de sudor y adrenalinapotenciado por los peligros de esta ciudad destruida,

pocas cosas me hacenconfesar con orgulloque todavía puede ser algo divertido sentir una tendencia suicida.

Este libro hace parte del proyecto “La Escuelita del Mal” de Paulo

Licona

segunda ediciónEdiciones de mentiras

Bogotá, 2012

primera edición de mil ejemplaresCaín Press

Bogotá, 2011

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