méxico realidad nacional en educación
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México.
Realidad Nacional
en Educación
«La educación es el gran motor del
desarrollo personal. Es a través de la
educación como la hija de un campesino
puede convertirse en médico, el hijo de un
minero puede convertirse en el jefe de la
mina, o el hijo de trabajadores agrícolas
puede llegar a ser presidente de una gran
nación»
Nelson Mandela
Educación
En los objetivos de desarrollo del Milenio se incluyen,
de modo expreso, aspectos vinculados a garantizar el
derecho de las personas a la educación. Esto
obedece a su carácter de derecho humano, cuyo
respeto es parte ineludible de toda concepción de
desarrollo.
Los mexicanos pueden esperar pasar 14.4 años en el
sistema educativo entre los 5 y los 39 años de
edad, cifra menor que el promedio de la OCDE de 17.7
años y el nivel más bajo en la OCDE. (Fuente: Portal
OECD)
La educación es un derecho humano esencial que posibilita el
ejercicio de los demás derechos. La educación promueve la
libertad y la autonomía personal. Gracias a ella, es posible
mejorar las condiciones sociales, económicas y culturales de
un país; está demostrado que el incremento de la escolaridad
de la población se asocia con el mejoramiento de la
productividad, la movilidad social, la reducción de la pobreza, la
construcción de la ciudadanía y la identidad y, en definitiva, con
el fortalecimiento de la cohesión social.
Artículo 3o. Todo individuo tiene
derecho a recibir educación. El Estado –
Federación, Estados, Distrito Federal y
Municipios–, impartirá educación
preescolar, primaria, secundaria y media
superior. La educación preescolar,
primaria y secundaria conforman la
educación básica; ésta y la media
superior serán obligatorias.
La educación que imparta el Estado
tenderá a desarrollar armónicamente,
todas las facultades del ser humano y
fomentará en él, a la vez, el amor a la
Patria, el respeto a los derechos
humanos y la conciencia de la
solidaridad internacional, en la
independencia y en la justicia. (Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2015)
En México, el derecho a la educación y las condiciones en las
que se debe otorgar este servicio se establece en los artículos 3°
y 31 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
y se reglamenta con la Ley General de Educación.
El Estado mexicano tiene la obligación de garantizar
condiciones suficientes para asegurar, sin discriminación
alguna, el derecho de todas las personas a recibir una
educación de calidad. Esto significa, al menos, que asistan
de manera regular a la escuela, permanezcan en ella hasta
concluir la escolaridad obligatoria y, en ese tránsito, logren
aprendizajes relevantes para la vida.
El sistema educativo mexicano ha crecido rápidamente en los últimos 50 años,
de 3 millones de estudiantes a más de 30 millones. Hoy, casi todos los niños
de 5 a 14 años de edad asisten a la escuela. También ha habido avances en
garantizar que los jóvenes terminen la escuela, con un aumento en la tasa del
33% en 2000 al 49% en 2011. Este avance se ha logrado a pesar de las
restricciones en los presupuestos y el rápido crecimiento de la población en
edad escolar (Fuente: Portal OECD)
Nuestro sistema educativo está
marcado por una profunda inequidad,
las poblaciones que se encuentran en
mejores condiciones sociales y
económicas, suelen tener mejores
trayectorias escolares y mejores
resultados de aprendizaje, y también
suelen ser atendidos por servicios
escolares mejor dotados. En
contraste, para quienes habitan en
contextos de vulnerabilidad (zonas
rurales e indígenas), las experiencias
de fracaso y abandono de la escuela
son más frecuentes. Son también
quienes suelen tener menores
aprendizajes escolares y recibir
servicios educativos de menor calidad:
maestros con poca experiencia,
quienes deben atender
simultáneamente a alumnos de
distintos grados en escuelas con
infraestructura y equipamiento
insuficiente.
Durante la última década, la presencia de la evaluación en el
sector educativo se ha intensificado notablemente; hoy en
día se dispone de mucha información sobre aspectos
centrales del funcionamiento del sistema educativo que
puede contribuir a su mejoramiento. Asimismo, la sociedad
mexicana se ha visto permeada por una cultura de
evaluación y de rendición de cuentas que le brinda
elementos para juzgar mejor el estado de la educación y su
calidad.
«Habrá que extender la cobertura para
facilitar el acceso a la educación en todos los
niveles. El aumento de cobertura
necesariamente debe ser complementado
con acciones que atiendan las
particularidades de grupos vulnerables que
por razones diversas enfrentan barreras que
impiden el acceso y la permanencia en la
educación». Enrique Peña Nieto
(Programa Sectorial de educación 2013-2018, 2013)
Cobertura
La realidad de fuertes disparidades y exclusión social del país se
refleja en los niveles desiguales de cobertura en educación
primaria, con brechas importantes en el nivel preescolar y
fundamentalmente en la secundaria y en la media superior,
donde una proporción significativa de los sectores pobres o más
vulnerables no accede y muchos de los que ingresan no pueden
concluir. Asimismo, existe desigualdad en la oferta del servicio
que se brinda en las diferentes entidades federativas, en zonas
rurales y urbanas, así como en escuelas privadas, públicas y al
interior de estas últimas: escuelas generales, indígenas,
educación comunitaria y educación para migrantes.
Para lograr la cobertura actual,
el país ha tenido que crear
alternativas institucionales y
educativas para asegurar el
acceso a la escuela de las
poblaciones indígenas, de la
gente joven, y de los adultos
que se encuentran estudiando
para obtener un nivel superior o
capacitándose para el trabajo,
con grupos considerables de la
población viviendo en regiones
remotas. El país tiene un
sistema basado en la escuela
(escolarizado) y uno que no
está basado en la escuela (no
escolarizado), así como
importantes esquemas remotos
de aprendizaje que garantizan
el acceso de una población
culturalmente diversa y
geográficamente dispersa.
De acuerdo con el INEE, los niveles de
registros netos en la educación primaria
son de cerca del 98%, pero en la
educación secundaria básica es sólo
cerca del 70%. Estos datos nos muestran
que la cobertura universal a nivel
primaria es casi una realidad, pero que el
grado de desgaste a nivel de secundaria
básica es muy alto. De hecho, la
cobertura a los 13 años de edad es del
nivel de un 80%, y a los 14 años este cae
a 70% o menos. A los 15 años es del
60%. (OECD: Revisión Nacional de
Investigación y Desarrollo Educativo. Reporte
de los examinadores sobre México).
Los datos más recientes de la
estadística educativa y de las
proyecciones de población
muestran que la cobertura
todavía no es universal entre
los niños y jóvenes en edad
de asistir a la educación
obligatoria, es decir, de los 3 a
los 17 años de edad. A
excepción de los niños de 5 a
12 años que están
matriculados prácticamente en
su totalidad, existen
aproximadamente 4.5 millones
fuera de ese rango que
todavía no están inscritos en
la escuela.
Para que los niños
completen la educación
obligatoria en los tiempos
esperados no es suficiente
garantizar su acceso a la
escuela. Se debe asegurar
que ingresen
oportunamente; es decir, en
las edades idóneas.
Además, deben transitar de
manera continua entre
grados y niveles educativos
y permanecer dentro del
sistema educativo hasta
completar al menos la
educación media superior.
Si bien, el ingreso de los niños a la escuela se da cada
vez de manera más oportuna, éste disminuye conforme
se avanza por nivel o tipo educativo y es desigual por
tipo de servicio o modalidad
Como consecuencia de la disparidad en la asistencia de
los niños a la escuela, según sus condiciones y
características de origen, aquéllos en situación
desfavorable muestran una menor escolaridad que sus
pares en mejor situación. Esto genera que,
proporcionalmente, menos niños en contextos
vulnerables completen oportunamente su educación
básica o media superior y les sea más difícil concluirla
posteriormente.
La eficacia social del proceso de escolarización
aumenta cuando una mayor proporción de niños
completa los niveles educativos de forma
oportuna, pues la asistencia a los niveles
educativos subsecuentes también aumenta. Este
mecanismo obra en detrimento de los más
vulnerables que, proporcionalmente, tienen
menos oportunidades y acceden en menor
medida a los niveles educativos posteriores.
Deserción y rezago escolar
El abandono escolar referente a un ciclo escolar puede darse
en dos momentos:
1. se presenta cuando el alumno cesa los estudios durante el
ciclo escolar (deserción intracurricular).
2. cuando cursa el año escolar sin matricularse ulteriormente
(deserción intercurricular).
Otro tipo de abandono se presenta cuando el alumno concluye
la educación primaria o secundaria y no se matricula en el nivel
educativo subsecuente.
No todos los alumnos que
ingresan a primaria o
secundaria logran concluir sus
estudios en el tiempo
planeado, es decir, en seis o
tres años, respectivamente.
Eventos como la repetición o
el abandono temporal de los
estudios producen un desfase
de la trayectoria escolar ideal,
lo que propicia que los
alumnos egresen uno o dos
años después del tiempo
esperado o abandonen la
escuela definitivamente.
Por cada mil alumnos del 1er grado de primaria al inicio del ciclo 2004/2005, 745
terminaron de acuerdo con los tiempos previstos para un trayecto escolar regular,
162 y 21 lo hicieron uno y dos ciclos después, respectivamente. De este modo, se
estima que 92.8% de la generación escolar de referencia terminó la educación
primaria en ocho ciclos. En términos absolutos, de toda esa generación 1 894 167
alumnos concluyeron en seis ciclos; 411 741 lo hicieron en siete y 52 262 en ocho. (INEE: panorama educativo de México, 2013)
«Yo tengo el sueño de que mis cuatro hijos
pequeños vivirán un día en una nación
donde no serán juzgados por el color de su
piel sino por el contenido de su carácter.
¡Yo tengo un sueño hoy!»
Martin Luther King
Desigualdad
La desigualdad educativa, tiene
un ángulo cuantitativo y cuyas
magnitudes son enormes. Pero
también tiene uno cualitativo ya
que el sistema de educación no
distribuye equitativamente el
conocimiento socialmente
significativo a todo el que estudia
para que pueda aprovechar las
oportunidades de ejecutar tareas
de utilidad social. En el contexto
de la globalización las dificultades
pueden volverse mayores si no se
proveen los instrumentos para
que los niños y jóvenes tengan
contacto y aprendan, como en
otros países, el manejo de la
tecnología informática, cada vez
más indispensable para adquirir y
aplicar conocimiento.
Garantizar una educación de
calidad para todos los niños y
adolescentes de nuestras
sociedades nos confronta con el
desafío de lograr una fluida
articulación entre estas dos
grandes dimensiones, la educativa
y la social. Significa, desde la
sociedad, proveer a todas las
familias de los recursos para que
sus hijos puedan participar
activamente de las prácticas
educativas. Desde lo educativo,
desarrollar las estrategias
institucionales y pedagógicas
adecuadas para que todos los
niños y niñas, independientemente
de su origen social, étnico o
religioso, puedan aprender lo que
tienen que aprender, y cuando lo
tienen que aprender.
En 2005 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL) clasificó a México, en el grupo de los países con altos
niveles de desigualdad (formado por Nicaragua, República
Dominicana, Chile, Guatemala, Paraguay y Argentina),categoría
sólo superada por los de muy alta desigualdad (Bolivia, Brasil,
Honduras y Colombia) (CEPAL, 2006a: 90).
Pobreza
La combinación de los altos
niveles de desigualdad en la
distribución del ingreso y el
avance del mercado sobre
el Estado que experimentó
México en los últimos años
repercutió en la desigualdad
social. Si la salud y la
educación son mercancías
que se negocian en los
mercados, los que más
tienen alcanzan más y de
mejor calidad,
El ingreso y su distribución son conceptos cuyo significado está
determinado dentro de teorías que dicen algo directamente
sobre los principales agentes económicos, los hogares o las
personas.
El índice de Gini mide hasta qué punto la
distribución del ingreso (o, en algunos
casos, el gasto de consumo) entre
individuos u hogares dentro de una
economía se aleja de una distribución
perfectamente equitativa. Una curva de
Lorenz muestra los porcentajes
acumulados de ingreso recibido total
contra la cantidad acumulada de
receptores, empezando a partir de la
persona o el hogar más pobre. El índice de
Gini mide la superficie entre la curva de
Lorenz y una línea hipotética de equidad
absoluta, expresada como porcentaje de la
superficie máxima debajo de la línea. Así,
un índice de Gini de 0 representa una
equidad perfecta, mientras que un índice
de 100 representa una inequidad perfecta.
(Banco Mundial)
El sistema educativo mexicano se encuentra en condiciones
miserables y no precisamente por la falta de recursos sino por
su deficiente distribución. Con base en el “Panorama de la
educación en México 2013” realizado por la OCDE, en 2010, el
6.2% del PIB de México se destinó al gasto en instituciones
educativas, cifra ligeramente inferior a la media de los países
miembros a esta organización: 6.3%. Sin embargo, a pesar de
que estos recursos aparentan ser suficientes, México destina el
83.1% de su presupuesto para educación a los sueldos de las y
los profesores y el 93.3% a la remuneración del personal en su
conjunto. Estos son los porcentajes más altos de entre los
países miembros (las medias de la OCDE son de 62% y 78.2%
respectivamente).
La relación entre pobreza y educación en México parece ser
muy lógica y sumamente discutida en el terreno de las políticas
sociales, sin embargo, al analizar a fondo el tema se puede
observar que hasta el momento éste no ha sido lo
suficientemente abordado por especialistas en la materia.
Teniendo en cuenta el tamaño de la
población de jóvenes y niños en
México, aumentar el gasto en la
educación no se traduce
necesariamente en un mayor gasto
por estudiante. La OCDE expresa
en el documento Panorama de la
educación en México, publicado en
2013: “El gasto anual por estudiante
de primaria es del 15% del PIB per
cápita; el gasto por estudiante de
secundaria y educación media
superior es de 17% del PIB per
cápita, y por estudiante en
educación superior, el gasto anual
se dispara hasta un 52% de PIB per
cápita. El gasto anual promedio por
estudiante desde la primaria hasta
la educación superior es de 20% del
PIB per cápita; inferior a la media
de la OCDE del 28% del PIB per
cápita”
En México se habla de reformas educativas, de procesos de
competencia y un sin fin de actores, sin embargo, algo que se
había olvidado y no estaba en el debate público es la
institución central: las escuelas. Con las cifras mencionadas,
se puede concluir que la falta de recursos no es uno de los
problemas del sistema educativo en México, sino la
implementación y el destino que tienen dichos recursos.
La identidad nacional es un
conjunto de rasgos culturales que
la diferencian de otras naciones y
además que todos sus miembros
deben tener estos rasgos
culturales comunes, sin
diferenciar a otros grupos
integrantes de la misma nación.
El Estado Nacional impone
valores y políticas para asimilar
los que se consideran no
nacionales y que se integren al
modelo que se piensa como
nación. “En casos extremos, los
grupos sociales identificados
como “no nacionales” son
excluidos, aislados, expulsados o
eliminados” (Stavenhagen,
2001:59)
Los indígenas como grupo vulnerable
Con esa idea de nación se explica por
qué a los indígenas no los incluyeron
en la Nación emergente, porque ellos
eran y son poseedores de otra cultura,
de otras lenguas y costumbres ajenas a
los criollos. Se proponía que los
pueblos indígenas olvidaran sus
costumbres y su idioma, para formar la
nación homogénea que los dirigentes
de entonces pensaban sería una nación
verdadera.
La Nación tiene una
composición pluricultural
sustentada originalmente en
sus pueblos indígenas que
son aquellos que descienden
de poblaciones que habitaban
en el territorio actual del país
al iniciarse la colonización y
que conservan sus propias
instituciones sociales,
económicas, culturales y
políticas, o parte de ellas.
La conciencia de su identidad
indígena deberá ser criterio
fundamental para determinar a
quiénes se aplican las
disposiciones sobre pueblos
indígenas.
Son comunidades integrantes
de un pueblo indígena,
aquellas que formen una
unidad social, económica y
cultural, asentadas en un
territorio y que reconocen
autoridades propias de
acuerdo con sus usos y
costumbres.(Constitución Política
de los estados Unidos Mexicanos,
2015)
Lo indígena fue visto como “inferior o atrasado”,
excluido de la nación y del progreso, justificando,
incluso, su explotación (Bastos y Camus, 2004). La
exclusión ha dado como resultado la pobreza
ancestral en la que viven los pueblos indígenas, pero
que no han aceptado pasivamente, dando como
resultado un sinnúmero de revueltas, algunas
milenaristas y otras como respuesta a los despojos
agrarios que sufrieron.
A partir de los datos del Censo de Población y
Vivienda del INEGI 2010, citados por
CONAPRED (2012), señala que en México hay
15.7 millones de personas de las cuales 6.9
millones hablan alguna lengua indígena y 9.1
millones se reconocen indígenas aunque no
hablen alguna lengua. Es decir, prácticamente
el 14% de la población mexicana es indígena1,
aunque históricamente los indígenas han sido
discriminados política, económica, social y
culturalmente.
Desde la perspectiva de los
derechos humanos, la
Comisión Interamericana
de Derechos Humanos
(CIDH, 1998) señala que
los indígenas mexicanos
están en situación de
desigualdad relativa frente
al resto de la población, en
cuanto al goce de servicios
del Estado, sufriendo en
muchas zonas condiciones
deplorables de
empobrecimiento, acceso a
servicios sociales y salud.
El papel de los diferentes pueblos, culturas y lenguas que
comparten el mismo territorio o están involucrados en un
solo proyecto de nación ha sido invariablemente polémico,
siempre se consideran valorativamente las diferencias,
dando a los indios una categoría inferior a la del resto de los
mexicanos.
Según el censo de 2010, la población analfabeta es de poco más
de 5 millones de mexicanos mayores de 15 años (es decir, 6.9
por ciento de la población en ese rango de edad), y la población
indígena concentra 28 por ciento de analfabetas.
El censo registra que la población de tres años o más en México
asciende a 104 781 265 habitantes, de los cuales 6 913 362
hablan alguna lengua indígena; tomando como referencia dichos
datos observaremos que entre la población total 8 947 152
personas no tienen escolaridad, es decir, 8.54 por ciento de la
población de tres años o más en México se encuentra sin ningún
grado de instrucción escolar, mientras que entre la población que
habla alguna lengua indígena dicho porcentaje se incrementa
hasta 21.88 por ciento (ya que 1 512 302 de los hablantes de
alguna lengua indígena se encuentran sin escolaridad)
Algunos de los principales obstáculos que se presentan para
acceder y permanecer a la escuela pública general o de alguna
otra modalidad educativa, a través de un recorrido en
preescolar, primaria y secundaria, donde se destacan varios de
los aspectos más significativos que inciden en cada nivel
educativo.
En preescolar, una de las situaciones que se presentan para
que los niños y niñas indígenas de 3 a 5 años no sean
inscritos, es:
La falta de su acta de nacimiento.
El llevar a los y las pequeñas a la escuela no es una
costumbre arraigada.
El uso de una lengua materna, que en gran medida
representa una dificultad de comunicación entre los padres
y las educadoras.
No se cuenta con los recursos económicos para la compra
de uniformes, materiales y útiles escolares.
lL escolaridad de los padres, en particular de la madre.
En la escuela primaria, los obstáculos para acceder y
continuar estudiando, se agravan para la población infantil
indígena:
El pago de “la cuota escolar”.
La compra de uniformes, de útiles escolares o de
materiales que se solicitan para llevar a cabo las
actividades curriculares o extracurriculares.
Trabajo infantil indígena.
El uso del español por los docentes en las escuelas.
En el nivel de secundaria se presentan otro tipo de
dificultades, además de las ya enlistadas anteriormente, para
continuar y finalizar los estudios de quienes logran ingresar al
nivel.
o El ser adolescente mujer e indígena, ya que por la edad
resulta prácticamente obligado para ellas asumir tareas y
responsabilidades en el hogar como la realización de
labores domésticas y el cuidado de hermanos más
pequeños.
o En algunos grupos étnicos se llega a considerar que ha
llegado el momento de tener una pareja.
o El embarazo temprano.
En el caso de México existe una diferencia significativa entre el porcentaje de
mujeres indígenas que se casó antes de los 15 años de edad (casi 5%)
comparado con las mujeres no indígenas (2%). Asimismo cerca del 24% de las
mujeres indígenas se casó antes de los 18 años de edad, mientras que el 15%
de las mujeres no indígenas lo hizo a esta edad” (UNICEF, 2013).
La educación indígena siempre
ha sido trazada desde el
exterior, apropiándose de los
valores y las culturas, en
provecho de la nación que no
de los indios, a quienes se
anula, devalúa o utiliza en este
afán de homologar a todos los
ciudadanos,
independientemente de sus
lenguas. Y todo ello con tal
insistencia que, cuando por fin
los indios se sientan a la mesa
para discutir la educación que
les conviene y a defenderla
como un derecho ganado
mediante la movilización
consciente, lo que proponen no
dista mucho de aquello que se
ha trazado para ellos desde la
cultura dominante
Hacen falta soluciones, pero no impuestas
de arriba hacia abajo, sino que tengan
origen en las respuestas que los mismos
indígenas presenten. Que las y los
pobladores de las regiones étnicas
busquen sus propios caminos. En este
sentido, la educación cobra un importante
lugar, en especial la educación intercultural
si por ello se entiende la revaloración de
las diferentes culturas que integran el país.
Son los mismos pobladores de los
territorios indígenas quienes deben
proponer alternativas y soluciones a sus
problemas, buscar el desarrollo
sustentable de la región, entendiéndose
éste como “el que satisface las
necesidades del presente sin comprometer
la capacidad de las generaciones futuras
para satisfacer sus propias necesidades”
Equidad de género
La equidad de género en la educación es una
necesidad apremiante como una medida que permite
un incremento en las oportunidades de desarrollo
nacional. Sin embargo, no debemos olvidar que esta
inequidad, en cuanto al acceso a la educación, tiene
matices culturales y sociales muy marcados en los
sectores urbanos y rurales, en los cuales también
influyen factores a favor y en contra de uno y otro
género, tales como los roles impuestos al sector
femenino que ejercen una influencia negativa al marcar
obligaciones laborales en el hogar, pero también está
la influencia positiva que ejerce la necesidad de la
liberalización de la fuerza de trabajo femenina como
medida que ayude a incrementar el desarrollo social y
nivelar los mercados de trabajo y salariales.
La cuestión de género debe ser considerada prioritaria en la
planificación de la educación, desde las infraestructuras hasta el
desarrollo de materiales o los procesos pedagógicos. La
participación total y equitativa de las mujeres es vital para
asegurar un futuro sostenible porque:
Los roles de género son creados por la sociedad y se
aprenden de una generación a otra;
Los roles de género son constructos sociales y se pueden
cambiar para alcanzar la igualdad y la equidad entre las
mujeres y los hombres;
Empoderar a las mujeres es una herramienta indispensable
para hacer avanzar el desarrollo y reducir la pobreza;
Las desigualdades de género socavan la capacidad de las
niñas y mujeres de ejercer sus derechos;
Asegurar la igualdad de género entre niños y niñas significa
que ambos tienen las mismas oportunidades para acceder a la
escuela, así como durante el transcurso de sus estudios.
La situación de las mujeres en México ha
cambiado; actualmente su participación en
actividades económicas, políticas,
culturales y profesionales es cada vez más
notoria. Sin embargo, el ejercicio pleno de
los derechos de todas las mujeres es
obstaculizado por grandes rezagos, como
son la violencia, la pobreza y el
analfabetismo que todavía en el siglo XXI
prevalecen en la vida de las niñas y las
mujeres.
Por el lado masculino, tenemos como
factores negativos la imposición del trabajo
asalariado desde temprana edad, que
puede influir a dejar la escuela por falta de
tiempo y las obligaciones impuestas.
Como factor positivo tiene el que el
sistema y en general la sociedad asume
una forma patriarcal, por lo que se les
exige estar mejor preparados para poder
seguir tomando las decisiones y conservar
el control económico.
Es irrefutable, en una situación como la
actual, que los medios de comunicación
tienen una gran relevancia en la
construcción de la imagen del mundo que
elabora cada persona y que se elabora a
nivel de imaginario colectivo. Pero ¿qué
imagen nos dan los medios de
comunicación de las mujeres?, y no solo
eso, sino ¿de qué manera se representan
las relaciones de género?
Los medios de comunicación son
simultáneamente reproductores y
creadores de los modelos femeninos y
masculinos, es decir de lo que social y
culturalmente es considerado adecuado
del ser mujer y del ser hombre. Las
personas constituyen su propia identidad
de género, femenina o masculina,
asumiendo las normas, los valores y las
actitudes de la identidad correspondiente.
Una atenta mirada a los datos desvela que las mujeres siguen
siendo representadas (en la mayoría de los casos) como amas
de casa, como objeto del placer masculino, como seres pasivos
cuyo valor se mide por el aspecto físico. También los hombres,
en general, son representados siguiendo estereotipos como la
fuerza, la dominación, la acción y la incapacidad de ocuparse
del cuidado familiar.
En definitiva, por un lado
es verdad que los
medios de comunicación
muestran una parte de lo
que ven: una sociedad
estructurada sobre la
base de muchas
injusticias, entre ellas la
de género. Pero,
también es verdad que
los medios de
comunicación siguen
haciendo invisibles los
logros (a esta altura ya
más que consolidados)
de las mujeres, siguen
dando una imagen muy
estereotipada tanto de lo
femenino como de lo
masculino y, así mismo,
refuerzan roles de
género.
Falta mucho por hacer para que los medios se comprometan
hacia un cambio de mirada, también porque esta misma
mirada no está presente en la sociedad. Así que seguir
presionando a los medios para un cambio, y crear
alternativas en el campo de la comunicación es fundamental.
Una relación estratégica para el avance hacia una sociedad
más justa y menos desigual pasa por incorporar la
perspectiva de género en los medios de comunicación.
Desde la familia y en la escuela se proporcionan modelos de
conducta y se imponen comportamientos que los medios de
comunicación y el grupo de iguales les refuerzan.
Por ello, el proceso de coeducación comienza en la familia y la
escuela. Siendo los primeros espacios de socialización desde
los cuales se compensan los desajustes de origen diverso,
como aquellos que provienen de perjuicios sexistas que
pueden incidir en el desarrollo de las niñas y los niños en sus
primeros años.
Los avances en el acceso de la mujer a todos los niveles y
modalidades del sistema educativo nacional y en el
acortamiento de brechas de género han sido notables. En los
últimos 15 años ha disminuido la brecha de analfabetismo
entre hombres y mujeres, aunque sigue siendo muy marcada
entre la población de 45 años y más, sobre todo, entre las
mujeres mayores de 60 años, reflejo de patrones culturales y
del acceso limitado al sistema educativo en el pasado.
Las diferencias por
sexo de la asistencia
escolar entre la
población hablante de
lengua indígena son
significativas: 73
hombres indígenas de
cada 100 acuden a la
escuela, mientras que
sólo 69 mujeres lo
hacen.
En México se necesitan estrategias que, de manera sistémica,
den atención prioritaria a los sectores más desfavorecidos de
la población para que la escuela no reproduzca las
desigualdades del hogar, abandonando los esquemas de
derrama paulatina de beneficios en función de la capacidad de
demanda de los grupos sociales.
Si nuestro país quiere hacer de la educación un verdadero
motor de desarrollo nacional, debe implementar políticas que
apuesten simultáneamente por la equidad y la calidad. Eso
sólo puede hacerse:
a) evitando medidas uniformes que traten a todos (entidades,
escuelas, docentes, niños, jóvenes y familias) como si
fueran iguales
b) Reasignando el gasto y dando los mejores recursos a los
más desfavorecidos
c) Generando concordancia entre estrategias e intervenciones
para atender los problemas educativos de la manera más
integral posible.
Deporte y educación
El deporte está adquiriendo una
importancia cada vez mayor en nuestras
sociedades y en su desarrollo,
convirtiéndose en un fenómeno
sociocultural que trasciende el ámbito
estricto de las instalaciones deportivas, los
estadios y los demás lugares en que se
practica
Un aspecto educativo, tan importante como la contribución al
bienestar físico y mental, es el relativo a los valores que
transmite e inculca el deporte, por ejemplo:
el respeto de las normas
la negativa a admitir las trampas para conseguir la victoria a
toda costa
el respeto del vencedor por el vencido y reconocimiento por
parte este último de que el primero fue el mejor.
Estos principios cívicos y democráticos elementales forjan los
valores que permiten a la personas vivir juntas en la diversidad,
respetando las diferencias.
Es por ello que el deporte es una actividad
muy beneficiosa, que contribuye al
desarrollo físico, y que puede tener
también unos efectos significativos en la
formación moral. Sin embargo, al mismo
tiempo, el deporte como espectáculo ha
pasado a convertirse en una forma de
fanatismo que muchas veces se fomenta y
que da lugar a conflictos sociales, incluso
a crímenes, y la violencia en el deporte es
un asunto preocupante.
A veces el deporte provoca, por desgracia,
pasiones y excesos de los que se hacen
eco los medios informativos, ocupando las
primeras páginas de la actualidad. Esos
excesos ocultan y empañan una finalidad
esencial de las competiciones deportivas:
superarse a sí mismo, dando lo mejor de
cada uno en las mejores condiciones
físicas posibles.
La educación debe centrarse sobre todo
en la atención especial que el sistema
educativo debe prestar a la calidad de la
formación de los profesores de educación
física y deporte, así como al
fortalecimiento de la capacidad de las
estructuras que permiten impartir dicha
formación.
«La Reforma Educativa implementada es el resultado de
un proceso de discusiones abiertas y acuerdos públicos
entre los partidos políticos, el gobierno de la república y el
congreso de la unión y establece las bases sólidas y de
alcance nacional, para que las reformas legales y políticas
públicas transformen el sistema educativo nacional, bajo
dos principios rectores: la calidad y la equidad»
Portal oficial de la Presidencia de la República
Reforma
Educativa
La nueva Reforma Educativa es
una reforma constitucional y
fue presentada por Enrique
Peña Nieto presidente de la
República, dentro del marco de
los acuerdos y compromisos
establecidos en el Pacto por
México. Fue promulgada el 25
de febrero de 2013.
Así mismo el 10 de
septiembre de 2013, se
promulgó también la reforma a
la Ley General de Educación, la
Ley del Instituto Nacional para
la Evaluación de la Educación y
la Ley General del Servicio
Profesional Docente, con la
finalidad de “hacer de la
educación la fuerza
transformadora de México”
(Portal oficial de la Presidencia
de la República).
Continuamente se habla en el mundo de la necesidad de hacer
reformas educativas y éstas se suceden unas a otras. Apenas
se completa una reforma ya está empezando la siguiente,
incluso muchas veces sin que siquiera se acabe la anterior,
porque las reformas educativas constituyen siempre procesos
muy lentos que demoran muchos años, y cuando todavía no se
ha conseguido que la reforma alcance a todos los cursos
escolares ya hay nuevos cambios en marcha. Ahora cuando se
habla de reformas educativas, casi siempre, en casi todos los
países aparecen dos temas constantes que las inspiran:
proporcionar una educación de calidad y una educación que
contribuya a formar ciudadanos conscientes y responsables. En
los países en vías de desarrollo, al ampliarse la cobertura de
los servicios educativos, sobre todo de educación primaria, se
introdujeron los temas de calidad y equidad, y México no fue la
excepción.
En este sentido la aplicación de dicha reforma concentra las
siguientes premisas para su desarrollo:
1. El Estado debe garantizar calidad y equidad en la
educación. Aquí se toma en cuenta el papel fundamental del
docente frente a grupo y se plantea la necesidad de que el
ejecutivo federal, en conjunto con las autoridades locales, y con
la participación de maestros y padres de familia se determinarán
los Planes y Programas de estudio todo con la finalidad de que
los alumnos aprendan más y mejor.
2. Se establece el Servicio Profesional Docente mediante la
capacitación, formación y evaluación de maestros, directores,
supervisores e instalaciones.
3. Se crea el Sistema Nacional de Evaluación Educativa
(INEE), el cual: Aportará lineamientos y directrices, apoyará a
maestros para el desarrollo de fortalezas y superación de
debilidades y evaluará la calidad de: maestros, directores y
supervisores, Instalaciones y planes, programas, Métodos y
materiales educativos
Cómo acciones alternas para su funcionamiento y desarrollo se
llevará a cabo también:
1. Un censo para saber cuántas escuelas, maestros y alumnos
hay en México, y con esa información crear el SISTEMA DE
INFORMACIÓN Y GESTIÓN EDUCATIVA.
2. Habrá una comunicación directa entre los directores de
escuela y las autoridades.
3. Habrá más escuelas de tiempo completo que imparten
entre 6 y 8 horas diaria para impulsar el desarrollo,
académico, deportivo y cultural de los alumnos.
4. Se prohíbe la venta de alimentos que no favorezcan la
salud de los alumnos. Se suministrarán alimentos nutritivos
a los alumnos de escuelas ubicadas en zonas con índices de
pobreza y marginación.
5. No debe de haber privilegios por motivos de raza, religión,
sexo o preferencias.
6. Existirá una autonomía de gestión escolar mediante el cual
directores y padres de familia podrán tomar decisiones para
mejorar las instalaciones y contarán con los recursos
necesarios para hacerlo.
7. El sistema educativo Nacional velara por: Una mejor
convivencia, respetar la diversidad cultural, la integridad
familiar y el interés nacional.
La puesta en práctica de la reforma
educativa en México ha traído consigo una
gama de problemas, escenarios inéditos y
heterogéneos, y una combinación
inestable de consensos, rechazos,
expectativas e incertidumbres que apenas
comienzan a explorarse, alejándose con
ello del punto básico que se pretende
alcanzar con dicha reforma.
La buena voluntad de las autoridades educativas, dista
mucho de los efectos reales que esta reforma trae a
México. La desigualdad creciente a cada instante, no sólo
en los espacios educativos, sino también en la sociedad en
general, es su principal punto en contra y cada día se ve
más lejos el objetivo deseado mediante su promulgación y
encaminado a lograr que la educación sea de calidad,
otorgue igualdad de oportunidades a los mexicanos y
garantice el interés superior de la niñez.
Conclusiones
«Esta gran humanidad ha dicho ¡Basta! Y
ha echado a andar, y su marcha de
gigantes ya no se detendrá»
Ernesto «El Che» Guevara
Existen diversas condiciones que deben
reunirse para mejorar el servicio educativo.
Desde luego influyen factores externos
como la pobreza y la falta de equidad.
También es necesario tomar en cuenta los
factores propios de las escuelas, en
particular cuando se ubican en zonas
marginadas.
Lo más preocupante del tema es que no
se vislumbra un debate sobre la materia. A
más de dos años de aprobar la reforma
constitucional en materia educativa, la
discusión sigue centrándose en el
Sindicato, las plazas, las evaluaciones y
prerrogativas, que no son temas menores.
Sin embargo, el tema de la educación
como un modelo para la transformación y
la movilidad social parece olvidarse.
En este sentido, la escuela debería ser un
lugar privilegiado para proporcionar una
formación que permita participar
plenamente en la vida ciudadana y
democrática, pero debemos percibir que
existe una contradicción entre el tipo de
educación que se proporciona en las
escuelas y el modelo de sociedad al que
formalmente se aspira
El objetivo de cada mexicano debe
centrarse en que en cada escuela se lleve
a cabo la practica de: el laicismo, el
progreso científico, la democracia, el
nacionalismo, la mejor convivencia, el
aprecio y respeto por la diversidad cultural,
por la igualdad de la persona y por la
integridad de la familia bajo la convicción
del interés general de la sociedad y los
ideales de fraternidad y la igualdad de
derechos.
Podríamos decir que el ideal sería tener escolarizados a todos
los niños y niñas durante muchos años, con sus necesidades
materiales satisfechas, de tal forma que asistieran a una
escuela en la que recibieran una formación que les permitiera
ser felices, desarrollarse armoniosamente, convertirse tanto en
adultos provistos de los conocimientos necesarios, para
insertarse en el mundo social de un modo productivo, como
ciudadanos dispuestos a cooperar con los demás, a participar
de manera activa en la vida colectiva. Que fueran capaces de
elegir las formas de gobierno más convenientes para todos y
que conduzcan a su sociedad, y a la especie humana en
general, hacia un mundo más justo, más libre, en el que todos
vivamos en paz, en el que no se produzcan actos de agresión
ni por parte de los individuos, de grupos mafiosos, ni por parte
de los gobiernos. Creo que estas podrían ser algunas de las
aspiraciones de la escuela que deberíamos tratar de construir,
como mexicanos y como nación.
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UNIVERSIDAD DE CUAUTITLAN IZCALLI
MAESTRIA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
SEMINARIO DE REALIDAD NACIONAL EN EDUCACIÓN
ALUMNA: SANDOVAL QUINTAL CECILIA MARIA
N° DE CONTROL: 1520155
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