la otra cara - literaturayarte.com · recordar por aquí la materia que se me escapa; desahogarme,...
Post on 15-Oct-2018
217 Views
Preview:
TRANSCRIPT
LA OTRA CARA
Esta obra se entrenó en la SALA TRIÁNGULO de Madrid
el 19 de junio de 1990
y en 1992 participó en el
I FESTIVAL DON QUIJOTE de teatro español en París.
SONIDO DE AGUA DE LLUVIA. SUAVE MUSICA LEJANA.
TOBIAS SAMEL:
Recordar por aquí la materia que se me escapa; desahogarme, crédulo;
combatir, combatir y recordar... hasta la extenuación.
MAQUINA DE ESCRIBIR. CAMBIO DE LUZ. MAS AL FONDO.
ELSA TEMUER:
Ni sus ojos ni su cara admiten una comparación. Ha caído la noche.
No sé por qué le tengo en mí. Si me dijeran, si alguien se atreviera a
mirar, entonces, por aquí o por allá. Será el deber.
UNA CALLE.
TOBIAS SAMEL DORMITA, PUEDA PARECER QUE ESTA MUERTO, APENAS SU
RESPIRACION SE INTUYA.
APARECE ELSA, LE MIRA, JUNTO A EL SE QUEDA QUIETA; LA GENTE PASA, NADIE SE
DETIENE.
SONIDO DE AGUA DE LLUVIA. SUAVE MUSICA LEJANA.
TOBIAS:
He comido. Me siento mejor aunque aquí; la luz y la sombra me
dicen que estoy vivo. Y la lluvia.
MAQUINA DE ESCRIBIR. CAMBIO DE LUZ. MAS AL FONDO.
ELSA:
Me vendrá bien.
UNA CALLE
TOBIAS:
Aquí.
ELSA:
Sólo quería saber si se encontraba bien, si estaba enfermo, si
necesitaba asistencia médica o un tanatorio. Socialmente me sentía
obligada.
TOBIAS:
Estoy cansado.
ELSA:
Sí.
TOBIAS:
Necesitaría un baño caliente, una toalla almidonada; querría un buen
vaso de vino y una cama mullida. Este banco no está del todo mal.
ELSA:
Venga conmigo.
SONIDO DE AGUA DE LLUVIA. CAMBIO DE LUZ.
TOBIAS:
Comer, dormir, matar.
MAQUINA DE ESCRIBIR. MAS AL FONDO.
ELSA:
Más tarde pensar. De momento me siento cómoda aunque su mirar
pueda darme miedo. Loco o no me sentía obligada. Podrá cuidar mi
jardín, podrá sacar a la perra a pasear, podrá limpiar y cuando quiera,
cuando llegue el día se marchará, ligero como parece que es. Compañía
junto a mis huesos. Una transacción comercial. Parece, es, un hombre
inteligente.
VIENTO.
ELSA:
¿Su nombre?
TOBIAS:
Muchos.
ELSA:
Me gustaría poder llamarle de alguna manera.
TOBIAS:
Tobías... Trifia.
ELSA:
Elsa.
TOBIAS:
Esta perra está muy vieja.
ELSA:
Sí.
TOBIAS:
Será pesado tirar de ella por las calles.
ELSA:
Lo es.
TOBIAS:
Pero algo tendré que hacer.
ELSA:
Nunca comer le ha salido gratis a nadie.
TOBIAS:
Muy cierto, señora.
ELSA:
No quiero ser menos.
TOBIAS:
Me parece natural.
ELSA:
Si quiere quedarse ya sabe.
TOBIAS:
No se enfade.
ELSA:
Tutéame, no soy tu señora.
TOBIAS RIE ALEGREMENTE.
ELSA:
¿Ha reído usted mucho a lo largo de su vida, Tobías?
TOBIAS:
¡Oh, sí, sí, mucho Elsa! He reído siempre; dormido río y muerto.
ELSA:
¿Qué sabrá usted?
TOBIAS:
Nada, no sé nada.
ELSA:
Yo tampoco.
TOBIAS:
No te preocupes, yo te enseñaré a no saber. De alguna manera he de
pagar el favor que me haces.
ELSA:
Es justo. Pero también quiero que saque a la perra y limpie la casa y
friegue los platos y sea decente en mi casa.
TOBIAS:
Me pides demasiado por un plato de comida.
ELSA:
Y una cama y un cuarto de baño y un orden y un espacio...
TOBIAS:
Sí, sí, es cierto, olvidaba.
ELSA:
Tobías...
TOBIAS:
Sí, Elsa...
ELSA:
Puedo tutearle.
TOBIAS:
De momento no, Elsa, más adelante probablemente...
ELSA:
Como quiera...
TOBIAS:
Así debe ser...
LA NOCHE. MUSICA DE NOCHE. HOMBRES Y MUJERES SUBEN POR LAS ESCALERAS
DEL INMUEBLE.
ELSA Y TOBIAS CENAN.
ELSA:
Puede comer más si quiere; hay mucho más en la cazuela; ahora lo
hago siempre así, antes no, antes cocinaba cada día...
TOBIAS:
Está muy bueno Elsa pero no quiero más. Voy a retirarme.
ELSA:
No le gusta mi compañía.
TOBIAS:
Sí, sí me gusta, es muy agradable estar contigo y probar tus guisos,
sentirse en el hogar. Era algo que debía hacer.
ELSA:
Pondré flores en su habitación.
TOBIAS:
Plantas sin flor, por favor.
ELSA:
Plantas sin flor.
TOBIAS:
De interior, que apenas necesiten la luz o el agua. Cactus...
ELSA:
Me encantan los cactus... además algunos tienen flor.
TOBIAS:
Que sueñes, Elsa.
ELSA:
¿Soñar?... si quiere puede beber aquí.
PAUSA.
ELSA:
No es necesario que se esconda en su habitación ni que lleve la botella
metida en el bolsillo. Soy una mujer comprensiva.
TOBIAS:
Seguro, Elsa, seguro; alguna noche beberemos juntos, a la salud de los
demás.
ELSA:
¿La perra hizo sus cosas?
TOBIAS:
Todas las que quiso.
MARCHA TOBIAS SAMEL.
ELSA TEMUER SE QUEDA DETENIDA MIENTRAS LE VE MARCHAR.
LA HABITACION DE TOBIAS SAMEL. FRENTE A UNA EXTRAÑA BOTELLA CON
UN LIQUIDO ROJIZO. SE INTUYE CIERTA IMPACIENCIA EN LA QUIETUD DE SAMEL.
LA HABITACION DE ELSA TEMUER. SE OBSERVA EN EL ESPEJO.
ELSA:
Tobías.
HABITACION DE TOBIAS SAMEL. LA NOCHE SUENA.
TOBIAS:
Volver. Investigar. Desde luego en la noche. A oscuras.
Transformar la vida. Salir. Del Hogar. Un ligero trago y después
sucumbir, reencontrarme con la muerte de los demás. Matar. En la
noche, subrepticiamente. De nuevo libre y atado. Por siempre.
BEBE DE LA BOTELLA.
UNA CALLE CON APENAS TRANSITO.
TRIFIA:
Ojalá la lluvia fuera alcohol. O el mar. Si los bares fueran agua, si las
aguas fueran bares. He de caminar esquivando los charcos. He de
encontrar un subterráneo. Puede hacer frío. La mujer aquella estará
esperándome. Desde los túneles nace la luz.
PASA UN AUTOMOVIL.
TRIFIA:
¡Eh, eh, aquí, yo, yo, yo...!
LA MAÑANA. ELSA TEMUER FRENTE AL ESPEJO ACABA DE VESTIRSE.
ELSA:
Debí suponerlo. El muy golfo. Tendré que examinar si me falta algo.
Si algún día le encuentro le pediré explicaciones. Los vagabundos
rondan siempre por los mismos lugares. Iré allí. ¿Tan vieja estoy? Y
mi pobre perra sin salir. No, no, el espejo me dice que aún, todavía...
Encontraré a otro más agradecido que él. Una noche de panza llena y
a correr. Debí suponerlo. Su mirar no era digno, aunque pareciese un
caballero. En fin, las imágenes no mienten.
LA COCINA. LA MAÑANA. TOBIAS SAMEL ESTA SENTADO, SU CARA MUESTRA UNA
RESACA IMPRESIONANTE.
APARECE ELSA.
ELSA:
No ha salido la perra, no están fregados los platos, huele a suciedad,
usted huele a sucio.
TOBIAS:
Resbalé.
ELSA:
Por lo menos su cama está hecha. Se diría que no ha dormido usted
aquí.
TOBIAS:
No sé si he dormido aquí.
ELSA:
No sabe si ha dormido aquí.
TOBIAS:
Elsa, necesitaría caricias en las sienes.
ELSA:
¡Ja!
TOBIAS:
Es mi cerebro explotando, el puñetazo de un matón adherido a mi
cráneo.
ELSA:
Le dije que podía beber en mi compañía. Entiendo el sufrimiento, la
evasión. Soy una mujer de mi siglo.
TOBIAS:
No me regañes, Elsa.
ELSA:
Toda la noche en vela. ¿Cómo ha salido?, ¿Cómo ha entrado sin que
yo me diera cuenta? No tiene usted llave. ¿Un café?
TOBIAS:
Caricias en las sienes.
ELSA:
Ni lo sueñe.
TOBIAS:
Sólo sueño con eso.
ELSA:
No puedo.
TOBIAS:
Poder.
ELSA:
¿Cree que me va a utilizar a su antojo?
TOBIAS:
Sí, lo creo.
ELSA:
¡Ja!.
TOBIAS:
La soledad hace claudicar a los hombres. ¿Por qué te resistes a
admitirlo?
ELSA:
Utilizarme a mí. Un vagabundo. La escoria del mundo. ¡Que mal
entiende la caridad! A mí, una mujer adulta.
TOBIAS:
Adulta.
ELSA:
Por lo menos podría haber avisado.
TOBIAS:
Nunca puedo avisar.
ELSA:
Podría haber confiado en mí.
TOBIAS:
Confiar. Sufrirías escalofríos.
ELSA:
No quiero borrachos violentos en mi casa. Detesto la violencia. Fuera
veo muchas imágenes terribles. Ya tengo suficiente con eso. No soy
una persona miedosa. Entérese. No es con el primer hombre que trato.
Ni con el primer vagabundo.
TOBIAS:
Sólo un ligero masaje en las sienes. Me reconfortaría mucho.
ELSA:
¿Y luego sacará a la perra?
TOBIAS:
Claro.
ELSA:
Beberá conmigo la próxima vez.
SE ACERCA A EL POR DETRAS. COMIENZA A DARLE UN MASAJE EN LAS SIENES.
TOBIAS:
Si estuviera así siempre podría recordar algo, una mañana de algún
día, hace mucho tiempo, y entonces me agradaría conversar contigo y
contarte. Pero nunca siento una caricia en las sienes tan
constantemente. El dolor desaparece. Me invade una cierta quietud.
¿Te cansas?
ELSA:
No sé por qué hago esto, no se lo merece. Soy una idiota.
TOBIAS:
Eres un alma caritativa.
ELSA:
No se ría de mí.
TOBIAS:
¿Y por qué no?
ELSA:
Me da miedo.
PAUSA.
ELSA:
Ya está. Si con esto no se le pasa la resaca muérase. Oigo a la perra
exigiendo salir.
TOBIAS:
¿Por qué no la matas?
ELSA:
¿A Candi?
TOBIAS:
No es más que un estorbo.
ELSA:
Candi me ha acompañado toda mi vida. Quiere usted matar a lo único
que no me ha abandonado nunca. Asesino. ¡Cómo, cómo...! Matar a
Candi, a mi vieja amiga.
TOBIAS:
Sólo quería liberarte de una opresión.
ELSA:
No es una opresión para mí. ¿Qué clase de hombre es usted?
TOBIAS:
Soy un hombre antiguo.
ELSA:
Es un salvaje.
TOBIAS:
Vuelvo dentro de un rato.
ELSA:
Candi debe caminar durante un cuarto de hora.
TOBIAS:
Sí, Elsa.
ELSA:
Ni un minuto menos.
TOBIAS SAMEL DE NUEVO FRENTE A LA BOTELLA. HAY MUCHA OSCURIDAD A SU
ALREDEDOR. UN RUMOR DE TORMENTA SE ESCUCHA. BEBE DE LA BOTELLA. SUENA
UN TRUENO.
LA HABITACION DE ELSA. ESCUCHA LO QUE OCURRE TRAS LA PUERTA.
TRIFIA EN LA HABITACION DE TOBIAS SAMEL. SE ENCUENTRA EN LA MISMA
POSICION QUE ANTES TOBIAS. TIENE UN ASPECTO DESALIÑADO, COMO SI SUFRIERA
UNA INCREIBLE RESACA.
TRIFIA:
Una vez más. RIE. ¿Acabará este hombre con mi alma? RIE, GESTO
DE DOLOR. Alma. Pero continúo yendo a donde él me ordena. Día o
noche. ¡Cojones de hombres! INTENTA PONERSE EN PIE, CAE
PESADAMENTE EN LA SILLA. SOLLOZA. RIE. ¿Por qué nunca me
quedan recuerdos de nada, de él? SONRIE. Miembros de hombres
invadiendo mi coño. La vida. GRITA. ¡La vida! ¡¡¡¿Servirá para
algo?!!! O lo llevas como una dulce carga o te pegas un tiro por tanta
destrucción. Me ha dejado baldada. SE VA YENDO.
APARECE ELSA
ELSA:
Golfo.
TRIFIA:
Sí
ELSA:
Usted también.
TRIFIA:
Sí
ELSA:
Parece un soldado tras la batalla.
TRIFIA:
Soy un soldado tras la batalla.
ELSA:
Pero yo no puedo tenerla aquí.
TRIFIA:
No se preocupe.
ELSA:
Lo sabía.
TRIFIA:
Aún sabe muy pocas cosas.
ELSA:
Soy una mujer decente.
TRIFIA:
Yo soy una cualquiera.
ELSA:
Pobrecita.
TRIFIA:
Oh, no, no quiero que me compadezca.
ELSA:
Candi debe salir.
TRIFIA:
Yo también pero no puedo.
ELSA:
¿Dónde está?
TRIFIA:
Nunca lo sé, nunca recuerdo nada. Sólo la increíble sensación de
haber sido atravesada. Nada más. Una inmensa debilidad y nada más.
ELSA:
Debe de ser un hombre sin remordimientos. Me dijo que matara a
Candi.
TRIFIA:
No puedo decirle nada.
ELSA:
¿Le abrió él?
TRIFIA:
No lo sé.
ELSA:
Es un cobarde... Tengo leche caliente y un poco de café.
TRIFIA:
Me reconfortará.
ELSA:
La vida es demasiado dura para las mujeres.
TRIFIA:
La vida es demasiado dura.
ELSA:
Le echaré, si vuelve le pondré... sin remordimientos... creo que tengo
derecho... desde que ha llegado no siento más que desasosiego... quise
ser caritativa, quise ser buena, quise dar ejemplo. Pero todo es inútil...
TRIFIA:
Es tan atractivo...
ELSA:
Estaré de espaldas.
TRIFIA:
Pero su voz...
ELSA:
Pensaré que es otro.
TRIFIA:
Caerá de nuevo.
ELSA:
No me conoce usted.
TRIFIA:
Me encantaría conocerla, intimar.
ELSA:
¿De veras?
TRIFIA:
Siempre quise a una mujer como compañera.
ELSA:
Es usted muy amable.
TRIFIA:
No.
ELSA:
Le traeré el café. Se sentirá mejor. Podrá marcharse.
TRIFIA:
Elsa...
ELSA:
¿Cómo sabe mi nombre?
TRIFIA:
Mi nombre es Trifia.
ELSA:
Nunca nadie supo mi nombre.
TRIFIA:
Tienes una mirada tan hermosa.
ELSA:
Nadie quiere responder a mis preguntas.
TRIFIA:
¿Qué importa? Al final nos hemos encontrado. Quiero...
ELSA:
No puedo tenerte aquí. No hay sitio.
TRIFIA:
Pero si le echas a él.
ELSA:
Sí.
TRIFIA:
Yo sacaré a Candi y mantendré todo limpio; me ocuparé de tu salud,
de tus comidas, de tu felicidad...
ELSA:
No quiero creerlo.
TRIFIA:
Mírame.
ELSA:
La perra debe salir.
TRIFIA:
Yo la sacaré.
ELSA:
¿Aunque llueva no te importará?
TRIFIA:
No.
ELSA:
¿Aunque sea un estorbo no me dirás que la mate?
TRIFIA:
No.
ELSA:
¿Podré tutearte?
TRIFIA:
Ya lo estás haciendo.
ELSA:
Por fin la caridad saldrá bien.
TRIFIA:
Por fin.
ELSA:
Le echaré.
TRIFIA:
Nunca más le volveremos a ver.
ELSA:
Seré fuerte, constante, agresiva.
TRIFIA:
¿Dónde está la perra?
ELSA:
Estará durmiendo en el sótano.
TRIFIA:
Ahora vengo. No me olvides, Elsa.
SALE TRIFIA. ELSA VA A LA COCINA. PREPARA LA LECHE Y EL CAFE.
ELSA:
Y yo también diría que conocía su nombre. ¿Dónde he podido
escuchar el nombre de Trifia? Quizás en un sueño. Realmente esa
mujer necesita mi ayuda y mi consuelo. Sería tonto no echar a Tobías.
Sólo me ha reportado sufrimientos y preocupaciones. ¡Sería tan
hermoso poder regenerar a una perdida! Trifia, te regeneraré; te
bautizaré de nuevo; seré para ti Juan el Bautista. Juntas crearemos un
mundo ideal, Hijo nuestro será el sueño; seremos felices estrechando
nuestros cuerpos, dormiremos juntas y nuestra tumba será la misma.
La caridad, por fin, recompensada.
SUENA LA PUERTA DE LA CALLE.
ELSA:
Trifia, corre, ven, el café está calentito.
APARECE TOBIAS SAMEL. SE ESCUCHA EL LADRIDO DE CANDI.
TOBIAS:
Hola, Elsa.
ELSA:
No tenemos más que hablar.
TOBIAS:
¿Esperabas a Trifia?
ELSA:
Tiene mejor corazón que usted.
TOBIAS:
Es una puta.
ELSA:
No, es una mujer. Una mujer desamparada.
TOBIAS:
Encontré a Candi en el portal, sola, gimiendo.
ELSA:
No es cierto.
TOBIAS:
Seguramente se encontraría con uno de sus clientes.
ELSA:
No...
TOBIAS:
Vamos, querida...
ELSA:
¿Por qué tiene que traer putas a mi casa? Estoy cansada de que me
tomen el pelo. Todo el mundo se aprovecha de una mujer que conoce
el sentido cristiano de la vida. Pero ni un segundo más; no, no pienso
soportarlo más. Me siento engañada, me siento ultrajada. Pero
sobreviviré; sé que al final, un día, sin yo esperarlo, encontraré la
recompensa, porque está escrito, porque tiene que ser. Soy una mujer
buena. Quiero que se marche ahora mismo, es usted un perdido.
TOBIAS:
El...
ELSA:
¡No pronuncie mi nombre! Suena sucio. Váyase de aquí...
TOBIAS:
Escúchame.
ELSA:
¡Llamaré a la policía, gritaré por la ventana, le mataré con este
cuchillo! No se lo cree, cree que no tengo agallas, no se va a mover...
ELSA LEVANTA EL CUCHILLO, TOBIAS SAMEL LA ABOFETEA , ABRAZA Y BESA SU
CUELLO.
ELSA:
¡Suélteme!, no me hacen nada sus labios, podría atravesarle por la
espalda.
TOBIAS:
Tutéame. Mátame con confianza.
ELSA:
No sigas, no quiero, yo soñaba ya el abrazo de una mujer...
TOBIAS:
También soy una mujer.
EL CUCHILLO VA CAYENDO.
ELSA:
No, no me hacen nada tus besos. Siento frío.
TOBIAS:
Es la falta de costumbre.
ELSA:
Tú qué sabrás.
TOBIAS:
Sólo que necesito estar aquí.
ELSA:
Tobías... demonio tentador... hombre...
TOBIAS:
Permíteme estar en tu casa.
ELSA:
Se te veía tan cómodo en el banco.
TOBIAS:
Necesito saber quién soy en la intimidad...
ELSA:
Siento calor, me sofoco... tómate el café y mañana vete.
TOBIAS:
Elsa.
ELSA:
No tenemos más que hablar.
UN TIEMPO DESPUES. UN PARQUE. NUBLADO. ALGO DE FRIO.
ELSA:
Poco a poco llega el invierno. No somos más que árboles.
TOBIAS:
Estás muy lírica esta mañana.
ELSA:
Siento nostalgia de mi juventud. Y no es que fuera vibrante, no. Siento
nostalgia de mi piel tersa.
TOBIAS:
¿Quieres que te diga que no estás nada mal? Si lo deseas puedo alabar
la conservación de tus senos.
ELSA:
Alaba al agua fría.
TOBIAS:
¿Ya no quieres que me vaya?
ELSA:
No puedo luchar; si por lo menos hubiera vuelto Trifia habríamos
luchado juntas. Me gustaba esa mujer.
TOBIAS:
Volverá.
ELSA:
¿Tú crees?
TOBIAS:
Sí.
ELSA:
Entonces puede que te eche pero hasta entonces...
TOBIAS:
Aprovechemos el tiempo de la sopa caliente.
ELSA:
Claro.
SUENA UN VIOLIN. TRANSCURRE LA TARDE. VA CAYENDO EL SOL.
ELSA:
Tengo frío.
TOBIAS:
Realmente eres buena.
ELSA:
Me han dicho que pocos son los malvados. Pero siempre que lo pienso
siento un frío universal, grande, probablemente desmedido.
TOBIAS:
Estoy tan ajeno a todo.
ELSA:
Sí.
TOBIAS:
Y sin embargo me siento muchos, me veo en todos.
ELSA:
¿Por qué me hablas ahora de ti?
TOBIAS:
Porque eres buena.
ELSA:
Quiero que te vayas.
TOBIAS:
Pero no me voy y no me dices nada. Solamente por las mañanas
mientras desayunamos me comentas que ha pasado otro día y todo
sigue igual. Y luego callas y miras a nada. ¿No es acaso eso ser
bueno?
ELSA:
¿Ser cobarde?
TOBIAS:
Elsa...
ELSA:
Vamos para casa tienes que hacer tus tareas.
TOBIAS:
¿Estás contenta?
ELSA:
A ti hay que atarte corto.
TOBIAS:
A Candi también.
ELSA:
Eres un perrillo.
TOBIAS:
¿Estás contenta?
ELSA:
Cógete del brazo.
TOBIAS:
Por la avenida paseaban los novios. Y avanzaba la tarde y había
deseos condensando el aire. Más luego todo era imaginación o sueño
solitario. ¡Qué hermoso el tiempo de la agramadera!
TOBIAS SAMEL EN SU HABITACION MIRA LA BOTELLA; SUS GESTOS, CONTENIDOS,
SON DE LUCHA INTERIOR. AL FINAL BEBERA.
ELSA FRENTE AL ESPEJO.
VIENTO. LA LUZ DE UNA FAROLA. TRIFIA BAJO ELLA. MIENTRAS TRANSCURRA LA
ACCION DE TRIFIA, LA FIGURA DE ELSA SE MANTENDRA ILUMINADA.
TRIFIA:
Moriré de frío... pero sus ojos... ¿hacia allí?... qué gran día, y volverá,
descansadamente, un día de sol en el invierno... tengo una cama en
algún sitio, tengo un cuerpo de mujer en la memoria. ¡Debo, sí!
Debo... si alguien pudiera prestarme una capa de animal. Acaso
dormir y no soñar. Cuando su nombre acude a mi garganta, cuando
sus letras se hinchan en mi lengua, cuando alcanzo el relieve de su
boca... Elsa, amor mío.
PASA UN AUTOMOVIL.
TRIFIA:
Eh, amigo, vamos, una noche de mí vale la gloria. Voy a morir de frío;
sería injusto que los últimos instantes de mi vida transcurrieran a la
temperatura de la muerte. ¿Una capa de animal? Por allí, por allí.
SE ALEJA TRIFIA, SE APAGA LA FAROLA.
VIENTO. LUZ. LA COCINA. ELSA PREPARA UNA INFUSION. TOBIAS SAMEL SUFRE UNA
RESACA HISTERICA.
ELSA:
Debe ser algo tan terrible. Mírese.
TOBIAS:
¡Cállese!
ELSA:
Debería usted creer en algo.
TOBIAS:
¡Cállese!
ELSA:
Una impudicia... o un asesinato.
TOBIAS:
¡Beata de mierda!
ELSA:
¿Qu...?
TOBIAS:
Beata de mierda, beata de mierda, ¡beata de mierda! ¿Qué?, ¡qué!,
venga, échame ya de una puta vez, ¡vamos a terminar con todo esto,
bastarda de los cojones, puta reprimida de mierda, asquerosa vieja
arrugada!, mierda.
CAE AL SUELO TOBIAS SAMEL FULMINADO, CON ESPUMA EN LA BOCA, LOS OJOS
DESORBITADAMENTE ABIERTOS.
ELSA:
Pobrecito, ¿por qué sufres tanto?, ¿cuál es tu remordimiento? Espera,
amigo, la infusión ya no tardará. Echa por tu boca toda la bilis que
llevas dentro. Yo estoy aquí para cuidarte. Animo. Vivirás. No
mueras. Debo salvarte. Así, cariño, tranquilo. No tiembles más. Todo
es luz y color. ¿no escuchas? Ya es la amanecida. No tienes más que
dolor del alma. Al final todo se arreglará.
DUERME TOBIAS SAMEL. ELSA LO ACERCA A SI.
ELSA COGE LA BOTELLA. UN PROFUNDO TERROR SE APODERA DE ELLA CUANDO DA
EL PRIMER SORBO.
TOBIAS DESPIERTA. ESTA SOLO.
MATA A CANDI. LA OCULTA. SE RENUEVA.
DE IMPROVISO APARECE KOTOK.
KOTOK:
Ha sido al llegar a esta calle. Ha sido en esta casa. Usted no me dirá
ahora que no ha visto nada. Se va a atrever. Quizá porque aún no sabe
quién soy yo.
TOBIAS:
Creo que se equivoca, amigo.
KOTOK:
Nunca me equivoco.
TOBIAS:
Entonces bienvenido.
KOTOK:
Ahora dígame dónde están.
TOBIAS:
No lo sé.
KOTOK:
Hasta llegar a este portal yo venía con mi mujer, Elsa, y mis cuatro
hijas. Miré un instante hacia atrás. Algo me distrajo. Ahora, por
supuesto, sé que fue un ardid de ratero barato. Al volverme mi mujer y
mis cuatro hijas habían desaparecido. Estoy dispuesto a pagar. Soy
inmensamente rico...
TOBIAS:
No lo dudo señor...
KOTOK:
Kotok.
TOBIAS:
Rico.
KOTOK:
¡Deme a mis mujeres!
TOBIAS:
¿Se folla a las cinco señor Kotok?
KOTOK:
Eso es cosa mía, amigo. No quisiera tener que llamar a la policía.
TOBIAS:
¿Cuántos años tiene la pequeña?
KOTOK:
Nueve.
TOBIAS:
Debe tener un sexo muy fresco.
KOTOK:
Hace calor.
TOBIAS:
Un sexo delicioso, estrecho, digno del miembro de un ricachón.
KOTOK:
He perdido a mi mujer y mis cuatro hijas en esta calle. Voy a meterle
un navajazo a alguien.
TOBIAS:
Es tan pequeña esta casa que sólo por eso se escucharía siquiera la
respiración de su harem.
KOTOK:
¿Cuánto quiere?
TOBIAS:
Vuelva mañana.
KOTOK:
Sin ellas no vale de nada mi riqueza.
TOBIAS:
Elsa...
KOTOK:
¿Sí?
TOBIAS:
¿Qué?
KOTOK:
Sin ellas no vale de nada mi riqueza. Estoy seguro que ha sido en esta
calle, en este portal; todo ha sucedido en esta hora del día, todo ha
quedado oscuro, he sentido un deslumbramiento, he sufrido un dolor
irreparable. Y ahora siento nostalgia de lo que hace un minuto, tan
sólo un minuto era mío, mío en propiedad, mío por un esfuerzo de
años, mío...
TOBIAS:
Perdone señor Kotok pero debo irme.
KOTOK:
Mañana quiero a mis hijas aquí.
TOBIAS:
Tenga paciencia, amigo, hasta probarlas a todas pasará un tiempo.
KOTOK:
Miserable.
TOBIAS:
Sí, lo soy, lo soy...
KOTOK:
¿Cuánto pide?
TOBIAS:
Mañana tendrá noticias mías, Elsa.
KOTOK:
¿Sí?
TOBIAS:
¿Qué?
KOTOK:
Sin ellas no vale de nada mi riqueza.
TOBIAS:
Comprendo, Elsa.
KOTOK:
¿Sí?
LA MAÑANA. ELSA TEMUER, EN CAMISON, TIENE UN ASPECTO SOBRECOGEDOR.
CAMINA.
ELSA:
Trifia, ¿me he perdido?
LA NOCHE. ELSA JUNTO AL MAR.
ELSA:
Tobías, Tobías...
TOBIAS SAMEL LA ARRASTRA.
LA MADRUGADA. LA COCINA.
TOBIAS:
No vuelvas a hacerlo, querida. Es demasiado fuerte para un alma
caída, así, sin proponérselo. ¿Por qué no me lo dijiste? Tendré que
cuidarte. Es muy fuerte. Querrás más. Sufrirás un tiempo.
ELSA:
Ya no tengo fuerzas.
TOBIAS:
Algún día beberemos juntos.
ELSA:
Algún día me quedaré fría.
TOBIAS:
Sí.
ELSA:
Trifia me ha visitado esta tarde.
TOBIAS:
Sí.
ELSA:
Llevaba un precioso traje amarillo y sus cabellos estaban teñidos de
malva. Me dijo no sé qué de la calentura del cuerpo en el sopor del
invierno.
TOBIAS:
Claro.
ELSA:
¿Ha caído la tarde?
TOBIAS:
Va a amanecer. Debo hacer un trabajo. No estarás sola.
ELSA:
Por fin te vas.
TOBIAS:
No.
ELSA:
No sufriré.
TOBIAS:
No quiero que sufras. ¿Para qué?
ELSA:
Tu bebida es fuerte.
ELSA SONRIE.
TOBIAS:
Elsa, hay una parte en mí que se enamora de ti. ¿me entiendes?
ELSA:
El campo, el mar, correr, ahogar.
TOBIAS:
No vuelvas a hacerlo.
ELSA:
Candi no ladra.
PAUSA.
ELSA:
Descanse en paz.
TOBIAS:
Tú también descansarás.
ELSA:
¿Puedo confiar en ti? Una vez muerta dile a la tierra que...
TOBIAS:
Debes dormir.
ELSA:
¿Recuerdas?
TOBIAS CALLA.
ELSA:
El sol, la lluvia, derrengarse, volar.
TOBIAS CALLA.
ELSA:
Un tiempo callado, mi alma en suspenso, lo cálido yerto. La
conciencia ahíta. Una tristeza Tobías me ha invadido, la desgana de
vivir, la certidumbre de algo oscuro.
TOBIAS:
No temas más. Descansa y duerme. La mañana va a llegar. Sigue
habiendo luz. Nunca más volverá a ocurrir.
ELSA:
El fuego, lo profundo, creer, orar.
ELSA TEMUER PARECE DORMIR UN SUEÑO PROFUNDO Y CONSTANTE.
A SU LADO, CON LA BOTELLA ILUMINADA POR UN HAZ DE LUNA, SE ENCUENTRA
TOBIAS SAMEL. NO SERA SU SER SINO SU ESTAR LO QUE MUESTRE SU PROFUNDA
TRISTEZA.
TOBIAS:
Cada noche, Elsa, debo cambiar el curso de la historia. Mientras tú
duermes soñando mi desvelo yo cavilo mi destino y a veces surgen
palabras hermosas y luego sucumbo y marcho a la deriva. Elsa, tu
sueño es dulce. No sabes cuánto agradezco estos días. Nadie supo
nunca entender. A veces he deseado que estuvieras presente cuando,
inválido de voluntad, apuro un sorbo de la botella, de esta compañera
sucia y delicada que también ha querido apropiarse de ti, inocente,
dulce, mujer, Elsa. Y hoy, aunque quisiera guardarme en tu regazo,
sentir tu pecho y la voluptuosidad que emanas, volveré de nuevo a ser
esclavo del destino, obediente como cualquiera, ni más ni menos
hombre que tú mujer. Sé que lo que ahora digo quedará en un rincón
de tus sueños. Quizá sueñas que te habló, quizá me estás soñando.
¿Qué tienes que me ofreces y jamás obtendré? Si estuviera aquí Trifia
te estaría hablando pegada a tus muslos y desnuda; te hablaría con las
manos y la mirada, besaría en vez de pronunciar palabras. ¡Qué sordo
es todo! Transcurre esta noche y dentro de poco ya no estaremos
juntos. Yo, para ti, seré una anécdota. Tú, para mí, la última
oportunidad... ya perdida. ¿Querrás creerme si te digo...?, ¿querrás
escucharme si algún día...?, ¿querrás esperarme por si alguna vez...?
Debo volver a mi tarea. Borracho sería capaz de adorarte. Sereno no
sé amar. Sereno estoy agazapado, con unas zarpas negras y pulidas
dispuesto a jugar al juego de la vida y de la muerte. Contigo quise
jugar. Aquel primer día te quise como alimento de mí, me propuse
abandonarte cuando no fueras más que un pingajo definitivamente
roto, listo para la tumba, sin más razón de ser que la eternidad.
Querida Elsa, perdóname si llego a realizar tu futuro, disculpa mi
serenidad. Que sea en tus sueños donde recuerdes mi gratitud y en la
vigilia donde descubras que yo, vagabundo indecente, he sido el
instrumento de tu desgracia para que siempre me maldigas, a mí que
te he querido tanto, que he sentido tanto por ti, que no he sido capaz
de decirte: por siempre, estando tú despierta, junto al fogón de la
cocina, en esa hora que tú conviertes en suave, en recuerdo, la hora de
la bata y el desayuno.
TOBIAS SAMEL DA UN LARGO TRAGO A LA BOTELLA, TANTO QUE PARTE DE EL
LIQUIDO SE DERRAMA POR EL SUELO. SUFRE UNA LIGERA CONVULSION. SALE DE
LA HABITACION.
INMEDIATAMENTE SE LEVANTA ELSA TEMUER, BEBE LO QUE SE HA DERRAMADO
POR EL SUELO. SUFRE UNA LIGERA CONVULSION. SALE TRAS TOBIAS SAMEL.
TRIFIA EN LA ESQUINA DE UNA CALLE. HACE UN FRIO INTENSO. SALVAJE,
ENVUELTA EN UNA ABRIGO DE PAÑO, MIRA CONTINUAMENTE DE UN LADO A OTRO
ESPERANDO QUE APAREZCA UN CLIENTE. HACE VIENTO.
APARECE KOTOK COMO PERDIDO, SE ACERCA A TRIFIA CAUTELOSAMENTE, LA
EXAMINA DE ARRIBA A ABAJO.
TRIFIA:
¿Aprobada?
KOTOK:
No, no eres tú.
TRIFIA:
Pues entonces lárgate.
KOTOK:
¿Llevas aquí mucho rato?
TRIFIA:
Mucho rato, encanto.
KOTOK:
Busco a una mujer y cuatro niñas.
TRIFIA:
Debes ser todo un macho.
KOTOK:
Estoy desangrándome.
TRIFIA:
Pues si necesitas cinco y encima desangrándote debes ser supermacho.
KOTOK:
La luna está fría.
TRIFIA:
Pourquoi pas, mon chéri? No he visto nada, guárdate tu dinero. Y
lárgate.
KOTOK:
¿Estás sola?
TRIFIA:
No busco chulo.
PAUSA
TRIFIA:
Bueno, ¿qué, te lo haces conmigo o no? No soy cinco pero follo de
maravilla.
KOTOK:
Ni la tristeza será capaz de arrebatarme la pasión.
TRIFIA:
Ole.
KOTOK:
Antes me gustaría verte.
TRIFIA:
Por tocar son cinco mil.
KOTOK LE DA LAS CINCO MIL. EMPIEZA A TOCARLA.
KOTOK:
Oh, sí, recuerdo los pechos de Elsa, y así, en la oscuridad de las
manos, tus pezones parecen los de mi niña pequeña. Tienes pezones
adolescentes. ¿Cómo es posible que estés tan cálida? Y por aquí... qué
suave mata de pelo. Tu sexo debe ser una caverna rodeada de árboles
frondosos...
TRIFIA:
Por depilarme serían otras tres mil.
KOTOK:
No, no, me encanta así. ¿Cuánto por hacer el amor?
TRIFIA:
Por follar diez mil y la cama. Por hacer el amor la gloria.
KOTOK:
Aquí.
TRIFIA:
Sultán.
KOTOK:
Apóyate. Bájate las bragas. Súbete la falda. Así, así...
TRIFIA:
Es una buena manera de entrar en calor.
KOTOK:
Si cierro los ojos se abren las piernas de mi mujer, puedo soñar ya con
ella aunque tu sexo sea más pequeño quizá, sí más pequeño.
TRIFIA:
Ten cuidado, me estás arañando.
KOTOK:
Bésame.
TRIFIA:
No
KOTOK:
Abrázame.
PAUSA
KOTOK:
Más fuerte. Todo da vueltas. La luna está fría. Si pudieras besarme, si
me quisieras. ¡Oh, qué grande es la noche!... ¡qué sosiego!
SE ARREGLAN LOS DOS
TRIFIA:
Ahora vete, anda, a lo mejor aparece otro y hago la noche.
KOTOK: LE DA UNOS MILES .
Ya está hecha.
TRIFIA:
¿Otra vez?
KOTOK:
Acompáñame hasta el amanecer.
TRIFIA:
Estoy tan húmeda que se me está helando la entrepierna.
KOTOK LE DA UN PAÑUELO DE SEDA. TRIFIA SE SECA. SE LO VA A DEVOLVER.
KOTOK SE LO REGALA.
EL AMANECER A LAS AFUERAS DE LA CIUDAD. KOTOK ATURDIDO, SECO, INVALIDO
MIRA LA AURORA. TIENE ESCALOFRIOS, SUDA.
KOTOK:
Siempre esperar... espera de la luz del hombre solo.
EL SONIDO DE LAS AVES AL DESPEREZARSE. SUFRE UNA CONVULSION.
KOTOK:
¿Qué?... ¿Cómo? Ni siquiera. Amanece como si estuviera aquí, en mí,
hurgándome las tripas. ¿Por qué? ¿Qué? Yo tenía una respuesta a
¿dónde?, ¿dónde? Oh, maldita noche solitaria, maldita necesidad que
me lanza a los brazos de una cualquiera para apagar... apagar...
iluminar.
TRIFIA, ATURDIDA, SECA, INVALIDA, OBSERVA LA AURORA. TIENE FRIO, SUDA.
TRIFIA:
Era de seda... era de seda... si sonara una canción... era de seda... uno
tras otro.
TRIFIA VOMITA LA VOZ DE TOBIAS
TOBIAS:
Niñas en la aurora.
KOTOK SUFRE UNA CONVULSION. SU VOZ CAMBIA HACIA LA DE ELSA, TAMBIEN SU
CADENCIA.
ELSA:
Tobías estaba convencida de mi felicidad por siempre.
VUELVE KOTOK.
KOTOK:
¿Aquello de allí? Mujer... hijas... Elsa, Elsa, me descompongo, me
asoman... vuelve... el abrigo está ancho, el viento me arropa... venid...
venid...
VUELVE TRIFIA.
TRIFIA:
Era de seda... ya sé... la luna fue un pañuelo de seda... ¿no es la paz?
KOTOK VA SIENDO ELSA.
ELSA:
Venid, venid, ¿por qué ahora esta esquina? Otra vez un inmenso vacío
con poso amargo.
TRIFIA:
El... sa...se...da...
ELSA:
Quiero marcharme a casa, arroparme con mis sábanas, dormir.
TRIFIA SUFRE UNA CONVULSION.
TRIFIA:
Guiñapos corridos dentro de mí.VOZ DE TOBIAS TOBIAS: Lo
encontraré de nuevo VOZ DE TRIFIA Dej... fui VOZ DE TOBIAS
feliz VOZ DE TRIFIA me sentí VOZ DE TOBIAS mujer, mujer
querida. Debo volver VOZ DE TRIFIA sabr... en... ti p... VOZ DE
TOBIAS cada vez estoy más cerca.
HA AMANECIDO. ELSA CAMINA.
ELSA:
Estás acabando con mi monotonía.
TOBIAS:
Ya eres mía.
LA MAÑANA. EN LA COCINA ELSA PREPARA EL DESAYUNO. TOBIAS DEAMBULA. GRAN
TRAFICO.
ELSA:
Anoche soñé que me hablabas. Soñé que estabas enamorado de mí.
Pero no soñaba tu cara.
TOBIAS:
Olvídalo.
ELSA:
No quiero. No quiero olvidarlo.
TOBIAS:
Será lo mejor para los dos.
ELSA:
No te vayas.
TOBIAS:
No me voy.
PAUSA
TOBIAS:
¡Elsa!
ELSA:
¿Qué?
TOBIAS:
Nada.
ELSA:
Será mañana.
TOBIAS:
Sí.
ELSA:
Vamos a brindar.
TOBIAS:
Por habernos conocido.
ELSA:
Porque no llegaremos a conocernos nunca.
PAUSA.
ELSA:
Brindemos.
TOBIAS:
No hay vino en tu casa.
ELSA:
Pero tú tienes una botella.
TOBIAS:
No quiero brindar con ella. Es mía.
ELSA:
No tengas miedo.
TOBIAS:
¡Ahora me vas a proteger! Pero, querida, ¿no te das cuenta?, ¿no
entiendes que no eres más que una retrasada mental? ¿que mi afán por
dejarte es que me das pena? No quiero destruirte del todo. Alma... no
me compadezcas, no te subas a la parra. Crees que ese sentimiento
maternal que exhalas ahora, que ese olor a hembra madre que lanza tu
mirar va a enternecer mi corazón; a lo mejor, incluso, crees que estoy
enamorado de ti. Si quieres hablemos de sentimientos. No siento nada
por ti, Elsa, absolutamente nada.
ELSA:
Pues entonces vamos a brindar por tu indiferencia.
TOBIAS:
Nadie me ha dicho nunca lo que tengo que hacer.
ELSA:
Sultán.
TOBIAS:
No juegues conmigo. No pongas esa postura de puta barata. No voy a
esperar a mañana.
ELSA:
El gran Tobías tiene miedo de una mujer.
TOBIAS:
Tu juego es demasiado burdo, querida.
ELSA:
Entonces brinda conmigo. ¿Qué esperas para rematar tu faena?
PAUSA.
ELSA:
¡Brinda conmigo!
ELSA Y TOBIAS BEBEN DE LA BOTELLA. DURANTE UN INSTANTE AMBOS SE MIRAN
CON DEMENCIA.
TOBIAS-TRIFIA SE ABALANZA CONTRA ELSA-KOTOK Y LA ABRAZA. ABRAZO LARGO.
EN ESCENA KOTOK Y TRIFIA.
TRIFIA:
No creo que nos volvamos a ver.
KOTOK:
Me estás mintiendo, mientes asquerosa puta... perdón, no te vayas...
TRIFIA:
No es más que miedo.
KOTOK:
... y quedarme solo, hablar solo... COGE LA NAVAJA. Pídeme lo que
quieras.
TRIFIA:
No ambiciono nada.
KOTOK:
Asquerosa mierda.
TRIFIA:
No luches más, Elsa.
ELSA:
¡¡Sí!!
TRIFIA:
Yo tampoco puedo.
KOTOK:
¡¡Trifia!!
TRIFIA:
¿Recuerdas a Tobías? VOZ DE TOBIAS TOBIAS: ¿Me recuerdas,
Elsa?
ELSA:
Sí.
TRIFIA:
Te quiero.
TRIFIA SACA LA NAVAJA Y LE DA, FULGURANTE, DEMONIACO, INELUDIBLE, UN
NAVAJAZO EN EL VIENTRE A ELSA.
TRIFIA SONRIE LA SONRISA DE TOBIAS MIENTRAS ELSA VA CAYENDO MUERTA.
TELON
En Madrid, año 1989.
top related