jeen-frsrcolslyotard · ber, que carece de objeto determinado. por esta razón es posible...
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Por.Jeen-Frsrcols Lyotard-é ··-'- ·-I
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Los textos histórico-políticos de Kantestán dispersos, grosso modo, entre las tresCríticas y una decena de opúsculos. LaCrítica de la razón política no ha sido escrita . Sea cual fuere la «causa>. de esta dispersión (reclamada atolondradamentepor la frase del entendimiento, la frasecognitiva), es legítimo ver en ella, dentro de ciertos límites aún por determinar,un signo (vamos a regresar sobre esta palabra) de una heterogeneidad particularde lo político como «objeto» de frases.Esta heterogeneidad del objeto es ya algonotable en la tercera Crítica. En ésta, lafacuItad de juzgar se encuentra garantizada, no con un objeto propio, sino porlo menos con dos: el arte y la naturaleza-.Digo que por lo menos, porque se trata de saber -y tal vez en esto consistatodo- si esta facultad de juzgar es unafacuItad. Kant había dado ya anteriormente a esta palabra un sentido preciso,el de un potencial de frases sometidas aun grupo de reglas de formación y de presentación (en el sentido kantiano) cuando se trataba de la sensibilidad, del entendimiento y de la razón en lo que atañea lo teórico , y de la razón en lo referidoa lo práctico. Pero, de hecho, el juicio yainterviene necesariamente, cada vez quese trata de decir que «hay caso» para validar un~ frase, y por consiguiente parapresentar un objeto que permita esta validación, lo que se hace en el caso de lasfrases cognitivas bajo el régimen del esquema, en las argumentativas dialécticasbajo el del símbolo, y en las prescripciones -cuando se trata de evaluar la responsabilidad y la moralidad-, bajo el régimen del tipo.
En la introducción a la tercera Críti-
• Tomado del libro de ] .F. Loytard , L '..tItousUume.La critique kt:nti..nt de /'Aisloi", París, Galileé, 1986.
Traducci6n de Raymundo Mier
ca, no se reconoce solamente la dispersiónde las familias de frases , sino que se ladramatiza hasta el punto en que el problema planteado es precisamente encontrar los «pasajes» (Ubergánge) entre esasclases de frases heterogéneas. Y la «facultad» de juzgar, a causa de su misma ubicuidad -a la que me acabo de referir-,es decir, al hecho de que es convocadacada vez que es preciso validar una frpor su presentación, aparece entonces
como una potencia de «pasajes.. entre lasfacultades hasta el punto en que le seráreconocido un privilegio mayor en materia de capacidad de unificación, al mismo tiempo que se le reconoce una faltmayor en cuanto a su capacidad de conocer un objeto que le sea propio, a saber, que carece de objeto determ inado.Por esta razón es posible preguntarse sies realmente una facultad de conocer enel sentido kantiano. En todas las fam iliasde frases, por heterogéneas que sean unarespecto de otras, lo que Kant se obstina(pero lo que se obstina en su lugar es talvez la problemática del sujeto) en nombrar facuItad de juzgar, es la determinación del modo de presentación del objetoque conviene respectivamente a cadauna de estas familias .
Si era preciso presentar a su vez un objeto para la Idea de la desmultiplicaciónde las facultades, entendidas como capacidades de conocimiento en sentido amplio, es decir, capacidades de tener objetos (ya sea como dominios, o como territorios, incluso como campos),' elobjeto que conviene presentar para validar
I Immanuel Kant ; Critiqu"ú lB fD&K1IitÚj~ (1790),trad. fr. Philonenko, París, Vrin, 1979. p. 23 [Nosotros to
mamos la versión española de Manuel Garef. Moren te:Manuel Kant , Crítie6 de/ju icio, Madrid, Espasa-Calpe, 3•ed., 1985, p. 72).
Fotografías de Jorge Pablo de Aguinaco
- - - 1-
de int erven ci ón, guerra o comercio, no
tien e obje to, no tiene su isla, pero exigeun medio, en el mar, el Archepelagos, elma r principal, como tiempo at rás se llegó a nombrar al mar Egeo . Este mar re
cibe otro nombre en la In trod ucción a latercera Cn't;CQ, es el campo, el Feld: " Losconceptos, en cu nto relacionan conobjetos. sin consider r que un conocí
miento de los mismos e o no po ible, tienen su c mpo, que d term ina solam ntc según I rel ión que su objetoguarda con nuestra ro cult d de conoceren gen ral" .J El final de esta misma inlrodu cci6n no enseñ que esta facultad
de conocer m gmnaJ comprende el enten-
' /~. . p. 72.
dimiento, la facultad de juzgar y la razón . Por lo menos, y en consonancia conlo que indica la «escala gradual» de representaciones que erige Kant en la par
te final de la sección " De las ideas en general " en la Dialéctica -parte de lapr imera Crítica4- , habría que añadir aesta lista la sensibil idad. Todas estas facultades encuentran su objeto en el cam
po, las delimita un territorio, las otras undominio, pero la de juzgar no encuentra 'ni uno ni otro, sino que asegura el pasa
je ent re ambos. Se trata más bien de unafacultad de medio, en la que se encuen
tran comp rendidas todas las circunscripciones de legitimidad. Más aún, es ellala que ha perm itido la delimitación de terr itorios y dominios, es la que ha establecido la autoridad de cada familia sobre
su isla . Y esto lo ha conseguido sólo gracias al comercio o a la guerra que se establece entre esas islas .
Encontramos ahí materia en donde situar los pasajes. Indico algunos sin pre
tender agotar la lista de los regímenes singulares ni analizarlos. Por ejemplo, lailusión trascendental. ¿Cómo sabemosque las frases dialécticas que tienen la forma de frases cognitivas no lo son? ¿Y quéocurre cuando el territorio de validez delrazo namiento no coincide con el dominio de legislación del entendimiento? Debido a que no podemos presentar un objeto intiucionable -es decir, dado en elespacio y en el tiempo- para las frasesargumentativas. La necesidad (Bedü.rfnis)5de maximizar el concepto impulsa la razón , ésta obedece a una " prescripción
• Imm anuel Kant, Cri/iqlU tÚ 14 raiscm pur. , trad . fr .Tremesaygues y Pacaud , 9a OO., París, PUF, 1980, p. 266.[Nosotros nos referiremos a la versión en castellano deJosédel Perojo: Kant , Crí/;,;a tÚ14 razón pura (2 vol. ), BuenosAires, Losada, 6a. ed. , 1970, p . 63 del vol. 2.)
5 Ibid., p. 60.
simplemente lógica " 6 de dirigirse hacia
la incondicionalidad. AquelJo que puedeser presentable a la frase de la razón comoobjeto propio para legitimarla no puedeser un fenómeno. La crítica consiste aquí,una vez identificada la regla de formación
de la frase (razonar es concluir por medio del universal), en hacer intervenir laregla de presentación , después de lo cualla frase dialéctica es «aislada» (insularisada) de la frase de entendimiento. Noobstante, la ilusión trascendental no se disipa por ello, pero es reconocida." Elcomo si que es la fuente de esa ilusión sesaca a la luz: la frase dialéctica hace COmosi hablara de los fenómenos, la crítica exige que ella hable de «como si» fenómenos, es decir, de símbolos, entre los quese encuentra el que hemos ya reconocidocon el nombre de ideal.
Otro caso eminente de la operación de«pasaje .. lo encontramos indicado en el §
59 de la terce ra Crítica, donde se trata demostrar que «lo bello es el símbolo delbien moral»,8 De ah í el análisis de laoperación simbolizante al que se ha aludido anteriormente. Esta operación es doble y se le denomiha analogía. «[consisteen l primero aplicar el concepto al objetode una intuición sensible, y después , en
segundo lugar, aplicar la mera regla dereflexión sobre aquella intuición a unobjeto totalmente distinto, y del cual elprimero es sólo el símbolo.»? Kant da
dos ejemplos de símbolo (pero ¿se tratade ejemplos en el sentido que les ha dadohasta entonces? ¿puede haber presentaciones intuitivas de símbolos que son presentaciones indirectas? Habría que exa-
• tu«, p. 55.?-u«, pp . 49-51.8 Manuel Kan t, CrítU:a tÚ/j u;,;;", .p. cit., p. 260.9 tu«, p. 261.
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n m nt )d lu (¡
tadea (legún I cu tro ope reI quacabalnOl d citar) y qu t dÍlPOlici6,n
se vuel ve a en ntrar , •n Ioperacion ,16 o qu aplinera diatinta , cuando el Iritu tahacia el bi n . tra ta porduna -Jimb6 iea- qu n puna 'tu d ob' 01, 'no poferencia y ro .6n un di. itivo in-
trafi cultarl o:u un grupo d re lasform '6n d (¡ (las cu tro opera 'o
n po Kant) ri , delpués de una te . n, del ft do len
timiento de p r y d pen , al d lafacultad d deaear, in que pueda hablar jamAs d p nta i6n directa. Porsupuesto qu e encontraID qu í comercio y _pataje- de una isla a la otra, e incluso Ji le quiere -preaen ién.. en la éti
ca de algo que pertenece al gusto, peroese algo no el un objeto intui . . Laacepci6n que el preciao otorgar al t~nnino prest1lla&iJ,. le ve~pliada , de tal manera que lasexpedicio es qu e la facultadde juzgar lleva a cabo en las islas vecinasno le proporcionan IOlamente obiel intuicionables, sino Incluso reglas d frasesque no IOnsino -.l6gicas- o formales. Locuerpos deldelito, aqueO que permitendecir -hay caso- . se complican.
cién tan pura, como la razón Jo bace en conaideraci6n dela facultad de desear, y se ve, tanto a caUla de eaa interiorposibilidad de una naturaleza en concord.aneia, referidoa algo, en el sujeto mismo y fuera de él , que no el naturaleza ni tampoco libertad, pero , sin embar¡¡o, eoti enJaza.do con la base de la última, a saber, con lo IUprueDlible,en el cual Ja facul tad te6rica esl' un ida con la pric:tica deun modo común y desconocido" (N . del t.]
11 nu., p. 10t.12 Se trata de una palab ra inusual en francá, aparen
tem ente destinada a ser empleada como una derivaci6nmarcada del concepto de intuición, definido de manera rigurosa por Kant, y que la expresión habitual, " avoir l'intuiti on1', no trasluce con todas sus cargasy matices. Poresta razón preferimos una operación de traducci6n que devuelva, analógicamente, estos manees que tampoco la palabra castellana. "intuir" I permite entrever de m.aneraex
presa . (N . del t.)
hay una «sensación.. en la experiencia de
lo bello, es en un sentido completamentediferente del que ha establecido la Est~
tica trascendental de la primera Crlti&a:«Cuando una determinaci6n del sentimiento de placer o de dolor es llamadasensaci6n, significa esta espresi6n algomuy distinto de cuando llam o sensaci6na la representaci6n de una cosa (por losentidos, como una receptividad perteneciente a la facultad de conocer).•"
Si el bien es simbolizado por lo bello ,no se debe a que el segundo es un fen6meno que se puede intuicionar 12 directamente y que viene a sustituir a otro objeto, el bien, del que no poseemos laintuici6n. La analogía de este caso se refiere más bien a lo inverso, es decir, alhecho de que lo bello 110 es un objeto deexperiencia en el sentido en que no existe tampoco una representaci6n sensiblede él, pero que está determinado por cier-
10 [bid. , p. 262. El párrafo completo en la versión cas'tellan a es el siguiente [lo transcri bo comple to) : " Es lo inteligible hacia donde, como lo declaré en el anterior 'párrafo, mira el gusto; en él concuerdan nuestras facultadesde conocer superiores , y sin él se alzarían puras contradicciones entre la na turaleza de éslas , comparadas con laspretension es del guSIO, En esta facultad 'no se ve somet idoel juicio, como, por lo demás , en el ju icio empíric o, a unaheteronomfa de las leyes de la experiencia; se da a sí mismo la lcy en consideración de los obje tos de una satisfac-
minarloscomo en caso de "pasaje» sobre
un «pasaje»]: una máquina simple, el molino de sangre , puede significar un estad~- monárquico "gobernado por una vo
luntad singular absoluta»; un cuerpoorganizado puede simbolizar un estado
monárquico "gobernado según las leyesinternas del pueblo». En los dos casos, noexiste parecido alguno entre el objeto sim
bolizado y el objeto que simboliza, quees "totalmente distinto» , Pero hay identidad en la regla de reflexión aplicada alsegundo y la que se aplica al primero.
Ocurre de la misma manera, segúnKant, en el pasaje entre lo bello y el bien .La regla de reflexión sobre esos dos ob
jetos presenta los mismos rasgos: inmediatez, desinterés, libertad, universalidad , 'pero su aplicación en uno y otro casodifiere. La inmediatez se ap lica a lo sensible en el caso de lo bello, al conceptoen el de lo bueno. La libertad en los juicios del gusto es la de la imaginaci6n que
, se adecua al concepto, en el juicio morales la de la voluntad adecuándose a sí misma, etcétera. La analogía actuante aquíno es, ciertamente, idéntica a la que presenta el molino de sangre o el cuerpo orgánico como símbolos de regímenes políticos . Por poco que sea, es imposibleconsiderar con todo rigor preciso el objeto del gusto como un fen6meno de lamisma calidad que el molino de sangreo el cuerpo organizado . Estos pueden resultar de una Versinnlichung, una operación de la sensibilidad adecuada s610 a lasleyes del entendimiento (por lo menos enlo que respecta al molino de sangre) : peroKant es el primero en subrayar que laSinnlichkeit y el entendimiento no bastanpara aprehender (y por lo tanto paraconstituir) el objeto del gusto. Con el interrogante sobre lo bello , "se trata de lainteligibilidad hacia la que mira el gusto» , escribe: "la facultad de juzgar no sehalla sometida a la heteronomía de las leyes de la experiencia»; está «vinculada aalgo [... ] que no es ni la naturaleza ni lalibertad [.. .l, lo supra-sensible...lo Y si
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una copia (Cegmbilá) de la primera en elmundo sensible." La temática del tipo(tipográfica, como diría Lacoue-Labartbe l8) proviene seguramente de Platón,pero aquí se la vuelve a recoger para inscribirla en una problemática por completo distinta, no por ser post-cartesiana yestar centrada en el sujeto , sino más bienpor lo que no es, porque relaja los vínculos entre las facultades de conocimientohasta el punto en que esos vínculos no sonotra cosa quizá que meros ..pasajes..,transferencias aventuradas de dispositivos o formas, préstamos necesariamenteparad6jicos puesto que no son pertinentes a los dominios a los que se aplican ,al mismo tiempo que son indispensablespara su circunscripci6n.
No es posible continuar aquí el inventario de los «pasajes», Hay otros menosnotorios, pero no menos extraños. Señalo, como una pura indicaci6n, ese «pasaje» al que Kant se aventura a presentar,en la primera Crítica, corno un «Ideal dela sensibilidad.. y que él denomina «Monograma...19 Escribe: ..Constituye una especie de dibujo fluctuante en medio dedistintas experiencias (... ) no ofrece regIa susceptible de expl icaci6n y verifica-
17 ([bid., p. 68. En la veni6n al castellano " Natura!archettypa " aparece como " naturaleza modelo"; " nat u raectypa" es vertidacom o "naturaleza copiada" y " Gegenbild" es recogida simplement e como "copia" (N. del t.)
18 Philippe Lacoue-Labarthe, " Typc¡sraphie" . en M imais, París , Aubier-Flammarion, 1975. p. 165-270.
19 Kant. Críl Í&4 de la razón pura , .p. eit., p. 237.16 ne., p. 103.
ley de la naturaleza, de la cual tú mismofueras una parte, podrías considerarlacomo posible por tu voluntad.s" El tipode la legislaci6n guía formalmente la máxima de la voluntad en la formulación delimperativo categ6rico y también en laevaluaci6n de la acci6njusta. Es necesario entonces entender el sodass [tal como]del Handelt sodass [actúa tal como] del imperativo categ6rico a la manera de uncomo si, más bien que como un de talformaque: puesto que la universalidad no sepuede concluir de la máxima, se puedes610 presentarla indirectamente a la evaluación que se hace de ella.
El mismo tipo es el qu~ explica incluso la introducci6n, en la problemática ética, de una idea que no parece obvia: lade una naturaleza suprasensible. Si noexistiera el «como si fuera una naturaleza mecánica.. para transferir la legalización del dominio del conocimiento al dominio moral, la Idea de un ..todo de seresrazonables prácticos» no tendría ninguna pertinencia en este último dominio, yal mismo tiempo, por un ..pasaje.. suplementario la Idea de una sociedad cosmopolita tampoco la tendría en el dominiohistórico-político. Puesto que hay una legislación de ese tipo la naturaleza supersensible no solamente es el objeto de unaIdea posible, sino que puede ser presentada como arquetípica (urbildlische) por unanaturaleza ect ípica (nachgebildete) , qu~ es
Ocurre lo mismo para otro "pasaje» nomenos eminente, que Kan t llama tipo enla " típica del juicio puro práctico" en elsegundo capítulo de la Analitica de la ra
zón pura prtÚtica." Ahí se dice que «si lamáxima acción no es de tal índole quesostenga las pruebas con la forma de unaley de la naturaleza en gene ral, ent onceses imposible moral mente... ¿Por qué ?-As! juzga - escribe Kant- hasta el entendimiento más vulgar: pues la ley de laNJluraÚZ4 se halla siempre en la base detodos sus juicio más ordinarios, inclusolos de experienc ia ... C uan do es precisoevaluar lo hecho o lo que habrá de hacerse , el entendimiento que, prosigueKant, - tiene, pues, e ley siempre a lamano.., hace -de quella ley de la NJlura/e
za sólo el tipo de una ley tú la libertad». Notran sporta al dominio ético las intuiciones, ino impleme nte la forma de la Cesdrmlissigúit Id lo ' a la med ida de la ley',digamos: de 1 legali ci én ] en general.Este vp j .. es por con iguiente habi-tual, pero ¿por qué le exige que im-plante un p óji beza de playa del n tur e en el dominio de la líber
1 d? Existe un tipo porque, a falta de él,
escribe Kan t, 1 ley d la razón pura práctic no tendría «uso en la aplicación...u
C uan do 1 ley es teoréti c , el esquema seene rg de 1 pli cién al dato intuitivo, 1 cual guí al juicio que determinaque vcl ro que hay ecuo". Pero en el dominio pr ctico, el j uicio debe regular
parti r de 1 Ide del 'Bien y no hay esquem p 1 Ide . •Bajo la ley de líbert d (como c usalidad no condicionada
n iblemente) y, por lo tanto, tam biénbajo el concepto mencio nado, no puedeponerse ningu na intuición , por consiguiente, ningún esquema para su aplicación in conatto ... Lo que constituye un pasaje no es pues la forma de la intuicióno esquema , sino la forma de la ley, o másaún , de la Gtsttzm4ssigúit . El juicio ético toma prestada esta forma venida desde lo teórico para guiarse cuando le espreciso establecer el caso: -Pregúntate ati mismo si la acción que te propones, asuponer que debiera acontecer según una
" Immaoud KAnt. Qilipt* t. rm- JirwIit¡w. (1788).trad . fr. Pava, Parú, PUF , 1943 , p. 70 Y... [Existenvariu veniooa en C&IId1ano. TomarelDCll la de EmilioMiñana y v i1lagrua y Manud Garda MOlmte: ManudK&nt , CriIW 4ot. ...... f1récIW. Madrid. Eapua-caJ pe. 3a.ed., 1984, p. 101 Y" .I
os /w.• p. 104.
....
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. , " d
2t Man uel Kant .una diferencia quetard , .. cncLlClllra ll"""aIm""ah( donde laju icio rdIl=ziol....1
IS nitL . p. •
• lft¿.• p. 301 .27 l ft¿.• I 70. 171. In .a nitL . p. 297. •11 nitL . p. 301.
«falta de lo prin cipio del derecho- de laAntinomia de 1 primera Critica, que eljuicio reflexionan te deberá rvirse í
mismo de principio- ." y dice ahí , enla prol ongaci6n de l -ccncili ci6n» entre las do panes en l primera CrilUa,que tal conciliaci6n es po ible entre unatesis finali t y l antítesis mecanici ta,entre 1 tesis de l n turaleza y 1 del
mundo, porque l prime , que es la d1 f ultad de juzgar, propiamente reílexionante, .aut6nom . ,23 no qu it nadaal u «hereréeomo de l f¡ cult d determinante que d fiend l parte dversari . El nombre que 11 v est rranci6n , es el de . h ilo co nd uc to r»(úitfaden). 27 El hiJo conductor es la rnanera en qu e el jui io reO xion Ole, ten -to sin dj dila f¡ co 1t1V, pi nd I • p n-contrar en cll un ord n pre upo n lib ent d ir, jue
n . i l hiloy un fin id
p n t r diremo un obj 10 :
u i (¡ rd fin)ni u J no m-trib uir. d nin •n
iones apart . Si mu t transi Ole, es porque 8 mism o es lo I f¡ ult d de juzgar , l critica, y que é t 1610 puede dilucidar en la medid en qu e debe pod rintervenir en tod as 1 isl d c::l rchipiélago, sólo si, por lo meno di , . psin regla, -antes» d la regl s - anal6gicamente o po r otro medio - , para entonces establecerl as . O
22 tu«, p. 212.23 /húJ., p. 212.
«condiciones del fenómeno». -No tenía
mos otro objeto [en lo matemático trascendental] que el de fenómeno.»22 Aho
ra bien, ni una ni otra parte puedenpresentar objeto tal , porque u frase esuna frase de Idea, y no un concepto delentendimiento. Pero con las antinomidinámicas (las de la libertd y las delsupremo) se abre una «pcsibllid d tot mente nueva». Ahí «respecto del litigio enque se halla envuelta la razón y que, habiendo sido puesta a un lado [... ] consi derando que el juez completa la deficiencia (ergánzt den Mange!) de lo fundamentode derecho (der Rt&htsgündl) que se habfannegado a ambas partes [en las dos prime
ras antinomias], puede condlÜJrst [untransacción, vergltz&htn] a satisfacción (Genugtunng) de ambas- .23
En suma, no se trata de otra cosa quede la exposición de las condiciones de lasíntesis de lo heterógeneo. Pero está hecha de tal manera que queda claro queesta síntesis no es de derecho, y qu e eljuez transige aquí sin que lo autorice regla alguna, más que el principio de quela heterogeneidad debe ser respetada afir
mativamente. Se trata de ese caso precisamente en la resolución de la an tinomiade la razón práctica en la resolución dela antinomia del gusto, y eminentemen
te en la resolución de la antinomia de lafacultad de juzgar en los S69-71 de la tercera Crítica. Eminentemente, puesto queahí se nos dice, en la prolongación de la
20 Sigo el texto en la versión castellana de Losada quehemos tomado como referencia, la traducción textual deltexto de Lyotard cambia sustancial y definitivamente lostérminos. Diría "no da ninguna regla susceptibl e de dLfin;aón ni txamnI . " (N . del t. )
21 .Ibid., p. 211 Y ss.
ción .»20 De ese algo evanescente Kanthace una creación de la imaginación.Pero este imaginario no es una Idea deimaginación, es un ideal, y de la sensibilidad, porque es una especie de esquema,un «como si» esquema, de la idea de imaginación en el dominio (¿o el campo?) dela experiencia sensible. Tampoco en este
caso se trata de una regla, sino de un«como si.. regla, un transporte regulador
de la imaginación a la sensibilidad. Yademás hay , incluso, y más simplemente, la propia Idea de imaginación, queestá constituida sólo en un pasaje por inversión de la razón a la imaginación: intuición sin subrayar la importancia de ese«pasaje» para hacer que la teleología subjetiva se comunique con la teleología objetiva.
Volveremos a encontrar otras en elcampo histórico-político. Sin embargo,una observación más acerca del archipiélago. En la observación final sobre la so-
.lución de las ideas trascendentales-matemáticas y observación preliminar sobrela solución de las ideas trascendentales dinámicas," Kant observa que cuando setrata de elegir entre las primeras, el juezestá obligado a colocar las partes espalda con espalda, puesto que sólo puedenpresentar como objeto capaz de legitimarsus frases respectivas, tesis y antítesis, las
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