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DESBORDAMIENTO DE LOS FENÓMENOS DESESTABILIZADORES DEL
CONFLICTO ARMADO INTERNO DE COLOMBIA HACIA VENEZUELA (1999-2009):
ROL DE LAS IDENTIDADES Y CONDICIONES GEOPOLÍTICAS EN LA COOPERACIÓN
COLOMBO-ESTADOUNIDENSE EN EL CONFLICTO
MARTHA LUCÍA BERNAL CASTRO PAUL BERNARD CURLEE GÓMEZ
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES EXTERIORES
MAESTRÍA EN RELACIONES INTERNACIONALES BOGOTÁ D.C.
2010
DESBORDAMIENTO DE LOS FENÓMENOS DESESTABILIZADORES DEL
CONFLICTO ARMADO INTERNO DE COLOMBIA HACIA VENEZUELA (1999-2009):
ROL DE LAS IDENTIDADES Y CONDICIONES GEOPOLÍTICAS EN LA COOPERACIÓN
COLOMBO-ESTADOUNIDENSE EN EL CONFLICTO
MARTHA LUCÍA BERNAL CASTRO PAUL BERNARD CURLEE GÓMEZ
TRABAJO PRESENTADO COMO REQUISITO PARA OBTENER EL TÍTULO DE: MAESTRÍA EN RELACIONES INTERNACIONALES
DIRECTOR: BENJAMÍN HERRERA CHAVES
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES EXTERIORES
MAESTRÍA EN RELACIONES INTERNACIONALES BOGOTÁ D.C.
2010
CONTENIDO
Pág.
1. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………… 1
1.1. MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL…………………………………………………
9
2. ANTECEDENTES DE LAS RELACIONES ENTRE ESTADOS UNIDOS Y COLOMBIA VINCULADAS AL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO………..
24
2.1. CONCLUSIONES……………………………………………………………………..
36
3. EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO Y SU DESBORDAMIENTO HACIA VENEZUELA………………………………………..
39
3.1. PRINCIPALES MOVIMIENTOS GUERRILLEROS SURGIDOS EN COLOMBIA LUEGO DE LA REVOLUCIÓN CUBANA Y SU EXPANSIÓN…….
42
3.2. DEMANDA ESTADOUNIDENSE: EL CRECIMIENTO DE LA PRODUCCIÓN Y TRÁFICO DE DROGAS ILÍCITAS EN COLOMBIA……………………………
54
3.3. EL FENÓMENO DEL PARAMILITARISMO EN COLOMBIA……………………..
63
3.4. CONCLUSIONES……………………………………………………………………...
67
4. EFECTOS DE LA COOPERACIÖN ENTRE ESTADOS UNIDOS Y COLOMBIA Y CONDICIONES GEOPOLITICAS EN EL DESBORDAMIENTO DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO HACIA VENEZUELA……………..
69
4.1. VALORES E IDENTIDAD DE LOS ESTADOS UNIDOS………………………….
69
4.2. INTERÉS GEOESTRATÉGICO NORTEAMERICANO EN COLOMBIA………..
71
4.3. EL ROL DE LA IDENTIDAD Y LEGITIMIDAD ESTATAL EN COLOMBIA……..
75
4.4. EL PLAN COLOMBIA…………………………………………………………………
76
4.5. HUGO CHÁVEZ, LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA Y SUS INTERESES……..
79
4.6. DESBORDAMIENTO DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO HACIA VENEZUELA DESDE EL PLAN COLOMBIA………………………………………
81
4.7. CHOQUE DE VALORES, INTERESES E IDEOLOGÍA ENTRE LAS GUERRILLAS COLOMBIANAS, Y LAS AUC Y URIBE…………………………...
83
CONTENIDO
Pág.
4.8. INTERESES E IDEOLOGÍA DE LA ADMINISTRACIÓN DE GEORGE W.
BUSH Y EL IMPACTO DEL 9/11…………………………………………………..
86
4.9. LA POLÍTICA DE DEFENSA Y SEGURIDAD DEMOCRÁTICA……………….
90
4.10. PRESENCIA MILITAR ESTADOUNIDENSE EN COLOMBIA………………….
96
4.11. CONCLUSIONES……………………………………………………………………
98
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………. 101
LISTA DE TABLAS
Pág.
Tabla1. Fuentes de ingresos de la guerrilla……………………………………………
48
1
1. INTRODUCCIÓN
Si bien las condiciones que dieron origen al conflicto armado colombiano fueron de carácter
doméstico, factores externos lo influenciaron tales como la Guerra Fría, la Revolución
Cubana, la agenda de seguridad de Estados Unidos contra el comunismo, las drogas y
posteriormente contra el terrorismo. Además, la existencia de intereses, valores e
identidades, ya sean antagónicos o compartidos entre actores estatales o no estatales, ha
incidido en la expansión interna del conflicto armado colombiano, y luego en su
desbordamiento hacia los países vecinos, en este caso hacia Venezuela. Dicho
desbordamiento ha propiciado el detrimento de las relaciones bilaterales entre Colombia y
Venezuela, creando un ambiente de incertidumbre y sospecha sobre las respectivas
intenciones de los dos gobiernos.
El apoyo económico y militar de los Estados Unidos a Colombia para la lucha contra el
terrorismo y el narcotráfico ha sido visto, principalmente por Hugo Chávez, como una
amenaza que se opone al proyecto bolivariano y a sus ideas antiimperialistas. Ante esta
situación el presidente Chávez se ha propuesto modernizar su equipo militar, comprando
aviones, helicópteros, sistemas antiaéreos y fusiles, entre otros, para enfrentar la posibilidad
de una intervención militar de los EEUU en contra de su gobierno, o un posible conflicto
armado con Colombia.
Para el desarrollo del presente estudio se tomaron específicamente tres fenómenos
desestabilizadores del conflicto armado colombiano: las guerrillas, el narcotráfico y el
paramilitarismo; fenómenos que han superado la capacidad del Estado colombiano para
ejercer el monopolio de la fuerza y garantizar la seguridad, y que ahora están presentes en
Venezuela.
Como por ejemplo la existencia de un acuerdo militar latinoamericano sin la intervención de Estados Unidos, el poder del petróleo (OPEP) utilizado como arma política, las alianzas con Fidel Castro en Cuba y con otros países ‗apartados‘ de EEUU.
2
A manera de contextualización, a continuación se exponen brevemente algunos hechos
relacionados con la evolución del conflicto armado colombiano desde mediados del siglo XX
hasta la actual presidencia de Álvaro Uribe Vélez.
Una década antes de que nacieran los movimientos guerrilleros de América Latina, en gran
medida influenciados por la Revolución Cubana, en Colombia desde finales de 1949 ya
existían las guerrillas de inspiración comunista vinculadas con la resistencia armada
campesina en contra de la violencia oficial, es decir ―articuladas a un partido político, pero
con hondas raíces ‗societales‘‖, y contando con una larga tradición de lucha y organización a
causa de los conflictos agrarios en Colombia1. De ahí que, la Revolución Cubana encontró
un terreno abonado en la realidad colombiana para que los ideales de la revolución
permearan en regiones y núcleos sociales habituados a este tipo de lucha2.
En el contexto de la Guerra Fría y la lucha contra el comunismo, el gobierno norteamericano
cooperó con el gobierno colombiano en la lucha antisubversiva a través de la
implementación de políticas tales como el Plan Lazo, y en la contención del comunismo a
través de la Alianza para el Progreso y del mantenimiento del pacto político del Frente
Nacional3.
Concluida la Guerra Fría, Estados Unidos cambió la agenda de su política exterior, pasando
de la guerra contra el comunismo a la guerra contra el narcotráfico; considerado inicialmente
el problema de las drogas como amenaza a su seguridad nacional y posteriormente elevado
como amenaza global, fueron incorporadas las Fuerzas Armadas norteamericanas en la
lucha contra este flagelo4 (política antidrogas de EEUU). El rigor de las políticas contra la
producción de cocaína en Perú y Bolivia propició el aumento de cultivos ilícitos en Colombia,
1 Pizarro Leongómez, Eduardo. (1989). Los orígenes del movimiento armado comunista en Colombia: 1949-
1966. En: Revista Análisis Político No. 7. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales.
Universidad Nacional de Colombia. Pág. 4. Disponible: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/colombia/pd1926382994.htm?categoryId=0. Consultado: 10-06-09. 2 Palacios, Marco. (1995). Entre la legitimidad y la violencia. Colombia 1875-1994. Editorial Norma, Bogotá.
3 Carduner, Olivier C. (2001). Values as a Strategic Constraint: How Cultural Values Undermine U.S. Foreign
Policy in Colombia. What We Can learn From the Alliance for Progress to Reduce Risk of Failure With Plan Colombia. Pág. 5.
Disponible:http://www.dtic.mil/cgibin/GetTRDoc?AD=ADA441523&Location=U2&doc=GetTRDoc.pdf. Consultado: 06-09-09. 4 Costa, Alcides. El conflicto colombiano: una perspectiva global. En: Ardila, Martha (2005) (editora). Colombia y
su política exterior en el siglo XX. FESCOL, Bogotá. Págs. 23-24.
3
convirtiéndose este último país en el primer productor de este alcaloide a mediados de los
años noventa5.
Desde la década de los ochenta los grupos guerrilleros y paramilitares comenzaron a
financiar sus actividades con el narcotráfico. La relación existente entre grupos armados al
margen de la ley y narcotráfico fueron denunciados por la DEA y por el Departamento de
Estado Norteamericano como ―la amenaza del conflicto colombiano para la paz hemisférica
y mundial‖6. Al extender EEUU su percepción de Colombia como amenaza hacia el
contexto regional andino y hacia el mundo, justificaba una mayor incidencia norteamericana
en los asuntos internos de Colombia7.
En los años 90 durante la administración Bush, se incrementó la militarización en la lucha
contra el narcotráfico y la interdicción a los países andinos productores de droga, a través de
la denominada Iniciativa Andina8. A mediados de los años noventa, quedó en evidencia la
penetración de los dineros del narcotráfico en los partidos políticos, específicamente del
cartel de Cali en la financiación de la campaña presidencial de Ernesto Samper Pizano,
situación que conllevó a la decertificación de Colombia en su lucha contra la droga por parte
de Estados Unidos y las posteriores repercusiones económicas para nuestro país9.
Las crisis económicas de los años noventa y el recrudecimiento del conflicto interno,
hicieron que Colombia buscara apoyo y recursos internacionales. En consecuencia, el
gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998 -2002) desarrolló El Plan Colombia y lo
presentó como propuesta para obtener el apoyo del presidente Bill Clinton y así el Estado
5 Tickner, Arlene. (2008). Tensiones en la Región Andina. En: Seminario Internacional Límites y Desafíos de la
Agenda de Seguridad Hemisférica. La Paz. Pág. 26. Disponible: http://www.observatoriodeseguridad.org.bo/Libro_pdf/_Seminario.pdf. Consultado: 30-09-09. 6 Romero, Juan E. (2004). El Plan Colombia: nueva definición de sujetos hegemónicos en Latinoamérica y su
impacto sobre el proceso venezolano. En: Revista de Ciencias Sociales (Revista en línea). Pág. 6. Disponible:
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=28010105. Consultado: 12-09-09. 7 Restrepo, William. (2004). La política internacional de Estados Unidos y la internacionalización del conflicto
colombiano. En: Revista Estudios Políticos No. 25, julio-diciembre. Instituto de Estudios Políticos. Universidad de Antioquia. Pág. 171. Disponible: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/colombia/iep/25/7%20William%20Restrepo.pdf. Consultado: 12-06-09. 8 González, Roberto. (2001). El conflicto colombiano ante la comunidad internacional. En: Investigación y
Desarrollo, Vol.09 No.002, diciembre (Revista en línea). Pág.495. Disponible: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=26890201. Consultado: 12-09-09. 9 Vargas, Alejo. (2000). La democracia colombiana tratando de salir de su laberinto. En: Reflexión Política No.3,
junio (Revista en línea). Pág.5. Disponible: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=11020308.Consultado: 14-09-09.
4
colombiano recuperar responsabilidades centrales tales como: ―la promoción de la
democracia, el monopolio de la aplicación de la justicia, la integridad territorial, la generación
de condiciones para empleo, el respeto por los derechos humanos y dignidad humana, y la
conservación del orden público‖10. Este Plan era una estrategia para fortalecer al país
militar, judicial e institucionalmente y así recobrar la credibilidad y legitimidad del Estado;
política ampliamente respaldada por el gobierno norteamericano.
Paralelamente, el presidente Pastrana estableció los llamados ‗diálogos de paz‘ con las
FARC, con el objetivo de encontrar una salida política y negociada al conflicto armado con
este grupo guerrillero; en mayo de 1999 representantes del gobierno y de las FARC
firmaron la Agenda Común por el cambio hacia una nueva Colombia, siendo este
documento el primero y más importante avance en los diálogos de paz11.
Posteriormente, el interés nacional de los Estados Unidos y el manejo de su política en
términos de seguridad cambiaron a partir del 11 de septiembre de 2001, desarrollando la
visión preventiva de seguridad, es decir, que así la amenaza no esté del todo establecida se
hace necesario emprender principalmente acciones militares o políticas contra Estados
considerados hostiles o Estados huéspedes de grupos terroristas12. De ahí que, la
Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) del gobierno del presidente George W. Bush
abarcara como tema fundamental la seguridad, siendo el principal compromiso
gubernamental defender al Estado de sus enemigos (Estados hostiles y grupos
terroristas)13. En consecuencia, los Estados con regímenes catalogados como del eje del
mal son considerados malhechores y se utilizan la disuasión y coerción como estrategias.
Paralelamente se estrechan alianzas entre los Estados Unidos y los países que cooperan
con sus intereses de seguridad nacional, reflejando en este caso el poder que ejerce la
10
Presidencia de la República de Colombia. (2000). Plan Colombia (extracto): Plan para la paz, la prosperidad y el fortalecimiento del Estado. En: Revista Fuerzas Armadas y Sociedad, Año 15, No.3, julio-septiembre. Pág.1. Disponible: http://www.fasoc.cl/files/articulo/ART411103dd9c243.pdf. Consultado: 11-06-09. 11
Peñuela, Edgar. (2002). Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC): Intereses Políticos y Visión de Estado. En: Argentina Global No.8, enero-marzo. Centro Argentino de Estudios Internacionales, Buenos
Aires. Pág.84. Disponible: http://www.caei.com.ar/global/8/art3.pdf. Consultado: 06-08-09. 12
Montero, Luis A. (2006). Política exterior de seguridad estadounidense en la post Guerra Fría y el mundo post 11 de septiembre. En: Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad. Vol. 1 No. 2, julio-
diciembre. Pág.115. 13
La Casa Blanca. (2002). Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos de América. Washington. Septiembre. Disponible: http://merln.ndu.edu/whitepapers/USNSS-Spanish.pdf. Consultado: 04-08-09.
5
potencia sobre las políticas y acciones de Colombia y a la vez la alineación con EEUU del
gobierno colombiano para la consecución de apoyo económico y militar, o por el contrario el
choque de intereses y enemistad, como en las relaciones del ex presidente George W.
Bush con el presidente de Venezuela Hugo Chávez.
Ahora bien, sucesos tales como el fracaso en febrero de 2002 de las negociaciones
formales de paz adelantadas por el gobierno del presidente Andrés Pastrana con las FARC,
los crecientes delitos de los grupos insurgentes o contrainsurgentes contra la población civil,
y la denominación de dichos grupos ahora como terroristas debido a la gestión diplomática
realizada por el gobierno colombiano con el fin de que las FARC no fueran vistas como un
grupo guerrillero con carácter político y subversivo por la opinión internacional , sino como
una amenaza vinculada al terrorismo internacional14, favorecieron la penetración de la
nueva agenda de seguridad norteamericana de ‗guerra contra el terrorismo‘ en Colombia,
y a la vez, la consolidación de los intereses y concepciones de Álvaro Uribe y su programa
político de ‗mano dura‘ denominado Política de Defensa y Seguridad Democrática (PDSD).
Por otra parte Colombia, en especial durante los dos últimos gobiernos, se encuentra por un
lado bajo la presión del ATPDEA y la extensión de sus beneficios hasta que se ratifique el
Tratado de Libre Comercio con EEUU, y por el otro, bajo la influencia de visiones
compartidas en términos de amenazas a la seguridad entre los gobiernos de Clinton y
Pastrana, y de George W. Bush y Álvaro Uribe. La expansión del rol de Estados Unidos en
los asuntos internos de Colombia ha impactado negativamente las relaciones con los países
En la Estrategia de Seguridad Nacional norteamericana de 2002 y su guerra global contra el terrorismo, Colombia estaba en el ojo del huracán debido a que sus principales grupos armados irregulares; las FARC, el ELN, el EPL y las AUC se encontraban en la lista oficial del Departamento de Estado y además por ser Colombia el mayor productor de cocaína del mundo; véase Zuluaga, Jaime. Guerra prolongada, negociación incierta: Colombia. En: Briceño-León, Roberto (2002) (compilador).Violencia, sociedad y justicia en América
Latina. CLACSO. Pág.354. Disponible: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/violencia/nieto.pdf. Consultado: 03-10-09. 14
Carvajal, Leonardo. (2006). Tres años del gobierno Uribe (2002-2005). En: Oasis, No.11. Universidad
Externado de Colombia. Pág.147. Disponible: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/531/53101109.pdf. Consultado: 17-09-09.
De hecho, presidente George W. Bush solicitó autorización al legislativo en marzo de 2002, para que las
ayudas antinarcóticos dadas al Plan Colombia pudiesen ser utilizadas para la lucha contra el terrorismo; véase Tickner, Arlene. (2007). Intervención por Invitación: Claves de la política exterior colombiana y de sus debilidades principales. En: Revista Colombia Internacional No.65, enero-junio. Universidad de los Andes.
Disponible: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2345400.Consultado:22-07-09.
O Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y de Erradicación de Drogas, firmada el 6 de agosto de 2006 por el Presidente Bush, la cual prorroga y amplía las preferencias arancelarias otorgadas desde 1992 por la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA) beneficiando a Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú a cambio de la cooperación de estos países en la lucha antidrogas.
6
vecinos, y el énfasis monotemático de la política exterior colombiana en su lucha contra el
terrorismo, ha contrastado con el alejamiento que la mayoría de países de Sur América
buscan con respecto a la agenda de seguridad antiterrorista de EEUU15.
Finalmente, el potencial uso de siete bases militares ubicadas en territorio colombiano por
parte de Estados Unidos como apoyo a la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, es una
estrategia del gobierno colombiano para conseguir más recursos a través de esta alianza
militar. De igual forma, estas bases permiten el monitoreo norteamericano del Pacífico en
remplazo de la base ecuatoriana de Manta, pero la gran mayoría de los gobiernos de los
países suramericanos perciben que las capacidades de acción que prestan estas bases son
una amenaza a la paz regional16. Este nuevo acuerdo entre los gobiernos de Estados
Unidos y Colombia se ha visto como una cesión de soberanía, propiciando malestar en la
región e implicaciones políticas y diplomáticas, en especial con el gobierno venezolano.
El objetivo general de este estudio es describir y analizar la incidencia de las condiciones
geopolíticas en la cooperación colombo-estadounidense en el conflicto armado colombiano
y del rol que han jugado las identidades y los asuntos domésticos en el desbordamiento de
las guerrillas, el narcotráfico y los paramilitares hacia Venezuela.
Los objetivos específicos son:
Comprender la realidad del desbordamiento del conflicto armado colombiano
considerando las interrelaciones entre los factores domésticos como las identidades,
valores, intereses, el juego político y el rol del líder, y lo internacional; lo interméstico.
Describir la histórica relación binacional entre Estados Unidos y Colombia, y su efecto en
el conflicto interno armado colombiano.
15
Tickner. (2007), Op. cit., Pág. 107. 16
Por qué sí a las bases. En Revista Semana.com.08-08-09. Disponible: http://www.semana.com/noticias-
nacion/bases/127158.aspx. Consultado: 10-09-09.
7
Establecer en qué medida la cooperación entre Estados Unidos y Colombia se ha
facilitado por la existencia de identidades e intereses comunes y de qué forma se reflejan
en las políticas adoptadas en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
Establecer cuáles son los intereses geoestratégicos de los Estados Unidos en Colombia,
y la incidencia de estos intereses en la política exterior norteamericana hacia Colombia y
su efecto en la política Venezolana.
Identificar las líneas de causalidad entre los actores y la expansión del conflicto interno
colombiano hacia Venezuela.
De acuerdo con lo anteriormente descrito, la hipótesis está orientada a establecer que el
desbordamiento de los fenómenos desestabilizadores del conflicto armado colombiano hacia
Venezuela obedece por una parte, a los efectos de la cooperación entre EEUU y Colombia
en sus respectivas luchas contra el narcotráfico y el terrorismo, y por la otra, a las
condiciones geopolíticas que representan Colombia y Venezuela. Ambos factores se ven
anclados a dinámicas que representan los intereses de los actores involucrados y la
existencia o no de identidades compartidas.
Para el desarrollo del estudio, en el primer capítulo se precisan algunos conceptos
relacionados con la seguridad e identidad estatal, para luego plantear el lente teórico más
adecuado para describir y analizar el desbordamiento de los fenómenos desestabilizadores
del conflicto armado interno colombiano hacia Venezuela; el realismo neoclásico. En el
segundo capítulo, se presentan los antecedentes y el proceso evolutivo de las relaciones
entre Estados Unidos y Colombia, lo que incluye sus políticas exteriores y domésticas,
intereses e identidades que incidieron en el conflicto armado colombiano. El tercer capítulo,
expone la dinámica de la evolución, expansión y luego el entrelazamiento de los grupos
guerrilleros, del narcotráfico y del paramilitarismo en el territorio colombiano, y el
desbordamiento del conflicto armado colombiano hacia Venezuela. De igual forma, se
presentan factores domésticos que dieron origen al conflicto armado en Colombia, sin
desconocer la influencia de factores externos que lo han hecho más complejo. Finalmente,
el cuarto capítulo abarca el período comprendido entre 1999 - 2009, y se centra en describir
y analizar los impactos provocados por los acuerdos de cooperación entre EEUU y
8
Colombia en sus respectivas luchas contra el narcotráfico y el terrorismo, y el
desbordamiento del conflicto armado colombiano hacia Venezuela, todo lo anterior
considerando los intereses e identidades de los actores involucrados.
9
1.1. MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL
Antes de abarcar el marco teórico, es necesario definir unos conceptos claves relacionados
con seguridad debido a que la naturaleza del desbordamiento del conflicto interno armado
colombiano hacia Venezuela presenta desafíos a la seguridad estatal de varios actores.
El concepto de seguridad estatal corresponde a la seguridad clásica, a los aspectos
vinculados primordialmente con la soberanía y los temas de fronteras. El peso de las fuerzas
militares y su balance, así como los conceptos asociados a la disuasión y la defensa se
ubican en este nivel.17
El Estado moderno se caracteriza fundamentalmente por cumplir las funciones de integración y mantenimiento del orden en una sociedad, para lo cual debe monopolizar el control de la violencia física (el monopolio de la fuerza). Pero este monopolio de la capacidad coercitiva debe tener tres atributos fundamentales: contar con la legitimidad, es decir con aceptación social, lo que diferencia a un Estado de un grupo ilegal con capacidad coercitiva; operar bajo los límites del Estado de derecho; y limitar su acción a
un espacio territorial determinado.18
Etimológicamente la palabra amenaza puede significar palabra o gesto intimidatorio,
promesa de castigo o el anuncio previo de algo desagradable o temible, donde la entidad
intimidada u objeto de la amenaza podría ser el individuo, una comunidad, el Estado-Nación,
el planeta.19
Guillermo Viola define como amenaza a la ―acción, o una situación actual o potencial en la
que un oponente eventual muestra la intención de ocasionar algún tipo de daño o da indicios
de la probable concreción de un perjuicio en contra de los propios objetivos e intereses‖20
.
17
Esquivel, Ricardo. (2001). Colombia indefensa. Ed. Espasa, Bogotá. Pág.13. 18
Vargas, Alejo. (2008). El papel de las Fuerzas Armadas en la Política Antidrogas Colombiana 1985-2006. Ed. Alejo Vargas. Grupo de investigación en seguridad y defensa, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. Pág.9. 19
Saint-Pierre, Héctor. (2003). Las „Nuevas Amenazas‟ como subjetividad perceptiva. En: Red de Seguridad y
Defensa de América Latina, Resdal. Págs.2 y 4. Disponible: http://www.resdal.org/experiencias/iiichds-ponsaintpierre.pdf. Consultado: 17-05-09. 20
Viola, Guillermo. (1997). Los nuevos desafíos. ¿Conflictos o amenazas? El riesgo de su militarización. En:
Serie Documentos de Trabajo del ISIAE Nº 3. Pág.2. Disponible: http://www1.hcdn.gov.ar/dependencias/ieeri/ennee/vi/Tema%201/Guillermo%20C%C3%A9sar%20Viola.doc. Consultado: 18-05-09.
10
Así, el concepto de amenaza está estrechamente relacionado con el de seguridad. Para
Orozco, la seguridad se entiende como una ―cualidad de los individuos cuando están libres
de amenazas o de agresiones a su subjetividad‖21. Es decir que ante la ausencia de
amenazas es que existe una situación de seguridad. Ahora bien, tomando el término de
agresión a la subjetividad del individuo dado en esta definición, es claro el carácter
interpretativo que se le otorga a la amenaza y consecuente con Saint-Pierre, quien define el
concepto de amenaza como ―una representación, una señal, una cierta disposición, gesto o
manifestación percibida como el anuncio de una situación no deseada o de riesgo para la
existencia de quien la percibe‖.22 De forma tal, que en el sistema internacional lo que para
un Estado puede ser percibido como amenaza, para otro no lo es; como por ejemplo, la
‗ayuda‘ norteamericana en el conflicto interno armado colombiano no es percibida como una
amenaza por el gobierno de Colombia, pero si es divulgada ante el mundo por el gobierno
de Hugo Chávez como una amenaza al proyecto bolivariano y a la integridad territorial
venezolana.
Orozco afirma, que las amenazas tradicionales a la seguridad del Estado se relacionan con
la protección de la integridad territorial frente a agresiones externas, y en consecuencia para
los teóricos del realismo y del neorrealismo el objetivo central de la política de seguridad de
un Estado debe ser ―disponer de todos los medios indispensables, así como de los recursos
necesarios para preservar el interés de la nación, pues con ello se logrará mantener la
integridad y librar de las amenazas a aquellos intereses prioritarios del Estado‖23.
Desde la perspectiva realista, el crimen organizado transnacional y el narcotráfico no son
reconocidos como asuntos relacionados con la seguridad, debido a que no representan una
amenaza física al Estado. Pero, la amenaza no tradicional a la seguridad que representan,
no es a la sobrevivencia física del Estado sino al funcionamiento del Estado. Hurrell24
sostiene que las amenazas no tradicionales encuentran su origen en la debilidad del Estado.
Por consiguiente, si se entiende la seguridad como no limitada a las amenazas militares
externas y se incluyen también retos al funcionamiento de la sociedad, entonces el
21
Orozco, Gabriel. (2006). El concepto de la seguridad en la Teoría de las Relaciones Internacionales. En: Revista CIDOB d‘Afers Internacionals No.72. Pág.143. Disponible: http://www.raco.cat/index.php/RevistaCIDOB/article/viewFile/28455/28289. Consultado: 18-05-09. 22
Saint-Pierre, Op. cit., Pág.13 23
Orozco, Op. cit., Pág.166 24
Hurrell, A. (1998). Security in Latin America. En: International Affairs, 74 (3): 529-546. Pág. 541.
11
narcotráfico es una amenaza más seria que las que tradicionalmente se han entendido
como amenazas a la seguridad25. Por lo tanto, las amenazas no tradicionales a la seguridad
se deben conceptualizar más ampliamente que las amenazas tradicionales, para así incluir
peligros al funcionamiento de las actividades estatales. Con entender la seguridad de esta
forma, se podría definir una amenaza no tradicional a la seguridad como un fenómeno que
amenaza a la identidad estatal. La identidad de un Estado se expresa a través de la forma
de gobernar y de las políticas que reflejan las ideologías y creencias del Estado o gobierno, y
que otros Estados perciben como la representación del Estado en cuestión26.
En lo que respecta al concepto de securitización, Jiménez lo define de la siguiente forma:
En sentido riguroso, la securitización debe entenderse como una versión más extrema del carácter político que se le da a determinados asuntos considerados amenazas que vulneran la supervivencia de los actores implicados. Lo anterior produce una identificación de medidas de emergencia y acciones justificadas por encima del tratamiento político, lo que le permite al Estado recurrir a medios extraordinarios, en un marco de legitimidad y garantizar la defensa de los ciudadanos frente a la amenaza identificada.27
Según Buzan et al., la securitización hace referencia a la presentación de un asunto como
urgente y significativo que necesita ser abordado por la sociedad internacional.28 Al ser
vistos estos asuntos como amenazas, no solamente se entienden como las que perjudican
lo material, por ejemplo los recursos financieros, sino también a la identidad estatal,
incluyendo las costumbres y valores de una sociedad.29 Entonces, la securitización del
narcotráfico, consiste en dar prioridad al narcotráfico en las agendas políticas, porque está o
va a estar afectando el estatus quo de un Estado (amenaza) u otros actores políticos de
forma significativa. Este proceso inició particularmente en 1982, cuando el presidente
Ronald Reagan declaró al narcotráfico como una amenaza que vulneraba la seguridad
25
Williams, Phil. (1994). Transnational Criminal Organizations and International Security. En: Survival Vol 36,
No.1, spring. Pág.107. Disponible: http://www.rand.org/pubs/monograph_reports/MR880/MR880.ch14.pdf. Consultado: 06-11-09. 26
Fukumi, Sayaka (2008). Cocaine Trafficking in Latin America: EU and US Policy Responses. Ashgate:
Burlington. 27
Jiménez, Nathaly. (2004). Implicaciones de la securitización en América desde la particularidad colombiana.
En: Investigación y Desarrollo, Vol. 12, No.2. Pág.246. Disponible: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/268/26810201.pdf. Consultado: 08-09-09. 28
Buzan, Barry, Waever, Ole and De Wilde, Jaap (1998).Security: A New Framework for Analysis. Boulder,
Colorado: Lynne Rienner Publishers. Págs. 21-24. 29
Waever, Ole (1995). Securitization and Desecuritization. En: Ronnie Lipschutz (ed.), On Security. New York: Columbia University Press. Pág. 67
12
estadounidense30 , y el tema de las drogas ilícitas se convirtió en una de las prioridades
temáticas más importantes en las agendas de política exterior de la mayoría de los Estados
del hemisferio americano. También, debido a la securitización, los gobiernos de turno en
Colombia han manejado el tema de las drogas ilícitas dándole un carácter de seguridad y
militarizando la solución.
En otro sentido, los conflictos armados son definidos como ―confrontaciones abiertas y
armadas entre dos o más partes centralmente organizadas, con continuidad de
enfrentamientos, y en disputas sobre el poder gubernamental y territorio‖31. Entre los actores
armados que rivalizan por el poder estatal de Colombia, se encuentran guerrillas de
izquierda y paramilitares de derecha. Hobsbawm32 nos da a entender el rol que juegan
estos grupos, que él denomina como bandolerismo social, dentro del desarrollo político de
las sociedades. Para Hobsbawm, el bandolerismo social es ante todo una forma de protesta
rural con características arcaicas, o sea tradicionales, conservadoras y hasta reformistas…y
más que abolir la explotación busca imponer límites morales a la injusticia, sobre el
despotismo del Estado y los terratenientes, con el propósito de restablecer un orden
quebrantado. Según Hobsbawm esta es la relación entre el campesino y el rebelde que
hace que el bandolerismo sea ‗social‘.
Por otro lado, Anton Blok33, un crítico de Hobsbawm, afirma que los bandoleros sirven de
agentes de terror al servicio de los políticos y terratenientes actuando en contra de la base
campesina, de la cual emergen los bandoleros, y que después es ésta base campesina la
que colabora con las autoridades para eliminar a los bandoleros.
Retomando a Hobsbawm34, él deja claro que la concentración de poder del Estado territorial
moderno es lo que eventualmente elimina al bandolerismo, sea endémico o epidémico. Al
concluir el siglo XX está en duda que la concentración de poder estatal se esté debilitando y
30
Bagley, Bruce Michael. (1988). Colombia and the War on Drugs. Foreign Affairs No. 67, fall. 31
Restrepo, Jorge A., Spagat, Michael y Vargas Juan F. (2004). La dinámica del conflicto colombiano, 1988-2003. En: Royal Holloway, julio. Pág.1. Disponible:
http://eprints.rhul.ac.uk/436/1/Dinmica_del_conflicto_colombiano_1988-03.pdf. Consultado: 03-11-09. 32
Hobsbawm, Eric. (1959). Primitive Rebels Studies in Archaic Forms of Social Movements in the 19th and 20
th
Centuries. W.W. Norton and Co. NY. Pág.3 33
Véase Blok, Anton. (1972). The Peasant and the Brigand: Social Banditry Reconsidered. En: Comparative Studies in Society and History, Vol. 14. Págs. 495 - 504; Blok, Anton. (1974) The Mafia of a Sicilian Village: A Study of Violent Peasant Entrepreneurs 1860-1960. Oxford. Págs. 97-102. 34
Hobsbawm, Eric. (2000). Bandits. The New Press, NY.Pág.15.
13
las consecuencias de ello aún no están claras35. Se podría especular que debido al
retroceso del Estado, son precisamente estos ‗neobandidos‘ los que se han convertido en
factores de amenaza al equilibrio de poder internacional. El bandolerismo como fenómeno
amplio, es decir acción independiente ejecutada por hombres de violencia y armas, sólo
ocurre donde el poder es inestable, ausente, o está quebrantado36. Hoy en día los
bandoleros son calificados como terroristas, una señal del declive de la imagen del bandido
justiciero de la segunda mitad del Siglo XX37, lo que se puede interpretar como un resultado
de la Guerra Fría que promovía un Estado fuerte para cumplir el objetivo de eliminar ejes
comunistas.
Ahora bien, dada la tarea de seleccionar la teoría de Relaciones Internacionales que mejor
describa o explique el desbordamiento de los fenómenos desestabilizadores del conflicto
armado colombiano hacia Venezuela, no hay una teoría que singularmente se mida al reto,
debido a la compleja naturaleza del fenómeno observado. Los actores estatales abordados
en el presente estudio son Colombia, Estados Unidos y Venezuela, y los actores ilegales
contemplados son la guerrilla, el narcotráfico y los paramilitares. El ejercicio de buscar la
teoría más apropiada para esta investigación, pone en evidencia que las Relaciones
Internacionales (RRII) evolucionan a un paso más acelerado que la teoría.
Las teorías clásicas como el Realismo se enfocan principalmente en el Estado-Nación como
la única unidad de análisis, y estas escuelas tradicionalmente han defendido y representado
los intereses del mundo Occidental. El problema que nos ocupa, no sólo involucra a Estado-
Naciones (ya sean en vía de desarrollo, desarrollados, fuertes, débiles, y del norte y sur),
sino también incluye actores no estatales tales como las organizaciones
intergubernamentales, los partidos políticos, las élites, los grupos de interés y actores ilegales
tales como los guerrilleros y paramilitares, que rivalizan por el poder del Estado, y los
narcotraficantes; todos estos entrelazados en las redes globales de poder.
La teoría que tendría la estructura adecuada para describir y analizar el problema planteado
contendría una combinación de lo clásico con las perspectivas contemporáneas, dónde las
consideraciones analíticas contemplan tanto a los actores estatales como a los no estatales,
35
Ibid. Pág. 15. 36
Ibid. Pág. 16. 37
Ibid. Pág. 20.
14
e igualmente a las dinámicas domésticas como a las internacionales. Este tipo de
combinación teórica hace un llamado a la flexibilidad, que resultaría de la creación de
puentes entre las teorías de decisión racional y el constructivismo. Entre las teorías de
decisión racional, el realismo es el que más se ajusta a la problemática contemplada.
Los Realistas minimizan la importancia de las condiciones domésticas como el factor
determinante de la conducta de la política exterior de un Estado. Para estos, todos los
Estados son unidades funcionalmente similares y bajo los mismos constreñimientos
presentados por el sistema anárquico38.
Morgenthau, uno de los principales realistas del Siglo XX, se preocupa por la defensa del
interés nacional y la acumulación y contención del poder, lo cual está fuertemente vinculado
a la seguridad del Estado. Para Morgenthau, el concepto de seguridad se basa en aspectos
subjetivos o psicológicos. Cuando menciona los requerimientos de un Estado para armarse
contra otros, dice que, ―la motivación generalmente más aceptada y frecuente para armarse
es el temor de ser atacado; o sea, ‗sensación de inseguridad‘39. Él reconoce que la
sensación de inseguridad resulta de condiciones materiales que llevan a desarrollar tal
condición psicológica. El enlace entre las condiciones materiales y la sensación de
inseguridad es clave para entender la vinculación inseparable entre el interés nacional y la
seguridad40. En cuanto a los Estados Unidos, Morgenthau plantea que primero adelantaron
políticas que aseguraban su seguridad y luego su dominio del hemisferio occidental41.
Aunque el concepto de seguridad puede que sea basado en percepciones subjetivas,
Morgenthau se orienta por la representación de los sentimientos colectivos por parte del
Estado y deja clara su posición sobre el componente psicológico en cuestión; ningún Estado
puede sobrevivir mientras permanezca una amenaza externa a su seguridad en términos
físicos42. Morgenthau insiste en que el equilibrio de poder debe ser central dentro de
cualquier estrategia de política exterior que busca defender el interés nacional.
38
Baylis, J. y Smith, Steve (2001). The Globalization of World Politics: An Introduction to International Relations.Second Edition, Oxford University Press. Pág. 4. 39
Morgenthau, Hans (1972). Politics Among Nations: The Struggle for Power and Peace, New York: Alfred A Knopf, Inc., 5
th edition. Pág. 404.
40 Ibid. Pág. 404.
41 Morgenthau, Hans (1962). Politics in the Twentieth Century: The Impasse of American Foreign Policy,
University of Chicago Press, Vol. 2. Pág. 56. 42
Ibid. Pág. 56
15
Waltz, uno de los pilares del neorrealismo, quien dedicó gran parte de su carrera estudiando
el equilibrio de poder, ofrece un análisis del desarrollo del sistema internacional más
contemporáneo. Según Waltz, la condición de anarquía quiere decir que la atmósfera
general de inseguridad existe para todos los Estados del sistema. Waltz dice que, ―los
estados…no gozan ni de una garantía imperfecta de su seguridad mientras no se dediquen
a crearla por su propia cuenta‖43. La esencia de este argumento es que todos los Estados
quieren sobrevivir44, básicamente convirtiendo a la supervivencia y a la seguridad en
sinónimos.
Waltz plantea que la lógica del equilibrio de poder puede ser utilizada por los que formulan
políticas de seguridad para entender las consecuencias de éstas, particularmente en el caso
de los Estados Unidos. Luego de su escrito, Theory of International Politics, articula a través
de argumentos del equilibrio de poder que el momento unipolar de los Estados Unidos no
duraría45. El argumento no solamente es una premisa básica del neorrealismo, el cual es
que ningún poder puede mantener unipolaridad indefinidamente en la política global, sino
también está basado en la actividad unilateral de los Estados Unidos que Waltz percibe que
acelera la ruptura de la unipolaridad y estimula, o inicia, procesos para equilibrar el poder
entre las grandes potencias. Con intentos benignos, Estados Unidos se ha comportado, y
hasta que su poder se equilibre, seguirá comportándose en formas que atemoriza a otros46.
Entonces no son solamente las capacidades materiales las que se buscan equilibrar, sino
también el comportamiento unilateral de los Estados Unidos.
El papel que juega el realismo con su énfasis en la supervivencia del Estado y la percepción
de que el forcejeo para el poder es un juego de suma cero. Por lo que se refiere a un
Estado-Nación, Colombia puede describirse como un Estado débil que busca fortalecer su
poder relativo en lo referente a la legitimidad como única autoridad en su territorio,
intentando mantener una de las características básicas de un Estado, que es la de
proporcionar la seguridad a sus ciudadanos por medio del monopolio de la fuerza47.
43
Waltz, Kenneth (1959).Man, the State and War: A Theoretical Analysis, New York, Columbia University Press.
Pág. 201. 44
Waltz, Kenneth. (1979). Theory of International Politics. Random House, New York, Págs. 91-92. 45
Waltz, Kenneth. (2000). Structural Realism After the Cold War. En: International Security Vol. 25, summer.
Pág. 27. 46
Ibid. Pág. 28. 47
Véase Weber, Max (1978) Economy and Society, en G. Roth y C. Wittich, eds., E. Fischoff et al., trans. Berkeley: University of California Press.
16
Domésticamente, esta tarea toma la forma de un forcejeo de poder entre el gobierno
nacional y los grupos armados no estatales.
Con la ubicación altamente geoestratégica de Colombia y siendo el principal aliado fuerte de
Washington en América del Sur, rica en recursos naturales, Washington no puede minimizar
su influencia política y militar en Colombia48. La disminución de su influencia en Colombia
significaría la pérdida de por lo menos una posición establecida en la Región Andina y
posiblemente de toda América del Sur. Tal hecho contribuiría a una reconfiguración del
equilibrio global de poder49.
Por su parte, el gobierno venezolano se ha embarcado en una misión, junto con sus aliados
internacionales, para confrontar la hegemonía norteamericana y si el resultado es exitoso
podrían potencialmente aumentar el poder relativo de la región, lo cual contribuiría al reajuste
del equilibrio global de poder. La evidencia de la preocupación de EEUU se ve en su
patrocinio al golpe de estado venezolano en 2002, la instalación y reactivación de bases
militares en Panamá y Colombia en el 2009 y el firme apoyo e influencia que imparten a la
rama militar de Colombia, evidencia que respalda la tesis de que el cambio en el entorno de
seguridad después de la Guerra Fría hace que la rivalidad entre superpotencias pierda
importancia y se vea remplazada por una amenaza mayor; los gobiernos ‗rebeldes‘ quienes
pueden desestabilizar el sistema internacional50.
Se ve en juego una dinámica donde se observan las preocupaciones de la supervivencia del
Estado de parte de los tres actores estatales, abordado a través del equilibrio de poder entre
Colombia y Venezuela. Más allá de lo bilateral entre Colombia y Venezuela, en el equilibrio
de poder subregional de la Región Andina, también se ve en juego el poder estadounidense,
brasilero y la creciente viabilidad de un sistema internacional multipolar impulsado por los
denominados BRIC (Brasil, Rusia, India y China). A raíz de las dinámicas internacionales de
seguridad mencionadas, está el conflicto armado entre el Estado colombiano y los grupos
guerrilleros, a quienes el gobierno de Colombia percibe y declara que gozan de afinidades
con el gobierno de Hugo Chávez. Estas afinidades y la amenaza que representan para
48
Tokatlian, J.G. (2001) .El plan Colombia:¿un modelo de intervención? . En: Revista CIDOB d‘Afers Internacionals, No. 54-55. Págs. 203-219. 49
Véase Andes 2020: A New Strategy for the challenges of Colombia and the Region. (2004) Council on Foreign
Relations New York, NY. 50
Véase Nincic, Miroslav. 2005. Renegade Regimes: Confronting Deviant Behavior in World Politics. Columbia University Press. NY.
17
Colombia, es una de la principales variables que influye sobre las preocupaciones de la
supervivencia del Estado y el equilibrio de poder entre estos dos países.
Otro elemento integral de la seguridad del Estado que contemplan los realistas fuera de
armarse, es la recolección de inteligencia51. Este elemento es de gran importancia debido a
que las capacidades físicas y materiales, y su interpretación, son cuantificables pudiéndose
así determinar el nivel de seguridad. Esta necesidad de inteligencia requiere de
cooperación. Buzan dice que por esta razón:
Las dinámicas de seguridad nacional son altamente relacionales e interdependientes entre los estado naciones y la seguridad individual de las naciones solo se puede entender plenamente cuando se consideran sus relaciones entre sí y tomando en cuenta los patrones más amplios de las relaciones [internacionales] del sistema.52
Para entender cómo y por qué se dan tales cooperaciones en el ámbito de seguridad entre
Estados, el constructivismo es útil. Por su parte, el constructivismo toma elementos
sociológicos para ayudar a los académicos de las Relaciones Internacionales a entender la
importancia de la identidad y de las normas en la política mundial, elementos descuidados
por las teorías de decisión racional. El poder no sólo puede entenderse como la habilidad de
un actor para conseguir que otro actor haga lo que ellos no harían voluntariamente, sino
también cómo la producción de identidades y valores limitan la habilidad de controlar su
destino53.
Wendt dice que no se deben tratar los intereses e identidades como fijos. Aunque él
comparte la óptica estadista y la viabilidad de la teoría del juego realista en debidas
circunstancias, argumenta que la identidad y los intereses del Estado se deben tratar como
variables dependientes, y así estudiar cómo la anarquía afecta dichas identidades e
intereses54. Wendt trabaja el tema de la cooperación desde el lente constructivista, siendo la
cooperación una de las dinámicas contribuyentes al desbordamiento del conflicto armado
colombiano hacia Venezuela debido al creciente rol que juegan otros actores
51
Gilbert, Alan y Godson, Roy. Intelligence and National Security. En: Schultz, R., Godson, R. y Greenwood, T.
(1993) (editores).Security Studies for the 1990s, Brassey‘s, Washington, DC, Págs. 211-235. 52
Buzan, Barry. (1991). People, States, and Fear: An Agenda for International Security Studies in the Post Cold War Era. Second Edition, Lynne Reinner Publishers, Boulder, CO. Págs. 22-23. 53
Baylis, J y Smith, Steve. (2001). The Globalization of World Politics: An Introduction to International Relations.
Second Edition. Oxford University Press. Págs. 242-245. 54
Wendt, Alexander. (1992). Anarchy Is What States Make Of It: The Social Construction Of Power Politics.En: International Organization No.46, spring. Págs. 400-404.
18
internacionales, como los Estados Unidos con Colombia, por ejemplo. Él atribuye la
cooperación entre Estados como el resultado de las interacciones entre las instituciones y
procesos, donde la premisa explicativa es la evolución de las relaciones entre los actores.
Basado en esto, Wendt concluye que los Estados asumen su identidad a través de las
percepciones que tienen los demás Estados, lo cual comparte elementos psicológicos
similares a los que plantea Morgenthau. En este sentido, si un Estado en particular es visto
como una amenaza, se mantendrá esa percepción hasta que el país que se siente
amenazado note cambios en las percepciones de los demás Estados con respecto al tema,
reforzando así el concepto del proceso evolutivo de las relaciones internacionales.
La necesidad de cooperación en el nuevo escenario de seguridad global tras los atentados
del 11/9 y la resultante doctrina Bush, hace que algunos estudiosos como Derghoukassian55
entiendan que estamos en una nueva era de seguridad que no establece claras distinciones
entre la seguridad doméstica e internacional, es decir que la seguridad se caracteriza por ser
‗interméstica‘. Asuntos que se consideran ‗intermésticos‘ son aquellos que se definen como
simultáneamente de carácter doméstico e internacional. Roseneau, subraya los retos
conceptuales que esta nueva dicotomía presenta al preguntarse:
¿Cómo se evalúa a un mundo donde el concepto de frontera está constantemente cambiando, a veces es más ancho y otras veces estrecho y simultáneamente se está erosionando frente a ciertos temas y reforzándose frente a otros?, ¿cómo se debe re conceptualizar el espacio político para que éste represente las respectivas identidades y afiliaciones (sean religiosas, étnicas o profesionales) y a la vez la territorialidad? y ¿cómo harán los que están activamente en esta frontera para absorber, evitar o lidiar con fronteras porosas y que cambian?.56
En efecto, los estudiosos de la globalización como Castells57 ofrecen un lente innovador para
entender los procesos intermésticos a través de redes. Las redes son construcciones
organizativas que no tienen fronteras y para muchos presentan la mayor amenaza en cuanto
a seguridad, es más, Arquila y Ronfeldt consideran que los conflictos serán guerras entre
redes o Netwars.58 La guerra contra el terrorismo podría entenderse como una guerra
55
Derghoukassian, Khatchik. (2005). After the Powell Doctrine: The Global Intermestic Security. En: Paper
presentado en la reunión anual del International Studies Association Honolulu, Hawaii, Mar 05, 2005. 56
Rosenau, James. (1997). Along the Domestic-Foreign Frontier. Exploring Governance in a Turbulent World,
Cambridge University Press, Cambridge. Pág. 5. 57
Véase Castells, Manuel, (1996) The Information Age: Economy, Society and Culture, Vol. I, The Rise of the Network Society, Malden, Mass.: Blackwell Publishers, 1996 y Castells, Manuel (1998). The Information Age: Economy, Society and Culture, Vol. III, End of the Millennium, Malden, Mass.: Blackwell Publishers, 1998. 58
Arquila, John y Ronfeldt, David. (2001). Networks and Netwars the Future of Terror, Crime, and Militancy.National Defense Research Institute, RAND Corporation. Pág. 311.
19
entre algunas redes informales (terroristas) y otras formales (coaliciones militares). El
narcotráfico y los grupos armados al margen de la ley de origen colombiano (guerrilla y
paramilitares) hacen parte de redes informales con presencia e influencia internacional, para
lo que EEUU y Colombia declaran es necesario la cooperación.
Considerando todo lo anteriormente expuesto, la rama del Realismo Neoclásico es el
enfoque más cercano a la estructura de la perspectiva teórica deseada para esta
investigación. Esta rama fue originada por Gideon Rose, quien en su artículo en World
Politics de 1998, precisa la composición del realismo neoclásico:
Explícitamente incorpora ambas variables externas e internas, actualizando y sistematizando ciertas visiones tomadas del realismo clásico. Sus seguidores argumentan que la visión y ambición de la política externa de un país son impulsadas principalmente por su posicionamiento dentro el sistema internacional y específicamente sus capacidades de poder material relativas. Es por esto que son realistas. Pero siguen desarrollando su argumento, diciendo que el impacto de dichas capacidades de poder sobre la política exterior es indirecto y complejo debido a que las presiones sistémicas deben ser transmitidas a través de variables intervinientes al nivel unitario. Por eso son neoclásicos. Para entender la forma en la cual los Estados interpretan y responden a su entorno externo, dicen que uno debe analizar como presiones sistemáticas se traducen por parte de las variables intervinientes a nivel unitario, como las perspectivas de los tomadores de decisiones y la estructura estatal doméstica. En el mundo del realismo neoclásico, los líderes mundiales pueden verse limitados por políticas de carácter internacional y doméstico. 59
Trabajos elaborados por Randy Schweller (1998, 2004), Fareed Zakaria (1998), Thomas
Christensen (1996), Jack Snyder (1991), William Wohlforth (1993), y Aaron Friedbergg
(1988) proponen que las ―presiones sistémicas son filtradas a través de las variables
intervinientes domésticas para producir un comportamiento de política exterior‖60. Por lo
tanto, el Realismo Neoclásico nos provee con un marco comprehensivo para poder analizar
la política exterior de los Estados. Así, en esta investigación se tomará la visión particular de
la escuela del realismo neoclásico para explicar o facilitar la comprensión de la complejidad
vista en el desbordamiento del conflicto interno armado de Colombia hacia el territorio
venezolano.
59
Rose, Gideon. (1998). Neoclassical Realism and Theories of Foreign Policy. En: World Politics, Vol.51, No.1,
october. Pág. 152. 60
Schweller, Randall. (2004). Unanswered Threats: A Neoclassical Realist Theory of Under balancing. En: International Security, Vol. 29, No. 2, fall. Pág. 164.
20
Por su parte, Sterling-Folker define al Realismo Neoclásico de la siguiente forma:
… el realismo neoclásico puede incorporar las visiones analíticas del neorrealismo de la anarquía y equilibrio de poder con las visiones del constructivismo sobre la formación de grupos, la construcción de identidad y las prácticas sociales... Mientras se acepta que la relación competitiva y la distribución de poder entre los grandes poderes son causalmente pertinentes, también defiende que los individuos, política doméstica, y las prácticas sociales de grupos son simultáneamente e igualmente determinantes.61
Al integrar el neorrealismo con el constructivismo, el realismo neoclásico de Sterling-Folker
responde a Kapstein62, quien abre un debate acerca de si el neorrealismo es una teoría
muerta de las Relaciones Internacionales (RRII), dadas sus limitaciones. Jervis apoya la
noción de que las dos perspectivas teóricas se complementan entre sí:
La centralidad de las interacciones y anticipaciones lleva a los actores a buscar y formar sus ambientes informativos e interpretacionales; los significados y expectativas son fuentes de influencia, puntos de cooperación y contestación. Entendiendo estos procesos, la racionalidad estratégica y lógica deductiva puede ser y de hecho necesita ser acoplada con una apreciación de cómo los actores atribuyen el significado a la conducta. El racionalismo no puede proporcionar este conocimiento, pero el constructivismo es uno de los acercamientos que puede guiar la investigación empírica requerida.63
Construyendo sobre las premisas teóricas planteadas, Devlen desarrolla un modelo de
realismo neoclásico ―enhanced‖, que incorpora las creencias del líder acerca del sistema
internacional, la naturaleza de sus adversarios y los constreñimientos domésticos y socio
psicológicos que el líder enfrenta64. Uno de los dos conceptos que para Devlen representa
el núcleo de los factores domésticos que afectan al comportamiento de la política exterior de
los líderes es la identidad grupal, concepto desarrollado por Volkan65. Vamik Volkan plantea
61
Sterling-Folker, J. (2004). Organizing the Inter-National: Neoclassical Realism and the Third Image Reversed. En: Fifth Pan-European Meeting of the European Consortium for Political Research (ECPR), The Hague, the Netherlands. Pág. 1. 62
Véase Kapstein, Ethan (1995). Is Realism Dead? En: International Organization, Vol. 52, 4, autumn. Págs.
971-991. 63
Jervis, Robert. (1998). Realism in the Study of World Politics.En: International Organization, Vol.52, No.4,
autumn. Pág. 8. Disponible: http://tucnak.fsv.cuni.cz/~plech/jervis.pdf. Consultado: 13-02-09. 64
Véase Devlen, Balkan (2007) Games Leaders Play: Enhanced Neoclassical Realism and the Foreign Policies of Renegade Regimes During Crises, University of Missouri-Columbia, prepared to ISA. Disponible: http://www.allacademic.com//meta/p_mla_apa_research_citation/1/8/0/9/0/pages180904/p180904-1.phpConsultado: 26-08-09. 65
Véase Volkan, Vamik. (1997). Bloodlines: From Ethnic Pride to Ethnic Terrorism. NY: Farrar, Straus, and Giroux; Volkan, Vamik. (2004). Blind Trust: Large Groups and Their Leaders in Times of Crisis and Terror. Charlottesville, VA: Pitchstone.
21
que la experiencia de uno como miembro de un grupo étnico, racial, nacional o religioso66,
constituye lo que se le podría denominar una identidad grupal. Volkan usa la analogía del
poste central de una carpa, donde la gente alrededor del poste central tiene la determinación
de mantenerlo recto para que la carpa se mantenga templada y así proteja a los individuos
que están cubiertos, refiriéndose a cómo las actividades grupales se centran en el
mantenimiento de la integridad de la identidad del grupo67.
Volkan identifica siete elementos que forman la identidad grupal: 1) una base tangible y
compartida que produce imágenes asociadas con emociones positivas, 2) identificaciones
compartidas de lo que se entiende por ‗bien‘, 3) la absorción de las ‗malas‘ características de
otros, 4) absorción de los mundos internos de los líderes, 5) glorias escogidas, 6) traumas
escogidos y 7) la formación de símbolos que desarrollan su propia autonomía. Las glorias y
los traumas particulares escogidos son cruciales, debido a que son lo que el líder más
probablemente activará durante las crisis. Aspectos como la preservación de la identidad
grupal durante las crisis pueden tomar precedencia sobre ciertas políticas y restringir el
ordenamiento de las preferencias del régimen68.
Estos elementos son pertinentes al problema planteado, debido a que son instrumentos
fuertes para los gobiernos de EEUU, Venezuela y Colombia, y que se ven involucrados en
la expansión de sus respectivas identidades como poder duro y poder blando a través de
redes, ya sean formales o informales; terrorismo, antiimperialismo y narcoterrorismo, son los
traumas escogidos por los líderes de los tres países mencionados, respectivamente.
La mencionada analogía a la carpa y los elementos que forman las identidades grupales, se
aplican a los grupos terroristas y criminales también. Historias narrativas tales como, hechos
heroicos o sucesos que produjeron mucho dinero son algunos de los mecanismos utilizados
para asegurar la cohesión de estos grupos o redes. Irónicamente, muchos narcotraficantes
colombianos (entre otros) se ven bajo una luz positiva, como patriarcas nacionalistas que
ayudan a sus comunidades a través de donaciones a escuelas, hospitales, iglesias e
inversiones legítimas. Castells menciona que estas formas de construir identidades
66
Volkan.(2004), Op. cit., Pág. 24. 67
Ibid. Pág. 36. 68
Ibid.
22
culturales son fundamentales para la constitución, funcionamiento y estrategias de las redes
criminales69.
Por su parte, el realismo asume los intereses de los Estados como fijos y por consiguiente se
autodenomina capaz de predecir cómo las RRII se desarrollarán, sin embargo, los Estados
son liderados por y compuestos por personas con familias y costumbres, que hacen parte de
redes sociales y que tienen su propia historia personal y ambiciones. En Colombia hay
generaciones que han sido criadas dentro de la guerra y la violencia, lo cual se vuelve la
norma para abordar los problemas. La venganza tiene poco que ver con el equilibrio de
poder o con la supervivencia del Estado.
Otras construcciones sociales incluyen la formación de las FARC, ELN y el desarrollo de la
visión 'Bolivariana'. Esta visión incluye la integración regional, el antiimperialismo (anti
EEUU) y la resistencia, altamente congruente con la ideología Chavista.
También es clave para entender este caso, el impacto que han tenido la Guerra Fría y el
narcotráfico en la formación de todos los grupos armados involucrados. ¿Cómo se pueden
entender los valores de las FARC, ELN, y del presidente Chávez como actores políticos sin
considerar la Revolución Cubana?, ¿cómo se pueden entender totalmente las
ramificaciones del narcotráfico internacional sin contemplar su impacto en términos de
economía política y el efecto que ha tenido sobre la construcción de valores acerca de la
riqueza y la movilidad social?. Hay preguntas pertinentes para entender el problema en
cuestión, para las cuales el realismo y las teorías de decisión racional les son difíciles de
explicar.
Lo que queda claro al analizar el desbordamiento de los fenómenos desestabilizadores del
conflicto armado colombiano hacia Venezuela desde una perspectiva realista, es que se
debe tener en cuenta la política doméstica de cada Estado, lo cual no es el punto fuerte de
realismo. Hay muchas facetas en esta investigación que van más allá de un análisis de nivel
estatal triangulizado y que se entienden mejor empleando también una orientación
constructivista.
69
Castells, Manuel (1998). The Information Age: Economy, Society and Culture, Vol. III, End of the Millennium, Blackwell Publishers, Malden, Mass. Págs. 196-201.
23
Por ejemplo, no se comprende totalmente desde el realismo, por qué la población
norteamericana apoya la penetración política de EEUU en Colombia si no se consideran los
valores promovidos por la política doméstica de “Say no to Drugs”, en conjunto con la política
exterior de la guerra contra las drogas.
Estos valores promovidos generan efectos que tienden a condicionar la posición de la
opinión pública; fundamental para crear consenso en una democracia representativa y así
legitimar acciones internacionales. Otro elemento a ser considerado son los traumas
ocasionados por la guerra de Vietnam (tropas norteamericanas dadas de baja en una
prolongada guerra de guerrillas) y por los ataques del 9/11 y la resultante campaña política
del gobierno estadounidense basada en sus valores para dividir el mundo entre los buenos
y malos (los terroristas)70.
En conclusión, para lograr la comprensión de la realidad del desbordamiento del conflicto
armado colombiano, se deben tener en cuenta las posiciones del realismo y del
constructivismo, porque se entrelazan o por lo menos se complementan bien entre sí. Los
desarrollos políticos de América del Sur y específicamente en este caso, el de Colombia, han
sido dominados por iniciativas realistas, sin embargo esos procesos realistas han contribuido
a la construcción de las normas sociales y valores, que también afectan los resultados; por
consiguiente, una relación simbiótica existe entre el realismo y constructivismo en el nuevo
escenario de seguridad internacional el cual se caracteriza por ser ‗interméstico‘.
70
Véase Smith, S. (2003). Singing Our World into Existence: International Relations Theory and September 11.
Presidential Address to the International Studies Association, Portland, OR.
24
2. ANTECEDENTES DE LAS RELACIONES ENTRE ESTADOS UNIDOS Y COLOMBIA VINCULADAS AL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO.
La separación del departamento de Panamá del Estado colombiano, proceso apoyado por
Estados Unidos a cambio del Tratado Hay-Varilla (1903), afectó negativamente las
relaciones de Colombia con los Estados Unidos. Esta dramática situación llevó a Colombia
a un período de introversión, a la vez que la élite aplicó una política exterior raquítica71. Si
bien inicialmente las relaciones binacionales se deterioraron, posteriormente el gobierno
colombiano y los sectores empresarial y cafetero se esforzaron en restablecerlas con el
propósito de articular sus intereses con los intereses económicos de EEUU, sin importar la
soberanía de Colombia72.
Es de resaltar que Estados Unidos consolidó su superioridad económica y política como
potencia mundial reemplazando la hegemonía inglesa al finalizar la Primera Guerra Mundial,
época que coincide con el comienzo de la presidencia de Marco Fidel Suárez en Colombia
(1918-1921) y con el establecimiento de la Doctrina Suárez o réspice polum, la cual según
Pardo y Toklatian73, consistía en que Colombia debía orientar su política hacia los Estados
Unidos ‗la estrella polar‘. Es decir, que todas las ―políticas de Estado y decisiones en materia
de política internacional deberían estar sujetas a los lineamientos de la estrella polar del
Norte”74. Drekonja, ―identifica ese momento como el comienzo de una ‗relación especial‘,
para Colombia, con Estados Unidos, que permeará no solo en el vínculo bilateral, sino los
lazos y las políticas globales de Colombia frente a otros actores internacionales‖75.
Durante la Segunda Guerra Mundial, si bien la Política del Buen Vecino adelantada por el
presidente Roosevelt fue una forma de intervención norteamericana en Latinoamérica que le
Suscrito entre EEUU y Panamá, a través del cual Panamá cedía por siempre el uso, ocupación, control, derechos y autoridad entre otros, sobre el canal interoceánico a los Estados Unidos. 71
Tokatlian, Juan Gabriel. (2000). La mirada de la política exterior de Colombia ante un nuevo milenio: ¿ceguera, miopía o estrabismo?. En: Revista Colombia Internacional No. 48, abril.Pág.36. 72
Ardila, Martha. (1991). Cambio de norte? Momentos críticos de política exterior colombiana. Tercer Mundo Editores,
Bogotá. Págs.55-58. 73
Pardo, Rodrigo y Tokatlian, Juan G. (1989). Política exterior colombiana. ¿De la subordinación a la autonomía?. Tercer Mundo Editores en coedición con la Universidad de los Andes, Bogotá. Pág.81. 74
González, Roberto. (2004). La política exterior de Colombia a finales del siglo XX. Primera aproximación. En:
Investigación y Desarrollo, diciembre. Pág.263. Disponible: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=26810202#. Consultado: 17-09-09. 75
Drekonja. Citado en: Pardo y Tokatlian, Op. cit.Pág. 81.
25
permitió a EEUU avanzar sus intereses económicos, políticos e ideológicos en la región, las
fuertes repercusiones de la guerra en la economía colombiana hicieron que el gobierno
colombiano durante la segunda administración de Alfonso López Pumarejo (1942-1945) se
alineara completamente con los intereses norteamericanos, dándose un consenso entre la
filosofía política e ideológica de López con la política de defensa y promoción de la
democracia como un instrumento de paz en América Latina por parte de EEUU76.
Otro antecedente histórico que marcó el juego de la relación dependiente de Colombia hacia
Estados Unidos fue el nuevo orden mundial establecido como resultado de la Segunda
Guerra Mundial, la Guerra Fría, donde el juego de poder y la política mundial giró en torno de
dos ejes geopolíticos en oposición conformados por dos potencias; Estados Unidos y la
Unión Soviética77. En este contexto irrumpió la Doctrina de Seguridad Nacional de EEUU
como respuesta a la amenaza del comunismo, percibido como un ‗enemigo global único‘ y
como el ‗enemigo interno‘ en su manifestación al interior de cada país78.
De hecho, al finalizar la Segunda Guerra Mundial y desde el inicio de la Guerra Fría, la
doctrina del réspice polum definió la política exterior colombiana con total identificación hacia
los Estados Unidos79.
Asuntos clásicos del realismo en las relaciones entre Estados Unidos y Colombia en temas
estratégicos y de defensa, adquieren importancia durante la Segunda Guerra Mundial y
posteriormente, como la contención de la influencia del nazismo y luego del castrismo80. La
lógica en términos de interés nacional del réspice polum está en lo económico y en el posible
acercamiento político que se presta para ayudar en asuntos entre Colombia y terceros.
De igual forma, la existencia de valores compartidos anticomunistas por parte de los
gobernantes norteamericanos y colombianos favoreció la intervención de los Estados
Unidos en la política doméstica de Colombia. En consecuencia, la lucha contra el
comunismo internacional adelantada por EEUU durante la Guerra Fría, también se dio
internamente en Colombia contando con el apoyo económico y militar norteamericano. Tal
76
Ardila, Op.cit. Págs. 95-105 77
Restrepo, W. Op.cit. Pág. 169. 78
Vargas, A. (2008). Op.cit. Pág. 11. 79
Tokatlian. (2000). Op.cit. Pág. 36 80
Pardo y Tokatlian, Op. cit. Pág. 83
26
era el alineamiento con los EEUU en los inicios de la Guerra Fría, que el Presidente Alberto
Lleras Camargo (1945-1946,1958-1962) participó activamente en la Conferencia de San
Francisco en 1945, fue nombrado el primer Secretario General de la OEA, colaboró
directamente con EEUU en la preparación del texto del Tratado Inter Americano de
Asistencia Recíproca (TIAR) y fue invitado por el presidente Kennedy para participar en la
elaboración del programa denominado Alianza para el Progreso. Estos hechos muestran el
nivel de confianza que tenía Estados Unidos con los dirigentes colombianos para adelantar
sus objetivos81.
Así mismo, Colombia fue el único país de América Latina que mandó tropas a Corea en
1951, participó en el despliegue de fuerza de la ONU en el Suez en 1956, favoreció la
expulsión de Cuba de la OEA debido a sus principios Marxista-Leninistas y apoyó la
intervención de EEUU en la República Dominicana en 196582. Este alineamiento tiene
varias explicaciones, siendo una de ellas la visión compartida anticomunista motivada por
intereses nacionales.
Como parte de la estrategia contra la amenaza comunista, la Alianza para el Progreso fue el
primer programa que USAID estableció en América Latina bajo el discurso oficial de ayuda
para el desarrollo, sin embargo, este programa disfrazaba los intereses de seguridad de
Estados Unidos, tal como fue debatido por sociólogos de la CEPAL al ser visto como una
―forma de intervención en los asuntos internos de estos países y como una manera de
perpetuar las condiciones desiguales de intercambio de comercio y crear una cultura de
dependencia‖83.
La Alianza para el Progreso ofrecía ayuda al desarrollo económico, social y político de
América Latina. Al promover el crecimiento económico, apoyar la reforma agraria para
mejorar las condiciones sociales, aumentar el acceso a la educación y fortalecer la
democracia, este programa pretendía contrarrestar la influencia del comunismo en el
hemisferio; ideología promovida por la Unión Soviética y por Cuba. Por consiguiente, el
gobierno colombiano acudió a la presunta meta compartida con EEUU hacia la preservación
81
Drekonja, Gerhard. (1983). Retos de la política exterior colombiana. CEREC- CEI. Bogotá. Pág. 75. 82
Randall, Stephen J. (1992). Aliados y distantes. Tercer Mundo Editores - EdicionesUniandes-
CEI.Bogotá.Pág.270. 83
Benavides, Farid. (2003). Foreign assistance and intervention: the role of the USAID in Colombia. En: International Journal for the Semiotics of Law 16, Kluwer Academic Publishers. Págs.198-199.
27
de los valores democráticos y de esta manera obtener apoyo para combatir peligrosos
actores cuyas fuentes de poder eran vistas como externas84. En Colombia este programa
se lanzó en 1961 y tuvo una duración de diez años. La ayuda económica (y militar)
proporcionada se dirigió a la derrota del comunismo y al aseguramiento de las instituciones
democráticas85.
De acuerdo con los datos consignados por Carduner86, entre 1962 y 1967 Estados Unidos
proporcionó a Colombia 663 millones de dólares para asistencia bilateral incluyendo 44
millones en ayuda militar. Otros 432 millones fueron suministrados por agencias de
desarrollo multilaterales y 21 millones por donaciones multilaterales europeas y
organizaciones privadas voluntarias norteamericanas. Durante estos cinco años fueron
entregados a Colombia 1.1 billones de dólares en total. Esta cifra al año 2001 era
equivalente a 9.1 billones, monto relativamente cercano en magnitud a los $7.5 mil millones
del costo total propuesto para el Plan Colombia.
Según Palacios y Sanffor, si bien la Alianza para el Progreso alcanzó su objetivo básico de
estabilidad política y el mantenimiento de la institucionalidad democrática mediante el apoyo
norteamericano al Frente Nacional como parte del reformismo preventivo de la Guerra Fría,
no se alcanzaron los objetivos económicos y sociales planteados87.
Durante el segundo período presidencial de Alberto Lleras Camargo (1958-1962) se inició el
Frente Nacional, el cual fue un pacto político entre las élites liberales y conservadoras de
Colombia, que consistió en un traslado pacífico del poder presidencial entre los dos partidos
cada 4 años y cuyo objetivo era detener la guerra civil bipartidista conocida como La
Violencia, acuerdo que finalizó con la presidencia del conservador Misael Pastrana Borrero
(1970-1974).
El gran impacto político de la Alianza para el Progreso en Colombia fue sostener al acuerdo
del Frente Nacional ya que dicho pacto restringió la competencia política solamente entre los
dos partidos tradicionales, redujo la necesidad de que estos partidos ampliaran sus bases
84
Véase Carduner, Op.cit. 85
Ibid. 86
Ibid. Pág. 4-5 87
Palacios, Marco y Safford, Frank. (2002). Colombia País fragmentado. Sociedad dividida. Editorial Norma S.A. Bogotá. Pág. 602
28
políticas y también hizo posible la restricción del crecimiento de grupos internos que
perjudicaban el control tradicional de la élite, como fue el movimiento gaitanista en los
cuarentas y cincuentas88.
Luego de la presidencia del liberal Lleras Camargo llegó al poder el segundo presidente del
Frente Nacional, el conservador Guillermo León Valencia (1962-1966), quien se caracterizó
por su fuerte orientación anticomunista, militarista y represiva, y que debido a los conflictos
domésticos políticos y sociales del país, el interés nacional se ciñó aún más a la agenda de
la política exterior norteamericana de la guerra contra el comunismo89. Es de anotar que
durante el gobierno de Valencia y con el objetivo de exterminar a las ‗repúblicas
independientes‘ se inició el Plan Lazo (operación soberanía), programa de contrainsurgencia
ideado y apoyado militarmente por EEUU90. Se denominaban repúblicas independientes, a
las autodefensas campesinas que influenciadas por el partido comunista evolucionaron
hacia formas de poder local por fuera del sistema político bipartidista colombiano, siendo
criminalizadas por políticos conservadores y las Fuerzas Militares91. Como aplicación de
políticas preventivas en áreas de influencia comunista, un contingente militar asesorado
desde Neiva por oficiales norteamericanos inició el ataque contra la ‗república independiente‘
de Marquetalia el 27 de mayo de 196492, debido a que en esta población se encontraba una
organización de campesinos comunistas alzados en armas.
Como resultado de este ataque nacieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
– FARC, ―un monstruoso error histórico por parte de la clase dirigente colombiana‖93. Es de
resaltar, que en un lapso de seis años surgieron varios movimientos guerrilleros en
Colombia, de los cuales dos permanecen hasta hoy en día; en 1962 el Ejército de Liberación
Nacional (ELN) y en 1966 las FARC. Fue así, como el período entre 1958 y 1966 se
caracterizó por una intensa colaboración entre Estados Unidos y Colombia en el desarrollo
del aparato de seguridad interna colombiana y en el enérgico combate contra bandidos y
88
Carduner, Op. cit. Pág. 7 89
Ardila, Op. cit. Pág.138 90
Pizarro Leongómez, Eduardo. (1991). Las FARC (1949 -1966) de la autodefensa a la combinación de todas las formas de lucha. Primera edición. Tercer Mundo Editores. Bogotá. Pág.187 91
González, Fernán. (1995). Reflexiones generales sobre la violencia y la paz en Colombia. Pág. 8. Disponible:
http://www.ucentral.edu.co/NOMADAS/nunme-ante/1-5/2/revista_numero_2_art05_lreflexiones.pdf. Consultado: 09-10-09. 92
Pizarro (1991), Op. cit. Pág.187 93
Ibid. Pág. 188
29
contra guerrilla94, lo que también acrecentó la violencia en Colombia y la vinculación de
Estados Unidos al conflicto armado colombiano.
Desde la presidencia de Carlos Lleras Restrepo (1966-1970), y en búsqueda de diversificar las
relaciones políticas, económicas y diplomáticas, Colombia se orientó al fortalecimiento de sus
vínculos con los países latinoamericanos. Esta nueva doctrina fue denominada, por el
entonces ministro de relaciones exteriores Alfonso López Michelsen, como el réspice similia o
mirar a los semejantes, transitando de un alineamiento habitualmente automático con EEUU a
un alineamiento discretamente relativo95 en la búsqueda de una mayor autonomía. López
Michelsen rechazaba el rol de herramienta regional que jugaba Colombia dentro del esquema
de la Guerra Fría y por lo tanto deseaba reducir la tradicional dependencia hacia Estados
Unidos96. Algunas medidas incluyeron la participación activa en foros tercermundistas como G-
77 y Nuevo Orden Económico Internacional (NIEO), apoyó la reinserción de Cuba en la OEA y
generalmente buscó adelantar estrategias multilaterales en vez de bilaterales97. Al comenzar
su mandato como presidente, Colombia entró a ser observador oficial del Movimiento No
Alineado.
De allí en adelante, las políticas exteriores de Colombia oscilaron entre las dos miradas - hacia el norte y hacia los semejantes. Más aún, en distintas administraciones, por ejemplo, las de los presidentes Julio César Turbay y Belisario Betancur, hubo períodos caracterizados por uno y otro réspice, según la coyuntura interna y externa y de acuerdo con el tema e interés en juego.98
En la década de los 70 se produjo un cambio en la política exterior de Estados Unidos
cuando incorporó la lucha contra la producción y comercialización de drogas ilícitas a su
Doctrina de Seguridad Nacional, y cuando dicha producción fue definida por el presidente
Nixon como el ‗enemigo número uno de la seguridad de Estados Unidos‘, siendo Colombia
integrada como una amenaza a los intereses nacionales norteamericanos99, situación que
se basó en la lógica de oferta y demanda ya que para 1978 Colombia era el mayor productor
y exportador de marihuana hacia el mercado norteamericano y este último el mayor
comprador del mundo. Colombia llegó a ocupar este puesto como consecuencia de las
94
Rempe, Dennis. (2002). The Past as Prologue: A History of U.S. Counterinsurgency Policy in Colombia, 1958-66. Pág.4. Disponible: http://www.strategicstudiesinstitute.army.mil/pdffiles/PUB17.pdf. Consultado: 29-09-09. 95
Tokatlian (2000), Op. cit. Pág. 37 96
Pardo y Tokatlian, Op. cit. Págs.105-106. 97
Drekonja, Op. cit. Págs. 81-82. 98
Tokatlian (2000), Op. cit. Pág. 37 99
Restrepo, W., Op. cit. Pág. 170.
30
acciones de la ―Operación Cóndor‖ (1975) en México, tendientes a la erradicación de cultivos
marihuana, y el resultante traslado de la producción a Colombia100.
De igual forma, la severidad de las políticas contra la producción de cocaína en Perú y
Bolivia propició el aumento de cultivos ilícitos inicialmente en sur del territorio Colombiano
que luego se extendieron a la mayoría de los departamentos, convirtiéndose Colombia a
mediados de los años noventa en el primer productor de este alcaloide101. A la vez, el
aumento de los cultivos de coca en Colombia propició condiciones que hicieron fuertes a las
organizaciones internas para el control de la oferta y distribución de la cocaína; los carteles
de la droga de Cali y Medellín102.
A mediados de la década de los 70, las políticas relativas a las drogas se flexibilizan en
Estados Unidos al despenalizar la posesión de la dosis personal de marihuana en once
estados (1973 a 1979), y en Colombia al levantar las medias económicas existentes que
impedían el ingreso de dineros provenientes del narcotráfico al país; situación que a finales
de los 70 cambió debido a substanciales modificaciones en la política antidrogas de Estados
Unidos y a los primeros endurecimientos contra Colombia por la inefectiva armonización del
gobierno colombiano con respecto a las directrices norteamericanas103. En consecuencia,
Estados Unidos instigó al presidente colombiano Julio César Turbay Ayala (1978-1982) para
erradicar los cultivos marihuana utilizando herbicidas como el paraquat con el propósito de
reducir la oferta. Toklatian indica, que Turbay se rehusó a fumigar y prefirió a través de la
―Operación Fulminante‖ (1979) lanzar una ofensiva militar en contra de la producción y tráfico
de la marihuana en la Guajira, siendo para el ejecutivo una decisión más contundente que el
uso de químicos en la lucha antinarcóticos y además no ponía en duda el ánimo de cooperar
100
Vargas, Ricardo (2001). Cultivos ilícitos, conflicto y proceso de paz. En: Plan Colombia. Ensayos críticos.
Estrada, Jairo, ed. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. No hay paginación disponible por ser formato electrónico. Disponible: http://www.mamacoca.org/ed-especial1/tcap14.htm. Consultado: 07-06-09. 101
Tickner (2008). Op. cit. Pág.26. El término ―cartel de droga‖ se utilizó por primera vez para referirse a las organizaciones narcotraficantes de Medellín y Cali, que controlaban el grueso de la oferta y distribución mundial de cocaína‖; véase: Crisis Group. (2008). La Droga en América Latina I: Perdiendo la Lucha. En: Informe sobre América Latina No. 25, marzo.
Pág.4. Disponible: http://www.icd.go.cr/sitio/downloads/uploads/web_icd_pdf/pub_2/pub_2_53.pdf. Consultado: 10-10-09. 102
Costa, Alcides. El conflicto colombiano: una perspectiva global. En: Ardila, Martha. (2005) (editora). Colombia y
su política exterior en el siglo XXI. FESCOL. Bogotá. Pág. 13. 103
Tarapués, Diego F. Diferencias ideológicas y aumento del narcotráfico: la posición ambivalente de Venezuela. En: Pastrana, E., Wieland, C. y Vargas, Juan C. (2008) (editores). Vecindario agitado Colombia y Venezuela: entre la hermandad y la conflictividad.Editorial Javeriana, Bogotá. Pág. 148.
31
con EEUU104. Como resultado de esta operación militar contra las drogas, y que según
Lott105 fue dirigida por el gobierno norteamericano, no se logró erradicar la marihuana, sino
se desplazó la producción a los Llanos Orientales y a la Amazonia colombiana; zonas
propicias también para el cultivo de coca y además territorios bajo control de la guerrilla. Sin
embargo, Estados Unidos continuó presionado por las fumigaciones:
El Embajador de Estados Unidos en Bogotá, Diego Asencio, reiteraba, en público y en privado, que el país recibiría más asistencia de Estados Unidos en su campaña contra las drogas si optaba por fumigar. El Subcomité de Relaciones Hemisféricas de la Cámara de Representantes en Washington aprobó en marzo de 1979 una enmienda para aumentar la ayuda económica a Colombia para combatir el tráfico de drogas.106
Así mismo, en 1979 se firmó el Tratado de Extradición colombo- norteamericano lo cual
pone en evidencia la debilidad política del Estado colombiano ante el problema del
narcotráfico y frente a los Estados Unidos.
Si bien es claro que la ayuda económica ofrecida fue un mecanismo de presión ejercido por
EEUU para conseguir la implementación de sus políticas antidrogas en Colombia, otro
posible mecanismo utilizado fue señalar al presidente Turbay Ayala como sospechoso de
tener relaciones con el narcotráfico. No obstante, Turbay al iniciar su período presidencial
estableció un Estatuto de Seguridad con el objetivo de debilitar a los movimientos
guerrilleros creados en los años 60, al M-19 y al narcotráfico. Dicho estatuto fue criticado
nacional e internacionalmente por la violación de los derechos humanos a través de
detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones principalmente.
En la arena internacional, el gobierno de Turbay se caracterizó por un estrechamiento en las
relaciones y cooperación con Estados Unidos, que según Ardila107 se debió por una parte, a
situaciones conflictivas en las relaciones de Colombia con Cuba, entre estas el apoyo que
este último daba al M-19 en armas y entrenamiento, y por la otra, la tensión en las relaciones
104
Tokatlian, Juan Gabriel. (2002). Estados Unidos y los cultivos ilícitos en Colombia: los trágicos equívocos de una fumigación futil. Working Paper, University of Berkeley. Pág.1. Disponible:
http://www.clas.berkeley.edu:7001/Events/conferences/Colombia/workingpapers/working_paper_tokatlian.doc. Consultado: 10-09-09. 105
Lott, Anthony. (2004). Creating Insecurity: Realism, Constructivism, and US Security Policy. Ashgate
publishing, Burlington. Pág. 104. 106
Tokatlian (2002).Op. cit. Pág. 1. 107
Ardila, Op. cit. Págs.166-167.
32
con Nicaragua por el reclamo del archipiélago de San Andrés y Providencia, desconociendo
el Tratado Bárcenas-Meneses-Esguerra de 1928. El alineamiento del gobierno colombiano
con EEUU obedeció al interés nacional pues estos hechos constituían una amenaza para la
seguridad nacional e integridad del territorio colombiano. Ideológicamente discurso
anticubano y anti nicaragüense de Turbay confluyó con la fuerte retórica anticomunista de
Ronald Reagan (1981-1989) al llegar a la presidencia de EEUU108.
En la década de los ochenta los grupos guerrilleros y paramilitares comenzaron a financiar
sus actividades con el narcotráfico. La relación existente entre grupos armados al margen
de la ley y narcotráfico fue denunciada por la DEA y el por el Departamento de Estado
Norteamericano como ―la amenaza del conflicto colombiano para la paz hemisférica y
mundial‖109. Al extender EEUU su percepción de Colombia como amenaza hacia el
contexto regional andino y hacia el mundo, justificaba una mayor incidencia norteamericana
en los asuntos internos colombianos110 brindando apoyo económico, entrenamiento,
armamento, fortalecimiento militar e inteligencia para el desarrollo de políticas antidrogas en
Colombia bajo la dirección de EEUU111 y con el objetivo de controlar la producción y así
evitar el ingreso de drogas a Norteamérica.
Nuevamente el gobierno norteamericano, al inicio del período presidencial de Belisario
Betancur (1982-1986), presionó para que en Colombia se implementara la fumigación
química para la erradicación de cultivos de marihuana; situación que fue rechazada por el
mandatario colombiano por las preocupaciones ecológicas, tanto internas como en el
exterior, que suscitaba el uso del paraquat112. Lo que es más importante, los dos primeros
años del mandato de Betancur se caracterizaron por una no alineación política con Estados
Unidos. En la política exterior colombiana esta situación se evidenció principalmente con el
ingreso de Colombia al Movimiento No Alineado en 1983, el liderazgo ejercido en el Grupo
de Contadora, la reorientación de la política hacia Cuba, el respaldo al Comunicado de
Managua y el apoyo a la soberanía de Argentina sobre las Malvinas113. Para Pardo y
Toklatian, la presidencia de Betancur se alejó del anticomunismo tradicional y se centró en
108
Ibid. 109
Romero, J. (2004). Op. Cit. Pág. 6. 110
Restrepo, W. Op. cit. Pág.171. 111
Vargas, A. (2008).Op. cit. Pág.37. 112
Tokatlian (2002). Op. cit. Págs 5-6. 113
Ardila, (1991).Op. cit. Págs.184-187
33
promover internacional y domésticamente iniciativas concertadas en búsqueda de la paz,
como por ejemplo los diálogos con grupos guerrilleros, la nacionalización del proceso de paz
y el alejamiento de la opción militar114.
Sin embargo, los serios problemas económicos que atravesaba el país tales como el
desequilibrio de la balanza comercial con EEUU, la disminución de las reservas
internacionales, la necesidad de refinanciación de la deuda externa y de obtención de
recursos económicos del gobierno colombiano por parte del BID y del FMI, más las
presiones económicas ejercidas por el presidente norteamericano Reagan, propiciaron que
la política exterior del gobierno de Betancur perdiera autonomía y se reorientara hacia EEUU
durante los dos últimos años de su mandato115.
De igual forma, el asesinato en abril de 1984 del Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla
destacado por su fuerte lucha en contra del narcotráfico, provocó un giro en la política de
Betancur adoptando así una mayor militarización en la lucha antidrogas, extraditando de
nuevo colombianos a EEUU bajo el Tratado y adoptando la fumigación química de los
cultivos de marihuana con glifosato116. Sumado a lo anterior, el fracaso de los acuerdos de
paz en Colombia y la toma del Palacio de Justicia el 6 de noviembre de 1985 por parte del
movimiento M-19, provocaron la convergencia de visiones con EEUU:
Luego del palacio de justicia Betancur aplicó el principio repetido por la administración de Reagan de no dialogar con el terrorismo y adoptó los conceptos promovidos por la Casa Blanca, a los guerrilleros se les llamó terroristas y se aceptó la existencia de la narco guerrilla, es decir la alianza entre guerrilleros y narcotraficantes. Posiciones coincidentes con EEUU en las que antes se habían enfrentado.117
Ya para el inicio de la administración de Virgilio Barco (1986-1990):
La violencia se había incrementado aún más en el país, pues las soluciones de Turbay y de Betancur fueron magras en cuanto a su reducción. Por el contrario se fueron sobreponiendo la violencia social y cotidiana, la guerrilla, la paramilitar, la terrorista, la del narcotráfico con vértices adyacentes entre muchas de ellas.118
114
Pardo y Tokatlian, Op. cit. Pág.143. 115
Ardila, Op. cit. Págs. 174-175. 116
Tokatlian (2002). Op. cit. Págs. 5-6. 117
Pardo y Tokatlian, Op. cit. Pág.186. 118
Ibid. Pág. 149.
34
Barco trató de mantener una posición multilateral acerca del fenómeno de narcotráfico al
aclarar que era un problema internacional e inclusive financió un proyecto publicitario en los
EEUU enfatizando que el consumo era el principal factor del problema119. Barco también
rechazó cualquier deseo de los EEUU de usar sus fuerzas navales en el mar colombiano
con el fin de interceptar el tráfico de drogas.
Respecto a la extradición de colombianos a EEUU, Tokatlian expone, que Barco asumió los
elevados costos internos que implicaba el uso sostenido de esta política entre agosto de
1989 y agosto de 1990, lo que posiblemente explica porqué el gobierno norteamericano ―no
presionó más al país en términos de una política de erradicación más vehemente, y porque
Bogotá tuvo un margen de maniobra un poco mayor para definir algunos aspectos internos
de la estrategia antinarcóticos‖120.
Al terminar la Guerra Fría, George H.W. Bush (1989 -1993) mantuvo las políticas de
erradicación de cultivos e interdicción implementadas bajo la presidencia de Reagan. En
1990, Bush creó el ‗Andean Drug Strategy‘ como resultado de la preocupación ante la
inefectividad de las estrategias militares si estas no se coordinaban a nivel regional; sin
embargo, se aumentó la asistencia militar a Colombia a 500 millones de dólares121. De
hecho, Colombia estuvo entre los primeros países en acoger esta política, sumando el
concepto de ‗narco-guerrilla‘ para incluir la asistencia norteamericana en la lucha
contrainsurgente122.
Por su parte, el presidente César Gaviria (1990-1994) trató de seguir la misma línea de
Barco, pero no fue posible debido a hechos tales como la intensificación de la guerra entre
los carteles de Cali y de Medellín, las singulares condiciones que caracterizaron la reclusión
de Pablo Escobar ‗jefe máximo‘ del cartel de Medellín en la cárcel de máxima seguridad ‗La
Catedral‘, y su posterior fuga123.
119
Cardona, Diego. (1990). Evaluación de la política exterior de la administración Barco. En: Documentos Ocasionales, No. 16, julio-agosto. Centro de Estudios Internacionales, Universidad de los Andes. Pág. 15. 120
Tokatlian (2002).Op. cit. Pág.11. 121
Walker, William (2001). A Reprise for Nation Building: Low Intensity Conflict Spreads in the Andes. NACLA
Report on the Americas No. 35, july- august. Pág. 27. 122
Jelsma, Martin. (1998) (coordinador). Drogas, poder y derechos humanos en América Latina. Segunda
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35
Pese a que Escobar fue dado de baja en diciembre de 1993 por parte de las fuerzas de seguridad colombianas, las condiciones permisivas que rodearon el encarcelamiento del líder del Cartel de Medellín (incluyendo la disminución de su sentencia, los lujos que lo acompañaron en prisión, al igual que su aparente habilidad para continuar involucrado en el negocio de la droga desde su celda en la cárcel), produjeron a una creciente desconfianza en los Estados Unidos respecto a la efectividad del sistema de sometimiento a la justicia.124
Sumado a lo anterior, la controversial decisión de la Corte Constitucional en 1994 de
legalizar el consumo de drogas para uso personal en Colombia, aumentó la intolerancia por
parte de los EEUU sobre el manejo de ‗la guerra contra las drogas‘125.
Debido a la intensificación de problemas internos en este periodo, la política exterior de
Colombia se vio limitada y en función de la satisfacción de los objetivos domésticos
específicos126. Uno de estos problemas se manifestó en la revelación de que la campaña
del presidente Ernesto Samper fue parcialmente financiada por el cartel de Cali. Por su
parte, el Departamento de Estado norteamericano durante el gobierno de Samper denunció
vínculos de funcionarios ministeriales con el narcotráfico127. El deterioro de la legitimidad y
credibilidad del Estado colombiano a nivel doméstico e internacional fue significativo.
Estados Unidos cambió su vocabulario referencial hacia Colombia, de ‗aliado‘ a ‗narco
estado‘ y ‗narco democracia‘, y al jefe de Estado le revocaron la visa en EEUU128.
Los esfuerzos de Samper como presidente se orientaron a comprobar su inocencia, a probar
la inexistencia de vínculos con el narcotráfico y a mantenerse en la presidencia, lo que
condujo también a la aceptación de las exigencias norteamericanas y condicionamientos en
la lucha contra el narcotráfico129.
124
Ibid. Pág. 143. 125
Tickner, Arlene. Colombia: An Ambiguous Foreign Policy. En: Mora, Frank O. y Hey, Jeanne A. (2002a)
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Romero, J. (2004). Op. cit. Pág.7. 128
Tickner (2002a).Op. cit. Pág.178. 129
García, Viviana. Política Antinarcóticos y Fuerzas Armadas en el período Samper (1994.1998): Radicalización de la estrategia antinarcóticos en un período de inestabilidad y polarización política.En Vargas,
Alejo. (2008) (editor). El papel de las Fuerzas Armadas en la Política Antidrogas Colombiana 1985-2006. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. Pág.106.
36
Lo más irónico fue precisamente que cuando era el turno de Colombia para liderar al
Movimiento No Alineado, una ofensiva política de los Estados Unidos penetró el sistema
político colombiano, ya que al Samper perder su brillo presidencial con los escándalos,
nuevos jugadores como el Director de la Policía Nacional (como lo fue Rosso José Serrano)
y el Fiscal General surgieron como interlocutores con los EEUU y por lo tanto de la política
exterior independiente del ejecutivo130. El debilitamiento del presidente colombiano se
convirtió en agenda para muchos en el Departamento de Estado de EEUU131. Este fue un
acontecimiento con muchas implicaciones en un país con un alto índice de ‗presidencialismo‘
en su política exterior y dinámica gubernamental; Estados Unidos efectivamente empezó a
trabajar directamente con la institucionalidad colombiana.
Se podría argumentar que Samper buscó aprovechar el Movimiento No Alineado como un
medio para reparar su imagen y a la vez la de Colombia en busca de mejorar su poder
negociador132, porque 10 de sus 12 viajes internacionales se realizaron en función del
Movimiento No Alineado 133. Estos esfuerzos serían en vano porque tanto César Gaviria
como Andrés Pastrana, manejaron su política exterior en función de necesidades
domésticas específicas debido al agudo fortalecimiento de la guerrilla. Pastrana inicialmente
intentó separar la prioridad colombiana (solución pacífica al conflicto armado) de la prioridad
norteamericana (narcotráfico) con el fin de adelantar un ‗Plan Marshall colombiano‘ que
remplazaría la agenda antinarcóticos por una agenda socioeconómica, ya que según él es
debido a problemas sociales que se origina el fenómeno de los cultivos ilícitos134.
2.1. Conclusiones
Si bien Colombia ha tenido una política exterior ‗híbrida‘ entre réspice polum y réspice similia,
definitivamente el réspice polum ha prevalecido en los lineamientos de la política colombiana
130
Tickner (2002a). Op. cit. Pág.179. 131
Franco, Andrés. La cooperación fragmentada como una nueva forma de diplomacia: Las relaciones entre Colombia y Estados Unidos en los noventa. En: Andrés Franco. (1998) (editor). Estados Unidos y los países
andinos, 1993-1997. Poder y desintegración. CEJA, Bogotá. Pág. 53. 132
Ramírez, Socorro. (2000). Los No Alineados ¿Voceros del Sur? A propósito de la presidencia colombiana del Movimiento. IEPRI Universidad Nacional-Conciencias-TM Editores, Bogotá. Pág.161. 133
Ibid. Págs. 181-182. 134
Pardo, Diana y Tickner, Arlene. (1998). La política exterior en el proceso electoral colombiano. En: Bejarano,
Ana M. y Dávila, Andrés. (1998) (compiladores). Elecciones y democracia en Colombia 1997-1998. Universidad de los Andes, Veeduría Ciudadana a la Elección Presidencial, Bogotá. Pág.24; Farrell, Cathleen. (1998). Setting the Next Agenda. En: Time, Julio 6. Pág. 27.
37
con respecto a la política norteamericana. Así, el alineamiento político de Colombia con
Estados Unidos ha implicado la adopción de las doctrinas de seguridad norteamericanas por
parte de Colombia, y la vez del enfoque represivo y militarista, primero contra el comunismo
y luego contra el narcotráfico.
La adopción de dicho enfoque ‗realista‘, trajo como consecuencia el incremento de la
violencia en Colombia y el acrecentamiento del conflicto armado interno, como se observó
con la cooperación norteamericana a través del Plan Lazo y el nacimiento de las FARC. En
el mismo sentido, el giro dado por Belisario Betancur cuando reorientó su política hacia las
políticas militaristas de EEUU en la lucha contra las guerrillas y el narcotráfico, la violencia y
el conflicto armado en Colombia se agudizaron.
Por otra parte, la existencia de valores e ideologías compartidos entre los gobiernos de
Estados Unidos y de Colombia ha favorecido la injerencia de los intereses de EEUU en la
política colombiana, como se vio con algunos de los presidentes colombianos mencionados
en este capítulo; Marco Fidel Suárez, Alberto Lleras Camargo, Guillermo León Valencia,
Alfonso López Pumarejo y Julio César Turbay, por ejemplo.
El apoyo norteamericano dado al Frente Nacional, a través de la Alianza para el Progreso,
reflejó tanto el interés común en la contención del comunismo, como el interés en mantener
el control del sistema político tradicional bipartidista por parte de las élites colombianas,
excluyendo así la participación de otras expresiones políticas en la ‗democracia‘ de
Colombia.
Ante la intensificación de los problemas internos de Colombia (políticos, económicos y
sociales) y la debilidad del Estado colombiano para abordar de manera autónoma la solución
al conflicto armado interno, algunos gobiernos acudieron a metas compartidas con EEUU
para obtener ayuda, adaptando así el interés nacional de Colombia al norteamericano.
Se observa un patrón común en las políticas antidrogas adelantadas bajo la cooperación de
Estados Unidos y es el efecto del ‗balloon effect‘, visto por ejemplo, en el caso de Perú y
Concepto frecuentemente utilizado para describir el problema de atacar los cultivos ilícitos en un área, para entonces verlos aparecer en otra.
38
Bolivia con el resultante desplazamiento de la producción de cocaína hacia Colombia, y
observado también en las operaciones contra las drogas en la Guajira y el consiguiente
traslado de los cultivos hacia la Amazonía y los Llanos Orientales.
Se advierte que un mecanismo de presión norteamericano utilizado para adelantar sus
intereses en Colombia está relacionado con la legitimidad: declarar al ex presidente Turbay
como sospechoso de tener relaciones con narcotráfico, narcotizar la imagen de Colombia
como ‗narco estado‘, o la difusión de la imagen de Colombia como amenaza a la región y al
mundo. En consecuencia, uno de los ejes de la política exterior colombiana se ha orientado
a la búsqueda de legitimidad internacional en la lucha contra el narcotráfico.
39
3. EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO Y SU DESBORDAMIENTO
HACIA VENEZUELA
Internamente Colombia, a partir de su independencia, se caracterizó por ser un país
inmerso en la violencia a raíz de las luchas civiles entre un pueblo dividido ideológicamente
por los dos partidos políticos tradicionales (el liberal y el conservador), con el objetivo de
alcanzar el poder135.
Ya desde el siglo XIX los dirigentes liberales y conservadores alimentaban tanto el sentido
de pertenencia partidista de las clases subordinadas, como los odios, pasiones y prejuicios
mutuos, llevando también a la población - en su mayoría rural - a violentas guerras civiles
que finalizaban a través de pactos de reconciliación nacional acordados entre los mismos
dirigentes136.
Por la cantidad de víctimas y su duración, la guerra civil que agravó la violencia interna en
Colombia fue la denominada ‗Guerra de los Mil días‘ (1899-1902). Al finalizar esta guerra, el
país vivió un período de ‗relativa paz‘ hasta fines de los 40 y principios de los 50, para luego
entrar en una etapa de incremento de la violencia y multiplicación de víctimas con respecto al
anterior conflicto civil; período conocido como ‗La Violencia‘137. La situación detonante de La
Violencia (1948-1953) fue el asesinato del líder popular Jorge Eliecer Gaitán y candidato
presidencial del partido denominado ‗liberalismo popular‘, el 9 de abril de 1948 en Bogotá.
Gaitán tenía una clara orientación hacia lo popular, lo democrático y en contra de las
―oligarquías liberales y conservadoras‖, penetrando así en la conciencia de las clases
tradicionalmente excluidas y generando una amplia movilización popular que acentuaba el
enfrentamiento entre las clases sociales138
135
Caicedo Rosero, Luis. (2002). Las operaciones de mantenimiento de paz de la ONU y su posible aplicación en el proceso de paz colombiano. En: FLACSO Sede Ecuador, Quito. Pág. 43. Disponible:
http://flacsoandes.org/dspace/handle/10469/401. Consultado: 08-10-09. 136
Restrepo, Luis Alberto. (1998). La guerra como sustitución de la política. En: Revista Análisis Político No. 3,
enero-abril. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI), Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Pág. 100. 137
Caicedo, Op.cit. Pág. 44. 138
Sánchez-Ángel, Ricardo. (2008). Gaitanismo y el 9 de abril. En: Papel Político, Vol. 13 No. 1, enero-junio.
PUJ. Pág. 16. Disponible: http://revistas.javeriana.edu.co/sitio/papelpolitico/admin/download2_volumenes.php?id=50.Consultado:14-10-09.
40
El gaitanismo era popular, de lucha de clases, encuadrado en un repertorio populista con su caudillismo mesiánico, con acento en la distribución de la riqueza y la abolición de los privilegios, pero igual en el marco de un Estado social de derecho y de la democracia. Gaitán era un liberal socialista que se rodeó de amplias muchedumbres y las convocó a la resistencia civil; allí está su fortaleza y su tragedia.139
Lo sucedido el 9 de abril de 1948 fue aprovechado por la clase dirigente para darle una determinada interpretación ideológica a partir de la cual se pudieran deslegitimar las reivindicaciones de los sectores excluidos, estrategia que sería -el tiempo se ha encargado de demostrarlo- de una gran eficacia para acallar todo brote de oposición.140
En consecuencia, la muerte de Gaitán provocó la sublevación de sus partidarios y marcó un
acrecentamiento de la lucha entre los miembros de los partidos liberal y conservador. La
lucha bipartidista se dio principalmente en la región andina y en los Llanos Orientales,
dejando aproximadamente 200.000 muertos, destacándose las masacres ejecutadas en el
departamento del Tolima por la policía, los militares, alcaldes y bandoleros conservadores y
liberales141. El entonces gobierno del presidente conservador Mariano Ospina Pérez (1946-
1950), utilizó a la policía ‗chulavita‘ en las zonas de conflicto para sofocar a los núcleos
gaitanistas y liberales a través de una guerra selectiva, hostigamientos y masacres
orientadas a su exterminio, lo que provocó la organización armada de campesinos para
resistir estos embates142.
En igual sentido, vinculados con la resistencia armada campesina en contra de la violencia
oficial surgieron a finales de 1949 en Colombia los primeros focos de autodefensa
campesina y guerrilla móvil, cuyo desarrollo ha sido dividido por Pizarro143 en tres períodos:
de 1949 a 1953 la preeminencia de la guerrilla liberal, de 1955 a 1958 la preponderancia
139
Ibid. Pág. 20. 140
Arias, Ricardo. (1998). Los sucesos del 9 de abril de 1948 como legitimadores de la violencia oficial. En:
Historia Crítica No. 17, julio-diciembre. Universidad de los Andes. Pág.40. Disponible: http://historiacritica.uniandes.edu.co/view.php/199/1.php. Consultado: 06-10-09. 141
Uribe, María Victoria. (1991). Desde la muerte de Gaitán al Frente Nacional. Violencia y Masacres en el Tolima. En: Revista Credencial Historia, Ed. 18, junio. No hay paginación disponible por ser formato electrónico.
Disponible: http://www.lablaa.org/blaavirtual/revistas/credencial/junio1991/junio2.htm. Consultado: 10-10-09. Los chulavitas fueron originalmente una organización adscrita a la policía conservadora en la región de Chulavo, Boyacá, que se expandió nacionalmente y obtuvo la fama de ser la policía más incontenible durante la primera etapa de La Violencia; el uso de este término se extendió posteriormente para señalar a toda la policía sectaria durante este período; véase (Sánchez, G., y Meertens, D. (2001). Bandits, Peasants and Politics: The Case of "La Violencia" in Colombia. University of Texas Press, Austin. Pág. 199. 142
Uribe, Op. cit. No hay paginación disponible por ser formato electrónico. 143
Pizarro (1991). Op. cit. Pág.19. Al respecto Meertens expresa: ―los primeros grandes núcleos guerrilleros se formaron, entonces, más que todo en los Llanos Orientales, una zona que combinaba determinadas circunstancias: homogeneidad política liberal; fronteras de colonización abierta capaces de absorber productivamente un número ilimitado de fugitivos
41
de la guerrilla comunista, y de 1962 a 1991 el surgimiento de movimientos guerrilleros con
diferentes ideologías tras la Revolución Cubana; siendo estos últimos movimientos los que
se tomarán como punto de partida para el presente estudio.
La Violencia fue aminorada a través del Frente Nacional (1958-1974), pacto de
reconciliación a través del cual las élites políticas de los partidos liberal y conservador
acordaron gobernar alternadamente al país y así conservar el poder económico y político
entre los dos partidos144, excluyendo de paso la participación de otros partidos políticos en el
juego democrático.
A la vez, durante el Frente Nacional los dirigentes colombianos se empeñaron en subyugar
militarmente a los movimientos rebeldes y por ende, las Fuerzas Armadas manejaron el
orden público interno de manera autónoma debido al fortalecimiento del autoritarismo y del
militarismo, y en gran parte porque durante este pacto se mantuvo al país en un permanente
régimen de excepción por la instauración de un estado de sitio constante; instrumento de la
política gubernamental que restringía los derechos de los ciudadanos y contrarrestaba sus
manifestaciones y protestas145. Para Pizarro146, el Frente Nacional cerró las puertas a otras
expresiones políticas y sociales, y a la vez frustró el surgimiento de una izquierda
democrática, estableciéndose así un ambiente para el desarrollo de ―una izquierda
extraparlamentaria y conspirativa‖. Entonces, como herencia de la violencia bipartidista,
durante el Frente Nacional y bajo la creciente influencia de la Revolución Cubana, se
conformaron en la década de los 60 grupos guerrilleros que constituían ―la expresión
nacional de la nueva izquierda latinoamericana‖ y un desafío al principio del monopolio de la
fuerza estatal; las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de
Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Popular de Liberación (EPL)147.
del interior del país; distancias considerables del poder central, que dificultaban la represión, y vecindad con un país (Venezuela), cuyo gobierno se suponía amigo de la resistencia‖; véase Meertens, Donny. (2000). Ensayos sobre tierra, violencia y género. Facultad de Ciencias Humanas, Colección CES, Universidad Nacional de
Colombia, Bogotá. Pág. 139. 144
Palacios, Marco. (1995). Entre la legitimidad y la violencia. Colombia 1875-1994. Editorial Norma, Bogotá. Pág.45. Hasta la Constitución de Colombia de 1991, el ejecutivo podía legislar por decreto ya que el estado de sitio permitía que el Jefe de Estado recurriera al régimen de excepción. 145
Barrera, Cristina. (1989)(Comp.). Crisis y fronteras: relaciones fronterizas binacionales de Colombia con Venezuela y Ecuador. Fondo Editorial CEREC y Ediciones Uniandes, Bogotá. Pág.148. 146
Pizarro (1991).Op. cit. Pág.159. 147
Palacios, Op. cit. Págs.44-45.
42
Algunas características, de las identificadas por Peñuela, cuando inicia el surgimiento de los
grupos subversivos a principios de la década de los sesenta, son:
Exclusión política de algunos sectores sociales por parte de los partidos tradicionales que acababan de conformar el ―Frente Nacional‖. Recrudecimiento de la violencia especialmente en las dos últimas décadas. Incorporación por parte de algunos sectores sociales de las ideologías comunistas, exacerbados por la revolución cubana en 1959. Economía nacional netamente agraria y latifundista. Diferenciación de clases y polarización social. Auge de los regímenes autoritarios en América latina. Adoctrinamiento ideológico para la seguridad continental en el contexto de la guerra fría. Insatisfacción social.148
3.1. Principales movimientos guerrilleros surgidos en Colombia, luego de la
Revolución Cubana, y su expansión.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)
Si bien las FARC nacieron oficialmente en 1966, sus comienzos se remontan a finales de la
década de los cuarenta, cuando se organizaron en el país las primeras autodefensas
campesinas liberales y comunistas, especialmente en el Tolima y en el Huila, como
respuesta a la denominada ‗Violencia política‘149. Sin embargo, estos movimientos de
autodefensa ya contaban con una tradición de lucha; los diferentes conflictos agrarios
durante la segunda y tercera década del siglo XX por la propiedad de las tierras o por
condiciones laborales, llevaron a indígenas y campesinos en defensa de sus intereses a
formar ligas y sindicatos cuya orientación e ideología estuvo inicialmente influenciada por el
Partido Socialista Revolucionario, por el Partido Agrario Nacional, por la Unión Nacional de
Izquierda Revolucionaria liderada por Gaitán y luego por el Partido Comunista de
Colombia150.
La ideología comunista en esta etapa revolucionaria fue crucial para la conformación de este movimiento guerrillero, pues el descontento político de algunas facciones políticas encontró asidero en la ola de pensamiento internacional, como era el comunismo que a
148
Peñuela (2002).Op. cit. Págs.6-7 149
Vélez, María A. (2001). FARC-ELN: evolución y expansión territorial. En: Revista Desarrollo y Sociedad No.47, marzo. Pág.155. Disponible: http://economia.uniandes.edu.co/investigaciones_y_publicaciones/CEDE/publicaciones/Revista_Desarrollo_y_Sociedad/ediciones/revista_desarrollo_y_sociedad_no_47/farc_eln_evolucion_y_expansion_territorial. Consultado: 07-09-09. 150
Pizarro (1991).Op. cit. Págs.29-30
43
lo largo de todo el continente promulgaba la revolución como la única solución a los problemas internos de los países latinoamericanos. 151
Como se expuso en el segundo capítulo, la situación que provocó el nacimiento del
movimiento guerrillero de las FARC fueron los ataques preventivos en áreas de influencia
comunista que las Fuerzas Militares de Colombia, contando con asistencia militar de EEUU,
efectuaron el 27 de mayo de 1964 contra la población de Marquetalia; refugio de
autodefensas campesinas. Estos refugios campesinos - orientados ideológicamente por el
Partido Comunista de Colombia (PPC) - fueron bautizados por Álvaro Gómez Hurtado como
―Repúblicas independientes‖ (Villarrica, El Pato, Riochiquito), los cuales eran núcleos
agrarios formados desde 1958 en los que los campesinos se organizaban alrededor de la
tierra, la cultivaban y la defendían con las armas en búsqueda de la seguridad que no les
proporcionaba el Estado ante el avance de los latifundios152. Como consecuencia de los
ataques militares, el movimiento campesino pasó de una estrategia defensiva a una
ofensiva, con la vinculación inicial de 350 hombres153.
Si bien el PPC no creó las FARC, si fue muy importante su contribución ideológica porque consolidó el carácter marxista leninista de la organización guerrillera, en principio autodefensivo.154
A mediados de 1966, el Bloque Sur de la guerrilla se transformó así mismo en las FARC con una declaración emitida desde Moscú expresando que el imperialismo de los Estados Unidos había establecido bases militares en Colombia y haciendo un llamado a los trabajadores y campesinos colombianos a dar apoyo a la lucha de la guerrilla. 155
Si bien las primeras pretensiones de las FARC se orientaron a defender los intereses
agrarios de sus integrantes, luego pasó a ser un movimiento que en aras de defender no
151
Peñuela (2002).Op. cit. Pág.8. 152
Ferro, Juan Guillermo y Uribe, Graciela. (2002). El orden de la guerra: las FARC-EP, entre la organización y la política. Primera edición. Ed. Universidad Javeriana, Bogotá. Págs.26-30. 153
Vélez, Op. cit. Pág.155. 154
Ibid. Pág.31. 155
Bagley, Bruce Michael (1998). The State and the Peasantry in Contemporary Colombia. En: Latin American
Issues No.6. Allegheny College and the University of Akron. Meadville, PA. Citado en: Offstein, Norman. (2003). An Historical Review and Analysis of Colombian Guerrilla Movements: FARC, ELN and EPL. En: Revista
Desarrollo y Sociedad No. 52, septiembre. Pág. 103. Disponible: http://economia.uniandes.edu.co/investigaciones_y_publicaciones/CEDE/publicaciones/Revista_Desarrollo_y_Sociedad/ediciones/revista_desarrollo_y_sociedad_no_52/An_Historical_Review_and_Analysis_of_Colombian_ Guerrilla_Movements_FARC_ELN_and_EPL. Consultado: 06-10-09.
44
sólo sus intereses sino ‗en beneficio de la sociedad‘ luchaba por el poder político a nivel
nacional156.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN)
El ELN fue creado por estudiantes universitarios y activistas provenientes principalmente de
la izquierda liberal, del Partido Comunista y del sindicalismo, quienes influenciados por la
Revolución Cubana (1959) e inspirados en las teorías de Ernesto ‗el Che Guevara‘157,
pretendían imponer el modelo comunista de la época a través de la guerra158. En 1964 se
fundó el primer foco guerrillero del ELN con 16 hombres, en el municipio de San Vicente de
Chucurí, Santander159. Posteriormente, en enero de 1965, este grupo decidió tomar la
población de Simacota y anunciar públicamente su existencia y su objetivo estratégico
orientado a la ―obtención del poder por las clases populares y la derrota de la oligarquía
nacional, de las Fuerzas Armadas que la sostienen y de los intereses económicos, políticos y
militares del imperialismo norteamericano‖160.
La primera fase de las operaciones del ELN se concentró en Santander, Antioquia, sur del
Cesar y sur del Bolívar, contando con recursos económicos provenientes de los aportes
voluntarios u obligados de campesinos, de robos a entidades públicas y de asaltos a
bancos161. Su actuación se dio en zonas rurales como una estrategia para consolidar
control territorial y luego expandirse hacia los centros urbanos; si bien la mayoría de
combatientes son reclutados en el campo, otra fuente de numerosos combatientes del ELN
han sido las universidades y los centros de producción petrolera162.
Durante estos mismos años se crearon otros movimiento subversivos en el país, entre los cuales estaban el Ejército Popular de Liberación (EPL), el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el Quintín Lame (MAQL), la Corriente de Renovación Socialista
156
Ferro y Uribe, Op. cit. Págs.36-37. 157
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (2003). El conflicto, callejón con salida. En:
Informe Nacional de Desarrollo Humano para Colombia-2003. Pág. 28. Disponible: http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/5626.pdf. Consultado: 29-10-09. 158
Peñuela, Edgar. (2001). Origen del Conflicto Armado en Colombia. En: Panel on Colombia: Origen, evolución y perspectivas del conflicto interno en Colombia, mayo 22-25. Center for Hemispheric Defense Studies, REDES 2001, Research and Education in Defense and Security Studies, Washington DC. Pág. 8. 159
Vélez, Op. cit. Pág.169. 160
Medina, Carlos. (1997). Violencia y lucha armada: el caso del ELN. Una historia de vida (1963 - 1978). Tesis, Departamento de Historia. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. Pág.97. 161
Vélez, Op. cit. Pág.170. 162
Soto, Andrés. (2001). Evolución del Conflicto Interno de Colombia. .En: Panel on Colombia: Origen, evolución
y perspectivas del conflicto interno en Colombia, mayo 22-25. Center for Hemispheric Defense Studies, REDES 2001, Research and Education in Defense and Security Studies, Washington DC. Pág. 17.
45
(CRS), el partido revolucionario de los trabajadores y el Movimiento de Izquierda revolucionaria (MOIR), todos desmovilizados posteriormente, pero especialmente en los acuerdos de paz logrados durante la administración de Cesar Gaviria en el año de 1990.163
El Ejército Popular de Liberación (EPL)
En 1967 surgió el EPL como un grupo guerrillero de inclinación maoísta, en sus inicios
apoyado política y económicamente por la República Popular de China164, el cual adoptó el
principio chino de ‗guerra popular prolongada‘ como fundamento de su accionar hasta 1980,
año en el que abandona el maoísmo y ―centra su acción en construir bases de apoyo y
rodear las ciudades desde el campo‖165. Este grupo dejó las armas en 1991.
El Movimiento 19 de abril (M-19)
Este movimiento subversivo fue creado en 1972 por sectores procedentes del Partido
Comunista de Colombia y de la Alianza Nacional Popular (ANAPO), debido a la crisis de
legitimidad democrática asociada con el presunto fraude electoral ocurrido en las elecciones
presidenciales del 19 de abril de 1970 en contra del líder de la ANAPO, Gustavo Rojas
Pinilla166, y otorgando el triunfo al candidato del Frente Nacional Misael Pastrana Borrero.
Durante el gobierno de Virgilio Barco el M-19 se desmovilizó, y posteriormente dirigentes de
este movimiento conformaron un nuevo partido político; la Alianza Democrática M-19.
Paralelamente al surgimiento de la subversión, dentro del contexto de la Guerra Fría y como
resultado de la aplicación de las doctrinas de seguridad continental promovidas por los
Estados Unidos en su lucha contra el comunismo, las décadas de los sesentas y setentas
se caracterizaron por el enfrentamiento ideológico que representaban estos grupos
guerrilleros al gobierno colombiano, siendo reprimidos a través de operaciones adelantadas
por las Fuerzas Militares de Colombia bajo el amparo de la política exterior norteamericana y
también del ejecutivo colombiano a través de la proclamación de herramientas jurídicas y
políticas para enfrentar abiertamente a los grupos subversivos tales como, el estado de sitio,
el estado de excepción, el Estatuto Orgánico de la Defensa Nacional (1968) y el Estatuto de
163
Peñuela (2001). Op. Cit. Pág.9. 164
Zuluaga, Jaime. Guerra prolongada, negociación incierta: Colombia. En: Briceño-León, Roberto (2002)
(compilador).Violencia, sociedad y justicia en América Latina. CLACSO. Pág. 342. Disponible: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/violencia/violencia.html. Consultado: 03-10-09. 165
Barrera, Op. cit. Pág.150. 166
Ibid. Pág.149; Peñuela (2001). Op. cit. Pág.8.
46
Seguridad decretado por el presidente Turbay Ayala en 1978 y posteriormente derogado en
1983167.
Ahora bien, por ser las FARC y el ELN grupos guerrilleros vigentes cuya actuación ha
traspasado las fronteras colombianas, en este caso hacia Venezuela, a continuación se
describen inicialmente los principales factores que posibilitaron su expansión dentro del
territorio nacional, para luego profundizar en la presencia de estos grupos en el vecino país
y sus desestabilizadoras consecuencias.
Para Rangel, algunos de estos factores fueron inicialmente de orden geoestratégico,
asociados a la conformación y extensión del territorio colombiano; los terrenos aislados,
montañosos, selváticos y distantes permiten que los grupos guerrilleros se oculten y eviten
los ataques de las fuerzas gubernamentales, y también, la extensión del país dificulta la
concentración de las fuerzas del gobierno ante los dispersos frentes guerrilleros168.
Otro factor importante, fue la búsqueda de poder político a nivel nacional. Algunos de los
propósitos declarados por las FARC en su quinta conferencia, realizada en 1974, eran
ampliar la fuerza guerrillera y expandirse territorialmente con la creación de nuevos frentes
hasta convertirse en un ejército revolucionario; de hecho para 1978 ya contaban con 1.000
hombres y unos 10 frentes en zonas de los departamentos de Cundinamarca, Caquetá,
Meta, Huila, Tolima y en regiones al norte del Cauca, Magdalena Medio y Urabá169. Pero el
logro de dichos propósitos necesariamente implicaba mayores recursos económicos.
Por su parte, el ELN en 1973 contaba con 270 hombres los cuales debido a la persecución
militar y duras confrontaciones disminuyeron en número significativamente, situación a la que
se sumó el enjuiciamiento de muchos de sus dirigentes y las divisiones existentes al interior
de la organización; estas circunstancias críticas llevaron a que los dirigentes del ELN, a
principios de la década de los ochenta, se reunieran con el objetivo de establecer acuerdos y
formular nuevas estrategias de recuperación y de expansión170.
167
Palacios, Op. cit. Pág.46.; Peñuela (2001). Op. cit. Pág.9. 168
Rangel, Alfredo. Naturaleza y dinámica de la guerra en Colombia. En: Cárdenas, Martha y Rodríguez,
Manuel. (2004) (editores). Guerra, sociedad y medio ambiente. FESCOL, Bogotá. Págs. 49-52. Disponible: http://library.fes.de/pdf-files/bueros/kolumbien/01993/03.pdf. Consultado: 23-09-09. 169
Vélez, Op. cit. Págs.159-162. 170
Ibid. Págs.170-171.
47
Por consiguiente, las actividades de estos grupos guerrilleros se intensificaron militarmente y
complejizaron su actuación a través de una ‗ruptura en su estrategia‘; tanto las FARC como
el ELN acogieron desde sus respectivas conferencias en 1982 y 1983 nuevas ofensivas
estratégicas tales como el desdoblamiento de sus frentes de batalla, la diseminación
geográfica, la ocupación de municipios y la diversificación de sus fuentes de ingresos171.
Para las FARC, adelantar dichas estrategias significó también un progresivo distanciamiento
de los conflictos agrarios y de la lucha por los intereses del pueblo, puesto que para
aumentar sus ingresos económicos exigieron contribuciones a pequeños trabajadores
(campesinos, productores, comerciantes), provocando así el resentimiento de las clases
populares contra la guerrilla y el creciente apoyo de estas clases a las organizaciones de
autodefensa172.
Ahora bien, la coyuntura dada entre la creciente búsqueda de recursos por las FARC y el
ELN, y el marcado crecimiento de la producción y tráfico de drogas ilícitas en Colombia al
inicio de la década de los ochenta, dio como resultado el vínculo entre las guerrillas y el
narcotráfico, aumentando significativamente los ingresos de estas, lo que provocó una
mayor compra de armamento, el aumento de su capacidad militar, el afianzamiento de su
poder y la consecuente agudización del conflicto armado en Colombia173. Las FARC primero
se vincularon indirectamente en el negocio del narcotráfico a través de un régimen de
extorsión; cobro de impuestos sobre los cultivos de coca, sobre los insumos necesarios para
el procesamiento, sobre el uso de las pistas y laboratorios, y después directamente
relacionados con el cultivo, producción y distribución mayorista174. Si bien el ELN, ha
negado sus vínculos con el narcotráfico, existen evidencias de que frentes de este grupo
operan en regiones productoras de cocaína y cerca de la frontera con Venezuela (Cesar,
171
Lair, Eric. (2001). Colombia: una guerra contra los civiles. En: Revista Colombia Internacional No. 49-50,
febrero. Universidad de los Andes. Pág. 137 .Disponible: http://colombiainternacional.uniandes.edu.co/view.php/375/1.php. Consultado: 18-09-09. 172
Reyes, Alejandro. (2009). Guerreros y campesinos: el despojo de la tierra en Colombia. Editorial Norma, Bogotá. Pág. 3. 173
Lair, Op. cit. Pág. 137. Esta situación se da en departamentos como el Caquetá, el Guaviare y zonas del Meta donde las guerrillas han dominado ampliamente el territorio, motivo por el cual los cultivadores y narcotraficantes pagan los impuestos exigidos como contraprestación para la mantención del orden; véase Reyes, Op. cit. Pág.81. 174
Fundación Seguridad y Democracia. (2003). Fuerzas militares para la guerra. La agenda pendiente de la reforma militar. Bogotá. Pág.18.
48
Norte de Santander y Arauca) y que están involucrados en el procesamiento y transporte del
alcaloide175.
Para Bagley, hacia finales de la década de los 90 existían evidencias que indicaban que
unos pocos frentes de las FARC comenzaban a operar desde instalaciones de
procesamiento propias, más sin que se hubiese establecido su participación en el
narcotráfico internacional176. En el mismo sentido, la DEA expresó dudas de que las FARC
y el ELN pudiesen desarrollar una infraestructura logística para el tráfico internacional de
drogas, manifestando que no hay evidencia de que estos grupos hayan estado involucrados
en el tráfico de drogas hacia EEUU o Europa177.
Las cifras presentadas por Lair, muestran el crecimiento de estos dos grupos: para 1986 las
FARC contaba ya con 32 frentes de batalla y 3.500 combatientes, mientras que el ELN tenía
11 frentes y 800 hombres; en 1995 las FARC con más de 60 frentes y 7.500 soldados, y el
ELN con 32 frentes y 3.200 combatientes, finalmente para el año 2000 las FARC tenía unos
15.000 guerrilleros y el ELN aproximadamente 5.000178. En consecuencia, el creciente
número de combatientes y su sostenimiento hace que estos grupos incrementen
continuamente sus actividades ilícitas para la consecución de recursos, como se observa en
la tabla 1.
Tabla 1: Fuentes de ingresos de la guerrilla (1997)
175
Crisis Group, Op. cit. Pág.10. 176
Bagley, Bruce Michael. (2001). Narcotráfico, violencia política y política exterior de Estados Unidos hacia Colombia en los noventa. En: Revista Colombia Internacional No. 49-50, febrero. Universidad de los Andes. Págs.13-14 .Disponible: http://colombiainternacional.uniandes.edu.co/indexar.php?c=Revista+No+49+-+50 Consultado: 21-09-09. 177
DEA. (1994). Insurgent involvement in the colombian drug trade. En: Drug intelligence report, June. Pág.8.
Disponible en: http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB69/col33.pdf. Consultado: 07-12-09. 178
Lair, Op. cit.Pág.138.
49
Con respecto a las estrategias adelantadas por las FARC, la Fundación Seguridad y
Democracia afirma:
De esta manera y desde hace mas de 20 años, las FARC han contado no solo con los medios para crecer (narcotráfico, secuestro y otras fuentes de financiación) , si no que han tenido fines estratégicos muy bien definidos, los cuales han ido logrando a través de una sorprendente flexibilidad táctica. Los cuantiosos recursos financieros a su disposición y su claridad estratégica, permitieron a las FARC dar un salto tanto cualitativo como cuantitativo en su forma de combatir.179
En lo que respecta al ELN, sus principales fuentes de ingresos económicos durante la
década de los ochenta fueron la extorsión y el secuestro de contratistas y funcionarios que
trabajaban en la construcción del oleoducto de Caño Limón -Coveñas, utilizando a la vez
como mecanismos de presión el terrorismo y los atentados contra la infraestructura petrolera
como respuesta a la presencia de compañías petrolíferas extranjeras en Colombia180. Hacia
finales de esta década, las principales zonas de actuación el ELN se ubicaban en Antioquia,
Santander y en regiones fronterizas con Venezuela como el departamento de Norte de
Santander y la intendencia de Arauca181.
Es de resaltar que las zonas fronterizas son un escenario que facilita el refugio y circulación
de guerrilleros, la realización de atentados, secuestros, el contrabando, el tráfico de armas y
el narcotráfico entre otras actividades delictivas, debido a la falta de presencia estatal,
referida no sólo a la de la fuerza pública sino también de educación, salud e infraestructura, y
de acuerdo con lo afirmado por Barrera, a la ―actitud de Colombia tradicionalmente
indiferente hacia zonas que como las limítrofes son consideradas como ‗periferia del sistema‘
‖182, situación que ha sido aprovechada, en este caso, por los grupos guerrilleros para
adelantar sus intereses. A lo anterior se suma el interés de los grupos guerrilleros por la
riqueza de Venezuela.
Igualmente, al realizar acciones dentro del territorio venezolano y adentrarse en él representa una ventaja puesto que enfrentan un ejército que no tiene igual entrenamiento y pericia en operaciones contra guerrilleras como el colombiano, con más de treinta años de experiencia.
179
Fundación Seguridad y Democracia, Op. cit. Pág.19. 180
Peñuela (2001). Op. cit. Pág.13. 181
Barrera, Op. cit. Pág.150. 182
Ibid. Pág.159.
50
La riqueza del vecino país no solo en cuanto a sus recursos petroleros sino ganaderos se constituye en una fuente de ingresos debido al pago de ―vacunas‖ y los ―rescates‖ por los secuestros. De esta misma manera, resulta conveniente traer secuestrados venezolanos y esconderlos en las selvas Colombianas porque además de dificultar su búsqueda, los esfuerzos, riesgos y costos que tal empresa acarrearía son tan onerosos que es más simple pagar por el rescate exigido. La presencia de intereses no sólo de tipo económico sino ideológico en sus acciones. Su embate contra las multinacionales responde no únicamente al móvil de ganancia económica a través de la ―vacuna‖ petrolera y del pago de rescates por funcionarios de las empresas petroleras, si no porque estas empresas representan para la guerrilla: la máxima expresión del desarrollo del capitalismo para beneficio de pocos y a expensas de muchos.183
Aparte de los secuestros y extorciones realizados por la guerrilla colombiana al interior del
vecino país, otros acontecimientos fueron vistos como desestabilizadores por el gobierno
venezolano durante los años ochenta, tales como, el surgimiento en Venezuela del
movimiento guerrillero ‗Bandera Roja‘ y su aparente nexo con el ELN, los ataques de la
guerrilla colombiana contra puestos militares fronterizos de la Guardia Nacional Venezolana
desde 1983, la venta irregular de municiones y el tráfico de armas (venezolanas y
extranjeras) hacia Colombia, la participación de altos mandos militares y funcionarios
venezolanos oficiales y civiles en el tráfico de armas, el creciente desarrollo del narcotráfico
en Venezuela, y los posibles vínculos de la guerrilla con el tráfico de drogas y de armas184.
Lo anteriormente expuesto provocó continuas tensiones entre los gobiernos de Colombia y
Venezuela, sumado a los conflictos binacionales ya existentes por el diferendo fronterizo y el
tema del Golfo de Coquivacoa. Al respecto, vale la pena resaltar el pensamiento geopolítico
existente hacia las fronteras, tanto de Colombia como de Venezuela, y que de acuerdo con
Ramírez185, dicho pensamiento ha sido desarrollado especialmente por las respectivas
Fuerzas Armadas, en el cual las fronteras quedan reducidas a una condición de límite y de
perímetro defensivo de la soberanía y seguridad nacional, donde diversas amenazas, que se
183
Ibid. Págs.157-158. Se ha sospechado de los vínculos entre Bandera Roja y el ‗Movimiento Bolivariano Revolucionario 200‘ creado en 1982 y conformado por militares venezolanos; movimiento que llegó al poder en Venezuela en 1998.
De hecho, el tráfico de armas ha sido una actividad que ha causado repetidas tensiones en las relaciones colombo-venezolanas debido a las denuncias hechas por las Fuerzas Armadas de Colombia ante el decomiso a la guerrilla de armas procedentes de Venezuela; véase Ramírez, Socorro y Cárdenas, José M. (2003) (coordinadores-editores). La vecindad colombo-venezolana: imágenes y realidades. IEPRI-Universidad Nacional
de Colombia, Universidad Central de Venezuela, Convenio Andrés Bello. Bogotá. Pág.202. 184
Barrera, Op. Cit. Págs.154-159. 185
Ramírez, Socorro. Las encrucijadas de la integración: el caso de la frontera colombo-venezolana. En: Bernal, Henry Yesid et al. (2005). Siete cátedras para la integración. Convenio Andrés Bello, Bogotá. Pág.82.
51
presume provienen del país vecino (percibido como potencial enemigo), deben contenerse.
En el mismo sentido, el peso de la visión ‗tradicional‘ de seguridad (defensa y protección
territorial) y el privilegiar el abordaje militar y estratégico para enfrentar los problemas
fronterizos, por encima de opciones políticas, han provocado que los convenios y acuerdos
binacionales existentes sean excedidos186.
Retomando de nuevo la presencia de la guerrilla en Venezuela, hechos conflictivos tales
como, el combate de la Guardia Nacional Venezolana con un grupo guerrillero en marzo de
1991 y la incursión del ELN en la base Mara de Zulia en el mismo año, conllevaron a los
primeros acercamientos entre los gobiernos de Carlos Andrés Pérez y de César Gaviria para
tratar de forma conjunta los problemas de seguridad en la frontera, no obstante, el conflicto
siguió agudizándose187.
Ahora bien, es de mencionar que el entonces presidente Cesar Gaviria enfrentó el
crecimiento y expansión de cultivos de amapola en varios departamentos de Colombia188,
heredando a la vez, de acuerdo con Toklatian189 los ―pobres resultados de la política de
erradicación; fumigación experimental durante el gobierno del Presidente Turbay, fumigación
masiva durante el mandato del Presidente Betancur y fumigación discontinua durante la
gestión del Presidente Barco. Todas igualmente ineficaces, torpes y deplorables‖. En
consecuencia, el gobierno de Gaviria acudió a la fumigación química, ahora contra los
cultivos de amapola, acatando las recomendaciones hechas por el gobierno norteamericano;
entre las fumigaciones realizadas estuvieron las efectuadas en la Serranía del Perijá, lo que
provocó el desplazamiento de los cultivos hacia Venezuela190. De ahí que, en 1994 el
ministro de defensa venezolano denunció la presencia de cultivos de amapola en la frontera
de la Serranía del Perijá y manifestó que podrían pertenecer a la guerrilla marxista de
Colombia; esta situación llevó a la suscripción de un acuerdo entre Venezuela y Estados
186
Illera, Olga y Ruiz, Juan Carlos. Colombia-Venezuela: dos maneras de comprender la seguridad. En:
Pastrana, E., Wieland, C. y Vargas, Juan C. (2008) (editores). Vecindario agitado Colombia y Venezuela: entre la hermandad y la conflictividad. Editorial Javeriana, Bogotá. Pág.110. 187
Ibid.Pág.117. 188
Chaparro, Juan Carlos. El papel de las Fuerzas Armadas en la política antidrogas colombiana 1990 -1994.
En: Vargas, Alejo. (2008) (editor). El papel de la Fuerzas Armadas en la Política Antidrogas Colombiana 1985-2006.Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. Pág.97. 189
Tokatlian (2002).Op. cit. Pág.12. 190
Vargas, Ricardo. (1999). Fumigación y conflicto políticas antidrogas y deslegitimación del Estado en Colombia. Tercer Mundo Editores, Bogotá. Págs. 72-73. Es de aclarar que la presencia de cultivos ilícitos en la parte venezolana de la Serranía del Perijá data desde finales de la década de los 70, cuando cultivos de marihuana fueron expandidos desde Colombia aprovechando la falta de presencia estatal venezolana; véase ibid. Pág. 69.
52
Unidos a través del cual las tareas antidrogas le fueron asignadas al Comando Unificado de
las Fuerzas Armadas, lo que incrementó el tratamiento militar dado a los problemas en esta
área fronteriza191. Al respecto Vargas señala:
La movilidad de los cultivos hacia el lado venezolano como el resultado necesario de las fumigaciones, condujo de cierta manera a una internacionalización del problema, el cual sirvió de acicate para que el gobierno de Caracas y de modo particular sus fuerzas armadas iniciaran, a partir de entonces, un proceso mayor de militarización de esa frontera, ejercicios de fuerza, fumigaciones y castigos severos a los productores ilegales del lado colombiano. De este modo Caracas entró de lleno en los términos colocados por Washington frente a las drogas, presionados por la negociación de otros temas de la agenda bilateral con E.U. 192
En otro sentido, hacia mediados de la década de los 90 las FARC y el ELN ya habían
consolidado, tanto sus posiciones estratégicas en la frontera con Venezuela, como su
mensaje político y la penetración de este en algunos sectores políticos y sociales
venezolanos193.
A inicios de 1995 el ELN atacó en Carabobo un puesto de la Armada venezolana, dejando
un saldo de ocho infantes de marina muertos, ante lo cual el gobierno de Colombia envió
tropas con el objetivo de capturar a los guerrilleros involucrados en este hecho,
manifestando también al gobierno de Venezuela su deseo de cooperar para atacar a este
‗enemigo común‘194. Sin embargo, el entonces presidente de Venezuela Rafael Caldera
(1994-1999) formuló una política fronteriza denominada ‗persecución en caliente‘, derivada
de la percepción que se tenía en Venezuela de la incapacidad del gobierno de Colombia
para controlar su frontera, política que consistía en perseguir en territorio colombiano a
guerrilleros, narcotraficantes y otros actores delictivos por parte las Fuerzas Armadas
venezolanas195. Es más, dicha percepción hacia Colombia también llevó al gobierno de
191
Las Fuerzas Armadas venezolanas adelantaron las denominadas ―Operaciones Sierra‖ contando con el apoyo financiero de la Oficina de Asistencia en Asuntos Antinarcóticos de Estados Unidos en Caracas, y además con el entrenamiento de miembros de las Fuerzas venezolanas en las sedes del Comando Sur de los EEUU; véase Ibid. Págs. 68-69. 192
Ibid. Pág. 73. 193
Fundación Progresar. (2008). Dinámicas de los actores armados ilegales en el departamento Norte de Santander y el Estado Táchira, de la frontera colombo-venezolana. Pág.9. Disponible: http://www.observatoriofronteras.com/publicaciones/dinamica.pdf. Consultado: 03-11-09. 194
Ramírez, José Luis. (1995). Colombia y Venezuela: el fracaso de un modelo o la necesidad de revitalizarlo. En: Revista Colombia Internacional No. 32, octubre-diciembre. Universidad de los Andes .Pág.6. Disponible:
http://colombiainternacional.uniandes.edu.co/view.php/219/1.php. Consultado: 27-10-09. 195
Ramírez y Cárdenas, Op. cit. Pág. 195.
53
Venezuela a considerar la posibilidad de negociar directamente con la guerrilla para mitigar
sus acciones en territorio venezolano196.
De otro lado, y ante la insistencia de las autoridades venezolanas de acudir a la ―persecución en caliente‖, el presidente Samper, el ministro Pardo y el ministro Botero, por separado, y más adelante la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, dejaron constancia del total rechazo de Colombia a cualquier acción del Gobierno de Venezuela en ese sentido. En declaraciones de los cancilleres, de la Comisión Negociadora y de los ministros de Defensa se estableció la colaboración bilateral sobre la base del mutuo respeto a la soberanía del otro país. Así se dio por concluido este capítulo.197
A la situación anteriormente expuesta y en detrimento de las tensas relaciones binacionales,
se sumaron hechos tales como, la deportación iniciada en marzo de 1995 por el gobierno
venezolano de más de 400 inmigrantes ilegales colombianos ubicados en la Sierra del
Perijá, las fumigaciones de cultivos ilícitos en la zona fronteriza del Perijá efectuadas por el
gobierno venezolano, las reiteradas denuncias sobre incursiones de las Fuerzas Armadas
venezolanas en territorio y espacio aéreo colombiano, y además, sus violaciones en contra
de los derechos humanos de campesinos colombianos198.
Finalmente, la cancelación en 1996 de la reunión programada en Arauca entre Rafael
Caldera y Ernesto Samper debido a que en el discurso del 20 de julio del mismo año, el
presidente colombiano mencionó la posible relación entre militares venezolanos y la venta de
armamento a guerrilleros y narcotraficantes199. Es de resaltar que el tema del tráfico de
armas desde Venezuela hacia Colombia ha provocado tensiones en repetidas ocasiones
hasta la época actual.
El año de 1997 constituyó un momento crítico de desbordamiento del conflicto colombiano dada la agudización de la polarización interna, la crisis económica, y la presión estadounidense sobre el gobierno de Samper que debilitaron de manera grave al Estado colombiano, y generaron la sensación de impotencia para darle salida al conflicto armado interno. Resurgieron lo que Miguel Ángel Hernández denomina ―los mitos que existen en Venezuela sobre Colombia‖, los cuales afectan la relación bilateral. El primero de ellos: la violencia y la delincuencia en la frontera no es venezolana, proviene de Colombia. De considerar que la violencia en la frontera proviene exclusivamente de Colombia, y no tiene raíces y actores en territorio venezolano, se deriva otro, según el cual la
196
Ibid. Pág. 195. 197
Ramírez, J., Op. cit. Pág.6. 198
Ramírez y Cárdenas, Op. cit. Pág. 196. 199
Ibid. Pág. 196.
54
inseguridad en la frontera se resolvería con una mayor presencia militar del Estado colombiano en la zona. Pero éste no está en capacidad de resolver problemas transnacionales como el narcotráfico y las bandas de delincuentes comunes que actúan en la frontera, las cuales en muchos casos están conformadas por nacionales de los dos países.200
Sin embargo, en 1997 se reunieron los presidentes Caldera y Samper, restablecieron las
relaciones y firmaron acuerdos de cooperación para la erradicación de cultivos, tráfico de
drogas y de precursores químicos, estableciendo luego, la Comisión Militar Binacional
Fronteriza COMBIFRON para atender problemas de seguridad en las fronteras tales como,
atentados a los oleoductos, derrames de petróleo, minería ilegal, etc.201, pero los acuerdos
han sido propasados por la complejidad, tanto de las relaciones binacionales, como de los
fenómenos del conflicto armado colombiano202.
Mientras los ataques del ELN contra los oleoductos continuaban, los secuestros y las
vacunas aumentaron especialmente en 1998 tanto en la zona fronteriza como al interior del
territorio venezolano, las FARC por su parte, solicitaban neutralidad al gobierno venezolano
frente al conflicto colombiano buscando desde 1997, un entendimiento con diversos
sectores políticos y sociales de Venezuela para encontrar la solución de problemas y que se
les permitiese estar en la frontera203 :
En este sentido, publicaron un mensaje en la prensa venezolana advirtiendo que Estados Unidos quería involucrar a las Fuerzas Armadas Venezolanas en la lucha contra la ―narcoguerrilla‖ aprovechando cualquier incidente fronterizo o la tesis de la guerrilla como ―enemigo común‖.204
3.2. Demanda estadounidense: el crecimiento de la producción y tráfico de drogas
ilícitas en Colombia
Como antecedentes respecto a las drogas ilícitas, el consumo de la marihuana desde la
década de los setenta aumentó en los Estados Unidos, siendo Jamaica y México los
principales productores de la época y cubriendo alrededor del 95% de la demanda
200
Ibid. Pág. 197. 201
Ibid. Pág. 203; Illera y Ruiz, Op. cit. Pág. 109. 202
Illera y Ruiz, Op. cit. Págs. 110-111. 203
Ramírez y Cárdenas, Op. cit. Pág. 198. 204
Ibid. Pág.198.
55
norteamericana, motivo por el cual el presidente Richard Nixon* emprendió la primera guerra
contra las drogas ilegales en estos dos países con operaciones para la erradicación de los
cultivos marihuana, situación que propició el traslado de algunos productores a Colombia205,
específicamente a la Sierra Nevada de Santa Marta ya que sus condiciones climáticas, falta
de presencia estatal y cercanía al mar facilitaban la producción y el comercio; de ahí que
Colombia para el año de 1985 ya cubría el 70% de la demanda estadounidense de
marihuana206. Para evitar que se dieran operaciones norteamericanas en Colombia,
similares a las adelantas en Jamaica y México, el presidente Alfonso López Michelsen
(1974-1978) manifestó que el problema de las drogas ilícitas era de carácter multilateral y un
determinante de las relaciones entre Colombia y Estados Unidos, ya que este último debía
controlar el consumo de drogas de sus ciudadanos y combatir conjuntamente a las mafias;
pero en ese momento el problema de las drogas ilícitas para EEUU no ocupaba un lugar
prioritario en su agenda internacional que se encontraba inmersa en la Guerra Fría207.
Hacia finales de la década de los setenta la demanda norteamericana de marihuana se
redujo debido a dos factores, según Castillo:
Para entonces, la especie de marihuana más codiciada en el mercado norteamericano, la ―punto rojo‖ o ―Santa Marta gold‖, empezó a decaer por dos factores: la pérdida de calidad, y la aparición de un nuevo producto, más cómodo de transportar y con un índice de utilidad superior: un kilo de cocaína llegó a costar casi lo mismo que un buque cargado de marihuana. Se sumó un nuevo elemento. En California empezó a proliferar una variedad de marihuana conocida como ―la sin semilla‖, que se podía cultivar incluso en la terraza de un apartamento. 208
Es de resaltar, que la cocaína luego de la Segunda Guerra Mundial ya entraba a los Estados
Unidos desde Suramérica, incluida Colombia, siendo Cuba un importante lugar de tránsito
* La prohibición, criminalización y la política contra las drogas ilegales durante la presidencia de Nixon fueron usados como instrumentos para combatir tanto a políticos y grupos izquierdistas, como a la cultura hippie y su oposición en contra de la guerra de Vietnam; véase Baum, Dan. Smoke and Mirrors, 1995, pág. 15. Citado en: Borda, Sandra. (2002). Una aproximación constructivista a la guerra estadounidense en contra de las drogas. En
Revista Colombia Internacional No. 54, enero-abril. Universidad de los Andes. Pág. 77. Disponible en: http://colombiainternacional.uniandes.edu.co/view.php/395/1.php. Consultado: 23-09-09. 205
Bagley (1988). Op. cit. Pág. 73. 206
Pardo, Camila. (2005). El problema mundial de las drogas ilícitas: su efecto positivo en el crecimiento colombiano. En: Papel Político No.18, diciembre. PUJ. Pág. 427. Disponible:
http://www.javeriana.edu.co/politicas/publicaciones/documents/elproblema.pdf. Consultado: 07-10-09. 207
Ibid. Pág. 428. 208
Castillo, Fabio. (1987). Los jinetes de la cocaína. Editorial Documentos Periodísticos. Pág. 9.
56
de drogas hacia EEUU; para 1965 los colombianos ya procesaban y suministraban el 100%
de la cocaína comercializada por los cubanos en Estados Unidos209.
Al inicio de los años ochenta el consumo interno de drogas ilícitas se incrementó en EEUU,
principalmente el de cocaína, y por lo tanto aumentó su demanda. Ante esta situación, la
presidencia de Ronald Reagan (1980-1988) le dio un giro al problema convirtiéndolo en
asunto de seguridad nacional para EEUU. De hecho, en abril de 1986 se promulgó la
National Security Decisión Directive (NSDD) No. 221, a través de la cual el consumo y tráfico
de drogas ilícitas se definieron como una amenaza a la seguridad nacional norteamericana
y por lo tanto, el rol de la fuerza militar y de las agencias de seguridad se acrecentó como
consecuencia de la ‗guerra contra las drogas‘210.
Borda, explica cómo la definición de políticas se relaciona con la forma en que un problema
es percibido; Reagan definió la guerra contra las drogas a través de políticas prohibicionistas
en términos morales (existencia de valores, creencias y reglas), es decir como una amenaza
a la identidad norteamericana y también en términos de seguridad211. En el mismo sentido,
Pardo expone:
Reagan planteó el tema de tal forma que los estadounidenses empezaron a ver a las drogas como un enemigo que amenazaba sus valores y su seguridad, tal y como antes los había amenazado el comunismo. La definición y el enfrentamiento del problema se hizo desde una lógica interméstica: internamente a través de la campaña ‗Just Say No‘ promovida por Nancy Reagan y de la declaración del consumo como un delito y en el frente externo, mediante el fortalecimiento de las respuestas policivas en los países productores.212
El problema de las drogas ahora visto bajo el principio de la seguridad nacional de EEUU y
percibido como una amenaza externa (enemigo externo) a la seguridad nacional, hace que
209
Sáenz, Eduardo. La prehistoria del narcotráfico en Colombia. Temores norteamericanos y realidades colombianas durante la primera mitad del siglo XX. En: Arango, Luz Gabriela. (1997) (compiladora). La crisis
sociopolítica colombiana. Un análisis no coyuntural de la coyuntura. Primera edición. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. Págs. 215-216. Disponible: http://www.utopica.com/SimposioCrisis/pdf/crisis_colombiana.pdf. Consultado: 22-08-09. Esta se puede entender como una amenaza no tradicional a la seguridad. Según Buzan, Waeber, y De Wilde (1998) otro referente de seguridad para un Estado es la ‗seguridad societal‘ ante las amenazas que afectan los valores morales, tradiciones y la cultura dentro de una sociedad; este argumento indica que la seguridad nacional también puede abordar aspectos internos del Estado, en vez de estar limitada a su existencia física. 210
Tickner (2001b). Op. cit. Pág.52.; Borda (2002).Op. cit. Pág.78. 211
Borda (2002).Op. cit. Pág.86. 212
Pardo, C., Op. cit. Pág. 430.
57
las políticas antinarcóticos norteamericanas y las estrategias adelantadas para el control de
la producción y tráfico de drogas se enmarquen dentro de la teoría realista213.
A la luz de lo anterior, se vuelven más comprensibles las políticas que Estados Unidos ha empleado tradicionalmente para atacar el problema de las drogas, las cuales se han basado en estrategias represivas, prohibicionistas y de ―mano dura‖. Además de la necesidad de enfrentar este ―enemigo por dentro‖ con determinación, otro de los supuestos fundamentales de la política antidrogas inspirado en la ideología realista es que la presión externa ejercida por Estados Unidos, en especial a través de la diplomacia coercitiva, conducirá a la cooperación plena por parte de los países productores, con lo cual la ―amenaza a la seguridad‖ será confrontada efectivamente. 214
Por esta razón, las relaciones entre EEUU y Colombia cambiaron ya que este último país fue
visto como un problema y una amenaza a los intereses norteamericanos debido al marcado
crecimiento de la producción y tráfico de drogas ilícitas en Colombia, hasta ocupar el primer
lugar mundial en 1997 del cultivo de hoja de coca215.
En esta decidida lucha, el gobierno norteamericano ha encontrado en Colombia a diversos gobiernos identificados con las mismas metas y un buen pretexto para interferir en la región. Dado que el narcotráfico ha convertido a Colombia en un protagonista internacional, las medidas para luchar en contra de él, involucran al país.216
Así, desde la presidencia de Reagan, la guerra contra las drogas adelantada por
Washington y las políticas implementadas para la lucha antinarcóticos han impactado las
relaciones bilaterales e incidido en los asuntos domésticos de Colombia, como se explicó en
el capítulo 2.
Por su parte, Laserna identifica tres factores estructurales que facilitan el desarrollo del
narcotráfico. El primer factor, obedece a los incentivos económicos que representa el
involucrarse en esta economía informal y más aún si se considera la desigualdad y pobreza
vista en América Latina, donde las expectativas de vida y de consumo no son satisfechas
213
Bagley y Tokatlian (1992). Pág.16. Citado en: Op. Cit. Tickner (2001b). Pág.53. 214
Friman, H. Richard. (1993). Neither Compromise nor Compliance. International Pressures, Societal Influence and the Politics of Deception in the International Drug Trade. Pág. 104. Citado en: Ibid. Pág. 53. 215
Laserna, Roberto. La conexión perversa: drogas y globalización. En: Calderón, Fernando.(2003) (Compilador). ¿Es sostenible la globalización en América Latina? Debates con Manuel Castells, Vol. I. PNUD, Bolivia. Pág. 129. 216
González, Roberto. (2008). Colombia: Conflicto y postconflicto en el ámbito internacional. En: Ponencia
presentada al I Congreso Nacional de Ciencia Política, Universidad de los Andes, Bogotá. Pág. 5. Disponible: http://congresocienciapolitica.uniandes.edu.co/pdf. Consultado: 04-11-09.
58
para gran parte de la población; esta realidad implica que en la sociedad latinoamericana
existe una abundancia de actores dispuestos a emprender actividades de alto riesgo. El
segundo factor, es la existencia de afinidades culturales favoreciendo una cohesión social lo
cual se presta a legitimar la trasgresión de normas, especialmente cuando se trata de drogas
basadas en cultivos agrícolas tradicionales como es la hoja de coca en la Región Andina.
Este factor enfatiza en las redes y cómo se auto gobiernan para extender o proteger la
actividad ilícita. Finalmente el tercer factor, tiene que ver con el sistema político, pues un
sistema débil se presta al desarrollo del narcotráfico y a la suplantación de normas217. Para
Laserna, esta debilidad puede ser el resultado de guerras o insurgencia, como se observó
en Perú con el Sendero Luminoso, y actualmente en Colombia con los grupos guerrilleros y
paramilitares218, e incrementándose en Venezuela, particularmente en los estados
fronterizos (guerrilla y paramilitares).
Respecto a los cultivos ilegales, Jimeno explica cómo ante la crisis agraria y el desempleo,
esta actividad es una opción de supervivencia y posible prosperidad para campesinos en
Colombia (grupos deprimidos socialmente), ya que dichos cultivos también ofrecen una
mayor rentabilidad que los legales219. De igual manera, Jimeno señala la relación existente
entre el aumento de la demanda de las drogas ilegales y la concentración de los cultivos220.
Por esta razón, si en 1981 se cultivaban en Colombia unas 4.000 hectáreas de coca, diez
años después eran 40.000 hectáreas221, para 1997 ya contaban con 150.000 hectáreas222 y
para el año 2000 con 163.000 hectáreas223. Sin embargo, la expansión de los cultivos de
coca se dio a pesar de las fumigaciones realizadas; por ejemplo, tan solo en 1998 se
fumigaron 65.000 hectáreas224.
Finalmente, nuevas tendencias de consumo de drogas en EEUU propiciaron la irrupción en
1990 de otro tipo de cultivo ilegal en Colombia, el de amapola, y en consecuencia el
217
Laserna, Op. cit. Págs.133-134. 218
Ibid. Págs. 146-147. 219
Jimeno, Myriam. Movimientos campesinos y cultivos ilícitos. De plantas de los dioses a hierbas malditas. En:
Arango, Luz Gabriela. (1997) (compiladora). La crisis sociopolítica colombiana. Un análisis no coyuntural de la coyuntura. Primera edición. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. Págs. 368-372. Disponible: http://www.utopica.com/SimposioCrisis/pdf/crisis_colombiana.pdf. Consultado: 24-08-09. 220
Ibid. 221
Pardo, C., Op. cit. Pág. 431. 222
Laserna, Op. cit. Pág. 129. 223
Crisis Group, Op. cit. Pág.4. 224
Bagley. (2001). Op. cit. Pág.6.
59
creciente tráfico de heroína colombiana hacia el mercado norteamericano, lo que fue
percibido como una nueva amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos225.
Paralelamente al crecimiento de la demanda norteamericana de drogas, surgieron dos
grandes organizaciones de narcotraficantes colombianos que controlaban el negocio; el
cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar, y el cartel de Cali, liderado por Francisco
Herrera. Posteriormente, emergió el cartel del Norte del Valle. El dominio del negocio del
narcotráfico, por parte de los colombianos en Estados Unidos, se consolidó luego de las
guerras de la cocaína dadas en el sur de la Florida (1978-1979) en las que los colombianos
asesinaron a los narcotraficantes cubanos226.
Aunque se afirma que el cartel de Medellín se formó en 1982, la DEA en 1977 ya hacía
referencia al ―sindicato de tráfico de Medellín‖; este cartel se caracterizó por su violenta
actuación (atentados, bombas, intimidaciones) y por el control de más del 60% del tráfico de
cocaína en Colombia, motivo por el cual fue el principal objetivo de la guerra antidrogas
norteamericana y el centro de atención de las autoridades colombianas227. Con el objetivo
de ejercer control político y también en búsqueda de ‗legitimidad‘, Pablo Escobar era dueño
del periódico ‗Medellín cívico‘, construyó viviendas sociales en Medellín, y consiguió su
elección como delegado alternativo para la Cámara de Representantes228.
De acuerdo con Bagley, el cartel de Medellín durante gran parte de los años ochenta
también controló las principales rutas del Caribe hacia la costa Atlántica norteamericana,
pero debido a las presiones ejercidas por el gobierno norteamericano durante la segunda
mitad de esa década (interdicción, Ley Antidrogas y la creciente intervención de su Ejército),
los narcotraficantes se vieron obligados a cambiar paulatinamente las rutas de tráfico a
través de Centroamérica y México229.
225
Vargas, R. (1999).Op. cit. Pág.44. 226
Filippone, Robert. El Cartel de Cali y el Futuro de la Lucha Antidrogas. En: Mac Lachlan, Colin M. (1995)
(editor). El narcotráfico. El estado de la industria ilegal de drogas hoy y las implicaciones para el futuro. Instituto de Investigaciones Culturales Latinoamericanas-IICLA. Tijuana. Pág.27. 227
Ibid. Págs. 26-27. 228
Riley, Kevin Jack. Relación entre la Industria Colombiana de la Droga y Violencia Política de los Escuadrones de la Muerte. En: Mac Lachlan, Colin M. (1995) (editor). El narcotráfico. El estado de la industria ilegal de drogas
hoy y las implicaciones para el futuro. Instituto de Investigaciones Culturales Latinoamericanas-IICLA. Tijuana. Pág. 191. 229
Bagley(2001).Op. cit. Pág.8.
60
El cartel de Medellín durante 1989 y 1990, y con el propósito de impedir la extradición de sus
miembros a Estados Unidos, realizó numerosos ataques en contra del gobierno colombiano
asesinando a funcionarios públicos y a población civil; ante esta ‗campaña de terror‘,
finalmente el gobierno colombiano en septiembre de 1990 le propuso a los miembros de
cartel se entregasen a la justicia a cambio de no ser extraditados230. Algunos de los
narcotraficantes que se entregaron, entre estos Pablo Escobar, continuaron efectuando sus
negocios ilegales desde la cárcel, y los que dejaron el negocio fueron sustituidos por
narcotraficantes ubicados en el extranjero231. Como resultado de la lucha antinarcóticos
concentrada en el cartel de Medellín y la eliminación de Pablo Escobar en 1993, se logró
finalmente la desarticulación de este cartel, pero dejando prácticamente ileso al cartel de
Cali232.
A comienzos de esa década, después del asesinato del candidato presidencial por el Partido Liberal, Luis Carlos Galán, cometido por sicarios pertenecientes a la nómina del jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar, el gobierno del presidente Virgilio Barco Vargas (1986- 1990) y luego el de César Gaviria Trujillo (1990-1994) incrementaron ataques concertados contra el cartel de Medellín. Hacia 1994, después de la muerte de Pablo Escobar en un tejado durante un tiroteo en Medellín en 1993, el cartel de Medellín había sido desmantelado en su mayoría.233
Según el ‗Observatorio Geopolítico de las Drogas‘ durante los años ochenta se extendió la
influencia de los carteles de la droga colombianos hacia los países vecinos, debido al lavado
de dinero y a la importación de precursores químicos; pero luego de la guerra contra el cartel
de Medellín, los cabecillas colombianos de la droga ampliaron rápidamente sus actividades
por todo el continente234.
Por su parte, los líderes del cartel de Cali (Francisco Herrera, Gilberto y Miguel Rodríguez
Orejuela y José Santacruz) a inicios de 1970 se asociaron con el propósito de llevar cocaína
a Estados Unidos desde Perú235. A medida que los líderes de este cartel incrementaron su
230
Riley, Op. cit. Pág. 190. 231
Ibid. Pág. 213. 232
Reyes, Op. cit. Pág. 86. 233
Bagley (2001). Op. cit. Págs. 10-11. 234
Levitt, Steven y Rubio, Mauricio. (2000). Understanding Crime in Colombia and What Can Be Done About It.
En: Working Papers Series. Documentos de Trabajo Fedesarrollo No. 20. Pág. 21. Disponible: ftp://ftp.fedesarrollo.org.co/pub/wp/WP20.pdf. Consultado: 06-11-09. 235
Filippone, Op. cit. Pág. 28.
61
riqueza y poder, fueron penetrando en la política, en las Fuerzas Armadas, en los medios de
comunicación, en la banca y en los bienes raíces, entre otros. De igual forma, desarrollaron
una ‗ideología‘ para legitimar sus acciones ilegales declarándose, primero, defensores de los
valores nacionales y además, promotores de desarrollo y empleo gracias a los beneficios
económicos del narcotráfico; segundo, seguidores del ―sistema capitalista de libre empresa‖,
de la democracia, y opositores de los movimientos guerrilleros; y tercero, anti-
estadounidenses, debido a la intromisión de EEUU en los asuntos internos de otros países, y
a la extradición, la cual calificaban de ―anti latinoamericana‖236. Este cartel fue perseguido y
desmantelado entre 1995 y 1996, durante la presidencia de Ernesto Samper237.
Bagley expone, que después del desmantelamiento de los carteles de Medellín y Cali
algunos de sus miembros continuaron en el negocio del narcotráfico pero ―operando en
niveles más bajos‖238 :
De hecho, el vacío que dejó el aniquilamiento parcial de los carteles de Cali y Medellín fue rápidamente llenado por el surgimiento y proliferación de montones de organizaciones de narcotráfico o ―cartelitos‖ por toda Colombia, más pequeñas y menos notorias (aunque igualmente violentas), las cuales se involucraron tanto en el tráfico de cocaína como en el comercio más lucrativo y de veloz expansión de la heroína. 239
Por otra parte, el desmantelamiento de los carteles también le brindó la oportunidad a los
grupos armados ilegales de tomar una mayor proporción de las utilidades provenientes de la
producción y procesamiento de las drogas, lo cual pudo haber alimentado aún más el
conflicto240. De acuerdo con Reyes, la destrucción de estos carteles hizo que los grupos
guerrilleros, principalmente las FARC, y los paramilitares aumentaran su control sobre los
cultivos ilícitos, etapas de procesamiento, y se aliaran con organizaciones de
narcotraficantes de Brasil y México para la exportación241.
El cartel de Cali tuvo influencia en los altos niveles del gobierno colombiano: ministros, congresistas, autoridades judiciales. En las Fuerzas Armadas el cartel sobornó a policías y su poder corruptivo también se evidenció en la ayuda que miembros del ejército dieron al cartel, por ejemplo, en los crímenes contra guerrilleros. Finalmente, la financiación de la campaña presidencial de Ernesto Samper por parte de este cartel; véase, Ibid. Págs. 40-41. 236
Ibid. Págs. 29-30. 237
Bagley (2001). Op. cit. Pág. 11. 238
Ibid. Pág. 11. 239
Ibid. Págs. 11-12. 240
Restrepo, Spagat, y Vargas, Op. cit. Pág.15. 241
Reyes, Op. cit. Pág.88.
62
También el cartel del Norte del Valle (CNDV) se fortaleció al retomar los negocios de los
carteles de Medellín y Cali, y por lo tanto, se expandió y controló la mayor parte del negocio
del narcotráfico242, permaneciendo aún activo:
Las facciones más fuertes del CNDV, lideradas por Wilber Varela (―Jabón‖), asesinado en Mérida (Venezuela) el 1° de febrero de 2008, y, hasta su arresto en septiembre de 2007, Diego Montoya (―Don Diego‖), siguen activas en toda la cadena de producción, transporte y distribución de cocaína, y también en lavado de dinero.243
Finalmente, en lo que respecta al fenómeno del narcotráfico en Venezuela, aparte de la
presencia de nuevos cultivos ilegales en territorios fronterizos con Colombia, debido a las
presiones ejercidas contra el narcotráfico en este último país, la frontera también ha sido
utilizada para establecer rutas terrestres y fluviales para la exportación de drogas e
importación de insumos derivados de la industria petroquímica del vecino país244. Según el
informe de Crisis Group, la presencia de cultivos ilegales en Venezuela es marginal, pero se
destaca el rol que juega este país como un importante lugar de tránsito de drogas ilegales
debido a: la extensión de la frontera y difícil vigilancia, la presencia de comunidades
fronterizas con tradición de contrabando, la corrupción de integrantes de la Guardia Nacional
venezolana y de las Fuerzas Armadas, y las precarias relaciones con EEUU y Colombia
afectándose la cooperación en la lucha antinarcóticos245.
Otro aspecto que contribuyó a la conversión de Venezuela como un importante país
exportador de drogas ilegales hacia Estados Unidos y Europa, fue el aprovechamiento de la
experiencia colombiana en el narcotráfico por parte de las redes de narcotraficantes
colombianos y venezolanos246.
242
Crisis Group, Op. cit. Pág.8. 243
Ibid. Pág.8. 244
Reyes, Op. cit. Págs. 299-301. 245
Crisis Group, Op. cit. Pág.12. 246
Reyes, Op. cit. Pág.301.
63
3.3. El fenómeno del paramilitarismo en Colombia.
Parte del origen de los grupos de autodefensas y de paramilitares está relacionado con la
debilidad del Estado colombiano para proveer seguridad, y con la fragilidad de sus
instituciones:
Una vez estos grupos han aparecido como administradores de violencia, y en medio de un medio ambiente institucional frágil que supone en parte su origen, la posibilidad de que estos se tornen en grupos depredadores y se involucren en el crimen organizado es muy alta. En la mayoría de los conflictos civiles existen paramilitares, y cuando estos existen, hay diferentes grados de control o alianza entre las fuerzas del gobierno y las fuerzas paramilitares, dependiendo de diferentes factores como el grado de carencia institucional en la sociedad, el tipo de sistema político y la voluntad local y extranjera de tolerar atrocidades.247
Para Romero, a inicios de la década de los ochenta era posible diferenciar conceptualmente
a las ‗autodefensas‘ de los ‗paramilitares‘, ya que los primeros habían sido constituidos por
propietarios rurales para defenderse de la guerrilla; contando con el apoyo del Ejército,
mientras que los segundos, eran mercenarios y asesinos costeados por narcotraficantes y
terratenientes; posteriormente dicha diferenciación se diluyó248.
De hecho, la expansión territorial de la guerrilla en el país durante los años ochenta y sus
crecientes secuestros y extorciones, ahora también realizados en contra de las élites
emergentes de narcotraficantes propiciaron que estos últimos crearan grupos de defensa y
‗vigilancia privada‘249. Fue así como los capos del narcotráfico en Colombia, ante los
secuestros realizados por el M-19 – en especial el de Martha Nieves Ochoa - dieron origen
en 1982 a un grupo armado para que los defendiese de la guerrilla; el MAS o Muerte a
Secuestradores250. Posteriormente, este grupo armado se dedicó a vigilar los territorios
comprados por los narcotraficantes para el negocio de las drogas251.
En el trabajo de Romero además se menciona, que estos grupos de ‗vigilancia privada‘
atacaban también a civiles sospechosos de brindar apoyo a la guerrilla, y como mecanismo
247
Restrepo, Spagat y Vargas, Op. cit. Pág.14. 248
Romero, Mauricio (2003). Paramilitares y Autodefensas 1982-2003. IEPRI-Planeta, Bogotá. Pág. 36. 249
Castillo, Op. cit. Pág. 44. Hermana del jefe del clan Ochoa, clan perteneciente al Cartel de Medellín. 250
Ibid. Pág. 44. 251
Reyes, Op. cit. Pág. 86.
64
político lo define como ―competencia entre el nuevo poder emergente asociado con el
narcotráfico y el de los movimientos guerrilleros y su influencia local en movimientos sociales
y políticos‖252.
Sumado al anterior, Romero establece otros dos mecanismos políticos que facilitaron la
aparición de las autodefensas y paramilitares en Colombia; uno, la ―polarización entre la
élites regionales y los dirigentes del Estado central y entre esas mismas élites y los grupos
locales organizados y que apoyaron los procesos de paz‖, refiriéndose al rechazo que
provocó en las élites regionales las políticas de paz y negociaciones del gobierno de
Belisario Betancur (1982-1986), y el otro, la ―fragmentación dentro de la organización del
Estado, divorcio entre la dirigencia del Estado central y la alta oficialidad del Ejército en
relación con las negociaciones de paz‖, por el rechazo abierto de las Fuerzas Armadas a las
negociaciones de Betancur con la guerrilla y más bien respaldando técnicas
contrainsurgentes253.
En efecto, el distanciamiento entre las élites regionales y el gobierno central al iniciar este proceso de paz con la guerrilla, junto con la oposición de los altos mandos militares a estos acercamientos, facilitó la formación de liderazgos regionales asociados con el narcotráfico. El peligro de fondo ante las posibles reformas derivadas de una incorporación de la guerrilla a la vida civil, era que estas condujeran a una redefinición de la estructura de poder tanto local como institucional. Esta coincidencia estratégica entre sectores de un lado y otro de la ley creó una zona gris donde la línea entre legalidad e ilegalidad se disolvió en muchos casos, dando vía libre a la creación de grupos contrainsurgentes privados, con fuertes conexiones con el aparato estatal.254
Si bien se dio el surgimiento de diferentes núcleos de paramilitares y autodefensas, con diferentes dinámicas, hay dos elementos comunes en todos los casos: participación inicial de grupos de las Fuerzas Armadas y apoyo de élites regionales tradicionales o emergentes.255
252
Romero, M., Op. cit. Pág. 18. Las negociaciones de paz iniciadas por el presidente Betancur detuvieron la guerra antisubversiva, ante lo cual los mandos militares, y en aras de continuar clandestinamente la guerra, ejecutaron en 1982 un plan para crear autodefensas campesinas financiadas por propietarios de las zonas amenazadas por la guerrilla; véase, Reyes, Op. cit. Pág. 85. 253
Romero, M., Op. cit. Pág. 18. 254
Ibid. Pág.19. 255
Ibid. Pág.25.
65
El mencionado apoyo de las Fuerzas Armadas a los grupos paramilitares* fue aprovechado
por algunos narcotraficantes poderosos, quienes a través de sus alianzas de seguridad
privada se unieron con grandes empresarios y terratenientes al lado de las Fuerzas
Armadas, mostrándose así como los principales defensores contra las acciones
guerrilleras256.
Como resultado de todo lo anteriormente descrito, el fenómeno del paramilitarismo no solo
se consolidó, sino que se propagó en diferentes regiones de Colombia:
Durante los años 80 el movimiento paramilitar se expandió hacia Córdoba y Urabá, donde se crearon las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU); el nororiente antioqueño, donde se creó el Movimiento Muerte a Revolucionarios del Noreste; el Magdalena Medio, con los movimientos de Puerto Boyacá y San Vicente de Chucurí; el departamento de Magdalena, alrededor de la Sierra Nevada de Santa Marta, y los departamentos de Meta, Caquetá y Putumayo.257
A finales de los años ochenta y principios de los noventa, se incrementó la ofensiva
paramilitar asociada principalmente con actividades de protección y defensa de las mafias
narcotraficantes258, y paralelamente se originó la disputa por el control territorial en zonas
con presencia guerrillera259 o contra ―cualquier simpatizante de la izquierda que pudiera
amenazar su dominio territorial‖260. La disputa por la tierra está asociada con las
motivaciones económicas de los paramilitares, como la ganadería, la agricultura, la
valorización de los predios, el aprovechamiento de futuros proyectos de inversión, o por
solicitud de terratenientes extorsionados por la guerrilla261.
* La alianza entre las Fuerzas Armadas de Colombia y los grupos paramilitares era conocida y apoyada por agentes de la CIA, quienes por ejemplo, aportaron recursos financieros en 1991 para la incorporación de fuerzas paramilitares en redes colombianas de inteligencia militar; esto debido al interés de un equipo de la CIA en promover una ‗guerra sucia‘ contra los grupos insurgentes de izquierda en Colombia, por encima de la lucha antidrogas; véase, Smyth, Frank. La mano blanca en Colombia. En: Jelsma, Martin. (1998) (coordinador).
Drogas, poder y derechos humanos en América Latina. Segunda Edición. Ediciones Abya-Yala. Ecuador. Págs. 70-71. 256
Reyes, Op. cit. Pág. 4. 257
Ibid. Pág.86. Ante la presión hecha por Estados Unidos al gobierno de Colombia para que extraditara a los narcotraficantes, Pablo Escobar y sus socios utilizaron a los grupos paramilitares más fuertes, los del Magdalena Medio, en su lucha terrorista contra el Estado colombiano; véase, Smyth, F., Op. cit. Pág. 70. 258
Lair, Op. cit. Pág.139. 259
Restrepo, Spagat y Vargas, Op. cit. Pág. 9. 260
Mason, Ann. (2005). El TLC y la seguridad en Colombia. En: Revista Colombia Internacional No. 61, enero-
junio. Universidad de los Andes. Pág.66. Disponible: http://colombiainternacional.uniandes.edu.co/view.php/452/1.php. Consultado: 10-11-09. 261
Romero, M., Op. cit. Pág. 25.
66
Posteriormente, la expansión del paramilitarismo durante la presidencia de Ernesto Samper
(1994-1998), coincidió con la creación de grupos de autodefensa bajo el apoyo de una
política oficial durante dos años; las Convivir, siendo estas cooperativas de seguridad y
vigilancia que promovían la colaboración entre las Fuerzas Armadas de Colombia y
propietarios para preservar la seguridad y el orden público en las zonas de conflicto262. De
igual forma, inició un período de centralización política y militar de los grupos de
autodefensas y paramilitares; en 1994 se crean las Autodefensas Campesinas de Córdoba y
Urabá – ACCU y posteriormente las Autodefensas Unidas de Colombia – AUC263 , como se
expone a continuación.
En 1997 se conformaron las Autodefensas Unidas de Colombia – AUC, momento en que
este actor realmente cobró una importante influencia en el conflicto armado colombiano,
debido a su ingreso como grupo de combate contra la guerrilla y por los homicidios y
masacres cometidos contra la sociedad civil264. Se incrementó la expansión y el dominio de
los bloques paramilitares en zonas de influencia guerrillera, cortaron el tránsito de guerrilleros
entre el Magdalena Medio y Urabá, expulsaron en 2001 al ELN del municipio petrolero de
Barrancabermeja, y tiempo después, tomaron el control de regiones cocaleras e
incursionaron en el narcotráfico265. Vargas, de manera complementaria detalla:
Los grupos paramilitares se volvieron poderosas máquinas de guerra al convertirse en apéndices o controladores del negocio de drogas ilícitas; la parapolítica no es otra cosa que la relación de políticos de distintos niveles con grupos paramilitares y de narcotráfico para acceder a cargos de poder político; el conflicto interno armado, han repetido fuentes oficiales y analistas, se alimenta y expande porque se nutre de las rentas del narcotráfico para su reproducción.266
Para finalizar, se destacan algunos elementos del Estatuto de Constitución de las AUC, el
cual toma como punto de partida la unificación de los frentes y la alianza bajo los preceptos
de la Constitución de las ACCU: desde el campo militar, se definen como una organización
nacional de carácter antisubversivo en ejercicio del uso del derecho a la legítima defensa,
que reclama transformaciones del Estado, pero no atenta contra él. En el campo político
constituyen un movimiento de resistencia civil que defiende el régimen democrático, la
262
Ibid. Págs.25 y 36. 263
Ibid. Pág.26. 264
Restrepo, Spagat y Vargas, Op. cit. Pág.9. 265
Reyes, Op. cit. Pág. 89. 266
Vargas (2008). Op. cit. Págs. 15-16.
67
propiedad privada y los derechos e intereses nacionales abandonados por el Estado.
Declaran el no abandono de la lucha mientras exista presencia insurgente, un compromiso
obligatorio para dejar las armas únicamente si se da una negociación trilateral, y no
involucrar a sus frentes en el narcotráfico267.
Para el año 2000, la cantidad de paramilitares en Colombia oscilaba entre 8.000 y
10.000268.
3.4. Conclusiones
Factores internos en Colombia, como las luchas civiles entre los partidos políticos
tradicionales debido a sus intereses de poder, la exclusión social, la pobreza y la eliminación
de la participación política de otros partidos en la democracia colombiana, generaron un
ambiente de violencia interna y el surgimiento de la insurgencia armada en la lucha por sus
intereses políticos desafiando el monopolio de la fuerza estatal.
En Colombia la exclusión política, formalizada con el Frente Nacional, más la influencia de la
Revolución Cubana e intervenciones militares norteamericanas dieron nacimiento a grupos
armados de izquierda quienes geoestratégicamente expandieron sus fuerzas por la gran
mayoría del territorio nacional para adelantar su guerra de guerrillas.
El boom petrolero que se dio en la frontera colombo venezolana también fue visto como una
fuente de ingresos para la guerrilla, estimulando su expansión hacia estas zonas. Las
afinidades ideológicas y políticas entre algunos sectores políticos venezolanos y las guerrillas
colombianas también contribuyeron al desbordamiento del conflicto colombiano hacia
Venezuela, por lo que las guerrillas buscaban legitimar su proyecto político y Venezuela
tradicionalmente se ha visto como una fuente de armamento bélico.
Por otra parte, se ve un incremento en la concentración del narcotráfico hemisférico hacia
Colombia, cuyos carteles fueron expandiendo sus operaciones hacia Venezuela para
267
Autodefensas Unidas de Colombia. (1998). Estatuto de Constitución y Régimen Disciplinario. Disponible:
http://www.verdadabierta.com/archivos-para-descargar/category/40-historia-3?download=11%3Aestatuto-de-constitucin-y-regimen-disciplinario-de-las-auc. Consulta: 18-10-09. 268
Lair, Op. cit. Pág.138.
68
obtener químicos precursores para la producción de narcóticos, establecer nuevas rutas y
lavar activos provenientes de sus actividades. Los grupos irregulares armados se vieron
fortalecidos al vincularse con el narcotráfico, aumentando así el número de combatientes en
sus respectivas filas y su poder adquisitivo.
En parte, por el tradicional descuido de la frontera por parte de Colombia, a medida que
aumentó el desbordamiento de los grupos guerrilleros y del narcotráfico hacia Venezuela, la
presencia de grupos irregulares generó incidentes violentos contra la Fuerza Pública de
Venezuela, lo cual atrajo la atención del gobierno venezolano y generó tensiones con
Colombia aún no superadas.
Al Colombia ser un Estado debilitado por el conflicto armado interno y sin control de su
frontera con Venezuela, los tres fenómenos desestabilizadores identificados encontraron un
territorio sin mayor presencia estatal, que facilita ingresos, santuarios y control sobre zonas
estratégicas para el tráfico de estupefacientes y armas. La falta de presencia estatal en
ambos lados de la frontera y por ser una zona extremadamente rica en recursos naturales,
vulneró a ambos países ante la intervención de los Estados Unidos vía cooperación en su
lucha antinarcóticos.
69
4. EFECTOS DE LA COOPERACIÓN ENTRE ESTADOS UNIDOS Y COLOMBIA Y CONDICIONES GEOPOLITICAS EN EL DESBORDAMIENTO DEL CONFLICTO
ARMADO COLOMBIANO HACIA VENEZUELA
Como se describió en los dos anteriores capítulos, durante la evolución del conflicto armado
colombiano se han visto involucrados actores estatales, principalmente de Colombia y
Estados Unidos y no estatales como los grupos guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes.
Este capítulo abarca el período comprendido entre 1999 – 2009, y se centra en describir y
analizar los impactos provocados por los acuerdos de cooperación entre EEUU y Colombia
en sus respectivas luchas contra el narcotráfico y el terrorismo, y el desbordamiento de los
fenómenos desestabilizadores del conflicto armado colombiano hacia Venezuela. Como se
estableció en el marco teórico, el lente utilizado es el del realismo neoclásico, contemplando
así, las interrelaciones entre los factores domésticos como las identidades, valores,
intereses, el juego político y el rol del líder, con la geopolítica entre Estado Naciones, basada
en premisas realistas.
4.1. Valores e identidad de los Estados Unidos
La visión que tiene Estados Unidos es la de asumir la obligación moral de ayudar a
cualquier país en la consecución de la justicia, la paz, la libertad, la democracia y el
progreso del universo; una posición manifiestamente vista en términos generales en los
discursos presidenciales269. De igual forma, los gobernantes norteamericanos tienen la
convicción de oponerse ante cualquier amenaza (o peligro) antes de que las circunstancias
empeoren270; motivo por el cual es imprescindible detener la expansión de las amenazas
percibidas ya sea comunismo, narcotráfico o terrorismo.
A diferencia de la mayoría de los Estados que se fundaron sobre la base de la etnicidad, la
geografía, el idioma, la cultura o la pertenencia religiosa, los EEUU se fundamentan en los
ideales políticos, como la democracia, la economía de mercado, la libertad personal y los
269
Kissinger, Henry. (1995). La diplomacia. Fondo de Cultura Económica, México. Págs. 612-613. 270
Ibid. Pág. 614.
70
derechos civiles271. Por eso, cualquier persona que lo desee puede lograr ser
estadounidense, mientras que la persona acepte el fundamento ideológico. Esto se ha
prestado a una tradición ideológica fuerte en la política Americana272. Como parte de esa
tradición ideológica, es el denominado ―Excepcionalismo Americano‖, que se basa en la
creencia de que EEUU representa algo especial (excepcional) y por lo tanto tiene una
responsabilidad en la política mundial273. El-Din Aysha, se refiere a la América colectiva -
‗nosotros‘- como compuesta por un conjunto de los valores políticos que son enunciados en
la Declaración de la Independencia274. Afirma que Huntington, en su Choque de
Civilizaciones (1993), tiene la intención de resolver la gran cantidad de problemas
planteados por el multiculturalismo, anti federalismo, el mercantilismo, y la crisis de identidad
de los Estados Unidos por encontrar enemigos de América en todo el mundo275.
Según Crandall, se debe entender la guerra contra las drogas dentro del marco del
excepcionalismo norteamericano, donde los EEUU no creen tener la responsabilidad, sino,
la obligación moral de proteger al hemisferio a través de intervenciones políticas,
económicas o militares276.
Las respuestas de EEUU a las drogas ilícitas fueron enmarcadas como un asunto moral y
más allá de sus fronteras por figuras claves. Por lo tanto, se consideran a los vendedores y
consumidores de drogas ilícitas dentro los Estados Unidos como moralmente blandos y que
existen en los márgenes de la sociedad americana, más no como un problema de salud
pública, lo cual admitiría que el problema de las drogas en parte nace de la cultura
americana277, y a la vez disminuiría el nivel de excepcionalidad cultural que tanto se
esfuerzan en preservar. Por lo tanto, se puede entender la política de ‗securitizacion‘
271
Melby, Svein (1996). Amerikansk verdens hegemoni?. En: Hvor Hender Det, No. 9, årgang1996-1997. 21 october 1996. Pág. 3. 272
Ibid. 273
Ibid. 274
El-Din Aysha, Emad. (2003). Samuel Huntington and the Geopolitics of American Identity: The Function of Foreign Policy in America‟s Domestic Clash of Civilizations. En: International Studies Perspectives No. 4,
Blackwell Publishing, Massachusetts. Pág.114. Disponible: http://www.blackwell-synergy.com/links/doi/10.1111/1468-2346.00045. Consultado: 04-11-09. 275
Ibid. Pág. 123. 276
Crandall, Russell. (2002). Driven By Drugs: US Foreign Policy Toward Colombia. Lynne Reinner Publishers,
Boulder, CO. Pág.11. 277
Véase Knobel, Dale (1996). „America for Americans‟ The Nativist Movement in the United States. Twayne Publishers, New York; Michaels, Walter B. (1995). Our America: Nativism, Modernism and Pluralism Durham. Duke University Press, NC.
71
aplicada hacia las drogas ilícitas, como otra más de las cruzadas civilizadoras de los EEUU,
donde exportan sus valores cristianos a través del prohibicionismo278.
Tal vez lo más poderoso del contenido moral de las políticas antinarcóticos es la sugestión
de que el blanco de los traficantes no solamente son los americanos, sino americanos
inocentes, por ejemplo, al decir que la juventud de EEUU está en riesgo o que el futuro de
América está perjudicado, fortalece el propósito de la política norteamericana de perpetuar la
imagen de que los EEUU están bajo el ataque de actores externos que intencionalmente
quieren agredir a la nación279. Cuando George W. Bush, dijo que las drogas roban a los
americanos su inocencia, ambición y esperanza, no solamente señalaba la necesidad de
responder a un problema externo, sino también reprodujo la ideología capitalista de una
América trabajadora, industrial y enérgica280. Para un Estado fundado en las libertades
políticas y de interferencia gubernamental limitada, una guerra contra las drogas de carácter
doméstico sería una medida represiva impopular y potencialmente desestabilizadora que
llevaría a un posible conflicto social281, considerando que la mayoría de consumidores son
blancos pero que un tercio de hombres negros, entre 19 y 34 años, están judicializados por
el porte o venta de drogas ilícitas 282; dicha discriminación reafirma el impulso nativista de los
EEUU para definir a otros como las fuentes de amenaza. Dos ejemplos que reflejan este
impulso: la detención de la población japonesa en EEUU durante la Segunda Guerra
Mundial y la persecución de los árabes americanos después del 9/11.
4.2. Interés geoestratégico norteamericano en Colombia
A raíz del fin de la Guerra Fría, la protección militar de importantes rutas marítimas y de las
zonas ricas en recursos en el extranjero ha recuperado la preeminencia que tenía en el siglo
XIX y en las primeras décadas del siglo XX, como un principio rector que guía los
278
Véase Kennan, George. (1984). American Diplomacy.University of Chicago press. 279
Lott ,Anthony D. (2004). Creating insecurity: realism, constructivism, and US security policy.Ashgate
publishing, Burlington.Pág. 114. 280
Lazare, D. (2001). A Battle Against Reason, Democracy and Drugs: The Drug War Deciphered. En: NACLA Report on the Americas 35 (July/ August).Pág. 14. 281
Tokatlian, Juan Gabriel (1995). Drogas, dilemas y dogmas: Estados Unidos y la narcocriminalidad organizada en Colombia. C.E.I, Universidad de los Andes/Tercer Mundo Editores, Bogotá. Pág. 135. 282
Graham, Boyd (2001). The New Drug War is the New Jim Crow. En: NACLA Report on the Americas 35 (July/ August). Pag. 19.
72
despliegues militares de EEUU283. De hecho, América Latina representa un interés
geopolítico para los EEUU. De acuerdo con el informe anual The World Geopolitics of
Drugs, las bases militares norteamericanas se vieron obligadas a replegar las tropas del
Canal de Panamá en 1999, porque este fue devuelto a las autoridades nacionales
panameñas284. Hasta entonces, EEUU tenía la esperanza de mantener presencia militar en
la zona del Canal de Panamá a fin de preservar los intereses geoestratégicos que
representa esta zona, utilizando el argumento del ‗spillover‘ colombiano cuando se trataba de
vender la idea de un Centro Multilateral Antidrogas con sede en Panamá285.
Por otra parte, las importaciones norteamericanas de petróleo provenientes de Colombia,
Venezuela y Ecuador, superan a las procedentes de todos los países del Golfo Pérsico
combinados286. Colombia oscila entre el quinto y el décimo mayor proveedor extranjero de
petróleo a los EEUU. De hecho, el 35 % de los ingresos de exportación de Colombia en el
2000, provinieron de las exportaciones de petróleo realizadas a EEUU287. El petróleo de
Colombia ha ido cobrando más importancia para la economía del país durante los últimos
veinte años, donde la guerrilla, las FFAA de Colombia y los actores externos, se han
esforzado para establecer el control sobre la infraestructura petrolera. Por lo tanto, los
ingresos del petróleo constituyen un mecanismo creíble que vincula la explotación petrolera
a la persistencia del conflicto armado colombiano. Los funcionarios de EEUU y
representantes del sector privado alegan que los ataques contra la infraestructura energética
en Colombia y las consecuencias de la inestabilidad en Colombia para la región andina, muy
rica en recursos energéticos, es una amenaza para una de las fuentes claves de
abastecimiento de petróleo para Norteamérica288. Su argumento es sin duda basado en una
perspectiva de seguridad ampliada y en la creencia de que hay más amenazas para un país
que sólo la amenaza militar tradicional.
Al representar los ataques contra las instalaciones de energía en Colombia una amenaza
para el abastecimiento de petróleo hacia Estados Unidos, esto ha proporcionado a los
283
Dunning, Thad y Wirspa, Leslie. (2004). Oil and the Political Economy of Conflict in Colombia and Beyond: A linkages approach. En: Geopolitics, 9 (1), spring. Pág.10. Disponible:
http://www.santafe.edu/files/gems/obstaclestopeace/wirpsadunning.pdf: Consultado: 12-11-09. 284
The World Geopolitics of Drugs 1998/1999, Annual Report, April 2000. Pág. 142. Disponible: http://bbsnews.net/research/ogd99_2en.pdf. Consultado: 13-11-09. 285
Ibid. Pág. 146. 286
Dunning y Wirspa, Op. cit. Pág. 10. 287
Ibid. Pág. 1. 288
Ibid. Págs. 6-7.
73
legisladores y los miembros del Poder Ejecutivo de EEUU un argumento legítimo para
aumentar la ayuda militar a Colombia. De igual forma, los ataques han legitimado la misión
de EEUU en Colombia para incluir la lucha contra la insurgencia y la lucha contra el
terrorismo289.
Los Estados Unidos temen que, si los grupos insurgentes logran tomar el poder del Estado,
los planes económicos de Norteamérica para la ampliación del libre comercio, el acceso al
petróleo y la construcción de oleoductos serían irrealizables; lo que posiblemente causaría
también agitación en la región290. Un ejemplo ilustrativo es el anuncio de la administración
Bush, en el 2002, de su intención de formar una Brigada del Ejército colombiano para
proteger el oleoducto estratégico de Coveñas- que en parte es propiedad de y operado por
la multinacional de EEUU, Occidental Petroleum291.
Las empresas de EEUU tienen aliados en el aparato de seguridad nacional norteamericano;
en 1998 el general Charles Wilhelm, el entonces jefe del Comando Sur de EEUU, dijo al
Congreso que los descubrimientos de petróleo han aumentado ―la importancia estratégica‖
de Colombia, y en Abril de 2000, el senador Bob Graham (Demócrata por el Estado de
Florida) y el ex asesor de Seguridad Nacional Brent Scowcroft, advirtieron en una edición
del diario Los Ángeles Times que las reservas de Colombia ―permanecerían sin explotar, a
menos que se restablezca la estabilidad‖292.
Por su parte Stan Goff, un ex Sargento de las Fuerzas Especiales de inteligencia
norteamericana que se retiró en 1996 de la unidad que entrenaba a los batallones
antinarcóticos de Colombia, dijo al diario colombiano El Espectador el 8 de octubre de 2000,
que, ―el principal interés de los Estados Unidos es el petróleo‖, y que el propósito del Plan
Colombia, ―se trata de defender operaciones de la OXY, la British Petroleum (hoy fusionada
con la norteamericana Amoco) y la Texas Petroleum, y de asegurar el control de los futuros
campos petroleros colombianos,‖ y que, ―aunque el gobierno norteamericano presentó una
289
Ibid. 290
Aby, Meredith (2004).US military intervention in Colombia: Plan Colombia 2000-2004. En: STORM
Conference organized by the Anti-War Committee, February 21, 2004. Pág.2. Disponible: http://www.antiwarcommittee.org/resources/Colombia/MereSTORMspeech.htm. Consultado: 04-11-09. 291
Dunning y Wirspa, Op. cit. Págs. 7-8. 292
Ibid. Págs. 1-2.
74
operación antidrogas, nunca mencionamos las palabras coca o narcotraficante en nuestros
entrenamientos‖293.
Por otra parte, el senador Paul Coverdell dijo al Washington Post en 2000 que ―la
desestabilización de Colombia afecta directamente a Venezuela, generalmente considerado
como nuestro principal proveedor de petróleo‖294. En consecuencia, pareciese que el
petróleo y los recursos naturales han adquirido peso una vez más en los ejércitos y en las
doctrinas de seguridad de los países industrializados avanzados, particularmente en los
Estados Unidos.
En el mismo sentido, Petras sostiene que la participación militar de Estados Unidos en
Colombia se basa en que los estrategas de Washington están preocupados por varias
cuestiones geopolíticas que podrían afectar negativamente al poder de EEUU en la región y
más allá295. Aby afirma que el propósito de la ayuda militar de EEUU a Colombia, es vencer
la resistencia de los movimientos sociales al libre comercio y a la privatización de los
sectores petroleros y de los servicios sociales296. Stokes, toma una posición similar a la de
Petras. Afirma que a pesar de un cambio en la retórica de la política exterior de EEUU
contra el comunismo, a una guerra contra las drogas, y ahora una guerra contra el
terrorismo, después del 11 de septiembre los objetivos de Estados Unidos esencialmente
siguen siendo los mismos297. Según Stokes, estos objetivos se centran en evitar que sea
factible una alternativa hemisférica que pueda desafiar la hegemonía de EEUU298. De
hecho, el Comando Sur de los Estados Unidos incluso ha identificado al ‗populismo radical‘,
como una nueva amenaza de seguridad emergente en América Latina y como una
amenaza a la seguridad nacional de EEUU299.
293
Gómez, Ignacio (2000). Según un militar retirado norteamericano: El objetivo de los EE.UU. en Colombia es el petróleo. En: Diario El Espectador (Colombia), 8 de octubre. Disponible: http://www.solidaridad.net/noticias.php?not=1646. Consultado: 22-08-09. 294
Coverdell, Paul (2000). "Starting with Colombia"; En: Washington Post, April 10, 2000; p. A 21. 295
Petras, James. (2001). The Geopolitics of Plan Colombia. En: Monthly review/ May 2001. Pág. 32.
Disponible: http://www.findarticles.com/p/articles/mi_m1132/is_1_53/ai_74826973. Consultado: 09-10-09. 296
Aby, Op. cit. Pág. 2. 297
Stokes, Doug. (2002). US Military Doctrine and Colombia‟s War of Terror.En: Z-Net, September 25. Pág. 3. Disponible: http://zmag.org/content/showarticle.cfm?SectionID=9&ItemID=2384.Consultado: 25-10-09. 298
Ibid. Pág. 3. 299
Barry, Tom. (2004). U.S.-Latin American Military and Drug Policy. U.S. Southern Command Confronts Traditional and Emerging Threats. En: IRC Americas Program, Policy Brief, July 24, 2004. Págs. 1-2. Disponible: http://www.americaspolicy.org/briefs/2004/0407militar.html. Consultado: 25-09-09.
75
4.3. El rol de la identidad y legitimidad estatal en Colombia
La identidad estatal está fundada en la legitimidad del gobierno y su pérdida tiene
implicaciones significativas para la representación del Estado, tanto en lo doméstico, como
en lo internacional. Según Buzan, esto se debe a que, ―el gobierno es un importante símbolo
y manifestación del Estado‖. El destino de un gobierno particular tal vez no tiene tanto efecto
sobre la colectividad, pero la debilidad congénita de un gobierno atrae cuestionamientos
acerca de la integridad y hasta de la existencia del Estado, y por lo tanto, se tiene que
entender como una amenaza a la seguridad nacional300. Un reto a la soberanía y
legitimidad de un Estado y la pérdida de estas, puede erosionar la idea del Estado y la
dignidad de la nación, lo cual puede resultar en que el gobierno pierda su apoyo nacional a la
vez que pierde su reconocimiento internacional de ser un Estado adecuado301.
Lo anteriormente expuesto, fue evidente en Colombia cuando se estableció el financiamiento
parcial de la campaña presidencial de Ernesto Samper por parte del cartel de Cali. Este
hecho, se prestó a la degradación de la imagen de Colombia ante la comunidad
internacional. El deterioro de la legitimidad y credibilidad del Estado colombiano a nivel
doméstico e internacional fue significativo. Así, Estados Unidos aprovechó la débil posición
doméstica del mandatario colombiano para llevar a cabo la agenda antinarcóticos
norteamericana en Colombia302.
También la debilidad estatal fue aprovechada por las guerrillas y paramilitares, agudizándose
aún más el conflicto, razón por la cual aumentaron las solicitudes de Colombia hacia una
mayor cooperación internacional303. De igual forma, desde 1996 la vulnerabilidad de
Colombia aumentó en cuanto a las exigencias externas304. En 1998 Colombia estaba
dentro de la lista estadounidense de países bajo observación305.
Las FARC estaban creciendo durante los años noventa, pero al Bill Clinton descertificar a
Colombia en 1996 y 1997 por los vínculos del mandatario colombiano con el cartel de Cali, dio
300
Buzan, Barry. (1991). People, States, and Fear: An Agenda for International Security Studies in the Post Cold War Era. 2
nd Edition, Lynne Reinner Publishers, Boulder, CO. Pág.105.
301 Ibid. Pág. 87.
302 Tickner (2001b).Op. cit. Pág. 47.
303 Ramírez (2005).Op. cit. Pág. 317.
304 Esquivel, Op. cit. Pág. 72.
305 Ibid. Pág. 72.
76
como resultado una sustancial reducción de la asistencia norteamericana y dicha reducción
contribuyó al deterioro de la capacidad de las Fuerzas Armadas colombianas para combatir a
las FARC; motivo por el cual al iniciar Andrés Pastrana Arango su presidencia en 1998, tuvo la
voluntad de llegar a un acuerdo de paz negociada con la guerrilla306. Es de anotar que cuando
Pastrana asumió la presidencia de Colombia, las relaciones bilaterales con Washington
rápidamente mejoraron. Clinton invitó a Pastrana a Washington, contrastando con la negación
de la visa de Samper. Pastrana, consciente de la imagen ―narcotizada‖ de Colombia en el
exterior después del gobierno de Samper, buscó re legitimizar al Estado Colombiano. Clinton
públicamente apoyó el proceso de paz de Pastrana con las FARC a finales de 1998. Es más,
Clinton en diciembre de 1998 mandó emisarios para encontrarse privadamente con
representantes de las FARC en Costa Rica, con el objetivo de negociar la erradicación de
cultivos ilícitos con la guerrilla como parte del proceso de paz. Una vez la mayoría republicana
del Congreso norteamericano se enteró de las conversaciones secretas, la controversia fue tal,
que Clinton se vio obligado a suspenderlas y abstenerse de cualquier negociación con los
terroristas de las FARC307.
4.4. El Plan Colombia
En su segunda administración (1996-2000), Bill Clinton quería escalar la guerra contra las
drogas ya que había calculado mal el rechazo político en 1994 por parte de los republicanos
del Congreso, donde estos lograron capitalizar, a través de los medios de comunicación y
encuestas, las fallas de la primera administración Clinton en lo referente a las drogas308. En
consecuencia, el 26 de febrero de 1998, el presidente Clinton determinó que era vital para
los intereses nacionales de los EEUU asistir a Colombia en su lucha antinarcóticos. Debido
a esto, Clinton extendió una ‗certificación de interés nacional‘ (national interest certification) la
cual desactivaba las restricciones impuestas por la decertificación309, y a la vez facilitaba el
involucramiento más amplio de EEUU en los asuntos colombianos.
306
Bagley (2001).Op. cit. Pág. 21. 307
Ibid. Pág. 22. 308
The House Policy Committee. (1996). Policy Statement: How to Win the War on Drugs. September 18. No hay paginación disponible por ser formato electrónico. Disponible: http:www.house.gov/repubican-policy/documents/statements/1996/drugs. Consultado: 28-11-09. 309
U.S. Department of State. Background Notes: Colombia, March 1998. Released by the Bureau of Inter-
American Affairs. No hay paginación disponible por ser formato electronico. Disponible: http://www.state.gov/www/background_notes/colombia_0398_bgn.html. Consultado: 15-11-09.
77
Pastrana inicialmente intentó separar la prioridad colombiana (solución pacífica al conflicto
armado) de la prioridad norteamericana (narcotráfico), con el fin de adelantar un ‗Marshall
Plan‘ colombiano que remplazaría la agenda antinarcóticos por una socioeconómica, ya que
según Pastrana, el fenómeno de cultivos ilícitos es causado por problemas sociales310, pero
dicho Plan terminó desviándose del rumbo social hacia lo militar.
La ayuda inicial de EEUU al Plan Colombia en 1999 fue de más de 300 millones de dólares,
colocándolo como el tercer país que más ayuda militar recibía, luego de Egipto e Israel,
convirtiéndose así Colombia en un socio estratégico; lo cual no fue un acto de buena
voluntad, sino un mecanismo de presión para que el Estado colombiano desarrollara una
política antidrogas acorde a las exigencias del Departamento de Estado de EEUU311.
Romero señala que el Plan Colombia se desarrolló en tres fases que incluyeron acciones en la
zona de Colombia ―que produce más del 60% de la pasta de coca‖, a lo que se suma el hecho
de que en zona del Putumayo hay comprobadas reservas de petróleo, pero que debido a la
presencia de grupos guerrilleros y del narcotráfico no se han podido explotar – a los niveles que
requiere ECOPETROL y el gobierno colombiano- lo cual ha sido un punto de tensión con el
capital norteamericano312. La zona donde principió el Plan Colombia representa el punto de
inicio de una interconexión fluvial de Sudamérica y de la mayor cuenca de recursos hídricos del
subcontinente, siendo esta la Amazonía, una región que limita de sur a norte por el territorio
colombiano hacia las Cuencas petroleras del Catatumbo en Venezuela313.
Si bien el Plan Colombia se mostró como una propuesta por parte del gobierno de Pastrana
que ha logrado la asignación de recursos extranjeros, principalmente provenientes de los
EEUU, y como un logro diplomático de Colombia, lo que según Esquivel, es un planteamiento
ingenuo, pero al exhibirlo como una imposición del gobierno norteamericano sobre el
colombiano, también demuestra inocencia314.
310
Pardo y Tickner, Op. cit. Pág. 24; Farrell, Op. cit. Pág.27. 311
Romero, Juan E. (2001).El Proceso Político en Venezuela a finales del Siglo XX: La Construcción de un Nuevo Orden.Universidad del Zulia, Maracaibo. Pág.7. Disponible: http://sincronia.cucsh.udg.mx/procven.htm.
Consultado: 28-09-09. 312
Ibid. Págs. 8-9. 313
Ibid. Pág. 9. 314
Esquivel, Op. cit. Pág. 192.
78
Sobre el monto total que Pastrana solicitó para el Plan Colombia, Estados Unidos sólo aportaría
11%315. De los recursos suministrados por EEUU, el 65% de estos fueron destinados a fines
militares, lo que muestra la intención de imponer políticas represivas contra el narcotráfico316.
En cambio, el 43% de los recursos al Plan Colombia provienen del presupuesto nacional de
Colombia317.
La modernización de la Fuerza Pública como resultado del Plan Colombia incrementó el
número de combates iniciados por esta Fuerza; en 2001, 839 ofensivas; en 2002, 1.534; en
2003, 2.416; en 2004, 1.975; y en 2006, 2.176318.
En documentación desclasificada de los EEUU, el ex embajador norteamericano en
Colombia, Myles Frechette, admitió que la percepción de que las FARC es una ‗narco-
guerrilla‘ fue elaborada por el Ejército colombiano al considerar que tal clasificación ayudaría
a obtener ayuda norteamericana contra la insurgencia319. Esta misma retórica fue repetida
por la administración Clinton en los noventa, para justificar la creciente militarización de la
guerra contra las drogas320. John Waghelstein, un especialista norteamericano en
contrainsurgencia, explica el valor de relaciones públicas que tiene el concepto de ‗narco-
guerrilla‘ para ir moldeado a la opinión pública y para obtener por parte del Congreso
americano el apoyo en las medidas de la lucha contra las guerrillas/terroristas en el
Hemisferio321.
Finalmente, al estar amenazado el gobierno colombiano por grupos armados ilegales,
representando ambos la izquierda y la derecha, el gobierno norteamericano llegó a la
conclusión de que la narcotización total de la imagen de Colombia no era efectiva, ni
tampoco una opción preferida.
315
Ibid. Pág.196. 316
Ibid. Págs. 196-199. 317
Ibid. Pág. 207. 318
Rojas, Diana M. (2007). Plan Colombia II: ¿Más de lo mismo?. En: Revista Colombia Internacional, No. 65,
enero-junio. Universidad de los Andes .Pág.21. Disponible: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2345397. Consultado: 22-10-09. 319
Stokes, Op. cit. Pág. 2. 320
Leech, Garry M. (2002).Killing Peace: Colombia's Conflict and the Failure of U.S. Intervention. Information
Network of the Americas (INOTA), New York. Pág. 62. 321
Stokes, Op. Cit. Pág. 3.
79
4.5. Hugo Chávez, la revolución bolivariana y sus intereses
Hugo Chávez proviene de una familia de escasos recursos, motivo por el cual entró al
ejército para así mejorar su condición económica; por esta razón es que en su discurso
exhorta su historia personal como la del ‗pueblo‘322
. Estando en las FFAA Venezolanas,
Chávez lideró el ‗Movimiento Bolivariano Revolucionario 200‘, fundado en 1982 y constituido
por un grupo de militares que quiebra el monopolio de la fuerza hacia el interior de las FFAA,
ya que históricamente la estructura militar venezolana se ha utilizado como la última reserva
de fuerza para la estabilidad del sistema político tradicional323. En 1992 este movimiento dio
un golpe de Estado fallido y Chávez, entre otros, fue recluido en la cárcel. Posteriormente,
en 1994 fueron liberados los golpistas324.
Finalmente, Hugo Chávez fue elegido democráticamente en 1998 y llegó a la presidencia en
1999, encontrando a Venezuela inmersa en una crisis social debido a la disminución de
subsidios estatales, económica debido a la baja de los precios del petróleo, y política debido
a la crisis de los partidos325.
De igual forma, al iniciar su mandato Chávez promulgó la nueva constitución de 1999,
refundando al Estado Venezolano, ahora denominado ―República Bolivariana de
Venezuela‖326.
Desde 1999 la política exterior de Venezuela ha dado un giro que ha cambiado el tradicional manejo de la diplomacia como instrumento para el manejo de las relaciones internacionales y la coexistencia entre naciones, a una diplomacia dirigida al logro de objetivos ideológicos claros: la promoción del socialismo del siglo XXI y la consolidación de la integración latinoamericana y caribeña. Sobre la base de estas ideas se impulsan y fortalecen las políticas y alianzas que se han venido impulsando, tanto en el orden interno como en el plano internacional.327
322
Márquez, Martha L. Colombia-Venezuela: dos maneras de comprender la seguridad. En: Pastrana, E.,
Wieland, C. y Vargas, Juan C. (2008) (editores). Vecindario agitado Colombia y Venezuela: entre la hermandad y la conflictividad. Editorial Javeriana, Bogotá. Pág. 207. 323
Romero, J. (2001).Op, cit. Pág.8. 324
Ibid. Pág.7. 325
Márquez, Op. cit. Pág. 209. Por primera vez en 1993, desde que las elecciones en Venezuela estuvieron bajo el pacto político denominado ―punto fijo‖ (1958) , los partidos políticos tradicionales Acción Democrática y COPEI no obtuvieron los votos necesarios para controlar el sistema político venezolano, lo que constituyó un duro golpe a la institucionalidad tradicional del sistema político y una muestra pérdida de credibilidad de los actores sobre el pacto en que estuvo estructurada la democracia venezolana; véase Romero, J. (2001).Op, cit. Pág.6. 326
Márquez, Martha L. Op. cit. Pág. 210. 327
Romero, Lemaire. (2007). Hacia un Paradigma Bolivariano de la Política Exterior de Venezuela. Pág.1. Disponible en: http://www.isri.cu/publicaciones/articulos/2007/0907.pdf. Consultado: 17-10-09.
80
Hugo Chávez promueve la ideología del Bolivarianismo, utilizando la imagen del Libertador
con el objetivo de crear una identidad compartida no sólo para Venezuela, sino para la región
y el mundo328. Tomando lo escrito por Mora329, los principales elementos que integran el
concepto del denominado movimiento ‗Quinta República‘ se podrían resumir así:
El principal eje de la política de Chávez es el fortalecimiento de la soberanía hacia la
integración multipolar con el propósito de minar la hegemonía norteamericana, a través de la
profundización de las relaciones con los otros miembros de la OPEP (mejoramiento de los
precios del petróleo) y con gobiernos de los países emergentes y de los países en vías de
desarrollo
. De igual forma, Chávez promueve el papel de Venezuela en organismos
multilaterales, y también, la consolidación de la izquierda en América Latina,
estigmatizando a los gobiernos que identifica como representación de las élites330, como por
ejemplo al de Colombia.
Así el interés de Chávez en profundizar relaciones con otros países, fue evidente cuando
hubo un acercamiento inicial con el gobierno de Pastrana debido al rol de mediador que jugó
Chávez dentro de las negociaciones de paz con las FARC331, pero luego las relaciones
colombo venezolanas se deterioraron rápidamente. Chávez acusó a Colombia de no
controlar su frontera y anunció que posiblemente iniciaría negociaciones de paz con las
FARC, en vez de esperar a que concluyera el proceso de paz adelantado por Pastrana; esta
situación llevó a muchos a sospechar que Chávez les daría protección a las FARC o les
brindaría el estatus de grupo beligerante332.
El empleo de la imagen de Bolívar, junto con su discurso de la Revolución Bolivariana dirigido al pueblo y su atuendo de militante revolucionario , Chávez proyecta y va consolidando un simbolismo que refuerza y legitima su proyecto político. 328
Ibid. Pág. 5. 329
Mora Brito, Daniel. (2004). La política exterior de Chávez en tres actos. En: Aldea Mundo, Vol. 8, No. 16. Universidad de los Andes, San Cristóbal. Pág. 78. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/543/54381609.pdf. Consultado: 23-08-09. Por ejemplo, su cercanía y acuerdos comerciales y militares con el mundo árabe, Rusia, China e Irán. Sus vínculos con los países del Mercosur. Tales como, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA – TCP) y dentro de esta alianza, Petrocaribe, Fondo Alba- Petrocaribe y el Banco del Sur. Como se ha visto en su rol en Cuba, Honduras, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Paraguay. 330
Ibid. Pág. 78. 331
Márquez, Op. cit. Pág. 193. 332
Bagley (2001).Op. cit. Pág. 20.
81
4.6. Desbordamiento del conflicto armado colombiano hacia Venezuela desde el
Plan Colombia
Carlos Castaño, en entrevista concedida a Wilson, explicó la conflictividad dada en la
frontera como resultado de una alianza forjada entre Hugo Chávez, Fidel Castro y Manuel
Marulanda (fundador y líder de las FARC) y que ante este pacto, las FARC tenían la
voluntad de negociar la paz con el gobierno de Pastrana; pero al Chávez llegar al poder en
Venezuela en 1999, el conflicto colombiano cambió completamente. En consecuencia, las
pretensiones expansionistas de Chávez ilusionaron a las FARC debido a que se presentaba
la posibilidad de fragmentar o anexar territorio colombiano a Venezuela333. Una amenaza a
la soberanía venezolana y a la integración que busca el gobierno de Chávez fue percibida
cuando se publicó el Plan Colombia, debido a las consecuencias que podrían generar las
acciones militares que hacen parte de dicho Plan, estimulando así un posible
desbordamiento del conflicto colombiano hacia Venezuela y a la vez creando un
desequilibrio armamentista dentro la región334. De hecho, el Plan Colombia según lo
manifestado por José Vicente Rangel, ha impactado en la frontera venezolana debido a la
escalada de guerrillas y del narcotráfico y la presión ejercida por éstos a propietarios y
comerciantes ubicados en regiones fronterizas de Venezuela, quienes pretenden defenderse
a través de la conformación de grupos armados no estatales; lo que para Rangel sería
replicar la historia del paramilitarismo de Colombia y sus devastadores impactos
institucionales y sociales335.
En una entrevista, Carlos Castaño manifestó que en 1998 las AUC le estaba luchando
militarmente un amplio territorio al ELN. Aseveró además que: ―Hay un grupo de setenta
personas en la zona limítrofe con Venezuela. La mitad son venezolanos. Ellos vinieron a
nuestras escuelas de capacitación‖336
.
Fundador de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)
333 Wilson, Scott. Interview with Carlos Castaño, Head of the United Self-Defense Forces of Colombia. En: The
Washington Post March 12, 2001. No hay paginación disponible por ser formato electrónico Disponible: http://www.latinamericanstudies.org/colombia/castano-interview.htm. Consultado: 26-11-09. 334
Romero, J. (2004).Op. cit. Págs. 9-10.
Ex vice presidente de Venezuela. 335
Romero, J. (2004).Op. cit. Pág12. 336
Habla Carlos Castaño. En: Revista Semana, edición 850, 17 de agosto de 1998. Págs. 40-42. Citado en:
Torres, Javier. En: Ramírez, Socorro y Cadenas, José María (1999) (editores). Colombia - Venezuela agenda común para el siglo XXI. Tercer Mundo Editores, Bogotá. Pág. 216.
82
En otra entrevista realizada a Castaño por el Washington Post en 2001, Castaño con
respecto a la expansión del paramilitarismo colombiano hacia Venezuela, declaró lo
siguiente:
El comandante del bloque norte me ha mandado ganaderos y terratenientes venezolanos importantes a quienes las FARC y ELN están explotando…pero no tengo ninguna duda de que si no encuentran apoyo o protección del gobierno venezolano, seguramente remediarán sus problemas utilizando otros métodos para defenderse, esto es natural. Cuando decidan tomar ese paso pueden contar con nuestra organización. Ya tenemos a algunos venezolanos recibiendo entrenamiento militar y las condiciones para crear fuerzas de autodefensa en la frontera definitivamente ya están ahí…no deseo interferir con la política interna de Chávez cuando le pido respetar la soberanía de Colombia, pero tengo el derecho como comandante de un importante actor en este conflicto, de interferir en lo que nos concierne a nosotros dentro el conflicto en que nos vemos inmersos.337
Según la Fundación Progresar, entre 1999 y 2001 se desarrolló un plan desde la región del
Catatumbo (Norte de Santander) para la expansión y el fortalecimiento de los paramilitares,
quienes contaron con el apoyo de las autoridades civiles, militares y policiales y de sectores
económicos de los dos lados de la frontera. Dicho plan finalizó con la toma de 30 de los 40
municipios del departamento y con el ingreso de paramilitares a Venezuela a través de los
estados de Táchira y Zulia inicialmente338.
Por otra parte, el 11 de abril de 2002 se ejecutó un golpe de Estado en Venezuela en contra
del presidente Chávez, y liderado por Pedro Francisco Carmona, quien asumió la
presidencia por dos días. Según oficiales de la OEA, este golpe fue apoyado por el gobierno
de EEUU que no solamente estaba al tanto del intento de golpe sino también lo aprobó y
presumió su exitoso resultado; situación que se reflejó en las previas visitas de Carmona a la
Casa Blanca para reunirse con Otto Reich, funcionario nombrado por el presidente George
W. Bush como el principal formador de política hacia América Latina, y además, en el
inmediato reconocimiento del nuevo gobierno venezolano por parte de EEUU339. En dicho
golpe se sospechó la participación de paramilitares colombianos pero aunque no hay
pruebas, en mayo del 2004 más de cien paramilitares colombianos fueron detenidos por
oficiales venezolanos en una finca en Caracas.
337
Wilson, Op. cit. No hay paginación disponible por ser formato electrónico. 338
Fundación Progresar, Op. cit. Pág.9. 339
Vulliamy, Ed. Venezuela coup linked to Bush team. En: The Observer, Sunday 21 April 2002. Disponible: http://www.guardian.co.uk/world/2002/apr/21/usa.venezuela. Consultado: 19-08-09.
83
Luis Grismaldo Plazas, uno de los cien paramilitares colombianos enjuiciado tras su captura
en Caracas el 9 de mayo del 2004 a 10 kilómetros del Palacio Miraflores, declaró frente un
Tribunal venezolano sobre el hecho y aseguró que todos irregulares detenidos fueron
reclutados en Colombia para efectuar una operación militar en territorio venezolano340. En
su testimonio declaró que el general venezolano Ovidio Poglioli, quien se encontraba en la
finca de Caracas, dijo que serían famosos porque darían un golpe de Estado y reveló que
este militar venezolano comentaba que habían resuelto utilizar a extranjeros porque el 11 de
abril del 2002 fracasaron con las fuerzas internas341.
4.7. Choque de valores, intereses e ideología entre las guerrillas colombianas y las
AUC y Uribe
Como se expuso en los antecedentes, el interés primario desde los inicios de las guerrillas
en Colombia ha sido la adopción de un proyecto revolucionario que disputa por el poder
estatal, fundamentado en la lucha de las clases basada en la ideología Marxista342. Dicho
proyecto revolucionario buscaba generar una identidad representando los intereses de los
campesinos y en contra de los intereses de los terratenientes, del Gobierno y de los grandes
comerciantes343.
En contraste, las AUC se definen como una organización nacional de carácter
antisubversivo en ejercicio del uso del derecho a la legítima defensa, que protege los
intereses del Gobierno, terratenientes y grandes comerciantes344. En el campo político
constituyen un movimiento de resistencia civil que defiende el régimen democrático, la
propiedad privada y los derechos e intereses nacionales abandonados por el Estado345
340
Paramilitar colombiano declaró que fueron reclutados para derrocar al gobierno venezolano. En: VTV, marzo
28 de 2005 - 00:21. Disponible: http://www.vtv.gov.ve/noticias-nacionales/5518. Consultado: 22-08-09. 341
Ibid. 342
Reyes, Op. cit. Pág.2. 343
Ibid. Pág. 56. 344
Aranguren, Mauricio. (2001). Mi confesión. Carlos Castaño revela sus secretos. Editorial La Oveja Negra,
Bogotá. Pág.12. 345
Autodefensas Unidas de Colombia, Op. Cit. No hay paginación disponible por ser formato electrónico.
84
Así, mientras las FARC atentaron contra la vida del presidente de Colombia Álvaro Uribe en
el día de su posesión, Carlos Castaño consideró durante la campaña presidencial del 2002,
que:
Álvaro Uribe Vélez es, en el fondo, el hombre más cercano a nuestra filosofía. Su idea de crear las Convivir, unas cooperativas donde los ciudadanos colaboraban de manera organizada con las fuerzas armadas, suministrando información y en algunos casos portando armas amparadas para su defensa personal, es el mismo principio que le dio origen a la Autodefensa.346
Esta identificación de las AUC también se ha dado con las propuestas políticas del
presidente Uribe, hasta llegar las AUC a la aceptación de su desmovilización parcial a través
de la Ley de Justicia y Paz347. Adicionalmente, la base de apoyo de las AUC son aquellos a
los que tampoco les interesa una salida negociada al conflicto armado interno de Colombia.
Entre estos actores se incluyen terratenientes y miembros claves de la élite agroindustrial
representando a los ganaderos, floricultores, bananeros, azucareros y al negocio de
biocombustible del aceite de palma348. Entre estos que no desean una salida negociada
están los círculos políticos conservadores colombianos, sectores del establecimiento militar
que tienen vínculos estrechos con las Autodefensas Unidas de Colombia y algunos sectores
del capital extranjero, particularmente los del petróleo y carbón, como lo son Occidental y
British Petroleum, por ejemplo349.
Dichas identidades e intereses compartidos entre las AUC y no solo con el ejecutivo sino
también con amplios sectores de la clase dirigente colombiana, constituyeron las bases de lo
que se conoce como la ´parapolítica‘350. El nexo entre el paramilitarismo y políticos se
profundizó a tal punto que según el testimonio de Salvatore Mancuso, ex comandante y líder
346
Aranguren, Op. cit. Pág. 123. 347
Sanín, Javier. Colombia-Venezuela: la hiperinflación del ejecutivo. En: Pastrana, E., Wieland, C. y Vargas,
Juan C. (2008) (editores). Vecindario agitado Colombia y Venezuela: entre la hermandad y la conflictividad. Editorial Javeriana, Bogotá. Pág. 64. 348
Richani, Nazih. (2003). Sistemas de guerra. La economía política del conflicto en Colombia. Instituto de
Estudios Políticos y Relaciones Internacionales. Editorial Planeta, Bogotá. Pág. 31. Por ejemplo, cuando los paramilitares realizan operaciones en una zona, se ha reportado que unidades del Ejército proveen apoyo logístico y de comunicaciones para dichas operaciones. A mediados de 1999, cuando las FARC rodearon y atacaron el campamento de Carlos Cataño, soldados del Ejército se desplegaron para rescatarlo; véase Bagley (2001). Op. cit. Pág. 13. 349
Richani, Op. cit. Pág. 31. 350
Valencia, León. Los caminos de la alianza entre paramilitares y políticos. En: Romero, Mauricio. (2007)
(editor). Parapolítica. La ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos. Primera edición. Intermedio Editores, Bogotá. Pág.10.
85
de las AUC, las autodefensas tenían vínculos con el 35 % del Congreso colombiano351.
Este fenómeno político ha contribuido al debilitamiento de la institucionalidad colombiana y a
la pérdida de legitimidad ante la comunidad internacional y sectores de la sociedad
colombiana.
Vale la pena identificar los orígenes del actual presidente de Colombia Álvaro Uribe (2002-
2010), quien proviene de una familia terrateniente de Antioquia, un departamento de
Colombia cuya población se caracteriza por ser regionalista, de costumbres conservadoras,
católica y trabajadora. Las expresiones regionalistas de Antioquia se pueden ver a través de
su historia, por ejemplo, hasta 1876 mantuvieron un contingente de 14.000 combatientes;
una fuerza superior a la del Estado central352. Es importante resaltar que en 1983 las FARC
asesinaron al padre de Uribe en la hacienda que su familia tenía en Antioquia353.
De acuerdo con el estudio de Richard, la imagen que transmite Álvaro Uribe es la de un
hombre trabajador, que se preocupa y se acerca a los ciudadanos aplicando el concepto de
―campaña permanente‖ durante su mandato354. De igual forma, se define frente a los
colombianos como un hombre generoso (corazón grande), firme y fuerte (mano dura) y
dispuesto a sacrificarse en beneficio de su patria355.
Uribe durante su campaña se mostró como un candidato libre e independiente del
tradicional sistema político bipartidista, aunque su carácter representa los valores
tradicionales de la vieja ‗derecha política‘356. El presidente Uribe llegó al poder con un país
en guerra, siendo su propósito el alcanzar la seguridad a través de la victoria contra los
grupos subversivos. Uribe, presenta características del poder presidencialista, pero
contrasta en el sentido de que Uribe se podría entender como una ficha en el ajedrez de la
recolonización de Colombia y de América Latina que no se logró a través del ALCA, y como
351
Ibid. Pág. 26. 352
López- Alvez, Fernando. (2000). State Formation and Democracy in Latin America: 1810-1900. Duke University Press, Durham. Pág. 136. 353
¿Quién es Álvaro Uribe Vélez?. En: BBC Mundo.com. Jueves, 20 de octubre de 2005. Disponible:
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_4359000/4359506.stm. Consultado: 26-10-09. 354
Richard, Eugenie. (2009). Álvaro Uribe: la comunicación por la imagen. Principios de marketing político. En: Revista Ópera Nº 8, 2009, Universidad Externado de Colombia. Págs. 73 y 82. Disponible: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/675/67500804.pdf. Consultado: 22-11-09. 355
Ibid. Pág. 73. 356
Ramos, Alberto. (2007). Reseña Recensión del libro: Bonapartismo presidencial en Colombia: el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. En Papel Político Vol. 12, No. 2, julio-diciembre 2007, PUJ. Bogotá. Pág. 633.
86
un representante de los intereses del capital internacional que hacen parte de las políticas
del Fondo Monetario Internacional y los grandes grupos económicos357.
4.8. Intereses e ideología de la administración de George W. Bush y el impacto del
9/11
Cuando George W. Bush asumió la presidencia de EEUU en 2001, se rodeó de un equipo
adiestrado en la Guerra Fría, como Colin Powell, a cargo del Departamento de Estado;
Donald Rumsfeld como Secretario de Defensa; Condoleezza Rice como asistente del
presidente en asuntos de seguridad nacional y Dick Cheney (antes Secretario de Defensa
de George H. W. Bush) como vicepresidente; un equipo representante de los intereses del
aparato bélico- industrial norteamericano y con la mirada puesta en una amplia agenda
militarista358.
El 13 de julio de 2000, el Plan Colombia se convirtió en ley. Colombia recibió dos terceras
partes de los fondos asignados para el Plan Colombia. Más luego, en abril de 2001, la
Administración Bush dio a conocer la Iniciativa Regional Andina (IRA) como sucesora del
Plan Colombia, solicitando 882 millones dólares para el programa359. De estos fondos,
aproximadamente el 45% fueron destinados a Colombia y el resto a seis vecinos de
Colombia que se ven afectados por el tráfico de drogas y la violencia del narcotráfico.
Los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York produjeron cambios
en la política exterior norteamericana y en su agenda de seguridad, reorientándose hacia la
lucha contra la amenaza del terrorismo. De ahí que, la Estrategia de Seguridad Nacional de
2002 (ESN) del gobierno del presidente George W. Bush abarcó dos grandes temas: el
primero y más importante es la seguridad, siendo el principal compromiso gubernamental
defender al Estado de sus enemigos (Estados hostiles y grupos terroristas), para lo cual las
estrategias son los ataques preventivos y la disuasión hacia potenciales adversarios360. El
357
Ibid. Pág. 635. Personas cercanas George H. W. Bush, ex director de la CIA. 358
Pereyra, Antonio. (2003). Geopolítica de la expansión de la OTAN. Primera edición. Plaza y Valdés, S.A. de C.V.
México, D.F. Pág. 225. 359
Ahumada, Consuelo y Moreno, Álvaro (2004). Prioridades del Nuevo Orden Mundial y Desplazamiento Forzado de Colombianos hacia Ecuador. En: Cuadernos PROLAM/USP (año 3 - Vol. 1 - 2004). Págs. 37-66 360
La Casa Blanca, Op. cit. No hay paginación disponible por ser formato electrónico.
87
segundo tema de la ESN es la economía, y como compromisos la expansión mundial de la
democracia, del libre comercio, la protección de los derechos humanos y la lucha contra la
corrupción361.
Con respecto a la agenda de seguridad del presidente George W. Bush, Ceballos y
Ahumada identifican las siguientes características:
La ―remilitarización ofensiva de la misma y el unilateralismo‖, lo cual significa que la respuesta al terrorismo como principal amenaza de la seguridad es el uso de la fuerza y que, la estrategia preventiva tiene como propósito mantener la supremacía militar estadounidense. Este enfoque tiende a privilegiar estrategias basadas en la intervención por encima de la concertación y a impulsar soluciones radicales para las amenazas de seguridad que promueven lógicas polarizantes.362
Según la Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos del 2002 con respecto al
terrorismo:
Para derrotar esta amenaza debemos utilizar cada herramienta de nuestro arsenal: el poderío militar, la defensa mejorada de nuestro territorio nacional, la aplicación de la ley, la recopilación de inteligencia, y gestiones vigorosas para cortarles el financiamiento a los terroristas. La guerra contra el terrorismo de alcance global es una empresa mundial de duración incierta. Estados Unidos ayudará a aquellos países que necesitan de nuestra ayuda para combatir el terrorismo. Y Estados Unidos hará responsables a aquellos países comprometidos con el terrorismo, incluso aquellos que dan refugio a terroristas - porque los aliados del terrorismo son enemigos de la civilización. Estados Unidos y los países que cooperan con nosotros no deben permitirles a los terroristas establecer nuevas bases de operaciones. Juntos, procuraremos denegarles refugio, dondequiera que lo busquen.363
Lo particular de esta política militar contra lo que se define como terrorismo, es que es una
forma de universalizar los valores norteamericanos mencionados anteriormente, cuando en
sí el terrorismo Islámico es una reacción contra la externalización de estos valores en el
Medio Oriente en la primera guerra del Golfo Pérsico. También contribuye al incremento de
las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela por las sospechas de que Chávez permite
la presencia de grupos guerrilleros colombianos en su territorio nacional.
361
Ibid. 362
Ceballos, Marcela y Ahumada, Madeleine. (2004). Políticas de seguridad regional y migraciones: Los "limites" de la protección. En: Revista Colombia Internacional No. 59, enero-junio. Universidad de los Andes .Pág. 186.
Disponible:http://colombiainternacional.uniandes.edu.co/view.php/436/1.php. Consultado: 28-10-09. 363
La Casa Blanca. Op. cit. No hay paginación disponible por ser formato electrónico.
88
En Estados Unidos los ataques del 11 de septiembre marcaron la emergencia de nuevos
parámetros en el diseño y ejecución de la política exterior de ese país, que casi
coincidencialmente, son compatibles con la nueva aproximación militarista del gobierno
colombiano al conflicto armado interno y con el hecho de que las FARC, el ELN y las AUC
ya estaban incluidos en la lista de terroristas internacionales que publica el Departamento de
Estado estadounidense. Hacia el término del periodo presidencial de Pastrana, los diálogos
de paz con las FARC finalizaron sin ningún avance en febrero de 2002, marcando así el
comienzo de un período en el cual predominó la propuesta de brindar una solución
puramente militar al conflicto armado colombiano364. Subsecuentemente en mayo de 2002,
el Embajador de Colombia en Washington, Luis Alberto Moreno, formuló la conexión entre
las guerrillas y el terrorismo, en una forma clara y elocuente:
Mientras la atención de Estados Unidos está centrada en combatir el terrorismo en Afganistán, el Medio Oriente y Asia, una amenaza grave se perfila en las Américas. Colombia es el teatro líder de operaciones terroristas en el hemisferio occidental. Bajo la pretensión de encontrarse en una guerra civil, los grupos guerrilleros colombianos han devastado la nación con violencia financiada por los consumidores de cocaína en Estados Unidos. La administración Bush, apropiadamente, está presionando al Congreso para aprobar la expansión de la ayuda anti-narcóticos con el objetivo de fortalecer la habilidad de Colombia para derrotar a los terroristas.365
Por su parte, Tickner argumenta que Moreno jugó un papel clave durante el proceso del
desarrollo del Plan Colombia por lo que el paquete no hubiera sido aprobado por Estados
Unidos sin el lobby de la Embajada colombiana en ese país366.
En consecuencia, después del 11 de septiembre, el discurso de las drogas ya no era
necesario para que los EEUU ampliaran su rol dentro de Colombia. De hecho, la
Financiación Extranjera Militar de la administración Bush para Colombia en 2004, estuvo
destinada a ―apoyar las operaciones de lucha contra el terrorismo y a proteger la
infraestructura clave, tales como el oleoducto‖367. Dado que la dinámica del conflicto armado
interno de Colombia no ha cambiado radicalmente después de 11 de septiembre, si ha
habido un cambio significativo en la política norteamericana tras los atentados terroristas,
364
Borda, Sandra. (2007). La internacionalización del conflicto armado después del 11 de Septiembre. En
Revista Colombia Internacional No. 65, enero-junio. Universidad de los Andes. Pág. 77. 365
Aiding Colombia`s War on Terrorism. En: The New York Times May 3, 2002. Opinion Section. 366
Tickner (2002b).Op. cit.Pág. 365. 367
Sullivan, Mark P., Hornbeck, J.F., Larry Storrs, K Taft-Morales, Maureen y Veilette, Connie (2003). ―Latin America and the Caribbean: Issues for the108th Congress‖. Agosto 22. En: The Library of Congress: Congressional Research Service. Pág. 7
89
contribuyendo a la perspectiva constructivista de que Colombia se ha convertido en parte de
la ‗retórica del terror‘, con el objetivo de EEUU en proteger sus intereses geopolíticos a pesar
de que Colombia conscientemente moldeó el conflicto armado interno para encajarlo dentro
de la guerra contra el terrorismo.
Por lo tanto, aunque el contexto internacional ha cambiado, se ve una continuidad no
solamente de la política norteamericana hacia Colombia con fines geoestratégicos, sino
también en el alineamiento de Colombia contra los enemigos externos de los Estados
Unidos (comunismo, narcotráfico, terrorismo).
Los intentos en el extranjero de internacionalizar el conflicto armado interno colombiano
pueden coincidir e interactuar en diversas formas con la agenda colombiana para
internacionalizar el conflicto. Así, la decisión del gobierno colombiano de internacionalizar el
conflicto, en la forma particular en la que lo ha hecho desde el 11 de Septiembre, se puede
entender en lo escrito por Borda:
Los intereses de los actores en conflicto que deciden internacionalizar pueden ser de diversa índole. Una parte de la literatura sobre guerras civiles sugiere, por ejemplo, que la debilidad del Estado—es decir, un mayor grado de anarquía a nivel doméstico—puede hacer que los actores en conflicto se sientan más inseguros y, por tanto, decidan incrementar sus cuotas de poder militar y político (Rose 2000; Snyder & Jervis 1999). Una implicación de este argumento es justamente que ciertos actores externos (normalmente poderosos o con gran reputación internacional), en ciertas condiciones, pueden proveer a las partes del poder militar y político que necesitan para incrementar su seguridad. En otras palabras, una mayor debilidad del Estado conlleva a un mayor grado de inseguridad y, en consecuencia, aumenta las posibilidades de que los actores en conflicto deseen buscar ayuda externa. Otra hipótesis, también basada en los intereses de los actores domésticos, sugiere que las élites pueden instigar o escalar las guerras civiles en una apuesta desesperada por mantenerse en el poder (Gagnon 1994-1995). De esta forma, cuando por alguna razón, las condiciones cambian y las élites sienten que su estancia en el poder está siendo amenazada, estos grupos deciden escalar el uso de la violencia y, por tanto, pueden solicitar ayuda, principalmente militar, de actores externos….368
La guerra contra el terrorismo no es una guerra en un sentido normal de la palabra: un
Estado-Nación luchando contra otro. La guerra contra el terror es una guerra contra una
368
Borda (2007).Op. cit. Págs. 75-76.
90
idea, una táctica. Es una guerra de retórica, y la frase es más marketing que otra cosa369. El
conflicto armado colombiano parece haberse convertido en parte de la retórica de EEUU, y
los grupos insurgentes definidos como terroristas internacionales están entre los enemigos
de los EEUU. Sin embargo, incluso si la guerrilla y los grupos paramilitares cometen actos
terroristas, no significa automáticamente que sean terroristas internacionales. Las FARC, el
ELN y las AUC no parecen ejecutar actos terroristas a nivel internacional, salvo que se
aprovechan de las regiones fronterizas para efectuar actividades económicas ilícitas.
El consenso parece ser que estas organizaciones cometen actos de terror, pero hasta
ahora, estos actos han tenido más un carácter nacional y un poco de impacto regional; por lo
tanto categorizarlos como grupos terroristas internacionales puede ser engañoso.
Dado que estos grupos están en las listas de organizaciones terroristas internacionales de
los Estados Unidos y de la Unión Europea, la preocupación es que las listas podrían impedir
un diálogo y posiblemente una salida negociada al conflicto armado interno en Colombia.
Cerrando la puerta a un diálogo de paz, se creó el escenario donde las Fuerzas Militares de
Colombia, fortalecidas por el Plan Colombia, serían la vía para alcanzar el fin del conflicto
armado. Es de esperar que tales ofensivas militares con el apoyo norteamericano puedan
generar sensación de inseguridad en Venezuela por un posible desbordamiento del conflicto
colombiano hacia su territorio. Con respecto a los países vecinos que han negado
profundizar la cooperación con Colombia en la internacionalización de su conflicto, dentro del
marco de la guerra contra el terrorismo, se abre una puerta para que los EEUU, como
previó Esquivel370, utilicen ―a Colombia para imponer un nuevo patrón de seguridad
hemisférica‖.
4.9. La política de Defensa y Seguridad Democrática
El principal propósito de la política exterior del gobierno de Uribe ha sido vincular el conflicto
armado colombiano a la guerra contra el terrorismo, liderada por el gobierno de George W.
Bush.
369
Schneier, Bruce (2003). Beyond Fear: Thinking Clearly About Security in an Uncertain World New York: The Free Press. Pág. 231. 370
Esquivel, Op. cit. Pág. 218.
91
Bush logró que el Congreso norteamericano autorizara que las ayudas antinarcóticos dadas
a Colombia pudiesen ser utilizadas en la lucha contra el terrorismo. Para cumplir con la
estrategia de fortalecer al Estado colombiano es evidente que el gobierno de Colombia
otorga a la ayuda militar norteamericana un papel primordial en la lucha contra el
terrorismo371.
Respecto a la Política de Defensa y Seguridad Democrática (PDSD), es una política
doméstica del presidente Uribe y puesta en marcha en el año 2003. Esta política se centra
en combatir, por medio de la fuerza pública y de la justicia, una serie de ―graves amenazas‖
nacionales con carácter transnacional, que existen contra la democracia y la seguridad de
los colombianos372. Estas amenazas son: el terrorismo, el negocio de las drogas ilícitas, las
finanzas ilícitas, el tráfico de armas, municiones y explosivos, el secuestro, la extorsión y el
homicidio373. Debido al frecuente carácter transnacional de estas amenazas, la PDSD
solicita esfuerzos multilaterales para la lucha contra el terrorismo, en especial a los países
fronterizos. Por consiguiente, el gobierno colombiano lanzó hacia el exterior:
Una activa campaña diplomática promoviendo la tesis de que el conflicto interno del país es una grave amenaza a la seguridad regional, y transmitiendo la posición norteamericana que el forcejeo contra el terrorismo es inherentemente global y se requieren acuerdos multilaterales e intervenciones.374
En otras palabras, tal como la Estrategia de Seguridad Nacional Norteamericana de 2002,
la Política de Defensa y Seguridad Democrática también identifica al terrorismo como la
principal amenaza; ―el terrorismo como método para atentar contra la estabilidad del Estado
es la mayor amenaza a la democracia en Colombia y el Mundo‖375. En esta Política, la
lucha contra el terrorismo y contra sus fuentes de financiación, requiere de la cooperación
internacional, de la coordinación y del fortalecimiento de las agencias de seguridad e
inteligencia. También se manifiesta que debido a la naturaleza de las amenazas,
371
Pardo, Rodrigo. (2004). La ONU lejana: multilateralismo y conflicto armado en Colombia. Págs. 7-8. Disponible: http://indh.pnud.org.co/files/rec/soc_onulejana.pdf. Consulta: 02-09-09 372
Presidencia de la República de Colombia: Ministerio de Defensa Nacional. (2003). Política de Defensa y Seguridad Democrática. Pág. 24. Disponible: http://www.mindefensa.gov.co/dayTemplates/images/seguridad_democratica.pdf. Consultado: 23-07-09. 373
Ibid. Pág. 24. 374
Zuluaga, Jaime. (2007). U.S. Security Policies and United States–Colombia Relations. En: Sage Publications,
Latin American Perspectives. Vol. 34 No.1. Pág. 118. Disponible: http://lap.sagepub.com/cgi/content/abstract/34/1/112. Consultado: 06-08-09. 375
Presidencia de la República de Colombia: Ministerio de Defensa Nacional, Op. cit. Pág. 20.
92
particularmente el terrorismo y el negocio de las drogas ilícitas, ha llevado a que en el caso
colombiano ―se desdibujen los límites entre la seguridad interior y la defensa Nacional‖376.
El gobierno colombiano para consolidar el control estatal del territorio nacional, acude a la
presencia de la Fuerza Pública apoyada por brigadas móviles y demás unidades de las
Fuerzas Militares y de la Policía Nacional377. Esta decisión del gobierno, enfatizando en la
acción militar y en el uso de la fuerza, ubica a la PDSD en la lógica de la estrategia de
seguridad norteamericana, ―la cual abarca desde las acciones disuasivas, la presión real y
las prácticas de fuerza militar, hasta asegurar aliados y amigos‖378. Por ejemplo, el Plan
Patriota, lanzado en 2006, es una ofensiva militar colombiana en contra de las FARC a
través de la cual se movilizaron 18.000 soldados de las FF.AA en los departamentos de
Putumayo, Vichada, Caquetá y Guaviare y es la operación más grande en la historia de
Colombia en contra de la insurgencia379.
Zuluaga afirma que la política de Uribe, como la de Washington, se enfoca más en la
defensa del Estado que en la defensa del individuo, desconociendo que la democracia
colombiana también está sitiada por la pobreza, la desigualdad, y la exclusión social. Uribe
justifica el esquema de la fuerza y el poder militar, citando la reducción de los niveles de
violencia (secuestros, asesinatos, ataques guerrilleros), pero dicha reducción se ha obtenido
a costa de las instituciones democráticas y del respeto a los derechos humanos380.
Con respecto a la estrategia del ataque preventivo, señalada en la ESN de 2002 antes de la
invasión a Irak, el gobierno colombiano también puso en práctica dicha estrategia el primero
de marzo de 2008 con el ataque al campamento de las FARC en territorio ecuatoriano,
violando así la soberanía del país vecino. Este acontecimiento no resulta extraño, pues en
el texto de la PDSD, el presidente Álvaro Uribe declara que, ―para derrotar el terrorismo no
hay soberanía de naciones, sino soberanía democrática. La lucha es de la soberanía de los
Estados y de las naciones democráticas contra la soberanía del terrorismo‖381.
376
Ibid. Pág. 20. 377
Ibid. Págs. 9-10. 378
Restrepo, W., Op. cit. Pág. 184. 379
Rojas, Op. cit. Pág.21. 380
Zuluaga (2007). Op. cit. Pág. 118. 381
Presidencia de la República de Colombia: Ministerio de Defensa Nacional. (2003). Op. Cit. Pág. 6.
93
La agresión a la soberanía ecuatoriana provocó una crisis diplomática del gobierno
colombiano con Ecuador, aún no superada totalmente, y también con Venezuela cuyo
gobierno ordenó el cierre de la embajada venezolana en Bogotá y el despliegue 10
batallones del ejército en la frontera con Colombia. Si bien el comportamiento del gobierno
colombiano fue repudiado internacionalmente, el 4 de marzo de 2008 ―el Departamento de
Estado de EE.UU. expresa un definitivo apoyo al gobierno del presidente de Colombia,
Álvaro Uribe Vélez, frente a la crisis que vive con los mandatarios de Ecuador y
Venezuela‖382.
El 7 de marzo de 2008, el presidente Álvaro Uribe calificó a los gobiernos de Ecuador y de
Venezuela como cómplices de las FARC, por acoger a integrantes de dicho grupo en su
territorio y además realizar intercambios de dinero con los subversivos383. Estas
acusaciones, si bien el gobierno colombiano aseguró tener pruebas, provocan inestabilidad
regional puesto que Ecuador y Venezuela estarían siendo calificados como Estados hostiles
que apoyan al terrorismo.
Un año después del ataque al campamento de las FARC, el ex ministro de defensa de
Colombia Juan Manuel Santos, declaró públicamente que ―golpear a terroristas que están
sistemáticamente atentando contra la población de un país, así éstos no se encuentren
dentro de su territorio, es un acto de legítima defensa‖384. Dicha declaración generó el
rechazo de los gobiernos de Ecuador y Venezuela.
Se observa, que la expansión del rol de Estados Unidos en los asuntos internos de
Colombia ha impactado negativamente en las relaciones con los países vecinos, y el
énfasis monotemático de la política exterior colombiana en su lucha contra el terrorismo, ha
contrastado con el alejamiento que la mayoría de países de Sur América buscan con
respecto a la agenda de seguridad antiterrorista de EEUU385. Respecto a la progresiva
382
Observatorio Social de América Latina OSAL. (2008). Cronología del Conflicto Social Colombia Marzo de 2008. Documento de trabajo Nº 197. Pág. 8. Disponible:
www.clacso.org.ar/difusion/secciones/osal/Descargables/puerto-rico/puerto-rico-marzo-2008.pdf. Consultado: 12-09-08. 383
Ibid. Pág. 15. 384
Diplomacia y legítima defensa. En: El Espectador, marzo 5 de 2009. Disponible :
http://www.elespectador.com/opinion/editorial/articulo124417-diplomacia-y-legitima-defensa 385
Tickner (2007). Op. cit. No hay paginación disponible por ser formato electrónico.
94
regionalización del conflicto interno armado colombiano y sus efectos desestabilizadores,
Vargas afirma que las recientes crisis andinas se asocian con este conflicto:
Con Venezuela, por la ‗captura irregular‘ del miembro de las FARC Rodrigo Granda, primero, y luego por la vinculación del presidente Chávez como facilitador-mediador para la búsqueda del acuerdo humanitario con las FARC y su posterior retiro poco diplomático, por decir lo menos; con Ecuador, por el tema de las fumigaciones colombianas a los cultivos de uso ilícito en las áreas fronterizas, el ataque a la base militar de Teteyé por grupos de las FARC que según el gobierno colombiano vinieron de territorio ecuatoriano y el último caso, hasta el momento, el ataque de la Fuerza Pública colombiana a un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, donde fue dado de baja el miembro del secretariado de esta organización, Raúl Reyes.386
Sin embargo, Sánchez presenta otra perspectiva:
La inestabilidad regional no es sólo fruto del conflicto colombiano, sino también el resultado de la fragilidad política de la mayoría de los gobiernos, como pudo observarse en la última crisis política en Ecuador. Los gobiernos peruano y boliviano no se encuentran menos asediados. En Venezuela, aunque Hugo Chávez vio fortalecida su legitimidad tras superar un golpe de Estado y un referéndum sobre su permanencia (revocatorio), el país sigue fuertemente polarizado y el presidente tiene una gran dependencia de los militares para mantenerse en el poder. Por ello, no es extraño que los dirigentes de la región exageren la amenaza que el conflicto colombiano supone para su estabilidad al tiempo que tratan de minimizar sus propias tensiones internas.387
De hecho, el apoyo militar dado por los Estados Unidos a Colombia y a la Política de
Defensa y Seguridad Democrática ha sido visto, principalmente por Hugo Chávez, como
una amenaza que se opone al proyecto bolivariano y a sus ideas antiimperialistas. Ante
esta situación se observa una expansión de la Fuerza Militar venezolana sustentada bajo el
argumento de una posible intervención militar norteamericana o un conflicto armado con
Colombia. Paralelamente Chávez declara un nacionalismo anticolonialista y antiimperialista
reflejado en su proyecto integracionista del ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas)
como polo alternativo a la hegemonía norteamericana388. A la vez, el gobierno venezolano
ha pretendido intensificar su influencia política en asuntos del conflicto armado colombiano
asumiendo el rol de mediador en la liberación de rehenes de las FARC, proponiendo ante la
386
Vargas, A. (2008). Op. cit. Pág. 17. 387
Sánchez José Antonio. (2004). La política de seguridad democrática de Álvaro Uribe y el conflicto armado en la región andina. Centro de Investigación para la Paz (CIP-FUHEM), Proyecto Europa-Colombia: Diplomacia y
Sociedad Civil. Pág.3. Disponible: http://www.cipresearch.fuhem.es/pazyseguridad/docs/Informe%20JoseAntonio%20SanchezRoman.pdf. Consultado: 05-10-09. 388
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Sociedad, (Revista en línea). Disponible: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1354315. Consultado: 13-09-08.
95
comunidad política internacional el estatus de beligerancia para la guerrilla colombiana en
lugar del de terroristas, o concediendo especialmente en las regiones fronterizas soporte
logístico, financiero y posiblemente militar a las FARC389 lo cual ha incrementado las
fricciones entre los gobiernos de Colombia y Venezuela.
Por su parte, Chávez no ha ocultado su admiración por las guerrillas; se refiere a Fidel
Castro como su ―padre‖, y considera a las FARC como hermanos ideológicos y un posible
aliado en caso de que se diese una invasión norteamericana a Venezuela, lanzada desde
Colombia. En enero de 2008, Chávez pasó una moción en el Congreso venezolano para
que se les otorgue reconocimiento diplomático a las FARC y al ELN, y así aumentar la
presión internacional sobre Colombia para que disminuya la ofensiva militar en contra de las
guerrillas. Chávez dijo al Congreso: ―de ninguna forma son grupos terroristas… son fuerzas
insurgentes con un proyecto político que acá respetamos‖390.
Finalmente, durante los dos periodos presidenciales de Uribe, la cooperación de los Estados
Unidos con Colombia se ha centrado principalmente en la persecución de las guerrillas y el
narcotráfico, pero el efecto perverso ha sido el despliegue de estos dos fenómenos
desestabilizadores hacia las fronteras colombianas.
Lo que queda claro es la intencionalidad de Colombia para vincular a los países vecinos, en
particular Ecuador y Venezuela, al conflicto colombiano sea a través de cooperación, como
se ve en los textos del Plan Colombia, Incitativa Regional Andina y PDSD, o a través de la
vinculación de estos países con el narcoterrorismo tras el desbordamiento del terror a sus
territorios como resultado de la cooperación militar entre Colombia y Estados Unidos.
Según el Jane's Intelligence Review391, la presión suscitada por la lucha contra las drogas y
contra el terrorismo adelantada por el gobierno colombiano ha provocado que los
389
Wieland, Carsten (2008). Prólogo. En Vecindario agitado Colombia y Venezuela: entre la hermandad y la
conflictividad.Editorial Javeriana, Bogotá. Pág. 18. 390
De Córdoba, José, 2008, Chavez Lets Colombia Rebels Wield Power Inside Venezuela, noviembre 25. En: Wall Street Journal. Pág. A21. Disponible: http://online.wsj.com/article/SB122721414603545331.html. Consultado: 12-11-09. Según De Córdoba (2008), el ejército colombiano ha empujado a las guerrillas hacía territorios selváticos y alejados. Un coronel del ejército colombiano ubicado en la zona fronteriza del departamento de Arauca manifestó que ya no hay espacio en Colombia para las guerrillas. 391
Jane's Intelligence Review. Basado en: South American cocaine trafficking operations shift towards Venezuela .Autor: Webb-Vidal , Andy., Abril 18 de 2006. Disponible: http://vcrisis.com/?content=letters/200604270447, Consultado: 13-12-09.
96
narcotraficantes, las guerrillas y los paramilitares (estos dos últimos también vinculados al
narcotráfico) hayan trasladado sus actividades ilícitas hacia Venezuela, a lo que se suma, el
deterioro de las relaciones colombo venezolanas, las dificultades en cooperación, y la
corrupción de algunos miembros de las Fuerzas Armadas venezolanas y de la Guardia
Nacional. También el Jane's Intelligence Review destaca que desde el año 2004 se han
expandido las redes del narcotráfico hacia Venezuela debido al traslado de algunos grandes
narcotraficantes colombianos al vecino país, en búsqueda de refugio y continuidad de sus
actividades. Igualmente se menciona que las FARC sacan unas 180 toneladas de cocaína
anualmente hacia el sur y el occidente de Venezuela, cambiándolas por dinero y
armamento. Respecto a los paramilitares y sus operaciones en el tráfico de cocaína, se
prevé que algunas secciones de las AUC operan en el vecino país.
De acuerdo con el informe de Crisis Group392, se calcula que de un tercio a la mitad de la
cocaína proveniente de Colombia pasa por Venezuela, es decir entre 220 y 300 toneladas
anuales.
4.10. Presencia militar estadounidense en Colombia
Con la suspensión del pacto entre los Estados Unidos y Ecuador sobre la utilización de la
base de Manta en 2009, cuyo uso se limitó exclusivamente para operaciones antinarcóticos
por exigencia ecuatoriana, los EEUU buscaron una nueva ubicación para tales operativos.
Propusieron a Colombia el uso de una base, pero Colombia les ofreció cinco bases y luego
siete. Las negociaciones se adelantaron en total secreto y cuando se revelaron los detalles
del acuerdo militar una gran preocupación surgió en América Latina, debido a que se
percibe el incremento de presencia militar norteamericana como una amenaza regional.
El acuerdo se percibe como una amenaza ya que no solamente se busca monitorear
actividad de narcotráfico como en Manta, sino que también se utilizarán las bases para
asistir a Colombia en su lucha antisubversiva. Aunque los Estados Unidos y Colombia han
392
Crisis Group, Op. cit. Pág. 12. Se refiere al Acuerdo Complementario para la Cooperación y Asistencia Técnica en Defensa y Seguridad entre los Gobiernos de la República de Colombia y de los Estados Unidos de América, firmado el 30 de octubre de 2009.
97
declarado que solo buscan combatir el narcotráfico y el terrorismo en suelo colombiano, los
países vecinos se preocupan si la presencia norteamericana se utilizase para lanzar
operaciones más allá de las fronteras colombianas, expandiendo más aún el conflicto
armado colombiano393.
Representantes del gobierno colombiano que negociaron el acuerdo militar dicen que éste
busca remplazar la asistencia militar dada al Plan Colombia, la cual se ha ido reduciendo
debido a reportes que demuestran su inefectividad y los alarmantes abusos de Derechos
Humanos por parte de las Fuerzas Militares colombianas. Con este cambio en el escenario
militar, la presencia estadounidense se orientará más hacia el Caribe y Venezuela, en vez
del sur del país donde hay mayor concentración de cultivos ilícitos y de presencia guerrillera,
y donde se enfocó la asistencia norteamericana en los últimos años394. El presidente
Chávez reaccionó al acuerdo e hizo un llamado a sus Fuerzas Armadas para prepararse
ante una posible guerra con Colombia y envió 15.000 tropas a la respectiva frontera.
El Vicepresidente de Venezuela, Ramón Carrizalez, ve como una provocación por parte del
gobierno colombiano la instalación de las siete bases, declarando:
Ellos viven muy preocupados por todo, pero mientras se preocupan, están instalando siete bases yanquis en su territorio, están concediendo inmunidad a los militares norteamericanos. Aprobaron una inversión de 46 millones de dólares en la base de Palanquero – situada en Puerto Salgar- para ponerla apta para que una gran fuerza pueda operar en cuestión de horas. El dinero se usará para la ampliación de pistas, rampas y almacenamiento. Es decir, se está materializando la amenaza395.
El acuerdo de las bases tiene repercusiones domésticas para Colombia y Venezuela.
Según analistas como Isacson396, el acuerdo de las bases le da a Chávez una oportunidad
política debido a que ha sido difícil tildar al diplomático presidente Obama como un enemigo
imperialista, lo cual no era el caso con Bush, un presidente que no contaba con una
popularidad amplia y era fácil de presentar como un enemigo deseoso de tumbar a Chávez.
393
Isacson, Adam. (2009). Tensions Flare in South America Over U.S. Troops in Colombia. En: The Huffington Post, agosto 28. No hay paginación disponible por ser formato electrónico. Disponible: http://www.huffingtonpost.com/adam-isacson/tensions-flare-in-south-a_b_271500.html. Consultado: 29-08-09. 394
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http://www.vicepresidencia.gob.ve/noticia.php?id=2331. Consultado: 20-11-09. 396
Isacson, Op. cit. No hay paginación disponible por ser formato electrónico.
98
Pero la forma secreta en la cual se manejó el último acuerdo de cooperación militar entre
Colombia y los Estados Unidos, da la oportunidad a Chávez de retomar su retórica
antiimperialista y enmarcar el acuerdo en mención como una amenaza regional; siendo
justamente así percibido por casi todos países de la región, expandiéndose más aún el
conflicto colombiano.
4.11. Conclusiones
A través de parte de la documentación revisada en el presente capítulo, se estableció que
existe un claro interés geoestratégico de sectores gubernamentales y corporativos de los
Estados Unidos en Colombia. Entre estos intereses están los recursos naturales de
Colombia, especialmente energéticos.
Adicionalmente, la ubicación geográfica de Colombia como entrada a Sur América, y siendo
un país con dos océanos y 11 fronteras (entre marítimas y terrestres) se convierte en un
punto estratégico para adelantar los intereses norteamericanos en la región. Más aún si se
considera que Colombia limita con Venezuela, siendo este último país el primer exportador
de petróleo en el Hemisferio hacia Estados Unidos, aunado al hecho de que Hugo Chávez
representa la mayor resistencia ideológica a los intereses hegemónicos de EEUU en
América Latina.
La cooperación entre Estados Unidos y Colombia se ha facilitado por la existencia de
identidades e intereses comunes, reflejados en la coincidencia de las políticas y de los
enemigos identificados, ya sean actores estatales o no; como por ejemplo, la amenaza que
representa el Chavismo dentro de la lucha contra el ‗narcoterrorismo‘.
El desbordamiento de los fenómenos desestabilizadores del conflicto armado colombiano,
entendidos como guerrillas, narcotráfico y paramilitares colombianos, hacia Venezuela, es en
parte producto de la cooperación entre los gobiernos de Estados Unidos y Colombia en la
lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, reflejada en las políticas del Plan Colombia,
Iniciativa Regional Andina, Política de Defensa y Seguridad Democrática, Plan Patriota y el
nuevo acuerdo de defensa y seguridad plasmado en el uso de bases militares colombianas;
99
políticas que como elemento común tienen el enfoque militarista dado al conflicto armado
colombiano, excluyendo vías de solución negociada.
Como resultado del enfoque militarista de estas políticas, y el apoyo otorgado a Colombia
por Estados Unidos, se ha visto que la presión ejercida sobre las guerrillas y el narcotráfico,
efectivamente ha empujado a estos dos fenómenos desestabilizadores del conflicto armado
colombiano hacia Venezuela, traspasando una frontera porosa, con escasa presencia
estatal, algunos funcionarios venezolanos corruptos, la existencia de sectores políticos y
económicos venezolanos que simpatizan con los grupos irregulares colombianos, y
comunidades fronterizas cuya actividad económica muchas veces se basa en el comercio
informal en las cuales están involucrados los grupos irregulares y narcotraficantes. También
se debe considerar que el desbordamiento no se hubiese dado a la escala vista, si los
actores de los fenómenos desestabilizadores del conflicto colombiano no encontraran en
Venezuela, apoyo, refugio, simpatía o un ambiente menos desfavorable para desarrollar sus
actividades.
La sensación de inseguridad ha sido impuesta desde Colombia en la agenda de Venezuela
debido al desbordamiento del conflicto armado interno, a la aplicación de políticas
domésticas colombianas más allá de las fronteras y al ―dilema de seguridad‖ que ocasiona
en la región la acumulación de recursos de poder militar por parte del Estado Colombiano.
La sensación de inseguridad del gobierno de Venezuela, le ha conducido hacia el
armamentismo y al establecimiento de acuerdos militares con países considerados por los
EEUU como hostiles y de constante preocupación, como lo son Irán y Rusia. Estas
dinámicas aumentan la escala del conflicto colombiano al incluir más actores extra
regionales.
En un sistema internacional cada vez más globalizado, donde la seguridad e intereses se
caracterizan por ser intermésticos, pero las limitaciones del concepto de seguridad clásica
basada en la soberanía del Estado a la Westfaliana todavía prima, las operaciones más allá
de las fronteras nacionales requieren de cooperación, sea con actores estatales o no. La
cooperación no necesariamente se tiene que dar directamente entre los actores, sino a
través de políticas o acciones complementarias. Así se podría entender lo que define los
alineamientos entre los intereses, ideologías y hechos políticos; por un lado entre los
100
Estados Unidos, Colombia y los paramilitares colombianos, entre Venezuela y las guerrillas
colombianas por el otro. Por lo tanto, los grupos armados irregulares involucrados en el
conflicto colombiano, a quienes se les niega su legitimidad por ser considerados terroristas,
podrían ser utilizados para adelantar intereses estatales, como lo sugiere Hobsbawm y Blok
en sus respectivos análisis acerca del rol que juegan los bandidos en el establecimiento de
un nuevo orden político o en el aseguramiento del orden establecido.
Por último, en este estudio se describió y analizó la incidencia de las condiciones
geopolíticas en la cooperación colombo-estadounidense en el conflicto armado colombiano y
el rol que han jugado los intereses, las identidades y los asuntos domésticos en el
desbordamiento de las guerrillas, el narcotráfico y los paramilitares colombianos hacia
Venezuela. Al haber identificado las líneas de causalidad entre los actores y la expansión
del conflicto interno colombiano, se presta para formular políticas que en su aplicación
podrán contrarrestar el deterioro de las relaciones entre Colombia y Venezuela, evitando así
un mayor desbordamiento del conflicto más allá de lo que ya se ha observado y preparar el
terreno para estimular la cooperación entre Colombia y Venezuela como parte de una
solución negociada al conflicto colombiano; solución que no se ha logrado hasta el momento
con el enfoque militarista de la cooperación entre Colombia y Estados Unidos.
101
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