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Curso de Educación y Comunicación Medioambiental. 1.- INTRODUCCIÓN.
El medio natural es un bien a conservar por cada uno de nosotros/as, es por ello muy importante
sensibilizar a la ciudadanía en el conocimiento de los principales problemas medioambientales, tanto a
nivel general, como en el ámbito laboral, y su aplicación a la especialidad profesional a través del
desarrollo de buenas prácticas medioambientales. Es por esta razón que hemos propuestos el presente
Curso de “Educación y Comunicación Medioambiental”, intentando ponernos en la línea de aplicación de
las buenas prácticas, considerando primordial la educación en los valores que abogan por la sostenibilidad
de los recursos y de las acciones en pro de los derechos medioambientales.
2.- OBJETIVOS GENERALES:
- Introducir al alumno en el conocimiento de los principales problemas medioambientales,
tanto a nivel general, como en el ámbito laboral, y su aplicación a la especialidad
profesional a través del desarrollo de buenas prácticas medioambientales.
- Sensibilizar ante el problema medioambiental existente.
3.- CONTENIDOS:
BLOQUE 1: Introducción al concepto del medioambiente.
Tema 1.- Conceptos básicos: Medioambiente, ecología, flora, fauna. El hombre y el medio ambiente.
Tema 2.- La contaminación. Los vertidos. La reutilización. El desarrollo sostenible. Ejemplo de Canarias.
BLOQUE 2.- La contaminación y el deterioro de los recursos naturales.
Tema 1.- Principales problemas globales del medioambiente: La contaminación atmosférica, efecto
invernadero, la capa de ozono, la acidificación del agua y el suelo, contaminación de las aguas y de los
suelos.
Tema 2.- Residuos urbanos, industriales, sanitarios, agrícolas y ganaderos. Pérdida de la biodiversidad.
Tema 3.- Agotamiento y contaminación del agua. Desforestación y desertización.
BLOQUE 3.- La ciudad: nuestro medio.
Tema 1.- Urbanismo y ordenación del territorio: El crecimiento de las ciudades, el clima en las ciudades.
Tema 2.- Principales problemas ambientales. Contaminación atmosférica y consumo energético. El ruido.
Residuos Urbanos. Consumo y depuración de aguas.
BLOQUE 4.- La actuación de la Administración.
Tema 1.- Organizaciones gubernamentales con competencia ambiental. La Unión Europea.
Tema 2.- Competencias del Estado Español, las Comunidades Autónomas y la Administración Local.
Otros Organismos.
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BLOQUE 5.- La respuesta de la Sociedad:
Tema 1.- Respuesta empresarial. Los Medios de comunicación. El papel de la Escuela. Las Asociaciones
políticas. El movimiento ecologista.
Tema 2.- La aportación individual:
Tema 3.- El Hogar. El lugar donde vivimos. El transporte individual. Centros educativos y de trabajo.
Tema 4.- Adaptación del módulo a las diferentes familias profesionales y a sus ocupaciones:
Tema 5.- Desarrollar y poner en práctica un código de buenas prácticas en tu actividad profesional.
DESARROLLO TEÓRICO DE LOS CONTENIDOS
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BLOQUE 1: Introducción al concepto del medioambiente. A lo largo de este primer bloque vamos a ver dos temas que consideramos fundamentales al iniciar
este curso, como son los conceptos básicos y la contaminación, con el ejemplo de Canarias.
En el primer tema, veremos los conceptos básicos en medioambiente con ejemplos y
consideraciones importantes acerca de la temática planteada.
En el Segundo tema, nos meteremos de lleno con el problema de la contaminación, los vertidos, y
el desarrollo sostenible, entre otros temas, de marcado interés, y dirigidos también hacia la problemática
que nos encontramos en Canarias.
Objetivos Específicos del Bloque:
• Conocer los conceptos básicos en medioambiente.
• Distinguir los conceptos básicos.
• Saber los tipos de contaminación y sus consecuencias.
• Apreciar la importancia del desarrollo sostenible en el entorno de Canarias.
• Valorar la Flora, fauna, litoral y medio terrestre de Canarias.
• Sensibilizar acerca de la importancia de la conservación del medio.
• Esquematizar los tipos de vertidos y sus consecuencias.
• Analizar los cambios producidos en los últimos años en el medioambiente canario.
Desarrollo de los contenidos teóricos:
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Tema 1.- Conceptos básicos: Medioambiente, ecología, flora, fauna. El hombre y el medio ambiente.
1.1.- ¿Qué es el medio ambiente?
Existen diversas definiciones de medio ambiente1. Entre ellas, la más aceptada es: El Medio
Ambiente es todo aquello que nos rodea. Entendiéndose como tal, la globalidad de todo lo que está a
nuestro alrededor y que afecta las formas de vida de las personas y de la sociedad en su conjunto.
Es decir, medio ambiente sería todo lo que nos rodea, lo que creemos que nos rodea o,
incluso, lo que nos interesa de lo que nos rodea.
Esta perspectiva es muy amplia, en ella cabe cualquier cosa. Y quizá sea así, porque nuestra
relación con el planeta es tan intensa que prácticamente todo lo que nos rodea es de nuestro interés.
Por un lado, se trata de un concepto que transciende lo estrictamente natural, ya que comprende, además
de los valores naturales, los valores sociales y culturales existentes en un lugar y un momento
determinado, que influyen en la vida de las personas y en las generaciones venideras. Incorpora elementos
intangibles como la cultura2 (patrimonio cultural e histórico). Por otro lado, esta concepción tiene
aparejada una fuerte perspectiva antropocéntrica: El medio ambiente es lo que, en definitiva, le interesa al
Homo sapiens.
Los elementos clave para discriminar qué es y qué no es medio ambiente van a ser los recursos
naturales y el entorno.
El concepto de recurso natural corresponde a la parte del medio ambiente que puede ser utilizada
por la especie humana en su provecho. Sería la porción de los sistemas naturales de la que se obtiene un
beneficio, es decir, a la que se explota. Por su parte el entorno es lo que nos rodea en el sentido físico, se
relaciona con la calidad de vida, con los valores estéticos y culturales, con el confort y con la salud.
Sin embargo, delimitar que son los recursos naturales no es una cuestión simple. Muchos de ellos
aprovechados por el ser humano se originan y mantienen en ecosistemas muy complejos, y muy frágiles.
Esto hace que estos sistemas tengan una importancia extraordinaria, ya que son responsables del
1Antonio Machado Carrillo (Machado Carrillo, 1990) califica el término “Medio Ambiente” como una redundante genialidad de nuestro país, que reúne dos términos sinónimos: medio y ambiente. 2 Sin embargo y a nivel general, se aprecia que para un ciudadano medio el concepto de Medio Ambiente se restringe a lugares de ocio en la naturaleza (la playa o el monte) y su percepción sobre el estado de conservación no va más allá de considerar la suciedad o limpieza del lugar.
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mantenimiento de una gran variedad de recursos. Por otra parte, la consideración de recurso natural puede
variar dependiendo del desarrollo tecnológico; ya que algunos recursos de la biosfera que ahora no se
consideran útiles pueden serlo gracias a avances tecnológicos3.
A modo de resumen, se podría decir que el medio ambiente es el conjunto de recursos naturales
que nos ofrece el Planeta para obtener beneficios económicos y sociales. Así, de las tensiones causadas de
la explotación de los ecosistemas por parte de la especie humana se han provocado una serie de
desequilibrios que originan y se convierten en los diferentes problemas medioambientales que afectan a la
Tierra.
1.2 ¿Qué es la ecología?
La ecología es la ciencia que estudia los ecosistemas. Los ecosistemas engloban a los organismos,
sus interrelaciones y las relaciones de cada uno de ellos con el medio. De ahí que sea una ciencia
fundamental para entender y abordar el medio ambiente.
El ecosistema es un ciclo de materia orgánica propulsado por una fuente de energía
(generalmente solar) que se disipa continuamente para mantener la materia en circulación.
El nexo de unión entre cada uno de los elementos del ecosistema son las relaciones tróficas, es decir,
¿Quién se come a quién? En base a esas relaciones alimenticias se pueden establecer niveles o papeles
tróficos: productor primario, herbívoro, carnívoro, súper carnívoro, detritívoro, etc. Pero los
ecosistemas son organizaciones muy complejas, donde existen cientos de conexiones entre las numerosas
especies que lo componen. (Figura 1)
Cuadro 1. Definición de ecosistema
Figura 1. Ejemplo de ecosistema.
Fuente: Proyecto Biosfera en http://recursos.cnice.mec.es
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Desde ese punto de vista, la ecología es la herramienta básica para el análisis, la toma de
decisiones en lo referente a la planificación y gestión de la naturaleza y los recursos naturales. Es una
buena herramienta para el medio ambiente. Entre las diferentes aplicaciones de la ecología se pueden
destacar:
• La aplicación de la dinámica de poblaciones a la explotación de los recursos vivos,
• La aplicación de los modelos de funcionamiento de los ecosistemas a los modelos de explotación
de recursos naturales,
• La aplicación de la teoría de la biogeografía insular a la gestión de redes de espacios naturales
protegidos,
• Etc.
1.3 La evolución de la especie humana y su relación con el medio ambiente.
El gran ecosistema de la Tierra está integrado por un conjunto de elementos abióticos y bióticos:
entre los elementos abióticos están la energía solar, el suelo, el agua y el aire, mientras que los bióticos
son los organismos vivos (plantas, animales, microorganismos y por tanto, el especie humana).
La totalidad de los elementos, bióticos y abióticos, mencionados forman un sistema,
interaccionando entre sí. Los seres vivos dependemos de la interconexión de todos estos elementos: las
plantas se nutren del agua y de las sales minerales, del dióxido de carbono y de la luz solar para convertir
la materia inorgánica en carbohidratos (materia orgánica) por medio de la fotosíntesis; los animales, a su
vez, dependen de las plantas formando una cadena conocida como red trófica (Figura 2).
Figura 2. Ejemplo de red trófica mostrando flujos de energía dentro y fuera del agua profunda.
Fuente: Odum et al. En http://www.unicamp.br
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Las diferentes formas de vida que han poblado el planeta en toda su historia han ido cambiando,
extinguiéndose y apareciendo millones de especies nuevas, mientras las glaciaciones transformaban
radicalmente el planeta. La Tierra ha cambiado muy lentamente. Las edades geológicas marcan unos
ritmos infinitamente más lentos que las edades históricas conocidas por el ser humano. La tectónica de
placas separó las masas continentales, y la Tierra fue “invadida” por los océanos, y se alzaron y
erosionaron montañas, depositando sedimentos a lo largo de las costas. Finalmente y tras la retirada de los
hielos de la última glaciación, se originó el clima que hoy conocemos. La era actual es conocida como era
reciente, postglacial u Holoceno. Durante este tiempo, la Tierra ha permanecido más o menos estable.
La especie humana habita la Tierra desde hace relativamente poco tiempo (hablando en términos
geológicos), sin embargo ha sido capaz de modificar el medio ambiente a consecuencia de las actividades
que ha desarrollado. Los primeros homínidos vivieron en armonía con la naturaleza, como lo hacían los
demás animales. Pero a medida que la población humana crecía y su tecnología era cada vez más
sofisticada, el impacto ambiental se incrementaba y traspasaba las fronteras, apareciendo problemas de
contaminación ambiental cada vez más significativos y generalizados
(Cuadro 2).
LA APARICIÓN DEL HOMO SAPIENS
RELACIÓN CON LOS RECURSOS Y
EL MEDIO AMBIENTE IMPACTO AMBIENTAL
La evolución a partir de los primeros homínidos dio lugar a
los humanos modernos hace unos 150.000 ó 200.000 años.
Apareciendo así, el Homo sapiens. La población mundial
debía estar por debajo del millón de individuos.
Los grupos humanos primitivos dependían de forma estricta
del ecosistema, de su productividad y de cómo influía en ella
la variabilidad climática. Eran recolectores y cazadores.
Las sociedades humanas primitivas vivían en equilibrio con
el ecosistema y estaban perfectamente integradas en él.
Algunas de estas sociedades, que han llegado hasta nuestro
tiempo, siguen manteniendo ese equilibrio con la naturaleza.
Es una mera cuestión de supervivencia.
Los problemas ambientales que pueden crear este tipo de
sociedades son insignificantes, aunque no inexistentes.
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AGRICULTORES Y GANADEROS
RELACIÓN CON LOS RECURSOS
Y EL MEDIO AMBIENTE IMPACTO AMBIENTAL
Hace 11.000 años comenzó el cultivo de cereales y la
domesticación de perros y ovejas, inaugurando la época de la
cultura de la producción de alimentos.
Hace 9.000 años se ampliaron las especies y se fundaron las
primeras ciudades de adobe crudo, se cultivaba trigo de
semillas y se criaban cabras, ovejas y cerdos.
La continúa evolución de la agricultura y su tecnología
(riego, arado, etc.) fue permitiendo mayores producciones
y también, aumentar las tierras dedicadas a la agricultura y
ganadería.
El impacto ambiental tiene relación con la pérdida de
biodiversidad, la modificación y destrucción de ecosistemas
(y en especial, la deforestación de grandes extensiones de
terreno).
• La capacidad de controlar y usar el fuego permitió
modificar y eliminar la vegetación natural
• La domesticación y pastoreo llevó al sobrepastoreo y a la
erosión del suelo
• El cultivo de plantas originó también la destrucción de la
vegetación natural para hacer hueco a las cosechas
• La demanda de leña condujo al agotamiento de bosques
enteros.
• Los animales salvajes se cazaban por su carne o eran
destruidos si se trataba de plagas o depredadores.
EL COMERCIO
RELACIÓN CON LOS RECURSOS Y EL MEDIO AMBIENTE
IMPACTO AMBIENTAL
La invención del dinero no significó la creación del comercio, que ya se venía haciendo en forma de trueque o cambio, pero supuso un impulso extraordinario de la actividad comercial. El transporte de bienes permitió el crecimiento de las ciudades, y éste incentivó la creación de nuevos cultivos y la explotación de nuevos recursos naturales.
El comerció intensificó las actividades agrícolas y ganaderas, ya que era necesario abastecer mercados mayores, así aumentaron las superficies de tierras destinadas a la agricultura y ganadería, intensificando sus efectos negativos. • Se transformaron y explotaban ecosistemas antes sin interés para el cultivo o para la obtención de nuevos recursos: madera para construir barcos, metales, metales preciosos, etc. • El transporte llevó consigo el traslado de especies de plantas y animales a otros lugares, con el consiguiente problema para las especies autóctonas. También parásitos y enfermedades. • Las necesidades modernas de transporte presentan un elevado consumo de energía y recursos naturales e implican la construcción de infraestructuras que consumen territorio, fragmentan ecosistemas, etc.
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LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
RELACIÓN CON LOS RECURSOS Y EL MEDIO AMBIENTE
IMPACTO AMBIENTAL
El periodo de 1750 a 1830 3 marca un punto de inflexión en cuanto al uso de recursos, al consumo energético y la producción de residuos. El factor clave en esta transformación es el acceso de nuestra especie a máquinas complejas capaces de multiplicar el trabajo humano y de animales mediante el uso de combustibles fósiles. Al principio se utilizaban recursos muy poco eficientes, como la biomasa, el carbón vegetal y, posteriormente, recursos más energéticos como el carbón mineral, el petróleo o el gas. Este periodo también trajo consigo la explotación intensiva de otros recursos naturales como el hierro y el aluminio.
La revolución industrial representa un hito fundamental en la capacidad de la especie humana para modificar la naturaleza. En esta época los seres humanos son capaces realmente de cambiar la superficie del planeta, la calidad de su atmósfera y las características de su agua. • La producción de energía mediante combustibles fósiles produce la liberación de CO2 y otras sustancias contaminantes a la atmósfera terrestre, lo que puede afectar a la salud humana a escala local y al clima del planeta a escala global. • Los óxidos de nitrógeno y azufre, subproducto de la quema de combustibles, son responsables de la lluvia ácida, que se ha convertido en un importante factor de deforestación, con implicaciones transnacionales. • La sociedad industrial se caracteriza por deshacerse de sus deshechos diluyéndolos en agua y vertiéndolos a ríos y mares. • La explotación de los recursos naturales es intensa. Siempre que exista demanda de un producto, será explotado. No importa lo escaso que sea, o lo caro y difícil que sea conseguirlo.
EL MERCADO GLOBAL
RELACIÓN CON LOS RECURSOS Y EL MEDIO AMBIENTE
IMPACTO AMBIENTAL
La globalización económica ha permitido que el mercado tenga un ámbito mundial, y que se puedan intercambiar mercancías a lo largo de todo el planeta. En un mercado ideal, todos están perfectamente informados de la oferta y la demanda, por lo que los precios son los justos. Sin embargo, la globalización económica ha puesto a disposición de unos pocos los recursos del planeta y ha dado lugar a una presión internacional de los capitales sobre casi sobre cualquier cosa en cualquier lugar de la tierra.
La globalización de la economía está permitiendo trasladar la contaminación y la sobreexplotación de recursos a los países menos desarrollados. La deslocalización de la producción de las grandes empresas transnacionales permite abaratar costes a cambio de reducir los costes laborales, reducir las medidas anticontaminación y de explotar recursos naturales a precios por debajo del mercado. Los problemas ambientales se repiten y se repetirán en los países en vías de desarrollo ya que se está implantado en éstos el mismo modelo de desarrollo socio-económico.
3 El término revolución industrial, se aplicó originalmente a la transformación sufrida en Gran Bretaña entre 1750 y 1830, de una población fundamentalmente rural que vivía de la agricultura hacia una sociedad urbana más y más involucrada en empresas de manufacturación
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LA SOCIEDAD DE CONSUMO
RELACIÓN CON LOS RECURSOS Y EL MEDIO AMBIENTE
IMPACTO AMBIENTAL
La riqueza económica se genera gracias al consumo generalizado de productos y servicios por parte de la sociedad. La demanda de los consumidores, manipulada por la publicidad, se mantiene en un nivel elevado de gasto: no importan si los productos adquiridos son útiles o necesarios.
La Sociedad de Consumo ha sido el elemento definitivo que ha desencadenado la actual crisis ambiental. Cada uno de los hitos históricos que hemos descrito ha significado un incremento en el potencial de influencia de la especie humana sobre el medio ambiente. Pero la Sociedad de Consumo ha ido mucho más allá, está generalizando el consumo de bienes y servicios a toda la población y, en consecuencia, está llevando la demanda y la explotación de los recursos naturales hasta un punto insostenible.
Cuadro 2. La relación de la especie humana con el entorno a lo largo de su historia y los impactos ambientales ocasionados por la explotación de los recursos naturales.
Fuente: Almunia, J., 2006 a partir de la información extraída de El collar del neandertal de Juan Luis Arsuaga y El mercado y la globalización de José Luis Sanpedro
En conclusión, el proceso evolutivo de nuestra sociedad en los últimos miles de años nos ha
permitido explotar multitud de recursos y ecosistemas, sin depender de forma exclusiva de ninguno de
ellos. Sin embargo, el crecimiento sin precedentes de la población humana y el desarrollo tecnológico del
último siglo están produciendo unas consecuencias negativas cada vez más fulminantes en la calidad del
medio y en su capacidad para sustentar la vida. Hasta ahora nunca se había alcanzado un ritmo de
incremento de los niveles de contaminación.
EL EFECTO MULTIPLICADOR DE LA POBLACIÓN CRECIENTE
Las grandes amenazas ambientales que se ciernen sobre el planeta a escala global, no lo son sólo
por el daño que causa la actividad, sino también debido al efecto multiplicador de la población global.
Un consumo de agua de 300 litros per cápita (usual en los países más industrializados) no es en sí
mismo una amenaza para el medio ambiente. Pero cuando este consumo se multiplica por 40 millones de
habitantes, significa 12.000 millones de litros al día, y entonces comienza a ser algo de lo que
preocuparse. Cuando se multiplica por 6.000 millones de habitantes, se convierte en 1,8 billones de litros
de agua al día, y entonces es sencillamente insostenible.
(Fuente, Almunia J., 2006)
Otro ejemplo de las amenazas derivadas del efecto amplificador de la población y de la Sociedad
de Consumo es lo que está ocurriendo en China: China siempre ha sido considerada como el país de las
bicicletas. Esta situación en estos últimos 20 años está cambiando de manera radical. Las ventas de
vehículos crecen de forma imparable; en 2002 las ventas subieron en un 60% y en la primera mitad de
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2003 lo hicieron en un 80%. De continuar esta tendencia se calcula que en el año 2015 habrá 150
millones de automóviles en China, lo que representa 18 millones más de todos los automóviles que
existían en Estados Unidos en 1999 (según datos del World Watch Institute, 2004). Las consecuencias de
esto sobre los recursos naturales son fácilmente predecibles. Esta situación no es un hecho aislado, buena
parte del mundo está ahora mismo entrando en la Sociedad de Consumo. La inquietante pregunta que
podemos formularnos es:
De seguir la tendencia de globalización de la sociedad de consumo ¿Qué ocurrirá cuando se
incorporen a nuestro modo de vida los otros 4.300 millones de habitantes del planeta? Y, más aún,
¿Cómo podrán soportar los recursos naturales del planeta a esta creciente clase social cuando en el año
2050 la población mundial alcance los 9.000 millones de habitantes?
La Sección de Población de la ONU proyecta que la población mundial se incrementará en un
41% para el año 2050, alcanzando 8.900 millones de personas. Este incremento amenaza con hacer
desaparecer todo el ahorro obtenido mediante las mejoras en eficiencia energética, o mediante las
reducciones en el consumo de recursos naturales per cápita. Por ejemplo, incluso si los ciudadanos de
Estados Unidos redujeran su consumo de carne en un 20%, en el año 2050 el consumo anual de carne en
el país crecería en unos 5 millones de toneladas debido tan sólo al crecimiento de la población
(Fuente de los datos: World Watch Institute (2004))
No cabe duda que dos de los grandes retos del siglo XXI van a ser el crecimiento demográfico y la
generalización de la Sociedad de Consumo. Cualquier esfuerzo para reconducir la demanda de recursos
naturales hacia límites razonables debe enfrentarse con ambas situaciones, y las opciones son
extraordinariamente escasas y complejas, ya que ambos soportan nuestro actual modelo de desarrollo.
1.4.- El desarrollo sostenible.
El planeta Tierra presenta unas dimensiones gigantescas en comparación con nuestro tamaño, pero
al fin y al cabo, se trata de dimensiones limitadas. Este hecho es importante ya que los recursos naturales
son limitados. Y sin embargo, nuestro actual modelo de desarrollo parece no tener límites.
Además, nuestro crecimiento está produciendo cambios en el gran ecosistema de la Tierra antes
inimaginables.
La situación actual preocupa a la sociedad, cada vez más concienciada y sensibilizada por la
problemática ambiental. Esta preocupación se refleja en el resto de sectores, políticos y empresariales, de
la sociedad, así como a todos lo niveles: internacional, europeo, nacional, regional y local. Una iniciativa
internacional es la celebración anual del Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), declarado por la
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1972. El Día Mundial del Medio
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Ambiente es uno de los principales vehículos por medio de los cuales la ONU estimula la sensibilización
mundial en torno al medio ambiente e intensifica la atención y la acción política.
Otro de los acontecimientos más importantes fue la Conferencia sobre Medio Ambiente y
Desarrollo de las Naciones Unidas, también conocida como la Cumbre de la Tierra, se reunió durante 12
días en las cercanías de Río de Janeiro, Brasil (junio de 1992). La cumbre desarrolló una agenda de
medidas relacionadas con el cambio ambiental, económico y político. El propósito de la conferencia fue
determinar qué reformas ambientales eran necesarias emprender a largo plazo, e iniciar procesos para su
implantación y supervisión internacionales. Los principales temas abordados incluían el cambio
climático, la biodiversidad, la protección forestal, la Agenda 21 y la Declaración de Río (un documento
donde se demanda la urgencia y la importancia de la integración de medio ambiente y desarrollo
económico). La Cumbre de la Tierra fue un acontecimiento histórico de gran significado. No sólo hizo del
medio ambiente una prioridad a escala mundial, sino que a ella asistieron delegados de 178 países, lo que
la convirtió en la mayor conferencia celebrada hasta ese momento.
1.4.1 ¿QUÉ ES EL DESARROLLO SOSTENIBLE?
La primera definición internacionalmente reconocida de desarrollo sostenible se encuentra en el
documento denominado Informe Brundtland (1987), fruto de los trabajos de la Comisión de Medio
Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada en Asamblea de las Naciones Unidas en 1983.
Dicha definición se asumiría en el Principio 3º de la Declaración de Río (1992):
“ Aquel desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer
las posibilidades de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades”
Por un lado, el desarrollo sostenible o desarrollo sustentable (expresión más utilizada en América
Latina) hace referencia al uso racional de los recursos naturales de un determinado lugar, cuidando que no
sean esquilmados de forma que las generaciones venideras puedan hacer uso de ellos. Se trata por tanto
de evitar que las actividades, principalmente las económicas, imposibiliten el futuro de la vida humana en
la Tierra. Por otro lado, el término se concentra en mejorar la calidad de vida de los habitantes de la
Tierra (todos) sin incrementar el uso de recursos naturales por encima de la capacidad del medio de
regenerarlos o proporcionarlos de forma indefinida. Esta estrategia requiere entender que la no-acción
tiene consecuencias y que hemos de encontrar nuevas formas de cambiar las estructuras institucionales e
influenciar el comportamiento individual.
Si analizamos lo que sugiere el desarrollo sostenible podemos ver que no es una idea nueva.
Anteriormente muchas culturas en la historia humana han reconocido la necesidad de la armonía
entre ambiente, sociedad y economía (Recomendamos la lectura del documento “Los indios Suwamish y
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el derecho al medio ambiente). Esta idea del equilibrio con el medio ambiente era en muchos casos más
bien una necesidad, y la necesidad era tanto más acuciante cuanto menos avanzada tecnológicamente
estaba la sociedad.
Dentro de este nuevo contexto, el concepto de desarrollo sostenible presenta varias facetas:
ambiental, económica y social (Figura 3). De esta manera se oficializa un enfoque en el que se deben
compatibilizar los aspectos ambientales, con los económicos y los sociales, desde una perspectiva de
solidaridad entre generaciones. El aspecto social se ha introducido al constatarse que el deterioro
ambiental está asociado a los estilos de vida de los países desarrollados y a la lucha por la supervivencia
de los habitantes más pobres del planeta. Se entiende que el medio ambiente está íntimamente ligado con
la actividad humana y por lo tanto, la mejor estrategia para su protección es tenerlo presente en todas las
tomas de decisiones que le pudieran afectar.
Figura 2. Las tres facetas del desarrollo sostenible.
Fuente: Elaboración propia
Un ejemplo sobre cómo la influencia del desarrollo sostenible se desarrolla a todos los niveles es
la apuesta por la sostenibilidad de las ciudades y pueblos. Esta apuesta se hace realidad a través de la
implantación de las Agendas 21 Locales. El compromiso con el desarrollo sostenible de las ciudades se
suscribe en el documento conocido como la Carta de Aalborg. Cada municipio o ciudad diseña su propio
camino hacia la sostenibilidad en función de sus peculiaridades ambientales, sociales, económicas e
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institucionales, pero siempre teniendo en cuenta una serie de aspectos comunes que se deben introducir en
los objetivos seleccionados en su camino hacia el desarrollo sostenible:
• La economía urbana sostenible y siempre respetuosa con los recursos naturales locales.
• La mejora de la calidad de vida para todos los ciudadanos, incidiendo en la justicia social y la
igualdad de oportunidades.
• El mantenimiento de los servicios públicos.
• Los planes de ordenación del territorio y urbanismo que tengan en cuenta su impacto ambiental El
poder de autogestión.
• La participación de los ciudadanos.
• El acceso a la información y la formación en materia de desarrollo sostenible de la sociedad
1.4.2 ¿EN QUÉ CONSISTE LA SOSTENIBILIDAD?
Urge la necesidad de consolidar la sostenibilidad, de cambiar la política y de poner en práctica a
todos los niveles, desde el individual al global, actuaciones que fomenten el cambio. Ya nos estamos
enfrentando a problemas a escala global, como la escasez de agua, la destrucción de bosques tropicales, el
agotamiento de recursos naturales, la extinción de especies y el cambio climático.
El cambio hacia esta nueva forma de desarrollo debe partir de introducir la sostenibilidad
fundamentalmente en los siguientes aspectos:
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Cuadro 3. Cambios necesarios para conseguir la sostenibilidad. Fuente: Almunia, J., 2006
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Tema 2.- Canarias: la contaminación, los vertidos, la reutilización y desarrollo sostenible.
2.1.- La biodiversidad Canaria: el por qué de la importancia de la sostenibilidad.
El término biodiversidad abarca todo lo relativo a la variedad de vida, tanto en lo que se refiere a
la diversidad de las formas de vida (diversidad sistemática) como en lo referido a la diversidad y
complejidad interna de los ecosistemas (diversidad ecológica).
Los investigadores suelen estimar la biodiversidad actual en torno a unos 10 millones de especies
como valor más aceptado (Tabla 1), dichas estimaciones se basan en la extrapolación de los datos
obtenidos a partir de ecosistemas muy estudiados, a aquellos otros que todavía no han sido investigados
intensamente. Es importante destacar que estos datos cambian constantemente, ya que cada año se
describen nuevas especies a la vez que se producen nuevas extinciones.
Tabla 1. Aproximación a la cuantificación de especies en el mundo4. Fuente: Hernández y Gasol (2004)
4 Los hongos aportan unas 70.000 especies a la lista y en cuanto a la diversidad de los microorganismos hay que decir que es poco conocida, aunque sólo las diatomeas (algas unicelulares microscópicas), mejor catalogadas gracias a su diversidad morfológica, suman casi 100.000 especies.
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La distribución de la biodiversidad en el mundo no se produce de forma homogénea ya que hay
regiones con mayor riqueza biológica que otras. Esta distribución global de la biodiversidad responde
mayoritariamente al clima, debido a que los organismos vivos se desarrollan mejor en determinadas
condiciones ambientales. La estabilidad del clima facilita el establecimiento, en un lugar, de una mayor
diversidad de organismos y cuanto más homogéneo sea, es decir, con estaciones menos marcadas, más
estable será el lugar en cuestión.
Las especies, además, se distribuyen condicionadas por los gradientes de: latitudinal, altitud y
precipitaciones. Es así que a menor latitud, es decir, cuanto más cerca del Ecuador, el número de especies
aumenta ya que los factores ecológicos hacen que, por ejemplo, haya más especies en la Selva Tropical
que en la Tundra. En lo que se refiere a la altitud, la diversidad disminuye con la altura y en cuanto a la
influencia de las precipitaciones en la distribución de la diversidad, es evidente que en las zonas
desérticas y/o áridas hay menor número de especies que en los lugares donde llueve mucho.
Además, esta distribución global de la diversidad también se puede ver condicionada por factores
locales como, por ejemplo los procesos geológicos que hayan tenido lugar en una zona.
El archipiélago Canario forma parte de uno de los lugares naturales más característicos del
planeta, dicho enclave biogeográfico es conocido como Macaronesia (Figura 1), que incluye a los
archipiélagos de Azores, Madeira y Cabo Verde, los islotes de las Salvajes y una franja de la costa
occidental de África. Presentando como característica inequívoca, su flora y fauna, siendo ambas de una
gran diversidad y haciendo gala de un número de endemismos muy considerable. El archipiélago está
situado en la franja intertropical del planeta, por lo que goza de un clima donde las estaciones no
muestran cambios rigurosos, presenta temperaturas suaves y una clara predominancia de los vientos
Alisios, los cuales vienen cargados de humedad, favoreciendo la presencia de vegetación en sus zonas de
influencia.
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Las islas más desarrolladas del conjunto macaronésico son las Islas Canarias, lo que ocasiona
situaciones desfavorables para la conservación del medio ambiente. Sin embargo, es importante reconocer
los logros en los estudios terrestres y oceanográficos obtenidos en las dos últimas décadas, los cuales han
dado un impulso considerable al conocimiento profundo de los diferentes ecosistemas presentes en las
Islas Canarias
El archipiélago Canario está formado por un conjunto de siete islas mayores; Tenerife, La Palma,
La Gomera, El Hierro, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura y seis menores: Alegranza, Graciosa,
Montaña Clara, Lobos, Roque del Este y Roque del Oeste. El archipiélago está situado en el océano
Atlántico, frente a las costas africanas. El punto más septentrional es 29º latitud N y el más meridional es
27º siendo la región española con mayor longitud de costas, con 1.583 Km. Además, cuenta en su
territorio con cuatro Parques Nacionales: Caldera de Taburiente (La Palma), Garajonay (La Gomera), El
Teide (Tenerife) y Timanfaya (Lanzarote).
Más aún, gran parte del territorio está protegido por la Ley de Declaración de Espacios
Naturales Protegidos desde 1.987, concretamente una media del 37 % de la región.
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La evolución de esa figura de protección dió lugar en 1994 a la Ley de Espacios Naturales de
Canarias, en la que se clasifican los espacios según las siguientes categorías: Parque Natural, Parque
Rural, Reserva Natural Integral, Reserva Natural Especial, Monumento Natural, Paisaje Protegido y
finalmente, Sitio de Interés Científico (Tabla 2).
La formación del Archipiélago se debe en su totalidad a la actividad volcánica, la cual actuó en
forma de acumulaciones magmáticas que junto con la actividad erosiva de los fenómenos climatológicos,
han dado lugar al paisaje canario. La actividad volcánica se inició hace 20 millones de años como
consecuencia del movimiento orogénico alpino que fracturó la placa atlántica y provocó la emisión de
magma. La solidificación del magma originó la edificación de las diferentes islas del Archipiélago, a
través de largos períodos de actividad volcánica seguidos de períodos en los que cesaba dicha actividad.
Las rocas volcánicas que componen las Islas son fundamentalmente de basalto. El roquedo
volcánico ha sido erosionado por el viento y por el agua dando lugar a una amplísima variedad de paisajes
que van desde la aridez de Lanzarote y Fuerteventura, hasta la abundancia de los bosques de La Palma o
La Gomera.
El clima canario es oceánico tropical, marcado por temperaturas suaves y presentando variaciones
muy importantes en cuanto al régimen de precipitaciones. En las islas orientales, las precipitaciones son
más escasas que en las occidentales; así Fuerteventura y Lanzarote se caracterizan por un clima árido
semidesértico, mientras que en algunas zonas de la Isla de La Palma, por ejemplo, las precipitaciones
anuales llegan a superar los 1.200 litros.
24
La escasez de lluvia ha llevado a la población a la búsqueda de alternativas de abastecimiento de
agua por medio de la instalación de desaladoras, en su mayoría para abastecer zonas urbanas, como es el
caso de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. La porosidad del terreno dada su naturaleza volcánica,
dificulta el aprovechamiento del agua de lluvia en presas y embalses para la mayoría de las islas del
archipiélago Canario, si bien estas construcciones tienen cierta importancia en Gran Canaria y La
Gomera. En las islas occidentales se lleva a cabo un aprovechamiento de los acuíferos subterráneos a
través de galerías, a excepción de la Isla de El Hierro, donde son más importantes los pozos y aljibes.
25
Algo muy significativo es la cercanía al mar que presentan algunos conjuntos de montañas.
Esa cercanía a la costa provoca que las masas de aire transportadas por los Alisios, viento
dominante en el Archipiélago, se condensen dando lugar al fenómeno conocido como mar de nubes
(Figura 2) , quedando “atrapadas” por el relieve y por tanto, beneficiando a la vegetación de la zona
debido a la humedad que pueden llegar a descargar. Sin embargo, debido a los microclimas existentes en
una misma isla, podemos encontrar zonas donde aparecen bosques húmedos y otras zonas donde la aridez
es la característica principal.
La variabilidad climática de la zona junto con otros factores, constituye el sustrato
esencial que hizo posible que diferentes especies de flora y fauna, marina y terrestre,
bien procedentes de la zonas próximas o relacionadas con ellas, arribaran a las islas y
las colonizaran.
Las especies colonizadoras, llegadas por fenómenos de dispersión activa (volando, nadando, etc.)
o pasiva (flotando, suspendidas, etc.), sufrieron procesos de especiación geográfica y adaptación que han
generado, hasta el presente, un valor genético en endemismos que sitúa a las Islas entre las regiones más
importantes del mundo en cuanto a su biodiversidad. Así, teniendo en cuenta la edad de las Islas y su
cercanía a los continentes africano y europeo, su flora y su fauna terrestres proceden originariamente de
estas zonas. Sin embargo, gran parte de estas especies son, hoy en día, el resultado de la especiación que
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sufrieron debido al aislamiento geográfico y genético del Archipiélago respecto de los continentes
próximos y de las islas entre sí.
FLORA:
En cuanto a la flora, Canarias es la cuarta región natural del mundo en endemismos florísticos, con
1.700 plantas superiores catalogadas, de las que unos 20 géneros y más de 500 especies son endémicas.
La distribución de las plantas en el Archipiélago es muy variada según a qué piso de vegetación (Figura
3), nos estemos refiriendo:
Elaboración propia
Vegetación de Costa: las comunidades vegetales estrictamente de costa tienden a ocupar una estrecha
franja, a lo largo de la geografía insular, bajo la influencia del mar donde la elevada salinidad, la acción
abrasiva del viento y la humedad marina, la elevada insolación y la escasez del agua favorecen el
desarrollo de comunidades vegetales en acantilados y pedregales. Algunas de estas especies son:
Vegetación de Costa: las comunidades vegetales estrictamente de costa tienden a ocupar una estrecha
franja, a lo largo de la geografía insular, bajo la influencia del mar donde la elevada salinidad, la acción
abrasiva del viento y la humedad marina, la elevada insolación y la escasez del agua favorecen el
desarrollo de comunidades vegetales en acantilados y pedregales. Algunas de estas especies son:
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� El Balancón (Traganum moquinii Webb), arbusto que crece en lo alto de las dunas.
� La Camellera (Heliotropium ramosissimum (Lehm.)DC.), pequeña hierba anual
frecuente en las laderas secas del sur de Gran Canaria.
� El Tarajal (Tamarix canariensis Wild), habita las zonas bajas de muchos barrancos
y arenales costeros, frecuente en todas las islas.
Cardonal-Tabaibal: se distribuye en las islas de 0 a 700 metros de altitud, compuesto principalmente por
arbustos suculentos y matorrales adaptados al rigor climático que imponen las altas temperaturas a través
de tallos carnosos donde almacenar agua y hojas reducidas o en forma de espinas, para evitar la
evapotranspiración provocada por la abundante insolación, además de presentar morfologías adaptadas a
los fuertes vientos. Algunos de los endemismos son:
� La Tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera Ait.), arbusto de hasta 2 metros con látex
lechoso utilizado antiguamente como goma de mascar, sus hojas forman una roseta
en la punta de sus ramas.
� La Tabaiba amarga (Euphorbia regis-jubae Webb & Berth), arbusto de hasta 2
metros con hojas más largas y tallos más oscuros que los de la tabaiba dulce.
� El Cardón (Euphorbia canariensis L.), arbusto de tallos cuadrados o pentagonales
con pares de espinas curvas, presenta flores y frutos rojizos en las puntas de sus
tallos.
� El Cardoncillo (Ceropegia fusca Bolle), hierba perenne suculenta de tallos
cilíndricos blanco-grisáceos sin hojas, sus flores de color marrón-rojizo se sitúan en
las puntas de los tallos más viejos.
� El Tajinaste blanco (Echium decaisnei Webb & Berth), arbusto de hasta 2 metros
recubierto de pelos tiesos, sus flores de forma cónica y densa, son blancas con
listas azuladas.
� El Balo (Plocama pendula Ait.), arbusto de olor penetrante de hasta 2 metros de
altura, sus ramas son colgantes y presenta hojas muy estrechas, sus frutos se
vuelven negros al madurar.
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Bosque termófilo: es una formación bien definida que transita entre los matorrales xerófilos del cardonal-
tabaibal y las formaciones arbóreas del monteverde. Ocupa cotas entre los 200 y los 800 metros, pudiendo
considerarse como una zona de transición, ya que presenta lluvias y temperaturas moderadas.
Coincidiendo con un área ligada a una fuerte tradición agrícola, estas zonas presentan fuertes procesos de
degradación, bien por usos inadecuados o bien por el abandono de las actividades.
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El bosque termófilo presenta numerosas especies endémicas, algunas de ellas son:
� El Lentisco (Pistacia lentiscus L.), arbusto de hasta 7 metros con hojas compuestas
en número par y perenne, es frecuente al noreste de las islas.
� La Sabina (Juniperus canariensis. Knight ex Gord. Guss. Ssp. canariensis (Guyot)
Riv.- Mart., Wildp. & Pérez), arbolillo de hasta 8 metros con hojas aromáticas en
forma de escamas muy apretadas a las ramitas, frutos esféricos de hasta 1
centímetro de color pardo-rojizo.
� El Drago (Dracaena draco (L.) L.), árbol de tronco gris plateado, hojas de hasta 60
centímetros de largo de color rojizo en la base de las mismas, asentadas en las
ramas en forma de rosetas, presenta frutos en racimos de color rojo-anaranjado.
� La Palmera canaria (Phoenix canariensis Chabaud), árbol de hasta 12-15 metros,
con hojas de color verde intenso que alcanzan hasta los 7 metros de largo
distribuidas en rosetas para un mayor aprovechamiento de la luz, el fruto es de
color amarilloanaranjado y se presenta en racimos.
� El Acebuche (Olea europaea L. ssp. cerasiformis (Webb. & Berth.) Svent.), árbol
de hasta 12 metros con hojas más oscuras por el haz y pálidas por el envés, el fruto
se asemeja a una pequeña aceituna poco carnosa, de color pardo oscuro a negro.
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Laurisilva: se sitúa en el piso húmedo, caracterizado por el aporte constante de aire fresco que incide en
el sector noreste de las islas de mayor relieve, el cual al ganar altura se condensa en forma de niebla. Su
área de ocupación potencial va desde los 500 a los 1000 metros de altitud en el sector de influencia del
Alisio. Bosque denso de grandes árboles, herederos de la flora de la Era Terciaria, situados en zonas de
umbría con suelos cubiertos por una buena capa de materia orgánica, rezumante de humedad. El bosque
de laurisilva presenta gran variedad de especies, con abundante sotobosque de arbustos, herbáceas y
helechos, entre algunas de las especies podemos destacar:
� El Laurel (Laurus azorica (Seub.) Franco.), árbol de hasta 25 metros con corteza
gris y lisa, sus hojas se han utilizado tradicionalmente como condimento para la
comida.
� El Til (Ocotea foetens (Ait.) Berth & Hook. fil.), árbol de hasta 25 metros con
corteza gris oscura y rugosa, de madera de olor penetrante.
� La Bicacarera (Canarina canariensis (L.) Vatke.), hierba trepadora que se renueva
todos los años desde un tubérculo, con hojas triangulares y flores en forma de
campana de color naranja, su fruto es carnoso y comestible.
31
� El Viñátigo (Persea indica (L.) K. Spreng.), árbol de hasta 25 metros con corteza
fisurada, sus hojas son considerablemente más largas que las del resto de los
árboles de este piso de vegetación y se vuelven rojizas al envejecer.
� El Barbusano (Apollonias barbujana (Cav.) Borne. ssp. barbujana.), árbol de hasta
25 metros con corteza pardo-oscura y rugosa, las hojas presentan verrugas y los
frutos son carnosos como una oliva negruzca.
Fayal-Brezal: se trata de una comunidad arbustiva con portes arbóreos que tiende a aparecer en áreas de
laurisilva degradada, expuestas a fuertes vientos o de transición hacia zonas más frías y secas que ocupan
los pinares distribuyéndose aproximadamente entre los 1000 y los 1500 metros de altitud. Esta
comunidad vegetal presenta adaptaciones a un clima templado y uniforme, siempre húmedo. Algunos de
los endemismos que componen esta formación vegetal son:
� La Faya (Myrica faya Ait.), arbolillo de hasta 10 metros, sus hojas suelen
encorvarse en los bordes y presenta unos frutos carnosos y ásperos de color rojizo-
negro.
32
� El Brezo (Erica arborea L.), arbolillo o arbusto de 2 a 4 metros de altura, que en
formaciones cerradas puede llegar a alcanzar los 15 metros. Presenta pequeñas
hojas estrechas y rígidas. Sus flores también son pequeñas, de color blanco-rosado.
� El Acebiño (Ilex canariensis Poir.), arbolillo de 6 a 10 metros de altura, con corteza
lisa de color gris-blanquecino. Hojas alternas de 3-4 cm de anchura, planas con el
haz de color verde intenso brillante y envés más pálido. Flores de color blanco con
cierta tonalidad verdosa. Los frutos son de color rojo intenso en la madurez
tornándose negros con el tiempo.
Pinar: en su estado óptimo ocupa el piso montano seco caracterizado por las fuertes variaciones térmicas
diarias, las heladas y las nieves en zonas de cumbre, así como por la exposición al aire seco del
contraalisio. Su distribución potencial lo sitúa entre los 800 y los 2000 metros. Las formaciones de pinar
están caracterizadas por la dominancia del pino canario (Pinus canariensis), exceptuando sus cotas más
altas en Tenerife y La Palma, donde se presenta como acompañante el cedro canario (Juniperus cedrus).
Son formaciones generalmente abiertas con sotobosques bastante escasos. Las especies del pinar se han
33
adaptado a las condiciones de extrema sequedad mediante el desarrollo de grandes sistemas de raíces,
hojas de reducido tamaño y cubiertas duras, savias olorosas y resinosas, semillas con cortezas muy duras
y un largo etcétera. Algunas de las especies del pinar, entre ellas la que le otorga el nombre, se describen
a continuación:
� El Pino canario (Pinus canariensis Chr. Sm.), árbol de 30 metros de altura (aunque
quedan ejemplares de 60 metros) con gruesa corteza pardo-rojiza. Sus hojas se
agrupan en forma de acícula y en grupos de tres, siendo éstas largas, delgadas y
agudas, característica singular que lo diferencia de otras especies de pino. También
destaca por su resistencia al fuego, gracias a la corteza y a la resina lo hacen
resistente a los incendios. Es una especie pirófita: Para dispersar su semilla necesita
la acción de las altas temperaturas, lo que ocurre en los días más calurosos del
verano o en los incendios. La historia reciente del archipiélago pone de manifiesto
la importancia que ha tenido siempre esta especie vegetal en la vida de los
pobladores de las islas, pues muchos usos y costumbres tradicionales, están
estrechamente ligados a los diferentes usos del pino canario, por ejemplo se
utilizaba la madera para la construcción de viviendas o para la producción de
carbón vegetal, del corazón de los ejemplares de mayor tamaño se obtenía la tea,
muy valorada en trabajos de carpintería y ebanistería por su dureza y resistencia.
También se usó su resina como producto impermeabilizante, sobre todo en barcos
antiguos y la pinocha se aprovechaba como cama para el ganado.
� La Jara blanca (Cistus monspeliensis L.), pequeño arbusto oloroso de hojas
pegajosas y recurvadas en sus bordes, presenta flores blancas y de vida muy corta.
� El Jarón (Cistus symphytifolius Lam. var leucophyllus (Spach.) Dans.), pequeño
arbusto leñoso que puede alcanzar 1 metro y medio de altura, asociado a pinares de
suelos empobrecidos de las islas centrales y occidentales. Sus hojas, de un verde
pálido y con pelillos por la cara superior, parecen una punta de lanza y miden entre
4 y 10 centímetros de longitud. Las flores de color rosa intenso o púrpura, se
agrupan en los extremos de las ramas.
� La Magarza de cumbre (Argyranthemum adauctum (Link.) Humphr.), pequeño
arbusto del grupo de las margaritas o magarzas muy presente en las cumbres y
pinares de Gran Canaria. El Escobón (Chamaecytisus proliferus (L.) Link. ssp.
Proliferus var. canariae (Christ.) Kunk.), arbusto alto, de entre 4 y 7 metros,
presenta las hojas agrupadas de tres en tres y sus flores son blancas y vistosas.
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Vegetación de Cumbre: las condiciones climáticas de la zona de cumbre, a partir de los 1800 metros, se
endurecen presentando un clima muy seco, altísima insolación y temperaturas extremas, por lo que la
flora está muy bien adaptada. Es así, que a partir de esta zona, se encuentra el matorralcodesal que puede
ser apreciado claramente en Tenerife y La Palma, y en menor medida en Gran Canaria. Destacan los
matorrales de retamas y codesos, de entre los que sobresale, en algunos casos, un tajinaste, lo que nos
acerca a endemismos de gran importancia científica y gran belleza:
35
� La Retama del Teide (Spartocytisus supranubius (L.fil.) Webb et Berth.), presente
en las islas de Tenerife y La Palma. Sus tallos son robustos y erectos, con hojas
agrupadas de tres en tres.
� La Retama amarilla (Teline microphylla (DC.) Gibbs et Dingw.), arbusto
ramificado y compacto, endémico de Gran Canaria, de hojas pequeñas de color
verdoso-grisáceo, presenta flores pequeñas de color amarillo.
� El Codeso (Adenocarpus foliolosus (Ait.) DC), arbusto de hasta 3 metros, erecto y
frondoso con flores amarillas bastante vistosas. Sus hojas son pequeñas y
comprimidas, de color verde oscuro.
� El Tajinaste rojo (Echium wildpretii Pears. ex Hook. fil.), pequeño arbusto sin
ramificar, en forma de roseta con una gran inflorescencia. Sus flores poseen una
corola de color rojo y sus hojas son como pequeñas puntas de lanza. Está
representado por dos subespecies: la ssp.wildpretii, endémica de la zona de Las
Cañadas del Teide y por la ssp.trichosiphon (Svent.) Bramw., endémica de la isla
de La Palma.
� La Violeta del Teide (Viola cheiranthifolia Humb. et Bonpl.), crece por encima de
los 2.100 m de altura, por lo que es una planta adaptada a condiciones climáticas
extremas. Siendo muy pequeña es una planta perenne, rastrera, de hojas alternas
cubiertas por un pelo fino y suave, pudiendo estar las hojas, enteras o algo
dentadas. Presenta tres colores, predominando el malva con manchas amarillas y
blancas.
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FAUNA:
La fauna de las islas está representada por varios miles de animales, entre los que existen algunos
grupos cuya baja capacidad de dispersión posibilitó la evolución hacia endemismos insulares.
Destacar que existe un importante número de reptiles e invertebrados terrestres endémicos, así
como de aves y casi ningún endemismo en mamíferos, además de muy pocos entre la fauna marina. No
obstante, la presencia de los diferentes grupos en cada isla viene determinada por las condiciones de ésta,
existiendo especies exclusivas de una o varias islas, pero representativas del valor natural de la región.
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La fauna terrestre se caracteriza por una gran variedad de invertebrados con más de cinco mil
especies, que ocupan todos los hábitats del Archipiélago y en los que existe un alto índice de
endemicidad. La fauna vertebrada, no tan numerosa, está compuesta de mamíferos, aves, reptiles, anfibios
y peces, estos últimos introducidos recientemente en embalses y presas. Los reptiles terrestres, como
lagartos, perenquenes, salamanquesas y lisas, son casi todos endémicos, con frecuentes endemismos
insulares, y en ocasiones, en peligro de extinción como el Lagarto Gigante de El Hierro (Gallotia simonyi
manchadoi), además de otros como el Lagarto Gigante de Gran Canaria (Gallotia stehlini). En cuanto a
los mamíferos, salvo las dos musarañas endémicas, la Canaria (Crocidura canariensis) en Lanzarote,
Fuerteventura e islotes, junto con la de Osorio (Crocidura Osorio Molina & Hutterer) en Gran Canaria,
así como las siete especies de murciélagos de entre los que se puede destacar el Murciélago Orejudo
Canario (Plecotus teneriffae). El resto animales son introducidos, tales como conejos, erizos, ratas,
ratones, muflones, etc.
Las aves son el grupo de vertebrados con mayor diversidad, con cerca de setenta especies
nidificantes y unas doscientas cincuenta no nidificantes. Muchas de las especies son exclusivas de una o
varias islas e islotes, e incluso de áreas determinadas dentro de éstas. Así, de las setenta especies que
nidifican en las islas, existen cuatro endemismos canarios: la Paloma Turqué (Columba bollii) y la
Paloma Rabiche (Columba junoniae), ambas ligadas a los bosques de laurisilva en La Palma, La Gomera
y Tenerife, el Pinzón Azul (Fringilla teydea polatzeki) de los pinares de Gran Canaria y Tenerife
(Fringilla teydea) y la Caldereta o Tarabilla Canaria (Saxicola dacotiae), endémica de la isla de
Fuerteventura. A éstas se añaden otras muchas especies endémicas de la Macaronesia, como el canario, el
bisbita caminero y el vencejo unicolor, que junto a otras con características de subespecies propias,
conforman un hermoso conjunto de gran riqueza natural.
38
Las especies que se detienen en las islas en sus migraciones se caracterizan, en general, por ocupar
de forma temporal lagunas y embalses, saladares, marismas y otras zonas de costa. Abundan las garzas y
garcetas en estanques de agua dulce junto al ánade real y la cerceta común, mientras que en las costas
podemos observar chorlitejos, zarapitos y otra gran cantidad de especies de aves.
39
SOBRE EL ECOSISTEMA MARINO
Canarias presenta una gran diversidad en cuanto a la existencia de diferentes tipos de ecosistemas
litorales y marinos. Debido a su estratégica posición, se observan características propias del Atlántico
Norte y comunes al Mediterráneo, incluso se comparten especies con las costas americanas
(Adena/WWF, 2006), generando un panorama de gran diversidad de especies de poblaciones con pocos
individuos. En el ecosistema marino de Canarias se han catalogado cerca de 5.232 especies (Banco de
Datos de Biodiversidad de Canarias, Gobierno de Canarias 1999), incluyendo algas, hongos, plantas y
animales.
Entre la fauna marina canaria, se cuenta con la presencia cinco especies de tortugas que llegan a
las costas canarias y que posiblemente pudieron haber nidificado en el pasado, como la tortuga laúd
(Dermochelys coriacea), la tortuga boba (Caretta caretta), la tortuga verde (Chelonia mydas), la tortuga
carey (Eretmochelys imbricata) y la tortuga golfina (Lepidochelys kempii). En lo que respecta a los
mamíferos marinos, los más habituales son el delfín mular (Tursiops truncatus) y el delfín común
(Delphinus delphis), el cachalote común (Physiter macrocephalus), los calderones (Globicephala
melaena) y el zifio común (Ziphius cavirostris). Canarias se ha convertido en un punto de referencia para
la investigación y el avistamiento de cetáceos: se han descrito aproximadamente veinte especies de
40
cetáceos. Por otro lado, destacar que en el Archipiélago existieron importantes grupos de foca monje
(Monachus monachus), más concretamente en la isla de Lobos.
Continuando con la fauna marina, entre la avifauna actual nidificante en Canarias se engloban un
total de 10 especies (según Guillermo Delgado. Curso de Observación de cetáceos. Gobierno de Canarias)
de las que podemos destacar: Gaviota patiamarilla, Charrán común, Charrán rosado,
Petrel de Bulwer, Pardela cenicienta, Pardela Chica, Paiño común y Paiño de Madeira. En
particular, la pardela cenicienta es muy apreciada entre los pescadores isleños por su utilidad para
localizar bancos de peces. Aunque en la actualidad se encuentra protegida, anteriormente fue aprovechada
para consumo humano (práctica casi olvidada, excepto en algunos puntos del Archipiélago). La mayor
colonia conocida en Canarias se localiza en el islote de Alegranza (Isla de Lanzarote) donde habitan
aproximadamente unas 10.000 parejas reproductoras.
Los peces, con algo menos de 700 especies distintas son, junto con los invertebrados marinos, uno
de los grupos más numerosos.
� El pejeverde (Thalassoma pavo): Se trata de un pez de colores llamativos (verdes,
rojos, azules y amarillos que no suele sobre pasar los 20 centímetros de largo.
� La vieja (Sparisoma cretense): Se caracteriza por poseer una mandíbula a modo de
pico de loro que usa para alimentarse de las algas que cubren las rocas. Es una de
las especies más representativas de Canarias y de gran valor culinario.
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� La salema (Sarpa salpa): Habita cerca de la orilla en grupos de hasta 50
individuos.
� La cabrilla (Serranus atricauda): Especie totalmente carnívora y solitario.
� El chucho negro (Taeniura grabata): Es un animal sedentario, independiente y
pacífico, que se alimenta exclusivamente de peces, crustáceos o mariscos, que pasa
la mayor parte del tiempo enterrado en fondos de arena y fango.
� El cazón (Mustelus mustelus): Es el único tiburón presente en Canarias, aunque es
inofensivo para los humanos. Se alimenta preferentemente de peces, cangrejos y
moluscos.
� El pez trompeta (Aulostomus strigosus): Es un pez que busca la protección de
cuevas. Puede un metro y se alimenta de pequeños peces.
� El mero (Epinephelus marginatus): Es un pez territorial, solitario y sedentario, que
puede alcanzar hasta un metro y medio de largo y pesar más de 20 kilos. Debido a
su valor culinario, la sobrepesca ha puesto a las poblaciones de meros al borde de
la extinción en Canarias.
� Caboso (Mauligobius maderensis): Pez endémico de Canarias y Madeira que vive
en los charcos y pocetas. Presenta un cuerpo alargado y casi cilíndrico (10-15
centímetros). Se alimenta de pequeños invertebrados.
� Barriguda (Parablennius parvicorvis): Su cuerpo es alargado (10 cm), comprimido
y carece de escamas. Se alimenta de algas y pequeños invertebrados. Comparte los
charcos intermareales con el caboso.
42
Como se comentaba anteriormente, otro de los grupos de animales marinos más abundantes son
los invertebrados. Entre ellos, podemos destacar:
� El burgao (Osilinus atratus): Molusco de concha cónica (2,5 centímetro) y de color
verde-púrpura. Es muy abundante en los sustratos rocosos donde se alimenta de
algas.
� Chirrimirris o Littorina (Littorina striata): Pequeño molusco (1 centímetro) de
color beige-gris. Vive en el límite superior del intermareal por lo que soporta
grandes períodos fuera del agua.
� La Lapa (Patella sp.): Son moluscos univalvos, que se adhieren con fuerza al
sustrato produciendo un cierre perfecto que le permite vivir fuera del agua durante
bastante tiempo. Se alimentan de algas desplazándose por la noche y luego
regresan a su sitio. Ha sufrido una fuerte presión debido al marisqueo.
� La almeja canaria u oreja de mar (Haliotis canariensis): Se caracteriza por
presentar una línea de orificios en su concha, que le permite expulsar agua en caso
de asegurarse mejor a la roca en situaciones de peligro.
� La liebre de mar (Aplasia dactylomea): Molusco gasterópodo de cuerpo alargado
(30 centímetros). En la parte dorsal presenta unas extensiones en forma de ala que
utiliza para nadar. Se alimenta de algas verdes. Cuando el animal se siente en
peligro expulsa un líquido violáceo para ocultarse.
� El sacabocao (Chamalus stellatus): Se trata de un crustáceo muy pequeño (8
milímetros) que vive en colonias en zonas rocosas. Resiste muy bien la desecación
y aprovecha la marea alta para alimentarse.
� El cangrejo moro (Grapsus grapsus): Los adultos presentan coloraciones rojas y
amarillas en algunas zonas. Su caparazón es redondeado y grisáceo. Aguanta muy
bien periodos fuera del agua. Los pescadores lo utilizan como carnada.
� El camarón de charco (Palaemos elegans): Tiene la cabeza ligeramente curvada
hacia arriba. A lo largo de su caparazón traslúcido presenta pequeñas líneas o
puntos negros, marrones y azulados.
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� El cangrejo ermitaño o cangrejilla (Clibanarius aequabilis): Pequeño cangrejo (3
centímetros) presente en el intermareal que tiene el abdomen blando, lo cual
necesita protegerlo con una concha. Es la especie muy abundante en Canarias.
� El quemón o púrpura (Thais haemastosoma): Es un animal carnívoro que se
alimenta perforando moluscos y crustáceos. Su concha es sólida (4 a 5 centímetros)
adornada por filas de nódulos.
� Pulpo (Octopus vulgaris): Vive en zonas rocosas sumergidas y se oculta durante el
día. Además puede mimetizarse con el fondo o soltar un chorro de tinta cuando se
ve amenazado. Tiene cuerpo con forma de saco de cabeza voluminosa y ocho
tentáculos. En los machos la punta de la tercera pata está provista de un pequeño
receptáculo a modo de cucharilla que utiliza con fines reproductores. Es muy
apreciado en la gastronomía.
� Erizos: El erizo común (Diadema antillarum), erizo de púas largas conocido por su
voracidad que ha convertido grandes extensiones en lo que se conoce como
blanquizales (áreas desprovistas de cobertura algal). Por otro lado, el erizo común
(Paracentrotus lividus) de caparazón esférico, presenta una gran variabilidad de
colores desde el pardo oscuro al verde claro.
� Estrella de muchos brazos (Cocinasterias tenuispina): La parte superficial del
cuerpo tiene unas finas púas rodeadas de abultamientos y distribuidas de forma
irregular. Es de color naranja en el dorso y de tonalidades pardas y marrones en la
parte ventral. Puede tener entre 7 y 12 brazos. Se alimenta de otros invertebrados.
� Pepino de mar (Holoturia sanctorii): Su cuerpo tiene forma de cilindro de hasta 25
centímetros de largo. Se alimenta de detrito y fango. Expulsa un líquido
blanquecino y pegajoso cuando es atacado (“tubos de cuvier”).
� Anémonas: La ortiguilla de mar (Anemonia sulcata), es una anémona que despliega
hasta 150 tentáculos pardo-verdosos, con las puntas de color rosado. Otra anémona
es la Telmatactis cricoides de tonos pardo-anaranjados o fucsia-blanquecinos se
ocultan entre cuevas y oquedades.
44
� Esponja amarilla (Verongia aerophoba): Esta formada por una serie de tubos que
se asemejan a dedos de tamaño variado y con un orificio al final. Su color amarillo
fuerte cambia a negro cuando está fuera del agua. Se alimentan de las partículas
que obtienen al filtrar el agua de mar.
� Medusas: Destacaremos la fragata portuguesa (Physalia physalis) que despliega
una especie de vela para desplazarse usando el viento. Otra espectacular medusa es
la medusa luminiscente (Pelagia noctiluca), especie urticante que brilla por la
noche.
� El gusano de fuego (Hermodice carunculata): Presenta una llamativa piel roja
salpicada de cerdas venenosas cuyo contacto con la piel es extremadamente
doloroso.
� Cangrejito ciego de los Jameos (Munidopsis polymorpha): Es una especie de
pequeño tamaño. Sus pinzas son algo aplanadas y más largas en los machos. Está
totalmente despigmentado, presentando un color blanco por todo su cuerpo. Esta
especie incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Se encuentra en
los Jameos del Agua, en Lanzarote.
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Para finalizar este breve recorrido por la biodiversidad marina, citaremos algunos tipos de algas
presentes en el Archipiélago (Tabla 3). En total se ha catalogado 468 especies, de las cuales 30 no se han
encontrado en otro lugar.
46
47
A pesar de la riqueza marina de Canarias existen actualmente solamente tres zonas declaradas
como reservas marinas: la Isla Graciosa e Islotes del Norte de Lanzarote, La Restinga - Mar de las Calmas
en El Hierro y la reserva marina de la Isla de La Palma. No se puede olvidar el trabajo de numerosas
entidades tanto públicas como privadas en su empeño de aumentar el nivel de protección de las costas y
medio marino de Canarias, como la propuesta realizada por Adena/WWF a través del informe titulado
Conservando nuestros paraísos marinos. Propuesta de Red Representativa de Áreas Marinas
Protegidas en España: Archipiélago Canario.
Por último, es importante destacar algunos de los ecosistemas con mayor valor ecológico del
Archipiélago que la riqueza de los fondos marinos y las dimensiones de la plataforma costera determinan
(WWF/Adena, 2006; Figura 16):
� Saladares: Podemos encontrar especies adaptadas y resistentes a la elevada
salinidad. Por ejemplo diversos grupos de invertebrados marinos (protozoos,
gusanos poliquetos, crustáceos y moluscos). También gran variedad de aves:
zarapitos, chorlitejos (p.e. chorlitejo patinegro -Charadrius alexandrinus),
correlimos, etc.
� Lagunas litorales: Se caracterizan por presentar condiciones extremos de salinidad
y temperatura. Las especies más frecuentes son gusanos poliquetos, isópodos,
anfípodos, etc. Destacar la presencia de la fanerógama5 marina Ruppia maritima.
La conservación de las charcas costeras es fundamental para la migración de las
aves, que se trasladan a Canarias en determinados periodos o como lugar de
descanso hacia otros lugares.
5 Las fanerógamas marinas no son algas, poseen raíz, tallo y hojas. Se trata por tanto de vegetales superiores
48
� Rasa intermareales6: Los charcos que se forman en el intermareal se caracterizan
por una alta diversidad. En ellos, se pueden observar: anémonas, erizos, esponjas,
moluscos, peces, crustáceos, etc. También se pueden citar la lapa Patella
candeicandei: Se trata de un endemismo macaronésico que en Canarias sólo se
pude observar en Fuerteventura.
� Plataformas someras: El biotopo es una extensa superficie rocosa de escasa
pendiente e iluminados. Son lugares clave para la cría de peces, moluscos y
crustáceos, de ahí que sean áreas de interés pesquero y de alimentación para
cetáceos, tortugas y otros peces. Entre las especies que pueblan estos ecosistemas
están: algas, gorgonias, esponjas, anémonas, briozoos, etc.
� Sebadales: Fondos arenosos hasta 40 metros de profundidad caracterizados por
formaciones de fanerógamas marinas: Cymodocea nodosa (la más importante en el
archipiélago), halophila decipeiens y Zostera noltii. Son lugares muy importantes
para muchos invertebrados y peces, ya que dan refugio y proporcionan alimento a
alevines. Estas formaciones vegetales marinas están sujetas a fuertes procesos de
degradación a consecuencia de las actividades humanas relacionadas con la pesca y
el ocio.
6 También conocidas como plataformas de abrasión, son consecuencia de la erosión marina.
49
2.1.1. LA SITUACIÓN ACTUAL
La “bioriqueza” de las Islas Canarias es muy alta, sin embargo es importante señalar que se
encuentra muy amenazada debido al impacto de determinadas actividades humanas sobre los ecosistemas
naturales canarios. Ya desde el siglo XV, comenzaron a explotarse, casi hasta su extinción, los recursos
forestales de las Islas para la construcción de ciudades, la fabricación y sellado de los barcos o la
producción de carbón siglos más tarde. Pero ha sido en los últimos años cuando más se ha acentuado la
amenaza de extinción que sufre la diversidad biológica de Canarias. Principalmente las islas de Gran
Canaria y Tenerife, las cuales han experimentado, en los últimos 30 años, graves deterioros a raíz de un
crecimiento desmesurado y en muchas ocasiones, en perjuicio de nuestro relieve, fauna y flora. Además,
el modelo económico que predomina en las Islas se concentra en el sector servicios, sobre todo en la
oferta de alojamiento turístico y restauración, lo que implica la construcción de infraestructuras y el
consiguiente proceso de transformación que sufre el territorio, especialmente las costas canarias.
La diversidad juega un papel fundamental en el equilibrio de los ecosistemas canarios, los cuales
garantizan ciertos procesos naturales de los que depende nuestra forma de vida. De hecho, el medio
natural ha contribuido de muchas maneras al desarrollo de la población insular y a su vez, estas
comunidades humanas han jugado un papel muy importante en la transformación del paisaje de las Islas y
la distribución de las especies.
De nuestra relación y de nuestra forma de usar los recursos que nos ofrecen las Islas se han
producido una serie de alteraciones que afectan a la biodiversidad y que son la causa de multitud de
problemas medioambientales relacionados con la explotación de los recursos naturales para obtener
bienes de consumo. Como ejemplos podemos citar:
• La transformación del paisaje, con el fin de adaptarlo a las necesidades de las poblaciones,
• La creación de infraestructuras para comunicar a las poblaciones,
• La agricultura ha necesitado la creación de bancales o de embalses para la recogida del agua de
lluvia,
• La contaminación del suelo por uso de fertilizantes y pesticidas,
• La producción de residuos, bien en forma de gases (producción de energía en las centrales
térmicas), líquidos (vertido de aguas residuales al mar) o residuos sólidos, los cuales una gran
parte dependen directamente de las actividades de la vida cotidiana,
• La sobreexplotación de los acuíferos y el aumento en el consumo de agua relacionado con la
población de turistas ha motivado que la mayor parte del agua consumida tenga que producirse a
través de la desalación, lo cual también origina una serie de impactos ambientales.
50
Entre las alteraciones más preocupantes se encuentran las que inciden negativamente en la franja costera:
� Destrucción de ecosistemas marinos debido a la ocupación de la franja litoral por
construcciones y otras infraestructuras como puertos,
� Vertido de aguas residuales produce la degradación de las praderas de fanerógamas
marinas, las cuales son importantes áreas de cría de alevines y juveniles,
� Contaminación por hidrocarburos procedentes de las operaciones de limpieza de
tanques de buques cisternas que afectan, entre otros, a tortugas, aves marinas,
cetáceos, etc,
� La proliferación de actividades recreativas como la observación de cetáceos puede
causarles molestias. También las maniobras militares y colisiones con
embarcaciones son impactos que ponen en peligro dichas poblaciones,
� La sobrepesca de algunas especies como la vieja ha causado el desequilibrio del
ecosistema al eliminar una de las especies predadoras del erizo púas largas o eriza.
Dicha especie se ha convertido en una plaga que esquilma los fondo marinos,
dejándolos desprovistos de cobertura algal y convirtiéndolos en “blanquizales”.
El peligro de desequilibrio al que exponemos a nuestros ecosistemas se produce, como vemos,
desde todos los ámbitos del Archipiélago. Aunque es importante resaltar que cada vez más, la
conservación del Medio Ambiente es apoyada por un mayor número de colectivos que trabajan en la
sensibilización de la población, la denuncia de impactos ecológicos y la conservación de la biodiversidad,
siendo éste un importante punto de partida para la construcción de un modelo de vida sostenible.
2.2 La contaminación ambiental (aire, agua y suelo)
La contaminación ambiental es un problema que ha adquirido proporciones mundiales y por lo
tanto, necesita del compromiso global de la Humanidad para encontrar las posibles soluciones. La
contaminación adquiere multitud de formas y aumenta continuamente, extendiéndose de tal manera que
los sistemas naturales sólo pueden asumir una pequeña parte del problema sin llegar a resolverlo, por lo
que se están produciendo gravísimos cambios.
Los principales problemas ambientales que tenemos planteados se relacionan, de forma general,
con la contaminación del aire, del agua y del suelo. A continuación, haremos un breve recorrido por estos
problemas ambientales.
51
2.2.1 CONTAMINACIÓN DEL AIRE:
La atmósfera está formada por una mezcla de gases, entre los que se encuentran en mayor
concentración el nitrógeno (78%) y el oxígeno (20%), y en menor proporción: argón, hidrógeno, neón,
etc. El mantenimiento de la misma se refiere a una atmósfera limpia. Hablamos de contaminación
atmosférica cuando en el aire están presentes ciertas sustancias o formas de energía que implican riesgo,
daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier naturaleza (Artículo 1 de la Ley de
Protección del Ambiente Atmosférico). La contaminación del aire comienza a tener importancia cuando
determinados hechos ponen en evidencia su impacto sobre la salud humana, sobre todo como causa de
enfermedades bronco- pulmonares. Pero aún más, el mantenimiento de una atmósfera sin contaminar
asegura una serie de funciones vitales como el suministro de oxígeno para respirar, la protección de la
radiación ultravioleta del sol o el mantenimiento del calor necesario para la vida.
La Humanidad está transformando el aspecto del planeta por medio de la destrucción de los recursos
naturales y vertiendo, al aire, agua y suelo, gran cantidad de contaminantes que alteran negativamente la
composición de la biosfera y el equilibrio de la Tierra.
La contaminación va a depender del tipo de fuente (artificial o natural), así como de otros factores
geográficos, topográficos y meteorológicos. Un ejemplo de contaminación natural es la calima o las
emisiones volcánicas. Mientras que las fuentes artificiales tienen su origen en las actividades humanas:
los medios de transporte, la industria, la producción de energía, las actividades de las áreas urbanas, etc.
Entre los diferentes tipos de contaminantes se pueden citar:
1. Óxidos de carbono
Dióxido de carbono (CO2): Es un gas sin color, olor ni sabor. No es tóxico y se encuentra en la
atmósfera de forma natural. Los vegetales lo usan en el proceso de fotosíntesis para producir oxigeno. Es
un gas de efecto invernadero7. Su concentración está aumentando debido a la quema de los combustibles
fósiles y la tala de grandes extensiones de bosques. Es uno de los gases que más influye en el
calentamiento global del planeta y el cambio climático.
Monóxido de carbono (CO): Es un gas tóxico porque impide el transporte de oxígeno en la sangre.
Es el contaminante, después del CO2, que se produce en mayor cantidad por causas no naturales:
combustión incompleta de la gasolina o gasoil en los motores de los vehículos.
7 Fenómeno natural que hace posible la vida en la Tierra.
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2. Óxidos de azufre
Dióxido de azufre (SO2): Es un gas incoloro, no inflamable, de olor fuerte e irritante. Es un
importante factor en la lluvia ácida. En conjunto, más de la mitad del que llega a la atmósfera es emitido
por actividades humanas (combustión de carbón y petróleo y por la metalurgia).
La actividad volcánica es otra fuente importante, en este caso natural.
Trióxido de azufre (SO3): Contaminante que se forma a partir del SO2, al reaccionar éste con el
oxígeno en la atmósfera. Después reacciona con el agua formando ácido sulfúrico con lo que contribuye
de forma muy significativa a la lluvia ácida.
3. Óxidos de nitrógeno
NOx (conjunto de NO y NO2): Es emitido en procesos de combustión a altas temperaturas. Se
trata de compuestos relacionados con el smog fotoquímico, con las reacciones de formación y destrucción
del ozono y con la lluvia ácida. Puede producir importantes daños en la salud y en las plantas, así como
corroer tejidos y materiales.
Óxido nitroso (N2O): Produce ciertas reacciones en la estratosfera que pueden destruir la capa de
ozono. También contribuye al efecto invernadero. Su fuente natural son los procesos microbiológicos en
el suelo y en los océanos. Mientras que su principal fuente artificial son actividades agrícolas y ganaderas.
4. Compuestos orgánicos volátiles
Metano (CH4): Es el más abundante y más importante de los hidrocarburos atmosféricos. No se
considera perjudicial para la salud, pero influye de forma significativa en el efecto invernadero.
En España las principales fuentes artificiales son: la agricultura, la ganadería y el tratamiento de
residuos.
Clorofluorocarburos (CFC): Son especialmente importantes por su papel en la destrucción del
ozono en las capas altas de la atmósfera.
5. Partículas y aerosoles
El principal problema reside en que los aerosoles, y en menor proporción, las partículas pueden
ser transportados por la circulación atmosférica largas distancias, pudiendo depositarse muy lejos de los
lugares de producción. Se trata de sustancias suspendidas como partículas de polvo, polen, hollín
(carbón), metales (plomo, cadmio), asbesto, sales, pequeñas gotas de ácido sulfúrico, etc.
53
6. Oxidantes
El ozono (O3), es una molécula formada por tres átomos de oxígeno. Es un compuesto que por un
lado beneficioso para el planeta, pero por otro, es un importante contaminante: Ozono estratosférico: Se
encuentra en la estratosfera (10 a 50 Km de la superficie terrestre) es imprescindible para la vida, ya que
absorbe las radiaciones ultravioletas procedentes del sol y que son perjudiciales para el desarrollo de los
seres vivos.
Ozono troposférico: Se trata del ozono que se encuentra junto a la superficie de la Tierra.
Se forma cuando los óxidos de nitrógeno e hidrocarburos reaccionan inducidos por la luz. Es el
componente más perjudicial del smog fotoquímico: causa daños importantes en la salud, y puede llegar a
frenar el crecimiento de las plantas y de los árboles.
7. Sustancias radiactivas
El problema con estas sustancias8 está en concentraciones altas. Algunas actividades humanas
(armas nucleares, centrales nucleares, medicina o investigación) usan o producen isótopos radiactivos y
por lo tanto, son fuentes de contaminación radiactiva. Sin embargo, su presencia en la atmósfera también
puede ser debida a fenómenos naturales: los granitos desprenden isótopos radiactivos.
Los efectos más importantes de la contaminación atmosférica son: el efecto invernadero, la lluvia
ácida, el agujero de la capa de ozono, el smog fotoquímico, el ruido y la contaminación lumínica.
8 Isótopos radiactivos como el radón 222, yodo 131, cesio 137, estroncio 90 ó plutonio 239
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Algunas soluciones.
EL PROTOCOLO DE KYOTO
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (Cumbre de Río de
Janeiro, 1992) puso de manifiesto la necesidad de buscar una solución al cambio climático. La cual
posteriormente, en 1997, se concretó en el Protocolo de Kyoto. El objetivo de los países firmantes es el
de reducir globalmente sus emisiones de GEIs en un 5,5 % por debajo de las que se produjeron en 1990.
De forma especial, la Unión Europea está liderando esta lucha contra el cambio climático9. El
compromiso europeo fue ratificado en el 2002: reducción global de emisiones GEI de un 8%, repartido de
forma distinta entre los países miembros, algunos tienen que reducir un 21% sus emisiones, como
Alemania, y otros como España, se le permite que aumente sus emisiones en un 15% para el período
2008-2012. Finalmente, el 16 de Febrero de 2005 el Protocolo de Kyoto entró en vigor gracias a que
Rusia10 se decidió a firmarlo, a cambio de que la Unión Europea pague su reconversión industrial y la
modernización de sus instalaciones, en especial de las petroleras.
Por otro lado, EEUU, responsable del 36,1 % de las emisiones, junto con Australia no lo han
ratificado. EEUU considera que la aplicación del Protocolo es ineficiente al excluir a algunos de los
países en vías desarrollo (China e India en particular), responsables de grandes emisiones de gases de
efecto invernadero. Sin embargo, debido a las últimas catástrofes naturales que han afectado a EEUU, sus
gobernantes están estudiando la posibilidad de adherirse de alguna manera al Protocolo.
La situación en España con respecto al cumplimiento del Protocolo no es muy satisfactoria. En los
últimos años, se ha producido un crecimiento económico que no ha tenido en cuenta las emisiones de
GEIs. Hasta el 2004, las emisiones de CO2 han subido en España un 45,61% con respecto al valor de
referencia del año 1990, cuando esta subida no debería haber sobrepasado el 15%.
Algunos de los efectos del cambio climático que se constatan en España son:
� Aumento temperatura de 1,34 ºC en 30 años
� Aumento del nivel mar: Cantábrico y Atlántico entre 1-1,5 cm/año en la última
década y en el Mediterráneo: 0,7cm/año.
� Reducción de glaciares: A principios Siglo XX cubrían 1.700 Has y ahora, ocupan
500 Has.
9 Antes incluso de la entrada en vigor del Protocolo de Kyoto, las Directivas europeas estaban dirigidas a combatir el cambio climático. 10 Para que el Protocolo entrara en vigor era necesario que los países firmantes alcanzaran el 55% del total de las emisiones. Antes de firmarlo Rusia, lo habían ratificado 126 países que sumaban sólo el 44.2%, con lo cual no tenía validez legal. Rusia, al sumarse al protocolo, sumó sus 17.4%, sobrepasando el 55% de las emisiones globales.
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� Desplazamiento de especies: Montseni: encinas y hayas y en Sierra Nevada: Pino
Albar.
� Incremento incendios forestales (en la última década se ha quemado una superficie
equivalente a la Comunidad Madrid, liberando 80 millones de toneladas de CO2).
� Pérdidas agrícolas: En 2.003 ascendieron a 1.000 millones de €.
� Evaporación de humedales con repercusiones en el Parque Nacional de Doñana y
el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.
España ha puesto en marcha algunas acciones para cumplir con Kyoto:
� El Plan de Fomento de Energías Renovables.
� El Plan Forestal Español.
� El Plan Nacional de Residuos.
� El Plan de infraestructuras eléctricas y gasistas.
� l Plan de Eficiencia Energética.
� La Estrategia Española de Cumplimiento del Protocolo de Kyoto.
� El Plan de Asignación de Derechos de Emisiones. El Plan Nacional de Asignación
(PNA), aprobado en España es aplicable únicamente al sector industrial
(responsable del 45% de las emisiones totales del país).
EL PROTOCOLO DE MONTREAL
El Protocolo de Montreal tiene como objetivo principal la protección de la capa de ozono.
Se trata, por lo tanto, de un tratado internacional para evitar las emisiones de gases que destruyen
el ozono estratosférico a través del control de producción de las sustancias que son responsables de esta
destrucción.
El Protocolo fue firmado el 16 de septiembre de 1987 por un total de 184 países, entrando en vigor
el 1 de junio de 1989. Desde entonces, se han producido varias revisiones: Londres (1990), Copenhagen
(1992), Viena (1995), Montreal (1997), y Beijing (1999). Se trata uno de los tratados internacionales con
mayor acuerdo.
En cuanto a los resultados obtenidos, la situación actual es bastante optimista. En el 2004, el
agujero situado en la Antártica medía la mitad de la superficie estimada en el 2000, poniendo se
manifiesto que la solución adoptada es en parte un acierto. Sin embargo, se estima que la recuperación
total necesitaría entre 50 y 60 años, ya que aún siguen llegando a la estratosfera compuestos como CFC
emitidos hasta el Protocolo (se estima que tardan aproximadamente 25 años en llegar a esta capa de la
atmósfera). Por otro lado, la solución es sólo parcial: existen otros compuestos utilizados en agricultura
63
como pesticidas (p.e. metil bromuro) que también destruyen la capa de ozono. Así como, países en vías
de desarrollo que no han firmado este tratado.
LA IPPC
La protección y conservación del medio ambiente es una de las prioridades de la Unión Europea.
En este sentido, se ha puesto en marcha una legislación ambiciosa cuyo principio es la prevención
y control de la contaminación, que se ejemplariza en la Directiva 96/61/CE, del Consejo, del 24 de
septiembre, relativa a la prevención y al control integrado de la contaminación. España, como miembro
de la Unión Europea ha incorporado a su ordenamiento interno esta Directiva mediante la Ley 16/2002
del 1 de julio, de Prevención y Control Integrados de la Contaminación, conocida como IPPC (Integrated
Pollution Prevention and Control).
A través de esta ley, se establecen medidas para evitar, o al menos reducir las emisiones a la
atmósfera, el agua y al suelo de determinadas actividades, incluidos los residuos. La IPPC somete la
puesta en marcha de ciertas instalaciones a la obtención de un permiso, que se denomina Autorización
Ambiental Integrada (AAI)11. Con este permiso se fijarán las condiciones ambientales exigidas para la
explotación de las instalaciones y, entre otros aspectos, se especificarán los valores límite de emisión de
sustancias contaminantes, teniendo en cuenta las mejores técnicas disponibles, las características técnicas
de la propia instalación, su implantación geográfica y las condiciones del entorno más próximo.
La contaminación del aire en Canarias
El aire en Canarias no se caracteriza por niveles de contaminación atmosférica elevados en
comparación con el resto del territorio nacional, debido principalmente al menor desarrollo de la
industria. Por otro lado, el carácter insular y el régimen de vientos predominantes facilitan la dispersión
de los contaminantes en la atmósfera. Tampoco existen claras evidencias de contaminación procedente de
otros países (contaminación transfronteriza), siendo de origen insular la totalidad de las fuentes
artificiales de contaminación: transporte, producción de energía, fraccionamiento y separación de
productos derivados del petróleo, desalinización o depuración de las aguas residuales. Además de las
emisiones procedentes de las incineradoras de residuos, las extracciones de áridos y la industria presente
en el archipiélago.
Las principales instalaciones industriales, presentes en las islas, responsables de emisiones
contaminantes son: las refinerías de petróleo, las centrales térmicas, las fábricas de cementos, las plantas
asfálticas, las fábricas de abono, las fábricas de transformado de vidrio y las industrias cerveceras.
Los principales sectores causantes de emisiones contaminantes son el transporte por carretera y en
la producción y transformación de energía (Figura 17). El total de vehículos es de 750.000 automóviles
11 Una nueva figura de intervención administrativa que sustituye y aglutina al conjunto disperso de autorizaciones de carácter ambiental exigibles hasta el momento, que deberá concederse de forma coordinada cuando en el procedimiento intervengan varias autoridades competentes.
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(el 4% del total nacional), la mayoría son turismos: hay unos 489 automóviles por cada 1.000 habitantes,
una media muy superior a la media nacional (395 automóviles/1000 habitantes). Mientras que el sector
industrial es el principal responsable de las emisiones de NOX y SO2, el transporte es la principal fuente
de monóxido de carbono (CO), partículas y compuestos sólidos volátiles (Tabla 4).
Para el caso de las emisiones de dióxido de carbono (CO2, principal gas de efecto invernadero), el
mayor porcentaje se debe también a la producción de electricidad generada a partir de combustibles
fósiles (fueloil, gasóleo). Los resultados publicados por el informe de Comisiones Obreras del 29 de
octubre del 2003 revelan los siguientes porcentajes:
� Sector energético y transporte. Las emisiones de este sector representaron el
90,5%. El transporte representa el 43% del total de las emisiones. Las industrias del
sector energético (centrales termoeléctricas) han aumentado mucho sus emisiones
debido al aumento en el consumo eléctrico (desalación y turismo).
� Los procesos industriales distintos a la combustión, como la producción de
cemento, industria química y metalúrgica, sólo el 0,8%.
� La agricultura y la ganadería representan sólo el 1,9% del total de las emisiones
de dióxido de carbono (CO2) equivalente.
� Los residuos producen un 6,4% del CO2 emitido.
Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) equivalente han aumentado en Canarias un 76 %
(más de cuatro veces lo permitido en el Protocolo de Kyoto), convirtiéndose en la región española donde
más han aumentado. Estos datos son superiores a los presentados por el Gobierno de Canarias (Plan
Energético de Canarias- PECAN, 2006), que estima un aumento general en un 33% y un 27% para el
65
sector energético. En cualquier caso, supone un reto para conseguir los objetivos de reducción aprobados
en el PECAN.
En cuanto a las investigaciones en el campo de la contaminación atmosférica por ozono superficial
en las Islas Canarias, se comprobó que las concentraciones de este gas, se mantenían durante bastante
tiempo por encima de los niveles límite establecidos en la legislación. En 1996, se detectaron en Tenerife,
La Palma y El Hierro, síntomas anormales en las acículas y copas de la gran mayoría de los bosques de
pino canario. Este síntoma consiste en unas manchas amorfas con márgenes irregulares, conocido como
“decoloración pardo-rojiza”.
Los problemas de contaminación ambiental del aire se centran en las dos islas capitalinas, más
concretamente en los municipios industrializados y con mayor carga de tráfico: Candelaria, Güimar, La
Laguna y Santa Cruz (Isla de Tenerife); Mogán, Telde, Agüimes y Las Palmas de Gran Canaria, (Isla de
Gran Canaria). Aunque la contaminación es importante en determinadas situaciones meteorológicas, sin
llegar a cifras alarmantes, es importante resaltar que a veces se han alcanzado niveles superiores a los que
permite la legislación vigente.
Según el Plan de Acción Medioambiental de Canarias realizado por el Gobierno autonómico en
estas islas, las contaminantes emitidos por las centrales térmicas, la refinería de petróleo, el sector del
automóvil y del transporte, así como las plantas potabilizadoras, pueden tener dificultades para
dispersarse cuando se dan las siguientes condiciones:
� La presencia de una capa de inversión térmica muy baja o bien, la estratificación
estable de la atmósfera por debajo de los 400-500 metros sobre el nivel del mar.
� Situaciones de calma en los vientos.
66
� Las calimas.
� La acentuación del efecto de isla térmica debido al gradiente de temperatura con
máximos valores cerca del centro de las grandes ciudades que tiende a concentrar
la contaminación en el centro urbano.
Los momentos con los mayores niveles de contaminación en el Archipiélago, suelen coincidir con
las invasiones de aire sahariano (alrededor de unos 40 días al año), denominado “tiempo sur”.
Al producirse estas condiciones meteorológicas, muy estables y de viento predominante del este,
las emisiones no son evacuadas hacia el mar, sino que debido a la escasa altura de las chimeneas de las
industrias canarias, caen a tierra formando cúpulas de contaminación sobre las ciudades. La ciudad de
Santa Cruz de Tenerife sufre estos episodios con frecuencia, lo que provoca en la población problemas de
visibilidad, la percepción de malos olores y el padecimiento de afecciones respiratorias.
Para controlar los niveles de contaminación existe, en la región, una red de estaciones de medida
atmosférica y sensores manuales, distribuida entre las ciudades de Candelaria, Las Palmas de Gran
Canaria (Figura 18) y Santa Cruz de Tenerife. La Red de Vigilancia Atmosférica de Canarias, está
constituida por 17 estaciones de la Red Nacional de Vigilancia y Prevención de la Contaminación
Atmosférica; sólo dos de estas estaciones son automáticas y la mayoría no cubren el control de todos
contaminantes y áreas. Existen además dos redes privadas, pertenecientes a las empresas UNELCO y
CEPSA, con unas 30 estaciones de inmisión, en torno a las centrales térmicas de Jinámar y las Caletillas,
así como en la refinería de Santa Cruz de Tenerife, que no se encuentran integradas a la red nacional.
Además, la red meteorológica, que debiera constituir un apoyo fundamental de la anterior, es
incompleta, lo que presenta dificultades en la elaboración de estudios.
67
En Canarias, también se dispone del Centro de Control de Emisiones Industriales, creado en 1996
por la Consejería de Industria, Comercio y Nuevas Tecnologías del Gobierno de Canarias, con la idea de
evaluar y gestionar las emisiones a la atmósfera de las grandes instalaciones de combustión, según la
normativa aprobada Directiva 96/62/CE. En su último informe, del año 2005, sobre la emisión de
contaminantes y sobre sus efectos en el entorno, realiza entre otras las siguientes conclusiones:
� Las industrias sometidas a un estricto control cumplen con los valores límite
establecidos de manera holgada.
� En las áreas urbanas de Las Palmas de Gran Canaria y de Santa Cruz de Tenerife se
superan ligeramente los valores de NO2.
� Se han incrementado los niveles de CO2 debido al notable aumento de la potencia
de generación eléctrica, que ha tenido lugar en los últimos años a fin de atender la
demanda de la población.
� El índice semanal de calidad del aire, calculado en cada área industrial, sitúa en la
isla de Tenerife los peores valores, debido a que en un 58 % del tiempo estudiado
la calidad del aire es considerada mala, frente al 7% de las áreas presentes en Gran
Canaria.
68
2.2.2 LA CONTAMINACIÓN DEL AGUA.
El agua es un bien valioso e indispensable para la vida. La dependencia de los seres vivos es
innegable, mucho más si cabe para la especie humana que además de las funciones biológicas, depende
del agua para la realización de otras actividades que caracterizan nuestro modelo de desarrollo. Existen
numerosas razones que explican la creciente preocupación por la conservación y gestión adecuada de este
recurso, por ejemplo:
� Es el componente mayoritario de los organismos vivos
� Es portador de nutrientes y el único medio donde se realizan las reacciones organo-
biológicas
� Constituye el biotopo de numerosas especies de flora y fauna
� Es la única sustancia que se encuentra de forma natural en estado sólido, líquido y
gaseoso en la Tierra
� Juega un papel fundamental en el desarrollo de la agricultura, de la industria, así
como en otras actividades socio-económicas.
La distribución del agua a nivel planetario (Tabla 5) muestra como se encuentra ampliamente
repartida en la naturaleza, desde su estado sólido en casquetes polares y glaciares, hasta su estado gaseoso
en la atmósfera pasando por su forma líquida que constituye los océanos, lagos y ríos. El agua cubre el
72% de la superficie terrestre. Sin embargo, menos del 3% del agua total es dulce, de la cual sólo se tiene
fácil acceso a las aguas subterráneas, continentales y superficiales (un 0.6% del total).
69
Centrándonos en la problemática ambiental del agua, quizá su principal problema no sea la
distribución irregular de los recursos hídricos, ni siquiera el porcentaje tan pequeño de agua
potencialmente accesible, sino que el problema más serio es la contaminación que sufren los ecosistemas
acuáticos y la del propio recurso como tal. La contaminación supone una imposibilidad de usar el agua
contaminada, reduciendo su volumen disponible. De hecho es tan grave que la UNICEF considera que
cada año mueren millones de niños por la escasez, pero también por la mala calidad del agua que utilizan.
Cuando hablamos de contaminación, nos referimos a los efectos (daño o desequilibrio) que
cualquier tipo de impureza, materia o influencia física (radiaciones, ruido) puede ocasionar al ser
introducida en el medio acuático y a niveles más altos de lo normal.
La contaminación llega a niveles tan elevados en algunos lugares que los científicos apuntan que
puede provocar alteraciones incluso en el ciclo del agua. Cuando la concentración de contaminantes es
elevada o no pueden ser biodegradados, éstos se acumulan y ocasionan cambios en las características
físicas, químicas y biológicas del agua, afectando a la cantidad de la misma que se evapora desde la
superficie oceánica. De esa forma, el volumen que circula es menor y por lo tanto, disminuye la cantidad
de agua disponible para ser aprovechada por los seres vivos. Además, el crecimiento demográfico y de las
ciudades, el cambio en los hábitos higiénicos o el aumento de procesos industriales demandan mayores
cantidades. La solución se basa en el desvío o detención de cursos de agua, en la sobreexplotación de
pozos y la desalinización. Sin embargo y paradójicamente, resulta que el destino final de los desechos son
precisamente los propios recursos hídricos: los ríos, el mar, etc. Esto no parece muy sensato.
Generalmente, es provocada por la especie humana y supone una modificación de la calidad del
agua, haciéndola impropia o peligrosa para el consumo, la industria, la agricultura, la pesca y las
actividades recreativas, así como para los animales domésticos y la vida natural (Consejo de Europa en la
Carta del Agua, 1968).
Cuando el agua es utilizada para una determinada actividad o simplemente se usa como vía para
eliminar los desechos, la definimos como agua residual y siendo posteriormente arrojada al medio. Las
principales fuentes de aguas residuales son:
� Aguas de origen agrícola: contiene restos de excrementos, orina, abonos, pesticidas
y otras sustancias químicas.
� Aguas de origen doméstico: contienen excrementos humanos, papeles, productos
de limpieza, detergentes, etc. Destacar que este tipo de aguas lleva gran cantidad de
microorganismos patógenos.
� Aguas de lluvia: A su paso recogen todo lo que se encuentran, por lo tanto, pueden
contener una gran variedad de sustancias.
� Aguas industriales: La mayoría de las sustancias que contienen son de elevada
toxicidad y peligrosidad.
70
Las aguas residuales, en función de su origen, presentan una serie de características físicas,
químicas o biológicas que son medidas y analizadas para conocer el grado de contaminación. De forma
general, estos parámetros son:
� Físicos: color, temperatura, sabor, olor, turbidez, etc.
� Químicas: salinidad, acidez, oxígeno disuelto, materia orgánica, sustancias
radiactivas, metales, etc.
� Biológicos: bacterias, virus y microalgas. La contaminación de origen humano
contiene gran cantidad de bacterias y virus, causantes de enfermedades (fiebres
tifoideas, disentería, cólera, polio, hepatitis infecciosa, etc). Algunos
microorganismos indicadores de contaminación fecal son: coliformes totales,
coliformes fecales o estreptococos fecales. Existe una legislación específica que
regula los límites, número y tipos de análisis que deben hacerse para conocer el
estado del agua según su uso. Las bacterias responsables de la descomposición de
la materia orgánica no son patógenas.
Teniendo en cuenta el origen de las aguas residuales y los parámetros que definen el grado de
contaminación, podemos definir los siguientes tipos de contaminantes del agua:
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La depuración de las aguas residuales
Habitualmente el vertido de aguas residuales se ha realizado y se realiza en los sistemas acuáticos
más próximos (ríos, lagos, mar), sin embargo esta practica ocasiona importante problemas de
contaminación como hemos visto anteriormente. Con el fin de evitarlos, las aguas residuales producidas
se tratan en unas instalaciones conocidas como Estaciones de Depuración de Aguas Residuales
(EDAR), para ello es necesario disponer de una infraestructura de alcantarillado y colectores para
transportar el agua hasta las EDAR. La depuración consiste en una serie de procesos físicoquímicos y
78
biológicos (aerobios y anaerobios) complementarios entre sí y que se realizan de forma sucesiva. Siendo
los objetivos de la depuración de las aguas residuales los siguientes:
� Proteger el medio ambiente y en particular, los ecosistemas acuáticos.
� Reducir la carga contaminante de las aguas residuales.
� Verter el agua depurada al medio en condiciones que cumplan con la legislación
vigente.
� Aprovechar, en la medida de lo posible, los residuos obtenidos y el agua depurada.
A continuación, se muestra un breve esquema del proceso de depuración de aguas residuales de
origen urbano en una EDAR convencional (Figura 19, cuadro 2). Destacar que existen procesos
específicos para la depuración de aguas de origen agrícola-ganadero e industrial que se incorporan al
proceso “básico” que se expone aquí. Para el caso que nos ocupa, las aguas residuales urbanas son
transportadas a los colectores primarios, y de aquí a la EDAR. En éstas, el proceso de depuración
básicamente se estructura en tres líneas: agua, fangos y gas, pudiendo disponer, en algunas estaciones, de
una línea adicional de aire destinada a la eliminación de olores.
79
La contaminación del medio acuático en Canarias
El medio acuático de Canarias también concentra contaminantes que contribuyen a originar
alteraciones en sus ecosistemas. Según el informe “Agua” de Greenpeace (2005) se detectan como
principales problemas del archipiélago:
� La contaminación de los acuíferos: Las malas prácticas agrarias han provocado que
varios acuíferos del archipiélago estén afectados por contaminación debido a
fertilizantes (nitratos) y pesticidas, como en el caso de las islas de Gran Canaria y la
Gomera.
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� La excesiva demanda de agua relacionada con el turismo, la agricultura e incluso, con
la pérdida de la conciencia de ahorro de agua de la población canaria, debido
fundamentalmente a la disponibilidad del recurso por desalinización del agua de mar.
� La sobreexplotación y salinización de los acuíferos: La sobreexplotación del agua de los
acuíferos ha provocado la desaparición de las corrientes superficiales de agua,
manantiales y pozos que se alimentaban de ellos. Sólo en la isla de Gran Canaria, se han
vaciado la mitad de las reservas de agua subterránea en los últimos 20 años, a través de
más de 3.100 captaciones.
A su vez, ha ocasionado la intrusión del mar, salinizando el agua de los acuíferos. Esto es
especialmente grave en casi toda Gran Canaria y en algunas zonas de Tenerife. Cuando se saliniza un
acuífero, éste deja de ser útil para cualquier uso (consumo, riego o industrial). Su recuperación a corto
plazo es imposible, y sólo se consigue abandonando la extracción de agua durante largos periodos de
tiempo.
� Los vertidos a cauces: Los vertidos de aguas residuales sin depurar están teniendo una
incidencia directa en la calidad del agua, contaminando la costa, el mar, los barrancos y
también, los acuíferos. Sólo en Tenerife, el 30% de las aguas residuales se vierten al mar
sin depurar.
El informe citado se centra en la calidad de los recursos hídricos, que será en el futuro la que
marcará la disponibilidad del agua en todo el Estado. El término calidad incluye la contaminación (grado
de toxicidad de los diferentes vertidos), el estado ecológico de las aguas superficiales (la buena salud del
ecosistema y su capacidad de regeneración) y el estado químico de las subterráneas.
Es sumamente importante tomar medidas desde la política, el sector empresarial y la sociedad para
la conservación y protección del medio acuático, garantizando la calidad del agua que destinamos al
consumo humano y de la que forma parte del entramado hidrológico del archipiélago.
Igual importancia tiene la contaminación del litoral canario, que se deriva en su mayoría de la falta
de depuración de las aguas residuales. Es un problema que sigue produciéndose, a pesar de la existencia
de legislación que obliga a las poblaciones de más de 2.000 habitantes a realizar un tratamiento
secundario de sus aguas negras. Sin embargo, el archipiélago está aún lejos de cumplir con esta
obligación.
Según el estudio titulado “Destrucción a toda Costa. Informe sobre la situación del litoral
español” (Greenpeace, 2006), se estima que el 80% de los sistemas de evacuación al mar son irregulares.
El informe detecta un total de 330 vertidos realizados desde infraestructuras públicas, industrias, hoteles,
81
residencias particulares y centros de ocio privado, de los que 267 no cumplen la normativa vigente. La
relación por islas que presenta este análisis es la siguiente:
♠ Tenerife registra 115, con sólo 25 autorizados
♠ Gran Canaria presenta 105 y sólo 20 regulados
♠ Fuerteventura tiene 47 y sólo 8 con autorización
♠ Lanzarote 44 y tan sólo 4 registrados oficialmente
♠ El Hierro 12 y sólo 1 registrado
♠ La Palma tiene 15 puntos de vertidos y 3 autorizados
♠ La Gomera posee 7 y de ellos, solamente 2 están legalizados
Esto pone de manifiesto que la mayoría de los vertidos se arrojan directamente al mar sin recibir
ningún tipo de tratamiento. Destaca la gran cantidad de emisarios submarinos que parten de Gran Canaria
y Tenerife. Mientras que en El Hierro, La Gomera y La Palma, uno de los problemas más graves
detectados es la filtración de las aguas residuales al subsuelo y a los acuíferos. Por su parte, en
Fuerteventura y Lanzarote, la mitad de los vertidos son de salmuera procedente de las desaladoras,
muchos de ellos realizados directamente al subsuelo. Además de los problemas de contaminación
originados a partir de los vertidos de efluentes líquidos, no debemos olvidar el vertido de escombros,
residuos sólidos urbanos y derivados del petróleo cuyo destino final son las costas canarias.
La situación ambiental, en el sentido más amplio, de los recursos hídricos en Canarias es
preocupante. Más si cabe teniendo en cuenta la población de turistas que visitan las islas, la energía
consumida en desalar y la falta de depuración, hechos que agravan el problema.
2.2.3 LA CONTAMINACIÓN DEL SUELO
El suelo es un sistema abierto que intercambia materia y energía con otros sistemas como la
atmósfera o la hidrosfera. Además, “es el soporte biológico para los vegetales, los animales y para la
propia especie humana en la superficie de la Tierra” (Carta Europea del Suelo- Consejo de Europa,
1972).
Sin embargo y a pesar de esta valía, es quizás uno de los elementos naturales que menos atención
ha recibido, gozando de una fama de elemento inerte que no es real y que no fomenta un uso adecuado.
82
Esto lo ha llevado a una situación alarmante en algunos lugares, cuya recuperación va a ser difícil, costosa
y prolongada12.
La degradación del suelo puede decirse que comenzó con la propia historia de la especie humana.
Así, con el descubrimiento del fuego aparecen los primeros incendios forestales, en los que se producen
un gran número sustancias volátiles y cenizas que regresan al suelo, bien por gravedad o con la lluvia.
Posteriormente, el desarrollo de la agricultura llevó a la destrucción de la vegetación natural.
Más tarde, con el descubrimiento de los metales, los procesos de extracción y aprovechamiento de
los mismos condujeron a fenómenos de contaminación asociados al uso de estos metales. Finalmente, el
desarrollo de las ciudades y la llegada de la Revolución Industrial supusieron grandes concentraciones de
población que comenzaron a ocupar el territorio, generación de residuos que se eliminan a través del
suelo y de las aguas y en general, un salto cuantitativo y cualitativo de la contaminación ambiental a nivel
global.
La contaminación del suelo se produce cuando se depositan directamente sobre él una serie de
sustancias o cuando éstas se incorporan como elementos procedentes de la atmósfera o del agua. Existen
determinadas actividades que son altamente perjudiciales para el suelo, entre ellas podemos citar: la
minería, la agricultura y ganadería no ecológica, la industria química o la petroquímica. Por definición, se
entiende que el suelo está contaminado cuando “su calidad natural ha sido alterada por la presencia de
componentes de carácter tóxico y peligroso de origen antrópico con el consiguiente desequilibrio en las
funciones propias del suelo” (Plan Nacional de Recuperación de Suelos Contaminados).
Los agentes contaminantes son muy variados y pueden ser clasificados atendiendo a diferentes
criterios tales como su naturaleza, los efectos que producen, el grado de toxicidad, etc. De forma general
se consideran dos tipos de agentes: los desechos sólidos y los residuos peligrosos: la diferencia entre
ambos estriba en que los materiales peligrosos pueden ser tóxicos, inflamables, explosivos, corrosivos,
radiactivos o reactivos, mientras que los desechos sólidos están constituidos principalmente por basura de
12 Esto tiene sentido si consideramos que la formación del suelo se mide en escalas de tiempo geológico y que por ejemplo, se estima que un centímetro de suelo forestal tarda entre 200 y 400 años en formarse.
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tipo doméstico. Aunque es difícil hacer una única clasificación de contaminantes, normalmente se usa la
siguiente relación:
♠ Metales pesados
♠ Nutrientes: nitratos, fosfatos y micronutrientes
♠ Gases disueltos en la lluvia
♠ Elementos radioactivos
♠ Microorganismos patógenos: bacterias y virus
♠ Hidrocarburos
♠ Plaguicidas
♠ Otros compuestos tales como plásticos, detergentes, purines, lixiviados de
vertedero, lodos de depuradora, etc.
Entres sus principales fuentes se encuentran:
♠ Prácticas agrícolas: uso de fertilizantes y pesticidas
♠ Lluvia ácida: Se calcula que cerca de un 31% de las hectáreas cubiertas por
bosque de la UE están afectadas de acidificación
♠ Vertido de residuos tóxicos y peligrosos como: purines, lodos de depuradoras,
etc
♠ Salinización y compactación del suelo: El alcance del problema en la UE se ha
estimado en torno a los 3.8 millones de hectáreas afectadas, de modo especial
las zonas mediterráneas
El inventario de puntos de contaminación en toda Europa cataloga la existencias de más de un
millón y medio de lugares como suelos contaminados. Para España, el Plan Nacional de Recuperación de
los Suelos Contaminados (1995-2005) ha identificado 4.532 emplazamientos contaminados, lo cual
también pone en evidencia la gravedad de la situación en nuestro país.
En el Archipiélago canario, el tipo de contaminación de suelo más frecuente se deriva del uso
inadecuado de pesticidas, fertilizantes y del agua de riego, haciendo que el suelo quede impracticable para
la producción agrícola al quedar sumamente árido y con un elevado grado de salinización.
Como dato significativo, Canarias es una de las comunidades autónomas con mayor consumo de
productos fitosanitarios por hectárea. Esto, además, produce un impacto directo sobre la biodiversidad y
degrada los acuíferos. Es importante mencionar la contaminación causada por la deposición de metales
pesados emitidos por los vehículos en los laterales de las carreteras. Por último, hay que citar la
repercusión negativa que causa el abandono de residuos sólidos, resaltando especialmente los vertederos
incontrolados. La existencia de basureros ilegales, originan un impacto físico directo a partir de los
84
líquidos que se producen como consecuencia de la descomposición de la materia orgánica, la cual se filtra
al subsuelo acidificando el terreno, afectando a las comunidades vegetales de esos lugares y
contribuyendo a la proliferación de ratas, gaviotas y otras especies que alteran el equilibrio ecológico, por
ejemplo dañando las colonias de aves marinas.
En relación a los vertederos, el inventario nacional de suelos contaminados señala los siguientes
puntos como lugares dónde es urgente actuar: el antiguo vertedero de Montaña del Aire, la refinería de
Santa Cruz y el vertedero de Arico. En este último se estima un vertido de más de 90.000 m³ de residuos
industriales y se ha detectado contaminación por metales pesados, aceites e hidrocarburos aromáticos.
Unido a los efectos de la contaminación, debe tenerse en cuenta la degradación sufrida por el
suelo debida a la erosión provocada por la dureza con que actúan los fenómenos atmosféricos con largos
periodos de sequía, lluvias torrenciales e inundaciones, fuertes vientos y calentamiento global que hacen
que el ritmo de pérdida de suelo y de su calidad se produzcan con demasiada rapidez. La desertifización
es la fase final más visible de la degradación del suelo, que lleva aparejado fenómenos de erosión y
procesos de contaminación, tanto de forma independiente como simultánea.
Las consecuencias de esta degradación no son menos graves que las de la contaminación del aire o
del agua. Según datos del proyecto internacional Global Assessment of Soil Degradation (GLASOD,
1991), la contaminación del suelo afecta a más de 22 millones de hectáreas y aproximadamente unos
1.642 millones de hectáreas de terreno sufren erosión. Siendo, en los países desarrollados, generalmente
con climas húmedos, donde la contaminación de suelo es más grave, mientras que los países de climas
subhúmedos a áridos, la erosión constituye el principal problema.
En el caso de la UE, el 16% del territorio sufre algún tipo de degradación provocada por las
actividades humanas. Entre los territorios más afectados se encuentra nuestro país, que además es el país
con menor proporción de suelos de alto valor agrícola y en el que la pérdida anual por urbanización de
este tipo de suelos de alta calidad es mayor. De hecho en España, los principales problemas de erosión del
85
suelo están relacionados con la urbanización y la ocupación del territorio por distintas infraestructuras.
También se localizan problemas de erosión en zonas agrícolas cercanas a la costa. Ambas situaciones
junto con el agotamiento de acuíferos, destrucción de humedales y la inadecuada gestión del agua han
intensificado el proceso de desertifización en varias comunidades autónomas.
La situación en Canarias es muy preocupante, un alto porcentaje del territorio ha entrado en un
proceso de erosión irreversible. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, un 30 % de la superficie
del Archipiélago sufre un grado de erosión entre extremo y alto, y hasta un 33 %, soporta una erosión
media. El Departamento de Edafología y Geología de la Universidad de La Laguna ofrece un dato
importante que refleja la gravedad de la situación: el 43,4 % de la superficie de Canarias sufre una
pérdida de 15 toneladas de suelo por hectárea y año, lo cual supone que está al límite de lo tolerable.
Las principales causas de esta situación son:
• Urbanización y creación de infraestructuras: presión turística y crecimiento demográfico.
• Prácticas agrícolas inadecuadas en el uso del riego y fertilizantes.
• Sobreexplotación de terrenos para pastoreo.
• Fuegos forestales, seguidos de fuertes lluvias.
• Abandono de la agricultura: zona de medianías donde la construcción de bancales había
favorecido la acumulación de partículas minerales y materia orgánica, sin embargo su abandono
conduce a la pérdida de suelo por erosión.
• Etc.
Los trabajos de restauración que se están realizando se centran en la repoblación arbórea y
arbustiva con una fuerte inversión, en la ordenación de usos agrícolas y ganaderos y del territorio.
Especialmente de la repoblación se encargan los Cabildos insulares, cofinanciados por el
Gobierno de Canarias y el Fondo Social Europeo. Los resultados son muy satisfactorios en las cumbres
canarias, dado su estado a principio de los años 70.
Afortunadamente parece que los organismos competentes están comenzando a darle la
importancia que tiene el suelo como un recurso no renovable a escala de tiempo de la especie humana.
Para ello, se emiten periódicamente informes y se ejecutan programas de recuperación, control y
prevención por parte de la FAO, UNESCO, PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente) y UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos
Naturales).
También la UE ha puesto en marcha proyectos de protección integral de calidad de los suelos, que
si existían para el aire y el agua. Los temas prioritarios son la lucha contra la erosión, la pérdida de
materia orgánica y la contaminación del suelo. Aquellos aspectos que tengan repercusión sobre la salud
86
humana tienen preferencia. Recordar que la reciente aprobación de la IPPC integra la gestión ambiental
de agua, aire y suelo.
87
88
2.3 La sobreexplotación de los recursos
2.3.1. LA ENERGÍA Energía y sociedad
Uno de los parámetros que definen nuestra sociedad es la energía. Somos capaces de controlar y
usar fuentes de energía a nuestra voluntad y ésta es la característica fundamental que nos separa del resto
de los animales desde el punto de vista ecológico. A la gran mayoría de la población esta circunstancia le
puede parecer totalmente banal, porque han tenido acceso a la energía desde que nacieron. Cualquiera de
nosotros espera que la luz se encienda cuando pulsamos el interruptor, que el coche arranque al girar la
llave de contacto, o que del grifo salga agua caliente cuando abrimos la llave. Así, damos por hecho la
existencia de la energía, de la misma manera que no nos cuestionamos que exista el aire que respiramos, o
que el Sol salga cada mañana.
Sin embargo, el hecho de ser capaces de controlar y manejar fuentes de energía más allá de la que
obtenemos a partir de nuestro propio alimento, es una característica tan excepcional que ha modificado el
mundo que nos rodea. No en vano, nos ha convertido en la especie más ubicua y exitosa del reino animal,
y nos ha permitido controlar el resto de la naturaleza a nuestra voluntad. Los seres humanos, gracias a la
energía, hemos sido capaces de liberarnos de nuestra dependencia de los ecosistemas (al menos de unos
pocos ecosistemas) y poblar los lugares más inhóspitos del planeta.
Ya no es necesario obtener la comida y el agua de la zona cercana al lugar donde se asienta la
población, sino que podemos transportar desde cientos o incluso miles de kilómetros todo lo que
necesitemos o deseemos.
Gracias a la energía hemos aumentado nuestra esperanza de vida, y también la calidad de la
misma. Además, la energía nos ha posibilitado visitar y colonizar lugares donde nunca hubiéramos
llegado, nos da la oportunidad de desplazarnos a velocidades y comunicarnos a distancias que superan en
mucho las que nos permiten nuestra anatomía y nuestra fuerza muscular. Gracias a la energía hemos
creado infinidad de máquinas que multiplican nuestra fuerza, y nuestra capacidad de modificar nuestro
medio ambiente. No hay duda de que el acceso a las fuentes externas de energía nos ha permitido
progresar como especie y ha establecido las bases de nuestra sociedad.
En las últimas décadas, con el acceso de más y más población a la energía, se está generalizando
un uso indiscriminado de los recursos energéticos. Nuestra sociedad de la opulencia la utiliza en
cantidades enormes para aumentar el placer y el confort, convirtiéndose en otro elemento distintivo entre
el mundo desarrollado y el no desarrollado. Es más, la derrochamos sin que nos asalte ninguna cuestión
ética sobre la situación de otros seres humanos menos afortunados. Así, no es extraño que en cualquiera
de las islas del archipiélago alguien desplace varios kilómetros un todo-terreno de dos toneladas para
comprar una botella de refresco fría. Mientras, tan sólo unos cientos de kilómetros más al Este, otra
persona debe caminar durante horas para conseguir unos pocos litros de agua que la mayoría de las veces
no puede considerarse potable. Y este ejemplo tan sólo trata de poner de relieve las consideraciones éticas
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sobre el acceso a la energía, sin tener en cuenta que existen muchos otros problemas derivados del uso
generalizado de la misma: ambientales, sanitarios, económicos, geoestratégicos, etc.
Quizá precisamente por nuestra indiferencia, y a pesar de las objeciones éticas que nos podríamos
plantear, el consumo energético a nivel global no deja de crecer. El consumo mundial de energía durante
2001 fue de 404x1015 unidades térmicas británicas Btu, que equivalen a 13.511 gigavatios de potencia, y
representan al cabo de un año 118.356.360 gigavatios hora, (118x1015 Wh).
El consumo global aumentó en un 2,6% en el año 2002, por encima del promedio anual de 1,4%
que se había registrado en la década anterior. Este incremento se debió fundamentalmente al aumento de
la demanda energética en China (que aumentó casi un 20%). Excluyendo China, el incremento de la
demanda energética del resto del mundo fue del 1,0%, reflejando una situación por debajo de la normal.
En el año que estamos terminando el consumo energético mundial estará en torno a 450x10 15 Btu.
Según la EIA (Administración de información energética de EEUU) las predicciones son que este
consumo aumentará al mismo ritmo, al menos, hasta el año 2030. El petróleo continuará siendo la
principal fuente energética, aunque su peso descenderá del 38% del año 2003 al 33% del año 2030. Y la
causa de este descenso en las proyecciones no será el protocolo de Kyoto o el agotamiento de las reservas
(al menos directamente), el descenso se deberá simplemente al incremento en el precio que lo hará menos
competitivo.
A grosso modo podemos decir que las fuentes energéticas de las que disponemos son tres:
combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), nuclear y energías renovables (hidráulica, eólica,
solar, etc.). Hoy por hoy las energías renovables representan un porcentaje (7%) ligeramente superior al
de la nuclear (6%) en la producción total de energía. El resto (87%) procede de los combustibles fósiles
petróleo (39%) carbón (24%) y gas natural (24%).
Es decir, el 87% de nuestra producción de energía contribuye al cambio climático y a la
contaminación global de forma directa, y un 6% adicional presenta graves problemas de
contaminación (radiactiva).
A nivel global la industria y el transporte serán los sectores con mayor demanda de productos
petrolíferos en las próximas décadas. En el transporte, donde en la actualidad no hay combustibles
alternativos que puedan competir con los hidrocarburos petrolíferos, se centrará la mitad del incremento
del uso de petróleo prevista entre 2003 y 2030. El terreno cedido por el petróleo lo ocuparán el carbón y,
en menor medida, el gas natural, que son mucho más baratos y más competitivos en la producción de
energía eléctrica. Las proyecciones estiman que entre 2003 y 2030 se doblará el consumo eléctrico de
14.781 billones de kilowatios-hora hasta alcanzar los 30.116 billones de kilowatios-hora. La demanda de
calefacción, refrigeración, electrodomésticos en las economías emergentes representarán el mayor
incremento de demanda energética. En las previsiones tan sólo el gas natural y las energías renovables
incrementarán su peso en la producción eléctrica.
90
Pero no hay que depositar demasiada confianza en las proyecciones a 30 años vista.
Desafortunadamente para nosotros nada puede crecer de forma indefinida en un sistema cerrado
como nuestro planeta. Es posible que tardemos en alcanzar los límites del crecimiento, porque la Tierra es
realmente gigantesca, pero tarde o temprano es de esperar que la producción energética no sea suficiente
para satisfacer nuestras demandas. Según los expertos, en el caso de los combustibles fósiles esto no
tardará más de 30 ó 40 años. Las fuentes de energía nuclear convencional tiene un futuro más a largo
plazo, pero indudablemente también están limitadas. Tan sólo las energías renovables, o la energía
nuclear de fusión tienen potencial para suministrar nuestra demanda energética a largo plazo. Sin
embargo, viendo lo que le hemos hecho a la biodiversidad del planeta con unas fuentes de energía caras,
limitadas y contaminantes ¿Se imaginan lo que podríamos hacer con la energía limpia, ilimitada y casi
gratuita que promete la fusión nuclear?
Esto invita a hacer una reflexión sobre nuestra relación con el uso y control de las fuentes
energéticas. Por encima de cualquier otra consideración debemos tener en cuenta que el acceso a la
energía de nuestra sociedad es un privilegio que debemos manejar con la prudencia y la sensatez de quien
maneja un arma poderosa. Si tomamos la precaución de reflexionar de manera crítica sobre el uso que
hacemos de la energía en nuestra vida diaria seguro que seremos capaces de hacer un uso más racional y
adecuado, más solidario y menos impactante para el medio ambiente.
Para Canarias
Observando el problema desde la perspectiva local, el ámbito en el que debemos actuar según el
ideario ecologista, vemos que la economía canaria está basada de manera casi fundamental en el sector
servicios, y depende de manera muy significativa del turismo. A pesar de que el turismo suele
considerarse una industria “limpia”, se trata en realidad de un sector que demanda una enorme cantidad
de energía (cuya producción no es especialmente limpia). Así, para empezar, el transporte de los turistas
hacia el destino es un elemento de consumo energético de primera magnitud. Pero después, y no menos
importante, la necesidad de abastecer al archipiélago de todos los productos necesarios para mantener a la
población turística (desde los alimentos a los souvenir), y a la creciente población residente que sustenta
la industria turística. A esta demanda se suman las “necesidades” de los visitantes: locales climatizados,
saunas y spas, piscinas climatizadas, transporte para la movilidad interior, transporte interinsular, etc.
Si retomamos los datos de las proyecciones energéticas a largo plazo, vemos que la industria
turística se enfrenta a varios retos en el futuro. Por una parte el transporte, la base esencial del sector
económico turístico, es esencialmente dependiente de subproductos petrolíferos, que van a encarecerse en
un futuro, reduciendo el negocio. Canarias, es un archipiélago que no dispone de materias primas
energéticas fósiles, y dado que más del 80% de la energía que se produce viene de estas fuentes, existe un
déficit energético que subsanamos con la importación de combustibles. En general nuestra industria
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turística es un sector productivo que demanda gran cantidad de energía, por lo que cualquier
encarecimiento energético en el futuro llevará aparejado una reducción de la competitividad como
destino. Por otra parte, el turismo en Canarias es tremendamente dependiente de las actividades de sol y
playa, que son posibles todo el año gracias a un clima privilegiado.
No parece descabellado pensar que el efecto invernadero causado por el uso a gran escala de
combustibles fósiles incidirá de forma negativa sobre los mayores atractivos turísticos de Canarias: la
costa y el clima.
El sector eléctrico es un buen indicador de la tendencia en el consumo energético del archipiélago.
Las estadísticas regionales de consumo eléctrico revelan un incremento del 5% anual.
Este ritmo de crecimiento está muy lejos de la sostenibilidad y, desde luego, no parece que pueda
mantenerse a largo plazo. Desde el punto de vista práctico, significa que tan sólo para satisfacer la
demanda de energía eléctrica, cada año importamos un 5% más de fuel, e incrementamos nuestras
emisiones a la atmósfera en la misma cantidad. Y eso sin tener en cuenta el consumo de combustibles de
automoción y queroseno.
En los últimos años hemos asistido a la gran esperanza del crecimiento de las energías renovables.
Esta es, sin duda, la única salida a la espiral de crecimiento energético en la que estamos inmersos,
pero ¿es realmente una solución? Hoy por hoy debemos decir que la tendencia de la producción eléctrica
procedente de energía eólica en Canarias no está creciendo al ritmo que debería. Es más tenemos que
constatar que está disminuyendo y por lo tanto, su papel en la generación total de energía eléctrica está
92
diluyéndose de una manera alarmante. No hay duda de que ésta es la consecuencia del frustrado concurso
para la adjudicación de licencias de instalación de parques eólicos, que ha congelado la instalación de
nuevos aerogeneradores desde el año 2003. Si a esto, le añadimos que los últimos años la producción se
ha reducido debido a una reducción de la intensidad total del viento, tenemos un panorama realmente
preocupante. Así, mientras en el año 2002 la energía eólica generaba el 5% de la electricidad que se
consumía en Canarias, en el año 2005 tan sólo representó el 4%, y la tendencia continúa a la baja. Y a
pesar de que desde algunos sectores se nos quiere hacer creer que en Canarias hay un importante esfuerzo
en la producción eléctrica mediante energías renovables, basta decir que Navarra produce el 55% de su
consumo eléctrico mediante energías renovables. No hay duda de que se puede hacer mucho más en esta
dirección, y no sólo mejoraría nuestra imagen como destino, también la competitividad al largo plazo.
A corto plazo, se asoman otras sombras sobre el sector, como la ecotasa de la Comunidad Europea
al queroseno en los vuelos interiores, con la que se pretende repercutir el coste ambiental de las emisiones
a las compañías aéreas. Desde el punto de vista de Canarias esto significaría una penalización respecto a
destinos no europeos a distancias equiparables, como por ejemplo Cabo Verde y, en consecuencia, una
pérdida de competitividad del destino. Ante esta situación parece que se baraja solicitar a Bruselas la
exención de la ecotasa a los territorios ultra-periféricos, lo que podría ser un alivio para la economía,
aunque no dejaría de ser otra subvención en contra de la conservación medioambiental.
93
Para las empresas canarias la energía es una ventaja competitiva, los costes energéticos son
menores en el archipiélago por diferentes exenciones fiscales, así la electricidad y también los
combustibles están subsidiados. A pesar de ello, cualquier paso en la dirección de ahorrar energía y de
tratar de obtenerla de fuentes alternativas, representa un paso en la mejora de competitividad de la
empresa. De forma que al reducir los costes energéticos tomando medidas de ahorro se están reduciendo
los costes y, en consecuencia mejorando la productividad. Por consiguiente, el ahorro energético tiene una
doble lectura positiva en cuanto a protección ambiental y a mejora de la competitividad.
Otra línea de desarrollo interesante es la búsqueda de productos o servicios turísticos alternativos
con una baja demanda energética, ya que así se mejora la competitividad de la empresa y también la
sostenibilidad del destino. El aspecto de la sostenibilidad del destino turístico es interesante, ya que está
comenzando a ser un criterio de selección para algunos touroperadores, y es posible que en el futuro sea
uno de los criterios que derive clientes a uno u otro destino y, en consecuencia, un elemento de
competitividad.
Por último, es fundamental que la iniciativa privada se involucre en la producción de energía de
fuentes alternativas. Poco a poco la normativa se está moviendo en el sentido de propiciar las fuentes de
energía sostenibles, como por ejemplo la obligación de que las nuevas viviendas dispongan de
instalaciones de energía solar térmica para calentar agua sanitaria. Es razonable pensar que la legislación
irá avanzando en ese sentido, y sería sensato ir por delante de las imposiciones legales, especialmente en
este campo en el que tanto la cuenta de resultados como la imagen de la empresa se verán beneficiadas. El
ahorro energético y la sensibilidad por el medio ambiente son elementos positivos en la gestión de
empresas turísticas y del sector servicios. Los clientes aprecian los esfuerzos en pro de la sostenibilidad y
los premian con fidelidad. Y no hay que olvidar que las actividades a favor de la sostenibilidad pueden ser
un elemento de sensibilización de los clientes y, al mismo tiempo, una herramienta de promoción de una
imagen de marca comprometida por el medio ambiente. Así, un dispositivo de ahorro energético a la vista
de los clientes (como luces con temporizador o bombillas de bajo consumo) puede hacer nuestro negocio
más sostenible y, si se acompaña con carteles o señales informativas, mejorará nuestra imagen frente a los
clientes.
2.3.2. EL AGUA. El agua y la sociedad.
El agua ha tenido una importancia capital en la sociedad desde que la especie humana comenzó a
construir asentamientos urbanos. Los emplazamientos de las antiguas ciudades se elegían en función de
que hubiera cauces de agua cercanos, y el agua ha sido la protagonista de extraordinarias obras de
ingeniería en la historia. Y es que no podemos vivir sin agua, y además la necesitamos para la agricultura,
la industria, los servicios, ... Nuestra economía depende del agua y este es un recurso limitado, renovable
y cuya disponibilidad sufre altibajos a lo largo del tiempo. En todo el mundo hay ciclos de lluvias
abundantes y sequías, relacionados con ciclos meteorológicos naturales. En Canarias hay un ciclo de
94
lluvias de una duración de 11-15 años, que parece relacionado (aunque de forma débil) con la actividad
solar. En consecuencia, cuando nuestro crecimiento económico y poblacional incrementa la demanda de
agua, los ciclos hidrológicos naturales pueden causar problemas de abastecimiento en los lugares más
secos. Cuando nuestra demanda supera la capacidad de los ecosistemas para renovar el agua consumida
entramos en un déficit hídrico.
Los problemas de abastecimiento de agua en las islas comenzaron cuando la población dejó de
depender exclusivamente de los recursos naturales insulares y comenzó a crecer gracias a la agricultura y
a las importaciones de productos desde el exterior. Cuando la demanda de agua superó a la renovación de
los recursos superficiales, se comenzó a explotar el agua subterránea. En el último tercio del siglo XX la
explotación de los acuíferos en Canarias fue realmente brutal, y se generalizaron las restricciones del agua
de abasto, especialmente en las islas orientales.
La construcción del sistema de pozos y galerías para explotar las aguas subterráneas
propició además una especial estructura de la propiedad del agua, un bien público en el
resto del estado que, sin embargo, está en manos privadas en Canarias.
Este es el resultado de que la administración dejara a la iniciativa privada la construcción de las
infraestructuras de captación y acumulación de agua a principios del siglo XX. La promulgación de la
Ley de Aguas, que significó la declaración de bien público de los recursos de aguas superficiales y
subterráneas, hubo de modificarse en Canarias mediante una moratoria de 75 años. Cuando venza ese
plazo las explotaciones privadas de aguas subterráneas en Canarias deberán contar con una autorización
administrativa para seguir haciendo uso de un bien público.
Pero el modelo extracción y utilización de aguas subterráneas fue una solución efímera. En los
años 70 la UNESCO advirtió de la sobreexplotación de las aguas subterráneas de Canarias, la explotación
irracional de los pozos los secó o los salinizó y de nuevo apareció el fantasma del desarrollo insostenible
con el agotamiento de los recursos naturales. Entonces se echó mano de la tecnología y de la energía, y se
comenzó a obtener el agua del mar por medio de la desalación.
En este sentido Canarias ha sido pionera en la producción de agua desalada en España,
y en la actualidad está sirviendo de modelo a los lugares de la costa mediterránea que se
enfrentan a los mismos problemas de explotación irracional e insostenible de los
recursos hídricos.
Es muy significativo que los problemas que Canarias comenzó a sufrir hace treinta años se estén
repitiendo ahora en el litoral mediterráneo. Esto indica que se está sufriendo el mismo problema de
sobreexplotación, que apareció antes en Canarias por disponer de un territorio más limitado y con un
95
aporte hídrico y una capacidad de captación y regulación menor. Esto indica además que el problema
seguirá apareciendo en el futuro en otras zonas costeras a no ser que se adapte el crecimiento a la
disponibilidad de recursos hídricos.
Las tecnologías de desalación han ido mejorando y haciéndose más eficientes con el tiempo.
Comenzaron siendo costosísimos procesos de evaporación para la eliminación de sales, y en la
actualidad están fundamentalmente basados en técnicas de ósmosis inversa, que asociadas a sistemas de
recuperación energética de las salmueras, son capaces de rendir agua a precios muy competitivos (con la
mejor tecnología disponible en la actualidad el precio de producción es de 0,35 €/m3). La tecnología
promete más mejoras, y así los sistemas de ósmosis directa parece que podrán reducir aún más el coste
energético necesario para producir un metro cúbico de agua potable. No hay que olvidar que los
problemas asociados a la desalación no son tan sólo el coste energético, también existen problemas
ambientales asociados al vertido de las salmueras (el agua con altas concentraciones de sal que es el
subproducto de la desalación). Aunque se están desarrollando sistemas tecnológicos para reducir estos
impactos, a medida que aumenta el número de desaladoras y la capacidad de desalación, estos se hacen
más preocupantes. No hay que perder de vista que gracias a nuestra tecnología y a un elevado coste
energético lo que estamos haciendo es mantener de forma artificial una población y unas actividades no
sostenibles sobre un territorio determinado.
Pero ésta es la historia de la producción de agua en Canarias, o más bien de la forma en la que se
ha resuelto una demanda creciente. Sin embargo, para conocer la situación actual es necesario ver en
detalle cual es la situación de la demanda de agua en el archipiélago.
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Si analizamos la gráfica (Figura 22) de volumen de agua suministrada según los diferentes
sectores observamos que el consumo agrícola acapara el 46% del agua, seguido por el consumo urbano
(27%) y el consumo del sector turístico y de servicios (12%). Este análisis rompe el mito del turismo
como depredador de recursos, al menos en cuanto al agua se refiere. No cabe duda que la agricultura es
un sector que hace un uso intensivo del agua, y tampoco hay duda que el valor añadido del uso agrícola
del agua es mucho menor que el valor añadido de su uso turístico y en el sector servicios. Sin embargo,
conviene no olvidar que el sector agrícola aporta otros valores, como la protección ambiental, la fijación
de la población al territorio, etc.
El turismo y el agua
El consumo de agua en el sector turístico es variable. Como promedio el consumo por cama y día
en Canarias es de 280 litros. Sin embargo cuando se considera el consumo global de agua de las
actividades directamente relacionadas con el sector turístico hay que duplicar el valor. Es por lo que a
nivel de planificación se estima un consumo global de 600 litros por cama y día. De todas formas hay una
enorme variabilidad dentro de los establecimientos turísticos, un hotel urbano de dos estrellas representa
un consumo de 100 litros por cama y día, mientras que un hotel de cinco estrellas alcanza los 500. Esto
supone que un hotel de lujo puede tener un consumo asociado de 800 litros de agua por día. No hay duda
de que, a nivel práctico, el pequeño número de camas en hoteles de lujo no representa un consumo global
preocupante, sin embargo si que se abre una cuestión sobre consideraciones éticas. Por otra parte, estos
datos son dignos de considerar ya que la tendencia actual es la de promover el turismo de calidad, y por
tanto las camas que llevan asociado un mayor consumo de agua per cápita.
La situación no es homogénea en todo el Archipiélago, y esto es debido a la distinta situación
hidrológica de cada una de las islas. En Lanzarote y Fuerteventura, islas sin apenas recursos hídricos, y en
las que se ha desarrollado una agricultura de secano, los consumos turísticos representan alrededor del
50% del consumo total de agua. Tenerife y Gran Canaria representan una situación intermedia en la que
tradicionalmente se ha desarrollado una agricultura de regadío y el consumo turístico se cifra en torno al
10%. La Gomera, El Hierro y La Palma presentan consumos por debajo del 5% como cabe esperar de su
reducido sector turístico y el importante sector agrícola. Por otra parte el consumo turístico se abastece
casi por completo de agua desalada. Esta ha sido la solución al conflicto entre el uso agrícola y el uso
turístico del agua que la UNESCO vaticinó en los años 70.
97
La resolución de este conflicto ha venido de la mano de la tecnología y de la energía. En la
actualidad Canarias es líder en desalación de agua con una capacidad diaria de 590.000 m3/día. Gran
Canaria concentra más del 60% de la capacidad total de desalación, con 336.195 m3/día y la sigue
Tenerife con 118.140 m3/día. Se estima que esta capacidad de desalación sería suficiente para abastecer
una población de más de 1000.000 de habitantes. En la actualidad hay 328 plantas desalinizadoras
operativas en Canarias, con una producción anual de 215 hectómetros cúbicos anuales. El 82 % del agua
se obtiene a partir de agua de mar, y el resto de agua obtenida de pozos salobres. El 90% de las plantas
utilizan la tecnología de ósmosis inversa para obtener el agua dulce.
Pero esta enorme capacidad de producción de agua tiene un reflejo directo en el consumo
energético. Según datos del Centro Canario del Agua, en Lanzarote y Fuerteventura se dedica a la
desalación entre el 25% y el 30% de la energía que se produce, en Gran Canaria es un 15%, en Tenerife
un 5% y en el resto de las islas, el porcentaje no supera el 3%. Una vez más, se aprecia la importancia del
coste energético de la desalación en las islas orientales, donde la necesidad de obtener agua es mayor y
los recursos hídricos menores. Esta situación se ha mejorado gracias del enorme avance tecnológico que
ha sufrido la tecnología de la desalación en los últimos treinta años.
Así, en 1975 para obtener un metro cúbico de agua desalada había que usar 22 Kwh, mientras que
en la actualidad la energía necesaria se sitúa en torno a los 2 Kwh. Está claro que hubiera sido
insostenible económicamente mantener estos caudales de agua desalada con la tecnología de hace treinta
años. Ni siquiera el valor añadido del uso del agua en el sector turístico habría podido compensar los
98
costes de desalación con la tecnología de 1975, ya que significaría una desventaja competitiva respecto a
otros destinos.
El avance tecnológico que ha permitido esta reducción del coste energético ha sido la recuperación
de energía de las salmueras en las plantas de ósmosis inversa. Esto sitúa los costes de desalación de agua
de mar con la mejor tecnología disponible en la actualidad a 0,57 € /m3. Estos sistemas están comenzando
a implantarse en la actualidad, y parece que en futuro serán el complemento necesario de cualquier
instalación de ósmosis. Sin embargo, con la tecnología actualmente instalada en las desaladoras de
Canarias, el coste medio de producción de un metro cúbico es algo más de un euro. Y dado que la
tecnología de la desalación es un mercado en auge, los avances tecnológicos se suceden rápidamente, y en
la actualidad ya se está experimentando con una técnica de ósmosis directa que permitiría rebajar todavía
más las necesidades energéticas del proceso. Sin embargo, cada vez es más difícil reducir la energía
necesaria para la desalación.
Las proyecciones del consumo de agua futuro en el archipiélago estiman que la
demanda de agua seguirá incrementándose, no contemplan que este incremento se
compense con el aumento de la capacidad de desalación, sino con la reutilización de
aguas residuales.
Agua y Sostenibilidad.
Y no es que de repente haya una mayor sensibilización sobre la necesidad de hacer que la
producción de agua sea más sostenible. Lo que ocurre es que la dependencia de la desalinización hace de
Canarias un destino turístico muy dependiente de la energía. Y como hemos visto en el apartado anterior,
no parece que nuestra dependencia de fuentes energéticas exteriores vaya a reducirse. Lo que quiere decir
que la competitividad de nuestro destino turístico es tremendamente dependiente del precio del crudo, y
esto no es bueno. Así, ha llegado el momento de recuperar parte del agua que se deshecha, ahorrar energía
en desalación y recuperar parte de la que se invirtió en el agua desechada.
Este es, sin duda un paso hacia la sostenibilidad, pero no hay que pensar mucho para afirmar con
toda rotundidad que el consumo de agua en Canarias no es sostenible desde hace ya muchas décadas. La
sostenibilidad acabó en cuanto se afectaron los cauces superficiales, y se consumía más agua de la que el
sistema natural podía reponer y mientras se mantenían los caudales superficiales existentes en el
archipiélago. Además nada apunta a que este consumo pueda ser en el futuro sostenible ¿Durante cuanto
tiempo será rentable consumir la energía necesaria para obrar el milagro de convertir el agua de mar en
agua potable? Es una pregunta de difícil respuesta. En tanto podemos responderla, la única salida posible
es reducir nuestra dependencia de la energía para producir agua mediante el ahorro y el consumo racional
de este recurso.
99
2.4 Los residuos.
El consumo es parte consustancial de la vida y de la naturaleza. Desde que nacemos hasta que
morimos no dejamos de consumir: aire, alimentos, agua. Quizá por eso nuestra economía está basada en
la sociedad de consumo, que fundamenta el crecimiento y el progreso en la producción y el consumo de
una enorme cantidad de bienes y servicios, la mayor parte de ellos no tan necesarios como el aire, la
comida o el agua. Pero el consumo tiene una particularidad ya que está asociado, casi invariablemente, a
la producción de sustancias no deseadas, los residuos. Así, no es de extrañar que nuestra sociedad de
consumo sea, al mismo tiempo la sociedad de los residuos.
La normativa vigente define los residuos como “cualquier sustancia u objeto del cual su poseedor
se desprenda o del que tenga la intención o la obligación de desprenderse”. Esta definición es importante
a la hora de establecer las normas sobre la gestión y el tratamiento de los residuos. A lo largo de las
últimas décadas la gestión y el tratamiento de los residuos se han ido complicando y, en la actualidad,
hablar de gestión implica la recogida, el almacenamiento, el transporte, la valorización y la
transformación o eliminación de los residuos, incluida la vigilancia de los lugares de depósito o vertido
después de su clausura. En Canarias, desde 1998 la Comunidad Autónoma es la que autoriza, a través de
su órgano medioambiental, las actividades de valorización y eliminación de residuos. Además, los
diferentes residuos tienen un sistema de gestión distinto dependiendo de su peligrosidad.
Los residuos que nuestra sociedad ha producido a lo largo del tiempo no son homogéneos, sino
que han ido evolucionando junto con la cultura, la tecnología y el nivel de desarrollo. Así, hace 50 años la
mayor parte de los residuos eran de tipo orgánico, restos de alimentos, excrementos, etc. La gestión de
este tipo de residuos era realmente sencilla, y simplemente se utilizaban para alimentar al ganado, o para
fertilizar los campos. Aquellos tiempos en los que una botella de vidrio podía durar años y se le daba
multitud de usos antes de desecharla (algo que ocurría solamente cuando dejaba de servir para su
cometido, es decir, se rompía), era un sistema de gran eficiencia, que reciclaba la materia orgánica y
permitía hacer del consumo una actividad más sostenible.
Posteriormente, con el desarrollo tecnológico y socioeconómico, comenzaron a aparecer las
conservas, los embalajes, y los que posiblemente ha sido una de las bestias negras de la sostenibilidad, los
productos desechables. De repente, se acabó la cultura de los envases retornables y del aprovechamiento
de los materiales y entramos de lleno en la cultura de “usar y tirar” . A partir de aquel momento devolver
el envase a la tienda comenzó a ser cutre, lo “cool” era comprar y tirar envases. En el colmo de la
insostenibilidad, los residuos ya no están formados tan sólo por objetos que han dejado de cumplir su
finalidad, también se convierten en residuos aquellos objetos 100% funcionales pero que “han pasado de
moda”. Ese es el motivo de que en el curso de las últimas décadas hayan florecido enormes montañas de
basura que crecen hasta límites insospechables y acaban por convertirse en monumentos al consumo. Pero
el problema no sólo reside en la creciente cantidad de residuos, sino en la inacabable variedad de
100
materiales que los componen. A nuestro tradicional vidrio, cerámica y latón, vinieron a añadirse una
infinita variedad de plásticos, con múltiples composiciones, texturas, tamaños y colores.
Paradójicamente por fin existe un indicador de desarrollo con el que podemos equipararnos con
los países más ricos, el índice de kilogramos de basura producida por habitante. En los datos del Plan
Integral de Residuos de Canarias (2000-2006), la producción de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) por
habitante era de 1,47 Kg por habitante y día. Ya en el año 2003 un estudio de Greenpeace situaba la tasa
de producción de Canarias como la más alta de España junto con Baleares, y ambas alrededor de los 2 kg
de basura por habitante y día. Analizando los datos actualizados de Kg de residuos depositados en los
vertederos de Tenerife, en la actualidad ya superamos holgadamente los 2,2 Kg de basura por habitante y
día. El aumento en la producción de residuos por habitante, junto con el incesante crecimiento de la
población en el archipiélago, nos plantean un enorme problema.
En breve no sabremos que hacer con los residuos.
Bueno, en realidad si que lo sabemos: RECICLAR. Según un estudio de Greenpeace, Canarias
está a la cabeza de las Comunidades Autónomas que menos porcentaje de residuos recuperan.
En concreto, en el año 2003, se recuperaba tan sólo un 2,9% de los residuos generados, el otro
97% se eliminaba en vertedero. Una cifra realmente irrisoria comparada con el 11,5% de porcentaje de
recuperación media a nivel nacional, o con el 22% de recuperación en la comunidad de Cantabria.
Con esta situación estamos produciendo diariamente entre cuatro y cinco mil toneladas de basura
en Canarias, lo que representa unos 250 camiones de gran tonelaje cargados de residuos que cada día van
a los vertederos insulares. Casi la mitad de estos residuos son materia orgánica (45%), seguidos por un
15% de papel y cartón, 13% de plástico, 11% de vidrio y un 7% de metal.
101
El Plan Integral de Residuos de Canarias (PIRCAN, 2000 - 2006) pretendía incidir sobre el
problema de los residuos en nuestra comunidad autónoma, a partir de un estudio global sobre este
problema.
La estrategia para resolver la problemática relacionada con los residuos y fomentar un
consumo más sostenible no es nueva, es una idea tan vieja como el concepto de
sostenibilidad, la estrategia de las tres erres: Reducir, Reutilizar y Reciclar.
Desde el punto de vista de la gestión de residuos, esto se traduce en conseguir reducir los índices
de kilogramos de residuos generados por habitante, ya sea consumiendo productos con menos embalaje, o
reutilizando y no desechándolos de manera sistemática. La tercera erre, la del reciclaje, necesita de un
elemento fundamental para su puesta en marcha: la separación en origen.
La separación de los residuos en origen permite hacer mucho más eficiente y menos costosa la
recuperación y valorización de un porcentaje elevado de los residuos.
Si tenemos en cuenta la evolución en la producción de residuos por habitante en los últimos años
está claro la sensibilización de la población en prácticas de reducción o en la reutilización de materiales
antes de desecharlos no ha funcionado correctamente. Y no podemos decir que no haya existido,
cualquiera de nosotros podría recordar varias iniciativas en los últimos años de sensibilización ambiental
sobre la reutilización. Entonces, ¿Dónde está el problema? Es difícil decirlo, pero lo que está claro es que
hay que invertir más esfuerzo y financiación en este tipo de políticas. Y desde luego que hay que ser más
rigurosos con la forma en la que se invierten recursos en los programas de sensibilización ambiental.
Si no somos capaces de cambiar la percepción de la población sobre la necesidad de
reducir los residuos en origen, el problema no hará sino empeorar.
El reciclaje es uno de los conceptos más divulgados entre la población en los últimos años.
Podemos estar seguros que una encuesta sobre la necesidad de reciclar daría un apabullante
respaldo a la importancia de reducir la demanda de recursos naturales y disminuir los residuos por medio
de la reutilización de los productos de deshecho. Pero, ¿Realmente reciclamos tantos residuos como
parecería indicar nuestra sensibilidad a hacerlo? El Instituto Canario de Estadística (ISTAC) dispone de
datos sobre reciclaje de vidrio en Canarias entre el año 2002 y el año 2004 en los que se aprecia una
tendencia positiva en los kilogramos de vidrio recuperado por persona y año: en el año 2002 se
recuperaron 7,8 Kg/persona año, en el 2003 fueron 8,8 Kg/persona año y el en año 2004 se recuperaron
9,1 Kg/persona año. Estos datos pueden complementarse con los de la fundación ECOVIDRIO, que para
102
el 2005 calculó un índice de 9,3 Kg por persona y año. Si bien la primera lectura es positiva, ya que
estamos incrementando el vidrio recuperado gracias a la separación en origen, conviene no perder de vista
que los incrementos interanuales se van reduciendo. Es decir la recuperación de vidrio a través de los
usuarios domésticos pierde fuerza.
¿Qué está ocurriendo? Para responder a esta pregunta podemos echar mano de la encuesta
realizada en los hogares canarios por el ISTAC sobre los motivos por los que no se seleccionan los
residuos en origen. En cuanto al vidrio el 70% de los encuestados justifica que no lo deposita en los
contenedores porque no los hay cerca de su casa, el 20 % se justifica por falta de tiempo o espacio, y el
6% manifiesta que desconocía que hubiera que hacerlo o no sabe como se hace. Entonces no hay
problema, la respuesta es clara: la administración parece ser la culpable de que los ciudadanos no puedan
acceder al sistema de separación en origen. Sin embargo, la solución no es tan sencilla.
Desafortunadamente para los ciudadanos ECOVIDRIO también publica datos de contenedores de
vidrio por cada mil habitantes, por lo que es sencillo representar en una grafica los kilos de vidrio
recuperados por habitante y año en cada comunidad autónoma, respecto del número de contenedores por
mil habitantes de los que disponen. La gráfica debería mostrar una tendencia en forma de “S”, en la que
los lugares con menor número de contenedores no registrarían casi reciclaje, aumentaría de forma
exponencial hasta un punto intermedio y después se iría reduciendo hasta estabilizarse, indicando que a
pesar de añadir más contenedores el reciclaje siempre es el mismo.
103
Sin embargo, esto no es lo que muestra la gráfica de recogida de vidrio en función de abundancia
de contenedores (Figura 26). Es más, se puede apreciar que en lugares con un número de contenedores
similar al de Canarias se recicla hasta el doble de vidrio. Así pues, el problema no es de logística ni de
gestión, ni siquiera de comunicación, porque tan sólo un 6% afirman desconocer que el vidrio se recicla.
Se trata por tanto, de falta de sensibilidad, y ésta es la situación que debemos resolver.
Esto no implica que las acciones de sensibilización ambiental estén mal diseñadas, o no sean
efectivas. Más bien parece que lo que ocurre es que los mensajes que llegan a los consumidores no son
suficientes, o no alcanzan el umbral necesario para que la actitud ante el reciclaje sea más activa. Quizás
no baste con unas pocas acciones de sensibilización en la población infantil, y un par de días
internacionales al año ¿O es que a alguien le parecería sensato que una empresa de refrescos hiciera una
campaña de publicidad y después pretendiera que los consumidores compraran su refresco durante toda la
vida? No parece sensato, como tampoco lo es pretender que con una acción de sensibilización cambie el
comportamiento de un individuo para toda su vida, especialmente si durante el resto de su vida recibe
mensajes publicitarios contradictorios, que le animan a consumir sin preocuparse de los deshechos.
Al margen de los residuos domésticos, también hay una producción importante de otro tipo de
residuos a nivel regional. Los residuos especiales, entre los que se encuentran los neumáticos y los
vehículos fuera de uso, los residuos de construcción y demolición, los lodos de depuradora, los residuos
voluminosos y los residuos procedentes de mataderos, decomisos, subproductos cárnicos y animales
muertos. Y otras categorías que merecen un tratamiento especial como: los residuos industriales,
sanitarios, ganaderos, agrícolas, forestales y los residuos peligrosos.
En estas categorías entran todos los residuos que no pueden calificarse como Residuos Sólidos
Urbanos (RSU). Según datos del ISTAC sobre la recogida de residuos no categorizables como RSU en
2003 se destacan: 150.000 toneladas de chatarra, 30.553 toneladas de alquitranes e hidrocarburos, 60.588
toneladas de aceites usados o 4.256 toneladas de pilas y acumuladores eléctricos. La normativa vigente
exige que todos estos residuos, que generalmente son producidos por actividades empresariales, deban ser
gestionados por gestores autorizados, lo que permite un obligado control de su producción, gestión y
destino final.
Hay dos tipos de gestores autorizados, los de residuos peligrosos y los de residuos no peligrosos.
Los residuos caracterizados como no peligrosos más comunes en Canarias son chatarras, residuos
de hierro y acero, residuos no férreos, diferentes metales, equipos eléctricos y electrónicos, cables,
materiales de construcción, residuos de granallado o de chorreado, madera, serrín virutas y recortes,
residuos compostables, papel y cartón, residuos de plásticos (excepto embalajes), lodos de tratamiento de
aguas residuales urbanas, neumáticos, residuos textiles de fibra vegetal, etc. En Canarias hay registrados
337 Gestores Autorizados de Residuos no peligrosos.
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En cuanto a los Gestores de Residuos Peligrosos, hay 92 empresas autorizadas. Entre los residuos
peligros más comunes producidos en Canarias, encontramos: ceras y grasas usadas, aceites y lubricantes
sintéticos, absorbentes, materiales de filtración y ropas protectoras contaminadas, filtros de aceite, zapatas
de freno que contienen amianto, anticongelantes que contienen sustancias peligrosas, lodos de fondos de
tanques, aceites de sentinas procedentes de navegación, aceites hidráulicos, alquitranes, hidrocarburos,
arcillas de filtración usadas, sólidos de separadores agua/aceite, fuel oil y gasóleo, gasolina, lodos de
drenaje, baterías de niquel-cadmio, baterías de plomo, pilas y acumuladores, disolventes, lodos de pintura
y barniz con disolvente orgánicos, tubos fluorescentes y otros residuos con mercurio, soluciones de
revelado, soluciones de fijado, películas papel fotográfico que contienen plata, medicamentos citotóxicos
y citostáticos, pesticidas, residuos de amalgamas procedentes de cuidados dentales, conservantes de
madera, etc.
En lo que respecta a este tipo de residuos, el PIRCAN, se propuso como objetivo principal su
control, tanto en su producción como en su gestión, minimizando el riesgo procedente de vertidos
incontrolados. El Plan prevé actuaciones de optimización en origen que tienen como finalidad la
minimización de producción de residuos, así como, la optimización energética en el tratamiento de los
envases, etc. En este mismo periodo 2000-2006, el Plan proponía lograr una adecuación de los métodos
de gestión para todos los residuos peligrosos producidos, un 70% de los residuos especiales, un 60% de
los inertes y un 50% de los asimilables a urbanos. Con esta actuación la administración estimaba que se
podía llegar a controlar el 100% de los residuos producidos en grandes o medianos establecimientos
ubicados en polígonos industriales.
Por otra parte, no hay que olvidar que gran parte de los residuos que producimos tienen forma de
efluentes líquidos. En la actualidad hay 68 autorizaciones de vertido al mar en todo el archipiélago, de las
cuales el 65% se realizan mediante desagües, el 31% mediante emisarios submarinos y el 4% restante
mediante pozos o vertidos directos. Los residuos que se vierten son en un 38% de origen urbano, un 30%
son salmueras procedentes de plantas de desalación de agua de mar, un 27% son vertidos de origen
industrial y el 5% restante son mezclas de residuos urbanos con salmueras de desaladora. Estos datos
ponen de manifiesto que existe un elevado caudal de aguas residuales que se vierten al mar sin procesos
de depuración, ya sean de procedencia urbana o industrial. Esta es una mala práctica por partida doble.
Por un lado, representan puntos de contaminación del litoral, lo que puede afectar al uso de las playas de
Canarias, y podrían ser muy negativos para la imagen turística del archipiélago.
Por otra parte, representan vertidos de un bien escaso y caro de obtener como es el agua, que
después de haber sido tratada y preparada para utilizarse como agua potable se vierte al mar simplemente
para evacuar nuestros desperdicios.
En la actualidad es necesario que la administración realice un esfuerzo para acelerar la
implantación y puesta en funcionamiento de las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR),
para minimizar el potencial de contaminación del vertido de las aguas sin depurar, y también para reducir
105
la dependencia del agua subterránea y de la desalación de agua para consumo. Este esfuerzo tendría como
consecuencia un importante ahorro energético, al reducir la necesidad de desalación de agua de mar.
La contrapartida en la depuración de las aguas residuales está en la gestión de los residuos
eliminados del agua, es decir, los lodos de depuradora. Es evidente que si separamos las sustancias
residuales que transporta el agua para poder tener agua apta para riego o uso agrícola, es necesario tratar y
gestionar adecuadamente estos lodos. En el uso agrícola de los mismos, así como en el uso para riego y
agrícola de las aguas procedentes de la depuración se debe tener en cuenta el posible efecto contaminante
de los nitratos disueltos que puede tener sobre el suelo y las aguas superficiales o subterráneas donde son
utilizados. Para ello, su gestión y uso está regulado por normas comunes a toda la Unión Europea. La
Directiva Europea que regula la gestión de lodos está traspuesta a la normativa española mediante el Real
Decreto de 1990 y la Ley de 1993. Además, el marco normativo creó un Registro Nacional de Lodos de
depuración y un censo de EDAR, así como de entidades dedicadas a la explotación agrícola de los lodos
procedentes de depuradoras.
Como siempre ninguna solución es la panacea, y no podemos plantearnos que todos nuestros
residuos puedan servir para fertilizar los terrenos agrícolas mediante compostaje o uso de lodos. En el
caso de Canarias, la población está tan sobredimensionada respecto al territorio que la reutilización de
todos los residuos orgánicos como abono desequilibraría la composición de los suelos agrícolas del
archipiélago, y contaminaría las aguas subterráneas con nitrógeno y fósforo. Es por ello que el PIRCAN
tan sólo plantea que un 70% de los lodos puedan ser utilizados como abonos a finales de 2006, y el resto
deberán depositarse en vertederos. Incluso este porcentaje parece difícil de mantener a largo plazo. Si lo
pensamos, se trata de una importación de materia orgánica hacia Canarias, ya que toda la comida que es
necesaria traer para mantener una población muy por encima de las posibilidades naturales del territorio
se transforma en residuos y un porcentaje se incorpora a los suelos agrícolas. Finalmente, muy poca de
esa producción agrícola sale del archipiélago, por lo que el balance resultantes es una incorporación neta
de materia orgánica al suelo, en una cantidad que crece al mismo ritmo que la población. ¿Puede esto ser
sostenible?
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