conoce la biblia - nuevo testamento 13 - santiago judas y pedro.pdf
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8/10/2019 Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 13 - Santiago Judas Y Pedro.pdf
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A B I B L I A : N U E V O T E S T A M E N T O
P. Eugene H. Maly, S. T. D
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C O N O C E L A B IB L IA : N U E V O T E S T A M E N T O
Una coleccin insust i tuible en cursi l los bbl icos, reuniones
de equipo, c rculos de estudio
Y para vivi r
una autnt ica
ESPIRITUALIDAD BBLICA
EVANGELIOS
HECHOS
EPSTOLAS
APOCALIPSIS
Firmas internacionales
Rigor cien tf ico
Sencil lez aseq uible
Com entarios pastorales
Un servicio editorial de SAL TERRAE
para que t odos conozcan y v i van
LA PALABRA DE DIOS.
CONOCE LA BIBLIA:
N U E V O T E S T A M E N T O
13
l l
DE SA:i JGSE
Epsto las de los Apsto les
S A N T I A G O ,
JUDAS
Y PEDRO
Introduccin y Comentario
Por
Eugen e H Maly
Mt. St. Mary's of The West
Norwood, Ohio
E D I T O R I A L S A L T E R H A E
S A N T A N D E R ( E s p a a )
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T r a d u c i d o de or igina l ingls , NEW T E S T A M E N T K l A D I N G G U I D E :
E p i s t l e s of S a i n t s J a m e s , Ju de , P el
-
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L A E P S T O L A D E S A N T I A G O
In tr od u c c i n
*
Las Epstolas Catlicas
El ttulo de "Epstolas Catlicas" se aplica a un grupo de
7 l ibros del Nuevo Testamento, uno por Santiago, uno por
Judas, dos por Pedro y t res por Juan. Intenta sealar po
siblemente la naturaleza general y universal del conteni
do doctrinal , o ms probablemente la lectora para la que
se escribieron. El ttulo es ms oportuno que exacto. Sirve
para agrupar a todas aquel las epstolas que no pertenecen
a las que t radicionalmente se conoce como el cuerpo Pau
lino. Este, sin embargo, es el nico rasgo comn que tie
nen todas el las , como se ver en las diferentes introduc
ciones. Puesto que el t tulo es ant iguo contina apl icn
dose a las 7 epstolas en cuestin. El presente folleto trata
de las cartas de Santiago, Judas y Pedro, mientras que las
tres de Juan se t ratan junto con su Evangelio.
El autor de la Epstola de Santiago
En el saludo prel iminar, la epstola se presenta como obra
de "Santiago" el s iervo de Dios y de Nuestro Seor Jesu
cristo: "Quin es este Santiago que aparentemente no
necesi ta una introduccin ms amplia?" Los escri tos del
Nuevo Testamento parecen dist inguir t res hombres pro
minentes l lamados Santiago. Hay un Santiago, hi jo del
Zebedeo (Mt4:21) y herm ano del apstol Ju an (M tl7 : l) ,
comnmente l lamado "el Mayor" para dist inguirlo de otro
apstol del mismo nombre. Su muerte en el ao 42 d. C. a
manos de Herodes (Act 12:2) le hace el candidato ms im
probable para ser el autor de nuestra epstola.
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EPSTOLA DE SANTIAGO
El segundo Santiago es el apstol, hijo de Alfeo
(Mtl0:3) acerca del cual poco se puede decir a ciencia
cierta, a no ser que se le identifique con Santiago, "her
man o del Seor" (Me 6:3; Gal1:19). De este l t imo San
t iago se conoce bastante. Fue favorecido con una apari
cin especial del Seor desp us de la Resurreccin (1 Cor
15:7); Pedro deseaba que Santiago conociese su liberacin
de la prisin, indicando la importancia de su posicin(Act 12:17); Pablo, poco despus de su conversin, visit a
Santiago en Jerusaln (Gal1:18-19); Pablo le consideraba,
jun to con Pedro y Jua n, colum na de la Iglesia (Gal 2:9);
se presenta teniendo voz decisiva en el Concilio de Jeru
saln (Act 15:13-29); y en su visita final a Pales tina, se
dice que Pablo ha hablado a la comunidad de Jerusaln
y slo a Santiago le ha mencionado por el nombre (Act
21:17-18).
De estas indicaciones podemos suponer que Santiago,
hermano del Seor, era, en efecto, el jefe de la comuni
dad cris t iana en Jerusaln y que todos le admiraban y le
resp etab an (Gal 2:12). Tal prestigio, pues, es explicacin
suficiente para la fal ta de una ms abundante ident ifica
cin en el encabezamiento de la epstola. Si este Santiago
se identifica tambin con el apstol, hijo de Alfeo, no se
puede determinar de la informacin disponible.
Si la epstola fue, en efecto, escrita por este Santiago,
o si su nombre se dio por otro autor que deseaba aadir
autoridad a lo que tena que decir, plantea un problema
aparte. La Seudoepigrafa era muy comn en aquel los
tiempos. El contenido de la carta, sin embargo, no pide tal
conclusin. Revela, ante todo, una mentalidad juda. No
slo el estilo, la gramtica y el vocabulario son indicios de
un acercamiento semt ico bsico, s ino las frecuentes refe
rencias a conceptos del Antiguo Testamento (v. g., "las
12 tribus de la dispersin", 1:1; "los primeros frutos",
1:18; etc.) son de alguno que conoca las Escrituras he
breas,
INTRODUCCIN.
7
El contenido hace ms claro que el autor fue un cris
tiano. Los temas comunes a la epstola y al Sermn del
monte son pruebas suficientes. Finalmente, la autoridad
con la que este autor judo cristiano presenta su materia,
demuestra un hombre de al ta posicin. No hay, pues,
razn suficiente para negar que el encabezamiento de la
carta y la carta misma procedieron de una misma mano,
y son autnticas. Esto, por supuesto, no excluira la posi
bilidad de una reelaboracin de la epstola por un autor
posterior inspirado, como arguyen algunos eruditos.
La escasez de referencias a Jess, tales como se poda
esperar de quien le ha conocido durante la vida como
Santiago, se puede explicar por el carcter de la carta, que
est hecha de una serie de exhortaciones morales dest ina
das a fortalecer a los lectores en tiempos difciles. Se obje
ta, nuevamente, que el estilo y vocabulario griegos no po
dan proceder de Santiago. Pero el uso de secretarios que
compensa precisamente tal carencia de recursos estaba
extendido en la primit iva Iglesia. Nada estorbara a San
tiago seguir ese precedente.
A quin va dirigida?
Santiago dice expresamente que est dirigindose a las
"doce tribus que estn en la Dispersin". Pero este ttulo
lo que nos dice es que la carta est destinada a los cris
t ianos del "Nuevo Israel", la verdadera "descendencia de
Abrahn, herederos segn la promesa" (Gal 3:29). Sin em
bargo, era de esperar que Santiago, judio cristiano, jefe
de la comunidad juda cris t iana en Jerusaln, dirigiese
otra a los judos cris t ianos. Las fal tas sealadas y las re
ferencias al Antiguo Testamento (2:23-25; 5:10,11.17) in
dicaran un auditorio de origen judo. No es posible deter
minar s i tuvo en la mente a alguna comunidad en par
ticular.
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EPSTOLA DE SANTIAGO
Fecha de la composicin
Hay muchos indicios de que la Epstola de Santiago es
uno de los escr i tos ms antiguos del Nuevo Testamento.
Las referencias a Cristo son pocas y de ordinaria calidad
(cf. 2:1; 5:7), la que sugiere un perodo primitivo, cuando
todava no haba sido formulada una doctr ina detal lada
sobre Cristo, en respuesta a las herejas que nacieron pos
ter iormente. Tambin Santiago, aparentemente, no cae en
la cuenta de la controversia con la que Pablo tuvo ms
tarde que tratar sobre la supervaloraron de las obras de
la Ley de los judos cristianos convertidos (cf. Sant2:24;
Rom 3:28). De nuevo las referencias a los "muchos maes
t ros" en 3:1 sealara un tiempo en el que todava la or
ganizacin jerrquica no estaba completamente desarro
llada. Finalmente, las ideas que son comunes a ambos,
Santiago y Pedro, estn ms desarrolladas en el segundo.
Por tanto, sin pretender fijar una fecha precisa, podemos
suponer que la carta fue escrita alrededor de la mitad
del siglo primero. Como notamos arriba, no se excluirala posibilidad de una posterior reelaboracin.
Condiciones de la primitiva comunidad cristiana
De una lectura atenta de la epstola emerge un retrato
sumamente claro de la pr imitiva comunidad juda cr is
tiana. Viviendo en un mundo altamente comercial (cf.
4:13), los nuevos convertidos estaban probablemente suje
tos a much as pruebas a causa de su fe (1:2 s; l :1 2ss ;
5:7 s). Muchos sucum ban a la ten taci n al hacerse a mi
gos de la "mammona de iniquidad" (4:4). No era cosa
fcil mantener los ideales cristianos en un mundo secu
larizado (5:1 ss). Aun entre los mismos cristianos no exis
t a una perfecta armona. La nueva fe haba interesado
tan bien a l rico como al pobre (1:9; 2:1 ss; 5:1 ss). El
peligro de mostrar parcialidad, aun en sus asambleas, era
real (2:1 ss). Ms a n, con facilidad surga n facciones
INTRODUCCIN
9
entre ellos (3:1; 4:1 ss), aunque no sabemos su naturaleza.
Estos dieron origen a rias mezquinas (4:11), celos y con
tiendas (3:14), envidias y murmuraciones (5:9). A pesar
de no ser ste un cuadro agradable, descr i to por Santia
go,
lo es sin embargo familiar. Y los remedios prescritos
por el autor tienen el valor de ser tan intempestivos como
los mismos males.
Forma literaria
Esta coleccin de exhortaciones morales, difcilmente es
una epstola en el sentido ordinario de ese trmino, se
parece ms bien al libro de la Sabidura del Antiguo Tes
tamento. Se diferencia, sin embargo, en la manera de pre
sentar las normas de la conducta cr ist iana en forma de
dia triba (cf. 2:18 s; 5:13 s; ntese tam bin el uso frecuen
te del imperativo y de la forma interrogativa). Esta forma
perfeccionada entre los griegos, fue extendida en el mun
do l i terar io y fue adaptada por nuestro autor al gnero
literario de los libros Sapienciales judos, los cuales cono
ca bien.
Canonicidad
Las dudas al carcter inspirado de la epstola, nacieron
entre los antiguos escr i tores cr ist ianos, o porque se duda
ba de su origen apostlico, o porque no se la empleaba
con frecuencia en las ceremonias pblicas. La primera
razn no es criterio vlido para la inspiracin. La segunda
se puede explicar por el hecho de que la apelacin a esta
car ta con su acercamiento peculiarmente semtico, no
sera considerable entre los gentiles convertidos, quienes
seguramente superaban en nmero a los convert idos del
Judaismo. Siempre hubo aquellos que la aceptaron como
inspirada; y fue incluida por la Iglesia en la lista de escri
tos inspirados. A pesar del rechazo de alg uno s grupos de
los pr imeros protestantes, hoy da se la acepta casi uni-
versalmente.
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EPSTOLA DE SANTIAGO
Principales puntos de doctrina
El contenido doctrinal de la carta se determina, tanto por
el propsito del autor como por el tiempo de la compo
sicin. En cuanto a lo primero, no hay que esperar una
clara exposicin de las verdades dogmticas, ya que San
t iago escribe principalmente para exhortar a sus lectores.
Respecto a lo segundo, la formulacin de la doctrina cris
t iana necesariamente sera primit iva. En verdad, algo se
encuentra aqu ms de lo que supondra encontrarse en
el Antiguo Testamento. Pero ese "algo" es suficiente para
dar al conjunto un sabor cristiano; su espritu es aquel
de las exhortaciones de Nuestro Seor en el Sermn del
monte.
Aunque el hombre est hecho a imagen de Dios (3:9)
es pecador (3:2) e inclinado al mal tanto por sus propias
pasiones como por el demonio
(3:15;
4:7). Adems de las
pruebas interiores, el cristiano es acosado por toda clase
de pruebas exteriores (1:2 s; 2:6 s). Pero no tiene que de
sesperar. Dios, Padre de todos (3:9) es infinitamente mise
ricordioso (1:5 s; 5:11). Concede (4:6,8) al hom bre cono
cimiento (1:5) y gracia (4:6,8), es el dador de todo don
bueno (1:17), escucha las oraciones del hombre (l :5s;
5:15-18), y perdon a su s pecados (5:15 s). Ms an , ha rege
nerado al hombre por su palabra revelada (1:18-21), y
como Juez condenar, ciertamente, al impo (4:12), pero
dar la vida a los que le aman (1:12).
Pero el hombre debe hacer su parte. Debe exactamente
valorar la riqueza material (1:9-11; 5:1-3), reprimir la ira
(1:19-20), la impureza (1:21), la parcia lidad al rico (2:1-7),
los abusos de la lengua (3:1-12), la envidia y las rencillas
(3:14-16; 4:1-2), el juramento (5:12) y los juicios temera
rios (4:11-13). Positivamente debe unir a su fe una cari
dad viva (1:22-27; 2:14-26), una caridad expresada en la
ayuda al afligido (1:27) y a los que tienen necesidad
(2:15-16), mostrando misericordia con los dems (2:13;
3:17), pagando un jornal justo (5:4), orando unos por
INTRODUCCIN'
11
otros (5:16), ayudando a los dems a salvar sus almas
(5:19-20) y en general en la prctica de la soberana ley
de la Escritura (2:8). Ms an debe ser paciente en tiempo
de prueba (5:7-11) y confiar en sus oraciones (1:6 -8; 4:2-3).
En tiempo de gozo o de tristeza debe mostrar un espritu
religioso (5:13-14). Y cuando llegue a ponerse gravemente
enfermo, debe l lamar a los sacerdotes para que le admi
nistren la uncin para que sus pecados puedan ser perdo
nados (5:14,15).
Consecuencia del anlisis
En el contenido de esta epstola no hay un desarrollo
lgico del pensamiento, puesto que el autor pasa rpida e
inesperadamente de una idea a otra. Por consiguiente, no
se puede hacer un anlisis o divisin lgica. Los variados
contenidos se pueden descubrir bien, notando los ttulos
sealados en el comentario.
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LA EPSTOLA DE SANTIAGO
T e i t o y c o m e n t a r i o
-1 Sant iago, esclavo de Dios y vuel to s en todo gn ero de
prue
1 de Je suc r i s to , e l Seor . bas .
3
Ya sabis que v uestr a fe
A l a s doce t r ibu s que v i - a l s e r p robada , eng endra cons
ven en l a d i s po ra : t anc ia .
4
Pe ro p rocu rad que l
Sa lud . cons tanc ia d a su vez ob ras pe r
2
Cons ide rad , he rm anos , mo- f ec ta s pa ra que se i s pe r fec to
t ivo de puro gozo el veros en- y com pletos , s in que os fa l te co
D ed i ca t or i a 1: 1
Describindose a s mismo con el uso de un ttulo
que cualquiera de los primeros cristianos poda
identificar y que tena en el Antiguo Test am en to Api:
un rico significado, donde se usaba "Siervo de
Dios"
no solamente para cada uno de los miem
bros del Pueblo elegido, sino tambin y especial
me nte p ara los miem bros m s no tab les inclu- ot32:36
yendo al mismo Mesas, Santiago enva saludos Ps 33:
al "nuevo Israel", a los convertidos al Cristianis-
l s42_4
mo dispersos por el mundo rom ano.
Exhortacin para el tiempo de prueba
1:2-18
Sus lectores, miembros como l, de la familia de
Cristo, han estado sometidos a var ias pruebas,
que como en seguida veremos, eran especialmen-
3-4 te de ndole econmica y social. La ac ept aci n
gozosa de stas produce fortaleza de alma que no
Cf
se satisface con nada, sino con la verdadera per-
i 9
-
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14
EPSTOLA DE SANTIAGO 1:5 11
sa a lguna .
s
Quien no lo sepa, espe re recibir cosa a lgu na del
que p ida conoc im ien to a Dios , Seor .
8
Es un indeciso y un in-
que da a todos gene ro sam en te y cons tan te en todo su p ro cede r .
s in r ep rocha r nada ; y Dios se lo
9
El he rm ano de humi lde cond i -
d a r .
6
Pe ro pida con fe , s in va- c in, g lor ese de su dign idad :
c i l a r ; po rque qu ien vac i l a , e s s e -
1 0
e l r ico por e l con trar i o glo-
me jante a l f lu jo y ref lujo del r ese de su hum il laci n, por que
ma r, que e l v iento agi ta y l leva pasa r como f lor de hen o.
ir
Sa -
de una pa r t e a o t r a .
7
Est e no l i e l sol con su ardor , secse e l
5 feccin cris tian a. Pue de hab er, sin em bargo , al- Mt5:48
guno que no sea capaz de discernir los valores
eternos en las pruebas de la vida. Tales indivi
duos estn llamados a buscar esta sabidura muy
prctica en su nica fuente, Dios mismo, quien
lo concede generosamente y no de una manera
que haga al que la busca sentirse incmodo en
6 su comodidad. Si es que hay alguna condicin
para este don, es que la oracin se haga con una
confianza nacida de la fe. Una tal confianza no
mide las posibilidades de ser oda; porque la
duda es seal del que es sabio mundanamente, y
que es movido por todo gnero de duda y por toda
7-8 corr ient e de opiniones. A un o que duda no se le
considera como un recipiente de los favores del
Seor, porque es irresoluto y voluble, una perso
na "doble alma" inestable, no solamen te en la
oracin, sino en todo lo que hace.
9 Santiago vuelve ahora al tema anunciado en
los versos 2-3. Tanto en el Antiguo Testamento
como en el Nuevo Testamento, los pobres de es
pritu, los "anawim", son el objeto especial de la
p
s 1 4 9
.
4
misericordia y amor divinos. Los lectores de San-
1
sam
tiago deben haber sabido esto; pueden y deben
7 : 8
estar satisfechos y animados por su alto nivel Ld:52
10 espiritual. En cuan to al rico, debe hum illarse an te
Dios con el pensamiento de la gloria pasajera de
EPSTOLA DE SANTIAGO 1:12 15
1
h e n o , y cay la flor, des apa re- diga: Soy tentado por Dios . Po
ciend o su bel leza . As tam bin se que D ios ni puede ser tent ad
m arc hi t ar e l r ico en sus em- por e l mal ni t ien ta a nad i
p r e s a s .
1 2
B i e n a v e n t u r a d o q u i e n
14
Cada uno es tentad o po r s
pe rm anece cons tan te en l a p rue - p rop ia concup i scenc ia que
ba ; po rqu e , pu r i f i cado po r e l l a , a t r a e y l e s educe ;
1 5
una ve
rec ibir la coro na de la vida que que la concu piscen cia ha conc
Dios p rom e t i a cuan tos l e am an . b ido , pa re e l pecado ; y e l pec
1 3
Nad ie , cuando e s t en tado , do , l l egado a su madu rez , enge
los bienes terrenales. Una figura familiar del An-
11 tiguo Tes tam ento ilustra esta gloria efmera. De-
:
sarrollando la idea, Santiago la aplica al rico
cuyos asuntos comerciales estn condenados a
12 acaba rse. Term ina su exho rtacin con lo que
puede ser un fragmento de un antiguo himno
bautismal. El que se ha mostrado digno en las cf. 1
pruebas y de este modo ha mostrado su amor a
1:6
"
Dios,
recibir la corona, que es la vida eterna.
T e n t a c i o n e s
1:13 18
Las pruebas externas de los versos 2-12 sugieren
las pruebas inter iores o tentaciones (emplea la
misma palabra griega) a las que el hombre est
13 sometido. Estas tentacion es no son de Dios, como
' algunos podan haber af irmado. La mis ma nat u
raleza de Dios impide que l se tiente a s mis
mo para el mal (ste es el sentido del texto grie-
K go) o que solicite a otros a pecar. La pro pia pasin
de uno o la concupiscencia, primero tienta la
voluntad del hombre. Se engendra el pecado
cuando la voluntad ha consentido los deseos il-
15 citos del corazn . A su vez el pe cad o co ndu ce
eventualmente a la muerte eterna, como el per
manecer fiel en las pruebas conduce a la vida
Cf.v
eterna. Santiago ha desarrollado su pensamiento
en un est i lo al tamente f igurado y no pretende
-
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EPSTOLA DE SANTIAGO 1:16 20
d r a l a m u e r t e .
1 6
He rma nos ca- que r ido , nos ha engend rado po r
r is im os, bas ta ya de segu ir en e l su mensaje de la verdad , p ara
e n g a o .
1T
Toda dd iva p rec io - que seamos como p r imic ia s de
sa y todo don perfecto prov ie- sus cr i a tu ras ,
nen de a r r iba , desc ienden de l
1 9
Eso ya lo sab i s , he rm anos
Cread or de lo s a s t ro s . En l no ca r s imos . Sea todo hom bre p ron -
se da cambio n i som bra a lguna to pa ra e scucha r , t a rdo pa ra ha
de ecl ipse .
1 8
Po rq ue a s l o ha b la r , r emiso pa ra l a c le ra .
2 0
E l
dar un anlisis cientfico de la sicologa del pe
cado.
16 Aunque alguno s pued en eng aar se sobre el
origen de las tentaciones, los lectores de Santia
go no tienen que serlo. Dios no es origen del mal.
Desarrollando, pues, la doctrina positiva, el autor
emplea lo que parece era parte de una de las
antiguas formas de la l i turgia bautismal. Dios
17 es la nica fuente de todo don buen o y perfecto.
El creador de toda luz fsica, pero distinto a esa
luz, puesto que El nunca cambia, Dios es tambin
la fuente de toda luz moral. Y su mayor regalo 1 jni :5
18 es el haberno s libremente "transm itido el men
saje de verdad".
Los judos convertidos, para quienes la Ley
mosaica no dejaba de ser inmediatamente una
norma de conducta humana, podan muy bien
entender esto como una referencia a lo ms se
lecto de Israel, "los primeros frutos de su cose
cha", tema principal del Antiguo Testamento. Jer2:3
Los gentiles cristianos posteriores veran aqu
una alusin a la regeneracin del hombre a tra
vs del mensaje evanglico. La Iglesia, al em plear
esta epstola para el cuarto domingo despus de
Pascua, ve al cristiano adquirido por la muerte
y resurreccin de Jesucristo, como "primicias Api4:4
ofrecidas a Dios y al Cordero".
EPSTOLA DE SANTIAGO
1:21 24
17
hom bre enco le r i zado no ob ra lo a lma s .
2 2
Llevad la a la p rct ica
que ag rada a Dios .
2 1
Po r lo y no os conte ntis con slo or
cual , desp us de desp ojaro s de la , que os enga ara is a voso
toda imp ureza y de todo r e s to t ro s m ismos .
Z3
Quien se con
de ma ldad, recibi d con doci l id ad ten ta con slo or la pal abr a d
la pa lab ra de Dios que ha s ido Dios s in pon erla en prc t ica , s
sem brada en voso t ros , y que t i e - pa rece a uno que mi ra su ro s t ro
ne pode r pa ra sa lva r vues t r a s en un e spe jo ;
2 4
lo m ira , y s
Fe y obras
1:19-2:26
La regeneracin espiritual debe tener efectos
prcticos. La larga seccin que sigue muestra la
relacin que debe existir entre la fe y las obras.
Control de la clera y de la maldad
1:19-21
El prim er ejemplo es tpico de los Prov erbios del Pro
Antiguo Testamento. El hombre debe estar ms
,,
deseoso de escuchar a los otros que de hablar
demasiado o de hablar encolerizado. Porque por
la clera el hombre obstaculiza la obra de la jus-
20 t ic ia ( grac ia) de Dios en e l a lm a. En efecto , la
21 justicia (santida d) requiere que el hom bre renu n
cie a
todamaldad
y ms posit ivamente, escuche
y obedezca ("reciba") la divina revelacin que
ser capaz de producir sus efectos salvlficos en
el alma.
Los que obran y los que oyen
1:22-27
Puesto que algunos de sus lectores no han obra
do conforme a esta revelacin, Santiago subraya
la necesidad de "poner en prctica" la palabra
22 ad em s de "o r l a " . S i e l ho m b re ac ta d e o t r a
23 m a n e r a , s e e n g a a . E s c o m o e l h o m b r e q u e e x a
m i n a m o m e n t n e a m e n t e s u r o s t r o e n u n e s p e j o ,
24 ta l com o es co n todo s sus defecto s y lu eg o se
13 2
-
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18
EPSTOLA DE SANTIAGO
1:25 27
re t i ra ; y as se o lv ida a l mom en- s i rve a Dios y no re f rena su l en
to de cmo es t aba .
2 5
Per o qu i en gua , se enga a a s mi smo . No
at en t am ente cons idera l a l ey per- va l e nad a su re l i g in .
2 7
L a r e -
fec t a , l a de l a ver dad era l i ber - l i g in pura y s i n ma nch a an t e
t ad , y pers ever a en su cons ide- e l D ios y Pa dre cons i s t e en es-
rac in , no como oyent e o lv ida- t o : en v i s i t a r a l os hur fano s y
d i zo s i no como cum pl idor e fec- v iudas en su a f l icc in y en con-
t iv o , s e r b i e n a v e n t u r a d o p o r s e r v a r s e i n m u n e de t o d a m a n -
s u s o b r a s .
2 6
Quien p i ens a que cha en es t e mu ndo.
olvida totalmente lo que vio. No hace ningn es
fuerzo para corregir sus defectos. Pero el hombre
25
de Dios, cuya vida san ta se refleja en su cond uc
ta, examina ininterrumpidamente su alma a la
luz de los preceptos divinos y obra consecuen
temente. De esta manera la ley divina le ha
hecho libre.
En un t pico acercamiento judo, Santiago
propone tres i lustraciones de este principio ge-
2 6
ner al. El hom bre since ram ente religioso el que
practica su fe ante el Dios, Padre de todos se
guarda del uso incontrolado de la lengua (queja Cf.i:i9
frecue nte del auto r y una falta acosadora del '
ss
2 7 pueblo judo), ayud a a aliviar las aflicciones de
las viudas y de los hurfan os y evita la m an ch a Ps67:6
del pecado que caracteriza al m undo pagano. (Los
versos 22-27 forma n la epstola pa ra el 5. domin
go despus de Pascua. La Iglesia, nuestra Madre,
nos recuerda en estas palabras que an somos
peregrinos en la t ierra. Aunque Cristo ha real i
zado nuestra redencin, debemos apl icar sus fru
tos a nuestra vida diaria. As nos prepararemos
mejor a celebrar litrgicamente la fiesta gloriosa
de la Ascensin).
EPSTOLA DE SANTIAGO 2:1-5
19
..
y
He rma nos , no m ezcl i s con l l eva e l sun tuos o ves t i do , y l e de
- J l a acepc in de pers ona s l a c s : T s i n t a t e aqu en es t e l u
fe en Jesu cr i s t o , nue s t ro Seo r gar d i s t i ng uido ; mien t ras que a l
g lor i f i cado .
2
Supon ed que en el pob re dec s : T qud at e ah en
lugar en que es t i s reu nido s en- p i e , o , s i n t a t e a mi s p i es ,
4
n o
Ira un hom bre con an i l l o de oro es verdad q ue so is i nconsecu en-
en e l dedo y l u josam ente ves t i - t es con vos o t ros mi smo s y os
do,
y que en t ra t amb in un po- por t i s como jueces que j uzgan
bre con su t ra j e ra do .
3
S i v u e s - i n i c u a m e n t e ?
5
E s c u c h a d , h e r
i ros o jos se vue lven hac i a e l que ma nos car s im os: No es verd ad
Imparc ia l idad 2:1-13
El autor, preocupado todava con el tema gene
ral de una fe prct ica, se lanza ahora a t ratar
de la imparcial idad en un discurso relat ivamente
i largo. En prim er lugar establece el princip io. No
profesan la fe en el Salvador glorificado, y por
tanto actan como si esa fe fuera de poco valor,
exagerando las insignificantes ventajas de este
mundo a travs de la parcialidad hacia el rico.
2 Todava sus lectores hacen aquello siendo ate n
tos con el rico, por razn de su riqueza, mien-
3 t ras tanto, casi ignoran al pobre. La diferencia
de atencin se manifiesta tanto en la forma de
dirigirse, como en el sitio dado a ellos en las
4 reuniones. Tales dist inciones basadas nic am en
te en las apariencias externas, hacen a los cul
pables responsables de dictar sentencias injustas.
Ciertamente, Dios mismo no ha dictado tales
5 sentencias. Por el contrario, ha favorecido a
aquellos que son pobres dndoles el don de la
fe cris t iana. (Santiago est hablando aqu de la
experiencia. Los primeros cris t ianos fueron con
quistados casi exclusivamente de las clases ms
bajas). De esta manera, ellos son los nicos ver
daderamente ricos, no slo en la posesin actual
de la fe, sino tambin en la promesa del Reino.
21
-
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20
EPSTOLA DE SANTIAGO 2:6-9
que Dios escogi a l os pob res se - t r i bu nal e s?
7
No son e l l os qu i e-
g n e l m u n d o p a r a e n r i q u e c e r - n e s u l t r a j a n e l d i g n s im o n o m b r e
los por la fe y hac er los hered e- que ha s i do i nvoca do sobr e vo-
ros de l re ino que prom et i a l os so t ro s?
8
S i en ver dad cum pl s
q u e l e a m a n ?
G
Per o voso t ros l a sob era na l ey de l a escr i t u ra :
hab i s a f ren t ado a l pob re . No Am ars a l p r j imo como a t i
son acaso l os r i cos qu i enes os mi smo, hac i s muy b i en .
9
P e r o ,
t i r a n i z a n y o s a r r a s t r a n a n t e l o s s i o b r i s c o n a c e p c i n d e p e r s o -
(Aqu "Re ino" s e re f i e re a l re inado fu tu ro de l a
jus t i c ia en l a fe l i c idad e te rna ) .
fi
a D e s g r a c i a d a m e n t e l o s l e c t o r e s d e S a n t i a g o n o
h a n f u n d a m e n t a d o s u s j u i c i o s s o b r e e l m i s m o
6
*> pr inc ip io , y son d ignos de l t e r r ib le reproc he . Ms
an , no l e s d ice l a expe r ienc ia qu t ra to pueden
espe ra r de l a r iqueza? Los r i cos gene ra lm ente do
m i na n sobre los pobres , y con f recuenc ia apro ve
chan de su ba ja pos ic in soc ia l pa ra de f rauda r
l e s e n l o s t r i b u n a l e s . ( S a n t i a g o t a m b i n p u e d e
es ta r pensando en los casos de pe rsecuc in de los
crist ianos
en cuanto
cris t ianos). Finalmente, es-
7
tos mism os ricos son culpa bles de blasf em ar el cf. Act
san to nom bre de Jesuc risto invocado sobre los 4:12
crist ianos al t iempo de su bautismo. Este nom
bre, como el nombre de Yahv invocado sobre el
A m o s
pueblo ant iguo de Israel , concede la proteccin
9 : 1 2
divin a sobre el que lo lleva y su dev ota invoc a- R"
cin es seal de salvacin. Sin embargo, los ricos
10 : 13
blasfeman este nombre admirable.
* Tal vez alguno s de sus lectores pue den objetar
que sus tratos con los ricos no estn fuera de la
ley de la fraterna caridad. Este precepto delLvi9.-i8
amor, t iene ciertamente una dignidad suprema
abarcando todos los dems preceptos, y puede
llamarse muy bien la soberana ley de la Escri-
2
2-3*
Mt
9
tur a. La objecin se respon de sea lndo les sus
tratos con ol pobre a quien no le muestran el
EPSTOLA DE SANTIAGO 2:10-13
a s ,
i nc urr s en pecado y l a l ey s i mata s , t e haces t ran agre sor de
o s a c u s a d e t r a n s g r e s i n .
1 0
Quien l a l ey .
1 2
Hablad y obra d como
qu eb ran t a un so lo prece pto de l a conv iene a qu i enes han de s er
l ey , aun qu e ob serve t odos l os j uzgado s por l a l ey de l a l i ber -
dem s , se hace reo de t od os ; t ad .
1 3
S in mi ser i cord i a se r j uz
11
por que aquel que d i j o : No gado qui en no prac t i ca l a mi ser i
a d u l t e r a r s , d i jo t a m b i n : N o c o r d i a . L a m i s e r i c o r d i a t r i u n f a
m a t a r s . Y a u n q u e n o a d u l t e r e s , e n e l j u i c i o .
mismo amor demostrado al rico,. Y as violan la
misma ley que proclaman ser seguidores. Los lec-
10 tores judos, tam bin el mism o Santiag o, consi
deraban todos los preceptos part iculares divinos
como partes de la "LEY". En lugar de la variedad
11 de ma terias t rata da s en el la, haba una unidad
interna por su origen divino. Est claro, por tan
to ,
que la violacin de un precepto implicaba la
violacin de toda la ley.
12 Deben recorda r tambi n que su propia con
ducta ser juzgada por esta misma ley-Ley que
si se observa les har libres, puesto que la verda
dera l ibertad consiste en hacer la voluntad de
Dios. Santiago concluye, pues, esta seccin sobre
la imparcial idad ci tando lo que era una mxima
13 cristia na corrie nte. El que no sea miserico rdioso
6
.
14
.
1
con el pobre, puede esperar la sentencia inmise-
ricorde de condenacin que se pronuncie en es-
t ricta just icia contra l mismo. Pero la pr es en ta
cin de obras misericordiosas obtendr una con
mutacin de la sentencia de condenacin. (Con
la personificacin de los dos trminos "juicio"
y "misericordia", Santiago ha condensado el pen
samiento en dos frases breves).
-
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EPSTOLA DE SANTIAGO 2:14-15
1 4
He rm ano s , qu p rovecho sa lva r l e l a f e?
1 5
Supone d que
saca uno con dec i r : Yo t engo f e , un he rm ano o h e rm ana e s t n
s i no t i ene ob ras? Pod r acaso desnudos y ca recen de l a l imen to
Una fe v iv iente 2:14-26
En el pasado esta seccin ha sido la ocasin de
enconadas disputas, algunos decan que Santiago
contradeca las enseanzas de San Pablo. Diga
mos algunas palabras sobre el problema. Pablo
declara que "el hombre no alcanza la justifica
cin por las obras de la ley, sino por la fe en Je- Gal2:16
sucristo". Santiago declara, por su parte, que "el
R o m
ho m bre es justificado por las ob ras y no por la fe 3:28
sola". Por razn de esta aparente contradiccin,
Lut ero en tre otros , recha z la epstola como no 2:24
inspirada. Hoy en da, los eruditos concuerdan
en que no hay una contradiccin real.
Hay que reconocer que Pablo y Santiago estn
hablando a grupos diferentes de problemas total
mente diversos. Cuando San Pablo habla de las
obras tiene en cuenta las prescripciones positivas
de la ley mosaica, las cuales muchos de los ju
dos consideraban que estaban an vigentes, pero
que de hecho, no lo estaban. Cuando Santiago
habla de las obras, est obviamente pensando en
aquellas obras virtuosas, como lo indica el con
texto, que fueron y sern siempre parte de las
obligaciones bsicas del hombre, por ejemplo la
caridad fraterna, la obediencia, etc. Cuando Pa
blo declara que el hombre es justificado por la fe,
significa una fe "formada" o vivificada por la ca-
Ga ) 5 6
r idad sobrenatural . Santiago de una manera
prctica, simplemente descifra en detalle la im
plicacin de la caridad. Las dos doctrinas, pues,
no son contradictor ias sino complementar ias.
Est Santiago corrigiendo una falsa inter-
EPISTOLA DE SANTIAGO 2:16-17
2
c o t i d i a n o .
1 6
Qu p rovecho van lo necesa r io pa ra e l cue rpo
a sacar s i les decs : Id en paz,
1 7
As sucede con la fe. Si no v
ab r ig aos y ha r t ao s , s i no l e s da i s acom paad a de la s o b ras , e s t
pretacin de las enseanzas de Pablo extendida
entre sus lectores? Si fuera as, significara que
la Carta de Santiago es posterior a la fecha ge
neralmente admitida.
Parece, sin embargo, muy posible que habaentre los grupos judos aun antes de la era cris
tiana, alguna discusin sobre la idea de que Dios
poda recompensar al hombre independientemen
te de las obras meritorias. Los recientes descu
brimientos de los documentos del mar Muerto
hacen alguna alusin a esto. Tal opinin poda
haber estado en prctica entre los lectores de
Santiago y haber ocasionado sus declaraciones.
Santiago pone el punto para su discusin so-
K bre la fe y las obras, en forma de verd ade ra dia
triba, en el supuesto de que alguno diga quetiene fe sin obras. Tal fe, claro est, consistira
simplemente en un asentimiento intelectual a
ciertas verdades. Pero esta fe teortica no es de
ningn valor para la salvacin eterna. Su pr imer
argumento es un ejemplo prctico de la obra de
15-16 un a fe sem eja nte . A un cris tian o ins ufic ient e
mente vestido o necesitado de al imento no se
le ayuda con la mera expresin de buenos de-
17 seos. Precisamente tal fe no da exte rnam ente se
ales de vida por medio de la prctica de la cari
dad, as tambin, inter iormente carece de vida.
El segundo argumento est tambin en forma
de diatriba. Aunque no se ve cmo se establece
la objecin de qu manera precisa procede el ar
gumento (En el texto gr iego no hay signos de
puntuacin; el t raductor debe reemplazarlos
conforme a su interpretacin); el argumento
-
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24 EPSTOLA DE SANTIAGO 2:18-22
muert a en su so l edad .
1 8
Y m s . t i e m b l a n d e e s p a n t o .
2 0
T , ne-
Has t a se l e pod r a res po nd er : T c i , qu i eres sab er que es es t -
t i enes fe y yo t engo obra s . Mus- r i l l a fe s i n ob ras?
2 1
No fue
t ram e tu fe s i n ob ras que yo por j us t if i cado por l as obra s , nues t ro
mis ob ras t e mo st ra r l a fe . pad re Abr ah n , a l o f recer a su
1 9
T crees q ue ha y u n , so lo h i jo Isaac sobre e l a l t a r?
2 2
Ya
Dios? Hace s muy b i en . Per o t am- l o ve s : La fe coopera con suS
bien l os demonio s lo c reen , y obra s , y por l as obr as adqui r i
18 gen eral es suficientem ente claro. La existencia
de la fe sola naturalmente, no puede manifes
tarse, puesto que sta es un acto puramente in
terno. Pero la existencia de las obras revela la
existencia de una fe que las produce.
El tercer argumento se seala brevemente, no
19 nece sita elaboracin. Uno de los sostenes bsi
cos de las creencias tanto judas como crist ianas
era la creencia en un solo Dios. Pero aceptar esta
verdad por s sola, no trae la salvacin. Los n
geles cados la aceptaron, pero ev identemen te, no
les hizo ningn bien.
Ciertam ente, sta los hace
estremecerse
El argumento final est compuesto de ejem
plos tomados del Antiguo Testamento que sus
20-21 lectores conocan muy bien. El acto ms grande
de Ab rah n fue su com placen cia al ofrecer su ,9'J
hi jo Isaac sobre el al tar, como test imonio supre
mo de su obediencia a Dios. De ese modo, la fe
en Abrahn no era un mero asent imiento in te
lectual, todo lo contrario, era la total sumisin
de su intel igencia y voluntad una sumisin
que continuamente produca buenas obras. El po
tencial de su fe se realizaba y expresaba a travs
2 3 de estas obras. Las obras de Ab rahn resultado
G
.
e
,g
de la fe permitan a Dios favorecerle con el
2 4
don de la justicia y hac erle su amigo. Por consi
guiente, no era cualquier c lase de deseo que hac a
EPSTOLA DE SAN TIAGO 2:26 3:1
2
s u p e r f e c c i n .
2 3
As se cump l i mere t r i z , no fue j us t i f icada p o
l a Es cr i t u ra que d i ce : Crey l as obr as , a l acoger a l os mens a
Ab rah n a Dios ; Dios es t im su j e ros y a l hacer los sa l i r por o t r
fe como just i ficacin, y fue lia- c a m i n o ?
2 6
Como el cuerp o s
mado amigo de Dios .
2 4
Vei s e l esp r i t u es t mue r to , as t am
cmo es j us t i fi cado e l hom bre b i en es t mue r t a l a fe s i n obr a
por l as obras y no por l a fe O He rma nos , no pre t end i s s
s o l a ?
2 5
Igua lmen te Rahab , l a O todos maes t ros . Sabed qu
Abrahn, o cualquier otro, perfecto a los ojos de
Dios,
sino un deseo fuerte, eficaz de manifestarlo
por medio de las buenas obras.
25
El segund o ejemplo es aquel de Ra hab , la ca-
naanita de Jeric, quien porque crea en el Dios
2
:i*
de los israelitas, les ayud a tomar la ciudad.
Santiago valora sus obras, en cuanto que son la
fuente de su salvacin. Su fe en Dios, aunque no
Cf i j
menciona aqu , se presume que era famil iar a los 2:9
lectores.
2 6
Concluye esta seccin com para ndo un a fe sin
obras a un cuerpo sin el principio vital, el alma.
Pecados de la lengua 3:1-12
Aunque Santiag o se ha referido ante riorm ente a
los abusos de la lengua, ahora t rata la materia
1:19
"
con algn detal le. No hay conexin aparente,
con lo que inmediatamente precede. El oficio de
"maestro" era uno de los ms codiciados entre
1 C
los judos, y entr e los prim eros cri stia no s se lo 12:
consideraba como una gracia especial . A travs
E f 4
del oficio se poda hacer el mayor bien o el ma-
1
yor dao . Por tan to, avisa a sus lectore s que pocos
deben llegar a ser maestros, ya que ellos y San
tiago mismo entre ellos (en el griego se lee:
". . . sabiendo que nosotros recibiremos. . .") se
rn juzgados ms severamente.
26
EPSTOLA DE SANTIAGO 3:2-6
-
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t end re mo s un ju ic io ms seve ro , gobe rnad as po r un pequeo t i -
2
po rque todos t enem os muc hos mn a vo lun tad de l p i lo to .
5
As
t ropiezos. Quien no peca en sus
t a m
b in l a l engua e s un peque -
pa lab ras e s hom bre pe r fec to ,
fio m i e m b r o s e l o r a d e
que puede pon er f reno a toda , . -
i r
t J i "
e s
hazaas, ved como un poco
su pe r sona .
3
M ira d: A los ca- , . ,. ,
bal los ponemos freno en la bo-
d e f u e g o
" * g ra n d es h o s
ca pa ra que nos obedezcan y ues . Tam bin la lengu a es un
as gobe rnamos todo su cue rpo .
fu e
S >
u n
mundo de in iqu idad .
4
Ved t ambin cm o l a s naves , Co locada en t r e nues t ro s miem-
con se r t an g randes e impu l sa - b ros , l a l engua con tam ina todo
das por tan fuer tes vientos , son e l cue rpo ; y , ence ndid a por e l
2 Es verdad que el hombre puede fal tar de mu
chas maneras, pero la fal ta principal parece que
es el abuso de la lengua. Por esto, Santiago puede
decir que el controlar la lengua implica la capa
cidad para controlar toda la naturaleza ms baja
de uno. Quien proceda as es en cierta manera
un hombre perfecto.
Que un miembro tan insignificante como la
lengua pueda ejercer una influencia tan grande
3 no debe sorprendernos. Ejemplos similares hay
en la naturaleza. Al caballo se controla con el bo
cado minsculo colocado en su boca. A los gran
des barcos se los controla por un pequeo timn.
4
Asimismo la lengua , a pes ar de su tam a o, es
5 capaz de ejercer un gran poder. Y Santiago, m s
consciente de los daos que del bien que sta rea
liza, se explaya en los efectos nocivos. Este m iem
bro minsculo t iene una potencia arrol ladura.
Esta es como una brisna de fuego que puede po-
6 ner en l lamas a un bosque entero. Son, cierta
mente, tantas las posibi l idades de que se produz
ca el mal que se puede llamar a la lengua, en s
misma, mundo de iniquidad. La comparacin con
el fuego es, en efecto, muy apropiada, porque la
lengua puede encender todas las pasiones y de
EPSTOLA DE SANTIAGO 3:7-12
2
inf ierno , ince ndia a su vez toda mald ecim os a los hom bres cre
nues t r a v ida .
7
Se p uede n do- dos a imag en de Dios .
1 0
De l
ma r , y de hech o ha n s ido do- mism a boca salen la bendic in
mad as po r el hom bre , toda c a - l a ma ld ic in . Herm anos , e s to n
se de fieras, de aves , de rep tile s deb e ser as.
l :
Acaso la fue
y de an ima les mar inos .
8
Per o te man a por el mismo cao agu
n ingn hom bre puede dom ar su du lce y am arga ?
1 2
He r m a n o
lengua ; e s un ma l que t r aba ja puede acaso l a h igue ra d
inca nsab le ; e s t ll ena de vene - ace i tunas , o h igos l a v id? Tam
n o m o r t a l .
9
Con e l l a bendec i - po co 'un m anan t i a l de agua f
mos a l Seo r y Pa dre , y con e l la lada puede da r agua dulce .
esta manera incendiar y destruir el curso orde
nado de la vida humana. Tal potencia de la len
gua para el mal le ha sido dada por el mismo
diablo.
Santiago ahora introduce otra figura para
7 mo stra r lo vicioso de la lengua . El hom bre pued e
domar y en efecto ha domado toda clase de ani
males, aun a los salvajes y venenosos. Pero el8 hom bre que pueda dominar a su lengua es un a
rara exageracin. (Santiago, predicador real is ta,
prueba su principio con una exageracin del ibe
rada, diciendo que ningn hombre puede domi
nar la lengua). Ms bien, con mayor frecuencia
se ve que la lengua nunca deja de hacer el mal
9 y el vene no que inyec ta es mo rtal. Todo esto es
ms evidente del hecho de que, aunque emplea
mos la lengua para bendecir a Dios, tambin la
usamos para maldecir la imagen de Dios, el hom
bre. Aqu tenemos una contradiccin, una per
versin de la naturaleza que no debera haber.
La misma naturaleza nunca acta de esa manera .
Una fuente dar hasta el f in o agua dulce o
12 ama rga, pero no amb as. Y se pueden m ult ipl ic ar
los ejemplos para mostrar la consistencia de la
naturaleza y la inconsecuencia del hombre.
10
-
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EPSTOLA DE SANTIAGO 3:13-16
1 3
Hay a lguno en t r e voso t ros t ro s co razone s , no s ig i s min -
que sea sab io y expe r ime n tado ? t i endo n i g lo r i ndoos con t ra l a
Mues t r e con su buen comp or ta - ve rdad .
1 5
Esa sab i du r a no ha
mien to l a s ob ras mar cada s con ven ido de a r r ib a ; e s t e r r e na ,
e l se l lo de la finura y de la sabi- me ram ent e nat ura l , dem onac a,
d a r a .
1 4
Pe ro , s i ab r ig i s amar -
l e
Po rque donde hay env id ia s y
ga envidia y ren ci l la s en vues- renc i l las , a l l hay d esord en y
La verdadera y la falsa sabidura 3:13-18
Aqu Santiago parece resumir el pensamiento
expresado en el primer verso del captulo. Tal vez
haba entre sus lectores, algunos bien versados
13
en un campo determ inado. Si es verdade ra sabi
dura, manifestarn esa sabidura en la manse-
14
dumbre y en la paciencia. Pero si se mu estran ce
losos de los dems y egostamente ambiciosos,
entonces son senci l lamente mentirosos cuando
proclaman la verdadera sabidura. Porque tal
15
sabidu ra no es de Dios. Mejor dicho, est tot al
mente exenta de elementos espiri tuales: es ente
ramente de la tierra, le falta el carcter vivifica
dor del Espritu Sa nto y au n se pued e decir que i Cor
est inspirada por el diablo. Los resultados de su
:
sabidura justifican una descripcin tan severa.
16
Los celos y la ambicin egosta men ciona dos
arriba estn invariablemente acompaados por
una falta de orden en la comunidad, la cual, a
su vez puede llevar a cualquier clase de acciones
malas .
Santiago estaba bien enterado de que los
hombres ambiciosos crean part idos, y los part i
dos son la cuna de toda clase de intrigas. Qu
diferente es la verdadera sabidura que viene de
17
Dios Santiago dem uestra esto con la l is ta de
sus cualidades, lista que tiene en cada caso una
notable pert inencia a este tema. La verdadera
7
.JtQ
sabidura es, ante todo, pura , exenta de toda no ta
de maldad, como en real idad debe ser, puesto
EPSTOLA DE SANTIAGO 3:18 4:1 2
toda c l a se de ma ldad .
1 7
En cam- e l la el f rut o de la vir tud par
bio , la sab idu ra de arr i ba es aque l los que obran la paz.
an te todo pu ra , l uego aman te de
A
De dnde p rov ienen l a
l a paz , moderada , indu lgen te , He-
gue r ra s y de dnde l a s ba
a de mise r i c o rd ia y de buenos t a l l a s en t r e voso t ros? De dn
f r u t o s ,
imp arci a l y s in hipo cre- de s ino de las pasiones que lu
sa .
1 8
Med ian te l a paz s i em bra chan en vues t ros miem bros
que viene de Dios; de esta caracters t ica bsica
fluyen todas las dems. La sabidura es pacfica
y muy opuesta a la falsa sabidura que causa ri -
P r
validad y desorden. Es indulgente para con las
opiniones de los otros, y dcil, no se obstina en
mantener su opinin propia. Est l lena de mi
sericordia para aquellos que discrepan, y por
esta muestra de misericordia es capaz de l le
varlos a la verdad, y as producen buenos fru
tos. Es imparcial en su bsqueda de la verdad
y sin hipocresa en la presentacin de ella. En
una frase llena de significado se da una digna
18 culm inacin a esta descripcin. El fruto de la sa
bidura, a saber: la just icia, es sembrado por
M t 5
.
Dios prdigamente en los corazones de los obra
dores de la paz, encontrando un estado de paz.
Fuentes de discordia 4:1-10
El tema de la paz insina ahora el de la discor
dia. Esta seccin entera carece de una unidad
lgica. Ms an, una idea sugiere a otra, as el
l t imo pensamiento posee poca relacin con el
1 primero. Santiago comienza pregu ntando la ca u
sa de las contiendas y peleas existentes entre los
crist ianos. Estas se deben a las pasiones huma
nas, que moviendo la guerra en el cuerpo del
hombre, para obtener sus fines, l leva al hombre
a hacer cosas contrarias al bien comn.
-
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EPSTOLA DE SANTIAGO 4:2-5
2
Cod ici is y no ten is . Matis y del mu ndo es enem istad con
env id i i s ; y no pod i s a l canza r Dios? Qu ien p re tende se r ami -
nad a. Lu ch is y hacis la gue- go del mu ndo se hace enem igo
r ra . No t en i s , po rqu e no ped s , de Dios .
5
O pensis que la es-
3
Ped s y no r ec ib s , po rqu e pe - c r i tu ra d ice s in r az n :
ds mal , slo pa ra dar sa t isfac- Con celos ama el espr i tu
c in a vues t r a s pas iones .
4
Adl- que l h izo que habi tase en
t e r a s ,
no sab i s que l a amis tad noso t ros?
2 De esto se dan ejemplos. Un hom bre anh ela
un objeto que no lo tiene, y mata para satisfacer
su codicia. Otra vez, est celoso de otro y es in
capaz de obtener aquello de que tiene celos; por
lo tanto, lucha y pelea para obtenerlo. Enten
diendo el verso de esta manera, significara un
cambio en la puntuacin del texto de la Confra
ternidad. (El cambio parece justificado por el ma-
3 yor peso dado a la frase). Aun la oracin puede
llegar a estar contaminada de motivos deprava
dos.
Por supuesto, tales peticiones Dios nunca las
conceder.
4 Empleando un a figura familiar del Antiguo
Testamento de infidelidad a Dios, Santiago acusa
a sus lectores de adulterio espiritual, en cuanto
que ellos se divorcian de Dios para cortejar la
amistad de un mundo pecador. Hacen esto, sin Mt6:24
duda, por el empeo de satisfacer el placer des-
5 honesto. Esto es lo m s repren sible, pues to que
rechazan a Dios, quien como un esposo celoso,
suspira vehementemente por sus almas. (Una
traduccin exacta de la cita es difcil y su fuente
es incierta).
(La ltima parte de esta seccin parece con
tener elementos de un antiguo himno l i trgico
usado en el bautismo. Esto puede suceder por
Cf
5
1
.g
la obscuridad ocasional salida al paso al querer
6 ver una conexin entr e los verso s siguientes). Sus
EPSTOLA DE SANTIAGO 4:6-9
31
r
' Pe ro l da una g rac ia may or . so t ros .
8
Acercaos a Dios y l se
Por e so d ice : ace rc a r a voso t ros . Lavaos l a s
Dios res is te a los soberbios
m a n o s
> P i a d o r e s , y p u r i f i c a d
y da su graci a a los hum il- vues tros corazon es, g ente que
g ^
ob r i s con dob lez .
9
Reconoced
vues t r a mise r i a . Llo rad y l amen-
7
Vivid , pues , som etido s ' a Dios . taos . Que vuestra r isa se tor ne
Resis t id a l d iablo y hui r de vo- en l lanto , y vuestra a le gr a en
lectores deben conocer que Dios' concede mayor
i
ayud a a aquellos que son hum ildes. Deben, por
p
3
ro
3
^
t an to ,
si quieren vencer a la atraccin de los de
seos pecaminosos, someterse humildemente en
todo a Dios, y poner al diablo en retirada por la
8 resistencia a sus insinuacio nes. Este acerc am ien
to humilde a Dios, permite el acercamiento de
Dios al hombre.
Sin embargo, un acercamiento humilde, inclu
ye ciertos prerrequisitos. El pecador debe renun
ciar a los placeres depravados por los que sus ma
nos estaban manchadas, y el que ha vacilado
entre el servicio de Dios y el servicio del mundo
debe dirigir su mente y su corazn exclusivamen-
9 te a Dios. As el arrep entim ient o verd ade ro de
uno se manifestar por el dolor de sus pecados
y por su manifestacin externa, haciendo que el
gozo inmoderado causado por el placer ilcito, d
lugar a una expresin saludable de disgusto por
io el pecado. Esta es la verda dera hum ilda d de los
pecadores a la que Dios premia.
D e t r a c c i n 4 : 1 1 - 1 2
Este breve pasaje se relaciona con el prece
dente en cuanto que la maledicencia es uno de
11 los males sociales causados por las pas ion es. La
detraccin hablar mal, difamar o juzgar a
EPSTOLA DE SANTIAGO 4:17 5:1-3
33
-
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32
EPSTOLA DE SANTIAGO 4:10-14
t r i s t eza .
1 0
Hum i l l aos en l a p re - va r y pe rd e r . Pe ro t , qu in
sencia del Seor , y l os ensa l- eres par a cen sur ar a tu prj im o?
z a r a .
1 1
He r m a n o s , n o h a b l i s
1 3
Y e scuchad ahora , voso t ros ,
ma l unos de o t ros . El que hab la lo s que de c s : Hoy o ma ana
mal de su he rm ano o juzga ma l i r emos a t a l c iudad y pasa rem os
de l , hab la mal de la ley y juzga a l l e l a o; no s dedi care mo s a l
ma l de la ley. Y s i juzgas mal negocio y log rare mo s ping es
de l a l ey , no e re s cumpl ido r de gananc ia s .
1 4
Pero s i no sabis
la ley s ino su juez.
1 2
Un o es e l s iqu iera qu os va a suced er ma-
leg i s l ado r y juez . El puede sa l - a a Qu e s vues t r a v ida?
otro
es contraria a la ley divina. El que as
acta est, por lo tanto, en cierto sentido, juz
gando que la ley divina es indigna. Al hacerse
superior a la ley se hace superior al Legislador.
12 Pe ro el legislado r en este caso es Dios mism o,
que es el nico capaz de juzgar la idoneidad de
una ley. Ms an, este Legislador tiene poder
para condenar como para salvar . El detractor
deber, pues, ponderar bien sus acciones.
Presuncin del rico 4:13-17
Una idea nueva, aparentemente sin ningn lazo
de unin con la precedente, se trata en seguida.
El autor presenta en escena la descripcin de los
comerciantes ricos, haciendo sus planes para los
14
viajes de negocios. Pero San tiag o les detiene un
momento. Cmo pueden tener seguridad de que
15
estarn con vida ma a na Ya deben saber que
la vida es tan tenue como el humo o la niebla,y que dependen enteramente de la voluntad de
Dios. Hay que tener en cuenta la sumisin a la
voluntad de Dios cuando se hacen los planes.
16
El negocio en si mism o no est conden ado, ni
siquiera lo concerniente a tales asuntos, lo est,
s, la presuncin arrogante de aquellos que han
17
olvidado a Dios. Eso es lo ma lo. San tiago term ina
Sois un poco de vapo r que apa- ~ Esc ucha d ahora voso tros , los
rece un momen to y a l pun to se
r
-J r icos; y romped a l lorar a
d i s ipa .
1S
En vez de eso deb ais gr i to s por las calamida des que
dec ir : Si e l Seo r quie re , v ivir - os van a venir .
2
Vue s t r a s r i -
mos y ha rem os e s to o aque l lo . quezas e s t n podr idas , y vues
1 6
Aho ra os jac t i s de vues t r a s t ro s ves t idos consumidos po r l a
in so len te s pa lab ra s . Toda j ac - po l i l l a .
3
Vues t ro o ro y vues t r a
tancia de esa c lase es mala .
1 7
En pla t a es tn com idos del or n . Su
conc lus in , qu ien sabe hace r e l o r n se r una acusac in c on t ra
bien y no lo hace, com ete un vos otros , y como fuego cons um i
pecado . r vue ' st r a s ca rnes . Hab i s acu
con una mxima muy general. La evasin deli- Ld2:47
berada del deber es pecaminoso.
Injusticia del rico 5:1-6
Las riquezas un a vez m s son cens urad as, esta cf
vez por sus pr ctica s injustas. El lengu aje es muy ''.
reminiscente de la l i teratura que abunda en esa
poca, en la que los ltimos das fueron viva-i me nte descritos. Los ricos son aho ra invita dos a
llorar y a gemir en anticipa cin a aquellos das. M
No es el dolor saludable del pecador arrepentido
13
c
:42
,?
al que el autor se refiere, sino el remordimiento
2 desesperado del condenado. Esta nota de conde
nacin anticipada va ms lejos. Sus r iquezas
estn descritas como ya rodas, sus vestidos ya
apoli l lados. An su oro, duramente afectado por
el moho, la plata l igeramente afectada, estn
3
ah ora enmo hecidos. Esta es un a figura de expre
sin para describir el poder corrosivo de las riquezas. El oro y la plata enmohecidos sern un
testimonio contra ellos en el ltimo da. De
hecho, el poder corrosivo es tal que afecta aun
a los mismos poseedores, llegando a convertrse
les en instru m ent o de sus sufrim ientos. Este es
6
.
19
^
el "tesoro" reservado al rico
13 3
34
EPSTOLA DE SANTIAGO 5:4-7
EPISTOLA DE SANTIAGO 5:8-11
35
-
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mulad o t eso ros par a l os l t imo s do a l p l acer y hab i s ce bado
das .
4
Mi rad qu e c l ama e l j o r - vues t ros cuerpo s para e l d a de
na l re t e n ido de l os obr ero s que l a matan za .
6
H a b i s c o n d e n a d o
han seg ado v ues t r os ca mp os; y a l j us to y l e hab i s dado muer t e ,
l os c l am ores de l os sega dore s E l no os opo ne res i s t en c i a ,
han l l egado has t a l os o dos de l
7
A g u a r d a d , p u e s , c o n p a c i e n -
Seor de l as hues t es .
5
H a b i s c i a , h e r m a n o s , h a s t a l a p a r u s a
l l evado una v ida de de l i c i as so- de l Seo r . Ved cmo e l l ab rad or
bre l a t i e r ra ; os hab i s en t rega - espera e l p rec ios o f ru to de l a t i e -
La manera en que los ricos han adquirido y
gastado sus riquezas les hace merecedores de c on-
4 denacin. En primer lugar, han defraudado a los
obreros su salario justo. Estos salarios, audaz
mente descri tos, estn clamando venganza al
5 cielo. El clamor ser odo. El rico ha peca do de
masiado, disipando sus riquezas en festines y pla
ceres. Como reses se han cebado para el da de
6 la ma tanza. Finalm ente, el r ico ha ido has ta
cometer un crimen, no directamente quizs (aun
que es muy posible que Santiago est pensando
en los ricos que usan de los t ribunales para con
denar a muerte al pobre, cf. 2:6), pero indirec
tamente al retener un salario vi tal . Se recalca la
culpabil idad por la incapacidad del poder a re
sistirles.
Paciencia del justo
5:7-11
Habiendo fustigado al rico malvado, Santiago
exhorta a sus hermanos creyentes, a la paciencia
en trminos ms amables. Deben mirar hacia de
lante a la venida gloriosa del Seor en el ltimo
da tal como el hacendado espera con paciencia
la siega slo despus de dos estaciones lluviosas
8 (Oct. Nov. y Abril-Mayo). Es ta considera cin de
la venida del Seor puede ser una fuente real
de esfuerzo y estmulo para la paciencia en tiem-
r ra . Lo va agu ard and o pac i en t e- con den ado s . Mi rad que e l j uez
mente , has t a q ue la t i e r ra rec i - es t a l as pue r t as .
1 0
T o m a d , h e r -
ba l as l luv i as t em pra na s y l as ma nos , como dechad os de sufr i -
t a r d a s .
8
Agua rdad t amb in vo- mien to y de cons t an t e espe ra a
so t ros con t oda pac i e nc i a , fo r - l os profe t as que hab l aro n en e l
t a l e c e d v u e s t r o s c o r a z o n e s , p o r - n o m b r e d e l S e o r .
1 :l
V e d c m o
q u e l a p a r u s a d e l S e o r e s t y a a h o r a p r o c l a m a m o s b i e n a v e n t u -
c e r c a .
9
No os que j i s , her ma - rado s a l os que per sev era ron en
nos ,
uno s de o t ros , par a no ser e l suf r i r . Hab i s o do po nde rar
9
po de prueba . En tales ocasiones los homb res
son propensos a quejarse, pero tales quejas o la
mentos que implican un juicio contra otro, les
ha cen cu lpables pa ra ser juzgados por el Juez Mt7:l
que est ya "a las puertas". (Los primeros cris
t ianos consideraban esta venida del Seor como
prxima).
1" Jes s mismo ha hab lado de los pad ecim ientos Mt5:i2
de los profetas; Santiago, tambin, los presenta
como ejemplos de paciencia. La paciencia en el
dolor, es la razn por la cual son consideradosbienaventurados.
ti Otro ejemplo bien conocido es aquel de Job.
Los lectores conocan cmo la Providencia divina
premi a Job al nal . (Puede parecer extrao
que Santiago no se refiera a la paciencia de Jess
en su pasin. Pero en esta primera poca, la ca-
tequesis cris t iana no haba descubierto todas las
lecciones que se derivasen de la vida y m ue rte de
Nuestro Seor. Los predicadores estaban ms in
teresados en repet ir las enseanzas de Jess,
como lo hace aqu Santiago, y en ense ar las ver
dades esenciales relacionadas con el misterio de
la Redencin. Esa redencin estaba demasiado
cercana en el t iempo y pesaba demasiado toda
va en el pensam iento como par a ofrecer leccio
nes secundarias de paciencia y de otras virtudes).
36
EPSTOLA DE SANTIAGO 5:12 13
-
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l a pac i enc i a de Job , y hab i s t i e r ra , n i con n ingn o t ro jura-
vi s to e l f in que l e o torg e l Se- ment . Vues t ro "s " sea "s " , y
o r ; p o r q u e e l S e o r e s c o m p a - v u e s t r o " n o " s ea " n o " , p a r a n o
s ivo y mi ser i co rd ioso en ex- i nc urr i r en conde nac in ,
t r e m o .
1 3
Afl ige un mal a alguno de
1 2
Sob re t odo , her man os , no voso t ro s? Que rece . Es t de
jur i s n i por el c i e lo n i por l a buen n im o? Can te h im nos a
Evitar el juramento 5:12
Como en otra parte de esta epstola, el autor
aade un aviso que le ha parecido muy impor
tante, pero que no t iene una conexin clara con
i
2
el contexto. Dado el uso de juram ento s an en
ocasiones ordinarias, el lector judo est obligado
a evitar tales hbitos. Una simple afirmacin o
negacin debe ser suficiente para comunicar sus Mt5:37
propias convicciones. De otra m anera , al poner a
Dios como testigo, uno se expone al juicio divino.
Varias prescripciones morales
5:13 18
Nuevamente brota una idea nueva, Santiago
prescribe los remedios para las diversas contin
gencias de la vida. En tiempo de cualquier clase
de sufrimiento (no "la tristeza"), el cristiano
debe orar. En t iempo de enfermedad hay una
"me dicina" especial, que el au tor explaya con
i* m s detalle . Dado que se ha llama do a los sace r
dotes de la Iglesia, Santiago evidentemente pien
sa en alguno que est en cama gravemente en
fermo. (La palabra griega propia para "sacerdo
te"
fue generalmente qui tada por la primit iva
Iglesia, por el peligro de comparacin con los
sacerdotes judos de la antigua ley, o con los
sacerdotes de las religiones paganas. En su lugar
se empleaba la palabra "anciano" o "presb tero"
para designar al ministro ordenado de Cristo).
EPSTOLA DE SANTIAGO5:14 17
37
Dios .
1A
Se en cuen t ra a lguno cados que hubi ese comet ido le
e n f e r m o ? H a g a l l a m a r a l o s a n - s e r n p e r d o n a d o s .
1 6
Confesaos ,
c anos de l a Ig l es i a y oren sobre pues , mutuamen te l os pecados , y
l ,
ung i ndole con l eo en e l rogad uno s por o t ros para a l ean-
n o m b r e d e l S e o r .
1 5
La orac in zar vues t ra c urac in .
1T
E l i as ,
de la fe sa lvar a l enfe rmo ; e l que e ra un hombre de l a mi sma
Seor l e res t ab l ecer , y l os pe- condic in que noso t ros , o r fe r -
Los sacerdotes orarn y ungirn con leo a la
persona enferma. En aquel los t iempos no era fre-
^Q'.^J
cuente administrar la uncin a la persona en
ferma o herida. Ms bien era un rito religioso,
puesto que se realizaba por los sacerdotes, acom
paado de oraciones y administrado en nombre
de Jesucristo.
15 Los efectos de este rito se describen aho ra. La
oracin l i trgica de la comunidad obrar para
la salvacin eterna del enfermo y el Seor le
rest i tuir su salud. (En general las palabras grie
gas usadas por Santiago, indican la salvacin es
piri tual , pero el contexto inmediato parece de
mandar t ambin una referencia a l a recupera
cin fsica. Santiago, por supuesto, saba que esto
no siempre tena lugar). El elemento espiri tual
est nuevamente enfat izado por la declaracin
de que los pecados del enfermo sern perdonados
como resul tado del ri to. Tanto el autor como los
lectores saban bien la estrecha relacin entre
el pecado y la enfermedad. (La Iglesia siempre
ha e nten dido estos versos como refe ren tes al sa - Cf. jo
cramento de la Extremauncin).
9: s
H La mencin de los pecados impulsa a Sa nt ia
go a fomentar la confesin pblica de los peca-
3
R
dos de los unos a los otros. Esta prct ica termi-
L
17
."?Si
nar en una mayor real idad de la necesidad de
c :
la oracin mutua de la que todos pueden apro-
17-18 vec har esp iritu alm en te. El poder de la or ac in
38 EPSTOLA DE SANTIAGO 5:18-20
-
8/10/2019 Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 13 - Santiago Judas Y Pedro.pdf
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vor osa me nte para que no l l ov i e- voso t ros se desv a de l a verdad ,
s e ;
y no l lov i sobre l a t i e r ra y o t ro l ogra con ver t i r l e ,
2 0
sepa
du ra n t e t res ao s y se i s mese s . que qu i en convie r t e a un peca-
1 8
Y or de nuev o , y e l c i e lo en- dor de su equiv ocad o camin o ,
v io l a l l uv i a y l a t i e r ra produjo sa lva r su a lma de la muer t e y
s u s f r u t o s . c u b r i r l a m u c h e d u m b r e d e s u s
1 9
H e r m a n o s , si a l g u n o e n t r e p e c a d o s .
est ilustrado con un ejemplo decisivo del An
t iguo Testamento.
Conversin del pecador 5:19-20
Este espritu de consideracin hacia el
bien
de
los otros en la comunidad da una fuerza especial
19 a las observaciones finales. Los cristian os deben
preocuparse de aquellos que pecan y esforzarse
por devolverles la salud espiritual. La recompen
so sa por tal inter s es considera ble. Ellos salva rn
sus propias almas y efectuarn el perdn de sus
muchos
pecados propios.
(Santiago escribe aqu
con un estilo tpicamente judo. Se afirma sim
plemente que siempre resul ta aquel lo que gene
ralmente se sigue del hec ho de conv ertir a otro).
L A E P S T O L A D E S A N J U D A S
# I n t r o d u c c i n
El autor simplemente se identifica como "Judas, esclavo
de Jesucristo y hermano de Santiago". Deseando test i fica
su ortodoxia, menciona su parentesco con un personaje
crist iano importante, que poda ser solamente Santia
go, el Obispo de Jerusaln, y autor de la primera epstol
catl ica. De hecho los Evangelios mencionan a Santiago y
Jud as como parie ntes de Jess (Me 6:3). No sera verdad
si se identificase tambin al autor con Judas el apsto
(A ctl:1 3), conocido por otro lado com o Tade o (Me 3:18)
los exegetas catl icos actualmente se incl inan a dist ingui
a los dos.
Fue descri ta la pres ente c arta por este Jud as o por u n
autor desconocido que deseaba aadir autoridad a lo que
tena que decir, presentndola como obra de un cris t iano
ms conocido? Tales casos de seudonimidad no son desco
nocidos en las Escri turas. La respuesta depende, en gran
parte, de la fecha de la carta. Si fue escrita hacia finale
del siglo primero, como afirman los que sostienen el auto
seudnimo, sera improbable que un contemporneo d
Jess fuera el autor. El problema est, por lo tanto, l igad
a la fecha.
Fecha de composicin
Por refe rencia en el v. 17 pa rec era que los ap stoles qu
haban evangelizado las comunidades indicadas haba
muerto, indicando que la primera generacin cris t ian
haba desaparecido. Ms an, algunos diran que los erro
res atacados aqu, son aquellos de los herejes gnstico
40 EPSTOLA DE SAN JUDAS
INTRODUCCIN,
41
-
8/10/2019 Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 13 - Santiago Judas Y Pedro.pdf
22/61
que aparecieron hacia fines del siglo primero y comienzos
del segundo. Pero los errores estn descritos con tan poca
precisin que sera temerario identificarlos con una
secta definida, plenamente desarrol lada dentro de la co
munidad cris t iana. Indican ms bien una distorsin inci
piente de la doctrina cris t iana, que una evolucin madu
ra. Esto argira, entonces, una fecha muy posterior su
ficiente para suponer la existencia de tales tendencias,
pero anterior a la primera aparicin clara del gnost icis
mo. Una conjetura probable estara entre los aos 70 y 80
d. C. Esta fecha dara tambin razn del uso de esta eps
tola por el autor de la 2.
a
de Pedro , que escribi, como vere -
,mos, hacia fines del siglo primero. Tal fecha no excluira
la posibilidad de que Judas sea el autor.
Generalmente no se admite que un gal i leo, con la edu
cacin supuesta de Judas, poda haber empleado el griego
con la facilidad y fluidez manifestadas en la epstola. Es,
pues,
comnmente reconocido, el uso de un secretario de
habla griega.
Lectores y ocasin
No es posible determinar el grupo para quien fue escri ta
la epstola. Algunos arguyen que los judos con su medio
ambiente relat ivamente estricto, no habran sido suscep
tibles a los peligros de inmoralidad propuestos por los
falsos maestros. Otros arguyen que los convert idos del pa
ganismo apenas habran sido influenciados por tantos ar
gumentos sacados del Antiguo Testamento y de la Tradi
cin juda. Igual incert idumbre se tena al considerar el
territorio donde vivan los lectores. Los peligros descritos
podan haberse presentado en varias comunidades, y cual
quier determinacin dependera de una evidencia que no
tenemos.
Los peligros que ocasion la carta, se deban a cier
tas personas que haban l legado a ser cris t ianas y que
haban usado su posicin para propagar ideas hert icas y
prct icas inmorales. Judas, convencido que las comunida
des cris t ianas estaban pasando una grave cris is a causa
de estos hombres, escribi para proteger la fe y la morali
dad tradicionales.
Forma literaria
#
Como en el caso de la 1.
a
y 2.
a
de San Pedro, la forma l i te
raria s i rve puramente de vehculo para la presentacin
de una homila moral. Aquello que se diriga no es una
carta en el sentido estricto, se nota en la falta de refe
rencias a algn grupo de lectores en part icular, como
tambin en la falta de un saludo final. Por tanto, est
mejor clasificada como una encclica pastoral escrita en
un estilo vivo y en tono similar a las homilas judaicas
de la poca, las cuales con frecuencia recurran a las
muchas t radiciones doctrinales t ransmit idas de los s i
glos pasados.
Canonicidad
De un modo similar a las homil as judas, la epstola de
San Judas, recurre a ciertas t radiciones apcrifas, y este
recurso est en el corazn de la cuestin de la canonici
dad. Muchos cris t ianos primit ivos piensan que las ci tas
de los l ibros no inspirados no estaban en consonancia con
la inspiracin. Y de all que al menos dos de tales citas
en esta breve epstola, fueron rechazadas por ellos, como
nos dice San Jernimo. Tal razonamiento, s in embargo,
no fue aceptado por muchos Padres de la Iglesia, inclu
yendo San Jernimo, quien declara que ". . . sta merece
un lugar en la Sagrada Escri tura por su ant igedad y por
el uso que de ella se hace". Esta opinin fue seguida por
otros tantos en la Iglesia griega como en la lat ina. Entre
los cris t ianos modernos no existe duda acerca de la cano
nicidad.
42
EPSTOLA DE SAN JUDAS
4
-
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23/61
Judas y la 2.
a
de Pedro
Aun el lector casual de la epstola de Judas y de la 2.
a
de
Pedro puede percibir las sorprendentes semejanzas del
lenguaje y del pensamiento entre las dos. La observacin
que de los 25 versos de Judas, 19 estn representados to
talmente o en parte en la 2.
a
de Pedro, expresa la situacin
maravil losamente bien. No solamente hay una repet icin
material de palabras e ideas, sino que hay tambin un
paralelismo, un desarrollo lgico de las ideas, que excluye
cualquier posibilidad de una mera coincidencia. No hay
duda que uno de los dos autores ocasion extensivamente
la otra.
Es generalmente verdad que el plagiario l i terario se
descubre por su elaboracin del original , hasta tal punto
que obscurece el significado original. Este es el caso de las
presentes epstolas. El pensamiento de Judas est expre
sado ms clara y concisamente y con menos vaguedad
que el de 2Pedro (cf., v. g., 2P t2: 15 -16 y Jud as 11). Ms
an era de esperar que Judas hubiera dicho algo acerca
de la segunda venida de Cristo si l hubiera tenido de
lante el texto de la 2.
a
de Pedro. Muchos exegetas afir
man, por tanto, la prioridad de la de Judas, conclusin
que concordara con las fechas relat ivas sealadas a las
dos epstolas.
Doctrina
Dentro de su brevedad y de su propsi to prct ico, la eps
tola contiene referencias a las verdades slidas del Cris
tianismo. El nico Dios (25) es presentado como Padre (1)
todopoderoso y glorioso (25), y el iniciador de la salvacin
del hombre por medio de Jesucristo (1:25) el nico Seor
y Maestro (4). Este es el Seor por quien los cristianos
han sido preservados (1) y el que premiar al justo (21)
la verdadera fe transmitida por los apstoles (3:17) debe
ser la base de la vida cristiana (20). Cons ervarla es digna
INTRODUCCIN
de los esfuerzos del cristiano (3), esta fe llevar al crec
miento espiritual a travs de la oracin en el Esprit
Santo (20), y es inseparable tanto del amor a Dios com
del am or al prjimo (22 ss). As el cristiano se libra r d
castigo del impo (4:14 s) y ga na r la vida et ern a (21
Finalmente, la existencia de los ngeles buenos y malo
(6:9) se manifiesta claramente. Ellos estn sujetos a Dio
como es evidente, por el castigo dado a los que se reve
zaron
(6).
Anlisis
A. De dica toria vv. 1-2
B.
Ocasin w . 3-4
C. Los falsos ma estros
1. avisos del pa sad o vv. 5-7
2. descripcin vv. 8-13
3.
la profeca de Henoc vv. 14-16
4. aviso de los apstoles vv.
17-19
D.
Adm oniciones vv. 20-23
E. Co nclusin vv. 24-25
-
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LA EPSTOLA DE SAN JUDAS
Texto y comentario
1
J u d a s , s i e r v o d e J e s u c r i s t o t r o s .
2
Que Dios os d par t i c ipa
y he rm ano de San t i ago , a cada vez ms de su mi ser i cord i a
aqu el l os que son ama dos en Dios de su paz y de su car idad .
P a d r e y g u a r d a d o s y l l a m a d o s ^ C a r s i m o s , t e n a s u m o i n t e
en Jesu cr i s t o . Mi ser i c ord i a y paz res por escr ib i ros acer ca de l
y car id ad cum pl ida sea a voso- sa lud que no s conci ern e a to
Salutacin epistolar 1-2
Judas , l l amado generalmente Jud para d i s t in
guirle del t raidor, establece su autoridad, en pri
mer lugar, al reconocer su absoluta dedicacin
a su Maestro, Jesucristo, y en segundo lugar, al
recordar su parentesco con el eminente obispo
de Jerusaln, muy conocido por todos los prime
ros cristianos. Se dirige a sus lectores a los que
el amor de Dios Padre ha llamado a la fe cris
t iana y ha conservado en esa fe para la causa de
2 Jesucristo. Su deseo es que la misericordia divina
que seala el recuerdo ininterrumpido de Dios,
la paz del corazn a una con Dios y la caridad
t ransformada de Dios sean cont inuamente au-
2
mentadas en el los.
Ocasin de la epstola 3-4
El plan original del autor de escribir una expo
sicin general de la doctrina cris t iana fue modi
ficado por una si tuacin nacida recientemente.
Se haba publicado ahora un urgente aviso con-
/
46
EPSTOLA DE SAN JUDAS 1:4-s
EPSTOLA DE SAN .JUDAS 1:6-8 47
-
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d o s ; y aho ra me veo ob l igado a mien tos an t iguos e s t n ya pref ,
hace r lo . Qu ie ro da ros a l i en tos gu rados como des t inados a l g ra n ,
par a q ue s igis lu cha ndo por dioso juic io de Dios . Son hom.,
con ser var in ta cta la fe , es ta fe bres imp os que conv ier ten n
que ha s ido t r ansm i t ida de una l ibe r t ina je l a g rac ia de nue s t r
0
vez par a s iem pre a los eles . Dios y niegan a l nico Due o j ,
4
Es el ca so que en t r e voso t ros Seor nues t ro Je suc r i s to .
se han in t roduc ido so lapadamen-
5
Qu i e r o r e c o r d a r o s , a u n q u
e
t e a lgunos que en lo s acon tec - j a s ab i s pe r fec tam en te todo e s .
tra un peligro especial a fin de que las verdades
definidas de la fe, posesin comn de todos los
*
cristianos, no pud ieran ser distorsio nadas . Este
era un peligro real, porque haba entre los cris
tianos algunos que haban abrazado la fe por
falsos motivos, sin ser llamado s verd ade ram ente 2P
por Dios como lo eran los dems. Judas est en-
2 : 1 s
terado de las referencias a los escritos tanto ins
pirados como no inspirados, del juicio de Dios
sobre tales hombres. Ellos bien lo merecen, dado
que,
bajo el pretexto de motivos religiosos, prac
tican el libertinaje y por esta crasa distorsin de
la fe niegan, de hecho, la soberana de Jesu
cristo.
Avisos del pasado 5-7
El autor seala ahora la reaccin divina para
con las personas impas similares del pasado.
Aunque sus lectores conocan estos ejemplos,
harn bien ponderndolos nuevamente. En t iem
po del xodo el Seor (esta referencia a Yahv
es probablemente una lectura mejor m anu scri
ta que "Jess") haba revelado su amor por los
hebreos al libertarles de Egipto. Pero tal amor no
impidi la destru ccin poste rior de aque llos que Nura
6 se volvieron contra El. Ni aun los ngeles fueron
14
exentos del castigo div ino, como lo testifica la
to , que e l Se or , despu s de ha- rese rv p ara e l ju ic io del gra n
ber sa lva do de Egip to a su pue- da .
7
Que finalmente So dom a y
blo ,
h izo luego pe rece r a lo s que Gom or ra y l a s c iudades c i r cun -
no tuv ie ron f e ;
6
que cast ig a vecin as , que lo mismo que e l los
lo s nge le s que no conse rva ron se en t r eg a ron a l a lu ju r i a y a
su p r ima c a y aba ndo na ro n su lo s v ic io s con t ra na tu ra leza , que -
p rop ia mo rada ; y que envo l - dan pa ra e sca rmien to , su f r i endo
vin dolos en t in ie blas y redu- e l cast igo del fuego ete rno .
8
A
cind olos a e terna pr is in, los pesa r de e l lo , tam bin estos vi-
siguiente histor ia , aparentemente conocida por
sus lectores. Dotados or iginalmente de un rango
especial o preeminencia, haban abandonado su
posicin en la corte celestial y por su pecado fue
ron arrojados a las regiones infernales hasta el
juicio final en que se confirmara su condenacin
eterna.
7 Se alude aho ra otra historia, funda da en el
Gnesis y, como en la literatura apcrifa, enlaza
ba aqu con la historia de los ngeles cados. La Gen 1
lujur ia antinatural de los habitantes de las ciu-
S a b 1 0 : 7
dades antiguas trajeron su destruccin por el
fuego, que est descrito como castigo eterno. Sea
lo que fuere la elaboracin que estas historias
pueden haber sufr ido en la histor ia de la tradi
cin, sirven como ilustraciones del castigo reser- cf. Deut
vad o pa ra los enem igos de Dios. 29:22s
Descripcin de los maestros del error 8-13
Haciendo una aplicacin de estos ejemplos a las
condiciones comunes, Judas describe a los malos
cr ist ianos como "soadores" ( la palabra se omite
en el texto de la Confraternidad), i e., como fue
ra de contacto con l
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