centro agronÓmico tropical de investigaciÓn y...
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CENTRO AGRONÓMICO TROPICAL
DE INVESTIGACIÓN Y ENSEÑANZA
DIVISIÓN DE EDUCACIÓN
PROGRAMA DE POSGRADO
“Caracterización de propiedades funcionales de bosques secundarios restaurados en potreros
abandonados de la península de Nicoya, Costa Rica”
Tesis sometida a consideración de la División de Educación y el Programa de Posgrado como
requisito para optar al grado de
MAGISTER SCIENTIAE
en
Manejo y Conservación de Bosques Tropicales y Biodiversidad
Francisco Samuel Álvarez Calderón
Turrialba, Costa Rica, 2017
I
ORGANIZACIÓN Y ESTRUCTURA DE LA TESIS
El presente documento contiene información sobre la investigación titulada:
Caracterización de propiedades funcionales de bosques secundarios restaurados en potreros
abandonados de la península de Nicoya, Costa Rica. El documento presenta dos secciones
principales; la primera contiene información pertinente para el entendimiento del documento
como listados de acrónimos, una breve introducción al tema que explica el problema y
problemática de la investigación, preguntas de investigación respectivas, objetivos e hipótesis
de investigación y un marco de referencia breve. La segunda sección corresponde al desarrollo
y análisis de resultados de la investigación, la cual está presentada bajo la estructura de artículo
científico; contiene un breve resumen, introducción, metodología, resultados y su
correspondiente discusión y conclusiones.
II
DEDICATORIA
Dedico este trabajo a Dios, por darme la oportunidad de alcanzar este logro profesional.
También, dedico todo mi trabajo y esfuerzo a mi familia y a mi esposa, por todo el apoyo
brindado a lo largo de mi carrera profesional.
III
AGRADECIMIENTO
Agradezco la oportunidad brindada por el Servicio Alemán de Intercambio Académico
(DAAD) para obtener mi título de grado de maestría en el Centro Agronómico Tropical de
Investigación y Enseñanza CATIE.
Agradezco a mi profesor consejero Bryan Finegan por todo su apoyo durante el desarrollo
de esta investigación y trabajo de grado.
Agradezco a los miembros del Comité Consejero, Diego Delgado y Zayra Ramos, por sus
comentarios y aportes para la elaboración de este documento.
Agradezco, el apoyo del SINAC por la facilitación de trámites de colecta e investigación
científica en el Área de Conservación Tempisque. También, agradezco el apoyo del personal
del Parque Barra Honda por el acompañamiento en la colecta de muestras vegetales.
Agradezco al Centro Agrícola Cantonal de Hojancha CACH, principalmente el apoyo de su
personal técnico Ademar Molina por el acompañamiento en toda la fase de campo en esta
investigación.
Agradezco a la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Costa Rica, sede Cañas,
por la facilitación de sus instalaciones y equipo para la fase de laboratorio.
Agradezco el apoyo de la cátedra de Ecología del Centro Agronómico Tropical de
Investigación y Enseñanza CATIE por el acompañamiento y financiamiento de la investigación.
Por último, agradezco a todo el personal administrativo de CATIE y a todos los docentes e
investigadores por sus aportes a mi formación académica durante mi estadía en la institución.
IV
CONTENIDO
ÍNDICE DE TABLAS ............................................................................................................ VI
ÍNDICE DE FIGURAS ........................................................................................................ VII
LISTA DE ACRÓNIMOS, ABREVIATURAS Y SIGLAS ............................................. VIII
RESUMEN .............................................................................................................................. IX
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................... 1
OBJETIVOS DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN ........................................................ 2
1.1 OBJETIVO GENERAL ...................................................................................................... 2
1.1 OBJETIVOS ESPECÍFICOS ................................................................................................ 2
1.2 PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN .................................................................................... 2
1.3 HIPÓTESIS DE INVESTIGACIÓN ....................................................................................... 3
MARCO REFERENCIAL ....................................................................................................... 3
1.1 EFECTO DE LA ACTIVIDAD HUMANA EN LOS BOSQUES: CARACTERÍSTICAS DE LOS
BOSQUES SECUNDARIOS ........................................................................................................... 3
1.2 RESTAURACIÓN ECOLÓGICA Y SERVICIOS ECOSISTÉMICOS ............................................ 5
1.3 DIVERSIDAD FUNCIONAL (DF) ...................................................................................... 6
1.4 RASGOS FUNCIONALES: CARACTERÍSTICAS GENERALES Y SU RELACIÓN CON FACTORES
AMBIENTALES .......................................................................................................................... 9
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................... 12
ARTÍCULO ............................................................................................................................. 17
1.1 PROPIEDADES FUNCIONALES DE LOS BOSQUES RESTAURADOS EN POTREROS
ABANDONADOS DE LA PENÍNSULA DE NICOYA, COSTA RICA .................................................. 17
1.2 RESUMEN .................................................................................................................... 17
1.3 INTRODUCCIÓN ........................................................................................................... 17
1.4 METODOLOGÍA ............................................................................................................ 19
1.4.1 Área de estudio y características de los bosques secundarios ............................... 19
1.4.2 Parcelas de estudio ................................................................................................. 20
1.4.3 Media ponderada de la comunidad (CWM) por rasgo funcional e índices de
diversidad funcional .......................................................................................................... 22
1.5 ANÁLISIS ESTADÍSTICO................................................................................................ 23
1.5.1 Comparación de medias ponderadas de la comunidad (CWM) e índices de
diversidad funcional por tipo de bosque ........................................................................... 23
1.5.2 Relación de medias ponderadas (CWM) e índices de diversidad funcional a la
edad de abandono .............................................................................................................. 24
1.5.3 Resistencia potencial a incendios ........................................................................... 24
1.5.4 Relaciones entre factores ambientales y atributos funcionales de los bosques ..... 24
1.6 RESULTADOS ............................................................................................................... 26
1.6.1 Descripción de los atributos funcionales de los bosques ....................................... 26
V
1.6.2 Comparación de medias ponderadas (CWM) e índices de diversidad funcional por
tipo de bosque .................................................................................................................... 28
1.6.3 Relación de medias ponderadas (CWM) e índices de diversidad funcional por edad
de abandono ...................................................................................................................... 30
1.6.4 Resistencia potencial a incendio ............................................................................ 30
1.6.5 Interacciones entre factores ambientales y valores de rasgos funcionales ........... 32
1.7 DISCUSIÓN .................................................................................................................. 35
1.7.1 Correlaciones entre medias ponderadas de rasgos funcionales ............................ 35
1.7.2 Efecto de la edad del bosque en los atributos funcionales ..................................... 36
1.7.3 Estrategias adquisitivas y conservativas de los bosques secundarios ................... 37
1.7.4 Estrategias de adaptación de los bosques secundarios ......................................... 38
1.7.5 Relación de rasgos funcionales con variables ambientales ................................... 40
1.7.6 Diversidad funcional en los bosques secundarios .................................................. 41
1.8 CONCLUSIÓN ............................................................................................................... 42
1.9 AGRADECIMIENTOS ..................................................................................................... 43
1.10 BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................. 43
ANEXOS .................................................................................................................................. 48
VI
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1. Ejemplos de asociación entre caracteres funcionales de área específica foliar (AFE),
contenido de materia seca (CFMS) y gravedad específica de madera (GEM) de plantas adaptado
de Pérez-Harguindeguy et al. (2013). ....................................................................................... 10
Tabla 2. Ejemplo de asociación entre caracteres funcionales de plantas y respuesta de las plantas
a diferentes agentes potenciales de perturbación. (Martín-López et al. 2007; Poorter y
Markesteijn 2008; Poorter et al. 2010; Brando et al. 2012; Poorter et al. 2014). .................... 11
Tabla 3. Estadística descriptiva de los rasgos funcionales evaluados para la península de Nicoya,
Costa Rica. ................................................................................................................................ 26
Tabla 4. Correlaciones de Spearman de medias ponderadas CWM de rasgos funcionales
medidos para 63 especies en 52 parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica. De la diagonal
hacia abajo se presentan los coeficientes de correlación y de la diagonal ha hacia abajo se
presentan los coeficientes de correlación y de la diagonal hacia arriba la significancia (*p<0.05).
.................................................................................................................................................. 27
Tabla 5. Comparación de medias de los 17 rasgos funcionales con LSD de Fisher por tipo de
bosque para 52 parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica. Separación de medias con la
significancia estadística (*p<0.05) identificado con letra. ....................................................... 28
Tabla 6. Comparación de medias de índices de diversidad funcional con LSD de Fisher por tipo
de bosque para 52 parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica. Separación de medias con la
significancia estadística (*p<0.05) identificado con letra. ....................................................... 29
Tabla 7. Autovectores del PCA de los rasgos funcionales de 13 CWM de rasgos funcionales y
4 rasgos cualitativos. ................................................................................................................. 33
Tabla 8. Matriz predictoras de las variables de suelo, uso anterior, variables climáticas y
variables espaciales para los valores de rasgos funcionales en 52 parcelas de la península de
Nicoya, Costa Rica. .................................................................................................................. 35
VII
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 1. Esquema sobre el concepto de restauración tomado de la versión original de Chazdon
(2008). ......................................................................................................................................... 6
Figura 2. Ubicación geográfica de las parcelas de muestreo en la península de Nicoya, Costa
Rica: Bosque de Schizolobium-Miconia (asterisco), Bosques de Semialarium-Lonchocarpus
(cruz), Bosque de Guazuma (triangulo). Fuente: Capas de cobertura de uso de suelo de Costa
Rica 2014. ................................................................................................................................. 21
Figura 3. Regresiones entre los valores de rasgos de grosor de corteza (CWM), capacidad de
rebrote (Re; datos transformados ArcoSeno) y FRic con la edad de abandono en 52 parcelas de
la península de Nicoya, Costa Rica. Círculos: bosque de Schizolobium-Miconia; cuadrados:
bosque de Semialarium-Lonchocarpus; triángulos: bosque de Guazuma. ............................... 30
Figura 4. Análisis de regresión del rasgo (CWM) de tolerancia a incendio por los rasgos (CWM)
de grosor de corteza, gravedad específica de madera y capacidad de rebrote y análisis de
regresión entre el rasgo (CWM) de grosor de corteza con gravedad específica de madera en 52
parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica. Círculos: bosque de Schizolobium-Miconia;
cuadrados: bosque de Semialarium-Lonchocarpus; triángulos: bosque de Guazuma. ............. 31
Figura 5. Comparación de medias para la identificación de diferencias entre las categorías de
periodo de incendios por los rasgos (CWM) de grosor de corteza y gravedad específica de
madera en 52 parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica. ................................................ 31
Figura 6. Análisis de componentes principales (PCA) de 13 CWM de rasgos funcionales y 4
rasgos cualitativos en 52 parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica. AF=Área foliar, AEF=
Área específica foliar, GH=Grosor de hoja, LP= Longitud de pecíolo, CFMS= Contenido de
materia seca foliar, CPMS= Contenido de materia seca de pecíolo, GC=Grosor de corteza,
GEM= Gravedad específica de madera, CPF=Contenido de Fósforo foliar, CNF=Contenido de
Nitrógeno foliar, DH=Densidad de hoja, To=Tolerancia a incendios, MS=Masa de semillas,
CF=Composición foliar (hoja compuesta), SD=Síndrome de dispersión de semilla (biótico),
Re=Capacidad de rebrote y De=Deciduosidad. ........................................................................ 33
Figura 7. Regresiones lineales entre CWM CPF y CWM CNF con los valores de fósforo y
nitrógeno en suelo para las 52 parcelas de la península de Nicoya. Círculos: bosque de
Schizolobium-Miconia; cuadrados: bosque de Semialarium-Lonchocarpus; triángulos: bosque
de Guazuma. ............................................................................................................................. 34
VIII
LISTA DE ACRÓNIMOS, ABREVIATURAS Y SIGLAS
AFE: área específica foliar.
AF: área foliar.
CFMS: contenido foliar de materia seca.
DF: diversidad funcional.
DAP: diámetro a la altura del pecho.
GEM: gravedad específica de madera.
GH: grosor de hoja.
LP: longitud de pecíolo.
CPMS: contenido de materia seca de pecíolo.
GC: grosor de corteza.
CPF: contenido de fósforo foliar.
CNF: contenido de nitrógeno foliar.
DH: densidad de hoja.
To: tolerancia a incendios.
MS: masa de semillas.
CF: composición foliar.
SD: síndrome de dispersión de semilla.
Re: capacidad de rebrote.
De: deciduosidad.
CWM: media ponderada de la comunidad (siglas en ingles).
FRic: riqueza funcional.
FEve: equidad funcional.
FDiv: divergencia funcional.
FDis: dispersión funcional.
IX
RESUMEN
Se estudió las propiedades funcionales de tres tipos florísticos de bosques secundarios
restaurados en potreros abandonados en la península de Nicoya, Costa Rica, a partir del análisis
de 17 rasgos funcionales de 63 especies de árboles y palmas dominantes. Se estableció la
hipótesis sobre el cambio de estrategias ecológicas bajo el gradiente conservador-adquisitivo
con respecto a la edad de abandono, la cual no fue apoyada, por el contrario, se identificó una
superposición entre las características ecológicas, lo que sugiere una transición entre bosque
seco y bosque tropical húmedo. La hipótesis de aumento de la diversidad funcional durante la
sucesión únicamente fue apoyada para el índice de riqueza funcional, probablemente porque
este índice es dependiente de la riqueza de especies. La prueba de nuestra hipótesis de tolerancia
a incendios demuestra que el grosor de corteza es un predictor débil y que la gravedad específica
de la madera y la capacidad de rebrote son mejores predictores de la resistencia potencial a
incendios para el área de estudio. Además, los resultados indican que 10 años de exposición a
incendios generan cambios en las estrategias de tolerancia a incendios en los bosques
secundarios. Los resultados de la partición de varianza (R2=0.40) indican que las variables del
suelo y las variables espaciales son las mejores predictoras de la composición de los rasgos
funcionales de los bosques secundarios, mientras que las variables climáticas fueron débiles
como predictores de la composición de los rasgos funcionales. Los resultados sugieren
combinaciones de las estrategias ecológicas adquisitivas y conservativas para los tres tipos de
bosques restaurados y que la sucesión está influenciada por factores típicos de los paisajes
agropecuarios intervenidos.
Palabras claves: Diversidad funcional, gravedad específica de madera, grosor de corteza,
rebrote, media ponderada de la comunidad, incendios.
ABSTRACT
The functional properties of three floristic types of secondary forests were studied in the
Nicoya peninsula, Costa Rica, from the analysis of 17 functional traits of dominant trees and
palms. The hypothesis was established of the change of ecological strategies under the
conservative-acquisitive gradient with respect to the age of abandonment. This hypothesis was
not supported, on the contrary, an overlap between the ecological characteristics was identified,
suggesting a transition process between dry forest and humid tropical forest. The hypothesis of
increasing functional diversity during succession was only supported for the functional richness
index, probably because this index is not independent of species richness. The test of our fire
tolerance hypothesis demonstrated that bark thickness is a weak predictor of fire tolerance and
that wood specific gravity and resprouting capacity are good predictors of potential fire
resistance for the study area. In addition, our results indicate that 10 years of exposure to fire
generate changes in fire tolerance strategies in secondary forests. The results of the variation
partitioning analysis (R2=0.40) indicated that soil variables and spatial variables are the best
predictors of the functional traits composition of secondary forests, while climate variables were
X
weak as predictors of the composition of the functional traits. Our results suggest combinations
of ecological strategies for the three types of restored forests and that succession is influenced
by typical factors of intervened cattle ranching landscapes.
Key words: Functional diversity, wood specific gravity, bark thickness, regrowth, community
weighted mean, fire.
1
INTRODUCCIÓN
Gran parte de los bosques del planeta ha presentado modificaciones producto de la actividad
humana a lo largo de los años (Chazdon 2003; Steffen et al. 2006; Chazdon et al. 2007). Esta
intervención ha provocado que gran parte de los bosques actuales correspondan a bosques
secundarios restaurados a través de procesos naturales (FAO 2015). Si bien estos procesos de
recuperación por medio de sucesiones ecológicas han sido estudiados en muchas ocasiones (e.g.
Finegan 1996; Guariguata y Ostertag 2001; Chazdon 2014), aún existen muchas interrogantes
sobre cómo se llevan a cabo dichos procesos de recuperación, por lo que estudios en torno a este
tema siguen siendo de mucha relevancia para muchos investigadores.
Muchos autores han tratado de explicar los procesos de restauración posterior a la
intervención humana por medio de identificación y caracterización de la recuperación florística,
gracias a ellos, ahora es muy sabido que la recuperación de la cobertura boscosa puede deberse
principalmente a las condiciones del suelo resultantes del uso anterior al abandono, proximidad
de fuentes semilleros (Smith et al. 1997; Chazdon 2003; Chazdon et al. 2007; Chazdon 2008),
así como las diferencias entre especies en capacidad de dispersión, longevidad, tasas de
crecimiento y grado de tolerancia a la sombra (Finegan 1996). Sin embargo, la restauración
puede ser evaluada a través de la diversidad funcional, nuevo enfoque que amplía la
comprensión de dichos procesos, ya que permite evaluar a nivel de la comunidad los diferentes
mecanismos de respuesta con su entorno, así como evaluar el aporte de la comunidad en
procesos ecológicos y los servicios ecosistémicos (Díaz y Cabido 2001; Díaz et al. 2004;
Martín-López et al. 2007).
En el caso de la península de Nicoya, ubicado en el noroeste de Costa Rica, los procesos de
deforestación se intensificaron durante la década de 1960, lo que permitió cambios importantes
dentro de la estructura del bosque húmedo tropical a otros usos del suelo, como la agricultura y
principalmente la ganadería (Granda Moser et al. 2015). Sin embargo, la caída del mercado
mundial de la carne en la década de 1970 marcó el inicio de procesos de recuperación de la
cobertura boscosa, principalmente por la decisión de propietarios de disminuir la actividad
comercial por falta de rentabilidad económica, lo que conllevó en algunos casos al abandono de
tierras (Arroyo-Mora et al. 2005). Aunado a ello, se desarrolló políticas públicas del Estado que
regularían el cambio de uso de suelo, así como se creó nuevos incentivos sobre el sector forestal,
que favoreció al establecimiento de un proceso de restauración sobre potreros abandonados que
aún continúa hasta la fecha (Salazar et al. 2005; Granda Moser et al. 2015).
Sobre este tema, estudios recientes han explicado aspectos importantes sobre la
recuperación florística en potreros abandonados en la península de Nicoya y su relación con el
uso de suelo y clima, donde se identifica que las características de los bosques secundarios son
muy diferentes a las del bosque húmedo original para la zona, dejando en evidencia la influencia
de especies típicas de paisajes agropecuarios como principal impulsor del establecimiento de
los nuevos bosques sobre dichas áreas en abandono (Granda Moser et al. 2015).
2
El estudio previo de Granda Moser et al. (2015) es la base del presente trabajo, que tuvo
como objetivo determinar y caracterizar las propiedades funcionales de los bosques secundarios
de la península de Nicoya, generando conocimiento complementario importante sobre las
diferentes comunidades vegetales establecidas en potreros abandonados y su entorno actual en
la península de Nicoya. La información generada puede ser utilizada para entender posibles
respuestas de los bosques ante diferentes escenarios ambientales, incluyendo escenarios de
cambio climático; la cual podrá ser de gran interés para futuros investigadores y tomadores de
decisiones en el establecimiento de criterios de manejo y conservación sobre bosques
secundarios.
OBJETIVOS DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
1.1 Objetivo general
Identificar y caracterizar propiedades funcionales de bosques secundarios restaurados en
potreros abandonados de la península de Nicoya, Costa Rica y su relación con la edad de
abandono, las variables ambientales y el efecto de la intervención humana.
1.1 Objetivos específicos
Determinar valores de medias ponderadas de rasgos funcionales e índices de diversidad
funcional para grupos de especies dominantes de árbol y palma en bosques secundarios
restaurados en potreros abandonados.
Comparar valores de medias ponderadas de rasgos funcionales e índices de diversidad
funcional entre tres tipos florísticos de bosques restaurados en potreros abandonados
(bosque de Schizolobium-Miconia, bosque de Semialarium-Lonchocarpus y bosque de
Guazuma) identificados para la península de Nicoya.
Caracterizar la respuesta de vegetación arbórea al impacto del fuego en tres tipos de
bosques restaurados en potreros abandonados.
Establecer la relación entre las propiedades funcionales de los bosques, las variables
ambientales de clima y suelo, tipo e intensidad de la intervención del sitio y la edad de
abandono.
1.2 Preguntas de investigación
¿Qué características funcionales (adquisitivas o conservativas) presentan los bosques
secundarios restaurados de la península de Nicoya?
¿Existe relación entre los valores de medias ponderadas de rasgos funcionales con la edad
de abandono de los bosques?
3
¿Existe diferencia entre los valores de medias ponderadas de rasgos funcionales e índices
de diversidad funcional por tipos de bosques secundarios?
¿Los bosques con mayor frecuencia de exposición a incendios presentan mayor resistencia
potencial al fuego según los valores de medias ponderadas de rasgo de grosor de corteza?
¿Existe relación entre los valores de medias ponderadas de rasgos funcionales, las
variables ambientales, el tipo de la intensidad de la intervención y la edad de abandono de
los bosques?
1.3 Hipótesis de investigación
Los valores de medias ponderadas de área foliar (AF), área específica foliar (AFE),
concentración de nitrógeno (CNF), concentración de fósforo (CPF) foliar y grosor de
corteza aumenta con respecto aumenta la edad de abandono, mientras que el contenido
foliar de materia seca (CFMS) y gravedad específica de madera (GEM) disminuyen a
mayor edad de abandono.
Existen diferencias entre los valores de medias ponderadas de rasgos funcionales e índices
de diversidad funcional en los tres tipos de bosques secundarios (bosque de Schizolobium-
Miconia, bosque de Semialarium-Lonchocarpus y bosque de Guazuma) de la península
de Nicoya.
Los valores de los índices de diversidad funcional en los tres tipos de bosques secundarios
(bosque de Schizolobium-Miconia, bosque de Semialarium-Lonchocarpus y bosque de
Guazuma) restaurados de la península de Nicoya aumentan con respecto al periodo de
abandono (años).
Los valores de media ponderada de rasgo de grosor de corteza aumentan a mayor
exposición a incendios.
Los valores de medias ponderadas de rasgos funcionales presentan relación con las
variables ambientales dentro de las parcelas de estudio.
MARCO REFERENCIAL
1.1 Efecto de la actividad humana en los bosques: Características de los bosques
secundarios
De manera general, los ecosistemas han sido intervenciones a lo largo de la existencia del
ser humano y sus efectos pueden ser evidenciados a partir de un análisis de su estructura y
dinámica (Chazdon 2003; Chazdon et al. 2007). Muchos de los bosques actuales son producto
4
de intervención humana y procesos de sucesión vegetal, lo que ha ocasionado cambios en la
composición florística típica de los bosques maduros por procesos de colonización de especies
capaces de establecerse posteriores a escenarios de perturbación (Guariguata y Ostertag 2002).
Los bosques secundarios pueden ser definidos como cobertura vegetal que se desarrolla
sobre tierras que se abandonan o se dejan en descanso después de que su vegetación original fue
destruida por actividades humanas (Smith et al. 1997; Finegan y Nasi 2004). En la actualidad,
gran parte de los bosques tropicales son bosques secundarios restaurados naturalmente (FAO
2015), por lo que algunos autores sugieren que dichos bosques serán los albergadores de
biodiversidad y servicios ecosistémicos para los trópicos en el futuro (Wright 2005; Letcher y
Chazdon 2009).
Los bosques secundarios desarrollan cambios importantes, tanto en composición florística
como en estructura, a lo largo de la sucesión ecológica (Janzen 1988; Finegan 1996; Guariguata
y Ostertag 2002). En los bosques húmedos del neotrópico, esta sucesión se caracteriza durante
las primeras fases por la alta dominancia de especies de plantas pioneras de vida corta y de
rápido crecimiento (como árboles conocidos como pioneros efímeros adquisitivos) que
posteriormente pasan a plantas de larga vida bien establecidas (árboles pioneros duraderos
adquisitivos y esciófitas o conservativas) (Finegan 1996). Mientras que en los bosques secos
tropicales durante las primeras fases succiónales no suelen estar dominadas por especies de vida
corta y en áreas agropecuarias abandonadas pueden colonizar especies que pueden dominar el
bosque por muchos años (Janzen 1988; Finegan y Nasi 2004). En este sentido, la edad de
abandono es un factor determinante en las características de los bosques, ya que permite cambios
en composición y estructura que influyen en la funcionalidad del ecosistema (Guariguata y
Ostertag 2001).
Estos procesos de recuperación pueden estar limitados o favorecidos por diferentes factores
ambientales como por ejemplo la fertilidad del suelo. Este factor puede ser un limitante
importante en el establecimiento de nueva cobertura vegetal, ya que la fertilidad del suelo es un
requisito previo para la recuperación de bosques en sitios altamente degradados (Chazdon
2003). El uso anterior de suelo es otro factor determinante en los procesos de restauración, cuyo
grado de recuperación dependerá mayormente de la duración e intensidad de los impactos
provenientes de cultivos agrícolas o pastos. De la misma manera, muchas de las características
de la nueva formación boscosa, como la composición florística, se verá influenciada por
aspectos propios de las especies a tolerar la condiciones de perturbación en el paisaje y la
proximidad de fuentes de semillas provenientes de remanentes de bosques con potencial de
recolonización de áreas perturbadas (Smith et al. 1997; Chazdon 2003).
Existen otros factores abióticos importantes que influyen en los procesos de recuperación
dentro de la sucesión secundaria, como por ejemplo radiación solar (áreas abiertas, apertura de
dosel) que puede incidir en la distribución de las especies por la disponibilidad del recurso
(Guariguata y Ostertag 2002). Así mismo, el efecto del microclima sobre elementos de la
regeneración, dispersión, germinación y depredación de semillas, así como la interacción entre
5
plántulas y árboles jóvenes durante el proceso de sucesión, todo ello puede tener incidencia de
manera importante en el establecimiento de la nueva cobertura boscosa (Finegan 1996).
Finalmente, los efectos antropogénicos pueden generar filtros importantes que influyen en el
establecimiento de especies dentro de los bosques; un ejemplo son los incendios que favorecen
el establecimiento de un grupo de especies capaces de tolerarlos, desplazando aquellas que no
lo son (Chazdon 2003).
1.2 Restauración ecológica y servicios ecosistémicos
La pérdida de cobertura vegetal y la degradación de ecosistemas son algunos de los
problemas que enfrentan gran parte de los bosques tropicales, teniendo como efecto grandes
consecuencias en términos de impactos en la diversidad biológica y las perspectivas de
desarrollo económico sostenible de los recursos agrícolas y forestales (Parrotta et al. 2000). Sin
embargo, el tema de la deforestación ha retomado mucho auge en los últimos años,
principalmente por los efectos de las emisiones de carbono que conlleva y que aceleran el
cambio climático (Harris et al. 2006). Si bien el problema de deforestación es un problema
global, existen sitios que requieren mayor atención, en especial aquellos que presentan mayor
vulnerabilidad en términos de riesgo de pérdida de biodiversidad o servicios ecosistémicos y en
los cuales realizar acciones de restauración se vuelve un tema prioritario (Lamb et al. 2005).
En vista de la necesidad de restablecer una cobertura vegetal o recuperar áreas degradadas,
se han realizado esfuerzos como líneas bases para restauración ecológica, uno de los principales
esfuerzos es la definición de restauración, la cual es entendida como un proceso cuya intención
es recuperar un ecosistema en salud, integridad y funcionalidad, esperando acercarse al
ecosistema original (SER 2004). Con lo anterior, se puede expresar que un ecosistema se ha
recuperado y restaurado cuando este contiene suficientes recursos bióticos y abióticos como
para continuar su desarrollo por sí solo, manteniendo tanto su estructura como su funcionalidad,
mostrando una trayectoria de su desarrollo hacia una meta destinada o referencial (SER 2004).
Al mismo tiempo que se restaura la cobertura vegetal, se inician procesos de restauración
de su funcionalidad y de sus servicios ecosistémicos (Balvanera 2012). A nivel global, se
registran aumentos importantes de la ganancia de cobertura vegetal, nuevos bosques se están
estableciendo dentro de áreas degradadas en antiguas tierras agrícolas (MEA 2005). Estos
procesos permiten mejorías de los servicios ecosistémicos y favorecen la conservación de la
biodiversidad a pesar de no poseer la composición y estructura de la cubierta forestal original
(Chazdon 2008).
Dependiendo de la degradación de un ecosistema, en términos de restauración, diferentes
logros pueden ser obtenidos acorde al tipo de gestión o acciones que se realicen para el
desarrollo de medidas de restauración. Estas acciones pueden ir desde procesos asistidos como
uso de plantaciones (nativas, introducidas, plantaciones mixtas), hasta procesos naturales como
la regeneración natural (Figura 1). La diferencia de estos procesos radica en los resultados que
6
se obtienen al final de proceso, los cuales pueden observarse con el aumento de biodiversidad y
servicios ecosistémicos (Chazdon 2008).
Figura 1. Esquema sobre el concepto de restauración tomado de la versión original de
Chazdon (2008).
Algunos autores sugieren que una de las formas más sencillas de lograr la restauración es
tratando de eliminar la fuente de perturbación y favorecer la regeneración natural (conocido
también como restauración pasiva), principalmente cuando los recursos financieros son escasos
o el grado de degradación no es alto. Además, sostienen que la sucesión natural es el método
que resulta en una mayor diversidad estructural y funcional del ecosistema (Lamb et al. 2005;
Prach et al. 2007). Sin embargo, no toda regeneración en abandono puede favorecer a la sucesión
deseada, ya que en alguno casos es necesario la intervención (como el caso de fertilización,
poda, evitar pastoreo) para mejorar las condiciones para alcanzar los resultados esperados
(Schrautzer et al. 2007).
La restauración también puede ser evaluada a través de la medición de sus atributos
funcionales, ya que dicha información permite comprender diferentes aspectos sobre los
mecanismos de respuestas de su entorno o aspectos de la funcionalidad de la nueva cobertura
boscosa (Díaz et al. 2004). Incluso, el enfoque funcional puede ser una herramienta simplificada
de monitoreo de la funcionalidad del ecosistema (Moral et al. 2007). Diferentes autores
sostienen que, al evaluar caracteres funcionales de la comunidad vegetal, se puede visualizar el
aporte que generan dentro de los servicios ecosistémicos (Díaz y Cabido 2001; Cornelissen et
al. 2003; Martín-López et al. 2007; Pérez-Harguindeguy et al. 2013). Es por esta razón que
evaluar las propiedades funcionales de las especies permite obtener información clave para el
entendimiento procesos de restauración (Moral et al. 2007).
1.3 Diversidad funcional (DF)
En las últimas dos décadas, se ha dado un cambio de paradigma en la ecología vegetal,
desde una ecología basada en especies a una establecida en la medición de rasgos funcionales
7
(Mcgill et al. 2006). La diversidad funcional es el valor, el rango, la distribución y la abundancia
relativa de los rasgos funcionales de los organismos que están dentro de un ecosistema (Díaz et
al. 2007). También, puede entenderse como un componente de la biodiversidad que tiene
influencias en cómo funciona un ecosistema; a su vez, esta es medida a través de valores o
rasgos de las especies de un ecosistema (Tilman 2001; Petchey et al. 2004) o como la cantidad
de variación interespecífica en los rasgos funcionales en una comunidad ecológica (Poos et al.
2009).
Con lo anterior, se explica la importancia que tiene cada especie sobre su contribución en
el funcionamiento de los ecosistemas; sin embargo, la naturaleza y la magnitud de sus
contribuciones individuales varían de acuerdo con la función del ecosistema o del proceso al
que se haga referencia (Martín-López et al. 2007). En este sentido, los mecanismos a través de
los cuales la biodiversidad puede influir en el funcionamiento de los ecosistemas están más
relacionados con algunos caracteres funcionales de las especies que con la riqueza específica
(Petchey y Gaston 2006). Por lo tanto, el conjunto total de caracteres funcionales como rasgos
morfológicos, fisiológicos o fenológicos que puede ser medido en un organismo, así como su
abundancia en una comunidad, es uno de los principales determinantes del funcionamiento de
los ecosistemas (Chapin Iii et al. 2000; Martín-López et al. 2007),
Los rasgos de una especie vegetal varían según diferentes aspectos biológicos (morfología,
fisiología, fenología) propios de cada una de las especies, y el valor de un rasgo se encuentra
relacionado con un efecto o con más procesos ecológicos como respuesta a uno o más factores
ambientales (Martín-López et al. 2007). Sin embargo, existen criterios que determinan la
elección de atributos o caracteres dentro de un análisis de diversidad funcional, en donde los
mejores rasgos o atributos serán aquellos que proporcionan mayor información ecológica
importante, que a su vez, son de fácil medición y obtención (costos y accesos a ellos) para un
número representativo de individuos dentro de una población (Cornelissen et al. 2003).
A nivel de ecosistemas, existe información que evidencia que no todas las especies juegan
el mismo papel en el funcionamiento de este, esto no solo se debe a sus atributos funcionales,
sino también a la abundancia relativa con que estos atributos están presentes a nivel de la
comunidad (Martín-López et al. 2007). Diferentes estudios sugieren que el grado en que una
especie vegetal afecta a las funciones del ecosistema es probable que sea predecible a partir de
su contribución a la biomasa total de la planta (hipótesis de razón de masa) (Grime 1998). Es
por ello que al hablar de diversidad funcional se hace referencia a un grupo específico de plantas
dominantes que están asumiendo en su mayor parte el funcionamiento del ecosistema
(Cornelissen et al. 2003; Martín-López et al. 2007; Pérez-Harguindeguy et al. 2013).
Así mismo, los tipos de atributos funcionales que presentan las especies dominantes en un
área, no solo reflejan cuáles son los factores ambientales selectivos más importantes, sino que
también influyen sobre la tasa y la magnitud de los principales procesos de los ecosistemas
(Lavorel y Garnier 2002). Sin embargo, no se debe desvincular el papel potencial de las especies
minoritarias dentro de los ecosistemas, ya que estas pueden afectar el funcionamiento del
8
ecosistema a más largo plazo, ya que sus valores de abundancia pueden aumentar en presencia
de cambios importantes de las condiciones ambientales existentes sobre el ecosistema, actuando
como una fuente de futuros colonizadores que pueden cambiar la dinámica del ecosistema (Dıaz
et al. 2005).
Los estudios de diversidad funcional son importantes dentro de análisis del funcionamiento
de los ecosistemas o dentro de aspectos ecológicos importantes en los mismos (Díaz y Cabido
2001; Díaz et al. 2007). Algunos autores han realizado esfuerzos por entender las propiedades
funcionales de las comunidades de plantas a través de índices de diversidad funcional que se
diferencian de los tradicionales índices de diversidad taxonómica (Mason et al. 2005; Villéger
et al. 2008; Poos et al. 2009; Laliberté y Legendre 2010). De hecho, algunos estudios sugieren
que las medidas de la función del ecosistema tienden a correlacionarse más fuertemente con
índices de diversidad funcional que con índices de diversidad de especies (Loreau et al. 2001,
Finegan et al. 2015).
Algunos de los índices más usados en los primeros estudios de diversidad funcional fueron
los de diversidad de atributos funcionales (FAD1 y FAD2) (Casanoves et al. 2011a). En los
últimos años, se han ido sumando nuevos índices que tratan de aportar al entendimiento de las
propiedades funcionales de las comunidades, quizás unos de los índices más utilizados en
recientes investigaciones (e.g. Finegan et al. 2015) por su capacidad de sintetizar muy bien
algunos de los componentes importantes de la diversidad funcional son; el índice de riqueza
funcional (FRic), equidad funcional (FEve), divergencia funcional (FDiv), dispersión funcional
(FDis) (Mason et al. 2005; Villéger et al. 2008; Poos et al. 2009; Laliberté y Legendre 2010).
En el caso del índice de riqueza funcional (FRic), representa el volumen ocupado por la
comunidad en el espacio de los rasgos, mientras que el de equidad funcional (FEve) mide la
regularidad con que las especies se distribuyen en el espacio de los rasgos, considerando su
abundancia u otra medida de su importancia relativa en la comunidad. Para el caso del índice de
divergencia funcional (FDiv), representa la dispersión de los valores de los rasgos en el espacio
multivariado (Villéger et al. 2008) y el índice de la dispersión funcional (FDis) propuesto por
Laliberté y Legendre (2010) mide la distancia promedio de cada especie al centroide de la
comunidad en el espacio de los rasgos teniendo en cuenta la abundancia u otra medida de su
importancia relativa en la comunidad para el cálculo del centroide (centroide ponderado),
explicando cuánto se distancia el valor de cada especie del valor de la comunidad en función de
sus rasgos. Sin embargo, existen algunas condiciones que deben ser consideradas al utilizar
cualquiera de estos índices por parte de los investigadores, iniciando desde la selección de rasgos
de interés, hasta una simple decisión, como por ejemplo, la elección de una medida de distancia,
algoritmo de agrupamiento, transformaciones de datos, la escala, ya que dichas decisiones
pueden tener impacto en las conclusiones científicas para cada estudio (Poos et al. 2009). Pese
a ello, estas herramientas pueden dar aproximaciones reales a los procesos que ocurren en un
ecosistema (Díaz et al. 2007).
9
Por lo tanto, la diversidad funcional ofrece una novedosa forma de aproximarse a las
relaciones causales existentes entre los impulsores de cambio ambiental global, la biodiversidad,
el funcionamiento ecológico y los servicios ecosistémicos. Es por ello que los estudios de
diversidad funcional ofrecen información valiosa que permite entender, no solo aspectos
ecológicos importantes del ecosistema, sino que a su vez, brindan información valiosa sobre
aspectos que generan bienestar humano (Martín-López et al. 2007).
1.4 Rasgos funcionales: Características generales y su relación con factores ambientales
Se entiende por rasgo funcional todo rasgo morfológico, fisiológico o fenológico que puede
ser medido en un organismo, el cual se encuentra relacionado con uno o más procesos ecológicos
o está relacionado con uno o más respuestas a factores ambientales (Díaz y Cabido 2001; Mcgill
et al. 2006; Martín-López et al. 2007; Pérez-Harguindeguy et al. 2013). Sobre esta línea se han
realizado diferentes esfuerzos por establecer protocolos de medición de rasgos funcionales de
las plantas como una estrategia de comprensión de las múltiples interacciones a diferentes
escalas (local, regional, global) entre las plantas y su entorno, así como las implicaciones de
cambios en el ambiente producto de procesos naturales y humanos (Cornelissen et al. 2003;
Pérez-Harguindeguy et al. 2013).
Muchos de los mecanismos de respuestas de los caracteres funcionales de los diferentes
grupos de especies de plantas pueden ser reflejados de manera similar, esta característica de
respuesta permite clasificar dentro del contexto de diversidad funcional como tipos funcionales
plantas (TFs) (Díaz y Cabido 1997), que se define como aquellos grupos de organismos que
comparten respuestas ante factores ambientales o efectos similares sobre el funcionamiento de
los ecosistemas, este tipo de agrupación permite sintetizar muchas de las propiedades de las
especies, lo cual permite detectar cambios dentro de un mismo ecosistema o permite establecer
comparaciones entre ecosistemas (Díaz y Cabido 1997; Casanoves et al. 2011a).
Ciertos autores asocian las diferentes adaptaciones fisiológicas y morfológicas de las plantas
que responden a las condiciones ambientales de su entorno con estrategias ecológicas de
supervivencia. Es posible diferenciar a las especies acorde con estas estrategias de supervivencia
en dos grupos funcionales: especies conservativas y especies adquisitivas (Díaz et al. 2004;
Sterck et al. 2011). Las especies adquisitivas están orientadas a la explotación de recursos,
muestran altas tasas de crecimiento y son buenas competidoras en hábitats donde existen altos
recursos, como el caso de la radiación solar. Entre sus características generales están: alta área
específica foliar (AFE), bajo contenido foliar de materia seca (CFMS), altos contenidos de
nitrógeno (N) y fósforo (P) foliar y baja gravedad específica de madera (Freschet et al. 2010;
Domínguez et al. 2012; De La Riva et al. 2014). Por otra parte, las especies conservativas
tienden a la conservación de recursos y poseen alta tolerancia al estrés, alta supervivencia y
tienen éxito en los hábitats donde los recursos son bajos (Sterck et al. 2011). Para este grupo, se
puede distinguir rasgos de baja área específica foliar (AFE), alta gravedad específica de madera
(GEM), hojas con larga vida útil y con bajo contenido de nutrientes (N) (Wright et al. 2004a;
10
Domínguez et al. 2012; De La Riva et al. 2014). En la siguiente tabla, se muestra algunos
ejemplos de comportamientos de rasgos funcionales (Tabla 1).
Tabla 1. Ejemplos de asociación entre caracteres funcionales de área específica foliar (AFE),
contenido de materia seca (CFMS) y gravedad específica de madera (GEM) de plantas adaptado
de Pérez-Harguindeguy et al. (2013).
Alto Valor del
Rasgo
funcional
Bajo
Especies con altas tasas de crecimiento, alto
contenido de nutrientes (N, P), bajo
contenido de materia seca
AFE Especies de crecimiento lento, hojas con
larga vida útil, con alta gravedad específica
de madera, bajo contenido de nutrientes (N)
Especies de crecimiento lento, hojas se
descomponen lentamente, hojas
relativamente duras, mayor resistencia
(herbivoría, viento, granizo)
CFMS Hojas se descomponen rápidamente, hojas
relativamente blandas, menor resistencia
(herbivoría, viento, granizo), asociados con
ambientes productivos y altamente
perturbado
Presencia de vasos de conducción pequeños,
mayor sobrevivencia de las especies, mayor
resistencia a patógenos, herbivoría y daños
ambientales, acumulación de C en la biomasa
vegetal
GEM Presencia de vasos de conducción grandes,
especies de rápido crecimiento, mayor
exposición a patógenos o daños físicos
Actualmente, existen nuevos aportes que explican los procesos de sucesión dentro de los
bosques húmedos y bosques secos tropicales en función a sus características ecológicas de
supervivencia. En una sucesión secundaria en los bosques húmedos, la disponibilidad de luz es
el principal recurso que permite inicialmente el establecimiento de especies adquisitivas durante
los inicios de la formación del bosque, que cambia al dominio de especies conservativas durante
fases de mayor madurez de este con menor disponibilidad de la luz (Montgomery y Chazdon
2002; Lohbeck et al. 2013).
Por un lado, los bosques tropicales secos son caracterizados por sus bajas estaturas (Lebrija‐
Trejos et al. 2008), cuya disponibilidad de luz no es el principal factor determinante para las
especies (Lohbeck et al. 2013). Además, las condiciones del sitio cambian de seco y caliente a
húmedo conforme avanza la sucesión (Pineda‐García et al. 2013), por lo que las especies
presentan durante las primeras fases de formación del bosque características conservativas
debido a la exposición a estrés por altas temperaturas y bajas precipitaciones, que cambiarán a
medida cambie el ambiente al dominio de especies adquisitivas en fases de mayor desarrollo del
bosque (Lohbeck et al. 2013).
Por otro lado, los rasgos funcionales pueden ser de gran utilidad para evaluar respuestas de
las plantas ante cambios significativos o perturbaciones en su entorno. Algunos autores
11
sostienen que los rasgos funcionales de plantas se pueden utilizar como predictores de respuesta
de la vegetación, como por ejemplo, adaptación a incendios (Jackson et al. 1999; Pausas et al.
2004; Brando et al. 2012), respuesta de los servicios ecosistémicos asociados al calentamiento
climático (Soudzilovskaia et al. 2013) o adaptación de las especies a cambios en el suelo por la
agricultura o pastoreo (Lavorel et al. 1999) (Tabla 2). Esto permite que los estudios de las
comunidades de plantas a través de rasgos funcionales aporten información de gran importancia
para el entendimiento de los mecanismos de adaptación local y, para realizar acciones de manejo
y conservación.
Tabla 2. Ejemplo de asociación entre caracteres funcionales de plantas y respuesta de las plantas
a diferentes agentes potenciales de perturbación. (Martín-López et al. 2007; Poorter y
Markesteijn 2008; Poorter et al. 2010; Brando et al. 2012; Poorter et al. 2014).
Respuestas
Agente de
perturbación
potencial
Rasgo funcional Implicaciones
Respuestas ante
posibles cambios
en el uso de suelo
Pastoreo
Roturación
Historia de vida
Tamaño de la planta
Arquitectura
Tamaño de semilla. Forma
de semilla
El pastoreo y roturación
favorecen a las especies anuales,
de pequeño tamaño, arquitectura
en roseta o estolonífera y semillas
pequeñas
Resistencia a
incendios Incendio
Grosor de la corteza
Estructuras con capacidad
de rebrote y resistentes a
fuego. Madera densa
Cortezas gruesas y maderas
densas protegen el sistema
vascular de los incendios. La
capacidad de rebrote permite
regenerar estructuras de la planta
bajo escenarios de incendios.
Bancos de semillas persistentes
12
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17
ARTÍCULO
1.1 Propiedades funcionales de los bosques restaurados en potreros abandonados de la
península de Nicoya, Costa Rica
1.2 Resumen
Se estudió las propiedades funcionales de tres tipos florísticos de bosques secundarios
restaurados en potreros abandonados en la península de Nicoya, Costa Rica, a partir del análisis
de 17 rasgos funcionales de 63 especies de árboles y palmas dominantes. Se estableció la
hipótesis sobre el cambio de estrategias ecológicas bajo el gradiente conservador-adquisitivo
con respecto a la edad de abandono, la cual no fue apoyada, por el contrario, se identificó una
superposición entre las características ecológicas, lo que sugiere una transición entre bosque
seco y bosque tropical húmedo. La hipótesis de aumento de la diversidad funcional durante la
sucesión únicamente fue apoyada para el índice de riqueza funcional, probablemente porque
este índice es dependiente de la riqueza de especies. La prueba de nuestra hipótesis de tolerancia
a incendios demuestra que el grosor de corteza es un predictor débil y que la gravedad específica
de la madera y la capacidad de rebrote son mejores predictores de la resistencia potencial a
incendios para el área de estudio. Además, los resultados indican que 10 años de exposición a
incendios generan cambios en las estrategias de tolerancia a incendios en los bosques
secundarios. Los resultados de la partición de varianza (R2=0.40) indican que las variables del
suelo y las variables espaciales son las mejores predictoras de la composición de los rasgos
funcionales de los bosques secundarios, mientras que las variables climáticas fueron débiles
como predictores de la composición de los rasgos funcionales. Los resultados sugieren
combinaciones de las estrategias ecológicas adquisitivas y conservativas para los tres tipos de
bosques restaurados y que la sucesión está influenciada por factores típicos de los paisajes
agropecuarios intervenidos.
Palabras claves: Diversidad funcional, gravedad específica de madera, grosor de corteza,
rebrote, media ponderada de la comunidad, incendios.
1.3 Introducción
Los bosques secundarios desarrollan cambios importantes tanto en composición florística y
en estructura a lo largo de la sucesión ecológica (Janzen 1988; Finegan 1996; Guariguata y
Ostertag 2001). En los bosques húmedos del neotrópico, esta sucesión se caracteriza durante las
primeras fases por la dominancia de especies pioneras arbóreas de vida corta y de rápido
crecimiento que posteriormente son reemplazados por especies de larga vida (Finegan 1996).
En los bosques secos tropicales, las primeras fases sucesionales no suelen estar dominadas por
especies de vida corta, sino por especies de lento crecimiento con alta tasa de supervivencia
(Lohbeck et al. 2015). Mientras que en los bosques que provienen de áreas agropecuarias
abandonadas, las etapas tempranas de la sucesión pueden ser colonizadas por especies de lento
crecimiento que pueden dominar el bosque por muchos años (Janzen 1988; Finegan y Nasi
2004).
18
En el contexto de la recuperación de la cobertura boscosa a través de sucesión secundaria,
existen muchos factores que pueden impulsar o favorecer su desarrollo, entre los principales se
pueden mencionar las condiciones del suelo resultantes del uso anterior al abandono, la
proximidad de fuentes de semillas (Smith et al. 1997; Chazdon 2003; Chazdon et al. 2007;
Chazdon 2008) y la edad de abandono (Guariguata y Ostertag 2001). También, dependerá de
las diferencias específicas de las especies como la capacidad de dispersión, longevidad, tasa de
crecimiento, grado de tolerancia a la sombra (Finegan 1996), competencias por recurso hídrico
(Lohbeck et al. 2015) o características como el grado de adaptación de las especies ante
fenómenos de perturbación antrópica (Poorter et al. 2014). A pesar de estos esfuerzos por
explicar la sucesión en los bosques tropicales, aún existen muchas interrogantes sobre cómo se
llevan a cabo los procesos de la sucesión a nivel funcional (Buzzard et al. 2015; Boukili y
Chazdon 2016), por lo que estudios en torno a este tema siguen siendo válidos y de mucha
relevancia, tanto para tomadores de decisiones como para muchos investigadores (Díaz et al.
2007).
Recientemente, estudios bajo el enfoque funcional han permitido hacer algunas
predicciones en bosques secundarios a lo largo de la sucesión, principalmente basados sobre
gradientes de disponibilidad de agua y luz. En el caso de los bosques húmedos tropicales, pueden
ser caracterizados bajo el gradiente de disminución de la disponibilidad de luz con el tiempo,
asociados al continuo adquisitivo-conservativo (Lohbeck et al. 2015), mientras que los bosques
secos tropicales pueden ser caracterizados bajo el gradiente de disponibilidad del recurso hídrico
con el tiempo, ligados al continuo conservativo-adquisitivo (Buzzard et al. 2015; Lohbeck et al.
2015). A su vez, algunos autores sostienen que los rasgos funcionales de las plantas pueden ser
utilizados como predictores de respuesta de la vegetación ante procesos de perturbación, por
ejemplo, el desarrollo de estructuras a nivel de tallo como grosor de corteza que les permite
adaptarse ante escenarios de incendios (Jackson et al. 1999; Pausas et al. 2004; Brando et al.
2012).
En el caso de la península de Nicoya, ubicada en la vertiente del Pacífico de Centroamérica
al noroeste de Costa Rica, su vegetación sufrió cambios importantes en la década de los sesentas
producto de la desforestación por la expansión agrícola y ganadera, cambiando de bosque
húmedo tropical por fincas ganaderas en la mayor parte de su extensión (Arroyo-Mora et al.
2005). Debido a cambios de políticas públicas y a la caída del comercio de la carne, dichas áreas
fueron dejadas en abandono y su cobertura vegetal se recuperó por procesos de regeneración
natural que aún continúan hasta la fecha (Salazar et al. 2005; Granda Moser et al. 2015).
Estudios recientes han explicado aspectos importantes sobre la recuperación florística en
áreas agropecuarias abandonadas de la península de Nicoya. Principalmente, se identifica
aumento de la riqueza de especies con la edad de abandono, cuyas especies actuales difieren a
las especies del bosque húmedo original, evidenciando la influencia de especies típicas de
paisajes agropecuarios y típicas de bosque seco como principal impulsor del establecimiento de
los nuevos bosques sobre áreas abandonadas (Granda Moser et al. 2015). A pesar de la
19
recuperación evidente en la zona, estos bosques siguen experimentando diferentes presiones
provocadas por el hombre, por ejemplo, incendios ocasionados por el mal manejo de pastizales,
extracción de madera ilegal e introducción de ganado a los bosques.
Es por ello que el presente estudio es un esfuerzo que profundiza el conocimiento dentro
del contexto de restauración en la península de Nicoya aplicando el enfoque de diversidad
funcional. Debido a las características taxonómicas descritas anteriormente para el área de
estudio, la presente investigación propone la hipótesis a nivel comunitario sobre el cambio de
estrategias ecológicas en el continuo conservador-adquisitivo de los bosques secundarios con la
edad de abandono. Así mismo, como consecuencia del incremento de la riqueza de especies a
medida aumenta la edad de abandono en la península de Nicoya (Granda Moser et al. 2015), se
establece la hipótesis de incremento de los valores de diversidad funcional a mayor edad de
abandono. También se plantea hipótesis de relación entre los rasgos funcionales y los factores
ambientales, espaciales y uso anterior de suelo. Por último, debido a una interacción recurrente
entre los bosques y los incendios por el mal manejo del fuego dentro de las diferentes prácticas
agrícolas y ganaderas (Granda Moser et al. 2015), se establece la hipótesis de incremento de
grosor de corteza a nivel de la comunidad a mayor exposición a incendios como una estrategia
de adaptación potencial a incendios.
Con los resultados obtenidos en este estudio, se espera contribuir al conocimiento sobre los
bosques establecidos en potreros abandonados y su entorno actual en zonas estacionalmente
secas de los trópicos. Además, dicho aporte puede ser de gran utilidad para entender posibles
respuestas de los bosques ante actividades antropogénicas actuales en la zona, así como evaluar
mecanismos de respuesta de los bosques bajo ciertos escenarios de cambio climático. De esta
manera, se está brindando una contribución importante para futuras investigaciones, así como
para tomadores de decisiones sobre el manejo y conservación de los recursos.
1.4 Metodología
1.4.1 Área de estudio y características de los bosques secundarios
El estudio se llevó a cabo en la península de Nicoya, provincia de Guanacaste, ubicada al
noroeste de Costa Rica con una extensión de 262.300 ha (Figura 2). El área de estudio abarca
tres zonas de vida: bosque húmedo a muy húmedo premontano (bh-P), bosque húmedo tropical
transición a seco (bh-T) y el más dominante, bosque húmedo tropical (bh-T) (Holdridge 1987).
Según datos de Worldclim (Hijmans et al. 2005), la temperatura media anual para la península
de Nicoya oscila entre los 22.6 a 26.6°C con una media de 25.38°C y su precipitación media
anual oscila entre 1,710 mm hasta 2,458 mm. La zona presenta una humedad media relativa de
74% con períodos de estacionalidad bien definidos, que van desde la estación seca a finales de
diciembre a abril y la estación lluviosa desde mayo a principios de diciembre (IMN 2015). La
península se encuentra entre 0 hasta los 1,018 msnm, sin embargo, la mayor parte del territorio
oscila entre los 100 y 200 msnm (Granda Moser et al. 2015). Los suelos son del orden alfisol,
que se caracteriza por tener fertilidad de moderada a baja, pH neutro, baja acidez, bajo contenido
20
de aluminio, bajo contenido de fósforo total y nitrógeno, moderado contenido de potasio, alto
contenido de materia orgánica y magnesio (Sánchez 1981; Bertsch et al. 2000; Granda Moser
et al. 2015).
La vegetación secundaria actual de la península de Nicoya está constituida principalmente
por especies arbóreas adaptadas a paisajes agropecuarios y especies típicas de bosque seco, por
ejemplo, Lysiloma divaricatum, Astronium graveolens, Rehdera trinervis, entre otros. Además,
Granda Moser et al. (2015) identifican tres tipos de bosque secundario por su composición
taxonómica dominante a lo largo del paisaje, denominados como bosque de Schizolobium-
Miconia, bosque de Semialarium-Lonchocarpus y bosque de Guazuma.
1.4.2 Parcelas de estudio
Los datos de parcelas del presente estudio provienen de la reciente investigación realizada
por Granda Moser et al. (2015) en la península de Nicoya. Se utilizó los datos de 52 parcelas
temporales de 0.12 ha, cada una de ellas fue establecida evitando condiciones como áreas
anegadas, áreas cercanas a los bosques ribereños y áreas con pendiente mayores al 100% (45°).
Las parcelas están distanciadas al menos 300 m entre cada una de ellas y tienen una distancia
mayor a 50 m de los cursos de agua. Los bosques donde se establecieron las parcelas provienen
del uso anterior agropecuario, cuyas edades de abandono oscilan entre los 6 a 35 años
aproximadamente, con exposición a incendios que va desde cero incendios, hasta más de 25
años de incendios. En cada parcela, se midió las propiedades fisicoquímicas del suelo, los datos
relacionados con la historia del bosque y la intensidad del uso anterior al abandono.
Según observaciones en campo, las parcelas de estudio aún presentan intervención por
ganado, principalmente en los bosques que colindan con parcelas donde aún se desarrolla
actividad ganadera. Esta acción es puesta en práctica por los propietarios debido a los problemas
de escasez de agua y alimento para su ganado durante la estación seca en la zona. Se evidenció
la aplicación de fuego como parte de manejo de pasturas en fincas colindantes a los bosques, así
como incendios en los bosques, extracción de madera y nuevas aperturas de bosques para la
siembra de pasturas y plantaciones de teca y melina.
Del estudio de Granda Moser et al. (2015), se utilizó la información colectada de las
especies por parcela. Se calculó el área basal de las especies por parcela, las cuales fueron
ordenadas de mayor a menor área basal y se estimó el área basal acumulada y su porcentaje con
respecto al total. Cuando el área basal acumulada en la parcela llegó al 80%, se tomó las especies
que conformaban este porcentaje de área basal. Al realizar este procedimiento en las 52 parcelas,
se obtuvo una lista única de 63 especies que fueron consideradas como las especies dominantes
de toda el área muestreada (Grime 1998; Garnier et al. 2004). Dentro de las especies
seleccionadas como dominantes, se consideró una especie de palma (Attalea butyracea), a
diferencia de algunas investigaciones que excluyen a este grupo de especies de los análisis
debido a que son un tipo funcional distinto a priori (e.g. Finegan et al. 2015). Para este estudio,
la palma fue considerada debido a que es una especie que forma parte de la estructura de los
21
bosques restaurados para el área investigada. Se consideró el área basal como criterio de
selección de las especies, ya que es buen indicador de rendimiento de la planta e indica las
adaptaciones a las condiciones locales de las plantas, así como es una muestra de la biomasa de
las especies (Lohbeck et al. 2013).
Figura 2. Ubicación geográfica de las parcelas de muestreo en la península de Nicoya, Costa
Rica: Bosque de Schizolobium-Miconia (asterisco), bosques de Semialarium-Lonchocarpus
(cruz), bosque de Guazuma (triangulo). Fuente: Capas de cobertura de uso de suelo de Costa
Rica 2014.
Se seleccionó un total de 17 rasgos funcionales que están relacionados con el aporte de las
especies a los procesos ecológicos importantes en el ecosistema, así como los mecanismos de
respuesta de las especies a la variación ambiental, como el caso de suelo, clima e incendios (ver
Anexo 1). Dentro de los rasgos de hoja, se midió: área foliar (AF, mm2), área foliar específica
(AFE, mm2 mg-1), largo de pecíolo (LP, cm), contenido foliar de materia seca (CFMS, mg g-1),
contenido de pecíolo de materia seca (CPMS, mg g-1), concentración de nitrógeno foliar (CNF,
mg g-1), concentración de fósforo foliar (CPF, mg g-1), densidad de hoja (DH, g cm-3), grosor de
hoja (GH, mm). Dentro de los rasgos de tallo, se midió: gravedad específica de madera (GEM,
g cm-3) y grosor de corteza (GC, mm). Dentro de los rasgos de semilla, se utilizó: masa de
semilla (MS, g). También, se evaluó rasgos cualitativos de toda la planta como la composición
foliar (CF, compuesta=1, simple=0), deciduosidad (deciduo=1, siempre verde=0), capacidad de
22
rebrote (rebrota=1, no rebrota=0) y síndrome de dispersión de semillas (SD, biótico=1,
abiótico=0).
Por último, se estableció un criterio cualitativo de tolerancia a incendio para evaluar la
resistencia potencial del árbol: especies que toleran recurrentes incendios se determinó como
alta tolerancia (To=3), especies que toleran por lo menos un incendio como mediana tolerancia
(To=2) y especies que no toleran incendio como baja tolerancia (To=1). Toda la información de
los rasgos cualitativos fue proporcionada por personas claves con experiencia y conocimientos
de los bosques (propietarios de fincas, técnicos locales), junto con observaciones en campo,
además, toda esta información fue corroborada por revisión de literatura disponible para las
especies (Yanes et al. 2001; Flynn et al. 2016).
Para la medición de cada uno de los rasgos, se siguió debidamente los protocolos
estandarizados más utilizados en varios estudios (Cornelissen et al. 2003; Williamson y
Wiemann 2010; Pérez-Harguindeguy et al. 2013). En el caso de los rasgos de hoja y rasgos a
nivel de toda la planta fueron medidos en 5 individuos por especie, de igual forma para el caso
del rasgo de tallo de grosor de corteza, mientras que la gravedad específica de madera,
únicamente se realizó en tres individuos por especie. En el caso de masa de semilla, se utilizó
información de bases de datos disponibles para las especies (Flynn et al. 2016). La colecta de
muestras se realizó en 32 de las 52 parcelas del presente estudio distribuidas a lo largo del
paisaje, con la finalidad de obtener valores representativos de los rasgos funcionales de las
especies para la península de Nicoya.
1.4.3 Media ponderada de la comunidad (CWM) por rasgo funcional e índices de
diversidad funcional
Se determinó los valores de medias ponderadas de la comunidad (CWM, por sus siglas en
inglés) para cada uno de los rasgos funcionales cuantitativos seleccionados para cada una de las
parcelas de estudio. Los rasgos cualitativos de composición foliar, dispersión de semillas,
deciduocidad y capacidad de rebrote fueron expresados como porcentajes de la ocupación de
las especies por área basal por parcela. El valor de CWM fue determinado por la siguiente
fórmula:
𝑪𝑾𝑴 = ∑ 𝑾𝒊 𝑿𝒊
𝑺
𝒊=𝟏
Donde S es el número total de especies, Wi es la área basal relativa de la i-ésima especie y
Xi es el valor del rasgo en la i-ésima especie (Casanoves et al. 2011a). El valor de CWM fue
utilizado dentro de los diferentes análisis en el presente estudio, ya que representa un valor o el
comportamiento esperado de un rasgo dentro de la comunidad (Garnier et al. 2004; Lavorel et
al. 2008).
Así mismo, se estimó los índices de diversidad funcional utilizando los índices
multidimensionales multirasgos: FRic, FEve, FDiv y FDis. Estos cuatro índices son
23
considerados como índices complementarios que logran expresar en un espacio de rasgos,
diferentes componentes de la diversidad funcional (Villéger et al. 2008; Laliberté y Legendre
2010; Finegan et al. 2015). Debido a que se recomienda una selección adecuada de rasgos para
la estimación de dichos índices (Poos et al. 2009), así como evitar el efecto de correlación entre
rasgos (Villéger et al. 2008), se utilizó el rasgo de GEM por su importancia en el funcionamiento
de las especies (Chave et al. 2009), seguido de los rasgos de AEF y CPF relacionados con el
espectro de economía foliar (Wright et al. 2004b). Para la estimación de los índices y la
obtención de medias ponderadas de la comunidad, se utilizó el software libre de FDiversity
(Casanoves et al. 2011b).
Debido a que los valores de fósforo foliar se relacionan con la disponibilidad del fósforo en
el suelo (Pérez-Harguindeguy et al. 2013) y dado la deficiencia de fósforo en suelos alfisoles
típicos de la península de Nicoya (Bertsch et al. 2000), únicamente se seleccionó el rasgo de
CPF para la estimación de los índices de diversidad funcional y se descartó el rasgo de CNF, ya
que se espera que el fósforo pueda ser una limitante que incida dentro de la estructura
comunitaria de los bosques (Mercado et al. 2011) en comparación con el nitrógeno, nutriente
que puede ser fijado por las plantas fácilmente por disponibilidad en la atmósfera (Wright et al.
2004b). Asimismo, ambos nutrientes pueden presentar correlación entre ellos (Mercado et al.
2011; Pérez-Harguindeguy et al. 2013). Además, en el caso de la península de Nicoya, muchas
de las especies dominantes identificadas en el inventario corresponden al grupo de fabáceas
(Granda Moser et al. 2015), caracterizado por fijar nitrógeno al suelo. Aunque es importante
reconocer que existen condiciones ecológicas y ambientales que pueden ser limitantes o
influyentes en el caso de la fijación de nitrógeno al suelo por las plantas (Crews 1999).
1.5 Análisis estadístico
1.5.1 Comparación de medias ponderadas de la comunidad (CWM) e índices de
diversidad funcional por tipo de bosque
Se analizó los datos de las medias ponderadas de trece rasgos (CWM) y cuatro valores de
rasgos cualitativos por tipo de bosque. Para ello, se utilizó modelos lineales generales y mixtos
empleando como factor fijo el tipo de bosque y la covariable de edad de abandono. Además, se
corrigió la correlación espacial (corExp) y los problemas de varianza (varIdent) por tipo de
bosque para el cumplimiento de los supuestos de normalidad y homogeneidad de varianza y
para tomar en cuenta la posibilidad de autocorrelación espacial en los datos. Al haber un efecto
significativo del factor fijo en el análisis de varianza ANDEVA, se realizó una comparación
posterior de medias utilizando LSD de Fisher con un nivel de significancia de p<0.05 para la
identificación de diferencias entre cada uno de los tipos de bosques. Se llevó a cabo un análisis
de correlación para el conjunto de rasgos evaluados, con la finalidad de ver las interacciones
entre rasgos. Para ello, se empleó el análisis de correlación de Spearman, ya que no todos los
rasgos presentaron distribución normal.
24
1.5.2 Relación de medias ponderadas (CWM) e índices de diversidad funcional a la edad
de abandono
Se determinó la relación de las medias ponderadas (CWM) y los datos cualitativos de cada
uno de los rasgos medidos, así como los valores de los índices FRic, FEve, FDis y FDiv, con
los años de abandono (edad de abandono de 6 a 35 años). Para ello, se utilizó modelos lineales
generales y mixtos teniendo como factor fijo la edad de abandono y como efecto aleatorio el
tipo de bosque. Se modeló la correlación espacial (corExp) y la homogeneidad de varianza
(varIdent) por tipo de bosque para el cumplimiento de los supuestos de normalidad y
homogeneidad de varianza, así como para tomar en cuenta la posibilidad de autocorrelación
espacial en los datos. Para el caso del análisis de FRic, se removió una parcela que presentó una
alta riqueza funcional en edades iniciales, lo cual se consideró como una parcela atípica (outlier).
1.5.3 Resistencia potencial a incendios
Se analizó la relación de la CWM de tolerancia a incendio con la CWM de grosor de corteza
y gravedad específica de madera, así como el rasgo categórico de capacidad de rebrote para
determinar la resistencia potencial a incendios. Para ello, se utilizó modelos lineales generales
y mixtos teniendo como efecto aleatorio tipo de bosque, corrigiendo problemas de correlación
espacial (corExp) y de varianza (varIdent) para el cumplimiento de los supuestos de normalidad
y homogeneidad de varianza, así como evitar posible autocorrelación espacial en los datos. En
el caso del análisis del rasgo de tolerancia de incendios con grosor de corteza, se excluyó seis
parcelas que fueron consideradas como parcelas por tener valores extremos (outlier).
Para evaluar las diferencias entre los valores de CWM de grosor de corteza y de gravedad
específica de madera con respecto a la exposición a incendios (períodos), se realizó un análisis
de varianza (ANDEVA). Para ello, se usó modelos lineales generales y mixtos, utilizando como
factor fijo la exposición a incendios y como efecto aleatorio el tipo de bosque. Posteriormente,
se empleó LSD de Fisher con un nivel de significancia de p<0.05 para la identificación de
diferencias entre los CWM y los periodos de exposición de incendios. Además, se corrigió
problemas de correlación espacial (corExp) y homogeneidad de varianza (varIdent) por años de
exposición a incendios para el cumplimiento de los supuestos de normalidad y homogeneidad
de varianza. Los datos de exposición de incendios (de 0 hasta más de 25 años) son de tipo
categóricos y fueron agrupados en dos períodos: exposición de 0 a 10 años y exposición de 11
a más de 25 años. Todos los análisis de regresión, correlación y comparación de medias se
realizaron mediante el software InfoStat (Di Rienzo et al. 2011).
1.5.4 Relaciones entre factores ambientales y atributos funcionales de los bosques
Para la visualización de los aportes de los factores que influyen en los atributos funcionales
de los bosques restaurados, se utilizó 19 variables climáticas (11 variables de temperatura y 8
de precipitación) provenientes de Worldclim (http:// www.worldclim.org) para el periodo 1950-
2000 con una resolución espacial de un kilómetro cuadrado, 18 variables de suelo, 28 variables
de historia de uso anterior y la edad del bosque. Para estas tres últimas categorías de variables,
25
se utilizó la información proveniente de Granda Moser et al. (2015) para las 52 parcelas de
estudio. La información de las capas de las variables bioclimáticas de Worldclim fue extraída y
manejada con la ayuda del programa ArcGis 10.2 para cada una de las 52 parcelas del presente
estudio.
Para conocer las relaciones entre los valores de rasgos funcionales y los bosques
secundarios, se realizó un análisis descriptivo multivariado de componentes principales, esto
con la finalidad de observar la interdependencia de las variables y encontrar una representación
gráfica de la variabilidad de los datos. Además, se analizó la relación entre las CWM de CPF y
CNF con los datos de fósforo y nitrógeno en el suelo, con la finalidad de encontrar el vínculo
de los rasgos foliares con la disponibilidad de fósforo y nitrógeno en suelo, para ello se utilizó
modelos lineales generales y mixtos teniendo como efecto aleatorio el tipo de bosque,
corrigiendo correlación espacial (corExp) y homogeneidad de varianza (varIdent). Para el caso
del análisis de nitrógeno foliar y nitrógeno en suelo, se excluyó once parcelas en las cuales no
se logró obtener datos de nitrógeno en suelo para el presente estudio.
Por último, se realizó el análisis de partición de la varianza VARPAR para la visualización
de los efectos significativos de las variables de suelo, climáticas, historia y usos anterior de suelo
y variables espaciales sobre los atributos funcionales de los bosques. Este análisis permitió
descomponer la variación encontrada en la matriz de respuesta en función al conjunto de
matrices de variables explicativas, de tal forma que se logró calcular la cantidad de varianza
explicada por cada uno de los componentes o matrices predictoras, a su vez, se determinó el
porcentaje de cuánto permanece inexplicado.
Para la realización del análisis de VARPART, se procedió a realizar cuatro pasos previos:
como primer paso, las coordenadas geográficas fueron transformadas a una matriz de distancia
geográfica entre parcelas mediante el análisis de coordenadas principales de matrices vecinas
(PCNM), usando la transformación logarítmica y como medida de distancia euclídea. Este
proceso permitió incorporar los valores obtenidos de las matrices como variable explicativa en
los análisis posteriores (Dray et al. 2006). Como segundo paso, se estandarizó todas las variables
de suelo, historia y uso anterior del suelo, clima y variables espaciales, con el fin de evitar el
efecto de la escala de medición de cada uno de ellos, permitiendo visualizar el efecto real de
cada variable sobre el conjunto de rasgos funcionales. El tercer paso fue realizar un análisis de
Forward Selection para el conjunto de variables estandarizadas para evitar el efecto de
colinearidad de los datos y seleccionar únicamente las variables con una contribución
significativa (p<0.05) en la variabilidad de las medias ponderadas de los rasgos funcionales
medidos. Por último, como cuarto paso, se corrió un análisis de partición de varianza compuesta
por las variables seleccionadas en el Forward Selection en cuatro matrices respuestas: matriz de
suelo, matriz de variables espaciales, matriz climática y matriz de variables de historia y uso
anterior del suelo. Todos los análisis de PCNM, Forward Selection y VARPART se realizaron
mediante el software Qeco (Di Rienzo et al. 2010).
26
1.6 Resultados
1.6.1 Descripción de los atributos funcionales de los bosques
De los 17 rasgos funcionales analizados en el presente estudio, únicamente los valores de
CWM de AF, MS, LP y DH presentan coeficiente de variación superior a 40%, mientras que el
resto de los datos fueron inferiores a 24% (Tabla 3). Los valores altos de CWM de AF, DH y
LP pueden explicarse debido a la presencia de especies con hojas y pecíolos de gran tamaño,
por ejemplo, Attalea butyracea, Schizolobium parahyba, Cecropia peltata y Aralia excelsa,
mientras que otras como Lysiloma divaricatum, Psidium sartorianum y Semialarium
mexicanum presentan bajos valores para estos rasgos. Por otro lado, los valores altos del
coeficiente de variación de CWM MS se deben a especies que desarrollan semillas de gran
tamaño, por ejemplo, las semillas de Anacardium excelsum, Spondias mombin, Sideroxylon
capiri.
En el caso de los rasgos cualitativos, considerando el área basal como indicador de
ocupación de la vegetación por parcela, se puede observar que la media del rasgo de hojas
compuestas corresponde al 49.8%, mientras que el 50.1% atañe a hojas simples (CF). En el caso
del rasgo de dispersión de semilla (SD), se observa que la media de dispersión por medio
abiótico (aire) corresponde al 54.6%, mientras que el 45.3% presentan dispersión por medio
biótico (aves, murciélagos, mamíferos medianos y ganado). Con respecto al rasgo de
deciduosidad (De), se observa que la media del rasgo de deciduosidad representa el 93.8%,
mientras que 6.2% es siempre verde. Por último, se halla que la media del rasgo de capacidad
de rebrote (Re) representa el 72.7%, mientras que un 27.3% no presenta capacidad de rebrote.
En el caso de los índices de diversidad funcional (FD), se puede observar que la media de
la riqueza funcional es baja comparado con los rangos obtenidos entre 0 y 7.81 para las 52
parcelas de estudio, mientras que la media del índice de FEve es moderada y la media de FDiv
es relativamente alta para las 52 parcelas, considerando que sus valores oscilan entre 0 y 1 (Tabla
3). Por último, la media de FDis es moderada, esto si se compara con los rangos obtenidos entre
0 y 2.19 para las 52 parcelas.
Tabla 3. Estadística descriptiva de los rasgos funcionales evaluados para la península de Nicoya, Costa
Rica.
Rasgo n Media D.E. CV Mín. Máx.
CWM AF (mm2) 52 41477.01 40084.46 96.64 6033.98 172732.24
AEF (mm2 mg-1) 52 16.29 3.84 23.55 6.69 24.55
GH (mm) 52 0.19 0.03 14.96 0.12 0.28
LP (cm) 52 6.67 3.81 57.17 1.65 18.88
CFMS (mg g-1) 52 382.18 42.27 11.06 298.39 511.56
CPMS (mg g-1) 52 312.49 47.81 15.3 182.56 448.73
GC (mm) 52 0.99 0.23 23.37 0.41 1.51
GEM (g cm-3) 52 0.47 0.1 20.85 0.29 0.71
27
CPF (mg g-1) 52 1.64 0.2 11.9 1.3 2.1
CNF (mg g-1) 52 28.85 2.59 8.97 22.42 35.8
DH (g cm-3) 52 0.42 0.18 41.39 0.19 0.94
To (categórico) 52 2.24 0.42 18.94 1 3
MS (g) 52 337.51 303.56 89.94 4.98 1311.07
Rasgos
cualitativos
binarios
(%)
CF (compuesta) 52 49.83
CF (simple) 52 50.17
SD (biótico) 52 45.34
SD (abiótico) 52 54.66
Re (rebrota) 52 72.71
Re (no rebrota) 52 27.29
De (deciduo) 52 93.81
De (siempre verde) 52 6.19
Índices de
Diversidad
Funcional
(DF)
FRic 52 1.72 1.72 99.97 0.0 7.81
FEve 52 0.58 0.27 46.49 0.0 1.00
FDis 52 1.15 0.50 43.61 0.0 2.19
FDiv 52 0.72 0.22 30.43 0.0 0.98
AF=Área foliar, AEF= Área específica foliar, GH=Grosor de hoja, LP= Longitud de pecíolo, CFMS= Contenido de materia
seca foliar, CPMS= Contenido de materia seca de pecíolo, GC=Grosor de corteza, GEM= Gravedad específica de madera,
CPF=Contenido de Fósforo foliar, CNF=Contenido de Nitrógeno foliar, DH=Densidad de hoja, To=Tolerancia a incendios,
MS=Masa de semillas, CF=Composición foliar, SD=Síndrome de dispersión de semilla, Re=Capacidad de rebrote y
De=Deciduosidad, FRic= Riqueza funcional, FEve= Equidad funcional, FDis= Dispersión funcional, FDiv=Divergencia
funcional.
Con respecto a las correlaciones observadas, se puede identificar que la CWM del rasgo AF
presentó correlación positiva alta con CWM LP y negativa con Re (Tabla 4). En el caso de
CWM AEF, mostró correlación negativa con los rasgos de CWM CFMS, CWM CPMS y CWM
DH. Para el caso de CWM GH, solo hubo correlación negativa con CWM CPMS, mientras que
en la CWM LP solo se halló correlación negativa con CWM To. La CWM CFMS presentó
correlación positiva alta con CWM CPMS y CWM DH. De igual manera, el CWM CPMS tuvo
correlación positiva con CWM DH. Con respecto a la CWM CNF y CWM CPF, ambas
mostraron correlación positiva entre sí, una correlación positiva con CWM AEF y negativa con
CWM AF.
En el caso de los rasgos de tallo, CWM GEM presentó alta correlación positiva con las
CWM AEF, CWM CPF, CWM CNF, CWM To y con el rasgo de Re, mientras que tuvo
correlación negativa con la CWM AF, CWM LP, CWM GC y CWM DH. En el caso de CWM
GC, mostró correlación positiva con CWM AEF y CWM GH, mientras que presentó correlación
negativa con CWM CFMS, CWM CPMS, CWM DH y con el rasgo de CF.
Tabla 4. Correlaciones de Spearman de medias ponderadas CWM de rasgos funcionales
medidos para 63 especies en 52 parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica. De la diagonal
28
hacia abajo, se presenta los coeficientes de correlación y de la diagonal hacia arriba la
significancia (*p<0.05).
AF=Área foliar, AEF= Área específica foliar, GH=Grosor de hoja, LP= Longitud de pecíolo, CFMS= Contenido de materia
seca foliar, CPMS= Contenido de materia seca de pecíolo, GC=Grosor de corteza, GEM= Gravedad específica de madera,
CPF=Contenido de Fósforo foliar, CNF=Contenido de Nitrógeno foliar, DH=Densidad de hoja, To=Tolerancia a incendios,
MS=Masa de semillas, CF=Composición foliar, SD=Síndrome de dispersión de semilla, Re=Capacidad de rebrote y
De=Deciduosidad.
1.6.2 Comparación de medias ponderadas (CWM) e índices de diversidad funcional por
tipo de bosque
Al comparar los datos de CWM y los rasgos cualitativos, se observó una clara separación
del bosque de Schizolobium-Miconia con respecto a los bosques de Semialarium-Lonchocarpus
y Guazuma (Tabla 5). El bosque de Schizolobium-Miconia presentó los mayores valores de
CWM de AF, CFMS, DH, MS con respecto a los dos bosques restantes, a su vez, tuvo los
menores valores de CWM de AEF, GEM, CPF, CNF, To y el rasgo Re; en el caso de CWM
CPF, varía del bosque Semialarium-Lonchocarpus, pero no del bosque de Guazuma. Con
respecto al bosque de Semialarium-Lonchocarpus, contrasta del resto de los bosques por los
valores más bajos de CWM de GH y SD. Mientras que el bosque de Guazuma se diferencia con
los valores más altos de CWM GH y SD, aunque estos dos rasgos no difieren con el bosque de
Schizolobium-Miconia, y los valores más bajos del rasgo de CWM LP. Finalmente, los CWM y
rasgos cualitativos que no mostraron diferencias entre bosques fueron CPMS, GC, CF y De.
Tabla 5. Comparación de medias de los 17 rasgos funcionales con LSD de Fisher por tipo de
bosque para 52 parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica. Separación de medias con la
significancia estadística (p<0.05) identificado con letra. Valores de F y p significativos
correspondiente al análisis de varianza ANDEVA están resaltadas en negro.
Schizolobium-Miconia
(n=18)
Semialarium-Lonchocarpus
(n=17)
Guazuma
(n=16)
AF AEF GH LP CFMS CPMS GC DM CPF CNF DH To MS CF SD Re De
AF 5.E-04 0.88 7.E-08 0.01 0.76 0.31 6.E-09 9.E-04 0.01 5.E-04 5.E-07 3.E-05 0.05 0.95 3.E-06 0.06
AEF -0.49* 0.05 3.E-03 3.E-08 3.E-06 0.03 4.E-04 6.E-05 2.E-04 1.E-10 0.02 0.01 4.E-04 0.09 1.E-03 0.50
GH 0.02 0.27* 0.03 3.E-03 1.E-05 4.E-04 0.18 0.08 0.25 4.E-05 0.68 0.12 8.E-06 7.E-06 0.35 0.25
LP 0.75* -0.42* -0.31* 0.21 0.70 0.92 8.E-07 0.36 0.04 3.E-04 7.E-07 0.02 0.02 0.03 7.E-06 0.40
CFMS 0.38 -0.77* -0.41* 0.18 3.E-07 5.E-04 0.20 4.E-04 4.E-04 6.E-09 0.40 5.E-04 7.E-06 0.16 0.02 0.94
CPMS -0.04 -0.66* -0.61* 0.05 0.71* 2.E-06 0.25 0.07 0.10 4.E-07 0.15 0.66 7.E-07 9.E-04 0.29 0.28
GC 0.14 0.31* 0.49* 0.01 -0.49* -0.67* 3.E-03 0.89 0.05 0.01 0.29 0.43 1.E-04 3.E-04 0.03 0.97
DM -0.81* 0.50* -0.19 -0.69* -0.18 0.16 -0.42* 1.E-04 0.03 4.E-03 6.E-04 3.E-03 0.90 0.66 0.01 0.17
CPF -0.47* 0.56* -0.25 -0.13 -0.50* -0.26 0.02 0.46* 0.02 0.01 0.06 2.E-03 0.17 0.49 3.E-04 0.33
CNF -0.38* 0.52* 0.16 -0.29* -0.50* -0.23 0.28* 0.31* 0.32* 1.E-03 1.E-04 3.E-03 2.E-03 1.00 9.E-05 0.81
DH 0.49* -0.90* -0.57* 0.51* 0.82* 0.71* -0.39* -0.41* -0.39* -0.46* 0.04 1.E-03 3.E-06 0.01 3.E-03 0.93
To -0.63* 0.33* -0.06 -0.63* -0.12 0.20 -0.15 0.73* 0.27* 0.50* -0.28* 0.03 0.52 0.70 5.E-05 0.23
MS 0.59* -0.36* -0.22 0.34* 0.49* 0.06 0.11 -0.41 -0.44 -0.42* 0.45* -0.31* 0.02 0.11 0.03 0.78
CF 0.28* -0.47* -0.58* 0.32* 0.58* 0.63* -0.51* -0.02 -0.20 -0.42* 0.60* 0.09 0.32* 2.E-03 0.01 0.68
SD -0.01 0.24 0.58* -0.30* -0.20 -0.45* 0.48* -0.06 -0.10 5.E-04 -0.37* 0.06 0.23 -0.41* 0.02 0.75
Re -0.60* 0.44* 0.13 -0.58* -0.32* -0.15 0.30 0.38* 0.48* 0.52* -0.41* 0.53* -0.31* -0.34* 0.32* 0.29
De -0.27* 0.09 -0.16 -0.12 -0.01 0.15 5.E-03 0.20 0.14 0.04 -0.01 0.17 -0.04 0.06 -0.05 0.15
29
CWM Media Letra Media Letra Media Letra F p
AF 75305.03 ± 13515.27 A 25561.10 ± 4218.53 B 18890.19 ± 4697.50 B 10.01 0.0002
AEF 13.09± 1.48 B 18.57 ± 0.77 A 17.44 ± 0.54 A 6.26 0.0039
GH 0.19 ± 0.01 AB 0.17 ± 0.01 B 0.20 ± 0.01 A 3.53 0.0374
LP 8.71 ± 1.12 A 7.01 ± 0.76 A 3.76 ± 0.50 B 13.96 0.0001
CFMS 406.50 ± 14.60 A 364.44 ± 6.33 B 373.16 ± 8.81 B 3.46 0.0395
CPMS 302.39 ± 12.41 A 312.06 ± 9.66 A 324.44± 13.83 A 0.71 0.4975
GC 1.03 ± 0.05 A 0.96 ± 0.06 A 0.95 ± 0.06 A 0.56 0.5767
GEM 0.40 ± 0.02 B 0.50 ± 0.02 A 0.51 ± 0.02 A 8.92 0.0050
CPF 1.55 ± 0.04 B 1.75 ± 0.05 A 1.65 ± 0.05 AB 4.76 0.0131
CNF 27.16 ± 0.57 B 30.14 ± 0.59 A 29.36 ± 0.59 A 6.97 0.0022
DH 0.52 ± 0.04 A 0.39 ± 0.04 B 0.34 ± 0.04 B 5.20 0.0091
To 1.94 ± 0.11 B 2.34 ± 0.08 A 2.47 ± 0.07 A 7.92 0.0011
MS 527.40 ± 53.76 A 216.33 ± 57.69 B 244.95 ± 91.68 B 8.37 0.0008
Cualitativo
CF % 55.56 ± 6.62 A 46.60 ± 6.87 A 46.50 ± 6.90 A 0.59 0.5588
SD % 47.75 ± 7.58 AB 30.08 ± 5.75 B 56.83 ± 7.26 A 4.41 0.0176
Re % 53.31 ± 6.79 B 78.86 ± 4.47 A 87.17 ± 3.39 A 10.07 0.0002
De % 88.71 ± 5.27 A 95.63 ± 2.36 A 97.24 ± 1.29 A 1.33 0.2737
AF=Área foliar, AEF= Área específica foliar, GH=Grosor de hoja, LP= Longitud de pecíolo, CFMS= Contenido de materia
seca foliar, CPMS= Contenido de materia seca de pecíolo, GC=Grosor de corteza, GEM= Gravedad específica de madera,
CPF=Contenido de Fósforo foliar, CNF=Contenido de Nitrógeno foliar, DH=Densidad de hoja, To=Tolerancia a incendios,
MS=Masa de semillas, CF=Composición foliar (compuesta), SD=Síndrome de dispersión de semilla (biótico), Re=Capacidad
de rebrote (rebrota) y De=Deciduosidad (deciduo).
En cuanto a la diversidad funcional, no hubo diferencia entre bosques para el índice FDiv.
Sobre los demás índices, el bosque de Semialarium-Lonchocarpus fue el más diverso y
equitativo funcionalmente, también presenta mayores valores de dispersión funcional, aunque
no difirió con el bosque de Schizolobium-Miconia para el índice FEve (Tabla 6). Mientras que
los bosques de Schizolobium-Miconia y Guazuma no varían con respecto a FRic, FDis y FEve.
Tabla 6. Comparación de medias de índices de diversidad funcional con LSD de Fisher por tipo
de bosque para 52 parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica. Separación de medias con la
significancia estadística (*p<0.05) identificado con letra. Valores de F y p significativos
correspondiente al análisis de varianza ANDEVA están resaltadas en negro.
Schizolobium-Miconia
(n=18)
Semialarium-Lonchocarpus
(n=17)
Guazuma
(n=16)
Índices de DF Media Letra Media Letra Media Letra F p
FRic 1.06 ± 0.19 B 2.93 ± 0.35 A 1.19 ± 0.50 B 10.92 0.0001
FEve 0.57 ± 0.08 AB 0.69 ± 0.05 A 0.47 ± 0.05 B 4.64 0.0145
FDis 1.06 ± 0.12 B 1.50 ± 0.08 A 0.85 ± 0.10 B 13.00 0.0001
FDiv 0.73 ± 0.03 A 0.73 ± 0.06 A 0.69 ± 0.07 A 0.17 0.8458
30
1.6.3 Relación de medias ponderadas (CWM) e índices de diversidad funcional por edad
de abandono
Se observó únicamente dos relaciones de atributos funcionales de los bosques con la edad
de abandono. Tanto CWM GC como la capacidad de rebrote (Re) presentaron una relación
negativa con la edad de abandono (p=0.0025, R2=0.08 y p=0.0384, R2=0.43, respectivamente).
Es decir, existe una tendencia de menor ocupación de especies con capacidad de rebrote en las
edades de abandono más avanzadas, al igual que la media ponderada de grosor de corteza, la
cual disminuye a medida que avanza la edad de abandono.
En el caso de los índices de diversidad funcional, únicamente el índice de riqueza funcional
(FRic) mostró una relación positiva con respecto a la edad de abandono (p=0.0239, R2=0.37)
(Figura 3). Sin embargo, es notable que existe diferencia entre los valores de FRic en los tres
tipos de bosques, mostrando una tendencia de mayores valores de FRic por el bosque de
Semialarium-Lonchocarpus, mientras que la riqueza de los dos bosques restantes es menor.
Figura 3. Regresiones entre los valores de rasgos de grosor de corteza (CWM), capacidad de
rebrote (Re; datos transformados ArcoSeno) y FRic con la edad de abandono en 52 parcelas de
la península de Nicoya, Costa Rica. Círculos: bosque de Schizolobium-Miconia; cuadrados:
bosque de Semialarium-Lonchocarpus; triángulos: bosque de Guazuma.
1.6.4 Resistencia potencial a incendio
Regresiones entre los rasgos ligados a la resistencia de incendios muestran que el CWM GC
y CWM GEM (Figura 4) presentan una relación cuadrática significativa (p=0.0001, R2=0.27).
Al comparar CWM To con CWM GC, CWM GEM y Re, se observa que una relación positiva
significativa entre la tolerancia a incendios con gravedad específica de madera (p>0.0001,
R2=0.62) y la capacidad de rebrote (p<0.0001, R=0.43), mientras que la relación de grosor de
corteza con el rasgo de tolerancia a incendio es negativa (p=0.0001, R2=0.29).
0 9 18 27 36
Edad de abandono (años)
0.0
0.5
0.9
1.4
1.8
CW
M G
C (
mm
)
(p=0.0025, R²=0.08)
0 9 18 27 36
Edad de abanono (años)
0.0
0.5
0.9
1.4
1.8
Ca
pa
cid
ad
de
re
bro
te (
Arc
oS
en
)
(p=0.0384, R²=0.43)
0 7 15 22 29 36
Edad de abandono (años)
0.0
2.3
4.5
6.8
9.0
FR
ic
(p=0.0221, R²=0.37)
31
Figura 4. Análisis de regresión del rasgo (CWM) de tolerancia a incendio por los rasgos (CWM)
de grosor de corteza, gravedad específica de madera y capacidad de rebrote y análisis de
regresión entre el rasgo (CWM) de grosor de corteza con gravedad específica de madera en 52
parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica. Círculos: bosque de Schizolobium-Miconia;
cuadrados: bosque de Semialarium-Lonchocarpus; triángulos: bosque de Guazuma.
Figura 5. Comparación de medias para la identificación de diferencias entre las categorías de
periodo de incendios por los rasgos (CWM) de grosor de corteza y gravedad específica de
madera en 52 parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica.
0.3 0.4 0.5 0.5 0.6 0.7
CWM GEM
0.0
0.4
0.8
1.2
1.6
CW
M G
C
(p=0.0001, R²=0.27)
0 25 50 75 100
Capacidad de rebrote (%)
0.0
0.8
1.5
2.3
3.0
CW
M T
ole
ran
cia
(p<0.0001, R=0.43)
0.37 0.66 0.95 1.25 1.54
CWM GC
0.0
0.8
1.5
2.3
3.0
CW
M T
ole
ran
cia
(p=0.0001, R²==0.29)
0.1 0.2 0.3 0.5 0.6 0.7
CWM GEM
0.0
0.8
1.5
2.3
3.0
CW
M T
ole
ran
cia
(p<0.0001, R²=0.62)
0 a 10 años 11 ≥ 25 años
Exposición a incendios (años)
0.00
0.27
0.53
0.80
1.06
CW
M G
C (
mm
)
A
B
A
B
0 a 10 años 11 ≥ 25 años
Exposición a incendios (años)
0.00
0.13
0.27
0.40
0.53
CW
M G
EM
(g
/cm
³)
A
B
A
B
32
El análisis de ANDEVA evidencia diferencias significativas entre el rasgo de gravedad
específica de madera (F=7.33, p=0.0093) y el grosor de corteza (F=7.04, p=0.0107) entre las
dos categorías de exposición a incendios. La comparación de medias evidencia un mayor
desarrollo de grosor de corteza en las parcelas con exposición a incendios entre 0 a 10 años,
mientras que este valor disminuye significativamente a medida que aumentan los años de
exposición a incendios entre 11 y más de 25 años (Figura 5). Caso contrario ocurre al comparar
las medias de los valores del rasgo de gravedad específica de madera, cuyos valores bajos se
observan en las parcelas con exposición a incendios entre 0 a 10 años, presentando un aumento
significativo conforme incrementa la exposición de incendios entre 11 y más de 25 años.
Al comparar los resultados obtenidos entre los rasgos de grosor de corteza y gravedad
específica de madera con respecto a la tolerancia de incendios, se determina relación positiva
de gravedad específica de madera en comparación con grosor de corteza, por lo que se puede
considerar el rasgo de gravedad específica de madera como un buen indicador de resistencia
potencial de incendios para el presente estudio. Además, existe una relación positiva de la
capacidad de rebrote con el rasgo de tolerancia a incendio, por lo que puede interpretarse como
un buen indicador de adaptación y resistencia potencial a incendio.
1.6.5 Interacciones entre factores ambientales y valores de rasgos funcionales
El análisis de componentes principales explicó un 63.7% de la variación de los datos con
los componentes CP1 y CP2. El CP1 (41.9%) permite visualizar un espectro de los bosques con
diferentes combinaciones de estrategias ecológicas según sus atributos funcionales. Los valores
positivos del PC1 indican bosques con dominancia de especies de hojas densas grandes,
compuestas de largos pecíolos y alto CFMS, altos valores de CNF y bajos valores de AEF,
relacionados con mayor producción de semillas grandes. En el caso del espectro del CP 2
(21.8%), se visualiza bosques dominados por especies con alta GEM y CPMS y hojas y corteza
delgadas con dispersión de semillas por medio abiótico (ACP, Tabla 7, Figura 6).
33
Figura 6. Análisis de componentes principales (PCA) de 13 CWM de rasgos funcionales y 4
rasgos cualitativos en 52 parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica. AF=Área foliar, AEF=
Área específica foliar, GH=Grosor de hoja, LP= Longitud de pecíolo, CFMS= Contenido de
materia seca foliar, CPMS= Contenido de materia seca de pecíolo, GC=Grosor de corteza,
GEM= Gravedad específica de madera, CPF=Contenido de fósforo foliar, CNF=Contenido de
nitrógeno foliar, DH=Densidad de hoja, To=Tolerancia a incendios, MS=Masa de semillas,
CF=Composición foliar (hoja compuesta), SD=Síndrome de dispersión de semilla (biótico),
Re=Capacidad de rebrote y De=Deciduosidad.
Tabla 7. Autovectores del PCA de los rasgos funcionales de 13 CWM de rasgos funcionales y
4 rasgos cualitativos.
Variables CP1 (41.9%) CP2 (21.8%)
CWM AF 0.34 -0.16
CWM AEF -0.34 0.00
CWM GH -0.14 -0.37
CWM LP 0.26 -0.14
CWM CFMS 0.32 0.16
CWM CPMS 0.18 0.41
CWM GC -0.13 -0.39
CWM GEM -0.19 0.40
CWM CPF -0.23 0.13
CWM CNF -0.26 0.08
Bosque de Schizolobium-Miconia
Bosque de Semialarium-Lonchocarpus
Bosque de Guazuma
-10.0 -5.0 0.0 5.0 10.0
CP 1 (41.9%)
-10.0
-5.0
0.0
5.0
10.0
CP
2 (
21
.8%
)
CWM AF
CWM AEF
CWM GH
CWM LP
CWM CFMS
CWM CPMS
CWM GC
CWM GEM
CWM CPF
CWM CNFCWM DH
CWM To
CWM MS
CF
SD
Re
De
CWM AF
CWM AEF
CWM GH
CWM LP
CWM CFMS
CWM CPMS
CWM GC
CWM GEM
CWM CPF
CWM CNFCWM DH
CWM To
CWM MS
CF
SD
Re
De
Bosque de Schizolobium-Miconia
Bosque de Semialarium-Lonchocarpus
Bosque de Guazuma
34
CWM DH 0.35 0.09
CWM To -0.26 0.29
CWM MS 0.19 -0.16
CF 0.25 0.24
SD -0.14 -0.23
Re -0.27 0.12
De 0.02 0.22
El análisis de regresión entre los valores de P y N foliar identificó relaciones para ambos
rasgos (Figura 7). En el caso del rasgo de CWM CPF, presentó relación positiva con P en suelo
(p=0.0474, R2=0.14), de igual manera, se encontró una relación positiva entre el rasgo de CWM
CNF con los valores de N en suelo (p=0.0114 R2=0.10).
Figura 7. Regresiones lineales entre CWM CPF y CWM CNF con los valores de fósforo y
nitrógeno en suelo para las 52 parcelas de la península de Nicoya.
El análisis de Forward Selection, utilizado para identificar las variables para el análisis de
partición de la variación (VARPART), seleccionó 18 variables significativas: cuatro variables
para la matriz de suelo (acidez, profundidad del suelo, N y C), cuatro variables de historia y uso
anterior (posición del bosque sobre la pendiente, cabezas de ganado al iniciar, años de incendios
y principal actividad productiva en el pasado), una variable climática de precipitación para la
matriz de clima (precipitación del cuatrimestre más frío) y, por último, nueve variables de
PCNM (PCNM: 3, 9, 12, 18, 22, 23, 24, 37, 48) para la matriz de variables espaciales.
El análisis de partición de la varianza VARPART explicó el 40% de la variación total de
composición funcional (R2 ajustado), mientras que un 60% (R2 ajustado residual) de la variación
total es inexplicada (Tabla 8). Todas las matrices predictoras fueron significativas en el modelo.
El mayor aporte en la variación explicada de los valores de rasgos funcionales fue la matriz de
variables espaciales, seguida por las de variables de suelo, historia y uso anterior del suelo y la
variable de clima. Sin embargo, al controlar el efecto de las demás matrices (“efecto puro”), las
matrices de variables de historia y uso anterior y de clima no fueron significativas. Este resultado
sugiere que las variables espaciales y las variables suelo están altamente relacionadas con los
atributos funcionales de los tres tipos de bosques de la península de Nicoya. La matriz de historia
0.0 1.5 2.9 4.4 5.9
P (mg l -¹)
0.0
0.5
1.1
1.6
2.1
CW
M C
PF
(m
g g
-¹)
(P=0.0474, R²=0.14)
0.11 0.18 0.26 0.33 0.41
N% (Suelo)
0.0
12.1
24.2
36.3
CW
M C
NF
(p=0.0114, R²=0.10)
35
y uso anterior realiza un aporte importante en el conjunto de matrices predictoras, sin embargo,
por sí sola no ejerce mayor explicación. Por otra parte, las variables de clima son débiles como
predictoras de la composición de rasgos funcionales.
Tabla 8. Matriz predictoras de las variables de suelo, uso anterior, variables climáticas y
variables espaciales para los valores de rasgos funcionales en 52 parcelas de la península de
Nicoya, Costa Rica.
Matriz predictoras (variables) g.l. R² Ajustado R² Ajustado (%) F Pr(>F)
Efecto general Suelo 4 0.210 21.00 4.38 0.005
Historia y uso anterior 4 0.120 12.00 2.69 0.005
Clima 1 0.040 4.00 3.25 0.017
Variables espaciales 9 0.290 29.00 3.29 0.005
Modelo Todas 18 0.400 40.00 2.96 0.005
Efecto puro Suelo 4 0.080 8.00 2.42 0.005
Historia y uso anterior 4 0.010 1.00 1.08 0.320
Clima 1 0.010 1.00 1.60 0.150
Variables espaciales 9 0.080 9.00 1.69 0.015
Residual 0.530 60.00
1.7 Discusión
Los resultados demuestran que los bosques secundarios de la península de Nicoya están
desarrollando características que les permite adaptarse a las condiciones locales. Es decir, las
especies que constituyen estos bosques están desarrollando estrategias funcionales frente a los
diferentes filtros ambientales (Wright et al. 2007). Esto permitió caracterizar las propiedades
funcionales y estrategias ecológicas de los bosques secundarios dentro del paisaje para el área
de estudio.
1.7.1 Correlaciones entre medias ponderadas de rasgos funcionales
Como parte de los primeros hallazgos, se identifica correlaciones importantes entre los
rasgos analizados. Por ejemplo, en el caso de CWM AF, se observó una correlación positiva
alta con CWM LP y negativa con CWM GEM. La correlación positiva de AF y LP puede
explicarse debido a la demanda de estructuras de soporte por parte de hojas de gran tamaño, así
como el aporte en la de captura eficiente de luz (Niinemets et al. 2007; Lohbeck et al. 2015).
Esta relación ha sido observada en bosques secundarios húmedos tropical cuyos valores altos
de estos dos rasgos son asociados con estrategias adquisitivas de las plantas (Lohbeck et al.
2015). Mientras que la correlación negativa de AF y GEM ha sido observada por varios autores
y se asocia con la estrategia de abastecimiento de agua de las especies (Wright et al. 2007), el
vínculo negativo de LP con GEM puede ser el efecto de la relación de hojas grandes que
demandan mayor tamaño de pecíolo. Es decir, especies con hojas y pecíolos más grandes tienden
36
a un crecimiento volumétrico más rápido, por lo que desarrollan menor gravedad específica de
madera como parte de una estrategia integral de adaptación de las plantas (Chave et al. 2009).
En el caso de la correlación positiva entre CWM DH con CWM CFMS y CWM CPMS, se
debe al desarrollo de hojas densas con estructuras celulares más gruesas y con mayor biomasa
interna (Vile et al. 2005; Kitajima et al. 2012). Los valores altos de estos rasgos son
considerados como parte de estrategias conservativas de las plantas (Lohbeck et al. 2015) y se
relacionan con la vida útil de la hoja, la resistencia a daños y tolerancia a sequía (Kursar et al.
2009; Kitajima et al. 2012; Pérez-Harguindeguy et al. 2013). La correlación negativa entre
CWM AEF con CWM CFMS y CWM DH se debe probablemente a que CWM CFMS está
negativamente correlacionado con la tasa de crecimiento relativo potencial de la planta y
positivamente con la longevidad de la hoja (Pérez-Harguindeguy et al. 2013). En cuanto al rasgo
de CWM GEM, únicamente presentó correlación positiva alta con CWM To, esto puede
explicarse por la necesidad de madera como una estrategia de protección de la planta ante las
adversidades del entorno, en este caso, bajo la influencia de incendios (Chave et al. 2009;
Brando et al. 2012).
1.7.2 Efecto de la edad del bosque en los atributos funcionales
La edad del bosque es un factor importante en la dinámica de las características funcionales
generales de los bosques secundarios a lo largo de una sucesión (Boukili y Chazdon 2016). Estas
características permiten realizar algunas predicciones con respecto a los mecanismos ecológicos
de respuestas de los rasgos funcionales a lo largo de una sucesión (Lohbeck et al. 2013; Lohbeck
et al. 2015; Boukili y Chazdon 2016). Dada la dominancia de especies típicas de bosques secos
tropicales identificados para los bosques húmedos de la zona de estudio, la hipótesis estaba
fundamentada en el cambio transicional de las características ecológicas sobre el gradiente
conservativo-adquisitivo de las especies dominantes, sin embargo, esta hipótesis no fue
sostenida con los resultados. Esto puede atribuirse a que los datos de las parcelas no
corresponden a una cronosecuencia bien definida (Johnson y Miyanishi 2008), sino más bien a
diferentes procesos de recuperación con distintas fuentes de semillas y perturbación antrópica
(Granda Moser et al. 2015), lo que algunos autores describen como proceso idiosincrático
(Chazdon et al. 2007). Por lo tanto, la edad de abandono no fue un buen predictor de cambios
de los rasgos funcionales en los bosques para este estudio.
A pesar de ello, se encontraron algunas tendencias importantes claves relacionadas con la
edad del bosque. El índice FRic de diversidad funcional aumentó con la edad de abandono,
cumpliendo con la hipótesis únicamente para este índice de diversidad funcional. Es necesario
reconocer que este resultado debe ser interpretado con cautela, ya que este índice puede
presentar correlación positiva con los valores de diversidad taxonómica alfa (Finegan et al.
2015), por lo que el resultado observado puede ser una interpretación de los valores de riqueza
de especies, ejemplo de ello es el caso del bosque de Semialarium-Lonchocarpus que presentó
mayor riqueza funcional y corresponde a la mayor diversidad taxonómica detectada para los tres
bosques (Granda Moser et al. 2015).
37
Otra relación importante con la edad de abandono fue la disminución de los valores de
media ponderada de la comunidad de grosor de corteza y el rasgo de capacidad de rebrote.
Ambos resultados evidencian un recambio de especies en las edades de abandono más
avanzadas con respecto a estos dos rasgos. La disminución de la capacidad de rebrote en los
bosques secundarios ha sido observada y atribuida a la senescencia natural de los individuos
establecidos por rebrote. En el caso de este estudio, esto puede ser atribuido al desgaste
fisiológico de las plantas bajo recurrentes incendios, que a su vez, pueden ser reemplazadas por
especies con menor capacidad de rebrote, cuya transición puede ser favorecida en ausencia de
perturbación como los incendios (Kammesheidt 1998). La disminución del grosor de corteza en
las edades de abandono más avanzadas puede relacionarse al remplazado de especies con menor
tasa de supervivencia bajo repetidos incendios por especies que desarrollan otras estrategias más
efectivas a la tolerancia, como por ejemplo, mayor gravedad específica de madera (Brando et
al. 2012).
1.7.3 Estrategias adquisitivas y conservativas de los bosques secundarios
Al comparar los rasgos funcionales de los tres tipos de bosques, se observa una
sobreposición de características en función de las estrategias ecológicas adquisitivas-
conservativas, lo que evidencia que los bosques secundarios del área de estudio presentan un
proceso transicional de bosques secos y bosques húmedos. En el caso del bosque de
Schizolobium-Miconia, las propiedades funcionales sugieren que se encuentran especies
adaptadas a competencia por la luz y de rápido crecimiento (ver Anexo 2), debido a que tienen
valores altos de CWM AF y CWM LP y bajos de CWM GEM, dicho bosque puede ser
relacionado con estrategias ecológicas adquisitivas (Niinemets et al. 2007; Lohbeck et al. 2015).
Pese a ello, dicho bosque presenta valores bajos de CWM AEF, lo que puede interpretarse como
una estrategia de supervivencia que les permite a las plantas adaptarse a las condiciones
ambientales como limitaciones de nutrientes o estrés hídrico (Pérez-Harguindeguy et al. 2013).
Este resultado, a su vez, puede estar influenciado por una relación filogenética de las especies,
ya que muchas de las especies dominantes del presente estudio corresponden al grupo de las
fabáceas (Granda Moser et al. 2015), especies que se caracterizaron por presentar hojas densas,
compuestas y caduca, que en muchos de los casos, estas características se asocian a bajos valores
de AEF (Pérez-Harguindeguy et al. 2013).
En el caso de los bosques de Semialarium-Lonchocarpus y Guazuma, se encuentra
dominado por especies que, por sus valores de rasgos, son interpretadas como de crecimiento
lento que se caracterizan principalmente por tener mayor tasa de supervivencia a las
adversidades de clima y condiciones locales (Chave et al. 2009). Ambos bosques presentan
valores bajos de CWM AF y CWM LP y valores altos de CWM GEM, por lo que permite
asociarlos con estrategias conservativas (Lohbeck et al. 2015).
38
1.7.4 Estrategias de adaptación de los bosques secundarios
Con lo anterior, es notable que los tres tipos de bosques presentan diferentes mecanismos
de adaptación a las condiciones ambientales locales. Entre las adaptaciones, se observa la
dominancia de especies deciduas. Esta adaptación es importante para el área de estudio, ya que
existen limitaciones del recurso hídrico y presenta una estacionalidad bien marcada. Esta
adaptación favorece la resistencia de las especies ante problemas de desecación de las hojas por
efecto de la estacionalidad, así como en eventos grandes de sequías (Poorter y Markesteijn
2008). El rasgo de deciduosidad se relaciona con las estrategias ecológicas de tipo conservativa
(Lohbeck et al. 2013; Lohbeck et al. 2015) y es una característica presente en los tres tipos de
bosques, aunque existe un número bajo de especies siempre verdes típicas en el bosque de
Schizolobium-Miconia.
Otra de las adaptaciones observada son las diferentes estrategias de dispersión de semillas.
Por un lado, se tiene en los bosques de Guazuma y Schizolobium-Miconia, una estrategia
relacionada con mayor producción de semillas grandes que son dispersadas por animales,
principalmente por ganado (Powers et al. 2009; Granda Moser et al. 2015). Esta característica
se relaciona con estrategias reproductivas de los bosques húmedos (Howe y Smallwood 1982).
Mientras que el bosque de Semialarium-Lonchocarpus presenta mayor dispersión por medio
abiótico principalmente son dispersas por el viento, característica típica de bosques secos (Howe
y Smallwood 1982; Vieira y Scariot 2006). Esta diferenciación de estrategias puede ser
determinante ante procesos de perturbación, principalmente por la incidencia de incendios, ya
que generaría diferencias en los procesos de colonización, donde la dispersión abiótica puede
ser más favorecida que la dispersión biótica, principalmente por la ausencia de dispersores
(Poorter et al. 2014).
La capacidad de rebrotar es otra estrategia de adaptación importante dentro de los bosques
secundarios que se encuentran expuestos a incendios (Kammesheidt 1998; Vieira y Scariot
2006; Poorter et al. 2010; Poorter et al. 2014). En el caso de los bosques Semialarium-
Lonchocarpus y Guazuma son más propenso a rebrotar que los bosques de Schizolobium-
Miconia, por lo que dicho bosque evidencia una desventaja ante escenarios de fuego. Existen
estudios en bosques tropicales que identifican a las especies pioneras de rápido crecimiento
como no rebrotadoras bajo escenarios de incendios en los primeros años de la sucesión
(Kammesheidt 1998; Poorter et al. 2010). Sin embargo, especies con baja capacidad de rebrote
pueden generar estrategia de dispersión de semillas que pueden ser favorecidas por una mayor
germinación (Vieira y Scariot 2006; Poorter et al. 2014). Tal como sucede en el bosque de
Schizolobium-Miconia, donde existe un grupo de especies dominantes que se favorecen por la
dispersión por viento, lo cual podría ser una estrategia de adaptación importante que permitiría
a este grupo de especies competir en la recolonización de sitios contra especies con capacidad
de rebrote.
Un rasgo importante de protección de la planta ante disturbio de fuego es el grosor de
corteza. Existen numerosos estudios que atribuyen a este rasgo como uno de las principales
39
adaptaciones de los bosques con exposición a incendios (Hoffmann et al. 2003; Pausas et al.
2004; Brando et al. 2012; Poorter et al. 2014; Pausas 2015). La hipótesis de tolerancia a incendio
estaba enmarcada bajo dicha expectativa, sin embargo, los datos demuestran que el grosor de
corteza es un predictor débil de resistencia potencial a incendios para este estudio, ya que al
comparar los resultados entre los rasgos de grosor de corteza y gravedad específica de madera
con respecto a la tolerancia de incendios, se determina una relación positiva de gravedad
específica de madera con la tolerancia de incendios en comparación del grosor de corteza.
Al comparar el comportamiento de la media ponderada de grosor de corteza, no se observa
diferencias significativas por tipo de bosques. Sin embargo, los valores de grosor de corteza son
mayores en los primeros años después del abandono y disminuyen conforme avanza la edad de
abandono, de igual manera, este rasgo es mayor en las parcelas que estuvieron expuestas de cero
hasta diez años de incendios y disminuyen significativamente en las parcelas donde la
exposición de incendios fue mayor. Este hallazgo es importante ya que se identifica que diez
años de exposición a fuego pueden inferir en los atributos funcionales de protección de las
especies para el área de estudio. Es decir que, dicho periodo puede ser propulsor de cambios
importantes en la dominancia de especies en los bosques secundarios bajo recurrente escenarios
de fuego (Brando et al. 2012).
Con todo lo anterior, se observa que el rasgo de grosor de corteza es importante dentro de
las primeras fases de los bosques secundarios. Esto puede atribuirse a la presencia de especies
pioneras que pueden desarrollar mayor grosor de corteza como estrategia de protección de sus
débiles tallos (baja gravedad específica de madera) a las adversidades del sitio como incendios,
patógenos, herbivoría (Poorter et al. 2014) o en este caso, la constante introducción de ganado
(Granda Moser et al. 2015). Mientras que a medida se desarrolla mayor estructuración en los
bosque en el tiempo (edad de abandono), esta característica se ve disminuida de manera
significativa, esto puede ser explicado por mortandad de individuos expuestos a recurrentes
incendios o por la colonización (dispersión de semillas, rebrote) de especies que desarrollan
otras estrategias, como mayor gravedad específica de madera, que les permite adaptarse de
mejor manera a las condiciones ambientales del sitio como los incendios a lo largo de la sucesión
(Chave et al. 2009; Brando et al. 2012; Poorter et al. 2014).
Esto evidencia que el factor fuego es un factor selectivo que incide significativamente en
los procesos de restauración en el caso de potreros en abandono del área de estudio, ya que
define los atributos funcionales de las especies dominantes dentro del bosque en el caso de los
rasgos de tallo (Vieira y Scariot 2006; Chazdon et al. 2007; Brando et al. 2012). En vista a lo
anterior, se puede inferir que existe mayor vulnerabilidad por parte del bosque de Schizolobium-
Miconia ante escenarios o amenazas de incendio. Debido a que sus características funcionales
evidencian menor tolerancia a incendios, menor capacidad de rebrote y menor gravedad
específica de madera como medida de adaptación ante escenarios de fuego. Mientras que los
bosques de Guazuma y Semialarium-Lonchocarpus presentan mayor resistencia potencial a
40
incendios debido a la dominancia de especies con mayores valores de gravedad específica de
madera y mayor capacidad de rebrote.
1.7.5 Relación de rasgos funcionales con variables ambientales
Los resultados de la partición de varianza evidencian que la matriz espacial, las variables
de suelo y la historia y el uso anterior del suelo están altamente relacionados con las propiedades
funcionales de los bosques del área de estudio. Mientras que las variables de clima aportan poco
como predictor de la composición de rasgos funcionales. Esto sugiere que las propiedades
funcionales de los bosques dependen, en gran medida, de las condiciones espaciales que
permitieron su establecimiento en los potreros abandonados. Estas condiciones espaciales
pueden ser entendidas como condiciones locales de fuentes de semillas. Es decir, que existe un
importante aporte de la disponibilidad de fuentes semillas a diferentes escalas espaciales que
favoreció la recolonización de especies. Hay fuentes de semillas que pueden ser dispersadas a
menores distancias por viento, fauna o ganado (Granda Moser et al. 2015); mientras que existen
dispersores de mayor distancia como el humano, que pudieron favorecer la dispersión y
selección de especies que se establecieron en los bosques, ejemplo de ello, es la presencia de
melina y teca dentro de los bosques secundarios.
De igual manera, la disponibilidad de nutrientes en el suelo, la intensidad del uso del suelo
en la ganadería y la frecuencia de incendios son elementos importantes que pueden ser asociados
con los factores espaciales, los cuales han sido mencionadas por otros autores como factores
que inciden en la recuperación vegetal principalmente en áreas intervenidas (Chazdon 2003;
Chazdon et al. 2007; Chazdon 2008). Las variables climáticas como efecto individual aportaron
en menor medida a la explicación de las propiedades funcionales de los bosques, sin embargo,
existe un aporte relacionado con la disponibilidad de lluvia, que, en conjunto con todas las
variables mencionadas anteriormente, pueden contribuir a la composición funcional de los
bosques, principalmente porque existe una estacionalidad marcada en el área de estudio.
Otro hallazgo importante fue la relación observada entre los rasgos de fósforo y nitrógeno
foliar con los valores de nitrógeno y fósforo en suelo. Esto demuestra que existe un vínculo
positivo entre los valores de P y N en hojas con disponibilidad de dichos nutrientes en el suelo
sostenido por diferentes autores (Wright et al. 2001; Pérez-Harguindeguy et al. 2013). Sin
embargo, es importante reconocer que existe diferenciación en la disponibilidad de nutrientes
de nitrógeno y fósforo en las parcelas de estudio, que corresponde muy bien con los nutrientes
foliares evaluados. Por ejemplo, el fósforo en suelo es mayor en parcelas del bosque de
Semialarium-Lonchocarpus en comparación con los bosques de Schizolobium-Miconia y
Guazuma (Granda Moser et al. 2015), el mismo bosque presenta mayores valores de CWM CPF
y se diferencia principalmente de Schizolobium-Miconia. A pesar de ello, los valores obtenidos
de los nutrientes foliares son relativamente bajos en comparación con otros estudios de bosques
secos tropicales (Rentería et al. 2005), esto puede deberse al grado de intensidad de uso suelo y
41
aplicación de fuego como manejo de pastizales anterior a la formación de los bosques
secundarios, que puede afectar la disponibilidad de nutrientes y que su recuperación sea lenta
(Chazdon 2003). A su vez, existen condiciones ambientales y ecológicas que pueden estar
incidiendo en la incorporación de nutrientes al suelo y la absorción de nutrientes por las plantas
(Crews 1999).
1.7.6 Diversidad funcional en los bosques secundarios
Las diferentes fuentes de formación de los bosques secundarios en la península marcan una
divergencia entre los rasgos funcionales, principalmente entre el bosque de Semialarium-
Lonchocarpus con respecto a los bosques de Schizolobium-Miconia y Guazuma. Esto puede ser
interpretado a través de los índices de diversidad funcional. Por ejemplo, el bosque de
Semialarium-Lonchocarpus presenta mayor riqueza funcional que se incrementa a medida
aumenta la edad de abandono, así mismo, presenta mayor equitatividad funcional y dispersión
funcional con respecto a los bosques de Schizolobium-Miconia y Guazuma. Mientras que los
bosques de Schizolobium-Miconia y Guazuma presentan menor riqueza funcional, además, la
equitatividad y la dispersión funcional son moderadas. Esta baja diversidad y dominancia de las
características funcionales para estos dos bosques puede ser el resultado de las actividades
antrópicas como intervención de ganado y fuego que no permiten mayor dinámica de sus
atributos funcionales; en el caso de estos dos tipos de bosques, fue evidente mayor perturbación
por introducción de ganado durante los muestreos a diferencia del bosque de Semialarium-
Lonchocarpus. Son evidentes los altos niveles de divergencia funcional para los tres tipos de
bosques, lo cual muestra un alto grado de diferenciación de nichos entre especies dentro de las
comunidades, es decir, que las especies dominantes de los tres tipos de bosques son muy
disímiles y débilmente pueden competir entre ellas (Mouchet et al. 2010).
Todo esto demuestra que existe una prevalencia de rasgos especializados por las diferentes
comunidades con las condiciones ambientales locales (Sterck et al. 2011). Es decir, que cada
tipo de bosque ha desarrollado un mecanismo de respuesta que favorece su desarrollo a lo largo
del paisaje. Sin embargo, hay que recalcar que la dinámica ambiental establecida dentro de la
sucesión puede enfrentar cambios en el tiempo, por ejemplo las altas temperaturas e incremento
de fenómenos de sequías por efecto del cambio climático (Harris et al. 2006; Brando et al.
2012). Debido a sus adaptaciones funcionales foliares y de tallo, los bosques pueden presentar
una resistencia a estos fenómenos, pero la constante amenaza antrópica de incendios puede
alterar dicha dinámica por cambios no esperados en la dominancia de las características
funcionales a lo largo del paisaje. Por lo tanto, es necesario realizar mayores esfuerzos de
manejo por parte de las autoridades para conservar la diversidad funcional recuperada en los
bosques secundarios para el caso del área de estudio.
42
1.8 Conclusión
Con todo lo anterior es notorio que existen combinaciones de estrategias ecológicas para
los tres tipos de bosques restaurados y que la sucesión está influenciada por factores típicos de
los paisajes agropecuarios intervenidos. Estos factores espaciales pueden relacionarse con
facilidades de dispersión o disponibilidad de semillas cercas de las áreas abandonadas; las
cuales, junto con las variables de suelo, han determinado las propiedades funcionales de los
bosques actuales. Al igual que las variables espaciales y de suelo, las variables de uso anterior
como la intensidad de la actividad ganadera y el manejo de pastizales, han contribuido en la
explicación de las propiedades funcionales de los bosques secundarios restaurados para el área
de estudio.
Se logró identificar un aumento de la riqueza funcional conforme incrementa la edad de
abandono, así como una disminución de la estructura de protección de la planta de grosor de
corteza y rasgos regenerativos de capacidad de rebrote con la edad de abandono. A pesar de que
no se logra identificar relaciones con la mayoría de los rasgos funcionales evaluados con la edad
de abandono, esto no indica que la edad de abandono no esté influyendo dentro de la dinámica
de las propiedades funcionales de los bosques, ya que existen estudios que sí explican relaciones
importantes a lo largo de la sucesión (Lohbeck et al. 2013; Buzzard et al. 2015; Lohbeck et al.
2015; Boukili y Chazdon 2016). Por lo que se sugiere continuar estudios considerando el efecto
de la edad sobre la dinámica de los bosques secundarios, teniendo como referencia este estudio.
Los resultados sugieren que los bosques están desarrollando estrategias a nivel de rasgos de
tallos y rasgos regenerativos que le permiten adaptarse a la incidencia de incendios, también se
identifica que 10 años de recurrente exposición a incendios puede generar cambios importantes
con respecto a los mecanismos de protección de la planta. Se identifica vulnerabilidad a
incendios de un bosque en particular, por lo que se debe tener en cuenta acciones de manejo que
permitan mayor protección sobre la diversidad funcional recuperada para el área de estudio, ante
este fenómeno.
Es importante reconocer que el abandono de potreros favoreció la ganancia de cobertura
boscosa en la península de Nicoya (Arroyo-Mora et al. 2005), y que el aporte de los trabajos
realizados en la zona explican la dinámica de los procesos de restauración (Granda Moser et al.
2015). Los resultados amplían el conocimiento sobre la dinámica funcional de la restauración
para el sitio de estudio. Además, de brindar pautas que pueden ser útiles para los tomadores de
decisiones en aspectos de manejo y conservación de los ecosistemas. Por lo tanto, es necesario
realizar mejores y mayores esfuerzos que eviten la pérdida de la diversidad funcional de los
bosques secundarios, además de incrementar esfuerzos por entender la dinámica ecológica entre
los tipos de bosques, ya que la competencia por recursos diferenciados y las interacciones
antrópicas pueden generar cambios en la dominancia de las características funcionales de los
tres tipos de bosques secundarios.
43
1.9 Agradecimientos
Agradecemos el apoyo financiero del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD)
para el desarrollo de esta investigación; al SINAC por la facilitación de trámites de colecta e
investigación científica en el Área de Conservación Tempisque; también todo el apoyo del
personal del Parque Barra Honda por el acompañamiento en la colecta de muestras vegetales; a
la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Costa Rica, sede Cañas por la facilitación
de equipo e instalaciones para la fase de laboratorio. Agrademos al Centro Agrícola Cantonal
de Hojancha CACH, principalmente el apoyo de su personal técnico, Ademar Molina, por el
acompañamiento en toda la fase de campo de esta investigación. Por último, agradecemos a la
Cátedra de Ecología del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza CATIE por
el acompañamiento a lo largo de toda la investigación.
1.10 Bibliografía
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48
ANEXOS
Anexo 1. Listado de 17 rasgos medidos en la investigación con sus respectivas descripciones y
referencias bibliográficas que lo respaldan. Basado y modificado de Lohbeck et al. (2015)
N Rasgo Categoría Papel funcional Referencias
1 AF (mm2) Foliar
Intercepción de radiación solar,
producción de materia seca,
respiración, enfriamiento de la hoja,
intercambio gaseoso
(Lohbeck et al. 2013; Pérez-
Harguindeguy et al. 2013;
Lohbeck et al. 2015)
2 AEF (mm2 mg-1) Foliar
Economía de captura de radiación
solar, tasa de crecimiento relativo,
vida útil de la hoja, tasa fotosintética,
tolerancia a estrés ambiental
(Lohbeck et al. 2013; Pérez-
Harguindeguy et al. 2013;
Lohbeck et al. 2015)
3 GH (mm) Foliar
Longevidad foliar, optimización del
balance fotosintéticos, tasa
fotosintética por unidad de área
foliar, resistencia física de la hoja,
intercambio de gases
(Pérez-Harguindeguy et al.
2013)
4 LP (cm) Foliar Aporte en la captura de la luz,
soporte de hoja
(Niinemets et al. 2007;
Lohbeck et al. 2015)
5 CPMS (mg g-1) Foliar Soporte de hoja, aporte en la captura
de la luz, fotosíntesis (Niinemets et al. 2007)
6 CFMS (mg g-1) Foliar Mayor resistencia (herbivoría,
viento), longevidad de la hoja
(Pérez-Harguindeguy et al.
2013)
7 CPF (mg g-1) Foliar Tasa fotosintética, ciclaje de
nutrientes
(Pérez-Harguindeguy et al.
2013)
8 CNF (mg g-1) Foliar Tasa fotosintética, ciclaje de
nutrientes
(Crews 1999; Pérez-
Harguindeguy et al. 2013)
9 DH (g cm-3) Foliar Densidad de tejido de la hoja,
estructura de la hoja, balance hídrico
(Niinemets et al. 2007;
Lebrija‐Trejos et al. 2008;
Lohbeck et al. 2015)
10 GEM (g cm-3) Tallo
Protección de tejidos conductores,
tasa de crecimiento, tolerancia a
sequías
(Cornelissen et al. 2003;
Chave et al. 2009;
Williamson y Wiemann
2010; Brando et al. 2012;
Pérez-Harguindeguy et al.
2013)
11 GC (mm) Tallo Protección ante patógenos,
herbivoría, incendios
(Pausas et al. 2004; Brando
et al. 2012; Pérez-
Harguindeguy et al. 2013;
Poorter et al. 2014; Pausas
2015)
12 MS (g) Fruto
Longevidad de la semilla,
producción de semillas, almacenaje
de nutrientes, protección de semillas
(Pérez-Harguindeguy et al.
2013)
13
To (Alta=3,
media=2 y baja
tolerancia=1)
Planta Tolerancia a incendios recurrentes Nueva propuesta
14 DS (Abiótico=0,
biótico=1) Planta
Distancia de la dispersión,
probabilidad de colonización,
alimento para los animales
(Howe y Smallwood 1982;
Pérez-Harguindeguy et al.
2013)
49
15 Re (Rebrota=1, No
rebrota=0) Planta
Capacidad regenerativa de la planta,
aumenta capacidad de supervivencia,
sobrevivencia a incendios
(Kammesheidt 1998; Vieira
y Scariot 2006; Poorter et al.
2010; Pérez-Harguindeguy et
al. 2013; Poorter et al. 2014)
16 De (Deciduo=1,
Siempre verde=0) Planta Evitar la sequía, evitar desecación
(Lebrija‐Trejos et al. 2008;
Pérez-Harguindeguy et al.
2013)
17 CF (Compuesta=1,
simple=0) Planta
Ayuda al enfriamiento de la hoja,
favorece la captura de la luz (Lebrija‐Trejos et al. 2008)
AF=Área foliar, AEF= Área específica foliar, GH=Grosor de hoja, LP= Longitud de pecíolo, CFMS=
Contenido de materia seca foliar, CPMS= Contenido de materia seca de pecíolo, GC=Grosor de corteza,
GEM= Gravedad específica de madera, CPF=Contenido de fósforo foliar, CNF=Contenido de nitrógeno
foliar, DH=Densidad de hoja, To=Tolerancia a incendios, MS=Masa de semillas, CF=Composición
foliar (compuesta), SD=Síndrome de dispersión de semilla (biótico), Re=Capacidad de rebrote (rebrota)
y De=Deciduosidad (deciduo).
-6.0 -3.0 0.0 3.0 6.0
CP 1 (23.1%)
-6.0
-3.0
0.0
3.0
6.0
CP
2 (
16.4
%)
Acafar
Albadi
Anaexc
Annpur
Apetib
Araexc
Aspmeg
Astgra
Attbut
Bomqui
BroaliBursim
Byrcra
Caeeri
Calcan
Casgra
Cecpel
Cedodo
Cocvit
Corall
Crodra
Dalret Dipame
Entcyc
Eughir
Glisep
Gmearb
GodaesGuaulm
Guemac
Hymcou
LonacuLoncos
Lonmin
Lonrug
Luesee
Lysdiv
Macbio
Mactin
Micarg
Micimp
Myrfru
Necmar
Ochpyr
Psegua
Psigua
Psisar
Rehtri
Sappal
Schpar
Semmex
Sidcap
Spomom
Swapan
Tabimp
Taboch
Tabros
Tecgra
Thodec
Trigla
Zanacu
Zancar
Zanset
Acafar
Albadi
Anaexc
Annpur
Apetib
Araexc
Aspmeg
Astgra
Attbut
Bomqui
BroaliBursim
Byrcra
Caeeri
Calcan
Casgra
Cecpel
Cedodo
Cocvit
Corall
Crodra
Dalret Dipame
Entcyc
Eughir
Glisep
Gmearb
GodaesGuaulm
Guemac
Hymcou
LonacuLoncos
Lonmin
Lonrug
Luesee
Lysdiv
Macbio
Mactin
Micarg
Micimp
Myrfru
Necmar
Ochpyr
Psegua
Psigua
Psisar
Rehtri
Sappal
Schpar
Semmex
Sidcap
Spomom
Swapan
Tabimp
Taboch
Tabros
Tecgra
Thodec
Trigla
Zanacu
Zancar
Zanset
50
Anexo 2. Análisis de componentes principales (PCA) de 63 especies con los CWM de rasgos
funcionales y 4 rasgos cualitativos de la península de Nicoya, Costa Rica. AF=Área foliar, AEF=
Área específica foliar, GH=Grosor de hoja, LP= Longitud de pecíolo, CFMS= Contenido de
materia seca foliar, CPMS= Contenido de materia seca de pecíolo, GC=Grosor de corteza,
GEM= Gravedad específica de madera, CPF=Contenido de fósforo foliar, CNF=Contenido de
nitrógeno foliar, DH=Densidad de hoja, To=Tolerancia a incendios, MS=Masa de semillas,
CF=Composición foliar (hoja compuesta), SD=Síndrome de dispersión de semilla (biótico),
Re=Capacidad de rebrote y De=Deciduosidad.
Anexo 2. Autovectores del PCA de los rasgos funcionales de 63 con CWM de rasgos
funcionales y 4 rasgos cualitativos.
Variables PC1 PC2
CWM AF -0.19 -0.19
CWM AEF -0.04 0.49
CWM GH -0.37 0.00
CWM LP -0.17 -0.08
CWM CFMS 0.27 -0.36
CWM CPMS 0.38 -0.02
CWM GC -0.12 -0.13
CWM GEM 0.33 0.22
CWM CPF 0.01 0.33
CWM CNF 0.19 0.31
CWM DH 0.24 -0.41
-6.0 -3.0 0.0 3.0 6.0
CP 1 (23.1%)
-6.0
-3.0
0.0
3.0
6.0
CP
2 (
16
.4%
)
AF
AEF
GH
LP
CFMS
CPMS
GC
GEM
CPF
CNF
DH
To
MS
CF
SD
Re De
AF
AEF
GH
LP
CFMS
CPMS
GC
GEM
CPF
CNF
DH
To
MS
CF
SD
Re De
51
CWM To 0.36 0.17
CWM MS -0.06 -0.25
CF 0.32 -0.13
SD -0.19 0.03
Re 0.01 0.19
De 0.29 -0.03
Anexo 3. Listado de especies con su respectivo código de muestra de 63 especies dominantes
dentro de 52 parcelas de la península de Nicoya, Costa Rica.
N Nombre científico Código de muestra Nombre común
1 Aspidosperma megalocarpon Aspmeg Volador
2 Trichilia glabra Trigla S/N
3 Pseudosamanea guachapele Psegua Guayaquil
4 Sideroxylon capiri Sidcap Tempisque
5 Aralia excelsa Araexc Jobo lagarto
6 Swartzia panamensis Swapan Carboncillo
7 Godmania aesculifolia Godaes Corteza de chivo
8 Ochroma pyramidale Ochpyr Balsa
9 Diphysa americana Dipame Guachepelin
10 Miconia impetiolaris Micimp Lengua de vaca 2
11 Gliricidia sepium Glisep Madero negro
12 Lonchocarpus acuminatus Lonacu Chaperno 3
13 Guettarda macrosperma Guemac Madroño negro
14 Hymenaea courbaril Hymcou Guapinol
15 Cecropia peltata Cecpel Guarumo
16 Croton draco Crodra Targuá
17 Tabebuia impetiginosa Tabimp Cortez negro
18 Nectandra martinicensis Necmar Aguacatillo
19 Brosimum alicastrum Broali Ojoche
20 Attalea butyracea Attbut Palma real
21 Psidium guajava Psigua Guayaba
22 Cedrela odorata Cedodo Cedro
23 Lonchocarpus rugosus Lonrug Carao macho
24 Schizolobium parahyba Schpar Gallinazo
25 Psidium sartorianum Psisart Grano de oro
26 Annona purpurea Annpur Anona
27 Tabebuia rosea Tabros Roble de sabana
28 Anacardium excelsum Anaexc Espabel
29 Thouinidium decandrum Thodec Sardino
30 Dalbergia retusa Dalret Cocolobo
31 Byrsonima crassifolia Byrcra Nance
32 Albizia adinocephala Albadi Gavilancillo
52
33 Apeiba tibourbou Apetib Peine de mico
34 Enterolobium cyclocarpum Entcyc Guanacaste
35 Miconia argentea Micarg Lengua de vaca 1
36 Myrospermum frutescens Myrfru Palo de arco
37 Bombacopsis quinata Bomqui Pochote
38 Cassia grandis Casgra Carao
39 Zanthoxylum setulosum Zanset Lagartillo 3
40 Astronium graveolens Astgra Ron ron
41 Caesalpinia eriostachys Caeeri Coñocuabo/Sainillo
42 Lonchocarpus costaricensis Loncos Chaperno 1
43 Lonchocarpus minimiflorus Lonmin Chaperno hoja fina
44 Machaerium biovulatum Macbio Siete cueros
45 Maclura tinctoria Mactin Mora
46 Rehdera trinervis Rehtri Yayo
47 Sapranthus palanga Sappal Palanco
48 Semialarium mexicanum Semmex Guachara 2 espinas
49 Spondias mombin Spomom Jobo
50 Acacia farnesiana Acafar Aromo
51 Bursera simaruba Bursim Indio denudo
52 Calycophyllum candidissimum Calcan Madroño
53 Cochlospermum vitifolium Cocvit Poro poro
54 Cordia alliodora Corall Laurel
55 Eugenia hiraeifolia Eughir Fruta de pava
56 Gmelina arborea Gmearb Melina
57 Guazuma ulmifolia Guaulm Guácimo
58 Luehea seemannii Luesee Guácimo macho
59 Lysiloma divaricatum Lysdiv Quebracho
60 Tabebuia ochracea Taboch Cortez amarillo
61 Tectona grandis Tecgra Teca
62 Zanthoxylum acuminatum Zanacu Lagartillo 1
63 Zanthoxylum caribaeum Zancar Lagartillo 2
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