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delfinario DELFÍN RODRÍGUEZ Era su gaita su tesoro Rutas a pie por tierras DE ZAMORA Por el sofreral de Cerezal de Aliste El Arco de la Independencia de Zamora se reubica por cuarta vez desde que fuera erigido el monumento Montaje del Arco del Pescado o de la Independencia en su nueva ubicación en la glorieta del cementerio () Foto Emilio Fraile La puerta con vaivén Kurt Wüthrich «Losespecialistas en química biológicahallan 50 moléculas nuevas cada semana» Químico suizo, premio Nobel en el año 2002 El recorrido discurre por una pista apta para vehículos, pero el gozo es mayor si paseamos relajadamente por ella ZAMORA, 27 DE SEPTIEMBRE DE 2009 dominical

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delfinarioDELFÍN RODRÍGUEZ

Era su gaitasu tesoro

Rutas a pie por tierras DE ZAMORA

Por elsofreral deCerezal deAliste

El Arco de la Independencia de Zamora sereubica por cuarta vez desde que fuera erigido

el monumento

Montaje del Arco del Pescado o de la Independencia en su nuevaubicación en la glorieta del cementerio

(●) Foto Emilio Fraile

La puerta con vaivén

Kurt Wüthrich

«Los especialistasen químicabiológica hallan50 moléculasnuevas cadasemana»

Químico suizo, premio Nobel en el año 2002

El recorrido discurre por una pista aptapara vehículos, pero el gozo es mayor sipaseamos relajadamente por ella

ZAMORA, 27 DE SEPTIEMBRE DE 2009

dominical

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✒ Isauro Pérez

El arco del Pescado es un monumento que,en algún tiempo, conmemoró, la Guerra de laIndependencia es más conocido que el mo-desto monolito o pirámide de Villagodio, pe-se a su desaparición del paisaje urbano des-de hace siete años. Es muy posible que la ma-yor parte de los zamoranos aún recuerden susilueta clásica recortándose desde el Paseo deSan Martín de Arriba (antiguamente, Paseode los Pasos) contra la fronda de Valorio.

Inició su existencia junto al río, bajo el cor-tado de las peñas sobre las que se asentabael convento de Santa Marta, en cuyo solar seasienta hoy la Casa de Ejercicios de la Igle-sia. Sustituyó a la vieja puerta que daba ac-ceso directo de la ciudad amurallada a la mar-gen derecha del Duero. Función idéntica a larealizada por la Puerta de las Ollas (conti-nuación de la Calle de las Arcas) y la del Ta-jamar que aún puede apreciarse en el murode la rampa situada frente a la Isla del Puen-te. El viejo portillo era la salida de la ciudad,en las horas diurnas, para acceder al senderoque, entre las peñas y el río, permitía a pea-tones y caballerías de paso seguro la comu-nicación directa entre el Puente Mayor y elarrabal de Olivares. Su silueta puede apre-ciarse en el dibujo que Antón Van Den Win-gaerden realizó en 1570 y en la vista de laciudad de Zamora dibujada por Joseph Au-gier dos siglos más tarde. Se le conocía comoPuerta del Pescado por su proximidad a la“plazuela de la Casa del Pescado” donde seguardaba el “pescado seco y mojado” queconsumía la ciudad.

Son abundantes los autores que han escri-to sobre su historia en libros, periódicos e, in-cluso, páginas de Internet. La mayoría lo ha-cen “de oídas”, cuando no, plagiando desca-radamente sus noticias sin tener para loslectores la consideración de informales sobreel texto original, y para los autores, la míni-ma nota de reconocimiento. Entre este grupode “fusileros” no se halla José Andrés Cas-quero quien el 26 de enero de 1997 publicóen La Opinión-El Correo un documentadoartículo con aportación numerosa de noticiasinéditas sobre la historia y circunstancias queacompañaron los desplazamientos de estemonumento. De él, y con autorización mag-nánima de su autor, tomo parte de los datosque utilizo en mi trabajo. (Por esta donacióny por tantas otras, le reitero mi agradeci-miento). El resto de ellos los he tomado en

la Biblioteca Pública de los diarios locales ElCorreo de Zamora e Imperio y en los librosde actas municipales que se guardan en elAr-chivo Histórico Provincial. En mi direcciónelectrónica, [email protected], es-tán a disposición de quienes deseen conocer-los con mayor detalle.

A finales del s. XIX el diseño de la carre-tera de Villacastín a Vigo en su paso por Za-mora, para salvar la incomunicación rodadadirecta entre el Puente Mayor y el arrabal deOlivares obligó a realizar una importantetransformación de esa zona de la ciudad asícomo a construir otra rampa de acceso por laPuerta del Obispo. Para permitir el paso de lacarretera se picaron las estribaciones de laspeñas, se derruyeron varias casas adosadas alparedón que formaba la muralla junto alDuero y se suprimió, temporalmente, laPuerta del Pescado.

La supresión no podía ser permanentepues cuando se realiza la nueva carretera, laspuertas de las ciudades todavía desempeña-ban la función primigenia para la que fueroncreadas, y no eran meros monumentos deco-rativos, como en la actualidad. La necesidadde una puerta era manifiesta y sería algunode los ingenieros que participaban en la obraquien la diseñara. Difícilmente se le puedeatribuir a Práxedes Mateo Sagasta pues suestancia en nuestra ciudad no se documentahasta 1851 y la construcción de nuestra puer-ta se había iniciado en los primeros meses delaño anterior. Su diseño es sencillo y sin inte-rés artístico especial.

Podría ser similar a tantas otras que seconstruyeron en aquellos años; pero a mí merecuerda, al comparar las fotografías, la queabre el paso a la Calle del Medio, en la Casade las Panaderas, posteriormente, Ayunta-miento Nuevo de la capital. Su estancia jun-to al río quedó reflejada en el cuadro pintado

por J. Acedo y Torres en 1874 y en algunasfotografías de esa parte de la ciudad que to-davía se conservan

Medio siglo más tarde la función defensi-va de las puertas había desaparecido y losvehículos de transporte eran más volumino-sos. Ambas circunstancias unidas al empeñoque pusieron en el proyecto los diputadosprovinciales Requejo y Galarza propiciaronnuevas modificaciones en el trazado de la ca-rretera a su paso por la ciudad. Entre otras,las efectuadas en el Puente de Piedra que per-dió las torres y los guardalados de piedra, yel nuevo asentamiento para la Puerta del Pes-cado. Con estos antecedentes, en 1907 elAyuntamiento obtuvo autorización de la Di-rección General de Obras Públicas para tras-ladar la puerta que entorpecía el tráfico, a unnuevo emplazamiento. El lugar elegido fueel extremo más alejado de la nueva Avenidade Requejo. Justamente el cruce con lo quehoy es Avenida del Cardenal Cisneros.

Una iniciativa de Carlos Calamita, direc-tor de El Heraldo de Zamora, para celebrar elprimer aniversario de la Guerra de la Inde-pendencia, fue bien acogida por las autorida-des y el 2 de mayo de 1908 se descubría unalápida conmemorativa colocada en la partealta del monumento con la leyenda:

«El pueblo de Zamora acordó llamar a es-ta puerta Arco de la Independencia en elPri-mer Centenario de tan gloriosa epopeya. IIMayo MCMVIII».

Esta inscripción, legible en alguna de lasfotografías, suele aparecer incompleta en laspublicaciones que he consultado.

En mi artículo sobre la Pirámide de Villa-godio ya declaraba el nombre del lapidario,Cándido Calvo, y el importe de 254 pesetasque cobró por la «lápida de mármol coloca-da en el Arco de la Independencia, gravadode una inscripción en la pirámide del puente

de Villagodio y colocación de andamios pa-ra ella».

En ese lugar, entrada a la ciudad que ibaestirándose fuera de sus derribadas murallas,permaneció más de cincuenta años. Ese me-dio siglo hizo que la guerra conmemoradafuese pasando al olvido y otra, fraticida, ocu-pó su lugar en el interés de los zamoranos.Acabada la contienda de 1936-39, durantevarios años fue el escenario donde se con-memoró la pírrica victoria de unos españolessobre los otros. De esta manera el régimenresultante de la victoria trataba de equipararlas dos guerras bajo la misma idea de inde-pendencia. Una, contra el imperio napoleó-nico, y la otra, contra la dominación ruso-comunista.

El 2 de abril de 1949 el Ayuntamiento za-morano, a imitación de los de otras ciudadesespañolas, aprobó la construcción de un mo-numento a los caídos y encargó su diseño alarquitecto municipal, Enrique Crespo. En lamemoria descriptiva de la obra dice que elmonumento “se construirá con las piedrasque constituyeron el antiguo arco de la inde-pendencia”, lo que nos hace pensar que, porotros motivos ignorados, había sido desmon-tado anteriormente. Con esta reutilizaciónpretende el arquitecto plasmar “el recuerdode la Ciudad a los héroes de las dos gestas deIndependencia colocándose sobre las guir-naldas de bronce de una cara las fechas decomienzo y fin de la de 1808 y en la otra ca-ra la de 1936” Este proyecto inicial fue mo-dificado y sólo permanecieron los símbolosque perpetuaban la cara del 36. La única ins-cripción colocada, “Caídos por Dios y porEspaña.¡¡Presentes!!”, acogía los muertos delas dos las guerras bajo el concepto falan-gista de “caídos”. Se reforzaba esta ideologíacon la colocación del yugo y las flechas enlos pilares del arco y cinco rosales en el en-

El arco de laIndependencia

Este monumento ha desempeñado, hasta ahora, tres funcionesmuy diferentes: Puerta de acceso a la ciudad, monumento

conmemorativo de la Guerra de la Independencia y monumentoa los caídos por Dios y por España

Dos recuerdos pétreos de la Guerra de la Independencia (I)

Lugar de ubicación junto al río. En el centro, lugar de ubicación en el cruce de Avenida de Requejo y Cardenal Cisneros, ubicación en el parque de San Martín.

II / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de septiembre de 2009

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torno ajardinado. Completaba el monumen-to una cruz laureada apoyada sobre amplioplinto semicircular que servía de altar lu-ciendo en su frente el escudo nacional fran-quista. Prescindiendo de consideraciones po-líticas, el conjunto monumental lucía unabelleza austera apropiada para su función.

El 29 de diciembre de 1949 el alcalde,Francisco Pérez Lozao, firmó el edicto desubasta de la obra que debía realizarse. Sepublicó en el B. O. de la Provincia del 9 deenero de 1950 fijando su valor máximo en144.672´40 pts

En el pleno municipal de 11 de mayo si-guiente, el mismo alcalde informó que ha-bían quedado desiertas las dos subastasanunciadas, por lo que el Consistorio acor-dó realizar la obra por contrata directa o me-diante pequeños destajos. Al mismo tiempoinformaba que el Gobierno Civil contribui-ría a sufragar los gastos con 47.000 Pts. El22 de junio fue encargada la realización delmonumento al contratista Luis Magnani Se-púlveda que percibiría el 10% de todo logastado. La piedra para basar el monumen-to fue traída de Ricobayo. Para forrar la cruzse utilizó granito negro pulido por TalleresRamilo, de Vigo, y las aportaciones en bron-ce fueron realizadas por Negro, grabadorquímico de Madrid. El gasto final debió deacercarse a 400.000 Pts. que se invirtieronen el monumento y en embellecer los jardi-nes próximos con la colocación de algunascolumnas del arruinado monasterio de S. Je-rónimo.

El 11 de julio del año siguiente debía deestar todo preparado para la inauguración delmonumento pues el diario Imperio anuncia-ba en su primera página la realización de eseacto para el próximo día 15. Daba detalles decómo se realizaría, fijaba la hora de su ben-dición episcopal poco después del mediodía,y anunciaba la colocación bajo la cruz, “ca-be una piedra sillar”, de arqueta en la que se-rían introducidos los nombres de “todos losque dieron su vida por Dios y por la Patria”,junto a monedas de la época y el acta de laceremonia. (Casquero añade a estos recuer-dos el acta del traslado de 1908). Finalizaríael acto con una misa de campaña.

Algún problema debió de surgir pues nose inauguró en la fecha prevista y nada diceel periódico del régimen sobre ello.

Por fin, el 28 de octubre de 1951, en pri-mera página, recuadrándolo en una foto, elImperio anuncia para el día siguiente, Día delos Caídos, la inauguración del monumentoa los que mejor entendieron la frase josean-toniana “La vida no vale la pena sino es pa-ra quemarla en el servicio de una empresagrande”

Pese a tan destacado anuncio, los diariosde los días 29 y 30 no tratan el tema. Hayque esperar hasta el día 31 para ver la noti-cia en la portada de Imperio acompañadacon dos pequeñas fotos de Juanes y Gullón.Una, de la bendición del monumento por el

obispo Eduardo Martínez y la otra, del vi-cesecretario general del movimiento, JoséSolís, pronunciando su discurso. Errónea-mente, supongo, habla la prensa del actocelebrado el día anterior en S. Martín des-pués de la misa en la catedral. Dice queasistieron, junto a numeroso público, el Vi-cesecretario General del Movimiento, el Je-fe Provincial y el Alcalde de la capital. Ca-da uno “echó” su discurso y el acto fue fi-nalizado con una oración por las almas delos caídos.

En esa localización de S. Martín, disfru-tando de la magnífica perspectiva hacia elPaseo de los Remedios y Valorio, perma-neció nuestra Puerta del Pescado, más co-nocida desde entonces como Cruz de losCaídos, hasta los primeros meses de 2001.

Seguiremos la secuencia de su nuevodesmontaje por las crónicas de los redacto-res de La Opinión: El 3 de diciembre de2000, el diario adelantaa que desmontar elmonumento costará 8 millones de pesetas.Si se añade la reconstrucción, podrá llegara los 20. La obra durará, aproximadamen-te, un mes. La cruz será retirada antes dedesmontar el arco. Se descartan como nue-vas ubicaciones las Peñas de Santa Marta yla Glorieta del Cementerio. Las autoridadesmunicipales se decantan por situarlo a laentrada de la ciudad, en la Carretera de Tor-desillas. En recuadro a parte, informa queFrancisco Somoza ha redactado el proyec-to de traslado y nos cuenta los pasos que sevan a seguir para realizarlo: Reportaje fo-tográfico, numeración de cada piedra, otraserie de fotografías y alzado de un planopara conocer la situación de cada pieza.Realizará la obra la empresa zamoranaRearasa. Durante el almacenaje se manten-drán estrictas medidas de seguridad. Todoel proceso será supervisado por técnicos delAyuntamiento y de la Junta de Castilla yLeón. Antes de reubicarlo se realizará unproceso de restauración que no se ha efec-tuado al desmontarlo.

Si leemos con atención el párrafo ante-rior podremos observar que algunas de laspredicciones no se cumplieron.

El 2 de febrero de 2001, se informa quela cruz del monumento fue retirada el díaanterior para facilitar la obra del estacio-namiento subterráneo. Será colocada en elcementerio entre la parte vieja y la últimaampliación. El desmontaje del arco durómás de un mes. Su estado de conservaciónes muy bueno.

Desde esas fechas, la Puerta del Pescadoha dormido, debidamente empaquetada, enlos almacenes que el Ayuntamiento tiene enla estación del ferrocarril hasta que, a pri-meros de julio de 2009, se ha iniciado sucompostura en la glorieta situada frente alcementerio municipal de San Atilano.

En las noticias anteriores observamosque nadie aclaraba si se desenterró la ar-queta colocada en 1951, si es que llegó aser colocada, ni, en caso que hubiera apa-recido, qué se había hecho con ella y con sucontenido.

Movido por esta curiosidad acudí a lasoficinas de la empresa que había realizadola obra de demolición. José Alonso pusogenerosamente a mi disposición su tiempoy sus extensos conocimientos de las carac-terísticas arquitectónicas y petrológicas delmonumento. Los une una especial relaciónya que, por vecindad, lo vio levantar y lesirvió, en su infancia, de campo de batallapara cruentas canteas con los compañerosde juego.

Al principio, me informa, trabajaron sinmás problemas que los habituales cuidadosdebidos a una pieza histórica; pero llegadoel momento de levantar la cimentación, lasolidez del cemento utilizado no permitíael uso de otra maquinaria que la tradicionalde escoplo y martillo.

Esto dio lugar al retraso de un mes en elplazo previsto para su finalización. Una vezterminado el desmontaje, todas las piezasfueron registradas y almacenadas adecua-damente. Entre ellas, también se encontra-ba la pequeña caja (20 x 10 x 5 cm, aproxi-

madamente) que se había colocado bajo elaltar y ahora se halla, sin abrir, bajo la cus-todia de la empresa desmontadora en es-pera de las decisiones que sobre ella tomeel Ayuntamiento.

Para satisfacer mi curiosidad sobre elcontenido me informó de la persona quehabía realizado su sellado. Se trata de Ma-nuel Abad, más conocido como Manolo elde las Aguas por los muchos años que fuecapataz de ese servicio municipal. Fui ensu busca y lo encontré disfrutando de me-recida jubilación, buena salud y amenaconversación. Su memoria es pozo sin fon-do para innumerables anécdotas sobre lahistoria íntima de Zamora. Él, fontanero enaquellos años, no sólo selló la caja, fuetambién el artífice encargado de cortarla deuna chapa de plomo y armarla con solda-dura de estaño. Menos preciso fue en lo to-cante a su contenido. Por su juventud y si-tuación profesional, sólo alcanzó a conocerla introducción de pequeñas tarjetas dondese escribieron los nombres de las personasque habían trabajado en la instalación delmonumento. Recuerda a casi todos ellos ysus circunstancias familiares, desde el ar-quitecto, ya citado, hasta Pepe, el Cantero,gallego artista de la piedra como tantos desus paisanos.

Mi curiosidad (y supongo que tambiénla de los lectores) sigue sin ser satisfecha ytendremos que esperar la decisión munici-pal sobre su posible apertura para conocerfehacientemente lo que está encerrado enella.

Continuando con las noticias facilitadaspor D. José Alonso, podemos informar queel arco, una vez instalado, tendrá una altu-ra de once metros sobre el terreno. Ha sidorecrecido tres metros para ganar esbeltezmás propia de un arco triunfal pues la vie-ja puerta, en su nueva situación, apenastendría perspectiva desde las carreteras dePinilla y Cabañales. No es la primera vezque sufre alteraciones en su estructura. Ob-servando sus fotos vemos que en el primertraslado conservaron casi íntegra su arqui-tectura, mientras que al trasladarla a SanMartín la colocaron sobre bases más eleva-das para darle mayor realce sobre el terre-no circundante. Donde no advertimos mo-dificaciones, salvo las diferentes lápidasque la han adornado, es en su parte superioro tablero.

El arco es de medio punto y su luz, queno ha sido nunca modificada, está cifradaen 305 cm. La sección de sus fustes o apo-yos es un rectángulo ligeramente disminui-do en la parte interior que mide 260 cm. defrente y 162 de fondo. Toda la estructura seapoyará sobre zapatas de 260 por 230 cm.que profundizan hasta alcanzar la roca ma-dre a casi dos metros bajo el nivel del te-rreno. Los estudios petrológicos realizadosdenuncian la existencia de piedras proce-dentes de tres canteras distintas.

Los plazos contratados para ejecutar laobra nos hacen pensar que antes de que fi-nalice el actual mes de septiembre podre-mos ver la nueva imagen de la reconverti-da puerta.

No tengo noticia de que el monumento,una vez reconstruido, vaya a dotarse conningún carácter conmemorativo. Eso mehace pensar que es el momento de propo-ner que, pese a considerarlas en toda su no-bleza, pasen al olvido las nominacionesluctuosas que ha soportado y se estudie dara esta puerta viajera un significado más es-timulante. Alguno que encaje con la fun-ción de espera, ilusión y expectativa quesentimos cuando nos encontramos frente auna puerta verdadera. ¿No sería un buennombre el de PUERTA DE LA ESPE-RANZA para la que va a dar acceso sim-bólico a una ciudad que tan necesitada sehalla de esta virtud? Supongo que no loconsiderarán así nuestros munícipes; peroles advierto que de no darle una denomina-ción oficial apropiada, mucho me temoque, dada su proximidad al cementerio, lagracia popular terminará bautizándola iró-nicamente con algún nombre parecido al dePuerta de la Gloria.

En el círculo, el arco de la Independenciasituado al lado del Puente de Piedra.

Imágenes retrospectivas del arco en suubicación de la avenida de Requejo, arriba,delante del instituto Claudio Moyano yabajo, a la izquierda el cuartel Viriato.

El arco en el parque de San Martín.

Situación del montaje en la rotonda delcementerio.

dominical / IIIDomingo, 27 de septiembre de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

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✒ José Manuel García Rubio

Habíamos finalizado el capítulo anterioren plena procesión del Corpus, dondeprohibían la participación. Continuando conella; asistían el obispo con el Cabildo y to-da la clerecía, órdenes monásticas, cofra-días, caballeros del gremio de hijosdalgo;presidiendo la representación municipal losregidores llevando varas de justicia y si-guiéndoles los secretarios, andadores, al-guaciles, cuadrilleros y demás empleados.Saliendo de la Catedral recorrían las callesprincipales, las cuales se entoldaban, cu-brían de arena y se les esparcía tomillo, ro-mero y otras plantas olorosas. En balconesy ventanas eran colgadas las telas más ricasque cada vecino poseía; haciendo provisiónde flores las damas, para arrojarlas al pasode la Custodia.

Finalizando el siglo XVI entraron a for-mar parte de esta fiesta los gigantes, gigan-tillas y tarasca, la cual era observada muyatentamente por los niños, con curiosidad ymiedo a la vez; pero aquellos siempre des-pertaban en la gente menuda admiración yalegría, recordada para el resto de sus vidas,como muy bien nos describe otro ilustre za-morano llamado don Joaquín del Barco.Decía así, recordando su infancia:

«Llegaba el día del Corpus; y después deir a la iglesia, nos faltaba tiempo para ver aBlas y a Menga; figuras que antes poníanmirando a La Magdalena; disputándose sinduda su antigüedad y belleza. De aquellosgigantones... ¿Te acuerdas Pepe, te acuer-das? ¡Qué hermoso el que tenía la barra enla diestra! ¡Cómo nos alegraba ver la gi-ganta negra! ¡Y aquel laureado, que sin du-da fue poeta! ¡Qué tiempos aquellos Pepe!¡Bendita sea la inocencia! Con zapatos lim-pios y nuestra gorra de seda, íbamos a ver aConcha, a Tránsito y a Candelas; y las dá-bamos mil flores que caían fuera del CarroTriunfante; orgullo de nuestra tierra. ¡Ben-dita sea la infancia! ¡Qué grandes recuerdosqueda! Antes era todo alegría; ahora los hi-jos y la suegra, el trabajo y los negocios,nos roban nuestra existencia; viendo pasarlos años entre disgustos y penas». Día delCorpus de 1882.

Volviendo con don Cesáreo FernándezDuro, este nos dice: «La procesión de Cor-pus llegó a ser la mejor expresión exteriordel estado en que en esos momentos se en-contraba la ciudad. Si eran tiempos próspe-ros, de paz y abundancia, la acompañabanla pompa, manificiencia y alegría. En los demiseria y decadencia, echábase de ver enlas galas la escasez de los bolsillos. En losde turbulencias, el concurso de autoridadesy gentes producía encuentros, competenciasy pleitos. Cuando por causa de guerras yepidemias se redujo a una tercera parte elvecindario; en el reinado de Felipe IV lle-garon a discutir los regidores qué itinerarioseguiría la procesión, para no pasar por lascalles que habían quedado sin gente».

Dejamos al señor Fernández Duro, pero

proseguimos en aquellos años finales del si-glo XIX. ¿Cómo celebraban este día tan im-portante aquellos zamoranos? Leamos el re-

lato de alguien que en muchas ocasionesdemostró su cariño a la tierra; don CarlosRodríguez Díaz, quien firmaba con el seu-

donimo «Atilano de Balborraz»;decía así: «Otro gran día era paralos muchachos la víspera de Cor-pus. Mediada la mañana nos es-tacionábamos los muchachos an-te la puerta del Hospicio (hoy Pa-rador de Turismo), parapresenciar la salida de los cuatrogigantones, que labrados por elescultor zamorano don RamónÁlvarez, eran verdaderas joyasde arte. Para sacarlos por la puer-ta tenían que ponerlos en posi-ción horizontal y boca abajo;motivo por el que era costumbrede los muchachos que por allí sejuntaban, gritar esta frase que sehizo popular: ¡Que se agomitan!,repitiéndola constantemente has-ta que adquirían la verticalidadya en la calle.

En dicha gran víspera, los la-bradores descargaban sus carros

de arena en las calles del recorrido de laprocesión; lo cual también constituía unbuen motivo para los juegos infantiles. Enla Plaza Mayor colocaban cuatro altares,con otros tantos grandes cuadros, obra delpolifacético artista zamorano «Filuco»; re-presentaban: La Purísima, San Atilano, SanIldefonso y la Eucaristía.

Este día de Corpus salían a las calles lasmejores galas de cada cual, abundando lostrajes de etiqueta en los caballeros; y pom-posos vestidos con sombreros en señoras yseñoritas. Por la mañana la campana de «LaQueda» anunciaba varias misas, que se ce-lebraban en el piso alto del viejo Ayunta-miento; donde existía un pequeño oratorioque guardaba los restos de San Fulgencio.

Iniciada la procesión en Plaza de la Ca-tedral, detrás de todas las cruces parroquia-les iban diversas imágenes con sus respec-tivas cofradías, las cuales pertenecían a losdistintos gremios y oficios de la ciudad: SanJosé, acompañado por el de carpinteros;San Crispín y San Crispiniano, por todoslos zapateros, que no eran pocos... y así su-cesivamente. También formaba parte de laprocesión la Virgen de la Cocha, como pa-trona de la ciudad. Pero pasado cierto tiem-po salió una disposición de carácter gene-ral, por la cual quedaba suprimida a partirde entonces la presencia de cualquier ima-gen en dicha procesión, quedando limitadaúnica y exclusivamente al Santísimo y suCarro Triunfante. En Zamora la ostentacióndel Santísimo era muy suntuosa, por ser lle-vado en la rica custodia, que por tradiciónera conducida por el gremio de molineros,ocultos bajo la decorativa mesa.

Y así transcurría antaño una de las últi-mas tradiciones de la estación primaveral;aunque había otras muy propias del mes dejunio, las cuales relataré antes de entrar enuna de las más grandes como siempre fuela de San Pedro.

Aquellas curiosidades del pasado

SOLUCIONES A LOS PASATIEMPOS

CLII

La fiesta del Corpusincorpora gigantes,gigantillas y TarascaFinalizando el siglo XVI entran a formar partede la fiesta, para curiosidad y miedo de niños

Procesión del Corpus en los años 40(●) Foto L. O. Z.

IV / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de septiembre de 2009

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Próxima ya la primavera del año de 1888,exactamente el 11 de marzo, el Alcalde Pre-sidente de la corporación municipal, Fran-cisco Barrueco Garrido, llevaba a cabo lasubasta y adjudicación provisional de laconstrucción del nuevo Ayuntamiento alcontratista de obras de Vitigudino Juan-An-tonio Alonso Agudo en la cantidad de19.999 pesetas.

Un año y diez días después el arrojo y fir-me decisión del primer mandatario local, deapellidos netamente fermosellanos, se em-barcaba en otra obra gigantesca: La cons-trucción de las escuelas de Santa Colomba.

El primer apellido de nuestro personajeera Barrueco: Del latín verruca, verruga,Perla irregular. Como segundo significadoequivaldría al nódulo esferoidal que sueleencontrarse en las rocas. Berrueco: Del la-tín verruca, verruga., Tolmo granítico, pe-ñasco elevado que tiene semejanza con granhito o mojón. Berrocal: Sitio lleno de be-rruecos graníticos.

El segundo apellido era Garrido: Dícesede la persona gallarda o robusta y en espe-cial de la mujer lozana y bien parecida. Ga-lano, elegante.

Pues bien, el popularmente conocido co-mo «Alcalde Verruga» va a llevar a cabouna segunda subasta y adjudicación de obratrascendental para Fermoselle. y hacemostal aserto puesto que sin duda alguna son losdos mejores edificios civiles que tiene la vi-lla. Veamos:

«En la villa de Fermoselle a 21 de abrilde 1889, ante mí el Licenciado Don Ulpia-no de Castro, vecino y notario de la mismae individuo del Ilustre Colegio Notarial delTerritorio de la Audiencia de Valladolid ycompetente número de testigos comparecenen este acto:

De una parte, Don Francisco BarruecoGarrido, natural, vecino y domiciliado enesta villa, casado, propietario y de sesenta ysiete años de edad, en concepto de AlcaldePresidente del Ayuntamiento de esta villa.

Y de otra, Manuel Seisdedos González,su convecino, casado, propietario y de 28años de edad, en concepto de apoderado deJuan-Antonio Alonso Agudo, vecino deCiudad Rodrigo, como lo prueba con la co-pia de poder que me exhibe y a la letra diceasí:

«En Ciudad Rodrigo a 19 de abril de1889, ante mi, Telesforo Mayor, vecino yNotario público de ella, compareció Juan-Antonio Alonso Agudo, de 53 años de edad,casado, albañil, vecino de esta ciudad aquien doy fe conozco y de que su profesióny domicilio son los ya manifestados, y des-pués de asegurar hallarse en el pleno gocede sus derechos civiles, sin fuerza o miedoque le compela y sin interdicción, por todolo cual le considero con la capacidad legalnecesaria para formalizar esta escritura deapoderamiento expreso, que como mejorpostor en la subasta de la construcción delas Escuelas de Niños y Niñas que ha deedificarse en el Barrio de Santa Colombadel pueblo de Fermoselle fue adjudicada alexponente, y como en una de las condicio-nes del pliego que sirvió de base para la su-basta se exija el otorgamiento de escriturapública, el exponente está dispuesto a otor-garla y no siéndole fácil pasar a realizarlo a

dicha villa, libre y espontáneamente otorga:Que autoriza de la manera más amplia,

formal y solemne que nuestra legislación re-conoce y necesario sea a Don Manuel Seis-dedos, comerciante y vecino de Fermosellepara que formalice a nombre del exponentela escritura que se le exija, comprometién-dose a la construcción de las Escuelas refe-ridas en la forma anunciada en la subasta,sujetándose al plano y llevando todas lascondiciones del pliego que sirvió de basepara la subasta. Tal es el poder que para to-do lo expuesto, lo accidente, dependiente yaccesorio confiere al referido Don ManuelSeisdedos obligándose a estar y pasar porcuanto en virtud del mismo hiciere. Así lootorga y firma el mencionado Don Juan-Antonio Alonso Agudo siendo testigos DonPrimo Miguel Sánchez y Don Juan Cid Bra-vo, de esta vecindad sin tacha legal. Signa-do. Telesforo Mayor».

Y asegurando ambos comparecientes ha-llarse con la libre administración de sus bie-nes y en el pleno goce de los derecho civi-les y por tanto con la capacidad legal nece-saria, a mi juicio, para formalizar estaescritura pública de obligación de ejecutarlas obras de las Escuelas de niños y niñas enesta villa y en Barrio de Santa Colomba, yconstitución de la oportuna fianza, exponenlo siguiente:

1º. Que en 6 de los corrientes tuvo lugarla subasta de la ejecución de las obras de lasEscuelas de Niños y Niñas de esta villa conarreglo al R. D. de 4 de enero de 1883 y plie-go de condiciones del proyecto de dichasobras, habiendo sido el mejor postor de losocho que hicieron proposiciones el poder-dante Don Juan-Antonio Alonso Agudo,quien en su proposición se comprometió aejecutar mencionadas obras bajo las condi-

ciones del proyecto por la cantidad de16.990 pesetas. Expirado el plazo de cincodías al de la celebración de la subasta sin re-clamación de ninguna clase, la corporaciónmunicipal de esta villa resolvió en sesión deldía 11 del actual la validez del acto de la su-basta e hizo en su virtud la adjudicación de-finitiva del remate al autor de la proposiciónmás ventajosa entre las admitidas, que lo fueel poderdante Don Juan-Antonio AlonsoAgudo. Verificada dicha adjudicación defi-nitiva se requirió al rematante para que den-tro del término de 10 días presentara el do-cumento que acreditase haber aumentado lafianza hasta el importe de la definitiva, con-sistente en 1.963,96 pts, lo que ejecutó co-mo lo prueba con la carta de pago que meexhibe y copiada a la letra dice así:

Carta de pago. Provincia de Zamora.Ayuntamiento Constitucional de Fermosel-le. Presupuesto de 1.888 a 1.889. N° l. DonJosé Seisdedos Garrido, Depositario de es-ta Ayuntamiento, recibí de Don Juan-Anto-nio Alonso vecino de Ciudad Rodrigo, pormano de Manuel Seisdedos González, ve-cino de esta villa y como apoderado del ex-presado Don Juan-Antonio ya referido lacantidad de 1.963,96 pesetas, importe de lafianza de las obras de Escuelas de Niños yNiñas de esta villa, debiendo tomarse razónde la presente en la contaduría, sin cuyo re-quisito y el VO BO del Alcalde no será le-gal esta carta de pago. En Fermoselle a 22de abril de 1.889. Son pesetas 1.963,96. ElDepositario. José Seisdedos. Tomé razón. ElSecretario Contador. Gabriel Labrador. V”.B”. El Alcalde: Francisco Barrueco.

2°. Que citado el rematante para que enel día de hoy concurriera a otorgar la pre-sente escritura a fin de que el contrato que-de formalizado de una manera solemne, en

la imposibilidad de poder en persona en es-ta villa con dicho objeto ha apoderado alcompareciente Don Manuel SeisdedosGonzález con dicho objeto como se ve porla copia de poder anteriormente inserto, ybien enterado de su obligaciones y dere-chos, en la mejor vía y forma de derecho, elrepetido Don Manuel Seisdedos Gonzálezen nombre y representación del poderdanteDon Juan-Antonio Alonso Agudo, otorga:

Que se obliga a ejecutar las obras de Es-cuelas de Niños y Niñas de esta villa en elBarrio de Santa Colomba, que quedaron asu favor en la subasta celebrada en 6 de loscorrientes por la cantidad de 16.990 pesetasy bajo el pliego de condiciones del proyec-to de indicadas obras”. (1)

El mejor postor, de los ocho que se pre-sentaron a la subasta, fue Juan-AntonioAlonso Agudo, natural y vecino de Vitigu-dino (Salamanca), de profesión albañil, ca-sado y de 53 años de edad, que había sidotambién el contratista adjudicatario de laconstrucción del Ayuntamiento y Escuelade Párvulos.Y como exigiera la convocato-ria la firma en documento público de la for-malización del contrato y tener algún in-conveniente para trasladarse a Fermoselleen la fecha señalada, da poder notarial de lamanera más amplia, formal y solemne quenuestra legislación reconoce y a todos losefectos para ser suplido por nuestro paisa-no Manuel Seisdedos González, de profe-sión comerciante y vecino de la villa, paraque formalice a nombre del exponente la es-critura que se le exige, comprometiéndosea la construcción de las Escuelas referidasy en la forma anunciada.

Investigado en el Archivo Diocesano so-bre el apoderado de Juan-Antonio Alonso,encontramos la partida de matrimonio cu-yos datos exponemos:

La celebración del enlace tuvo lugar enFermoselle el día 31 de diciembre del año1883, en la iglesia parroquial Nuestra Se-ñora de la Asunción oficiada por el coadju-tor Don Antonio de la Peña, natural de la vi-lla, que contaba con la debida autorizacióndel párroco Don Lope Hernández Bonilla,natural de la localidad zamorana de Core-ses.

El novio, Manuel Seisdedos González, de24 años y vinatero de profesión, que habíanacido en 1859. La novia, Teresa BarruecoGarrido, de 21 años, nacida en 1862, hija deJuan Barrueco y de Manuela Garrido. Sehace constar que entre los contrayentes ha-bía 40 grado de afinidad. (2)

También informamos que, aunque losapellidos de la novia era los mismos que losdel Alcalde, no eran hermanos, aunque muyprobablemente fueran familiares. De igualforma conocemos que ambos pertenecían aun grupo de destacados propietarios vinate-ros o viñadores pero que también alternaroncon el comercio.

Uno de sus descendientes, FernandoSeisdedos, continuó con la tradición fami-liar comercial al frente de un almacén de ul-tramarinos y de materiales de construcción,así como el famoso café y salón de baile«La Unión”, que tenía su domicilio en elgran edificio sito en la Plaza Mayor y en lacalle Maestro Isidro Cabezas, posterior-mente sede del «Gran Casino» y en la ac-tualidad Centro de Turismo Rural «El Casi-no», propiedad de nuestro paisano, amigo yexalumno Aníbal Veloso Funcia.

Fuente:(1) A. H. P. Z. Protocolo N° 8.815.

Documento 76. Folio 391. Año 1889. (2) Archivo Diocesano. Parroquia 174.

Libro n° 28. Fermoselle

Construcción de la escuelas de Santa Coloma (I)Fermoselle en la historia

✒ Manuel RiveraLozano

Las obras fueron adjudicadas a Juan Antonio Alonso Agudo, de Vitigudino, por un importede 16.990 pesetas, siendo alcalde de la villa Francisco Barrueco Garrido en 1888

Antiguas escuelas de Santa Colomba (en torno a 1940)

dominical / VDomingo, 27 de septiembre de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

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Era su gaita su tesoro... Era el tesoro delabuelo de mi novia, don Pepín Morteira Gra-ve. Hijo de madre portuguesa y padre irlan-dés del Condado de Cavan, a la verita mismodel rio Shannon, el abuelo era una especie desantón culto y amable con pata de madera.Ydigo esto porque, como se verá, viene a cuen-to.

La gaita del abuelo era de doble fole y denotas agudas o graves, que él regulaba conunas llaves en los tubos según conviniera a lacanción. Se la había regalado un amigo ir-landés con el que había estado enrolado poresos mares de Dios en la pesca del atún y delfletán.

El abuelo de mi novia le salvó la vida a suamigo y por eso le regaló la gaita. Cayó a lamar y unos tiburones se lo iban a comer vivocuando el abuelo de mi novia desenroscó lapata de madera, se descolgó por popa blan-diendo la pata y a patazo limpio los hizo hu-ir antes de que lo deglutieran como una papi-lla.

El abuelo de mi novia sabía tocar la gaitaa las mil maravillas a pesar de que tuviera lapata de madera. La tocaba sentado para nocansarse porque le gustaba moverse con elson y acababa con la cadera de la pata buenadestrozada.

La gaita irlandesa del abuelo de mi noviatenía unos largos bordones y una tela roja confleco que cubría el odre. Los tubos estabanrematados en hueso del cráneo de un piratacon parche en el ojo que murió de parto. Esolo contaba el abuelo de mi novia aunque na-die le creía.

El abuelo de mi novia no era muy menti-roso y si decía que el cráneo aquel era de unpirata muerto de parto, lo era. El pirata fueapuñalado por la espalda cuando se inclina-ba para ver la cara al bebé que acababa dealumbrar una dama a la que había recogidoen una tribu de los Chiricagua.

La gaita tenía el puntero de ébano y, segúnél, era una joya de un valor incalculable. Sialgún día le ocurría algo a su gaita, preferíaque fuera cuando él ya hubiera partido al otromundo porque si no, juraba que lo atravesa-ría con el arpón ballenero que tenía colgadoen la pared con dos garrafas y unos cordonesde cuero.

El día que fui a pedirle la mano a los pa-dres de mi novia el abuelo estaba sentado ensu sofá orejero. La tensión se masticaba en elambiente como si fuera carne fresca. Afortu-nadamente el abuelo comenzó a hablar sin

parar engolando la voz y envolviéndola en unhumo denso que provenía de su pipa de enor-me cazoleta negra.

El abuelo me contó que cuando vino deIrlanda siendo casi un bebé, había recaladoen Zamora porque su madre era de Vimiosoy en Vimioso, entonces, no se ataban los pe-rros con longaniza.

Había estudiado un año en el Conservato-rio de la capital con buen aprovechamientoacadémico. Un poco más y hubiera acabadotocando la flauta travesera que era lo que a élle gustaba, aunque no hiciera ascos al oboe.

Al final acabó tocando la gaita gallega. Eramucho más rentable. La tocó por todos lospueblos hasta que se dio cuenta de que en lamar había más música para sus bolsillos queen las bodas y fiestas de las aldeas zamora-nas, donde a duras penas ganaba para com-prarse un cuarterón de picadura.

Yo escuchaba absorto al abuelo de mi no-via porque a mí la gaita también me traía amal traer. Yo le dije al abuelo Pepín queaprendí a tocar la gaita en el Centro Gallegode la calle Carretas de Madrid, pero seguroque la tocaba mucho peor que él.

El abuelo se mostró alborozado con que sufuturo nieto compartiera con él el amor por lagaita. Tanto que se colocó la pata de maderaque tenía apoyada en el aparador y descolgóaquel tesoro.

Se la echó al hombro y como si fuera a re-zar más que a tocar, sopló. Un sonido de cie-lo invadió la pequeña estancia y a mí se mearrasaron los ojos de lágrimas. Tocaba el te-ma “Me llaman Sanabresa Sanabresona…” yno pude por menos que recordar mi añoradatierra. Luego interpretó ondiñas veñen ypronto mi futura suegra se atrevió a romperel hielo con un enorme flan que transportó

A TODOS LOS ABUELOS DEL MUNDO, POR SU PACIENCIA Y SACRIFICIO

La fraseCambiar de cama

cura la fiebre

THOMAS FULLER (CLÉRIGO YESCRITOR BRITÁNICO)

DELFÍN RODRÍGUEZ

CUANDO PEDÍ LA MANO DE MI NO-VIA, DESCUBRÍ QUE SI ALGO TENÍA ENCOMÚN CON AQUELLA FAMILIA ERA ELAMOR POR LA GAITA QUE SU ABUELOY YO TENÍAMOS

El abuelo blandió lapata de madera y apatazo limpio hizo

huir a los tiburones

Me rebanó la orejacon el arpón

ballenero y pisoteócon desprecio eltrozo que habíacaído al suelo

Era su gaitasu tesoro

delfinario

VI / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de septiembre de 2009

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desde la cocina a ritmo de jota.Es de veinticuatro huevos, recalcaba

mi futura como dándole un valor aña-dido a su trabajo en la cocina. Mi no-via, orgullosa de su madre, me decía,come cariño tú come que es un flan to-do natural…

Comí. Cómo no iba a comer. Perocomí más de la cuenta. Y bebí. Cómono iba a beber. Mucho más de la cuen-ta. El saldo final de aquella batalla gas-tronómica fue que acabé yo solito elflan de veinticuatro huevos y dos bote-llas de vino tinto de Fariña.

Y luego, con los efluvios, el abueloque siguió con la gaita al hombro. ElAsturias Patria querida, el Manolo mío,ya sabes, canciones de guerra.

En estas andábamos cuando el abue-lo Pepín, que se había olvidado que te-nía una pata de mentira, me dijo, oyenieto, por qué no tocas tú la gaita… Eraun gran honor, pero también una granresponsabilidad, así que me negué.

Las súplicas de mi futura esposa meanimaron, anda porfi porfi Delfinariotoca la gaita… El abuelo me la alargótratando de mantener el equilibrio conel culo apoyado en el respaldo del sofáorejero.

La cogí, me la eché al hombro y aca-ricié el puntero de ébano negro como elsobaco de Ramón, mi suegro, que sehabía quedado en camiseta de felpa demanga corta y sudaba por cada pelouna gota.

Me limpié la boca que todavía rezu-maba olor a huevo y luego restregué lamanga enhuevada contra la pernera delpantalón. Miré con devoción los tubos

rematados con el hueso del cráneo delpirata muerto de parto y me la llevé a laboca.

Soplé. Soplé como un condenado,pero de allí no salía nada. El abueloavanzó unos pasos y tocó las llaves.Tienes que soplar más fuerte, nieto, re-diós, la juventud de hoy no tenéis elfuelle de antes…

Volví a soplar, pero no había mane-ra. El abuelo quiso meterme el punteromás adentro y me rompió medio dien-te y me partió el labio. Mastiqué la sa-liva, escupí el medio diente en la palmade la mano y me callé como un muer-to. No quería que se enteraran de que,para mis adentros, me estaba ciscandoen sus muertos.

Toca, toca, nieto, fuerte, toca… Meestaba poniendo nervioso y en unarranque de impotencia le alargué lagaita al abuelo para que siguiera él conel concierto. Tan mala suerte tuve queal contacto del tubo con su pecho elabuelo Pepín perdió el apoyo del culocon el sillón orejero y cayó patas arri-ba.

Era el vino. Quien había tumbado alabuelo era el vino y no la gaita, pero lasconsecuencias las iba a pagar yo. Lagaita cayó tras aquel cuerpo mutiladoy se hizo añicos. Es como si aquellagaita fuera de porcelana china. Su te-soro quedó despanzurrado en mil pe-dazos.

Bramó el abuelo con una energía na-da usual. Me miró con lumbre en losojos y se acordó de todos mis antepa-sados. Mi suegra comenzó a llorarmientras ayudaba a levantar a aquella

fiera de furia desatada. Yo comencé atemblar cuando vi que la mirada san-guinolenta del marinero se dirigía a lapared.

Gané la puerta, pero no con veloci-dad suficiente. El abuelo había alcan-zado el arpón ballenero que colgaba enla pared y se acercaba hacia mí coninusitada agilidad. Alzó la herramientaen el aire y antes de que tuviera tiempode alzar el brazo para cubrirme vi mioreja derecha arrancada por el chisme.

Eché a correr y mi novia detrás. San-graba como un cerdo, pero no temíapor mi vida. Si acaso por mis auricula-res. Cuando me detuve en el rellano dela escalera mi novia comprobó horrori-zada la escabechina que me había he-cho el abuelo. Dio la luz del hueco deescalera y buscó el pabellón auricular.Cuando lo encontró era tarde. El abue-lo estaba cebado en la oreja. La atrave-saba repetidamente con el arpón y lue-go la pisoteaba hasta convertirla en unmiembro inservible para la reimplanta-ción.

Acudí a un hospital donde impidie-ron que me desangrara. Pero eso no fuelo peor. Tuvieron que atenderme de unafuerte indigestión. El flan estratosféri-co que me vi obligado a comer me ha-bía producido perforación de estóma-go.

Afortunadamente no me casé con minovia. No hubiera podido resistir sen-tarme al lado del abuelo asesino. Aun-que bueno, sin gaita y sin arpón hubierasido menos peligroso.

[email protected]

Es estremecedor. Los jóvenes le pegan a sus pa-dres. Lo ha dicho el fiscal de Zamora en su memo-ria anual. Las palizas se han duplicado en el últimoaño. El mundo al revés. Si dramático era el lema «aletra con sangre entra» que proclamaban algunospadres y maestros, terrorífico es que un hijo te pon-ga la cara del revés por un quítame de ahí esas pa-jas.

La cultura del ordenador que ha irrumpido ennuestras vidas como un elefante en una cacharrería,tiene una pequeña parte de culpa. El hijo aprende avivir aislado en su cubículo pegado a una pantallay la comunicación con el mundo exterior se multi-plica de forma vertiginosa, directamente propor-cional a la velocidad con que ha disminuido con losparientes más próximos.

Antes el ordenador era el abuelo. Un abuelo cau-saba más satisfacción al niño que los juegos de aho-ra. Era la pantalla arrugada en la que el nieto se mi-raba horas y horas. Tenía una memoria tan prodi-giosa como los inventos actuales y sus historias eranmás divertidas.

Perdida la autoridad del padre, el abuelo murió.Si acaso pervive para la propina y para que lleve alnieto al centro cibernético a comprar un chisme deesos con el que jugar horas y horas.

La modernidad nos trajo logros de dudoso méri-to. Los nuevos padres nos empeñamos en que elabuelo no mimara al niño. Los abuelos estropeabana los nietos con sus excesos. Demasiados cuentos.Demasiados juguetes. Demasiadas propinas. A me-nudo se lo reprochábamos a nuestros padres. Elabuelo estaba malcriando al nieto.Y lo convertimosen una dama de compañía.

Y hete ahí por donde el abuelo de antes se haceverbo electrónico y habita entre nosotros. Con elnuevo usurpador de las funciones de los padres, sedijo adiós al respeto, adiós a la educación, adiós alcariño a una figura señera en la familia y adiós a loscuentos. Los ogros vienen ahora inyectados por lasondas en vez de por vía oral.

Mientras el abuelo nos contaba sus cosillas, siem-pre de forma dulce y amable, el suplente electróni-co nos enseña violencia, porno y nos ayuda en unafalsa desinhibición que nos lleva a crecer en con-ceptos y ocio de dudosa utilidad: porro y botellón ala cabeza.

Antes, preservábamos a nuestras princesas de losriesgos del sexo, el tabaco y el alcohol. Ahora lasenseñamos a abortar desde su más tierna edad, co-mo si ello fuera una consecuencia lógica y naturalde la vida que nos hemos dado.

Los jóvenes, desnaturalizados por un entorno detrabajo que les priva de la compañía de los dos pa-dres en su infancia, no tienen toda la culpa. Desdeque nacen son abandonados en guarderías y es du-doso que eso sea natural, por muy buena que sea laguardería y por mucho que aprendan a hablar inglésa los tres años.

Los niños de antes mamaban la teta, ahora la te-tina; sentían en el culo el calor de unas rodillas, aho-ra el frío culo de la silla; bebían cariños y cuidados,ahora soledad y litronas.

No, no son culpables los hijos de que nos de-vuelvan dos bofetadas por la infancia que a menu-do les hemos hurtado. Algo habremos hecho malesta sociedad, más preocupada por la posición so-cial que la familiar.

Sí a la autoridad familiar, escolar, a recobrar lacultura del esfuerzo, pero sí, sobre todo a ese orde-nador con arrugas, Cuentacuentos, computadorenseñavergüenza que eran, años ha, los abuelos.

El abueloordenador

dominical / VIIDomingo, 27 de septiembre de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

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Al viajar por la carretera de Za-mora a Alcañices, a unos ocho ki-lómetros después del cruce de Ri-cobayo y tras pasar una rasa deso-lada y uniforme, se abre hacia laderecha un angosto valle que es elenclave donde se esconde el pue-blo de Cerezal. Desde esa víaprincipal, a pesar de quedar a po-cos cientos de metros de ella, nose divisa la localidad, aunque sí seintuye claramente su existencia. Ala vista quedan algún palomar yuna vieja vivienda abandonadaque pudo ser una antigua venta.Para acceder hasta el casco urba-no hay que desviarse tomando unacarreterilla secundaria que conti-núa hacia Videmala.Ya junto a lascasas y para iniciar el itinerarioque tenemos proyectado, hemosde introducirnos por una de lasprimeras calles. Buscamos la pla-zuela de la Moral, presidida por elcorpulento y viejo árbol que le danombre. Cada verano, tan recioejemplar, con las moras que se ca-en, tiñe el suelo situado bajo susombra de un azul intenso queperdura. Se sabe que tal ejemplarfue plantado en 1913, por lo queya pronto va a ser centenario.Cualquiera de los espacios libresinmediatos es apropiado para de-jar el coche, pues es desde aquídesde donde vamos a iniciar eltrayecto a pie.

Cuesta arriba parte un caminoque sube hacia el oriente, dejandoa sus orillas algunos huertos dimi-nutos. Tras coronar un suave co-llado la ruta inicia un largo des-censo por una hondonada cadavez más bravía y profunda. El re-corrido en todo ese trecho discu-rre por una buena pista apta paravehículos, pero el gozo es mayorsi paseamos relajadamente porella. Nos recrearemos así con lafrondosidad vegetal y con la gran-deza orográfica del entorno. Estos

parajes soportaron en tiempos pa-sados una intensa explotaciónagrícola, pero en nuestros días lamayor parte de las parcelas handejado de sembrarse. Con ello lavegetación espontánea ha recupe-rado, en su casi totalidad, el as-pecto natural originario. En unprimer tramo, por ambas laderasse extiende un intermitente manto

arbóreo, formado por un dominiomixto de robles melojos bien pu-jantes, con alguna encina interca-lada. Pero según se desciende, seadensa la espesura y las especiesseñaladas van siendo sustituidaspor los alcornoques, que llegan adominar el paisaje por completo.Destacan allí ejemplares de enor-mes dimensiones, árboles corpu-

lentos de un amplísimo ramajeque admiran por su vigor y por ellustre oscuro de sus frondas. Elsotobosque está poblado por unaromático jaral, renacido con ím-petu tras haber sufrido diversos in-cendios. Testimonio de esas que-mas son ciertos troncos carboni-zados, muñones abrasados, loscuales emergen negruzcos entre elverdor actual.

Resulta espléndida esta frondo-sa y extensa mata, conocida comoel Sofreral, de sofreros que esnombre con el que se les llamapor aquí a los alcornoques. A suvez se ha de saber que tal especiearbórea no abunda demasiado ennuestra provincia. En estos para-jes se forma una agrupación den-sa e importante, que aún debió deser mucho más amplia en el pasa-do. La denominación del pueblovecino, Villanueva de los Corchos,señala que también hasta allí seextendía ese alcornocal, realidadahora perdida. Por otro lado su ex-plotación económica nunca fuedespreciable, arrancándose su cor-teza cada unos diez años. La pu-janza que apreciamos se debe a laexistencia un apropiado microcli-ma, más cálido que el del entornosuperior, posible por el cercomontañoso que desvía los vientosmás dañinos.

Prosiguiendo por el mismo ca-mino, tras haber recorrido ya másde tres kilómetros, la hondonadase ensancha al converger con otrosdos declives. En este enclave se haacondicionado una zona de des-canso conocida como La Puentede Sedilla. Estamos en el mediode una depresión que parece ce-rrada por todos los lados. Acorra-lados, abrazados por cuestas entodas las direcciones, siéntese unsilencio absoluto, una paz envi-diable. Aquí abajo el terreno setorna más húmedo, con ciertos

pastizales que mantienen de con-tinuo su verdor. Además, el arro-yo que drena todo el valle, llama-do de la Presa, retiene cadozoscon agua permanente hasta en losestíos más acusados. Un poco másadelante ese curso acuático tuercehacia el norte. Aprovecha un pro-fundo tajo, una especie de cuchi-llada que rompe la llamada SierraGorda. Por esa grieta orográficadesagua hacia el río Malo, emisora su vez del Esla, ya bien próxi-mo. Hemos de seguir su curso porun sendero bien marcado. La geo-grafía se torna más agreste y fra-gosa. Los alcornoques van esca-seando para dejar espacio a las en-cinas que se hacen dueñasabsolutas del paisaje. Asimismo,de las laderas asoman diversasafloraciones rocosas ásperas ycortantes y por los fondos el ria-chuelo se precipita en pequeñascascadas, originando un murmu-llo ensoñador. Tras cada uno deesos saltos se forman límpidas po-zas en las que nadan peces dimi-nutos y se reflejan los árboles in-mediatos.

La senda, indicada con hitosbien visibles, serpea por la laderade la margen izquierda. A mediaaltura sobresale una abrupta pe-ña, extremo de un filón bien mar-cado, roto en esta parte y que hu-bo de prolongarse por el otro ladodel barranco en una continuidadque se aprecia. Al acercarnos a eseberrueco comprobaremos su com-posición esquistosa, con numero-sas fisuras irregulares, grietas delas que brota un manantial copio-so. El agua aflora saltarina en va-rios chorros, originando un rumorbucólico que se multiplica al des-cender por la pendiente. Esos cau-dales se funden a poco con los delarroyo inferior potenciando su im-portancia. Este enclave, tan atrac-tivo, se le conoce como Pizarro el

Rutas a pie por tierrasDE ZAMORA✒ Texto y fotos: Javier Sainz

Distancia desdeZamora: 31 km

Longitud total deltrayecto: 8 km

Tiempo aproximado:3 horas

Dificultad: Baja (cuestas empinadas, sendas sinuosas)

Detalles de interés:Arquitectura popular, bosque singular, paisaje pintoresco, curiosidad geológica, fuentes

Aliste

Por el sofreralde Cerezal

de

Arriba, pizarro el Caño, y sobre estas líneas palomar y torre de laiglesia, ambos en Cerezal de Aliste.

(Tierra Alba)

VIII / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de septiembre de 2009

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Rutas a pie por tierrasDE ZAMORA

Caño y es una de las curiosidadesgeológicas más notables de la ru-ta. Beneficiada por la humedad, lavegetación contigua prospera conmás vigor. Agarrada a la propiaroca, una mata de hiedra frondosay enmarañada asciende hasta lamisma cumbre. Abajo, los juncosy las zarzas cubren totalmente elsuelo y ocultan la corriente nadamás bajar del manantial. Una ex-tensa superficie poblada de men-ta, al pisar sobre ella, exhala sudelicado perfume que se mantie-ne largo tiempo.

Un poco más adelante llegamosa una encrucijada. Si seguimosarroyo abajo accederemos al an-gosto valle por el que discurrióantaño el río Malo. Ahora su cau-ce queda anegado por una cola delembalse de Ricobayo, que tam-bién se introduce brevemente porla depresión que vamos siguiendo.Nosotros optaremos por el itine-rario más transitado, el que nosdevuelve al pueblo subiendo enfuerte cuesta hasta la cima del Ca-bezo Grande y de la ya citada Sie-

rra Gorda. En el retorno el paisajeresulta sobrio, pero nunca deja deposeer una grandeza sobria yemotiva.

Ya de nuevo en el casco, urba-no hemos de conocer sus princi-pales atractivos. Como suele serhabitual, el edificio que más des-taca es su iglesia. No es monu-mento de gran antigüedad, ya quefue inaugurado en el año 1828,siendo su arquitecto Manuel Si-pos. A pesar de esa modernidadrelativa, en su interior se conser-van obras más antiguas, pues tan-to las campanas como los retablosy la pila bautismal fueron traídosy aprovechados de otro temploanterior ahora destruido. Éste sesituó en los solares del actual ce-menterio y fue abandonado dadoque quedaba un tanto a desmanode las casas. De todas esas piezascitadas descuella el retablo mayor,creación barroca bien hermosa,cincelada a mediados del sigloXVIII. Sus hornacinas centrales,gemelas, están ocupadas por lasimágenes de los santos Justo y

Pástor, los mártires de Alcalá, queson los patronos.

La arquitectura popular local, apesar de las inevitables moderni-zaciones, aún se mantiene en granmedida. Destaca un palomar conforma de torre que emerge de en-tre los edificios que le rodean.Muestra un aspecto sumamenterudo, con planta ovalada, murosen talud y una irregular cubiertade gruesas losas de pizarra. Inte-resante es la fuente antigua que seubica en la parte baja del pueblo,junto al arroyo que por allí discu-rre e inmediata a la carretera. Sudepósito está protegido por unasólida bóveda de cañón, imper-meabilizada con techumbre a dosaguas. Sobre la clave asciende unaespecie de pináculo a modo de cu-rioso e insólito ornamento. Comootras obras de ese tipo, es muy po-lémica la fecha de su construc-ción. Se le han asignado orígenesromanos, pero debe de procederde época mucho más cercana, delsiglo XVIII probablemente. Entiempos pasados existieron nume-rosos molinos, construidos, sobretodo, junto al cauce del río Malo.Unos pertenecían a Videmala yotros al propio Cerezal, ya que ellecho acuático es la raya que mar-ca de separación de los dos térmi-nos. Si acudimos hasta allí aún ve-remos las ruinas de esas pequeñasfactorías, si es que la maleza noslo permite. Pero sobre todo nossorprenderá la desmesura delpuente de la carretera, viaductomoderno, sujeto sobre recios pila-res, que cruza por lo alto toda lahondonada.

Importantes fueron en el pasa-

do las minas de estaño que aquí seabrieron. En el cerro que se alzapor el oeste del pueblo se apreciandesmontes y escombreras comotestimonio. Un corte bien visiblepermanece en la misma orilla dela carretera. Tales explotaciones,aunque su rendimiento fue mo-desto, estuvieron en activo hastala segunda mitad del siglo XX.

Atendiendo a la historia, la lo-calidad posee la categoría de vi-lla, título conseguido, al parecer,durante el reinado de Carlos I. Apesar de apellidarse de Aliste, almenos desde el siglo XV no per-teneció a esa comarca. Eclesial-mente estuvo incluida en la Vica-ría de Alba, pero tampoco se in-tegró en el condado que tuvo sucentro en Carbajales. En 1887 elpapa León XIII separó su parro-quia de la diócesis de Santiago deCompostela para integrarla en lade Zamora. Civilmente formóparte del llamado Partido delAgua, de las Cinco Villas delAgua o Villas Eximidas. Consti-tuían ese distrito, además de Ce-rezal, Villalcampo, Pino, Fonfríay Carbajosa. Esta última era laque actuaba de cabecera. El Con-de de Peñaflor ejerció de señor enalguna época. En el desastrosoperiodo de las guerras de Sece-sión de Portugal, durante el sigloXVII, el lugar fue invadido yocupado por los ejércitos del pa-ís vecino, sufriendo numerososdestrozos. En nuestros días laemigración ha diezmado el censolocal. Aún así es una localidadacogedora, de gentes bien ama-bles, en la que la estancia siempreresulta bien grata.

Remanso en el arroyo de la presa.

Alcornoque del sofreral y fuente en Cerezal de Aliste.

❜❜Resultaespléndida estafrondosa yextensa mata,conocida como elsofreral, desofreros, que esnombre con elque se les llamapor aquí a losalcornoques. A suvez se ha desaber que talespecie arbóreano abundademasiado ennuestra provincia

RECORRIDO

dominical / IXDomingo, 27 de septiembre de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

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✒ Javier Neira

Kurt Wüthrich, químico suizo espe-cializado en el estudio de las estructurasde las proteínas, fue galardonado con elpremio Nobel en el año 2002 por sus tra-bajos sobre espectroscopía de resonan-cia magnética nuclear multidimensio-nal. Wüthrich tiene una personalidadarrolladora, tres titulaciones superioresen ciencias, más otra en deportes quepractica con asiduidad y en varias moda-lidades.

—¿Sigue siendo muy deportista?—Intento serlo aún.—¿Qué es el deporte para usted?

¿Diversión, filosofía de la vida osalud?

—Necesito hacer deporte porque si nono me siento bien.

—¿Qué hace?–Corro, nado y esquío. También

pesco aunque últimamente no tanto.—En el deporte se cruzan las dro-

gas con demasiada frecuencia.–Tengo al respecto una posición ofi-

cial como consejero de laboratorios ofi-ciales. Soy miembro de un comité suizode antidopaje.

—¿Los malos siempre van pordelante de los buenos?

—Normalmente es así. Y es así efecti-vamente porque es muy difícil prevenirlo que no ha ocurrido todavía. Desafor-tunadamente solo se puede reaccionar.Es difícil actuar por delante.

—Las trampas actuales quizá no sedescubrirán hasta dentro de diezaños.

—La vida de un deportista profesio-nal es muy insana o al menos muy pococonfortable. Tiene que dar un calendariode lo que va a hacer cada día y paratodos los días del año. No me puedoimaginar a priori cómo es eso. Si lequieren hacer un control un día y no loencuentran, eso cuenta como si sehubiese dopado. Controles que no sonnecesariamente en tiempo de competi-ción sino cualquier día del año.

—Y se propone a la juventud comomodelo.

—Por eso hay que estar seguros y tra-bajar mucho para mantener limpio eldeporte.

—¿Es sano forzar así el cuerpo?—No tiene nada que ver con la salud.—¿Lo aconsejable, entonces, es el

deporte de puro placer?—Llegué a practicar hasta 25 horas a

la semana pero sin sentido profesional ysin sustancias y aún así ahí ya se notanpequeños accidentes y lesiones.

—Sin renunciar a placeres de lamesa.

—Eso es ahora fundamentalmente, eneste momento que estamos de descanso.Cuando trabajo, a la hora de comer soloingiero una manzana y corro una hora.

—¿No es malo tanto ascetismo?—No.—Otra cosa, ¿todo es química como

aseguran algunos reduccionistas?—Cuando se afirma que la química es

mala habría que pensar qué sería de lavida actual sin investigación química.

—Es frecuente encontrar químicoscasi avergonzados de su profesión,insistiendo siempre en que no conta-minan.

—No tengo ningún problema en esesentido: soy un mal químico. No hagocompuestos. Analizo la naturaleza y,claro, muy a menudo me enfrento a esosproblemas. Estoy más metido en la bio-logía, la biofísica y la genética que en laquímica en el sentido estricto. Ahí traba-jo en métodos químicos para investigarla naturaleza. Eso no poluciona. No pro-duzco moléculas, las analizo. Los quelas producen usan mis herramientas paraestudiarlas.

—¿Cuántas novedades surgen, porejemplo, cada semana?

—Los investigadores en química bio-lógica hallan 500 moléculas nuevas cadasemana.

—¿Todas útiles?—No se puede saber de una forma

inmediata. Solo el tiempo lo acabarádiciendo. Pueden pasar hasta 20 añospara que el comité decida que alguienmerece el premio Nobel. Pues bien, lonormal es que lleve aún más tiempo ver

aplicaciones prácticas.—¿Quién puede abarcar

todo eso?—Intento estar por encima y

ver todo lo que está sucedien-do, pero si se quiere ser activoen investigación es necesarioespecializarse. Si se está porencima de todo y se quiereabarcar todo no puede ver endetalle qué ocurre.

—Lavoisier hoy suspende-ría.

—Claro, había entonces tanpoco conocimiento que erarelativamente fácil abarcarlo.Incluso cuando yo era estudian-te aún se podía mirar la quími-ca en una perspectiva global,pero en las últimas décadastodo ha crecido exponencial-mente. Los químicos, además,tenemos mucha responsabili-dad, hay que preservar el están-dar de la vida, cambiando losprocedimientos de obtenermoléculas.

—La ciencia, tan poderosa¿no puede contrarrestar losefectos secundarios negati-

Kurt WüthrichQuímico suizo, premio Nobel en el año 2002 por susinvestigaciones sobre proteínas

«Los investigadoresen químicabiológica hallan 50moléculas nuevascada semana»● «El centro de gravedad mundial de la Químicase está desplazando aceleradamente haciaAsia; hacia China, Singapur, Corea y Hong Kong»

❜❜Cuando se afirma que laQuímica es mala habríaque pensar qué sería de lavida actual sininvestigación química

Kurt Wüthrich, el pasado jueves, en Oviedo. / FOTO JESÚS FARPÓN

X / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de septiembre de 2009

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vos? ¿No hay cierta histeria pesimis-ta?

—No soy consciente de que dondeestoy exista una representación negativade la ciencia. Mi experiencia en eseterreno es muy buena. En los diez últi-mos años he estado muy involucrado enlos medios de comunicación y no tengouna percepción negativa.

—La química fue tradicionalmentealemana, ¿y ahora?

—Ese tiempo terminó con la II Gue-rra Mundial. Después, los EE UU toma-ron inmediatamente las riendas. Ahorael centro de gravedad mundial de la quí-mica se está desplazando aceleradamen-te hacia Asia; hacia China, Singapur,Corea y Hong Kong. Apoyan mucho lainvestigación.

—Los laboratorios ya no tiene elcaracterístico olor, los aparatos soncasi imposibles de identificar. Parecenoficinas bancarias...

—¿Eso le parecen?—Cambió mucho el aspecto, las

máquinas son muy neutras.—Depende del área. Hay aún muy

poca automatización, por ejemplo, enlos laboratorios de química orgánicasintética al menos en relación a lo que

ocurre en otras ramas de la quí-mica y en general en otras ramasde la ciencia.

—Ya se hace mucha químicacon simulación por ordenador.

—Sí pero no es química en unsentido estricto. Eso sí que nohuele.

—¿Hay que ir, al final, alexperimento real?

—Pueden reemplazarsemuchos experimentos en algunasocasiones y seleccionar el proble-ma real en el que se quiere traba-jar pero eso no es aún químicareal. Todavía habría que hacerse.

—Todo es química hasta quellegan los matemáticos y dicenque todo es matemáticas.

—Hay que sacar las matemáti-cas de estas discusiones. Soncomo la filosofía. Son axiomáti-cas. Cuando haces computaciónen química poco tiene que vercon las matemáticas, es cienciade la información.

—Trabajan con moléculasque realmente son geometría.

—Sí, lo son.—Luego matemáticas.

—Hice muchísima computación duran-te mi carrera, soy de los científicos máscitados en ciencia informática, en bioin-formática y en biología estructural perono son matemáticas. Trabajé con físicosteóricos y también lo suyo es muy dife-rente de las matemáticas. Las matemáti-cas son filosofía y por otra parte existenlas aplicaciones de las herramientas mate-máticas en muchas cosas.

—Se dice que si el siglo XX fue lacenturia de la química y de la física, elXXI lo será de la biología.

—¿Por qué ahora estoy en un institu-to de biología? No, en serio, estoy muyrelacionado con la biología desde almenos finales de los sesenta.

—¿Qué demonios es la vida? ¿No eshacer filosofía hablar de la vida?

—Desde el año 1967 trabajo en biolo-gía pero tengo las tres carreras, matemá-ticas, física y química para desde ellasentrar en la biología. Y también estudiédeporte.

—¿No ha dado demasiadas vueltaspara acabar en la biología?

—Pues también estudié bastantemedicina, precisamente cuando estudia-ba deporte. Se necesita de todo paratener una visión amplia de la vida.

«Cuando mellamaron para elNobel estaba enclase y mi secretariano queríainterrumpirme»

✒ J. N.

—Y de pronto suena al teléfono y lecomunican que le han dado el premioNobel.

—No esperaba recibir esa llamada. Esta-ba dando clase y mi secretaria no queríainterrumpirme porque tenía absolutamenteprohibido molestarme. Dijo que volvieran allamar dentro una hora porque estaba ocu-pado. Insistieron y llegaron a decirle quepodía perder su trabajo si no decidía moles-tarme. Entonces me di cuenta del lío queestaba ocurriendo. Después de hablar porteléfono volví a clase y dije que había ter-minado por ese día. Llamé a mi mujer yllegó la prensa.

—Y el champán.—No inmediatamente. Pasaron unas

cuantas horas. Me fui por la tarde a un con-greso donde daba la conferencia inaugural.Al avión que me llevaba de Zurich a Berlínse le incendió un motor y tuvimos que hacerun aterrizaje de emergencia. Me enviaronun Mercedes grande a recogerme y lleguéasí a Berlín donde me dieron una gran bien-venida con muchas flores en la habitaciónque acabó oliendo muy mal.

—¿Pensó, ahora a por otro Nobel o alfin lo conseguí, ya me puedo relajar?

—No se trabaja en ciencia para conseguirel Nobel. Es diferente al deporte, donde tie-nes una marca e intentas mejorarla y, consuerte, el día de las olimpiadas. En cienciano es así. Nunca sabes.

—¿La ciencia moderna empieza cuandose pasa de preguntar qué son las cosas acuestionarse cómo son, cómo funcionan?

—Eso es lo que yo me pregunto constan-temente. Es importante saber qué son lascosas antes de conocerlas.

—Por cierto, con esa voz que tiene,parecida a la de Leonard Cohen ¿nuncase dedicó a cantar?

—No, pero lo puedo intentar.

❜❜Intento estar por encima yver todo lo que estásucediendo, pero si sequiere ser activo eninvestigación es necesarioespecializarse

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✒ María José Iglesias-Baloyra

A los 18 años era maoísta. Todo un revolu-cionario que prendió fuego al coche del rec-tor de la Universidad de Lisboa. En 1977,cuando aún resonaba el eco de la Revoluciónde los Claveles, descubrió el encanto del libe-ralismo. Hoy, José Manuel Barroso (Lisboa,1955) –ya no usa el Durão materno en losdocumentos oficiales– ocupa el quinto pues-to en la lista vip de portugueses, que encabe-za Cristiano Ronaldo. Le esperan, tras sureelección, cinco años más al frente de laComisión Europea. Después, quién sabe, talvez la Presidencia de Portugal.

De su etapa de primer ministro (2002-2004) queda la funesta foto de Terceira (IslasAzores), anuncio casi oficial del respaldo a lainvasión de Irak. De los cuatro retratados–además de él, Aznar, Blair y Bush– él es elúnico que sigue en primera línea de poder.

Al presidente, reelegido para un segundomandato al frente de la Comisión Europea,sólo le superan en popularidad Saramago,José Mourinho y Luis Figo. El fútbol es lapasión confesa del «césar» de Europa quellegó de Lusitania. Calderón le invistió sociode honor del Real Madrid. Sus hijos, Guiller-mo, Francisco y Luis Sousa Uva DurãoBarroso, han heredado ese culto a los meren-gues.

Habla de «construir el primer imperioantiimperial» en el Viejo Continente. Lee aCernuda y ama la ópera. El edificio que másfrecuenta en Bruselas, después del Ber-laymont –sede de la Comisión–, es el TeatroReal de La Monnaie. Le gusta el arte con-temporáneo y, por supuesto, el fado de su tie-rra natal. El doctor Barroso empieza cada díaa las seis con el mismo ritual: leer y estudiardocumentos en casa antes de llegar al despa-cho. Entonces el jurista, experto en relacionesinternacionales, formado en Lisboa, Ginebra,Georgetown, Columbia, Florencia y Luxem-burgo, deja paso al político que en 2015, sicompleta su mandato, habrá igualado elrécord de Delors. Su madre, Isabel de FreitasDurão, de familia republicana, originaria dela región de Trás-os-Montes, le enseñó que esde mal gusto comparar. Con él es difícil nohacerlo. Le llaman «Camaleón». Hasta susenemigos le reconocen una extraña habilidadpara salir airoso en las dificultades. Su amis-tad con el armador griego Spiro Latsis le trajocomo regalo una moción de censura quelogró superar. Admira a Monnet, Schuman,Adenauer, Churchill y Juan Pablo II. Supadre, profesor, de tradición monárquicanacido en Río de Janeiro, le inculcó el senti-do del deber. De su madre le viene la venacombativa. La doble herencia la lleva en elpasaporte –es portugués y brasileño– y en suacento, a veces, de resonancias transatlánti-cas. «Mi partido es Europa, la Comisión esuna gran coalición». Más ahora, que ha sidoungido con el respaldo de los socialistas por-tugueses, españoles y británicos. Zapatero noolvida que Barroso medió para que Españaestuviese en el G-20.

En Estrasburgo 382 eurodiputados votarona favor de su reelección, 219 en contra y elresto, 117, se abstuvieron. El saldo no es tanpositivo. Hace cinco años consiguió 413votos. En junio los 27 líderes de la UE le apo-yaron. El líder socialista en el Parlamentoeuropeo, el alemán Martin Schulz, es uno desus grandes críticos junto con el líder de LosVerdes, Daniel Cohn-Bendit, «Dany elVerde» –antaño «el Rojo»–. El miércoles 16de septiembre le felicitó con flores. La segun-da parte será ensamblar el equipo de comisa-

rios. Habrá que repartir 27 sillas, una por país.Pasarán a ser 18 si se aplica el Tratado de Lis-boa, que Irlanda debe ratificar este otoño. Lasnovedades consistirán en las carteras de cam-bio climático y derechos fundamentales ylibertades civiles. Durão promete trabajar poruna «Europa más fuerte en solidaridad ylibertad». Su discurso tras la reelección fue enportugués. Sobre la mesa reposaba un ramode lilium y rosas blancas envueltas en rojo yverde, los colores de la bandera lusa. Al díasiguiente la Casa Blanca difundió por todo elmundo su felicitación oficial. El «césar» yapuede cruzar tranquilo el Rubicón de la crisis.

En Bruselas conocen como el «Camaleón» al reciénreelegido presidente de la Comisión Europea, amigode Aznar y de Zapatero, de Bush y de Obama

Barroso, el «césar» quellegó de Lusitania

José Manuel Durão, dirigiéndose a los eurodiputados, en Estrasburgo, tras ser reelegidopresidente de la Comisión Europea.

Si la Unión Europea fuese un Estado federal, Mar-garita Pinto Ribeiro da Sousa Uva sería la MichelleObama europea. La esposa de José Manuel Barroso–se casaron en la catedral de Lisboa en 1980– es unamujer de delicada belleza, discreta y solidaria. Esecarácter dulce y sosegado se refleja en el texto queescribió con motivo de la cumbre del G-8 en Japón,en julio de 2008: «Me gustaría que en todos los cora-zones humanos hubiese verdadero respeto y toleran-cia y comprensión hacia los puntos de vista de losdemás, formas de pensar y sentimientos. Entonces laviolencia se iría reemplazando progresivamente por elamor».

Margarita Pinto, la primeradama, discreta y solidaria

El matrimonio Barroso, en un acto oficial con el presidente deMéxico, Felipe Calderón.

Barroso recibe flores del líder verde DanielCohn-Bendit, su gran detractor. / FOTOS EFE

❜❜ Sus detractores leacusan de no serun gran europeísta

Su madre, defamilia republicana,es originariade la región deTrás-os-Montes

XIV / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de septiembre de 2009

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En forma

✒ Martín CaicoyaMédico

Lo que se llama tique moderador estáinstaurado en muchos países de la Comu-nidad. En Francia, por ejemplo, donde hayun sistema público, la medicina ambulato-ria es privada, de manera que el individuoelige a qué médico ir, paga sus honorarios,oficiales, y recibe un reembolso del Esta-do. Desde hace unos años se paga ademásun euro adicional que no es reembolsableni asegurable. Desde el punto de vista ad-ministrativo no ofrece problemas, porquese incluye en la transacción económica quese produce en cada acto médico. En Espa-ña, el cobro de una cantidad por consultasería complicado administrativamente.Aquí, como en muchos países, tenemosinstaurado el copago en farmacia, que pre-senta la ventaja de que no tiene costes ad-ministrativos.

Es importante distinguir entre copagocomo instrumento para modificar la de-manda, quizá controlarla, y contribuciónprivada al gasto total sanitario. En España,el 28% del gasto sanitario se paga privada-mente, frente al 12% en Reino Unido o el55% en Estados Unidos. Ese gasto se sue-le dividir en pagos inmediatos, de bolsillo,que son el 76% en nuestro país, casi todoen farmacia, odontología y otros servicios

no cubiertos y gasto en seguros privados, el24% aquí.

Aclarado esto, y demostrado que no nossituamos entre los países que tienen unaprotección económica más amplia, volva-mos a la idea de copago como regulador dela demanda. La pregunta que nos debemoshacer es si la modera, y si la modera ade-cuadamente, y si contribuye a controlar elgasto. El experimento que mejor examinatodas estas hipótesis se realizó hace ya 40años en Estados Unidos. Se comprobó queel copago recorta el uso, por ejemplo unacontribución al coste de la consulta del25% reduce la utilización en un 10% perosólo un 20% si se llega a pagar el 95%. Porotra parte, los modelos con copago ahorra-ron dinero. Otra lección es que apenas in-fluye en la hospitalización. Parecería que lautilización necesaria se preservaría, pero noes así: en la demanda ambulatoria se cer-cena tanto la que está justificada como laque no.

Realmente, además del efecto en el bol-sillo del ciudadano y del sistema, lo que in-teresa es cómo influye en la salud. Aquínos topamos con el problema de siempre:que el impacto de la actividad sanitaria enla salud es difícil de medir. En el citado es-tudio no se encontró ni siquiera en los quetenían que pagar el 95% del coste. Pero,analizado con más detenimiento, se vio quelos pobres y los enfermos sí podrían verseafectados.

En Europa el tique moderador pareceque en general influye, al menos temporal-mente, en el uso de servicios, y aunque al-gunos análisis tratan de convencernos deque sólo dejan de acudir al médico los queno lo necesitan, la mayoría cree que afectafundamentalmente a los más vulnerables.Por eso, los que se oponen a esta estrategiasostienen que hace peligrar la equidad, elvalor que con más cuidado debe preservarun sistema sanitario. Equidad es dar más aquien más lo necesita, precisamente para

corregir ese déficit. En cuanto a la posibi-lidad de contener el gasto sanitario, la ex-periencia en otros países apunta a que latendencia global no se modifica.

En resumen, parece que afecta a la equi-dad, no está claro que la reducción en eluso sea mantenida y no es una forma decontrolar el gasto sanitario. Además es im-popular. Entonces, ¿por qué se plantea? Al-gunos nos dicen que es que lo gratuito nose valora. Sin embargo, una y otra vez, enlas encuestas el sistema sanitario es el me-jor valorado, con gran diferencia respectoa otros.

No hay duda de que tenemos que encon-trar la forma de contener el gasto sanitario.La teoría es fácil: hay que hacer lo que hayque hacer, y sólo lo que hay que hacer y ha-cerlo bien. O sea que el primer problema esdecidir y definir qué hay que hacer, qué ser-vicios ofrecer y a quién. Sabemos que al-gunas intervenciones no sólo son inútilessino perjudiciales: tenemos que evitarlas.Más allá de eso hay que reconocer que nose puede dar todo. Los costes de algunosservicios son altísimos, sobre todo por latecnología, que es el gasto que más crece.Qué hacer es una discusión social. Y ha-cerlo bien, sin despilfarros, con eficiencia,es el segundo reto con el que se enfrentantodos los trabajadores del sistema, cada unocon su grado de responsabilidad en funciónde su cargo o puesto. En resumen, decisio-nes políticas, bien informadas por la cien-cia y sensibles a los ciudadanos, sobre quéofrecer y gestión eficaz del sistema.

Lo quesabemosdelcopagoLos costes dealgunos serviciosmédicos sonaltísimos, sobre todopor la tecnología,que es el gasto quemás crece

dominical / XVDomingo, 27 de septiembre de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

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✒ J. C. Gea

El hombre parece superar holgadamen-te la treintena. Su busto se gira en posiciónde tres cuartos y su rostro se orienta al es-pectador, observándolo en un severo reo-jo cuya seriedad refuerza el imponentemostacho con las puntas hacia arriba. Esun rostro hermoso, bien dibujado, preci-so, pero no llega a tener la encarnadura deuna obra rematada. Las ropas, salvo unablanca gorguera a la moda española delprimer tercio del XVII, son oscuras eigualmente adustas; aparecen poco defi-nidas, aunque bastante más que el fondodel retrato: apenas un indistinto clima decolor que el autor ha obtenido mezclandocon ligereza una paleta algo sucia en laque conviven grises y tonos cálidos hastacolmar las modestas dimensiones de laobra: 68,6 x 55,2 centímetros. ¿Quién esel hombre del cuadro, titulado, en escru-pulosa tautología, «Retrato de hombre»?¿Quién su autor?

Durante un tiempo se creyó que ambaspreguntas tenían la misma respuesta: Die-go Rodríguez de Silva y Velázquez (1599-1660). Otros, sin precisar la identidad delretratado, lo habían llegado a atribuir pre-viamente a unas manos distintas de las delpintor español, pero igualmente magistra-les: las de su contemporáneo Antoon VanDyck. Más tarde se puso en duda no sóloque representase a Velázquez, sino la pro-pia autoría velazqueña de la obra.Y, final-mente, el pasado 9 de septiembre, resol-viendo al menos el cincuenta por cientoesencial de la cuestión, su propietario, elprestigioso Metropolitan Museum of Artde Nueva York, confirmaba que, sea o node Velázquez el rostro del retrato, al me-nos la mano de su autor sí es la del inmor-tal maestro sevillano.

El caso ilustra, una vez más, los azaresde la atribución y la interpretación que lle-nan por todas partes de detectivescos(cuando no vodevilescos) enredos y equí-vocos la historia del arte, invitando a rela-tivizar dogmas y papanatismos. Hace unaño, expertos y público recibían con con-siderable conmoción, sonada polémica yhasta pesadumbre el dictamen que borra-ba oficialmente la autoría de Goya de lasreferencias a una pieza tan notable como«El Coloso» que alberga El Prado. Ahora,en dirección contraria, dando una gran ale-gría al Met y al mundo del arte, el «Retra-to de hombre» ha sido restituido oficial-mente al catálogo velazqueño, un legadoescaso que en el mejor de los casos rondalas 120 obras.

En este caso, el argumento del enredo separece bastante a un desenmascaramiento.Los expertos del Met que han dirigido lainvestigación –Keith Christiansen, jefe dePintura Europea, y Michael Gallagher, res-ponsable de Conservación– han desveladoprácticamente una obra «nueva» para sucolección, tal y como, no del todo en bro-ma, lo proclamó su director el pasado día9. Paradójicamente, esa novedad se halla-ba oculta bajo una larga historia, unas res-tauraciones probablemente abusivas y unadensa capa de barniz amarillento que looscurecían todo.

La historia documentada de este «Re-trato de hombre» se remonta a la colecciónde Johann Ludwig Reichsgraf vonWallmoden-Gimborn, bastardo del mo-narca británico Jorge II, que poseyó el cua-dro desde antes de 1811. Después de esafecha pasó, curiosamente como obra deVan Dyck, a manos de David BernhardHaussman para después volver a las de

Jorge III. En 1925 fue adquirida por el le-gendario comerciante de arte parisino Du-veen, quien a su vez la vendió un año des-pués al empresario y coleccionista JulesBache por 225.000 dólares de los de en-tonces.

En el momento de su donación por elbenefactor Bache, en 1949, el severo hom-bre del retrato entró al Met como autorre-trato de Velázquez, respaldado por dictá-

menes como los del experto August Ma-yer, quien en 1917 y posteriormente, trasla limpieza de la obra, se había apoyado,entre otros argumentos, en una obra maes-tra del sevillano, «La rendición de Breda»(1631). En el extremo de esta imponentecomposición exhibida en El Prado apare-ce un personaje cuya disposición –en unextremo, mirando al espectador– hacepensar en las convenciones del autorretra-to. Y además el personaje, su nariz, sumostacho, su gesto, su disposición confi-guran un llamativo parecido con su «pa-riente» del Met. Esta tesis parecía ademásabonada por alusiones de tiempos de Ve-lázquez a cierto autorretrato en catálogo dela colección romana de Francisco Pache-co y en un inventario de los bienes del pin-tor realizado tras su muerte.

Sin embargo, la autoría velazqueña delrecién llegado empezó a cuestionarse yaen la década de 1950 y 29 años despuésllegó a ser tomada tan en serio que la car-tela cambió el nombre de Velázquez poruna genérica atribución al taller del maes-tro. Expertos españoles de referencia, co-mo José López-Rey, abonaron también es-ta tesis. A pesar de todo, la calidad no secuestionaba, tal y como lo demuestra elhecho de que el Met lo hiciese viajar co-mo uno de sus «tesoros» en itinerancias desus fondos por museos de Kyoto y Tokyo,el Ermitage petersburgués o el Pushkin deMoscú.

Todo volvió a cambiar con ocasión delos trabajos de recatalogación de los ricosfondos españoles del Met, aún en marcha.Unas pruebas realizadas este mismo vera-no sobre el retrato «sugirieron que bajo elbarniz amarillento había un trabajo pinta-do con una paleta clara y ligera». Tras laretirada del barniz, probablemente añadi-do en algún momento para envejecer arti-ficialmente el cuadro en busca de mayorcotización comercial, y la rectificación delexcesivo retocado en restauraciones pre-vias, la máscara cayó: tras ella se reveló«una obra de una asombrosa frescura, contodas las marcas del firme toque de pincelde Velázquez». El grosor del «embozo» debarniz y el «maquillaje» habían consegui-do despistar a ojos sabios.

El «desenmascaramiento» no ha cogi-do del todo por sorpresa a expertos comola máxima autoridad estadounidense enVelázquez, Jonathan Brown. Su ojo ex-perto no estaba del todo conforme con loque hasta hace unos días decían las carte-las y la maestría que revelaba la obra, yhabía llegado a buscar autorías alternati-vas, como la de Alonso Cano. El hecho deque su parecer confirme la obra como «unestudio más que un trabajo rematado»,ejecutado con «estilo simple y aboceta-do» en muchas zonas, no le resta ni su ca-lidad ni la «capacidad para impactar consu frescura e inmediatez» que le atribuyeel Met. El propio Brown será el encarga-do de restituir la pieza con todos los ho-nores a la literatura oficial sobre Ve-lázquez.

El Velázquez volvía a ser un Velázquez,aunque no sepamos si es Velázquez. ElMet se conforma con considerar cualquieridentificación entre autor y personaje co-mo «altamente especulativa».

Mientras se resuelve ese enigma, la mi-rada puede entretenerse comparando losrostros de este retrato y del anónimo invi-tado a la capitulación de Breda. Pero eseantifaz es muy probable que nunca caigaporque en el arte, no menos que en la vi-da, la ignorancia es la más pertinaz de lasmáscaras.

Un Velázquez con dos máscaras

❜❜El cuadro entró enlos fondos del Met en 1949como obra de Velázquez,autoría luego cuestionada

LAS MISMAS CARAS. La foto superior muestra el autorretrato que el Metropolitan atribuye aVelázquez. Abajo, una detalle de «La rendición de Breda», en cuyo ángulo superior derecho seobserva un personaje que guarda gran parecido con el del retrato.

El caso del retrato que el Metropolitan vuelve a atribuir al maestro sevillanoilustra los equívocos casi vodevilescos que llenan la historia del arte

XVI / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 27 de septiembre de 2009