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ALEJANDRA PIZARNIK DESDE MIS OJOS Por: Katia Cueto Cépeda Son incontables y muy críticos los comentarios encontrados sobre la poetisa argentina con ascendencia Rusa Alejandra Pizarnik con quien admiro mucho y me siento muy atraída personalmente por su poesía, a veces me siento un poco identificada con ellos, hasta cierto punto en mi vida, no sé si es por la “locura” con la que la conocen o por una historia de vida que la dejó marcada hasta el último día de sus días, aún no encuentro el adjetivo adecuado para describir el sentimiento de identidad con la triste, oscura, corroída pero a la vez mujer con ojos de niña aterrada Alejandra. El siguiente comentario no se encuentra netamente enfocado al aspecto denotativo y científico de la poesía pizarkniana sino más bien, trataré de describir a esta mujer desde una manera más humanista, psicológica hasta existencialista por qué no decirlo, hablaré de ella como si hablara de alguien muy cercano a mí, como si en algún momento también hubiera sentido en esos vacíos, esas grandes soledades, los círculos de la vida. No quiero empezar el siguiente análisis el cual de repente no puede llegar a ser el más científico en explicaciones, descripciones, críticas y análisis científico, pero sí intentaré develar a Alejandra con el alma, sentimiento y melancolía, abstraídos de su misma esencia a mi perspectiva, porque al final ese es el verdadero sentido y razón de la literatura apasionar, identificar, sentir, enternecer, enseñar. 1. DATOS BIOGRÁFICOS: Nació en Bueno Aires, Argentina el 29 de abril de 1936 – 1972 Nacida como Flora Pizarnik Bromiker, fue la hija de Elías Pizarnik y de Rejzla (Rosa) Bromiker, ambos inmigrantes judíos de origen ruso y eslovaco, que se dedicaban al comercio de joyería. Creció en un barrio de Avellaneda. Creció en el tiempo de la segunda guerra mundial, cuando el genocida de Hittler luchaba por dominar a los humanos, sintió

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Page 1: Alejandra Pizarnik Desde Mis Ojos

ALEJANDRA PIZARNIK DESDE MIS OJOS

Por: Katia Cueto Cépeda

Son incontables y muy críticos los comentarios encontrados sobre la poetisa argentina con ascendencia Rusa Alejandra Pizarnik con quien admiro mucho y me siento muy atraída personalmente por su poesía, a veces me siento un poco identificada con ellos, hasta cierto punto en mi vida, no sé si es por la “locura” con la que la conocen o por una historia de vida que la dejó marcada hasta el último día de sus días, aún no encuentro el adjetivo adecuado para describir el sentimiento de identidad con la triste, oscura, corroída pero a la vez mujer con ojos de niña aterrada Alejandra.

El siguiente comentario no se encuentra netamente enfocado al aspecto denotativo y científico de la poesía pizarkniana sino más bien, trataré de describir a esta mujer desde una manera más humanista, psicológica hasta existencialista por qué no decirlo, hablaré de ella como si hablara de alguien muy cercano a mí, como si en algún momento también hubiera sentido en esos vacíos, esas grandes soledades, los círculos de la vida.

No quiero empezar el siguiente análisis el cual de repente no puede llegar a ser el más científico en explicaciones, descripciones, críticas y análisis científico, pero sí intentaré develar a Alejandra con el alma, sentimiento y melancolía, abstraídos de su misma esencia a mi perspectiva, porque al final ese es el verdadero sentido y razón de la literatura apasionar, identificar, sentir, enternecer, enseñar.

1. DATOS BIOGRÁFICOS:

Nació en Bueno Aires, Argentina el 29 de abril de 1936 – 1972

Nacida como Flora Pizarnik Bromiker, fue la hija de Elías Pizarnik y de Rejzla (Rosa) Bromiker, ambos inmigrantes judíos de origen ruso y eslovaco, que se dedicaban al comercio de joyería. Creció en un barrio de Avellaneda.

Creció en el tiempo de la segunda guerra mundial, cuando el genocida de Hittler luchaba por dominar a los humanos, sintió mucho la tristeza y la desolación de aquella época, algunos parientes suyos como sus abuelos, fueron víctimas de este infierno en los campos de concentración en Alemania.

Desde pequeña le gustó mucho la lectura, desde muy chica sintió el amor por la literatura, cuenta su hermana Myriam que era una adolescente muy amiguera, se decía que era tartamuda, aunque su propia hermana niega este hecho, explicando que Alejandra tenía un problema en las fosas nasales que no le permitían hablar bien, este es uno de los tantos motivos que hicieron que nuestra querida Alejandra se sintiera muy fea, sufría de baja autoestima, tenía acné, mas sus amigos aun la describen con unos ojos bellos entre verdes y grises, pequeña, menuda, con tendencia a engordar esto trajo como consecuencia que desde muy adolescente empezara a

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tomar anfetaminas los cual desencadena el principio de sus adicciones, las anfetaminas en aquel entonces eran legales y se podían comprar en cualquier farmacia.

Cuenta su hermana que cuando eran adolescentes, Alejandra todas las noches escribía en un cuaderno de notas, un diario en el que plasmaba sus pensamientos sobre la sociedad de ese entonces, ella vivió en una época en la que la mujer tenía solo el papel de ser solo ama de casa, esto la confundía mucho porque se negaba a aceptar ese estereotipo de mujer sumisa, jamás logró encajar en la sociedad, siempre le decía a sus amigos que “no pertenecía a este mundo” increíblemente esta afirmación puede que tenga un poco o mucho sentido.

Desde muy joven cuando decidió estudiar Filosofía y Letras en La Universidad de Buenos Aires, tenía una fascinación por la corriente artística Vanguardista la cual influencia absolutamente toda su literatura, siempre decía que el vanguardismo podía explicar la propia vida en una obra de arte; no podemos hacer a un lado su amor por la filosofía le atraía mucho el existencialismo, había leído a Sartre, desde muy joven, hablaba perfectamente el francés, leía a los surrealistas franceses como Rimbaud, Sartre, Bauvoir, Luatreámont; a los 18 años tuvo su primera relación, con su profesor, un hombre mucho mayor que ella, todo empezó con un café.

Muy a pesar de haber pasado años en la universidad, nunca aprobó ninguna materia, no se le veía asistir a clases, solo se dedicaba a leer y leer, apuntar, aprender, abstraer pensamientos, no le causaba interés alguno los aprendizajes impuestos y sistemáticos, siempre se la encontraba en la biblioteca o librerías de los alrededores de la universidad, leyendo, leyendo y escribiendo. Paralelamente tomó clases de pintura.

Con el tiempo fue volviéndose muy farmacodependiente, tomaba pastillas para despertar, para dormir, para esta bien, para estar mal, en aquel entonces era muy simple conseguir todo tipo de medicamentos en las farmacias, anfetaminas, ansiolíticos, eran las dos partes en ella.

Firmemente apolítica e influenciada en su lirismo por Antonio Porchia, los simbolistas franceses, en especial Arthur Rimbaud y Stéphane Mallarmé, por el espíritu del romanticismo, y por los surrealistas, Pizarnik escribió libros poéticos de notoria sensibilidad e inquietud formal marcada por una insinuante imaginería. Sus temas giraban en torno a la soledad, la infancia, el dolor y, sobre todo, la muerte.

Su primer libro fue La Tierra Más Ajena (1955), editado en Botella Al Mar. Más tarde publicó La Última Inocencia (1956), volumen dedicado a su psicoanalista Oscar Ostrov, y Las Aventuras Perdidas (1958).

Entre 1960 y 1964, Pizarnik vivió en París donde trabajó para la revista Cuadernos y algunas editoriales francesas, publicó poemas y críticas en varios diarios, tradujo a Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Césaire, e Yves Bonnefoy, y estudió historia de la religión y literatura francesa en la Sorbona. Allí entabló amistad con Julio Cortázar, Rosa Chacel y Octavio Paz, entre otros, siendo este último el prologuista de Árbol De Diana (1962), su cuarto poemario, en el que ya se refleja plenamente la madurez como autora que estaba alcanzando en Europa.

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Regresó a Buenos Aires en 1964, publicando sus poemarios más importantes: Los Trabajos y Las Noches (1965), Extracción De La Piedra De La Locura (1968) o El Infierno Musical (1971).

En 1969 recibió la beca Guggenheim, lo que le permitió viajar a Nueva York, y en 1971 una Fullbright.

Escribió en prosa La Condesa Sangrienta (1971).

El 25 de septiembre de 1972, a los 36 años, se quitó la vida ingiriendo 50 pastillas de un barbitúrico (Seconal) durante un fin de semana en el que había salido con permiso del hospital psiquiátrico de Buenos Aires, donde se hallaba internada a consecuencia de su cuadro depresivo y tras un intento de suicidio.

2. DOS PERSPECTIVAS:A. Alejandra, la escritora:

Pizarnik, siempre tuvo una mente bipolar que se reflejaba mucho en sus escritos, resaltando las antítesis y antonimias que transmiten mucho en sus poemas como LA NIÑEZ/LA MUERTE, SADISMO/MASOQUISMO.

Al referirme a la antítesis niñez/muerte es que la escritora en muchos de sus poemas escribía y reflejaba en sus versos la nostalgia de verse en recuerdos de su infancia como un ser inocente, en un lugar seguro lleno de luz a pasar a ser inseguro, silencioso, misterioso en la muerte, los dos esperándola tiernamente al final del camino.

Ella, contaba con una creatividad inmensa, al ser una seguidora asidua de la corriente artística surrealista en sus cortos versos pero tan bien estructurados, tan perfectos, tan sonoros, que lo hacían bello y directo, las palabras precisas, que logran causar un silencio, en sus lecturas, que de alguna u otra forma también explicaba el simbolismo de la muerte amenazante del poema, así como la idea que ella tenía y sentía a la muerte cerca de ella y es por esto que se vuelve un tema muy principal en muchos de sus versos como:

“Un claro en un jardín oscuro o un pequeño espacio de luz entre hojas negras

Allí estoy yo, dueña de mis cuatro años,

Señora de los pájaros celestes y de los rojos.

Al más hermoso le digo:

Te voy a regalar a no sé quién.

¿Cómo sabes que le gustaré? -dice.

Voy a regalarte -digo.

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Nunca tendrás a quien regalar un pájaro -dice el pájaro.”

La niña en jardín.

Sin duda creo que usó la paradoja en sus versos Alejandra como LUZ/OSCURIDAD siendo sus versos tan bellos y a la vez con un trasfondo muy oscuro, como si bromeara sutilmente con las palabras de una forma casi mística, COMO SENTIRSE CAER PERO EN DARTE CUENTA DE QUE YA ESTABAS EN EL PISO.

SilencioYo me uno al silencio

Yo me he unido al silencioY me dejo hacerMe dejo beberMe dejo decir

Otro punto importante sobre la escritura de Pizarnik, es el uso exclusivo de un grupo de palabras que siempre fueron utilizadas en sus poemas o tiene y brindan el mismo mensaje, como muerte, tristeza, silencio, vacío, miedos, infancia.

Al respecto dice la misma Alejandra Pizarnik: “Creo que en mis poemas hay palabras que reitero sin cesar, sin tregua, sin piedad: las de la infancia, las de los miedos, las de la muerte“.

A los libros Árbol de Diana y Los trabajos y las noches se agregan Extracción de la piedra de la Locura y El infierno musical. Los primeros están escritos, en su mayor parte, en verso, contextos que ocupan el centro de la página, rodeados de gran margen en blanco. Son poemas cortos e intensos, de estructura circular o cerrada, de estilo repetitivo y exacto, sin palabras superfluas, en los que las repeticiones no atentan contra la exactitud o precisión poética, pues se trata de reiteraciones fónicas, lexicales o sintácticas, Dichas repeticiones adoptan formas poéticas diversas, considerando el aspecto fónico rítmico, con amplio uso de asonancias, aliteraciones, de estructuras, como el polisíndeton, la anáfora, la epifora.

B. ALEJANDRA, LA HUMANA:

La baja autoestima, la enfermedad que no le permitía pronunciar totalmente bien las palabras y que llegó a confundirse con tartamudez, la tendencia al sobrepeso, causaron muchas huellas en Alejandra, la llevaron a consumir anfetaminas que en esos entonces se conseguían en cualquier farmacia ya que era legal, fue el inició en su fuerte adicción a los fármacos que a su vez fueron los instrumentos para su suicidio, nos deja grandes vacíos y preguntas, ya que no es simple tratar de entender a un ser humano, tan complejo, estrafalario pero a la vez bello, ni su propia familia logró entenderla, cada humano conoce bien su historia; sin embargo al tratar de adentrarme en la literatura de Pizarnik me hayo dentro de una especia de Flashback de recuerdos sobre mi adolescencia, algunos muy parecidos a los de ella, ahora, creo que la palabra más acertada para

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describirla es la autodestrucción ya que mientras ella iba creciendo, su poesía también crecía con ella peor de una de manera más oscura, más desesperada, nunca se sabrá a ciencia cierta qué es lo que verdaderamente pasaba por la cabeza de esta escritora, sin embargo su poesía deja huellas tristes, melancólicas, en nuestros espíritus, tiene un cierto aire de desolación, como lo que ella fue, una poeta maldita.

Ahora me atrevo a observar a Alejandra de una perspectiva más personal, veo a una mujer muy depresiva, autodestructiva, solitaria, vencida, acabada, resignada a la muerte, al caer, masoquista en grandes proporciones, con una increíble aceptación de sí misma, viéndose a ella misma como un ser ya inerte, podrido, oscuro, “El vacío gris”; ella ya sabía bien a donde quería, iba y llegó, que fue la muerte, el tema más importante en sus escrituras, no podemos hacer a un lado su fuerte farmacodependencia, siempre de forma dual, tanto en su literatura como en su vida, siempre de a dos, anfetaminas más ansiolíticos, por momentos despierta, por momentos dormida, solo vivía y se entregaba al cien por ciento a la poesía, era su máxima pasión, sin embargo este amor desmesurado también fue un gran artífice de su autodestrucción, mientras se acercaban los días de su suicidio, sus poemas de tornaban más y más oscuros.

Una increíble y basta vasta figura llena de tanta luz y oscuridad a la vez, nos encierra en el silencio de la tristeza y pesadez de la existencia humana, esa difícil interrogante del ser humano, la insoportable levedad del ser, el fatalismo, la condujeron cada día más al precipicio, es muy lamentable para mí y no creo ser la única persona que cree que un mente tan brillante y genial como la de Alejandra Pizarnik haya terminado con final tan triste, me sirve de mucho en mi camino a seguir, no lo dudo…

6ella desnuda en el paraíso

de su memoriaella desconoce el feroz destino

de sus visionesella tiene miedo de no saber

nombrarlo que no existe.

El árbol de Diana.

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YO SOY...mis alas?

dos pétalos podridosmi razón?

copitas de vino agriomi vida?

vacío bien pensadomi cuerpo?

un tajo en la sillami vaivén?

un gong infantilmi rostro?

un cero disimuladomis ojos?

ah! trozos de infinito