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Alba Sanchez de Hauszler - Universo Contaminado

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Universo Contaminado

porAlba Snchez de HauszlerPrlogo

Este cuento tiene una historia. Uno de mis pasatiempos, es la intervencin en un foro de Internet, en el que se tratan temas de religin. All debaten personas de todo tipo de creencias, desde los ms religiosos hasta ateos recalcitrantes. Hace un tiempo un creyente del foro coment que l vea los propsitos de Dios observando el universo. Un astrnomo ateo le contest que si fuera por lo que se observa en el universo, se dira que el propsito de Dios es fundamentalmente el hidrgeno, ya que ese gas lo constituye en una inmensa proporcin, siendo el resto absolutamente insignificante en comparacin. Siempre les digo a mis amigos del foro, que quizs todos tengan parte de razn. Que posiblemente la verdad se parezca a algo de lo que creen y sin embargo ser totalmente diferente. Que las distintas versiones tal vez se deban a que solo ven una parte limitada de la realidad, y no el conjunto completo. Eso pasa cuando se intenta la reflexin, sobre un mundo demasiado encasillado. Culpa de los especialistas, que han roto la realidad en pedacitos, le han puesto a cada uno una etiqueta, hasta que dejaron de entenderla. Un mtodo muy poco apropiado para comprender el universo. Por eso nunca me gustaron las posiciones extremas, prefiero las intermedias, especialmente aquellas que hacen sntesis de aparentes opuestos superando todo lo anterior.

As que aprovech el tema en cuestin para escribir un cuentito. Despus de la primera parte, todo el mundo me pidi que lo continuara. As lo hice, una y otra vez, con el mismo resultado. Mis amigos se encariaron tanto con el personaje del cuento, que no me permitan terminarlo. Por fin tuve que recurrir a un truco, que todava no me ha dado resultado, porque siguen insistiendo en que quieren ms. Confieso que ese final forzado no termina de convencerme. Creo que cuando uno est preparado para evolucionar, eso ocurrir sin que nadie tenga que decirte cmo, por lo tanto si a ti tampoco te gustan los consejos, lee el cuento hasta la palabra FIN, los dems, si quieren, pueden continuar las dos paginas que quedan.

Algunos me dicen que el cuento es peligroso porque podra despertar la ira de los fanticos religiosos, yo les digo que de ninguna manera. Primero, porque todo est dicho con mucho cario y segundo, porque lo nico que hice fue acercar un poco el asunto a nuestro nivel de compresin. Cuanto ms alto ponga la religin a Dios, ms lo aleja de nosotros. El mundo necesita alguien a quien recurrir sin morirse de miedo o de aburrimiento.

Aclaro que no soy creyente, no al menos en los minsculos dioses personales concebidos para consuelo de este drama de ser conscientes y mortales. Sin embargo confieso que me hubiera gustado tener fe. De ser as seguramente hubiera disfrutado de la religin, porque encuentro fascinante la belleza de los rituales, la imaginera y la msica religiosa, pero eso es simple sensibilidad artstica.

No obstante la carencia de fe, desde que tengo memoria, recuerdo haber pensado sobre el tema con insistencia. Desde muy joven he ledo cuanto libro espiritual ha cado en mis manos, en una bsqueda agradable, pero infructuosa. Porque algo que para mi, es en esencia una inmensa pregunta, no puede cristalizarse en una respuesta dogmtica, sin crearme algn grado de incomodidad. Hay religiones preciosas, pero todas pecan de cierta soberbia que les impide aceptar que intuir, no es conocer. Pero como en el fondo tengo un alma mstica, por el momento me conformo con la inmensa pregunta y gozo muchsimo con la variedad de respuestas personales que a cada rato surgen en mi mente, porque no me las tomo demasiado en serio.

Al cabo del tiempo, he concluido que la figura de Dios es un smbolo que el hombre ha encontrado para describir algo que por ahora est ms all de su alcance. Algo as como la ecuacin que exprese la totalidad del universo. Tal vez tengamos que esperar bastante para que la inteligencia humana lo pueda manejar, pero creo firmemente en la evolucin de todo lo existente. Si sobrevivimos a nuestra propia peligrosidad, algn da los hombres vamos a completar el ltimo trmino de la ecuacin y en ese momento la fe habr sido reemplazada por el conocimiento, que al fin de cuentas es el inductor de creencia ms poderoso que conozco. Mientras tanto... si tenemos que conformarnos con un smbolo... prefiero que sea amable y carioso.

Universo Contaminado

I

En el laboratorio el ayudante Ova se mova nervioso. Despus de tanto trabajo, saba que su jefe ya no le perdonara ms errores. Puso mas cuidado que nunca para comprobar que todo estaba en condiciones, y a la seal del jefe, puls el botn de inicio del proceso.

Bajo los poderosos microscopios un destello de luz marc el comienzo del tiempo y el espacio dentro del pequeo porta universo. Rpidamente la luz se expandi, Ova cheque que las fuerzas interactuaran tal como lo haba calculado, y sonri complacido cuando los sensores confirmaron la creciente cantidad de hidrgeno. Preciosos velos se desplegaron en los monitores mostrando las condensaciones de gas danzando en remolinos. Siempre era fascinante ver cmo se formaban las galaxias cuajadas de estrellas. Aqu y all se sucedan las explosiones encendiendo los sensores de presencia de elementos pesados, pero eran cantidades despreciables, por lo que no le dio mucha importancia.

El ayudante Ova se sec la manos sudadas y se dispona a escribir el informe con los resultados preliminares, cuando se dio cuenta que algo andaba mal. En el panel de control de contaminacin biolgica, se encendi una luz amarilla indicando la presencia de aminocidos.

Cuando la luz roja empez a parpadear, la voz del jefe tron en los odos del ayudante Ova. Pedazo de imbcil, otra vez dejaste contaminar la muestra! Qutala del microscopio y vete, antes que te de una patada en el trasero!

- pero Jefe, todava la enfermedad no se ha presentado! dijo Ova compungido.

- Gabriel, nunca pens que fueras tan idiota!, Cunto crees que va a tardar en desarrollarse?

El ayudante Ova se apresur a salir. Lo ltimo que vio antes de cerrar la puerta fue al enojado jefe meneando la cabeza Qu estpido desperdicio de hidrgeno! deca mirando con pena el estante de los porta universos descartados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

En un lugar de la sabana, un antropoide mir las estrellas y por primera vez se pregunt Quien soy? Ni soaba con la respuesta que un descendiente suyo dara a esa pregunta. El insidioso mal que habra de heredar de aquel ancestro, le hara imaginar que alguien llamado G.Ova lo cre a su imagen y semejanza. . . de haber estado menos enfermo, tambin habra adivinado que se trataba de un error.

II

Cuando entr en el espacio-tiempo, la nave se estremeci como si hubiera chocado con un denso muro de espuma. Gabriel nunca terminaba de acostumbrarse a la desagradable sensacin. Mir la pantalla y vio que esta vez el controlador lo haba entrado muy cerca del campo planetario. Maldijo mentalmente al desgraciado, y se apresur a prepararse para el violento descenso.

Cuando lo dejaron en medio del desierto, tuvo que cubrirse los ojos, deslumbrados por la luz amarilla de la estrella. Realmente no se trataba de su propio cuerpo, sino de una rplica microscpica, materializada de acuerdo a las condiciones del planeta y el motivo de la misin. El resultado era una obra maestra, y su mente no senta diferencia alguna, salvo el leve escozor en el implante de las alas, absurda recomendacin de los especialistas en psicologa humanoide, para evitar el riesgo de ser confundido con un loco vulgar.

Trabajosamente comenz a trepar los riscos calcinados. Las rdenes de la misin exigan absoluta discrecin. Nada de escndalos, ni de terror, solo supervisar de lejos y buscar algn individuo capaz de entender el mensaje.

A la sombra de unas rocas, divis la gris marea de un rebao y un solitario pastor. A pesar de la tosca vestimenta, haba cierta nobleza en su delgada figura. Se acerc con cautela y prendi el equipo. Los pensamientos del primitivo comenzaron a fluir tan desordenados, que era difcil extraer de ellos nada til... demonios, vino y queso de cabra, unas caderas cimbreantes, un enorme ojo en cielo y ms demonios. Ya estaba por desesperarse, cuando la corriente se detuvo, reemplazada por una sensacin de extrema urgencia, seguida de aliviado placer. Cuando lleg a su lado, la humedad de la orina en el suelo, comenzaba a evaporarse.

Hola! Cmo te llamas? son su voz en la cabeza de primitivo, que comenz a temblar paralizado de terror. Como eso era justo lo que quera evitar, Gabriel alarg su brazo y lo roci con un tranquilizante. El primitivo se durmi al instante. Mientras esperaba que se despertara, pens que ya estaba harto de esas obligaciones de informante y mensajero. Lamentablemente no tena alternativas. La ley era muy clara, cada cual arregla sus propios entuertos y en eso, l era un fatal reincidente.

Cuando el pastor despert, el sol ya era una enorme bola roja en el horizonte. - No hay nada ms hermoso que el hidrgeno convirtindose en helio! - exclam Gabriel. Por la arruga en la frente y su expresin desconcertada, se dio cuenta que el primitivo no tena ni la menor idea de lo que le deca. Nuevamente maldijo en silencio, esta vez, al que calcul la fecha del contacto. La enfermedad estaba todava en su primera fase, tan solo la bruma de una conciencia sin conocimientos. El asunto iba a ser ms difcil de lo planeado.

- Vers dijo Gabriel todo comenz con un lamentable error, pero nuestras leyes son justas y respetuosas, por eso estoy aqu para ayudarlos. Voy a explicrtelo todo, avsame cuando diga algo que no entiendas. - Todava bajo el efecto de la droga, el primitivo asinti con una beatfica sonrisa.

- Hace catorce mil millones de tus aos... comenz Gabriel, atento a sus reacciones.

- No entiendo catorce mil millones dijo con spera voz el primitivo.

- Por supuesto - dijo Gabriel - como ibas a conocer semejante magnitud. Pero no importa, es un simple detalle, continuemos... Hace varios eones, inici una gran explosin que liber una enorme cantidad de energa...

- No entiendo eones, no entiendo explosin, no entiendo energa - la voz del primitivo tropezaba con las palabras desconocidas.

Gabriel suspir cmo cuentan el tiempo en tu tribu?

- Un da, una noche, un da, una noche, un da, una noche....- pareca que no iba a terminar nunca y Gabriel se empez a impacientar.

- Est bien, yo no tengo mucho tiempo y tu cabezota est demasiado vaca.

Si en algo era bueno Gabriel, era inventando salidas heroicas. Viendo que la versin original no era asimilable, rpidamente cambi las cosas por algo apropiado para un pastor de cabras.

- En el principio creo G. Ova los cielos y la tierra.... - y viendo que el primitivo le entenda, continu hasta el amanecer.

Cuando volvi la nave, Gabriel grab en tres piedras, los quince preceptos a los que haba reducido la compleja ley de sus mayores. Se las entreg al primitivo y se despidi con un abrazo. Sbitamente conmovido le dijo perdnenme, por favor! Subi a la nave y parti.

Asustado por la explosin, el primitivo dej caer una de las piedras que se hizo aicos. Irremediablemente perdidos, los hombres tardaran mucho tiempo en descubrir por si mismos, los cinco mandamientos ecolgicos. III

Cuando Gabriel sali por la portezuela de la nave, dos guardias lo estaban esperando, para llevarlo al tribunal. All lo recibi el ceudo juez de turno.

- Gabriel Ova, vuelves a hacer de las tuyas! - dijo el juez.

- De qu se me acusa ahora, su seora? pregunt Gabriel, con resignacin.

- Tu inconducta en el universo contaminado est grabada en los cubos de monitoreo! - Hice lo que me indicaron se defendi Gabriel.

- Un tremendo disparate fue lo que hiciste! - vocifer el juez visiblemente alterado - Lo que se te indic, fue que informaras a los contaminados sobre las causas de su existencia... y a ti solo se te ocurri un absurdo cuento de magia barata!

- Su seora, tuve que improvisar, porque el primitivo no entenda ni una palabra.

- Eso fue una imprudencia que puede tener graves consecuencias para el futuro de esa civilizacin. Imagnate la contradiccin con la ciencia!

- Imposible, seor juez! replic Gabriel indignado - cuando los primitivos desarrollen la ciencia, la lgica les llevara a desestimar el mito y olvidarlo.

- Gabriel Ova! sentenci el juez dando un golpe de martillo tu conoces las reglas, cada cual arregla sus propios entuertos. Reflexionars en la crcel un tiempo prudencial y luego tendrs que volver para corregir los daos.

Lo que ninguno de los dos imaginaba, era lo testarudos que habran de resultar, los primitivos del universo contaminado.

IV

Cuando el silencio y la oscuridad se abatieron sobre Gabriel, lo agradeci sinceramente. Aunque le haban avisado sobre los riesgos de la misin, nunca lleg a imaginar hasta que punto lo afectara: el lacerante dolor de la traicin, la humillacin, la burla, el sufrimiento fsico, el horror de la agona. Por eso le dio la bienvenida a esa extraa paz que borr en un instante todo el miedo y el dolor. Pero el alivio no dur mucho, porque al cabo de un tiempo se convirti en preocupacin.

No es que desconfiara del rescate, todo estaba preparado para eso. Pero esa espera en compaa de sus recuerdos empezaba a hacer mella en su confianza. Las sombras del fracaso eran ms siniestras que la oscuridad que lo rodeaba.

Por qu? En qu se haba equivocado? Una a una, revis las decisiones que lo llevaron a esa situacin. Desde el primer momento la misin tuvo problemas. La negativa a usar las ridculas alas fue el primer inconveniente. Seguridad deca que no poda garantizar nada, si su aspecto era el de un hombre comn. Pero Gabriel tena otra opinin. Pacientemente explic que, lejos de sobresalir, su estrategia consista en confundirse con los hombres del universo contaminado.

Su segunda peticin fue an ms escandalosa. No quera una misin de un da, ni de un mes. El quera pasar por la experiencia plena de la cultura primitiva y entenderla. Quera captar la mentalidad de los primitivos para garantizar que su mensaje fuera comprendido, por eso solicit decidir sobre el terreno el fin de la misin. Luego de muchas sesiones al fin Gabriel rompi la resistencia de los consejeros, mas por cansancio que por conviccin.

No poda decir que algo hubiera fallado. Tal cual lo haba planeado, escondido en su identidad de primitivo, lleg a comprender como nadie a los hombres del universo contaminado, y ms an, pudo entender la verdadera naturaleza de la enfermedad que les aquejaba. En el macro-mundo, la conciencia era el resultado de un proceso muy lento, emergiendo naturalmente mucho despus de haberse aplacado los instintos del animal. De esta forma, el inmenso poder de la conciencia habra de actuar tan solo bajo el mandato del bien comn.

Gabriel saba muy bien que las condiciones del experimento a su cargo fueron muy diferentes. La aceleracin del proceso haba sido diseada con el propsito de obtener hidrgeno en un tiempo record. Obviamente esa condicin aplic a toda evolucin en el nuevo universo. Por eso era tan importante mantenerlo libre de contaminacin biolgica. Todo iba a ser demasiado rpido y eso en materia de conciencia, era un hecho fatal.

Inmerso en la vida de los primitivos, Gabriel pudo ver los efectos de la terrible contradiccin de una conciencia prematuramente montada en el ser inmaduro. El instinto de conservacin transformado en egosmo. El dominio del territorio trocado en ambicin de poder. La defensa de la manada, vuelta agresin y conquista. Uno a uno, cada instinto distorsionado en su naturaleza, por un poder desbocado y sin control. Gabriel supo entonces que un accidente del que l era responsable, haba introducido una variable repugnante en la evolucin de este universo. Los primitivos en su tosca mentalidad simblica mencionaban el fenmeno como el mal, concepto que Gabriel no conoca, pero que aprendi dolorosamente en esta desdichada misin.

Fue esa responsabilidad lo que dispar su obsesin por librar al universo contaminado de la insidiosa enfermedad. Gabriel siempre haba sabido encontrar soluciones inesperadas, y esta no iba a ser una excepcin. En su convivencia con los primitivos, observ que, a pesar de su conducta insensata, los hombres eran sensibles a una funcin propia de los seres normalmente evolucionados. A pesar de su enfermedad eran capaces de amar, aunque lo hacan excepcionalmente y en forma muy limitada.

As fue como Gabriel descubri el truco que poda salvar a los primitivos de la auto-destruccin. Feliz y esperanzado, cambi todos sus planes y se dedic a ensear ideas nuevas, con tanta vehemencia que muchos lo escucharon. En un mundo violento habl de amor y compasin, con la esperanza de que esos sentimientos pudieran atenuar los efectos de la enfermedad, hasta que el hombre alcanzara la sabidura. El amor como medicina universal, un truco tan genial y efectivo, que termin por atraerle las desgracias que lo llevaron a esa situacin. Ahora todo estaba consumado. Esperando en la oscuridad, comprendi que su mensaje haba sido prematuro y que tardara mucho tiempo en realizarse. Porque la enfermedad habra de afectar la comprensin de esas ideas, creando resistencia y persecucin, lo que a su vez estimulara el fanatismo y la revancha. Desolado entendi que a pesar de todos sus esfuerzos, amargos tiempos esperaban a los seres del universo contaminado.

El operador enfoc las coordenadas de la cueva y procedi a la desmaterializacin y transmisin. Cuando Gabriel apareci en la brumosa sala de materializacin, varios amigos se adelantaron alegremente a saludarle y vieron sorprendidos que estaba llorando en silencio.

- El stress de la misin se dijeron - en unos das todo se le olvidar -. Se equivocaron. El joven ayudante Ova sigui llorando mucho tiempo por esa desdichada humanidad. Era inevitable que ensendoles el truco del amor, aprendiera a amarla ms all de lo razonable.

V

Despus de negar la peticin por tercera vez consecutiva, ante la insistencia de Gabriel, los miembros del tribunal decidieron reunirse con l para resolver el asunto en forma definitiva.

- Gabriel Ova, qu clase de obsesin es la tuya que te ha quitado el juicio? dijo el consejero presidente. No fue suficiente tu ltima misin? A duras penas pudimos rescatarte, estuviste a un tris de que fuera imposible. Entiende que no podemos permitir que corras ms riesgos en ese universo violento y loco.

- Una vez mas, su seora!, tan solo una vez, para comprobar los resultados de mi plan suplic Gabriel. - Menudo plan ese, que te llev al borde de la muerte jovencito! - replic el consejero.

- Permtanme explicarles por favor! Nadie conoce ms que yo la naturaleza de la enfermedad y el antdoto que puede mitigar sus daos. Pero su efecto no es instantneo, eso requiere tiempo. Por eso quiero ir una vez mas, para comprobar si se han producido los cambios previstos. As podr pronosticar con certeza la mejora en un plazo razonable....

- No uses la palabra razonable interrumpi el consejero harto has demostrado que eso no va contigo. Vuelve ahora a tu trabajo y trata de olvidarte del universo contaminado.

-Eso es imposible, Sr. Consejero presidente! Violento, insensato, loco, pero es mi universo! contest Gabriel furiosamente. Luego, bajando la cabeza abatido, encamin sus pasos hacia la salida, mascullando quedamente - quiero curarlos, necesito curarlos, s que es posible!

Aunque los consejeros eran ancianos notables por la frialdad de sus juicios, se sintieron conmovidos por la nobleza de esos sentimientos. A los dos das, despus de largas deliberaciones, lo volvieron a citar para comunicarle su decisin.

- Gabriel Ova, lo que pides es imposible. No solamente por tu propia seguridad, sino por los acontecimientos que tu extravagante comportamiento pueda desencadenar en ese ambiente hostil. Tememos que te identifiques tanto con los primitivos, que acabes pensando como ellos, y en ese caso no podramos dejarte volver.

- Protesto, su seora! - replic Gabriel con vehemencia - pero el consejero presidente no lo dej continuar.

- No te quejes antes de tiempo, y deja que termine antes de protestar! No vas a volver por el momento, Gabriel Ova. No, hasta que no se den las condiciones apropiadas... pero, considerando que es razonable tu deseo de darles seguimiento, te autorizamos a enviar sensores al universo contaminado, para detectar el progreso de eso que llamas tu plan. - Tu mismo te encargars de todos los detalles, y trata de que no sea una idea descabellada!

Al poco tiempo un ejrcito de sensores se materializ a todo lo ancho y lo largo del planeta de los primitivos. Sutilmente y sin sufrir daos, fueron implantados en seres vivos cuidadosamente seleccionados. En el mar fueron focas y ballenas, en las guerras, soldados malheridos. En las calles de las grandes ciudades fueron viejos mendigos harapientos, enfermos repugnantes, nios hambrientos y abandonados, perros flacos y sarnosos. Una multitud de desdichados, con un dispositivo oculto, que transmita una seal al macro-mundo, cada vez que reciban un gesto solidario de amor o compasin. . .

Frente a la pantalla, el rostro ansioso de Gabriel se iluminaba, las pocas veces que eso suceda.

VI

Gabriel se paseaba como una fiera enjaulada frente a la puerta custodiada. Buscaba el modo de entrar, aun sabiendo que el Tribunal Supremo estaba sesionando a puertas cerradas. Eso ocurra siempre que se trataba un caso de Compasin Final. Algo muy delicado pues consista en la sustitucin de la ley normal, por otra aplicable solamente en casos extremos.

El absoluto respeto a la vida estaba consagrado en la ley del macro-mundo. Sin embargo, en casos en que la vida estuviera tan degradada que ya no fuera posible ninguna evolucin o mejora, la ley de la compasin final permita un acto de suprema misericordia, destinado a evitar los horribles sufrimientos que habran de producirse antes de la extincin. Automtica e inexorablemente las leyes evolutivas reciclaran la energa estancada e intil, pero antes, los mismos hombres habran de causarse mucho dolor innecesario. La muerte como acto de amor no era cosa de fcil decisin. Por eso caa en manos de los ms sabios entre todos los sabios. Jueces retirados que fueron convocados especialmente para determinar sin lugar a dudas la incapacidad evolutiva del Universo contaminado, antes de dictar la sentencia de Compasin Final.

Los nobles ancianos absortos en su deliberacin, no oyeron a Gabriel discutiendo con los guardias, pero notaron con sorpresa cuando este se col por una claraboya de la sala. Gabriel estaba demacrado, con los ojos febriles y el cabello despeinado. Haca mucho tiempo que no dorma y las pocas veces que conciliaba el sueo despertaba aterrorizado por horribles pesadillas. Esa imagen impresion a los jueces ms que la audacia de la intromisin.

- Muchacho loco! - dijo el ms adusto sabes a lo que te arriesgas interrumpiendo de ese modo una sesin del Tribunal Supremo?

En ese momento entraron los guardias y tomaron a Gabriel que se debata impotente.

- Djenlo! dijo el ms anciano - tanto les amas, hijo mo? Si es as deberas comprender que es mejor acabar cuanto antes tanta afliccin intil.

- Un poco mas, tan solo un poco mas de tiempo, venerable anciano! Se lo ruego! - y cay de rodillas cubrindose el rostro con las manos.

- Insensato! dijo el juez ms severo - Has querido cargar con sus miserias, pero tu plan no ha resultado y tu mismo vas a destruirte, si sigues as!

- No es verdad que haya fracasado! - Gabriel se levant furioso - Estoy seguro que funciona! Lo veo cada da en mi pantalla! - sin darse cuenta tom al juez con fuerza por los brazos - si Ud. conociera ese mundo, se dara cuenta que entre tanto infortunio, el amor brilla como un faro, porque es el nico alivio, porque es escaso y porque lo necesitan mas que nadie!

- Sernate muchacho! dijo el mas anciano, separndolo suavemente de los guardias que acudieron a sujetarlo - Sintate y cuntanos que es lo que ves en la dichosa pantalla.

- Aqu la traigo conmigo venerable juez, nunca me desprendo de ella. Los sensores trabajan da y noche envindome informacin absolutamente confiable. Abri el dispositivo que traa amarrado a la cintura, y lo encendi. Los destellos se espaciaban ms de lo que Gabriel hubiera deseado.

- Bien, - dijo el anciano despus de observar un rato - vamos a hacer un trato justo. Eso que se ve en tu pantalla demuestra que al menos algunos de los primitivos estn en vas de curacin. Estoy seguro que mis honorables colegas estarn de acuerdo conmigo en que no sera correcto que corrieran la misma suerte de su infortunada especie. Estaras en condicin de determinar quienes son los autores de esos actos de amor?

- Si, su seora, los sensores registran sus coordenadas vitales y se guardan en la base de datos respondi Gabriel con una sonrisa.

- De acuerdo entonces, haz los arreglos para que sean puestos a salvo en un mundo apropiado antes de proceder a la compasin final. Por cierto, nos haras el favor de cuantificar los casos, para establecer la magnitud de la tarea?

- De inmediato, generoso magistrado! y luego de teclear brevemente, un contador comenz a pasar rpidamente los nmeros en la pantalla. Cuando se detuvo, la sonrisa se borr de los labios de Gabriel, al ver la irrisoria cifra de ciento cuarenta y cuatro mil sanados, para un total de seis mil millones de primitivos.

FINFINEl verdadero fin est en tus manos

Mis queridos primitivos:Como el autor termin el relato antes de tiempo, no me queda ms remedio que hacerlo por mi cuenta. No voy a entrar en muchos detalles, pero tengan la seguridad de que no iba a conformarme con ese final. Razon, discut, expliqu, pele, supliqu, hice lo indecible y al fin me lo concedieron... la Compasin Final fue cancelada. Vuestro universo no ser tocado y yo he sido nombrado su cuidador full time.

Llevo vuestro porta universo siempre conmigo, junto a mi corazn. Tambin llevo la pantalla. Cada tanto envo nuevos sensores, segn los casos que se vayan presentando. A veces los pongo donde ms se necesitan ya saben, esos lugares del mundo que tanto suenan en vuestra televisin. Otras veces los envo simplemente al azar. Ya no son solamente seres desgraciados, los estoy poniendo por todas partes. La gente del presupuesto me tira la bronca, pero al final terminan dndome lo necesario. Sobre todo ahora que tengo buenas noticias, porque ltimamente las cifras estn aumentando.

Eso me alegra mucho porque aunque me acusen de necio, yo sigo con mi plan. Es un poco lento, pero tengo muchsimo tiempo y paciencia. Nunca voy a abandonarlos.

Me prometieron que cuando todos Uds. estn curados, podr volver a visitarlos. Eso me ilusiona mucho. Como ya no son tan primitivos, (he visto que han hecho progresos asombrosos) tal vez quisieran ayudarme un poco. No es nada difcil cuando se sabe el truquito.

Empiecen por quererse a s mismos, trtense bien, no se hagan dao. Uds. pueden hacerlo, porque tienen una herramienta poderosa que les permite darse cuenta de que est bien y que est mal. Todo universo se rige por leyes evolutivas que tienden al mejoramiento constante. De lo simple a lo complejo, de lo inerte a lo sensible, de lo inconsciente a la conciencia, de la ignorancia a la sabidura.

Lo bueno es lo que apoya esa tendencia, lo malo es lo que la contrara. La ley natural provee de mecanismos automticos que sirven de estmulo a lo que sigue la tendencia y reprime a lo que se aleja de ella. Uds. los conocen con el nombre de felicidad y sufrimiento. Nadie maneja eso, simplemente es como funcionan las cosas.

Amarse a s mismos les va a hacer sentirse bien. Luego hagan lo mismo con los que les rodean y vern que la felicidad va a aumentar. Vayan ampliando el crculo y se darn cuenta que el amor no es como un pastel que cuantos ms sean los comensales menos les toca. Todo lo contrario, el amor es un fenmeno que se potencia con el ejercicio, y adems es muy agradable, porque est firmemente alineado con la tendencia evolutiva del universo.

Cuanto ms amor den, mejor se van a sentir y ms van a tener. Tanto, que tendrn suficiente para amar no solamente a vuestros semejantes, sino tambin a los que ms necesitan de vuestra proteccin, las criaturas vivientes, animales y plantas con las que comparten ese precioso planeta.

Tanto tendrn, que cuando toda necesidad de amor haya sido satisfecha, quizs hasta les sobre un poquito para mi... eso me har inmensamente feliz!

Los quiero mucho! Hasta el cielo! como dicen sus chiquillos.Gabriel OvaEx ayudante de laboratorioCuidador del Universo Contaminado