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LA MÁQUINA DE ESCRIBIR SE RESISTE A SU FINAL
AL ESTILO CLÁSICO
Festiva tradiciónPascua Toro ayacuchano
Nuevo circuitoBosque de Pacaipampa
Sema
na de
l 6 al
12 de
junio
de 20
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Semanario del Diario Oficial El Peruano | Año 104 | 3a etapa | N° 228
2 VARIEDADES
CRÓNICA
2008 © TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
Variedades es una publicación del Diario Oficial
DIRECTOR FUNDADOR : CLEMENTE PALMA
DIRECTORA (E) : DELFINA BECERRA GONZÁLEZ
SUBDIRECTOR : JORGE SANDOVAL CÓRDOVA EDITOR : MOISÉS AYLAS ORTIZ
EDITOR DE FOTOGRAFÍA : JEAN P. VARGAS GIANELLA EDITOR DE DISEÑO : JULIO RIVADENEYRA USURÍN
DIAGRAMACIÓN : CÉSAR FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
TELÉFONO : 315-0400, ANEXO 2030 CORREOS : [email protected] [email protected]
RESUMEN
LAZO. El escritor y la máquina de escribir establecieron un vínculo irrompible. En la imagen la máquina de escribir del novelista Ciro Alegría. FOTO: Alberto Orbegoso
6 | TURISMOPacaipampa, en Piura, se abre como un
nuevo destino ecoturístico.
16 | EL OTRO YO
8 | PORTAFOLIOEl Pascua Toro de Ayacucho es una fiesta
vibrante, espontánea, alegre.
12 | MERCADOEl mercado San Pedro de Cusco es otro
lugar preferido por los turistas.
14 | DANZALa marinera cautiva a los europeos. Los
peruanos lo bailan con garbo.
El padre José
Ignacio Mantecón
se ha convertido
en un personaje en
El Agustino.
PORTADA
ESCRIBE: JOSÉ VADILLO VILA
PRIMER MAQUINAZOLa esquina de los jirones Paruro y Leticia servirá como
laboratorio de cultivo de la historia posmoderna, de la
lucha entre las tecnologías "obsoletas" del siglo pasado
versus las bondades –dizque insuperables– de los bytes
del digitalizado siglo XXI.
Leticia cuadra 9 mira hacia el futuro con arrogancia
y desde la berma. Los vendedores ambulantes ofertan
LA MÁQUINA QUE NO QUIERE ESCRIBIR SU FINAL
¿Colofón de un estilo?Hace unas semanas cerró en La India la Godrej and Boyce, la última fábrica de máquinas de escribir en el planeta azul. ¿Habrá dejado de ser útil en la Lima de cabinas de internet y "tipeos" al paso el viejo teclear de estos armatostes?
mouses, módems, pecés, uesebés y monitores, casi al
peso, desde carretillas o en plásticos al suelazo. Mientras
los monitores pantalla plana y "cases" astronáuticos sonríen
como vedettes desde las vitrinas de esas casas devenidas
en galerías tecnológicas.
El lado oscuro de esta luna tecnológica sería la 12 de
Paruro. Junto a las casas de instrumentos musicales, donde
bulla y armonía cantan al unísono, unas desvencijadas
máquinas de escribir miran el pavimento con humildad,
anunciando así que no han muerto, sino que esperan
quemar su último cartucho.
Lunes 6 de junio de 2011 3
TECNOLOGÍAS
SEGUNDO MAQUINAZO"La máquina de escribir tiene para rato todavía", augura
Guillermo Delgado hijo, uno de los pocos vendedores de
estos armatostes que continúa en el rubro en esta cuadra
con nombre de provincia cusqueña. No le entra al debate
de las nuevas tecnologías versus las antiguas ni ocho
cuartos. Lo sabe al ojo. Vive de vender y reparar máquinas
de escribir, desde hace una década, trabajando codo a
codo con su progenitor, Guillermo "Guachi" Delgado, de
quien aprendió el rubro.
No sólo los nostálgicos y coleccionistas llegan por
aquí buscando las viejas máquinas sino que la utilidad
continúa siendo el teclear de esos artefactos del siglo
pasado. Delgado tiene clientes de provincias, los hay
personas naturales, empresas e institutos. Pero también
se usa mucho la máquina de escribir en Lima, cibernético
lector: en las oficinas sigue siendo la favorita para llenar
facturas y recibos. Y los padres de familia las compran
para que sus hijos aprendan mecanografía.
Claro, el factor precio sigue dándole una ventaja
comparativa frente a la pujanza de las nuevas tecnologías,
y si bien una Remington quiet-vitar de 1920 puede valer
su precio en oro para los coleccionistas, hay Olivettis y
Olympias medianas y chicas, desde 30 soles y las cintas,
indispensables para ese teclear, desde 3 nuevos soles.
Raúl Mego deja enfriar su menú entre dos máquinas
de escribir. Trabaja de lunes a sábado en un stand de la
galería 440 del jirón Cusco, donde además de las má-
quinas en ciernes también arregla relojes de control de
personal, calculadoras y faxes. Curiosamente, el edificio
donde labora fue de los distribuidores de las máquinas
Olympia, hasta que se mudaron a la avenida Arequipa y
luego desaparecieron del mapa. Mego lo sabe porque
antes vendía y reparaba máquinas en forma ambulatoria
al frente de la calle.
Dice que desde finales de los noventa, las ventas de
máquinas de escribir y las reparaciones de las mismas
han disminuido en más de ochenta por ciento. Aunque
igual que Delgado da testimonio que de vende bastante
a provincias, sobre todo a los Andes y la Amazonía y
también a clientes limeños.
TERCER MAQUINAZOParece que la justicia suena mejor bajo la melodía de
estos armatostes. Porque tanto frente al local de la Fiscalía
de la Nación de la avenida Abancay como a espaldas de la
Corte Superior de Lima –el antiguo edificio del Ministerio
de Educación– los tipeadores con sus máquinas rehúyen
tanto al devenir de la historia como al pesado periodista
que quiere saber desde cuándo están en el oficio.
Algunos, antes de huir al anonimato, con sus má-
quinas bajo el brazo, responden que el shock, a inicios
de los noventa, los forzó a tomar máquina, papel carbón
y hojas bond como herramientas de sobrevivencia. Co-
bran 3 nuevos soles por redactar documento y tienen su
clientela. Las jovencitas que tipean en PC cobrarán 1.50
nuevos soles, pero lo hacen sin amor; en cambio, ellos
la adversidad de un corte de fluido eléctrico, no quedarse
limándose las uñas, sino que ya podrán sacar la máquina
de escribir y seguir chambeado.
CUARTO MAQUINAZOEl siglo XX dejó testimonio del acto de amor entre
escritores y máquinas de escribir. Pero no murió la flor,
como dirían Los Ángeles Negros. En 2005, el escritor
estadounidense Paul Auster escribió La historia de mi máquina de escribir, sobre la obsesión de un pintor sobre
la máquina de escribir de un escritor. Claro, lo hizo Auster,
tienen en su cabeza un disco duro que les permite darles
soluciones en materia de redacción y hasta de tinterilladas
a gusto del cliente.
Hablando de "tipear", con duda digital preguntamos si
es verdad que algunos institutos de secretariado enseñan
con máquinas de escribir, y la respuesta es afirmativa. Tanto
en IPAL como el Margarita Cabrera, por mencionar algunos,
las chicas aprenden en el primer módulo a digitar en la
máquina de escribir; luego, pasan a la máquina electrónica
y, finalmente, a la computadora. No se escandalice, nos
dicen. Uno, les permite aprender a digitar mejor y otra, ante
APUNTES
Olivetti y Olympia fueron las últimas compañías occidentales que fabricaron máquinas de escribir mecánicas a comienzos del siglo XXI.
La máquina de escribir no tuvo un único inventor. En 1714, Henry Mill fabricó una máquina de transcribir e imprimir cartas.
El primer proyecto conocido de máquina de escribir fue el "cimbalo escribiente", de Giuseppe Ravizza de 1837.
En 1874 se introduce en las oficinas la máquina de escribir Remington con el llamado teclado Qwerty, diseñado por Lathan Scholes.
4 VARIEDADES
CRÓNICA
que ama el teclear de su Olympia y tiene repugnancia por
las pecés.
Nuestro poeta mayor de la prodigiosa Generación del
50, Carlos Germán Belli, accede al teléfono. El maestro
cuenta que sólo extraña de su costumbre de escribir a
máquina el hecho de que gran parte de su vida intelectual
el teclear acompañó a su creatividad. Si bien ha dejado
la máquina de escribir de lado "porque es un aparato en
desuso", sigue escribiendo el "arranque" de sus poemas a
mano y los "remata" a computadora porque "es un medio
flexible y favorece la corrección ampliamente. En cambio,
corregirlo a máquina tomaba muchas horas, y era mucho
más tedioso".
Fastidio con la idea de que si la máquina de escribir
le ha dado algo de ritmo a su escritura. "Tácitamente, tal
vez debe haber aportado algún compás, pero nunca me
he puesto a reflexionar sobre eso", me dice, el amable
poeta. Y solo hace el acápite de que no cree que si la
computadora hubiera existido con anterioridad, habría
escrito más que en la actualidad, no, señor.
PUNTO FINALOtro oficio íntimamente relacionado con las teclas es
el periodismo, cómo no. Raúl Fernández pertenece a la
generación de hombres de prensa que vivió el paso del
mundo analógico al digital. Trabajó en El Peruano en 1991,
cuando se enviaron al museo los linotipos y el diario más
antiguo del Perú pasó de la era del plomo al offset.Para él, las redacciones periodísticas tenían relación
directa con el obsesivo teclear de las máquinas de escribir,
sobre todo ese murmullo que se avivaba mientras se acer-
caba la hora de cierre de los periódicos; a los 60 golpes por
línea y 20 líneas por "carilla"; cuenta historias de periodistas
que entraron en pánico cuando se empezó a adaptar en los
medios peruanos las hoy ya cotidianas pecés.
"Antes no se podían condensar las letras. Lo que
mandaba era el número de golpes y líneas, nada más, si
no el diseñador te cortaba sin pena. Ahora, todo es ipso
facto para los periodistas, el trabajo es más sencillo para
los periodistas, se pueden hacer ajustes en el diseño, se
pueden transmitir noticias desde el celular, pero a veces se
olvidan de la calidad de información", dice Fernández.
En casa, a veces le da por teclear la Remington que
heredó de su padre o su "carachita", como llamaba con
cariño a su Olivetti brasileña de cuatro kilogramos, que
lo acompañó fielmente, como un escarabajo Volkswagen,
haciendo comisiones por todo el país.
Claro, sería cosa de locos volver a usar máquinas
de escribir, irse como el salmón contracorriente, pero
ese sonido del teclear ha sido el sound track de su paso
por tantas redacciones, asociada a tantas bromas que
se jugaban los hombres de prensa, como cambiarte el
orden de las teclas, quemarte las "carillas" o trancar la
máquina con un lapicero. Ahora, las redacciones son
más rápidas, pero le parecen aburridamente silenciosas.
Es sólo nostalgia por una máquina que no quiere escribir
(aún) su adiós.
SERÍA COSA DE LOCOS VOLVER A USAR MÁQUINAS DE ESCRIBIR, IRSE COMO EL SALMÓN CONTRACORRIENTE, PERO ESE SONIDO DEL TECLEAR HA SIDO EL SOUND TRACK DE SU PASO POR TANTAS REDACCIONES, ASOCIADA A TANTAS BROMAS QUE SE JUGABAN LOS HOMBRES DE PRENSA...
Lunes 6 de junio de 2011 5
ARTICULO
ESCRIBE: LUIS ARISTA MONTOYA
E l auge de la gastronomía en el Perú no solo
despierta emociones, pasiones y negocios, viene
suscitando también investigaciones académicas
con aportes a favor de la fundación de una antropología
culinaria.
Dentro de esta tendencia aparece la obra Bodegón
de bodegones, comida y artes visuales en el Perú
(octubre 2010), escrita por Mirko Lauer, bellamente
editada por el Fondo Editorial de la Universidad San
Martín de Porres; propiciada por Johan Leuridan
Huys , decano de la Facultad de Ciencias de la Co-
municación, Turismo y Psicología.
Que este libro haya ganado hace poco en Francia
el primer premio en los Gourmand World Cookbook
Awards 2011, significa la silenciosa consumación,
a trazo firme y con tinta indeleble, de un boom
bibliográfico gastronómico que corre paralelo con
al éxito internacional de grandes chefs, de platos
típicos y de productos brotados de una agricultura
orgánica. La revolución gastronómica marcha
bien documentada.
ANTOLOGÍAEl término bodegón es un aumentativo de
bodega. En tal sentido el trabajo de Mirko Lauer almacena
–cual surtida bodega o despensa– toda una antología re-
presentativa de pinturas del género bodegón (o naturaleza
muerta) de la plástica peruana.
Como pintura un bodegón –generalmente hecho a
pedido, para adornar un comedor o cocina (tengo al frente
la obra del olvidado pintor popular ayacuchano Eloy Sur-
co, pintada con tinte de cochinilla)– es una composición
que presenta en primer plano alimentos o flores, junto a
vajillas u otros utensilios. El lado peruano de este género
(importado de Europa) se enriqueció con productos nativos:
cuy, verduras, ajíes, frutas, papa, maíz.
¿Existe una tradición bodegonista en la historia pictórica
peruana? ¿Es posible reconstruir a través de ella la historia
ARTES PLÁSTICAS Y GASTRONOMÍA
Gran menú visualMirko Lauer nos presenta un ensayo sobre el arte peruano y la gastronomía. A través de su obra Bodegón de bodegones, comida y artes visuales en el Perú, muestra una antología de pinturas del género bodegón.
de la alimentación? Mirko Lauer, por ser un sibarita
de buena cuchara, y un poeta y crítico de arte de
excelente pluma, responde que sí. Su volumen es
un mural visual que transcurre desde la iconografía
de un banquete moche (imagen 1) –pasando por un
centenar de obras bien seleccionadas– hasta la foto-
grafía de un plato con sobras de comida y cubiertos en
reposo (imagen 119), de Juan Pablo Murrugarra. "De
alguna manera –expresa el autor– los platos encarnan
personas, aun cuando estas estén ausentes. El instante
en que el comensal se retira, el plato vacío se vuelve el
plato sucio, y en ese momento ya la imagen se vuelve
algo distinta a una naturaleza muerta. Así, en la primera
imagen de esta serie sobre gastronomía y artes visuales
no hay platos para comer, y en la última hay un plato ya
sin comida" (p.104).
CONJETURASTambién es como un álbum peruano de costumbres
comensales. Su texto de sociología gastronómica deviene
a través de ocho hipótesis de trabajo: El tema alimentos/
alimentación es relevante en las artes visuales; la alimen-
tación del antiguo hombre peruano se registra en ceramios
y murales (arqueología visual); los productos nativos
desacralizan la pintura religiosa colonial; en el contexto de
un paisaje cultural la hermosura del paisaje culinario ayuda
a reconstruir pautas alimentarias. El género de bodegones
aumenta en el siglo XIX, se consolida en el XX; que la
obra de Bernardo Rivero (1889-1965) es paradigmática;
en el presente siglo el acto de comer salta de la mesa a
las paredes (museos, casas). Y, la última, que no existe
un cuadro-síntesis sobre comida, algo parecido a lo que
representa Los funerales de Atahualpa (1865-1867), de
Luis Montero.
Veo difícil que esto último se logre debido a la compleja
y riquísima culinaria y gastronomía peruanas; por lo que
pintar en términos ontológicos la comida peruana, no
obstante las fusiones/confusiones guisanderas, resulta,
hoy por hoy, algo utópico. Mientras tanto, recomiendo
degustar estéticamente el menú de Mirko Lauer.
6 VARIEDADES
TURISMO
ESCRIBE/FOTOS: ROLLY VALDIVIA CHÁVEZ
R egla básica del viajero. Podría ser la primera o
la segunda si alguna vez se redactara un manual
sobre el tema. En todo caso, con o sin manual, es
sumamente importante. Léala, apréndala y difúndala. Le
será útil en el momento menos pensado, como ocurre
con las bolsas de dormir, que suelen estar arrumadas en
un ropero o en una caja de cartón, hasta que aparecen
salvadoras en la víspera de un campamento.
Esta regla –solo pensada, jamás escrita hasta ahora y que
podría ser, también, la décima o la undécima del hipotético
manual– alerta sobre el entusiasmo desmedido. Ese el que a
veces lleva al andariego a salir a la desesperada de su casa,
armando la mochila a la loca, y sin averiguar o disipar algunas
dudas básicas y vitales, sobre el recorrido que emprenderá.
LOS SECRETOS DE LA SIERRA PIURANA
Acampando en Pacaipampa
Pacaipampa tiene un ecosistema único en el mundo. Su ecosistema es rico y en él destacan los bosques de niebla. Los pobladores anhelan que el lugar se convierta en un destino para el desarrollo del ecoturismo.
La prevención debería ser mayor, si un amigo –co-
nocido por sus tenaces aventuras– se comunica por
teléfono y, entre interferencias y pitidos, dice algo así
como "chochera, vente para Piura, acá tengo un rutón".
En una situación como esta, lo pertinente sería redoblar
la alerta y ametrallar al convocante con preguntas de
diversos calibres que hagan desaparecer todas o buena
parte de las dudas.
En caso contrario, se corre el grave peligro de enfrentar
un escenario totalmente distinto al esperado. No es una
exageración. Tampoco un disparate. La esencia o el espíritu
de esta regla -que podría ocupar cualquier número en ese
manual que muy probablemente jamás será escrito- se
gestó, se pensó, se vivió y hasta se congeló en un cam-
pamento armado a las orillas de una laguna.
Todo por no preguntar: ¿cómo es la ruta?, ¿hace frío?,
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PIURA
¿dormiremos bajo techo?, ¿hay que llevar provisiones?
Todo por olvidar que Piura no solo es mar y desierto,
cebichito y chichita en poto. Todo por no recordar que
esa región del norte peruano –que siempre tendrá lo suyo
y lo demostrará con orgullo– también tiene su sierra,
su altura, sus bosques de niebla y sus espejos de agua
pegaditos al cielo.
Pero como la emoción es mala consejera y pésima
interrogadora, es posible que un viajero ansioso por
abandonar la ciudad, crea que está demás comunicarse
con su amigo y asuma –por descarte y pereza mental– que
un rutón norteño tenía que ser obligatoriamente juntito
al Pacífico.
Eso, al menos, fue lo que sucedió hace algunos años,
cuando el sueño de visitar Colán o Los Órganos, Máncora
o Lobitos, Paita y Yacila, se transformó en una gélida
pesadilla en los páramos de la provincia de Ayabaca, la
tierra del bendito señor Cautivo, adorado en octubre por
miles de fieles que llegan caminando o arrastrándose
hasta su santuario.
INSOMNIO EN EL PÁRAMO¿Qué?, ¿cómo?, ¿no hay playa?, ¿caminata?, ¿altura?,
¿campamento?... Sorpresa al llegar a Piura y gruñidos al
subir al camión que partiría hacia Morropón y de allí hasta
Chalaco, y finalmente hasta el distrito de Pacaipampa.
Reclamos en el camino que maltrata: ¿compadrito, por
qué no me avisaste? Cae la tarde. Sopla el viento. No
hay abrigo. Surge la noche. Hemos llegado, proclama
el chofer.
Pueblo alborotado al sur de la provincia de Ayabaca y
a 1,968 m.s.n.m. Verbena. ¿Aniversario o fiesta patronal?
Preguntan. Responden. Olvidan. No hay que trasnochar.
Se impone el descanso. Madrugar. Abandonar la antigua
Cumbicus –así se llamó hasta noviembre de 1906–. Alejarse
sin prisa de la serena plaza de Pacaipampa, la pampa del
pacae en español.
Ascenso. Caserío de Totora (2,568 m.s.n.m.). No
más autos ni camiones. Desayuno compartido con la
población. Tamales. Sólidos. Contundentes. Irrepetibles.
Provecho. Gracias. Apretones de mano. Palabras que no
se olvidan: "los páramos, sus plantas, sus animales, sus
lagunas, deben conservarse". Hora de partir, de caminar,
de alucinar que sería lindo ver al tapir andino, al colibrí
de neblina o al pico de espina.
Hasta aquí todo bien. No hace frío mientras se anda o
cabalga entre el sinuoso verdor de una cadena de cerros
y peleando metro a metro con un sendero empinado.
Se avanza, se sufre, se descansa. Se insiste. Se llega a
la laguna El Páramo. Aguas azules. Resplandor a 3,224
m.s.n.m. El sol brilla pero no calienta. Engaña y tima. Es
una mala señal. Hará frío cuando se oculte.
Ichu y colinas. Cactos. Flores que son un milagro. El
viento se desata. No hay carpa ni prendas abrigadoras.
Solo queda esperar al amigo, al compañero de varias
travesías –siempre exigentes, siempre inolvidables– que
desvió o alargó sus pasos hacia otra laguna, la del Rey
PIURA NO SOLO ES MAR Y DESIERTO, CEBICHITO Y CHICHITA EN POTO. TODO POR NO RECORDAR QUE ESA REGIÓN DEL NORTE PERUANO -QUE SIEMPRE TENDRÁ LO SUYO Y LO DEMOSTRARÁ CON ORGULLO- TAMBIÉN TIENE SU SIERRA, SU ALTURA, SUS BOSQUES DE NIEBLA Y SUS ESPEJOS DE AGUA PEGADITOS AL CIELO.
o del Rey Inca. Es la más alta de Piura (3,622 m.s.n.m.)
y la visitan los chamanes. Rituales y florecimientos en la
sierra de Pacaipampa.
Se escucha un pututo. Es el chasqui, Felipe Varela,
anunciando su llegada. Lo escoltan los muchachos de
Andex y Montañistas 4.0, grupos creados por los amantes
de las rutas para conocer el país. Ellos sí tienen equipos.
Ellos sí preguntaron cómo sería el periplo cuando el
chasqui los llamó. Ellos sí conocían la regla que motiva
este relato.
Noche de campamento. Fogata. Conversar, aprender,
compartir. Una sopa de sobre, un plato de tallarines con
Germán, con Wilbert, con Raúl y con Felipe... con todos.
La montaña hermana, une, ordena ser solidario. Se acaba
el fuego. Abrigarse con lo que sea. Todo sirve en las orillas
de El Páramo. Hora de dormir. De buscar y encontrar un
espacio en cualquier carpa.
En la penumbra de ese pernoctar interrumpido por la
intensidad del frío, surgió esa regla básica que puede ser
la primera o la segunda de un manual que, pensándolo
bien, no debería ser escrito. Y es que aún quedan muchas
travesías por narrar y compartir, como este recorrido
inédito en las alturas de Pacaipampa en Piura... una Piura
sin playas, sin olas, sin cebiches.
8 VARIEDADES
PORTAFOLIO
E s Sábado de Gloria y los ayacuchanos se levantan
temprano luego de cumplir con los ritos religiosos
del Viernes Santo y se dirigen a la Plaza Mayor. Allí
una multitud espera ansiosa, mientras una fila de toros
marcha cadenciosamente ingresando lentamente en las
estrechas calles de la ciudad. Cuando llegan a la Alameda
Valdelirios son soltados y apenas sujetados por los lazos
de los bravos morochucos. Más atrás, escoltándolos,
desfilan otros jinetes montados sobre caballos de paso y
la banda de músicos.
La algarabía se desata y grupos de personas se abren paso
entre el público para retar a los toros. Mientras unos corren por
delante de estos; otros se convierten en toreros, improvisando
capas con camisas, casacas u otras prendas. Algunos vistieron
de rojo para atraer la atención de los toros. El bullicio se apodera
de las calles. Los turistas también participan de la celebración
y toman fotografías.
En la plaza Mayor los organizadores queman hogueras
de chamizos (paja que es llevada a la ciudad de Ayacucho
el Domingo de Ramos sobre el lomo de mulas ricamente
ataviadas), como señal de bienvenida, también castillos
y juegos pirotécnicos.
ORÍGENESSegún algunos investigadores, esta tradición se origina
hace más de 300 años. Personajes ilustres e instituciones
EL PASCUA TORO AYACUCHANO
Esta actividad forma parte de la tradición de Semana Santa en Ayacucho. El Sábado de Gloria los toros, escoltados por los hacendados y los bravos morochucos, toman la plaza Mayor para protagonizar la festiva costumbre. La versión de este año tuvo un carácter especial porque fue la última. A partir del próximo año esta se trasladará a otro lugar.
se asocian para comprar los toros más robustos y los
llevan por el centro de la ciudad en una actividad festiva
y de valor.
El recorrido de los toros empieza en el distrito de
Carmen Alto, de allí los dirigen a la alameda Valdelirios
hasta llegar a la Plaza Mayor. Al arribar a la Alameda, los
toros son soltados y en su camino a la plaza principal
asustan y divierten a los asistentes, mientras los jinetes
resguardan su paso.
La celebración se prolonga hasta la tarde. Al culminar la
fiesta, ayacuchanos y visitantes danzan en la plaza tomados
de las manos y contagian su alegría a los espectadores.
Las bandas de música se multiplican y animan la fiesta
en las calles adyacentes.
Este año la comisión organizadora tuvo la previsión
de evitar que ocurran hechos lamentables y excesos,
atendiendo el reclamo de organizaciones de defensa de
los animales.
El Pascua Toro es una costumbre muy arraigada en
Ayacucho, incluso sus artesanos han descrito cada detalle
en sus famosos retablos, como es el caso de Donato Ra-
mos, quien por su trabajo obtuvo un premio en concurso
organizado por la Unesco.
La promesa de las autoridades es mejorar la imagen
de esta y otras festividades tradicionales con el fin de
atraer a más turistas. Que así sea.
Colorida costumbre
Lunes 6 de junio de 2011 9
TRADICIÓN
FOTOS: JUAN PABLO AZABACHE
EL FOTÓGRAFOJuan Pablo Meneses es un joven profesional
de la fotografía periodística que estudió en la
Universidad Jaime Bausate y Mesa. Tiene apenas
tres años en esta carrera y en la actualidad trabaja
en un diario local. Escogió la fotografía porque
le permite estar en el lugar de los hechos. Ha
aprendido que no basta con apretar el disparador,
sino conocer el tema, hablar con la gente y buscar
el mejor ángulo, por supuesto. "El fotógrafo tiene
que tener la personalidad suficiente para tratar con
las personas. En un momento estás en la punta del
cerro y, en otro, con un político", subraya.
En este trabajo sobre el Pascua Toro, Meneses
afirma que lo enviaron a cubrir la Semana Santa en
Ayacucho, pero dentro de las múltiples actividades
le sorprendió esta costumbre porque estaba entre
las más arraigadas entre la población. Una mezcla
de fiesta religiosa y popular. Le agradó la algarabía
de la gente, su actuar espontáneo a la hora de bailar
y formar torres humanas. Su objetivo es trabajar
fotos documentales con contenido humano que
obliguen a trabajar con más preparación y tener
un hilo conductor del tema.
EL RECORRIDO DE LOS TOROS EMPIEZA EN EL DISTRITO DE CARMEN ALTO, DE ALLÍ LOS DIRIGEN A LA ALAMEDA VALDELIRIOS HASTA LLEGAR A LA PLAZA MAYOR. AL ARRIBAR A LA ALAMEDA, LOS TOROS SON SOLTADOS Y EN SU CAMINO A LA PLAZA PRINCIPAL ASUSTAN Y DIVIERTEN A LOS ASISTENTES...
10 VARIEDADES
PORTAFOLIO
LA CELEBRACIÓN SE PROLONGA HASTA LA TARDE. AL CULMINAR LA FIESTA, AYACUCHANOS Y VISITANTES DANZAN EN LA PLAZA TOMADOS DE LAS MANOS Y CONTAGIAN SU ALEGRÍA A LOS ESPECTADORES. LAS BANDAS DE MÚSICA SE MULTIPLICAN Y ANIMAN LA FIESTA EN LAS CALLES ADYACENTES.
NUESTRAMÚSICAEscribe: Manuel Acosta Ojeda
Lunes 6 de junio de 2011 11
ESCRIBE: MANUEL ACOSTA OJEDA
L a ciudad jardín –ahora de cemento–, como sabemos
fue fundada por Francisco Pizarro y éste dispuso que
estuviera integrada por 117 manzanas, compuesta
por 13 cuadras de largo y por 9 de ancho. La extensión
a lo largo y ancho de estas cuadras, es lo que hoy cono-
cemos como jirón.
El ingenio popular transformó el número de la cuadra
por un nombre, casi siempre de acuerdo con alguna
anécdota o en relación con personajes que vivían o habían
vivido allí.
Los hermanos Ricardo y Alejandro Govea empiezan
a cantar en el año de 1917, en la calle de La medalla,
cuadra 8 del jirón Ica. Y ellos fueron los encargados de
popularizar un one step en su programa "Páginas de An-
taño" –transmitido por Radio Internacional desde el 1 de
junio de 1946 y luego por otras radioemisoras, hasta que
falleció Alejandro Govea en el año 1969–, que se cantaba
mucho en la Lima de entonces, hoy convertida en polca
y atribuida a Eduardo Santillana (1).
Manuel Atanasio Fuentes "el Murcié-
lago", Ricardo Palma Soriano, Manuel
Ascencio Segura, José Gálvez Barrene-
chea, entre otros, han escrito sobre el
tema, pero lamentablemente sus ver-
siones difieren.
Por ejemplo, el caso de la famosa
calle de "7 jeringas", cuadra 8 del jirón
Ayacucho, hoy Miró Quesada.
Ricardo Palma: se llamaba así, pues
un médico se jactaba por haber salvado
a un enfermo desahuciado colocándole
7 inyecciones diferentes.
José Gálvez: que era porque la ca-
lle estaba a la espalda del Hospital San
Andrés.
EL INGENIO POPULAR
Por las calles de LimaEl vínculo de los antiguos limeños con su barrio era muy afectivo. Sus calles recibieron nombres singulares que respondían a personajes, animales o a anécdotas que las distinguían de otras. Los juglares del criollismo le cantaron a esa forma de amar a la ciudad.
Carlos Romero: por un curandero apodado "Ño 7
jeringas". Y Manuel Atanasio Fuentes: muy refinado, pedía
el cambio de nombre por ser indecoroso para la ciudad.
La letra dice así:
LAS CALLES DE LIMA
Señoritas las calles conocedporque en la vida es muy esencialdonde se encuentran las hermosurasde esta noble y bella ciudad.
Y de nuevo les doy a conocerlas principales de la Capitaly de La Victoria que es el barriodel buen cantor.
Hay Pericotesen Carrera de Gatos,en los Naranjos,Borricos y Aflijidos,
también hay Huevo junto a los Patosen el Suspiro de San Andrés...
Ahora trataremos de ubicarnos en el mapa:
Pericotes: "callejón de pericotes", es la actual primera
cuadra del jirón Angaraes, y "pericote", es la segunda
cuadra de este mismo jirón.
Carrera: es la cuarta cuadra del jirón Lampa.
Gato: la cuarta cuadra del jirón Azángaro.
Naranjos: cuadra trece del jirón Miró Quesada, en
Barrios Altos
Borricos: Abajo'el puente, en la segunda cuadra del
jirón Cajamarca, Rímac.
Aflijidos: primera cuadra del jirón Caylloma.
Huevo: quinta cuadra de la avenida Tacna.
Patos: quinta cuadra del jirón Arequipa, actual avenida
Emancipación.
Suspiros: cuarta cuadra del jirón Jauja, en el barrio
de San Lázaro.
San Andrés: octava cuadra del jirón Huallaga, donde
se ubicaba el Hospital Real San Andrés.
Los cantores de Lima le fueron po-
niendo más letra, utilizando las diferentes
cuadras que faltaban, y como esta polca
fue ganando "hinchas" empezaron a ha-
cerla más jocosa, cantando así:
Hay pericotitos, en carrera de gati-
tos... para luego pasar a:
Hay pericotones, en carrera de ga-
tones... siga cantando y sabrá por qué
era una de las piezas preferidas en las
fiestas.
Continuaremos la próxima semana.
[1] No conocemos ningún otro Eduardo Santillana
que el arequipeño que fue segunda voz del conjunto
Los Chalanes, cantando con Alejandro Cortez,
Humberto Sánchez y otras primeras voces.
12 VARIEDADES
MERCADO
EL MERCADO SAN PEDRO
Sabores cusqueñosUbicado en pleno corazón del Cusco, el tradicional mercado San Pedro ya es un habitué para los turistas que se aventuran a conocer un poco más del modo de vida de los lugareños.
ESCRIBE: JOSÉ VADILLO VILAFOTOS: ÓSCAR DURAND
PRIMER BOCADO
Solo los gringos con "iron stomach" (estómago de hierro)
se aventuran a probar los sabores depositados en las
entrañas del mercado San Pedro. Nuestro paladar
–mestizo por sus cuatro costados– avanza por el centro
de abastos más famoso de la Ciudad Imperial como Juan
sin miedo.
Son las seis de la mañana y ya no hay legañas sobre
los techos altos del San Pedro ni nuestros dos luceros.
La visión de una amontonadora de feligreses nos llevan al
puesto de doña Judith. Centro Naturista La Salud se lee en
el cartel y flores de lirios para dar vida observan la escena
a diario: la doña y sus ayudantes sacan de los cinco baldes
líquidos de diversos colores y sabores de acuerdo con lo
que pida la clientela.
Doña Judith es casi el contrapeso a las ofertas de caldos
y fritangas del largo comedor del San Pedro. "Esto le va a
ayudar", dice la doña, que lleva un cerro de años aquí en uno
de los más de 800 puestos que tiene este centro de abastos.
Todos los días del calendario abre su local, de cinco y media
de la madrugada hasta las cuatro de la tarde.
De acuerdo con el mal del paciente –presión alta, es-
tómago flojo, triglicéridos y más–, doña Judith administra
con alcachofa, achicoria, canchalagua, sábila, cañagua.
"Después de una conejada la alcachofa es buena para arreglar
el estómago, y también es mejor que la coca para el mal de
altura", así nos va pasando más vasos. Solo nos recomienda
mantenernos en ayunas una hora más. Cura gastritis, el
colesterol alto y hasta el alcoholismo. Y si hay interés, por
cinco soles nos invita a pasar detrás de una cortina, donde
espera el especialista que también analiza la orina y receta
tratamientos más a fondo para mejores resultados.
SEGUNDO BOCADOA metros del puesto donde la salud es vida, las man-
díbulas amontonadas en canastas sonríen, mientras una
ama de casa ha madrugado para sopesar, al ojo, cuál está
mejor para el caldo. El gringo promedio se saca foto con
las mandíbulas y a otros, vegetarianos o consumidores
de hamburguesas no más, les hacen puaj, les parece un
cuadro grotesco de "Los desastres de la Guerra", de Goya.
Lunes 6 de junio de 2011 13
CUSCO
Pero smile, sonría, no hay cámara indiscreta.
La sección de carnes forma una suerte de "ele" al final
del mercado San Pedro. Las mandíbulas de los carneros
del ayer tal vez sonríen mirando cómo el resto de sus
cuerpos ha servido para los desayunos. El resto del área
está dedicado al yantar de fiesta: los sonidos de cubiertos
y ollas lavándose o saliendo de los portacubiertos para
la faena de los comensales le hacen el dúo a las señoras,
con mandil blanco la mayoría, que gritan las ofertas, ven,
casero, ven, invitando a disfrutar de la sazón hogareña.
Entre los platos más famosos para el primer alimento
del día compiten el arroz con huevo, desde 2.50 soles el
plato y el precio puede aumentar si usted le adiciona salchi-
cha, plátano o le monta una tortilla.
Como si fueran producto de una
confabulación esotérica, los caldos
tienen por precio el siete. Caldos de
gallina, de cordero, de patita, de res,
a siete soles. La sopa de gallina llega
a la mitad del precio mencionado. Y
claro, no se alarme, Cusco no es una
ciudad cara, si lo vemos por este lado.
En este mercado lo rico, bueno, barato
dicen eme aquí para su bolsillo: y en
el San Pedro también hay sopas de a
dos nuevos soles y menús de almuerzo
desde 3.50 soles.
Otros platos que comparten es
escalafón de los más populares son
el escabeche y la sopa de pollo (a
ocho soles el primero), con presa y
sin presa, que también conviven con
chanfainitas mixtas, caldos de mote,
tallarines, cebiches.
Los comensales los hay de todos:
grupos musicales que llegan con sus
instrumentos para recuperar energías
tras una noche de bohemia; los bien
trajeaditos que van rumbo al traba-
jo; las familias que viene o van a las
provincias cusqueñas; y los obreros.
A ellos les sonríen las ofertas de las
"calderías" de cabeza, lengua, oreja,
los brósters y para los que no quieren
tanta carga de grasa a primera hora
también hay desayunos más ligeros,
con pancitos con huevo, nata, jamón,
chocolates y cafés con leche, jugos di-
versos, como los que propugna "Desa-
yuno Chepita" y otras flores similares,
que desde las seis de la mañana, y en
horario corrido, hasta las cuatro de la
tarde, ofrecen su gran oferta.
TERCER BOCADOEl colosal mercado San Pedro se
ubica a solo unas cuadras al suroeste
de la plaza de Armas cusqueña, frente a la vieja estación
de tren, a la iglesia renacentista de San Pedro –de más
de 300 años de historia– y a un costado del celebérrimo
Colegio Nacional de Ciencias.
En medio de los puestos de comida hay una imagen
de San Martín de Porres, el patrón del mercado. Claro, hay
turistas que no vienen a probar esos sabores fuertes que
nos gustan a los peruanos, sino a llevarse un souvenir,
un recuerdito o, tal vez, a lo máximo guiarse por la fama
del cacao cusqueño. Y hay un sector dedicado a estos
sabores donde se venden chocolates y cafés, por cuartos,
medios y kilos; hay caramelos y toffees de coca, y la miel
de los incas que solo necesita disolverse en el sol y con la
cucharada a la boca. Para los limeños
nostálgicos también hay cajas grandes
del Té Huyro, casi desaparecidos de
la capital.
Un pan que habla de la tradición
cusqueña es el pan "chuta" u "oropeza",
panes de trigo, de maíz, los hay desde
el sol hasta los cinco soles, de acuerdo
con el tamaño, desde pequeños para el
hambre personal, hasta los grandes,
para satisfacer a toda la tribu familiar
en el ejercicio de las mandíbulas. Los
dulceros tienen a los dulces de harina,
como el maicillo, las condesas, las
empanaditas de Semana Santa, que
se consumen mejor con mazamo-
rra y arroz con leche, aconsejan las
vendedoras (todas son mujeres, no
hay varones dedicados a este rubro).
Y cerquita están las señoras con su
variedad de quesos de los distintos
pueblos cusqueños, desde las comu-
nidades de La Concepción.
El San Pedro es una tradición en
Cusco, por eso conoce las ofertas
de los políticos, y tiene en su futuro
temas pendientes como reubicación y
remodelación. Como la gastronomía
lo es todo, el San Pedro también ha
recibido modelos cuando fue, hace
dos años, el escenario elegido para
el Cusco always in fashion, donde
los tres diseñadores trabajaron de la
mano con las costureras del mercado,
que ofertan en sus puestos las ves-
timentas tradicionales, sus polleras,
sus sombreros, junto a los puestos
de flores, de perfumes y brebajes
esotéricos, y otros donde también se
ofertan recuerdos para los visitantes,
desde telas y juguetes hasta ponchos
y chullos. El San Pedro es una fiesta
para los ojos, nos acerca más a ese
otro Cusco que vive a pie.
LA MARINERA NORTEÑA EN EUROPA Su ritmo alegre y elegante conquista las capitales de Europa. Los migrantes peruanos y sus descendientes practican con entusiasmo la marinera para obtener una plaza en la final del tradicional Concurso Nacional de Marinera que se celebra en Trujillo.
ESCRIBE: DOMÉNICA CANCHANO
Hay una reina en España vestida de blanco y rojo,
que con un suave vaivén del pañuelo lleva el ritmo
de la marinera norteña. Se llama Xiomara Zárate, y
a sus 27 años acaba de ser coronada por el Club Libertad
de Madrid donde la colonia peruana es una de las más
numerosas de toda Europa.
La soberana de la marinera, nacida en Arequipa y
radicada en España desde sus 16 años, tendrá un reinado
al servicio de la cultura, el arte y la identidad nacional.
Una identidad que ella, segunda generación de padre
español y de madre cusqueña, conserva con orgullo y
lealtad, "promoviendo con su dominio el arte del cepillado,
coquetería y garbo, el sentimiento de nuestra salerosa
marinera", añade Marco Antonio Pacherres, presidente
de la Filial del Club Libertad en Madrid.
"El próximo 24 y 25 de junio estamos organizando
el concurso selectivo donde participarán alrededor de
50 parejas procedentes de varios países europeos. Los
ganadores obtendrán su pase al Concurso Nacional de
Marinera en Trujillo que se realiza en enero", agrega.
En esta temporada el ritmo de la marinera se levanta
por toda Europa a través de sus ocho filiales: Bruselas,
Ginebra, Estocolmo, Milán, Barcelona, París, Roma y
Madrid; que organizan sus respectivos concursos se-
lectivos. En la Ciudad Eterna, hace dos semanas uno de
sus mejores teatros acogió a más de mil personas que
aplaudieron a las 42 parejas participantes, la mitad de
ellas procedían de otras ciudades.
"Es el primer concurso de marinera que se lleva acabo
en Roma y la participación fue masiva –cuenta Consuelo
Alcántara, presidenta del Club Libertad en Roma–. En
nuestra asociación participan peruanos e italianos, los
primeros acuden porque esta pasión la llevan en la san-
gre, mientras los italianos no se quedan atrás y desean
aprender no solo como baile sino como cultura".
Luis Romero nació en Trujillo y desde hace 20 años
Símbolo de peruanidad
14 VARIEDADES
DANZA
EN LAS DIFERENTES FILIALES DEL CLUB LIBERTAD EN EUROPA PARTICIPAN LOS HIJOS DE INMIGRANTES, LOS LLAMADOS DE SEGUNDA GENERACIÓN, Y LO HACEN EN NÚMERO DESTACADO. LOS CARACTERIZA LA DEDICACIÓN CON LA QUE PARTICIPAN, ADOPTANDO LAS COSTUMBRES DE UNO O LOS DOS PROGENITORES.
ALTA
FIDELIDAD
Para el cerebroLleva el nombre de uno de los héroes nacionales que
defendió sus ideales literalmente nadando contra la
corriente. Algo de ese espíritu rebelde puede percibirse
en la música y las letras de Olaya Sound System; pero
también cierto aire conservador en ambos aspectos,
que contrasta con la prédica contestatarías de la que
están dotadas casi todas sus canciones.
Estamos pues ante una banda de reggae muy
competente, que favorece la vertiente roots o tradicional
de dicho género, antes que ante un verdadero 'Sound
System' como aquellos gestados en Jamaica, en los
que cantantes y músicos compartían su creatividad
mezclándola con los sonidos pregrabados de cintas de
casete o de la radio. Esta distinción ayuda a explicar un
poco más el carácter ortodoxo de las composiciones
de esta agrupación.
¿Qué mejor ejemplo de ello que 'Criminales',
con esa letra de descontento y esperanza que recitan
varios de los integrantes del grupo sobre esquemas
totalmente enmarcados en el reggae jamaiquino más
tradicional? "La mentalidad del hombre" es otra muestra
de todo ello, incluido el afán –a veces contagioso,
a veces redundante– de protestar contra todo y de
hacer llamados a la buena conciencia del público que
los escucha.
Cuando se aparta un poco de este camino para
tomar pequeños desvíos estilísticos, el sonido de esta
banda limeña se torna más interesante. Es por ello que
se agradecen los toques de dub (una variación del
reggae caracterizada por una acentuada base rítmica
y el uso de efectos de sonido aplicados a guitarras y
voces) dados a canciones como 'Inocente' y al ins-
trumental '7 puntas', así como los toques tropicales
de 'Los Olaya' y 'La Peste' –cercanos a la cumbia
amazónica– y el raggamuffin de 'Puercos' y 'Religión'.
Dichas piezas oxigenan y refrescan el repertorio de un
disco debut bastante enraizado en un género al cual es
difícil darle más vueltas que las que ya se le aplicaron
durante casi un siglo.
ESCRIBE: FIDEL GUTIÉRREZ M.
FICHA TÉCNICAARTISTA: Olaya Sound SystemCD: Nadar en el cementoPAÍS: Perú
vive en Roma. Tras su llegada formó el grupo de danza
"Tahuantinsuyo" con el cual recorre toda Italia, promo-
viendo el folclor latinoamericano. Como buen trujillano
la marinera para él no tiene secretos. De hecho acaba de
salir premiado en la categoría Senior.
"En Roma trabajo en un hotel y en mi tiempo libre me
doy por completo a la danza. Aprendí a bailar la marinera
en la escuela como todos los niños, ahora mi tarea es
enseñarlo y hacer que llegue siempre a más personas,
que como peruanos debemos dar lo mejor para expresarlo
en cada ocasión", afirma Romero quien desde que llegó
a Italia no ha vuelto a Perú.
En las diferentes filiales del Club Libertad en Europa
participan los hijos de inmigrantes, los llamados de se-
gunda generación, y lo hacen en número destacado. Los
caracteriza la dedicación con la que participan, adoptando
las costumbres de uno o los dos progenitores.
"Mi hija se llama Alessia y a sus 5 años acaba de
obtener el primer premio en la categoría infantes –cuenta
orgulloso Francisco Sotovargas–. Alessia nació en Roma
y somos nosotros los que le inculcamos a amar nuestro
Perú. Ella se siente muy feliz cuando luce su vestido color
champagne y se arregla como toda una señorita".
Y si las segundas generaciones pueden contar con la
enseñanza de sus padres, a los autóctonos no les queda
más que tomar lecciones. Como ocurre en Ginebra donde
Meche Thevenot, chalaca de 69 años y residente en Suiza
desde hace 30 años, ha constituido, junto con su hermana
Mirtha, la filial del Club Libertad donde participan más de
treinta personas, de los cuales la mayoría son suizos.
"Se quedan sorprendidos por el baile y la pasión que le
ponemos. La edad de los socios es muy elevada, debido
a que Ginebra no cuenta con muchos jóvenes. Esto no
nos atemoriza, hace un mes se llevó a cabo un concurso
donde la participación fue notable, y para que los jóvenes
se animen tuvimos que llamar a maestros del exterior.
La voluntad de promover nuestra tierra no nos falta, el
resto viene solo", resalta Thevenot.
La marinera es un ritmo hibrido, que "nace de la fusión
de la cultura amerindia, hispana y africana. Imagínense
que cuando nos presentamos en los festivales por España,
piensan que tenga algo que ver con el flamenco. Por varios
detalles: en el flamenco se usa el cajón y la guitarra como
en la marinera, los vestidos son muy similares, la flor
que adorna nuestro cabello y la coquetería de las reinas
también se parece a las bailarinas de flamenco. Pero eso
sí nosotras bailamos descalzas", agrega.
"No solo en España se nos conoce por la marinera
sino el interés ha crecido en toda Europa a través de
los concursos o presentaciones que se dan más segui-
damente, con una participación multitudinaria. Miles y
miles de personas ya saben que, donde se ve agitar un
blanco pañuelo, ahí, está uno que ama el Perú", concluye
Pacherres.
Lunes 6 de junio de 2011 15
CONCURSO
16 VARIEDADES
ELOTROYO
ENTREVISTA: SUSANA MENDOZA SHEENCARICATURA: TITO PIQUÉ ROMERO
Usted luce mucho optimismo, ¿cómo ha logrado con-
servarlo?
–Cuando llegué al Perú me di cuenta de que mi debilidad
eran las mujeres (risas) porque conocí a mujeres extraordinarias
de los comedores populares autogestionarios que se dedicaban,
además, a su familia. Siempre he dicho que el Perú debe estar
lleno de monumentos a mujeres que nos dan ejemplo.
¿Se enamoró de alguien para quedarse en nuestro
país?
–(Risas)... me enamoré del Perú, de su
gente, porque los primeros años que
vine fue para promover las rifas de
Fe y Alegría y viaje por todo el
país, y las necesidades que vi y
conocí me conmovieron.
¿Siempre lo conmovió la
necesidad del otro?
–Si, desde chiquito de edad,
porque siempre fui el más chiquito
de mi familia, del colegio, del equipo
de fútbol, del noviciado... (risas), bueno
siempre tuve vocación de servicio por eso
ingresé en la Compañía de Jesús.
¿Por qué no en otra congrega-
ción?
–Yo estudié en un colegio jesuita, El
Salvador (en Zaragoza). Vengo de una familia
muy tradicional, muy de derechas y no tenía
contacto con la pobreza. Los curas me
llevaban a visitar los barrios más pobres.
JOSÉ IGNACIO MANTECÓN, PADRE "CHIQUI"
“El deporte me apasiona”Antes de venir al Perú vivió en Madrid, Zaragoza y Alicante. El padre José Ignacio Mantecón Sancho –padre "Chiqui"– recibió la medalla Defensoría del Pueblo por su trabajo de cerca de tres décadas en El Agustino devolviéndole la fe a jóvenes pandilleros. Aquí se confi esa.
Mi forma de ver la sociedad cambió.
¿Su familia era de clase alta?
–Sí, alta, alta. Conforme fui avanzando en edad, sabiduría
y gobierno, como se dice, me di cuenta de que cada día tenía
que comprometerme más con los pobres.
¿Fue difícil para usted decidir quedarse en nuestro
país?
–Para nada, ni nacionalizarme fue difícil. No me siento
desarraigado, me siento peruano y de la selección española
de fútbol (risas). Soy del Real Madrid, pero reconozco que el
Barcelona está jugando muy bien.
Le encanta el fútbol...
–¡He sido capellán de Alianza Lima por cinco años! El
deporte me apasiona. Desde niño hice básquet, atletismo,
tenis, fútbol.
¿Y ahora cuál practica?
–Ninguno. Tengo que empezar a caminar o ba-
jar y subir escaleras. Lo que pasa es que soy
fumador y además tengo los ligamentos
rotos por el fútbol.
¿Fuma feliz o con cargo de
culpa?
–Con ningún complejo de
culpa. Sé que es malo, pero...
bueno, fumo una cajetilla al
día.
¿No siente que está
pecando?
–No, no, no... Más
pecado es manejar un mi-
crobús que bota monóxido
de carbono (risas).
¿Qué pecado co-
mete?
–Me encanta co-
mer cebiche y todo lo
que tenga colesterol, ¡es
una maravilla!
¿Por qué usa arete?
–Desde hace ocho años lo uso. Me
gustó. Algunos dicen que es para acercarme
a los jóvenes, pero yo no hago nada para acer-
carme a ellos. Cuando llegué a El Agustino usaba el pelo
largo, pulseras, anillos y collares. Como ahora no tengo pelo,
pues uso aretes. Además, me he hecho un tatuaje con
las siglas de Martin Luther King.
¿Era travieso de niño?
–Estudiaba, sufi cientemente bien.
¿Cómo quisiera que los recordaran?
–Como una buena persona.
¿Ha sido mala persona?
–No, soy buena gente.
¿Ha hecho alguna maldad?
–Supongo que muchas.
Cuénteme una...
–Esas no se las cuento (risas)...