acuna-moure hablantes opinan sobre su lengua

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V Congreso Argentino de Hispanistas Escuela Superior de Lenguas Córdoba, 21 al 23 de mayo de 1998. LOS HABLANTES DE BUENOS AIRES OPINAN SOBRE SU LENGUA ACUÑA, Leonor (UBA) MOURE, José Luis (UBA / CONICET) Arcos 1524 10A Sucre 1910 /P.B. "A" 1426 Buenos Aires 1428 Buenos Aires 1. LA ENCUESTA A LOS HABLANTES DE BUENOS AIRES SOBRE SU LENGUA. ORIGEN Y ANTECEDENTES. La encuesta a los hablantes de Buenos Aires sobre su lengua se concibió como tarea primaria del proyecto UBACYT “El español de Buenos Aires” desarrollado por un equipo de docentes de las cátedras de Historia de la lengua y de Dialectología e investigadores de la Facultad de Filosofía y Letras. El proyecto, que presentamos en un panel en nuestro anterior congreso de 1995, incluye también investigaciones sobre distintos temas del español del área: clíticos, conectores, vocativos y tiempos del pasado, así como la detección de rasgos lingüísticos dialectales en documentación de archivo (Moure 1995). La frecuente desvalorización de las variedades dialectales hispanoamericanas del español frente al prestigio de las peninsulares (que lleva incluso a la consideración del español de España como una unidad prestigiosa frente a un “español de América” normativamente subordinado) nos permitió formular algunas hipótesis iniciales que en lo esencial postulaban la inseguridad de la norma seguida por nuestros hablantes, la ausencia de una política lingüística y derivaciones institucionales, de particular relieve en el ámbito educativo. Este diagnóstico nos habilitaba para proponer como uno de los objetivos académicos del proyecto el contribuir al conocimiento de la identidad y diversidad dialectales argentinas con el doble propósito de promover la formación de una conciencia lingüística nacional y de fundamentar la elaboración de una eventual política lingüística. Este fue el marco de la encuesta que propusimos, y que se encuentra todavía en proceso de realización. Si bien puede decirse que los estudios sobre las actitudes lingüísticas se han generalizado en las tres últimas décadas, el Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (cuyas actividades iniciadas en 1923 alcanzan su máximo nivel, en lo que a la dialectología concierne, entre los años 1927 y 1946, bajo la dirección de Amado Alonso) ya había mostrado su preocupación por la opinión de los hablantes en cuanto a su lengua en el precursor Castellano, español, idioma nacional de Alonso (1938); pocos años más tarde fue Berta Elena Vidal de Battini quien en su Primera encuesta del habla regional, previa a El español de la Argentina (1964), incluyó una pregunta sobre la designación del idioma. El ambicioso programa dialectológico del español conocido como "Proyecto de estudio coordinado de la norma lingüística culta de las principales ciudades de Iberoamérica y de la Península Ibérica", surgido en 1964 en el marco de un simposio organizado por el Programa Interamericano de Lingüística y Enseñanza de Idiomas (PILEI), se propuso la descripción de la lengua estándar de las capitales (en tanto difusoras de la norma) con el objetivo explícito de su aplicación a la alfabetización y a la enseñanza de español a extranjeros. En nuestro país, instadas

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Page 1: Acuna-Moure Hablantes Opinan Sobre Su Lengua

V Congreso Argentino de Hispanistas Escuela Superior de Lenguas Córdoba, 21 al 23 de mayo de 1998. LOS HABLANTES DE BUENOS AIRES OPINAN SOBRE SU LENGUA ACUÑA, Leonor (UBA) MOURE, José Luis (UBA / CONICET) Arcos 1524 10A Sucre 1910 /P.B. "A" 1426 Buenos Aires 1428 Buenos Aires 1. LA ENCUESTA A LOS HABLANTES DE BUENOS AIRES SOBRE SU LENGUA. ORIGEN Y ANTECEDENTES. La encuesta a los hablantes de Buenos Aires sobre su lengua se concibió como tarea primaria del proyecto UBACYT “El español de Buenos Aires” desarrollado por un equipo de docentes de las cátedras de Historia de la lengua y de Dialectología e investigadores de la Facultad de Filosofía y Letras. El proyecto, que presentamos en un panel en nuestro anterior congreso de 1995, incluye también investigaciones sobre distintos temas del español del área: clíticos, conectores, vocativos y tiempos del pasado, así como la detección de rasgos lingüísticos dialectales en documentación de archivo (Moure 1995). La frecuente desvalorización de las variedades dialectales hispanoamericanas del español frente al prestigio de las peninsulares (que lleva incluso a la consideración del español de España como una unidad prestigiosa frente a un “español de América” normativamente subordinado) nos permitió formular algunas hipótesis iniciales que en lo esencial postulaban la inseguridad de la norma seguida por nuestros hablantes, la ausencia de una política lingüística y derivaciones institucionales, de particular relieve en el ámbito educativo. Este diagnóstico nos habilitaba para proponer como uno de los objetivos académicos del proyecto el contribuir al conocimiento de la identidad y diversidad dialectales argentinas con el doble propósito de promover la formación de una conciencia lingüística nacional y de fundamentar la elaboración de una eventual política lingüística. Este fue el marco de la encuesta que propusimos, y que se encuentra todavía en proceso de realización. Si bien puede decirse que los estudios sobre las actitudes lingüísticas se han generalizado en las tres últimas décadas, el Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (cuyas actividades iniciadas en 1923 alcanzan su máximo nivel, en lo que a la dialectología concierne, entre los años 1927 y 1946, bajo la dirección de Amado Alonso) ya había mostrado su preocupación por la opinión de los hablantes en cuanto a su lengua en el precursor Castellano, español, idioma nacional de Alonso (1938); pocos años más tarde fue Berta Elena Vidal de Battini quien en su Primera encuesta del habla regional, previa a El español de la Argentina (1964), incluyó una pregunta sobre la designación del idioma. El ambicioso programa dialectológico del español conocido como "Proyecto de estudio coordinado de la norma lingüística culta de las principales ciudades de Iberoamérica y de la Península Ibérica", surgido en 1964 en el marco de un simposio organizado por el Programa Interamericano de Lingüística y Enseñanza de Idiomas (PILEI), se propuso la descripción de la lengua estándar de las capitales (en tanto difusoras de la norma) con el objetivo explícito de su aplicación a la alfabetización y a la enseñanza de español a extranjeros. En nuestro país, instadas

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por una recomendación surgida en el marco de este proyecto y mayoritariamente en las postrimerías de la década de 1970 y comienzos de los 80' se llevaron adelante encuestas sobre la actitud de los hablantes, las que salvo excepciones (Blanco et al. 1978) y en conformidad con los intereses del Programa, apuntaron al segmento poblacional culto (Malanca et al. 1981, Martorell de Laconi et al. 1984, Malanca et al. 1986, Solé 1986, Boretti de Macchia et al. 1988). Esas encuestas interrogaron en sus líneas comunes acerca del nombre de la lengua, la(s) norma(s) que se sigue(n) o debería(n) seguirse, dónde se habla mejor (dentro del país), quiénes hablan mejor (por edad), qué opinión tienen acerca del español peninsular, la relación entre la lengua oral y la escrita, y consultas específicas sobre usos relacionados con el voseo y sobre los rasgos que los hablantes evalúan como propios del bien o mal hablar. 2. CUESTIONARIO Y METODOLOGÍA Habiendo establecido como área de nuestro trabajo la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, la magnitud de la población que debía cubrirse (alrededor de 10 millones de habitantes) nos decidió a fijar la toma de 600 encuestas a partir de un muestreo aleatorio geográfico por conglomerados correspondientes a la Capital Federal (150 encuestas) y a cinco municipios del conurbano bonaerense con el objeto de obtener una muestra representativa en su variedad de características socioeconómicas: General Sarmiento (100 encuestas), Vicente López (75 encuestas), Florencio Varela (100 encuestas), Lanús (75 encuestas), Morón (100 encuestas). La encuesta se definió como de tipo cara a cara sobre un cuestionario semiestructurado1. Después de algunas encuestas de ensayo se elaboró el cuestionario definitivo, integrado por 60 preguntas (las que en el momento del procesamiento se desdoblaron hasta alcanzar el número de 160 entradas). Las primeras 27 procuran datos de clasificación sobre la base de las variables edad, sexo y nacionalidad, e inquieren después sobre indicadores postulados como pertinentes para la conformación de una variable a la que denominamos nivel sociocultural (NSC), obtenida a partir del cruce de datos sobre tipo de vivienda, nivel de educación del entrevistado y de sus padres, profesión y consumos culturales. La variable edad fue segmentada en cinco categorías que atienden a grupos en los que se supone homogeneidad actitudinal, afinidades culturales e identidad generacional como marcas definidas de su educación formal. En lo que específicamente a esta variable de nivel sociocultural (NSC) se refiere, la misma designación implica una diferenciación con respecto a la variable nivel socioeconómico habitualmente extraída de los marcos técnicos de los estudios de mercado, en los que se privilegian los indicadores que evidencian capacidad de consumo actual y que, a los efectos de nuestra particular investigación, consideramos a priori como insuficientes. Los indicadores por nosotros seleccionados, cuya ponderación porcentual para la variable admitimos como igualmente apriorística, fueron el tipo de vivienda -establecida por el entrevistador sobre una escala de cinco posibilidades-, las profesiones del padre y de la madre, el nivel de educación del cónyuge, el número, frecuencia y tipo de lecturas, y el conocimiento de idiomas (v. Cuadro 1). Nuestra propuesta, que se fundamenta en la alta movilidad social de la Argentina provista por su modelo educativo histórico, privilegia de esta forma el peso de la educación formal antes que el de la capacidad de consumo acumulado2.

1 La selección y sorteo de zonas, el cálculo de población que debía ser entrevistada, el establecimiento de las cohortes y la preparación y elaboración de estadísticas están a cargo del licenciado Mauro Dobruskin. 2 Entre las próximas tareas está la de dividir la muestra total en quintilos con el objeto de obtener una escala de menor a mayor de NSC y realizar las correspondencias con las distintas preguntas de la encuesta. Estas correspondencias o cruces permitirán analizar la consistencia de los segmentos obtenidos por quintilos y ajustar o corregir las variables definidas y/o su ponderación.

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CUADRO 1

PONDERACIÓN PORCENTUAL DE LOS INDICADORES PARA LA VARIABLE NSC

¡Error! Marcador no definido.INDICADOR PONDERACIÓNa. Tipo de vivienda 15% b. Nivel de educación del entrevistado 30% c. Nivel de educación de los padres 30% d. Profesión del entrevistado 15% e. Consumos culturales (diarios, revistas, conocimiento de idiomas) 10% VARIABLE SOCIOCULTURAL 100%

Las restantes preguntas del cuestionario apuntan a determinar la denominación o denominaciones que el hablante da a su lengua y la correspondiente justificación, a la detección de los rasgos que considera caracterizadores de la corrección e incorrección lingüísticas y de los grupos a los que su imaginario atribuye el buen y el mal hablar, a la valoración implícita que hace de su dialecto cuando califica otras variedades diatópicas (entre las que se incluye la peninsular), a la identificación de los modelos lingüísticos, a la determinación de sus conductas normativas, y a la evaluación comparativa que hace de las instituciones potencialmente fijadoras de norma discriminando según la influencia que a su entender tienen y aquélla que deberían tener. En una caracterización general puede afirmarse que los juicios que sobre la lengua manifiestan los hablantes pueden clasificarse según su alusión a valores propiamente lingüísticos, estéticos o a los de las convenciones sociales; así, la forma de hablar de los otros puede ser correcta o incorrecta, pero también "fea", "dulce", "lógica", o atribuida a sectores de la población que responden a los pares estereotípicos "trabajadores"/"vagos", "pobres"/"ricos", "ignorantes"/"cultos" (valoraciones que, dicho sea de paso, suelen tener consecuencias discriminatorias en los ámbitos escolares, laborales e incluso sociales). 3. PRIMERAS OBSERVACIONES 3a. El peso de la población culta. Consagrada a nuestra misma región Carlos A. Solé llevó adelante un estudio sobre las actitudes lingüísticas del "bonaerense culto" a partir de encuestas tomadas entre julio y agosto de 19853. En nuestra muestra aleatoria el peso de la población culta, delimitada en conformidad con los criterios seguidos por las encuestas anteriores (esto es estudios secundarios o universitarios completos o incompletos para los hablantes de entre 15 y 29 años, universitarios completos o incompletos para los de entre 30 y 54 años y secundarios o universitarios completos o incompletos para los mayores de 55 años), parece constituir una franca minoría.

3 Desconocemos si se ha publicado; hemos manejado una edición mimeografiada que nos fue amablemente facilitada por Florencia Cortés Conde. Vd. Bibliografía

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CUADRO 2

ENCUESTADOS CON EDUC. SECUNDARIA INCOMPLETA

¡Error! Marcador no definido. E D A D

Porcentaje

Menos de 20 años 60 %

21-28 años 44 %

29-34 años 50 %

35-45 años 47 %

46-65 años 58 %

Más de 65 años 86 %

T O T A L 53,5 %

3b. Quiénes hablan bien y quiénes mal. Hasta el presente sólo hemos iniciado el procesamiento de la mitad de las encuestas previstas. Y para nuestra presentación de hoy hemos seleccionado las respuestas a las preguntas 33 (Quiénes hablan bien?), 34 ( Por qué?), 35 ( Quiénes hablan mal?) y 36 ( Por qué?), cada una de ellas con tres posibilidades de respuesta. Acerca de la pregunta sobre quiénes hablan bien, los encuestados señalan en primer lugar a los que estudiaron y a los profesores, maestros y/o académicos; luego se ubican periodistas, escritores y lectores, políticos y médicos (v. Cuadro 3). Entre las personalidades individualizadas por su hablar correcto se menciona reiteradamente al periodista Mariano Grondona.

CUADRO 3 Quiénes hablan bien? (33.1, 33.2, 33.3)

¡Error! Marcador no definido.RUBROS

Porcentajes

a. Estudio 33%

b. Profesores o maestros 19,8%

c. Periodistas 9,4%

d. Escritores 6,6%

e. Lectores 6,6%

f. Políticos 4,7%

g. Médicos 4,7%

h. Otros 12,3%

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En un 77% los encuestados consideran que las razones del hablar correcto dependen de haber recibido educación (v. Cuadro 4).

CUADRO 4 Razones del bien hablar (34.1, 34.2, 34.3)

¡Error! Marcador no definido.RUBROS

Porcentajes

a. Educación 77%

b. Lectura 10,2%

c. Interés 5,1%

d. Otros 7,7% Es decir que la creencia de que quienes hablan bien son los educados -los que tuvieron acceso a la instrucción- determina la idea complementaria de que el buen hablar es consecuencia de haber accedido a los estudios, razón por la cual el empeoramiento de la educación es considerado un factor causal del empeoramiento del hablar. De las declaraciones de los entrevistados puede inducirse una concepción de la educación, explícita o tácita, como proveedora de base de conocimientos, hábito de lectura e información. Aunque cuantitativamente distanciados, la práctica de la lectura y el interés y cuidado del hablante son las otras razones aducidas para el buen hablar. Entre los rasgos observados ocupa el primer lugar el vocabulario (en sus cualidades de riqueza y variedad) y se enfatizan la corrección, la claridad y la sencillez (v. Cuadro 5).

CUADRO 5 Rasgos específicos del bien hablar (34.1, 34.2, 34.3)

¡Error! Marcador no definido.RUBROS

Porcentajes

a. Vocabulario 42,9%

b. Correción/propiedad 28,6%

c. Claridad/sencillez 14,3%

d. Otros 14,2% Es interesante destacar que cuando la pregunta inquiere sobre quiénes hablan mal, las respuestas son más abundantes y variadas (v. Cuadro 6).

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CUADRO 6

Quiénes hablan mal? (35.1, 35.2, 35.3)

¡Error! Marcador no definido.RUBROS Porcentajes

a. Sin educación 19%

b. Jóvenes 16,4%

c. La mayoría 16%

d. Extranjeros 10,7%

e. Pobres 6,7%

f. Periodistas 6,2%

g. Políticos 6,2%

h. Futbolistas 3,6%

i. No leen 2,6

j. Menem 2,6%

k. Maradona 2%

l. Otros 7,6% En coherencia con lo que llevamos señalado, la gente sin educación, pero también los jóvenes, "la mayoría" y los extranjeros (con frecuente alusión específica a quienes provienen de los países limítrofes) son los principales depositarios del mal hablar. Los jóvenes hablan mal por influencia de la televisión y, una vez más, por el deterioro de la educación. Los extranjeros, porque no aprenden el español y tienen pocos estudios.

CUADRO 7 Razones del mal hablar (36.1, 36.2, 36.3)

¡Error! Marcador no definido.RUBROS

Porcentajes

a. Falta de educación 65,2%

b. Falta de interés 13,5%

c. TV 12,4%

d. Falta de lectura 2,2%

e. Otros 6,7% El conjunto integrado por los políticos, Menem y Maradona, recurrentemente incluidos entre los que hablan mal, conforman en realidad una entidad aparte, puesto que los motivos aducidos

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son su falta de coherencia, demérito que los informantes destacan a veces con un rotundo "no se entiende lo que dicen". En cuanto a los rasgos definitorios del hablar incorrecto se encuentran en primer lugar los modismos o particularidades (a lo que se podría agregar las interferencias que se les atribuyen a los hablantes extranjeros), la pobreza de léxico y las pronunciaciones particulares (en probable alusión a rasgos muy marcados) (v. Cuadro 8).

CUADRO 8 Rasgos específicos del mal hablar (36.1, 36.2, 36.3)

¡Error! Marcador no definido.RUBROS

Porcentajes

a. Modismos 18,3%

b. Coherencia/claridad 18,3%

c. Léxico 12,7%

d. Malas palabras 11,3%

e. Pronunciación 11,3%

f. Corrección 9,8%

g. Otros 8,5% Como ya se ha señalado, aparecen fuertemente estigmatizados la falta de coherencia y claridad, en coincidencia con el segundo tipo de la que James y Leslie Milroy denominan la "tradición de denuncia" normativista (complaint tradition) (Milroy-Milro : 37). 3c. Lo muy marcado Resulta claramente advertible que los hablantes tienden a considerar los rasgos marcadores de grupo (sea de jóvenes o de extranjeros) como incorrectos. Incluso los rasgos de moda aparecen incluidos entre los que determinan el mal hablar de la mayoría. Los hablantes parecen aceptar que los grupos se identifiquen o posean marcas lingüísticas de pertenencia, pero el peso puesto en la riqueza de vocabulario hace pensar que su noción de corrección exige la posesión de recursos lingüísticos que permitan al hablante expresarse con adecuación a las distintas situaciones comunicativas. Así se entiende que los políticos, los futbolistas y los sindicalistas sean específicamente mencionados como integrando el grupo de quienes hablan mal; podemos postular que los representantes de estos colectivos suelen aparecer en los medios expresándose de una manera no aceptable para lo que la gente espera de esa situación de exposición pública. El resto de quienes hablan mal, no adscriptos a alguno de estos tres grupos bien identificados, pasa a engrosar el conjunto de quienes no han recibido educación. 3d. Comparación con algunos datos de Solé. El 59% de los encuestados por Solé considera que el español hablado en Buenos Aires es mal español. Sin embargo, el 49% se manifiesta orgulloso de la modalidad lingüística porteña, y sólo el 27% admite sentir incomodidad por ella. El léxico (92%) y la pronunciación (67%) son los rasgos que mejor definen la forma de hablar de los porteños. El 48% opina que se habla mejor fuera de la Argentina. El 90% afirma que la lengua es expresión de la nacionalidad.

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Estos datos, obtenidos sobre un segmento de población restringido respecto del seleccionado por nosotros, coinciden con las conclusiones que inducimos de nuestros propios porcentajes. No habría contradicción en un hablante que cree que sus modismos son negativamente evaluados desde afuera y que al mismo tiempo siente que son lo que lo identifica, respondiendo implícitamente a la función lingüística de "autoidentificación contrastiva" en términos de Joshua Fishman o a una extensión de las funciones "unificadora" y "separadora" que Garvin y Mathiot atribuían a las lenguas estandarizadas (Fasold 1996:28). Más allá de una interpretación de autodesprecio o desvalorización de la propia lengua, que sospechamos sin poder fundarla todavía en una cuantificación, nos parece interesante centrarnos en esta primera etapa en las expectativas que de lo correcto e incorrecto manifiestan los hablantes. Si nos atenemos a las contestaciones obtenidas a preguntas presentadas desde una perspectiva normativista nos quedaremos en presencia de respuestas limitadas a una valoración de 'correcto' o 'incorrecto'; si en cambio consideramos las respuestas de los hablantes como manifestación de su expectativa respecto de los resultados de la educación y del comportamiento o la actuación social de los hablantes, identificamos más bien la presencia de su imaginario acerca de la tensión entre lo particular o identitario y lo común o lo general. BIBLIOGRAFÍA Blanco, Isabel; Lidia Otero y Elizabeth Rigatuso. 1978. “Actitudes lingüística de la comunidad bahiense”. Apuntes para la cátedra de Lingüística del Departamento de Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Sur. Bahía Blanca. Boretti de Macchia y María Cristina Ferrer de Gregoret. “Actitud del hablante frente a los ideales de lengua en la Argentina”. En Donni de Mirande, Nélida E.; Susana H. Boretti de Macchia; María Cristina Ferrer de Gregoret; Carmen Sánchez Lanza y María Rosa Di Rosa. 1988. Estudios sobre la lengua de Santa Fe. Fondo Editorial de la Provincia. Santa Fe: 235-249. Coupland, Nikolas y Adam Jaworski. 1997. Sociolinguistics. A reader and coursebook. Macmillan Press. Fasold, Ralph. 1996. La sociolingüística de la sociedad. Madrid : Visor. Giles, Howard y Nikolas Coupland. 1991. Language: Contexts and Consequences. Cole Publishing Company, California. Malanca de Rodríguez Rojas, Alicia y Nora Lilí Prevedello. 1986. “Actitud del hablante ante su lengua. Estudio del español hablado en la Argentina Mediterránea”. Anuario de Letras XXIV (México): 387-406. Malanca de Rodríguez Rojas, Alicia; Nora Lily Prevedello y María Teresa Toniolo. 1981. “Actitud del hablante frente a su lengua. Resultado de una encuesta realizada en la ciudad de Córdoba (Argentina)”, Lingüística Española Actual III, 1: 33-47. Martorell de Laconi, Susana e Iride Rossi de Fiori. 1984. "Resultados obtenidos en la encuesta "La actitud del hablante salteño ante su lengua". En Estudios y ensayos lingüísticos y literarios. Roma. Salta : 37-74. Milroy, James y Lesley Milroy. 1991. Authority in Language. Investigating Language Prescription and Standardization. London & New York : Routledge. Moure, José Luis. 1995. “Un proyecto de estudio del español de Buenos Aires”. En Edith Marta Villarino et al. (eds.), Actas del IV Congreso Argentino de Hispanistas. Mar del Plata - Argentina 18, 19 y 20 de mayo de 1995. Mar del Plata, Universidad Nacional de Mar del Plata: 85-87.

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Solé, Carlos A. c 1986. Ms. Actitudes lingüísticas del bonaerense culto.