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Escuela Federico García Lorca Ranquil ACTIVIDAD SEP: CALIGRAFIA Nombre: Curso: Fecha: SÓLO SE NECESITA MIEDO Había un rey de corazón puro y muy interesado por la búsqueda espiritual. A menudo se hacía visitar por yoguis y maestros místicos que pudieran proporcionarle prescripciones y métodos para su evolución interna. Le llegaron noticias de un asceta muy sospechoso y entonces decidió hacerlo llamar para ponerlo a prueba. El asceta se presentó ante el monarca, y éste, sin demora, le dijo: -¡O demuestras que eres un renunciante auténtico o te haré ahorcar! El asceta dijo: -Majestad, os juro y aseguro que tengo visiones muy extrañas y sobrenaturales. Veo un ave dorada en el cielo y demonios bajo la tierra. !Ahora mismo los estoy viendo! ¡Sí, ahora mismo! -¿Cómo es posible -inquirió el rey- que a través de estos espesos muros puedas ver lo que dices en el cielo y bajo tierra? Y el asceta repuso: -Sólo se necesita miedo. *El Maestro dice: Caminar hacia la Verdad es más difícil que hacerlo por el filo de la navaja, por eso sólo algunos se comprometen con la Búsqueda. ACTIVIDAD SEP: CALIGRAFIA Nombre: Curso: Fecha: ¿AVISARÍAS A LOS PERSONAJES DE TU SUEÑO? El discípulo se reunió con su mentor espiritual para indagar algunos aspectos de la Liberación y de aquellos que la alcanzan. Departieron durante horas. Por último, el discípulo le preguntó al maestro:

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caligrafías diarias

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Escuela Federico Garca LorcaRanquilACTIVIDAD SEP:CALIGRAFIANombre:Curso:Fecha:

SLO SE NECESITA MIEDO

Haba un rey de corazn puro y muy interesado por la bsqueda espiritual. A menudo se haca visitar por yoguis y maestros msticos que pudieran proporcionarle prescripciones y mtodos para su evolucin interna. Le llegaron noticias de un asceta muy sospechoso y entonces decidi hacerlo llamar para ponerlo a prueba. El asceta se present ante el monarca, y ste, sin demora, le dijo: -O demuestras que eres un renunciante autntico o te har ahorcar! El asceta dijo: -Majestad, os juro y aseguro que tengo visiones muy extraas y sobrenaturales. Veo un ave dorada en el cielo y demonios bajo la tierra.!Ahora mismo los estoy viendo! S, ahora mismo! -Cmo es posible -inquiri el rey- que a travs de estos espesos muros puedas ver lo que dices en el cielo y bajo tierra? Y el asceta repuso:-Slo se necesita miedo.

*El Maestro dice: Caminar hacia la Verdad es ms difcil que hacerlo por el filo de la navaja, por eso slo algunos se comprometen con la Bsqueda.

ACTIVIDAD SEP:CALIGRAFIANombre:Curso:Fecha:

AVISARAS A LOS PERSONAJES DE TU SUEO?

El discpulo se reuni con su mentor espiritual para indagar algunos aspectos de la Liberacin y de aquellos que la alcanzan. Departieron durante horas. Por ltimo, el discpulo le pregunt al maestro: --Cmo es posible que un ser humano liberado pueda permanecer tan sereno a pesar de las terribles tragedias que padece la humanidad? El mentor tom entre las suyas las manos del perplejo discpulo, y le explic: --T ests durmiendo. Supntelo.Sueas que vas en un barco con otros muchos pasajeros. De repente, el barco encalla y comienza a hundirse. Angustiado, te despiertas. Y la pregunta que yo te hago es: Acaso te duermes rpidamente de nuevo para avisar a los personajes de tu sueo?

*El Maestro dice: El ser liberado es como una flor que no deja de exhalar su aroma y, suceda lo que suceda, no se marchita.

ACTIVIDAD SEP:CALIGRAFIANombre:Curso:Fecha:

EL EREMITA ASTUTO

Era un eremita de muy avanzada edad. Sus cabellos eran blancos como la espuma, y su rostro apareca surcado con las profundas arrugas de ms de un siglo de vida. Pero su mente continuaba siendo sagaz y despierta y su cuerpo flexible como un lirio. Sometindose a toda suerte de disciplinas y austeridades, haba obtenido un asombroso dominio sobre sus facultades y desarrollado portentosos poderes psquicos. Pero, a pesar de ello, no haba logrado debilitar su arrogante ego. La muerte no perdona a nadie, y cierto da, Yama, el Seor de la Muerte, envi a uno de sus emisarios para que atrapase al eremita y lo condujese a su reino. El ermitao, con su desarrollado poder clarividente, intuy las intenciones del emisario de la muerte y, experto en el arte de la ubicuidad, proyect treinta y nueve formas idnticas a la suya. Cuando lleg el emisario de la muerte, contempl, estupefacto, cuarenta cuerpos iguales y, sindole imposible detectar el cuerpo verdadero, no pudo apresar al astuto eremita y llevrselo consigo. Fracasado el emisario de la muerte, regres junto a Yama y le expuso lo acontecido. Yama, el poderoso Seor de la Muerte, se qued pensativo durante unos instantes. Acerc sus labios al odo del emisario y le dio algunas instrucciones de gran precisin. Una sonrisa asom en el rostro habitualmente circunspecto del emisario, que se puso seguidamente en marcha hacia donde habitaba el ermitao. De nuevo, el eremita, con su tercer ojo altamente desarrollado y perceptivo, intuy que se aproximaba el emisario. En unos instantes, reprodujo el truco al que ya haba recurrido anteriormente y recre treinta y nueve formas idnticas a la suya. El emisario de la muerte se encontr con cuarenta formas iguales.Siguiendo las instrucciones de Yama, exclam: --Muy bien, pero que muy bien.!Qu gran proeza! Y tras un breve silencio, agreg: --Pero, indudablemente, hay un pequeo fallo. Entonces el eremita, herido en su orgullo, se apresur a preguntar: --Cul? Y el emisario de la muerte pudo atrapar el cuerpo real del ermitao y conducirlo sin demora a las tenebrosas esferas de la muerte.

*El Maestro dice: El ego abre el camino hacia la muerte y nos hace vivir de espaldas a la realidad del Ser. Sin ego, eres el que jams has dejado de ser.

S COMO UN MUERTO

Era un venerable maestro. En sus ojos haba un reconfortante destello de paz permanente. Slo tena un discpulo, al que paulatinamente iba impartiendo la enseanza mstica. El cielo se haba teido de una hermosa tonalidad de naranja-oro, cuando el maestro se dirigi al discpulo y le orden: --Querido mo, mi muy querido, acrcate al cementerio y, una vez all, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos. El discpulo camin hasta un cementerio cercano. El silencio era sobrecogedor. Quebr la apacible atmsfera del lugar gritando toda clase de elogios a los muertos. Despus regres junto a su maestro. --Qu te respondieron los muertos? -pregunt el maestro. --Nada dijeron. --En ese caso, mi muy querido amigo, vuelve al cementerio y lanza toda suerte de insultos a los muertos. El discpulo regres hasta el silente cementerio. A pleno pulmn, comenz a soltar toda clase de improperios contra los muertos. Despus de unos minutos, volvi junto al maestro, que le pregunt al instante: --Qu te han respondido los muertos? --De nuevo nada dijeron -repuso el discpulo. Y el maestro concluy: --As debes ser t: indiferente, como un muerto, a los halagos y a los insultos de los otros.

*El Maestro dice: Quien hoy te halaga, maana te puede insultar y quien hoy te insulta, maana te puede halagar. No seas como una hoja a merced del viento de los halagos e insultos. Permanece en ti mismo ms all de unos y de otros.

ACTIVIDAD SEP:COMPRENSIN DE LECTURANombre:Curso:Fecha:

UNA BROMA DEL MAESTRO

Haba en un pueblo de la India un hombre de gran santidad. A los aldeanos les pareca una persona notable a la vez que extravagante. La verdad es que ese hombre les llamaba la atencin al mismo tiempo que los confunda. El caso es que le pidieron que les predicase. El hombre, que siempre estaba en disponibilidad para los dems, no dud en aceptar. El da sealado para la prdica, no obstante, tuvo la intuicin de que la actitud de los asistentes no era sincera y de que deban recibir una leccin. Lleg el momento de la charla y todos los aldeanos se dispusieron a escuchar al hombre santo confiados en pasar un buen rato a su costa. El maestro se present ante ellos. Tras una breve pausa de silencio, pregunt: --Amigos, sabis de qu voy a hablaros? --No -contestaron. --En ese caso -dijo-, no voy a decirles nada. Son tan ignorantes que de nada podra hablarles que mereciera la pena. En tanto no sepan de qu voy a hablarles, no les dirigir la palabra. Los asistentes, desorientados, se fueron a sus casas. Se reunieron al da siguiente y decidieron reclamar nuevamente las palabras del santo. El hombre no dud en acudir hasta ellos y les pregunt: --Sabis de qu voy a hablaros? --S, lo sabemos -repusieron los aldeanos. --Siendo as -dijo el santo-, no tengo nada que deciros, porque ya lo sabis. Que pasis una buena noche, amigos. Los aldeanos se sintieron burlados y experimentaron mucha indignacin.No se dieron por vencidos, desde luego, y convocaron de nuevo al hombre santo. El santo mir a los asistentes en silencio y calma. Despus, pregunt: --Sabis, amigos, de qu voy a hablaros? No queriendo dejarse atrapar de nuevo, los aldeanos ya haban convenido la respuesta: --Algunos lo sabemos y otros no. Y el hombre santo dijo: --En tal caso, que los que saben transmitan su conocimiento a los que no saben. Dicho esto, el hombre santo se march de nuevo al bosque.

*El Maestro dice: Sin acritud, pero con firmeza, el ser humano debe velar por s mismo.

PUREZA DE CORAZN

Se trataba de dos ermitaos que vivan en un islote cada uno de ellos. El ermitao joven se haba hecho muy clebre y gozaba de gran reputacin, en tanto que el anciano era un desconocido. Un da, el anciano tom una barca y se desplaz hasta el islote del afamado ermitao. Le rindi honores y le pidi instruccin espiritual. El joven le entreg un mantra y le facilit las instrucciones necesarias para la repeticin del mismo. Agradecido, el anciano volvi a tomar la barca para dirigirse a su islote, mientras su compaero de bsqueda se senta muy orgulloso por haber sido reclamado espiritualmente. El anciano se senta muy feliz con el mantra.Era una persona sencilla y de corazn puro. Toda su vida no haba hecho otra cosa que ser un hombre de buenos sentimientos y ahora, ya en su ancianidad, quera hacer alguna prctica metdica. Estaba el joven ermitao leyendo las escrituras, cuando, a las pocas horas de marcharse, el anciano regres. Estaba compungido, y dijo: --Venerable asceta, resulta que he olvidado las palabras exactas del mantra. Siento ser un pobre ignorante. Puedes indicrmelo otra vez? El joven mir al anciano con condescendencia y le repiti el mantra.Lleno de orgullo, se dijo interiormente: Poco podr este pobre hombre avanzar por la senda hacia la Realidad si ni siquiera es capaz de retener un mantra. Pero su sorpresa fue extraordinaria cuando de repente vio que el anciano parta hacia su islote caminando sobre las aguas.

*El Maestro dice: No hay mayor logro que la pureza de corazn. Qu no puede obtenerse con un corazn limpio?

LA NIA Y EL ACRBATA

Era una nia de ojos grandes como lunas, con la sonrisa suave del amanecer. Hurfana siempre desde que ella recordara, se haba asociado a un acrbata con el que recorra, de aqu para all, los pueblos hospitalarios de la India. Ambos se haban especializado en un nmero circense que consista en que la nia trepaba por un largo palo que el hombre sostena sobre sus hombros. La prueba no estaba ni mucho menos exenta de riesgos.Por eso, el hombre le indic a la nia: --Amiguita, para evitar que pueda ocurrirnos un accidente, lo mejor ser que, mientras hacemos nuestro nmero, yo me ocupe de lo que t ests haciendo y t de lo que estoy haciendo yo.De ese modo no correremos peligro, pequea. Pero la nia, clavando sus ojos enormes y expresivos en los de su compaero, replic: --No, Babu, eso no es lo acertado. Yo me ocupar de m y t te ocupars de ti, y as, estando cada uno muy pendiente de lo que uno mismo hace, evitaremos cualquier accidente.

*El Maestro dice: Permanece vigilante de ti y libra tus propias batallas en lugar de intervenir en las de otros. Atento de ti mismo, as avanzars seguro por la va hacia la Liberacin definitiva.

SOY T

Era un discpulo honesto. Moraba en su corazn el afn de perfeccionamiento. Un anochecer, cuando las chicharras quebraban el silencio de la tarde, acudi a la modesta casita de un yogui y llam a la puerta. --Quin es? -pregunt el yogui. --Soy yo, respetado maestro. He venido para que me proporciones instruccin espiritual. --No ests lo suficientemente maduro -replic el yogui sin abrir la puerta-. Retrate un ao a una cueva y medita. Medita sin descanso.Luego, regresa y te dar instruccin. Al principio, el discpulo se desanim, pero era un verdadero buscador, de esos que no ceden en su empeo y rastrean la verdad aun a riesgo de su vida. As que obedeci al yogui.Busc una cueva en la falda de la montaa y durante un ao se sumi en meditacin profunda. Aprendi a estar consigo mismo; se ejercit en el Ser. Sobrevinieron las lluvias del monzn. Por ellas supo el discpulo que haba transcurrido un ao desde que llegara a la cueva. Abandon la misma y se puso en marcha hacia la casita del maestro. Llam a la puerta. --Quin es? -pregunt el yogui. --Soy t -repuso el discpulo. --Si es as -dijo el yogui-, entra. No haba lugar en esta casa para dos yoes.

*El Maestro dice: Ms all de la mente y el pensamiento est el Ser.Y en el Ser todos los seres.

ACTIVIDAD SEP:COMPRENSIN DE LECTURANombre:Curso:Fecha:

LA ELOCUENCIA DEL SILENCIO

Un padre deseaba para sus dos hijos la mejor formacin mstica posible.Por ese motivo, los envi a adiestrarse espiritualmente con un reputado maestro de la filosofa vedanta. Despus de un ao, los hijos regresaron al hogar paterno. El padre pregunt a uno de ellos sobre el Brahmn, y el hijo se extendi sobre la Deidad haciendo todo tipo de ilustradas referencias a las escrituras, textos filosficos y enseanzas metafsicas. Despus, el padre pregunt sobre el Brahmn al otro hijo, y ste se limit a guardar silencio.Entonces el padre, dirigindose a este ltimo, declar: --Hijo, t s que sabes realmente lo que es el Brahmn.

*El Maestro dice: La palabra es limitada y no puede nombrar lo innombrable.

EL BARQUERO INCULTO

Se trataba de un joven erudito, arrogante y engredo. Para cruzar un caudaloso ro de una a otra orilla tom una barca. Silente y sumiso, el barquero comenz a remar con diligencia. De repente, una bandada de aves surc el cielo y el joven pregunt al barquero: --Buen hombre, has estudiado la vida de las aves? --No, seor -repuso el barquero. --Entonces, amigo, has perdido la cuarta parte de tu vida. Pasados unos minutos, la barca se desliz junto a unas exticas plantas que flotaban en las aguas del ro. El joven pregunt al barquero: --Dime, barquero, has estudiado botnica? --No, seor, no s nada de plantas. --Pues debo decirte que has perdido la mitad de tu vida -coment el petulante joven. El barquero segua remando pacientemente. El sol del medioda se reflejaba luminosamente sobre las aguas del ro. Entonces el joven pregunt: --Sin duda, barquero, llevas muchos aos deslizndote por las aguas.?Sabes, por cierto, algo de la naturaleza del agua? --No, seor, nada s al respecto.No s nada de estas aguas ni de otras. --Oh, amigo! -exclam el joven-.De verdad que has perdido las tres cuartas partes de tu vida. Sbitamente, la barca comenz a hacer agua. No haba forma de achicar tanta agua y la barca comenz a hundirse. El barquero pregunt al joven: --Seor, sabes nadar? --No -repuso el joven. --Pues me temo, seor, que has perdido toda tu vida.

*El Maestro dice: No es a travs del intelecto como se alcanza el Ser: el pensamiento no puede comprender al pensador y el conocimiento erudito no tiene nada que ver con la Sabidura*.

LAS PESCADORAS

Se trataba de un grupo de pescadoras. Despus de concluida la faena, se pusieron en marcha hacia sus respectivas casas. El trayecto era largo y, cuando la noche comenzaba a caer, se desencaden una violenta tormenta.Llova tan torrencialmente que era necesario guarecerse. Divisaron a lo lejos una casa y comenzaron a correr hacia ella. Llamaron a la puerta y les abri una hospitalaria mujer que era la duea de la casa y se dedicaba al cultivo y venta de flores. Al ver totalmente empapadas a las pescadoras, les ofreci una habitacin para que tranquilamente pasaran all la noche.Era una amplia estancia donde haba una gran cantidad de cestas con hermosas y muy variadas flores, dispuestas para ser vendidas al siguiente da.Las pescadoras estaban agotadas y se pusieron a dormir. Sin embargo, no lograban conciliar el sueo y empezaron a quejarse del aroma de las flores: !Qu peste! No hay quien soporte este olor. As no hay quien pueda dormir. Entonces una de ellas tuvo una idea y se la sugiri a sus compaeras: --No hay quien aguante esta peste, amigas, y, si no ponemos remedio, no vamos a poder pegar un ojo. Coged las canastas de pescado y utilizadlas como almohada y as conseguiremos evitar este desagradable olor. Las mujeres siguieron la sugerencia de su compaera. Cogieron las cestas malolientes de pescado y apoyaron las cabezas sobre ellas. Apenas haba pasado un minuto y ya todas ellas dorman profundamente.

*El Maestro dice: Por ignorancia y ausencia de entendimiento correcto, el ser humano se pierde en las apariencias y no percibe lo Real.

NI T NI YO SOMOS LOS MISMOS

El Buda fue el hombre ms despierto de su poca. Nadie como l comprendi el sufrimiento humano y desarroll la benevolencia y la compasin. Entre sus primos, se encontraba el perverso Devadatta, siempre celoso del maestro y empeado en desacreditarlo e incluso dispuesto a matarlo.Cierto da que el Buda estaba paseando tranquilamente, Devadatta, a su paso, le arroj una pesada roca desde la cima de una colina, con la intencin de acabar con su vida. Sin embargo, la roca slo cay al lado del Buda y Devadatta no pudo conseguir su objetivo. El Buda se dio cuenta de lo sucedido permaneci impasible, sin perder la sonrisa de los labios.Das despus, el Buda se cruz con su primo y lo salud afectuosamente.Muy sorprendido, Devadatta pregunt: --No ests enfadado, seor? --No, claro que no. Sin salir de su asombro, inquiri: --Por qu? Y el Buda dijo: --Porque ni t eres ya el que arroj la roca, ni yo soy ya el que estaba all cuando me fue arrojada.

*El Maestro dice: Para el que sabe ver, todo es transitorio: para el que sabe amar, todo es perdonable.

EL COOLI DE CALCUTA

Un buscador occidental lleg a Calcuta. En su pas haba recibido noticias de un elevado maestro espiritual llamado Baba Gitananda. Despus de un agotador viaje en tren de Delhi a Calcuta, en cuanto abandon la abigarrada estacin de la ciudad, se dirigi a un cooli para preguntarle sobre Baba Gitananda. El cooli nunca haba odo hablar de este hombre.El occidental pregunt a otros cooles, pero tampoco haban escuchado nunca ese nombre. Por fortuna, y finalmente, un cooli, al ser inquirido, le contest: --S, seor, conozco al maestro espiritual por el que preguntis. El extranjero contempl al cooli.Era un hombre muy sencillo, de edad avanzada y aspecto de pordiosero. --Ests seguro de que conoces a Baba Gitananda? -pregunt, insistiendo. --S, lo conozco bien -repuso el cooli. --Entonces, llvame hasta l. El buscador occidental se acomod en el carrito y el cooli comenz a tirar del mismo. Mientras era transportado por las atestadas calles de la ciudad, el extranjero se deca para sus adentros: Este pobre hombre no tiene aspecto de conocer a ningn maestro espiritual y mucho menos a Baba Gitananda. Ya veremos dnde termina por llevarme. Despus de un largo trayecto, el cooli se detuvo en una callejuela tan estrecha por la que apenas poda casi pasar el carrito. Jadeante por el esfuerzo y con voz entrecortada, dijo: --Seor, voy a mirar dentro de la casa. Entrad en unos instantes. El occidental estaba realmente sorprendido. Le habra conducido hasta all para robarle o, an peor, incluso para que tal vez le golpearan o quitaran la vida? Era en verdad una callejuela inmunda. Cmo iba a vivir all Baba Gitananda ni ningn mentor espiritual? Vacil e incluso pens en huir. Pero, recurriendo a todo su coraje, se decidi a bajar del carrito y entrar en la casa por la que haba penetrado el cooli. Tena miedo, pero trataba de sobreponerse. Atraves un pasillo que desembocaba en una sala que estaba en semipenumbra y donde ola a sndalo. Al fondo de la misma, vio la silueta de un hombre en meditacin profunda. Lentamente se fue aproximando al yogui, sentado en posicin de loto sobre una piel de antlope y en actitud de meditacin.!Cul no sera su sorpresa al comprobar que aquel hombre era el cooli que le haba conducido hasta all! A pesar de la escasa luz de la estancia, el occidental pudo ver los ojos amorosos y calmos del cooli, y contemplar el lento movimiento de sus labios al decir: --Yo soy Baba Gitananda. Aqu me tienes, amigo mo.

*El Maestro dice: Porque tenemos la mente llena de prejuicios, convencionalismo y toda clase de ideas preconcebidas, se perturba nuestra visin y se distorsiona nuestro discernimiento.

EL VIAJERO SEDIENTO

Lentamente, el sol se haba ido ocultando y la noche haba cado por completo. Por la inmensa planicie de la India se deslizaba un tren como una descomunal serpiente quejumbrosa.Varios hombres compartan un departamento y, como quedaban muchas horas para llegar al destino, decidieron apagar la luz y ponerse a dormir. El tren prosegua su marcha. Transcurrieron los minutos y los viajeros empezaron a conciliar el sueo. Llevaban ya un buen nmero de horas de viaje y estaban muy cansados. De repente, empez a escucharse una voz que deca: --Ay, qu sed tengo! Ay, qu sed tengo! As una y otra vez, insistente y montonamente. Era uno de los viajeros que no cesaba de quejarse de su sed, impidiendo dormir al resto de sus compaeros. Ya resultaba tan molesta y repetitiva su queja, que uno de los viajeros se levant, sali del departamento, fue al lavabo y le trajo un vaso de agua. El hombre sediento bebi con avidez el agua. Todos se echaron de nuevo. Otra vez se apag la luz. Los viajeros, reconfortados, se dispusieron a dormir. Transcurrieron unos minutos. Y, de repente, la misma voz de antes comenz a decir: --Ay, qu sed tena, pero qu sed tena!

*El Maestro dice: La mente siempre tiene problemas. Cuando no tiene problemas reales, fabrica problemas imaginarios y ficticios, teniendo incluso que buscar soluciones imaginarias y ficticias.

EL TIGRE QUE BALABA

Al atacar a un rebao, una tigresa dio a luz y poco despus muri. El cachorro creci entre las ovejas y lleg l mismo a tomarse por una de ellas, y como una oveja lleg a ser considerado y tratado por el rebao.Era sumamente apacible, paca y balaba, ignorando por completo su verdadera naturaleza. As transcurrieron algunos aos. Un da lleg un tigre hasta el rebao y lo atac. Se qued estupefacto cuando comprob que entre las ovejas haba un tigre que se comportaba como una oveja ms. No pudo por menos que decirle: --Oye, por qu te comportas como una oveja, si t eres un tigre? Pero el tigre-oveja bal asustado.Entonces el tigre lo condujo ante un lago y le mostr su propia imagen.Pero el tigre-oveja segua creyndose una oveja, hasta tal punto que cuando el tigre recin llegado le dio un trozo de carne ni siquiera quiso probarla. --Prubala -le orden el tigre. Asustado, sin dejar de balar, el tigre-oveja prob la carne. En ese momento la carne cruda desat sus instintos de tigre y reconoci de golpe su verdadera y propia naturaleza.

*El Maestro dice: El ser humano comn est tan identificado con la burda mscara de su personalidad y su ego que desconoce su genuina y real naturaleza.

LA LLAVE DE LA FELICIDAD

El Divino se senta solo y quera hallarse acompaado. Entonces decidi crear unos seres que pudieran hacerle compaa. Pero cierto da, estos seres encontraron la llave de la felicidad, siguieron el camino hacia el Divino y se reabsorbieron a l.Dios se qued triste, nuevamente solo. Reflexion. Pens que haba llegado el momento de crear al ser humano, pero temi que ste pudiera descubrir la llave de la felicidad, encontrar el camino hacia l y volver a quedarse solo. Sigui reflexionando y se pregunt dnde podra ocultar la llave de la felicidad para que el hombre no diese con ella. Tena, desde luego, que esconderla en un lugar recndito donde el hombre no pudiese hallarla. Primero pens en ocultarla en el fondo del mar; luego, en una caverna de los Himalayas; despus, en un remotsimo confn del espacio sideral. Pero no se sinti satisfecho con estos lugares. Pas toda la noche en vela, preguntndose cual sera el lugar seguro para ocultar la llave de la felicidad. Pens que el hombre terminara descendiendo a lo ms abismal de los ocanos y que all la llave no estara segura. Tampoco lo estara en una gruta de los Himalayas, porque antes o despus hallara esas tierras. Ni siquiera estara bien oculta en los vastos espacios siderales, porque un da el hombre explorara todo el universo. ?Dnde ocultarla?, continuaba preguntndose al amanecer. Y cuando el sol comenzaba a disipar la bruma matutina, al Divino se le ocurri de sbito el nico lugar en el que el hombre no buscara la llave de la felicidad: dentro del hombre mismo. Cre al ser humano y en su interior coloc la llave de la felicidad.

*El Maestro dice: Busca dentro de ti mismo. Desafa a Dios y rbale la suprema felicidad.

UNA INSENSATA BSQUEDA

Una mujer estaba buscando afanosamente algo alrededor de un farol. Entonces un transente pas junto a ella y se detuvo a contemplarla. No pudo por menos que preguntar: --Buena mujer, qu se te ha perdido?, qu buscas? Sin poder dejar de gemir, la mujer, con la voz entrecortada por los sollozos, pudo responder a duras penas: --Busco una aguja que he perdido en mi casa, pero como all no hay luz, he venido a buscarla junto a este farol.

*El Maestro dice: No quieras encontrar fuera de ti mismo lo que slo dentro de ti puede ser hallado.

UN PRESO SINGULAR

Era un hombre que haba sido encarcelado. A travs de un ventanuco enrejado que haba en su celda gustaba de mirar al exterior. Todos los das se asomaba al ventanuco, y, cada vez que vea pasar a alguien al otro lado de las rejas, estallaba en sonoras e irrefrenables carcajadas. El guardin estaba realmente sorprendido. Un da ya no pudo por menos que preguntar al preso: --Oye, hombre, a qu vienen todas esas risotadas da tras da? Y el preso contest: --Cmo que de qu me ro? Pero ests ciego! Me ro de todos esos que hay ah. No ves que estn presos detrs de estas rejas?

*El Maestro dice: Por falta de discernimiento puro, no slo ests en cautiverio, sino que ni siquiera llegas a darte cuenta de que lo ests.

DE INSTANTE EN INSTANTE

Era un yogui muy anciano. Ni siquiera l mismo recordaba sus aos, pero haba mantenido la consciencia clara como un diamante, aunque su rostro estaba apergaminado y su cuerpo se haba tornado frgil como el de un pajarillo. Al despuntar el da se hallaba efectuando sus abluciones en las frescas aguas del ro. Entonces llegaron hasta l algunos aspirantes espirituales y le preguntaron qu deban hacer para adiestrarse en la verdad. El anciano los mir con infinito amor y, tras unos segundos de silencio pleno, dijo: --Yo me aplico del siguiente modo: Cuando como, como; cuando duermo, duermo; cuando hago mis abluciones, hago mis abluciones, y cuando muero, muero. Y al concluir sus palabras, se muri, abandonando junto a la orilla del ro su decrpito cuerpo.

*El Maestro dice: La verdad no es una abstraccin ni un concepto. Cuando la actitud es la correcta, la verdad se cultiva aqu y ahora, de instante en instante.

EL ATOLLADERO

He aqu que un hombre entr en una pollera. Vio un pollo colgado y, dirigindose al pollero, le dijo: --Buen hombre, tengo esta noche en casa una cena para unos amigos y necesito un pollo. Cunto pesa ste? El pollero repuso: --Dos kilos, seor. El cliente meci ligeramente la cabeza en un gesto dubitativo y dijo: --ste no me vale entonces. Sin duda, necesito uno ms grande. Era el nico pollo que quedaba en la tienda. El resto de los pollos se haban vendido. El pollero, empero, no estaba dispuesto a dejar pasar la ocasin. Cogi el pollo y se retir a la trastienda, mientras iba explicando al cliente: --No se preocupe, seor, enseguida le traer un pollo mayor. Permaneci unos segundos en la trastienda. Acto seguido apareci con el mismo pollo entre las manos, y dijo: --ste es mayor, seor. Espero que sea de su agrado.

--Cunto pesa ste? -pregunt el cliente. --Tres kilos -contest el pollero sin dudarlo un instante. Y entonces el cliente dijo: --Bueno, me quedo con los dos.

*El Maestro dice: En un atolladero tal se halla todo aspirante espiritual cuando verdaderamente no se compromete con la Bsqueda.

EL BRAHMN ASTUTO

Era en el norte de la India, all donde las montaas son tan elevadas que parece como si quisieran acariciar las nubes con sus picos. En un pueblecillo perdido en la inmensidad del Himalaya se reunieron un asceta, un peregrino y un brahmn. Comenzaron a comentar cunto dedicaban a Dios cada uno de ellos de aquellas limosnas que reciban de los fieles. El asceta dijo: --Mirad, yo lo que acostumbro a hacer es trazar un crculo en el suelo y lanzar las monedas al aire. Las que caen dentro del crculo me las quedo para mis necesidades y las que caen fuera del crculo se las ofrendo al Divino. Entonces intervino el peregrino para explicar: --S, tambin yo hago un crculo en el suelo y procedo de la misma manera, pero, por el contrario, me quedo para mis necesidades con las monedas que caen fuera del crculo y doy al Seor las que caen dentro del mismo. Por ltimo habl el brahmn para expresarse de la siguiente forma: --Tambin yo, queridos compaeros, dibujo un crculo en el suelo y lanzo las monedas al aire. Las que no caen, son para Dios y las que caen las guardo para mis necesidades.

*El Maestro dice: As proceden muchas personas que se dicen religiosas. Tienen dos rostros y uno es todava ms falso que el otro.

EL PERRO ATERRADO Y LA PERCEPCIN ERRNEA

Se trataba de un perro callejero.Le gustaba curiosear todos los rincones e ir de aqu para all. Siempre haba sido un vagabundo y disfrutaba mucho con su forma de vida. Pero en una ocasin penetr en un palacio cuyas paredes estaban recubiertas de espejos. El perro entr corriendo en una de sus acristaladas estancias y al instante vio que innumerables perros corran hacia l en direccin opuesta a la suya. Aterrado, se volvi hacia la derecha para tratar de huir, pero entonces comprob que tambin haba gran nmero de perros en esa direccin. Se volvi hacia la izquierda y comenz a ladrar despavorido. Decenas de perros, por la izquierda, le ladraban amenazantes. Sinti que estaba rodeado de furiosos perros y que no tena escapatoria. Mir en todas las direcciones y en todas contempl perros enemigos que no dejaban de ladrarle. En ese momento el terror paraliz su corazn y muri vctima de la angustia.

*El Maestro dice: La percepcin errnea conduce a la muerte espiritual. Slo el discernimiento purificado abre una va hacia el despertar definitivo.

PLEITO A LA LUZ

He aqu que un da la oscuridad se percat de que la luz cada vez le estaba robando mayor espacio y decidi entonces ponerle un pleito. Tiempo despus, lleg el da marcado para el juicio. La luz se person en la sala antes de que lo hiciera la oscuridad.Llegaron los respectivos abogados y el juez. Transcurri el tiempo, pero la oscuridad no se presentaba. Todos esperaron pacientemente, pero la oscuridad no apareca. Finalmente, harto el juez y constatando que la parte demandante no acuda, fall a favor de la luz. Qu haba sucedido? Cmo era posible que la oscuridad hubiera puesto un pleito y no se hubiera presentado? Nadie sala de su asombro, aunque la explicacin era sencilla: la oscuridad estaba fuera de la sala, pero no se atrevi a entrar porque saba que sera en el acto disipada por la luz.

*El Maestro dice: La luz es consciencia y sabidura, en tanto que la oscuridad es ofuscacin y estrechez de miras. Si te estableces en la sabidura, hay lugar para la ofuscacin?*

LA VERDAD... ES LA VERDAD?

El rey haba entrado en un estado de honda reflexin durante los ltimos das. Estaba pensativo y ausente. Se haca muchas preguntas, entre otras por qu los seres humanos no eran mejores. Sin poder resolver este ltimo interrogante, pidi que trajeran a su presencia a un ermitao que moraba en un bosque cercano y que llevaba aos dedicado a la meditacin, habiendo cobrado fama de sabio y ecunime.Slo porque se lo exigieron, el eremita abandon la inmensa paz del bosque. --Seor, qu deseas de m? -pregunt ante el meditabundo monarca. --He odo hablar mucho de ti -dijo el rey-. S que apenas hablas, que no gustas de honores ni placeres, que no haces diferencia entre un trozo de oro y uno de arcilla, pero todos dicen que eres un sabio. --La gente dice, seor -repuso indiferente el ermitao. --A propsito de la gente quiero preguntarte -dijo el monarca-. Cmo lograr que la gente sea mejor? --Puedo decirte, seor -repuso el ermitao-, que las leyes por s mismas no bastan, en absoluto, para hacer mejor a la gente. El ser humano tiene que cultivar ciertas actitudes y practicar ciertos mtodos para alcanzar la verdad de orden superior y la clara comprensin. Esa verdad de orden superior tiene, desde luego, muy poco que ver con la verdad ordinaria. El rey se qued dubitativo. Luego reaccion para replicar: --De lo que no hay duda, ermitao, es de que yo, al menos, puedo lograr que la gente diga la verdad; al menos puedo conseguir que sean veraces. El eremita sonri levemente, pero nada dijo. Guard un noble silencio. El rey decidi establecer un patbulo en el puente que serva de acceso a la ciudad. Un escuadrn a las rdenes de un capitn revisaba a todo aquel que entraba a la ciudad. Se hizo pblico lo siguiente: Toda persona que quiera entrar en la ciudad ser previamente interrogada. Si dice la verdad, podr entrar. Si miente, ser conducida al patbulo y ahorcada. Amaneca. El ermitao, tras meditar toda la noche, se puso en marcha hacia la ciudad. Su amado bosque quedaba a sus espaldas. Caminaba con lentitud. Avanz hacia el puente. El capitn se interpuso en su camino y le pregunt: --Adnde vas? --Voy camino de la horca para que podis ahorcarme -repuso sereno el eremita. El capitn asever: --No lo creo. --Pues bien, capitn, si he mentido, ahrcame. --Pero si te ahorcamos por haber mentido -repuso el capitn-, habremos convertido en cierto lo que has dicho y, en ese caso, no te habremos ahorcado por mentir, sino por decir la verdad. --As es -afirm el ermitao-.Ahora usted sabe lo que es la verdad... Su verdad!

*El Maestro dice: El aferramiento a los puntos de vista es una traba mental y un fuerte obstculo en el viaje interior.

EL HOMBRE ECUNIME

Era un hombre querido por todos.Viva en un pueblo en el interior de la India, haba enviudado y tena un hijo. Posea un caballo, y un da, al despertarse por la maana y acudir al establo para dar de comer al animal, comprob que se haba escapado. La noticia corri por el pueblo y vinieron a verlo los vecinos para decirle: --Qu mala suerte has tenido!Para un caballo que poseas y se ha marchado. --S, s, as es; se ha marchado -dijo el hombre. Transcurrieron unos das, y una soleada maana, cuando el hombre sala de su casa, se encontr con que en la puerta no slo estaba su caballo, sino que haba trado otro con l. Vinieron a verlo los vecinos y le dijeron: --Qu buena suerte la tuya! No slo has recuperado tu caballo, sino que ahora tienes dos. --S, s, as es -dijo el hombre. Al disponer de dos caballos, ahora poda salir a montar con su hijo. A menudo padre e hijo galopaban uno junto al otro. Pero he aqu que un da el hijo se cay del caballo y se fractur una pierna. Cuando los vecinos vinieron a ver al hombre, comentaron: --Qu mala suerte, verdadera mala suerte! Si no hubiera venido ese segundo caballo, tu hijo estara bien. --S, s, as es -dijo el hombre tranquilamente. Pasaron un par de semanas. Estall la guerra. Todos los jvenes del pueblo fueron movilizados, menos el muchacho que tena la pierna fracturada. Los vecinos vinieron a visitar al hombre, y exclamaron: --Qu buena suerte la tuya! Tu hijo se ha librado de la guerra. --S, s, as es -repuso serenamente el hombre ecunime.

*El Maestro dice: Para el que sabe ver el curso de la existencia fenomnica, no hay mayor bien que la firmeza de la mente y de nimo.

LA MADERA DE SNDALO

Era un hombre que haba odo hablar mucho de la preciosa y aromtica madera de sndalo, pero que nunca haba tenido ocasin de verla. Haba surgido en l un fuerte deseo por conocer la apreciada madera de sndalo. Para satisfacer su propsito, decidi escribir a todos sus amigos y solicitarles un trozo de madera de esta clase. Pens que alguno tendra la bondad de envirsela. As, comenz a escribir cartas y cartas, durante varios das, siempre con el mismo ruego: Por favor, enviadme madera de sndalo. Pero un da, de sbito, mientras estaba ante el papel, pensativo, mordisque el lpiz con el que tantas cartas escribiera, y de repente oli la madera del lpiz y descubri que era de sndalo. El Maestro dice: Si la percepcin est embotada, se estrella en las apariencias de las cosas.

SI DAAS, ME DAAS

Parvati es una de las diosas ms amorosa, benevolente y misericordiosa del panten hind. Es la consorte de Shiva y se manifiesta como extraordinariamente compasiva. Cierto da, uno de sus hijos, Kartikeya, hiri a una gata con sus uas. De regreso a casa, corri hasta su madre para darle un beso. Pero al aproximarse al bello rostro de la diosa, se dio cuenta de que sta tena un araazo en la mejilla. --Madre -dijo Kartikeya-, hay una herida en tu mejilla. Qu te ha sucedido? Con sus ojos de noche inmensa y profunda, la amorosa diosa mir a su querido hijo. Era su voz melanclica y dulce cuando explic: --Se trata de un araazo hecho con tus uas. --Pero, madre -se apresur a decir el joven-, yo jams osara daarte en lo ms mnimo. No hay ser al que yo ame tanto como a ti, querida madre. Una refrescante sonrisa de aurora se dibuj en los labios de la diosa. --Hijo mo -dijo-, acaso has olvidado que esta maana araaste a una gata? --As fue, madre -repuso Kartikeya. --Pues, hijo mo, es que no sabes ya que nada existe en este mundo excepto yo? No soy yo misma la creacin entera? Al araar a esa gata, me estabas araando a m misma.

*El Maestro dice: Al herir, te hieres. A quienquiera que daes, te daas a ti mismo.

EL PEZ Y LA TORTUGA

Amaneca. Los primeros rayos del sol se reflejaban en las aguas azules del mar de Arabia. Una tortuga sala de su sueo profundo y se desperezaba en la playa. Abri los ojillos y, de repente, vio un pez que sacaba la cabeza del agua. Cuando el pez se percat de la presencia de la tortuga, le pregunt: --Amiga tortuga, presiento que hay sabidura en tu corazn y quiero hacerte una pregunta: qu es el agua? La tortuga no repuso al instante.No poda creer lo que le estaba preguntando aquel pez que estaba cerca de ella. Cuando se dio cuenta de que no estaba durmiendo y el suceso no era parte de un sueo, repuso: --Amigo pez, has nacido en el agua, en el agua ests viviendo y en el agua hallars la muerte. Alrededor de tu cuerpo hay agua y agua hay dentro de tu cuerpo. Te alimentas de lo que en el agua encuentras y en el agua te reproduces. Y t, pez necio, me preguntas qu es el agua!

*El Maestro dice: Ignorante como ese pez, naces, vives y mueres en el Ser y gracias al Ser y, empero, como ese pez que desconoce el agua en la que mora, t ignoras la Realidad en la que habitas.

UNA CAA DE BAMB PARA EL MS TONTO

Exista un prspero reino en el norte de la India. Su monarca haba alcanzado ya una edad avanzada. Un da hizo llamar a un yogui que viva dedicado a la meditacin profunda en el bosque y dijo: --Hombre piadoso, tu rey quiere que tomes esta caa de bamb y que recorras todo el reino con ella. Te dir lo que debes hacer. Viajars sin descanso de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo y de aldea en aldea. Cuando encuentres a una persona que consideres la ms tonta, debers entregarle esta caa. --Aunque no reconozca otro rey que mi verdadero yo interior, seor, habr de hacer lo que me dices por complacerte. Me pondr en camino enseguida. El yogui cogi la caa que le haba dado el monarca y parti raudo. Viaj sin descanso, llegando sus pies a todos los caminos de la India. Recorri muchos lugares y conoci muchas personas, pero no hall ningn ser humano al que considerase el ms tonto. Transcurrieron algunos meses y volvi hasta el palacio del rey. Tuvo noticias de que el monarca haba enfermado de gravedad y corri hasta sus aposentos. Los mdicos le explicaron al yogui que el rey estaba en la antesala de la muerte y se esperaba un fatal desenlace en minutos. El yogui se aproxim al lecho del moribundo.Con voz quebrada pero audible, el monarca se lamentaba: --Qu desafortunado soy, qu desafortunado! Toda mi vida acumulando enormes riquezas y, qu har ahora para llevarlas conmigo? No quiero dejarlas, no quiero dejarlas! El yogui entreg la caa de bamb al rey.

*El Maestro dice: Puedes ser un monarca, pero de nada sirve si tu actitud es la de un mendigo. Slo aquello que acumulas dentro de ti mismo te pertenece. No hay otro tesoro que el amor.

LA PALOMA Y LA ROSA

La incipiente claridad del da comenzaba a disipar las tinieblas de una noche tibia y hermosa. Una paloma, revoloteando y revoloteando, penetr en un pequeo y recoleto templo de la India. Todas las paredes estaban adornadas de espejos y en ellos se reflejaba la imagen de una rosa que haba situada, como ofrenda, en el centro del altar. La paloma, tomando las imgenes por la rosa misma, se abalanz contra ellas, chocando violentamente una y otra vez contra las acristaladas paredes del templo, hasta que, al final, su frgil cuerpo revent y hall la muerte. Entonces, el cuerpo de la paloma, todava caliente, cay justo sobre la rosa.

*El Maestro dice: No apuntes a las apariencias; sino a la Realidad.No te extraves en la diversidad, sino que debes establecerte en la Unidad.

LOS BRAZALETES DE ORO

Haba una mujer que, a fuerza de una actitud recta y perseverante, haba obtenido grandes logros espirituales. Aunque desposada, siempre hallaba tiempo para conectar con su Realidad primordial. Desde nia, haba lucido en las muecas brazaletes de cristal. La vida se iba consumiendo inexorablemente, como el roco se derrite cuando brotan los primeros rayos del sol. Ya no era joven, y las arrugas dejaban sus huellas indelebles en su rostro. Acaso en todo encuentro no est ya presente la separacin? Un da, su amado esposo fue tocado por la dama de la muerte y su cuerpo qued tan fro como los cantos rodados del riachuelo en el que haca sus abluciones. Cuando el cadver fue incinerado, la mujer se despoj de los brazaletes de cristal y se coloc unos de oro. La gente del pueblo no pudo por menos que sorprenderse. A qu vena ahora ese cambio? Por qu en tan dolorosos momentos abandonaba los brazaletes de cristal y tomaba los de oro? Algunas personas fueron hasta su casa y le preguntaron la razn de ese proceder. La mujer hizo pasar a los visitantes. Parsimoniosamente, con la paz propia de aquel que comprende y acepta el devenir de los acontecimientos, prepar un sabroso t especiado.Mientras los invitados saboreaban el lquido humeante, la mujer dijo: --Por qu os sorprendis? Antes, mi marido era tan frgil como los brazaletes de cristal, pero ahora l es fuerte y permanente como estos brazaletes de oro.

*El Maestro dice: A quin no alcanza la muerte del cuerpo? Pero aquello que realmente anima el cuerpo es vigoroso y perdurable.

UN YOGUI AL BORDE DEL CAMINO

Era un yogui errante que haba obtenido un gran progreso interior.Se sent a la orilla de un camino y, de manera natural, entr en xtasis.Estaba en tan elevado estado de consciencia que se encontraba ausente de todo lo circundante. Poco despus pas por el lugar un ladrn y, al verlo, se dijo: Este hombre, no me cabe duda, debe ser un ladrn que, tras haber pasado toda la noche robando, ahora se ha quedado dormido. Voy a irme a toda velocidad no vaya a ser que venga un polica a prenderle a l y tambin me coja a m. Y huy corriendo. No mucho despus, fue un borracho el que pas por el lugar.Iba dando tumbos y apenas poda tenerse en pie. Mir al hombre sentado al borde del camino y pens: ste est realmente como una cuba. Ha bebido tanto que no puede ni moverse.Y, tambalendose, se alej. Por ltimo, pas un genuino buscador espiritual y, al contemplar al yogui, se sent a su lado, se inclin y bes sus pies.

*El Maestro dice: As como cada uno proyecta lo que lleva dentro, as el sabio reconoce al sabio.

EL CONDUCTOR BORRACHO

Por un sinuoso camino y a gran velocidad, un hombre borracho conduca su carro. De repente, perdi el control del carro, se sali del trayecto y se precipit contra una charca pestilente. Varias personas, al ver el accidente, corrieron al lugar y ayudaron a incorporarse al conductor.No poda ocultar su borrachera y, entonces, uno de sus auxiliadores le dijo: --Pero, es que no ha ledo usted el clebre tratado de Naran Gupta extendindose sobre los efectos perjudiciales del alcohol? Y el ebrio conductor, sin dejar de hipar, tartamude: --Yo soy Naran Gupta.*El Maestro dice: As procede el falso gur.

CADA HOMBRE UNA DOCTRINA

Era un discpulo honesto y de buen corazn, pero todava su mente era un juego de luces y sombras y no haba recobrado la comprensin amplia y conciliadora de una mente sin trabas.Como su motivacin era sincera, estudiaba sin cesar y comparaba credos, filosofas y doctrinas. Realmente lleg a estar muy desconcertado al comprobar la proliferacin de tantas enseanzas y vas espirituales. As, cuando tuvo ocasin de entrevistarse con su instructor espiritual, dijo: --Estoy confundido. Acaso no existen demasiadas religiones, demasiadas sendas msticas, demasiadas doctrinas si la verdad es una? Y el maestro repuso con firmeza: --Qu dices, insensato! Cada hombre es una enseanza, una doctrina. *El Maestro dice: Aunque haya muchas vas, en ltima instancia sigue tu propia senda interior.

EL MARIDO DESCONFIADO

Al llegar a una edad avanzada, y tras una vida hogarea de alegras y sufrimientos cotidianos, unos esposos decidieron renunciar a la vida mundana y dedicar el resto de sus existencias a la meditacin y a peregrinar a los ms sacrosantos santuarios. En una ocasin, de camino a un templo himalayo, el marido vio en el sendero un fabuloso diamante. Con gran rapidez, coloc uno de sus pies sobre la joya para ocultarla, pensando que, si su mujer la vea, tal vez surgiera en ella un sentimiento de codicia que pudiese contaminar su mente y retrasar su evolucin mstica. Pero la mujer descubri la estratagema de su marido y con voz ecunime y apacible coment: --Querido, me gustara saber por qu has renunciado al mundo si todava haces distincin entre el diamante y el polvo.

*El Maestro dice: Para aquel que se ha establecido en la Realidad, ganancia y prdida, victoria y derrota, son impostores, porque el que ve con sabidura no hace distincin entre uno y otro.

LOS MONOS

Era un aspirante espiritual con mucha motivacin, pero tena una mente muy dispersa. Tuvo noticias de un sobresaliente mentor y no dud en desplazarse hasta donde viva y decirle: --Respetado maestro, perdona que te moleste, pero mi gratitud sera enorme si pudieras proporcionarme un tema de meditacin, puesto que tengo decidido retirarme al bosque durante unas semanas para meditar sin descanso. --Me complace tu decisin. Ve al bosque y estte contigo mismo. Puedes meditar en todo aquello que quieras, excepto en monos. Trae lo que quieras a tu mente, pero no pienses en monos. El discpulo se sinti muy contento, diciendo: !Qu fcil es el tema que me ha proporcionado el maestro!; s, realmente sencillo. Se retir a un frondoso bosque y dispuso una cabaa para la meditacin. Transcurrieron las semanas y el aspirante puso trmino al retiro. Regres junto al mentor, y ste, nada ms verlo, pregunt: --Qu tal te ha ido? Apesadumbrado, el aspirante repuso: --Ha sido agotador. Trat incansablemente de pensar en algo que no fuesen monos, pero los monos iban y venan por mi mente sin poderlo evitar. En realidad, lleg un momento en que slo pensaba en monos.

*El Maestro dice: La mente es amiga y enemiga; es una mala duea, pero una buena aliada. Por eso es necesario aprender a contener el pensamiento y poner la mente bajo el yugo de la voluntad.

UN ERMITAO EN LA CORTE

En la corte real tuvo lugar un fastuoso banquete. Todo se haba dispuesto de tal manera que cada persona se sentaba a la mesa de acuerdo con su rango. Todava no haba llegado el monarca al banquete, cuando apareci un ermitao muy pobremente vestido y al que todos tomaron por un pordiosero. Sin vacilar un instante, el ermitao se sent en el lugar de mayor importancia. Este inslito comportamiento indign al primer ministro, quien, speramente, le pregunt: --Acaso eres un visir? --Mi rango es superior al de visir -repuso el ermitao. --Acaso eres un primer ministro? --Mi rango es superior al de primer ministro. Enfurecido, el primer ministro inquiri: --Acaso eres el mismo rey? --Mi rango es superior al del rey. --Acaso eres Dios? -pregunt mordazmente el primer ministro. --Mi rango es superior al de Dios. Fuera de s, el primer ministro vocifer: --Nada es superior a Dios! Y el ermitao dijo con mucha calma: --Ahora sabes mi identidad. Esa nada soy yo.

*El Maestro dice: Ms all de todas las categoras y dualidades, del ego y los conceptos, est aquel que ha liberado su mente.

NASRUDN VISITA LA INDIA

El clebre y contradictorio personaje suf Mulla Nasrudn visit la India. Lleg a Calcuta y comenz a pasear por una de sus abigarradas calles. De repente vio a un hombre que estaba en cuclillas vendiendo lo que Nasrudn crey que eran dulces, aunque en realidad se trataba de chiles picantes. Nasrudn era muy goloso y compr una gran cantidad de los supuestos dulces, dispuesto a darse un gran atracn. Estaba muy contento, se sent en un parque y comenz a comer chiles a dos carrillos. Nada ms morder el primero de los chiles sinti fuego en el paladar. Eran tan picantes aquellos dulces que se le puso roja la punta de la nariz y comenz a soltar lgrimas hasta los pies. No obstante, Nasrudn continuaba llevndose sin parar los chiles a la boca.Estornudaba, lloraba, haca muecas de malestar, pero segua devorando los chiles. Asombrado, un paseante se aproxim a l y le dijo: --Amigo, no sabe que los chiles slo se comen en pequeas cantidades? Casi sin poder hablar, Nasrudn comento: --Buen hombre, creme, yo pensaba que estaba comprando dulces. Pero Nasrudn segua comiendo chiles. El paseante dijo: --Bueno, est bien, pero ahora ya sabes que no son dulces. Por qu sigues comindolos? Entre toses y sollozos, Nasrudn dijo: --Ya que he invertido en ellos mi dinero, no los voy a tirar.

*El Maestro dice: No seas como Nasrudn. Toma lo mejor para tu evolucin interior y arroja lo innecesario o pernicioso, aunque hayas invertido aos en ello.

IGNORANCIA

Se trataba de dos amigos no demasiado inteligentes. Haban decidido hacer una marcha y dormir en un establo. Caminaron durante toda la jornada. Al anochecer se alojaron, como tenan previsto, en un establo del que previamente tenan noticias. Estaban muy cansados y durmieron profundamente; pero, de madrugada, una pesadilla despert a uno de los amigos. Zarande a su compaero, despertndolo, y le dijo: --Sal fuera y dime si ha amanecido. Comprueba si ha salido el sol. El hombre sali y vio que todo estaba muy oscuro. Volvi al establo y explic: --Oye, est todo tan oscuro que no puedo ver si el sol ha salido.No seas idiota! -exclam el compaero-. Acaso no puedes encender la linterna para ver si ha salido?

*El Maestro dice: As procede muchas veces el ser humano en la bsqueda espiritual, sin utilizar el discernimiento correcto.

EL ANCIANO Y EL NIO

Eran un anciano y un nio que viajaban con un burro de pueblo en pueblo. Llegaron a una aldea caminando junto al asno y, al pasar por ella, un grupo de mozalbetes se ri de ellos, gritando: --Mirad que par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos andando a su lado. Por lo menos, el viejo podra subirse al burro. Entonces el anciano se subi al burro y prosiguieron la marcha. Llegaron a otro pueblo y, al pasar por el mismo, algunas personas se llenaron de indignacin cuando vieron al viejo sobre el burro y al nio caminando al lado. Dijeron: --Parece mentira! Qu desfachatez! El viejo sentado en el burro y pobre nio caminando. Al salir del pueblo, el anciano y el nio intercambiaron sus puestos.Siguieron haciendo camino hasta llegar a otra aldea. Cuando las gentes los vieron, exclamaron escandalizados: --Esto es verdaderamente intolerable! Habis visto algo semejante?El muchacho montado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado.Qu vergenza! Puestas as las cosas, el viejo y el nio compartieron el burro. El fiel jumento llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre sus lomos. Cruzaron junto a un grupo de campesinos y stos comenzaron a vociferar: --Sinvergenzas! Es que no tenis corazn? Vais a reventar al pobre animal! El anciano y el nio optaron por cargar al burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente se api alrededor de ellos. Entre las carcajadas, los pueblerinos se mofaban gritando: --Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre l, lo llevan a cuestas.!Esto s que es bueno! Qu par de tontos! De repente, el burro se revolvi, se precipit en un barranco y muri.

*El Maestro dice: Si escuchis las opiniones de los dems, acabaris muertos como este burro. Cerrad los odos a la opinin ajena. Que aquello que los dems censuran te sea indiferente. Escucha nicamente la voz de tu corazn y no te pierdas en opiniones ajenas.

EL LIBERADO-VIVIENTE Y EL BUSCADOR

Un buscador espiritual viaj a la India en su afn por encontrar y entrevistar a un verdadero iluminado, a un jivanmukta o liberado-viviente.Viaj durante meses por el pas. Se traslad de los Himalayas al cabo de la Virgen, del estado de Maharahstra al de Bengala. Recorri montaas, dunas, desiertos, ciudades y pueblos.Recab mucha informacin y, por fin, hall, segn todos los testimonios, un verdadero hombre realizado. Por fin, podra llevar a cabo su ansiado encuentro. El graznido de los cuervos quebraba el silencio de una tarde apacible y dorada. El hombre realizado se hallaba bajo un frondoso rododendro, en actitud meditativa. El visitante lo salud cortsmente, se sent a su lado y pregunt: --Antes de que usted hallase la realizacin, se deprima? --S, claro, a veces -repuso tranquilamente el jivanmukta. El buscador hizo una segunda pregunta: --Dgame, y ahora, despus de su iluminacin, se deprime a veces? Una leve y hermosa sonrisa se dibuj en los labios del jivanmukta. Penetr con sus lmpidos ojos los de su interlocutor y contest: --S, claro, a veces, pero ya ni me importa ni me incumbe.*El Maestro dice: Cuando cesa la identificacin con tus procesos psicomentales, ya nada puede encadenarte ni implicarte. Eres como un bamb vaco por el que libremente circula la energa universal.

EL FALSO MAESTRO

Era un renombrado maestro; uno de esos maestros que corren tras la fama y gustan de acumular ms y ms discpulos. En una descomunal carpa, reuni a varios cientos de discpulos y seguidores. Se irgui sobre s mismo, impost la voz y dijo: --Amados mos, escuchad la voz del que sabe. Se hizo un gran silencio. Hubiera podido escucharse el vuelo precipitado de un mosquito. --Nunca debis relacionaros con la mujer de otro; nunca. Tampoco debis jams beber alcohol, ni alimentaros con carne. Uno de los asistentes se atrevi a preguntar: --El otro da, no eras t el que estabas abrazado a la esposa de Jai? --S, yo era -repuso el maestro. Entonces, otro oyente pregunt: --No te vi a ti el otro anochecer bebiendo en la taberna? --se era yo -contest el maestro. Un tercer hombre interrog al maestro: --No eras t el que el otro da comas carne en el mercado? --Efectivamente -afirm el maestro. En ese momento todos los asistentes se sintieron indignados y comenzaron a protestar. --Entonces, por qu nos pides a nosotros que no hagamos lo que t haces? Y el falso maestro repuso: --Porque yo enseo, pero no practico.

*El Maestro dice: Si no encuentras un verdadero maestro al que seguir, convirtete t mismo en maestro. En ltima instancia, t eres tu discpulo y tu maestro.

SI HUBIERA TENIDO UN POCO MS DE TIEMPO

Con algunos ahorros, un hombre de un pueblo de la India compr un burro joven. La persona que se lo vendi le previno de la cantidad de comida que tena que procurarle todos los das.Pero el nuevo propietario pens que tal cantidad era excesiva y comenz a restar comida da a da al pollino.Hasta tal punto disminuy la racin de alimento al asno que, un da, el pobre animal amaneci muerto. Entonces el hombre comenz a gimotear y a lamentarse as: --Qu desgracia! Vaya fatalidad! Si me hubiera dado un poco ms de tiempo antes de morirse, yo hubiera logrado que se acostumbrase a no comer nada en absoluto.

*El Maestro dice: Como este hombre son algunos negligentes y avaros buscadores espirituales: quieren conquistar la Sabidura sin ningn ejercitamiento espiritual.

EL LORO QUE PIDE LIBERTAD

sta es la historia de un loro muy contradictorio. Desde haca un buen nmero de aos viva enjaulado, y su propietario era un anciano al que el animal haca compaa. Cierto da, el anciano invit a un amigo a su casa a deleitar un sabroso t de Cachemira.Los dos hombres pasaron al saln donde, cerca de la ventana y en su jaula, estaba el loro. Se encontraban los dos hombres tomando el t, cuando el loro comenz a gritar insistente y vehementemente: --Libertad, libertad, libertad! No cesaba de pedir libertad. Durante todo el tiempo en que estuvo el invitado en la casa, el animal no dej de reclamar libertad. Hasta tal punto era desgarradora su solicitud, que el invitado se sinti muy apenado y ni siquiera pudo terminar de saborear su taza. Estaba saliendo por la puerta y el loro segua gritando: !Libertad, libertad!. Pasaron dos das. El invitado no poda dejar de pensar con compasin en el loro. Tanto le atribulaba el estado del animalillo que decidi que era necesario ponerlo en libertad. Tram un plan. Saba cundo dejaba el anciano su casa para ir a efectuar la compra. Iba a aprovechar esa ausencia y a liberar al pobre loro. Un da despus, el invitado se apost cerca de la casa del anciano y, en cuanto lo vio salir, corri hacia su casa, abri la puerta con una ganza y entr en el saln, donde el loro continuaba gritando: !Libertad, libertad! Al invitado se le parta el corazn.?Quin no hubiera sentido piedad por el animalito? Presto, se acerc a la jaula y abri la puertecilla de la misma. Entonces el loro, aterrado, se lanz al lado opuesto de la jaula y se aferr con su pico y uas a los barrotes de la jaula, negndose a abandonarla. El loro segua gritando: !Libertad, libertad! *El Maestro dice: Como este loro, son muchos los seres humanos que dicen querer madurar y hallar la libertad interior, pero que se han acostumbrado a su jaula interna y no quieren abandonarla.

DOCE AOS DESPUS

Era un joven que haba decidido seguir la va de la evolucin interior. Acudi a un maestro y le pregunt: --Guruji, qu instruccin debo seguir para hallar la verdad, para alcanzar la ms alta sabidura? El maestro le dijo: --He aqu, jovencito, todo lo que yo puedo decirte: todo es el Ser, la Conciencia Pura. De la misma manera que el agua se convierte en hielo, el Ser adopta todas las formas del universo. No hay nada excepto el Ser.T eres el Ser. Reconoce que eres el Ser y habrs alcanzado la verdad, la ms alta sabidura. El aspirante no se sinti satisfecho. Dijo: --Eso es todo? No puedes decirme algo ms? --Tal es toda mi enseanza -asever el maestro-. No puedo brindarte otra instruccin. El joven se senta muy decepcionado, pues esperaba que el maestro le hubiese facilitado una instruccin secreta y algunas tcnicas muy especiales, incluso un misterioso mantra.Pero como realmente era un buscador genuino, aunque todava muy ignorante, se dirigi a otro maestro y le pidi instruccin mstica. Este segundo maestro dijo: --No dudar en proporcionrtela, pero antes debes servirme durante doce aos. Tendrs que trabajar muy duramente en mi ashram 2comunidad espiritual|. Por cierto, hay un trabajo ahora disponible. Se trata de recoger estircol de bfalo. Durante doce aos, el joven trabaj en tan ingrata tarea. Por fin lleg el da en que se haba cumplido el tiempo establecido por el maestro.Haban pasado doce aos; doce aos recogiendo estircol de bfalo. Se dirigi al maestro y le dijo: --Maestro, ya no soy tan joven como era. El tiempo ha transcurrido. Han pasado una docena de aos. Por favor, entrgame ahora la instruccin. El maestro sonri. Parsimoniosa y amorosamente, coloc una de sus manos sobre el hombro del paciente discpulo, que despeda un rancio olor a estircol. Declar: --Toma buena nota. Mi enseanza es que todo es el Ser. Es el Ser el que se manifiesta en todas las formas del universo. T eres el Ser. Espiritualmente maduro, al punto el discpulo comprendi la enseanza y obtuvo iluminacin. Pero cuando pasaron unos momentos y reaccion, dijo: --Me desconcierta, maestro, que t me hayas dado la misma enseanza que otro maestro que conoc hace doce aos. Por qu habr sido? --Simplemente, porque la verdad no cambia en doce aos, tu actitud ante ella, s.

*El Maestro dice: Cuando ests espiritualmente preparado, hasta contemplar una hoja que se desprende del rbol puede abrirte a la verdad.

EL CONTRABANDISTA

Todos saban que era indiscutiblemente un contrabandista. Era incluso clebre por ello. Pero nadie haba logrado jams descubrirlo y mucho menos demostrarlo. Con frecuencia, cruzaba de la India a Pakistn a lomos de su burro, y los guardias, aun sospechando que contrabandeaba, no lograban obtener ninguna prueba de ello.Transcurrieron los aos y el contrabandista, ya entrado en edad, se retir a vivir apaciblemente a un pueblo de la India. Un da, uno de los guardias que acert a pasar por all se lo encontr y le dijo: --Yo he dejado de ser guardia y t de ser contrabandista. Quiero pedirte un favor. Dime ahora, amigo, qu contrabandeabas. Y el hombre repuso: --Burros.

*El Maestro dice: As el ser humano, en tanto no ha purificado su discernimiento, no logra ver la realidad.

UN SANTUARIO MUY ESPECIAL

En la India es bien conocida esta historia protagonizada por Nasrudn y que a continuacin relatamos. El padre de Nasrudn era el cuidador de un santuario muy clebre y visitado por una extraordinaria cantidad de fieles. Acudan a l toda suerte de devotos para rendir culto. Se haba hecho muy famoso. A lo largo de los aos, tanto haba escuchado Nasrudn hablar sobre las verdades espirituales, que l mismo se propuso viajar y adquirir as un conocimiento directo sobre las mismas. Se despidi de su padre, quien, como regalo de despedida, le obsequi con un burro.Satisfecho, Nasrudn emprendi su viaje en busca de realidades supremas. Nasrudn viaj incansablemente, siempre contando con la fidelidad de su pollino. Pero cierto da, el burro, que ya no era joven, se desplom y muri. Su cansado corazn le haba fallado. Nasrudn se sent al lado de su amado burro muerto y comenz a gemir dolorosamente. Los transentes se apiadaban de l y le hacan compaa por un rato. Algunos empezaron a poner ramas y hojas sobre el cadver del burro, que, poco a poco, fue de esta manera ocultado. Otros echaron piedras y barro sobre las ramas y, as, despus de un tiempo, se haba formado un santuario sobre el burro muerto. Nasrudn segua entristecido, y da tras da continuaba haciendo compaa al burro. Los peregrinos que acertaban a pasar por aquel lugar, al ver a un hombre sentado junto a un santuario, pensaron que deba tratarse del santuario de un gran maestro espiritual, por lo que tambin muchos de ellos pasaban una temporada junto al santuario. Ofrendaban frutas y dejaban buenas sumas de dinero. La noticia se iba propagando y empezaron a peregrinar al santuario fieles de las aldeas y pueblos de alrededor. Ya se aseguraba que era el santuario de un gran iluminado. Tanto dinero aportaron los fieles que, finalmente, Nasrudn hizo construir una enorme mezquita junto al santuario, visitada por millares de devotos de todas las latitudes. Acudan peregrinos, fieles e incluso maestros espirituales. Nasrudn se hizo rico y clebre. Tanto creci la fama de su santuario que las noticias llegaron a odos de su padre. ste tom la decisin de visitar a su hijo. Se encontraron despus de aos, y ambos sintieron una profunda alegra. --Hijo mo -dijo el padre de Nasrudn-, no sabes hasta qu punto eres famoso. Tu santuario ha cobrado tanta celebridad que se oye hablar de l hasta en los confines del pas. Pero, hijo, dime algo que quiero saber desde hace tiempo: Qu gran iluminado yace en este santuario para que atraiga tantos devotos? --Oh, padre! -exclam Nasrudn-.Lo que voy a contarte es increble. No puedes ni siquiera imaginrtelo, padre mo. Recuerdas el burro que me regalaste? Pues aqu est enterrado aquel pobre animal. Entonces el padre de Nasrudn coment: --Hijo mo, qu raros son los designios del destino! Sabes una cosa? se fue tambin mi caso. El santuario que yo custodio es tambin el de un burro que a m se me muri.

*El Maestro dice: Si eres vctima de la supersticin y sigues el culto a ciegas, eres ms ignorante que el burro del santuario.

MEDICINA PARA CURAR EL XTASIS

La encarnacin divina de Gauranga haba entrado en un xtasis muy profundo. Ausente de todo, perdi el equilibrio y cay al mar. Unos pescadores lo sacaron con sus redes y, al involucrarse con la encarnacin divina, tambin ellos entraron en xtasis. Sintindose muy felices, ebrios de gozo espiritual, dejaron su trabajo y comenzaron a ir de un lado para otro sin dejar de recitar el nombre de Dios. Los parientes, cuando comprobaron que pasaban las horas y no salan de su trance mstico, empezaron a preocuparse. Trataron entonces de sacarles del xtasis, pero fracasaron en sus intentos. El tiempo transcurra y todos ellos seguan conectados con la Conciencia Csmica, ausentes de la realidad cotidiana. Impotentes y alarmados, los parientes pidieron consejo al mismo Gauranga, quien les aconsej: --Id a casa de un sacerdote, coged un poco de arroz, ponedlo en la boca de los pescadores y os aseguro que se curarn de su xtasis. Los parientes cogieron el arroz de casa de un sacerdote y lo pusieron en la boca de los pescadores. En el acto, el arroz del sacerdote se encarg de sacarlos del xtasis y volvieron todos a su estado ordinario de consciencia.

*El Maestro dice: Muchos sacerdotes slo son profesionales de la religin, sin corazn puro ni conducta impecable.

EL GUR FALAZ

Las lluvias monznicas haban llegado a la India. Era un da oscuro y llova torrencialmente. Un discpulo corra para protegerse de la lluvia cuando lo vio su maestro y le increp: --Pero, cmo te atreves a huir de la generosidad del Divino?, por qu osas refugiarte del lquido celestial? Eres un aspirante espiritual y como tal deberas tener muy en cuenta que la lluvia es un precioso obsequio para toda la humanidad. El discpulo no pudo por menos que sentirse profundamente avergonzado.Comenz a caminar muy lentamente, calndose hasta los huesos, hasta que al final lleg a su casa. Por culpa de la lluvia cogi un persistente resfriado. Transcurrieron los das. Una maana estaba el discpulo sentado en el porche de su casa leyendo las escrituras. Levant un momento los ojos y vio a su gur corriendo tanto como sus piernas se lo permitan, a fin de llegar a algn lugar que lo protegiera de la lluvia. --Maestro -le dijo-, por qu huyes de las bendiciones divinas? No eres t ahora el que desprecias el obsequio divino? Acaso no ests huyendo del agua celestial? Y el gur repuso: --Oh, ignorante e insensato! No tienes ojos para ver que lo que no quiero es profanarla con los pies?

*El Maestro dice: Los que no ejemplifican sus palabras con sus actos siempre encuentran una manera de justificarse.

LA IMPERTURBABILIDAD DEL BUDA

Durante muchos aos el Buda se dedic a recorrer ciudades, pueblos y aldeas impartiendo la Enseanza, siempre con infinita compasin. Pero en todas partes hay gente aviesa y desaprensiva. As, a veces surgan personas que se encaraban al maestro y le insultaban acremente. El Buda jams perda la sonrisa y mantena una calma imperturbable. Hasta tal punto conservaba la quietud y la expresin del rostro apacible, que un da los discpulos, extraados, le preguntaron: --Seor, cmo puedes mantenerte tan sereno ante los insultos? Y el Buda repuso: --Ellos me insultan, ciertamente, pero yo no recojo el insulto.

*El Maestro dice: Insultos o halagos, que te dejen tan imperturbable como la brisa de aire al abeto.

LAS DOS RANAS

He aqu una rana que haba vivido siempre en un msero y estrecho pozo, donde haba nacido y habra de morir.Pas cerca de all otra rana que haba vivido siempre en el mar. Tropez y se cay en el pozo. --De dnde vienes? -pregunt la rana del pozo. --Del mar. --Es grande el mar? --Extraordinariamente grande, inmenso. La rana del pozo se qued unos momentos muy pensativa y luego pregunt: --Es el mar tan grande como mi pozo? --Cmo puedes comparar tu pozo con el mar! Te digo que el mar es excepcionalmente grande, descomunal. Pero la rana del pozo, fuera de s por la ira, asever: --Mentira, no puede haber nada ms grande que mi pozo; nada! Eres una mentirosa y ahora mismo te echar de aqu!

*El Maestro dice: As procede el hombre fantico y de miras estrechas.

LOS SUEOS DEL REY

Haba un monarca en un floreciente y prspero reino del norte de la India. Era rico y poderoso. Su padre le haba enseado a ser magnnimo y generoso, y, antes de fallecer, le haba dicho: --Hijo, cualquiera puede, por destino o por azar, tener mucho, pero lo importante no es tenerlo, sino saberlo dar y compartir. No hay peor cualidad que la avaricia. S siempre generoso. Tienes mucho, as que da mucho a los otros. Durante algunos aos, tras la muerte de su padre, el rey se mostr generoso y esplndido. Pero a partir de un da, poco a poco, se fue tornando avaro y no slo empez a no compartir nada con los otros, sino que comenz incluso a negarse hasta las necesidades bsicas a s mismo. Realmente se comportaba como un pordiosero. Su asistente personal, que tambin lo haba sido de su padre, estaba tan preocupado que hizo llamar a un rishi 2*| que viva en una cueva en las altas montaas del Himalaya. --Es increble -se lament el asistente ante el rishi-. Es uno de los reyes ms ricos y se comporta como un pordiosero. Te estaramos todos muy agradecidos si pudieras descubrir la razn. El asistente le pidi al rey que recibiera al rishi. El monarca convino: --De acuerdo, siempre que no vaya a solicitarme nada, porque soy tan pobre! El rishi y el monarca se encerraron en una de las cmaras del palacio. El rey iba vestido con harapos, sucio y maloliente, en contraste con el palacio esplendoroso en el que habitaba.Incluso iba descalzo y ni siquiera luca ningn adorno real. --Estoy arruinado -se quej el rey. --Pero, seor, eres rico y poderoso -replic el rishi. --No me vengas con zarandajas -dijo el monarca-. Nada puedes sacarme, porque nada tengo. Incluso cuando estos harapos se terminen de arruinar, con qu cubrir mi cuerpo? Y el rey se puso a llorar sin poder impedirlo. Entonces el rishi entorn los ojos, concentr su mente y, como un punto de luz, se col en el cerebro del monarca. All vio el sueo que tena el rey noche tras noche: soaba que era un mendigo, el ms misrrimo de los mendigos. Y, de ese modo, aunque era un rey rico y poderoso, se comportaba como un pordiosero. Logr en das sucesivos ensear al rey a que dominara sus pensamientos y cambiara la actitud de su mente. El monarca volvi a ser generoso, pero no consigui que el rishi aceptara ningn obsequio. *El Maestro dice: Tal es el poder del pensamiento. As como piensas, as eres. Conquista el pensamiento, y te habrs conquistado a ti mismo.

LO ESENCIAL Y LO TRIVIAL

Un hombre se perdi en el desierto. Estaba a punto de perecer de sed cuando aparecieron algunas mujeres que venan en una caravana. El hombre, al borde de la muerte, grit pidiendo auxilio. Cuando las mujeres se aproximaron a l y lo rodearon, pidi urgentemente agua. Las mujeres empezaron a mirarlo con detenimiento y comenzaron a preguntarse cmo querra el hombre que le sirvieran el agua.?Preferira en copa de cristal o en una taza?, en un recipiente de oro o de plata?, tal vez en una jarra?Ellas hablaban y hablaban interesndose por el objeto, pero, entretanto, el hombre iba agonizando por la ausencia de agua.

*El Maestro dice: Hay un rea de ignorancia en la mente humana que la inclina a lo irrelevante y trivial, obnubilando la consciencia de lo Real.

EL ASCETA Y LA PROSTITUTA

Era un pueblo en el que vivan, frente a frente, un asceta y una prostituta. El asceta llevaba una vida de penitencia y rigor, apenas comiendo y durmiendo en una msera choza. La mujer era visitada muy frecuentemente por hombres. Un da el asceta increp a la prostituta: --Qu forma de vida es la tuya, mujer perversa? Ests corrompida y corrompes a los dems. Insultas a Dios con tu comportamiento.La mujer se sinti muy triste. En verdad deseaba llevar otra forma de vida, pero era muy difcil dadas sus condiciones. Aunque no poda cambiar su modo de conseguir unas monedas, se apenaba y lamentaba de tener que recurrir a la prostitucin, y cada vez que era tomada por un hombre, diriga su mente hacia el Divino. Por su parte, el asceta comprob con enorme desagrado que la mujer segua siendo visitada por toda clase de individuos. Adopt la medida de coleccionar un guijarro por cada individuo que entrara en la casucha de la prostituta. Al cabo de un tiempo, tena un buen montn de guijarros. Llam a la prostituta y la recrimin: --Mujer, eres terrible. Ves estos guijarros? Cada uno de ellos suma uno de tus abominables pecados. La mujer sinti gran tribulacin.Dese profundamente que Dios la apartase de ese modo de vida, y, unas semanas despus, la muerte se la llevaba. Ese mismo da, por designios del inexorable destino, tambin muri el asceta, y he aqu que la mujer fue conducida a las regiones de la luz sublime y el asceta a las de las densas tinieblas. Al observar dnde lo llevaban, el asceta protest enrgica y furiosamente por la injusticia que Dios cometa con l. Un mensajero del Divino le explic: --Te quejas de ser conducido a las regiones inferiores a pesar de haber gastado tu vida en austeridades y penitencias, y de que, en cambio, la mujer haya sido conducida a las regiones de la luz. Pero, es que no comprendes que somos aquello que cosechamos? Echa un vistazo a la tierra.All yace tu cuerpo, rociado de perfume y cubierto de ptalos de rosa, honrado por todos, cortejado por msicos y plaideras, a punto para ser incinerado con todos los honores. En cambio, mira el cuerpo de la prostituta, abandonado a los buitres y chacales, ignorado por todos y por todos despreciado. Pero, sin embargo, ella cultiv pureza y elevados ideales para su corazn pensando en Dios constantemente, y t, por el contrario, de tanto mirar el pecado, teiste tu alma de impurezas. Comprendes, pues, por qu cada uno vais a una regin tan diferente?

*El Maestro dice: Vigila tu actitud. Aprende a comprender y a tolerar. Discierne ms all de las apariencias.

DNDE EST EL DCIMO HOMBRE?

Eran diez amigos. Todos ellos eran muy ignorantes. Decidieron ponerse de acuerdo para hacer una excursin.Queran divertirse un poco y pasar un buen da en el campo. Prepararon algunos alimentos, se reunieron a la salida del pueblo al amanecer y emprendieron la excursin. Iban caminando alegremente por los campos charlando sin cesar entre grandes carcajadas. Llegaron frente a un ro y, para cruzarlo, cogieron una barcaza que haba atada a un rbol. Se sentan muy contentos, bromeando y chapoteando en las aguas. Llegaron a la orilla opuesta y descendieron de la barcaza. Estaba siendo un da estupendo! Ya en tierra, se contaron y descubrieron que solamente eran nueve. Pero, dnde estaba el dcimo de ellos? Empezaron a buscar al dcimo hombre. No lo encontraban. Comenzaron a preocuparse y a lamentar su prdida. Se habr ahogado? Qu habr sido de l? Trataron de serenarse y volvieron a contarse. Slo contaban nueve. La situacin era angustiosa. Uno de ellos se haba extraviado definitivamente.Comenzaron a gimotear y a quejarse.Entonces pas por all un vagabundo.Vio a los hombres que otra vez se estaban contando. El vagabundo descubri enseguida lo que estaba pasando.Resulta que cada hombre olvidaba contarse a s mismo. Entonces les fue propinando una bofetada a cada uno de ellos y les inst a que se contaran de nuevo. Fue en ese instante cuando contaron diez y se sintieron muy satisfechos y alegres.

*El Maestro dice: El dcimo hombre no era una nueva adquisicin.Siempre estuvo all, como el Ser que reside dentro del ser humano. Nunca ha estado ausente. En cuanto se disipe la ofuscacin de la mente ser percibido.

ACTITUD DE RENUNCIA

sta es la historia de dos sadhus.Uno de ellos haba sido enormemente rico y, aun despus de haber cortado con sus lazos familiares y sociales y renunciar a sus negocios, su familia cuidaba de l y dispona de varios criados para que le atendieran. El otro sadhu era muy pobre, viva de la caridad pblica y slo era dueo de una escudilla y una piel de antlope sobre la que meditar. Con frecuencia, el sadhu pobre se jactaba de su pobreza y criticaba y ridiculizaba al sadhu rico. Sola hacer el siguiente comentario: Se ve que era demasiado viejo para seguir con los negocios de la familia y entonces se ha hecho renunciante, pero sin renunciar a todos sus lujos. El sadhu pobre no perda ocasin para importunar al sadhu rico y mofarse de l. Se le acercaba y le deca: Mi renuncia s que es valiosa y no la tuya, que en realidad no representa renuncia de ningn tipo, porque sigues llevando una vida cmoda y fcil. Un da, de repente, el sadhu rico, cuando el sadhu pobre le habl as, dijo tajantemente: --Ahora mismo, t y yo nos vamos de peregrinacin a las fuentes del Ganges, como dos sadhus errantes. El sadhu pobre se sorprendi, pero, a fin de poder mantener su imagen, tuvo que acceder a hacer una peregrinacin que en verdad le apeteca muy poco. Ambos sadhus se pusieron en marcha. Unos momentos despus, sbitamente, el sadhu pobre se detuvo y, alarmado, exclam: --Dios mo!, tengo que regresar rpidamente. En su rostro se reflejaba la ansiedad. --Por qu? -pregunt el sadhu rico. --Porque he olvidado coger mi escudilla y mi piel de antlope. Y entonces el sadhu rico le dijo: --Te has burlado durante mucho tiempo de mis bienes materiales y ahora resulta que t dependes mucho ms de tu escudilla y tu piel que yo de todas mis posesiones.

*El Maestro dice: El secreto est en no ser posedo por lo que se posee.

DEPENDE DE QUIEN PROCEDA LA ORDEN

Estaban amigablemente departiendo el monarca y uno de sus ministros. El ministro estaba muy interesado por la evolucin espiritual y practicaba asiduamente el mantra. Hablaban sobre el tema. --Puedo yo elegir mi propio mantra y tendr el mismo poder que tiene el que te ha entregado tu mentor? -pregunt el monarca. --No -asever el ministro-. El mantra que proporciona el gur es ms poderoso. --Sinceramente -declar el rey-, no veo en absoluto ninguna razn para ello. Entonces el ministro se volvi hacia el jefe de la guardia y le orden: --Detengan a su majestad. El jefe de la guardia no hizo el menor caso de la orden; pero el monarca, indignado ante tal atrevimiento, orden: --Detengan a este hombre y encarclenlo! El jefe de la guardia mand a sus hombres prender al ministro. Iba a ser llevado a prisin, cuando dijo: --Seor, os dais cuenta? Depende de quien proceda la orden.

*El Maestro dice: El mantra que procura un ser evolucionado lleva parte de su energa espiritual.

EL INCRDULO

A pesar de la ascendencia que la palabra tiene sobre la mente humana, muchas personas dudan de la eficacia del mantra o fonema mstico para canalizar la energa mental y motivarse espiritualmente. Tal es el caso de un incrdulo personaje que estaba escuchando a un yogui que declaraba: --Os puedo decir que el mantra tiene el poder de conduciros al Ser. El hombre incrdulo protest: --Esa afirmacin carece de fundamento. Cmo puede la repeticin de una palabra conducirnos al Ser? Eso es como decir que si repitiramos pan, pan, pan, se hara realidad el pan y se manifestara. El yogui se encar con el incrdulo y le grit: --Sintate ahora mismo, sinvergenza. El incrdulo se llen de rabia.Era tal su incontrolada ira que comenz a temblar, y furioso vocifer: --Cmo te atreves a hablarme de ese modo? Y t te dices un hombre santo y vas insultando a los otros? Entonces, con mucho afecto y ternura, el yogui le dijo: --Siento mucho haberte ofendido.Disclpame. Pero, dime, qu sientes en este momento? --Me siento ultrajado! Y el yogui declar: --Con una sola palabra injuriosa te has sentido mal. Fjate el enorme efecto que ha ejercido sobre ti. Si esto es as, por qu el vocablo que designa al Ser no va a tener el poder de transformarte?

*El Maestro dice: Somete la enseanza a la experiencia. Los mtodos son instrumentos para alcanzar la liberacin interior.

LA OLLA DE BARRO

Era un lechero acaudalado y que contaba con varios trabajadores en su lechera. Llam a uno de ellos, Ashok, y le entreg una olla llena de mantequilla para que la llevase a un cliente de un pueblo cercano. A cambio le prometi algunas rupias extras. Ashok, muy contento, coloc la olla sobre su cabeza y se puso en marcha, en tanto se deca para s: Voy a ganar dos rupias. Qu bien! Con ellas comprar gallinas, stas pronto se multiplicarn y llegar a tener nada menos que diez mil. Luego las vender y comprar cabras. Se reproducirn, vender parte de ellas y comprar una granja. Como ganar mucho dinero, tambin comprar telas y me har comerciante. Ser estupendo.Me casar, tendr una casa soberbia y, naturalmente, dispondr de excelente cocinero para que me prepare los platos ms deliciosos, y si un da no me hace bien la comida, le dar una bofetada. Al pensar en propinarle una bofetada al cocinero, Ashok, automticamente, levant la mano, provocando as la cada de la olla, que se hizo mil pedazos contra el suelo derramando su contenido. Desolado, volvi al pueblo y se enfrent al patrn, que exclam: --Necio! Me has hecho perder las ganancias de toda una semana! Y Ashok replic: --Y yo he perdido mis ganancias de toda la vida!

*El Maestro dice: El futuro es un espejismo. ste es tu momento, tu instante. En lugar de fantasear con la mente, pon las condiciones para que la semilla pueda germinar.

MS ALL DE LAS DIFERENCIAS

Amaneca. Una mujer muy santa se estaba dando un apacible bao totalmente desnuda. De repente, un yogui vino a darle un recado y la sorprendi en su desnudez. Desconcertado y sorprendido, se dio rpidamente media vuelta y se dispuso a alejarse de la mujer, pero ella le reprendi en los siguientes trminos: --Por qu te vuelves? Si me pudieras ver como a las vacas pastando en los campos, tambin desnuda, no tendras necesidad de marcharte. Si no te comportas con naturalidad al verme desnuda, es que todava haces diferencia entre t y yo; todava ests atrapado en la dualidad y el deseo. El yogui comprendi en profundidad la verdad que brotaba de los sabios labios de la mujer, se puso ante ella de rodillas y comenz a exclamar: !Madre, madre, madre! *El Maestro dice: T y Yo se funden en la unidad del Ser como se funde la escarcha con los primeros rayos del sol al despuntar el da.

EL PARIA SABIO

Shankaracharya iba caminando tranquilamente por una calle. Frente a l vena un paria con un cesto de carne del matadero. El hombre dio un traspis y choc con el sabio Shankaracharya, de la casta brahmn, que acababa de baarse en las aguas de Ganges. ste se sinti impuro al contacto con el paria, y grit: --Cuidado, me has tocado! --Seor -repuso el paria-, no te precipites en tus juicios. Ni yo te he tocado ni t me has tocado. Es que acaso tu verdadero ser es este cuerpo que ha tocado y ha sido tocado? T sabes que el yo real no es la mente, ni las emociones, ni mucho menos este cuerpo. Shankaracharya se sinti avergonzado. Aquel paria le haba dado una gran leccin y el suceso sera uno de los ms importantes en su existencia para ayudarle a madurar espiritualmente y despertar a la realidad superior. *El Maestro dice: El Yo real no se implica en el cuerpo, la mente o las emociones.

TODO LO QUE EXISTE ES DIOS

El gur y el discpulo estaban departiendo sobre cuestiones msticas.El maestro concluy con la entrevista dicindole: --Todo lo que existe es Dios. El discpulo no entendi la verdadera naturaleza de las palabras de su mentor. Sali de la casa y comenz a caminar por una callejuela. De sbito, vio frente a l un elefante que vena en direccin contraria, ocupando toda la calle. El jovencito que conduca al animal, grit avisando: --Eh, oiga, aprtese, djenos pasar! Pero el discpulo, inmutable, se dijo: Yo soy Dios y el elefante es Dios, as que cmo puede tener miedo Dios de s mismo? Razonando de este modo evit apartarse. El elefante lleg hasta l, lo agarr con la trompa y lo lanz al tejado de una casa, rompindole varios huesos. Semanas despus, repuesto de sus heridas, el discpulo acudi al mentor y se lament de lo sucedido. El gur replic: --De acuerdo, t eres Dios y el elefante es Dios. Pero Dios, en la forma del muchacho que conduca el elefante, te avis para que dejaras el paso libre. Por qu no hiciste caso de la advertencia de Dios?

*El Maestro dice: Afila el discernimiento. No tomes la soga por una serpiente, ni la serpiente por una soga.

LOS DOS MSTICOS

Se trataba de dos amigos con una gran tendencia hacia la mstica. Cada uno de ellos consigui una parcela de terreno donde poder retirarse a meditar tranquilamente. Uno de ellos tuvo la idea de plantar un rosal y tener rosas, pero enseguida rechaz el propsito, pensando que las rosas le originaran apego y terminaran por encadenarlo. El otro tuvo la misma idea y plant el rosal. Transcurri el tiempo. El rosal floreci, y el hombre que lo posea disfrut de las rosas, medit a travs de ellas y as elev su espritu y se sinti unificado con la madre naturaleza. Las rosas le ayudaron a crecer interiormente, a despertar su sensibilidad y, sin embargo, nunca se apeg a ellas. El amigo empez a echar de menos el rosal y las hermosas rosas que ya podra tener para deleitar su vista y su olfato. Y as se apeg a las rosas de su mente y, a diferencia de su amigo, cre ataduras.

*El Maestro dice: A lo que tienes que renunciar es al sentido de posesividad y a la ignorancia.

LA DISPUTA

En el bosque habitaban el rey de los cuervos y el rey de los bhos, ambos con su legin respectiva de cuervos y bhos. Siempre haban compartido la paz del bosque, pero resulta que cierto da el rey de los cuervos y el rey de los bhos se encontraron y comenzaron a intercambiar impresiones. El rey de los cuervos pregunt: --Por qu t y tu legin de bhos trabajis por la noche? El bho, sorprendido, replic: --Sois vosotros los que trabajis por la noche. Nosotros trabajamos de da. As que no mientas. Y los dos reyes se enzarzaron en una discusin, ambos convencidos de que trabajaban de da. Hasta tal punto la discusin comenz a adquirir un carcter de violencia, que la legin de cuervos y la de bhos se disponan a entrar en combate. Pero cuando la situacin estaba llegando a su momento ms crtico, apareci por all un apacible cisne que, al enterarse de la disputa, dijo: --Calmaos todos, queridos compaeros. Y dirigindose a los reyes, dijo: --No debis en absoluto pelear, porque los dos tenis razn. Desde vuestra perspectiva, los dos trabajis de da.

*El Maestro dice: Debido a diferentes enfoques de la realidad aparente, ideologas y ficticias divisiones, surgen las disputas y guerras, el malestar y el dolor.

MI HIJO EST CONMIGO

Era un hombre que tena un hijo al que amaba profundamente. Por algn motivo se vio obligado a viajar y tuvo que dejar a su hijo en casa. El nio tena ocho aos y su padre slo viva para l. Habindose enterado de la partida del dueo de la casa, unos bandoleros aprovecharon su ausencia para entrar en ella y robar todo lo que contena. Descubrieron al jovencito y se lo llevaron con ellos, no sin antes incendiar la casa. Pasaron unos das. El hombre regres a su hogar y se encontr con la casa derruida por el incendio.Alarmado, busc entre los restos calcinados y hall unos huesecillos, que dedujo eran los del cuerpo abrasado de su amado hijo. Con ternura infinita, los introdujo en un saquito que se colg al cuello, junto al pecho, convencido de que aqullos eran los restos de su hijo. Unos das ms tarde, el nio logr escapar de los perversos bandoleros y, tras poder averiguar dnde estaba la nueva casa de su padre, corri hasta ella e insistentemente llam a la puerta. --Quin es? -pregunt el padre. --Soy tu hijo -contest el nio. --No, no puedes ser mi hijo -repuso el hombre, abrazndose al saquito que colgaba de su cuello-. Mi hijo ha muerto. --No, padre, soy tu hijo. Consegu escapar de los bandoleros. --Vete, me oyes? Vete y no me molestes -orden el hombre, sin abrir la puerta y aprisionando el saquito de huesos contra su pecho. Mi hijo est conmigo. --Padre, escchame; soy yo. --He dicho que te vayas! -replic el hombre-. Mi hijo muri y est conmigo. Vete! Y no dejaba de abrazar el saquito de huesos.

*El Maestro dice: El apego, te deja ver?, te deja or?, te deja comprender? El apego te aferra a lo irreal e ilusorio y cierra tus odos a lo Real y Trascendente.

LA TORTUGA Y LA ARGOLLA

Era un sabio tan anciano que nadie de la localidad saba su edad. l mismo la haba olvidado, entre otras razones porque haba trascendido todo apego y ambicin humana. Estaba un da sentado bajo un enorme rbol banyano, la mirada perdida en el horizonte, la mente quieta como un cielo sin nubes. De repente, vio cmo un hombre joven echaba una cuerda sobre la rama de un rbol y ataba uno de sus extremos a su cuello. El sabio se dio cuenta de las intenciones del joven, corri hacia l y le pidi que desistiese de su propsito aunque slo fuera un par de minutos para escucharlo. El joven accedi, y ambos se sentaron junto al rbol. El anciano se expres as: --Voy a hacerte un ruego, querido amigo. Imagina una sola tortuga en el inmenso ocano y que slo saca la cabeza a la superficie una vez cada milln de aos. Imagina un aro flotando sobre las aguas del inmenso ocano. Pues ms difcil an que el que la tortuga introduzca la cabeza en el aro del agua, es haber obtenido la forma humana. Ahora, amigo, procede como creas conveniente. Todava cuenta la gente del lugar que aquel joven lleg a anciano y se hizo sabio.

*El Maestro dice: Toda forma humana es preciosa, porque a travs de ella podemos a