actividad productiva en méxico en un contexto

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ECONOMÍA ACTUAL 4 Año 9, Núm. 3 / julio-septiembre 2016 Actividad productiva en México en un contexto internacional adverso, 2011-2016 Pablo Mejía Reyes* “All we have to decide is what to do with the time that is given to us.” e Lord of the Rings. J.R.R. Talkien Introducción La expansión que siguió a la Gran Recesión se ha carac- terizado por una recuperación lenta en varios países, principalmente en China y en la Unión Europea, y por una elevada volatilidad en los mercados financieros re- sultante de la incertidumbre que perciben los agentes privados con respecto a la sostenibilidad de las políti- cas expansivas que se siguieron para superar la recesión (Taylor, 2014) y por una serie de factores estructurales y geopolíticos que han alterado drásticamente el funcio- namiento del mercado petrolero (Reyes y Mejía, 2016). En este marco, el objetivo del presente documen- to es analizar la evolución de la actividad productiva nacional durante los últimos seis años, enfatizando el papel que han desempeñado los principales factores ex- ternos. Para ello, primero se revisa la evolución de va- riables como el precio del petróleo, la demanda externa y el tipo de cambio. En la segunda sección se explora su relación con las actividades productivas mexicanas y, por última, se establecen las conclusiones principales. 1. Contexto internacional La actividad productiva de la economía mexicana duran- te los últimos años ha estado determinada en gran parte por tres factores externos: la caída en el precio interna- cional del petróleo; el modesto crecimiento de la deman- da de la economía de los Estados Unidos (EE.UU.), 1 y la volatilidad de los mercados financieros internacionales. Después de que se superaron los efectos de la Gran Recesión en la mayor parte del mundo, al menos parcialmente, y de que se recuperó la demanda inter- nacional, los precios internacionales del petróleo cru- do se estabilizaron en torno a 100 dólares por barril entre 2011 y 2012. Sin embargo, a partir del siguiente año empezaron a mostrar una creciente volatilidad y un crecimiento más lento, pero a partir de la segunda mitad de 2014 iniciaron una caída estrepitosa que lle- vó el precio de la mezcla mexicana de exportación de 98.78 en junio de 2014 a 24.48 en febrero pasado; la recuperación del último mes es todavía mínima. Entre los factores que explican ese derrumbe se cuentan, por el lado de la demanda, las dificultades para retomar el crecimiento de varios países de la Unión Europea y de Europa oriental, la moderada expansión de las econo- * Profesor-Investigador del Centro de Investigación en Ciencias Económicas de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México. El autor desea agradecer la asistencia de investigación de Karen T. Sánchez Castañeda y de Maximiliano García González. Correo electrónico: pmejiare@ uaemex.mx. 1 Dado que más del 80% de las exportaciones mexicanas son vendidas en ese mercado, más de la mitad de la inversión ex- tranjera proviene de ese país y prácticamente la totalidad de las remesas se originan en el mismo, para fines prácticos la de- manda mundial que enfrenta la economía mexicana proviene de los EE.UU.

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Page 1: Actividad productiva en México en un contexto

ECONOMÍA ACTUAL

4 Año 9, Núm. 3 / julio-septiembre 2016

Actividad productiva en México en un contexto internacional adverso, 2011-2016

Pablo Mejía Reyes*

“All we have to decide is what to do with the time that is given to us.”The Lord of the Rings.

J.R.R. Talkien

Introducción

La expansión que siguió a la Gran Recesión se ha carac-terizado por una recuperación lenta en varios países, principalmente en China y en la Unión Europea, y por una elevada volatilidad en los mercados financieros re-sultante de la incertidumbre que perciben los agentes privados con respecto a la sostenibilidad de las políti-cas expansivas que se siguieron para superar la recesión (Taylor, 2014) y por una serie de factores estructurales y geopolíticos que han alterado drásticamente el funcio-namiento del mercado petrolero (Reyes y Mejía, 2016).

En este marco, el objetivo del presente documen-to es analizar la evolución de la actividad productiva nacional durante los últimos seis años, enfatizando el papel que han desempeñado los principales factores ex-ternos. Para ello, primero se revisa la evolución de va-

riables como el precio del petróleo, la demanda externa y el tipo de cambio. En la segunda sección se explora su relación con las actividades productivas mexicanas y, por última, se establecen las conclusiones principales.

1. Contexto internacional

La actividad productiva de la economía mexicana duran-te los últimos años ha estado determinada en gran parte por tres factores externos: la caída en el precio interna-cional del petróleo; el modesto crecimiento de la deman-da de la economía de los Estados Unidos (EE.UU.),1 y la volatilidad de los mercados financieros internacionales.

Después de que se superaron los efectos de la Gran Recesión en la mayor parte del mundo, al menos parcialmente, y de que se recuperó la demanda inter-nacional, los precios internacionales del petróleo cru-do se estabilizaron en torno a 100 dólares por barril entre 2011 y 2012. Sin embargo, a partir del siguiente año empezaron a mostrar una creciente volatilidad y un crecimiento más lento, pero a partir de la segunda mitad de 2014 iniciaron una caída estrepitosa que lle-vó el precio de la mezcla mexicana de exportación de 98.78 en junio de 2014 a 24.48 en febrero pasado; la recuperación del último mes es todavía mínima. Entre los factores que explican ese derrumbe se cuentan, por el lado de la demanda, las dificultades para retomar el crecimiento de varios países de la Unión Europea y de Europa oriental, la moderada expansión de las econo-

* Profesor-Investigador del Centro de Investigación en Ciencias Económicas de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México. El autor desea agradecer la asistencia de investigación de Karen T. Sánchez Castañeda y de Maximiliano García González. Correo electrónico: [email protected].

1 Dado que más del 80% de las exportaciones mexicanas son vendidas en ese mercado, más de la mitad de la inversión ex-tranjera proviene de ese país y prácticamente la totalidad de las remesas se originan en el mismo, para fines prácticos la de-manda mundial que enfrenta la economía mexicana proviene de los EE.UU.

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mías estadounidense y japonesa, y la desaceleración de la economía china, entra otros. Por su parte, la oferta se ha incrementado notablemente en un esfuerzo de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) por bajar los precios y, con ello, expul-sar del mercado a las empresas que buscan explotar los yacimientos de petróleo y gas de esquisto (shale oil and gas), de costos más altos. Todo esto se inició, además, en un momento en que los inventarios de los EE.UU. eran especialmente elevados.2

El comportamiento del precio de este insustituible insumo ha tenido efectos importantes en la economía mundial y, especialmente, en las de los principales pro-ductores, entre los que se cuenta México. Una de ellas es su contribución a la volatilidad del tipo de cambio peso-dólar, que se suma a la incertidumbre periódica asociada a los anuncios esperados de la Reserva Fede-ral sobre los ajustes de la tasa de interés y las revisiones a la baja de las expectativas de crecimiento de los di-ferentes países y regiones del mundo, así como a fac-tores geopolíticos de una amplia variedad. Más aun, la paridad cambiaria ha mostrado una alta sensibilidad a fenómenos y procesos internos que varían desde los anuncios de objetivos no alcanzados en rubros de creci-miento económico o inversión extrajera, hasta eventos políticos de diferente índole. Como consecuencia de los

movimientos de capital que generan estos procesos, la paridad cambiaria ha pasado de alrededor de 12 pesos por dólar a principios de 2011 a poco más de 19 en 2016, lo que ha significado una depreciación de más de 50% en cinco años. De hecho, la divisa mexicana ha sido de las más castigadas de los países emergentes.

Por su parte, aunque la economía de los EE.UU. ha librado bien las secuelas de la Gran Recesión en comparación con países de otras latitudes, su tasa de crecimiento media durante el periodo 2011.I-2016.I, 2.0%, ha estado ligeramente por debajo del promedio de los últimos diecinueve años, de 2.3%. En este pro-ceso, han jugado un papel central el lento crecimiento de la demanda que enfrentan sus productos, explicado por la ya mencionada debilidad de la recuperación de otros países, y por la apreciación del dólar, provocada, curiosamente, por la entrada de capitales que buscan seguridad en un entorno todavía altamente inestable, que genera una menor competitividad de sus exporta-ciones (Mejía et al., 2016).

Estos factores han afectado a la economía nacional a través de la demanda internacional, principalmente de los EE.UU., como ya se apuntó. La gráfica 1 presenta las tasas anualizadas de crecimiento de las exportaciones por tipo de producto. Se puede observar que, a la par con la caída del precio internacional del petróleo, sus ventas

externas han venido descendiendo drásticamente. Desde 2012 sus ta-sas han sido negativas, con valores de alrededor de -10.0%, aunque su caída se profundizó desde mediados de 2014 lo que llevó a que durante 2015 decreciera aproximadamente al 45.0% anual. Más aun, su recien-te mejora, impulsada por la leve recuperación del precio del crudo, ha llevado su tasa de crecimiento al -29.4%, cifra que indica que se man-tiene su severa declinación.

Por su parte, el crecimiento de las exportaciones no petroleras, compuestas principalmente por productos manufactureros, ha te-

GRÁFICA 1

México: Exportaciones por tipo de producto, 2011.01-2016.04

(Tasas anualizadas de crecimiento)

Las exportaciones petroleras se representan en el eje derecho. La cifra de 2011.06 es un valor anómalo igual a 98.0%. Para facilitar la visualización del resto de los datos se ha sustituido por el promedio de las cifras de los periodos adyacentes. Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI (2016). 2 Véase Reyes y Mejía (2016).

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nido también una tendencia decli-nante, interrumpida sólo durante los últimos meses de 2014, cuando sus tasas superaron el 10.0% anual. Sin embargo, en sincronía con la desace-leración del PIB total y la caída en el sector industrial de los EE.UU., su crecimiento empezó a mostrar tasas negativas desde mediados de 2015 a pesar de que durante este perio-do el tipo de cambio se depreció de manera significativa. Esta evidencia demuestra una vez más que el fac-tor determinante más importante de las exportaciones no petroleras es la demanda externa, principalmente de los EE.UU. Además, dado que alre-dedor del 80.0% de las ventas al exterior corresponden a manufacturas, las exportaciones totales han mostrado una dinámica similar, agudizada, por el comportamiento de las ventas al exterior de petróleo.

2. Evolución de la actividad productiva en México

La producción total de México, medida por el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE), ha tenido un crecimiento significativo durante los últimos dos años, con una ligera aceleración durante los meses más re-cientes que ha llevado su tasa de crecimiento anual por encima de 2.4%, como se puede apreciar en la gráfica 2. Estas cifras reflejan un mejor desempeño que durante 2013, aunque se ubican por debajo de las de 2011 y 2012 (superiores al 3.0% anual).

Además, los datos presentados en la gráfica 2 in-dican una estrecha relación entre el IGAE total y sus componentes, aunque con algunas diferencias.3 Al pa-recer, hasta principios de 2014 la producción del sector secundario explicaba el comportamiento del total, en

tanto que la del terciario parecía seguirla con un cierto número de rezagos. No obstante, esta situación cambia a partir de entonces: aunque durante 2014 se aprecia to-davía una cierta cercanía entre el sector secundario y el total, durante 2015 la relación se revierte notablemente pues mientras el primero se desacelera, el segundo sigue creciendo a tasas más altas. Entonces, al parecer, el sec-tor terciario es el que ha impulsado la actividad produc-tiva total durante los últimos dos años, especialmente en el transcurso de la segunda parte del último cuando su tasa anual promedio supera el 3.0% anual.

Los choques externos descritos en la primera sec-ción han afectado principalmente al sector secundario. En particular, como se observa en la gráfica 3, la minería presentó bajas tasas de crecimiento hasta mediados de 2014, aunque alternando valores positivos y negativos. Sin embargo, a partir de entonces ha experimentado caí-das constantes, con una tasa máxima de 8.3% anual en abril de 2015 y una mínima de 2.9% en enero de este año. Evidentemente, este comportamiento responde a la baja en los volúmenes de producción petrolera, resultante, a su vez, del agotamiento de los principales yacimientos y a la caída en el precio internacional del crudo.4

La manufactura, por su lado, ha resentido los efec-tos de la desaceleración de la demanda internacional, especialmente de las importaciones estadounidenses, las cuales han crecido a una tasa media anual de 3.4% entre el primer trimestre de 2011 y el mismo periodo de este año,

GRÁFICA 2

México: IGAE Total, IGAE Secundario e IGAE Terciario, 2011.1-2016.2

(Tasas de crecimiento anualizadas)

Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI (2016).

3 El análisis se basa en el comportamiento de los sectores secun-dario y terciario pues suman más del 95% del total y muestran un comportamiento más regular.

4 Según la US Energy Information administration, la produc-ción de México decreció a una tasa media anual de 3.0% entre 2005 y 2014 (www.eia.gov/beta/international/data/).

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cifra que se ubica por debajo del valor correspondiente a los últimos veinte años (4.9%). Igualmente preocupante resulta el hecho de que la manufactura mexicana tuviera tasas declinantes durante 2015 aun cuando las importa-ciones de EE.UU. crecieran por encima del 3.0% anual. Más aun, llama la atención que la depreciación cambiaria no impulsara de manera importante a las exportaciones manufactureras mexicanas, lo que demuestra nuevamen-te el hecho de que éstas son más sen-sibles a la demanda externa que al tipo de cambio.5

La construcción, a su vez, no ha consolidado su crecimiento y ha evidenciado su alta dependencia del gasto público en la materia, pues ha presentado un comportamiento muy errático durante los últimos dos años a pesar del crecimiento sostenido del crédito a la vivienda entre 2014 y 2015 cuando tuvo tasas superio-res a 8.0% anual (Banco de México, 2016). Después de la fuerte caída que experimentó durante 2013 y parte de 2014, explicada en buena medida por los ajustes fiscales de esos años, pare-cía que el sector entraba en una nue-va fase de expansión, con tasas supe-riores al 6.0% anual a inicios de 2015.

Sin embargo, los recortes del gasto público para ese año y los esperados para el actual han desincentivado la inversión y la producción en el sec-tor. Como consecuencia, la cons-trucción ha presentado un compor-tamiento muy inestable, con una rá-pida caída en sus tasas de crecimien-to durante la segunda mitad de 2015 (hasta -1.5% anual), seguida de un rebote reciente vinculado esencial- mente al desarrollo de infraestructu-ra turística (BBVA-Bancomer, 2016).

El sector terciario, como se ha argumentado más arriba, ha sosteni-do el crecimiento de la economía en su conjunto. Las cifras de la gráfica

4 sugieren que las actividades de transporte, comercio y

GRÁFICA 3

México: IGAE secundario y componentes, 2011.1-2016.2

Tasas de crecimiento anualizadas

Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI (2016).

GRÁFICA 4

IGAE Terciario y algunos de sus componentes, 2011.1-2016.2

Tasas de crecimiento anualizadas

Por presentar tasas de crecimiento modestas y contrarias a la del total del sector servicios, lo que sugiere que su comportamiento no ha sido determinante, se han excluido los siguientes rubros: servicios educativos, servicios financieros, servicios profesionales y actividades legislativas. Fuente: Elaboración propia con datos del INEGI (2016).

5 Dado que la manufactura mexicana se desacelera cuando las importaciones estadounidenses crecen a una tasa más que mo-desta (3.9% anual) y el tipo de cambio se deprecia en 29.9%, se puede suponer que su dinámica no responde a estos factores, sino a la demanda de productos intermedios pues esa desace-leración coincide con la declinación del sector industrial de nuestro principal socio comercial (Mejía et al., 2016).

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servicios de alojamiento y esparcimiento han sido las que han mantenido un comportamiento más parecido al del total durante todo el periodo analizado y las que han teni-do las tasas más altas durante los meses recientes, incluso superiores a las del total del sector. El comportamiento entre 2011 y 2014 de estas variables particulares se puede explicar por la conducta de la demanda externa y por la del gasto público, pues en general siguen un comporta-miento muy similar al del crecimiento del IGAE total y al del secundario. Sin embargo, durante 2015 su dinámica podría explicarse en parte por el crecimiento del consu-mo privado, resultante del aumento del salario real y de la captación de remesas (Díaz, 2016), y por el repunte del turismo, que tuvo tasas de crecimiento de alrededor del 7.5% durante ese año.

De esta forma, al parecer el sector servicios ha presentado un importante dinamismo como resultado de la necesidad de movilizar bienes en función del au-mento de la demanda interna y del atractivo que pudo significar para el turista extranjero un peso depreciado.

Conclusiones

La economía nacional ha transitado por un entorno inestable durante el último lustro, caracterizado por la baja del precio del petróleo, una elevada depreciación cambiaria, que no ha impulsado las exportaciones, y un modesto crecimiento de la economía estadounidense, nuestro principal socio comercial. Como consecuen-cia, el sector industrial ha mostrado tasas declinantes

de crecimiento durante el último año en sus diferentes componentes, especialmente en la minería (producción de petróleo). Como consecuencia, el crecimiento de la economía ha estado sostenido por el sector servicios que ha mostrado recientemente un repunte debido al crecimiento del consumo y del turismo.

La situación, sin embargo, podría no mejorar en los siguientes meses, por lo que la economía nacional seguirá experimentando tasas de crecimiento modera-das, con las limitantes que eso implica en términos de la generación de empleo y, por ende, de bienestar.

Bibliografía

Banco de México (2016). “Estadísticas”, <http://www.banxico.org.mx/estadisticas/> (26 de mayo de 2016).

BBVA-Bancomer (2016). Situación Regional Sectorial Méxi-co. BBVA-Bancomer, Primer semestre.

Díaz, M. A. (2016). “Inflación y salarios”, Observatorio Eco-nómico del Estado de México. Informe Trimestral, Abril, CICE-FE, UAEM, Toluca.

INEGI (2016). “Indicadores económicos de coyuntura”, http://www.inegi.org.mx/sistemas/bie/, (26 de mayo de 2016).

Mejía, P., R. Vergara y M. R. Reyes (2016). “Contexto inter-nacional y nacional”, Observatorio Económico del Es-tado de México. Informe Trimestral, Abril, CICE-FE, UAEM, Toluca.

Reyes, M. R. y P. Mejía (2016). “Efectos del precio internacional del petróleo en los ingresos públicos en México, 2005-2016”. Economía Actual, Vol. 9, Núm. 3, por aparecer.

Taylor, J. B. (2014). “The role of policy in the Great Recession and the weak recovery”, Stanford University, manuscript.

Doctorado en CienciasEconómico ADMINISTRATIVAS

Facultad de EconomíaCerro de Coatepec s/n. Ciudad Universitaria. C.P. 50110Tel. 01 (722) 2131374 [email protected]