accesorios y vestimenta lesson # 3

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ACCESORIOS Y VESTIMENTA ¡Viva Flamenco!

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Page 2: Accesorios y vestimenta  lesson # 3

Accesorios para el baile

Pendientes flamencos

Traje flamenco

Zapato de baile

Abanicos para el baile

flamenco

Broche para

mantilla Castañuelas

Flor para el baile

La peineta

Page 3: Accesorios y vestimenta  lesson # 3

HistoraHistoria del Traje Flamenco

Origen. El origen del traje de flamenca se encuentra en los vestidos de faena de la mujer andaluza decimonónica, los mismos que habrían de lucir las acompañantes de los tratantes de ganado que, con motivo de la Feria de Abril de Sevilla, se reunían en el Prado de San Sebastián desde 1847. Como el ocio hizo sucumbir al negocio y la feria perdió su apellido -de ganado- lo festivo de la reunión engalanó aquella primigenia bata, obteniendo incluso el plácet de las señoras de alta alcurnia en la Exposición Iberoamericana de 1929. La profesionalización del flamenco actuó, por las mismas fechas, de forma paralela en la consagración de la vestimenta tradicional andaluza como vestuario propio del escenario, enriqueciéndose en tejidos, ornamentos y complementos: encajes, tiras bordadas, flores, bisutería, mantones de Manila, abanicos… Una libertad creativa que actuó, junto a la naturaleza realzadora de la belleza femenina, como acicate en la evolución de un traje que en los años sesenta incluso llegó a hacerse minifalda.

Page 4: Accesorios y vestimenta  lesson # 3

Historia del Traje FlamencoContinuación: Tradición en evolución. El traje de flamenca conjuga tradición e innovación, pues si bien conserva una estructura básica sustentada en un cuerpo entallado sobre el perfil de la cadera y una falda de volantes, sobre este armazón la creatividad fluye. A partir de los años noventa, tras una década de trajes barrocamente recargados de encajes y cintas de raso, el traje de flamenca, en un alarde de sencillez, se desvistió de adornos, almidón y caderas escondidas, sufriendo una metamorfosis de la que salió vaporoso, ligero y sensual. Telas sedosas, colores lisos y el sempiterno lunar comenzaron a envolver a una mujer que luce todo su contorno bajando talle y volantes, ya fuera desnudando los brazos o con ellos pudorosamente cubiertos. Ya superado el segundo milenio, se vuelve la mirada atrás y se rescata el popelín sin renunciar al talle bajo, se parte el traje en dos piezas, se agranda el lunar… Un continuo inventarse que implica de lleno a todos los complementos, es decir, a los avíos. Si un año se lleva la flor grande y baja junto al moño, al siguiente pequeña y alta; si un año el pendiente de aro, al siguiente de pera; si un año el mantoncillo con flores pintadas, al siguiente de tela estampada…