academia de minas 1757

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Guillermo Ovando Sanz – La Academia de Minas de Potosi Página 2

LA ACADEMIA DE MINAS DE POTOSI 1757

GUILLERMO OVANDO SANZ

PROLOGO

La riqueza ingente de Potosí encendió la imaginación colonial de

España. Precipitó desde la Península un torrente de conquistadores que

desembocó a raudales en las faldas del Cerro (Rico). Su larga y

continuada tradición minero-metalúrgica se amalgamó al ingenio

autóctono primero en Porco y luego en Potosí. Se operó una incipiente

transferencia de tecnología asentada en el exterminio del nativo por la

explotación sin tasa ni medida de las vetas argentíferas.

Sin embargo, junto a la mita, la encomienda y el repartimiento que

devoraba la existencia del minero y las entrañas del Cerro Rico, la fiebre

de los metales preciosos estimuló entre los “azogueros” una inquietud

que resultó con el tiempo la fase positiva de aquella época. Se propuso y

se perfeccionó el beneficio de los metales para “desterrar la ignorancia

que causaba tantos perjuicios al Rey”. De esta suerte en el siglo XVIII,

nacían las bases de la primera Escuela de Minería en el mundo

hispanoamericano con el gobierno del Corregidor don Ventura de

Santelices y Venero. Aparecía en ese entonces la enunciación de los

fundamentos que servirían a un centro de enseñanza donde pudiera

caber la investigación tendiente a depurar paulatinamente el arte de los

metales.

Guillermo Ovando Sanz, dedica una seria investigación a los orígenes y

desenvolvimiento de aquella idea de contenido pedagógico que emerge

de la ambición creciente de los conquistadores para proporcionar

mejores medios y eficaces instrumentos a la explotación. No redituaba

inicialmente beneficio alguno, como señala el autor de La Academia de

Minas de Potosi, al progreso regional. Empero la idea despertó

paulatinamente los valores que son necesarios cultivar a fin de convertir

a la minería en actividad de un beneficio real para el trabajador que

compromete su inestimable aporte y para la Nación que se despoja de

un recurso no renovable.

Luis Alberto Alípaz Alcázar

Director del Banco Central de Bolivia

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“No tengo a pequeña gloria el haber sido yo en parte el instrumento de

esto, con los discursos y experiencias de muchos años, que a V.S. he

comunicado, después que por la noticia de V.S. le dieron muchas

personas de mi aplicación de este ejercicio, tuvo gusto de que dejando

puestos de más comodidades y provecho, residiese yo en este Potosí,

como en plaza de armas, o Universidad la más famosa del mundo, y

donde más se necesita de la conferencia de materias semejantes”

Alvaro Alonso Barba

En la dedicatoria de su libro Arte de los

Metales a D. Juan de Lizarazu,

Presidente de la Real Audiencia de

Charcas, en Potosí, año de 1637

CARTA DE INTENSIONES

Potosí es sinónimo de minería, y la explotación de la plata, a partir de

1538 (en Porco), es una de las principales razones de la existencia de la

Real Audiencia de Charcas, en el pasado, y de su transformación

sangrienta en la República de Bolivia, con menos de la mitad del

territorio del distrito de la célebre y altanera Audiencia.

* * *

En las presentes páginas trato de bosquejar en forma preliminar la

historia de la Facultad de Ingenieria (Minera) a partir del año 1757. A

las personas que no creen que la tradición histórica es la base del

desarrollo futuro, a quienes no se convencen que “el pasado es el

prólogo”, a aquellos que no están seguros de que para enfrentar el

futuro es necesario mirar al pasado, les pido que lean este breve ensayo

de investigación documental, sin perdonar los documentos, para que

vean cómo a mediados del siglo XVIII, en 1757, hace doscientos

cincuenta y cinco años, y en 1855, ya en el período nacional de Bolivia

se defendió apasionadamente la Academia y la Escuela de Mineralogía

en esta ciudad.

* * *

Convencido de que la historiografía boliviana está en una etapa

embrionaria de su desarrollo, he juzgado que, aun a riesgo de cansar el

lector no acostumbrado a ver y apreciar la categórica belleza de un

documento inédito, era necesario incluir una breve selección de

documentos, la mayor parte de ellos no conocidos hasta ahora. He

puesto también algunas notas de pie de página, que remiten a los

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Guillermo Ovando Sanz – La Academia de Minas de Potosi Página 4

documentos, ya que no es posible continuar con la mala costumbre de

no respaldar con documentos lo que se escribe.

* * *

La historia de la minería en Charcas está por hacerse. Hay valiosos

derroteros para emprender tal labor que, en vista de la abrumadora

documentación existente, necesita cientos de especialista trabajando en

equipo y solamente en los dos archivos organizados con que cuenta el

país.

AGRADECIMIENTOS

Quiero expresar aquí mi sentimiento de gratitud a las siguientes

instituciones y personas que hicieron posible este trabajo de

investigación histórica:

A la Universidad de Potosí, en especial a su Facultad de Ingenieria

(Minera) y a su cuerpo de catedráticos por su colaboración y fraternidad

humana.

Al Instituto de Cultura Hispánica y a la Organización de Estados

Americanos que hicieron posible gran pare de este estudio gracias a una

beca que me otorgaron en 1965-1966.

Al ex Director del Archivo General de Indias, don José de la Peña y

Cámara, por su cordialidad, a la actual Directora doña Rosario Parra, a

doña Vicenta Cortés y a don Carlos L. de la Vega y Luque, del cuerpo

Facultativo del Archivo. A don Santiago Montero Díaz, decano de los

investigadores en Sevilla, la ciudad más bella de España, quien ya no

podrá curiosear este trabajo.

A don Armando Alba, Director del Archivo de Potosí, por las facilidades

que me otorgó en esta investigación, al Dr. Abelardo Villalpando, Rector

de la Universidad de Potosí, al Dr. Gunnar Mendoza, Director del

Archivo y Biblioteca Nacional de Bolivia, al Dr. Lewis Hanke y al

profesor don Mario Chacón Torres, por sus voces de aliento.

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Guillermo Ovando Sanz – La Academia de Minas de Potosi Página 5

I. LA ESCUELA DE METALURGIA DE 1757

La intensa explotación minera en Charcas, especialmente en Potosí y su

vasta región de influencia inmediata (Atacama, Chichas, Porco,

Carangas, Lípez, etc.) dio lugar a varios inventos en lo que a metalurgia

se refiere.

Un estudio sobre el particular sería del más alto interés histórico-

científico.

Fuera de los indios y los españoles, trabajaron minas en esta desolada

región, extranjeros de muchas partes del mundo, portugueses, ingleses,

alemanes, corsos, flamencos y otros que, no obstante las

reglamentaciones de la Corona española, eran toleradas por las

autoridades en atención a sus eficientes trabajos minero-metalúrgicos.

Como una muestra de este acierto, empiezo a transcribir en la parte

documental una Real Cédula al Presidente de la Audiencia de Charcas,

año 1607, pidiendo información sobre un molino para moler relaves

inventado por Carlos Corzo de Leca, un corso que después de una

prologada residencia en Potosí, fue a dar a las Indias Holandesas donde

aprendió procedimientos aplicables a la metalurgia en Charcas.

1757

Es muy posible que más de un intento se haya hecho en la ciudad del

Cerro, antes de 1757, para establecer en el más importante (lugar de)

mineral del mundo una Escuela de Minas. Todo lo que afirmo es el

resultado de la consulta de documentos, naturalmente que no en forma

exhaustiva, mientras se realizaba la ordenación del Archivo de Potosí,

considerado como uno de los tres en que Hispanoamérica está ordenado

bajo principios realmente razonables, de acuerdo a una antigua y al

mismo tiempo modernísima técnica archivística: el principio de la

procedencia documental.

En los últimos días de su gobierno progresista en Potosí, el Corregidor

don Ventura de Santelices y Venero, sentó las bases de la que supongo

primera Escuela de Minería en el mundo hispanoamericano.

Don Ventura de Santelices captó en forma muy clara que el gobierno del

distrito de la Real Audiencia de Charcas, base histórica y territorial de

la actual Bolivia, debía ejercerse desde Potosí, su centro económico. No

viene al caso referirse a lo justo de sus ideas ni a los factores que

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Guillermo Ovando Sanz – La Academia de Minas de Potosi Página 6

hacían difícil esta posibilidad (falta de caminos, clima, etc.) Basta decir

que si la riqueza de las minas de la región, la “grosedad” de la

extracción minera como se decía especialmente en el siglo XVI, dio

origen a la fundación de la célebre Audiencia en mil quinientos

cincuenta y nueve, -ese año, a mediados del siglo XVI, nació Bolivia-.

Un estudio de las tremendas contradicciones entre las audiencias de La

Plata y Lima, llevará indudablemente al convencimiento de que,

organizada la Audiencia en La Plata, la actual ciudad que lleva el

impropio nombre de Sucre, separó –para siempre- esas dos entidades

presididas por sus respectivas Audiencias, La Plata y Lima.

Sobre la necesidad de tener la sede de la Audiencia de Charcas en

Potosí, escribía el ilustre Corregidor:

“Sobre este supuesto había yo discurrido que sería conveniente

establecer el método de gobierno de esta Villa y sus anexas

comarcas (…) transfiriendo a esta Villa vuestra Real Audiencia de

La Plata, para que estando todo lo gubernativo de la Villa y

Provincias con las comisiones en el Presidente (…)”

El primer documento que se refiere concretamente a la Escuela de

Metalurgia, lleva la fecha de 1757, junio, 11. Tiene, en consecuencia,

255 años de antigüedad, y se refiere a que el dinámico corregidor-

gobernador llamó a su despacho al brigadier don Joseph de Montes y

García, diputado del ilustre gremio de azogueros de la Villa Imperial, a

los mineros don Domingo Thenorio y don Joaquín Bravo, para que estos

dos últimos hicieran ensayos de los metales llamados negrillos; les pidió

que presentarán un informe diario de los resultados obtenidos.

El 17 de Junio el Gobernador dictó un auto por el que da organización

formal a una “Junta o Escuela”. (Esta fecha para mi estudio significa el

nacimiento de la Faculta de Ingenieria (Minera) de la Universidad de

Potosí). Llega previamente a la conclusión de que la Real Hacienda y el

Gremio de Azogueros sufren muchas pérdidas económicas “por la

impericia, por la desidia y corta recomendación en las más personas

que se destinan por los azogueros” a los trabajos mineros,

ocasionándose por esta causa los graves daños de que están

abandonados infinitos metales llamados negrillos aunque de superior

ley a los que se trabajan y denominan pacos.

Indica que muchos pleitos se promueven por la ignorancia de distancias

y rumbos, enredos que no hacen más que perjudicar el trabajo de los

mineros, que hay gasto inútil en obra de mano, en azogue o mercurio, y

en otros aspectos, para el beneficio de la plata; puntualiza que

desempeñan los trabajos de mineros y beneficiadores personas que no

tienen los conocimientos necesarios y, finalmente, propone la creación

de la Junta o Escuela que debe estar compuesta por un Directo, dos

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Guillermo Ovando Sanz – La Academia de Minas de Potosi Página 7

químicos para determinar la ley de los metales, dos expertos en

explotación minera y dos especialistas en el beneficio fuera de un

secretario o “escribano” para que deje constancia escrita de todos los

experimentos, observaciones y trabajos prácticos que hagan los

profesores y alumnos. Propone que todos los lunes en la tarde deben

reunirse los miembros de la Escuela en un ingenio para hacer sus

experimentos y dejar constancia escrita de ellos. Pide que no se admita

por minero, beneficiador, o administrador de ingenio a ninguna persona

que no tenga la aprobación de la Escuela y se reserva el derecho de

nombrar a los profesores.

A la brevedad posible, al día siguiente, dicta otro auto nombrando

Director de la Escuela a don Salvador García Poze “atendiendo a su

conocida erudición, a su inteligencia, práctica en el minerage y a la que

tiene en los negocios de ambas Américas”. Profesores de química son

designados don Gregorio de Irigoyen, dueño de minas e ingenios en

Guari-Guari, y don Domingo Serrano de Mora; de explotación minera,

don Joaquín Bravo y don Joaquín Neish, el primero dueño de minas e

ingenios en la ribera de Potosí; de “beneficio” que se debe entender

actualmente como concentración de minerales, don Domingo Thenorio y

don Juan Bautista de Lacoa; secretario, don Nicolás Pacheco.

La sede de la Escuela será el ingenio de Cuti, inactivo a la sazón, por no

tener obra de mano asignada, es decir tanda o “mita”.

Un día después, domingo 19 de junio, debían reunirse los profesores en

el indicado ingenio para iniciar las labores reales y efectivas de la

Escuela. Ese domingo, dice otro documento que no se transcribe

íntegramente en beneficio a la brevedad, se reunieron tales personas en

el ingenio de Cuti; fueron advertidas que debían tener allí un horno

permanente. Los señores Bravo y Thenorio informan que han practicado

ensayes de los minerales negrillos que provenientes de las labores de

Pampa-Oruro y Berrio; (dos minas del cerro), ha enviado el brigadier

Joseph de Montes; expresan los resultados obtenidos y piden que en el

ingenio se construya un horno de “reverberación” (de reverbero se dice

en el español actual) y otro similar en el ingenio del señor Montes; se

pide que ambos hornos sean “de nueva invención en esta Villa”. Se

constata que en los minerales de Pampa-Oruro se obtuvieron 20 marcos

por cajón, cuando en el ingenio de don José de Montes se había sacado

solamente ocho marcos de plata, se entiende que por cajón. No dan su

opinión sobre los minerales de las labores de Berrío.

Los dos profesores citados proponen para la siguiente reunión el

problema: “¿Cuánto azogue se puede cargar a un cajón de metal que

consideren pueda dar cinco marcos, y cuánto tiempo puede cargar este

hasta el tiempo de echarlo a lavar en la tina?”. El Corregidor-

Gobernador que está presente en los experimentos ofrece un premio de

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Guillermo Ovando Sanz – La Academia de Minas de Potosi Página 8

“una carreta de oro” al autor del primer trabajo escrito que se presente

basado en las experiencias de un nuevo procedimiento en Potosí.

El mismo día la autoridad firma otro auto que considero de mucho

interés ya que en la historia de la ciudad del Cerro se habla mucho de

la plata y muy poco del otro precioso y noble mental, siempre de mayor

hechizo. Dice que los metales negrillos contienen oro y precisa que las

providencias que ha dictado deben entenderse también para sacar

mayor cantidad de oro y mejorar su ley.

Para relacionar y coordinar todos estos trabajos prácticos, teóricos y

experimentales con el gremio de azogueros, el Gobernador suscribe otro

auto en 1758. VI. 25 mediante el cual instruye que para conocer la ley

de los metales ha nombrado a don Domingo Serrano de Mora y a don

Juan Bautista de Lacoa para que puedan entrar a todas las minas del

Cerro y a todas las de las inmediaciones de Potosí, para poder informar

sobre el particular a la Escuela. Manda que todas las personas que

trabajan minas den a los expresados todas las facilidades del caso;

indica que se tomarán medidas punitivas si hubiera negativa de los

dueños de minas para permitir el ingreso de los dos profesores.

Cuatro meses después la Escuela ha tomado mayor vuelo. Serrano,

Lacoa, un nuevo personaje Ignacio de Andrade, Juan Neish y otro

experto, Cháves, con nombre ilegible en el documento, suscriben un

importante informe sobre la mejor manera de realizar el trabajo que en

su época tuvo una grande importancia: El Real Socavón. Ellos lo llaman

socavón real maestro. El estudio de esta célebre y costosa obra que no

se alcanzó a terminar en el período hispano, dio lugar, como de

costumbre, a interminables polémicas y podría ser el motivo central de

todo un libro que traería muchas novedades para la historia minera de

Bolivia y de España. Con objeto de no aumentar la extensión de este

ensayo no se transcribe el documento completo ni se hace mayor

presión en el tema.

En resumen, sobre esta primera Escuela de Minería en Potosí y

posiblemente en el mundo hispánico, las fuentes están muy lejos de

estar agotadas. En el Archivo de Potosí considero que se pueden

encontrar todavía nuevos documentos y estimo que hay mucho en el

Nacional de Bolivia, lo mismo que en archivos españoles, argentinos y

peruanos. Era necesario, sin embargo, dar forma a este ensayo y

publicarlo. Posteriormente se harán por investigadores más hábiles

adiciones e interpretaciones mejor logradas. Con la documentación

consultada se puede intentar ya un vistazo general:

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Guillermo Ovando Sanz – La Academia de Minas de Potosi Página 9

1.- La Escuela estaba compuesta por:

Un Director El Comandante don Salvador García Poze

Dos prof. de química Don Gregorio de Irigoyen y don Domingo Serrano

de Mora

Dos prof. de explotación Don Joaquín Bravo y don Joaquín Neish

Dos prof. de metalurgia Don Domingo Thenorio y don Juan Bautista de

Lacoa

Un secretario Don Nicolás Pacheco

o sea un total de ocho personas.

2.- La Escuela tiene un carácter eminentemente práctico.

3.- Se busca el mejor personal técnico disponible para las experiencias y ensayes

4.- Se relaciona ampliamente la teoría con la práctica.

5.- Se tiende a mejorar los métodos de trabajo y el consiguiente aumento de las rentas

producidas por la minería en las labores de plata y oro para la Corona española.

6.- No se nota una preocupación por el progreso local de Potosí ni nada que redunde en

beneficio del progreso regional. (La falta de esta preocupación es una constante en

la historia antigua y moderna de Potosí).

Si hacemos una comparación, dentro de lo relativo, con la actual

Facultad de Ingeniería (en 1970) en sus diferentes secciones: Civil,

Minas y Geología, se puede ver que en lo fundamental, sus secciones de

Minas y Geología coinciden en más de un aspecto con la primitiva

Escuela de 1758; que los profesores y estudiantes tengan una continua

práctica en las minas de las inmediaciones.

Una de las diferencias fundamentales consiste en que actualmente la

Facultad se pone al servicio del interés nacional boliviano dentro de una

directiva de progreso, planificación y desarrollo.

Finalmente, quiero dejar constancia de que la única referencia escrita

que conozco sobre esta primera etapa de la Escuela de Minas es el

artículo de Don Armando Alba “Enumeración del suceso potosino” y

“Gesta Bárbara” en la que la alusión a la Escuela dice textualmente:

“Ventura de Santelices es tan decidido por la industria minera que

organiza la primera Escuela o Academia de Minas compuesta de ocho

sujetos como alumnos y de cuatro a seis profesores, seleccionados entre

los mineros más expertos y cultivados”

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En la Villa Imperial de Potosí en (viernes) diecisiete día del mes de Junio de

mil setecientos cincuenta y siete años, el señor D. Ventura de Santelices y

Venero, del Consejo de Su Majestad, Gobernador de esta Villa, Visitador de

las Reales Cajas, Superintendente de la Real Casa de Moneda y Mita, con

otras comisiones del real servicio: dijo que por repetidas experiencias

adquiridas en sus empleos ha llegado a conocer el indecible perjuicio que

padecen la causa pública de todos los vastos dominios de S.M., su real

Hacienda, y el ilustre gremio de azogueros por la impericia, por la desidia y

corta recomendación en las más personas que se destinan por los azogueros a

su importante ministerio del mineraje en este rico cerro, como al de

beneficiar en los ingenios de esta ribera los metales que a ellos se bajan de

las minas: ocasionándose por esta causa los graves daños de que estén

abandonados infinitos metales llamados negrillos aunque de superior ley a

los que se trabajan y denominan pacos, y por la ignorancia de los rumbos y

distancias se suscitan y mantienen pleitos en juicios sobre pertenencias de

minas, malográndose el trabajo de ellas y exponiéndose la seguridad que

debe tener en sí el promontorio del Cerro y que se saquen de las labores y

conduzca a los ingenios metales que no tienen ley alguna.

Resultado de aquí los inútiles costos de que para este efecto causan los

palliris, los apiris, y los comuris, y que bajen la ley de los metales que sin la

mezcla de los inútiles, la tendrían subida, y que por los antecedentes

motivos de falta de inteligencia en los beneficiadores, no se saque la ley

correspondiente a los buenos metales que bajan a los ingenios, y que por este

perjuicio se junten otros dignos de la mayor consideración, como son el

desperdicio de azogues, el de la sal, y aún el que se advierte por emplear en

los buitrones y en los demás oficios de los ingenios más número de operarios

de los que se necesitan, siendo entre todos estos desórdenes , mucho más

considerable el de ver empleados en los referidos importantes ejercicios de

mineros y beneficiadores a sujetos que no han tenido ni merecidos

aprobación alguna de autoridad pública para que no incurra en los

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Guillermo Ovando Sanz – La Academia de Minas de Potosi Página 11

enunciados errores ni en el de mal tratamiento de los indios que se les

confían, particularmente de la mita.

Y contemplando Su. Señoría. Que semejantes inconvenientes y otros que se

expresan en los tres informes que tiene pedidos, y acompañan este auto, se

pueden remediar en gran parte, si se establece una Junta o Escuela, en que

concurran un Director de ella, dos que se escojan inteligentes en el mineraje,

y dos en el beneficio, y un sujeto que haga oficio de escribano para escribir y

recoger todos los discursos u observaciones que se hicieren, para que en todos

los Lunes por la tarde confieran en el ingenio que se les señale asienten sus

principales discursos y ensayes para que reconociéndose la utilidad que este

establecimiento promete, se pueda acudir al Excmo. Sr. Virrey para solicitar

su aprobación a nombre de S.M. (que Dios guarde), interín que se da cuenta

a su real persona, para que si fuere de su soberano agrado reciba bajo su real

protección esta Junta, mandando que sean el cuerpo de ella, los Alcaldes

Mayores de Minas, y Veedores, y que para los segundos, al superior

gobierno de estos reinos por parte del Ministro Superintendente que hubiere

en esta Villa, y que no se admita por minero o beneficiador, o administrador

de ingenio, sujeto que no tenga la aprobación de dicha Junta, y que de

pronto asistan a ella como oyentes los que sirven en las minas e ingenios,

respecto de que en la tarde del lunes no tienen ocupación legítima que se lo

impida.

Por tan superiores motivos y esperando que el esmerado superior celo del

Excmo. Sr. Virrey de estos reinos, instruido de los progresos que se esperan y

verifiquen, ha de condescender en este establecimiento; manda S.S. que

principie desde luego para instruir a S.E. reservando nombrar en la

convocatoria de la primer Junta los sujetos que crea más convenientes para

los empleos referidos en esta providencia, y señalar el sitio donde deba

practicarse esta, esperando del distinguido delo por el real servicio que

tienen los señores diputados del ilustre Gremio de Azogueros, Conde de Casa

Real de Moneda, y Brigadier D. Joseph de Montes, los que presenciarán

estas funciones, y que la Real Compañía del mismo ilustre Gremio, y cada

uno de sus individuos coadyuvarán en la parte que fuere conveniente en la

permanencia de una Junta que les es de la mayor utilidad para la

conservación de sus minas, mita e ingenios, por los felices progresos que se

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deben esperar en todos los ramos del importante ejercicio de la azoguería en

fuerza de las conferencias y continuos ensayes que se fueren practicando en

los tiempos sucesivos para comprehender la suma variedad e metales que se

halla, no sólo en este Rico Cerro y sus adyacentes provincias, sino en una

misma labor, y dar a cada especie de ellos el beneficio que le corresponde, por

el exceso o disminución de quema, que son los dos principales inconvenientes

que S.S. ha intentado evitar, mandando que persevere en esta Villa Don

Domingo Thenorio, vecino de la de Oruro y beneficiador de bastante nombre

Así lo proveyó, mandó y firmó.

(Fdo.) Ventura de Santelices y Venero

Ante mi (Fdo.) Miguel Scholl y Quintanilla

Escribano Público de Minas y Real Mita

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Guillermo Ovando Sanz – La Academia de Minas de Potosi Página 13

DOCUMENTO III, 3

El Gobernador Santelices nombra Director de la Junta o

Escuela de Minería a D. Salvador García Poze

En la Villa Imperial de Potosí, en dieciocho días del mes de junio de mil

setecientos cincuenta y siete años, el señor D. Ventura de Santelices y

Venero, del Consejo de S.M., Gobernador de esta Villa, Visitador de sus

Reales Cajas, Superintendente de la Real Casa de Moneda, y Mita y otras

comisiones del real servicio:

Dijo, que a consecuencia del auto proveído ayer diecisiete del corriente sobre

principiar el establecimiento de una Junta o Escuela para lograr la

inteligencia tan conveniente en la saca y beneficio de los metales de este

Rico Cerro y Provincias de su circunferencia, nombrada y nombró por

Director de la referida Junta, bajo la aprobación del Excmo. Sr. Virrey y

sucesivamente de S.M. al Comandante D. Salvador García Poze,

atendiendo a su conocida erudición, a su inteligencia, práctica en el

minerage, y a la que tiene en los negocios de ambas Américas, y para los seis

recomendables empleos que se enuncian en el expresado auto, nombraba y

nombró bajo la misma aprobación a D. Gregorio Irigoyen, dueño de minas e

ingenios en el paraje de Guariguari, a D. Domingo Serrano, a D. Joaquín

Bravo, azoguero, dueño de minas e ingenios en esta rivera, a D. Juan de

Neish, a D. Domingo Thenorio, beneficiador de negrillos acreditado en

Oruro y detenido de mi orden en esta Villa, y a D. Juan Baptista de Lacoa,

por hallarme cerciorado que por su celo así al bien de la causa pública como

de la real hacienda y por su respectiva inteligencia en las partes del

minerage, contribuirán al logro de mis deseos tan conformes al servicio de

ambas majestades, y por secretario de la misma Junta nombró con la calidad

de la misma superior aprobación a D. Nicolás Pacheco, por considerar que

concurren en su persona todas las calidades necesarias para el desempeño de

este empleo, y para poner en buen orden y custodia necesaria los papeles en

que se ha de escribir el trabajo que fueren haciendo los individuos de esta

Junta. Y por lugar de ella señalaba y señaló el ingenio llamado de Cuti,

atendiendo que su situación es oportuna para la cómoda concurrencia y que

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Guillermo Ovando Sanz – La Academia de Minas de Potosi Página 14

en él se pueden practicar todos los ensayes por menor y mayor como

conviene. Ya que para practicarlos y tener las dichas conferencias, no se

hace perjuicio a persona alguna, respecto de que este ingenio se halla hoy

vacante y que es uno de los que no tienen mita asignada, y que para dar

principio a la dicha Junta prescribía y señalaba el día de mañana domingo

diecinueve del corriente entre dos y tres de la tarde, y para las demás

concurrencias los días lunes a la cómoda hora, y mandaba y mandó que se

haga saber esta providencia a los señores diputados, y a los sujetos que se

nominan en ella para dichos empleos.

Así lo proveyó, mandó y firmó.

(Fdo.) Ventura de Santelices y Venero

Ante mi (Fdo.) Miguel Scholl y Quintanilla

Escribano Público de Minas y Real Mita

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Guillermo Ovando Sanz – La Academia de Minas de Potosi Página 15

Todas las referencias en parte y documentos fueron

extractados del libro de GUILLERMO OVANDO-SANZ titulado “LA

ACADEMIA DE MINAS DE POTOSI 1757- 1970” publicado en 1975

con derechos del Banco Central de Bolivia.

Su lectura es obligatoria para hacer notar parte de la

historia de la actual FIM Facultad de Ingenieria Minera, en

la cual se puede consultar y verificar la documentación a

la que se hace mención en este artículo.

Facultad de Ingenieria Minera

Potosí – Bolivia

David Edgar Ramos Callapa

www.facebook.com/FIMpotosi

www.FIMpotosi.tk