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3. A MIS HERMANAS... #Martha Cupido: «El Capítulo General ha dejado su palabra»

5. CELEBRACIONES

#Lucía Bennassar - Mª Sagrario Rodrigo: «Bodas de Oro, en Waco»

6. COLABORACIONES #Rafael Mas: «Solidaridad que nos une»

8. LA VIDA EN LAS DELEGACIONESLatinoamérica #Hermanas de la Delegación: «Presentación del PEC en nuestras comunidades»Mallorca-Menorca#Carles Seguí: «¿Por qué ponemos rostro a las iniciativas?»

11. NUESTRA HISTORIA #Antonia Barrilero: «Fuentes espirituales y teológicas en los sermones del Fundador (XI)

13. QUIÉN ES QUIÉN EN LA CONGREGACIÓN#Petra Ovejero: «Isabel Moreno Real»#Francisca Fiol Marí

16. RECREACIÓN #Paulina Aguirre: «Cuento de quienes comieron con Dios»

18. OBITUARIOS #Delegación de Mallorca-Menorca: «Rosa Bonnín Forteza, Margarita Lliteras Sitjar»

20. NUESTROS PUEBLOS #La Comunidad: «Puebla del Príncipe, Ciudad Real»EDITA:HERMANAS FRANCISCANAS

HIJAS DE LA MISERICORDIA C/ DEL NÉCTAR, 18 28022MADRID

E-MAIL. MISERICORDIAE@HIJASDELAMISERICORDIA.

COM COORDINAN: CATALINA ROSSELLÓ, ISABEL Mª PICÓ, PETRA OVEJERO Y Mª JOSÉ FEBRERO DISEÑO DE CUBIERTA: PAULA

DALIÀ MARTORELL COLABORA: ISABEL MARTÍNEZ MORENO DEPÓSITO LEGAL

145/1984

«En ese arte de ‘ponernos en camino’, debemos tener presente la importancia de favorecer la integración de personas laicas en las que el Espír i tu también ha implantado la semilla de la misericordia».

(Martha Cupido)

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A MIS HERMANAS

El Capítulo General ha dejado su palabra

Cierto es que cuando en un contex-to bíblico escuchamos o leemos la frase ‘SE PUSO EN CAMINO’ inme-

diatamente nos viene a la mente el pasaje de la visitación de María a su prima Santa Isabel.

Sin embargo, la Biblia, tanto en el Anti-guo como en el Nuevo Testamento, recoge en diferentes pasajes cómo otros muchos también ‘se ponen en ca-mino’.

«Se puso en camino (marchó) Abram como lo

había dicho Yahvé, y con él marchó Lot. Tenía Abram 75 años cuando salió de Jarán (…)». Gn 12,4.

«… Creyó el hombre en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino». Jn.4,50.

«Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se pusieron en camino hacia Egipto». Mt.2,14.

«Ellos, después de oír al rey, se pusieron en ca-mino, y he aquí que la estrella…» Mt.2,9.

La lectura de los diferentes textos en los que aparece la expresión ‘ponerse en camino’ demuestra que esa acción, ese movimiento, se produce después de haber tenido un encuentro,

de Dios o de Jesús. Quien escucha, o más bien, quien percibe a Jesús o al Dios de Jesús, ya no puede quedarse quieto y siempre tendrá ‘un que-

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nitud de su respuesta dependerá de cómo sea y en qué situación se encuentre la persona que la experimenta, pero nunca provocará una postura o actitud de brazos caídos.

El Papa Francisco nos recuerda que «ca-minar es esencial para encontrar a Jesús. En-contrarnos con Él requiere la decisión del cami-no, el esfuerzo diario de la marcha; pide que nos

liberemos del peso inútil, de la fastuosidad gravosa, que son un estorbo, y que aceptemos los imprevistos que no aparecen en el mapa de una vida tranqui-la. Jesús se deja encontrar por quien lo busca, pero para bus-carlo hay que moverse, salir.

Jesús es exigente: a quien lo busca le propone que deje su sillón de las comodidades y el calor agradable de sus estufas. Seguir a Jesús no es como un protocolo de cortesía que hay que respetar, sino un éxodo que hay que vivir»1.

cia nuestro propio momento; un tiempo propicio para que nosotras, una vez más, nos pongamos en camino acogiendo desde el corazón el Plan Estratégico de Comunidades (PEC) que hemos recibido o próximamente vamos a recibir, para así, continuar desplegando misericordia2.

Fundamental es acoger el PEC desde el corazón, convencidas de que queremos partici-par activamente en nuestro particular éxodo para continuar extendiendo vida. Esta es la misión en-

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comendada como mujeres y como Hijas de la Misericordia. Nuestro ca-minar no debe partir de lo que nos gustaría ser, sino desde lo que somos como institución y como personas, cada una en su momento, edad y, pro-bablemente, achaques en los que nos encontremos.

nuestra responsabilidad como institución. En ese arte de ‘ponernos en ca-mino’, debemos tener presente la importancia de favorecer la integración de personas laicas en las que el Espíritu también ha implantado la semilla de la misericordia. Ellos ya tienen su espacio en nuestros campos de mi-

sión y en nuestras vidas, por la sen-cilla razón de que todo lo que todas y cada una de nosotras hemos sem-brado a lo largo de nuestros 162 años

cuidar.

Es tiempo de integrar el concepto de ‘Familia Congregacional’ porque, aunque individualmente podamos sentir vulnerabilidad y fragilidad, el compartir y trabajar con ellos nos hace más fuertes y es clave para mantener nuestra misión. Hoy más que nunca, acojámoslo como un tiempo de gracia que permite centrarnos nuevamente en las pequeñas, escondidas y gratui-tas acciones que nos conectan direc-

tamente con nuestros orígenes como Congregación, que son característica propia y que nos acercan al pueblo. Visitar a un enfermo, dedicarle tiempo

va, pequeños gestos que ofrecer sin nada a cambio.

Roguemos insistentemente:

«Señor, haz que descubra de nuevo la alegría de dar», aunque solo pueda ser una sonrisa o un simple «hola».

1 Homilía S.S Francisco en la Solemnidad de la Epifanía del Señor (6 enero 2018) en www.vatican.vat2 Lema común para el curso 2018- 2019 de nuestra Congregación.

A MIS HERMANAS

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CELEBRACIONES

El grupo de hermanas que pronunciamos los votos el 24 de septiembre del año 1968, deseábamos que llegara este año, el 2018,

para ir juntas a Asís y celebrar allí las Bodas de Oro, recorriendo los distintos lugares franciscanos para orar en los mismos espacios en que oró San Francisco y, también, ¿cómo no?, compartir algunos ratos de expansión. Una de las más ilusionadas en ir a Asís era Sor Paulina Aguirre, natural de Texas y que reside allí (en Waco, concretamente) hace va-rios años. Pero a Paulina le aquejó una grave en-fermedad que le impedía viajar. A las hermanas que vivimos en España nos dolía que ella no pudiera ce-lebrar, junto con nosotras, las bodas de oro, incluso poníamos en duda si teníamos que ir o no a Asís. El comunicado nº 1 de Secretaría General, en el apartado «Bodas de Oro» dice el por qué Mª Sa-grario Rodrigo y Lucía Bennasar fuimos a celebrar nuestros 50 años de Vida Consagrada, junto con

Paulina, en Waco. Para nosotras, Mª Sagrario y Lucía, fue una ex-periencia muy especial, que empezó en el aeropuerto de Waco, al ver a Paulina, que nos esperaba: sonrisas, abrazos, ¡qué alegría…! La celebración de las Bodas tuvo lugar el sába-do, día 22 de septiembre. La jornada comenzó con una solemne y emotiva Eucaristía, en la parroquia de «San Francisco de Asís», presidida por el Padre Eduardo Jazo (TOR), quien en la homilía invitó a dar gracias por cinco décadas de servicio y entrega en la Vida Consagrada. Sería muy largo detallar los rasgos de esta Eucaristía que vivimos tan intensamente. Destacamos dos: - Los cantos tuvieron un tono de especial alegría, ya que estuvieron a cargo de un grupo de Mariachis, que supo adaptar muy bien a su propia música, varios cantos religiosos, como María de Nazaret o Soy Heraldo del Rey.

mente, con la Bendición de San Francisco. A continuación tuvo lugar una recepción en el sa-lón parroquial de la Iglesia del «Sagrado Corazón», la cual estuvo también amenizada por el grupo de Mariachis. Desde esta página queremos transmitir nuestro profundo agradecimiento por la oportunidad que se nos dio de poder celebrar junto con Paulina este momento tan especial de nuestras vidas.

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Bodas de Oro, en Waco

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COLABORACIONES

Las riadas que asolaron parte del le-vante de Mallorca el pasado mes de octubre provocaron una ola de soli-

daridad desde el primer minuto de cono-cer sus consecuencias. De manera espontánea fueron sur-giendo diferentes acciones para apoyar a quienes en cuestión de minutos habían visto sus viviendas o pequeños negocios totalmente arrasados por el agua y el lodo. Quisimos transmitirles nuestro dolor por lo ocurrido; nos movilizamos en cada co-

para recordar a las personas que fallecie-ron y a sus familias. Guardamos silencio y rezamos unidos una oración que surgió del corazón, con palabras especialmente pensadas y sentidas para quienes estaban viviendo esos momentos de sufrimiento. Y entre todos hicimos un ejercicio de res-ponsabilidad para ponernos en marcha y ayudar en lo que estuviera en nuestras manos. En ocasiones como esta, la reali-dad es más potente y reveladora que cual-quier propuesta o estrategia; y es ante las coyunturas complicadas cuando brilla la

valía humana. Como nosotros, gran parte de la sociedadse sintió implicada en el dolor y en la necesidad de participar de alguna manera en el

Quisiera tomar unas palabras de la homilía del Obispo de Mallorca, SebastiàTal-

tavull, en el funeral por las víctimas de las inun-

este sentimiento generalizado: «Desde el primer momento ha sucedido el milagro de la solidari-dad, la ayuda incondicional, la preocupación por los demás, con elocuentes y valientes gestos que han llenado las páginas de los medios de comunicación y los comentarios de todos». Así fue. Y en nuestro caso, la reacción empática, solidaria y urgente fue unánime por parte de todos: comunidades, centros escolares

de canalizar de la manera más ágil posible las diferentes fórmulas de ayuda, desde la Congre-gación se decidió coordinar las distintas inicia-tivas que habían surgido, unas de recogida de material de emergencia, y otras para recaudar dinero. Como consecuencia, a través de MISOL hemos entregado 11.040 € a Cáritas de la pa-rroquia del municipio más afectado, SantLlorenç, para su justa distribución entre los más necesi-tados. Pero este es únicamente el valor material de lo ocurrido.

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Solidaridad que nos une

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Nuestro comportamiento unánime y

como parte decididamente implicada en esta familia que, en torno a la Congregación Fran-ciscana Hijas de la Misericordia, hemos crea-do y que se evidencia naturalmente en nuestro día a día, a través de nuestro trabajo y compro-miso de vida. Esta unión de fuerzas es la expresión práctica del Proyecto Impulso de la Congre-gación y que, de manera transversal, atravie-sa todas sus organizaciones y comunidades cuya tarea, desde diferentes expresiones, confluye en una misma e inequívoca: desple-gar misericordia.

Desde la fraternidad, el trabajo respon-sable, la profesionalidad, el compromiso por lo que hacemos y nuestra capacidad de reac-cionar ante el dolor del prójimo contribuimos a hacer efectiva la misión y carisma de las Fran-ciscanas Hijas de la Misericordia. Sin percibirlo, con la reacción generali-zada demostramos que nuestro espíritu y for-ma de vivir el día a día evidencian que juntos somos más y también mejores. Este curso 2018-2019 los CSFA y Ma-ter trabajamos el lema «Juntos construimos» y qué modo más extraordinario de demostrarlo ha sido esta reacción masiva y unida de todos nosotros frente a lo ocurrido en Mallorca. Esta unión de fuerzas para acompañar a los afectados ha demostrado que la solidaridad nos une y que, aunque hasta ahora segura-

JESÚS AMIGO

Haznos misericordiosos ante toda miseria humana. Inspíranos el gesto y la palabra oportuna ante el hermano solo y desamparado. Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quienes se sienten tristes y deprimidos. Que entre todos, Señor, seamos capaces de llevar amor y esperanza allá donde más lo necesitan, Que las personas afectadas de la comarca del Levante de Mal lorca, especialmente las que han perdido un ser querido, reciban nuestro amor y el sincero abrazo de la familia de las Centros San Francisco de Asís. Amigo Jesús, haznos capaces de com partir en el amor las angustias y tristezas, las alegrías y esperanzas de todos los seres humanos, y así muéstranos tu camino de reconciliación, de perdón, de paz.

(Oración que se ha rezado en los centros San Francisco de Asís, adaptación inspirada en la Plegaria Eucarística VC del Misal)

mente muchos no éramos conscientes de ello, la realidad muestra que compartimos aquello que recoge el Evangelio: «Nadie tiene un amor más grande, dice Jesús, que el que da la vida por aquellos a quienes ama» (Jn 15,13).

8MiseriCordiae

Nuestras hermanas del Consejo Gene-ral continúan presentando el Plan Es-tratégico de Comunidades (PEC) en

la Delegación de Latinoamérica. Desde el 2 de noviembre hasta el 26, Mar-tha Cupido y Mari Carmen Ballestero han es-tado compartiendo con las comunidades de Perú y Bolivia. Han conocido in situ dónde están ubicadas y qué trabajo se realiza en cada una de ellas. En los dos países se tuvo una jornada de convivencia y animación.

El domingo 11 de noviembre, se realizó en la casa de La Perla, Callao, para las dos comuni-dades de Perú. En Bolivia, el encuentro tuvo lugar en Sucre, el sábado día 24. Fueron unas jornadas intensas y enriquecedoras, con la participación ac-tiva y animosa de todas las hermanas. Disfruta-mos también de momentos fraternos de relajación como la comida, que fue especialmente festiva y agradable. En esas jornadas se nos invitó a acoger el documento con el corazón para que su vivencia nos posibilite dar ese Impulso de misericordia que todas deseamos y necesitamos. Y se nos recalcó también una actitud abierta y generosa para vi-vir la misericordia entre nosotras y para irradiarla con quienes en el día a día trabajamos y nos relacionamos. Agradece-mos a las Herma-nas su paso por nuestras comuni-dades y nos queda-mos con la tarea de hacer vida ese Plan para que nos aliente el camino de entrega a los hermanos y al Dios Suma bondad y rico en Misericordia.

LA VIDA EN LAS DELEGACIONESLATINOAMÉRICA

Presentación del PEC en nuestras Comunidades

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El pasado 28 de octubre se reinauguró el comedor social de Inca. El obis-

po de Mallorca, Monseñor Se-bastián Taltavull, lo bendecía y recordaba que la dinámica del Reino de Dios es el latido de la caridad activa, es decir, de mi-sericordia con rostros. Por este motivo, desde el grupo de vo-luntarios de Cáritas de nuestra Unidad Pastoral de la Mare de Déu, cuando nos pusimos ma-nos a la obra para la necesaria reforma del comedor social pensamos en la posibilidad en ponerle un nom-bre concreto que expresara este lati-do activo de la misericordia, ya que la Iglesia, como rostro visible de Dios en nosotros, también se hace carne en los que son miembros visibles y vo-cacionales para ser el latido de esta dinámica del Reino en todas sus di-mensiones.

Pensando en un rostro, en seguida sur-gió el nombre de Sor Isabel Bonnín, ya que ella, junto con la colaboración de otras hermanas, muchos voluntarios y benefactores, así como los sacerdotes de Inca de hace más de dos décadas, más concretamente el Padre Jaume Puigserver TOR, pusieron en funcionamiento el comedor social para ser una respuesta a la necesidad material de tantas familias de la ciudad y de la comarca. Actualmente, da de comer a unas 115 personas todos los días del año. Algunos comen en el comedor y otros re-ciben el alimento en su casa, con la ayuda de los mismos usuarios y de un nutrido grupo de voluntarios que dedican tiempo y esfuerzos a realizar este acercamiento.

«¿Por qué ponemos rostro a las iniciativas?»

Cuando experimentamos algo bello nos sentimos empujados a comunicarlo a los de-más. Cuando vemos a otros que pasan nece-sidades nos sentimos impulsados a ayudarlos con algo nuestro. Esta exigencia es original y natural, prueba de ello es que la tenemos incluso antes de ser conscientes de ella y de considerarla como una ley de existencia. Los cristianos entendemos la caridad y la miseri-cordia activa como una satisfacción de esta exigencia. Cuanto más vivimos esta exigencia y secundamos esta ley, más nos realizamos nosotros mismos. Sor Isabel es el rostro de esta realización personal y comunitaria que representa a tantos y tantos voluntarios y be-nefactores que llevan a cabo esta iniciativa cristiana.

Ser cristiano y hacer obras de miseri-cordia siempre ha ido ligado, sobre todo por-que el cristiano es aquella persona que a par-tir del encuentro personal con Jesús le pide al Señor «¿qué debo hacer ahora?». El Señor siempre tiene una respuesta personal para cada uno. De aquí nace la vocación, y toda vocación es ser Evangelio para uno mismo y después para los demás.

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MALLORCA-MENORCA

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Hoy en día en occidente, en nuestra Europa plural y ya del todo introducida en una nueva época, podemos ver que las obras sociales y benéficas ya no tienen porqué te-ner la exclusividad de la fe cristiana, y eso no crea problemas ni ha de crearlos al mundo, pero para la Iglesia si que puede generar al-guno, como por ejemplo disolver el rostro de Cristo en las aguas de alguna ONG o substi-tuir la pertenencia a la Iglesia por algún ac-tivismo estresante. La consecuencia de esta disolución es la confusión de la persona y la pérdida de una conciencia que genera perso-nas íntegras dentro de la misma Iglesia, y por tanto, personas sin vocación clara. El antídoto a tal disolución es confrontarse siempre con lo que nos muestra cómo ser persona en un mundo siempre cambiante, confrontarse con Cristo, el Ungido para ser Dios entre nosotros y siendo uno de nosotros con su pobreza nos enriquece con la plenitud de una riqueza que no se puede pagar con ninguna fortuna mun-dana, esta riqueza es la posibilidad de expe-rimentar una caridad perfecta y que lo llena todo de sentido.

Si le hubiésemos pedido permiso a Sor Isabel para poner su nombre al comedor so-cial de Inca, ya sabemos la respuesta; ella nos habría dicho que no, y un no bien claro.

Pero en Sor Isabel Bonnín la Iglesia quiere dejar claro que nuestras obras de misericor-dia tienen un rostro bien claro, tienen iden-tidad y carácter, como Sor Isabel. Ella tenía claro que su vida pertenecía a Cristo, no a una ONG más, sino a su esposo, al amor que la hizo fecunda en Caridad eficaz como bien nos decía el fundador de las Franciscanas Hijas de la Misericordia: «Es imposible ser verda-deramente misericordioso sin estar animado de la caridad de Dios. Procurad estar unidas íntimamente al Señor, practicando con alegría obras de misericordia».

Gracias, Sor Isabel, por este rostro de la Iglesia fecunda.

LA VIDA EN LAS DELEGACIONESMALLORCA-MENORCA

MiseriCordiae 11

Ad imaginem similitudinis suae fecit illum. (Sab. cap. 2. v. 23.)

El 27 de septiembre de 1846, el Fun-dador predica en la parroquia de Campos. Como es habitual en él,

refuerza su predicación citando referen-cias de autores espirituales de gran rele-vancia. En este caso, a san Bernardo, a V. M. Jesús de Ágreda, a san Buenaventura,

a san Agustín y al venerable Beda. Este sermón lo inicia citando un texto del libro de la Sabidu-ría referente a la creación del hombre a imagen de Dios. Toda una declaración de intenciones del mensaje central de su homilía. Esto es, es-tablecer un paralelismo entre la condición divina de Jesús y su proyección en el ser humano. En especial, en los santos: hombres y mujeres con-sagrados a testimoniar la Verdad contenida en la Palabra. Jesús es Hijo y, como tal, vino para regalarnos el don de la salvación. Pero, además, Jesús, es Hombre y modelo; y, como tal, vino para darnos un ejemplo de vida. Ese ejemplo es el referente esencial donde aprehender las acti-tudes, pautas, y valores para alcanzar «la patria bienaventurada». Sin desviar la mirada de Je-sús, el Fundador expone las virtudes que, no

alcanzar la bienaventuranza: la humildad, la po-breza, el amor, y el feliz abrazo de la cruz. Si el Modelo vivió en esa sintonía, el hombre está llamado a imitarlo. Y a eso estamos llamados, a cumplir esa voluntad; esto es, a abrazar gusto-sos «las cruces y las tribulaciones» porque son fuente de salvación. En este argumento, don Ga-briel se apoya en San Bernardo, cuando lanza su invitación a leer la vida de Jesús y a verlo en

testimonio de la vida de Jesús. Por eso, D. Gabriel presenta a los santos como verdaderos testigos del Evangelio, cuyo

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mNUESTRA HISTORIA

Fuentes espirituales y teológicas en los sermones del Fundador (XI)

ejemplo obra con más fuer-za que las palabras y pre-dicaciones. De entre todos, centra su argumento en la

En él ve un verdadero sir-viente de Jesús e imitador suyo hasta la alteridad. El hecho de ser despreciado por el mundo,lo capacita para seguir el camino hacia la santidad. También, su opción por la po-breza, la humildad y el hecho de abrazar la cruz

dad a Cristo, recogiendo la apreciación de V. M. Jesús de Ágreda. El Fundador recalca cómo en Francisco la humildad y la pobreza fueron realmente una opción radical. Señala cómo hubo de romper con su historia primera -asentada en la gloria, la fama y el éxito- para afrontar la insólita llamada a la mayor de las glorias a través de la caridad y de una mirada nueva, en la que el prójimo –a raíz de su conversión- fue el objeto de todas sus acciones. Como Jesús, su modelo, Francisco se despojó de su rango e hizo de la misericordia su ley de vida. Liberado de las ataduras terrenales, y con todo su corazón vocacionado a los demás, se entregó a ser alter Cristus. Consciente de que sólo la pobreza y la humildad son las vías para lograrlo, vestía pobremente en público para, a costa de los desprecios, ganar una virtud tan ne-cesaria. Actitud que D. Gabriel explica con el ar-gumento de San Agustín cuando indica que para

cavar hondo los fundamentos de la humildad». Asumida su existencia como una historia vocacionada a Dios, el Fundador sigue estable-ciendo los paralelismos entre Cristo y Francisco. Como, por ejemplo, la elección de sus hermanos y el envío a predicar el evangelio. Paulatinamen-te, Francisco comprende el sentido de su misión. Y, por eso entiende, como explica citando a San

Creados a imagen y semejanza Suya

12MiseriCordiae

Buenaventura, que el deseo de abrazar la po-breza había de fundamentarlo en una Regla de Vida, cuya esencia principal había de basarse en la oración: «Se oracio mos es necesaria per conexe sa voluntat de Deu, y per lo metex se en-trega á s’exercisi de se mes continua oracio, y á ella uní ses mes aspres Penitencies». El Fundador sitúa aquí el principio de la religión tan dilatada y fructífera que Francisco fundó y que dio tantos frutos de santidad y sa-

humildad y la pobreza; y, por eso mismo, imper-durable en el tiempo y frente a toda adversidad:

se pobrese y humildat pogentse dir de ella lo que Bede diu de se relligio catolica: in humilitate vult crecere et ad promisum regnum humilitate per-venire», así lo entiende D. Gabriel, según las pa-labras del venerable Beda. Asimismo, y sin citar el nombre de un «sa-bio escritor», nuestro querido D. Gabriel, expli-

divino amor». Por eso, Francisco merece este «glorioso nombre de serafín»; no sólo debía amar con todo su corazón a Dios, sino procurar que todo el mundo lo amase. Y este fue el prin-cipal motivo de escribir y dar la Regla Tercera de penitencia del glorioso Patriarca. Para que todos sus seguidores pudiesen ser evangelizadores al ejemplo suyo y, así, encarnar su testimonio y sus virtudes. Tras su exposición sobre la vida, virtudes y el celo de Francisco, D. Gabriel cita algunos de los milagros que Dios hizo por obra de su virtud y doctrina: los enfermos, el lobo, las aves,… Pero, de todos, señala como el mejor, la propagación

la impresión de las llagas en el Alvernia. Maravi-lla, que en palabras de San Buenaventura, «no se había visto nunca a Francisco llagado de ma-nos, pies y costado como nuestro adorable re-dentor». Dos años después de la impresión de las llagas, Francisco muere en La Porciúncula.

dor. De este espacio resalta la connotación de

pequeñez, afín a la existencia vivida por el santo de Asís. Igualmente es reseñada por haber sido

espiritualidad de Francisco. En esta línea de paralelismos que el Fun-dador traza en todo su sermón, buscando en todo momento enfatizar en el hecho de que cada uno somos instrumentos para potenciar el amor

en quienes nos precedieron en el camino de la fe, D. Gabriel concluye su homilía haciendo dos apreciaciones a sus oyentes. La primera,hablando de la importancia de la Regla dada por Francisco. D. Gabriel insta a su auditorio, Terciarios Franciscanos, a cumplir-la, por lo que no sólo recibirán la protección de quieres la profesaron sino que ganarán las indul-gencias y obras buenas que hacen los francisca-nos y franciscanas. La segunda, continuar constantes en el

Francisco de Asís. Algo que, en su opinión están llamados a cumplir para no desvirtuar la gracia

«Procurau pues no perde per culpe vostre aquexe gracia del Señor. Enau sempre adelentant en es camí de se virtut, y feis que altres se esanten bax de se bendere ahont voltros militau». Dos apreciaciones llenas de actualidad.

de Francisco que hace el Fundador, subyace un

toria actual, no solo como expresión de su obra fundacional, sino como seguidoras de Francisco.

de todas perfecciones – La importancia de imitar el seguimiento de Francisco, como primer expo-nente de la Regla de la Tercera Orden Francis-cana – La necesidad de ser conscientes del gran don que es dicha Regla y, por ende, la inmensa responsabilidad, como mujeres consagradas a ella, de encarnarla en nuestro aquí y ahora. Esa es, en suma, la mejor manera de llevar a buen término la misión que tenemos en nuestras ma-nos de «ser ejemplo para amar y que los demás amen a Dios».

NUESTRA HISTORIA

MiseriCordiae 13

P: P: ¿Cómo nació tu vocación?R: Mi vocación nació en un ambiente fa-miliar religioso propio de aquella época. Además, como ya tenía a mi hermana mayor franciscana, pensaba que yo po-día llegar a ser como ella. Recuerdo que yo tenía diez años cuando mi hermana se marchó a Pina y en la familia lo vivimos

de manera muy especial. Cuando esta idea em-pieza a rondar por mi cabeza yo tenía 14 años, no obstante, no cambio en mi la forma de diver-tirme, pues como las chicas de mi tiempo, me gustaba bailar, ir al cine, alternar con las amigas, etc. También pertenecía a la Acción Católica y hacía ejercicios espirituales con las monjas fran-ciscanas. En aquel tiempo el párroco de Corral era D. Prudencio, que nos hacía los retiros y las reuniones. Se preocupaba mucho de las jóvenes y con frecuencia nos decía: «Vosotras tenéis que ir buscando ya vuestra vocación y para eso hay que escuchar al corazón». Pero yo seguía divir-

que acontecía en el pueblo.

P: ¿Por qué optaste por esta Congregación?R: Porque desde pequeña era la única Congre-gación que conocía, aunque en el pueblo esta-ban las monjas Concepcionistas, de clausura. Es

QUIÉN ES QUIÉN EN LA CONGREGACIÓN

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cierto también que de vez en cuando venían por el pueblo de otras Congregaciones, pero a mí no me llamaban la atención. Lo mío eran las Fran-ciscanas y por eso acompañaba a Sor María de la Santa Faz a visitar a los enfermos, porque esto me gustaba y atraía. Así mismo, las monjas de clausura intentaron convencerme para que me fuera con ellas, pero me parecía que ese no era mi lugar, pues yo no me imaginaba encerrada en el claustro de un convento. Tenía claro que si me decidía, sería de vida activa para recorrer las ca-lles de los pueblos como hacían las Francisca-nas. Yo quería trabajar y servir buscando a Dios por los caminos de la vida.

P: ¿Qué supuso para ti esta decisión?R: Tanto para mí como para mi familia fue muy doloroso, ya que en ese tiempo teníamos muy enfermo a mi hermano Severiano y a mis padres les costaba mucho dejar marchar a la segunda hija, ellos tenían claro que ya habían dado al Señor a la hija la mayor. Pero, con todo, nunca me dijeron que no, eso sí, tuve que esperar un

marché a los 19 años. Con el paso del tiempo mis padres descubrieron: «que Dios estaba es-condido en nuestra casa, y por eso podía elegir a su manera».

HIJA DE TEÓFILO E ISABEL. NACE EN CORRAL DE ALMAGUER (TOLEDO), EL 30 DE JUNIO DE 1931. INGRESA EN LA CONGREGACIÓN EN ABRIL DE

1952, COMENZADO EL NOVICIADO EL 15 DE OCTUBRE DE ESE MISMO AÑO. REALIZA SU PRIMERA PROFESIÓN EL 16 DE OCTUBRE DE 1953 Y EMITE SUS VOTOS PERPETUOS EL 17 DE SEPTIEMBE DE 1958. A LO LARGO DE SU VIDA RELIGIOSA HA DESEMPEÑADO LA MISIÓN DE ENFERMERA, SACRISTANA, SU-PERIORA DE COMUNIDAD Y APOYO EN LAS TAREAS DE LA CASA. HA ESTADO DESTINADA EN: CASA MADRE, MANACOR, SANTA CRUZ DE LA ZARZA, SAN AGUSTÍN (PALMA), ALAYOR, BUNYOLA, MÉXICO, PUEBLA DE ALMORADIEL, PUEBLA DEL PRÍNCIPE, C/ GUZMÁN EL BUENO, CASA GENERAL, VILLA-MAYOR DE SANTIAGO Y VILLANUEVA DE ALCARDETE, EN CUYA CASA DE ORACION Y DESCANSO RESIDE ACTUALMENTE.

14MiseriCordiae

QUIÉN ES QUIÉN EN LA CONGREGACIÓN

Sor Francisca Fiol Marí

INGRESA EN LA CONGREGACIÓN EL 14 DE SEPTIEMBRE DE 1966. COMIENZA EL NOVICIADO EL 28 DE MARZO DE 1967. DOS AÑOS DESPUÉS, EL 25 DE

MARZO DE 1969, REALIZA SU PRIMERA PROFESIÓN. EMITE SU PROFESIÓN PERPETUA EL 19 DE MARZO DE 1975. A LO LARGO DE SU VIDA RELIGIOSA HA DESEMPEÑADO SU MISIÓN COMO PROFESORA DE EGB, SUPERIORA Y CONSE-JERA DE LA DELEGACIÓN DE MALLORCA-MENORCA. SUS DESTINOS HAN SIDO: MATER MISERICORDIAE, CASA MADRE, C/ ANTILLÓN Y RESIDENCIA «SAN PE SAN BERNA », DONDE RESIDE ACTUALMENTE.

P: Cuál es el balance de tu Vida Religiosa?R: Para mí es muy positivo. Con caídas, dudas, tener que amoldarme a muchas situaciones y cosas que para mí eran nuevas... pero siempre

que elegir cómo seguir al Señor. Quiero recordar mi primer destino, La Cruz Roja, donde trabajé y aprendí el quehacer de la enfermera francisca-na. Desde allí pasé destinada a Santa Cruz de la Zarza, donde fuimos como fundadoras. El pue-blo nos acogió con mucho cariño, ofreciéndonos todo lo que podíamos necesitar, tanto en bienes como en ayuda. Todavía recuerdo con emoción experiencias y rostros de vida y misión. Desde luego, mi gran actividad han sido las residencias de ancianos, en donde he dado lo mejor de mi vida. También he trabajado en las Parroquias con

decir que siempre he estado disponible para ir allá donde el Gobierno General me ha necesi-tado. He viajado bastante debido a los destinos y he llegado hasta México, convencida de que a Dios lo encontramos en la vida cotidiana y en cualquier lugar donde haya un ser humano.

P:¿Qué les dirías a las jóvenes de hoy?R: Lo primero de todo que les diría sería: «Para

comprender la vocación religiosa, hay que co-nocer a Jesús» y desde ahí, ya podremos ha-blar. Al Señor hay que escucharle en su Pala-bra, buscarle en los Sacramentos, participando en la vida Parroquial etc. etc. y de mí misma les diría: «A mi edad, vivo contenta de haber optado por el seguimiento de Jesús en la Congregación de las Franciscanas Hijas de la Misericordia y nunca me he arrepentido de ello porque he sido muy feliz».

P:¿Cómo te encuentras de ánimos actual-mete como persona consagrada?R: Muy bien. Me apoyo en la oración, contem-

con la mía propia. Con altos y bajos, asumiendo mis pobrezas, los achaques, la ceguera... pues soy humana. Pero yo quiero vivir al máximo lo que me queda de vida y creo que el Señor me acompaña hoy como ayer y me va dando la gra-cia que necesito en cada momento. Aprovecho esta ocasión para agradecer a la Congregación la formación que me ha dado, porque yo entré con lo aprendido en la escuela y la Congrega-ción me ha ofrecido cursillos, retiros, encuen-tros, formación que me ha servido para bien personal y mejorar el apostolado en la vida de la Iglesia

MiseriCordiae 15

La Cabaneta fue el pueblo que me vio nacer, el 27 de marzo de 1945. Era el martes Santo y mis padres, Pedro y

Coloma, me recibieron con mucha alegría. Soy la segunda hija; María, mi hermana, ya tenía 10 años cuando yo nací. Familia muy trabajadora, honrada y religiosa. Mis padres siempre estaban a punto para ayu-

dar a quien necesitaba su servicio.

Empecé a frecuentar el convento de RR. Franciscanas desde muy pequeña y también desde muy pequeña empecé manifestando mi carácter terco y decidido. Mis educadores me ayudaron a moldear mi personalidad. Al termi-

ejercí hasta que ingresé a la Congregación. Siempre frecuenté el convento.

De muy niña, mi maestra, Sor Margarita Martorell, me dijo: «Tienes escrito en la cara que tú serás monja». En mi inocencia, me lo creí y así empecé a cultivar mi vocación día a día, siempre ayudada por Sor Margarita y por mi Director. Fueron unos años de lucha, no por la vocación, sino por todo lo que me rodeaba, incluso mi familia no deseaba que fuera religiosa.

Llegó el día de solicitar a mis padres el permiso para entrar. Tenía 19 años. Mi padre me dijo que sí, pero cuando tuviera los 21. (Era en-tonces la mayoría de edad). Me supo muy mal, pero esperé. En todo vi la mano de Dios que me

-pecé mi andadura en la Congregación.

Los dos primeros años fueron duros a causa de mi salud; al profesar, todo cambió, era muy feliz y siempre con la presencia de Jesús amigo a mi lado y las personas que me ayudaban.

Empecé a estudiar: bachiller, magisterio, pedagogía terapéutica y lengua catalana para profesores.

Fran

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hm Mi primer destino fue en Mater, allí con los niños/as que eran mi pasión, estuve 17 años. Intenté escuchar en silencio, acoger, consolar y animar a los padres en esta situa-ción angustiosa en que vivían. Lo que más me costó fue acompañar a unos padres, soste-niendo a su hija adolescente, muerta, hasta Montuïri, su pueblo. En 1990 me destinaron a San Francisco de Asís (Antillón). Fueron 20 años que trabajé como profesora y directora. Aquí terminé mi carrera profesional. Ahora presto mis servicios, pobres y limitados, pero llenos de cariño, a la Residencia Sacerdotal, donde soy muy feliz y apreciada.

A las puertas de celebrar las Bodas de Oro, es bueno hacer un balance de mi vida re-ligiosa.Mi vida, como toda vida humana, no ha sido un camino de rosas. He tenido muchas enfermedades y muchas incomprensiones; he tenido que luchar contra corriente muchas veces, pero he tenido la gran suerte de que las hermanas de la comunidad y las personas que me aprecian de verdad, me han ayudado a sobrellevarlo.

A pesar de todo, sólo me queda decir GRACIAS. ¿A quién? Primero al Señor Dueño de mi vida, amigo, en quien he confiado, he amado y he experimentado siempre su pre-sencia en mí. A mis padres y a mi herma-na, ya que me he sentido muy querida por ellos. A las personas que he tenido a mi lado en lo bueno y en los momentos difíciles. A la Congregación, que ha confiado en mí y ¡me ha dado tanto! A las hermanas con las que he compartido vida de comunidad. También ahora agradezco a los sacerdotes, compañe-ros y hermanas el afecto y la estima que me profesan.

Esto es mi historia a grandes rasgos. Nunca me he arrepentido de haber sido fiel a mi vocación de Hermana Franciscana, Hija de la Misericordia, gran admiradora de los PP. Fundadores.

16MiseriCordiae

Me contaron, no hace mucho, la his-toria de un niño -valiente y atrevi-do- que con arrojo y gallardía logró

hacer realidad su sueño… Y no era éste un sueño sencillo… Quería encontrarse con Dios. Ignacio tenía diez años y vivía en una fa-milia como tantas, de esas que tienen un barniz religioso,

que es culturalmente ca-tólica, pero que estaba tan preocupada por la mundanidad de su día a día que no le queda-ba tiempo para ocupar-se de esa profundidad del alma de la que brota la alegría y la auténtica Vida. Creían en Dios, pero vivían como si no existiera… Para ellos, Dios era como ese familiar lejano que nunca te visita y del que sólo en ocasiones hablas… Y no siempre para bien. Pero los niños, niños son… Y tienen la virtud de llamar al pan, pan, y al vino, vino…

lógicos en los que nos entretenemos algunos adultos, pero tampoco se dejan engañar por los enrevesados razonamientos en los que los ma-yores nos perdemos… Para ellos todo es más sencillo: lo que es, es… Y lo que no, no es. Y, si Dios era, y además se suponía que era bueno, Ignacio quería encontrarse con Él para conocer-le, mirarle a los ojos, darle las gracias por la vida que tenía, preguntarle por qué otros sufrían y pedirle que arreglara todo aquello que el mundo tenía de mejorable. ¿Podéis imaginaros la cara de sus padres cuando su hijo les dijo que quería encontrarse con Dios? No entendieron la profundidad de su anhelo, consideraron que se trataba de una niñe-ría, y le dieron la respuesta que en estos casos se da a los niños, una estupidez con apariencia de razonabilidad: «Dios, hijo mío, vive muy muy lejos. Si quieres encontrarte con Él, tendrás que

RECREACIÓN

Cuento de quienes comieron con Dios

Paul

ina

Agu

irre,

fhm esperar a hacerte mayor y emprender ese viaje».

• Craso error… El razonamiento de los ni-ños es mucho más simple y directo. ¿Qué pensó Ignacio? Primer silogismo: me dicen que Dios es lo más fantástico y maravilloso que existe, la fuente de toda Vida y felicidad. Segundo silogismo: me dicen que para

encontrar a Dios hay que realizar un largo viaje. Conclusión: hay que hacer un largo viaje para tener Vida y felici-dad. ¿Decisión que tomó Ignacio? La lógica: pre-paró una mochila con víveres, puso en ella un

par de camisetas y unos pantalones, vació la hu-cha en la que guardaba todo su capital y, apro-vechando que ese domingo sus padres hicieron la siesta, se echó a la calle -sin hacer ruido- para iniciar ese viaje en busca de Dios. No sabía que dirección debía tomar, pero estaba convencido de que Aquél que es Alfa y Omega le inspiraría el camino adecuado… Así que comenzó a andar hacia la única referencia que tenía de Dios: la Iglesia de su ciudad. Poco antes de llegar a ella, y cansado por la larga caminata, decidió hacer una parada en la plaza ajardinada que había en los alrededores de la parroquia. Estaba sediento. Se sentó en un banco que estaba a la sombra, abrió su mochila, sacó la cantimplora, desenroscó su tapón y be-bió de un agua que todavía estaba fría y le supo a gloria. Superado su acaloramiento, sintió ape-tito y sacó de la bolsa unas golosinas que había puesto en ella. En ese instante la vio. Era una mujer ma-yor, una frágil anciana que debió ser muy guapa en su juventud, pero a la que el paso del tiempo había dejado sus surcos en el rostro… Estaba en el banco del otro extremo de la plaza y le mira-ba con simpatía, con afecto… Pero parecía que

MiseriCordiae 17

también con hambre. Ignacio la miró mejor: sus ropas estaban desgastadas, no sucias, pero sí desgastadas… Pasaban caminando elegantes adultos a su lado, como sin verla… Ni a ella ni a sus necesidades… Y lo tuvo claro: esa señora era pobre, estaba hambrienta y nadie iba a ayu-darla. • Nuevo razonamiento infantil: Silogismo primero: la señora tiene ham-bre Silogismo segundo: la comida que yo ten-go quita el hambre Conclusión y decisión: comparto mi comi-da con la señora hambrienta para que ésta sacie su apetito. Dicho y hecho: tomó su mochila, se levan-tó de su banco, cruzó la plaza y se sentó junto a la mujer mientras, con la mano tendida y sin mediar palabra, le ofrecía la chuchería que se-gundos antes iba a comerse. La mujer tampoco habló pero, con una hermosísima sonrisa que hizo retornar la belleza y ternura que tuvo en el pasado, partió la golosina, le devolvió la mitad a Ignacio y cada uno se comió una parte. Se les veía a gusto… Aunque seguían sin hablar. Había algo mágico en el ambiente. Igna-cio abrió su mochila de nuevo y compartió con la hambrienta mujer el resto de su contenido. Con cada bocado, ella le dedicaba una cálida sonrisa de agradecimiento y afecto. Pasaron así cerca de dos horas, hasta que no quedó comida ni be-bida en la bolsa del niño. Se miraron a los ojos, sin palabras, el agradecimiento era mutuo. Se fundieron en un abrazo y ambos dibujaron en su rostro la más bella de las sonrisas antes de se-pararse. Volvieron a sus casas con el corazón

Cuando Ignacio cruzó el umbral de su ho-gar, fue corriendo a la habitación de sus padres, golpeó la puerta con los nudillos y, entrando como una exhalación, les dijo emocionado: - Papás, papás… Acabo de comer con Dios. Me he encontrado con ella camino de la Iglesia, no estaba dentro de ella, pero Le he en-contrado de camino. Tiene la sonrisa más bella que he visto jamás, y una mirada… Le he dado las gracias por la vida que tengo compartiendo

con ella mi comida, y he comprendido que hay gente necesitada porque los que no tenemos ne-cesidad tampoco tenemos ojos para ver al que sufre. Y, lo más importante, he comprendido que Dios me necesita a mí, necesita de mi ayuda y generosidad para lograr que el mundo sea mejor. No han hecho falta palabras, papás, ha bastado con esa mirada, con esa sonrisa y con un abra-zo que me ha hecho sentir unido al corazón del mundo. Sus padres no comprendieron nada, pero le vieron tan sensato, feliz y transformado que tampoco se preocuparon. Mientras, en el otro extremo de la ciudad, la anciana del parque volvía a la humilde habita-ción que era su hogar, y que compartía con otras mujeres necesitadas. La vieron entrar con tal ex-presión de felicidad que no pudieron resistirse y le preguntaron: - ¿Qué te ha sucedido, que llegas radian-te de alegría? - He comido con Dios en el parque -fue su respuesta- y es más joven de lo que pensaba… El tiempo no ha hecho mella en Él, sigue siendo un niño, con su frescura, ingenuidad y pu-reza… Todavía hay esperanza para este mundo, porque en el corazón de cada niño habita Dios. ¡Qué razón tenía la anciana! En el cora-zón de cada niño se encuentra Dios, y en el inte-rior de cada uno de nosotros habita un niño inte-rior… A los adultos nos corresponde cultivarlo y

Somos las manos y los brazos de Dios. Él (o Ella) necesita de nosotros para cambiar el mundo. Compartamos lo que somos y lo que tenemos, partiendo el pan y descubriendo en los necesitados el rostro de Dios sufriente… De este modo también ellos verán, en nuestros ojos, la mirada del Dios amante que se preocupa por ellos y les cuida. Alfa y Omega, principio y

pertenecemos a su linaje y esta hermandad nos obliga. Seamos iconos de la Divinidad Invisible, hagamos visible el rostro de Dios en nuestro en-torno.[Autor: Quim Muñoz Traver]

18MiseriCordiae

Festividad de San Francisco de Asís

Religiosa muy servicial para con los necesitados; dedicada a los enfermos poniendo en ellos cora-zón y manos tanto si estaban en sus últimos días

de vida como si estaban afectados por grave enferme-dad, sin ningún miramiento en pasar la noche a su lado haciendo los servicios necesarios para que la familia descansara. Siempre decidida a trasladarse, andando, desde el convento a casas de campo lejanas para poner una inyección, hacer una cura, dar consuelo y ayuda a quien lo necesitara, siendo ejemplar y despertadora de alguna vocación

Había nacido en Sa Pobla (Mallorca), el día 25 de julio de 1927, hija de José y de Magdalena. El día 9 ya recibió las aguas bautismales con las que fue vinculada a la vida de Dios y de la Igle-sia. De familia religiosa, creció en la fe y en la educación cristiana. Perteneciente a un grupo de amigas a la Acción Católica, frecuentaba también nuestro convento de Franciscanas Hijas de la Misericordia, lo que le despertó la vocación de entregarse, también ella, a Jesucristo y a los hermanos ejerciendo nuestro carisma.

El día 23 de abril de 1953 empezó el postulantado en Pina iniciando el itinerario largo hacia la Tierra Prometida que esperamos haya alcanzado teniendo en cuenta

tres votos el día 16 de octubre del 1954 y enseguida fue destinada a la Comunidad de la Calle Antillón de Palma para hacer prácticas de enfermería. Luego, ocho años en Es Carritxó fueron para ella de entrega generosa encontrando también tiempo para dedicarse a la sacristía. En la Cruz Roja de Palma hizo más prácticas para todavía mejor servir a los demás. Destinada a Pórtol, enseñó, además, corte y confección. Después muchos años en S’Horta, otros en Lluc y en Son Servera. Un tiempo corto en Muro hasta que fue destinada a su zona amada, a Calonge pues ya había trabajado bastante. Había llegado la hora de dedicarse al reposo, a la oración, a los trabajos manuales con el ganchillo y a prestar algún sencillo servicio.

De puntillas, sin sufrir enfermedad, en pocas horas el Señor de la Vida la llamó. La Purísima, por quien cultivaba larga y honda devoción, la habrá acompañado hasta el Seno de Dios. Que así sea.

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Calonge, 26 de octubre de 2018

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Amable, cuidadosa de su propia imagen, hábil en los

piano y a cantar con los ancianos y después en una parroquia en donde dirigió el canto litúrgico, dada a la con-versación amigable…

Así era Sor Margarita. Natural de Porreras, Mallorca, hija de Sebastián y Catalina, vino al mundo el día 5 de julio de 1923. Y como era costumbre en Mallorca, al día siguien-

vitalizadora.

El contacto con la Comunidad de Franciscanas Hijas de la Misericordia del pueblo y la vida de piedad que practicaba contribuyeron a que se sintiera llamada a vivir como ellas y fue así que el día 23 de abril de 1949 ingresara al postulantado de Pina para empezar el

y dedicación a los deberes que se le iban encargando. En dos Comunidades de Mallorca -Campos y Llubí- fue ocupada principalmente en la catequesis. Después, en Madrid, se preparó para auxiliar de clínica. Más adelante fue destinada a Roma en el geriátrico de San Cosimato en donde sirvió a los ancianos por espacio de 10 años. Luego el destino fue Petrignano pueblecito en la falda de la ciudad de Asís con perfume franciscano: canto, cuidado del pequeño convento, sacristana… De regreso a Mallorca, vivió en tres comunidades de Palma: 10 años en la casa de espiritualidad de Son Bono, otros, en Casa Madre y hasta el 2003, en San Agustín desde donde, cansada ya de trabajos y años pasó a la Casa de oración y descanso de Son Es-pañol.

Cuando se inauguró la Residencia «Virgen de la Esperanza», gustosa pasó ahí. Delicada de salud, cada vez más frágil, bien cuidada por el personal y acompañada por las Hermanas, poco a poco se ha ido agravando hasta que hoy ha terminado su vida aquí en la tierra para subir acompañada de santas y santos de Dios para gozar de la vida eterna. Que así sea.

Palma, 15 de noviembre de 2018Sor Margarita Lliteras Sitjar

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Puebla de Montiel, así se llamaba en sus orígenes, formó parte de los do-minios de Montiel desde el año 1243

y su época de mayor esplendor fue en la segunda mitad del siglo XVI. En mayo de 1553 se consiguió el título como Villa in-dependiente gracias al entonces Príncipe

Felipe II, cambiando el nombre de «Puebla de Montiel» por el de «Puebla del Príncipe». El pue-blo cuenta con unos mil habitantes y casi todo su término está dedicado al cultivo de cereales, olivares y algunos viñedos. La Iglesia Parroquial tiene como titular el Misterio de la Asunción de Ntra. Señora. Las Hermanas Franciscanas llegamos a Puebla el día 5 de noviembre del año 1992. Las dos primeras Hermanas fueron Isabel Moreno y Micaela Riera, quiénes llegaron acompañadas por el Delegado Episcopal de Acción Social y Caritativa, D. Pedro López de la Manzanara y la coordinadora de Programas de Cáritas Dio-cesanas, Mercedes Marín. Ellos las guiaron en esa primera visita, a la que sería nuestra casa, cuando aún la estaban rehabilitando. Motivo por lo cual, durante los tres meses que duró la refor-ma residieron en la comunidad de Albaladejo. La casa -propiedad del Obispado de Ciu-dad Real y cedida a Cáritas Diocesana-, fue re-construida con la aportación económica de la «Fundación Caja Madrid». La inauguración tuvo lugar el día 3 de febrero de 1993, asistiendo a la misma el D. Rafael Torrija -Obispo de Ciudad Real- varios sacerdotes de la comarca, algunos representantes de la Fundación Caja Madrid, la Delegada de Castilla, Sor Margarita Martínez Moreno, las Hermanas que integraban la Co-munidad de Albaladejo, otras religiosas y varias personas del pueblo. De dicho acto cabe resaltar las cálidas palabras que el Obispo dirigió a las hermanas, animándolas a que, con su entrega y servicio, hicieran de esa casa fuente de miseri-cordia, acogida y alegría.

NUESTROS PUEBLOS

Puebla del Príncipe (Ciudad Real)

La C

omun

idad

La misión quedaba marcada por el con-venio de colaboración con Cáritas, para llevar a cabo, en varios pueblos de la zona el PRO-GRAMA DE ANIMACIÓN RURAL, que a su vez incluía varios proyectos: servicio de ayuda a do-micilio, atención a mayores, trabajo con familias, jóvenes y niños, formación de voluntariado, cam-pamentos, acogida de voluntarios para Campos de Trabajo en los veranos …y «Casa Permanente de acogida» (para ancianos enfermos, personas en situación de riesgo, temporeros, transeúntes, etc.) En la actualidad, la Comunidad está for-mada por las Hermanas: Lola García-Mochales Damiana Muñoz Aurora Muñoz Mª Encarnación Concha Visitamos a las familias, llevamos la Co-munión a los enfermos, participamos en Cate-quesis a niños y jóvenes, preparándolos para la

MiseriCordiae 21

Mis recuerdos con las Hermanas Franciscanas Hijas de la Misericordia, parten del año en que llegaron, allá por el 1992. Recuerdo que las primeras hermanas

que pisaron este humilde pueblo fuero: Isabel Moreno y Mi-caela Riera. Sentí mucha alegría ya que no había ninguna presencia de Religiosas. Empezamos a trabajar con ellas por medio de talleres, catequesis con los niños; también recuerdo los campamentos que organizaban dando mucha vida y ale-gría al pueblo, niña y joven.

¡¡POR FIN ALGUIEN SE ACORDÓ DE QUE LA PEQUEÑA LOCALIDAD DE PUEBLA DEL PRÍNCIPE EXISTIA!!

Recuerdo cómo atendían a personas necesitadas, y como entonces no tenían medios de locomoción, alguna vez las acompañamos al pueblo de Albaladejo a cuidar algún en-fermo. ¡Cuánto cariño van dejando a su paso!. También fui con ellas alguna vez a «REINA DE LOS ÁNGELES» (Daimiel) donde hacían los campamentos de verano; ¡lo que disfrutaban esos niños y jóvenes, cuánto bien les hacían ya que algunos eran de familias con problemas!

Al día de hoy sigo ayudándoles siempre que me necesi-tan. Las quiero a todas como si fueran mi familia. Qué decir de Lola, que es una gran persona -para mí, excepcional-, y mi Encarna, mi Chévere. Aunque no las veo todo lo que quiero, las llevo en mi corazón.

Gracias por habernos hecho llegar estas Hijas de la Misericordia, ojalá que podamos disfrutar muchos años más de su presencia entre nosotros. No quisiera despedirme sin haberme dejado a ninguna. No terminaría de escribir en todo un día, porque cada una que ha pasado por aquí, nos ha dejado un pedacito de su corazón.

Que Dios las bendiga a todas por su excelente labor. Con cariño, María del Señor Romero.

MARÍA DEL SEÑOR ROMERO

Casada. Tiene dos hijos y un nieto.Regenta un comercio de embutidos en el pueblo.Desde siempre, mujer muy cercana a las monjas.

TESTIMONIO

Derramando misericordia

madres de familia, impartimos formación de Biblia a personas del pueblo y, cuando el sacerdote nos lo pide, hacemos la Celebración de la Palabra.

Con la misma misión, visitamos los si-guientes pueblos:

Torre de Juan AbadTerrinchesSanta Cruz de los CáñamosAlbaladejoPuebla del Príncipe

ciendo nuestro uno de los párrafos de la Oración con la que concluye el documento del «PRO-YECTO IMPULSO», que recientemente hemos recibido:

«María, haznos contemplativas como Tú, para que, ahora y siempre, nos dejemos dinamizar por tu sí responsable y libre. Que tu misericordia Señor, venga sobre quienes hemos puesto en ti

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HERMANAS DE LA COMUNIDAD. DE IZQUIERDA A DERECHA: Mª ENCARNACIÓN CONCHA, DAMIANA MUÑOZ, LOLA GARCÍA-MOCHALES Y AURORA MUÑOZ,

Vida y Misión en Puebla del Príncipe(Ciudad Real)

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