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Capitulo 1 EL ESTUDIO DE LAS IDEOLOGfAS Y LA FILOSOFfA DEL LENGUAJE El problema del signo ideoI6gico.-EI signo ideol6gico y la conciencia.-La palabra como sig- na tdeol6gico por excelencia.-La neutralidad ideol6gica de la palabra.-La capacidad de la palabra de ser signo interno. - Recapitulaci6n. Actualmente, los problemas de la filosofia dellenguaje adquieren para el marxismo una importancia excepcional. En los sectores de combate mas importantes para la labor cientffica el metodo marxista converge justamente con estos problemas y no puede avanzar pro- ductivamente sin someterlos a un analisis y una solucion autonomos. Ante todo, las mismas bases de la doctrina marxista acerca de la creatividad ideologica -los fundamentos de la epistemologfa, de los estudios literarios, de los estudios de la religion y de la moral- se entretejen muy estrechamente con los problemas de la filosofia del lenguaje. Cualquier producto ideologico es parte de una realidad natural 0 social no solo como un cuerpo fisico, un instrumento de produccion o un producto de consumo, sino que ademas, a diferencia de los fenomenos enumerados, refleja y refracta otra realidad, la que esta mas aHa de su materialidad. Todo producto ideologico posee una sig- nificaci6n 1; representa, reproduce, sustituye algo que se encuentra 1 T raduzco la palabra znachenie como «significacion>, y no como «significado», puesto que este ultimo termino remite a la dicotomfa saussureana significante/signifi- cado, para la que en ruso se usan otros derivados de la palabra znak (<<signo»), a saber: oznachaiuschee/oznachaiemoe [N. de la T.].

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Capitulo 1

EL ESTUDIO DE LAS IDEOLOGfASY LA FILOSOFfA DEL LENGUAJE

El problema del signo ideoI6gico.-EI signo ideol6gico y la conciencia.-La palabra como sig-na tdeol6gico por excelencia.-La neutralidad ideol6gica de la palabra.-La capacidad de lapalabra de ser signo interno. - Recapitulaci6n.

Actualmente, los problemas de la filosofia dellenguaje adquierenpara el marxismo una importancia excepcional. En los sectores decombate mas importantes para la labor cientffica el metodo marxistaconverge justamente con estos problemas y no puede avanzar pro-ductivamente sin someterlos a un analisis y una solucion autonomos.

Ante todo, las mismas bases de la doctrina marxista acerca de lacreatividad ideologica -los fundamentos de la epistemologfa, de losestudios literarios, de los estudios de la religion y de la moral- seentretejen muy estrechamente con los problemas de la filosofia dellenguaje.

Cualquier producto ideologico es parte de una realidad natural 0

social no solo como un cuerpo fisico, un instrumento de producciono un producto de consumo, sino que ademas, a diferencia de losfenomenos enumerados, refleja y refracta otra realidad, la que estamas aHa de su materialidad. Todo producto ideologico posee una sig-nificaci6n 1; representa, reproduce, sustituye algo que se encuentra

1 T raduzco la palabra znachenie como «significacion>, y no como «significado»,puesto que este ultimo termino remite a la dicotomfa saussureana significante/signifi-cado, para la que en ruso se usan otros derivados de la palabra znak (<<signo»), asaber: oznachaiuschee/oznachaiemoe [N. de la T.].

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fuera de el, esto es, aparece como signo. Donde no hay signo no haytdeolog£a. Un cuerpo ffsico es, por asf decirlo, igual a sf mismo: no sig-nifica nada coincidiendo por completo con su caracter natural unicoy dado. Aquf no cabe hablar de la ideologfa.

Pero cualquier cuerpo ffsico puede ser percibido como imagende algo, digamos, como imagen del caracter inerte, rutinario y necesa-rio del mundo natural reflejado en un objeto singular. Una semejanteimagen simbolica y artfstica de una cosa ffsica determinada represen-ta ya un producto ideologico. La cosa ffsica se convierte en signo. Sindejar de ser parte de la realidad material, esta cosa muerta en ciertaforma refleja y refracta la realidad.

Serfa justo decir 10 mismo respecto de cualquier instrumento deproduccion. Por sf mismo, un instrumento de produccion carece designificacion, Ie corresponde solo un destino determinado, el de ser-vir a algun proposito de la produccion. El instrumento sirve a talproposito como un objeto singular dado sin reflejar ni sustituir nada.Pero tambien una herramienta de trabajo puede ser convertida en unsigna ideologico. Asf son la hoz y el martillo de nuestro escudo deEstado, en el cual ellos tienen una significaci on ya netamente ideolo-gica. Las herramientas del hombre primitivo aparecen cubiertas dedibujos y ornamentos, es decir, llenas de signos. En este caso, el mis-mo instrumento no llega a ser, desde luego, un signo.

Luego, a un instrumento de trabajo se Ie puede dar una perfec-cion artfstica formal, y adem as de un modo tal que la decoracionartfstica armonice con la asignacion practica productiva del instru-mento. En este caso tiene lugar una especie de acercamiento, casiuna funcion entre el signa y un instrumento de trabajo. Sin embargo,en este caso tambien nos damos cuenta de que existe una marcadafrontera de sentido: el instru~ento en cuanto tal no llega a ser sig-no, asf como el signa como tal ~o se convierte en un instrumento detrabajo.

Un producto de consumo tambien puede llegar a ser un signaideologico. Por ejemplo, el pan y el vino se convierten en sfmbolosreligiosos en el sacramento cristiano de la eucaristfa. Pero un produc-to de con sumo en cuanto tal no aparece como signo. Igual que losinstrumentos, los productos de consumo puttden asociarse con lossignos ideologicos, pero no por eso se borra la definida frontera desentido entre ellos. Asf, al pan se Ie da una forma determinada, queno se justifica en absoluto por el proposito de consumo, sino que tie-

ne un valor de un signa ideologico, aunque signa primitivo (porejemplo, el pan en forma de ocho 0 de roseta).

De esta manera, al lado de los fen6menos de la naturaleza losobjetos tecnicos y los productos de consumo existe un mundo :spe-cial, el mundo de los signos.

Los signos son tam bien cosas materiales y singulares y, segunhemos visto, cualquier objeto de la naturaleza, de la tecnica 0 delconsumo puede convertirse en un signo, pero con ello adquiere unasignificaci on que rebasa los llmites de su dacion singular. El signa nosolo existe como parte de la naturaleza, sino que refleja y refractaesta otra realidad, y por 10 mismo puede distorsionarla 0 serle fiel,percibirla bajo un determinado angulo de vision, etc. A todo signapueden aplicarsele criterios de una valoracion ideologica (mentira,verdad, correccion, justicia, bien, etc.). El area de la ideologfa coinci-de con la de los signos. Entre ellos se puede poner un signa de igual-dad. Donde hay un signo, hay ideologfa. T odo 10 tdeologico posee unasignificacion s£gnica.

Dentro del territorio de los signos, esto es, dentro de la esferaideologica, existen diferencias profundas: la constituyen asfla imagenartfstica como el sfmbolo religioso, asf la formula cientffica como lanorma del derecho, etc. Cada zona de la creatividad ideologica seencuentra orientada a su modo particular dentro de la realidad y larefracta a su modo. Cad a zona se apropia de una funcion particularen la totalidad de la vida social. Pero el caracter s£gnico es la determina-cion general de todos losfenomenos tdeologicos.

Todo signa ideologico no solo aparece como un reflejo, una som-bra de la realidad, sino tam bien como parte material de esta realidad.Todo fenomeno sfgnico e ideologico se da en base a algun m'lterial:en el sonido, en la masa ffsica, en el color, en el movimiento corpo-ral, etc. En esta relacion, la realidad del signa es total mente objetivay se presta para un metodo de estudio unico, objetivo y monista. EIsigna es fenomeno del mundo exterior. Tanto el signa mismo comotodos los efectos que produce, esto es, aquellas reacciones, actos ysignos nuevos que genera el signa en el entorno social, trans currenen la experiencia externa.

Este postulado es de suma importancia. Por mas elemental y desentido comun que parezca este hecho, en los estudios de las ideolo-gfas hasta ahora no se ha llegado en este punto a conclusiones perti-nentes.

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La filosoffa idealista de la cultura y la filosoffa psicologista de lacultura situ an la ideologfa en la conciencia 2. Afirman que la ideolo-gfa es un hecho de la conciencia. El cuerpo exterior. del signa e~ tansolo la envoltura 0 un recur so tecnico para consegulr un efecto mte-rior: la comprension. .

Tanto el idealismo como el psicologismo no toman en consldera-cion el hecho de que la comprension misma solo puede llevarse acabo mediante algun material sfgnico (por ejemplo, en el di.scursointerior). No se tiene en cuenta que al signa se Ie opone otro slgno, yque la propia conciencia s610 puede realizarse y convertirse en .~n hecho. realdespues de plasmarse en algun material signico. La co~prenslOn del slgnoes el proceso de relacionar un signa dado que tlene que ser com-prendido con otros signos ya conocidos; en otras palabras, la com-prension responde al signo mediante otros signos. Esta cadena ~e lacreatividad ideologic a y de la comprension, que conduce de un slgnoal otro y despues a un nuevo signo, es unifica~a. y contin~a: de uneslabon sfgnico y, par tanto, material, pasamos mmterrumpldamentea otro eslabon asimismo sfgnico. No existen rupturas, la cadenajamas se sumerge en una existencia interior no material, que no seplasme en un signo. . . . ..

Esta cadena ideologica se tiende entre las conClenClas mdlvldua-les y las une. Los signos surgen, pues, tan solo en el pro~eso. de. in~e~-accion entre conciencias individuales. La misma conClenCla mdlvl-dual esta repleta de signos. La conciencia solo deviene conciencia, alllenarse de un contenido ideologico, es decir sfgnico y, por ende, soloen el proceso de interaccion social.

La filosoffa idealista de la cultura y la psicologfa de la cultura, apesar de las profundas diferencias metodo~ogicas ~ue ent:e ellas exis-ten comenten el mismo error radical. Al sltuar la ldeologla en la con-cie~cia convierten la ciencia de las ideologfas en el estudio de laconcie~cia y de sus leyes, sean estasTIrs trascendentales 0 las empfri-co-psicologicas.

2 Es preciso sefialar que en el neokantismo contemporaneo se detecta en estesentido un cambio. Nos referimos al ultimo libro de CaSSlrer PhdosoJ:h:e der symbolts-chen Formen, 1. 1, 1923. (Filosaffa de las formas simb6licas, I, FCE, MeXICO.)Per:nane-ciendo en el terreno de la conciencia, Cassirer considera como su ~asgo prmclpa~ Jarepresentacion. Cada elemento de la conciencia representa algo y tlen,e una funclOnsimbolica. El todo se manifiesta en la parte, y una parte se entlende solo en el todo.Segun Cassirer, la idea es tan sensorial como 10 es la n:atena, sm embargo, esta senso-rialidad pertenece a un signo simbolico, es representatlva.

En consecuencia, aparecen a la vez una radical distorsion de lapropia realidad estudiada y un enredo metodologico en las relacionesredprocas entre las distintas areas del conocimiento. La creatividadideologica -hecho material y social- esta delimitada por el estre-cho marco de la conciencia individual. Por otro lado, la propia con-ciencia individual pierde todo afianzamiento en la realidad. Se con-vierte en el todo 0 en la nada.

En el idealismo la conciencia se convierte en el todo, se situa porencima del ser, determinandolo. En realidad, la conciencia que espara el idealismo la dominante del universo no es sino una hipostati-zacion de un vfnculo abstracto entre las formas mas generales y lascategorfas de la creatividad ideologica.

Para el positivismo psicologista la conciencia, por el contrario, seconvierte en la nada, a saber: en un conjunto de reacciones psicofi-siologicas individuales, que dan por resultado, como por obra demagia, una creacion ideologic a singular y plena de sentido.

El caracter regular, objetivo y social de la creatividad ideologica,interpretado erroneamente como una ley de la conciencia individual,debe inevitablemente perder su lugar real en el ser, al retirarse 0 biena las alturas supraexistenciales del trascendentalismo, 0 bien alashonduras presociales del sujeto biologico y psiconsico.

Pero no se puede explicar 10 ideologico en cuanto tal desde lasrakes suprahumanas, infrahumanas 0 animales. Su lugar autentico seencuentra en el ser: en el espedfico material signico y social creado porel hombre. Su especificidad consiste justamente en el hecho desituarse entre los individuos organizados, de aparecer como suambiente, como un medio de comunicacion.

El signa solo puede surgir en un territorio interindivzdual territo-rio que no es «natural» en el sentido directo de esta palabra 3: el sig-no tampoco puede surgir entre dos homo sapiens. Es necesario queambos individuos esten socialmente organizados, que representen uncolectivo: solo entonces puede surgir entre ellos un medio sfgnico(semiotico). La conciencia individual no solo es incapaz de explicarnada en este caso, sino que, por el contrario, ella misma necesita serexplicada a partir del medio ideologico social.

La conciencia indivzdual es un hecho zdeo16gico y social Basta queeste postulado se reconozca con todas sus implicaciones, no podra

J La sociedad es, desde luego, una parte de la naturaleza tam bien, solo que unaparte cualitativamente diferente, poseedora de sus leyes espedficas.

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construirse una psicologfa objetiva ni una ciencia objetiva de lasideologfas.

El problema de la conciencia es justamente aquel que crea lasprincipales dificultades y genera la confusion mas profunda en todaslas cuestiones relacionadas tanto con la psicologfa como con el estu-dio de las ideologfas. A fin de cuentas, la conciencia ha llegado a serun asylum ignorantiae para todos los sistemas filosoficos. La concien-cia se convierte en el deposito de todos los problemas irresolubles,de todos los remanentes no disgregables objetivamente. En vez debuscar una definicion objetiva de la conciencia, la empezaron a utili-zar para subjetivizar y refundir entre sf todas las definiciones objeti-vas equilibradas.

Una definicion objetiva de la conciencia solo puede ser sociologi-ca. No es posible deducir la conciencia inmediatamente de la natura-leza, como trataba de hacer el ingenuo materialismo mecanicista, ycomo sigue intentando hacerlo la psicologfa objetiva contemporanea(la biologic a, la conductista y la reflexologica). Nose puede derivar laideologfa de la conciencia, como 10 hacen el idealismo y el positivis-mo psicologista. La conciencia se construye y se realiza mediante elmaterial sfgnico, creado en el proceso de la comunicacion social deun colectivo organizado. La conciencia individual se alimenta de sig-nos, crece en base a ellos, refleja en sf su logic a y sus leyes. La logicade la conciencia es la de la comunicacion ideologica, la de la interac-cion sfgnica en una colectividad. Si privamos la conciencia de su COIl-

tenido sfgnico ideologico, en la concienda nada quedara. La concien-cia solo puede manifestarse en una imagen, en una palabra, en ungesto significativo, etc. Fuera de este material queda un desnudo actofisiologico, no iluminado por la conciencia, es decir, no iluminado,no interpretado por los signos.

De to do 10 dicho se deduce el siguiente postulado metodologico:el estudio de las ideologzas en ningun grado depende de la psicologza ni seapoya en esta. Por el contrario, como veremos mas detalladamente enuno de los capftulos siguientes, es la psicologza objetiva la que debe fun-darse en la ciencia de las ideologzas. ~alidad de los fenomenos ideo-logic os es la realidad objetiva de los signos sociales. Las leyes de estarealidad son leyes de la comunicacion semiotica determinadas direc-tamente por todo el conjunto de las leyes economic as y sociales. Larealidad ideologica es una superestructura inmediata que surge sobrela base economica. La conciencia individual no es el arquitecto de la

superestructura ideologica, sino tan solo un inquilino alojado en eledificio social de los signos ideologicos.

Al disociar previamente los fenomenos ideologicos y sus leyes dela conciencia individual, los hemos relacionado mas solidamente conlas condiciones y form as de la comunicacion social. La realidad delsigna se define completamente por esta comunicacion. La existenciadel signa no es sino la materializacion de esta comunicacion. Asf sontodos los signos ideologicos.

Pero el caracter sfgnico y el condicionamiento global y multilate-ral mediante la comunicacion no se expresa en ninguna forma tandescollante y plena como en el lenguaje. La palabra 4 es el fen6menotdeol6gico por excelencia. Toda la realidad de la palabra se disuelve porcompleto en su funcion de ser signo. En la palabra no hay nada quesea indiferente a tal funcion y que no fuese generado por ella. Lapalabra es el medio mas puro y genuino de la comunicacion social.

Ya la misma representatividad de la palabra en cuanto fenomenoideologico, su poder demostrativo, la claridad excepcional de suestructura sfgnica bastarfan para colocar la palabra en el primer pla-no del estudio de las ideologfas. Las principales form as ideologicasde la comunicacion semiotica podrfan ponerse de manifiesto de lamejor manera posible justamente gracias al apoyo del material verbal.

Pero esto aun no es todo. La palabra no solo representa un signopuro y ejemplar, sino que aparece ademas como un signo neutral.Todo el material sfgnico restante se especializa de acuerdo con lasareas de la creacion ideologica. Cada una de ellas posee su propiomaterial ideologico, forma sus sign os y sfmbolos especfficos, que

4 La polisemia del vocablo ruso slovo «<palabra») cubre un campo semiinticoamplio, que solo en parte coincide con el castellano, y permite un permanente juegoconceptual, a veces ambivalente, marca por 10 demiis de la filosofla dellenguaje bajti-niana. EI Slovar russkogo iazyka [Diccionario de la lengua rusa] de S. 1. Ozhegov, 18."ed., Moscu, Ed. Russki Iazyk, 1987, ofrece nueve acepciones, entre las cuales sonimportantes para los propositos teoricos las siguientes: a) unidad de la lengua que sir-ve para nombrar un concepto aislado; b) el mismo discurso, la facultad de hablar; c)actuacion publica oral, discurso en una asamblea; d) discurso sobre algun tema,narracion, exposicion (arcafsmo de estilo elevado); e) opinion, alegato. Segun se puedeapreciar, algunas acepciones remiten a los conceptos de discurso (c), lenguaje (b), ver-ba (b y d) en castellano, asimismo polisemicos. Puesto que es farrago so y contrapro-ducente sustituir siempre la «palabra» en ruso por los terminos respectivos en caste-llano, en la traduccion se opta casi siempre (con raras excepciones) por conservar lapeculiaridad arcaizante, de matiz filosofico, de su usa en el original. Alas acepcionessenaladas de «palabra» hay que agregar el empleo especfficamente bajtiniano (y delcfrculo de Bajtfn) del termino vyskazyvanie «<enunciado» y «enunciaciom» como sino-nimo de slovo. [N. de la T.]

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resultan inaplicables en otras areas, en las que el signa se crea por sufuncion ideologica particular y es inseparable de ella. Por el contra-rio, la palabra es neutral con respecto a una £Uncion ideologica, seaesta la cientffica, la estetica, la moral 0 la religiosa.

Ademas, existe una enorme zona de la comunicacion ideologic aque no se deja relacionar con esfera ideologic a alguna. Es la zona dela comunicacion en la vtda cottdiana. Esta es sumamente rica en conte-nido e importante. Por un lado, se conecta directamente con los pro-cesos de la pro due cion, por el otro toea las esferas de las diversasideologfas ya form ad as y especializadas. Hablaremos de esta areaespecffica de la tdeologia cottdiana en el capftulo siguiente. Aquf tansolo anotaremos el hecho de que el material privilegiado de la comu-nicacion cotidiana es fa palabra. Eillamado lenguaje coloquial con susform as se localiza precisamente ahf, en el area de la ideologfa de lavida cotidiana.

La palabra posee otra particularidad de suma importancia, que laconvierte en el medio predominante de la conciencia individual. Apesar de que la realidad de la palabra, como la de cualquier otrosigna, se ubica entre los individuos, la palabra al mismo tiempose produce mediante los recursos de un organismo individual sinintervencion alguna de cualesquiera instrumentos 0 materialesextracorporales. Debido a ello, la palabra llego a convertirse en el mate-rial signico de la vtda interior, esto es, de la conciencia (el discurso interno).La conciencia solo pudo desarrollarse al disponer de un recurso elas-tico y corporalmente expresivo. La palabra Ilego a ser tal recurso. Lapalabra puede utilizarse como signa de uso interno, por asf decirlo;puede realizarse como signa sin tener que expresarse plenamentehacia el exterior. Por eso el problema de la conciencia individual encuanto discurso interno (en general, el problema del signo interno) vienea ser uno de los mas importantes en la fi}6soffa dellenguaje.

Ya desde un principio esta claro que es imposible enfocar esteproblema por medio del concepto comun del discurso y de la lenguatal como estos fueron elaborados par la lingufstica IlO ~ociologica ypor la filosoffa del lenguaje. Para comprender ]a funci6n de la pala-bra como el medio de la conciencia, se requiere un analisis profundoy detaIl ado de la palabra como signa social.

Este exclusivo papel de la palabra, el de servir como mediaambiente para la conciencia, determina el hecho de que la palabraacompafici, como un ingrediente necesario, a toda fa creacion tdeologica enfl,eneral La palabra acompafia y comenta todo acto ideologico. Losprocesos de comprension de cualquier fenomeno ideologico (la pin-tuta, la musica, el ritual, el acto etico 5) no se llevan a cabo sin la par-ticipacion del discurso interno. Todas las manifestaciones de la crea-tividad ideologica, todos los demas signos no verbales aparecensumergidos en el elemento verbal y no se dejan aislar y separar decste por completo.

Esto no quiere decir, desde luego, que la palabra pueda sustituircualquier otro signa ideologico. No: todos los principales signos ideo-logicos especfficos no son sustituibles plenamente por la palabra. Porprincipio, una obra musical 0 una imagen pictorica no pueden tradu-citse adecuadamente a la palabra. Un ritual religioso no puede susti-tuirse del todo por la palabra; no existe un sustituto verbal idoneo nisiquiera para un gesto cotidiano mas simple. Negarlo solo Ilevada aun racionalismo mas vulgar y a una simplificacion. Pero al mismotiempo todos estos signos ideologicos que no son reemplazables porla palabra, en esta se apoyan y par esta se hacen acompafiar, como elcanto es acompafiado por la musica.

No existe un solo signa cultural que, al ser comprendido y con-ceptualizado, quede aislado, sino que al contrario, todos ellos formanpatte de la unzdad de una conciencia estructurada verbalmente. La con-ciencia siempre sabe encontrar una aproximacion verbal hacia el sig-no. Por eso alrededor de cada signa cultural se forma una especiede cfrculos concentricos hechos de reflejos y ecos verbales. Todarefraccion tdeologica del ser en devenir, no importa en que material signi-ficante se realice, es acompafiada por una refraccion tdeologica en la pala-bra, como fenomeno sateIite obligatorio. La palabra esta presente entodo acto de comprension y en todo acto de interpretacion.

Todas las particularidades de la palabra que analizamos -supureza signica, su neutraltdad ideologica, su capaczdad de convertirse en dis-

5 En el original, postupok (en ingles, deed). Otra clave del pensamiento bajtiniano,que se desarrolla sobre todo en sus trabajos reunidos en el volumen Estetika slovesno-go tvorchestva (Estetica de la creacion verbal) [N. de la T).

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curso interno y, finalmente, su ubicutdad en cuanto fen6meno colateral detodo acto consciente-, todos estos rasgos convierten la palabra en elobjetivo b:isico del estudio de las ideologfas. Las leyes de la refrac-ci6n ideo16gica de la existencia en los signos y en la conciencia, lasformas y la mecanica de esta refracci6n deben ante todo estudiarsecon base en el material de la palabra. La introducci6n del metodosocio16gico marxista en todas las profundidades y sutilezas de lasestructuras ideo16gicas «inmanentes» s610 es posible sobre la base deuna filosoffa del lenguaje elaborada por el propio marxismo, de unafilosoffa dellenguaje comprendida como filosoffa del signa tdeo16gico.

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Capitulo 2

PROBLEMA DE LA RELACION ENTRE LAS BASESY LAS SUPERESTRUCTURAS

La inadmisibiltdad de la categorfa de la causalidad mecanicista en el estudio de las ideolo-fI,{as.-EI proceso de generacion de la sociedad y la generacion de la palabra.-La expresion sfg-mca en la psicologfa social.-EI problema de los generos discursivos cotidianos.-Formas decomunicacion social y formas de signos.-EI tema del signo.-Lucha de clases y dialecticas delJ'iJi,no.-Conclusion.

Uno de los problemas principales del marxismo, el de la relaci6nentre las bases y las superestructuras, esta estrechamente relacionado,en varios de sus aspectos, con las cuestiones de la filosoffa del len-guaje y puede beneficiarse mucho con la soluci6n 0 incluso con untratamiento mas 0 menos amplio y profundo de tales cuestiones.

Cuando se plantea el problema de la forma en que las basesdeterminan las ideologfas, se da una respuesta correcta pero demasia-do general y, por tanto, polivalente: las determinan causalmente.

Si por causalidad se entiende una causalidad mecanica, asf comola entienden hasta ahora y la definen los exponentes positivistas delas ciencias naturales, dicha respuesta resulta radicalmente falsa y encontradicci6n con los mismos fundamentos del materialismo dia-lectico.

El territorio de aplicabilidad de las categorfas de la causalidadmecanica es sumamente reducido, e incluso en las mismas cienciasnaturales se reduce cada vez mas a medida de la amplificaci6n dia-lectica de sus fundamentos. En cuanto a los problemas principalesdel materialismo hist6rico y a los de los estudios ideo16gicos, no sedebe tratar siquiera de aplicar esta categorfa inerte al campo mencio-nado.

El establecimiento de un nexo entre las bases y un fen6meno ais-lado, sacado del contexte ideo16gico global, no tiene ningun valor

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cognoscitivo. Ante todo es indispensable determinar la significaci6n deuncambio zdeol6gico dado en el contexto de la zdeologfa respectiva, toman-do en cuenta el hecho de que toda el area ideologica representa unatotalidad, la que reacciona mediante todos sus componentes a loscambios en las bases. Por eso una explicacion debe conservar todaslas dzferencias cualitativas entre las areas en interaccion, siguiendotodas las etapas por las cuales e1cambio atraviesa. Solo bajo esta con-dicion el resultado del analisis no registrara tan solo una correspon-dencia externa de dos fenomenos eventuales pertenecientes a pIanosdistintos, sino que mostrara el proceso de una generacion dialectic aefectiva en una sociedad, proceso que se inicia en las bases y culminaen las superestructuras.

Al subestimar de la especificidad del material de los signos ideo-logicos, se simplifica el fenomeno ideologico: en este se toma en con-sideracion y se explica 0 bien el aspecto racional del contenido (porejemplo, el sentido cognoscitivo directo de alguna imagen artistica:Rudin como «hombre superfluo» 1), y este aspecto se relaciona conlas bases (por ejemplo: la nobleza se arruina, de ahi que el «hombresuperfluo» aparezca en la literatura). 0 bien, por el contrario, ponende relieve solo un momenta externo y tecnico de un fenomeno social(por ejemplo, la tecnica de una obra arquitectonica 0 la tecnica qui-mica de las pinturas), y est.: aspecto se deriva directamente del niveltecnico de la produccion.

En las dos maneras de hacer derivar la ideologia de las bases sepasa igualmente por alto 10 esencial del fenorneno ideologico. Si bienla correspondencia establecida sea correcta, si bien los «hombressuperfluos», en efecto, hicieran su aparicion en la literatura junto conel hecho de que la economia nobiliaria empezara a tambalearse, enprimer lugar, to do esto no qui ere decir que los correspondientes tras-tornos economicos generaran, mediante una causalidad mecanica, alos «hombres superfluos» en las paginas de una novela (salta a la vistael absurdo de una suposicion semejante) y, en segundo lugar, lacorrespondencia en si no tiene ningun valor cognoscitivo si no seaclara antes el papel especffico del «hombre superfluo» en la estruc-

1 Protagonista de una novel a hom6nima de Turguenev, tratado por la criticadecimon6nica progresista en una serie hist6rica de los personajes de la novela rusadesde el Oneguin de Pushkin en adelante, como representante de un grupo social d~gente ilustrada y pertenec!.ente aclases elevadas que no encuentran una aplicaci6n asus aptitudes en una soci1dad anquilosada y, par tanto, «sobrail». [N. de fa T]

tura artfstica de una novela, asi como el papel especffico de la novel aen la totalidad de la vida social." Esta claro que entre las transformaciones economicas y la apari-

ClOndel «hombre superfluo» en la novela hay un' camino muy largoque recorrer y que pasa por toda una serie de esferas cualitativamentediversas, cada una de las cuales posee sus leyes especfficas y su singulari-dad. Esta claro que el «hombre superfluo» no surgio en la novel anutonomamente, sin relacion alguna con otros elementos de la nove-In; por el contrario, la novel a en sf se reestructuro como un todoorganico e integro sometido a leyes especfficas. Todos los demas ele-mentos de la novela -su composicion, su estilo, etc.- se reestructu-!'aron respectivamente. Pero aun esta reestructuracion organica de lanovela se llevo a cabo asimismo en una estrecha relacion con loscambios en todo el sistema de la literatura.

El ?roblema de la relacion entre las bases y las superestructuras,exce?clOnalmente compleja y que requiere, para su elaboracion pro-ductlva, un enorme material preliminar, puede en una gran medidaeselarecerse precisamente sobre el material verbal.

La esencia de este problema se reduce, en el plano que nos inte-resa, al ~6mo de la existencia real (las bases) determinan el signa, alcomo el slgno refleja y refracta la existencia en su proceso generativo.. Las peculiaridades de la palabra en cuanto signo ideologico, ana-

hzadas en el capitulo anterior, convierten el signa en el material masidoneo para realizar una orientacion fundamental de todo el proble-ma. ~n esta relacion, no es tanto la pureza semiotica de la palabra 10qu~ l~porta como su omnipresencia social. Porque la palabra penetrapractlCamente en cuanta interaccion e interrelacion se lleve a caboentre los hombres: en la coop era cion en el trabajo, en los eventualesraces cotidianos, en las relaciones polfticas, etc. En la palabra sepanen en funcionamiento los innumerables hilos ideologicos quetraspasan todas las zonas de la comunicacion social. Por eso es logicoque la palabra sea el indicador mas sensible de las trans/ormacionessociales, i.nelusive de aquellas que apenas van madurando, que aun nose constltuyen plenamente ni encuentran acceso todavfa a los siste-mas ideologicos ya formados y consolidados. La palabra es eI medioen que se acumulan lentamente aquellos cambios cuantitativos que

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aun no logran a pasar a una nueva cualidad ideologica, ni a dar ori-gen a una nueva y acabada forma ideologica. La palabra es capaz deregistrar todas las fases transitorias imperceptibles y fugaces de lastransformaciones sociales.

La llamada psicologfa social, que segun la terminologfa de Pleja-nov, retomada por la mayorfa de los marxistas, es el eslabon transiti-vo entre una formacion polftico-social y una ideologfa en el sentidorestringido (1a ciencia, el arte, etc.), se presenta en terminos reales,materiales como la interacci6n discursiva. Tomada fuera de este proce-so real de la comunicacion e interaccion discursiva (y, en general, dela comunicacion semiotica), la ideologfa social se convertirfa en unconcepto metaffsico a mftico (el «alma colectiva» a la «psique inte-rior colectiva», el «espfritu del pueblo», etc.).

La ideologfa social no se origin a en alguna region interior (en las«almas» de los individuos en proceso de comunicacion), sino que semanifiesta globalmente en el exterior. en la palabra, en el gesto, en laaccion. En ella no hay nada que fuese interior y no expreso: todoesta en el exterior, en el intercambio, en el material y, ante todo, enel material verbal.

Las relaciones de produccion y la formacion polftico-social con-dicionada directamente par aquellas determinan todos los posiblescontactos de los hombres, todas las form as y modos de su comunica-cion verbal: en el trabajo, en la polftica, en la creacion ideologica. Asu vez, tanto las formas como los temas de las manifestaciones dis-cursivas estan determinados por las form as y tipos de la comunica-cion discursiva.

La psicologfa social es precisamente aquel medio ambiente que,compuesto de las actuaciones discursivas mas variadas, abarca multila-teralmente todas las formas y aspectos de la creacion ideologica: con-versaciones privadas, intercambio de opiniones en el teatro, en unconcierto, en las diferentes reuniones sociales, simples pIaticas even-tuales, la manel)Vd-e reaccionar verbalmente alas actos ericos vitalesy cotidianos, la manera intraverbalen que uno concibe a sf mismo, ysu posicion en la sociedad, etc. La psicologfa social se manifiesta pre-ferentemente en las formas muy variadas del enunciado, en form as delos pequefios «generos discursivos», internos y extern os, que hasta

Hhora no han sido estudiados en absoluto. Todas estas actuacionesdiscursivas estan interrelacionadas, par supuesto, can otros tipos decxteriorizaciones e interacciones sfgnicas: con la mfmica, la gesticula-cion, la accion simbolica, etc.

Todas estas form as de interaccion discursiva estan relaciona-Jas muy estrechamente con las condiciones de una situacion socialdada y reaccionan muy sensiblemente a todas las oscilaciones dela atmosfera social. Y es precisamente en las entrafias de esta psico-logfa social materializada en la palabra donde se acumulan aquellastransformaciones y desplazamientos apenas perceptibles que poste-riormente se ponen de manifiesto en los productos ideologicos ter-minados.

De todo 10 dicho se deduce 10 siguiente. La psicologfa socialdebe estudiarse bajo dos angulos: en primer lugar, desde el punta devista de su contenzdo, es decir, de los temas que son actuales para ellaen un momenta determinado, y, en segundo lugar, desde el punta devista de las formas y tipos de la comunicaci6n discursiva, en la cualdichos temas se realizan (se discuten, se expresan, se ponen a prueba,se analizan).

Par el momento, el problema de la psicologfa social se ha limita-do unicamente al primer punta de vista, esto es, a la definicion de sucomposicion tematica. Inclusive la misma cuestion de la localizacionde los documentos objetivos, a sea de las expresiones materiales dela psicologfa social, no ha sido plante ada can una precision suficien-te. Las nociones de «conciencia», «psique», «mundo interior» hantenido un papel lamentable por haber eximido a los investigadoresde la necesidad de buscar las formas materialmente definidas deexpresion de la psicologfa social.

Mientras tanto, el problema de las formas concretas tiene unaimportancia primordial. No se trata, por supuesto, de las Fuentes denuestro conocimiento de la psicologfa social en una epoca determi-nada (par ejemplo, las memorias, la correspondencia epistolar, lasobras literarias), ni del origen de nuestra comprension del «espfritude una epoca», sino de las mismas formas de la realizacion concretade este espfritu, es decir, de las form as de la comunicacion semioticaverdadera.

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La tipologia de estas formas es una de las tare as mas urgentes delmarxismo.

Mas adelante tendremos Ill.oportunidad de referirnos al proble-ma de los generos discursivos en relacion con el problema del enun-ciado y del dialogo. Por 10 pronto vamos a apuntar 10 siguiente.

Cada epoca y cada grupo social tiene su repertorio de las form asdiscursivas de Ill.comunicacion ideologica real. A cada grupo de for-mas homogeneas, es decir, a cada genero discursivo concreto, Iecoresponde su conjunto de temas. Entre Ill.forma de Ill.comunicacion(por ejemplo, Ill.directa comunicacion tecnica y laboral), la forma delenunciado (breve replica oficial) y su tema existe una indisoluble uni-dad organica. Por eso la clasificacion de las formas del enunciado debe fun-darse en una clasificacion de las formas de comunicacion discursiva. Estasultimas estan plenamente determinadas par las relaciones de produc-cion y por Ill.formacion politico-social. En un analisis mas detalladoverfamos Ill.enorme importancia del momenta jerdrquico en los proce-sos de Ill.interaccion discursiva, Ill.poderosa influencia que la organi-zacion jerarquica de Ill. comunicacion ejerce sobre las formas delenunciado. La etiqueta verbal, el tacto comunicativo y otras form asde adaptacion del enunciado a Ill.organizacion jerarquica de Ill.socie-dad tienen una gran importancia en el proceso de elaboracion de losgeneros discursivos principales 2.

determinacion causal del signa por Ill.existencia aparecera como elproceso de una autentica transformacion de Ill.existencia en el signo,de una verdadera refraccion del ser en el signo.

Para ello es necesario cutnplir con Ill.principal exigencia tnetodo-logica:

1) No se debe disociar la zdeologfa de la realzdad material del signo (porubicarla en Ill.«conciencia» 0 en otros dominios difusos e impercepti-bles).

2) No se puede separar el signa de las formas concretas de la comuni-cacion social (ya que el signa es parte de Ill.cotnunicacion social orga-nizada y no puede existir sino en esta, convirtiendose de 10 contrarioen un sitnple objeto flsico).

3) No se puede separar las formas de la comunicacion de sus basesmateriales.

Como sabemos, todo signa se estructura entre los hombres social-mente organizados en el proceso de su interaccion. Por eso las formasdel signa estrin determinadas ante todo tanto por la organizacion social de loshombres como por las condiciones mas inmediatas de su interaccion. Encuanto cambian las formas, cambia el signo. Una de las tare as delestudio de las ideologias debe consistir en examinar Ill.vida social delsigno verbal. El problema de Ill.relacion de reciproczdad que se presentaentre el signa y la existencia puede lograr una expresion con creta unica-mente bajo este enfoque, y solo bajo esta condicion el proceso de Ill.I

I 2 EI problema de los generos discursivos cotidianos empezo solo en los tiemposmas recientes a discutirse por la lingiifstica y la filosoffa del lenguaje. Uno de los pri-meros intentos serios de analizar estos generos, aunque sin una orientacion sociologi-ca definida, es el trabajo de Leo Spitzer Italienische Umgangssprache (1922). CE. masadelante acerca de este autor, sus precursores y seguidores.

Todo signa ideologico, incluyendo el verbal, al plasmarse en elproceso de Ill.comunicacion social esta determinado por el horizontesocial de una epoca dada y de un grupo social dado. Basta ahorahemos estado hablando de Ill.forma del signa que esta determinadapor las formas de Ill.interaccion social. A partir de aqui abordaremosotro aspecto: el contenzdo del signa y el acento valorativo que acompaiiacualquier contenido.

En cada etapa evolutiva de la sociedad existe un espedfico ylimitado drculo de tetnas expuestos a la atencion de la sociedad y enlos que esta atencion suele depositar un acento valorativo. Solo estegrupo de tetnas puede manifestarse en signo, llegando a ser tetna dela cotnunicacion semiotica. (Que es 10 que determina este ambito detemas acentuados axiologicamente?

Para que un tetna, cualquiera que sea el nivel de la realidad aque pertenezca, forme parte del horizonte social de un grupo y susci-te una reaccion semiotico-ideologica, es necesario que dicho temaeste relacionado con los presupuestos socioeconomicos mas impor-tantes del grupo mencionado; es precise que involucre siquiera par-cialmente las bases de la existencia material del grupo seiialado.

Por supuesto, aqui no puede tener importancia alguna una arbi-trariedad individual. Puesto que el signa se erea entre individuos, en

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1111lilt'll io ~ocial, es indispensable que el tema posea una significacionilllcl'individual; solo entonces podni ser objeto de una formalizacion~cmiotica. En otras palabras, solo aquello que posea un valor social puedeentrar en el mundo de la ideologia, constituirse y consolzdarse en il.

Por eso todos los acentos ideologicos, aun cuando los produzcauna voz individual (por ejemplo, en la palabra) 0, en general, un orga-nismo individual, aparecen como acentos sociales que pretenden lograrun reconocimiento social y que se imprimen en el exterior, sobre elmaterial ideologico, unicamente para obtener tal reconocimiento.

Convenimos en llamar aquella realidad que llega a ser objeto delsigno, tema del signo. Cada signo constituido po see su tema. Asi, todamanifestacion verbal tiene su tema 3,

Un tema ideologico siempre aparece acentuado socialmente. Des-de luego, todos estos acentos sociales de los temas ideologicos pene-tran tambien en la conciencia individual, la que es, como sabemos,completamente ideologica. En la conciencia individual se conviertenen una suerte de acentos individuales, puesto que aquella los absor-be y los hace propios, pero su origen no es la conciencia individual.EI acento en cuanto tal es interindivtdual Un grito animal, como reac-cion pura de un organismo individual al dolor, carece de acento. Esun fenomeno netamente natural. EI grito no cuenta con una atmosfe-ra social y por eso carece incluso de rudimentos de una conforma-cion signica.

EI tema de un signa ideologico y su forma estan indisolublementerelacionados entre S1 y, por supuesto, pueden diferenciarse solamenteen abstracto. Al fin de cuentas, son las mismas fuerzas y los mismospresupuestos sociales los que suscitan el primero y la segunda.

En efecto: las mismas condiciones economicas unen un elementonuevo de la realidad con el horizonte social y Ie adjudican una signi-ficacion social, 10 hacen «interesante», asi como las mismas fuerzascrean las form as de la comunicacion ideologica (cognoscitiva, artisti-ca, religiosa, etc.), las cuales a su vez determinan las formas de laexpresion signica.

De esta manera, los temas y las formas de la creacion ideologicase crian en la misma cuna y, en realidad, representan dos aspectos deuna misma totalidad.

3 Mas adelante aclararemos en que relaci6n se encuentra eI tema can Ia semanti"ca de Ias palabras.

Este proceso de la inmersion de la realidad en la ideologia, elnacimiento del tema y el nacimiento de la forma se examinan mejorque nada en el material verbal. En el lenguaje este proceso de lageneracion ideologica se refleja tanto a gran escala, en el plano histo-!'ico universal estudiado por la paleontologia semantic a, la que descu-bre el proceso de introduccion de las parcel as aun indiferenciadas deIn realidad al horizonte social del hombre primitivo, como a escalamenor en el marco contemporaneo, ya que nos consta la gran sensi-bilidad de la palabra con respecto alas transformaciones minimas dela existencia social.

La existencia reflejada en el signo no tanto se refleja propiamentecomo se refracta en el. ~Que es 10 que determina la refraccion del seren un signa ideologico?

Es la interseccion de los intereses sociales de orientacion masdiversa, dentro de los limites de un mismo colectivo semiotico; estoes, la lucha de clases.

La clase social no coincide con el colectivo semiotico, es decir,con el grupoque utiliza los mismos signos de la comunicacion ideo-16gica. Asi las distintas clases sociales usan una misma lengua. Comoconsecuencia, en cada signa zdeologico se cruzan los acentos de orientacio-nes diversas. EI signa llega a ser la arena de la lucha de clases.

Este caracter multiacentuado del signa ideologico es su aspectomas importante. En realidad, es tan solo gracias a este cruce de acen-tos que el signa permanece vivo, movil y capaz de evolucionar. Unsigna sustraido de la tensa lucha social, un signa que permanece fue-ra de la lucha de clases inevitablemente viene a menos, degenera enuna alegoria, se convierte en el objeto de la interpretacion filologica,dejando de ser centro de un vivo proceso social de la comprension.La memoria historica de la humanidad esta repleta de signos ideolo-gicos muertos incapaces de ser arena de confrontacion de acentossociales vivientes. Sin embargo, gracias a que el fila logo y el historia-dor los siguen recordando, estos signos conservan todavia los ultimosvestigios de la vida.

Pero justamente aquello que hace vivo y cambiante al signa ideo-16gico 10 convierte al mismo tiempo en un medio refractante y dis-torsionador de la existencia. La clase dominante busca adjudicar alsigna ideolagico un caracter etemo por encima de las clases sociales,

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pl'l·tcnde apagar y reducir al interior la lucha de valoraciones socialesque se verifica en el, trata de convertirlo en signo monoacentual.

Pero en realidad todo signa ideologico vivo posee, como Janabifronte, dos catas. Cualquier injuria puede llegar a set elogio, cual-quiera verdad viva inevitablemente puede ser para muchos la menti-ra mas grande. Este caracter internamente dialectico del signa se revelahasta sus ultimas consecuencias durante las epocas de crisis socialesy de transformaciones revolucionarias. En las condiciones norm alesde vida social esta contradiccion implfcita en cada signa ideologicono puede manifestarse plenamente, porque un signa ideologico es,dentro de una ideologfa dominante, algo reaccionario y trata de esta-bilizar el momento inmediatamente anterior en la dialectic a del pro-ceSo generativo social, pretendiendo acentuar la verdad de ayercomo si fuera la de hoy. Es 10 que determina la capacidad refractantey distorsionadora del signa ideologico dentro de los lfmites de unaideologfa dominante.

Asf es como se plantea el problema de la relacion entre las basesy las superestructuras. Nuestra tarea ha sido tan solo la de concreti-zar algunos aspectos y de pre cisar aquellos rumbos y direcciones quedebe seguir una elaboracion productiva del problema. Ante todo, nosparecio importante seiialar el lugar de la filosoffa del lenguaje en elanalisis de dicho problema. EI material del signa verbal permiteseguir con una mayor facilidad y mas plenamente la continuidad delproceso de un cambio dialectico que vaya dirigido desde las baseshacia las superestructuras. En la explicaci6n de los fenomenos ideo-logicos, la categorfa de la causalidad mecanica puede ser superadacon una mayot ptobabilidad de exito si nos instalamos en el tertenode la filosoffa dellenguaje.