61760712 carlos castaneda el arte de ensonar (1)

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    EL ARTE DE ENSOAR

    Carlos Castaneda

  • ndice

    Nota del autor.....................................................3

    1. Los brujos de la antig edad ............................62. La primera compuerta del ensue o ..............333. La segunda compuerta del ensue o .............164. La fijaci n del punto de encaje .....................365. El mundo de los seres inorg nicos ................496. El mundo de las sombras..............................617. El explorador azul.........................................738. La tercera compuerta del ensue o ...............809. La nueva rea de exploracin .......................9310. Acechando a los acechadores...................10211. El inquilino................................................11112. La mujer de la iglesia................................12213. Volando en alas del intento......................133

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  • NOTA DEL AUTOR

    En un periodo de ms de veinte aos, he escrito una serie de libros acerca de mi aprendizaje con un brujo: don Juan Matus, un indio yaqui. Expliqu en esos libros que l me ense brujera, pero no como nosotros la entendemos en el contexto de nuestro mundo cotidiano: el uso de poderes sobrenaturales sobre otros, o la convocacin de espritus a travs de hechizos, encantamientos y ritos a fin de producir efectos sobrenaturales. Para don Juan, la brujera era el acto de corporizar ciertas premisas especializadas, tanto tericas como prcticas, acerca de la naturaleza de la percepcin y el papel que sta juega en moldear el universo que nos rodea.Siguiendo la sugerencia de don Juan, me he abstenido

    de utilizar una categora propia de la antropologa: el chamanismo, para clasificar su conocimiento. Siempre lo he llamado como l lo llamaba: brujera o hechicera. Sin embargo, al examinar este concepto me he dado cuenta de que llamarlo brujera oscurece an ms el ya en s oscuro fenmeno que me present en sus enseanzas.En trabajos antropolgicos, el chamanismo es descrito

    como un sistema de creencias de algunos grupos nativos del norte de Asia; un sistema prevaleciente tambin entre ciertas tribus de indios de Norteamrica, el cual sostiene que un mundo ancestral e invisible de fuerzas espirituales, benignas y malignas, predomina alrededor nuestro; fuerzas espirituales que pueden ser convocadas o controladas por practicantes, quienes son los intermediarios entre el reino natural y el sobrenatural.Don Juan era ciertamente un intermediario entre el

    mundo natural de la vida diaria y un mundo invisible, al cual l no llamaba lo sobrenatural, sino la segunda atencin. Su tarea de maestro fue hacer accesible a m esta enseanza que us con este propsito, al igual que

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  • las prcticas que me hizo ejercitar, la ms importante de las cuales fue, sin lugar a duda, el arte de ensoar.Don Juan sostena que nuestro mundo, que creemos ser

    nico y absoluto, es slo un mundo dentro de un grupo de mundos consecutivos, los cuales estn ordenados como las capas de una cebolla. l aseveraba que aunque hemos sido condicionados para percibir nicamente nuestro mundo, efectivamente tenemos la capacidad de entrar en otros, que son tan reales, nicos, absolutos y absorbentes como lo es el nuestro.Don Juan me explic que para poder percibir esos otros

    reinos, no slo hay que desear percibirlos, sino tambin poseer la suficiente energa para entrar en ellos. Su existencia es constante e independiente de nuestra conciencia, pero su inaccesibilidad es totalmente una consecuencia de nuestro condicionamiento energtico. En otras palabras, simple y llanamente a raz de este condicionamiento estamos compelidos a asumir que el mundo de la vida cotidiana es el nico mundo posible.Seguros de que slo nuestro condicionamiento

    energtico es nuestro impedimento para entrar en esos otros reinos, los brujos de la antigedad desarrollaron una serie de prcticas designadas a reacondicionar nuestras capacidades energticas de percepcin. Llamaron a esta serie de prcticas, el arte de ensoar.Con la perspectiva que el tiempo me da, ahora me doy

    cuenta de que la descripcin ms apropiada que don Juan le dio al ensueo fue llamarlo "la entrada al infinito". Cuando lo dijo, coment que su metfora no tena ningn significado para m.-Descartemos las metforas -concedi-. Digamos que

    ensoar es la manera prctica en que los brujos ponen en uso los sueos comunes y corrientes.-Pero cmo pueden los sueos ser puestos en uso?

    -pregunt.

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  • -Siempre caemos en la trampa del lenguaje -dijo-. En mi propio caso, mi maestro trat de describirme el ensueo como la manera en que los brujos le dicen hasta maana al mundo. Por supuesto que l ajustaba su descripcin a mi mentalidad. Yo estoy haciendo lo mismo contigo.En otra ocasin, don Juan me dijo:-El ensueo nicamente puede ser experimentado.

    Ensoar no es tener sueos, ni tampoco es soar despierto, ni desear, ni imaginarse nada. A travs del ensueo podemos percibir otros mundos, los cuales podemos ciertamente describir, pero no podemos describir lo que nos hace percibirlos. Sin embargo, pode-mos sentir cmo el ensueo abre esos otros reinos. Ensoar parece ser una sensacin, un proceso en nuestros cuerpos, una conciencia de ser en nuestras mentes.En el transcurso de sus enseanzas, don Juan me

    explic detalladamente los principios, las razones y las prcticas del arte de ensoar. Su instruccin fue dividida en dos partes. Una era la enseanza de los procedimientos del ensueo, y la otra, las explicaciones puramente abstractas de estos procedimientos. Su mtodo implicaba la combinacin activa de aguijonear mi curiosidad intelectual con los principios abstractos del ensueo, y de guiarme a buscar soluciones prcticas en los procedimientos.Ya he descrito todo esto tan detalladamente como me

    fue posible. Tambin he descrito el medio ambiente en el que don Juan me situ para poder ensearme sus artes. Mi interaccin en este ambiente de brujos fue de especial inters para m, ya que tuvo lugar exclusivamente en la segunda atencin. Ah interactu con diez mujeres y cinco hombres que eran los brujos compaeros de don Juan; y con los ocho jvenes, cuatro hombres y cuatro mujeres, que eran sus aprendices.

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  • Don Juan los reuni inmediatamente despus de que yo llegu a su mundo. Me explic que ellos formaban un grupo tradicional de brujos; una copia estructural de su propia agrupacin, y que se supona que yo los habra de guiar. Sin embargo, al tratar ms conmigo, descubri que yo no era como l esperaba. Explic la diferencia en trminos de una configuracin energtica vista nicamente por los brujos: en lugar de tener cuatro compartimentos de energa, como l, yo tena solamente tres. Tal configuracin, la que errneamente l haba esperado fuera un defecto corregible, no me permita de ningn modo guiar a esos ocho aprendices, o aun interactuar con ellos. La presin que esto cre fue tan intensa que don Juan se vio obligado a reunir otro grupo que fuera ms semejante a mi estructura energtica.He escrito extensamente sobre esos eventos, pero

    nunca mencion al segundo grupo de aprendices; don Juan no me lo permiti. Arga que aquellas personas pertenecan exclusivamente a mi campo de accin, y que el acuerdo que tena con l era escribir sobre las acciones y la gente de su campo, no del mo.El segundo grupo de aprendices era extremadamente

    compacto. Consista nicamente en tres miembros: una ensoadora, Florinda Donner; una acechadora, Taisha Abelar; y la mujer nagual, Carol Tiggs.Estas tres personas interactuaban entre ellas y conmigo

    exclusivamente en la segunda atencin. En el mundo de la vida cotidiana no tenamos ni la menor idea los unos de los otros. Por otro lado, en trminos de nuestra relacin con don Juan, no haba vaguedad. l interactu con nosotros en los dos estados de conciencia y su esfuerzo para entrenarnos fue igual en intensidad y minuciosidad. Hacia el final, cuando don Juan estaba a punto de dejar el mundo, la presin psicolgica de su partida empez a menoscabar, en nosotros cuatro, los rgidos parmetros de la segunda atencin. El resultado

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  • fue que nuestra interaccin irrumpi en el mundo de los asuntos cotidianos y todos nos conocimos, aparentemente, por primera vez.Ninguno de nosotros estaba consciente de nuestra

    profunda y ardua interaccin en la segunda atencin. Puesto que los cuatro estbamos involucrados en estudios acadmicos, terminamos ms que conmocionados al descubrir que ya nos habamos conocido antes. Por supuesto que esto era, y todava es, intelectualmente inadmisible para nosotros. Sin embargo sabemos que fue totalmente parte de nuestra experiencia. Al final, nos quedamos con la inquietante certeza de que la psique humana es infinitamente ms compleja de lo que nuestro razonamiento acadmico o mundano nos lo ha hecho creer.Una vez le preguntamos a don Juan al unsono que nos

    sacara de dudas. Dijo que tena dos posibilidades explicativas. Una era aplacar a nuestra malherida racionalidad diciendo que la segunda atencin es un estado de conciencia tan ilusorio como elefantes volando en el cielo, y que todo lo que creamos haber experimentado en ese estado era simplemente un pro-ducto de sugestiones hipnticas. La otra posibilidad era no explicar pero s describir la segunda atencin de la manera como se les presenta a los brujos ensoadores: como una incomprensible configuracin energtica de la conciencia.Mientras llevaba a cabo mis tareas de ensueo, la

    barrera de la segunda atencin no sufri cambio alguno en ningn momento. Cada vez que entraba en el ensueo, entraba tambin en la segunda atencin, y despertarme del ensueo no significaba, de ninguna manera, que haba salido de la segunda atencin. Por aos enteros, poda recordar nicamente fragmentos de mis experiencias de ensueo. La masa total de aquellas experiencias permaneci fuera de mi alcance. Reunir su-

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  • ficiente energa para poner todo eso en un orden lineal, en mi mente, me cost quince aos de trabajo ininterrumpido, de 1973 a 1988. Record entonces una sucesin de eventos de ensueo, y fui capaz, al fin, de llenar los que parecan ser lapsos de mi memoria. De esta manera, pude capturar la intrnseca continuidad de las lecciones de don Juan sobre el arte de ensoar; una continuidad al parecer inexistente debido a que al ensearme don Juan me hacia fluctuar entre mi conciencia de ser en mi vida cotidiana y mi conciencia de ser en la segunda atencin. Este trabajo es el resultado de haber puesto todo eso en un orden lineal.Puesto que no hay ms fragmentos disociados en las

    lecciones de don Juan sobre el arte de ensoar, me gustara explicar, en trabajos futuros, la posicin actual y el inters de sus cuatro ltimos estudiantes: Florinda Donner, Taisha Abelar, Carol Tiggs y yo. Pero antes de que pueda describir y explicar el resultado de la tutela y la influencia que don Juan ejerci sobre nosotros, debo revisar, de acuerdo a lo que s ahora, los fragmentos de las lecciones de don Juan en el arte de ensoar, a los cuales no tena yo acceso antes.Todo esto es lo que tengo en mente como justificacin

    para escribir este libro; la razn definitiva de este trabajo, sin embargo, la dio Carol Tiggs. Ella cree que explicar el mundo que don Juan nos hizo heredar es la expresin final de nuestra gratitud a l, y de nuestro propsito de continuar buscando lo que l buscaba: la libertad.

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  • 1Los brujos de la antigedad

    Don Juan sola decirme, muy a menudo, que todo lo que hacia y todo lo que me estaba enseando fue previsto y resuelto por los brujos de la antigedad. Siempre puso muy en claro que exista una profunda distincin entre esos brujos y los brujos modernos. Categoriz a los brujos de la antigedad como hombres que existieron en Mxico quiz miles de aos antes de la conquista espaola; hombres cuya obra fue construir la estructura de la brujera, enfatizando lo prctico y lo concreto. Los present como hombres brillantes pero carentes de cordura. Por otro lado, don Juan describi a los brujos de ahora como hombres renombrados por su sobriedad y su capacidad de rectificar o readaptar el curso de la brujera, si as lo juzgaban necesario.Don Juan me explic que las premisas pertinentes al

    ensueo fueron, naturalmente, contempladas y desarrolladas por los brujos de la antigedad. Ya que esas premisas son de importancia clave para explicar y entender el ensueo, me veo en la necesidad de discutirlas una vez ms. La mayor parte de este libro es, por lo tanto, una reintroduccin y una ampliacin de lo que en mis trabajos previos ya he presentado.Durante una de nuestras conversaciones, don Juan

    expuso que a fin de poder apreciar la posicin de los ensoadores y el ensueo, uno tiene que comprender el empeo de los brujos de ahora por cambiar el curso establecido de la brujera y llevarla de lo concreto a lo abstracto.-A qu llama usted lo concreto, don Juan? -le pregunt.-A la parte prctica de la brujera -me dijo-. A la

    insistencia obsesiva en prcticas y tcnicas; a la injustificada influencia sobre la gente. Todo lo cual era el quehacer de los brujos del pasado.

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  • -Y a qu llama usted lo abstracto?-A la bsqueda de la libertad; libertad para percibir, sin

    obsesiones, todo aquello que es humanamente posible. Yo digo que los brujos de ahora estn en busca de lo abstracto, porque buscan la libertad y no tienen ningn inters en ganancias concretas; ni tampoco en funciones sociales, como los brujos del pasado. De modo que nunca los encontrars actuando como videntes oficiales, o como brujos con titulo.-Quiere usted decir, don Juan, que el pasado no tiene

    valor alguno para los brujos de ahora?-Por cierto que tiene valor. El sabor de ese pasado es lo

    que no nos gusta. Yo personalmente detesto la oscuridad y la morbidez de la mente. Me gusta la inmensidad del pensamiento. Sin embargo, a pesar de mis gustos y disgustos, les tengo que dar crdito a los brujos de la antigedad; ellos fueron los primeros en descubrir y hacer todo lo que nosotros sabemos y hacemos ahora.Don Juan me explic que el mayor logro de los brujos

    de antao fue percibir la esencia energtica de las cosas. Fue un logro de tal magnitud que lo convirtieron en la premisa bsica de la brujera. Hoy en da, con mucha disciplina y entrenamiento, los brujos adquieren la capacidad de percibir la naturaleza intrnseca de las cosas; una capacidad a la que llaman ver.-Qu es lo que significara para m el percibir la

    esencia energtica de las cosas? -le pregunt una vez a don Juan.-Significara percibir energa directamente -me

    contest-. Separando la parte social de la percepcin, percibiras la naturaleza intrnseca de todo. Lo que percibimos es energa, pero como no podemos percibir energa directamente, procesamos nuestra percepcin para ajustarla a un molde. Este molde es la parte social de la percepcin, y lo que se tiene que separar.

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  • -Por qu hay que separarlo?-Porque reduce el alcance de lo que se puede percibir y

    porque nos hace creer que el molde al cual ajustamos nuestra percepcin es todo lo que existe. Estoy convencido de que el hombre, para sobrevivir en esta poca, tiene que cambiar la base social de su percepcin.-Cul es la base social de la percepcin, don Juan?-La certeza fsica de que el mundo est compuesto de

    objetos concretos. Llamo a esto la base social de la percepcin, porque todos nosotros estamos involucrados en un serio y feroz esfuerzo a percibir el mundo en trminos de objetos.-Cmo deberamos entonces de percibir el mundo?-Como energa. El universo entero es energa. La base

    social de la percepcin debera ser entonces la certeza fsica de que todo lo que hay es energa. Deberamos empearnos en un poderoso esfuerzo social a fin de guiarnos para percibir energa como energa. Tendramos de este modo ambas alternativas al alcance de nuestras manos.-Es posible entrenar gente de tal manera? -pregunt.Don Juan respondi que s era posible. Y que esto era

    precisamente lo que estaba haciendo conmigo y con sus otros aprendices. Estaba ensendonos una nueva forma de percibir; primeramente, forzndonos a darnos cuenta de que procesamos nuestra percepcin hasta hacerla encajar en un molde y, luego, guindonos con mano dura a percibir energa directamente. Me asegur que su mtodo era muy parecido al que se usa normal-mente para ensearnos a percibir el mundo cotidiano; y tambin me asegur que l confiaba plenamente que al procesar nuestra percepcin, para hacerla encajar en un molde social, sta pierde su poder cuando nos damos cuenta de que hemos aceptado ese molde como

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  • herencia de nuestros antecesores, sin tomarnos la molestia de examinarlo.-Percibir un mundo de objetos slidos, que tuvieran ya

    sea un valor positivo o negativo, debe de haber sido absolutamente indispensable para la sobrevivencia de nuestros antepasados -dijo don Juan-. Despus de milenios de percibir de esta manera, sus herederos, nosotros, estamos hoy da forzados a creer que el mundo est compuesto de objetos.-No puedo concebir el mundo de ninguna otra manera,

    don Juan -me quej-. Es, sin lugar a dudas, un mundo de objetos. Para probarlo, todo lo que tenemos que hacer es estrellarnos contra ellos.-Por supuesto que es un mundo de objetos; no estamos

    discutiendo eso.-Qu es lo que estamos discutiendo entonces?-Lo que estoy discutiendo es que, primero, este es un

    mundo de energa, y despus, un mundo de objetos. Si no empezamos con la premisa de que es un mundo de energa, nunca seremos capaces de percibir energa directamente. Siempre nos detendr la certeza fsica de lo que t acabas de sealar: la solidez de los objetos.Su argumento me dej perplejo. En aquellos das, mi

    mente simplemente rehusaba considerar que hubiera otra alternativa de percibir el mundo, excepto aquella con la cual estamos todos nosotros familiarizados. Las afirmaciones de don Juan y los puntos que se esforzaba en plantearme eran proposiciones estrafalarias que yo no poda aceptar, pero que tampoco poda rehusar.-Nuestra manera de percibir es la manera en que un

    predador percibe -me dijo don Juan en una ocasin-. Una manera muy eficiente de evaluar y clasificar la comida y el peligro. Pero esa no es la nica manera que somos capaces de percibir. Hay otro modo; el que te estoy enseando: el acto de percibir la energa misma, directamente.

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  • "Percibir la esencia de todo nos hace comprender, clasificar y describir al mundo, en trminos completamente nuevos; en trminos mucho ms incitantes y sofisticados.Esto era lo que don Juan afirmaba. Y los trminos ms

    sofisticados, a los que se refera, eran aquellos que le ensearon sus predecesores. Trminos que corresponden exclusivamente a premisas bsicas de la brujera; premisas que no tienen fundamento racional, ni relacin alguna con las verdades de nuestro mundo de todos los das, pero que s son realidades evidentes para aquellos brujos que perciben energa directamente y ven la esencia de todo.Para tales brujos, el acto ms significativo de la brujera

    es el ver la esencia del universo. De acuerdo a don Juan, los brujos de la antigedad, los primeros en verla, la describieron de la mejor manera posible. Dijeron que se asemeja a hilos incandescentes que se extienden en el infinito, en todas las direcciones concebibles; filamentos luminosos que estn conscientes de s mismos, en formas imposibles de comprender.De ver la esencia del universo, los brujos de la

    antigedad pasaron a ver la esencia de los seres humanos. La describieron como una configuracin blanquecina y brillante, parecida a un huevo gigantesco. Y por ello llamaron a esa configuracin el huevo luminoso.-Cuando los brujos ven seres humanos -dijo don Juan-,

    ellos ven una gigantesca forma luminosa que flota, y que al moverse va haciendo un profundo surco en la energa de la tierra; como si tuviera una profunda raz que va arrastrndola.La idea de don Juan era que nuestra forma energtica

    contina cambiando a medida que pasa el tiempo. Dijo que todos los videntes que l conoca, incluso l mismo, vean que los seres humanos son ms como bolas, o aun

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  • como lpidas sepulcrales, que huevos; pero que de vez en cuando, debido a razones desconocidas, los brujos ven una persona cuya energa tiene la forma de un huevo luminoso. Lo que don Juan sugiri fue que quiz las personas que hoy en da tienen la forma de un huevo luminoso son ms semejantes a la gente de tiempos antiguos.En el curso de sus enseanzas, don Juan discuti y

    explic repetidamente lo que l consideraba el hallazgo decisivo de los brujos de la antigedad. Lo describi como la caracterstica crucial de los seres humanos como globos luminosos: un punto redondo de intensa luminosidad, del tamao de una pelota de tenis, alojado permanentemente dentro del globo luminoso, al ras de su superficie, aproximadamente sesenta centmetros detrs de la cresta del omplato derecho.Ya que yo tena mucha dificultad en visualizar esto, don

    Juan me explic que la bola luminosa es mucho ms grande que el cuerpo humano; que el punto de intensa brillantez es parte de esta bola de energa; y que est colocado en un lugar a la altura del omplato derecho, a un brazo de distancia de la espalda de una persona. Dijo que despus de ver lo que este punto hace, los brujos antiguos lo llamaron el punto de encaje.-Qu es lo que hace el punto de encaje? -le pregunt.-Nos hace percibir -contest-. Los brujos de la

    antigedad vieron que en los seres humanos ese es el punto donde la percepcin tiene lugar. Viendo que todos los seres vivientes tienen tal punto de brillantez, los brujos de la antigedad llegaron a la conclusin de que la percepcin en general ocurre en ese punto.-Qu fue lo que los brujos de la antigedad vieron para

    llegar a la conclusin de que la percepcin ocurre en el punto de encaje? -pregunt.Respondi que, primero, vieron que de los millones de

    filamentos de energa del universo que pasan a travs

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  • de la bola luminosa, slo un pequeo nmero de stos pasa directamente por el punto de encaje, como es de esperarse, ya que es pequeo en comparacin con la totalidad de la bola.Despus vieron que un resplandor esfrico, ligeramente

    ms grande que el punto de encaje, siempre lo rodea, y que este resplandor intensifica enormemente la luminosidad de los filamentos que pasan directamente a travs del punto de encaje.Y finalmente, vieron dos cosas; la primera, que el punto

    de encaje de los seres humanos se puede desalojar del lugar donde usualmente se localiza. Y la segunda, que cuando el punto de encaje est en su posicin habitual, a juzgar por el normal comportamiento de los sujetos observados, la percepcin y la conciencia de ser, son usuales. Pero cuando el punto de encaje y la esfera de resplandor que lo rodea estn en una posicin diferente a la habitual, el inslito comportamiento de los sujetos observados es prueba de que su conciencia de ser es diferente y de que estn percibiendo de una manera que no les es familiar.La conclusin que los brujos de la antigedad sacaron

    de todo esto fue que cuanto mayor es el desplazamiento del punto de encaje, ms inslito es el consecuente comportamiento, y la consiguiente percepcin del mundo y la conciencia de ser.-Date cuenta de que cuando hablo de ver, siempre te

    digo que lo que veo tiene la apariencia de algo conocido, o es como esto o lo otro -don Juan me previno-. Todo lo que uno ve es algo tan nico, que no hay manera de hablar de ello, excepto comparndolo con algo que nos es natural.Dijo que un ejemplo adecuado era la forma en que los

    brujos tratan el punto de encaje y el resplandor que lo rodea. Los describen como una brillantez, y sin embargo no puede ser una brillantez ya que los videntes los ven

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  • sin sus ojos. Como de una u otra manera tienen que traducir su experiencia a trminos visuales, dicen que el punto de encaje es una mancha de luz, y que alrededor de ella hay una especie de halo, un resplandor. Don Juan seal que somos de tal modo visuales, y que estamos de tal modo regidos por nuestra percepcin de predadores, que todo lo que vemos tiene que ser integrado a lo que el ojo de predador normalmente ve.Despus de ver lo que el punto de encaje y el

    resplandor que lo rodea parecen hacer, los brujos de la antigedad ofrecieron una explicacin. Propusieron que en los seres humanos, la esfera resplandeciente que rodea al punto de encaje se enfoca en los millones de filamentos energticos del universo que pasan directamente a travs de l; y al hacerlo, automticamente y sin premeditacin alguna, junta a esos filamentos de energa, unos con los otros, los aglutina, creando la percepcin estable de un mundo.-Cmo es que esos filamentos, de los que usted habla,

    se juntan unos con otros y crean la percepcin estable de un mundo? -pregunt.-No hay quien pueda saber eso -contest

    enfticamente-. Los brujos ven el movimiento de la energa, pero verlo no quiere decir que puedan saber cmo o por qu la energa se mueve.Don Juan expuso que, viendo cmo ese resplandor que

    rodea al punto de encaje es en extremo tenue en personas que estn inconscientes o a punto de morir, y que est totalmente ausente en los cadveres, los brujos de la antigedad se convencieron de que ese resplandor es la conciencia de ser.-Y qu pasa con el punto de encaje, don Juan? Est

    ausente en los cadveres? -le pregunt.Contest que el punto de encaje y el resplandor que lo

    rodea son la marca de la vida y la conciencia, y que no hay rastro alguno de ellos en los seres muertos. La

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  • inevitable conclusin a la que llegaron los brujos de la antigedad, al observar aquello, fue que la conciencia, la vida y la percepcin van juntas, y que estn inextricablemente ligadas al punto de encaje y al resplandor que lo rodea.-Hay alguna posibilidad de que esos brujos se hayan

    equivocado respecto a lo que vean? -pregunt.-No te puedo explicar cmo, pero no hay manera de

    que los brujos se puedan equivocar en lo que ven -dijo don Juan en un tono que no admita argumento-. Ahora bien, las conclusiones a las que llegan como resultado de ver pueden ser errneas, quiz debido a que son ingenuos, no instruidos. A fin de evitar este desastre, los brujos tienen que cultivar su mente, de la manera ms formal que puedan.En seguida suaviz su tono, y coment que realmente

    sera preferible que los brujos se atuvieran nicamente a describir lo que ven, pero que la tentacin de sacarlo en limpio y explicarlo, aunque slo sea a si mismos, es tan intensa que es irresistible.Los efectos del desplazamiento del punto de encaje

    fueron otra configuracin energtica que los brujos de la antigedad pudieron ver y estudiar. Don Juan deca que cuando el punto de encaje se desplaza a otra posicin, un nuevo conglomerado de millones de filamentos energticos entran en juego en esa nueva posicin. Los brujos de la antigedad, al ver esto, concluyeron que ya que el resplandor de la conciencia est siempre presente en cualquier lugar donde el punto de encaje se encuentre, automticamente la percepcin se realiza en esa ubicacin. Por supuesto que el mundo resultante no puede ser nuestro mundo de eventos cotidianos, sino que tiene que ser otro.Don Juan explic que los brujos de la antigedad

    distinguieron dos tipos de desplazamiento del punto de encaje. Uno, era el desplazamiento a cualquier posicin

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  • en la superficie o en el interior de la bola luminosa; un desplazamiento al cual llamaron cambio del punto de encaje. El otro, era el desplazamiento a posiciones fuera de la bola luminosa; al cual llamaron movimiento del punto de encaje. Descubrieron que la diferencia entre un cambio y un movimiento estaba en la clase de percepcin que cada uno de ellos permite.Puesto que los cambios del punto de encaje son

    desplazamientos dentro de la bola luminosa, los mundos engendrados por ellos, por raros, maravillosos o increbles que fueran, son mundos an dentro del reino de lo humano. El reino de lo humano est compuesto, naturalmente, de todos los billones de filamentos energticos que pasan a travs de toda la bola luminosa. Por otro lado, los movimientos del punto de encaje, desde el momento en que son desplazamientos a posiciones fuera de la bola luminosa, ponen en juego a filamentos energticos que estn fuera del reino de lo humano. Percibir tales filamentos engendra mundos que sobrepasan toda comprensin; mundos inconcebibles que no tienen huella alguna de antecedentes humanos.En esos das, el problema de la verificacin

    desempeaba un rol muy importante para mi.-Disclpeme don Juan -le dije en una ocasin-, pero este

    asunto del punto de encaje es una idea tan rebuscada, tan inadmisible que no s cmo tomarla o qu pensar de ella.-Hay algo que puedes hacer -replic-. Ve el punto de

    encaje! No es tan difcil verlo. La dificultad est en romper el paredn que mantiene fija en nuestra mente la idea de que no podemos hacerlo. Para romperlo necesitamos energa. Una vez que la tenemos, ver sucede de por si. El truco est en abandonar el fortn dentro del cual nos resguardamos: la falsa seguridad del sentido comn.

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  • -Es obvio, don Juan, que se requiere de mucho conocimiento para poder ver. No es slo cuestin de tener energa.-Creme que es slo cuestin de energa. Tener energa

    facilita poder convencerse a uno mismo que si se puede hacer, pero para ello, se necesita confiar en el nagual. Lo maravilloso de la brujera es que cada brujo tiene que verificar todo por experiencia propia. Te hablo acerca de los principios de la brujera, no con la esperanza de que los memorices sino con la esperanza de que los practiques.Por cierto que don Juan estaba en lo correcto acerca de

    la necesidad de tener fe, y de confiar en el nagual. En las primeras etapas de los trece aos de mi aprendizaje con don Juan, me dio mucho trabajo afiliarme a su mundo y su persona. Tal afiliacin requera confiar implcitamente en l como el nagual y aceptarlo sin duda ni recriminaciones.El papel que desempeaba don Juan en el mundo de los

    brujos se sintetizaba en el nombre titular que sus congneres le otorgaban; lo llamaban el nagual. Me explicaron que se puede otorgar el nombre titular de nagual a cualquier persona, hombre o mujer, dentro del mundo de los brujos, que posea una especfica configuracin energtica, semejante a una doble bola luminosa. Los brujos creen que cuando una de tales personas entra en el mundo de la brujera, la carga extra de energa se convierte en capacidad para guiar. De esta manera, el nagual se convierte en la persona ms apropiada para dirigir, para ser el lder.Al principio, sentir tal fe y confianza en don Juan era

    para m algo no solamente inaudito sino aun molesto. Cuando discut esto con l, me asegur que confiar de tal forma en su maestro le haba resultado igualmente difcil.

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  • -Le dije a mi maestro lo mismo que t me ests diciendo ahora -explic don Juan-. Mi maestro me contest que sin esa fe y confianza en el nagual no hay posibilidad de alivio y, por consiguiente, no hay posibilidad de limpiar los escombros de nuestras vidas a fin de ser libres.Don Juan reiter cun en lo cierto estaba su maestro. Y

    yo reiter mi profundo desacuerdo. Le cont que yo haba crecido en un ambiente religioso rgido y coercitivo que todava me persegua en mi vida actual. Las declaraciones de su maestro, y su propia aquiescencia a su maestro, me recordaban el dogma de obediencia que tuve que aprender de nio, el cual yo aborreca sobre todo lo dems.-Cuando habla usted acerca del nagual, me suena como

    si estuviera usted expresando una creencia religiosa -le dije.-Puedes creer lo que se te d la gana -contest don

    Juan-. El hecho es que sin el nagual no hay partida. Yo s y te lo digo. As lo dijeron todos los naguales anteriores a m. Pero no lo dijeron como asunto de importancia personal; ni yo tampoco. Decir que sin el nagual no se puede encontrar el camino, se refiere por completo al hecho de que el nagual es un nagual porque puede reflejar lo abstracto, el espritu, mejor que los dems. Pero eso es todo. Nuestro vnculo es con el espritu mismo y slo incidentalmente con el hombre que nos trae su mensaje.Aprend a confiar implcitamente en don Juan como el

    nagual, y esto, tal como me lo haba dicho, me trajo un profundo alivio, y mayor capacidad para aceptar lo que l se esforzaba por ensearme.En sus enseanzas, puso un gran nfasis en continuar

    sus explicaciones acerca del punto de encaje. Una vez le pregunt si el punto de encaje tena que ver con el cuerpo fsico.

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  • -No tiene nada que ver con lo que normalmente percibimos como el cuerpo -dijo-. Es parte del huevo luminoso, el cual es nuestro ser energtico.-Cmo se desplaza? -pregunt.-A travs de corrientes energticas, que son como

    empellones de energa que se sienten afuera o adentro, no del cuerpo sino del huevo luminoso. Generalmente, son corrientes impredecibles que ocurren de por s. Con los brujos, sin embargo, son corrientes predecibles; controladas por el intento de ellos.-Puede usted sentir esas corrientes, don Juan?-Todo brujo las siente. Y lo que es ms, todo ser

    humano las siente. Lo malo es que la gente comn y corriente est muy ocupada con sus problemas y no le presta atencin alguna a este tipo de sensaciones.-Qu siente uno al recibir una de esas corrientes?-Como una leve molestia; una sensacin vaga de

    tristeza seguida inmediatamente por una desmedida euforia. Ya que esa clase de tristeza o de euforia no tienen fundamento real, nunca los consideramos como verdaderos asaltos de lo desconocido, sino como inexplicables arranques de mal o de buen humor.-Qu pasa cuando el punto de encaje se mueve afuera

    del huevo luminoso? Se queda colgando afuera o est atado a l?-Empuja el contorno de la formacin luminosa hacia

    afuera, sin romper sus limites energticos.Don Juan me explic que el resultado de un movimiento

    del punto de encaje es un cambio total en la estructura energtica de los seres humanos. De ser una bola o un huevo luminoso, se convierte en algo parecido a una pipa de fumar. El pitillo de la pipa es el punto de encaje, y el cuenco es lo que queda de la bola luminosa. Si el punto de encaje contina movindose, llega un momento en que la pipa luminosa se convierte en una delgada lnea de energa.

    21

  • Don Juan prosigui explicando que los brujos de la anti-gedad fueron los nicos que lograron esta proeza de transformar la estructura energtica del huevo luminoso a lnea. Y yo le pregunt que si con esa nueva estructura esos brujos seguan siendo seres humanos.-Por supuesto que seguan siendo seres humanos -dijo-.

    Pero creo que lo que t quieres saber es si eran hombres de razn, personas dignas de confianza, verdad? Pues no lo eran del todo.-De qu manera eran diferentes?-En sus intereses y expectativas. Los esfuerzos y

    preocupaciones humanas no tenan para ellos ningn significado. Adems hasta tenan un diferente porte fsico.-Quiere usted decir que no parecan seres humanos?-Ya te dije que eran hombres como todos nosotros.

    Qu otra cosa podran ser? Pero no eran del todo como t o yo esperaramos que fueran. Si me pongo a decirte de qu manera eran diferentes, me metera en camisa de once varas.-Conoci usted alguna vez a alguno de esos hombres,

    don Juan?-S, conoc a uno.-Cmo era?-En cuanto a apariencias, era como una persona comn

    y corriente. Lo que era inslito era su comportamiento.-De qu modo era inslito?-Todo lo que te puedo decir es que el comportamiento

    del brujo que conoc es algo que sale de lo imaginable. Pero convertirlo en un asunto slo de comportamiento es engaoso. Ese brujo es alguien a quien realmente uno debe ver para poder apreciar.-Eran todos esos brujos antiguos como el que usted co-

    noci?-No s cmo eran los otros, excepto por las historias y

    cuentos que los brujos han guardado por generaciones.

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  • En esas historias, esos brujos aparecen como seres bastante extravagantes.-Quiere usted decir monstruosos?-En cierto modo. Dicen que eran muy simpticos, pero

    que a la vez causaban pavor. En realidad eran criaturas desconocidas. Lo que hace homognea a la humanidad es el hecho de que todos somos como huevos o bolas luminosas. Y esos brujos ya no eran as. Eran lneas de energa tratando intilmente de doblarse para formar un crculo.-Qu es lo que finalmente les sucedi, don Juan? Se

    murieron?-Las historias de los brujos dicen que al alargar su

    forma energtica, tambin lograron alargar la duracin de su conciencia; de manera que estn vivos y conscientes de ser hasta hoy da. Las historias tambin cuentan que reaparecen peridicamente en la Tierra.-Qu piensa acerca de todo esto, don Juan?-Para m, todo esto es demasiado extravagante. Yo

    quiero la libertad. Libertad de mantener mi conciencia de ser y sin embargo desaparecer en la vastedad. En mi opinin, los brujos de la antigedad eran hombres tenebrosos, obsesivos, caprichosos y hasta apostara que debido a ello se quedaron atrapados en sus propias maniobras."Pero no dejes que mis opiniones y sentimientos

    personales te nublen el panorama. El logro de los brujos de la antigedad es inigualable. Por lo menos, nos probaron que los potenciales del hombre no son cualquier cosa.Otro tpico de las explicaciones de don Juan fue lo

    indispensable que son la cohesin y la uniformidad energtica para el acto de percibir. Su punto de vista era que la humanidad entera percibe el mundo que conocemos, en los trminos en que lo hacemos, solamente porque compartimos cohesin y uniformidad

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  • energtica. Dijo que adquirimos estas dos condiciones automticamente en el transcurso de nuestra crianza; y que las tomamos a tal punto por dadas que no nos damos cuenta de su importancia vital sino al momento de enfrentarnos con mundos distintos al mundo habitual. En esos momentos se hace evidente que, para poder percibir de una manera coherente y total, necesitamos una nueva, apropiada cohesin y uniformidad energtica.Le pregunt qu eran la cohesin y la uniformidad. Me

    explic que la forma energtica del hombre tiene uniformidad puesto que todos los seres humanos son como una bola o un huevo luminoso. El hecho de que la energa del hombre se mantiene en un haz, como bola o como huevo, es prueba de que tiene cohesin. Don Juan dio como ejemplo de una nueva uniformidad y cohesin el caso de los brujos de la antigedad. Cuando convirtieron su forma energtica en una lnea, todos ellos, uniformemente, mantuvieron su cohesin lineal. Uniformidad y cohesin, a ese nivel lineal, les permitieron percibir un mundo nuevo y homogneo.-Cmo se adquiere una nueva uniformidad y cohesin?

    -le pregunt.-La clave es la posicin del punto de encaje, o ms bien,

    la fijacin del punto de encaje -dijo.En esa ocasin no quiso explicar ms sobre el asunto.

    Pero yo insist en preguntarle si esos brujos habran podido retroceder de la forma lineal a su antigua forma de huevo luminoso. Me contest que en un momento dado habran podido hacerlo, pero no lo hicieron. Luego, la cohesin lineal se fij en ellos, hacindoles imposible el regreso. Don Juan crea que lo que realmente los cristaliz y les previno volver a su forma inicial fue una cuestin de avaricia. El alcance perceptivo de esos brujos, como lneas de energa, era infinitamente ms

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  • grande de lo que un hombre o un brujo comn y corriente pueden alcanzar.Explic que el dominio humano, como masas

    energticas, incluye todos aquellos filamentos que pasan a travs de la bola luminosa. Normalmente, no percibimos todo el potencial humano sino quiz solamente una milsima parte de ste. Si tomamos esto en consideracin, se puede apreciar la enormidad de lo que los brujos de la antigedad hicieron. Se extendieron en una lnea de energa mil veces ms larga que un huevo luminoso, y percibieron todos los filamentos que pasaban travs de esa lnea.A resultas de su insistencia, hice esfuerzos gigantescos

    por entender el modelo de configuracin energtica que me estaba delineando. Finalmente, despus de mucho trabajo pude imaginarme filamentos adentro y afuera de una bola luminosa. Sin embargo, si me imaginaba una multitud de bolas luminosas, el modelo dejaba de ser aplicable. Razonaba yo que en una multitud de bolas luminosas, los filamentos que estn afuera de una, por fuerza estaran adentro de otra adyacente. Por lo tanto, en una multitud no podran existir filamentos energticos que estuvieran afuera de ninguna bola luminosa.-Entender eso no es ciertamente un ejercicio para la

    razn -contest, despus de haber escuchado atentamente mis argumentos-. No hay manera de explicar lo que los brujos quieren decir cuando se refieren a filamentos adentro o afuera de la bola o huevo luminoso. Cuando los videntes ven, ellos ven una sola bola o huevo de energa. Si hay otra bola al lado, la ven de nuevo como una sola y aislada bola de energa. La idea de una multitud de bolas luminosas te viene de las muchedumbres humanas. En el universo de la energa, existen nicamente individuos solos, rodeados por el infinito.

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  • "Pero todo esto, tienes que verlo t mismo!Arg que era intil decirme que lo viera yo mismo,

    puesto que l saba muy bien que yo no poda. Me propuso entonces que tomara prestada su energa y la usara para ver.-Cmo puedo hacer eso? Tomar prestada su energa.-Muy simple. Con mi energa puedo hacer que tu punto

    de encaje se desplace a otra posicin ms adecuada para percibir energa directamente.Tal como me acuerdo, esta fue la primera vez que l

    me habl intencionalmente acerca de algo que haca conmigo desde el principio de mi aprendizaje: hacerme entrar en un incomprensible estado de conciencia que pona en tela de juicio mi idea del mundo y de m mismo; un estado al cual l llamaba la segunda atencin. Para lograr que mi punto de encaje se des-plazara a una posicin ms adecuada para percibir energa directamente, don Juan sola darme, con la palma de su mano, un golpe en la espalda, entre los omplatos, con tal fuerza que me haca perder el aliento. En la ocasin de la que estoy hablando, su golpe pareci causarme un desmayo o quiz me dorm. De repente vi o so que vea algo literalmente ms all de las palabras. Brillantes filamentos de luz salan disparados por todos lados; filamentos luminosos indescriptibles. Decir que eran filamentos de luz es un eufemismo disparatado para determinar algo que, de no ser por don Juan, jams hubiese entrado en mis pensamientos.Cuando recuper el aliento, o me despert, don Juan

    me pregunt en un tono de gran expectativa:-Qu fue lo que viste?Y cuando le contest sinceramente:-Su golpe me hizo ver estrellas -se dobl de risa.Recalc que yo no estaba todava listo para

    comprender percepciones fuera de lo usual.

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  • -Hice que tu punto de encaje cambiara -prosigui-. Y por un instante ensoaste los filamentos del universo. Pero an no tienes la disciplina o la energa para arreglar tu uniformidad y cohesin. Los brujos antiguos eran los maestros consumados de ese arreglo. As fue como vieron todo lo que puede ser visto por el hombre.-Qu significa, don Juan, arreglar la uniformidad y la

    cohesin?-Significa que uno entra en la segunda atencin debido

    al acto de retener el punto de encaje en una nueva posicin, previniendo de este modo que se deslice de regreso a su sitio original.Don Juan me dio all una definicin tradicional de la

    segunda atencin. Dijo que los brujos antiguos llamaban al resultado de fijar el punto de encaje en nuevas posiciones, la segunda atencin. Y que trataban a la segunda atencin como a un rea de total actividad, de la misma manera que la atencin del mundo cotidiano es un rea que incluye total actividad. Recalc que los brujos tienen realmente dos reas absolutas para realizar sus acciones. Una muy pequea, llamada la primera atencin o la conciencia de nuestro mundo cotidiano, o la fijacin del punto de encaje en su posicin habitual. Y otra rea mucho ms grande, la segunda atencin o la conciencia de otros mundos, o al acto de mantener el punto de encaje fijo en cada una de las innumerables nuevas posiciones que puede adoptar.Don Juan me ayud a experimentar cosas inexplicables

    en la segunda atencin. Me hacia entrar en ella por medio de lo que l llamaba su maniobra de brujo: el fuerte golpe en la espalda a la altura de los omplatos. Desde mi posicin subjetiva, tales desplazamientos de mi punto de encaje significaban que mi conciencia entraba en un inquietante estado de inigualable claridad; un estado de superconciencia que duraba cortos periodos de tiempo, y en el que yo poda

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  • entender cualquier cosa con mnimos prembulos. No era un estado del todo placentero; en la mayora de los casos, era como un sueo tan extrao e intenso que en comparacin, la conciencia normal palideca.Don Juan justificaba su maniobra de brujo diciendo que

    era tradicional e indispensable que los aprendices recibieran conceptos y procedimientos bsicos, en estados de conciencia normal, y que se les dieran explicaciones abstractas y detalladas, en la segunda atencin.Normalmente, los aprendices no recuerdan esas

    explicaciones en su vida diaria, pero de alguna forma, las guardan intactas y fielmente en lo que los brujos llaman el aparato de perceptividad. Los brujos han utilizado esta aparente peculiaridad de la percepcin, y han convertido el acto de recordar todo lo que se les ense en la segunda atencin, en una de las tareas tradicionalmente ms difciles y complejas de la brujera.Los brujos explican que cada vez que uno entra en la

    segunda atencin, el punto de encaje se encuentra en una posicin diferente. Recordar, para ellos, significa situar de nuevo el punto de encaje en la posicin exacta en la que se encontraba en los momentos en que ocurrieron las entradas a la segunda atencin.Don Juan me asegur que los brujos no solamente

    recuerdan sino que reviven todas sus experiencias en la segunda atencin, por medio del acto de volver a situar su punto de encaje en cada una de las posiciones donde estuvo.Don Juan me dio explicaciones muy detalladas de la

    brujera mientras yo me hallaba en la segunda atencin, sabiendo que la fidelidad y precisin de tal instruccin permanecera fielmente intacta conmigo por el resto de mi vida.Acerca de esta calidad de fidelidad, dijo:

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  • -Aprender algo en la segunda atencin es como lo que aprendemos de nios; permanece con nosotros toda la vida. Decimos "es muy natural" cuando hablamos de algo aprendido muy temprano en la infancia.Juzgando todo esto desde mi punto de vista actual, me

    doy cuenta de que don Juan me hizo entrar en la segunda atencin tantas veces como pudo. Quera, segn l, forzarme a sostener, por largos periodos de tiempo, nuevas posiciones de mi punto de encaje y percibir coherentemente en ellas; en otras palabras, su propsito era forzarme a arreglar mi uniformidad y mi cohesin.Innumerables veces, llegu a percibir, en la segunda

    atencin, de una manera tan precisa como percibo el mundo de todos los das. Mi falla era mi incapacidad de crear un puente entre mis acciones en la segunda atencin y mi conciencia del mundo cotidiano. Comprender qu es la segunda atencin me tom un largo tiempo y un gran esfuerzo. No tanto por lo intrincado y lo complejo de ellas sino porque una vez que regresaba a mi conciencia normal me era imposible recordar que haba entrado en la segunda atencin, o que ese estado siquiera exista.Otro descubrimiento monumental que los brujos

    antiguos hicieron, que don Juan me explic cuidadosamente, fue el darse cuenta de que el punto de encaje se desplaza muy fcilmente durante el sueo. Esta realizacin dio lugar a otra: que los sueos estn totalmente asociados con ese desplazamiento. Los brujos antiguos vieron que cuanto mayor era el desplazamiento, ms inusitado era el sueo, o viceversa: cuanto ms inusitado era el sueo, mayor era el desplazamiento. Don Juan dijo que esta observacin los llev a idear tcnicas extravagantes para forzar el desplazamiento del punto de encaje, tales como la ingestin de plantas alucinognicas; o el someterse a

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  • estados de hambre, fatiga, tensin; o el control de los sueos. De esta manera, y quiz sin siquiera saberlo, crearon el arte del ensueo.Un da, cuando nos pasebamos en la plaza de la

    ciudad de Oaxaca, don Juan me dio la ms coherente definicin del arte del ensueo, desde el punto de vista de un brujo.-Los brujos consideran el ensoar como un arte

    extremadamente sofisticado -dijo-. Lo llaman tambin el arte de desplazar el punto de encaje de su posicin habitual, a voluntad, a fin de expandir y acrecentar la gama de lo que se puede percibir.Dijo que los brujos antiguos construyeron el arte del

    ensueo basndolo en cinco condiciones que vieron en el flujo energtico de los seres humanos.Uno, vieron que slo los filamentos energticos que

    pasan directamente a travs del punto de encaje pueden ser transformados en percepcin coherente.Dos, vieron que si el punto de encaje se desplaza a

    cualquier otra posicin, sin importar cun grande o diminuto sea el desplazamiento, otros filamentos energticos que no son habituales comienzan a pasar a travs de ste. Ello hace entrar en juego al fulgor de la conciencia, lo cual fuerza a estos filamentos energticos a transformarse en percepcin coherente y estable.Tres, vieron que en el transcurso de sueos normales,

    el punto de encaje se desplaza fcilmente y por si solo a otras posiciones en la superficie o en el interior del huevo luminoso.Cuatro, vieron que por medio de la disciplina es posible

    cultivar y ejecutar, en el transcurso de los sueos normales, un sistemtico desplazamiento del punto de encaje.Y cinco, vieron que se puede hacer que el punto de

    encaje se desplace a posiciones fuera del huevo

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  • luminoso y entre al reino de los filamentos energticos del universo fuera de lo humano.

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  • 2La primera compuerta del ensueo

    A manera de prembulo a su primera leccin en el arte de ensoar, don Juan describi la segunda atencin como un proceso que empieza con una idea; una idea que es ms rareza que posibilidad real; la idea se convierte luego en algo como una sensacin, y finalmente evoluciona y se transforma en un estado de ser, o en un campo de acciones prcticas, o en una preeminente fuerza que nos abre mundos ms all de toda fantasa.Los brujos tienen dos opciones para explicar su mundo

    de dimensiones mgicas. Una es con la ayuda de metforas, y la otra por medio de trminos abstractos, propios de la brujera. Yo siempre he preferido la segunda, aunque la mente racional de un hombre occidental jams encontrara satisfaccin en ninguna de las dos.Don Juan me hizo entender que describir la segunda

    atencin como un proceso era una metfora de brujos, y que la segunda atencin se poda definir como el producto de un desplazamiento del punto de encaje. Un desplazamiento que debe ser intentado, empezando por intentarlo como una idea, y acabando por intentarlo como un estado de conciencia fijo y controlado, donde uno se da cabal cuenta del desplazamiento del punto de encaje.-Te voy a ensear el primer paso hacia el poder -dijo

    don Juan al empezar su instruccin en el arte del ensueo-. Te voy a ensear cmo preparar el ensueo.-Qu quiere decir preparar el ensueo, don Juan?-Preparar el ensueo quiere decir tener un comando

    prctico y preciso de los sueos; no dejar que se esfumen o cambien. Por ejemplo, puede que suees que ests en un saln de clases. Preparar el ensueo

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  • significa no dejar que ese sueo se transforme en otro. Es decir que controlas la visin del saln de clase y no la dejas ir hasta que t quieras.-Pero es posible hacer eso?-Por supuesto que es posible. Ese control no es tan

    diferente al control que uno tiene en la vida diaria. Los brujos estn acostumbrados a l y lo ejercen cada vez que lo necesitan. Para llegar a tenerlo debes comenzar por hacer algo muy simple. Esta noche debes mirarte las manos en tus sueos.No recuerdo que me dijera nada ms acerca de esto.

    Sin embargo, al hacer el recuento de mis experiencias en la segundo atencin, sali a la vista que habamos tenido un intercambio mucho ms extenso. Expres mis sentimientos acerca de lo absurdo de esta tarea, y don Juan me sugiri que debera enfrentarla como un entretenimiento, en vez de algo solemne o mrbido.-Ponte tan serio como se te d la gana cuando

    hablemos del ensueo -dijo-. Las explicaciones siempre requieren de profunda reflexin. Pero cuando ensuees, s tan liviano como una pluma. El ensueo tiene que llevarse a cabo con integridad y cordura, pero con risa y con la confianza de quien no tiene preocupacin alguna. Solamente bajo estas condiciones pueden nuestros pinches sueos convertirse en ensueo.Don Juan puso en claro que l haba seleccionado

    arbitrariamente mis manos como algo que yo poda buscar en mis sueos, y que buscar cualquier otra cosa era igualmente vlido. El propsito de este ejercicio no era encontrar una cosa especfica sino emplear la atencin de ensueo.Don Juan describi la atencin de ensueo como el

    control de los sueos; control que uno adquiere al fijar el punto de encaje en cualquier nueva posicin a la cual se haya desplazado durante los sueos normales. En trminos ms generales, llam a la atencin de ensueo

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  • una faceta incomprensible de la conciencia, que parece estar esperando el momento en que la convoquemos y le demos propsito; la llam tambin una facultad velada que todos tenemos en reserva, pero que nunca nos atrevemos a usar.Mis primeros intentos de verme las manos en mis

    sueos fueron un desastre. Despus de meses de vanos esfuerzos, me di por vencido y le ech en cara a don Juan lo absurdo de tal tarea.-Hay siete compuertas -dijo a manera de respuesta-. Y

    los ensoadores tienen que abrirlas todas, de una en una. Te has dado un soberano chingadazo contra la primera compuerta, la cual debes abrir si es que vas a ensoar.-Por qu no me dijo usted esto antes, don Juan?-Hubiera sido intil hablarte de las compuertas del

    ensueo antes de que toparas con la primera. Ahora ya sabes que es un obstculo, y que tienes que vencerlo.Don Juan explic que en el flujo energtico general del

    universo hay entradas y salidas, que funcionan a manera de compuertas; y que en el especfico caso del ensueo hay siete entradas; siete obstculos que los brujos llaman las siete compuertas del ensueo.-Llegamos a la primera al darnos cuenta de una

    sensacin muy particular que se nos viene encima antes de quedarnos profundamente dormidos -dijo-. Una placentera oscuridad y pesadez que nos mantiene suspendidos y no nos permite abrir los ojos.-Cmo puede darse uno cuenta de estar quedndose

    dormido? Cules son los pasos que hay que seguir?-No hay pasos que seguir. Uno solamente intenta estar

    consciente del acto de quedarse dormido.-Pero cmo puede uno intentar eso?-El intento o el acto de intentar es algo muy difcil de

    explicar. Yo, o cualquier otro brujo, pareceramos un par de idiotas si tratramos de explicarlo. Ten esto en

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  • cuenta cuando oigas lo que te voy a decir a continuacin: los brujos intentan cualquier cosa que se proponen intentar, simplemente intentndolo.-Eso no me dice nada, don Juan.-Pon mucha atencin. Algn da te tocar a ti explicarlo.

    Lo que te dije parece una idiotez, porque no lo has puesto en el contexto apropiado. Como cualquier otro hombre racional, t crees que entender es exclusivamente el dominio de nuestra razn, de nuestra mente."Lo que te dije est en el campo del intento y el acto de

    intentar. Para los brujos comprender eso pertenece al campo de la energa. Ellos creen que si esa explicacin fuera oda por el cuerpo energtico, ste la entendera en trminos enteramente diferentes a los de la mente. El truco est en llegar al cuerpo energtico. Para eso uno necesita muchsima energa.-En qu trminos la entendera, don Juan?-En trminos de una sensacin fsica muy difcil de

    describir. Eso es algo que t debes experimentar personalmente; de otro modo no hay cmo saber lo que te estoy diciendo.Yo hubiera querido una explicacin ms precisa, pero

    don Juan me dio un golpe en la espalda, con la palma de su mano; y me hizo entrar en la segunda atencin. En ese entonces, lo que hizo era un absoluto misterio para m. Podra haber jurado que con su golpe me hipnotiz. Cre que me puso instantneamente a dormir, y que me so caminando con l en una ancha avenida bordeada de rboles en una ciudad desconocida. Fue un sueo tan vvido, y yo estaba tan consciente de todo, que trat al instante de orientarme, leyendo letreros y observando a la gente. Decididamente no era una ciudad de habla inglesa o espaola, pero era no obstante, una ciudad occidental. La gente pareca ser del norte de Europa,

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  • quiz lituanos. Me esforc por leer los anuncios de comercio y los nombres de las calles.Don Juan me dio un ligero codazo.-No te molestes con eso -dijo-. No estamos en ningn

    lugar identificable. Te acabo de prestar mi energa, y con ella llegaste a tu cuerpo energtico. Tu cuerpo energtico acaba de cruzar a otro mundo. Esto no va a durar mucho, as que usa tu tiempo con mucha mesura."Mira todo, pero sin andar con la boca abierta. No dejes

    que nadie te note.Caminamos en silencio. Fue una caminata de una

    cuadra que tuvo un tremendo efecto en m. Mientras ms caminbamos, mayor era mi ansiedad y mi curiosidad. Tuve la clarsima sensacin de que no me encontraba en este mundo. Cuando llegamos a un cruce de calles y nos detuvimos, vi que los rboles a lo largo de la calle haban sido cuidadosamente podados en forma de bolas. Eran rboles no muy grandes con hojas al parecer duras y rizadas. Cada rbol tena un buen espacio cuadrado para ser regado. No haba ni yerbas ni basura en esos espacios, como hay alrededor de los rboles de una ciudad, sino tierra suelta de color negro carbn.En el momento en que enfoqu mis ojos en el cordn de

    la acera, antes de cruzar la calle, me di cuenta de que no haba coches. Trat desesperadamente de observar a la gente que se arremolinaba alrededor nuestro; quera descubrir algo en ellos que explicara mi ansiedad. Los mir fijamente y ellos tambin me miraron fijamente. En un instante, un circulo de ojos duros, ojos azules y de color caf, se haba formado en torno nuestro.Tuve entonces la aterradora certeza de que esto no era

    en lo absoluto un sueo; nos encontrbamos en una realidad ms all de lo que mi mente reconoca como algo real. Gir la cabeza para ver a don Juan. En ese instante estaba a punto de descubrir qu era lo diferente

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  • en esa gente, pero un extrao viento seco me entr directamente en las fosas nasales. Sent como un golpe en la cara, mi vista se puso borrosa y olvid lo que le quera decir a don Juan. En el siguiente instante, estaba yo de vuelta donde haba empezado: la casa de don Juan; estaba echado en un petate, acurrucado de lado.-Te prest mi energa y llegaste a tu cuerpo energtico

    -don Juan dijo como si nada hubiera ocurrido.Lo o hablar, pero estaba entumecido. Una extraa

    comezn en mi plexo solar haca mi respiracin corta y dolorosa. Saba que haba estado a punto de descubrir algo transcendental acerca del ensueo y de la gente que vi, pero me era imposible enfocar esa casi revelacin. Cada vez que trataba de hacerlo, el recuerdo del sueo mismo se oscureca.-Dnde estuvimos don Juan? -le pregunt- Fue todo

    eso un sueo? Un estado hipntico?-No fue un sueo -contest-. Fue un ensueo. Te ayud

    a entrar en la segunda atencin, para que as pudieras comprender lo que significa intentar, no como un tpico para tu razn, sino para tu cuerpo energtico."A estas alturas, no puedes todava comprender la

    importancia de todo esto, no solamente porque no tienes la suficiente energa sino porque adems no ests intentando lo que yo intent por ti. Si lo estuvieras, tu cuerpo energtico inmediatamente comprendera que la nica forma de intentar es enfocando tu intento en lo que quieras intentar. Esta vez yo lo enfoqu por ti, y lo enfoqu en el acto de llegar a tu cuerpo energtico.-Es la meta del ensueo intentar el cuerpo energtico?

    -pregunt, repentinamente imbuido de una extraa claridad de pensamiento.-Se puede decir que esa es la meta total -dijo-. En el

    caso particular de la primera compuerta del ensueo, la meta es, intentar que tu cuerpo energtico se de cuenta de que te ests quedando dormido. No trates de forzarte

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  • para darte cuenta de que te ests durmiendo. Deja que tu cuerpo energtico lo haga. Intentar es desear sin desear, hacer sin hacer."Acepta el reto de intentar -prosigui-. Pon una determi-

    nacin que no admita palabras o aun pensamientos para convencerte a ti mismo de que has llegado a tu cuerpo energtico y que eres un ensoador. Hacer esto te pondr automticamente en la posicin de darte cuenta de que te ests durmiendo.-Cmo puedo convencerme de que soy un ensoador

    cuando no lo soy?-Or que debes convencerte a ti mismo te vuelve

    automticamente ms racional. Cmo te puedes convencer de que eres un ensoador, cuando sabes que no lo eres? Intentar abarca dos cosas: el acto de convencerte a ti mismo que verdaderamente eres un ensoador, aunque nunca hayas ensoado, y el acto de estar convencido.-Quiere usted decir, don Juan, que debo decirme a m

    mismo que soy un ensoador, y hacer todos los esfuerzos imaginables para creerlo? Es eso lo que usted quiere?-No, no es eso. Intentar es mucho ms simple, y al

    mismo tiempo, infinitamente ms complejo. Requiere imaginacin, disciplina y propsito. En tu caso, intentar significa que adquieres la indiscutible certeza corporal de que eres un ensoador. Sientes con todas las clulas de tu cuerpo que eres un ensoador.Don Juan aadi, en tono de broma, que l careca de

    suficiente energa para hacerme otro prstamo, y que yo deba llegar a mi cuerpo energtico por mi cuenta. Me asegur que intentar la primera compuerta del ensueo era uno de los medios descubiertos por los brujos de la antigedad para llegar al cuerpo energtico y entrar en la segunda atencin.

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  • Despus de decir esto, prcticamente me orden que me marchara y no regresara hasta que hubiera intentado la primera compuerta del ensueo.Regres a casa, y cada noche, por meses, me iba a

    dormir intentando con todo mi esfuerzo darme cuenta de estar quedndome dormido y ver mis manos en mis sueos. La otra parte de la tarea: convencerme a mi mismo de que era un ensoador y de que haba llegado a mi cuerpo energtico me fue totalmente imposible.Una tarde, mientras tomaba una siesta, so que

    estaba mirando mis manos. El impacto fue suficiente para despertarme. Este sueo result nico. No pude repetirlo. Tuve centenares de otros sueos en los que me fue imposible verme las manos y mucho menos darme cuenta de que me estaba quedando dormido. Sin embargo, empec a tener una vaga conciencia, en mis sueos, de que debera estar haciendo algo, pero no poda acordarme lo que era. Esta sensacin cobr tal fuerza, que me haca despertar a todas horas de la noche.Le cont a don Juan acerca de mis vanas tentativas de

    cruzar la primera compuerta del ensueo.-Decirle a un ensoador que encuentre en sus sueos

    un objeto determinado es un subterfugio -dijo-. El asunto es darse cuenta de que uno se est quedando dormido. Y hacer esto no es posible, simplemente ordenndose a uno mismo hacerlo, sino sosteniendo la vista de cualquier cosa que uno est mirando en su sueo.Me dijo que los ensoadores echan fugaces vistazos a

    todo lo que est presente en un sueo. Si enfocan su atencin de ensueo en algo especfico, usan este enfoque como punto de partida. Luego la enfocan en otros objetos del sueo, regresando al punto de partida cuantas veces les sea necesario.Despus de un inmenso esfuerzo encontr manos en

    mis sueos, pero nunca eran las mas. Eran manos que

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  • solamente parecan pertenecerme; manos que cambiaban de forma, volvindose a veces espeluznantes. El resto del contenido de mis sueos era por lo regular estable y placentero; y poda sostener la vista de cualquier cosa en la cual enfocara mi atencin de ensueo.Segu as por meses, hasta un da en el cual mi

    capacidad de ensoar cambi, aparentemente, por si sola. No hice nada en especial, aparte de mi constante determinacin de estar consciente del acto de quedarme dormido y de encontrarme las manos.So en esa ocasin que estaba de visita en mi ciudad

    natal. No era que la ciudad de mis sueos se pareciera a mi ciudad natal, pero de alguna manera, yo tena la conviccin de que si lo era.Todo empez como un sueo comn y corriente,

    aunque muy vvido. Luego, la luz aument. Las imgenes se volvieron ms ntidas. La calle por la cual caminaba de repente era ms real de lo que era un momento antes. Me empezaron a doler los pies. Para entonces poda yo sentir que los objetos del sueo eran absurdamente duros. Por ejemplo, al tropezar con la ro-dilla en una puerta, no solamente experiment dolor en la rodilla sino que tambin mi torpeza me enfureci.De un modo muy real, camin en esa ciudad hasta

    quedar completamente exhausto. Vi todo lo que pudiera haber visto si hubiese sido un turista caminando por las calles de cualquier ciudad. Y no hubo absolutamente ninguna diferencia entre esa caminata de ensueo y cualquier otra de las tantas que verdaderamente efectu por las calles de ciudades reales que visit por primera vez.-Creo que te saliste un poco del marco -dijo don Juan,

    despus de escuchar mi relato-. Todo lo que se requera era tomar conciencia de que te estabas quedando

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  • dormido. Lo que hiciste equivale a tirar la pared al suelo para aplastar un mosquito.-Quiere usted decir que ech a perder todo?-No. Pero aparentemente ests tratando de repetir algo

    que ya hiciste antes. Cuando hice que tu punto de encaje cambiara de posicin y fuimos a parar a esa misteriosa ciudad, t no estabas dormido. Estabas ensoando, pero no dormido. Esto quiere decir que tu punto de encaje no lleg a esa posicin a travs de un sueo normal. Yo lo forc a cambiar."Por cierto que puedes llegar a esa misma posicin por

    medio del ensueo, pero a estas alturas, yo no te lo recomendara.-Es peligroso, don Juan?-Y cmo! El ensueo es un asunto muy serio. Uno no

    puede darse el lujo de pasos en falso. Ensoar es un proceso de despertar, de adquirir control. Nuestra atencin de ensueo debe ser sistemticamente ejercitada, puesto que es la puerta a la segunda atencin.-Cul es la diferencia entre la atencin de ensueo y la

    segunda atencin?-La segunda atencin es como un ocano, y la atencin

    de ensueo es como un ro que desemboca en l. La segunda atencin es el estado de estar consciente de mundos completos, completos como el nuestro es completo; mientras que la atencin de ensueo es el estado de estar consciente de los objetos de nuestros sueos.Durante sus enseanzas don Juan puso un gran nfasis

    en el hecho de que la atencin de ensueo es la llave que abre todas las puertas en el mundo de los brujos. Dijo que entre la multitud de objetos en nuestros sueos, existen verdaderas interferencias energticas; cosas que son colocadas ah por fuerzas ajenas a la

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  • nuestra. Ser capaz de encontrarlas y seguirlas es el logro de la atencin de ensueo.Fue tanto el nfasis puesto en la idea de interferencias

    energticas que me vi obligado un da a pedirle que lo explicara. Titube por un momento antes de contestar.-Los sueos, si no son una puerta, son una compuerta a

    otros mundos -comenz-. Como tal, los sueos son un pasadizo con trfico de doble sentido. Nuestra conciencia cruza esa compuerta y entra en otros reinos; y esos otros reinos mandan exploradores que entran a nuestros sueos.-Qu son esos exploradores?-Cargas energticas que se mezclan con los objetos de

    nuestros sueos normales. Son estallidos de energa ajena que vienen a nuestros sueos, y nosotros los interpretamos como objetos conocidos o desconocidos.-Lo siento mucho, don Juan, pero no le encuentro ni ton

    ni son a su explicacin.-Eso es porque insistes en tomar a los sueos como

    algo conocido: lo que nos ocurre cuando dormimos. Y yo insisto en darte otra versin: una compuerta a otros reinos de la percepcin. A travs de esta compuerta, se filtran corrientes de energa desconocida. Luego la mente, o el cerebro, o lo que sea, se apodera de esas corrientes de energa y las transforma en parte de nuestros sueos.-Para qu hay que aislarlas, don Juan?-Para usarlas. Vienen de otros reinos. Si las seguimos a

    su fuente de origen, nos sirven como guas en reas de tal misterio que los brujos se estremecen con la sola mencin de tal posibilidad.-Cmo las aslan los brujos de los objetos normales de

    su sueo?-Por medio del ejercicio y control de la atencin de

    ensueo. En un momento dado, nuestra atencin de ensueo las descubre entre los objetos de un sueo, se

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  • enfoca en ellas y entonces el sueo entero se disuelve, dejando nicamente la energa ajena.Don Juan se rehus a continuar explicando el tema y

    volvi a la discusin de mi experiencia de ensueo. Dijo que haciendo una suma total, l poda decir que mi sueo haba sido un ensueo genuino, y que eso significaba el haber llegado a la primera compuerta del ensueo.En una ocasin diferente, mientras conversbamos de

    otros temas, don Juan empez a hablar de mi prctica de ensoacin. Dijo:-Voy a repetir lo que debes hacer en tus sueos para

    cruzar la primera compuerta del ensueo. Primero, enfoca tu atencin de ensueo en cualquier cosa, como punto de partida. Luego, pon tu atencin en cuantos objetos puedas. Recuerda que si slo echas vistazos breves, las imgenes no cambian. Despus de ver cada objeto regresa al primero que viste.-Qu quiere decir cruzar la primera compuerta del en-

    sueo?-Llegamos a la primera compuerta del ensueo, al

    darnos cuenta de que nos estamos quedando dormidos, o como t lo hiciste, al tener un sueo inmensamente real. En cuanto llegamos a esa compuerta, la cruzamos al ser capaces de sostener la vista en cualquier objeto en nuestros sueos.-Ya casi puedo sostener la vista en los objetos de mis

    sueos, aunque se disipan demasiado rpido.-Eso es precisamente lo que estoy tratando de decirte.

    A fin de compensar la evanescencia de los sueos, los brujos idearon el uso de un objeto como punto de partida. Cada vez que se le asla y se le mira, uno recibe una carga de energa. Al principio, no se deben enfocar demasiadas cosas en los sueos. Cuatro objetos son suficientes. Ms tarde, uno puede agrandar el campo de accin hasta abarcar todo lo deseable. Pero tan pronto

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  • como las imgenes comienzan a cambiar, y uno siente que se est perdiendo el control, se debe regresar al punto de partida, y empezar otra vez.-Cree usted don Juan que verdaderamente llegu a la

    primera compuerta del ensueo?-Llegaste, y eso ya es mucho. A medida que contines

    vas a estar consciente de cun fcil te va a ser ahora ensoar.Pens que don Juan estaba o exagerando o dndome

    aliento. Pero l me asegur que no.-Lo ms asombroso que les ocurre a los ensoadores

    -dijo-, es que al llegar a la primera compuerta, tambin llegan al cuerpo energtico.-Qu es exactamente el cuerpo energtico?-Es la contraparte del cuerpo fsico; una configuracin

    fantasmal hecha de pura energa.-Pero no est tambin el cuerpo fsico hecho de pura

    energa?-Claro que lo est. La diferencia es que el cuerpo

    energtico tiene nicamente apariencia, pero no masa. Ya que es pura energa, puede llevar a cabo actos que van ms all de las posibilidades del cuerpo fsico.-Cmo qu por ejemplo, don Juan?-Como transportarse en un instante a los confines del

    universo. Ensoar es el arte de templar el cuerpo energtico, de hacerlo coherente y flexible, ejercitndolo gradualmente."Por medio del ensueo, condensamos el cuerpo

    energtico, hasta llegar a hacerlo una unidad capaz de percibir. A pesar de que la manera normal de percibir el mundo afecta al cuerpo energtico, su modo de percibir es independiente. Tiene su propia esfera.-Cul es esa esfera, don Juan?-Esa esfera es energa. El cuerpo energtico trata con la

    energa en trminos de energa. Hay tres formas en las que trata. Puede percibir energa a medida que sta

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  • fluye; puede usarla como un cohete para propulsarse dentro de reas insondables; o puede percibir como percibimos normalmente el mundo. -Qu quiere decir percibir energa a medida que fluye?-Quiere decir ver. Quiero decir que el cuerpo energtico

    ve energa directamente como una luz, o como una especie de corriente vibratoria, o como un disturbio borroso. O la siente directamente como una sacudida o una sensacin que hasta puede ser dolorosa.-Y qu pasa con la otra forma de la que usted habl,

    don Juan? Aquella donde el cuerpo energtico usa a la energa como un impulso.-Puesto que su esfera es la energa, el cuerpo

    energtico no tiene ningn problema en usar corrientes de energa que existen en el universo para propulsarse a s mismo. Todo lo que tiene que hacer es aislarlas y, al instante, se lo llevan.Dej de hablar, pareca estar indeciso, como si quisiera

    aadir algo y se arrepintiera de hacerlo. Me sonri, y justo en el momento de hacerle una pregunta, continu su explicacin.-Ya te he planteado que los brujos aslan en sus sueos

    a exploradores de otros mundos -dijo-. Sus cuerpos energticos hacen esto. Reconocen energa y van tras de ella. Pero no es recomendable que los ensoadores se den a la bsqueda de exploradores. De muy mala gana te habl de todo esto, porque algunos de nosotros tenemos mucha facilidad para desviarnos en esa bsqueda.Don Juan pas rpidamente a otro tema. Me deline

    muy cuidadosamente un conglomerado entero de ideas y prcticas. En ese entonces, todo lo que me deca me era incomprensible en cierto nivel; sin embargo, en otro, todo me pareca perfectamente lgico y comprensible. Reiter que llegar a la primera compuerta del ensueo, de una manera calculada y con control es llegar al

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  • cuerpo energtico. Pero mantener ese clculo y control es bsicamente un asunto de tener energa. Los brujos obtienen esa energa organizando, de una manera ingeniosa, la energa natural que poseen y usan para percibir el mundo cotidiano.Cuando insist que explicara ms claramente todo esto,

    aadi que todos tenemos una cantidad determinada de energa bsica. Esa cantidad es nuestro total acervo energtico y lo usamos todo para percibir y tratar con nuestro absorbente mundo.Para enfatizar, repiti varias veces que no hay ms

    energa disponible para nosotros en ningn sitio, y como la energa de la cual disponemos est ya siendo usada en su totalidad, no nos queda ni un pice para percepciones extraordinarias, como el ensueo.-Y qu es lo que nos queda por hacer, don Juan? -le

    pregunt.-Nos queda la tarea de rebuscar energa por donde se

    pueda -contest.Don Juan explic que para rebuscar energa, los brujos

    reorganizan ingeniosamente la distribucin de su energa bsica, descartando cualquier, cosa que consideren superflua en sus vidas. Llaman a este mtodo "el camino de los brujos" o "el camino del guerrero". Como don Juan lo expuso, el camino de los brujos es, esencialmente, una cadena de conducta alternativa que se puede usar para tratar con el mundo diario; una conducta mucho ms directa y eficiente que la conducta usual. Don Juan aseveraba que era ms eficiente porque estaba expresamente diseada para renovar nuestra energa, alterando nuestras reacciones bsicas al hecho de estar vivos.-Cules son esas reacciones bsicas? -le pregunt.-Hay dos maneras de encarar el hecho de estar vivos

    -dijo-. Una es rindindose a l, ya sea resignndose a sus demandas o peleando contra ellas. La otra es

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  • moldeando lo particular de nuestra situacin vital, a fin de hacerla encajar en nuestras propias configuraciones.-Podemos realmente moldear lo particular de nuestra

    situacin vital, don Juan?-Cada uno de nosotros puede moldearla a la medida de

    nuestras especificaciones -insisti don Juan-. Eso hacen los ensoadores. Una aseveracin estrafalaria? Realmente, no, si tomas en consideracin lo poco que sabemos acerca de nosotros.Dijo que su inters, como maestro, era involucrarme

    completamente en el tema de la vida y el tema de estar vivo; es decir, la vida como consecuencia de fuerzas biolgicas, y el acto de estar vivo, como una cuestin de cognicin.-Cuando los brujos hablan de moldear lo particular de la

    situacin vital de uno -explic don Juan-, quieren decir moldear la conciencia de estar vivo. Al moldear esta conciencia, podemos obtener suficiente energa para llegar al cuerpo energtico y sostenerlo. Con el cuerpo energtico, sin lugar a dudas, podemos moldear la direccin y consecuencias totales de nuestras vidas.Don Juan termin nuestra conversacin pidindome que

    no solamente pensara acerca de lo que me estaba diciendo sino que convirtiera sus conceptos, por medio de un proceso de repeticin, en una forma factible de vida.Reiter lo que haba dicho incontables veces: que todo

    lo nuevo en nuestras vidas, tal como los conceptos de la brujera en la ma, debe ser repetido hasta el agotamiento si se quiere incorporarlo a nuestra cognicin del mundo. Seal que la manera en que nuestros progenitores nos socializaron para funcionar en el mundo cotidiano fue a travs de la repeticin.A medida que continu mis prcticas de ensueo,

    llegu a estar totalmente consciente de que me estaba quedando dormido y de que poda detenerme a

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  • examinar, a voluntad, cualquier cosa que fuera parte del contenido de mis sueos. Experimentar esto fue para m, no menos que un acto milagroso.Don Juan tena razn al decir que la atencin de

    ensueo entra en juego cundo se le llama, cuando se le da un propsito. Pero este acto de entrar en juego no ocurre de la manera en que uno normalmente entiende un proceso: un sistema de operaciones en curso, o una serie de acciones o funciones que llevan a un resultado final; ms bien es un despertar. Algo que estaba inactivo, se convierte de repente en algo funcional.

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  • 3La segunda compuerta del ensueo

    Mis prcticas de ensueo me llevaron a entender que un maestro del arte de ensoar debe crear una maniobra didctica a fin de enfatizar un determinado punto. En esencia, lo que don Juan buscaba con la primera tarea era ejercitar mi atencin de ensueo, a medida que yo aprenda a enfocarla en los objetos de mis sueos. Para lograrlo, us la idea de que yo debera estar consciente de quedarme dormido. Su subterfugio era decir que la nica manera de estar conscientes de que nos estamos quedando dormidos es examinando los elementos de nuestros sueos.Con la prctica me di cuenta que ejercitar la atencin

    de ensueo es el punto esencial del arte de ensoar. Sin embargo, a la mente le parece imposible que uno pueda entrenarse a s mismo a estar consciente, al nivel de los sueos. Don Juan deca que el elemento activo de tal entrenamiento es la persistencia y que la mente, con todas sus defensas racionales, no puede defenderse de la persistencia. Tarde o temprano, las barreras de la mente caen bajo su impacto, y la atencin de ensueo florece.A medida que practicaba enfocar y mantener mi

    atencin de ensueo en los objetos de mis sueos, empec a sentir una peculiar confianza en m mismo; era una confianza tan notable que le ped a don Juan sus comentarios al respecto.-Entrar en la segunda atencin es lo que te da ese

    sentido de seguridad en ti mismo -dijo-. Llegar a este nivel requiere an ms cordura de tu parte. Muvete despacio, pero no te detengas; y sobre todo, cllate la boca y acta.Le cont a continuacin que en mi prctica haba

    corroborado lo que l me haba dicho, que si uno da

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  • breves vistazos a los objetos de un sueo, las imgenes no se disuelven. Coment que la parte difcil es romper la barrera inicial que nos impide creer que los sueos son parte de nuestro ser consciente. Le ped a don Juan que me diera su opinin sobre este asunto. Yo pensaba seriamente que esta es una barrera psicolgica creada por nuestra socializacin, la cual demanda hacer caso omiso de los sueos.-Esa barrera es ms que socializacin -contest-. Es la

    primera compuerta del ensueo. Ahora que la has superado, te parece arbitrario que no podamos detenernos, a voluntad, para prestar atencin a los objetos de nuestros sueos. Esta dificultad no es arbitraria. La primera compuerta del ensueo tiene que ver con el flujo de energa en el universo. Es un obstculo natural.Don Juan me hizo luego acceder a que hablaramos del

    ensueo nicamente en la segunda atencin y cuando l lo considerara apropiado. Me alent a que siguiera practicando mientras tanto, y me prometi no interferir en mis prcticas, en lo absoluto.A medida que fui adquiriendo destreza en la

    preparacin del ensueo, experiment repetidamente sensaciones que personalmente consider ser de gran importancia; tal como la sensacin de rodar en una zanja, justo en el momento de quedarme dormido. Don Juan nunca me dio a saber que esas eran sensaciones absurdas, y hasta me dej que las describiera en mis notas. Es slo ahora que me doy cuenta de cun absurdo le he de haber parecido. Hoy en da, si yo fuera maestro del arte de ensoar, desaprobara absolutamente tal comportamiento. Don Juan no desaprob nada, solamente se burlaba de mi, llamn-dome un guerrero fraudulento que profesaba luchar contra la importancia personal, pero que sin embargo

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  • escriba un diario muy meticuloso y tremendamente personal, llamado: "Mis sueos".Cada vez que tena la oportunidad, don Juan recalcaba

    que la energa necesaria para liberar nuestra atencin de ensueo de la prisin de la socializacin se obtiene reorganizando nuestra energa existente. Nada podra haber sido ms cierto. El surgimiento de nuestra atencin de ensueo es el resultado directo de reformar nuestras vidas. Como don Juan dijo, ya que no tenemos manera alguna de hacer uso de una fuente externa para incrementar nuestra energa, debemos reorganizar la existente mediante cualquier recurso disponible.Don Juan insista en que el camino del guerrero es el

    mejor recurso que existe para engrasar las ruedas de esa reorganizacin de energa, y que de todas las premisas del camino del guerrero, la ms efectiva es "perder la importancia personal". Estaba totalmente convencido de que perder la importancia personal es indispensable para todo lo que hacen los brujos; y por esta razn, puso una enorme presin en guiar a sus estudiantes a cumplir con este requisito. Su opinin era que la importancia personal no es slo el enemigo acrrimo de los brujos sino tambin de la humanidad entera.Don Juan arga que empleamos la mayor parte de

    nuestra fuerza en mantener nuestra importancia, y que nuestro desgaste ms pernicioso es la compulsiva presentacin y defensa del yo; la preocupacin acerca de ser o no admirados, queridos, o aceptados. l sostena que si fuera posible perder algo de esa importancia, dos cosas extraordinarias nos ocurriran. Una, liberaramos nuestra energa de tener que fomentar y sustentar la ilusoria idea de nuestra grandeza; y dos, nos proveeramos de suficiente energa para entrar en la segunda atencin y vislumbrar la verdica grandeza del universo.

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  • Necesit ms de dos aos de prctica para poder enfocar mi atencin de ensueo en cualquier objeto de mis sueos. Me adiestr tanto en ello que me pareca haberlo hecho toda mi vida. Lo ms extraordinario era que yo no poda ni tan slo imaginar el hecho de no haber tenido esa habilidad. Pero al mismo tiempo poda recordar lo difcil que me haba sido siquiera tomarlo en serio. Se me ocurri que la aptitud de examinar el contenido de nuestros sueos debe ser el producto de una configuracin natural de nuestro ser, quiz similar a nuestra aptitud de caminar. Estamos fsicamente condicionados para caminar bpedamente, pero aun as tenemos que hacer esfuerzos monumentales para aprender a caminar.Esta nueva capacidad de ver los objetos de mis sueos,

    a breves vistazos, estaba unida a una irritante insistencia de mi propia parte en recordarme a m mismo que tena que hacerlo. Estuve siempre muy consciente de la tendencia compulsiva de mi carcter, pero en mis sueos esa compulsividad se convirti en algo agraviante. Al escuchar mi engorrosa insistencia en mirar a los objetos de mis sueos, a breves vistazos, comenc a preguntarme si esto era realmente mi compulsividad, o era algo ms. Hasta cre que estaba perdiendo la razn.Le cont a don Juan acerca de esto. Yo haba respetado

    fielmente nuestro acuerdo de que hablaramos del ensueo nicamente cuando l hiciera mencin del tema. Pero esta era una emergencia.-Cuando te oyes a ti mismo, insistiendo en todo eso, es

    como si no fueras t, verdad? -me pregunt.-Ahora que lo pienso, si. En esos momentos no parece

    que fuera yo.-Entonces no eres t. An no es tiempo de explicarlo,

    pero digamos que no estamos solos en el mundo. Digamos que para los ensoadores, hay otros mundos

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  • disponibles; mundos completos. Algunas veces, entidades energticas de esos otros mundos completos vienen a nosotros. La prxima vez que oigas durante tus sueos esa molesta insistencia, ponte enojadsimo y grtale que pare.Como resultado de