5. cerámica colonial en la habana. arrazcaeta

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Arqueologia colonial

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  • Gabinete de Arqueologa / 197

    N U E S T R A C O L E C C I N

    La cermica de aplicacinarquitectnica de la poca colonialen La Habana

    Por: Roger Arrazcaeta Delgado y Antonio Quevedo Herrero

    Esta investigacin es una consideracinpreliminar sobre la relevante presencia de lacermica de aplicacin arquitectnica(azulejera cermica) en contextosarqueolgicos y arquitectnicos de la pocacolonial en la ciudad de La Habana. Se tratade uno de los artculos de consumoampliamente extendido hacia Amrica en lapoca moderna, a travs de las redescapitalistas de comercio y monopolizacin demercados. Damos un resumido panorama delas tipologas de azulejos que hemosidentificado, as como de su rangocronolgico.

    This paper is a preliminary approach on therelevant presence of ceramics being used inarchitecture (glazed tiling) withinarchaeological and architectural contextsduring the colonial period in Havana.Ceramic tiles were an item widely extendedin America in modern times through thecapitalist networks of trade andmonopolization of markets. A brief outlookon the typology of tiles identified and theirchronology is given.

    Introduccin

    Las investigaciones en los sitios arqueolgicos de la poca colonialde la ciudad de La Habana, tanto en contextos enterrados como enedificios en pie, reportan una gran variedad de cermica de aplicacinarquitectnica, especialmente nos referimos a la azulejera. Su estudio,despus de haber analizado miles de ejemplares en ms de una decenade aos, nos permite clasificarla como de procedencia fundamentalmenteespaola, con un dilatado rango cronolgico que va desde el siglo XVI alxx. El estudio de esta alfarera en Cuba, constituye un campo desatendidotradicionalmente por arquelogos, historiadores del arte, historiadoresy arquitectos, por lo que la bibliografa nacional al respecto es escassima(Taboada 1987 y 1994; Castell 1998; Arrazcaeta y Quevedo 2003) y soloaborda el asunto de modo muy somero. Cabe mencionar, no obstante,otras aportaciones sobre los azulejos en la arquitectura habaneracolonial, como el importante libro del profesor Prez Guilln (2004) y lacontribucin del arquitecto uruguayo Artucio Urioste (1997).

    Para profundizar en el conocimiento de la azulejera colonial, laarqueologa tiene un rol preponderante con relacin a otras ciencias,por cuanto se trata de un patrimonio que desapareci junto a su soporteoriginario: la arquitectura, y que en buena medida subyace actualmentecomo basura y escombro de construccin en las estratigrafasarqueolgicas conservadas bajo los centros urbanos o en el reacircundante a estos.

    Azulejo es el trmino usado en espaol para identificar a la losa debarro cocida, casi siempre cuadrada o rectangular, embadurnada conun vidriado estannfero sobre una de sus caras. Otra peculiaridad, esque sobre su vidriado de color blanco, aunque puede ser amarillo, azul,verde o de cualquier otro tono, suele estar una ornamentacingeomtrica, fitomorfa, zoomorfa o de otro tipo, plasmada con pigmentosminerales azules o polcromos. Las tcnicas empleadas para llevar aefecto el proceso de decoracin fueron la de pincel a mano alzada, el es-tarcido y la trepa o plantilla; en ocasiones se us en combinacin conestas el trazado de lneas con una regla, el comps y el relieve moldura-do en la arcilla, esta ltima caracteriza a las azulejeras espaolas decuerda seca y de cuenca o arista del siglo XVI.

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    N U E S T R A C O L E C C I N

    Los azulejos de los siglos XVI y XVII son constatadoshasta el momento en residuarios arqueolgicos de LaHabana Vieja y la ciudad de Santiago de Cuba. Delfinal del XVII y del XVIII tenemos en el Gabinete deArqueologa un excelente plafn devocional de unacasa de la calle Inquisidor no. 358 y otros exhumadosen un prstino pavimento del coro alto de la BaslicaMenor de San Francisco de Ass, ambos en La HabanaVieja. Por otra parte, destaca un conjunto de estiloDelft ubicado en la parroquial de Bayamo; estos conla singularidad de estar pintados en azul cobalto ydecorados con notables escenas basadas en pasajesbblicos. Hasta el momento no conocemos en laarquitectura cubana en pie otros ejemplos quepodamos asignar a los primeros siglos coloniales, yde acuerdo a nuestra experiencia, consideramos quelos contextos excavados hasta el da de hoy no sonsuficientes para elucidar este asunto definitivamente.Sin embargo, lo que s es un hecho es la presencia deun significativo y cuantioso patrimonio azulejero delsiglo XIX, primordialmente en las ciudades de LaHabana y Matanzas, y en menor medida en otras quean conservan edificios decimonnicos o anteriores.

    En la arquitectura cubana del XIX los azulejos sedesplegaron en hiladas de cuatro a seis paraconformar zcalos o frisos, u otras ordenaciones enespacios como el zagun, la escalera, la cocina, patiosy traspatios, galeras, y es casi seguro que tambinen las estancias dedicadas al lugar del comn o letrina;menos habitual es hallarlos en contrahuellas deescaleras, fachadas y muros de interiores de in-muebles, aunque algunos ejemplos de esto puedenapreciarse en casas de Centro Habana, La HabanaVieja y el Cerro, en la ciudad de La Habana, y en la ciu-dad de Matanzas. En Cuba, su empleo en la etapacolonial como revestimiento de cpulas de iglesias yotros espacios religiosos, casi no lleg a nuestros das;suponemos, empero, debi ser frecuente, si tomamosen cuenta su reiterada utilizacin en templos yconventos de Espaa e Hispanoamrica, y el descubri-miento arqueolgico de los mismos en contextosestratigrficos en recintos religiosos habaneros. Unamuestra de este uso se encontr en el coro alto de laBaslica Menor de San Francisco de Ass, construi-da entre los aos 1719 y 1738; aqu las excavacionesarqueolgicas nos permitieron exhumar un pavimentocon restos de azulejera polcroma del final del sigloXVII o primer cuarto del XVIII. Tambin zcalos con

    azulejos valencianos del siglo XIX perduran en el zagundel convento Santa Teresa de Jess, pretrita sede de laorden de las Carmelitas Descalzas. En el vestbulo deldesaparecido hospital San Francisco de Paula, unafotografa de 1930 muestra el zcalo de azulejos del sigloXIX que tena esa institucin. Los edificios mencionadosse encuentran en La Habana Vieja.

    La cermica de aplicacin arquitectnica de lapoca colonial de Cuba es el resultado de la im-portacin capitalista, as como de tradicionesdomsticas y de la moda imperante en aquellos tiem-pos en Europa y Amrica. La azulejera transferida aCuba entre los siglos XVI y XVIII, en cuantas menoresque en el XIX, desapareci en los edificios colonialespor causa de procesos de especulacin inmobiliaria,destruccin, abandono, transformacin y moder-nizacin arquitectnica. Solo las excavacionesarqueolgicas en La Habana Vieja, y unas pocas enSantiago de Cuba y Trinidad, permiten confirmar laexistencia de azulejos de procedencia espaola(sevillanos y catalanes), inglesa y mexicana en lostres primeros siglos hispanos de la historia de Cuba.Sin embargo, del siglo XIX se hallan en los sitiosarqueolgicos urbanos y en las construccionescoloniales sobrevivientes de las ciudades de LaHabana y Matanzas, grandes cantidades de azulejosfabricados en Valencia y Onda, considerado el mayorpatrimonio de azulejos espaoles en ultramar.

    Los azulejos del siglo XVI, tipos arista y pisano

    La gran ciudad mercantil de Sevilla fue el nicopuerto autorizado por la Casa Hamburgo a comer-cializar con el Nuevo Mundo durante los siglos XVI yXVII, con lo cual tuvo una influencia determinante en elorigen de las mercaderas llegadas desde Europa aAmrica. Para monopolizar este trfico oficial fuecreada la Casa de Contratacin de Indias en 1503.

    Los alfareros sevillanos, con sus principales talleresen Triana, encontraron a travs del trfico trasatlnticoun contexto favorable para situar sus artculoscermicos ms estandarizados en Amrica, merca-deando piezas de forma y azulejos, entre otrosproductos. Fruto de este negocio llegaron en el sigloXVI diversos tipos de azulejos como los de cuerda seca,arista y pisano. Se han hallado muestras del tipo aristao cuenca en sitios arqueolgicos de La Habana Vie-ja y Santiago de Cuba, y es necesario decir que esta

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    peculiar artesana cermica constituy en su tiempola produccin ms genuina de la azulejera sevillana,donde se elaboraban aproximadamente desde el ao1500 (Pleguezuelo 2000: 45). Otros centros con tradicinalfarera como Valencia, Toledo y Muel (Zaragoza) losfabricaron en los siglos XV y XVI (Domnech Martnez1988: 19). Diversos ejemplares son conocidos en sitiosdel Caribe, como el convento de San Francisco y LaVega Vieja en Repblica Dominicana; en Caparra,Puerto Rico; Nueva Cdiz, Venezuela (Goggin 1968:144) y en Panam la Vieja (Rovira 2002). Es indis-cutible que esta cermica de aplicacin arqui-tectnica presenta una relevante influencia mudjaren lo tcnico y ornamental, empero, el repertoriodecorativo del renacimiento italiano ampli sus cdigosartsticos convirtindolos en una moda preponderante,la cual fusion la ornamentacin geomtrica mudjarcon el muestrario descubierto en la Domus Aurea deRoma y las formas del gtico isabelino.

    Los ejemplos de azulejos de arista de La HabanaVieja exponen una decoracin a relieve de estilorenacentista italiano, con motivos geomtricos yvegetales, cuyos diseos se impriman con una matrizo molde dejando rebordes que mantenan los vidriadosen perfecta separacin (Deagan 1987: 119). El colorusual de la decoracin era el azul, verde, melado ymorado sobre fondo blanco de estao. En la coleccindel Gabinete de Arqueologa de La Habana, tenemosdos fragmentos de cuarto ornato que permitenidentificar parcialmente un adorno de hoja verde deparra con sus frutos morados y lneas curvadas unidasentre s, estas a su vez enmarcan a la hoja, aunque supequeo tamao impide interpretar su formacompleta. El grosor es de 2,3 cm. Uno de ellos (fig. 1 a)fue encontrado en las excavaciones arqueolgicas delPalacio de los Capitanes Generales, actual Museo dela Ciudad de La Habana en calle Tacn no. 1.Posiblemente perteneci a algn arrimadero o zcalode la desaparecida Parroquial Mayor, erigida hacia1550 1551 en el mismo espacio que a fines del sigloXVIII ocup el referido Palacio (Weiss 1996: 56 y 57). Elotro (fig. 1 b) proviene del actual convento de SanFrancisco de Ass en La Habana Vieja y es de uncontexto con artefactos del siglo XVI, posiblemente delprimer monasterio de la orden franciscana de estelugar. Otro pequeo trozo de procedencia desconocidade La Habana Vieja, exhibe un modelo vegetal pintadoen xidos metlicos azul, morado, verde y melado

    sobre fondo blanco hueso (fig. 1 c), tiene un espesorde 2,7 cm, una magnitud poco comn respecto a otrastipologas de azulejos de la poca moderna.

    El azulejo de arista ms sobresaliente en la coleccindel Gabinete de Arqueologa de la Oficina delHistoriador de la Ciudad de La Habana, es tambin deun sitio no identificado dentro de La Habana Vieja yes el ms completo de todos. Tiene formatorectangular (27,8 x 12,5 x 2,5 cm) y sobre una de suscaras muestra un dibujo de rombo que cubre toda lasuperficie en sentido longitudinal; al interior del romboposee un botn central sobrepuesto a acantoscruciformes estilizados; acantos cuarteados en lasesquinas como enlaces para otras piezas similares(fig. 2). La falta de vidriado en los lados menores deeste azulejo, parece indicar su elaboracin para ladecoracin de techos, especialmente en el espacioentre vigueras, semejante a como se haca enAndaluca y otros lugares (Ainaud de Lasarte 1952: 31).Como paradigma referencial, existe un conjunto deazulejos tipo arista, con motivos mudjares yrenacentistas, recobrados por el profesor FranciscoPrat Puig (1986: 6-142) en el solar que ocupaba elCabildo de Santiago de Cuba, donde tambin seencontraron otras evidencias del siglo XVI.

    La otra tipologa de azulejo renacentista es eldenominado pisano: azulejo liso o plano en tcnica dexidos sobre esmaltes, decorado siguiendo loscnones italianos. Esta novedad fue introducida enSevilla en las postrimeras del siglo xv o inicios del XVI,posiblemente por el azulejero italiano FranciscoNiculoso, el Pisano, en nuestra opinin la figura msprominente de los azulejeros en Sevilla. Despus dela muerte de Niculoso (1528), los azulejos planos a laitaliana (pisanos) se dejaron de producir por lo menosdurante un tercio de siglo, as es que hasta el tercercuarto del siglo XVI no tuvo lugar su adopcin definitivay generalizada por los azulejeros sevillanos (SanchoCorbacho 1948: 8). Las ciudades de Sevilla, Talaverade la Reina, Valencia y Barcelona los estuvieronmanufacturando durante todo un siglo 1550 y 1650.

    Las piezas de pisano localizadas en La Habana Viejahasta el momento no estn enteras; entre ellas hayun azulejo de formato rectangular o cinteta (ver-duguillo) que debi tener, segn informacin com-parativa, 6,5 cm de longitud, 3,5 cm de ancho y 2 cm degrosor. El resto son cuadrados y de dibujo completo,tambin con base en otros especmenes espaoles

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    suponemos para ellos unas dimensiones entre 14 x 14x 1,5 cm 13,5 x 13,5 x 1,5 cm (Prez Guilln 2004: 251).Presentan combinaciones de elementos fitomorfos ygeomtricos plasmados a pincel sobre estarcido, enazul, amarillo limn, verde y naranja, y perfilados enazul o morado sobre fondo blanco estannfero. De losejemplares cuadrados, tres tienen idntica decoracin,fundada en un patrn de doble tarja manierista (fig. 3 a,b), el motivo conocido como clavo, ciertamente toma-do del repertorio geomtrico de los artesonadosmudjares. Ejemplares de este tipo estn fechados en1589 para la iglesia del convento de Santa Mara deJess en Sevilla, y el arquelogo John M. Goggin registrrestos de azulejos anlogos (1968: 112, lmina 1 d) enlas excavaciones del convento de San Francisco enSanto Domingo, Repblica Dominicana. Tambin en otroazulejo de este grupo se aprecia un diseo de hojarascabarroca con perfilado morado de manganeso (fig. 3 c),caracterstico de la primera mitad del siglo XVII; el grosor delas piezas vara entre 1,5 a 1,9 cm. Los subsuelos urbanosdonde se encontraron estos vestigios pertenecen a lademolida Parroquial Mayor (fig. 3 a), Palacio de los condesde Santovenia (fig. 3 b) y a la vetusta casa de Pablo Pedro-so, esta ltima construida entre 1624 y 1631.

    Azulejos del siglo XVII a la primera mitad del XVIII

    En la primera mitad del siglo XVII continanfabricndose los azulejos tipo aristas y pisanos, a lamanera italiana, aunque de menor calidad. En esteperodo tambin se percibe el declive de la industriaazulejera espaola, especialmente sevillana. LaHabana, por su parte, recibe los embates del descalabroeconmico de la metrpoli, pero aun as creceurbanamente y en 1607 fue promovida a capital. En elao 1691 contaba con seis conventos entre medianos ygrandes, un oratorio y seis iglesias, obras que por ciertopudieran haber encerrado interesante azulejera.

    De esta etapa la obra de mayor nivel pictrica enazulejos, posiblemente de finales del siglo XVII o iniciosdel XVIII, es un panel devocional que se conserv enmal estado en lo alto de un muro en la planta baja deInquisidor 358, La Habana Vieja. Despus de hacer surescate arqueolgico, recibi atencin conservativay se ha restaurado por los especialistas del Museo deArqueologa de la OHCH, pasando a sus colecciones.La pintura representa a San Francisco de Paula enprimer plano y en su fondo una iglesia; el personaje

    viste hbito con capucha puesta y lleva como atributosun bastn y la palabra Charitas (Caridad), encerradaen un crculo (figs. 4 y 5). Este plafn se compone deveinte azulejos de 13,5 x 13,5 cm cada uno, en los queel pintor decor cada parte de la figura total. Laconformacin es de cinco por cuatro y todas las piezasestn pintadas con la tcnica de pincel sobre estarcido.Los azulejos de cenefa que cien al santo tienen undiseo compartimentado a la mitad, una porcininterior es parte de la figura religioso y la otra exponemotivos vegetales barrocos que dan la terminacin oribete al cuadro. Azulejos de cenefa con carac-tersticas y diseo semejante acompaan un plafndevocional en el monasterio de Pedralbes, Barcelona(Ainaud de Lasarte 1952: 146 y 147), y se les asign lamisma cronologa que a esta pieza. Estableciendoparalelos con otras piezas de la azulejera devocional,proponemos su fabricacin como catalana. Noobstante, el investigador Prez Guilln (2004: 287-288)clasifica a este panel como un excepcional productovalenciano, de gran calidad frente a la ingenuidadpopular de los productos catalanes coetneos y loconsidera como del primer cuarto del siglo XVIII.

    Un ejemplar raro y nico entre los azulejos de estapoca, posee un formato cuadrado y dibujo completode color azul oscuro, su diseo est plasmadomanualmente con pincel, sin estarcido. Procede delas excavaciones del Palacio de los CapitanesGenerales (sitio de la desaparecida Parroquial Mayor)y lo adscribimos al siglo XVII, de acuerdo a suscaractersticas y estilo decorativo. Su tamao (7,9 x7,9 x 2,2 cm) nos revela que se trata de una olambrilla,pieza usada desde el medioevo para pavimentosformando composiciones con baldosas o ladrillos decermica roja, u otros componentes azulejeros. Estetipo de formato tiene una larga trayectoria histrica ytodava en la primera mitad del siglo xx se continuabaempleando en soladuras. La figura fitomorfa repre-sentada (fig. 6) est pintada en una sola tonalidad deazul y por su estilo parece ser reflejo de la impronta de-jada por la porcelana china Ming en la alfarera europea,que imitaba el color, la decoracin naturalista y elespritu de estos productos o chineras desde principiosdel siglo XVII. Por las exclusivas pinceladas, el color azulcobalto y la temtica abordada, este azulejo guarda granparecido con los tipos de maylicas (vajillas) conocidascomo Ichtucknee Azul sobre Blanco y Talavera Azulsobre Blanco, ambas del siglo XVII.

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    El puerto de Barcelona no tuvo comercio directocon Cuba hasta la segunda mitad del siglo XVIII, en quefue autorizado por la corona espaola para comerciarcon Amrica, pero los primeros azulejos catalanesllegaron a la Isla mucho antes, pues hemos halladonumerosos piezas que podemos datar entre finalesdel siglo XVII y primeras dcadas del XVIII, corres-pondientes al llamado primer barroco. Estos seconservan en las colecciones del Gabinete deArqueologa y son de un tipo de azulejo liso con diseopolcromo en mdulo de 13,5 cm en cuadro, establecidopor el Gremio de Azulejeros de Catalua en 1635 ytambin acatado por Valencia hasta que esta cambial formato de 22 a 22,5 cm, entre 1720 y 1740 (Ibdem1996: 67-87). El motivo principal de este azulejo es laclavellina, del cual aparecen diferentes variantesornamentales en Catalua y en Valencia, prin-cipalmente en edificios religiosos donde se considerandel ltimo cuarto del XVII y primer cuarto del XVIII.

    Piezas incompletas de cuarto ornato con el motivoclavellina, se exhumaron de un pavimento en el coroalto de la Baslica Menor del convento de San Franciscode Ass en La Habana Vieja, durante las excavacionesarqueolgicas de 1994. Este solado se encontrabatapado por rellenos de nivelacin y otros pavimentosposteriores, y es muy posible que fuera el ms antiguode ese espacio, pudiendo ser del perodo de 1719-1738,poca de construccin del segundo convento en elmismo sitio. Otros tiestos de azulejos con igualdecoracin se hallaron en una capa de rellenos del sigloXX en la iglesia de la Tercera Orden de los franciscanos,en el ya mencionado convento de San Francisco deAss (Boris L. Martn, com. pers. 2003). El mejor lote deeste tipo decorativo, mucho mejor conservado ycompleto, lo encontramos en el 2003 en los estratosredepositados en una letrina colonial en la calle Mercedesquina San Pedro, La Habana Vieja.

    Los azulejos aludidos tienen en comn un mismodiseo de clavellina dispuesta diagonalmente, rosetaspartidas y cuarteadas para el enlace, tallos y hojas enazul y ptalos en color amarillo y naranja; sus tamaosestn entre 13,3 a 13,5 cm de lado y 1,2 a 1,4 cm degrosor (fig. 7). Un modelo clavellina afn, es descritopor Prez Guilln (1996: 42) como de posible facturacatalana por encontrarse en Valencia solo enlocalidades prximas a Catalua. Otras variantessimilares en diseo, en distinto color, son dibujadaspor Salvador Miquel (1984: lmina VI) como existentes

    en Barcelona. Por su parte el especialista uruguayoAlejandro Artucio Urioste (Ibidem: 51-55), resea suexistencia en un banco del Museo Histrico de BuenosAires y le llama Clavell del Segle XVIII, ademscomenta el inicio de este diseo en el siglo XVII tardo.

    Un azulejo de forma rectangular y motivo de-corativo diferente a los anteriores, mide entre 13,2 a13,8 cm de lomgitud, ancho 6,7 a 6,9 cm y 1,2 a 1,5 degrosor; pero casi idntico a estos en los colores, pin-celadas y maneras de emplearlos se encontr en lareferida letrina de la calle Merced, esquina a San Pedro.Est asociado a la misma unidad estratigrfica quelos azulejos clavellinas, lo cual indica su vertimientoen el relleno en igual poca, y pudieran proceder delmismo lugar primario. Son doce piezas completas tipocenefa o cinteta y llevan como diseo una hojaestilizada con capullos y frutos, mostrndonos unbarroquismo ligero (fig. 8). Este ornamento apareceen Barcelona formando la cenefa que adorna unainagen devocional en un frontal del monasterio dePedralbes (Ainaud de Lasarte 1952: 146-147), sinembargo no encontramos referencia de l en Valenciani en otras partes. Asumimos una procedencia ydatacin similar a la de los azulejos clavellinas.

    Probablemente los azulejos ms representativosdel estilo barroco en la Habana Intramural son losconocidos como cornucopia. Entre estos hay cuatrocompletos de cuarto ornato, con diseo de moldurascontracurvadas convergentes, hojas diagonales ypalmeta esquinal (fig. 9). Miden 13,5 x 13,5 x 1,3 cmcada uno y provienen del convento de Santa Clara deAss, edificio construido en 1643. Otras dos piezasincompletas de este mismo tipo son de un contextoestratigrfico de la capilla de la Tercera Orden de SanFrancisco de Ass, ambos en La Habana Vieja. PrezGuilln (2004: 268) los identifica como catalanes delao 1700, y Salvador Miquel (1984: lmina VI) dibujaun modelo similar, distinto en los colores, comoencontrado en Catalua, clasificndolos de finales delXVII e inicio del XVIII. El mismo tipo tambin aparece enBuenos Aires y es descrito por Artucio Urioste comoazulejo cataln de finales del siglo XVII, hasta los aos1725 1730.

    Otros azulejos del siglo XVIII

    El llamado siglo de las luces inaugura paraEspaa y sus colonias de ultramar el reinado de los

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    borbones franceses. Una poca marcada porsucesivos cambios favorables a la sociedad colonialde Cuba; sobre todo en la segunda mitad del XVIIIocurren acontecimientos benefactores a su comerciointernacional y a la economa de la Isla. De estacenturia se han hallado en La Habana algunosejemplos de azulejera que muestran una vez ms eluso estable y continuado en el tiempo de esteelemento arquitectnico, algunos ya fueron descritosen el acpite anterior y otros sern abordados ahora.No obstante, debemos sealar que un notable grupode azulejos de estilo Delft del siglo XVIII, estudiadopor uno de los autores de este artculo en la parroquialde Bayamo (Arrazcaeta 2005), ser motivo de unprximo artculo en este boletn.

    Delft ejerci una vigorosa influencia en la cermicaeuropea del siglo XVIII imponiendo su propio estilo. Tresfragmentos de azulejos de La Habana denotan esteacierto en su diseo. Estos, aunque muy incompletos,tienen un espesor de 1,5 cm y probablemente son de13,5 x 13,5 cm, con dibujos populares polcromos alestilo Delft (fig. 10); provienen de la morada delmarqus de Casa Caldern, sito en Oficios 312 esquinaSanta Clara en La Habana Vieja y fueron encontradosen un antiguo pozo de agua, dentro de sedimentoscon basurales de la segunda mitad del siglo XVII y delXVIII que lo rellenaban. Los diseos pintados en cadauno son de tema nico y siempre aparecen rodeadospor un crculo, en este caso de tono amarillo limn,siguiendo un patrn establecido en Italia desdeprincipios del siglo XVI y retomado con gran xitocomercial por Holanda en el XVII. Estos azulejos delbarroco tuvieron un amplio espectro de aplicacin enla estructura arquitectnica, sobre todo en enchapesde interiores. De acuerdo a sus caractersticasdecorativas y a referencias bibliogrficas, puedenclasificarse como posiblemente de Triana, Sevilla, demediados del siglo XVIII. Otro azulejo multicolor de lamisma serie y cronologa (13,5 x 13,5 x 1,7 cm), con sucrculo conformado por tres lneas en azul y un aveacutica nadando en un estanque como tema central(fig. 11), tambin es del mismo contexto arqueolgicoy difiere de los otros en el tono ms suave de suscolores y su pasta crema. La adjudicacin a Sevillaparece ser segura.

    Un magnfico grupo de cinco azulejos completos(fig. 12) similares a los descritos en la Casa Caldern,con imgenes populares y cinegticas, se exponen en

    el Gabinete de Arqueologa. Fueron transferidos delas colecciones del Museo de la Ciudad y segn constapertenecan al convento de San Francisco de Ass.stos tambin pueden ser atribuidos a Triana, Sevilla,con idntica datacin a los anteriores. Un tiesto delmismo tipo, pero decorado en azul, (fig. 13) lo hall elarquelogo Leandro Romero y su equipo en 1985, enlos trabajos arqueolgicos de la antigua casa delcapitn Gaspar Rivero Vasconcelos, Obrapa esquinaSan Ignacio, La Habana Vieja. Inmueble erigido en elsegundo cuarto del siglo XVII.

    En la azulejera del siglo XVIII, uno de los modelosms verstiles por su facultad para formar unainagotable gama de combinaciones es el conocidocomo cartabn, vela, mitadad, medio pauelo, entreotras denominaciones (Artucio Urioste 2003: 1-24). Susencillo diseo de una lnea diagonal dividiendo lasuperficie en dos mitades triangulares, surge desdefinales del siglo xv en Espaa, donde adquiri unamayor popularidad posteriormente. Estos estnpresentes en Portugal, Italia, Francia, Argentina,Mxico, Estados Unidos y Cuba, llegando a fabricarseen Mxico en el siglo XXI (Ibdem: 3). Algunos restos enazul y blanco (fig.13), y en verde y blanco, de formatoentre 13,3 a 13,5 cm de lado por 1,3 a 1,4 cm de grosor,se hallaron como basura en sedimentos trreos yescombros depositados en el siglo xx en la capilla dela Tercera Orden del convento de San Francisco deAss, construida en 1743.

    Otras dos piezas del mismo modelo se recuperaronen un zcalo de azulejos de una escalera del siglo XVIII enla casa de don Pablo Pedroso, en Baratillo 111, La HabanaVieja. Una est pintada en morado y la otra en verde (fig.14), poseen un color de pasta rojizo tostado distinto a losantes mencionados, son adems diferentes en susmedidas respecto a los encontrados en la capilla de laTercera Orden (13,8 cm de lado x 1,8 cm de grosor), quizspor una dismil cronologa, o porque fueron hechas enotros alfares. Es difcil determinar su pas de fabricacin.Por ejemplo, tanto Valencia como Barcelona mantuvieronla produccin de estos azulejos entre los siglos XVI y XVIII, yhemos podido comprobar en Puebla de los ngeles,Mxico, gran emporio alfarero de confeccin de ma-ylicas y azulejos, su frecuente presencia en laarquitectura colonial.

    Un patrn decorativo reiterado durante variossiglos en los azulejos catalanes, es el llamado rosade los vientos. En la capilla de la Tercera Orden de

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    los franciscanos, se hall un azulejo (13,2 x 13,2 x1,3 cm) casi completo con este tema (fig. 15). Un modeloidntico est publicado por Miquel (1984: lmina VI)para Barcelona y lo sita en las postrimeras del sigloXVII a inicios del XVIII. Artucio Urioste lo seala comopresente en el Ro de la Plata. Por su parte el doctorPrez Guilln (1996: 122-123), referencia una varianteparecida en Valencia, del perodo de 1700 a 1730,adems plantea su escasez en esa ciudad y apoyauna posible fabricacin catalana.

    De los conocidos azulejos de oficios catalanes,se tiene en el Gabinete de Arqueologa un interesantetiesto de La Habana Vieja (13,4 x 13,4 x 1,2 cm), seriede la palmeta (fig. 16). Este fragmento tiene dibujadohojas en dos tonos de verde perfiladas en morado,que aparecen a cada lado del motivo principal, el cuales en este ejemplar una imagen humana enmarcadacon una banda amarilla ribeteada interiormente poruna fina lnea en manganeso, peculiaridad comn enlos azulejos de este tipo hechos en Barcelona duranteel siglo XVIII. Los personajes o escenas independientesde estos azulejos, copian o se inspiran en las aleluyascatalanas publicadas en la poca (Giral Quintana 2000:128), sumndose otras con msicos, paisajes, barcos,bestiarios, cazadores, etc. El estudioso Prez Guilln(2004: 273) da para este azulejo una cronologa de finalesdel siglo XVII a inicios del XVIII.

    Los azulejos de tema independiente estilo Delft,nombre que toman por haber sido este centro alfareroholands su principal promotor desde el siglo XVII, seencuentran en La Habana casi siempre en su variedadazul, observndose dos modalidades con relacin almotivo central: desde el clsico diseo con escenaprincipal rodeada por un doble crculo y esquinasdecoradas con motivos menudos para formarcomposiciones con los azulejos adyacentes, hasta elms sencillo, sin doble crculo, con el dibujo trazadosobre el fondo estanoplumbfero blanco. Un conjuntode fragmentos con distintos modelos del tipo clsicofue exhumado por el investigador Carlos A. Her-nndez y un team de tcnicos del Gabinete deArqueologa en una letrina del siglo XVIII de la mansinhabanera de los marqueses de Arcos, en calleMercaderes no. 16. Los diseos plasmados, muyprobables del segundo y tercer cuarto del siglo XVIII,incluyen escenas con arquitectura (fig. 17), paisajescosteros con barcos y pescadores, y al parecer temasbblicos, pero el grado de fragmentacin de estos nos

    impidi reconstruir un dibujo completo. Otro frag-mento de azulejo Delft, probablemente de igualdatacin, recientemente encontrado en el sitioarqueolgico de la Muralla de Mar (2006), sito en lacalles Tacn, Mercaderes y Empedrado en La HabanaVieja, est decorado en morado y lleva un paisaje conpersonaje central.

    De la versin ms sencilla sin circulo, tenemos trespiezas incompletas de las excavaciones arqueolgicasdel convento de San Francisco de Ass (figs. 18 y 19),esbozadas en estilo chinesco, cuya inspiracin se en-cuentra en la porcelana china azul de los siglos XVI y XVII.Los ejemplares descritos fueron manufacturadosposiblemente en Gran Bretaa y no en Holanda, puesa diferencia de estos ltimos, portan el caractersticoarremolinado en las hojas de las plantas y la formaabstracta o poco naturalista de representarlas (Hume1970: 285-294), y pueden datar del perodo entre 1740-1770. Para Prez Guilln (2004: 277) el azulejo de la figura18 es de finales del siglo XVII, primer cuarto del XVIII.

    Otra variedad de azulejos que pudieron tenermayor representatividad en la arquitectura cubanadel XVIII fueron los producidos en la Nueva Espaa,particularmente los de Puebla de los ngeles. De estaciudad poseemos piezas incompletas, semejantes endiseo y en las pinceladas gruesas a tinta llena, al tipode maylica Puebla Azul sobre Blanco. Los fragmentosque poseemos en el Gabinete de Arqueologa tienenmedidas de 13,5 x 13,5 cm y 1,9 cm de grosor; desdenuestro punto de vista son azulejos de la primeramitad del siglo XVIII. Uno procede de rellenos extradosen un solar yermo detrs del hotel Parque Central, LaHabana Vieja (fig. 20); otro, con decoracin barrocams abstracta (fig. 21) se recogi en los estratosantrpicos de la casa de Mercaderes nos. 156-160,actual Museo Simn Bolivar, finca urbana ubicada enLa Habana Vieja y con evidencias de ocupacin citadinadesde el siglo XVI. Un tercer ejemplar con igual modelo, seencontr en las excavaciones arqueolgicas del conventode San Francisco.En los azulejos de series de cuarto ornato con datacinen la segunda mitad del siglo XVIII a principios del XIX,amerita mencionar una serie de prototipos catalanesexhumados tambin en La Habana Vieja. Entre estos,en los rellenos de tierra de un pozo artesiano estudiadopor nosotros en los terrenos aledaos a la casa de losmarqueses de Arcos, aparecieron fragmentos de lafamilia decorativa rosa de los vientos, una constante

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  • 204 / Gabinete de Arqueologa

    N U E S T R A C O L E C C I N

    recurrencia en la azulejera catalana (fig. 21),clasificada por Miquel (1984: lmina VIII) como delsiglo XVIII; asimismo Prez Guilln (2004: 270) laconsidera como de mediados del siglo XVIII. De la casade Pablo Pedroso en Baratillo 111, poseemos unhermoso ejemplar (13,3 x 13,3 x 1,3 cm) de la serie dela escalera (fig. 22); el modelo tuvo una ampliadifusin en Catalua a fines del siglo XVIII y principiosdel XIX, y se export a pases como Argentina yUruguay (Artucio Urioste 1996: 45 y 54). Otro tipo configura fitomorfa, formato 13,5 x 13,2 x 1,3 cm (fig. 23)fue recolectado en rellenos de tierra del siglo XIXextrados de un aljibe en la calle Obrapa no. 163. Esteazulejo se reporta como del siglo XVIII por Miquel enBarcelona (1984: lmina VII).

    El tan conocido diseo La Butifarra (fig. 24), enalusin a los elementos curvos similares a lasmorcillas, de los azulejos catalanes del final del sigloXVIII y principios del XIX, se pudo encontrar en una casade La Habana Vieja en la calle OReilly 311, propiedaddesde 1754 de la familia Ayala; estaba como chapadoen una cocina de la planta alta, donde se recolocaronunas 637 piezas, al parecer en el siglo XIX, pero muypocos llegaron a la actualidad. En este mismo sitiotambin encontramos otro azulejo del ltimo terciodel siglo XVIII o principios del XIX, con un tema decorativonombrado por los coleccionistas como la Tulipa(fig. 25); Prez Guilln data este azulejo en el 1825,pero consideramos altamente comprometedora lapreci-sin de esta fecha. Un ltimo azulejo (13,5 x 13,5 x1,2 cm), tambin cataln de esta poca, proviene deuna letrina en OReilly 311 y lleva una variante muysencilla de estrella de doce puntas centrada (fig. 26);este diseo est registrado por Salvador Miquel enBarcelona para el siglo XVIII (1984: lmina VIII), aunquePrez Guilln (2004: 272) lo ubica en 1825.

    Un interesante azulejo completo (13,3 x 13,3 x 1,2 cm)exhumado junto a los antes referenciados de la letrinade la calle Merced esquina San Pedro, manufacturadoen Barcelona con casi seguridad, exhibe un diseoque el doctor Prez Guilln llama rameado, yconsiste en un tallo con hojas en dos tonos de verde,flores y frutos hechos con sencillez y estilizacin(fig. 27). Prez Guilln (1996: 176-196) clasifica distintosrameados para los azulejos valencianos de mayorformato, datados en la segunda mitad del siglo XVIII;descrito aqu, dada su tipologa, parece ser de lasegunda mitad del siglo XVIII a primer cuarto del XIX.

    Este investigador (2004: 271) considera a este modeloencontrado en La Habana como del ao 1700. En junio de2007, hallamos otros restos de azulejos de este tipo enrellenos de nivelacin del siglo XIX, en un espacio abiertoen la calle Lamparilla y San Ignacio.

    Azulejos valencianos del siglo XVIII

    En la segunda mitad del siglo XVIII comienzan a llegarlos primeros artculos de la azulejera valenciana aCuba, al menos as lo demuestran los identificadoscon certeza (Ibdem 2000: 123), y no es hasta el siglo XIXen que se importan masivamente a la Isla. Entre losdel siglo XVIII, el doctor Prez Guilln (2004: 53) clasificen el Gabinete de Arqueologa un plafn rococcompuesto por azulejos de cuarto de 21,5 cm de lado,con el diseo de bandas diagonales mixtilneas ygrandes flores esquinales (fig. 28), fechndolo en torno a1745-1760. Segn este autor (1996: 109), un modelovalenciano muy parecido, coleccin J. Herrez, fuefabricado por Manuel Ferrn en los hornos de la calle delas Barcas. Otro azulejo de serie, tambin rococ, delmismo Gabinete, muestra bandas diagonales conramillete floral (fig. 29). Prez Guilln, 2004: 54, lo dataentre 1770-1780.

    Como ejemplo de una obra de encargo valencianatenemos un centro de pavimento de la antigua casadel siglo XVII de Jcome Justiniano, contigua a la Casa-Museo de la Obrapa, sito en calle del mismo nombre,no. 158, esquina Mercaderes, donde se encuentraexpuesto actualmente. La pieza est conformada pordieciseis azulejos de 20,5 y 21 cm con una imagenportuaria de un lugar indefinido (fig. 30), segn PrezGuilln (2000: 123) se trata de una representaciningenua del puerto de La Habana y puede datar de1780 (Ibdem 2004: 288-290).

    Por ltimo, hay que mencionar un grupo muysobresaliente de azulejos encargados por el con-vento de Beln de La Habana al fabricante de azulejosMarcos A. Disdier en su factora de la calle MosnFemares en 1795; era un pavimento de 1377 azulejos y unarrimadillo a juego, academicista, para los que se haba contadocomo modelo con los grutescos de las Logias Vaticanas deRafael (Ibdem 2000: 123). Fue considerado por laSociedad Econmica de Amigos del Pas de Valenciaantes de ser enviados a Cuba, como los azulejos desuperior perfeccin a cuanto de este gnero se ha fabricado enestos tiempos (Ibdem 2004: 290). Hasta el da de hoy no

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  • Gabinete de Arqueologa / 205

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    conocemos cual fue el destino final de ese excepcionalconjunto azulejero.

    El siglo XIX

    En este siglo se aprecia una gran proporcin deazulejos sobrevivientes en la arquitectura habanera,lo que puede tener relacin con la mayor importacinde todo tipo de artculos a Cuba, sobre todo despus deldecreto de libre comercio en 1818, el paso de la economade factora a la de plantacin, la existencia de una granurbe capitalina con una creciente poblacin y unacelerado auge constructivo, y por ltimo, una ampliaproduccin de los centros alfareros espaoles, es-pecialmente Valencia y Onda, como resultado dediferentes factores socio econmicos y algunas mejo-ras tcnicas en la azulejera, que incluye, entre otras,una cierta mecanizacin a mediados del XIX.

    Quizs uno de los trabajos azulejeros msllamativos por componer temas completos son los deencargo, en ese ramo cabe mencionar dos piezasnicas depositadas por la Oficina del Historiador de laCiudad de La Habana en la Casa de la Obrapa; sonpaneles pintados en colores polcromos con vistas dela Plaza Vieja o Mercado Principal de La Habana (fig. 31)y La Alameda de Paula (fig. 32). El primero estformado por azulejos de 10 x 10 cm en las esquinas,cintetas de 20 x 10 cm en los bordes y cuadrados de 20o 19,5 cm en el tema principal; el segundo panel tieneigual composicin. Estas piezas de manufacturavalenciana (Ibdem 2000: 123 y 124) deben estar fechadasentre los aos 1825 y 1830 del XIX y se dibujaron en baseal grabado hecho por Hiplito Garnerey en 1824 sobreestos mismo lugares, Guilln (2004: 291-293) cree queambos paneles son del ao 1825.

    Otra pieza importante aunque incompleta y de-teriorada, es un panel devocional con la imagen desan Francisco de Ass (fig. 33), la cual Prez Guillnconsidera como indudablemente de las fbricas de laciudad de Valencia, facturada en 1855, dada de-terminadas caractersticas tcnicas y plsticasconcordantes con pinturas cermicas de mediadosdel siglo XIX de esa ciudad. Est compuesta por doceazulejos de 20,5 cm, aunque han desaparecido dos.Este panel est actualmente en el zcalo de azulejosdel patio en una casa colonial de la calle Empedrado406, La Habana Vieja, pero estamos casi seguro queno est en su localizacin original.

    Los azulejos de serie lexistentes en cientos de casasen la ciudad de La Habana, presentan una ampliagama de modelos del tamao de 20 a 20,5 cm de lado,aunque hemos verificado que estas medidas semueven en un margen moderado entre 19 a 20,8 cm,existiendo en un mismo inmueble distintas variantesde diseos. Poseen formatos y series decorativas quecorresponden a las fbricas de Valencia y Onda,pudindose aglutinar segn Estall i Poles (2000) dentrode los estilos neoclsico y eclctico. Este catlogo vivode azulejos, concentrado fundamentalmente en lasciudades de La Habana y Matanzas, constituye unejemplo ubicado en su soporte arquitectnicooriginario y nico en el mundo, dado su variedad ycantidad. Para su identificacin hemos optado porseguir la propuesta clasificatoria de Vicent Joan Estalli Poles (2000), formulada para la gran coleccin deazulejos de serie, valencianos y de Onda, del Museodel Azulejo en Onda.

    Particularmente, la coleccin del Gabinete deArqueologa tiene dismiles modelos de estilo neo-clsico de la denominada serie fitomorfa, grupoacantos angulares (fig. 34), con un plafn de cuartoornato que pertenece al perodo de 1850-1860 (PrezGuilln 2004: 93), o quizs un poco antes. Otro panel deesta serie, formado por cuatro azulejos del grupolisteles quebrados (fig. 35), puede datar tambin de lamisma dcada y ambos fueron elaborados enValencia. Una ltima muestra representa al grupoacantos diagonales en reserva (fig. 36), Prez Guilln2004: 71-72) lo define como del ao 1857 y pro-bablemente de las fbricas de Novella, Garcs yCompaa, de Valencia y Onda (Estall i Poles 2000: 11-367). Otras piezas del mismo estilo presentes en elGabinete son de la serie textil, e integran el grupocintas cenitales con dos versiones; una Prez Guillen(2004: 94) la data en 1851 y fue elaborada por la fbricadel Muro de la Corona de Rafael Gonzlez Valls (fig. 37),y la otra entre los aos 1840-1850 (fig. 38). No obstante,Estall i Poles (2000: 148) refiere una versin de estaltima como de 1820-1830. Un interesante modelo,tambin de esta serie, en el Museo del Gabinete deArqueologa muestra lneas paralelas diagonalesconvergente (fig. 39), al cual Prez Guilln (2004: 119)asigna una cronologa de 1860-70.

    Un diseo del mismo grupo de cintas cenitales deValencia u Onda, con un tema muy popular ydiferentes variantes cromticas y decorativas (Estall

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  • 206 / Gabinete de Arqueologa

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    i Poles 2000: 148-150), se reporta en la arquitectura deBarcelona (Miquel 1984: lmina XIV), Uruguay yArgentina (Artucio Urioste 1996: 59 y 65). El Gabinetetiene una composicin de cuatro piezas de estas (fig.40) con cronologa de 1840- 55 (Prez Guilln 2004: 96),en cambio Estall i Poles (2000: 149) para el mismodiseo, pero en azul y morado asigna el perodo de1830-50. Frisos con el mismo modelo y color que el dela coleccin del Gabinete, se encuentran en el zagundel convento de Santa Teresa de Jess y en OReilly311, La Habana Vieja. Otros interesantes paneles decuarto ornato en nuestra coleccin, de la serie textil,llevan los modelos cintas verdes de bordes amarillosperfilados (fig. 41), y bandas polcromas (fig. 42), ambosposiblemente de 1850-1860.

    Un raro azulejo rescatado como vestigio delchapado que tuvo la cocina de la vivienda del marqusde Casa Caldern, calle Oficios 312, esquina a SantaClara, La Habana Vieja, tiene como diseo principaluna estrella octogonal de triple trazo en bicroma deazul y morado, adems de otros motivos (fig. 43). Suformato de 15 cm de lado no concuerda con los azulejoscatalanes ni valencianos, tampoco con los de Sevilla,Talavera de la Reina y Puebla de los ngeles, muchomenos con otros europeos conocidos. Solo encon-tramos referencia a un ejemplar con el mismo temadecorativo en Baha, Brasil, donde algunas versionesdel tipo aparecen en esa ciudad y en Ro de Janeiro(Knoff 1986: XVI). Knoff cree que este azulejo esholands por el poco grosor, la buena coccin y lafinsima granulacin revelada por la utilizacin de unbarro bien decantado. Sin embargo, el ejemplar de LaHabana tiene aspecto burdo y descuidado, algo infre-cuente en los azulejos holandeses. Prez Guilln (2004:273) lo clasifica como probablemente cataln, y delao 1850. Nosotros encontramos recientemente elmismo modelo, pero de 13 cm de lado, todavasobreviviendo en un zcalo de una casa del siglo XIXde la calle Obispo no. 513, La Habana Vieja, y a juzgarpor sus dimensiones y asociacin con otros tipos deazulejos de igual formato en ese inmueble, podraconsiderarse como cataln o inspirado en ellos, oquizs viceversa. En definitiva su atribucin a cataluano es definitiva, ni tampoco la exacta cronologa quele fija Guilln.

    Uno de los mejores conjuntos de azulejos valen-cianos neoclsico conservados en Cuba, se encuentraen un inmueble del mismo estilo en el Paseo del Prado

    no. 252, y posiblemente son de 1838 como indica unareja con esta fecha colocada en la casa para sealarsu construccin. En el zagun se hallan recuadros deazulejos con imgenes de dioses grecolatinos comoApolo, Neptuno, Marte, Aurora y Venus (fig. 44),mientras en el patio, tambin a nivel de zcalo, haypaneles rectangulares con medallones centralesportando bustos de personajes histricos o mi-tolgicos de igual raigambre (fig. 45). Tambin se puedeapreciar un interesante panel con azulejos de cenefay de cuarto ornato central, decorado con un recargadodiseo textil y fitomorfo (fig. 46).

    Un grupo no tan numeroso en la coleccin delGabinete de Arqueologa es el de estilo eclctico, elcual s tiene gran representatividad en inmuebleshabaneros ubicados en los municipios de La HabanaVieja, Centro Habana y Cerro, donde se encuentranlas series: floreros-coronas, jarrones, copas, ramos,mosaicos, rayados, teselas, neorenacimiento, neo-rabe, neobarroco y neogtico. Dos plafones conejemplos eclcticos pueden ser vistos en el Gabinetede Arqueologa (figs. 47 y 48).

    Hasta hace poco tiempo creamos que no habanllegado aqu los conocidos azulejos franceses de 11 x11 cm, tipo Desvres, sobre los cuales existe un detalladocatlogo del arquitecto uruguayo Alejandro ArtucioUrioste, quien registra su presencia en Uruguay,Argentina y Brasil. Revisando recientemente mate-riales de sitios habaneros, encontramos fragmentosde estos entre los restos arqueolgicos de las reasadyacentes al Castillo de La Punta, y un ejemplarcompleto (fig. 49) apareci durante una excavacinde rescate en el antiguo colegio del Santo ngel,Teniente Rey 60, en la Plaza Vieja de La Habana. Dosde las piezas halladas llevan la marca de la fbrica St.Paul, poblacin de la localidad de Beauvais, al nortede Francia, donde se producan estos azulejos entre1807-1842 (Artucio Urioste 1998: 5-110).

    No podemos culminar este esbozo de los azulejoscoloniales de La Habana, sin mencionar un singularconjunto de paneles elaborado por las fbricas de Onda,en especial por La Campana o La Esperanza (PrezGuilln 2004: 305-337). Se trata de la llamada PinturaCermica, integrada por una amplia variedad deimgenes con floreros y paisajes costumbristaspintados con gran colorido y cuidado. Algunos de estospaneles excepcionales se encuentran en los muros dela ltima cruja de la aludida morada en Prado 352 (figs.

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  • Gabinete de Arqueologa / 207

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    50 y 51). Otras piezas de encargo, con medallonescentrales y floreros, fueron tambin colocadas en laescalera de la gran mansin nobiliaria de Aguiar 609,propiedad del segundo conde de la Reunin. Singularesagrupaciones de estos azulejos estn en una casa enTejadillo 13 (figs. 52 y 53), La Habana Vieja. Asimismo,en el zagun y sala principal de la casa decimonnicade Angelina Inastrillo, sito en calle Reina no. 360, yunos pocos en un domicilio de la calle Monte 983,Centro Habana. Todos los ejemplos de La Habanapueden estimarse de la ltima dcada del siglo XIX(Ibdem 2004).

    Agradecimientos

    Deseamos extender nuestro agradecimiento a:Fidel A. Navarrete por su trabajo fotogrfico ytratamiento digital de imgenes; Sandra Pez Rosabal,realiz excelentes dibujos reconstructivos de azulejos;los arquelogos y restauradores del Gabinete deArqueologa y su Museo; los miembros del Equipo deArqueologa de la Empresa de Restauracin deMonumentos. La investigacin histrica desarrollada porRosala Oliva en Prado 542, y las exploraciones einventarios sobre azulejos llevadas a cabo por Rebeca O.Linsuan y Yamil Luguera, apoyndonos en este estudio.

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  • 208 / Gabinete de Arqueologa

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  • Gabinete de Arqueologa / 209

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  • 210 / Gabinete de Arqueologa

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  • Gabinete de Arqueologa / 211

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  • 212 / Gabinete de Arqueologa

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  • Gabinete de Arqueologa / 213

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  • 214 / Gabinete de Arqueologa

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  • Gabinete de Arqueologa / 215

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