43 génesis cap 50, 15 – 26
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Gn 50, 15 – 26Gn 50, 15 – 26
José mandó a llamar a su padre. ¡Imagínense el encuentro de los dos! La Biblia lo cuenta con lujo de detalles. Para que vivieran con toda su
familia, José le destinó uno de los mejores lugares de Egipto: la comarca de Goshen. Una tierra para pastoreos, para que allí su padre
con sus hijos y sus familias pudieran pasar con sus majadas esta época de hambre.
Jacob luego de reencontrarse con su hijo le dijo:
-Ahora sí, ya puedo morir tranquilo -Ahora sí, ya puedo morir tranquilo porque mis ojos te han visto y sé que vives. porque mis ojos te han visto y sé que vives.
Imagínense lo que fue para este padre, que durante muchos años creyó perdido a su hijo, de repente descubrirlo viviente. Y no solo viviente sino con toda una historia de dolor y de sufrimiento, pero que había terminado en el triunfo y en el éxito. Su hijo era ahora nada menos
que el ministro de economía de Egipto, una de las grandes potencias de aquel tiempo.
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Pasaron los años. Un día Jacob llamó a sus hijos y los bendijo. En especial a los dos hijos que le habían nacido a José: Efraín y Manases. Los bendijo a los dos y después murió. Para su sepultura lo llevaron a la tierra de sus padres y lo depositaron en la tumba familiar. Cuando volvieron del entierro, los hermanos pensaron para sus adentros que José se las había aguantado, pero que seguro ahora aprovecharía para vengarse de lo que ellos le habían hecho. No sabían ellos que José hacía mucho que les había perdonado. O mejor dicho, que nunca les había guardado rencor.
Y cuando los hermanos le arman una historia diciéndole que su padre le había dejado dicho:-¡Perdónales el mal que te hicieron!José se larga a llorar y dice:-¡Hermanos no piensen eso! Ustedes creyeron hacerme un mal pero era Dios el que estaba actuando. Dios utilizó un momento malo de ustedes para sacar un bien. No solo un bien para mí, sino para que todo este pueblo no pereciera de hambre.
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Los hermanos estaban angustiados. Tenían el corazón achicharrado por el miedo. Y José les dilató el corazón. Los sacó de la angustia,
hablándoles con cariño:-Detrás de todo esto ha estado la mano de Dios. Y yo sé que Dios
tiene todavía mucho futuro para nuestro pueblo. Un día todos nuestros descendientes van a pasar por la opresión como la pasé yo.
Pero no tengan miedo, porque Dios volverá para liberar a todo nuestro pueblo de esa opresión, y los va a llevar a todos nuestros
descendientes a la tierra de la promesa. La que juró dar a Abrahán, a Isaac y Jacob. Para ese entonces todos nosotros habremos muerto. Y
les pido que comprometan a los descendientes para que no dejen mis huesos en Egipto. Prefiero ser uno más con mi pueblo en la
tierra de la promesa, que ser un personaje aquí en la tierra que no es la nuestra. Cuando Dios venga a visitarlos y los lleve a la tierra de la
promesa, llévense con ustedes mis huesos. Porque yo quiero estar allá donde Dios esté bendiciendo a mi pueblo.
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Cuando muchos años después los hebreos salgan de Egipto y vayan a la tierra de la promesa llevarán consigo los huesos de José.
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Aquí finaliza esta primera etapa en el recorrido por la Historia Sagrada del Antiguo Testamento. Lo hacemos con la bendición y la gracia de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
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Génesis 50
15 Vieron los hermanos de José que había muerto su padre y dijeron:«A ver si José nos guarda rencor y nos devuelve todo el daño que lehicimos.»16 Por eso mandaron a José este recado: «Tu padre encargó antes desu muerte:17 “Así diréis a José: Por favor, perdona el crimen de tus hermanos ysu pecado.” Cierto que te hicieron daño, pero ahora tú perdona el crimen de los siervos del Dios de tu padre.» Y José lloró mientras le hablaban.18 Fueron entonces sus hermanos personalmente y cayendo delante deél dijeron: «Henos aquí, esclavos tuyos somos.»19 Replicóles José: «No temáis, ¿estoy yo acaso en vez de Dios?20 Aunque vosotros pensasteis hacerme daño, Dios lo pensó para bien, para hacer sobrevivir, como hoy ocurre, a un pueblo numeroso.21 Así que no temáis; yo os mantendré a vosotros y a vuestros pequeñuelos.» Y les consoló y les habló con afecto.
22 José permaneció en Egipto junto con la familia de su padre, y alcanzó José la edad de 110 años.23 José vio a los biznietos de Efraím; asimismo los hijos de Makir, hijo de Manasés, nacieron sobre las rodillas de José.24 Por último, José dijo a sus hermanos: «Yo muero, pero Dios seocupará sin falta de vosotros y os hará subir de este país al país que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob.»25 José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: «Dios os visitará sinfalta, y entonces os llevaréis mis huesos de aquí.»26 Y José murió a la edad de 110 años; le embalsamaron, y se le pusoen una caja en Egipto.
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