33 - animal político (marzo 2010)

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Publicaciones de Foro Republicano NºXIX, Año IV, Marzo 2010 www.fororepublicano.com malpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanim Latinoamérica sigue sufriendo los embates de las políticas demagógicas que la subsumieron en la pobreza y el atraso. Sin embargo, Brasil, Chile y Uruguay pare- cen haber entendido que, para “distribuir ingreso“, primero hay que generar riqueza. AnimAl Político FOCO: LATINOAMÉRICA Jaque y mate Jaque y mate LAS JUGADAS: .DERECHA NO; DERECHOS .UN COMBATIVO MILITANTE DE IZQUIERDA... .LA PATA POLíTICA DE DERECHA .LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA... .CHILE, EL LAZARILLO DE AMéRICA .QQUEDó DE LA VIEJA IZQUIERDA .LOS IMPUESTOS Y LA NARANJA MECáNICA ¿Cómo será el nuevo tablero del desarrollo en la región?

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Número de marzo de 2010 de Animal Político: "Jaque y Mate".

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Publicaciones de Foro Republicano

NºXIX, Año IV, Marzo 2010

www.fororepublicano.com

malpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanim

Latinoamérica sigue sufriendo los embates de las políticas demagógicas que la subsumieron en la pobreza y el atraso. Sin embargo, Brasil, Chile y Uruguay pare-cen haber entendido que, para “distribuir ingreso“, primero hay que generar riqueza.

AnimAlPolítico

FOCO: LATINOAMÉRICA

Jaque y mateJaque y mate

Las jugadas:.derecha no; derechos.un combativo miLitante de izquierda....La pata poLítica de derecha.La democracia representativa....chiLe, eL LazariLLo de américa.qué quedó de La vieja izquierda.Los impuestos y La naranja mecánica

¿Cómo será el nuevo tablero del desarrollo en la región?

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DERECHA NO; DERECHOSescribe Armando Ribas*

2 ANIMAL POLÍTICO NºXIX Año IV Marzo 2010 Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com

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El reciente triunfo de Piñera en Chile ha sido definido por toda la

prensa internacional, como el triun-fo de la derecha por primera vez en los últimos cincuenta años. Particu-larmente desde el retorno de la de-mocracia, período en que gobernara la denominada centro izquierda. Desafortunadamente nadie parece recordar que la libertad retornó a Chile gracias a la intervención de las Fuerzas Armadas chilenas, que evi-taron que el democrático Allende lo convirtiera en la segunda Cuba en el continente. Más aún fue el dictador Pinochet quien llamara nuevamente a elecciones libres en Chile y permi-tiera el triunfo de la oposición , o sea de la Centro izquierda.

Ya sé que aquí estoy siendo políti-camente incorrecto, pues ver la

historia tal cual fue, en un mundo dominado por la visión demagógica y cínica de la izquierda, es ser de ex-trema derecha, y por consiguiente opresor y torturador. Ahora bien visitar a Fidel Castro y desconocer los crímenes cometidos en Cuba por más de cincuenta años, y la fal-ta de libertad existente en la isla es pertenecer a esa “maravilla ideológi-ca que es la centro izquierda”. Cuan-do pienso en los dolores causados a los cubanos por los Castro no puedo evitar las ganas de llorar.

Es asimismo una realidad, que los sucesivos gobiernos de centro

izquierda han colocado a Chile a la cabeza política de América Latina. Ahora bien lo que igualmente se pretende desconocer es que en gran medida la exitosa política llevada a cabo, no fue más que la continuidad de la política iniciada por Pinochet y su Ministro de Economía Hernán Bushi. La política seguida por la Sra Bachelet, tuvo un rasgo algo dis-tinto, cuando después de veinte años siguió los pasos de los Kirchner de juzgar y poner presos a los mili-tares, y fue a visitar al demócrata de izquierda Fidel Castro.

¿Qué significa ante esta historia el triunfo de la “derecha” en Chile?

Empecemos por definir el término derecha en el léxico político. No me cabe duda de que, para la mayoría, derecha significa estar a favor de los ricos y por consiguiente en contra de los pobres. Como ya he señalado en anteriores oportunidades esta dicotomía aparentemente concep-tual es eminentemente valorativa y ética. Como bien dijera Thomas Sowell la izquierda se ha apropiado

de la ética, y todo el que se le opone no sólo está equivocado sino que es un pecador (SIC).

La continuidad de su política interna, que no cambiaría grandemente con el acceso de Piñera a la presidencia,

se define como que tiene políticas de Estado. Aquí tenemos otro vocablo político de sentido vacuo que es las políticas de Estado. Supuestamente políticas de Estado serían aque-llas que no se modifican cualquiera que fuere el gobierno de turno. Pero he aquí que lo que importa en una política no es si se modifica o no, sino cuan eficiente ha sido su implemen-tación. Mantener como política de Estado una política errada no es en si misma una virtud, sino una estupidez que paga la sociedad por el Estado.

Todo parecería indicar que el cambio sustancial en la políti-ca Chilena a partir del acceso de Piñera al poder sería la

política internacional. Podría decir que es un factor trascen-dente en los momentos que vive el continente, donde la democracia se confunde con el derecho de las mayorías de violar los derechos de las minorías. O sea se ignora que el objetivo fundamental de las constituciones es la limitación del poder político, fuere del Ejecutivo o del Legislativo. Ese es el rol fundamental que cumple el poder judicial de decidir si las leyes violan o no la Constitución, o sea los derechos esta-blecidos en la misma.

Ya Piñera se habría manifestado públicamente contra de Chávez, Correa y Morales y por supuesto de Castro, que

constituyen la amenaza ideológica y política a la libertad en el continente. Debo insistir entonces que el calificativo que corresponde a la derecha no es el de capitalismo, sino el del respeto por los derechos individuales y la limitación del po-der político.

Este triunfo de Piñera en Chile (No de la derecha sino de los derechos) es tanto más trascendente en un momento

como el actual en el que los Estados Unidos se encuentran en manos de un presidente que aparentemente está más cerca de Marx y de Lenin que de los Founding Fathers. En su dis-curso sobre el Estado de la Unión, se habría presentado bajo la égida de Trasímaco de usar la moral convencional en bene-

ficio propio. Hay que tomar al pueblo por los oídos, para después agarrarlo por la garganta. (sIC).

Por consiguiente en el mejor sentido demagógico se refirió a las virtudes

del pueblo americano, ignorando que las virtudes en el comportamiento están regidas por las circunstancias (Hume ). Y esa circunstancia determi-nante es el denominado credo ameri-cano que no es otra cosa que la vigen-cia del Rule of Law.

Aprovechó entonces la oportuni-dad para culpar al egoísmo de los

banqueros por la crisis económica. Ese criterio aparentemente compartido es la expresión de Marx de la explotación del hombre por el hombre en el siste-ma capitalista. Es decir la ambición en términos marxistas es lo que en el Manifiesto denominara el cash nexus (El nexo por el dinero). Ese análisis su- puestamente moralista pretendió ig-norar que la verdadera causa del ori-gen de la crisis fue la promulgación por Carter de la Community and Rein-vestment Act, por la cual se establecía demagógicamente el derecho de todo americano a una vivienda propia.

En su discurso, prometiendo la creación de empleos por parte

del gobierno, olvidó asimismo que el principio ético rector de la grandeza americana es el derecho del hombre a la búsqueda de su propia felicidad y no la demagogia de pretender que el gobierno se la otorgue. Y por supuesto en ese proyecto postula la necesidad de mayores regulaciones al sistema fi-nanciero, lo que significa la violación de los derechos de propiedad por la injerencia del gobierno en la actividad privada.

Volviendo a Chile, el conocido pe-riodista Andrés Oppenhaimer que

aparentemente habla y tiene contac-tos con el mundo entero, en un artículo reciente escribió que en sus conversa-ciones con los asesores de Piñera le di-jeron que éste no pretendía liderar una lucha anti Chávez en el continente. No voy a discutir la información de Oppen-haimer, pues carezco de sus contactos personales, pero si puedo decir que el antagonismo entre la libertad repre-sentada hoy por Chile y el totalitarismo de Chávez, discípulo de Castro, Correa y Morales es un hecho manifiesto.

Por último espero que triunfe la li-bertad y que el Sr Obama tome

conciencia de la realidad de América Latina y la responsabilidad que le cabe, en defensa de sus propios intereses. Recordemos que igualmente nuestro continente fue ignorado en el discurso sobre el Estado de la Unión. Es pues imprescindible que tome partido en defensa de la libertad amenazada por el enfrentamiento entre Colombia a-sediada internamente por las FARC y externamente por el apoyo que les brinda Chávez, así como al narcotrá-fico. “God bless America from north to south” y que prevalezcan los derechos y no la falacia de la derecha...

“El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras suenen verda-deras y el asesinato respetable y darle la apariencia de solidez al puro aire.”

George Orwell.

“Esto no Es una pipa.“ REflExionEs sobRE El lEnguajE y El significado dE las cosas poR REné MagRittE.

* abogado, profesor de Filosofía Política, periodista, escritor e investigador - Foro Republicano -www.armandoribas.com.ar

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Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com

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ANIMAL POLÍTICO NºXIX Año IV Marzo 2010 3

LA PATA POLÍTICA DE DERECHAEn las sociedades políticamente

democráticas siempre hay dos corrientes principales de pensamiento: a) los que sostienen que la sociedad está mal ordenada, permitiendo que algunos abusen de sus privilegios en perjuicio de la mayoría desprotegida, siendo necesaria la intervención del Estado para que haya justicia social; b) los que sostienen que la sociedad es un organismo en permanente evolución, que siempre existirán desigualdades, que el mejoramiento social es un pro-ceso lento que sólo avanzará si la po-blación trabaja esforzadamente para

alcanzarlo sin esperar dádivas del Estado.

La corriente a) es señalada como la pata política de izquierda y la b) como la de

derecha. Hay una tercera pata, de elec-tores independientes, no comprometida con ninguna de las corrientes anteriores, que es mayoritaria y que vota alternativa-mente a cualquiera de ellas. Son las tres patas necesarias para que haya un proceso políticamente ordenado.

En Argentina, por trastornos políticos e institucionales, desapareció la derecha

y el electorado debió votar a agrupacio-

nes de izquierda, populistas, o estatis-tas. Los partidos percibidos como de derecha, tuvieron positivos resultados electorales, pero vida efímera. Basados en personalismos, no estructuraron un Mensaje convocante a la ciudadanía ni persistieron en el esfuerzo político. El país necesita el equilibrio de la pata política de derecha.

*Publicado en www.segundarepublica.blogspot.comMarcelo Castro Corbat

W W W . E T I C G R O U P . N E T

Reflexiones sobre la reunión de José Mujica con empresarios uruguayos.

escribe Mario Mactas**Estuve, como invitado de la Cámara de Comercio Argentino Uru-guaya –la organizadora–, en la reunión con cerca de dos mil empresarios que convocaron Danilo Astori y José “Pepe” Mujica, vice y presidente electos del Uruguay respectivamente. Fue en el Conrad de Punta del Este y, en realidad, mi función fue la de un mero pero atento y asombrado testigo de un hecho que entrará en la historia.

En mesas cercanas a la tarima en la que hablarían, y donde se hallaba también el presidente de la Cámara, Juan Carlos López Mena –encargado de abrir el acto–, estaban los anteriores presidentes Lacalle (Blanco o Nacional) y Julio María Sangui-netti (Colorado). Primera señal de cultura cívica, buenas maneras democráticas y estabilidad política: entre nosotros, aquel que gana se adueña de todas las decisiones y excluye a las minorías, a las que juzga, al menos verbalmente, como enemigos.

De los elegidos, primero habló el contador Astori, ministro del gobierno de Tabaré Vázquez y economista de nota. Sin dejar de tener una vibración honda, sus palabras fueron claramente di-rigidas a explicar un plan estratégico desde un punto de vista técnico-político. Fueron en este orden y con los siguientes puntos principales:

- El Uruguay es y seguirá siendo un país abierto al mundo y en ningún caso se cerrará sobre sí mismo.- Requiere y seguirá requiriendo y garantizando segu-ridad jurídica a inversores de todos los países que quieran hacerlo en suelo uruguayo.- La riqueza se funda en la inversión y de la inversión nacen el trabajo y el desarrollo.- Deben marchar juntos el desarrollo y la reducción de la pobreza. Para ello es necesaria la creación de riqueza que pueda distri-buirse, no por arbitrarias decisiones sino por medio de impuestos

y otras medidas políticas que llegarán cuando el desarrollo sea una vigorosa realidad, el trabajo pleno y la integración aumente.- La integración aumenta por ese camino y también por el del conocimiento y el acceso a las nuevas tecnologías. La educación, el conocimiento y la cultura son parte del proyecto, de la estrate-gia, y marchan al mismo tiempo.- La actividad privada y la estatal juegan armoniosa-mente.- La seguridad jurídica está garantizada: “Aquí no se le pide a na-die nada para radicarse y producir”, alusión que no pocos exten-dieron hasta la otra orilla del Plata.- El Uruguay especializará su producción, no hacia la cantidad sino hacia la calidad y la excelencia. Asunto de escala e inteligente de-cisión. “Buscaremos, y estamos obteniendo, excelencia”. El lomo que fue el plato principal del almuerzo pasó a ser un símbolo de esa política. Un lomo notable: el valor de un kilo equivale a uno de Audi en los mercados internacionales y, por cierto, tiene un alto precio en el Uruguay: unos setenta pesos argentinos en proceso de inflación que se juzga, según gremios y economistas, de un 25 por ciento para este año.- Se garantizará el más amplio y libre acceso a la información, derecho esencial y camino para que el Uruguay sea un país cada vez más abierto al mundo.- Se alentará en el sector privado la cultura de la competencia y los emprendimientos. El sector público conducirá y regulará cuan- do haga falta, pero siempre con libertad para emprender y sin costos espurios para empezar a hacerlo.- Además de trabajar por la reducción de la pobreza, hay que poner atención en las clases medias como equilibradoras desde siempre en la sociedad uruguaya, próximas a la solidaridad y al desarrollo cultural.- Se sostendrá y aumentará con hechos la confianza de la socie-dad, de la empresas, de los dirigentes políticos y de los ciudada-nos. La confianza es esencial.

Hasta allí lo más destacado de lo dicho por Astori, con tal énfasis y al mismo tiempo serenidad, que transmitió la sensación de que en ningún caso será una figura ornamental. Al inicio, debo agregarlo, reconoció saber que todo el mundo se preguntaba si el nuevo gob-ierno iba a ser una continuidad o un cam-bio. “Las dos cosas”, dijo el vicepresidente electo.

Luego, Mujica. Cuello abierto, traje. Junto a él su mujer, Lucía Topolansky, senadora –la más votada en este caso– también antigua integrante de Tupamaros. Princi-

pales puntos de lo dicho por Mujica:

- El hombre, lo sabemos, no es un animal de trabajo. Pero fue necesario trabajar y de esa manera nació el mejor “invento” de la humanidad.- Pónganla acá, donde nadie los va a expropiar.- La inversión es imprescindible para que haya trabajo y desarrollo, para que se reduzca la pobreza. Pero invertir no es tener plata: es, sobre todo, tener coraje, asumir riesgos. Corran esos riesgos con el Uruguay, un país lindo, amable, donde se vive agradablemente, un país que crece y tiene que crecer mucho más, un país que en tiempos resultó ejem-plar y fue luego decayendo por culpa de nosotros, ex-clusivamente. Somos nosotros, los uruguayos, los res-ponsables de nuestro crecimiento o nuestro atraso.- ¡Inviertan en el Uruguay! ¡Les damos todas las ga-rantías! Es más: ¡vengan a vivir al Uruguay, donde los ministros caminan solos por la calle a cualquier hora!- Claro que hay algunos brotes mínimos de inseguridad. Vamos a reprimir y a atacar las causas, cuando sean sociales.- Necesitamos un pueblo cada día más y más calificado.- No vamos a enriquecernos subiendo impuestos: ¡En ese caso se van, se la llevan!- La riqueza no se hace con decisiones legislativas.- Los gurises viven ya en la era digital. El cambio es enorme. Nosotros estaremos en ese cambio: ya lo estamos.- Los países cambian, las cosas cambian (las personas cambian, quedó implícito en la afirmación, creo).- Desde la inversión llega el trabajo. No hay timba, no hay sal-tos.- ¡Inviertan y quieran al Uruguay!- No sabemos cómo y qué es la vida en muchos de sus aspectos, pero como responsables del presente y del futuro sabemos y queremos con certeza una cosa: que nuestros hijos y nuestros nietos sean mejores que nosotros.

En suma, fueron momentos que tuvieron sonido histórico. Un país despega. Eso no se ve todos los días. Me siento agradecido por haber estado allí.

UN COMBATIVO MILITANTE DE

* Publicado en www.darsecuenta.org.ar**Director de Contenidos de Fundación Darsecuenta

www.armandoribas.com.ar

IZQUIERDA QUE SE DIÓ CUENTA

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“Es ridículo pensar que vivimos en una constante emergencia en donde todos los debates deben

ser soslayados”

Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com

PARTICIPÁ:i n f o @ f o r o r e p u b l i c a n o. c o m

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4 ANIMAL POLÍTICO NºXIX Año IV Marzo 2010

PENSÁAPORTÁ

FORO REPUBLICANO

evidencia como huella indelegable que se inscribirá en nuestro camino hacia el verdadero sentido que tienen las repúblicas (sustentables en el tiempo) o hacia los unicatos (sometidos a la emergencia, a la urgencia, al autoritarismo, al corto plazo y al saqueo).

Fuentes citadas: Russell, Bertrand (1950). “Unpopular essays”.Huxley, Aldous (2007). “Nueva visita a un mundo feliz”.

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Estas ideas, las que funda-

ron la Argentina, se difunden

gracias al valioso aporte de

nuestros anunciantes.

¿Por qué la acción del po-der ejecutivo necesita de

la urgencia para gobernar? ¿Por qué una herramienta de excepción es utilizada de forma corriente? ¿Qué de-ben hacer las instituciones poderdantes ante la urgen-cia?

Hemos visto en este tragi-cómico verano político

cómo las instituciones de la República se vieron otras vez desgastadas ante el nuevo avance delegativo de nues-tra democracia sobre mate-rias sensibles y estratégicas.

La delegación ha sido uti-lizada para casi todas

las materias, desde que re-nació nuestra incipiente de-mocracia, en donde el seno de la discusión y el debate debió ser y hacerse dentro del Honorable Congreso de la Nación Argentina y, más precisamente en el recinto legislativo.

La representación se co-rrió hacia la delegación.

Y es así que delegamos en muy pocas personas y en un solo poder todo el mandato que otorgó oportunamente la sociedad votante.

Delegar significa, dejar de hacer para que “el otro”

asuma o no tal compromiso

primario. O sea que por encargo, se facultó al poder ad-ministrador para legislar sobre materias, hasta a veces, prohibidas por la Constitución Nacional.

Así es como en muchos casos de sensibilidad manifies-ta actuó nuestra República amparada en poderes que

se tornan concentrados y extraordinarios, ante la excusa de la urgencia permanente; es decir que podemos conje-turar en un doble sentido: o bien el poder legislativo no trabaja los temas de necesidad republicana, y es así que de manera implícita, ese no actuar, le valida al poder eje-cutivo el uso de la herramienta de excepción para llevar adelante sus políticas públicas; o bien, el poder ejecutivo avasalla las instituciones sin dar oportunidad al legislativo a crear las leyes que se necesitan de acuerdo al bien de la sociedad representada.

Una y otra opción es falaz. La exigencia no implica el sometimiento a cualquier cosa. Es ridículo pensar que

vivimos en una constante emergencia en donde todos los debates deben ser soslayados o criticados estableciendo por (real) decreto una única opción posible y viable.

Así el poder se vacía de contenido y se torna poco creíble, donde algunos agoreros de turno, que hasta

se reproducen dentro de ese mismo poder dirigista, pue-den plantearle (y de hecho lo plantearon) a la sociedad la falsa opción de: “nosotros o el caos”.

La democracia representativa en la Argentina y en el mundo occidental ha nacido como cobijo de las li-

bertades individuales y de la comunidad representada, con instituciones estatales que llevan en sus entrañas la poderosa o ponzoñosa herramienta (de acuerdo a su uso) de cumplir y someterse a las normas dictadas dentro de la democracia.

En cambio la democracia delegativa reproduce me-canismos contrarios y provoca que los gobiernos

trastoquen en poco tiempo su mandato, haciendo de él uso y abuso, usurpando de tal modo las libertades privadas y públicas, creando opositores artificiales que se presentan como conspiradores de la democracia y del “pueblo”.

No somos los maestros en la aplicación de estos mecanismos concentradores del poder; ciertos

países de la región latinoamericana (y también extra-zona) y sus democracias sufren de este mal y lo practi-can de forma cotidiana.

Dejo al lector una pequeña anécdota que dejó admirablemente plasmada Russell en unos de

sus libros. En cierta ocasión un hombre le pidió a Ru-ssell un libro de filosofía, pues a aquel le interesaba la lógica. Al día siguiente este mismo hombre apesa-dumbrado le comentó que lo estuvo leyendo durante toda la noche y había encontrado sólo un juicio que pudiera entender, y que ese juicio le parecía falso. El escritor le preguntó cuál era y el lector respondió que se trataba del juicio que afirmaba que Julio César está muerto. Russell asiste y pregunta por qué no estaba de acuerdo, y seguidamente, se irguió y dijo, con orgullo: “Porque Julio César soy yo”.

En mi humilde opinión y dejando en el lector un sentimiento que puede ser compartido o no, las

personas y las sociedades modernas occidentales de-ben dejar de tener fe en el gobernante (la “fe” utilizada en un sentido emocional) y ser masa (es decir, y como la conceptuara Huxley, que su comportamiento está determinado, no por el conocimiento y la razón, sino por los sentimientos e impulsos inconcientes). Con-trariamente debemos sentirnos comprometidos y o-bligados a exigir y admitir (como ciudadanos libres) la

la democracia representativa, la delegativa y el unicato

escribe A. M. Liberman*

* Abogado - Foro Republicanohttp://www.eticgroup.net/

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Ha culminado el proceso electoral chileno, ese que

desembocó en la elección del candidato presidencial Sebastián Piñera.

Tras 20 años de democra-cia, y luego de una ininte-

rrumpida seguidilla de triun-fos electorales de la poderosa Concertación de partidos de centro izquierda, se produjo el punto de inflexión. Es aho-ra el turno de los opositores a esa coalición gobernante que dominó el arco político local durante estas últimas décadas.

Podría tratarse de una ele-cción más, de una do-

méstica compulsa electoral de mera trascendencia in-terna del país andino. Que-darse en la anécdota sería

desconocer el valor testimo-nial histórico que tiene esta elección, esta bisagra en la historia de Chile, y el im-pacto en el continente de un hecho sin precedentes ya no por el resultado ni por el giro político implícito, sino por su profundo significado institu-cional y democrático.

Chile es, sin duda alguna, el país de América Latina

que más logros ha obteni-do en los últimos tiempos. Ha progresado económica-mente, se ha consolidado como una democracia ro-busta, logrando discutir temas impensados para las

Estudio Omnes

todo lo inverso. América es, muchas veces, verborrágica, tumultuosa, grandilocuente, plagada de conflictos, pero siempre inmersa en un de-bate populista y demagógico que solo ha logrado, retrocesos indefinidos.

En ese contexto, Chile, se ha constituido en un faro, una guía, un norte (vaya paradoja), un espejo en el cual reflejarse. Con sus virtudes y de-

fectos, hay mucho que copiar y admirar de ese país y sobre todo de su modo de hacer las cosas.

El discurso de sus líderes políticos, vencedores y vencidos de la contien-da es solo un ejemplo de ello. Escenas que nos muestran a la actual

mandataria y al nuevo Presidente electo, desplegando elogios cruzados, agradecimientos mutuos, y deseos de éxito para el futuro, en espacios compartidos ante los canales de televisión, con transparencia ciudadana, hablan de una madurez política, cívica, una acabada comprensión de lo que significa vivir en democracia. Una democracia, que nada tiene que envidiar a las civilizaciones con más tradición republicana del planeta.

Algunos pueden preferir pasar por alto el hecho reciente, tomando este enero de 2010, como solo una escala del surtido calendario elec-

toral de América Latina. El resultado no debe cegar a los analistas. Las

Dra. María Inés Camarata

Contadora Pública Nacional

Tel/Fax: [email protected]án 1484 - 2º. C; C.A.B.A.

Especialistas en: Agricultura, Ganadería, Asociaciones Civiles, Cámaras y Fundaciones

escribe Alberto Medina Méndez *

inclinaciones ideológicas y las pasiones políticas no deben interferir, de modo alguno, el significado que esta socie-dad chilena le aporta al continente. Po-dría haberse dado otro resultado elec-toral, y mucho de lo afirmado, tendría idéntico valor.

Cuando nuestra América, el mundo en definitiva, comprenda la casi

matemática correlación que existe entre el progreso de las naciones, el crecimiento económico, el desarrollo productivo, la vigencia plena de las li-bertades individuales, instituciones sólidas y democracias firmes, puede que la historia del planeta, de paso al giro positivo que tanto anhelamos.

Los gobiernos populistas, tan presen-tes en nuestra geografía latina, las

aisladas pero aún vigentes dictaduras del globo, y las precarias democracias plagadas de oportunismo y dema-gogia, no son el sendero a recorrer en el camino hacia un mundo mejor.

No existe progreso económico ni sociedades capaces de superarse

a si mismas, allí donde reina la medio-cridad, los mesiánicos lideres contem-poráneos, o las parodias de demo-cracias que tanto conocemos y pade-cemos.

La fórmula ideal siempre es compleja, pero sin duda alguna, los ingredien-

tes principales para la construcción de una sociedad capaz de generar cam-bios positivos, viene de la mano de una democracia sin condiciones y el desa-rrollo de un férreo respeto por institu-ciones en constante evolución.

Sin estos componentes, nuestras co-munidades, nuestras naciones, es-

tán condenadas al fracaso eterno. Los chilenos tienen aún mucho por mejo-rar, sus asignaturas pendientes están a la orden del día. Pero queda claro, que en un contexto continental tan débil, Chile, es el lazarillo de América.

HoMERo siMpson, cREado poR Matt gRoEning copyRigHt dE fox bRoadcasting coMpany

*Alberto Medina Méndez - Foro Republicano. Periodista y ana-lista político y creador de la iniciativa digital “Existe otro camino”.

http://www.albertomedinamendez.com/

“El impacto en el continente de un hecho sin precedentes ya no por el resultado ni por el giro político implícito, sino por su profundo significado institucional y democrático.”

ciedad abierta al mundo, integrada a la comunidad internacional con múltiples acuerdos, que goza de un respeto sin límites por su capacidad para cumplir compromisos, por su formalidad y seriedad a la hora de los acuerdos, por su, a veces discutida, ecuanimidad en materia de política exterior.

Y no es que todos sus ciudadanos estén conformes con lo obtenido. Aún resta demasiado por hacer. Pero queda claro que los chilenos

confían plenamente que ese proceso de mejoras, se consigue solo de la mano de instituciones sólidas, de una democracia que teniendo mucho por evolucionar, ha conseguido avanzar y que sus logros pendientes aparecerán una vez que los ciudadanos se enfoquen en resolverlos como ha pasado con cada una de sus conquistas locales.

América es un continente con pocas democracias maduras, repleta de signos cotidianos de intolerancia, violencia. Tenemos comunidades

hostiles con el despliegue económico, que recitan progreso haciendo

paupérrimas agendas políticas del continente, constituyéndose en una referencia viva de lo que puede conseguirse cuando se hacen algunas cuantas cosas bien.

La nación transandina tiene muchos problemas, como casi cual-quier país. Enfrenta conflictos, debe superar sus propias limita-

ciones, tiene asignaturas pendientes. No se trata, está claro, de un paraíso terrenal.

Pero todas sus falencias no opacan lo mucho que ha avanza-do. Una economía consolidada en muchos aspectos, una so-

Chile. El lazarillo de América

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Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com6 ANIMAL POLÍTICO NºXIX Año IV Marzo 2010

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Cuando el Presidente del Uruguay, José Mujica, convocó a un nutrido grupo de empresarios a una reunión en Punta del Este la sorpresa fue hacia ambos lados del arco político. Gratas para un sector, naturalmente amigable de la demo-cracia, la libertad y el capitalismo, y su-pongo, aunque todavía no han hablado, poco amigables para el arco progresista y enemigos del capitalismo.

Lógicas reacciones cuando se escucha de boca de un ex guerrillero plantear las necesidades que tiene el Uruguay de recibir inversión extranjera capaz de ge-nerar riqueza y garantizarles, al mismo tiempo, a los empresarios que allí no serán expropiados. Desde el lugar que se lo mire la alocución de Mujica habla de una izquierda que nuestro país no conoce. Su discurso no fue de fractura y confrontación. Reivindicó a su patria porque todavía pueden caminar por las calles sin ser agredidos ex presidentes y funcionarios. Raro para una vertiente del pensamiento que hace de la lucha de clases y la violencia las parteras de la historia.

Frente a la irrupción de Mujica ya no quedan dudas que en América latina el progresismo está partido o dicho de otra manera tiene dos visiones de la realidad mundial.

Por un lado, un sector de izquierda, que denominaré vieja izquierda, aliado a un nacionalismo rancio y arcaico y es proveedor de un discurso anti mun-dialización. Festeja todo aquello que interrumpa los flujos comerciales, fi-nancieros e industriales, atacando a los organismos mundiales que pueden facilitar el libre funcionamiento de la economía mundial como la OMC, el FMI, la ronda de Doha, el Banco Mundial, etc. La crisis capitalista del 2008/09 la obser-va como un final de época y el renacer del intervencionismo estatal. Augura un retorno al proteccionismo, que por otro lado, desea. Con mercados nacionales autárquicos semejantes al de la década del 30’ -época en la cual forjó su bagaje teórico- volvería a empezar. La pe- reza intelectual es la madre de los más grandes errores teóricos.

Cree en valores como el antiimperia-lismo, al que asocia con el anti nortea-mericanismo y la antiglobalización. Da por cierta la revolución que se avecina. Estas visiones se han hecho fuertes en Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Cuba y la Argentina. Son coincidentes con cierto nacionalismo de extrema derecha de Europa que ve con temor como las pequeñas y antiguas naciones del viejo continente se disuelven en la Unión.

Cree aún en la sustitución de importa-ciones alejada de las grandes corrientes del capitalismo internacional. Su imagi-nario se apoya en la consolidación de una nación, como lo hizo en su momento Ale-mania o los EE.UU.: expansión del mercado interno recortado de la economía mundial. Friederich List y Karl Marx son sus autores favoritos o quienes mejor iluminan el de-rrotero a seguir.

La otra visión, más moderna, podríamos denominarla nueva izquierda, asume como una realidad ineludible el proceso de globalización. No está en una postura antimundialización sino que pretende a-provechar las oportunidades que brinda un capitalismo triunfante y, al parecer, a-rrollador. Para ella ya no hay revolución. Ese ciclo está terminado. Aspira a encon-trar ventajas para su país y los sectores sociales más postergados de su patria en la economía mundial, asumiendo riesgos y ventajas. Los más claros ejemplos son Chile y Brasil. Lula, en el medio de la crisis mundial del año pasado, alertó sobre la torpeza de caer en el viejo proteccionis-mo aislacionista de antaño, preocupado por ciertos movimientos que observó en algunas naciones europeas. Es que la economía de su país creció aceptando la mundialización como una posibilidad cier-ta. Chile y China del mismo modo. Y ahora irrumpe Uruguay. Su punto de discusión con otras vertientes políticas pro-mundial-ización (denominadas incorrectamente de derecha) es su crítica al neoliberalismo, al que acusa de ser la ideología de la globali-zación. Su antiliberalismo persigue el afán de construir un relato “popular” al servicio de los marginados del mundo, dotando al movimiento global de un nuevo discurso.

¿Porque una izquierda piensa de una for-ma y la otra de manera distinta? ¿Qué las separa y cuando comenzó la diáspora? Evidentemente, han procesado de mane-ra diferente los acontecimientos de 1989, esto es, aquellas jornadas que marcaron el triunfo del capitalismo por un lado y el fi-nal de la guerra fría por otro.

Una dirigente de izquierda uruguaya, ca-sualmente, la mujer de Mujica, Lucía Topo-lansky, afirmaba el primero de diciembre del 2009 por radio Mitre: “Por aquellos años (los 60’) la Unión Sovié-tica iluminaba el horizonte de lo probable y todos creíamos en aquella posibilidad y mucho más frente al triunfo de la revolu-ción cubana. Pero la caída de la Unión So-viética modificó todo. No es que la lucha por la justicia y la igualdad ya no tenga sentido. Lo tiene pero en el marco de las nuevas realidades. Hay que entender que hemos perdido (lo repitió tres veces, y no hacía, solo, referencia a la derrota militar de los Tupamaros en el Uruguay sino a la derrota mundial del modelo alternativo al capitalismo). Con la caída de la Unión So-viética, ha quedado un ganador y nosotros hemos perdido. La utopía hoy es el a- cuerdo.”

En síntesis una izquierda que todavía piensa con los esquemas de la Guerra Fría y otra que se ha actualizado.

MIENTRAS TANTO EN LA ARGENTINA

En nuestro país, por su historia, el problema se complejiza aún más. La izquierda nunca contó con el favor popular de manera que no tuvo la necesidad política de actualizarse. No tenía responsabili-dades de poder a presente ni a futuro. Y el espacio de los intereses populares fue ocupado por el peronismo. Este, con su líder vivo, fue adaptándose a las circunstancias con el transcurrir del tiempo y los cambios mundiales. No era lo mismo 1945 que 1973, los dos momentos en que Perón asumió las presidencias. Mientras en sus dos primeros gobiernos adoptó un relato sesgado al nacionalismo, viró en el segundo a desarmar la conflictividad con los EEUU. Desde el exilio europeo y en plena década del 60’ acentuó un discurso más revolucionario con aditamentos del pensamiento de izquierda. Quizás Perón, desde Europa y por aquellos años, pensaba que la Guerra Fría la ganaba la URSS. Fue muy impresionante para la in-telectualidad europea y latinoamericana la Sputnik I en el espacio, la perra Laika y el Yuri Gagarín. La URSS parecía invencible.

Kennedy desesperado bramaba:“¿Hay algún lugar donde podamos alcanzarlos? ¿Qué podemos hacer? ¿Podemos dar la vuelta a la Luna antes que ellos? ¿Podemos saltarles por encima? ¿Ojalá alguien me dijera como alcanzarlos? Busquemos a alguien, a cualquiera. No me importa si es un portero. Alguien que sepa como hacerlo.”

Más allá de si esto fue así o no en el pensamiento de Perón lo cierto es que hubo una adecuación del peronismo. Para eso contó con una importante galería de pensadores denominados “nacionales” que contribuyeron a la tarea. Y con “formaciones especiales”, con buenos vínculos con Cuba. Es que Perón seguía pensando como su discurso, de comienzos de los 50’s, en el Colegio Militar de la Nación:

“La Revolución Francesa comienza su acción efectiva en 1789, de-rrotada por la Santa Alianza; sin embargo, arroja sobre el mundo su influencia a lo largo de un siglo, por lo menos. Todos somos hijos del liberalismo creado en la Revolución Francesa. En 1914, para mí, comienza un nuevo ciclo histórico que llamaremos de la Revolu-ción Rusa.Y si esa Revolución Francesa ha arrojado sobre el mundo un siglo de influencia ¿cómo esta Revolución Rusa triunfante y con su e-popeya militar realizada no va a arrojar sobre el mundo un siglo de influencia. El hecho histórico es innegable. Si la Revolución France-sa termina con el gobierno de las aristocracias, la Revolución Rusa termina con el gobierno de las burguesías. Empieza el gobierno de las masas populares.”

En el marco de la guerra fría, la URSS cobraba una importancia central en el pensamiento de Perón. No se abrazaba a ella, pero entendía su influencia en occidente. La Tercera Posición nace, en consecuencia, como alternativa a los dos bloques que se disputa-ban el mundo. El peronismo es hijo de la Guerra Fría. Ni yankees ni marxistas fue la mejor síntesis política-popular del peronismo y ex-

QUÉ QUEDÓ DE LA VIEJA IZQUIERDAescribe Claudio Chaves*

(sigue en página 7)

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ANIMAL POLÍTICO NºXIX Año IV Marzo 2010 7Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com

AnimAlPolítico

una publicación de Foro Republicano

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(viene de página 6)

plica luminosamente su ubicación en el tiempo histórico.

Es interesante interrogarnos que hubiera pen-sado Perón de haber vivido los acontecimien-tos de 1989, al cerrarse el ciclo de la Revolución Rusa. Pero eso es responsabilidad de los que vinimos después. A manera de anécdota vale comentar que para un importante historiador marxista como Hobsbawm, el siglo XX comien-za en 1914, con la Primera Guerra Mundial. No-table coincidencia con Perón y, al igual que el General, sostiene que es el inicio de un nuevo ciclo. Como el hombre, aún, vive y se halla muy lúcido, ha observado que la implosión soviética marca un cierre:

“Es indudable que en los años finales de la déca-da de 1980 y en los primeros de la de 1990 ter-minó una época de la historia del mundo para comenzar otra nueva. Esa es la información e-sencial para los historiadores del siglo.”

EL PROBLEMA DEL PERONISMO

Al peronismo le ha ocurrido lo mismo que a la izquierda latinoamericana. Tiene dos miradas. Hay uno que sigue pensando en términos de la Guerra Fría y hay otro que afirma que el conflic-to ha terminado y que este es otro mundo. Se podría decir que un abismo los separa. En todos los órdenes difieren. Veamos.

El peronismo del 90’ decidió los indultos. Va-rias interpretaciones pueden hacerse, la pacifi-cación, el cierre de las heridas como se afirmó por aquellos años. Sin embargo nada de esto podía alcanzarse si la Guerra Fría hubiera con-tinuado. El triunfo de un bando sobre el otro, el triunfo del capitalismo sobre el comunismo transformaba en obsoleto la continuación del conflicto en este rincón del mundo.

Mandela en Sudáfrica hizo exactamente lo mis-mo que el peronismo en los 90’. Por estos días puede verse una excelente película dirigida por Clint Eastwood, Invictus, altamente reveladora de estos hechos. En Polonia luego de la caída del comunismo, Lech Walesa planteó la política de la línea gruesa, como él le gustaba decir. Trazar una línea que perdone para atrás porque como él manifestaba, si se lanzaban acusaciones en un ambiente de revancha político-histórica hu-biéramos tenido la guerra civil y no se habría lo-grado nada. La línea gruesa era imprescindible para continuar la transformación pacífica. En definitiva el triunfo sobre las organizaciones armadas y la patria socialista en la Argentina an-ticipó el 89’ alemán y el triunfo de Walesa.

En términos culturales las miradas vuelven a diferir. Un sector del peronismo, exegetas de los pensadores “nacionales”, alertan sobre los riesgos de nuestra cultura ante el avance diabólico de la mundialización que es la cara moderna del neo-imperialismo, el viejo imperialismo norteameri-cano remozado y actualizado. Hablan, entonces, de proteger nuestro cine, teatro, música, valores, costumbres en la creencia que nuestra inferioridad cultural no podrá sobreponerse a la potencia de los forasteros. Un destino signado por una historia de derrotas y fracasos. La vieja consigna de “Una cultura nacional y popular” es la mejor síntesis de esta sicología. Cuando, por el contrario, la realidad muestra a nuestro cine, telenovelas, guiones, artis-tas, libros, novelas, música como se imponen en el mundo y son valoradas en el corazón imperial.

Exagerando ya no debemos cuidarnos nosotros, ahora ha llegado la hora de que se cuiden ellos. Esto piensa otro sector del peronismo y de la socie-dad argentina. En definitiva en tiempos de mundialización la cul-tura no se protege, se promueve.

En lo económico al igual que en lo cultural las dife-rencias pueden sintetizarse en el aislamiento y desconexión del mundo o en la integración a los mercados mundiales.

Esto implica al interior del país distintas alianzas sociales. El peronismo del aislamiento, del vivir con lo nuestro, de cortar, en la medida de lo posible, los vínculos con los organismos internacionales y que pregona un neokeynesianismo industrialista valorará fundamentalmente un mercado interno protegido y aislado del mundo. Un dólar alto de vinculación al mundo sólo en las exportaciones y cierre de nuestra economía al aporte tecnológico y de inversiones y un Estado interventor. En este caso la alianza social se hará con sectores indus-triales poco competitivos y amigos de un Estado protector y sectores obreros vinculados al modelo mercado internista. En definitiva poco amigos de la globalización económica. Esta mirada ha empuja-do a funcionarios del actual gobierno tanto como a intelectuales que lo sostienen a afirmaciones te-merarias que chocan con el sentido común de la historia como por ejemplo que la crisis capitalista del 2008 es terminal y marca final de época porque comienza lo que ellos siempre han pregonado: el intervencionismo de estado. El Neokeynesia-nismo. Sin discriminar cuando una medida es, tan solo, una herramienta y cuando se transforma en cuerpo doctrinario. Choca también con el sentido común de marxistas serios como Hobsbawm. El otro peronismo de apertura al mundo privile-giará los sectores económicos altamente com-petitivos en el mercado mundial: el campo y la cadena agroalimentaria, las industrias culturales, el turismo y los sectores obreros vinculados a esta

economía con mayor dinámica.

En este intríngulis se halla la política argentina. Esta divisoria de aguas habla de la magnitud del conflicto político argentino.

EL KIRCHNERISMO

Es un conglomerado heterogéneo de fuerzas pe-ronistas tradicionales, progresismo peronista, no peronista y antiperonista. Eso sí, cada vez más menguado y raleado.

Como armado político guarda en su interior posi-ciones muchas veces encontradas. Algo los unifica sin embargo, su rechazo a la década del 90’ que denominan neoliberalismo. Luego difieren en mu-chas otras.

Un primer análisis nos lleva a dividir a este go-bierno en dos períodos. El primero, de origen. Como heredero del descalabro de la Alianza hubo de gobernar bajo el clima político creado por las circunstancias de la crisis y el clima ideológico-cul-tural gestado por las fuerzas políticas mayoritarias, opositoras a los años 90’. Es justo señalar que por aquellos años la oposición a los 90’ abarcaba a la casi totalidad de la partidocracia. En la actualidad este rechazo ha cedido ostensiblemente. En ese clima Kirchner tuvo que subirse a la marea pro-gre porque esa era la atmósfera excluyente. Como político que es comprendió el sentido de la ola que rugía bajo sus pies al decir de Bismark y actuó en consecuencia. Indudablemente fue izquierdoso. No hay dudas sobre ello. Si algunos políticos e in-telectuales hoy afirman que habla con la izquierda e implementa políticas de derecha se confunden. Pasa que en el siglo XXI el progresismo no es más el futuro como se arrogaban en los 60’, es el pasado, es retro, si se quiere es conservador de aquí la con-fusión. Pero sin lugar a dudas fue progresismo anti-capitalista como lo indican sus posturas de fractura con el mundo globalizado. Coincidente con los movimientos antiglobalización que comenzaron a reunirse en Porto Alegre a partir de 2001. Y con la derecha europea.

Fue el período de la soja cara y la recaudación ju-gosa. Hoy el kirchnerismo prácticamente ha desa-parecido. Muchos de los que lo acompañaron en origen han comenzado a comprender el mundo y otros se apartaron porque el Gobierno no avanzó todo lo que los grupos extremos pretendían. El peronismo-kirchnerista-camporista hace lo que puede para terminar el mandato como Dios man-da. De manera que hoy es muy difícil encuadrarlo. Se alejan a la disparada. Como le decía Kirchner a su consejero José Pablo Feinmann: “Los intelec- tuales como vos buscan la pureza todo el tiempo, los políticos no nos podemos dar ese lujo”Un puñado de intelectuales de izquierda que acompañaron la experiencia se encuentran desola-

dos porque la posibilidad que veían se les ha escapado. Galazzo, Viñas, Feinmann, Aliverti, Forster, Nun, Di Tella, Caparrós, Anguita, Bauer, Horacio Gonzalez, Noe Jitrik, Pino Solanas, Sabatella, Pigna, han iniciado el camino del desierto. Saben que ya no hay esperanzas.

De todos modos no piensan del mismo modo. Han evolucionado del mismo modo que los foros antiglobalización. Al-gunos hacia Lula otros hacia Chavez.Así estamos.

*Escritor y profesor de Historia.

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Me parece oportuno analizar cierta similitud que encuentro entre el sistema impositivo vigente, y el sistema Ludovico, curioso tratamiento aplicado a delincuentes en el libro de Anthony Burgess “La naranja mecánica”, y que se hizo famoso a través de la película del mismo nombre realizada por el director Stanley Kubrick; similitud a pesar de la cual la mayoría de las personas reacciona de mane-ra distinta frente a cada uno de ellos. Cuando uno protesta frente al aumento de algún impuesto, o simplemente por su exis-tencia, rápidamente encontrará alguien que le explicará que el dinero que se paga en concepto de impuestos es uti-lizado por el estado para realizar todo tipo de obra benéfica para la sociedad, es decir, educación, hospitales, seguri-dad, infraestructura, etc.

No importa si usted es mala persona, a-varo, poco caritativo, o pobre, el sistema impositivo actual exige en forma com-pulsiva dinero de los ciudadanos para luego, en el mejor de los casos, dedicarlo a algún fin útil. Ese es exactamente el mismo razona-miento que se utiliza en el libro “La na-ranja mecánica” en donde a través de un tratamiento conocido como el sistema Ludovico una persona, en este caso el personaje principal, pierde la capacidad de ejercer todo tipo de violencia, y como consecuencia de ello deja de cometer delitos, o como claramente se explica en la novela, pierde la capacidad de tomar una decisión ética.

Es importante destacar que el personaje de la novela no se vuelve bueno, no avanza en el cami-no moral del hombre, sino que simplemente en-cuentra imposible hacer el mal, de forma tal que un personaje descripto como el sacerdote de la prisión donde alojan al personaje, que en esta fase del libro es solamente conocido por un número, le aclara lo siguiente “El problema es saber si esta téc-nica puede hacer realmente bueno al hombre. La bondad viene de adentro, 6655321. La bondad es algo que uno elige. Cuando un hombre no puede elegir, deja de ser hombre” (1)

En alguna forma esto es lo que ocurre con los con-tribuyentes, los cuales no se vuelven más despren-

LOS IMPUESTOS Y LA NARANJA MECÁNICA*didos, generosos, o concientes del sufrimiento del prójimo, sino que descansan tranquilamente entendiendo que el ejercicio efectivo de estas virtudes corresponde al estado.Los entusiastas del sistema Ludovico impositivo entienden que privar a los ciudadanos de de-terminada cantidad de dinero, evita que estos lo despilfarren en lujos suntuarios o vicios, sin observar que al mismo tiempo estas personas tampoco podrían utilizar su dinero en causas

nobles, ejercitando alguna virtud.

Hoy los contribuyentes no deciden que canti-dad de dinero deben aportar, ni cuando hay que hacerlo; tampoco como ni donde invertirlo, es el gobierno quien toma estas decisiones por ellos.

Surge claramente que este modo de actuar, al igual que en el libro, no mejora la condición moral de los ciudadanos, es decir, no hace de los contribuyentes mejores personas, sino que incluso los hace peores, por cuanto pierden la costumbre de tomar decisiones éticas por sí mis-mos, olvidando virtudes como el ahorro, debido a que el estado ahorra por ellos, y careciendo por completo del hábito de la caridad, por cuan-to ésta es canalizada a través de los organismos de promoción social.

De esta forma las personas lentamente van per-diendo la capacidad de tomar decisiones respec-to de qué medicina, seguridad, e infraestructura necesitan, todo eso es decidido por otros, por lo que finalmente comienza a desaparecer la capa-cidad de discernimiento, siendo usual escuchar a personas sugerir soluciones a distintos pro-blemas sin contemplar mínimamente compo-nentes de la realidad como la escasez de recur-sos, o la relación costo-beneficio, etc.

Si bien es cierto que el pueblo no delibera ni

gobierna sino a través de sus representantes, es importante destacar que esta deliberación y gobierno es acerca de los grandes temas de un país, no sobre cuestiones que pueden ser re-sueltas en forma individual por los ciudadanos, casi diría que justamente aquellas cosas que no pueden ser resueltas en forma individual por los ciudadanos son las que deben resolver sus representantes.

Al privar al hombre del producto de su esfuerzo, se le impide ejercitar su capacidad de decidir entre vicios y virtudes, transformándolo lenta-mente en un ser irresponsable, inca-paz de hacer efectivas las virtudes que dice defender.

Vuelvo una vez mas al libro, donde el sacerdote de la prisión advierte al personaje principal: “Estás entrando en una región nueva. Una cosa te-rrible si bien se mira. Y sin embargo, en cierto sentido, al aceptar que te priven de la capacidad de tomar una decisión ética, en cierto sentido real-mente has elegido bien. O por lo me-nos eso quisiera creer. Eso quisiera creer, Dios nos asista a todos.” (2)

Lo llamativo de la cuestión es que a pesar de ser el mismo razonamiento el que se aplica en ambos sistemas, a

la gente que le resultó repugnante el sistema Ludovico tanto en la novela como en su ver-sión cinematográfica, es muy posible que le parezcan adecuados la mayoría de los siste-mas tributarios vigentes.

Frente a este modo de pensar el libro señala un camino a seguir, en este caso, a través del escritor que es brutalmente atacado por el personaje principal al inicio de la novela, y quien en ese momento estaba escribiendo un libro titulado la “La naranja mecánica”, que empezaba así “Para oponerme al intento de imponer al hombre, criatura que crece y puede demostrar bondad, que es capaz de beber el néctar que brota de los labios barbados del señor, para oponerme al intento de imponerle leyes y condiciones sólo apropiadas para una creación mecánica, levanto la acerada plu-ma...”(3)

(1) La naranja mecánica de Anthony Burgess, Edito-rial Minotauro, pág. 79(2) Ibidem, pág. 90(3) Ibidem, pág. 26

*por Ezequiel Luppi - CoPE, para Foro Republicano.

Alex, en lA versión cinemAtográficA de stAley KubricK, siendo sometido Al trAtAmiento ludovico.