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  • Busca en tu nueva Liahona una brjula para nuestros das

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  • Find in Your New Liahona a Compass for Our Day

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    Bienvenidos a su nueva Liahona

    EN LA CUBIERTAFrente: Pintura por Joseph Brickey. Atrs: Ilustracin fotogrca por John Luke.

    Bienvenidos! Celebre con nosotros esta -JBIPOB, con nuevo diseo y com-posicin. Reconocemos que disfrutaba de la antigua -JBIPOB pero ya era hora de hacer algunas mejoras.

    Para empezar, se dar cuenta de que en medio de la revista ya no hay su-plementos dentro de suplementos; las noticias y las pginas de los nios se han colocado en la parte posterior de la revista.

    Consideramos que cualquier cosa que usted desee encontrar en una revista de la Iglesia, la encontrar aqu; si desea artculos ms largos y de ms peso, podr hacer su seleccin de entre algunos que le harn reexionar; pero si no dispone de mucho tiempo y simplemente desea echar una mirada rpida, tambin puede hacerlo.

    En este nmero encontrar algunas secciones nuevas marcadas claramente para nios, jvenes y jvenes adultos. Si usted es miembro nuevo de la Iglesia, tal vez le guste leer sobre la doctrina y las prcticas bsicas de la Iglesia (vase Lo que creemos, pg. 14). Si usted es maestro, lder, padre o madre, encontrar ayudas prcticas para prestar servicio a

    sus seres queridos (vanse las pgs. 13, 22, 26 y 36).

    Uno de los aspectos ms innovadores de esta nueva -JBIPOB es la combinacin de artculos para adultos con materiales complementarios para jvenes y nios, y viceversa. Usted se dar cuenta de ello, especialmente con el Mensaje de la Pri-mera Presidencia.

    Se han hecho otros cambios ms su-tiles y esperamos que usted mismo los encuentre a medida que examine este nmero. Todos tienen como n ayudarle a sentir el Espritu y llegar a conocer me-jor a nuestro Padre Celestial y a nuestro Salvador Jesucristo, quienes son la fuente mxima de inspiracin para la revista -JBIPOB

    Los editores

    P.D. Nos puede hacer un favor? Hganos saber sus impresiones en cuanto a la nue-va revista -JBIPOB Escrbanos por correo electrnico a [email protected] (sr-vase escribir New Liahona en el rengln de Asunto), o escrbanos por carta a:

    -JBIPOB Rm. 2420 50 E. North Temple St.Salt Lake City, UT 84150-0024, EE. UU.

  • 22

    E n e r o 2 0 1 0 1

    Liahona, enero de 2010

    MENSAJES4 Mensaje de la Primera

    Presidencia: Soportemos un poco msPor el presidente Dieter F. Uchtdorf

    9 Mensaje de las maestras visitantes: Debemos llegar a ser autosucientes

    ARTCULOS DE INTERS16 Lo mejor an est por venir

    Por el lder Jeffrey R. HollandMiren hacia adelante y recuer-EFORVFMBGFTJFNQSFTFBMBhacia el futuro.

    22 El nuevo manual Principios del Evangelio por el lder Russell M. NelsonEl estudio de este manual fortale-cer su conocimiento de las en-TFBO[BTCTJDBTEFM&WBOHFMJP

    26 Estudiemos la obra de la Sociedad de SocorroPor Julie B. BeckAprenda a sacar el mayor provecho de las lecciones del primer domingo.

    32 Cmo se forma una montaa: Las parbolas del gua y de la montaa Por Adam C. Olson6OHVBEFHJSBTFO5BJXOEFNVFTUSBMBGPSNBFORVF MPTEFTBGPTOPTTJSWFOQBSBBMDBO[BSOVFTUSBNFUBNYJNBde la vida eterna.

    SECCIONES10 Cosas pequeas y sencillas12 Nuestro hogar, nuestra fami-

    lia: Cmo supimos lo que es la felicidadPor Lidia Evgenevna Shmakova

    13 El prestar servicio en la Igle-sia: Quin? Yo, ensear?

    14 Lo que creemos: Dios es ver-daderamente nuestro Padre

    36 Clsicos del Evangelio: Resol-vamos los problemas emocio-nales a la manera del SeorPor el presidente Boyd K. Packer

    38 Voces de los Santos de los ltimos Das

    74 Noticias de la Iglesia80 Hasta la prxima: Ser

    hallado por vosotrosPor Aaron L. West

  • 2 L i a h o n a

    42 Se dirigen a nosotros: Qu debemos hacer cuando no sabemos qu hacer?Por el lder Stanley G. Ellis

    44 El Evangelio en mi vidaCon la ayuda del EsprituPor Samantha Wills

    46 Apropiado incluso para nuestros dasPor Andrew Horton)BZBMHPRVFFM"OUJHVP 5FTUBNFOUPOPTQVFEBFOTFBSIPZEB a1PSTVQVFTUP

    48 Nuestro espacio50 Lema de la Mutual para 2010

    Por las presidencias generales de las Mujeres Jvenes y de los Hombres JvenesWBMJFOUF( Josu 1:9).

    52 Pster: Sucientemente fuerte

    53 Al grano54 Cmo lo s: Ese libro me

    despert la curiosidadPor Wilfredo Valenzuela

    56 Or para encontrar una respuestaBy Sylvia Waterbhr-BPSBDJOOPTQVFEFBZVEBS con las tareas escolares si TFHVJNPTMBJOTQJSBDJORVFrecibamos.

    57 El poder de una preguntaPor Virginia Schildbck1PSRVOPBTJTUFTBMBTDMBTFTEFSFMJHJO QSFHVOUNJBNJ-ga. Esa pregunta result ser ms QPEFSPTBEFMPRVFQBSFDB

    58 Cmo prepararse para recibir el sacerdocioPor Richard M. Romney+PWFODJUPTEFPODFBPTEFFEBEcmo se preparan para recibir FM4BDFSEPDJP"BSOJDP

    60 Una visita a la Manzana del Templo: El Templo de Salt LakePor Jan Pinborough

    62 La bolita de carameloPor J. Harvey Hapi.FFTUBCBBTYJBOEPDPOVO DBSBNFMPZOPQPEBQFEJS BZVEBUPEPMPRVFIJDFGVFPSBS

    64 Relatos de Jess: Jehov y el maravilloso plan de nuestro Padre CelestialPor Diane Mangum

    66 Tiempo para compartir: Diario de las Escrituras Por Sandra Tanner y Cristina Franco

    68 Nuestra pgina70 Para los ms pequeos

    Busca la -JBIPOBRVFFTU

    escondida en este nmero.

    42

    64

    46

    NIOSJVENESJVENES ADULTOS

  • E n e r o 2 0 1 0 3

    Ms material en lneaLiahona.lds.org

    Las montaas del Parque Nacional Yushan, de Taiwn, sirvieron de inspiracin para el artculo Cmo se forma una montaa, pg. 32. Para ver ms fotografas del parque, visite www.liahona.lds.org.Si le gust el artculo El prestar servicio en la Iglesia, en la pg. 13 de este ejemplar, puede hallar ms capacitacin y fuentes de consulta (en ingls) para el desempeo de su llamamiento en www.lds.org. Haga clic en Serving in the Church.

    Lo mejor an est por venir (vase la pg. 16) est basado en un discurso que el lder Jeffrey R. Holland pronunci en enero del ao pasado. Para leer el texto completo del discurso

    en ingls, visite http://speeches.byu.edu.

    En este ejemplar se anuncia el nuevo lema de la Mutual. Para ver la celebracin de ese lema para el nuevo ao (en ingls), visite www.abrandnewyear.lds.org.

    Mire el pster de la pg. 52, y despus visite www.newera.lds.org a n de ver psteres publicados en el pasado (en ingls).En el artculo Apropiado incluso para nuestros das (vase la pg. 46), el autor ensea algunas lecciones que podemos aprender del Antiguo Testamento. A n de leer el Antiguo Testamento y otras Escrituras en lnea, visite www.languages.lds.org.

    Kate visit el Templo de Salt Lake, en la Manzana del Templo (vase El Templo de Salt Lake, pg. 60). Para ver un video de su visita, vaya a www.friend.lds.org.Adems, vaya a www.friend.lds.org para or relatos, participar en juegos y hacer otras actividades divertidas (en ingls).

    EN TU IDIOMAPara encontrar el sitio web de la Iglesia de tu pas, visita www.languages.lds.org.

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    ENERO 2010 VOL. 34 NO. 1LIAHONA 09281 002Publicacin ocial de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das, en el idioma espaol.La Primera Presidencia: Thomas S. Monson, Henry B. Eyring, Dieter F. UchtdorfEl Qurum de los Doce Apstoles: Boyd K. Packer, L. Tom Perry, Russell M. Nelson, Dallin H. Oaks, M. Russell Ballard, Richard G. Scott, Robert D. Hales, Jeffrey R. Holland, David A. Bednar, Quentin L. Cook, D. Todd Christofferson, Neil L. AndersenEditor: Spencer J. CondieAsesores: Keith K. Hilbig, Yoshihiko Kikuchi, Paul B. PieperDirector administrativo: David L. FrischknechtDirector editorial: Victor D. CaveEditor principal: Larry HillerDirector de artes grcas: Allan R. LoyborgEditor administrativo: R. Val JohnsonEditora administrativa auxiliar: Jenifer L. Greenwood, Adam C. OlsonEditores adjuntos: Ryan CarrEditora auxiliar: Susan BarrettPersonal de redaccin: David A. Edwards, Matthew D. Flitton, LaRene Porter Gaunt, Annie Jones, Carrie Kasten, Jennifer Maddy, Melissa Merrill, Michael R. Morris, Sally J. Odekirk, Joshua J. Perkey, Chad E. Phares, Jan Pinborough, Richard M. Romney, Don L. Searle, Janet Thomas, Paul VanDenBerghe, Julie WardellSecretaria principal: Laurel TeuscherDirector de arte: Scott Van KampenGerente de produccin: Jane Ann PetersPersonal de diseo y de produccin: Cali R. Arroyo, Collette Nebeker Aune, Howard G. Brown, Julie Burdett, Thomas S. Child, Reginald J. Christensen, Kim Fenstermaker, Kathleen Howard, Eric P. Johnsen, Denise Kirby, Scott M. Mooy, Ginny J. NilsonAsuntos previos a la impresin: Jeff L. MartinDirector de impresin: Craig K. SedgwickDirector de distribucin: Randy J. BensonCoordinacin de Liahona: Enrique Resek, Diana R. TuckerPara saber el costo de la revista y cmo suscribirse a ella fuera de Estados Unidos y de Canad, pngase en contacto con el Centro de Distribucin local o con el lder del barrio o de la rama.Los manuscritos y las preguntas deben enviarse a Liahona, Room 2420, 50 E. North Temple Street, Salt Lake City, UT 84150-0024, USA; o por correo electrnico a: [email protected] (un trmino del Libro de Mormn que signica brjula o director) se publica en albans, alemn, armenio, bislama, blgaro, camboyano, cebuano, coreano, croata, checo, chino, dans, esloveno, espaol, estonio, dji, nlands, francs, griego, haitiano, hindi, holands, hngaro, indonesio, ingls, islands, italiano, japons, kiribati, latvio, lituano, malgache, marshalls, mongol, noruego, polaco, portugus, rumano, ruso, samoano, sinals, sueco, tagalo, tailands, tahitiano, tamil, telegu, tongano, ucraniano, urdu, y vietnamita. (La frecuencia de las publicaciones vara de acuerdo con el idioma.) 2010 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los derechos reservados. Impreso en los Estados Unidos de Amrica.El material de texto y visual de la revista Liahona se puede copiar para utilizarse en la Iglesia o en el hogar, siempre que no sea con nes de lucro. El material visual no se puede copiar si aparecen restricciones en la lnea de crdito del mismo. Las preguntas que tengan que ver con este asunto se deben dirigir a Intellectual Property Ofce, 50 East North Temple Street, Salt Lake City, UT 84150, USA; correo electrnico: [email protected] aparece en Internet en varios idiomas en el sitio www.liahona.lds.org. Para los lectores de Mxico: Certicado de Licitud de ttulo nmero 6988 y Licitud de contenido nmero 5199, expedidos por la Comisin Calicadora de Publicaciones y revistas ilustradas el 15 de septiembre de 1993. Liahona es nombre registrado en la Direccin de Derechos de Autor con el nmero 252093. Publicacin registrada en la Direccin General de Correos nmero 100. Registro del S.P.M. 0340294 caractersticas 218141210.For Readers in the United States and Canada: January 2010 Vol. 34 No. 1. LIAHONA (USPS 311-480) Spanish (ISSN 0885-3169) is published monthly by The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 50 East North Temple, Salt Lake City, UT 84150. USA subscription price is $10.00 per year; Canada, $12.00 plus applicable taxes. Periodicals Postage Paid at Salt Lake City, Utah. Sixty days notice required for change of address. Include address label from a recent issue; old and new address must be included. Send USA and Canadian subscriptions to Salt Lake Distribution Center at the address below. Subscription help line: 1-800-537-5971. Credit card orders (Visa, MasterCard, American Express) may be taken by phone. (Canada Poste Information: Publication Agreement #40017431)POSTMASTER: Send address changes to Salt Lake Distribution Center, Church Magazines, PO Box 26368, Salt Lake City, UT 84126-0368.

    PARA LOS ADULTOS

    PARA LOS JVENES ADULTOS

    PARA LOS JVENES

    PARA LOS NIOS

  • E n e r o 2 0 1 0 5

    El verano pasado mi esposa y yo llevamos a nuestros nietos gemelos a Kirtland,

    Ohio. Para nosotros fue una opor-tunidad especial y preciosa de pasar tiempo con ellos antes de que salieran en sus misiones.

    Durante nuestra visita a ese lugar, aprendimos a comprender mejor las circunstancias del profeta Jos Smith y de los santos que vivan en Kirtland. Esa era de la historia de la Iglesia se conoce como una poca de grandes tribulaciones, pero tambin de enormes bendiciones.

    El Seor conri en Kirtland algunas de las manifestaciones celestiales y dones espiritua-les ms extraordinarios que el mundo haya conocido. En Kirtland y lugares circunvecinos se recibieron sesenta y cinco secciones de Doctrina y Convenios revelaciones que tra-jeron nueva luz y conocimiento acerca de te-mas tales como la Segunda Venida, el cuidado

    de los necesitados, el plan de salvacin, la autoridad del sacer-docio, la Palabra de Sabidura, el diezmo, el templo y la ley de consagracin1.

    Fue un perodo de progreso es-piritual incomparable; de hecho, el Espritu de Dios era tal como un fuego. Durante este tiempo

    aparecieron Moiss, Elas el Profeta, y muchos otros seres celestiales, incluso nuestro Padre Celestial y Su Hijo Jesucristo, el Salvador del Mundo2.

    Una de las muchas revelaciones que Jos recibi en Kirtland fue una revelacin llama-da la hoja de olivo tomada del rbol del Paraso, el mensaje de paz del Seor a no-sotros (introduccin de D. y C. 88). En esta extraordinaria revelacin se incluye la sublime invitacin: Allegaos a m, y yo me allegar a vosotros; buscadme diligentemente, y me hallaris (D. y C. 88:63). Cuando los santos EL

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    MENSAJE DE LA PRIMERA PRESIDENCIA

    Soportemos UN POCO MS

    Una de las lecciones perdurables del perodo de Kirtland es que nuestro espritu necesita nutrirse constantemente;

    debemos permanecer cerca del Seor cada da si queremos superar la adversidad a la que todos debemos enfrentarnos.

    Por el presidente Dieter F. Uchtdorf

    Segundo Consejero de la Primera Presidencia

  • 6 L i a h o n a

    MENSAJE DE LA PRIMERA PRESIDENCIA

    de Kirtland se allegaron al Seor, l en verdad se alleg a ellos, derramando las bendiciones de los cielos sobre la cabeza de los eles.

    Un derramamiento espiritualTal vez la culminacin de esas manifestaciones es-

    pirituales ocurri durante la dedicacin del Templo de Kirtland el 27 de marzo de 1836. Uno de los presentes era William Draper, de 28 aos de edad, que describi el da como un da de Pentecosts. l escribi: Fue tal el derra-mamiento del Espritu del Seor, que la lapicera (pluma) me resulta insuciente para escribir todo, o la lengua para expresarlo; pero quiero armar que el Espritu se derram y vino como el ruido de un viento poderoso y llen la casa, que muchos de los que estaban presentes hablaron en lenguas, tuvieron visiones, vieron ngeles y profetiza-ron, y en general tuvieron un momento de regocijo como no se haba visto en esta generacin3.

    Estas manifestaciones espirituales no se limitaron ni-camente a los que se encontraban dentro del templo, ya que la gente de la vecindad lleg corriendo (al escuchar un ruido extraordinario en el interior y al ver una luz brillante como una columna de fuego que descansa-ba sobre el templo), y se asombraron de lo que estaba aconteciendo4.

    Lorenzo Snow (18141901), que ms tarde sera Presidente de la Iglesia, viva en Kirtland durante ese bendito perodo; l hizo la siguiente observacin: Uno se habra imaginado que despus de recibir esas maravillosas manifestaciones ninguna tentacin podra haber derrotado a los santos5.

    Pero, naturalmente, las experiencias espirituales gran-diosas no nos liberan de la oposicin ni de las tribulacio-nes. Unos meses despus de la dedicacin del templo, una extensa crisis econmica sacudi los Estados Unidos, y en Kirtland se sintieron fuertemente los efectos de ello; los bancos fracasaron, dejando a muchos en difciles situa-ciones econmicas. Y para colmo, muchos de los santos que inmigraron a Kirtland llegaron con escasas posesiones materiales, sin saber lo que haran una vez que llegaran o cmo sobreviviran.

    Al poco tiempo, se levantaron persecuciones y se formaron turbas en contra de los santos. Miembros de la Iglesia incluso algunos de los ms allegados al Profeta, muchos de los cuales estuvieron presentes en la dedica-cin del templo apostataron y condenaron a Jos como profeta cado.

    Mientras caminaba cerca del Templo de Kirtland con mi esposa y nietos, medit en lo trgico que fue que algunos no hubiesen permanecido eles incluso despus de las manifestaciones espirituales de las que haban sido testi-gos; qu triste que no pudieran soportar el ridculo y la crtica de los incrdulos; qu triste que al enfrentarse con problemas econmicos u otras dicultades no hubieran echado mano de su fortaleza interior para permanecer eles; qu lamentable que por alguna razn perdieran de vista la milagrosa cosecha espiritual que se sinti durante la dedicacin del templo.

    Las leccionesQu podemos aprender de esta extraordinaria era en

    la historia de la Iglesia? Una de las grandiosas y perdurables lecciones del pe-

    rodo de Kirtland es que nuestro espritu necesita nutrirse constantemente. Tal como ense el presidente Harold B. Lee (18991973): El testimonio no es algo que tienen hoy y que conservarn siempre. El testimonio va a ir creciendo y creciendo hasta llegar al intenso fulgor de la conviccin, o va a ir disminuyendo hasta llegar a nada, segn lo que

  • E n e r o 2 0 1 0 7

    ustedes hagan con respecto a l. Armo que el testimonio que volvemos a retener da tras da es lo que nos salva de las trampas del adversario6. Debemos permanecer cerca del Seor todos los das si queremos superar la adversidad a la que todos tenemos que enfrentarnos.

    En ciertas maneras, nuestro mundo de hoy es semejante a la Kirtland de la dcada de 1830; nosotros tambin vivimos en pocas de penurias econmicas; hay aquellos que persiguen a la Iglesia y a sus miembros y los ultrajan. A veces las tribulaciones personales y colectivas parecen ser insoportables.

    Es entonces cuando necesitamos, ms que nunca, allegarnos al Seor; al hacerlo, llega-remos a saber lo que signica que el Seor se allegue a nosotros. Si Lo buscamos con ms diligencia que nunca, ciertamente Lo encon-traremos; veremos claramente que el Seor no abandona a Su Iglesia ni a Sus eles santos. Nuestros ojos sern abiertos y Lo veremos abrir las ventanas de los cielos y derramar so-bre nosotros ms de Su luz; encontraremos la fortaleza espiritual para sobrevivir, aun duran-te la ms oscura de las noches.

    A pesar de que algunos de los santos de Kirtland perdieron de vista las experiencias espirituales que tenan, no fue as con la mayora; stos, entre ellos William Draper, se aferraron al conocimiento espiritual que Dios les haba dado y continuaron siguien-do al Profeta. A lo largo del camino tuvieron ms tribulaciones amargas, pero tambin ms dulce progreso espiritual hasta que, al nal, los que perduraron hasta el n fueron recibi-dos en un estado de interminable felicidad (Mosah 2:41).

    Puedes soportarloSi alguna vez te sientes tentado a desani-

    marte o a perder tu fe, recuerda a esos eles santos que permanecieron eles en Kirtland; soporta un poco ms; puedes lograrlo! Eres

    parte de una generacin especial; fuiste pre-parado y preservado para vivir en esta poca importante en la existencia de nuestro hermo-so planeta tierra. Eres de linaje celestial y, por lo tanto, tienes todos los talentos necesarios para hacer de tu vida una historia de xito eterna.

    El Seor te ha bendecido con un testimonio de la verdad; has sentido Su inuencia y has sido testigo de Su poder y, si sigues buscn-dolo, l seguir concedindote experiencias sagradas. Con stas y con otros dones espi-rituales, no slo sers capaz de cambiar tu propia vida para bien, sino que con lo bueno que hay en ti tambin podrs bendecir tu ho-gar, barrio o rama, comunidad, ciudad, estado y nacin.

    Es probable que a veces sea difcil recono-cerlo, pero soporta un poco ms, porque

    4JCVTDBNPTBM4FPSDPONTEJMJHFODJBDJFSUBNFOUF-PFODPOUSBSFNPT/VFTUSPTPKPTTFSOBCJFSUPTZ-Pveremos abrir las ventanas de los cielos y EFSSBNBSTPCSFOPTPUSPTNTEF4VMV[

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  • 8 L i a h o n a

    MENSAJE DE LA PRIMERA PRESIDENCIA

    ojo no vio, ni odo oy, ni ha subido al co-razn del hombre, son las que Dios ha pre-parado para aquellos que le aman y que le esperan (1 Corintios 2:9; vase tambin D. y C. 76:10; 133:45).

    Testico de la veracidad del evangelio restaurado de Jesucristo y de la veracidad de sta, Su Iglesia. Testico con todo mi cora-zn y alma que Dios vive, que Jesucristo es Su Hijo y que est a la cabeza de esta gran Iglesia. Otra vez tenemos un profeta en la tierra, s, el presidente Thomas S. Monson.

    Tengamos siempre presentes las leccio-nes de Kirtland y soportemos un poco ms, aunque las cosas parezcan deprimentes. Que sepas y recuerdes esto: El Seor te ama; l te recuerda, y l siempre apoyar a los que per-severan con fe hasta el n (D. y C. 20:25). NOTAS 1. Vanse por ejemplo las secciones 45; 56; 76; 84;

    89; 97; y 104. 2. Vase D. y C. 76:23; 110:24, 1113. 3. William Draper, A Biographical Sketch of the

    Life and Travels and Birth and Parentage of William Draper (1881), manuscrito, Biblioteca de Historia de la Iglesia, 2; se actualiz la ortografa y las reglas para el uso de las maysculas.

    4. (History of the Church, tomo II, pg. 428; citado por James E. Talmage en La Casa del Seor, pg. 108).

    5. Lorenzo Snow, Discourse, Deseret Weekly News, 8 de junio de 1889, pg. 26.

    6. Enseanzas de los presidentes de la Iglesia: Harold B. Lee, 2001, pg. 48.

    J V E N E SCmo fortalecer tu testimonio

    Toma parte en esta prueba de autoevaluacin para ver cmo va tu progreso en el aspecto de fortalecer tu testimonio: 5FOHPFMEFTFPEFDSFFS "ZVOPZPSPQBSBUFOFSVOUFTUJNPOJPNTGVFSUF -FPMBT&TDSJUVSBTZNFEJUPFOFMMBTUPEPTMPTEBT .FFTGVFS[PQPSDVNQMJSMPTNBOEBNJFOUPTUPEPTMPTEBT

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    N I O SAcerqumonos al Seor

    El profeta Jos Smith recibi una revelacin en Kirtland, Ohio, en la que el Seor le dijo: Allegaos a m, y yo me allegar a vosotros; buscadme diligentemente, y me hallaris (D. y C. 88:63). Una forma de acercarnos al Seor es seguir a Su profeta.

    Haz coincidir cada una de las imgenes que aparecen a continuacin con las cosas que el presidente Thomas S. Monson nos ha pedido hacer.

    IDEAS PARA ENSEAR ESTE MENSAJE

    DFTQVTEFFTUVEJBSFTUFNFOTBKFZPSBSBMrespecto, considere las circunstancias de las QFSTPOBTBRVJFOFTMPFOTFFZFMJKBMBTQBSUFTEFMNFOTBKFRVFQJFOTFRVFTFSOEFNBZPSQSPWFDIPQBSBFMMBT&M&TQSJUV4BOUPMFBZVEBSBQSFQBSBSMPZBFOTFBSMPWBTF%Z$"EFNTEFDPNQBSUJSTVUFTUJNPOJPRVJ[TTFTJFOUBJOTQJSBEPBQFEJSBMPTRVFFOTFFRVFSFMBUFOFYQFSJFODJBTPFYQSFTFOTVQSPQJPUFTUJNPOJPTJMPEFTFBO&OFMNBOVBMLa enseanza: El llamamiento ms importante FODPOUSBSPUSBTJEFBTQBSBFOTFBS

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    Leer las Escrituras

    Compartir tu testimonio

    Ayudar a los dems

    Esforzarse por aprender

    Ser amables

    Orar

  • E n e r o 2 0 1 0 9

    autosucientes podemos en verdad emular al Salvador al servir y bende-cir a los dems.

    Es importante comprender que la autosuciencia es un medio para lograr un n. La meta nal es llegar a ser como el Salvador, y el servicio de-sinteresado a los dems realza dicha meta ya que nuestra capacidad para servir aumenta o disminuye segn el nivel de nuestra autosuciencia2. lder Robert D. Hales, del Qurum de los Doce Apstoles

    La autosuciencia es el producto de nuestro trabajo y es el fundamento de todas las dems formas de poner en prctica esta obra; es un elemento esencial para nuestro bienestar espi-ritual tanto como para el temporal. El presidente Marion G. Romney [18971988] dijo lo siguiente con respecto

    a ese principio: Trabajemos por aquello que necesitamos. Debemos ser autosucientes e independientes, porque no se obtiene la salvacin por otro principio. Nuestra salvacin es un asunto individual, y debemos tratar de lograrla tanto en lo temporal como en lo espiritual

    El presidente Spencer W. Kimball [18951985] ense acer-ca de la autosuciencia, diciendo: La responsabilidad por el bienestar social, emocional, espiritual, fsico o econmico de cada persona descansa primeramente sobre s misma; segun-do, sobre su familia; y tercero, sobre la Iglesia si es un el miembro de la misma3. Presidente Thomas S. Monson

    NOTAS 1. Vase La responsabilidad de la presidenta

    de la Sociedad de Socorro en cuanto a Bien-estar, Principios bsicos sobre bienestar y autosuciencia, 2009, pgs. 45.

    2. Una perspectiva del Evangelio sobre Bien-estar: La fe en accin, Principios bsicos sobre bienestar y autosuciencia, 2009, pgs. 12.

    3. Los principios del bienestar personal y fami-liar, Liahona, febrero de 1987, pgs. 34.

    Ensee los pasajes de las Escrituras y las citas o, si fuera necesario, otro principio que bendeci-

    r a las hermanas que usted visite. D testimonio de la doctrina e invite a las personas a quienes ensee a compartir lo que hayan sentido y aprendido.

    Qu es la autosuciencia?La autosuciencia signica uti-

    lizar todas las bendiciones del Padre Celestial para velar por nosotros mis-mos y por nuestra familia, y para ha-llar soluciones a nuestros problemas. Todos tenemos la responsabilidad de tratar de evitar problemas antes de que sucedan y de aprender a superar los retos cuando ocurran.

    Cmo llegamos a ser autosu-cientes? Lo logramos al obtener su-ciente conocimiento, educacin y educacin escolar; al administrar el dinero y los recursos de forma pru-dente, al ser fuertes espiritualmente, al prepararnos para las emergencias y las eventualidades y al tener salud fsica y bienestar social y emocional1. Julie B. Beck, Presidenta general de la Sociedad de Socorro

    Es una responsabilidad que nos da el Evangelio

    Al vivir vidas providentes y au-mentar nuestros dones y talentos, logramos mayor autosuciencia, que es asumir la responsabilidad de nuestro propio bienestar espiritual y temporal y la de aquellos que el Padre Celestial ha conado a nues-tro cuidado. Slo cuando somos

    MENSAJE DE LAS MAESTRAS VISITANTES

    AYUDAS PARA HACER

    LAS VISITASComo maestra visitante, usted debe buscar inspiracin para saber cmo res-ponder mejor a las necesidades de las hermanas por las que se le ha asignado velar. Luego, concntrese en fortalecer la fe de cada una de las hermanas as como a sus respectivas familias.

    PREPRESE PARA ENSEAR Gnesis 3:19Mateo 6:33D. y C. 82:1819; 109:8

    Si desea ms informacin, consulte: www.providentliving.org; Preparad todo lo que fuere necesario: La eco-noma familiar (artculo N 04007 002); y Preparad todo lo que fuere necesa-rio: El almacenamiento familiar en el hogar (artculo N 04008 002).

    Debemos llegar a ser autosucientes

  • 10 L i a h o n a

    Cosas pequeas y sencillas por medio de cosas pequeas y sencillas se realizan grandes cosas (Alma 37:6).

    SUGERENCIAS PARA UNA MEJOR ENSEANZA 1SPDVSFBSSFHMBSMBTTJMMBTEF

    manera que le permita ver a cada uno de los miembros EFMBDMBTFZEFRVFUPEPTWFBOMBQJ[BSSBZMBTEFNTBZVEBTWJTVBMFT

    "MGPNFOUBSFMBOMJTJTFOMBclase, evite preguntas que TFDPOUFTUFODPOVOTPDPOVOOPFOWF[EFQSFHVOUBS5VWPGF/F QSFHVOUF&ORVGPSNBEFNPTUS/FTVGF

    4FBDPSUTDVBOEPMPTNJFN-bros de la clase respondan a QSFHVOUBTPIBHBODPNFO-tarios, a n de que sepan que se agradecen sus ideas ZPQJOJPOFT

    4JFOFMDFOUSPEFSFVOJPOFTIBZVOBCJCMJPUFDBQJEBa la persona encargada que le muestre los recursos que estn disponibles para VUJMJ[BSMPTDPOTVMFDDJO&TQPTJCMFRVFFOUSFFMMPTIBZBMNJOBTTPCSFFM&WBOHFMJPvideos o DVDs, o fuentes de DPOTVMUB

    1974. El Templo de Hong Kong, China, fue el primer templo en todo el mundo que se edic como una estructura multiusos; en el edicio se encuentra una capilla, las oci-nas de la misin y la residencia del presidente del templo.

    Cuando en 1997 Hong Kong dej de estar bajo el dominio britnico y volvi al dominio chino,

    la Misin Hong Kong se convirti en la Misin China Hong Kong.

    China se dedic para la predicacin del Evangelio el 9 de enero de 1921, en Beijing, por el entonces lder David O. McKay (18731970), del Qurum de los Doce Apstoles. Sin embar-go, la obra misional se limitaba a la ciudad de Hong Kong. En 1949, el lder Matthew Cowley (18971953), del Qurum de los Doce Apstoles, inaugur la misin con una oracin que pronunci en Victoria Peak, el punto ms elevado que domina la ciudad.

    La traduccin del Libro de Mormn en chino se termin en 1965, seguida de Doctrina y Convenios en

    Miembros en Hong Kong Misiones Estacas Distritos #BSSJPTZSBNBT

    Templos

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    &MMEFS.BUUIFX$PXMFZVOPEFMPTApstoles, inaugur la Misin Hong Kong en 1949.

    El Templo de Hong Kong, China.

    H I S T O R I A D E L A I G L E S I A A L R E D E D O R D E L M U N D O

    Hong Kong

    Las cifras

  • E n e r o 2 0 1 0 11

    Un acto de bondad1PS"SJO[FDIVLXV0LFSF

    Uno nunca sabe lo que un pe-queo gesto de bondad pue-de desencadenar. Cierto mes de enero, mientras serva en Akure, en la Misin Nigeria Lagos, tena un pequeo regalo que deseaba obsequiar a alguien. Me pregun-taba: A quin se lo podra dar para que le sea de provecho?. Lo llev a la Iglesia dos domingos, sin lograr decidirme.

    El tercer domingo fui a la Iglesia con la idea de regalrse-lo a un buen amigo, pero ese domingo no fue, y tuve la im-presin de que otra persona lo necesitaba. Al buscar por toda la capilla, vi a un nio cuyos padres no eran miembros de la Iglesia; pareca estar muy solo y sent que deba drselo a l. As lo hice y me sent muy feliz.

    Sucedi algo maravilloso. La madre de l fue a la Iglesia el domingo siguiente y me dio las gracias por el regalo. Dijo: Desde hace tiempo le haba pro-metido a mi hijo que un da ira a la Iglesia, as que hoy he venido para mostrar mi agradecimiento por el regalo. As fue como mi compaero y yo la conocimos, y ahora es miembro de la Iglesia. El nio se sinti muy feliz al ver que nalmente su madre se bautiz.

    S que por medio de cosas pequeas se realizan grandes cosas.

    El presidente Joseph F. Smith (18381918) dedic el sitio del templo en Cardston, Alberta, Canad, el 27 de julio de 1913; era la antigua manzana del tabernculo que originalmente fue cedida a la Iglesia por Charles Ora Card, quien fund el poblado en 1887, cuando llegaron los santos inmigrantes. El que previamente fuera el lder David O. McKay (18731970), del Qurum de los Doce Apstoles, coloc la piedra angular el 19 de septiembre de 1915. El presidente

    Heber J. Grant (1856 1945) dedic el edicio el 26 de agosto de 1923.

    El templo est construido con granito color hueso de las cante-ras cercanas a Nelson, Columbia Britnica. El Templo de Cardston, Alberta, una autntica fortaleza de Dios, tanto en fortaleza espiritual as como en apariencia fsica, pro-porciona unas vistas impresionan-tes de toda la pradera canadiense en todas direcciones a partir de Cardston.

    En calidad de Apstol, el lder David O. McKay coloc la piedra angular del Templo de Cardston, Alberta, en 1915.

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    T E M P L O E N R E L I E V E

    Templo de Cardston, Alberta

  • Siempre haba pensado que tenamos una familia fuerte; nuestros hijos, tres varones y dos nias, eran normales y los pro-blemas que nos ocasionaban eran normales tambin. A veces, cuando no se portaban bien y me enojaba con ellos, despus pensaba: Por qu me enoj tanto?.

    Ignoraba entonces que Rusia estaba entrando en perestroika, un perodo de cambio poltico y eco-nmico; no saba que iban a desa-parecer los artculos de los estantes de todas las tiendas ni que durante meses, y despus aos, no bamos a recibir cheques de salario. La vida se hizo muy difcil; estbamos luchando y mi esposo y yo estuvimos a punto

    de divorciarnos. Sobrevino una racha de abuso de drogas, y uno

    de nuestros hijos se vio implicado en eso.

    CMO SUPIMOS LO QUE ES LA FELICIDAD

    Pareca que en nuestras ventanas ya no brillaba ms el sol. Yo no saba a quin orar, pero aun as, ped ayuda a Dios. Luchamos con todas nuestras fuerzas y, poco a poco, fuimos salien-do del pantano.

    Los misioneros nos encontraron en el verano de 1998 y, al encaminarnos en una nueva direccin, nuestra vida dio un giro de 180 grados. A los cinco aos, ya habamos ido al templo y nuestra familia se haba sellado por la eternidad.

    Cuando uno de nuestros hijos cumpli una misin de tiempo completo en la Repblica Checa, en todas las cartas nos deca: Mantnganse rmes y eles. Juntos, somos la familia ms feliz. Incluso mis amigos me dicen que debo de ser la mujer ms feliz del mundo por tener tantos hijos y nietos, y por

    saber que nunca me ver atormen-tada por la soledad.

    Al mirar hacia atrs, me doy cuenta de que, como el pue-

    blo del rey Benjamn, nuestra familia tam-bin experiment un

    poderoso cambio de corazn y nos convertimos en hijos de Cristo

    NUESTRO HOGAR, NUESTRA FAMILIA

    Por Lidia Evgenevna Shmakova

    Durante el perodo de perestroika [reconstruccin] la vida era terriblemente difcil y nuestra familia estaba desintegrndose. Entonces conocimos a los misioneros y poco a poco comenzamos a reconstruirla.

    (vase Mosah 5:7). Fue para m una inmensa transformacin. Antes de ser Santo de los ltimos Das, cuando pensaba en la muerte, un insoporta-ble dolor se apoderaba de mi corazn y de mi alma, y tena que hacer el mximo de los esfuerzos para alejar de m aquellos pensamientos. Ahora mi alma est en paz.

    He aprendido que la felicidad se presenta de diferentes formas: se puede encontrar en la tempestad ms negra o cuando la tierra se marchita de calor; est tambin en los tibios rayos del sol en medio de una lluvia torrencial. Se encuentra en la primera hojita verde de primavera que apa-rece en el brote de un lamo, y en el pequeo ptalo blanco que trata de salir en la rama de un manzano. Est en la oscuridad del cielo nocturno con miles de estrellas titilantes, en la tierna mirada de un ser querido, en los ojos brillantes de las fotografas de familia.

    Recibo felicidad tambin si hago algo bueno por otra persona. Y cuando oro a nuestro Padre Celestial, eso me entibia el alma con una dulce llama. A veces, al pensar que quiero tener ms, recuerdo que debo apren-der a valorar lo que tengo, pues el Seor mismo me lo ha dado todo. IZQ

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  • E n e r o 2 0 1 0 13

    Y ahora daremos el tiempo a [ponga aqu su nombre] para que nos presen-te la leccin. Si oyera esas palabras el prximo domingo en la iglesia, sentira aprensin o conanza?

    Tarde o temprano, todo miembro de la Iglesia llega a ser maestro, ya sea en la Prima-ria, en la Sociedad de Socorro, en un qurum del sacerdocio, como maestra visitante o maestro orientador, o en la noche de hogar. A muchas personas que son nuevas en la Iglesia, la funcin de maestro no les resulta familiar; incluso los que han dado clases muchas veces se preguntan cmo podran adquirir ms con-anza y ser ms ecaces en inuir para bien en la vida de las personas.

    A continuacin hay algunas ideas sencillas que nos pueden ser tiles para cumplir nuestras asignaciones de enseanza:

    1. La oracin es un importante instrumento para ensear. Para comenzar cada una de las fases de preparacin de su leccin, ore humildemente para pedir la gua del Esp-ritu. Confe en esta promesa del Seor que es para todos los maestros: Y se os dar el Espritu por la oracin de fe (D. y C. 42:14).

    2. Casi todas las lecciones de un manual tie-nen ms material del que se podra utilizar en una clase. Lea toda la leccin y luego, por medio de la oracin, elija uno o dos principios importantes que usted considere mejores para su clase.

    3. Con espritu de oracin, estudie los pasajes de las Escrituras que se relacionan con la leccin, y saque de ellos ejemplos y prin-cipios para ensear. La palabra de Dios puede tener un efecto ms potente en la mente del pueblo que la espada o cual-quier otra cosa (Alma 31:5).

    4. Que le consuele saber que para ser un maestro ecaz no tiene porqu saber todo sobre la leccin. Prepare unas preguntas sencillas que estimulen a los miembros de la clase a compartir experiencias e ideas; esos momentos pueden ser los ms conmo-vedores y memorables de su leccin.

    5. En calidad de maestro, se le ha llamado para que tambin usted aprenda. La en-seanza del Evangelio requiere que se esfuerce diligentemente por aumentar su entendimiento y por mejorar sus habilida-des, sabiendo que el Seor ir magnicn-dole a medida que ensee de la manera que l ha mandado1.

    En el manual -BFOTFBO[BFMMMBNBNJFO-to ms importante encontrar ms ideas para ensear. NOTA 1. -BFOTFBO[BFMMMBNBNJFOUPNTJNQPSUBOUF 2000,

    pg. 4.

    EL PRESTAR SERVICIO EN LA IGLESIA

    QUIN? YO,

    ENSEAR?

    IDEAS PARA LOS LDERES

    Si usted forma parte de una presidencia, debe estar presente cuando se aparte a los maestros u otras personas a quienes TFIBZBMMBNBEPQBSBQSFTUBSTFSWJDJPFOTVPSHBOJ[BDJO%FTQVTBSSFHMFVOBIPSBFOla que se puedan reunir para: 1. &YQMJDBSMFMBTSFTQPOTBCJMJEBEFTEFMOVFWP

    MMBNBNJFOUP 2. Entregarle los manuales de lecciones

    PMPTNBUFSJBMFTEFMJEFSB[HP 3. 0GSFDFSMFBQPZPZDBQBDJUBDJO 4. &YQSFTBSBQSFDJPBMNJFNCSPSFDJO

    MMBNBEPZGFFOTVDBQBDJEBE

    SI YO FUERA A ENSEAR

    leera la leccin y empezara a orar en cuanto a ella el domingo anterior. Eso me da toda una se-mana para orar, para buscar inspiracin, para pensar, para leer y estar atento a aplicaciones de la vida real que den vitalidad a mi mensaje. No ter-minarn la prepara-cin ese da, pero les sorprender cuntas cosas les vendrn a la mente durante la semana, cunto Dios les dar, cosas que sentirn que deben usar cuando terminen su preparacin de la leccin.lder Jeffrey R. Holland, del Qurum de los Doce Apstoles , La enseanza y el aprendizaje en la Iglesia (Reunin mundial de capa-citacin de lderes, 10 de febrero de 2007), Liahona, junio de 2007, pgs. 5859.

  • 14 L i a h o n a

    DIOS D

    ios es nuestro Padre Celestial, el Padre de nuestro espritu. Junto

    con l, formando parte de la Trinidad, estn Jesucristo y el Espritu Santo, y los tres son seres separados, con funciones diferentes, pero son uno en propsito. sta y muchas otras verdades se perdieron despus de la muerte de Jesucristo y de Sus Apstoles, durante el pe-rodo que se conoce como la Apostasa.

    El Seor empez a restaurar esas verdades en la primavera de 1820, cuando Jos Smith, el jovencito de catorce aos, or en una arboleda cercana a su casa en el municipio de Manchester, estado de Nueva York, para saber a qu iglesia deba unirse. En respuesta a su oracin, vio a Dios el Padre y a Jesucristo. El profeta Jos Smith escribi despus lo siguiente sobre esa visin: Uno de ellos

    LO QUE CREEMOS

    me habl, llamndome por mi nombre, y dijo, sealando al otro: TUFFTNJ)JKP"NBEPa&TDDIBMP ( Jos SmithHistoria 1:17).

    El 16 de febrero de 1832, el Profeta y Sidney Rigdon reci-bieron una revelacin y, para introducir dicha revelacin, testicaron de Jesucristo y de Dios el Padre, diciendo: Y ahora, despus de los muchos testimonios que se han dado de [ Jesucristo], ste es el testi-monio, el ltimo de todos, que nosotros damos de l: Que vive! Porque lo vimos, s, a la diestra de Dios; y omos la voz testicar que l es el Unignito del Padre (D. y C. 76:2223).

    1. Somos creados a la imagen de Dios (vase Moiss 2:26).

    Tmese tiempo para contemplar los cielos, donde los cursos de las estrellas y los planetas son evidencia de Dios obrando en su majestad y poder (vase D. y C. 88:4147).

    ES VERDADERAMENTE NUESTRO PADRE

    1. Delitese en las Escrituras (vase 2 Ne 32:3).

    Doctrinas que testican del Padre:

    Las formas de llegar a conocer a nuestro

    Padre Celestial:

  • E n e r o 2 0 1 0 15

    Creed en Dios; creed que l existe, y que cre todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra; creed que l tiene toda sabidura y todo poder, tanto en el cielo como en la tierra (Mosah 4:9).

    3. Dios es nuestro Padre Celestial, literalmente el Padre de nuestro espritu (vase Hebreos 12:9).

    2. Dios es el Creador Supremo, y todas las cosas indican que hay un Dios (Alma 30:44).

    4. Dios el Padre tiene un cuerpo tangible de carne y huesos (vase D. y C. 130:22).

    5. Nuestro Padre Celestial nos dio el plan de salvacin (vase Alma 34:9).

    2. Llegue a conocer a Jesucristo (vase Juan 14:9).

    3. Obedezca los manda-mientos de Dios y siga a los profetas (vase Juan 14:21; D. y C. 1:38).

    4. Con fe, ore a Dios en el nombre de Jesucristo (vase Santiago 1:5; 3 Ne 18:20).

    NOTA 1. Vase Enseanzas de los presidentes de la Iglesia: Jos

    Smith, 2007, pg. 41.

    Para aprender ms de nuestras creencias fundamen-tales, vaya al sitio Mormon.org (disponible en varios idiomas que se indican al pie de la pgina Web).

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  • -BGFQPOFMPT cimientos en el pasado pero nunca BOIFMBRVFEBSTFBMM-BGFDPOGBFORVF%JPTUJFOFHSBO-des cosas reservadas para cada uno de nosotros.

  • E n e r o 2 0 1 0 17

    Lo mejor Por el lder Jeffrey R. Holland

    Del Qurum de los Doce Apstoles

    Miren hacia delante y recuerden que la fe siempre seala hacia el futuro.AN EST POR VENIR

    hizo llover Jehov sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehov desde los cielos;

    y destruy las ciudades (Gnesis 19:2425).Mi tema se encuentra en el versculo siguiente. Con el

    consejo del Seor de no mires tras ti sin duda todava sonndole claramente en los odos, segn el registro, la esposa de Lot mir atrs y se convirti en una estatua de sal (vase el versculo 26).

    Exactamente qu hizo la esposa de Lot que haya sido tan malo? Como me gusta estudiar historia, he pensa-do sobre eso y tengo una respuesta parcial al respecto. Aparentemente, lo malo que hizo no fue slo mirar atrs, sino que lo que su corazn deseaba era volverse atrs. Parece que aun cuando ya haba salido de los lmites de la ciudad, echaba de menos lo que Sodoma y Gomorra le haban ofrecido. Como lo expres el lder Neal A. Maxwell (19262004), del Qurum de los Doce Apstoles, esas personas saben que deben tener su residencia prin-cipal en Sin, pero todava esperan mantener una casa de veraneo en Babilonia1.

    Es posible que la esposa de Lot haya mirado atrs con resentimiento hacia el Seor por lo que l le mandaba dejar tras de s. Sabemos con certeza que Lamn y Lemuel esta-ban resentidos cuando se mand a Lehi y a su familia que abandonaran Jerusaln. As que no se trata de que ella mira-ra atrs, sino de que haya mirado con ansia de volver; en suma, su apego al pasado tuvo en ella una inuencia mayor

    El comienzo de un nuevo ao es la poca tradicio-nal para hacer un inventario de nuestra vida y ver hacia dnde nos dirigimos comparndolo con el

    antecedente de dnde hemos estado hasta ese momento. No quiero hablar de las resoluciones de Ao Nuevo, pero deseo referirme al pasado y al futuro, con la mira puesta en DVBMRVJFS perodo de transicin y cambio que ocurra en nuestra vida, y esos momentos nos sobrevienen casi todos los das.

    Como tema bblico para este anlisis, he elegido el pa-saje de Lucas 17:32, donde el Salvador advierte: Acordaos de la mujer de Lot. Qu quiso decir con esa breve frase tan enigmtica? Para saberlo, hagamos lo que l dijo: acor-dmonos de quin era la esposa de Lot.

    La historia, por supuesto, se desarrolla en los das de Sodoma y Gomorra cuando, despus de haber tolerado todo lo que le fue posible soportar de lo peor que hom-bres y mujeres podan hacer, el Seor le dijo a Lot y a su familia que huyeran porque esas ciudades iban a ser destruidas. Escapa por tu vida, le dijo, no mires tras ti escapa al monte, no sea que perezcas (Gnesis 19:17; cursiva agregada).

    Con algo menos que una obediencia inmediata y algo ms que un intento de negociar, Lot y su familia abando-naron al n la ciudad, pero lo hicieron a ltimo momento. Las Escrituras nos dicen lo que pas al amanecer del da siguiente:ILUS

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  • 18 L i a h o n a

    que su conanza en el futuro. Aparentemente, eso fue al menos parte de su pecado.

    La fe seala hacia el futuroAl comenzar un nuevo ao y tratar de

    beneciarnos con una visin apropiada de lo que qued atrs, les ruego que no insistan en el recuerdo de los das que no volvern ni en un vano anhelo del ayer, por muy bueno que ese ayer haya sido. El pasado es para aprender de l pero no para vivir en l. Miramos atrs con el deseo de reclamar las brasas de las ex-periencias radiantes pero no las cenizas. Y una vez que hayamos aprendido lo que tengamos que aprender y que guardemos con nosotros lo mejor de lo que hayamos experimentado, entonces miremos adelante y recordemos que MBGFTJFNQSFTFBMBIBDJBFMGVUVSP. La fe est siempre relacionada con bendiciones, verda-des y acontecimientos del futuro que tendrn efecto positivo en nuestra vida.

    Por consiguiente, una forma ms teol-gica de referirnos a la esposa de Lot sera decir que no tuvo fe, que dud del poder del Seor para darle algo mejor de lo que ya te-na. Al parecer, pens que nada de lo que le esperaba poda ser de ninguna manera mejor que lo que dejaba atrs.

    Algunos de los pecados de la esposa de Lot son el anhelo de volver atrs a un mundo en el que no se puede seguir viviendo, la constante insatisfaccin con las circunstancias presentes y el hecho de tener slo visiones sombras del futuro, as como perderse el aqu, el ahora y el maana por estar atrapa-dos en el all, el entonces y el ayer.

    El apstol Pablo, despus de examinar la vida privilegiada y compensadora de sus aos de juventud su primogenitura, su educacin y su reputacin en la comunidad juda, dice a los lipenses que todo aquello era basura comparado con su conversin

    al cristianismo. Luego agrega, y lo parafraseo: He dejado de gloricar los buenos tiempos pasados y aho-ra contemplo con ansias el futuro por ver si logro asir aquello para lo cual fui tambin asido por Cristo Jess (vase Filipenses 3:712). Y despus, estos versculos:

    pero una cosa hago: olvidan-do ciertamente lo que queda atrs, y extendindome a lo que est delante,

    prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jess (Filipenses 3:1314).

    No hay ah una esposa de Lot; no se mira atrs hacia Sodoma y Gomorra. Pablo sabe que all en el futuro, adelante y dondequiera que el cielo nos lleve, es donde ganare-mos el premio del supremo llama-miento de Dios en Cristo Jess.

    Pablo ense:

    pero una cosa

    hago: olvidando cier-

    tamente lo que queda

    atrs, y extendindo-

    me a lo que est delan-

    te, prosigo a la meta,

    al premio del supremo

    llamamiento de Dios

    en Cristo Jess.

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  • E n e r o 2 0 1 0 19

    Perdonemos y olvidemosDentro de nosotros hay una particularidad que nos

    impide perdonar y olvidar errores pasados, ya sean nues-tros o de otras personas. Eso no es bueno; no es cristiano, y est en directa oposicin a la grandiosidad y la majestad de la expiacin de Cristo. El permanecer sujetos a errores de antao es la peor manera de seguir sumergidos en el pasado, de lo cual se nos manda detenernos y desistir.

    Una vez me contaron de un joven que durante muchos aos fue objeto de ms o menos todo tipo de bromas en su escuela; tena algunas desventajas, por lo que era f-cil para sus compaeros burlarse de l. Ms adelante se mud a otro lugar y termin por alistarse en el ejrcito donde tuvo buenas experiencias al obtener una educacin y, en general, al alejarse del pasado. Sobre todo, como muchos otros militares, descubri la belleza y la majestad de la Iglesia, se reactiv y se sinti feliz.

    Despus de varios aos, regres al pueblo de su niez. La mayora de los de su generacin se haban ido de all, pero no todos. Al parecer, cuando volvi siendo hombre de xito y nacido de nuevo, an exista entre las personas el mismo prejuicio anterior, esperando su regreso. Para la

    gente de su pueblo natal, l todava era aquel fulano, se acuerdan? El tipo que tena aquellos problemas, aquella idiosincrasia y rarezas, y que hizo esto y lo otro. Y cmo nos reamos!

    Poco a poco, el esfuerzo que este hombre haba hecho, similar al de Pablo, de dejar lo que quedaba atrs y asir el premio que Dios haba puesto ante l, fue disminuyendo gradualmente hasta que al n muri de la manera en que haba vivido durante su niez y adolescencia, haciendo un giro completo: otra vez inactivo y desdichado y objeto de un nuevo repertorio de bromas. Sin embargo, haba pasado en su madurez por aquel momento resplande-ciente y hermoso en que le haba sido posible elevarse sobre su pasado y verdaderamente ver quin era y lo que poda llegar a ser. Lo lamentable, lo triste es que estuviera una vez ms rodeado de un grupo de esposas de Lot, personas que consideraron su pasado ms interesante que su futuro, y que se las arreglaron para arrebatarle aquello para lo cual Cristo lo haba asido. Y muri triste, aunque no realmente por su propia culpa.

    Lo mismo sucede en el matrimonio y en otros tipos de relaciones. No puedo decirles cuntas son las parejas a las

    Dejemos atrs el pasadoNombre omitido

    CVBOEPUFOBEJFDJTJTBPTOPNFMMFWBCBOBEBCJFODPONJIFSNBOPHFNFMPZOPTQFMFCBNPTQPSUPEP6OEBNFIVNJMMFOMBFTDVFMBEFMBOUFde un grupo de amigos, con un ataque QFSTPOBMTVNBNFOUFEFTUSVDUJWP4VDPNQPSUBNJFOUPZQBMBCSBTIJSJFOUFTNFEFTUSP[BSPOEFVOBGPSNBRVFDPNPBEPMFTDFOUFOPQPEBTPQPSUBSA pesar de que mis padres le llamaron la atencin en cuanto a ese incidente, OVODBTFEJTDVMQ%VSBOUFBPTMMFWFTFEPMPSFONJJOUFSJPS

    MUPEBWBFTUBCBFOTVNJTJODVBOEP

    J V E N E S A D U LT O S

    ZPSFDJCNJMMBNBNJFOUPNJTJPOBM.Festaba preparando para entrar en el UFNQMPZDPNFODBSFFYJPOBSFONJWJEBQBSBEFUFSNJOBSMPRVFEFCBcambiar para sentirme preparado para FOUSBS.FEJDVFOUBEFRVFBVORVFno pensaba con frecuencia en lo que NJIFSNBOPNFIJ[PBOBTEFCBQFSEPOBSMP

    .JIFSNBOPNFIBCBIFDIPNTEBPRVFOJOHVOBPUSBQFSTPOBZZPTBCBRVFOPTFSBGDJMQFSEPOBSMPEFNPEPRVFPSQBSBQFEJSMFBZVEBBNJ1BESF$FMFTUJBM

    $PO4VBZVEBEFDJERVFDPNFO-[BSBBFTDSJCJSMFDPOSFHVMBSJEBEEVSBOUFTVNJTJO"OUFTEFFTUFNP-mento, lamento reconocer que casi OVODBMFFTDSJCB&OUPODFTMFFOWJVOQBRVFUF$VBOEPTBMBMBNJTJOl fue con mis padres al Centro de $BQBDJUBDJO.JTJPOBMZNFEJPVOBCSB[PJODMVTPNFFTDSJCJWBSJBTWFDFT

    4RVFBVORVFRVJ[MMFWFUJFN-QPQPEFNPTEFKBSBUSTFMQBTBEPDPOMBBZVEBEFOVFTUSP1BESF$FMFTUJBM

  • 20 L i a h o n a

    que he aconsejado que, cuando se sienten profundamente heridas o incluso bajo mucha presin, se remontan cada vez ms lejos en el pasado en busca de rocas de recriminacin para tirar contra la estructura de su matri-monio. Cuando algo se da por terminado, cuando el arrepentimiento ha sido tan com-pleto como poda serlo, cuando la vida ha continuado en la debida forma y desde aquel momento han tenido lugar muchos otros sucesos buenos y maravillosos, entonces no est bien volver atrs y abrir antiguas heridas para sanar aquellas por las que muri nada menos que el Hijo de Dios.

    %FKFORVFMBTQFSTPOBTTFBSSFQJFOUBOEKFOMBTQSPHSFTBS$SFBORVFMBHFOUFQVFEFDBNCJBSZNFKPSBS. Es eso fe? S! Es eso esperanza? S! Es eso caridad? S! Y sobre todo, es caridad, el amor puro de Cristo. Si algo qued enterrado en el pasado, djenlo enterrado; no sigan volviendo atrs con su

    baldecito y su palita de playa para escarbar en la arena, blandirlo en el aire y luego lan-zrselo a alguien diciendo: Eh! Te acuerdas de esto? Paf!

    Y, saben qu? Esa accin probablemente d como resultado que se desentierre del basurero de ustedes algn fragmento desa-gradable y les respondan: S, me acuerdo. Y t , te acuerdas de esto? Paf!

    Y antes de lo pensado, todos salen de ese intercambio sucios y embarrados, desdicha-dos y heridos, cuando lo que nuestro Padre Celestial desea es pureza, bondad y felicidad y redencin.

    Esa insistencia en volver a la vida pasada, incluso a los errores cometidos tiempo atrs, simplemente no es buena. No es el evangelio de Jesucristo. En algunos aspectos, es peor que el caso de la esposa de Lot, porque por lo menos ella se destruy slo a s misma; pero en los casos de matrimonio y familia,

    Vivan para ver los milagros del arrepentimiento y del perdn, de MBDPOBO[BZdel amor divino RVFUSBOTGPSNB-rn su vida hoy, NBBOBZQBSBsiempre.

  • E n e r o 2 0 1 0 21

    de barrios y ramas, de complejos de apartamentos y de ve-cindarios, podemos terminar destruyendo a muchas otras personas.

    Al comienzo de este nuevo ao, tal vez no se nos requiera nada ms grande que lo que el Seor mismo dijo que hace: quien se ha arrepentido de sus peca-dos es perdonado; y yo, el Seor, no los recuerdo ms (D. y C. 58:42).

    Por supuesto, la condicin es que el arrepentimiento sea sincero, pero cuando lo es y cuando se est haciendo un verdadero esfuerzo por progresar, somos culpables de un pecado mayor si seguimos recordando y reprochando a alguien sus errores pasados, y ese alguien puede ser nosotros mismos! A veces las personas son demasiado duras consigo mismas, con frecuencia mucho peores que con los dems!

    Y ahora, como los anti-ne-lehitas del Libro de Mormn, entierren sus armas de guerra y djenlas enterra-das (vase Alma 24). Perdonen y hagan lo que a veces es ms difcil que perdonar: olviden. Y cuando les venga otra vez a la memoria, vuelvan a olvidarlo.

    Lo mejor an est por venirPueden recordar lo suciente para no repetir el error,

    pero luego echen todo lo dems en la pila de basura que Pablo mencion a los lipenses. Desechen lo destructivo y sigan desechndolo hasta que la hermosura de la expia-cin de Cristo les haya revelado su futuro resplandeciente as como el de su familia, sus amigos y sus vecinos. A Dios no le importa dnde hayan estado tanto como le importa dnde estn ahora y, con Su ayuda, a dnde estn dis-puestos a llegar. Eso es lo que la esposa de Lot no enten-di, ni tampoco Lamn y Lemuel ni muchas otras personas de las Escrituras.

    ste es un asunto importante para considerar al

    comienzo de un nuevo ao; y cada da debe ser el prin-cipio de un ao nuevo y de una vida nueva. se es el prodigio de la fe y del arrepentimiento, y el milagro del evangelio de Jesucristo.

    El poeta Robert Bowning escribi:

    7FOaFOWFKFDFKVOUPBN

    -PNFKPSBOFTUQPSWFOJS

    el resto de la vida, para el cual IVCPVODPNJFO[P

    /VFTUSBFYJTUFODJBFOMBTNBOPTFTU

    EF"RVFMRVFEJKP6OUPEPFTNJQMBO

    MBKVWFOUVEMBNJUBETMPEFKBWFSDPOGB FO%JPTBMWFSMPUPEPaOPUJFOFTRVFUFNFS2

    Algunos podrn pensar: Hay un futuro para m? Un ao o un semestre nuevo, una nueva materia o un roman-ce nuevo, un nuevo trabajo o un nuevo hogar, qu me reservan? Tendr proteccin? Ser segura mi vida? Puedo conar en el Seor y en el futuro? O sera mejor mirar atrs, volver atrs y vivir en el pasado?

    A los de toda generacin que se hagan esas preguntas, les digo: Recuerden a la esposa de Lot. La fe es para el futuro. La fe pone los cimientos en el pasado pero nun-ca anhela quedarse all. La fe confa en que Dios tiene grandes cosas reservadas para cada uno de nosotros y en que Cristo es en verdad el sumo sacerdote de los bienes venideros (Hebreos 9:11).

    Mantengan los ojos puestos en sus sueos, por muy distantes y fuera de su alcance que parezcan. Vivan para ver los milagros del arrepentimiento y del perdn, de la conanza y del amor divino que transformarn su vida hoy, maana y para siempre. Esa es la resolucin de Ao Nuevo que les ruego que guarden.

    Tomado de un discurso pronunciado en la Universidad Brigham Young el EFFOFSPEF4JTFEFTFBWFSFMUFYUPDPNQMFUPFOJOHMTWBZBBMTJUJPhttp://speeches.byu.edu.

    NOTAS 1. Vase de Neal A. Maxwell, A Wonderful Flood of Light [Un maravillo-

    so torrente de luz],1990, pg. 47. 2. Robert Browning, Rabbi Ben Ezra , 1864, primera estrofa.

    QU LECCIONES SE DEBEN APRENDER DE ESTE ARTCULO

    Qu lecciones del pasado los pueden HVJBSFOFMGVUVSP 1BSBSFDJCJSRVCFOEJDJPOFTEFTFBO

    FKFSDFSMBGF

  • E n e r o 2 0 1 0 23

    Desde 1998, los manuales de leccio-nes para las clases del Sacerdocio de Melquisedec y de la Sociedad

    de Socorro han sido tomos de &OTFBO[BTde los presidentes de la Iglesia (de aqu en adelante, &OTFBO[BT). Cada uno de ellos se concentra en la vida y las enseanzas de uno de nuestros amados profetas; son libros extraordinarios que constituyen un invalorable recurso para que los miembros de todo el mundo lleguen a conocer y a amar a esos grandes hombres y las mara-villosas doctrinas que ellos ensearon. Sus consejos son tan inspirados y pertinentes en nuestros das como lo eran cuando esos hermanos pronunciaron por prime-ra vez los discursos incluidos en estos libros. Esperamos que continen utilizan-do la literatura inspirada de estos eles siervos del Seor. Sus enseanzas son imperecederas.

    A principios de 2010 y durante dos aos vamos a dejar el estudio de los manuales de esa serie y, en su lugar, el segundo y tercer domingo de cada mes en las cla-ses del Sacerdocio de Melquisedec y de la Sociedad de Socorro estudiaremos el manual recin revisado de Principios del Evangelio. Naturalmente, los miembros se preguntarn el porqu del cambio y qu efecto tendr en ellos. A continuacin hay algunas preguntas que quizs se hagan, y las respuestas correspondientes:

    Por qu el cambio en el curso de estudios?

    Desde que empezamos a publicar &OTFBO[BT, millones de personas se han unido a la Iglesia; muchas de ellas tienen un testimonio que todava es frgil y, por su experiencia relativamente limitada en la Iglesia, obtendrn gran benecio al

    Este hermoso ejemplar ser un gran com-plemento tanto en la biblioteca hogarea como en el saln de clase de la Iglesia.

    Por el lder Russell M. Nelson

    Del Qurum de los Doce Apstoles

    EL NUEVO MANUAL

    Principios del Evangelio

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    tipo de instruccin, presentada por maestros que se preocupan y que tienen inters en el bienestar de los miembros de su clase, ayudar a au-mentar la fe en el Seor Jesucristo.

    Sin embargo, en la prctica, ha-br menos superposicin de lo que

    se pueda imaginar. Las clases del Sacerdocio de Melquisedec y de la Sociedad de Socorro usarn el ma-nual dos semanas por mes, el se-gundo y tercer domingos, tal como han utilizado los de &OTFBO[BT. Las lecciones seguirn un orden por el cual terminaremos de estu-diar Principios del Evangelio en dos aos. Y los maestros que prepa-ren las clases de Principios del Evangelio de la Escuela Dominical

    adaptarn todas las semanas su leccin de acuerdo con lo que necesiten los miembros de su clase. Hablando en general, los miembros nuevos, los investigadores y los que vuelvan a la actividad participarn en esta clase durante un tiempo determinado por ellos y por el obispo o presi-dente de la rama, y luego asistirn a la clase de Doctrina del Evangelio.

    Al igual que los manuales de &OTFBO[BT, estos manua-les nuevos son gratuitos para quienes los reciban. Todos los barrios y las ramas los proporcionarn a sus miembros.

    En algunas partes del mundo, el Sacerdocio de Melquisedec y la Sociedad de Socorro han estado usando en sus clases los libros Deberes y bendiciones del sacer-docio y -BNVKFS4BOUPEFMPTMUJNPT%BT en lugar de &OTFBO[BT. La nueva edicin de Principios del Evangelio, que se ha publicado en 45 idiomas, estar disponible en algunas de esas unidades durante los aos 2010 y 2011; sin embargo, donde no lo est, se utilizar la edicin ante-rior de dicho manual.

    concentrarse en los principios fun-damentales del Evangelio. Adems, a todos los miembros les ser tam-bin de provecho volver a lo bsico. El estudio concienzudo de las doc-trinas principales que se presentan en el manual nuevo y mejorado de Principios del Evangelio contribuir

    a que los miembros fortalezcan la comprensin de sus enseanzas fundamentales.

    Los manuales de &OTFBO[BT han sido un magnco curso de estudio para nuestras clases y son un complemento invalorable en nuestra propia biblioteca. En 2012 reanudaremos nuestro estudio de las enseanzas de nuestros notables presidentes.

    Qu efecto tendr en m?El manual Principios del Evangelio se utilizar

    como curso de estudio en las clases del Sacerdocio de Melquisedec y de la Sociedad de Socorro el segundo y tercer domingos; se utilizar tambin en las clases de Principios del Evangelio de la Escuela Dominical para miembros nuevos, investigadores y miembros que estn volviendo a la actividad. Por ser as, tal vez algunas per-sonas piensen si eso no es una repeticin. Por supuesto, lo es! Y es maravilloso que podamos recibir el benecio extra de la repeticin. Incluso el Salvador ense re-petidamente las mismas doctrinas a n de reforzar los conceptos. Consideren cuntas veces nos ensea l en las Escrituras a creer y bautizarnos (vase, por ejemplo, 3 Ne 11:2338).

    Debido a que sabe que tenemos que aprender los princi-pios lnea por lnea y precepto por precepto, el Seor repite muchos conceptos a n de que los aprendamos bien (vase Isaas 28:10, 13; 2 Ne 28:30; D. y C. 98:12; 128:21). Ese

    El nuevo manual Principios

    del Evangelio contiene fotogra-

    fas e ilustraciones en colores.

    Las sugerencias para la enseanza

    de cada captulo contribuirn a

    que el maestro inste a los alumnos

    a aprender y a que ensee por el

    Espritu.

    Cada seccin comienza con

    preguntas o pensamientos para

    meditar que ayudarn en el estu-

    dio individual y promovern el

    anlisis en la clase.

  • E n e r o 2 0 1 0 25

    El nuevo manual Principios del EvangelioTFIBdiseado para me-KPSBSMBFOTFBO[BFOFMIPHBSZFOFMTBMOEFDMBTFBTcomo para que sea VOBBZVEBFOFMFTUVEJPQFSTPOBM

    Qu cambios se han hecho al manual Principios del Evangelio?

    Este excelente manual se public por primera vez hace ms de treinta aos, y se ha usado ampliamente en las lecciones de la Escuela Dominical para ensear a los miembros nuevos los principios bsicos del Evangelio; tambin ha sido un importante til de enseanza en el hogar. No obstante, las Autoridades Generales consideraron que era posible mejorarlo y renovarlo, y el resultado ha sido un hermoso ejemplar que ser un gran complemento tanto en la biblioteca ho-garea como en el saln de clase de la Iglesia.

    La nueva edicin presenta varias caracters-ticas importantes de diseo y texto:1. El diseo

    La nueva edicin es ms grande y tiene una cubierta similar a las de los ejemplares de &OTFBO[BT. Tambin hemos actualizado el diseo del texto para que resulte ms fcil de leer. Las lminas son en colores, y todo ello le proporciona un aspecto ms agradable que har ms placentero el estudio.2. El texto

    El texto se ha revisado para que el manual sea ms ecaz en el estudio personal, en la preparacin del maestro y en los anlisis de clase. Para ayudar en el estudio individual, muchas de las citas y referencias se han pues-to al da a n de relacionar este libro con los ejemplares de &OTFBO[BT que ya se han publicado, lo cual permitir que las personas aprendan ms de los profetas que se citan en Principios del Evangelio. La correlacin de es-tos manuales har ms ecaz el estudio tanto en el saln de clase como en el hogar.3. Sugerencias para la enseanza y el aprendizaje

    En cada captulo hay ideas que ayudarn a los maestros a mejorar su enseanza y que se basan en slidos principios de -BFOTF-BO[BFMMMBNBNJFOUPNTJNQPSUBOUF, que es la fuente de recursos de la Iglesia para

    el mejoramiento del maestro. Las ideas tienen el objeto de ayudar a ste a amar a quienes ensee, a instarles a aprender diligentemente y a ensear la doctrina por el Espritu.

    Adems, las preguntas que aparecen al principio de cada seccin en los captulos contribuirn a promover el anlisis y a dirigir la atencin de los miembros de la clase al contenido de esa seccin. Por otra parte, las que estn al n de cada seccin les ayudarn a meditar, analizar y aplicar lo que hayan ledo.

    Un libro imperecederoEsperamos que el nuevo manual de

    Principios del Evangelio tenga un lugar prominente en el hogar y en la vida de los Santos de los ltimos Das. La nueva edicin inspirar la enseanza y har ms interesante el estudio personal. Hermanos y hermanas, al reforzar su estudio de las doctrinas bsicas del evangelio de Jesucristo, su testimonio crecer, su feli-cidad se incrementar y encontrarn una mayor abundancia de bendiciones del Seor.

    Busque el nuevo manual Principios del Evangelio en internet, en (PTQFM1SJODJQMFTMETPSH

  • 1 Cmo aumen-tar la fe y la

    rectitud. La leccin del primer domingo nos da la oportu-nidad de buscar en las Escrituras las doctrinas que nos BZVEBSOBFOGSFO-tar las dicultades EFMPTMUJNPTEBT

  • E n e r o 2 0 1 0 27

    Cuando nuestra presidencia reci-bi el llamamiento, nos dieron materiales sobre la historia de la Sociedad de Socorro, datos que se haban reunido a tra-

    vs de los aos; los estudiamos, orando al respecto, para saber el propsito de la Sociedad de Socorro y qu esperaba el Seor de nosotros durante nuestra administracin.

    Al estudiar esa historia con deteni-miento, aprendimos que el propsito de la Sociedad de Socorro establecida por el Seor es organizar, ensear e inspi-rar a Sus hijas a n de prepararlas para las bendiciones de la vida eterna. Esta Sociedad se aplica a todos los aspectos de la vida de una mujer Santo de los ltimos Das; se ensea y se inspira a las hermanas por medio de las maestras visitantes, del servicio y de las reuniones de la Sociedad de Socorro. Cada domin-go, la meta de la Sociedad de Socorro es estudiar la doctrina y los principios que nos ayudarn a lograr nuestros propsi-tos. Como resultado de nuestras leccio-nes dominicales, las hermanas deben ser capaces de vivir el Evangelio con mayor conviccin en familia y en su hogar.

    El primer domingo es diferenteEl segundo, tercero y cuarto domin-

    gos del mes estudiamos Principios del Evangelio y enseanzas de la conferencia general, respectivamente, como forma de guiarnos hacia las bendiciones de la vida eterna. Pero el primer domingo, un miem-bro de la presidencia de la Sociedad de Socorro nos instruye y dirige los anlisis para ensearnos a cumplir nuestras res-ponsabilidades sagradas como miembros de la Sociedad de Socorro.

    Por ser mujeres Santos de los ltimos Das, tenemos el evangelio restaurado de Jesucristo y un testimonio del plan de salvacin, y somos responsables de la mitad de ese plan que corresponde a la mujer; no podemos delegar nuestra par-te a otras personas, pues tenemos ante el Seor la responsabilidad de atender a nuestros deberes. Y el primer domingo del mes es el tiempo que el Seor nos otorga a las hermanas de la Sociedad de Socorro para que aprendamos a cumplir nuestras responsabilidades.

    Espero que utilicemos ese regalo de tiempo para cumplir las tres responsabi-lidades que tenemos de por vida como miembros de la Sociedad de Socorro:

    El primer domingo del mes, la presi-dencia de la Sociedad de Socorro nos dirige en anli-sis sobre lo que debemos hacer para cumplir nuestras res-ponsabilidades sagradas como hermanas que somos.

    Por Julie B. BeckPresidenta General

    de la Sociedad de Socorro

    Sociedad de SocorroEstudiemos la obra de la

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  • 28 L i a h o n a

    ACEPTEN RESPONSABILIDADES Y SEAN FIRMES

    A lgunas mujeres han dicho que da miedo ensear una clase o hablar frente a un gru-po. Les aseguro que s por experiencia que pue-de ser atemorizante. Recordemos lo que Eliza R. Snow le dijo a su sobrina, a quien llamaron para que hablara frente a un grupo. Cuando su sobrina se puso de pie, no pudo decir nada porque la domin el temor; nalmente, se sen-t. Eliza, con bondad y gentileza, le aconsej: No te preocupes, pero cuando se te pida hablar otra vez, trata de tener algo que decir

    En una hermosa reunin de la Sociedad de Socorro, Eliza R. Snow registr en las actas que casi todas las presentes se levantaron y habla-ron, y el Espritu del Seor, como riachuelo pu-ricador, alent todo corazn. Esperamos que hoy nuestras hermanas se sientan nutridas, edicadas y fortalecidas cada vez que asistan a una leccin del da domingo

    Hermanas, ahora ms que nunca necesitamos que las mujeres acepten

    responsabilidades y sean rmes; necesita-mos mujeres que declaren la verdad con fuerza, fe y vigor; necesitamos mujeres que sean un ejemplo de rectitud; necesi-tamos mujeres que estn anhelosamente consagrad[as] a una causa buena [D. y C. 58:27]. Tenemos que vivir de manera que nuestra vida testique que amamos a nues-tro Padre Celestial y al Salvador Jesucristo y que haremos lo que Ellos nos han pedido que hagamos. Tenemos que rescatar desde lo ms profundo de [nuestro] ser todo aque-llo que sea de valor para que, como hijas de Dios, hagamos nuestra parte para edicar el reino de Dios. Tendremos ayuda para hacerlo. Como lo declar Jos: Si viven de acuerdo con estos privilegios, no se podr impedir que los ngeles las acompaen. Barbara Thompson, Segunda Consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, Ya regocijemos, Liahona, noviembre de 2008, pgs. 115, 116.

    2 El fortaleci-miento de la

    familia y del hogar. El primer domingo del mes podemos aprender BBQPZBSFEVDBSZQSPUFHFSBMBGBNJMJB

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  • E n e r o 2 0 1 0 29

    (1) aumentar la fe y la rectitud, (2) fortalecer a las familias y los hogares, y (3) ir en busca de los necesitados y prestarles ayuda.

    Espero que recurramos a las Escrituras y a las fuentes de recursos aprobadas por la Iglesia para buscar ejemplos, principios y doc-trinas que nos ayuden a cumplir esas respon-sabilidades y a aprender cmo enfrentar las dicultades de los ltimos das. A Emma Hale Smith, la primera presidenta de la Sociedad de Socorro, se le dijo que deba explicar las Escrituras y exhortar a la iglesia, de acuer-do con lo que te indique mi Espritu (D. y C. 25:7). Y nosotras podemos seguir su ejemplo.

    Si yo fuera a hacer eso en una reunin de la Sociedad de Socorro del primer domingo, empezara por orar para decidir qu debe-ramos aprender, y despus escudriara las Escrituras para descubrir qu se ensea en ellas sobre ese tema. Aprendera tambin lo que los profetas y otros lderes de la Iglesia hayan enseado al respecto. Luego suplica-ra la gua del Espritu y escribira algunas preguntas para analizar mientras estudiamos juntas ese domingo. Lo hara con la esperanza de que las hermanas volvieran a casa fortaleci-das y emplearan ese modelo para estudiar en el hogar y para ensear a su familia.

    El aumento de la fe y de la rectitudMi abuela Isabelle Bawden Bangerter tena

    la reputacin de ser una mujer de gran fe; la haba adquirido de nia y se haba esfor-zado por aumentarla durante toda su vida. Haba enseado muchos aos en la Sociedad de Socorro y las hermanas la consideraban una teloga, una mujer que conoca bien el Evangelio y que poda ensearlo con las Escrituras. Cuando muri, a los noventa y siete aos, todava estaba estudindolas. La abuela Bangerter tena conanza en sus funciones y responsabilidades eternas. Un da, siendo yo una joven madre, le pregunt si sera posible criar a una posteridad con rectitud en me-dio de un mundo lleno de iniquidad. Ella se irgui y, sealndome con el dedo, me dijo

    enfticamente: S! Debes hacerlo! Esa es la razn por la que ests aqu!. Esa enseanza me inspir a tener mayor determinacin en cuanto a mis responsabilidades y a enfrentar la vida con ms fe. Es posible tener todas las semanas en la Sociedad de Socorro ese tipo de enseanza directa e inspirada.

    Con frecuencia, las hermanas se preguntan cmo vivir llenas de fe a travs de las expe-riencias de esta vida terrenal. El primer domin-go del mes nos da la oportunidad de combinar esa fe que existe en toda Sociedad de Socorro. La sabidura de todas las presentes puede con-tribuir a contestar las preguntas o dudas que se expresen y proporcionar respuestas inspiradas.

    A continuacin hay otros ejemplos de lo que podramos estudiar ese primer domin-go para ayudarnos a aumentar nuestra fe y rectitud:

    $NPIBDFSDPOWFOJPTZHVBSEBSMPT$NPIBDFSTFEJHOBEFVOBSFDPNFOEB-

    cin para el templo y la adoracin en los templos.

    $NPTFSNFSFDFEPSBEFSFDJCJSMBJOVFO-cia del Espritu Santo; cmo reconocerla y seguirla.

    $NPFOTFBSZEFGFOEFSFMFWBOHFMJP de Jesucristo.

    %FCFNPTPSBSDPOTJODFSJEBEUBOUPB solas como en familia.

    -BJNQPSUBODJBEFFGFDUVBSMBOPDIF de hogar.

    $NPJNQMFNFOUBSMPTQSJODJQJPTEF autosuciencia y vida providente.

    El fortalecimiento de las familias y los hogares

    Cuando yo era joven, tenamos en la Sociedad de Socorro una clase de educa-cin para madres una vez por mes. A pesar de haber tenido una madre maravillosa y capaz, todava aprend a ser una mejor madre y a mejorar mi hogar con las maes-tras de la Sociedad de Socorro. Aprendimos principios y habilidades del ser ama de casa y aprendimos a ser mejores madres y a

    LAS BENDICIO-NES DEL TEMPLO

    Debemos hacer todo lo que sea necesario para reci-birlas [las bendiciones del templo]

    vayamos al templo a sellar eter-namente a nuestra familia; regresemos al templo con la frecuencia que las circunstancias nos lo permitan; demos a nuestros antepasados fallecidos la oportu-nidad de recibir las ordenanzas de la exal-tacin; disfrutemos de la fortaleza espiritual y de la revelacin que recibimos al asistir al templo con regula-ridad; seamos eles y hagamos conve-nios en el templo y cumplamos con ellos para recibir todas las bendiciones de la Expiacin.Silvia H. Allred, Primera Consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, Templos santos, convenios sagrados, Liahona, noviembre de 2008, pg. 114.

  • 30 L i a h o n a

    fortalecer nuestro matrimonio.Muchas veces las madres jvenes me pre-

    guntan si podramos tener de nuevo una clase de educacin para las madres en la Sociedad de Socorro. Mi respuesta es s. El primer do-mingo del mes podemos aprender a apoyar, educar y proteger a la familia.

    A continuacin hay ejemplos de lo que podramos estudiar el primer domingo para ayudarnos a fortalecer a la familia y el hogar:

    $NPMMFHBSBFOUFOEFSZEFGFOEFSMBT funciones divinas de la mujer.

    $NPBDPHFSMBTCFOEJDJPOFTEFMsacerdocio.

    -BGPSNBDJOEFVOBGBNJMJBFUFSOB$NPNBOUFOFSGVFSUFOVFTUSPNBUSJNPOJP&MEBSBMV[ZDSJBSBMPTIJKPT&YQSFTBSBNPSQPSMPTNJFNCSPTEFMB

    familia y ensearles.&MBDFQUBSMBSFTQPOTBCJMJEBE

    de preparar a una nueva generacin justa

    de Santos de los ltimos Das. $NPTFDPOPDFTFWJWFZTFEFFOEFMB

    doctrina de la familia.$NPTFCVTDBBMPTGBNJMJBSFTRVFIBO

    muerto y llevar a cabo por ellos las orde-nanzas del templo.

    Ir en busca de los necesitados y prestarles ayuda

    Las lecciones del primer domingo nos dan la oportunidad de fortalecernos mu-tuamente y de encontrar respuesta a las dicultades de la vida. En todo momento, hay muchas de las hermanas de la Sociedad de Socorro que estn pasando por prue-bas y desilusiones. El presidente Boyd K. Packer, Presidente del Qurum de los Doce Apstoles, ha dicho que toda Sociedad de Socorro de barrio es una hermandad sin fronteras. Y agreg:

    Toda hermana, sea cual sea el grupo al que pertenezca, puede mirar a su alrededor y percibir el espritu de inspiracin que vuelve

    3 Ir en busca de los necesitados

    y prestarles ayuda. Tenemos la respon-sabilidad de prestar socorro: socorro de MBQPCSF[BEFMBenfermedad, de la duda, de la ignoran-DJBZEFUPEPMPRVFpueda impedir el HP[PZFMQSPHSFTPEFMBNVKFS

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    E n e r o 2 0 1 0 31

    FUENTES DE CONSULTA PARA LAS

    a ella mientras extiende una mano gentil de caridad hacia aquellas que la rodean

    Ustedes prestarn servicio a su organiza-cin, a su causa la Sociedad de Socorro, este gran grupo de hermanas. Todas sus necesidades se vern satisfechas, ahora y en la eternidad; toda negligencia quedar borra-da, todo abuso se corregir. Pueden recibir todo eso, y recibirlo pronto, si se dedican a la Sociedad de Socorro1.

    He comprobado que las hermanas de toda Sociedad de Socorro de barrio tienen la capacidad de darse unas a otras el apoyo que les haga falta. Si buscamos y recibimos la ayuda del Espritu Santo, esos crculos de hermanas pueden proporcionarnos todas las respuestas.

    Tenemos la responsabilidad de prestar socorro: socorro de la pobreza, de la enferme-dad, de la duda, de la ignorancia y de todo lo que pueda impedir el gozo y el progreso de la mujer. La Sociedad de Socorro siempre se ha ocupado de brindar auxilio a los dems.

    Sabemos que, por vivir en los ltimos das, como personas y familias enfrentamos muchas dicultades, entre ellas abuso, adicciones, apata, deudas, depresin, desobediencia, desempleo, desintegracin de la familia, enfer-medades, persecucin, pobreza y violencia. Nos hace pensar en lo que el apstol Pablo profetiz en 2 Timoteo 3:17, 13. No obstante, no debemos temer: tenemos el evangelio de Jesucristo. El apstol Pablo tambin nos dio la solucin:

    Pero persiste t en lo que has aprendi-do y te persuadiste, sabiendo de quin has aprendido;

    y que desde la niez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvacin por la fe que es en Cristo Jess.

    Toda Escritura es inspirada por Dios y til para ensear, para reprender, para corregir, para instruir en justicia (2 Timoteo 3:1416).

    El primer domingo, un miembro de la presidencia de la Sociedad de Socorro tiene

    la oportunidad de personalizar la obra de esta Sociedad; puede concentrarse en las obras de caridad como solucin para determinadas necesidades del barrio o de la rama; o capaci-tar a las hermanas para ser maestras visitantes que se ocupen de prestar ayuda a los dems cuando vean que hace falta. Y, cuando sea ne-cesario, puede dar asignaciones para ayudar a determinadas personas.

    La forma de utilizar el primer domingoCreo que si las lderes de la Sociedad de

    Socorro buscan la ayuda del Espritu Santo, recibirn la inspiracin para saber qu deben estudiar y ensear en su reunin del primer domingo. S que la obra del Seor seguir avanzando por la tierra y que prosperar, en gran parte, debido a que las buenas hermanas de la Iglesia harn todo lo posible por ade-lantarla, primero en su propio hogar y con su familia y luego en los dems crculos de amistades y conocidos que frecuenten.

    NOTA 1. Boyd K. Packer, vase Una hermandad sin fronteras,

    Liahona, marzo de 1981, pg. 68.

    LECCIONES DEL PRIMER DOMINGO -BT&TDSJUVSBT -BTFOTFBO[BTEFMPTQSPGFUBTEF

    MPTMUJNPTEBT -BSFWJTUB Liahona Preparad todo lo que fuere necesario:

    La economa familiar ZEl almacena-miento familiar en el hogar GPMMFUPTBSUDVMPTONFSPT

    Para la fortaleza de la juventud GPMMFUPBSUDVMPONFSP

    Gua para la familia GPMMFUPBSUDVMPONFSP

    Matrimonio y relaciones familiares .BOVBMEFMB&TDVFMB%PNJOJDBM BSUDVMPONFSP

    Predicad Mi Evangelio HVBNJTJPOBMBSUDVMPONFSP

  • 32 L i a h o n a

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  • E n e r o 2 0 1 0 33

    Por Adam C. OlsonRevistas de la Iglesia

    Por ser gua e intrprete de giras en el Parque Nacional Yushan de Taiwn, a Chn Y Chun (Richard) se le asigna

    muchas veces la responsabilidad de acom-paar por el parque a visitantes importantes. Al preguntarles lo que les gustara ver, por lo general desean ir hasta la cima del monte Yushan (Montaa de Jade), que es el pico ms elevado del noreste de Asia, con 3.952 m de altura (12,966 pies).

    Richard es un apasionado de la naturale-za y le encantan la belleza y la majestad del Yushan; no obstante, ha aprendido por ex-periencia algo muy importante que trata de comunicar a sus visitantes: el verdadero valor de la vista espectacular que se domina desde arriba se disfruta realmente slo despus de haber pasado por lo que hay abajo.

    La visita a la cima, con sus senderos abier-tos por el hombre y su magnco panorama, es una gran experiencia; pero Richard trata de explicar que hay mucho que aprender y mucha belleza escondida en las gargantas del ro y en los desladeros de abajo, cuyo acceso es ms difcil.

    Para apreciar lo que hay arriba, es necesa-rio descubrir lo que hay al pie, arma. No se puede apreciar lo que est al nal sin com-prender el proceso.

    Algunos de los turistas se dejan persuadir; pero la mayora slo quiere llegar arriba,

    y llegar de la manera ms fcil que sea posible.

    Richard observa que hay algo de simbolismo espiritual en sus modalidades. Segn lo des-cribe, la cima de las experiencias de la vida se alcanza al volver a la presencia de Dios (vase Alma 12:24). Sin embargo, aunque muchas personas reconocen el valor de esa meta, algu-nos no se dan cuenta de que para estar con l, debemos llegar a ser como l (vase 1 Juan 3:2; 3 Ne 27:27; Moroni 7:48). Y no existe un cami-no rpido y fcil hasta esa cima.

    El verdadero guaRichard no quiere llevar a los turistas slo

    para una caminata, quiere ofrecerles una experiencia especial; pero est limitado en lo que pueda ensearles por el grado del deseo de aprender que tengan.

    A los que RVJFSFO descubrir la naturaleza, los llevo a lugares que otros muy raramente ven, dice. Puede ser que la experiencia sea ms difcil, pero es mucho ms intensa.

    l opina que en el diario vivir sucede algo similar y sus vivencias reejan ese principio. Mientras era estudiante universitario, comen-z una bsqueda del verdadero propsito de la vida; visit varias iglesias sin encontrar lo que buscaba hasta que conoci a los misioneros.

    Pero los padres de l se opusieron

    Para apreciar lo

    que hay arriba, es

    necesario descubrir

    lo que hay al pie,

    dice Richard Chn

    (izquierda, en la

    Cascada Baiyang, en

    el Parque Nacional

    Taroko). El hermano

    Chn es gua en el

    Parque Nacional Yus-

    han, lugar donde se

    encuentra la Montaa

    Jade (arriba).

    Las parbolas del gua y de la montaa

    Taipei

    Parque Nacional :VTIBO

    CMO SE FORMA UNA MONTAA

    Taiwn

  • 34 L i a h o n a

    rmemente a que se uniera a la Iglesia, preocupados por el hecho de que su nico hijo abandonara la fe tradicional. Por otra parte, les preocupaba tambin lo que sera de ellos pues, de acuerdo con su tradicin, muchas personas creen que su estado en la vida venidera depende totalmente de la veneracin que sus descendientes les de-muestren en la tierra.

    A pesar de la lucha interior que tena por la oposicin de sus padres, Richard haba ob-tenido un testimonio del Salvador y senta la necesidad de seguirlo.

    Jesucristo es el camino, arma. Es el verdadero Gua para volver al Padre (vase Juan 14:6).

    Por eso, decidi seguir al Salvador y bau-tizarse, conando en que el Seor lo guiara

    por el camino correcto aun cuando ste pare-ciera ms difcil.

    Una semana despus del bautismo, tuvo la bendicin de obtener un buen trabajo como reportero de noticias radiofnicas en la corpo-racin trasmisora ms importante de Taiwn. Los padres quedaron complacidos con su nuevo empleo y eso, combinado con el cam-bio para bien que observaron en l, ayud a calmar la irritacin que ellos haban sentido; adems, le fortaleci la fe a l y le ense una leccin fundamental.

    Si no seguimos a Jesucristo, nos perdere-mos una cantidad de experiencias importantes que nos hacen fa